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Channel: POETAS SIGLO XXI - ANTOLOGIA MUNDIAL + 20.000 POETAS: Editor: Fernando Sabido Sánchez #Poesía
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ANA CARRERA [19.922]

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ANA CARRERA

Ana Carrera (Villahermosa, México 1983).

Editora y poeta. Ha publicado tres poemarios: Revólver (2010), Besos con Merkén (2014) y el poemario epistolar Inbox (2014) en coautoría con Athena Ramírez. Socia fundadora de tres proyectos editoriales independientes, Perro Negro, Once Revista y Aquelarre Editoras. Actualmente dirige Aquelarre Editoras y es profesora universitaria.

Su poesía, de texturas sinuosas y deliberadamente ríspidas,  explora la intimidad de un yo poético sometido a un mundo de sensorialidades.



Esfínter

respondo confesa
al unísono del galope
acalambra el mismo relámpago
mis piernas
las conyunturas
a mi voz

en madejas apuño estas ganas
y miro a los puntos celestes
les veo con desdén
de reojo
para que la sangre no enloquezca
no tartamudee de nuevo
el valor una vez que se tiene
es la panasea del perdedor

y respondo confesa
deja te cuento
replico a este silencio viejo
sacudo polvo líquido dentro de mis ojos
aguardo con el puño cerrado
por si hay que correr
la lánguida noche a veces no nos respeta
nos tumba
seduce
el peligro elocuente
arma bestia imán
deja sin calibre a cualquiera

el pavimento blando de estos días
condena mi sepulcro de pretextos
esta ciudad carcome inquietud
me provoca mareo
mientras los falanges ceden
desato los hilos de estas historias
cuentos sin cabo ni rabo
me retan a sacudidas
de arena dicen son mis arrebatos
arruinemos los óxidos
susurran
como si mis intenciones
lejos de puños y calambres
hoy pudieran decirme la verdad.



premonición

eres el mueble de esta habitación
el polo y magneto
aroma en hielo que me persigue

de las paredes laten ojos
amenazan con la hora del disparo
el destello de lo vivo escupe mi cara
se burla
me inmortaliza
llena de agua la cabeza
como sabiendo disimular este miedo
mi pretexto infantil
recuerdos que a nadie cansan

seguro dejarás de ver
y de verme
el abismo continuará con la insolencia
y a las risas de mis constantes tropiezos
les hallaré el eje de simetría
porque hasta el mejor temor se sabe exquisito
sin torpezas
sin ese tanto buscar

no habrá bolsa de mareo
las estrellas se aparearán
si no en el mismo lugar
en el mismo cielo
esquina de mi ventana.



cómo acalambrar

versión instructivo

tome usted mi mano
cuando caminemos juntos
que nos vean los vecinos
los gendarmes de oficio
sus amigos

hágame sentir importante
déme besos en la calle
mientras yo cierro los ojos
y usted coquetea con otra
haga de mí ese demo de la falacia
presúmame

considere fingir más celos
que quien me encuentre linda
quepa en su quijada atrancada
lléneme de miel
miéntame
dígame lo mucho que me ama
que podría pasar días enteros
sintiéndome

considere presentarme al gato
a sus almohadas
cuénteme de sus viejos amores
cánteme quedito
baile conmigo
dígame que cierra los ojos
aunque no sea a mí
en quien piensa

y así
a la hora que decida irse
yo me quedaré vacía
se llevará mi confianza de niña
en lo que yo coso retazos
a este corazón
necio
sin remedio
terriblemente suyo.



pliego petitorio

Que mi cabeza repose,
se sienta blanda dentro tu cobijo.
Que mis dientes no se atranquen.
Que mi quijada te convide.
Que mis aguas sean mansas.
Que tu calma sea cierta.
Que tu noticia sea dulce a mi lengua.
Que nuestro camino no derrumbe.
Que me abras la puerta
a las cuatro de la madrugada.
Que me cuentes tus historias
de adolescente y hormonas.
Que me juzgues de noche
mientras me quieres y sueñas.
Que tu risa melódica anestesie
cuando llegue la hora
y deba irme .



urge

Me urge una boca sugerente,
            sagaz la burla que clausure
                      cualquier milímetro entre tú y yo.



agua sueño

Viven de a poco,
      nocturnos
         vorágines sueños tuyos
acechan sus delgadas hileras líquidas
                 amenazantes
             acurrucadas en algún resquicio de mi cuerpo.




minuto

Tiene mucho que decir poco
desprecia lo tan demasiado en poquitísimo escueto.
Vamos rodando entre resúmenes de un solo camino.
                Digámonos sí, digámonos no.
                Un tal vez de vez en cuando.
                                  Pero hay algo de mucho,
                                  algo bastante habrá que decir,
                                     si no, ¿para qué vivir?
Si la síntesis es verdad que en tí no caduca,
manera tiene de ponerla a prueba.
             Explicádme, ¡oh ciencia, mía!,
                  ¿cómo hacer breve el ocaso?,
                        ¿se podrá con la gloria medianochera?,
                                 ¿tendrá fórmula el café de tu abuela?
Me le pongo al brinco a tus teorías, hipótesis y reglas
    por no explicar lo pan sin sal del ser,
          ni la exponencialidad de un beso a escondidas,
               y por sobre todo,
                   por no predecir mi
                       gran,
                            rotunda,
                                 e hiperbólica
                                       animalez.



