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Channel: POETAS SIGLO XXI - ANTOLOGIA MUNDIAL + 20.000 POETAS: Editor: Fernando Sabido Sánchez #Poesía
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JOAQUÍN MATTOS OMAR [9889]

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JOAQUÍN MATTOS OMAR
(1960)
Nació en Santa Marta, Magdalena, en 1960. Comenzó publicando sus poemas en Diario del Caribe en Barranquilla y con su primer libro ganó el Premio de Poesía El túnel. Ha publicado: |Noticias de un hombre (1988), |Páginas de un desconocido (1989), |La caída de ciudad Quila (1993) |De esta vida nuestra (1998).





33

La pobreza ha entrado a mi casa. Penetró en la cocina y saqueó mi modesta despensa. Yo le dije: "Puedes hacerlo; sométeme, insidiosa dama, a la prueba del hambre". Luego se metió en el cuarto de baño y devastó los pulcros utensilios que empleo en la diaria higiene de mi cuerpo. Yo le dije: "Puedes hacerlo; tal vez logre hacerme amigo de mis propias impurezas". Luego llego a mi alcoba y devoró mis zapatos. Yo le dije que eso también podía hacerlo y, más aún, le dije que podía desolar todos los rincones de mi reino, menos uno. "Menos uno", le pedí, y le mostré el cofrecito de cristal donde mantengo la dorada y aceitosa hierba a cuyo fecundo sahumerio me encomiendo en los vuelos y caídas de cada día.

Todavía le sigo pidiendo que allí no meta jamás sus diestras manos de salteadora.






OTRO DÍA DE TRABAJO

Tengo
tantas melancolías
en mi alma
que no sé
por cual de ellas
empezar a sufrir.






OJO POR OJO

A través de la horqueta que forman las ramas de un mango -para ella, una rendija- asoma la luna su enorme y brillante globo ocular, que se me lanza encima, todo, rotundo, con una mirada de inquisición implacable.
A ese ojo pétreo, trato de oponer el brillo efervescente con que una suave ebriedad natural irradía en los míos.
Luna, el fuego con que miras es tranquilo, casi helado. El mio, se agita como el de una hoguera.






LAS VIEJAS HERIDAS

Las viejas heridas
son monstruos que duermen con pérfida placidez,
furias transitoriamente desactivadas,
intervalos de silencio entre dos gritos desgarrados,
que un mal día
despiertan a un terrible conjuro,
despiertan a un terrible llamado
de algún invisible y atroz enemigo,
y renuevan su punzada, su dolor,
como un extendido cuero de tigre
que, en el centro de la apacible sala,
reincorporándose de súbito, se arrojara contra nosotros,
armado otra vez de rugidos y de garras.

Soltando la costura a su sórdida materia,
las viejas heridas vuelven a ensangrentar la vida,
dejando brotar lo que debió
permanecer cegado para siempre.







La estafa

|Lo que era todo tiene que ser nada. 
Jorge Luis Borges.

Todo el gozo, el dolor
todo el saber y la sabiduría,
todo el amor y el odio
reunidos a través de los días
y los lugares que con tantas raíces habitamos,
concluyen herméticamente encerrados en una caja
que al cabo quedará vacía
por un acto de magia,
por un grosero escamoteo
que a juicio del público culto
rebaja el hechizante espectáculo de la vida
a una triste y despreciable estafa.






Lugar de asilo

La casa, lugar de asilo,
República Independiente del Espíritu,
pequeña zona liberada,
trinchera, concha de ostra,
invernadero.

Si la ciudad, si el vasto y ruidoso detritus urbano,
impide que la vida pase
por tus cauces más secretos
como una fuente clara y profunda,
primigenia y feraz,
cuyo lento y silencioso curso
deje a su paso la más gozosa plenitud,
la casa, lugar de asilo,
retirado jardín de vigas, zócalos y paredes.

Acompañado de la lluvia
La lluvia disputa
lenta y ordenadamente
con el tejado.
Es una delicada, menuda música
      que baja
hasta el pequeño y solitario corazón del hombre,
denso abrazo materno,
dulce compañía de un ángel de la guarda
ensimismado y triste.
Agua, agua es el surtido de esta noche.







Historia concluida

Pues si vemos lo presente
cómo en un punto es ido
e acabado 
Jorge Manrique

Hoy, cuando cuentas 33 años,
este lento presente tan presente,
cuya temperatura y humedad,
cuya luz y palpitación,
cuyos silenciosos ruidos y voces
sientes, ahora,
mi-nu-cio-sa-men-te,
lo vives, sin embargo,
con extrañeza,
desde una distante perspectiva,
tocado ya por la nostalgia
a la que en vagos términos,
desde su remoto porvenir,
le oyes hablarte, reticente, así:
"En aquella época, cuando tenías apenas 33 años
y en el tercer piso de un edificio
saturado de noble hollín y vejez
te preparabas solo, a solas,
te acuerdas?
un sobrio plato de arroz y lentejas,
con huevo frito y doradas rodelitas de plátano verde..."

Vivir los días
como una anónima historia ya concluida.









HUGO CHAPARRO VALDERRAMA [9890]

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Hugo Chaparro Valderrama
Nació en Bogotá, COLOMBIA en 1961. Es escritor, historiador, crítico cinematográfico y literario. Ha publicado las novelas El capítulo de Ferneli (1992) y Si los sueños me llevaran hacia ella (1999); los libros de ensayos Lo viejo es nuevo y lo nuevo es viejo y todo el jazz de New Orleans es bueno (1992); Alfred Hitchcock. El miedo hecho cine (2005) y Del realismo mágico al realismo trágico (2005); dos libros de poemas que han merecido el Premio Nacional de Poesía otorgado por el Ministerio de Cultura de Colombia: Imágenes de un viaje (1993) y Para un fantasma lejano (1998); un cuento infantil, El amor de una jirafa (2004), y una antología de testimonios cinematográficos, El evangelio según Hollywood(2005). Fue becario del International Writing Program de la Universidad de Iowa (Estados Unidos) durante el otoño de 2002. En la actualidad prepara la publicación de una novela sobre el México rural de los años veinte y es director de los Laboratorios Frankenstein.







Retrato en el desierto

La imagen me presenta
la corteza calcinada de la tierra.
Las vetas sombreadas que reposan en las rocas
dibujándose en los pliegues de la luz,
anuncian un crepúsculo cercano.
Adherido a una montaña
bajo el sol del verano permanente,
un arbusto solitario
se transforma en yerba quebradiza.
Imagino en tal desierto
el rumor enronquecido de un viento pasajero
soplando tenuemente.

Apenas se vislumbra algo más
que la sed y la aridez y la apatía de una
nube 
rozando con su cuerpo las arenas.

Un arroyo o el más delgado hilo de agua
serían allí una ironía.
No hay bestias ni animales
ni la sombra de una fiera moribunda
resignada a su destino.
El paisaje podría parecer sin vida
pero un detalle, conmovedor, lo protege.
La sombra que proyecta tu presencia en la
arena de la imagen,
en la foto permanente de un instante del
pasado,
observando aquel paraje cuya muerte es
conjurada,
derrotada y vana,
cuando el mundo y su bondad
festejan y celebran
por la obra y por la gracia de tu vida.
El fragmento de ese mundo
se convierte así en santuario
porque sé
que estás en él.







Sobre el insomnio y sus fantasmas

Imagino 
que en cualquier momento
cuando abra los ojos
tras el sueño
te veré allí.
Aunque no sea cierto.







Los ojos o el espejo del alma

Aun si fueras un vampiro
y jamás viera mi rostro
por toda la eternidad
siempre tendría tus ojos
para contemplarme en ellos.







FANTASMAS EN LA SOMBRA

Si cayera otra vez la lluvia generosa
vería en este bosque
la imagen secreta de mi infancia;
a mi padre caminando entre los árboles,
recorriendo -con la guía entrañable de su mano-
el paisaje, los senderos que ahora cruza la memoria,
avanzando en el tiempo y el pasado;
rescatando lo que fue quendando atrás,
cuando el cuerpo y el aliento trabajan sin dolor.








CARLOS CASTILLO QUINTERO [9891]

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Carlos Castillo Quintero
Carlos Castillo Quintero (Miraflores, 1966 -): Cuentista, novelista, poeta y editor colombiano. Su obra le ha merecido varios premios. Se ha destacado como director de talleres literarios.
Nació en Miraflores Boyacá, el 28 de agosto de 1966. Ha publicado los libros de cuento Los inmortales (2000) y Carroñera y otras ficciones perversas (2007); las antologías El placer de la brevedad / Seis escritores de minificción y un dinosaurio sentado (2005), y Pisadas en la niebla / Nuevos cuentistas boyacenses (2010); los poemarios Piel de recuerdo (1990), Burdelianas (1994), Rosa fragmentada (1995), Sin el azul del día (Premio CEAB, 2008) y Ab imo pectore - Antología personal (2010).
Con Saga de los amantes obtuvo el Premio Nacional de Poesía Universidad Metropolitana de Barranquilla,con Estación nocturna el Premio Nacional de Poesía de Chiquinquirá y con Sin el azul del día el Premio del Consejo Editorial de Autores Boyacenses - CEAB al mejor libro de poemas 2007. Incluido en la Antología Internacional de Cuento La flor del día/Trofeos de la lectura (Brasca/Chitarroni, Buenos Aires 2007), en la Segunda Antología de Cuento Corto Colombiano (Kremer/Bustamante, Bogotá 2007), en Comitivas invisibles - Cuentos de fantasmas (Brasca, Buenos Aires 2008), en El corazón habitado - Últimos cuentos de amor en Colombia (Editorial Algaida, Cádiz España, 2010), y en Árbol del Paraíso - Narradores Colombianos Contemporáneos (Editorial Común Presencia, Bogotá, 2012).
En 2011, con Dalila dreaming, obtuvo el Premio Nacional de Cuento convocado por el Ministerio de Cultura y dirigido a Directores de RELATA. Así mismo fue uno de los artistas seleccionados en la Convocatoria para la circulación internacional de creadores, emprendedores y gestores culturales colombianos - 2011 siendo invitado a las "IV Jornadas Nacionales de Minificción: Horizontes de la brevedad en el mundo iberoamericano - Homenaje a David Lagmanovich (1927-2010)" en la ciudad de Mendoza, Argentina.
En 2012, con Todos amábamos a Monina Klevens, obtuvo el Premio Nacional de Cuento Universidad Central.
En 2012, por segundo año consecutivo, obtuvo el Premio Nacional de Cuento convocado por el Ministerio de Cultura y dirigido a directores de RELATA.
Actualmente dirige el Taller de Cuento Ciudad de Bogotá, adscrito a la Red Nacional de Talleres de Escritura Creativa – RELATA, programa del Ministerio de Cultura de Colombia.

Obra 

Libros publicados 

Piel de recuerdo (Poesía, 1990)
Burdelianas (Poesía, 1994)
Rosa fragmentada (Poesía, 1995)
Los inmortales (Cuentos, 2000)
El placer de la brevedad - Seis escritores de minificción y un dinosaurio sentado (Comp. 2005)
Carroñera y otras ficciones perversas (Cuentos,2007)
Sin el azul del día (Premio CEAB, Poesía, 2008)
Pisadas en la niebla - Antología de Nuevos Cuentistas Boyacenses (Comp. 2010)
Ab imo pectore - Antología personal (Poesía,2010)

Antologías 

Árbol del Paraíso – Narradores colombianos contemporáneos (Común Presencia Editores / Fundación Cultural Libro de Arena, Bogotá 2012).
El corazón habitado - Últimos cuentos de amor en Colombia (Colección Calembé, Algaida Editores,Cádiz España, 2010).
Comitivas invisibles - Cuentos de fantasmas (Raúl Brasca, comp. Editorial Desde la Gente, Buenos Aires, Argentina, 2008).
Segunda Antología de Cuento Corto Colombiano (Harold Kremer y Guillermo Bustamante, comp. Editorial Universidad Pedagógica Nacional, Bogotá D.C., 2007).
La flor del día - Trofeos de la lectura (Raúl Brasca y Luis Chitarroni, comp. Editorial Desde la Gente, Buenos Aires, Argentina, 2007).
Síntesis Panorámica de la Literatura Boyacense (Academia Colombiana de la Lengua / Asamblea de Boyacá, Bogotá 2003).
9 Escritores Boyacenses (Asamblea de Boyacá, Tunja 1995).

Premios 

Premio Nacional de Cuento Directores de RELATA, Ministerio de Cultura de Colombia, 2012.
Premio Nacional de Cuento Universidad Central, 2012.
Premio Nacional de Cuento Directores de RELATA, Ministerio de Cultura de Colombia, 2011.
Premio de Poesía Consejo Editorial de Autores Boyacenses - CEAB 2007
Premio Nacional de Poesía Universidad Metropolitana de Barranquilla, 2002.
Premio a la Mejor Obra Boyacense en el VIII Concurso Nacional de Poesía Ciudad de Chiquinquirá, 2000.






UNA PROMESA

Y si por un río secreto
navegan desnudos los muertos
y un barquero ciego los guía
y, como corresponde,
se queda con el cobre prensado
que los deudos ponen en los ojos
de aquellos navegantes. A ese río,
y a ese barquero
habré de enviar
el agua taciturna que amanece
en mi rostro –la carroña–
el canto maldito que insiste
y, si es necesario,
me abriré una ventana en el pecho
para que salga
lo que de sombra quede
lo que te dañe
lo que no te guste
la piel usada, el corazón y la palabra herida
habré de condenar al fúnebre destierro
con una bolsa de monedas
de oro puro que gratifique
el triste adiós que desteje ese río
y la incesante noche del ciego.







REINO DE ESTE MUNDO

Alguien dijo que en Stuttgart
vive una princesa
y pienso que Stuttgart
debe ser una ciudad bonita
en donde seguramente habrá un río
y un bosque
y adolescentes que tomados de la mano
se dejan tentar
por el agua que baja cantando
y aviones de papel aluminio
que cruzan el cielo
y dejan una estela de humo blanco
y una música que viene
no se sabe de dónde
y que conoce el camino del río.
Y quizá en Stuttgart no haya río
y los adolescentes que allí viven
amen la ceniza
y los aviones que crucen su cielo
sólo sean el transporte de la muerte que vuela
y su música un réquiem.
Pero si en Stuttgart
vive una princesa (eso dijo alguien)
esa ciudad tiene que ser bonita
como ésta en la que el día declina
en donde vive mi princesa
y su paraíso.







CANTO DEL DESTERRADO

El crepúsculo herido sobre el asfalto.
La noche sometida a la desolación de las horas.
La cabeza del guillotinado
sonriente en una estaca.
Y mis pasos perdidos en el dédalo de la melancolía.

Espérame desnuda
Entre los alacranes,
dejó escrito el asesino de Merlín: única huella
en el camino hacia el huerto.
Ensalmo,
conjuro
que me conduce a tu nombre.
Espérame desnuda
Entre los alacranes,
para que el ángel retire su espada
y esta vez,
el amor y la vida sean para siempre.

(De: "Sin el azul del día" - Ediciones CEAB, 2008)






LA CIUDAD

Un Amor desesperado y un lindo
Crimen lloriquean en el barro de la calle.
Arthur Rimbaud


Hay más frío en mi habitación
que en los ojos de quienes aguardan en los umbrales.
Sé que el lecho conserva otra memoria.
Sé que hace años, en esta calle, a esta hora alguien
tocaba una dulzaina.
Sé que tu piel es un privilegio

¿Te has ido? Sin ti no hay alegría.

El parque del barrio mintió tu perfume
en la tarde hizo algarabía y se
hincó
para que los niños subieran en su espalda,
pero el agua de la fuente no reflejó tu rostro.

La ciudad sabe que no estas…

Las calles hacen sonar sus espuelas: su resonancia
marca la extensión del océano
y me mide,
juego a que no escucho, a que no la veo
(pero tú sabes que no juego)
y me mide.

Las palomas durante todo el día y
durante toda la noche
comen y defecan
y duermen
y sueñan que
comen y defecan
durante todo el día y
durante toda la noche las palomas
en la cúpula de la Catedral y
en los aleros y
en los tejados de las casas del centro.

Hay uno que odia las palomas
y las enamora con papeles trenzados.

Hay un tren que pasa seis veces en la noche,
y que tú conoces.

Sé que el olor del fuego te desvela
el comercio íntimo del acero sobre el acero.
(Los rieles son un anillo que luce –asediada por un puñal
de huellas y de frío–
la vanidosa de epidermis asfáltica).
Sé que preferirías que el anillo fuera de plata.

¿Qué has ido a buscar? La ciudad es una niña procaz…

Hay una calle habitada por una hiena
que luce una estopa en la cabeza (en la quijada)
y se empeña en atormentar a las esquinas
con su tufo.

Hay una sirena que agoniza
en el lavamanos de un cuarto de hotel,
y canta una vieja tonada
que repite una promesa fundida en cinco hilos de
oro pútrido
que tus labios recuerdan.

Hay un bar que naufraga cada quince años
y una quinceañera
que permanece en la barra
y hombres de varias generaciones la aman
y no se molestan por el abanico en su rostro
ni por su anodino aire de geisha.

¿Qué se puede esperar de una ciudad
que permite el naufragio de sus bares?

¿Te has ido? Sin ti la ciudad no existe.

Había una Casa de Placer regentada por una muñequita
de cartón piedra,
y un farol de cristal holandés
y un nombre de siete cifras
olvidado bajo el calicanto.

Había una monja que delineaba laberintos
de brusca sangre en su espalda,
con un duende prendido a su ombligo
y un confesor.

Había una viuda con las piernas y
los senos intactos
como caballitos de mar
como siemprevivas
como escaleras tendidas a un cielorraso
que linda con las estrellas.

¿A dónde ha ido la ciudad,
y la Casa de Placer
que olvidó el patio sombrío en el
que una doncella duerme arrullada por los insectos,
y la monja
que gime esclavizada por un cirio,
y la viuda
que cada mañana recoge los cubitos de hielo
que brotan de su colchón? ¿A dónde?