vigilia

viven de a poco
        nocturnos
               vorágines sueños tuyos
acechan sus delgadas hileras líquidas
        amenazantes
balbucean, dormitan, descansan
        acurrucados en algún
                resquicio de mi cuerpo



travesía

busco un viaje de barco
pasaje llegada a tus brazos
picaportes entrada a ese cuello
navío galopante en mis párpados

urgen
besos fulminantes de kilómetros
seda gitana de augurio desvelo
almohada suave en tu pecho
vendimia de terciopelo moreno

trastabillo
ante la ecuación de doble despeje
sustituir mi “x” en tu “y”
igual a ese grave acento en mi oído
de condenas grillete
     petición con pan francés
          gastar mis siete vidas
                comprar la tuya
mis días enteros             tus días sabáticos
      de tour mi cabeza
            tus sábanas             nuestros pies



alma, my friend

sal de mí, alma necia
vocifera de a poco nuestro abandono
sacude el polvo que bien pisamos
apura los brazos
preludio del viento

sal de mí, te repito
no extrañes los andamios de cobre repletos
ni el epitafio escrito de niña
ni los tesoros de aquel lodazal

sal, amiga callada
usa mis puentes enemigos de sombras
del miedo vecino, búrlate
distancia próxima, duérmeme

sal ahora, constante y sonante
de almizcle, pantano y estiércol
mi flora
esta fauna
la incógnita
nervio metamorfosis
golpes de pecho clamantes de cielo

alma,
ten misericordia
compadécete del café color de mis carnes
susúrrame cuando te marches
y échame los dos balazos restantes
antes de emparejar la puerta

alma,
¿estás ahí?…





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CRISTIAN POOT [19.923]

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CRISTIAN POOT

Cristian Poot (Quintana Roo, 1992).

Ingeniero en Administración. Autor del poemario ”Nostalgia de pájaros”, 2015. Compilador de la revista literaria Literachere, 2015. Cuenta con textos publicados en la antología “Desde los siete azules”, 2016. Se ha presentado en la Feria Internacional del Libro del Caribe, 2015; Encuentro de escritores Bakhalal: literatura en acción, 2016; Feria Universitaria del Libro de la Universidad de Quintana Roo, 2016; Festival internacional Cruzando Fronteras Mahahual, 2016, entre otros. En 2015 obtuvo los siguientes logros: mención honorífica del Premio Nacional de Cuento Breve del Tecnológico Nacional de México; becario del encuentro peninsular de escritores Festival Cultural Interfaz-ISSSTE, “Los Signos en Rotación” en Yucatán; y mención honorífica del  Premio Estatal  de la Juventud de Quintana Roo, categoría Expresiones Artísticas y Artes Populares.



Presentamos dos series de poemas de Crisitan Poot, extraídos de sus libros Nostalgia de pájaros e Infancia remota. Cristian Poot es una de las voces que más presencia a comenzado a cobrar en la generación de los poetas noventeros de Quintana Roo. Su poesía consiste en una revisión de temas clásicos como la figura de los pájaros como metáfora de los estados fronterizos a los que los seres humanos estamos sometidos, así como la infancia como ese lugar al que el poeta siempre retorna para hallar sus fuentes de inspiración vitales.



De Nostalgia de pájaros (2015)



Despertar

Tuve un sueño
en el que era un pájaro:
hojas secas eran mis alas,
y mi pico,
la rama desnuda
del almendro.




Taxonomía de aves

           A  Vivi Caamal

En la tierra,
para medir los días y las noches,
existe el tiempo porque ellos lo inventaron.
Y nos clasificaron en especies,
según el color de nuestras plumas.

Sin embargo,
se percataron más tarde,
de que no podían contar las estrellas
sin que la muerte sucediera.

En su humana búsqueda
de una medida  para todas las cosas,
en el espacio en que  sucede el holocausto,
fueron ellos quienes inventaron el tiempo.

Y tuvieron entonces noción
de la vida y la muerte,
de lo eterno y lo efímero.

Nadie ahora se pregunta
en dónde están los pájaros,
cuando todo es oscuridad.



De Infacia remota (de próxima publicación)


Paisaje intropectivo

Cierro los ojos.
La lluvia me ofrece
húmedos astros.



Infancia remota

         A los niños de mi colonia

Los niños arrojan piedras a su infancia,
pero no consiguen  sepultar  la miseria.
Su antigua casa resiste los embates
y son  los recuerdos
quienes
uno
a
uno
caen
como escombros.
Los niños saben
que  es invulnerable el bahareque,
y exhaustos, reposan en la grava.
Tras el descanso,
los recuerdos malheridos se incorporan:
cada niño es una residencia  llena de fantasmas.



Elegía a mi viejo reloj

Libre de engranajes
mi cuerpo luce más liviano
desde que las horas
ya no se concentran
en mi pulso.







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LAURI OTONKOSKI [19.924]

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Lauri Otonkoski

(Helsinki, Finlandia, 1959). Poeta, ensayista, dramaturgo y músico. 

Producción 

Poesía

Mutta kukaan ei enää tiedä. Porvoo, Helsinki, Juva: WSOY, 1990. ISBN 951-0-16731-2.
Harmaan koiran rondo. Porvoo, Helsinki, Juva: WSOY, 1992. ISBN 951-0-17891-8.
Paossa. Porvoo, Helsinki, Juva: WSOY, 1993. ISBN 951-0-18972-3.
Musta oli valkoinen. Porvoo: WSOY, 1995. ISBN 951-0-20485-4.
Ahava. Porvoo, Helsinki, Juva: WSOY, 1998. ISBN 951-0-22935-0.
Olo. Helsinki: WSOY, 2002. ISBN 951-0-27473-9.
Cameo. Sinfoninen runo. Helsinki: WSOY, 2005. ISBN 951-0-30754-8.
Harmi!. Helsinki: WSOY, 2009. ISBN 978-951-0-35623-4.
Origami. Helsinki: WSOY, 2012. ISBN 978-951-0-39429-8.

Libros para niños 

Otto... hänen merkilliset vaiheensa ihmisten parissa.... Kuvitus Tarja Lapintie. Porvoo: WSOY, 1997. ISBN 951-0-21645-3.