¿Regresarás? A pesar de la bruma.
A pesar de que no llueve.
A pesar de que no hay luna,
por la rosa triste que mi mano ha escrito,
y por mi mano…

¿Vendrás?
La pérfida nieve se tragó mi habitación.
La ciudad se recoge, asustada,
huye de los diamantes crucificados en los ojos del poeta.











ROSARIO AQUÍM CHÁVEZ [9892]

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ROSARIO AQUÍM CHÁVEZ
(Riberalta, Beni, Bolivia, 1964).- Poeta, periodista y ensayista.
Tiene estudios en comunicación social y ha logrado maestrías en ciencias del desarrollo, filosofía y ciencia política.
Columnista del semanario ‘La Época’ de La Paz.
Pedro Shimose en su estudio Poetas del Oriente Boliviano, anota sobre la autora: “Canta, con lenguaje coloquial e imágenes sencillas, la vida cotidiana, la física de los cuerpos, la fugacidad del tiempo, el amor y la soledad. Recorrida por hondos y apasionados latidos, agitada por dudas existenciales y conflictos íntimos, en sus versos gritan las congojas de la pasión desairada, el dolor de la separación y la nostalgia de amores clausurados. /…/ La soledad y el olvido son temas recurrentes en esta poeta instalada en un paraíso de palabras olorosas y flores silvestres, con sabor a achachairú, guayaba, almendra y mangos verdes”.
Por su lado Raúl Prada Alcoreza señala que Aquim “escribe no sólo poesía sino poesía erótica, es decir, que no sólo escribe sino vive su escritura en su doble dimensión somática y semántica. Ambas dimensiones no se unen del todo sino que se atraviesan, se confunden. Uno hace de substrato de la otra, estratificando y desestratificando constantemente la topografía del deseo”.
Uno de los versos a que hace referencia Prada, dice: “Tu cuerpo se escurre entre mis dedos / derritiéndose en mis labios, / ansiedad, necesidad, deseo… / Me elevo por tu horizonte púrpura / olorosa a tierra, / como un niño en un sueño sin cadenas, / y vivo de morir en tus océanos, / sin aliento, / evaporada en tu piel húmeda de besos, / en el aire embriagado / de palabras sin sentido”.

LIBROS
Poesía: Detrás del cristal (1997); Memorias de la piel (2001); Ojos del cuerpo (2004); Tiempo enamorado (2006).
Ensayo: Poder y suplicio: Las tramas del desarrollo (2006); Formación social y estructuras simbólicas en los Andes (2008); Derechos o resistencia: los “anormales”, ¿monstruos o humanos? (en colaboración con Rosario Rada Rojas, 2008).



Virgen de los Deseos(*)

Virgen de los deseos,
uñas negras rasgando la incertidumbre.
Manos como pájaros,
grafiteando el universo.
Mi libertad,
escapando por los poros.
Labios negros.
Mi noche sedienta de vida.
Mi vacío repleto de tus ojos y sus miradas,
las palabras prisioneras en mi boca,
cuerpo mío,
albergue de tus pasiones.

(*) Sí, es el nombre de la casa que la agrupación feminista Mujeres Creando tiene en La Paz. El poemario está dedicado, entre otras personas, a María Galindo, cabeza visible del movimiento colectivo.






Una

Una mujer
toca mis profundidades
como cuerdas de guitarra,
roba mis lágrimas
para sembrarlas
en primavera
y pintar corazones
en las estrellas.






Deseo

Expandir mis galaxias
en tu universo
poblado de flores.
Mi libertad,
en tu planeta moreno.
Acariciar los pétalos
de tus jardines
y mirarme en el agua
de tus profundidades.
Quiero,
mis surcos sembrados
y ver crecer
rosas en tu piel.






Cuerpo

Explorar,
universos explosivos del alma.
Sentir.
Buscar en las piedras
pájaros libres.
Pintar arco iris en tu boca abierta,
encontrar tu mirada,
testigo de otoños amarillos
y detener el grito.
Peces asustados en mi vientre.
Las horas,
los aullidos,
las velas en la sombra.
Unicornios azules,
en las praderas eternas
de tu cuerpo.





Impotencia

No puedo,
no.
Con tu presencia que abraza,
con el deseo que encadena,
con tu olor a selva.
Animal virgen,
en ti reposan mis ojos.
Inocencia que deshoja mi cuerpo,
jardín donde florecieron mis labios.
No puedo escapar
de tu tierra roja,
de tus dedos largos,
del abismo de tu pelo.
Agonizo en el universo de tu boca,
sin palabras.







Vacío

No quiero saber,
lo estoy sintiendo.
No quiero.
Ocupaste mi vacío,
invadiste mis cuevas,
respiraste mi aliento.
No descubro
quién te esconde.
Piel sin nombre,
ya tienes dueño.






Memoria

Herido de tiempo,
de tu boca,
de tus ojos derretidos,
perdidos en el infierno.
Tus senos,
repletos de leche que sabe a poco.
Tu corazón melancólico,
solo,
en la noche habitada por luciérnagas.
¡Qué tristeza!
el destino lo quiso así,
no tienes más hogar
que el recuerdo
y la memoria presente.




RENÉ ANTEZANA JUÁREZ [9893]

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Rene Antezana Juarez

RENÉ ANTEZANA JUÁREZ
(Oruro, Bolivia, 1953).- Poeta y gestor cultural. Hizo estudios de administración de proyectos culturales. Ha trabajado en numerosas instituciones vinculadas al fomento cultural y la comunicación alternativa. Ganador del Primer Premio del concurso nacional de poesía organizado por la UTO en 1987. En términos de Alberto Guerra y Edwin Guzmán, “su poesía recupera la visión de un mundo en que se tejen la historia y el mito, no sin dejar de explorar las regiones cálidas de lo amoroso y lo entrañable a partir de los signos que confluyen en su universo personal”. El autor en entrevista realizada en 1999, decía: "La poesía es mi manera de estar en el mundo y gracias a su vientre pude conocer gente maravillosa, tener buenos amigos, comprender -obviamente a mi manera- que finalmente el arte 'no sirve para nada' y que por eso es maravillosamente útil". El poema ‘Cuatro’, antologado por Humberto Quino, dice: "Hace mucho tiempo / prestaba mis ojos a un niño / que le agradaba jugar con ellos. / Ahora busco a ese niño / que en un momento de distracción / huyó por mis ojos". 

LIBROS 
Poesía: Imaginario (1979); Memoria de los cuatro vientos (1986); Viento verbal (1988); El labrador insomne (1990); La flecha del tiempo (Premio ‘Franz Tamayo’ 1992, ed. 1993), Cielo subterráneo (2008).
Por Elías Blanco Mamani




Poema

Hay una noche que no pude salvar
Hay este día que me deja
Hay aquella palabra que siempre huye
Hay tu ausencia como un estigma
Hay otra noche que se salvó, a pesar mío
Hay un rumor que ya no me habla
Hay alguien que estuvo y ya se ha ido
Hay un olor que desconozco siempre
Hay una hora que se va conmigo
Y yo los veo irse.





El desencuentro

No hay tiempo para vivir
No hay soledad posible a ser compartida
No hay el otro sino el vacío del otro
No hay nosotros en verdad
No hay verdad en nosotros
No hay sino errancia de un desconocimiento
No hay sino algo que encuentras
No hay sino eso que encuentras pero no es
No hay nada o hay otra cosa
No hay otra cosa sino un espejo vacío
No hay sino un espejo vacío en su rostro
No hay yo porque tú no eres yo.





Lluvia...

Gotas que
al caer
caen sobre
algún recuerdo
que el tiempo
ya no
me devuelve
pedazos
de otra vida
no la mía
no esta
en la que
sin serlo
ya es olvido.





La espera en el andén

He olvidado cosas
Hubieron seres, tal vez
rostros, días
He olvidado que olvido
Veo mi mano
y la sombra de mi mano
veo la sombra del lápiz
y la sombra de la sombra
del lápiz que corre
Debo olvidar para olvidar
debo recordar que olvido
Mas nadie llega
pasajero sin memoria
y sin trenes





Calendario

Ayer fue inevitable
como lo es hoy
Más allá de mí
todo se corroe
Yo, más allá de mí
Mentir me salva






Matinée

Era sólo una sala
de cine
y allí
supongo
estaba
estábamos
digo
fugaces
como un
argumento
permanente
como un final
y fugitivos
como aquel
beso.



Acerca de Cielo Subterráneo

-

Por Edwin Guzmán Ortiz

Este 2008 y Plural, dentro sus multiples sorpresas, nos hacen llegar en esta oportunidad, Cielo subterráneo, último libro de poemas de René Antezana Juárez.

No son pocos los libros de poesía publicados por René. Imaginario (1980), Memoria de los Cuatro Vientos (Premio UTO, 1985), El Labrador Insomne (1990), La Flecha del Tiempo (Premio Nacional de Poesía Franz Tamayo, 1992) y Viento Verbal (1998), constituyen la ruta poética que ha transitado Antezana en casi treinta años de compromiso indeclinable con la creación poética.

Cielo subterráneo, sin dejar de recuperar antiguas preocupaciones del poeta, asume una identidad propia y una ubicación particular en el tiempo. Es una obra publicada después de 10 años de silencio, y reúne una poesía segregada de manera lenta y persistente, confirmando esa indeclinable vocación del poeta a este oneroso oficio que exige una fidelidad radical.

Los 22 poemas se aglutinan a partir de cuatro espacios más o menos afines  para, de este modo, configurar un retrato del tránsito y la germinación poéticas de la obra. Cada espacio parte de un epígrafe (un fragmento poético) que orienta y ampara la tesitura del acápite. Poetas familiares y entrañables al autor se encargan de presentar y prefigurar los poemas elegidos.

Estos espacios asemejan círculos, los que a su vez se imbrican en una sucesión significativa de temas signados por la diversidad y, es más, por la complementariedad. Una estructura de círculos concéntricos los define, cada círculo engendra a otro, que a su vez es regido por el precedente. No, círculos indefinidos sino más bien pulsiones móviles que terminan disolviéndose en la plenitud de un espacio preciso. Círculos que fundan atmósferas afines, dentro la materia grávida de una poética sostenida.

Un primer círculo pone en escena la condición del encuentro y el desencuentro. La distancia como imposibilidad de ser en el otro marca la identidad de la mayor parte de los poemas. Escribe Antezana, en el primer poema Tango:

   Debajo las olas, el tiempo/ Una remota voz que golpea los cristales/ A media luz    la sospecha de su sombra 


O, en Blues para Gil de Viedma, expresa:

-No me nombres, deja el teléfono /  muerto al otro lado, / en tu orilla          

En Cada abrazo es una despedida, leemos:

Se alza una bandera detrás de los vientos / huelo el último perfume tuyo / y te digo adiós interminablemente  .

Una metáfora plasmada de manera recurrentes encarna en la palabra “puerta”. Dice el poeta, en Al otro lado de la mesa:


simplemente una mesa / contigo al otro lado, derramando puertas /  entreabiertas, cerradas, entreabiertas . . . 

Por su parte en el poema Copa:

En el olor del cielo vertical / ella es mi puerta / y es mi habitación:/ Gritos / Gritos sobre las sábanas / donde todos los cielos / mueren. 

A propósito, Gastón Bachelard, en su obra La Poética del Espacio, señala que la “La puerta es todo un cosmos de lo entreabierto. Es, su imagen, el principio mismo del ensueño donde se acumulan deseos y tentaciones, la tentación de abrir el ser en su transfondo, el deseo de conquistar a todos los seres reticentes… Diríamos toda nuestra vida si hiciéramos el relato de todas las puertas que hemos cerrado, que hemos abierto, de todas las puertas que quisiéramos volver a abrir”. En realidad, cuando una puerta se abre, el destino se dibuja.

Este primer círculo, revela la condición de despojamiento y la dificultad de abrazar la materia de lo entrañable. Prevalece el sentimiento de un tiempo inasible, que se escapa y que solo hace y deshace las rutas impredecibles de un destino imposible. Signado por la intimidad, lo amoroso, y la cercanía de un interlocutor sostenido, el poeta refleja sus percepciones en el espejo roto que, retrata Borges, en el epígrafe inicial.

Un segundo círculo, se aboca a recuperar seres y personajes entrañables, dentro el aura de la creación. Adhemar Uyuni, Fernando Pessoa son los poetas con los que René Antezana crea una atmósfera de trascendencia poética; al evocarlos restituye tanto una ontología vital forjada en la memoria, como una ontología cuya materia es la escritura.

Dice Antezana: en el poema Aun aquí, viejo amigo:

Es que la otra noche en otro sueño, mezcla de pesadilla y fiesta / Te ví viajar por los aires, llevándote para siempre mis días.

Por su parte, en Madrugada, evidencia su identidad de pertenencia a la comarca de las letras, escribe: 

Despojado de alas caigo / en el inmenso vacío / donde las sílabas se quiebran. 

Este círculo se cierra con un Arte Poética, que en el marco general del libro viene a constituirse en un centro, un taipy, del cual equidista una poesía ya intima, en un tono más  personal, traducido sobretodo en lo pasional; y en el otro polo, una poesía abierta a la historia, a lo social.   Al respecto leemos en este poema:

Abrir el sello de la desmesura / Eso, desatar la sepultada nube de Magritte / Llamar a susurros al trueno vencido / No callar, dejar que la herida sea

Escribir es siempre un acto de transgresión, una operación que permite cuestionar la naturaleza y la propia historia. No es menos, una vocación árdua que trastroca la convención de toda forma de representación, y en esa medida pone en entredicho el orden civilizatorio y la rigidez de todo absoluto. Antezana, confirma esta vocación de la palabra poética y la proyecta en el tiempo.

El tercer círculo, asume la critica como una forma de subvertir los sentidos sociales, y la propia historia. Los poemas parten de una incertidumbre definida, de la expansión instantánea de un concepto, algo que parece un concepto pero se arma, palabra por palabra, como una enunciación que el lector sólo tiene ocasión de ver en su proceso de cristalización como frase, como encadenamiento de frases. Tanto “La Oración del Escarabajo” como “Las dudas del Escarabajo”, desde diferentes perspectivas apuntan a ese blanco. En el primer poema, señálase:

 Que no me falte guerra para cambiar el mundo / ni para amanecer a su lado

En cambio en el segundo, a la manera del Libro de las Preguntas de Neruda, y a partir de una estética imaginista, al modo huidobriano, Antezana, en un tono existencial inicia el poema:

  Por qué el devenir es triste? / Dónde murió el primer beso?
     
Y culmina con:

Siempre fuimos una danza en el vacío?

El cuarto círculo se abre con una lectura crítica de la historia.  El verdadero poeta - si es posible todavía hablar en estos términos- tiene la obligación ética de ser testigo de su tiempo, más allá del diálogo difícil que siempre ha habido y habrá entre poesía y mundo,  entre poesía y realidad. Debe arreglárselas para, desde el entramado verbal del poema, dar una imagen no mentida de la realidad, al margen de la cuota de “mentira” que requiere todo arte. En esa perspectiva son paradigmáticos los poemas: La memoria herida, La niña de Warizata y 1879.

En la Memoria herida, René escribe:

Alguien grita y escupe sobre la Historia / por lo vivido y vivir / por el largo viento de manchas / heredado / saco de aparapita el país / duerme sus siglos en una sola / pesadilla              

El cuarto círculo se cierra con los poemas Altiplano y Salar. El círculo se expande hasta tocar los límites de la quietud y el silencio absoluto. Altiplano es una zona de pasaje en el libro, donde el espacio no deja de cobijar marcas tenues de un tiempo labrado por la historia. Escribe el poeta:

Historia no acabada murmullo de arena /  velo sobre la memoria    

           
Cielo Subterráneo, se abre con el poema Tango – en rigor, una danza que convoca la intimidad y la posesión-  y  culmina con el poema El Salar, que implica la apertura total, metáfora de la página en blanco y del silencio absoluto. Esto nos recuerda al egipcio, Jabés, que sentenció alguna vez  “siempre se escribe al borde de la nada”.
De este modo, Cielo Subterráneo prefigura una estructura y una dinámica  de círculos concéntricos. Círculos que operan por continuidad y así expresan los avatares del tiempo traducidos fundamentalmente en la memoria y la historia. Y por contigüidad, donde se manifiesta el juego de distancias, y los escenarios en que acaece el teatro de la consumación poética. Además, el más allá de los circulos que supone el salar y la muerte, ésta última protagonista señera de los poemas de Antezana.

Un poemario de indagación, autoindagación, interpelación y crítica. Un poemario que traduce los signos de un tiempo personal y colectivo, un poemario que cierra con ese anhelo de silencio, como teleología deseante de la palabra poética.




VIRGINIA AYLLÓN SORIA [9894]

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VIRGINIA AYLLÓN SORIA
(La Paz, Bolivia, 1958).- Poeta, bibliotecóloga e investigadora literaria.
Docente universitaria. Responsable del Centro de Documentación en Artes y Literaturas Latinoamericanas (Cedoal) con sede en la ciudad de La Paz (2003-2005). Colaboradora de publicaciones especializadas y productora de programas radio y televisión sobre temas culturales.
José Roberto Arze la retrata en los siguientes términos: “Estudiaba sociología, era dirigente estudiantil y militante de la Juventud Comunista. Algún día decidió trocar las ‘señoriales’ disciplinas sociológicas por las de la sencilla y servicial bibliotecología, sin abandonar sus ideas ni su militancia. Fue y es nuestro ámbito común. La vida se encargó de producir cambios políticos que la afectaron, sin quitarle la confianza en la vida ni el amor a los libros”.

Ciudad de viernes por la noche

Después del licor y la charla, 
después del tabaco y el silpancho,
de la cara que se agranda 
del escote que baja y la falda que sube, 
después del llanto y del baile, 
después, oh! amanecida Ciudad 
te llenas de insinuaciones y declaraciones 
El amor sale de bares y cantinas, 
se escabulle por puertas y portezuelas, 
se desparrama por tus calles y avenidas, 
tus plazas se inundan de voces  
y quejidos amorosos….