Otros trabajos 

Salonen, Esa-Pekka & Otonkoski, Lauri: Kirja: Puhetta musiikitta. Helsinki: Tammi, 1987. ISBN 951-30-6599-5.
Otonkoski, Lauri (toim.): Klang: Uusin musiikki. Helsinki: Gaudeamus, 1991. ISBN 951-662-531-2.
Kiiskinen, Jyrki & Otonkoski, Lauri (toim.): Motmot: Elävien runoilijoiden klubin vuosikirja 1994. Helsinki: WSOY, 1994. ISBN 951-0-20129-4.
Aarre Merikanto. Helsinki: Finnish Music Information Centre, 1997. ISBN 952-5076-00-8.
Kuultavaa luettavaa: Kirjoituksia vuosilta 1980−1999. Helsinki: WSOY, 2000. ISBN 951-0-24487-2.
Otonkoski, Lauri (toim.): Ilon ja kivun kääntöpiiri: Afrikkalaisia novelleja Saharasta etelään. Helsinki: WSOY, 2004. ISBN 951-0-29029-7.

Traducciones

Raymond Carver: Rivi riviltä, lyönti lyönniltä: Valikoima runoja. Suom. Lauri Otonkoski ja Esko Virtanen. Porvoo Helsinki Juva: WSOY, 1994. ISBN 951-0-19350-X.

Premios

Nuoren taiteen Suomi-palkinto 1995
Tanssiva karhu -runopalkinto 1996
Pekkas-palkinto 1999
Kirkkotaiteen Engel-palkinto 2001
Tanssiva karhu -palkinto 2003



¿Qué queremos decir?

¿Qué quiere decir en realidad el sol, cuando sale? ¿Haría un
ejercicio tan solemne, tan arqueado, prescrito sólo por alguna
costumbre vetusta?
¿Cómo escoge la hierba el lugar de su marchitamiento, o el
hombre?
¿Qué dijiste; o sólo hablaste?
Es un alivio acordarse, a la vez, de cuán poco puede significar el
lenguaje. No está de guardia el escritor como un policía tiritando
en el frío. No gesticula en la encrucijada. El escritor es una anciana
afable, que invita a la posibilidad de ir en busca de hongos o tomar
una cerveza. Y cómo no.
Pero desde luego. Por supuesto. También sucede que si el poeta
ve a los niños del kínder agrupados en la esquina, hace todo lo
posible para que puedan cruzar sin peligro.
Y cuando los niños se han ido y ya están junto al parque, se
apresura el poeta tras el grupo y se une, sin sentir, a la fila.
Se ha enfrascado en todas las edades.




Pero

Piensa audazmente: el cielo es de vidrio
Piensa más audazmente: el cielo es de vidrio
pero las piedras son livianas
Lo que se dice al niño
Cuando se quita la primera certeza en ciernes,
     o las primeras zapatillas de terciopelo:

echa una mirada a la iglesia y al puerto. Tienes ojos.
Hay la vida piélica de la manzana, hay el lema cereal del pan.
          Hay un viaje largo que emprende el agua
                 desde el frío de la cavidad
          hasta el calor del vino y el tiempo
                 está medido en los mapas, no hay fiesta demasiado
                       pequeña
como para no celebrarse.

Y aún:
             piensa más audazmente
             y duerme en esos brazos

ya que se exige audacia

cuando lluevan añicos




Alguien ha encontrado

La diafanidad de la noche: alguien ha encontrado quien
              lo escuche,
a quien describirle la transparencia de la noche.

La cúpula de su alegría crece hasta queda esmaltada
              de estrellas,
                        le da la mano a unos dioses, mas ellos
tampoco quieren nada y nada saben.

¿De verdad piensas pisotear el silencio?
Él los sostiene a ellos y en secreto llevan
 de la colina al pueblo
la fruta profunda del mañana.




Memorias apócrifas
(Fragmentos)

6

Mañana probablemente estaré en esta misma habitación, que
se inunda del ayer y el anteayer.
           Niños en el jardín del colegio entre una clase de
francés y la vida. La imagen se
complementa con una estación del año, cuando empiezan a
           llover gotas parecidas a uñas
           revestidas de plomo.
                   Y aún no quisiera revelarles cómo es:
                   cómo al menos es:
                   cómo en el peor de los casos es:
                   cómo de verdad es:
                   cómo es lo absurdo que hay:
                   cómo es lo oculto que hay:
                   cómo es cuando una aeronave se enamora de las
                   naves submarinas.



12

El tren nocturno para Moscú sale por el andén cuatro para
transportar en el morro flores de plástico e insomnios hacia
el sureste. El tren nocturno a Moscú como una novela de
espionaje empastada en rústica. Como la expresión en la cara
de un poeta novato en la escalera de la editorial.
 En el restaurante amistad a bocanadas, alegría que se
balancea a cien kilómetros por hora, aunque el tren esté en
camino hacia Moscú. El paisaje desaparece horizontalmente
hacia alguna parte. ¿Allá también vive gente? Un vaso de vodka
a la vez: tal es mi táctica individual de la tierra arrasada.
 Cerca del pueblo, cuatro ovejas, contadas muy pronto, el
cielo que llovizna matiza la taiga como un calcetín mojado,
y qué pensaría yo esta noche:
-¿es posible, haciendo cosquilla, espantar la depresión?
-¿nacen esquimales de la unión entre un saami y una mulata?

-si el domador tiene éxito, ¿le toca volver salvajes a los hombres?
-¿se produce algo auténtico cuando uno falsifica una falsificación?

¿Ya entienden ustedes?: traigan una copa de sosiego. ¡O sigo
pensando!



15

La noche en la isla Boskär. Julio.
         No puede entenderse todo eso, si no se cree todo lo que
cabe en un instante: todo lo que hay, todo lo que no hay.
         Un bramido pagano cuando la luna, teñida por la sal, se
remolca desde su descanso marítimo: una sandalia fugitiva
choca proféticamente con la baliza en las cercanías de un
bajo invisible.
         Una confesión interrumpida por la risa del cura sentado
en el confesionario. Una confesión hace llorar hasta a un
policía. Continuación del viaje en las dos direcciones del cruce.
Reunión de todos los sentidos en torno a la hoguera. Hombre
que se agazapa en su crisálida de cuatro extremidades.
         Un bosque que suspira un himno verde:
Una flauta está siendo enterrada en un lugar secreto.

Memoria del Primer Festival Internacional de Poesía de Lima (FIPLIMA) 2012



Poems from Ahava (WSOY, 1998)

And life went on, went on as a kind of weird fugue,
               a forked path that drops across your eyes,
                    rejecting simple questions.
Which summer was that,
               I ask in December, 
in a high room, with a tiled stove, a bricked up
          nostalgic sentence about the warmth of other times,
               a crossing where all the world's words
                         discover the the comparative degree of silence,
                                        the one with meaning. 
Should I peep across a couple of cloudy stanzas to get a better view,
     but again my eye conjures up a medieval constricted soul. 
All that's left is a thirst of all the senses, a frigid study of sentences, 
                              of bones.

                                             Yes, even if speech
     is like trying to master a hundred-string guitar with ten fingers. 
Even if stories
          masked in words are no longer enough
               for a time drowned in virtual dreams. 
Even though, day and night,
          the same perpetual dusk drifts a continent of ice over the city. 
Nevertheless
          I do think of something, with clenched hands,
                    when I come to the edge of the park. 
That park is just a slice of the city,
                         humming nostalgia for the forest. 
Under a tree a dog, its ears wearing
          the same look as when
               perpetual motion's being invented. 
A tree's armpit
     is singing three bought vowels, 
and there's something else in the air,
     some thread unwinding from the eye
          of a winged being that's crashed into winter. 

Christmas morning and the voice of a decomposing year:
                         this way too one can arrive at a fifth season. 
And environing the park a church resting on darkness,
                              a library, a mental hospital: 
yes, all life's here except for the pub. 
That soundless park, that Christmasless dog,
               and a break of day suddenly so draughty. 
As if the world had left the back door open,
                    and, bent like a question mark
                         I push my face out of it: 

What expression could you wear today
                              for denying written history? 

What's the great instrument
          that even today is passing across the heavens
               and again playing an inconceivable scale? 

How is it that a star still crowns the tree of memory today 
though the roots' production-chain
          was put on a sound basis trade-cycles ago? 
But the door's still open and closed,
                    it's a revolving door, 
glass and wood and motion like memory,
                         or the caprice of dream. 
And again the park's there
                              and the edge of the park's morning.
               But I'm coming from a direction
                    that's no longer describable. 
As a messenger
          of so much good and bad will
               I travel under the stars, 
towards Christmas and the millennium.
               A hundred black specks
          on the sooty snow, the first Christians,
                    their feet splayed and frozen,
               trail a corridor across an iced landscape. 
Asking no questions, singing no songs. 
Is it I
          or some foredoomed will
     that casts a stone at that innocent congregation of ducks? 
That trade union struggling to escape. 
But I called the stone Luke
               and so I know 
the deed was stupid
               but apostolic. 

And, at last, the stone's been cleansed,
               once Luke's
          water, grit
     and all its interpretations are scrubbed off,
       the Christmas evangelist in my pocket, 
I'm truly at one in spirit with the wind and the rain. 

'Eyeless, wingless stone, 
why did you call her sinner 
who watered the feet of Jesus with her tears, 
dried them with her hair
          and finally anointed them with odorous spikenard?' 

'Perhaps that sinner's trade was not healthy, 
but an old trade it was
                    and a merciful one. 
If she did cherish only the palest slice of love,
               yet a slice it was.' 

'She that was called a sinner knew 
that only eyes are needed for speech. 
For touch, just the smoothness of skin
     and the silvering of another's skin.' 

But Luke, the all-knowing, in my pocket 
again remembers 
that a stone's only skill is its weightiness. 
It wants to take wing and fly again 
with no repetition of its five theses: 

1. If you don't know which sense to knock on the labyrinth door with today, you're already on the verge of speech. 

2. If you don't remember that Easter has Christmas in view, you've neglected your homework. 

3. If you touch, touch totally. 

4. If you speak, say it all, and out loud. 

5. If you don't realise how frail the substance is 
on which you should draw the heart line of your questions 

you're richer by many stinging silences. 

The dog with the sad posture has already gone its way, 
the stone's stone again,

          and no door's open any more or closed. 

And now like then
                    November was the month of death,
     but after November came December

                              and Christmas

               and life went on, 
it went on like a weird fugue.... 

Translated by Herbert Lomas 




Ahava

               - a cool dry spring wind
               - (Bibl.) a place name in Babylonia, also a moving stream or canal

No one can tell from the clench of a hand 
whether it's closing into a fist or a prayer. 

The stone can't tell, hidden in a policeman's shoe, 
a child can't tell, 
nor the granite smile grown pale in the embrace of salt water. 

And he can't tell, the one who's spent 38 years 
in the first grade. 
The one who doesn't know mathematics, 
and mathematics doesn't know him.

          But the family tree whispering inside him knows: 

'Man wasn't made to know
          but to roam free and curious
               like a trail of smoke
                    round and through
          phenomena, love and horror.' 

This is the voice today too, this voice,
               curious,
                    curious and free.

Translated by Herbert Lomas 





As for a person who's full of Barabbas's bewildered silence and stands at the devastating intersection of frost, a phone booth and an unhoped-for message, who yet suddenly opens his senses to a world seen as flowing, as if a polyphonic motet were part of a triumphal procession to some winter day's matinee,

          what if I should dedicate this poem to him?