LIBROS
Poesía: Búsquedas (relatos y poemas, 1996); Búsquedas: las discapacidades (2004).
Estudio: La ausencia de Adela Zamudio (multimedia en coautoría con Cachín Antezana, 2012).
Otros: La otra mirada (antología coautora con Ana Rebeca Prada, 2000).





Amo el candor de las muchachas

Amo el candor de las muchachas
su arrogancia de vestido al aire
su soberbia de arrasar con todo
(Desvergonzadas
atacan también la palabra)
Amo el ocaso
de las mujeres
porque calladas
celebran el venerado silencio.







A veces las palabras nacían

A veces las palabras nacían como endebles
cachorros de gato; horribles y diminutos
seres cuya única belleza estaba en su
posible futuro. Dependientes y parásitos
habrían de seguir ciegos su primer paso por
la vida. Luego, abrirían los ojos y se
hincharían y brillarían y descubrirían y
nombrarían y pedirían y a veces también
darían: las palabras.







El silencio no es ausencia de palabra

El silencio no es ausencia de palabra, es
palabra concentrada. Mas, no todo silencio
concentra palabra. Cabe recalcar la
diferencia entre el silencio del Altiplano,
cargado de palabra y el silencio de ese día
en que me quedé sin nada que decir y desde
entonces busco, muda y ciega, el sendero
de la palabra.






La costra

Una costra organizó el inconcluso anhelo de la
palabra: mezcla de miedo y gritos ahogados en la
boca de la boca.






La cojera

Si el balbuceo como toda habla, la cojera para
caminar: sin asidero, hecha para la caída.
La cojera supone un ritmo desigual. Alta
para unas cosas, pequeña para otras.
Marcha desequilibrada es mi vida. A un paso
exacto le corresponde otro adulterado. Mas
el paso falso es descanso, lugar apacible del
desorden y la contra.






El fallido corazón

Palpitación: cifra numérica de mi tiempo
exacto,
me denuncias viva
y sólo anhelo desaparecer
no te quiero en mi muerte
y tú la marcas.







Miedo

Miedo era femenino y grueso, de falda corta
y piernas gordas. Con sombrero de flores
secas me persiguió a lugar de la memoria
visitara. Miedo disfrutaba el juego del
zigzag entre los árboles del bosque de mis
recuerdos. La sonora carcajada de Miedo
me acosaba doquier: ¡pegajosa y pringosa,
imposible alejarla!
En una de mis incursiones a la Casa de las
Remembranzas pude tocar a Miedo; dormía
plácidamente en mi regazo; a veces relamía
sus sueños que eran también su memoria.
¿Qué recordaba Miedo?






JULIO BARRIGA [9895]

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JULIO BARRIGA
Poeta tarijeño aunque nacido en la provincia Nor Cinti (Chuquisaca), BOLIVIA  en 1956. Tiene cinco libros publicados: El Fuego Está Cortado (1992), Aforismos desaforados (1994), Aforismos Desafora2 (2002), Versos Perversos (2004, una suerte de antología personal) y Cuaderno de Sombra (2008).
“He hecho de todo, he sido, incluso, policía judicial en el Palacio de Justicia de La Paz entre el 80 y el 85, y ahí comprendí que tenía que ser poeta o morir en el intento. He sido también peón albañil durante muchísimos años y he cosechado en Argentina. He sido muy trashumante y he estado muy jodido. Ahora me doy cuenta de que se trataba de adquirir experiencia, ojalá lo hubiera sabido en esos perros años”, dijo el poeta en una entrevista publicada el domingo anterior en el suplemento Fondo Negro.
Acerca de la obra del autor:
“Los poemas de Julio Barriga son como la hogaza caliente de las mañanas. Es decir, nunca son frías ni impersonales. En El fuego está cortado fue legendaria su posición poética sobre Quino y Campero: ambos vates estarán juntos en las buenas y en las malas. Y en Cuaderno de sombra ya es leyenda el amor poético que profesa por Robertito. Eso quiere decir que en los poemas de Barriga siempre he hallado a seres vivos, tan vivos que se me hace difícil creer que Roberto Echazú esté muerto o que tanto Campero como Quino vayan a morir algún día” (Juan Carlos Ramiro Quiroga, poeta y crítico).
“Leer la poesía de Julio Barriga es participar en una experiencia en la que un mundo latente en sus páginas se yergue frente a nuestros ojos casi de modo instantáneo. El poder de su palabra construye un universo muy propio, pero absolutamente auténtico y desde allí, su voz cuestiona y corroe otros mundos que acaso damos por seguros. Julio es, sin duda, uno de los grandes poetas de nuestras letras. Cada aparición de un libro suyo es un motivo de celebración para la poesía boliviana” (Benjamín Chávez, Premio Nacional de Poesía 2006). 


Extraídos de Cuaderno de Sombra (El Cuervo Editorial, La Paz), 





Suicidas incompletos…

Suicidas incompletos.
Suicidas fracasados.
Suicidas interruptus.
Un día hay que cobrar valor
y pegarse el tiro de la misericordia.
Para mí la cultura es sólo juego:
un juego con la vida con la muerte
con los dados cargados de la nada.





Me encanta fracasar…

Me encanta fracasar!
pero que mis enemigos triunfen
eso sí que no lo soporto.
Abismos en los que me precipito
hasta el último verso.
Alambre sobre el vacío
por donde transito.
Siempre me las he arreglado
para llevar una vida de mierda:
una existencia que nada más ofrece
innumeras formas de morir.
Poesía que no labra
mansiones de la pureza.







Luego de vivir cinco meses en La Paz…

Luego de vivir cinco meses en La Paz
la irrealidad eclipsa mi ser.
Una nube como un enorme gato gris
se ha retrepado al Illimani1.
Buscando una persona encuentro otra
hora o edad en que las coyunturas
me han abandonado.
Libros que me salvaron del suicidio
(suicidio que me hubiera salvado
de ciertos libros).
Nostalgias del amor me han devastado
y arrasado aquí esperando
la próxima nota de mi canción inmortal.
El momento en que estás
frente a algo que no sabes qué es.

1: Majestuoso volcán inactivo, guardián celoso de mi amada La Paz.







50 de Marzo, ésas son fechas…

50 de Marzo, ésas son fechas
que por siempre quedarán
grabadas en el olvido.
Volver
las nieves del tiempo
platearán mi nariz.
Me dispongo a llover
los dedos sobre las teclas
con canciones dormidas en los huesos
momentos cuando ya no sabes
a qué le confiarías tu expresión.
Parado en la Pérez1 el tiempo pasa otro.
Has malgastado tu vida de 10 en10 centavos
lanzado a la sombra a acopiar
versos para el futuro.
El lugar donde exudo arañas
y escribo caminando
o en los colectivos.
Y camino hasta que toda angustia se diluye
empiezo a volverme transparente
y paso a través de mí
donde no se guarda esperanzas
a vidas necesitadas de venenos lentos
para realizarse
trepadas en las notas altas de una canción
hasta que se les quiebre el alma.
Traigo la muerte en el presentimiento.
Soy un teatro europeo extraviado
en la pampa y / o en el altiplano.

1: Punto neurálgico de mi amada La Paz, donde se estila fijar encuentros de todo tipo. Originalmente una plaza, es un lugar de convergencia de la avenida central de la ciudad y algunas arterias que van hacia la zona norte, suroeste y a la Plaza Murillo, donde están el palacio de gobierno y el legislativo. Su nombre: plaza Lucio Pérez Velasco.






Dios mío, ayúdame a que el asco…

Dios mío, ayúdame a que el asco
no sobrepase mi amor por la vida
ésta es la soledad que buscaba
ésta es la soledad que merezco
especialista en decirlo todo
en menos de 30 segundos
temo ser únicamente
el resultado de un desequilibrio
momento cuando destilo
miel o hiel de mi persona
yo ya no soy
yo ya me fui
ya lo sabía.
En el lujo de unas piernas condenso
la existencia de mundos maravillosos
no temo al colesterol
ni al fin de la historia
sin fin de nuestra bestialización.
Que no haya más que vuelo en la caída
aprenderse la música del viento
acercarse al abismo
poeta en el exilio de tu vida
no quieres descender a tus fuentes secretas
y abrir los cuadernos de tus amarguras
hay muchas multas por pagar
alcoholes que la sociedad inocula en las venas
a gente fatalmente predispuesta
al estropicio de sus turbulencias
espíritus brillando en medio de su oscuridad
cosechando el verso de cada día
aforando el vacío
perdiendo la gillette.
Su destino en coca ni chip escrito.







Hoy en mi sueño te perdí…

Hoy en mi sueño
te perdí.
Despierto a la soledad
y la soledad se para y anda
y llena todo
con su enfática presencia.
Lámpara de mis últimos días!
Y hay dos vertientes
de mi soledad:
La una es conmigo, la otra
es con los otros.
Y sin embargo es la misma.






Días y madrugadas en los que has derramado...

Días y madrugadas en los que has derramado
el azul de tu existencia a ojos plenos
revisiones de bolsillos absolutamente minuciosas
Sorbo a sorbo vamos excavando nuestra tumba
procesos de piltrafización
hacerle exequias a las pérdidas
como si fueran ganancias
cantar en la oscuridad
elegías & herejías
Trazos sobre la ciudad que nunca duerme.
Ya estás teniendo mucho rock & roll
con la misma camisa
y te invaden bruscas lucideces
rodando suavemente en bici
Domingo por la tarde
sin rumbo ni destino.







El Monstruario del Mirador

Tan sólo la amargura me mantiene en pie
la vida es algo que se acaba, siempre
tú también vas a romperme el corazón un día
como a tantos seres destruidos desde edades muy tempranas
personas para quienes el mundo es una necedad y una traición
buscando la droga que les proporcione
imágenes secretas de la felicidad
tristes síntesis mandan en la mente
empiezas a comprender que estás siendo
absorbido hasta los tuétanos
por una fuerza portentosa
traté de surcar el fragor de la tiniebla
manteniendo firme la dentadura
horas prodigiosamente estiradas
donde se desencadena la madre de todas las ebriedades
insignes caballeros cuyo aplomo me abate
gente capaz de producirte un infarto a los huevos
un poemario vivo de seres implacables e imbancables
psicoamericanos, corredores de bolsa
ahora sólo puedo visitarlos
en sueños de los que me despierto gritando.







He vuelto a la casita familiar...

He vuelto a la casita familiar
ella como yo precoz en la decadencia
abandonada al sol de su propia tristeza
a la incuria de ratas e inquilinos
curtida en mugre, letárgica, agrietada
mimada por los gatos y las cucarachas
secas sus flores y efímeros primores
y he vuelto a profanar el aire quieto a grito y borrachera
como en los viejos días
la luna pinta el patio con una cal de hueso
un horror primordial desciende a la resaca
-pavor porque vas a morir,
pavor incluso por estar vivo-
un antro donde ya no entro con mis remordimientos
días y noches de escupir sobre tu recuerdo!
Nunca sabrás cuánto me duele ver estos ámbitos
devastados sin ti y sin mí.
Hoy el cielo de Tarija es una lápida
de la que no puedo evadirme.






Vitácora de Buelo...

Vitácora de Buelo
Amnesia intérlope
La memoria es ese sordomudo
que te va palpando por dentro
mira! el tiempo se ha marchado
queda todo otra vez en silencio
y como un lento refucilo
imagen que creías olvidada
tú y ella rodando entrelazados
por la casa a oscuras
ahora nieva allí un tiempo inexorable
puesto a soñar una ciudad que es ésta misma
jardines salvajes, canciones animales,
gente veterana en teleteatros
días que son escaramuzas atroces y grandes capitulaciones!
entre farallones de angustia recuerdos te deslizan
postales de desván irremediablemente
encadenadas al sol de la nostalgia
ferocidad en pie de letra
música exorbitante, profundo desespero
los cuatro horizontes cantan
estiran mis adentros
cambiar las sábanas teñidas de los malos sueños.
Mejor yo y mi botella nos vamos a un cine.







Recuerda cuando seas miríadas de bacterias...

Recuerda cuando seas miríadas de bacterias
la muerte con lentitud va poseyendo
las cosas en el cuarto cerrado
muebles convertidos en símbolo
de una existencia degradada y rota
el temor que el final de los días
sobrevenga a sangre y fuego!
la indiferencia del calibre 44
la eternidad sacude tus huesos descaradamente
(y tú estabas por ahí tan bella
que hacías doler el corazón)
años de vivir sin el gramo infinito
músicas que crean su propia gravedad
y una verdad cada vez más exclusiva & elusiva
emociones que ya no buscan dueño
un abanico de luz que quise agarrar
me desgarraba el alma
por buscar atrapar la cola
del dragón de la oscuridad
tesituras por donde
te disparas a la nada.







AFORISMOS DESAFORADOS

1- ¿Qué haría si fuera Dios? Renunciaría.
2- A nadie le gustan los muy gordos o muy flacos o muy lo que fuere. Somos una civilización que tiende al término medio. Y a cuántos extremos no conduce esta tendencia...
3- Un hombre también es la suma de sus estupideces.
4- Quizás todos los muertos merecían vivir, y todos los vivos merecerían morir. ¿Tal vez tenemos la humanidad equivocada?
5- ¿No somos todos pulgas en el mismo perro?
6- La edad en que eres un solemne boludo.
7- Y en el asiento del dentista me invadió el absurdo deseo de que me cortaran el cabello.
8- En mi futuro hay algo espantoso: Yo.
9- Esta es la mala suerte que me prometían todos aquellos gatos negros.
10- En una ciudad de un millón de tipos, por fuerza habrá unos cuantos que quieran pegarte un tiro.
11- Lamentablemente uno no es una gallina que pueda mostrar un huevo diario para justificar la existencia.
12- Comimos un asado cocinado a fuerza de miradas.
13- Soy esa estátua que, durante siglos inmóvil, cobra conciencia de la liberación de su movilidad. Pero decide quedarse quieta unos minutos más...
14- En la risa, a cualquier edad y por un instante, recuperas la infancia.



LILIANA BILBAO [9896]

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Liliana Bilbao. Nació en La Paz. Poeta y educadora. Realizó estudios superiores de Literatura Española en la Universidad Loyola, Chicago, EEUU. Ha sido becaria, respectivamente, de la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad Alcalá de Henares, España. Es Licenciada en Educación y Artes por la Universidad Northeastern, Chicago. Cursó la carrera de Filosofía y Letras en la Universidad Mayor de San Andrés. Actualmente se desempeña como docente en una escuela de Chicago, donde reside desde hace varios años. Además de dedicarse a la creación literaria, coordina una tertulia literaria, enseña declamación y dedica tiempo cualitativo a la pintura y la fotografía. Ha publicado Ofrendas – Offerings (poemario bilingüe, 2007). 




Van cinco poemas de esta autora, extraídos todos de Ofrendas - Offerings (Grupo Impresor, s/l).



No sé desde cuando

No sé cuándo llegaste
lloviéndome palabras en el alma
envolviéndome tu eco
como viento huracanado.
No sé cuándo…
trenzaste tu sangre entre mis manos
hasta fundir mi anhelo en tu destino.
No sé cuándo comencé
a perseguir tu médula y tu sombra.
No sé desde cuándo,
desde qué sol, desde qué cielo
me hizo cautiva entre remolinos
este amor-ternura,
Volcán y niebla,
remanso y tempestad.
Santuario,
del tú y yo sedientos
cuando estamos juntos,
y vértigo…
¡Oh, cuando no te tengo!
No sé cuándo
comenzaste mi condena
y fuiste en mi prisa sortilegio,
y fuiste himno
y protesta agazapada
de este sino
de amarte sin mesura.
Sólo sé…
que tiemblo en tu nombre
me enternece tu pisada
y en tu voz me abrigo.
que cuando quise hacerte canto
tú ya tocabas mis entrañas,
que cuando te pensaba en días
afloraban memorias viejas
de vidas compartidas
y sé…
que al querer hacer de ti un poema
eras ya en mi camino
rocosa cordillera.





Quisiera inventarte

Cómo quisiera que no existas
para poder inventarte íntegro,
que me dijeras de nuevo tu nombre
y no conocer tus sombras,
recorrer nuestra página primera
y que sea posible el para siempre.
Que estés llegando y sin apuro
y yo saludarte con tempranas alegrías.
Que tu nombre sea
y tu ternura,
el final de mi aventura diaria
y que llegues y me puebles
como el agua se acomoda en la arena,
y seamos ola
y seamos fuerza
y seamos desafío pleno.
Cómo quisiera no haberte amado
para no tener que olvidarte.







Silencio

Ni solitaria
ni triste.
Sola
como la ola,
la ola y yo sola.
Y el silencio
avasallante,
incrustante,
rumor cascada
insistente,
presagio esquivo,
lamento ajeno,
empecinado
goteo de recuerdos
tantos ellos…
y tan breves,
intrascendentes
huellas de arena
vulnerables
hojas secas
desteñidas
anónimas
esparcidas,
sin epitafio,
sin muertes.
Sola
como la ola,
ahogada,
subterránea,
hecha memoria,
hecha distancia.
Anegada
de recuerdos,
de regreso
a la estación perdida,
llaga
de silencio
infinitamente mía,
infinitamente cierta.
Ni solitaria
ni triste,
sola ola.





Te veré desprenderte

No veré las piedras
que habrás de pisar mañana
pero las labraremos juntos.
Iremos formando
tu danza diaria
de metas
de cantos
… y anhelos,
y tu valiente resolución
de pájaro antiguo
conocedor de la ruta.
He jugado contigo
por un instante,
por cinco, trece, dieciséis instantes,
como se juega con lunas de papel
seres anubados
y a ser de ti la dueña.
Mas desde este abismo
que separa tu ser del mío,
aunque en llanto
yo te canto:
Ya te toca vivir
ya me toca verte…
desprendido de mis ramas,
desgranado,
más bien arrancado
del racimo de mis días,
para formar parte
de un anhelo ajeno
de un plan divino,
para regresar a la ruta única,
al alimento universal.
Te veré desprenderte…







Una tregua

Al ocaso de tus pensamientos
o al alba de tus recuerdos
cuando en un solo momento
tu silencio se haga incierto.
Cuando la palma de tus manos
brille azul o deje bruma
y un quizá quede enterrado
y un por qué quede despierto.
Ni mil siglos de promesas
ni tu paso arrepentido
harán vuelo de caídas
ni harán canto de un ladrido.
Habrá llanto…
llanto hecho plegaria viva
puño crispado ya vencido
muerte viva en un gemido.
Habrá una tregua
en el alma habrá una tregua
de vida,
de sentir,
de olvido…
hasta la cruz de otro latido.