Translated by Herbert Lomas 




Observations on true voluptuousness

Mornings he ends up
putting on his clothes.

In his profession
he works.

On his way to work he sees an incident
and decides to tell his nearest about it that night,
employing a few colloquial expressions.

He has a mood
but the weather's outside.

From the lunch menu he does select
some food and a little drink.

In his free time he loves
works made by artists
and compositions composed by composers.

In the bus, he directs his gaze at a person (female).
'Subject, predicate, object!'
he admits.

'Expletive, giggle!'
She turns to look
at the view through the window.

But when saw-souled sun and contemplative moon
changed places
and day swooned into the weave of night
               the world's engine
          it, it just went on purring.

Translated by Anselm Hollo 







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MANUEL PANTIGOSO [19.925]

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Manuel Pantigoso

Manuel Pantigoso Pecero (Lima, Perú 1936), poeta, crítico literario y de arte, autor teatral, periodista y maestro universitario. Doctor en Literatura y Filología y Doctor en Educación; Profesor Emérito de la Universidad Nacional de San Marcos y Profesor Honorario de las Universidades San Luis Gonzaga de Ica y Nacional, de Puno. Es Miembro de Número de la Academia Peruana de la Lengua, correspondiente de la Real Academia Española desde 1982, y Miembro Correspondiente de la Academia de Letras de São Luiz de Maranhão (Brasil, 1988 ). Actualmente es Director de Extensión Universitaria y Proyección Social de la Universidad Ricardo Palma. Ha obtenido los Premios Nacionales Javier Prado (1970) y de Teatro Escolar (1980 y 1983), las Palmas Magisteriales del Perú en el Grado de Gran Maestro (2000), el Premio Internacional Publicación Thesaurus de Poesía (Brasilia, 2008), así como la “Médaille de l’Assemblée Nationale Française” (París, 2009).

Manuel Pantigoso está considerado como una de las voces más altas de la poesía contemporánea peruana. Tiene los poemarios Salamandra de Hojalata (1977), Sydal (1978), Reloj de Flora (1982), Contrapunto de la Mitomanía (1982), Nazca (1986), Amaromar (1993), Arte-Misa (1998), Calicantos de la Pared del Viento (1998), Sueños al canto (antología, 2006), En-clave de sol del color (2007), Antología Pessoal (2008), Retablo de la Naturaleza (2012), El instante de la memoria. Poética visual (2014). El próximo año publicará el poemario Jardín de Magdalena.

Es autor de ensayos sobre escritores peruanos poco difundidos: César Atahualpa Rodríguez, Mario Florián, Gamaliel Churata, Nicanor de la Fuente (Nixa), Guillermo Ugarte Chamorro, Juan Parra del Riego, Adalberto Varallanos, Emilio Champion, José Alfredo Hernández, Esther Allison, Augusto Tamayo Vargas, etc. El año 2010 publicó Estuardo Núñez y la Generación de la Crisis, en 3 tomos. En el 2012 Prismas y poliedros: ismos de la vanguardia peruana y el 2013 Terra Brasilis



El lascivo gozo del mar sobre la arena

Que estás cerca y ultramarina tus ojos en la arena
que estás cerca y remota la creciente y decreciente de tu cuerpo
y una cosecha de peces a mis pies en la red que se me abre

–de salados manantiales este olvido que muerde y encabrita
mi silencio y tus colinas suavísimas–

caracol o cornucopia que arena en mis oídos para decirte
no hay afonías en el mar
en tu brisa de miel o hiel libada es mi boca que se empina
y traga tus besos y pronuncia cada letra en tu marea

(tu culpa perfecta al tacto rasgueando mi voz sobre tu tela)

trenzando al sueño con tus muslos que de vuelo llevan
cristales ahuecando este vacío
esta violencia de espanto
esta realidad que nos eriza entre la niebla
labrando yo tu sexo
porque era tan buen escondite el aire donde hablábamos a solas
entrando y saliendo sin contemplaciones
holgándome a tus espaldas
caballando
y era el cielo azul río en tu dulce trampa
y lidiándote eras encrespada como mar picado
en pleamar
que estás cerca en el origen de la ola
en el precipicio

y el vértigo de tus ojos como hostia a punto de engullirme

que estás lejos de esta ajusticiada tristeza que me entregaste
sobre la piel del agua
la palabra al acecho al sementar arena sobre arena
en busca del ajuste de cuentas.




Piel de la palabra

Entiendo a la cigarra en su silencio
al mar en su sed insaciable de sonido
al humano corazón en su tic-tac inevitable
(hasta entiendo al propio Dios sin páginas ni versos)
porque la poesía no narra los hechos
los sueña en las cuerdas templadas del tiempo
sobre arenas movedizas
metida en el silencio que no acaba
(la palabra que dice
no contradice a la palabra)
es la paciencia del olvido
lo oscuro de la luz agazapada en sangre
página donde recuerda al hombre
que ella es carga de la intensidad de su silencio
nueva luz sobre un viejo camino
su secreto es la piel de ese silencio
el centro mítico desbordante de sentidos.




Luz y sombra

La poesía aprisa en el poema
algo del aroma de lo poético
de su voz escondida
raíz al fuego
(zigzag que enhebra remoto con eterno)
cual pincel que traza incuba y devela
el mudo temblor de la membrana del lienzo
así el poema
–vocativo en vetas de la poesía
en follajes del poeta–
residuo es de la realidad que a lo lejos escucha
y presto alegoriza
arco iris de sol y lluvia
(la música del poema del cuadro
los colores del cuadro del poema
doble silencio de luna
brillando en cada lago)
así ardor y protesta
al tope al goce al abismo
orbe de emociones del árbol que agita la flor
y desnudo queda
de travesía en cada hoja
¿suavidad y violencia la vida breve
el alma vasta?
vaciada palabra carne y sacramento
su humareda es resistente y es elástica
al extravío
piel blanca de paloma
y distensión del haz que sangra.