JANINA CAMACHO CAMARGO [9897]

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JANINA CAMACHO CAMARGO
(Cochabamba, Bolivia).- Poeta.

Mónica Velásquez comentó su libro al anotar: “Pocos escritores como Janina se juegan en su primer libro un mundo propio, sólido y audaz. En sus poemas, abismados, los ojos recorren las sombras para asediar desde la página o desde la invocación a los muertos. Y es que los ojos guardan hambre de imagen, hambre de lo mortuorio siguiendo los pasos del amor”.

Su poema ‘Cartas’, dice: “El dolor nuevamente / ha corrido mis costados / Está vacía mi alma / en su consonante dormida / Un agudo dolor ha colmado / las costillas hasta el suplicio de la duda / Se han gastado las suturas / de anteriores dolores / Corre de extremo a extremo / pesadilla en un momento extraño / de etéreas formas / Afuera el sol brilla / anestesiando esta muerte en vida / como hoja que cae / en vertiginosas dulzuras / en lo que dejó de ser”.

LIBROS Poesía: 

Los abismados seres (2006).
"La cruel inventora de los desvaríos" (2010, Editorial Gente Común)




Mirada

Desde donde te miro
observo el luto guardado en mis ojos
te miro desde un orificio
que se abre al mundo.
Guardando silencio detrás de un muro
donde sólo caben las órbitas de los ojos
en tiempos que el mismo reloj ignora.
Te miro guardando esta voz
retenida en las esquinas de las paredes.
En esta distancia por la ausencia
encontré cómo decir
te extraño con los ojos.
Una mirada con los ojos callados
es una manera de no decir nada.
Los ojos un sitio donde las vocales
se convierten en puertas
que te piden escuchar con la
oreja pegada el sonido de las lágrimas.
Te miro en el verbo que es
arrasado por el tiempo.






Amanezco con pequeñas palabras

Amanezco con pequeñas palabras
que son arrebatadas por la distancia.
El asombro de la tierra
al enredarme en el autoexilio
pronto el otoño con su universo asfixiante
me ahogará las hojas del símbolo.
Y el planeta alza vuelo
mordiendo las últimas moléculas del viento
resumidas en llantos
mientras la lluvia inunda los ojos
en los ojos que aún te dibujan.






Callar

Como extraño lleno de vacío
corazón plagado de nada
cuerpo sin alma.
Cuando callo
cuando guardo mi dolor
en este silencio
me quedo atónita
esperando que alguna palabra
se descongele.
Cuando callo
se guarda la oscuridad
de mis ausencias.
En las piedras se guarda
la eternidad de los segundos
atrapados en un siglo extinto.
Mi voz taciturna
extraña para no repetirte
y no recordarte.





Intimidad

El apetito de morar bajo la tierra
entre diálogos subterráneos
de arcilla mutilada.
Un mundo de corazones endurecidos
y rostros salados
más salados que el recuerdo de la avidez.
Sintiendo la tierra en su morada
de venas tibias adormecidas
mientras el cuerpo fosiliza sus huesos.
Perdiéndome en humedades
entre raíces asfixiantes
dejando de ser tiempo y espacio
mientras el aire absorbe mis restos.
Abandonando deseos ínfimos
para ser fantasma que preside el día
para quedar abrazando mi lápida.
Retención de los recuerdos
Pronto se agotó su costado
en los poemas del llanto
y el cuarto se perfumó
oliendo a otoño
mientras su inocencia se rompía
en la extraña constelación
que alguien guardó en un anticuario.
Traspasó el vacío
de muñecas de cartón
sentenciadas a ser antepasadas
de la infancia
mientras se apagó una vela
y el viento la remitía a un huerto
donde florecen las silenciosas del miedo.




Recordarte

Un olor incierto
recorre este instante de recuerdos
no me alcanza la vida
para pronunciar tu desnudez gitana

El luto merece recordarte
tu voz destilada
tu tez dibujando el sol

Tus inciensos
abrigan mis vacíos
y me hacen esperarte
hasta la desconocida vejez

para Rommel Espinoza






LOS ABISMADOS SERES

Después del tiempo de lenocinios y espectros
Después de un número innominado de placeres carnales
Después del desfogue destructor y maldito

La calma mortal yacía aquí
un orgasmo de hechiceras violadoras

El extinto contorno de la cadera
el abismo de imagen y forma se agigantaba
cada vez más

Es la enfermedad de lo vivido
es la racionalidad de las letras
que atravesaban hondo y profundo
calando el pudor falsificado

El abismo hecho oxígeno hecho palpitación.

Interminable desvanecer
sucumbir hasta lo más profundo
cada vez
la voz más lenta.

Acelerada la precipitación hacia la tierra
hasta el fondo
La caída incesante hacia el abismo
que nuestro ser agota

Ya no quiero sentir la carne en mis huesos
no saber más de aquello que la tienta
Agotarme la circulación
y desprenderme suave y despacio.

Romperme en el agobiante hastío de las horas
consumirte en mi delirio de claustro
y no salir hasta tu atardecer
Conservarte en silencio

Que el tiempo consuma las entrañas de la tierra
que no prolongue esta encarnación llena de mohos oxidada

El crimen calma la angustia

Remolinos de agua infinita
sollozaban en las apasionadas
y desdoblaban en nuevas imágenes
prolongando el tedio brillante
de letras en forma de cosmos

El éter consumiendo la gris atmósfera

Tener el descanso violento
Y atragantar mi palpitación
Entrar en un trance de infinita muerte
y no ser ni vida ni muerte
sólo espacio y espanto

Tatuar mi imagen en una piedra muy pequeña
dejar insignificante a mi propio abismo
el tatuaje del transcurso

Minuto a minuto eternizada la forma de los esqueletos
calcinarlos haciendo un mortuorio de las letras
y mostrar la agonía de una poesía
que surgió para ser subterránea

Subsidiar los macizos esqueletos
continuarlos acalambrando
transgredir este momento

Que la razón y lo racional
no contengan este interminable ensueño

Desmembrar los esquemas
y dejar que la mente empiece a vagar
por lo genial de nuestra humanidad
Desenterrarnos de tabúes
enfrentarnos a nuestras formas sin formas

Desenredar a la libertad y comenzar a caer
Retoñar
envolver los sentidos en un cielo vacío
evocarnos continuamente en una lápida nueva y húmeda
posarnos cambiados
los cuerpos en una ceniza pobre de herencia

Malgastar la agotadora y última presencia nuestra
y luego partir
Entender que ya no somos seres
ya somos nada
que apenas llegamos a un éter fantasmal

Y los sentidos acompañan a la muerte de la ceniza
una nada que se pierde en la voz seca y áspera

Otra vez el delirio de la última pulsada de luz
que en la intermitente noche se posa

Sentir que con cada oscurecer del día
empieza la agonía
un constante desvanecer

Sujetarte en este eterno exilio de agonías cortantes

Dejarnos de sujetar a costas de heridas viejas
Interrumpir el derrumbe

Tus esqueletos lapidarios
congelan mi perdición y mi locura
yo perdida y tu extinto en un oasis de costumbres nuestras
transmutarnos en silencio cambiarnos
ser una metaforma entre vertiente de desiertos
conservar las canas que cercioran lo incierto








GUSTAVO CÁRDENAS AYAD [9898]

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Gustavo Cárdenas Ayad (1961) Poeta y narrador boliviano, nacido en Vallegrande, Santa Cruz. 

En poesía ha publicado Las hojas de la madera (1998), Volver al agua de los sueños (2002), Andamios (2004) y Con versos (2011).  
Sus poemas están incluidos en diversas antologías, revistas y suplementos. En narrativa publicó Tiro de gracia (1989) y Desapariencias (2003).






Otra infancia

Ese niño que jugaba
en el patio
con algún duende extraviado
es el mismo
que ahora
con todos sus fantasmas
transita por esta página baldía
jugando a esconderse en las palabras.






El visitante

Desde el Olimpo
y sin escalas
un dios desaliñado
vino a verme;
compartimos
el domingo
con café
fútbol
y anaqueles.

En la noche
leyó mis poemas
y se marchó
sin decir nada,
como todos los dioses.






Dulcinea

Tu inexplorada espalda
no sabe
de mis largas
andanzas
por otros cuerpos
donde yo
       caballero errante
sólo buscaba
el tuyo.






El centinela

Con sus colmillos de nácar
reposa
en el árbol de mi infancia.

De una noche a la otra
y a la siguiente
vela mi sueño
acariciando mi cabeza
con sus garras.
Ágil
preciso
ingrávido
feliz
como son
todos los tigres.






Bird

Emigrante efímera de la altura
igual que el humo,
                   la música.






Diferencia

Las mujeres que amé
son como las palabras:
diferentes
    como
         dos
             gotas
                   de
                      agua.       

[De Las hojas de la madera]









Arte poética

Así como el mar 
que vomita
al amanecer
y se engulle para
la noche
así eres tú
poesía
que llevas
y que traes
en las altas
mareas
el apetito
y la náusea.





Tu nombre

Quiero aligerar
el olvido
y encontrarte
en solo un verso
que te diga
y que te nombre
como antes
cuando yo no te conocía
y andaba por ahí
a ciegas
sin memoria
deletreando tu nombre
en cada mujer
que pasaba
por mi vida
tu nombre
temblando de amor
entre mis labios.

[De Andamios]





Un poema

Un poema es
apenas
el silencio
de todos
los que
ya
se han ido.





Estrella naufragada

La estrella
me extendía
sus brazos.

Precipitada
y caída
en el trasparente
río de la noche.

Mis manos
se sumergieron
en las aguas,
ella temblaba
no sé
si de miedo
o quizás de frio.





Plegaria en si mayor

Poesía
tú que estás
en los sueños
y
en el alto abismo.

No permitas
que trastabillen
mis versos
dame la pausa
precisa
entre palabra y palabra.

Aléjame
de todos los
malhechores
que
posan en tu nombre.

Y no me dejes caer
ni un segundo
en la cordura
Amén.

[De Con versos]



PABLO CARBONE UNZUETA [9899]

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Pablo Carbone Unzueta 
1980, La Paz, Bolivia. Vive en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia. Estudios de Psicología y Psicopedagogía. Director de la página literaria literatura.mundoalreves.com Trabajos publicados en crisoldeleyendas.com Ha publicado en la Antología de poetas bolivianos - Antología súbita 2006.



Arrebatos de crepúsculo

El invierno acecha
con su multitudinaria farsa
este silencio conquistado,
esta trémula noche en que evoco
el último grito de la rosa.
Recuerdo
la seca quemadura de tus labios,
la secreta consumación de la cascada,
el inexorable presagio de tu silueta.
Cómo arrebatabas la pesada inmovilidad
de los pájaros.
Tus manos, como oscuros fantasmas,
celebraban en mi cuerpo,
la extendida orquesta de la luna;
y yo, como un cíclope te miraba;
abstraído derramaba mi dolor en tu
pálida colmena,
ahora desafío a la noche
y su incurable recinto de hojas muertas.
Ahora,
te lego la dura cicatriz
para que seas tú,
quien restaure los canales de la
obstinada sombra.





Descanso subterráneo

Todo ha quedado en la pequeña sombra
en la cifra redonda de la luna…
Brusca definición encendida.
Ciego aleteo de los pájaros.
¿Qué esplendida pesadumbre asumes,
en la terrible hoguera del horizonte?
¿Cómo volver a tu concilio de agua endurecida?
A tu triste melodía de banderas.
Por mi parte, ya no muero por frías
incertidumbres;
ni el perfume del durazno me conmueve.
¿En qué triángulo anida el lejano trance
de tu nombre?
¿Quién sostiene la gaviota invisible de tu
vientre?
Hoy sólo puedo deletrear la frontera que
resbala por la copa,
la soledad filtrada en el combate de los
sueños,
el remanso,
donde la pluma es una lenta ceremonia
hacia la muerte.







Versos de medianoche

Con qué ciega violencia buscas en la penumbra
la boca profunda y demorada de la liviana certidumbre.
Qué falsas esperanzas te abren el pecho
qué oscuridad abatida por tu aguda permanencia
en el estruendo final de la noche,
en la pequeña plegaria de la cornisa,
te visita con su selecta antología de caminos,
con su triste destrucción de cantos y banderas,
con su incurable nostalgia soterrada.
Qué innumerables abismos,
habitan en la caverna de tus temores.
He de pasearme con dolor y con furia,
con sangre y con dientes
sobre la hamaca tendida en tus infatigables manos de fuego
he de reconocerme en los bríos de tus multitudes,
en tus cauces secretas,
en tus pequeñas soledades;
he de morir dentro de ti
como una sombra infinita.






Naufragio

Hay navíos que me conocen,
que me sugieren desde lo lejos,
que me perdonan gruesas imperfecciones.
Vienen enajenados, altivos todos ellos
traen la muerte en los párpados y
un río temblando en las manos.
Si pudiera tan sólo precipitarme;
dejar salir mi voz en pulcros itinerarios,
entregarme, como una triste mariposa,
a la sombra de sus grandes ojos fijos;
todo sería menos confuso y verosímil,
todo volvería a su nutrida esencia
se restauraría la luna de su muerte lenta,
se callarían los trenes
y la selva enfermaría de tanta primavera
pero mientras aquello discurre,
seré láudano para tu herida
paciencia amor mío
pronto abrirán las compuertas
y la mañana se llenará de infinitos latidos






Urgencia de Ti

Todo es una terrible urgencia de manos,
de crepitar de bocas y de pequeños
alaridos diurnos.
Todo es tan pálido y sombrío
tan falto de relámpago y de anillo
que bastaría la temible caridad de la luna,
para que nuestras lenguas puedan, al menos,
saborear las esquinas del recuerdo
para que las sábanas no se ensucien
con fálicas promesas;
y aunque sea sólo por un instante
nos atrevamos a condenar el invierno,
a recuperarnos del suspiro perdido
y volver a creer en el retoño de los labios.




Bajo la bruma de tu sombra

Rompe la noche
contra tu arrecife incalculable,
contra tu región de luna volcánica,
contra tu risa de oscuro follaje

Hay una esmeralda profunda
una biblioteca moribunda
y una melancolía deshabitada

Es dura y solitaria la batalla
Triste el exilio de tus labios,
melódico el silencio sagrado
de tus manos.

Todo se levantará de pronto
de forma brusca e irreparable;
todo volverá a su lejana esencia,
a su rumor de sueño cansado,
a su nostalgia de casilla antigua

Para entonces ya estaré muy lejos;
limpio de tu sombra
y de tanto verso vacío.




ÓSCAR TORRES DUQUE [9900]

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Óscar Torres Duque

ÓSCAR TORRES DUQUE
(1963)
Escritor, editor y profesor universitario nacido en Bogotá, COLOMBIA  en 1963. Ha publicado, entre otros, los libros: |La poesía como idilio (ensayo, 1992), |Manual de cultura general (poesía, 1994), |El mausoleo iluminado. Antología del ensayo en Colombia (1997 y 1998), |Visitación del hoy (1998) y Otro (1999). Obtuvo el Premio Nacional de ensayo Colcultura en 1992, con su libro |La poesía como idilio. Y el Premio Nacional de poesía Colcultura en 1997, con |Visitación del hoy.



Elvis Presley

ese muchacho de pelo engominado
que ofreció
por todo tesoro
el rítmico movimiento de su pelvis
que propagó la peste del rockanrol
a lo largo y ancho del último imperio
que se alistó
patriota
en el ejército pulcrísimo de su país
que enloqueció a las niñas
blancas
y a las niñas negras
que se armó hasta los dientes
para asegurar su vida
contra iconoclastas rabiosos
que engordaba como venus de willendorf
y hacía dietas de insomnio
y estimulantes
para reaparecer
-dador de feeling-
que murió tal vez
entre las aperturas de un silencio metabólico
que tal vez vive aún
oculto o incógnito en mansiones de Hawai
ese que ahora
aúlla de nuevo con su jailhouse rock
para que recomience
-corona donada a su memoria-
el testimonio de bienestar
de sus vasallos.






Oficio

Es mentira. La poesía no es mi oficio
Ni siquiera hay tiempo para ello. Pero, y si hubiera
     tiempo?
Quince minutos no bastan, una hora no basta; quizá dos
     horas,
dos horas diarias.
Digamos que hay tiempo, que saludo a contrapecho el ocio
y no corretean por ahí mis hijos ni mi mujer me invita 
     colaborar en la cocina,
no jode el teléfono ni es mañana cuando vence el plazo
     para entregar otro artículo por encargo.
Entonces pase el ángel y yo aplique al papel un par de in-
     sulsos versos
Es esto poesía? Mis amigos dicen que sí, pero yo no me
     convenzo
y en ese tire y afloje se me va la vida.









Balcón

Suspendido sobre el aire
como una frase a medio terminar,
el balcón subvierte la calle
con una sombra inesperada
y recoge un poco de sequía
bajo sus faldas cuando llueve.
Es un misterio su permanencia
en tan ligera actitud:
no se abalanza hacia orilla
ninguna, como un puente
lo hace, ni se apega a los muros
con la prudencia adusta
que en las ventanas se advierte.
Tiene algo fugaz su manera
de asomarse al mundo,
como una península
se interna en el mar.
Pero no lo quiero así,
como metáfora de caducidad,
sino como imagen de la poesía.






Juan Pablo

       Para Gloria

Pensar que hace diez años ni soñábamos tener hijos,
o mejor, soñábamos no tenerlos,
y hoy mi segundo hijo me llama por mi nombre
como si supiera que su padre es alguien distinto de ese que
         grita o acaricia,
no un hombre del cual depende su destino
sino un pobre hombre que a veces lo visita y tiene muchas
         cosas que contar.
Como si ya lo supiera.
Entonces,soy menos su padre que su cómplice;
Nadie me daría el derecho de prolongar mi historia,
De orientar una vida, de legar una herencia que ya apesta
         A pudrimiento intelectual, a sanalejo de monasterio.
Él no escucha a su padre sino la música compartida,
Los apellidos de futbolistas extranjeros virtuosamente voca-
         lizados,
la historia de Caperucita cada vez distinta,
los nombres de animales que jamás conocerá.
Y sólo tiene dos años. Y es tan flaco y tan pequeño
Cómo he merecido a este Petit Prince que sueña corderos
         que no alcanzan mi destreza?
Pero está conmigo y casi digo "es mío", cuando me sorpren-
         de la tristeza y veo al genio enano que ignora mi 
         impaciencia y corre en pos de otro juguete.
Es la amenaza.
La amenaza de no entenderlo, de no saber por qué llora,
         por qué calla,
qué diantre le va o le viene que yo lo nombrara Juan Pablo
para meterlo en mi prisión
llena de apóstoles extemporáneos y torpes palabras de ter-
         nura.
Pero está libre. No soy yo quien le ha dado esa libertad
ni la alegría de vivir.
Pero hoy más que nunca, o como nunca, sé que lo merezco,
que merezco ser su padre aunque no importe,
que merezco ser Óscar porque así se llama su amigo.


PASCUAL GAVIRIA [9901]

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PASCUAL GAVIRIA

Nació en Medellín, Antioquia, COLOMBIA en 1972.
Pascual Gaviria Uribe. Abogado en uso de buen retiro. Columnista de prensa desde 1998. Ha publicado columnas en di­versos periódicos regio­na­les y ac­tual­men­te sus notas aparecen semanalmente en la revista Cambio. Co­labora además con la revista de la Uni­ver­sidad de An­tio­quia y la revista Yesca y Pedernal editada por la Universidad Eafit de Medellín. En 1997 obtuvo el pri­mer lugar en el con­cur­so de poesía Ciu­dad Vivida, en Medellín, y en 1999 el premio departamental de poe­sía en An­tio­quia, organizado por el Mi­nis­terio de Cultura. En ese mismo año la editorial de la Universidad de Antioquia publicó su libro de poemas Pacientes ca­ligra­fías. En compañía de otros tres auto­res publicó, en 2001, un libro de crónicas ti­tulado Medias tintas, como parte del pro­­yecto editorial rabodeají. Es fundador y codirector de la revista digital www.rabo deaji.com.





Hormigas

Al final de la larga hilera
cargada de verde
en la pequeña hoja se dibuja
el armazón de un barco.
Los trozos que ya han sido cortados
y por cuya ausencia
el esqueleto del casco adquirió forma,
serán las futuras velas;
disfrutarán ahora del viento
de manera diferente.
Jamás olvidarán su ocioso
e incierto vaivén en la delgada rama.
Viajarán cansadas para siempre
sobre y bajo el extraño azul.





Paolo uccello

Uccello vio el mundo reflejado
en la dilatada pupila de Dios.
Todo era trizas para quien intentaba
en un gesto, todos los gestos;
para quien unía, en líneas,
una sonrisa, las olas, las plantas...
Sólo sus ojos bien abiertos por la locura y la
                           muerte,
Pudieron ver La Forma,
el trazo que habían dibujado,
para él, los uccellos.
En su mano cerrada, rígida,
el secreto.






A la Habana y a Cernuda

|La Habana es su cielo y este
no parece parte del cielo común
a toda la tierra, sino proyección
del alma de la ciudad.
Luis Cernuda



Crean su propio cielo las ciudades.
Minuciosas;
con el aliento de cada hombre,
con sus pasos,
la mirada perdida de un gigante de bronce,
    dios de otros tiempos,
la inútil gloria de sus muertos,
con las vueltas de la luz en su faro,
dan forma a las nubes.
Y las cruzan con sus agujas de hierro,
                            coronas,
que ofrecen sacrificios, que imploran
                            protección.
Crean el cielo del que pueden ser sólo reflejo.
Ese cielo que tú viste Luis Cernuda.







Pacientes caligrafías

Se han ido trazando lentos, duros,
ocultos a todos.
Bajo innumerables vaivenes
bajo vientos que redondean follajes
y cambian sus colores;
se han ido trazando los precisos círculos.
Allí están escritas las lluvias,
las sombras,
y del pájaro, el nervioso ojo naranja.






EL TIRO INFANTIL, DESPREVENIDO
marcará siempre el centro.

La piedrita cae lentamente en ese mundo
oscuro,
y el ojo comienza a extenderse, a grandes
círculos,
inmenso,
recorriendo el fondo, abarcando el cielo.

Morirá lentamente. La pupila en lo más
hondo,
La pequeña mano ociosa.







Tiene sus días ese río

Pero tiene sus días ese río venido a menos,
ese río que llamaban de fiebre y de aguas modestas.

Alguien le presta sus poderes,
lo despierta de su ocio atareado y le aconseja la furia,
                                                                               la embestida.

De nuevo puede esconder misterios entre sus aguas pardas,
dejar asomar el lomo de algún animal muerto
para tragarlo de nuevo con la avidez de una fiera mayor,
o mostrarnos orgulloso algunos restos de los estragos
que ha dejado entre los hombres,
arrastrando el botín que ha rapado a sus cuidados,
un botín raído de colchones, ruedas de bicicleta y alguna silla desresortada;

y es posible que su furia sea cruel
y que en medio de los despojos, como otro más,
baje el cuerpo de la muchacha ahogada.
Y puede oírse de nuevo su paso,
no la alegre canción de las aguas sino un rumor oscuro de piedras y troncos,
un ronroneo de malos presagios.

Cuando llegan esos días de gloria
me extraño del poco aliento
que parecen tener los encargados de cuidar su fuerza desbocada.
Desde sus orillas lo miran pasar,
escuálidos y curtidos de vivir entre las grutas 
que traen las tintas de la ciudad al río.

No tienen problema en regalarle sus hilachas,
saben que bajarán los ímpetus
y de nuevo será hora de esculcar entre su lecho de piedras,
sacar sus arenas y arrullarse con su música más leve,
sólo a ellos concedida.

Celebran su arrebato
con la alegría del amo ante la gracia insolente de su perro. 
Son las ondinas y los genios tutelares del río.
Famélicas y desgarbados.








Naos

No tienen las nubes sólo el lento ritmo de las
naos,
tienen además
el tardo y fúnebre paso del ultimo barquero,
mensajero que anuncia y trae la muerte;
y el blanco de las velas,
henchidas contra el viento y el sol.
Las frágiles velas,
en las que Conrad sólo viera telarañas e hilos.
Y sus sombras recorren nuestro mundo
sin emblemas, sin banderas
como si sólo fuese un sinuoso fondo.

(agosto de 1998)









Nervaduras

A contraluz el sol nos muestra los
intrincados caminos
sobre las brillantes hojas verdes.
Vemos sus venas, casi las sentimos bullir.
Más tarde cuando se hacen lisas,
de un mismo verde,
el sol afila, aguza el borde de una montaña
como si apenas fuera una nervadura.

(julio de 1998)









A vuelo de pájaro

A vuelo de pájaro
he visto la ciudad recostada al río,
tendida en su orilla
como una bestia exhausta tras la
persecución.
Tal vez beba un poco de agua
con la mirada fija e inquieta en la oscuridad.
Adivino su respiración agitada
sus costados que se ensanchan y se encogen,
en el titileo de las luces desde lo alto.
Está acorralada y temerosa,
es una presa fácil. 



Guijarros


 Y la voz del gran tonante clama: ¿pensáis en mí?
Y resuenan las entristecidas olas del Dios mar: ¿ya nunca,
como antaño, os acordáis de mí?

F. Hölderlin


Luego de la furia
y de las grandes batallas
luce exhausto el mar.
Parece arrullarse en su paciente murmullo.
Ahora su labor es propicia al sueño y el
silencio:
labra ocioso los restos que han llegado a él
por azar o desdén.
Hay en sus batientes orillas algo así como
cementerios sagrados,
guijarros divinos:
ahuecados, macizos,
brillantes y ondulados.
Como un Dios bondadoso, pule los
diminutos seres que le son
encomendados,
dejando siempre de ellos lo mejor,
construyendo su liturgia con migajas.
¿Podríamos venerar esos despojos rituales?




RENÉ HAMANN [9902]

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René Hamann
(Nació el 23 de agosto 1971 en Solingen, Alemania)

Mi nombre es René Hamann. Me llamo así desde el nacimiento. Nací en 1971 en la soleada Renania, para ser específicos en Solingen. Hice el bachillerato en Niederrheim, estudié en la ciudad santa de Colonia. 2003 me fui al “Polo Este”, es decir me mudé a la capital alemana, para probarme como escritor y periodista. Trabajo como autor para el taz y distintas publicaciones, he escrito además cinco libros y medio y una pieza radiofónica. 

Obras (selección) 

Katalan, Gedichte, 2002, Parasitenpresse /Edition Parasitenpresse
Neue Kokons, Gedichte, 2003, Lyrikedition 2000
Das Mädchen und die Stadt, Erzählung, 2004, SuKuLTuR (Reihe „ Schöner Lesen “, Nr. 31)
Schaum für immer, Roman, 2007, Tisch 7
Das Alphabet der Stadt, Erzählungen, 2008, Verbrecher Verlag
Berge und Täler, davor Männer und Frauen, Gedichte, 2009, Gutleut-Verlag, ISBN 978-3-936826-46-3
Am Rande des Glücks, Roman, 2011, Verbrecher Verlag, ISBN 978-3-940426-95-6


Papeles dispersos 

Gedichte in: Devolver el fuego. Cinco poetas de Alemania , hrsg. von Timo Berger , 2006, Ediciones Vox Bahía Blanca
Erzählung: Schaumbäder der Liebe , in: BELLA triste Nr. 10, Hildesheim 2004.
Gedichte Colon und Köln Esserstraße , in: um[laut] Nr. 7, Köln 2010.




Fragmento

Hay que desterrar lo exquisito, supongo
Y cómo me distancio de mí, la vida
en otros planetas, la densidad del tráfico, mundo cambiante
el agua imbatible que se escurre
Parece que el tour llega a su fin. Pero la noche
cae siempre de nuevo, y ahora sigue un autobús
de un equipo, una percha, una escena tras persianas.






LÜTTICHER STR. 58

ausschlafen ist ihr ein fremdwort
sie kniet auf dem bett und blättert 
in einem fotoalbum, studiert es
mit straußenaugen, das weltall
schläft, sie schaut auf die gesichter
die ihr unbekannt sind, ätherische
farben, bleiche motive, berge und 
täler, davor männer und frauen
die haben in der tagundnachtgleiche
immer ein bein vors andere gestellt
wenn sich das weltall umdreht, flach
wie unbewegtes wasser, stellen sich
neue motive ein: gelutschte zehen
zimmerlautstärken, sexualfolklore
erzähl mir, woher ich dich kenne
deine muttermale sagen mir nichts

Berge und Täler, davor Männer und Frauen







nachtzug

im zug zwischen den mündern, nachts
der kopf vom schlaf zubetoniert,
schlagen sich erste gedankenwurzeln
im neonlicht durch den hölzernen turm.
auf dem display neben mir, während
ich den weg nicht finde, funkt sich
die navigation ans ende des bilds: doch
an den knotenpunkten nichts als namen.
die strecke drischt über wetzlar, treysa,
marburg & gießen im zufallsprinzip
starten wortjets von den mundrampen &
nur langsam mache ich formationen aus
erinnerungsschleifen. an der hirnrinde
schlagen die ersten gedanken aus, sie
stoßen löcher in die netzhaut, die flaggen
der evidenzlotsen schwanken noch
im bodenlicht. dann, langsam, kriechen
strahlen aus ihrem netz & zwischen
radarstationen gehen funksprüche hin & her:
sie raten mir, mich zu erkennen zu geben.
Neue Lyrik




landschaft in spe, stadt in angst

die sinnlosen landschaften hinter dem fenster
des wagons sechsendige strommasten ziselierte grafien vorher
abfotografiert: nur dass die sprechblasen fehlen
im matt beheizten raum. ein krummfuß
auf dem gebläse die hand
unter dem kinn abgekratzter bart: 
sinnlosen landschaften verteilte flächen 
zugewiesene schafe unter lichtbefall 
des nahverkehrs …
im abteil zugemüllte aschenbecher bei eingestelltem rauchen 
die dunkle frau auf dem sitz gegenüber 
rückt ihre brille zurecht & späht aufs selbige bild: 
ausläufer der ruhenden stadt 
deren industrien weiß abgewickelt werden:
unbeweglich & starr wie der behemdete arm
als der schaffner den stoff hochzieht & ansetzt
die blutwerte zu kontrollieren
Neue Lyrik





staumeldung

was der ticker nicht meldet kann man
niemandem erzählen auch nicht lyrisch 
verwerten wenns nicht schneit sonntag morgens
um acht & ein späher der reihen durch
beschattende bäume zieht ein nebel entsteigt
seinem hochsitz & ein bild einer französin als
wandposter das frei hängt in der luft die
blau ist vom dunst der eindrücke des försters
oder sonst eines funktionärs:
es schneit nicht
kein konjunktiver fall stattdessen ein gleich
geschaltetes knirschen in den stämmen
was der ticker nicht meldet die anliegertage
mit zermatschtem wild & gefundenem metall
die ausgeschriebenen nächte an brettern 
verendetem holz genagelt kann man nicht
beschreiben an diesem morgen leuchten
die ränder der sonne auf die ränder der straße
vor den wipfeln der verschwimmenden berge
der geparkte eindruck der französin als wand
bild mit gelbem renault dessen stille sich abhebt
vom rauschen hinter den augen das fremde
darin ist das fremde daran sie sieht nicht
den späher mit dem umgehängt baumelnden
fernglas in hüfthöhe amerikanisch das gewehr

Neue Lyrik










GASPAR GARCÍA LAVIANA [9903]

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GASPAR GARCÍA LAVIANA (comandante Martín), sacerdote español que luchó junto a los sandinistas nicaragüenses.
Nació en 1941 en Les Roces (San Martín del Rey Aurelio, ASTURIAS) y emigró años más tarde al pueblo langreano de Tuilla. Estudió bachillerato en Valladolid y Filosofía y Teología en Logroño. donde se ordenó en la orden del Sagrado Corazón. Celebró su primera misa en el año 1966 en la parroquía de su pueblo natal. Después se trasladó a Madrid, donde terminó un cursillo de Sociología. Aqui mismo compatibilizó su sacerdocio, en la parroquia de San Federico, con el trabajo de obrero en una carpintería del barrio. Durante los tres años que permaneció en Madrid trabajó intensamente con la juventud y con grupos de sacerdotes obreros con el afán de implicarse cristianamente en la marcha social.

En 1966 se fue a Nicaragua para trabajar como misionero en Tola. Allí estuvo con los campesinos locales y tomó contacto con las dificultades que afrontaban día a día. Con frecuencia visitaba a los enfermos y fue llamado muchas veces ante la falta de medios médicos a disposición de los campesinos. Criticó duramente la práctica del secuestro de las jóvenes que posteriormente eran obligadas a ejercer la prostitución, secuestros que eran amparados por el éjercito de Somoza. García Laviana expresó su desacuerdo en la opresión de los campesinos pobres y su marginación en la sociedad en una coleccion de poemas, siendo este el primer libro publicado por el gobierno sandinista. Como resultado de todas sus críticas y sus denuncias ante la corrupción y la injusticia del régimen somocista, fue acusado de ser simpatizante comunista. En 1977 García Laviana recibía amenazas telefónicas y era seguido por agentes de Somoza para comprobar sus actividades, actividades que consistian en ayudas a los sandinistas actuando como correo, transportando gente y, principalmente, educando a los campesinos para que fueran capaces de comprender la situación en la que se encontraban por sí mismos. Estaba muy influenciado por el espiritu de la Teología de la Liberación que ponía en lugar preferencial la acción pastoral a los pobres. Finalmente acabó tomando las armas al entender que un cambio político pacífico no ayudaría a paliar las terribles necesidades que veía todos los días en Nicaragua. Siempre condeno la violencia, pero se vio obligado a ella como el único medio para que los pobres de Nicaragua fueran liberados de su opresión.
Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, reconoció la importancia de la participación de García Laviana en la lucha revolucionaria. Muchas de las preocupaciones de García Laviana se convirtieron en prioridades para los sandinistas cuando asumieron el poder, el gobierno revolucionario instauró la asistencia médica como una prioridad principal, puso en práctica las iniciativas de reforma agrarias que redistribuyeron la tierra a muchos campesinos individualmente y en cooperativas y denunciaron la prostitución.
Gaspar García Laviana murió el 11 de diciembre de 1978 en combate, dirigiendo la columna "Benjamin Zeledón". De él se decia que era "el primero en entrar en combate y el último en retirarse"





PRÓLOGO

Va ya para más de veinticinco años de la fecha en que el padre Gaspar García Laviana, sacerdote, religioso, misionero, muriese violentamente en un enfrentamiento entre la guerrilla nicaragüense y la Guardia Nacional del gobierno de Somoza. Vista la evolución posterior al triunfo de la revolución sandinista, en Nicaragua, la duda o la decepción pueden surgir: ¿para qué tanto sufrimiento si todo vuelve a ser como antes?. Y no les falta razón. Ocurre en todas las revoluciones. O casi en todas. Pero quizá sea porque no se ha podido conocer a fondo la semilla , aún viva, que hace veinticinco años Gaspar sembró y que dio su buen fruto. Por desgracia, menor que el que quería quien la obonó con su sangre. Sus amigos decían que "araba sobre el mar" ......