Más allá del amor el ciervo espera

Invasión salvaje
por sobrevivir y saber
dónde va en el camino la lengua eterna
el rito de tu palabra
la que roe pilares y anida de consuno
siempre de revés y siempre aireada
después de servir al fondo las piedras
las hojas que fueron alas del río
(allí tu cuerpo y el mío
y el humo que nos trama y deshiela)
frente a frente han quedado
el sentido puro de la vida
el sentido impuro de la muerte
caos y orden emparejados de azar
de melancolía
el ciervo mudo está frente al mar
su ceguera atisba el resplandor del abismo
su piel es leve como un salto herido
como un médano en pálpito.


The deer waits beyond love

Savage invasion
wild to survive and to know
where the eternal language travels along the road
the rite of your word
that roe pillars and nests together
always backwards and always captured
after serving in the background, rocks
the leaves that were wings of the river
(there, your body and the mine
and the smoke that plots and thaws us)
the pure sense of life
the impure meaning of death
across from one another
chaos and order paired by chance
and melancholy
silent stag is facing the sea
his blindness spiesthe glow of the abyss
his skin is mild like a jump shot
as a sand dune in palpitation





Contrapunto luminoso para una iconografía ancestral - Quince poemas de Manuel Pantigoso (español/francés)
por  Sophie Corriez, Nelson Vallejo-Gómez (introducción y versiones al francés)

« Ut pictura poesis… »
Horace, Ars Poetica, vv. 361

«(…) considerando la cagione onde sia nato quel detto antico tanta esser la conformità della Poesia con la pittura, che, quasi nate ad un parto, l’una pittura loquace et l’altra poesia mutola s’appellarono. »
Léonoard de Vinci, Tratato della pittura, I. 17.


«¿dónde está el original que hiere mi palabra?
¿en qué pared se exhibe tu alma
poeta del color?»
Manuel Pantigoso, Los cuadros de los colores ausentes


Dans les nuits de notre troisième octobre à Lima (2007), chaleureusement installés à Barranco, au 109 du Malecón d’Osma, veillant depuis notre Barrage contre le Pacifique, nous avons traduit d’un jet, que nous espérons avoir été celui du moment le plus fécond pour ce Contrepoint lumineux, quinze poèmes de Manuel Trinidad Pantigoso Pecero, né à Lima en 1936.

En las noches de nuestro tercer octubre en Lima (2007), instalados con mucha alegría en Barranco, en el 109 del Malecón de Osma, sigilosos en nuestro Celaje contra el Pacífico, tradujimos de un solo golpe quince poemas de Manuel Trinidad Pantigoso Pecero, nacido en Lima en 1936. Esperamos que haya sido momento fecundo para este Contrapunto luminoso.

Nous l’avons fait par amitié, puis par reconnaissance pour son Iconographie ancestrale, à la recherche, pour nous aussi, de notre puits de mémoire, où résonne toujours incertain le répons silencieux de notre communauté langagière. D’une langue l’autre, l’espagnol ibéro américain et le français en partage, nous trouvons au fil du temps l’hommage serein qui conviendrait à nos pères respectifs, ceux à qui nous dédions le bonheur de cette traduction.

Lo hicimos primero por amistad y después por el reconocimiento a su iconografía ancestral, en la búsqueda para nosotros también de nuestro aljibe de memoria, lugar donde resuenan siempre las dudas de una respuesta silenciosa que son propias de nuestras diferencias idiomáticas. De una lengua a otra, del español iberoamericano al francés compartido, encontramos en el transcurso del tiempo el homenaje sereno que corresponde a nuestros respectivos padres. A ellos, dedicamos la felicidad que nos produce esta traducción.

Ces poèmes introduisent différents époques, sujets et supports de l’œuvre dans l’univers pictural du père du poète, Manuel Domingo Pantigoso, fondateur du courant artistique dénommé dans son pays « Les Indépendants ».

Estos poemas se refieren a pinturas de épocas diversas, a temas y soportes del universo pictórico del padre del poeta: Manuel Domingo Pantigoso, el fundador de la corriente artística denominada en su país “Los Independientes”.

On le surnommait Panti, en famille et chez les amis, en hommage à cette fleur des andes qui guérit des maux insurmontables, ceux de l’âme, les maux métaphysiques. Panti est un peintre à la facture universelle. Il est né en 1901 à Arequipa, la « ville blanche », où jaillit tous les jours la lumière éblouissante et désertique du grand sud péruvien. Il est mort en 1991, dans sa maison dite « le jardin de la Madeleine », à Lima, ville où les murs bariolés sont un cri quotidien de révolte en contrepoint contre un ciel au gris bas, souillant, parfois monotone, brumeux et bruineux, un gris tant variable qu’il évoquerait presque à vide et à lui seul toute la palette des couleurs essentielles.

Lo llamaban Panti, en la familia y entre amigos, en homenaje a esa flor de los Andes que cura los males invisibles, los del alma, los males metafísicos. Panti fue un pintor de estilo universal. Nació en 1901 en Arequipa –“la ciudad blanca”, donde brilla todos los días la luz resplandeciente y desértica del gran sur peruano. Murió en 1991, en su casa conocida como “El jardín de Magdalena”, en Lima, ciudad donde las paredes de las casas, llenas de colores chillones, son un grito cotidiano de protesta frente a un cielo gris plomo, ceniciento, a veces monótono, nubloso y garuante, un gris tan variable que evocaría casi vacío, y al solo, toda la paleta de los colores esenciales. 