Lo llevamos dentro

Siento mugidos rojos
Corriendo por las venas
Estampidas de manadas, 
manadas
Astados a millares.
Bravuras ibéricas
como invasión de sangre al rojo 
vivo.
Sangre y sangre cada vez mas 
viva
cada vez más roja

Ríos de acero fundido.
Bosques de patas recias
al compás de la locura.
Trueno inacabable
de moles a mares
despeñándose en cascadas 
infinitas.

Embestidas implacables
de cuernos y cuernos
en la plaza de toros del mundo.

Así, los que nacimos en el toro,
lo llevamos dentro






Así me despidió Carmen

Te vas sabiendo que la verdad es dura
y que sólo viviendo duramente
podrás hallarla en toda su hermosura.

Tus manos fuertes de obrero y 
campesino
trabajaran los cuerpos y las almas
en campos más lejanos y distintos
para hacer florecer, a costa de sudores,
el fruto de lo humano y lo divino

Sigue con sonrisa sencilla y con pisar 
austero,
sigue luchando por ese mundo de utopía
que tú y yo sabemos verdadero.
Sigue, pese a quien pese, hasta caer 
rendido.

Cuando solo y tal vez un poco triste
y la duda y la impotencia
coronen de dolor tu limpia frente
que escucha limpia las voces del destino
recuerda que aquí, rezando a mi manera,
pediré que sigas sincero en tu camino.






OJOS HUMILLADOS

Miraba dos perros flacos
caminar bajo la lluvia
y en sus ojos humillados,
se notaba que sufrían.

Unos ojos parecidos
los tiene los labradores,
cuando los bajan vencidos
al mirar a sus señores





AMÉRICA

Uvas agraces sin color de vino. 
Caras serena inmaduras. Amor 
de madre incestuoso. Tragedia 
como el mundo. Pálido fuego de 
amapolas pobres. Palacio de 
riquezas y de ignominia. Hambre 
insatisfecha para siempre. 
Tragedia de pan y de vino. Frío 
apacible de ilusiones. Tierras 
cansadas de muertos. Ojos que 
aran los campos. Tragedia 
resignada. Erupciones de sexo 
moreno. Volcanes femeninos. 
Cosecha de amor generoso. 
Tragedia de hijos.




Viajé largo

Viajé largo
ancho mundo.

Viajé largo
por las vertientes más pura,
recreándome en tus trazos.
Vi geranios de amargura
que olían a pobre.
Vi gardenias
de colores retocados.
Vi esencias 
de claveles.

Viajé largo

Vi perfiles 
como el cielo.
Santuarios 
de bellezas increíbles.
Cumbres de nieve
holladas por pies descalzos.
Esperanzas de verde
inacabables como el mar.
Guerras animadas
por himnos wagnerianos.
Cadáveres humanos
Viajé largo.

sacerdotes elegidos,
ácidos corrosivos,
enmascarados.
Pulidas agonías infantiles
de pueblos 
con cabeza de ganado.
Moldes mercantiles
en togas de justicia.
Niños bellos
con estomagos hinchados
Vi desdichas

Viajé largo
ancho mundo.

Viajé largo





El Tiempo Nuevo

Oye mi consejo:
Prepárate para la lucha
Edifica la iglesia
Con piedras que no teman la muerte,
Que no usen parapetos
De sofismas cobardes.
Que sea profética
Que grite sin desmayo
La llegada del anticristo
El oro y el poder
De la sinagoga.
Amigo,
Te darán muerte
Como en los tiempos del Romano Imperio
Serás triturado como trigo.








Cuando muera,
No quiero que sollocen mentiras
Las sanguijuelas del pueblo.

Yo vi sus lágrimas
Consolando las viudas de los campesinos
Para luego matarlas
De hambre.
Y les vi matar a los líderes de los pobres
-pobres como ellos 
Para luego llorarlos en entierros suntuosos.
Yo vi a los trabajadores sufrir accidentes
Por falta de seguridad
Yo ví las caras de estos perros gordos compungidas,
Vi sus lágrimas saladas,
Y los vi más tarde
Rematarlos,
Con el hambre y el despido,
Rematarlos a patadas
Como a perros flacos.
No ¡que no me lloren ellos!







Gaspar García Laviana,
sacerdote, guerrillero y poeta




García Laviana, oficiando su primera misa, en Tuilla




Por Xabier F. Coronado



Sus poemas son como canciones,
se les podría poner música
para que los cante el pueblo

Ernesto Cardenal

Hay vidas que discurren de tal manera que van dejando detrás de ellas un reguero de pólvora. Ese rastro queda ahí, en el camino recorrido, a la espera de una chispa que lo prenda. Cuando esto sucede se produce una explosión, un fulgor que se expande y el ejemplo de esa existencia trasciende. La repercusión que genera a veces no traspasa el ámbito familiar o local, pero otras la onda expansiva se multiplica y provoca un fenómeno social.

La vida y la obra de Gaspar García Laviana (Asturias 1941-Nicaragua 1978) es uno de esos ejemplos. Su muerte fue el detonante que hizo explotar la luz que iluminó toda su existencia. En México no es muy conocida la vida de este sacerdote que moría empuñando un fusil en Nicaragua. Gaspar murió en un enfrentamiento con la Guardia Nacional, el grupo policíaco-militar que mantenía, a base de terror e impunidad, la dictadura de Anastasio Somoza.

Pero ¿quién era Gaspar?, ¿qué circunstancias le habían llevado hasta ese momento definitivo en que perdía la vida luchando por una causa revolucionaria?

Gaspar García Laviana había nacido treinta y siete años atrás, en Les Roces, Asturias, un lugar muy lejano del terreno donde se escondía aquella húmeda madrugada de diciembre con un grupo de compas que estaban bajo su mando. Su padre era minero, había pasado cuarenta años de su vida en la mina y Gaspar, a pesar de empuñar un arma y luchar en una guerra real, era sacerdote. Un misionero que había tomado la decisión de matar y morir por una causa justa, la liberación del pueblo al que había entregado los últimos años de su vida: “Vine a Nicaragua desde Asturias, mi tierra natal, a ejercer el sacerdocio como misionero hará unos nueve años. Me entregué con pasión a mi labor de apostolado y pronto fui descubriendo que el hambre y la sed de justicia del pueblo deprimido y humillado, al que yo he servido como sacerdote, reclamaba, más que el consuelo de las palabras, el consuelo de la acción.”

García Laviana, tercero por la izquierda con guerrilleros

Un cura que se hizo guerrillero y dejó escritas las razones de su lucha en una carta a sus compañeros de congregación en diciembre de 1977: “Yo no puedo callar ante esta situación, porque estaría contribuyendo a sostener el gobierno brutal de Somoza.” El texto concluye con un párrafo donde se mezclan el espíritu misionero con la necesidad de la lucha revolucionaria: “El somocismo es pecado y liberarnos de la opresión es librarnos del pecado. Y con el fusil en la mano, lleno de fe y amor por el pueblo nicaragüense, he de combatir hasta mi último aliento por el advenimiento del reino de la justicia en nuestra patria. ¡Patria libre o morir!”

Esta trascendente decisión fue tomada por Gaspar en la primavera de 1977 cuando, después de sufrir varios atentados, tuvo que huir de Nicaragua perseguido por la Guardia Nacional.

Gaspar moría la madrugada del 11 de diciembre de 1978 en Nicaragua, su país de adopción, en un carrizal junto al río Mena, en el municipio de Cárdenas, muy cerca de la frontera con Costa Rica. En ese momento es probable que toda su vida se reflejara en una última visión antes de abandonar este mundo. Si así fue, seguro que recordó su infancia en Asturias, su formación en el seminario, los años en La Rioja donde estudió Filosofía y Teología, los primeros trabajos de organización social formando una cooperativa para la construcción de viviendas en un barrio habitado por inmigrantes, los estudios de sociología en Madrid que completaron su formación universitaria, la alegría de oficiar su primera misa en 1966, los cuatro años en Madrid ejerciendo como sacerdote en un barrio obrero donde también trabajaba de carpintero para conocer mejor las condiciones laborales en que vivían sus feligreses, su sueño de ser misionero, el viaje a Nicaragua, la dura realidad social centroamericana, sus colaboradores y amigos, la alegría del trabajo compartido, los contactos con el Frente Sandinista y su primer nombre revolucionario: Ángel, la formación clandestina de los jóvenes que le iban a acompañar en la lucha, el rescate de las niñas del prostíbulo, la creación de escuelas, el acoso de la guardia somocista, el exilio en Costa Rica en campamentos de la guerrilla sandinista, su segundo nombre clandestino: Miguel, los meses de entrenamiento en Cuba, su ascenso a comandante, el comandante Martín, la toma de Rivas que dirigió junto a Edén Pastora, el enfrentamiento definitivo con la guardia...


Es muy probable que todo esto pasara como una película por la mente de Gaspar, toda la recapitulación de su vida en un último y definitivo poema. Porque Gaspar, además de sacerdote y guerrillero, era poeta, y sus poemas circulaban de mano en mano entre los guerrilleros del Frente Sur: “A morir/ a morir guerrillero/ que para subir al cielo/ hay que morir primero” (A corazón abierto, Madrid, 2007).

Una existencia de solidaridad plena, dedicada por entero a sus semejantes, y una muerte que tuvo la importancia de ser el detonante para conseguir el triunfo sandinista: “La muerte de Gaspar fue el impulso que nos llevó a la victoria.” (Daniel Ortega).

En Nicaragua son conscientes de la importancia de su sacrificio y Gaspar es considerado un héroe de la revolución. Ernesto Cardenal escribió que “por su vida y su muerte es una inspiración y un ejemplo a seguir para todos los sacerdotes, para todos los cristianos y todos los nicaragüenses.” (Gaspar G. Laviana, Cantos de amor y guerra. Introducción. Managua 1979).

El pueblo puso su nombre a hospitales, escuelas y calles. Todos los años se conmemora la fecha de su muerte como una efeméride fundamental en la historia del pueblo nicaragüense. Tres décadas conmemorando esa muerte en actos que se realizan cada año en Cárdenas, bajo la cruz que señala el lugar donde Gaspar entregó su vida. Gaspar G. Laviana, el “cura sandinista”, el poeta, está vivo en la memoria colectiva del pueblo.









AGUSTÍN CASTILLO [9904]

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Agustín Castillo
Nacido en Bogotá, Colombia, el 19 de mayo de 1947.
Escritor colombiano nacido en Bogotá, es además abogado, notario y periodista. Su obra literaria incluye la narrativa (dos libros de cuentos y una novela publicados); la poesía, donde se mueve con igual propiedad por temas como el humor, el amor, el erotismo y la muerte (seis libros publicados y tres inéditos); y la dramaturgia (dos obras de teatro y un guión para largometraje inéditos).
El escritor ha publicado: Caja de sorpresas (cuentos, 1992); Se vende un poeta (poemas, 1993); Muerte del sol en la sombra (poemas, 2001); Aroma de silencio (poemas, 2002); Humor blanco (poemas, 2003); El jardín de las paradojas (cuentos breves, 2003); Humordiscos (poemas, 2006); Las manzanas de la discordia (novela, 2007) y Un disfraz para el miedo (poemas, 2007). 





Muerte del sol en la sombra

(Elegía a la muerte de Pepe Cáceres)

Deje de sonar el bunde,
porque hay dolor en el ruedo:
el toro pudo al torero
llevar primero al castigo.

¡Fiesta! ¡Que siga la fiesta,
aunque haya muerto el torero!

¡Oh sino de los toreros!:
beber de un sorbo la vida
y como el placer embriaga
dejar la bota vacía.

¡Fiesta! ¡Que siga la fiesta,
aunque haya muerto el torero!

La lidia es sangre y es muerte,
y es la brega la medida
de lo que puede el torero
probar con su propia suerte.

¡Fiesta! ¡Que siga la fiesta,
aunque haya muerto el torero!

Porque muriendo se vive,
muere el clarín en sus notas,
muere el ¡ole! en las gargantas,
vive el torero en el toro.

¡Fiesta! ¡Que siga la fiesta,
aunque haya muerto el torero!

La muerte de los toreros
muerte es del sol en la sombra,
de la tarde en los relojes
y del rojo en los claveles.

¡Fiesta! ¡Que siga la fiesta...
y el bunde vuelva a sonar!







¡Que en paz descansen!

Tres golpecitos daba mi abuela
todos los días sobre la tumba
de su marido para que el pobre
se despertara con su llamado.
Pero el difunto no se movía.

Golpe tras golpe, mi viejecita
toda de negro, ya muy canosa
se fue muriendo bien convencida
de que el abuelo estaba sordo,
porque a sus golpes no respondía.

¡Qué en paz descansen los dos abuelos !
y que disfruten de su sordera.







Las tres sorpresas

Damas de luto, tres solteronas
todas hermanas vienen llorando.

Lloran la muerte del que fue amante
y acompañante de todas tres.

Vienen de prisa desde la iglesia
desesperadas porque él se fue.

No lo enterraron las tres dolientes,
pues el amante se fue con otra.

Hay quienes dicen que el tal amante
- quien también llora - quiere volver.







Secreto de confesión

Que «las paredes
tienen oídos»
y que «las voces
de los secretos
siempre se escuchan»

sentenció un sordo
mientras veía
que el otro cuarto
(sin que temblara)
se estremecía

cuando su esposa
se confesaba
con el buen cura
que le otorgaba
la absolución.







El sueño de una mosca

Una mosca que volaba
por encima de una fruta
y en su vuelo proyectaba
una sombra diminuta

se quedó casi extasiada
al creer que al mismo tiempo
en esa sombra ella estaba.

Y en el sueño que soñaba
supo que «la vida es sueño»
y que una mosca son dos.







CON NOMBRE DE SIRENA

Con la espuma del tiempo transcurrido
he plasmado tu nombre aquí en la playa
donde busco atrapar con mi atarraya
los misterios del mar desconocido.

Y del agua salobre del olvido
ha sacado en la red a una sirema
que dialoga conmigo aquí en la arena
acerca del amor que ella ha perdido.

Mi atarraya es la urdimbre del pasado.

La sirena es tu nombre en mi recuerdo.








LA BÚSQUEDA

Te busco y jamás te hallo,
te busco donde no hay nada.
Te busco en cada mirada
a ver si tus ojos veo.

Te busco en los adoquines
para seguir tus pisadas.
Te busco en los campanarios
para escuchar tus plegarias.

Te busco en todo pañuelo
paraa saber si has llorado.
Te busco en la entretelas
y en las costuras del alma.

Te busco, siempre te busco
te busco donde no encuentro
sino la ausencia esfumada
en los matices del blanco.








CLÍMAX

Mi lascivia copula con la tuya
en el intenso fuego alimentado
por los leños del árbol de la vida.

Sobre el ardor de llamas fulgurantes
bulle el agua en la fuente del deseo
y el vapor llega el éxtasis magnífico
donde somos los dos aquella nube
que apaga con su lluvia nuestro clímax.







ALFREDO OCAMPO ZAMORANO [9905]

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ALFREDO OCAMPO ZAMORANO
Cali, (Valle del Cauca), 1930.
Realizó estudios de Sociología, Derecho y Economía en la Universidad Javeriana de Bogotá. Es magíster de la Universidad del Valle y PhD en Sociología de la Universidad de Columbia de Nueva York. Ha sido profesor de las universidades del Valle, Santiago de Cali, Javeriana y Los Andes. Reside en Estados Unidos desde 1955, donde ha sido colaborador en las universidades de Iowa y en Tulane en Nueva Orleáns. También ha sido investigador de instituciones nacionales como el DANE, FES, Incolda y Banco de la República. Ganó el Concurso Nacional de Poesía Guillermo Valencia del Instituto Colombiano de Cultura 1973, el Premio de Poesía del Año Internacional de la Mujer en 1976 y obtuvo una Mención de Honor en el premio Nacional de Poesía "Alférez Real" de la Universidad del Valle en 1997.

Libros de poesía publicados:

 1. Poemas Motetes y Cantos. FERIVA. Cali, 1968.
 2. Conversación del Duende Aprisionado. FERIVA. Cali, 1973.
 3. Poemas Reunidos (Selección). Premio Nacional de Poesía. COLCULTURA. Volumen No. 132. Biblioteca colombiana de Cultura. Bogotá, 1974.
 4. Poemas Reunidos (Completo). CAFAM. Bogotá, 1974.
 5. La Savia sin Nombre. Tercer Mundo. Bogotá, 1975.
 6. En una Oscura Casa donde Crece la Noche. POEMAFICHES. Banco del Comercio (Don Bosco). Bogotá, 1976
 7. Oficio de Amor. Premio Año Internacional de la Mujer. Tercer Mundo, 1978
 8. Asir los Días del Amor. FES. Cali, 1982.
 9. Almofrez. Gobernación del Valle. Cali, 1986.
 10. Motetes Eróticos. Gobernación del Valle. Cali, 1993.
 11. Elegía Calima. Mención de Honor, Alférez Real. Universidad del Valle. Cali, 1997.
 12. Romamor: Caja con cinco libros. Payson-Domardi. Bogotá, 2001:
        a. Duende
        b. Carlos del
        c. Alfritaz Faro
        d. Nadie
        e. Farewell (Poems in American English)
 13. Bitácora. Apidama Ediciones. Bogotá, 2002
 14. Guiomar@canto.co. Apidama Ediciones. Colección Poetas del Nuevo Milenio. Bogotá, 2004.
 15. Concierto de Amor a dos voces. Diálogo poético entre Guiomar Cuesta y Alfredo Ocampo Zamorano. Apidama Ediciones. Bogotá, 2005.
 16. Katrina: The Eye of the Hurricane. Apidama Ediciones. Bogotá, New Orleans, New York. Presentación en New Orleans and in New York. The National Arts Club, New York, octubre de 2005.
 17. Contrapunto & Kalilgramas (Poemas peruanos). Apidama Ediciones. Bogotá, abril de 2006.
 18. Desde las mil colinas de Ruanda. Apidama Ediciones. Bogotá, abril 2008.
 19. Tropical Guavas, poems in English, work in progress.





CANTO DE LA PALABRA

(DÍA DOMINGO). Fragmento.

Hermanas calimas, abuelas, madres, esposas, hijas,
Sacerdotisas, sembradoras, nietas,
descendencia milenaria de mi etnia.
¿Qué es la palabra, sino un suspiro?
En un comienzo: sonido y explosión, voz y cadencia,
origen, nido, alga, semilla e instrumento.
Vocablo primordial que nos va abriendo,
manando, fertilizando, derivando,
al movimiento alado de su germen.
La palabra: delgada línea, llantén de agua, canutillo,
lengua, bacteria, helecho, carrizal, labio y modulación,
higuerilla, bejuco, anamás, áloe, oído y orificio.
Acción silábica de su vocablo, producto
que nos fue conformando.
La palabra: redondez de nuestro espacio, tórtola, cayumbo,
embrión y gentilicio, manantial de nuestro cártamo.
Tallo, acodo, injerto, surco, semilla y raíz de nuestro ulluco.







Arbusto, siembra, nudo y cultivo que aferra nuestros frutos
ovalados, malvarrosos. La palabra: pájaro cautivo,
oloroso junco, razón de ser de nuestro mutuo origen.
Fertilizándola, Altazor, la liberamos, trasplantándola
de nuestros cultivos y viveros, de nuestras siembras y jardines
desgajándola como convólvulo al argemonte del mañana.
La palabra: hoyo, acanto, soma, río,
gorrión que se remonta por las fuentes
al fuelle escarolado de las lunas.
La palabra: ondulación, hogaza, levadura
que escalfa los pliegues, las ranuras,
el ñame de las tres cordilleras.
La palabra: florecer del maguey. Zapalote. Hongo. Moho.
Helecho, calabaza, tominejo. La palabra nuestra, en el poema,
que alzaprima los sembrados fermentándolos en las chamizas,
donde seguimos, hermana calima, en tus palabras, al futuro.








tengo una especial predilección

tengo una especial predilección
por las plazas de mercado
me atraen enormemente
es como si fuesen
una mujer campesina en medio de la ciudad
gesticulando con regordetos brazos de queso
hablando con gruesos labios
de moras frescas
sentada jovial sobre un cajón de legumbres
para contarnos de los males de su "yerna"
y de la hermosa yegua de su compadre Juan
tengo una especial predilección
por las galerías
donde se expenden los ajos frescos
donde se cuelga la carne apetitosamente
de grandes chuzos de hierro negro
donde aún huelen las frutas al árbol
donde la algarabía
se asemeja al silencio del campo después de la cosecha

tengo una especial predilección
por las plazas de mercado
donde quiera que estén.





¿Último despertar?

Somewhere towards the end of the
line
Diana Athill

La vida es la distancia entre dos puntos
Que nunca se recorre en línea recta
Son colinas sus días despertamos
Del soñar que nos lleva hacia el pasado
Y revive de nuevo en un segundo
Las nietas y los nietos que añoramos
Cuando niños nos fueran la dilecta
fuerza de solazarnos que ha callado

La vida es la distancia entre dos juegos
Que hacen las noches del amor gozándonos
De estar enamorados olvidándonos
De todos los trabajos y señales
Son un instante de locura al viento
Donde apostamos todo en espirales
Con riesgo de arruinarnos al perderlo
Ante el amor que pasa alborozándonos

La vida es la distancia que hacia afuera
Nos lanza sin temor a su aventura
En tanto navegamos en su océano
Marineros en busca de los puertos
Con el mar en los ojos que aligera
En ola existencial de su espesura
La amargura de tantos archipiélagos

La vida es la distancia que inaugura
En su pasión ferviente de servirla
El surco del silencio en el espíritu
Por instantes o años deja huellas
Profundas sinfonías ligadura
De intensidad volcánica al sentirla
Terremoto de fuego en sus estrellas

La vida es este instante que suspende
Sin tiempo el recorrido entre estos puntos
El que sabemos del inicio siempre
Con el sabor del canto en sus viñedos
Desde el río que ignora lo que viene
Y el instante al momento que sorprende
Sin poder alejarlo en contrapunto
Del qué será con todos sus enredos

La vida es el después de aquellos puntos
Que hace canto el poeta al escribirla
Frente a ventana que imagina o sueña
Epifanía que marca sus vivencias
Y al final de la línea son conjuntos
Que hacen verter la sangre al sumergirla
En palabra que sea contraseña
En llegando al final de su experiencia







ODA PRIMERA


1º. ( introito)

Los manuscritos de la mente
aspiran
retórica intención
de poesía

poiesis en alusión
del canto

significan
esos ritmos lejanos
en acepción que aspira
sus elipsis
con ademan que exprese
lo que somos

gracia
que derrama
quizá
en desespero
las resonancias
de aquello
que sabemos

o hemos aprendido
escuchando
o leyendo
tantos
versos

cual
planta ornamental
en los jardines
de sus vivencias

énfasis
sustancia de ficciones
con su fuerte
ritmo
del triángulo
infimito



2º. (meditativo)

Entre este laberinto
destapan y despliegan
cien escenas
en su visión
retrospectiva
contemplando
los efectos
equipajes
y atavíos
con su método
de verlos
y
lograrlos

río
que asume
su contorno
continuo
de la vida

despliegue
primordial
de ser
vivida

forastero
en ironía
cósmica

sisándose
entre prendas

desprevenido
e inconsciente
del resultado
que ante otros
ojos
lo está
visualizando

escarabajo
perdido
en su coraza


3º. (continuo)

Los ancestros calimas
son el impulso
de un extraño
que sobrevive
en las raíces supra conscientes
de la mente
a través
del DNA
en los genes
transparentes
que llevamos
alienados poetas
entre la pulpa
de sus manuscritos
dejados en el barro
y el oro
de sus figura
carne
de nuestro espíritu
océano
del alma
sobre el Valle
profundo sonido
que nos gime
del fondo
de todas las entrañas
anticipándonos
la muerte
y conocemos
del cordero
que se ha inmolado
para no dejar ahogarnos
en las corrientes
del tsunami del gran río
trago amargo en los volcanes
de la existencia
metafísica
vulnerabilidad
de nuestra herencia
en quince ritmos
circulares


4º. (himno)

Y los himnos
de la tribu
vacían la porfía
compartida
en la memoria

sentido
vero eco
fortalecimiento
de la palabra

clarividencia
pronunciada
con la visión
del
caracol
en
las odas
estequiometrias
de su teorema
que trasmite
al gestor
su libertad
geométrica

inteligencia
audífono
de
lo
inefable

instante
crucial

epifanía
de darte
cuenta
poeta
donde naces
al transcribir
el ir viviendo






Homenaje a Charis Wilson y Edward Westson


Cada curva de un cuerpo nos contiene

la visión de mirarlo ensimismados
                                    en la piel que lo cubre y lo modela

Es una forma exacta de la vida

que elocuente se muestra persuasiva
con esta exactitud que es contemplarla

Transparencia inclinada sobre el aire
en elipse de luz que va asumiendo
                                       cada sitio que ocupe la pupila 

Y la forma del seno se dibuja
con la mirada ardiente que acompaña
                                    esta fuerza de ver todo su espacio 


Espacio que a los ojos se asemeja
al lente de una cámara que toma
este preciso instante sorprendiéndolo

Pasión que en el fotógrafo ilumina
lo que anhela el poeta con su canto
la imagen de un desnudo ¡exacto y bello!







Hetero-Cosmos

That in black ink my love may still shine bright.
Shakespeare Sonnet 65

En sus mundos alternos el espíritu
Refleja la inconstancia del transcurso
Bajo los puentes de las circunstancias
Que operan desde afuera entre la tierra

La tierra que asemeja lo que somos
En esta inconsistencia de la vida
Donde reemplaza ayer el cada día
Del futuro inexacto que afrontamos

Todo esto es aquel juego que nos lleva
A escapar en la mente con imágenes
Que hagan el tropo abierto a donde vamos

Y en poesía se define el ámbito
Que entre las líneas crea su misterio
De convertirse en vida luminosa







Réquiem por un poeta

Pero yo soy el viento que sopla sobre el mar…
El que arranca al moribundo su más bella palabra…
Gonzalo Rojas

La muerte pelirroja te esperaba
Rojas
en la casa sin llave del poema
y entre las cuerdas del laúd
cantaba
tu llegada
sobre el caballo blanco
de tu infancia

Ya habías dejado atrás
la envoltura voluptuosa
que traías
a orillas de las líneas
cada día
mientras las pupilas
se te acostumbraban
al túnel de la vida
que se deja

Y en los insondables laberintos
sobre el césped perfumado
de tu mariposeario
los murmullos del ayer
fueron quedando
con el movimiento insondable
de tus alas
por las imágenes
de tu único universo

Y al aire del amor
fuiste quedando
como en
aquél lejano amanecer
a las cuatro en punto
de una mañana
cuando decidiste
dejarle en testamento
tus ritmos
a Huidobro

Rotaciones de tu propia tierra
donde estaba Borges
esperando que escribieras
aquél verso final
que has anunciado
desde siempre
antes de irte
sobre las rocas
absolutas del ataúd
que abarca toda ausencia

Viejos relámpagos
entre la niebla
de los Andes
frente a la doncella
de rojizos vellos
que se te acerca
a esta hora
en su espléndida carroza
adornada
con los mil viñedos
de tu fértil tierra

Y le preguntas
a la doncella
de tu muerte
por qué se te parece tanto
a Teresa la escandinava
en su país
donde la noche
no se oculta
entre el sosiego
del infinito piano
de Caludio Arrau
mientras ibas falleciendo
sobre las tres rosas amarillas
de su encantamiento

Y con tus pies caminando
entre las galaxias
de la Cruz del Sur
se dibuja
esta séptima figura
del agua
de tus recuerdos
mirándolos
abriéndolos
oliéndolos
gustándolos
probándolos
desde las ráfagas
del viento de los arcángeles
de tu propio paraíso

en tanto
que vas llamando
con el celular de tu verbo
los sonidos
de las pompas fúnebres
que acompañan tu féretro
mientras Catulo
te espera llegar
junto a la transparente
inspiradora
que canta el Dante

Para escucharte
todo lo que tú escribes
entre la luz
de los espirales
del ser
en que
lentamente
te conviertes

27/04/11







Homenaje a Andrew Wyeth
-1917-2009-
-ut pictura poiesis-


Andrew Wyeth maestro de maestros
por cuyas ventanas penetra el aire
de una playa infinita
a espaldas de los cielos
donde se hunde
tu paleta
frente a la noche inmensa
cuando llega tu alborada
a orillas de tus días sucesivos
que establecen su imborrable huella
sin pensarlos siquiera

Preciso allí donde dibujas
cada experiencia inolvidable
de Helga entre su cuerpo
de hermosuras
que delineas
hondamente
entre su lecho
o bajo la luz de las ventanas
de tu cuerpo al contemplarla

Y así reemplazas en los años
el mundo extenso de Cristina
deslizándose
sobre el ocre de los campos
en las hierba
hacia la casa en la pradera
que mide en la distancia
con sus manos
extendidas
para lograr alcanzarla
al final 
de sus jornadas

Andrew Wyeth
entre los velos de la infancia
del deseo
fibra y filamento
donde enhilas tus figuras
por los terrenos de tus parques
que transitas en pínceles
casa con la transparencia
de tus sueños
bajo el faro que asciende
hasta las parcas nubes grises
en tus acuarelas imbuidas
del silencio
que cubren tus espacios inesperados

Andrew Wyeth que nos iluminas
con el arte de tus atmósferas
encantadas
como océanos sin límites
de honduras desconocidas
por el rincón de una casa
o entre las sencillas paredes
del cada día
que sólo tú divisas
como lo haces
para dejárnoslos
en la sinfonía de tu paleta inigualable

Andrew Wyeth acógenos
entre los ritmos de tu oculta danza
que se abre entre los troncos
de tus más preciosos árboles
escaleras donde sobrevives
esta intemporal
visión de tus imágenes
que nos pueblan
entre este el siempre
de tu arte indispensable
Andrew Wyeth
Maestro de maestros
¡Razón de este Homenaje!







Ícaro de Fuego

¡Soy Ícaro de fuego! ¡Soy lenguaje!
Cada frase explosiva que libera
El nombre que te asigno con certera
Pasión de mi vivencia en cada viaje

Esférico del cono a la caldera
Donde cargo mi estrella al abordaje
Dominio y heredad de aquel paraje
Cuando les di la esencia verdadera

Enérgica visión que vigoriza
Y es muestra del espíritu indomable
Compresión que ilumina mi osadía

Y es materia que explota y se eterniza
Cuál águila del pico inabordable
Al hueco negro de mi cada día






Magnolia de tu Amor
Para Guiomar
Mithuna, India S XIII

I

Cada detalle esconde sus sorpresas
ocultas en la piel que nos revela
por el recinto estrecho de su lienzo
el pincel que nos lleve a intimidades
que apresan en su escena este deseo
de descubrirte plena y reflejarte
al sondear con palabras tus secretos
certeros y tempranos de metáforas


II

Un base de datos nos refiere
acceso a descubrir que nos aborda
motor de publicar que aquí revele
cautivando la audiencia en cada imagen
fascinante y espléndida y magnífica
con taller que al pulirla ponga en marcha
la estrofa del poema con su espléndida
revelación diversa aquí al mirarla


III

Gustave Courbet, torso detalle

Lectura en diferentes dimensiones
por el aroma que la piel nos diera
al roce en la caricia de los dedos
que selecciona su pasión al goce
de aprender aprendiendo a distinguirlo
cada pliegue preciso y cautivante
que vamos revelando mutuamente
conscientes del cultivo de sus flores


IV

Matisse, Parsiphae

Innovadora forma sea el decirlo
subyacente sentido que hace enlace
a este empalme de amor que nos conecta
detalles del saber en galerías
que se abren a la mente y nos excitan
con la clarividencia de saberlas
ya parte de un estar inexplorado
este que entre los dos es tu magnolia
que queda entre mi mente floreciendo




ESTER FENOLL GARCÍA [9906]

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Ester Fenoll García. Poetisa andorrana, licenciada en Derecho y nacida en La Seu d’Urgell en 1967. Irrumpió en el panorama poético ganando la 28ª edición del prestigioso premio “Grandalla” (Fundación La Caixa) con su “opera prima” titulada Esmorzar perfecte (Desayuno perfecto).Además, también ha obtenido el “Premio Miquel Martí i Pol”de poesía otorgado por el Gobierno de Andorra y ha sido finalista en el 6º concurso de poesía corta de la Universidad Politécnica de Barcelona. Su obra, tanto en catalán como en castellano, ha sido traducida al italiano. Es miembro permanente del jurado de los premios “Miquel Martí i Pol” y “Grandalla”, así como mantenedora de los Juegos Florales Juveniles del Principado de Andorra.




Vivo anclada 
en proyectos de razón
que me impiden conquistar
la tierra y la memoria.
Rómpelo todo otra vez
y que nada funcione 
durante siete días;
aplazada queda la velocidad.

Dylan no irá a Oviedo.







Solo observo.

Debajo del olivo
la sombra
me permite esperar
hasta que salga el ratón.
Las niñas pasan
por delante de su refugio
desconociéndolo.
Las ruedas giran,
los hombres lloran
por los caminos
menos transitados.
Saldré para encargar
vidas justas y perfectas,
y cuando pueda
me alegraré por ti.






Rítmicament
els teus ulls,
connivents 
amb la meva debilitat,
m’esborren les paraules.
El teu amor 
de naturalesa refractària
mai s’oblida d’intentar destruir-me.
Refugiada en la meva 
identitat poètica
et miro 
com només es mira a un fill.



(Rítmicamente
tus ojos,
conniventes 
con mi debilidad,
me borran las palabras.
Tu amor
de naturaleza refractaria 
nunca se olvida
de intentar destruirme.
Refugiada
en mi identidad poética
te miro
como solo se puede
mirar a un hijo.)







Me acordaré de ti
sin dolerme tu nombre
cuando el barro y la lluvia
me hagan verso
y me encuentre
por todo derramada.
Entonces la luz
atravesará mi inconsistencia
y no temeré nunca más nada.
Encontrarás mis ojos abatidos,
por perderlo todo y para siempre;
lentamente desabrocharé el suelo
y una voz de promesa me dirá: 
Quien no se ha escondido
tiempo ha tenido.








A las tres de la mañana
es hoy de día;
a esta hora,
los edificios pueden 
cambiar de forma
sin hacer ruido,
derretirse
y suspirar
el helado de violeta.

Sigo frotándome
y como lámpara que soy,
aparece el genio.






ESMORZAR PERFECTE

Sóc tan petita 
que puc seure a la vora 
d’una tassa 
de café amb llet. 
Decideixo tirar-me dins 
i sento que està tèbia, 
més aviat freda. 
Tinc un forat molt gran 
enmig de la panxa; 
suro amb forma de "Donut". 
Quan me n’adono estic relliscant 
per la trajectria d’una llàgrima 
i és que no tindré 
un esmorzar perfecte. 
Estic semi-destroada 
"enriquecida con calcio".







ÁLVARO DÍEZ ASTETE [9907]

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ÁLVARO DÍEZ ASTETE
 (La Paz, Bolivia, 1949).- Poeta y novelista. De profesión antropólogo. Ocupó diversos cargos públicos entre ellos la Dirección de Investigaciones del Museo Nacional de Etnografía y Folklore. Profesor universitario.
Luis Mérida Coimbra comentó Viejo Vino, cielo errante al señalar que "su poesía es anterior al pecado y a la conciencia y a toda forma de moral: es una inocencia reconquistada, una constelación de astros y de sílabas que giran en un centro catalizador".
Leonardo García Pabón por su lado escribió: "La mirada de este narrador es más bien reflexiva que emotiva. No vive su aventura poética como sufrimiento o exaltación, sino como aprendizaje y pensamiento".
El verso ‘40’ de Homo Demens, dice: "Hay un ruido sin motivo ni sentido alguno en el techo de mi cuarto. Tal vez tenga una causa no natural, fantasmal o ancestral. Tal vez sin causa alguna ese ruido en el techo de mi cuarto, sólo está solo, y se deja estar".