Du 20 novembre au 3 décembre 1927, dans les salons de l’association Paris Amérique latine, située, alors sur le boulevard de la Madeleine, Panti exposa pour la première fois en Europe 90 tableaux (22 huiles sur toile, 33 temperas et 35 aquarelles). Le catalogue de cette exposition parisienne fut introduit en termes naïvement ethnologiques par Margarita Béclar d’Harcourt : « Monsieur Pantigoso possède le sens décoratif des groupements et l’audace de la couleur. Son principal mérite est d’avoir compris le vrai caractère de son pays, son austérité, ses grandes lignes, ses espaces nus, de l’avoir considéré comme un fond aux vastes « à plats » sur lesquels tout naturellement se détachent les profils accusés des types, les rutilances des costumes, les têtes hautes des lamas… ». Avant la publication de cette présentation, Panti interroge César Vallejo. Celui-ci trouve le texte un peu « flojo » (inconscistant) et conseille à Panti de suggérer à la chère dame de le renforcer en soulignant « la force et l’intensité de la couleur et de l’espace que montrent ses tableaux formidables ». Discret, Panti ne le fit pas.

Del 20 de noviembre al 3 de diciembre de 1927, en los Salones de la asociación París-América Latina, ubicada en aquel entonces en el bulevar de la Madeleine, Panti expuso por primera vez en Europa noventa cuadros (22 oleos sobre lienzo, 33 témperas y 35 acuarelas). El catálogo de la exposición parisina fue escrito por Margarita Béclar d’Harcourt, en términos ingenuamente tecnológicos, a saber: “El Señor Pantigoso posee el sentido decorativo de los grupos y la audacia del color. Su principal mérito es haber comprendido el verdadero carácter de su país, su austeridad, sus grandes líneas, sus espacios desnudos, esto es, haber plasmado en sus cuadros vastos planos sobre los cuales se destacan, de modo muy natural los perfiles pronunciados de sus tipos humanos, el brillo de sus costumbres, las cabezas altivas de sus llamas…”. Antes de publicar el catálogo, Panti le pidió al poeta César Vallejo su opinión; éste encontró el texto un poco “flojo” (inconsistente) y le aconsejó sugerirle a la estimada dama reforzarlo para remarcar lo que el vate consideraba esencial, a saber: “la fuerza y la intensidad del color y del espacio que muestran sus cuadros formidables”. Por discreción, Panti no lo hizo. 

Manolo, comme les amis surnomment le poète, offrit l’autre soir au Corri Wassi (la « maison dorée », en langue quechua, qui se trouve au « Miraflores » -ce quartier au « regard fleuri »), un extraordinaire catalogue de presque 500 pages, fruit de trente ans de patient labeur à rassembler l’œuvre disperse d’un formidable peintre, dessinateur, aquarelliste, xylographiste, l’un des grands peintres latinoaméricains du 20ème siècle : un « poète de la couleur » (in, Les tableaux aux couleurs absentes).

Manolo –como llamamos sus amigos al poeta, presentó la otra noche en el “Ccori Wasi” (“La casa de oro” –en quechua, situada en “Miraflores”, distrito limeño a la “mirada florida”) un extraordinario libro de casi 500 páginas, fruto de tantos años de una labor paciente de juntar la obra dispersa de un formidable pintor, dibujante, acuarelista, xilógrafo, uno de los grandes pintores latinoamericanos del siglo XX: “un poeta del color” (in “Los cuadros de los colores ausentes”).

Le beau livre que publie Manolo, à Lima, 80 ans après l’exposition à Paris de son père, témoigne bien, si besoin en était, que nous sommes en face d’un peintre universel, et le reste n’est que querelle d’école. En autodidacte de la chose picturale, Panti possédait non seulement « le sens décoratif » si l’on veut, mais aussi l’audace de la couleur. Comme Cézanne, Panti utilisait la matière même des couleurs, des ombres et des blancs, pour faire émerger sur la toile ou le papier, la graphie du dessin. Les maîtres de la couleur sont des dessinateurs en mouvement. En définitive, Panti et Manolo, père et fils sont des artistes trempés dans l’universel de l’humaine condition.

El libro de arte, publicado en Lima, 80 años después de la exposición en París de su padre, muestra que estamos, sin lugar a dudas, con un pintor universal, y que todo lo demás es solamente discusión sobre escuelas y técnicas donde encasillarle. Autodidacta en lo pictórico, Panti posee no solamente ese famoso “sentido decorativo”, sino toda la audacia del color. Como Cézanne, utiliza la propia materia de los colores, de las sombras y las luces para provocar en la tela o el papel la grafía del dibujo. Los maestros del color son dibujantes en movimiento. Definitivamente, Panti y Manolo, padre e hijo son artistas templados en lo universal de la condición humana.

Parole colorée ou couleur parlante, peintre ou poète, auteur ou traducteur, fausses alliées ou sœurs aimées, parce que nous ne voulons pas ici ouvrir le dossier ancestral de la querelle entre Anciens et Modernes, et que pour nous le poème peut à lui seul montrer et la peinture rendre l’émotion de son dire en tout silence, aveuglement physique à part, moins atroce d’ailleurs que l’aveuglement de l’esprit borné par l’arrogance de sa « pensée unique ».

Regardons et écoutons donc :

Palabra colorida o color hablante, pintor o poeta, autor o traductor, falsos aliados o hermanos amados, porque no queremos abrir aquí la vieja querella entre Antiguos y Modernos, y es que para nosotros el poema puede por si mismo mostrar y la pintura decir la emoción de su palabra en completo silencio –ceguera física a parte y menos atroz en realidad que la ceguera espiritual de un pensamiento único.

Veamos y escuchemos pues:

LA DANSE : Clé de sol entre les nuages, où l’harmonie musicale est un bleu... rouge rituel des ancêtres.

LA DANZA: clave de sol entre las nubes donde la armonía musical está en el azul… en el rojo ritual de los ancestros.

LA FEMME, dont on fait souvent le rêve étrange, commencement et désir, le mythe de ton corps.

LA MUJER, frecuente hacemos de ti sueño asombroso, comienzo y deseo, el mito de tu cuerpo.