LIBROS

Novela: Devoración (1983).
Poesía: Viejo vino, cielo errante (1981); Abismo (1988); Cuerpo presente (1989);  Púrpura profunda (1993); Homo demens (2000); Sonetos bizarros y otros poemas (2003); Escritura poética elemental (obras completas, 2003).
Antropología: Pueblos indígenas de tierras bajas (antropología, 2002); Necesidades básicas de aprendizaje: Amazonía boliviana (2002).





Mitología

En el mar,
vida de una sola vida,
van vírgenes en canoas,
hacia el lecho:
luminosa lejanía,
alma de espiga;
detrás vuelan negras águilas
desatan montes de nubes desesperadas
un demonio nace aleve y grita:
la historia del fin comienza
el grave placer las mata
y arden eternas.
Se hunden las naves desiertas
en el mar.

(Publicado en Púrpura Profunda)






El mundo de nuevo

Escúchate al amanecer,
tu voz en la tierra,
el rostro hacia los últimos astros,
la tierra musgo hierba roca
ríos
antorchas
vientos
espejos
tambores
el cielo inicia la procesión de máscaras,
el horizonte crece
y termina el mundo:
mira tu rostro en el agua
al amanecer.

(Publicado en Púrpura Profunda)







Ella

No habrá más voces en el vientre
la púrpura se quemará en la soga
del ahorcado y la viga y la casa
bajo los bosques umbríos y los bosques
se harán ceniza en la misma ráfaga de sol
porque ella recorre gritando la tierra
del viento, abre el cielo
y ve la sangre bajo la lluvia
la sangre devorando la lluvia
ella se yergue en su lecho oscuro
bajo la lluvia y despierta y de súbito
oye en el resplandor de las aguas
su voz:
el cielo se cierra sobre la tumba:
adentro yacen los espacios infinitos
afuera el cuerpo
solamente la locura los separa.

(Publicado en Púrpura Profunda)








El animal en la noche

El animal en la noche
sea de selva o de hotel
gime, llora, brama, grita
tan hundido con sus vísceras
aún en amor anhelante
ciego de noche así vive
entre humanos
que lo cazan y lo aman
como él ama y caza:
animales en su noche.

(Incluido en Sonetos Bizarros y Otros Poemas)







La especie sobrenatural

A
Néstor Agramont (+)

Cuando miro el paredón que ha quedado cautivo
entre las hiedras de cada año anterior
me sorprendo en la evocación
de un recuerdo de insectos
prendidos a mi cuerpo
y lentamente surgen a la memoria del oído
brotando de un horror
gritando veloces, viniendo a mí, buscando en mí
el refugio y el olvido
los sonidos de una huella salvaje;
imploración muda de aquellos días alzándose
ya inmóviles
en el amor
alzándose en cuerpo y alma
de la oscuridad llena de hojas
de la espesura
de la sangre en las orillas de los pozos de agua ciega:
allí se iluminan los lugares secretos
por donde ha pasado
la vida,
porque la especie sobrenatural
es natural en su mundo.

(Publicado en Púrpura Profunda)




Poemas, incluidos todos en Escritura Poética Elemental (Plural Editores).


II

El viento es voz
En el jardín que desciende:
Sangre oscura retumbando
En un viaje de la muerte
Hacia su cuerpo.
El cuerpo de oscuridad
Dolor de la vida
como una luz;
Arquitectura del frío
Hondas manos de poesía
Ojos de la noche.
El cuerpo
Vivirá sin tregua
En el alma del mundo,
Conocerá sin terror el terror del universo:
Aquél que vuelve
Para sacarse el cuerpo.

(Publicado en Cuerpo Presente)






Verbos

Amar volar
verbos de la poesía
volar amar volar
olor de tu cuerpo desnudo
amar volar amar
poesía de los verbos
volar amar
desnudo cuerpo de tu olor.

(Publicado en Púrpura Profunda)







Viento amando

Como viento de un mundo desolado
el pensamiento va hacia todos los espacios.
Como la oscuridad del cielo que lo envuelve
el amor permanece en el viento sin fin.
¿Dónde está quién?
¿Qué visión se abate sobre su cuerpo?
La noche.
Tú.

(Publicado en Púrpura Profunda)








(…)
El silencio de los cuerpos
quema el pensamiento
el silencio del pensamiento
quema el cielo
el silencio del cielo
quema los cuerpos.

(Publicado en Púrpura Profunda)







Crucifixión

Despertaba en un jardín
sobre el vacío,
y nada era cierto,
ni el espesor pastoso y frío de su sangre,
ni el olor a matadero de las flores
ni el gusto a polvo debajo de la lengua,
ni el silencio de los espacios del cielo.
Cerraba los ojos:
no había un pantano en su lecho,
no había un mador lento de degüello,
no había guijarros en su boca,
no había un cielo de terror.
Así le fue dada la vida,
así fue tomada la muerte:
su amor era pecado de la Fe,
luz devorando los cuerpos.
Los cuerpos se reproducían
en la Visión del Crucificado
antes de las tinieblas.

(Publicado en Púrpura Profunda)







Soneto en un cuerpo

Un día me dormí a tus orillas
y desperté ahogado en el desierto
sin nuestros cuerpos cedazo de deseo
con una tristeza que no puedo más
Ah en tu cuerpo hermoso oloroso a miel
vive la muerte disfrazada de mí
porque he muerto sin haber nacido
pues sin ti despierto solo en el terror
lee el soneto con banderas de amores
enloquece en el soneto bizarro
feliz, audaz, con imaginaciones
pues nunca más verás a los astros de Dios
ni a tu faz de famélico espejismo
en la orilla carnal del más allá.




GLADYS DÁVALOS ARZE [9908]

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GLADYS DÁVALOS ARZE (1950-2012)
Nació en Oruro en 1950 y murió en La Paz, en noviembre de 2012. Pedagoga, lingüista computacional, traductora, escritora y poetisa políglota. Realizó sus estudios universitario en EE.UU.,Chile y Alemania. Trabajó en el campo de la traducción automática y la enseñanza. Fue licenciada en anglística y germanística en universidades de Alemania. Enseñó inglés y literatura alemana por muchos años en Alemania, Brasil, en el Colegio Alemán y en el Instituto Goethe de La Paz. Ex Presidenta del P.E.N.- Internacional (Asoc. Mundial de Escritores)-La Paz. Dio conferencias sobre literatura boliviana en el Congreso de Escritoras Latinoamericanas en Viena (Austria), en el Encuentro de Escritores auspiciado por la Fundación Ledig-Rowohlt en Ginebra (Suiza) (1998) y otras.

Desde 2002 es Miembro de Número de la Academia Boliviana de la Lengua, correspondiente a la Real Academia Española de la Lengua.
Varias de sus obras están traducidas al alemán, francés, inglés y croata.
Más sobre la obra de Gladys Dávalos Arze se encuentra en la antología "Una revelación desde la escritura" - Entrevistas a poetas bolivianas, de la Dra. y Catedrática de Lingüística Hispánica de la Universidad Estatal de Iowa, Kathy S. Leonard; en el libro "Existencias insurrectas" - La mujer en la cultura y en "Cuentos de mi país: Bolivia", antología infantil de Ediciones Alfaguara - Santillana.
A fines de 2009 Gladys Dávalos Arze constituyó la "Editorial Elebeté", cuyo principal fin es difundir obras selectas de la literatura boliviana traducidas inicialmente al inglés, al francés y al alemán con el objetivo de abrir caminos para las letras y autores bolivianos en el extranjero, privilegiando la literatura escrita por mujeres y las letras dedicadas a los jóvenes y niños.

Premios

Primer Premio nacional y medalla de oro en poesía (1987), Premio Latinoamericano "Alfonsina Storni" (Buenos Aires, Argentina, 1989)
Mención Honrosa en cuento de la Peña Poética "Resurgimiento" (Montevideo, Uruguay, 1990)
Mención de Honor en poesía del grupo literario "Punto de Encuentro" (Montevideo, Uruguay, 1992).
El poemario Helado de Chocolate fue seleccionado entre los  mejores  libros para niños por IBBY, Taller de Investigación y Experiencias Pedagógicas, CENDOC-LI y las tres bibliotecas infantiles del Centro Cultural y Pedagógico "Simón I.Patiño" - Cochabamba - Bolivia.
Galardonada con el Escudo de Armas de Nuestra Señora de La Paz en Grado de Servicios Especiales y postulada al Premio literario “Juan Rulfo” (2000).
Su biografía fue seleccionada por el International Biographical Center de Cambridge, Inglaterra, como parte de la edición “Los 2000 escritores más destacados del Siglo XX”.
Recibió el “Laurel de Oro” de la “Asociación Peruana de Literatura Infantil y Juvenil”, en Cuzco, Perú.
Obtuvo la Primera Mención en el Concurso Nacional de Cuento “Franz Tamayo” (2001) en Bolivia.
Primer Premio Nacional en el Concurso de Cuento Corto Infantil Europeo, auspiciado por la Cámara Boliviana del Libro y la Unión Europea (2005).





Quiero ser lluvia

Quiero ser lluvia y frescura
manantial pródigo
y mar enfurecido.
Quiero ser lluvia y ternura
riachuelo tranquilo
y fértil sabana.
Quiero ser lluvia y paz
arroyo sereno
y guindos en flor.






Piel de Bruma

Veo venir a los caballos huecos,
de armazón de cuero y hierro,
transparentes y chúcaros
y cuelgo mi piel en la terraza
tornándome bruma ligera, caminante;
¿a dónde ir? ¿cómo huir?
¿qué hacer? ¿Cómo no tener miedo?
Veo venir a la noche tétrica
arrastrando miedos y soledad,
mi piel de bruma se esfuma
a través de la ventana blanca
y huye, cual fantasma, sin rumbo,
simplemente, libre.
Giro, suena el teléfono,
el pánico me abraza,
salto, mi piel de bruma oye los segundos
marcados por el silencio.
Las gotas de la pila de agua
perforan mis oídos de niebla,
cierro la puerta al fantasma
y me desvanezco en un halo iluminado
hacia la luna llena …
libre, ancha, plena.






Poema de Amor Nº 2

Nos hemos visto alguna vez.
Sabes que existo.
Sé que existes.
Yo te veo más a menudo.
Creo que tú desearías verme.
Lo dice mi corazón.
Yo imagino tu piel,
y capturo tu olor
con mis fosas nasales y toda mi fuerza.
Te aspiro.
Veo tu silueta en blanco y negro
y mido la longitud de tus carcajadas.
No ríes muy fuerte.
Eres controlado.
Me sonríes.
Me miras intensamente.
No podemos tocarnos.
Ya no te oigo.
Estás detrás de una pared de cristal.
Levantas tu copa … brindas …
me sonríes y … te esfumas … .







Poema de Amor Nº 5

Son las 10 de la noche.
La ciudad se aletarga y el silencio cae.
A lo lejos se oyen ladridos
de perros insomnes.
Y yo … imaginándote.
Yo, delineando tu rostro,
acariciando tu piel,
recorriendo kilómetros tibios.
Hace frío.
Yo saboreando la miel salvaje
de una rosa carmín abierta y
trenzando el alga de tus cabellos.
Yo … quemándome en el infierno.








Frustración

Muchas palabras se pudrirán
en la cárcel del corazón,
muchas miradas rebalsarán de encanto,
ilusión y ternura … y dirán todo lo demás.
Muchas caricias entibiarán el espacio y la nada.
Muchos paseos sin ser dados quedarán,
muchos besos sin entregar …
se quemarán en la ígnea hoguera del amor
y los labios trémulos y temblorosos,
ardientes de deseo permanecerán.
Muchos encuentros serán sólo
de miradas robadas …
que todo y nada dirán.
Muchos cielos y granos de arena
pegados al cuerpo con sal de mar …
en sueños se disolverán.







Caricatura

A la mujer casada
Voy a borrarme la cara
para dibujarme una caricatura,
un garabato moldeable
de cadena suave.
Voy a borrarme la cara
disolviendo cicatrices de hierro,
esfumando rasgos de hondura
de precipicio,
aniquilando ese rostro de roble
y esas profundidades de tronco.
Voy a borrarme la cara
para pintar con colores de payaso
líneas que no existen,
contornos que no son,
cuadrados eternos
y círculos sin fin.
Voy a borrarme la cara
para no verme a mí misma
siendo yo;
destruyendo ángulos, cuencas, órbitas
que tanto pesan.
Delinearé en cambio un garabato sórdido,
nauseabundo, hipócrita, glauco …
que aparecerá como grotesca
caricatura grozciana;
castraré mis negras trenzas
trasmutando mi cabello a verde
y mi nombre a otro que no es
siendo yo,
sin que yo ni nadie
pueda borrarme …
¡el cerebro!




POEMAS PARA NIÑOS

(biografía para los niños) 

Por Gladys Dávalos Arze 


A mí me gustaba escribir desde que era chiquita. Recuerdo que mi abuelo traía a casa unos libros usados de contabilidad que ya no le servían, pero que aún tenían hojas en blanco. Mi afán a los 5 años era llenarlas. Las llenaba de “letras muy bellas y elegantes” para mí, pero que en realidad eran unos garabatos que se veían más o menos así: 

(¡Aquí hay que dibujar los garabatos!!!)

y que llenaban todas las hojas restantes. Pero no eran sólo letras “hermosas” las que yo dibujaba con mucho esmero, sino historias mías. ¡Relargas! Luego de “escribir” unas cinco páginas, iba a buscar a mis abuelitos y les “leía” mi “cuento”. Ellos eran tan amorosos que me seguían la corriente con mucho buen humor y se daban el tiempo de escuchar lo que yo en ese momento estaba inventando. Así comenzó para mí la gran aventura de escribir. 

Cuando entré al colegio, descubrí que esas letras eran signos que se podían leer de verdad y comencé a leer todo lo que se cruzaba en mi camino. Lo más gracioso y divertido para mí era leer lo que decía en las paredes de las casas en la calle. Una vez pregunté a mis papás por qué la gente quería que se mueran los monitos, que a mi me tanto me gustan. “¿Por qué? ¿Qué monitos?”, preguntaron ellos. “Sí, bueno, debe haber algún monito malo por ahí, porque en muchas paredes dice que “muera el mono”, contesté yo. Mis papás quedaron espantados, pero a la vez contentos, porque “ya sabía leer” y me comentaron que “el mono” era el apodo de un presidente de la república de la época, cuya cara, según la gente, se parecía a la de un monito.  

De ahí en más leía todo lo que caía en mis manos. Mis abuelos se dieron cuenta de mi afición por la lectura y comenzaron a regalarme un montón de libritos con lindas historias y dibujos a todo color, pero también habían algunos cuyos dibujos había que colorear. Esos también me divertían y me encantaba pintarrajear el borde los dibujos con un color  más oscuro y el interior con uno más claro.  

La historia que más me acuerdo, y que casi me la sabía de memoria tanto leerla y releerla, era la de “Rosita y el futbolista”. Rosita era una conejita hermosa, de largas pestañas y ojos negros enormes que estaba enamorada de un conejito futbolista. Leía la historia en el patio, después de almuerzo, en el “solcito”, bajo un árbol de guindo que tenían mis abuelos. El momento más emocionante de la historia era cuando él y su equipo salen campeones, ganando su último partido 5 a 0 y Rosita, bien “camote”, llora de felicidad y le envía a “su” campeón besos de felicitación, saltando en la tribuna de loca alegría. 

A los 15 años mis garabatos de cuando tenía 5, se convirtieron en poesía. Todo “por culpa” del profesor de historia que tenía una reunión de urgencia con el director. Nos encomendó hacer las tareas o “algo productivo” durante su ausencia. Mis compañeros de curso así lo hicieron, pero yo escribí una poesía dedicada a la luna. Cuando el profesor volvió quiso que le mostráramos las tareas. Yo me sentí muy mal, porque yo no había hecho tareas como los demás, sino una poesía. Pero para mi sorpresa, al profesor le gustó. Se la llevó y unos meses después me sorprendió cuando trajo al curso un ejemplar de un periódico de la Universidad Técnica de Oruro, donde él había hecho publicar mi poema.

           


SER HOMBRE

¿Mamá, por qué no puedo aprender a tejer?
¿Por qué me dices, que muñequitas no debo mecer? 
con lo que la comida me haces gustar,
¿por qué me prohíbes a la cocina entrar?

Cuando mis tías vienen de visita
y quiero jugar con mi primita,
saltando a la pita,
de pronto oigo un irritado grito:
“¡Eso no es de hombrecito!”

Y cuando me pongo a llorar,
porque yo sólo quiero jugar,
“¡Un hombre no llora!”, me ordenas,
y así me trago mis lágrimas y penas.

¿Así seré “todo un hombre”?

¿Significa eso “ser hombre”, mamá?





CHOLITA

Cholita vanidosa siempre soy,
desde chiquita a bailar me voy
la tarqueada y la moceñada,
la llamerada y la diablada.

Vean nomás mi pollerita hermosa,
de cholita caprichosa.
Toda vestida de rosado,
me voy a bailar por El Prado.

Mis lindos volados,
mis movimientos osados,
mi trenza larga y negra,
le dan envidia a mi futura suegra.







REFRIGERADOR

Es algo aterrador
pronunciar re-fri-ge-ra-dor.
En la escuela la maestra,
es bastante diestra,
pero a mí la lengua se me traba,
y se paraliza como con aldaba.

“Es más fácil que decir Nabucodonosor”,
dice mi papá todo encantador;
pero al ponerme a escribir,
tengo muchas ganas de huir.







HELADO DE CHOCOLATE

Nos alistamos con gran gritería,
para ir todos a la heladería,
nos lavamos las manitos,
nos cambiamos calzoncitos,
nos peinan rulitos,
a mí  y a mis hermanitos.

No me gusta el helado de limón,
pero el corazón fuerte me late,
cuando me ofrecen uno de chocolate,
en un enorme cucuruchón.








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