LE TRAVAIL : clameur amoureuse qui multiplie.

EL TRABAJO: algazara del amor que todo lo multiplica.

ALLÉGORIE : tous les sangs et cristaux du Pérou / dans la transcendance murale faite espace… et ces questions terribles qui brûlent le creux de l’être humain : où est le lieu de la tendresse à nue ? / Où est l’auberge sans fard ni fleur d’oranger ? / Cherche ici / dans cette procession de lumières et de baume / dans la magie du maïs de feu.

ALEGORIAS: todas las sangres y cristales del Perú / en la trascendencia mural del acto del espacio; en esos interrogantes terribles que queman lo profundo del ser humano: ¿dónde la aldea de ternura sin máscaras? / ¿dónde la pascana sin maquillajes ni azahares? / buscad aquí / en esta procesión de luces y sahumerio / en la magia del maíz de fuego.

LA NÉGRITUDE : rythme envoûté de la couleur.

LA NEGRITUD: agitado ritmo del color.

RACINES DES COUTUMES : ici, à la « ville blanche », petite patrie du peintre... Arequipa a l’habitude / du corrido / de l’allégresse et de la nostalgie... l’habitude jaillit quand le vent répand / l’odeur violacée des amours tendues / des lointains autonomes.

RAICES COSTUMBRISTAS: aquí resuena la « ciudad blanca », la patria chica del pintor… Costumbre tiene Arequipa / de corrido / de júbilo y nostalgia… Costumbre tiene cuando el viento trae / el olor violáceo del tensado amor / de los otoños lejanos.

LE REGARD ORBITAL du peintre, ou de son regard dans le Portrait qu’en voyant la parole évoque, comme qui peint la trace dans le ciel d’un oiseau ou tisse une corde de sable, regard en bleu indigo du Titikaka, lac des origines inkas, le plus haut sur cette planète où la nuit est un questionnement métaphysique : Sommes-nous au-dessous ou à côté des étoiles / Seule la plainte navigue avec la lune / Sur cette immense cathédrale du silence.

LA VISION ULTRAORBICA del pintor o su mirada en el Retrato al ver la palabra que evoca, como quien pinta el vestigio de un pájaro en vuelo o teje una cuerda de arena, mirada en azul índigo del Titikaka, lago del origen inca, el más alto del planeta, donde la noche estrellada es un cuestionamiento metafísico… ¿estamos debajo o al lado de ellas? / Sólo el sollozo navega con la luna / sobre esta vastísima / catedral del silencio.

PAYSAGE : Quand la nuit d’étoiles / et jardins enflammés / invente sur la toile la distance abstraite comme les songes.

PAISAJE: Cuando la noche de centellas / y jardines incendiados / crean en el lienzo la distancia / abstracta como los sueños.

LES GRANDS THEMES : en pleine fatigue / la coupe en jachère / la terre labourable / la toile a redressé vers le ciel son étendard, / son regard et son pinceau.

LOS GRANDES TEMAS: a puro cansancio / la copa en barbecho / (la tierra labrantía) / El lienzo ha enderezado al cielo su estandarte / su mirada y su pincel.

LE PORTRAIT : tatouage de lumière et de couleur qui relie et interroge le front du temps, où la question de l’autre en nous-mêmes revient à travers notre propre regard, comme dans ces vers majestueux du Cimetière marin de Paul Valéry qui chantent le puits insondable de l’âme.

EL RETRATO: tatuaje de luz y color que ata e interroga a la frente del tiempo, abriéndose a la pregunta del otro en nuestra propia mirada, como en aquellos versos prodigiosos de Paul Valéry en “El Cementerio marino”, que cantan el aljibe insondable del alma.

ICONOGRAPHIE ANCESTRALE : ici, comme pour le Portrait, (s’ouvre depuis le mythe / l’iconographie / l’avenant simulacre d’autres mondes) / mutation déracinée / du temps / dialogue de la magie et du mystère / ici la nuit au toucher reconnaît le soleil / creuset de la mémoire / et le zodiac en révélation transie (...) / chicane du visible et de l’invisible / frise des esprits.

ICONOGRAFIA ANCESTRAL: aquí, como en el Retrato, (desde el mito / se abre la iconografía / el calco avenido de otros mundos) / desarbolada mudanza / del tiempo / diálogo de la magia y del misterio / aquí la noche al tacto conoce al sol / -crisol de la memoria- / el zodiaco en trance / revelado / (…) pleito de lo visible e invisible / friso de los espíritus.

DESSIN GRAPHIQUE : la main droite et le cœur aux abois .

DISEÑO GRAFICO: la mano diestra y el corazón atento.

XILOGRAPHIES : où dans le bois / terre à peine labourée / apparaît l’amour (...) Sa fêlure est le creux de l’être / et l’encre, sa vacuité.

XILOGRAFIAS en la madera / tierra recién labrada / se imprime el amor (...) su hendidura es el hoyo del ser / la tinta su vaciamiento.

L’ART DU CROQUIS : Est-ce un œil avisé / l’éclat intime du peintre ?

EL ARTE DEL APUNTE: ¿es ojo adelantado / el brillo íntimo del pintor?

TABLEAUX AUX COULEURS ABSENTES. Tout est dit et pourtant quelque chose demeure d’une inaccessible présence. Le poète le sait. Le peintre en trace un je ne sais quoi qui frise l’intuition, impuissant à tout donner à voir dans l’unique espace de la toile, dès lors qu’il y a frontière, alors jaillit le mystère du clair-obscur ou de l’ombre qui est à la lumière ce que le silence est à la parole, dès lors ou avant toute chose : la clarté aveuglante de la toile / est restée dans le souvenir, comme une couleur / voilée qui rend ta pupille pareille à un buisson ardent (...). Et disons-le sans le voir ou montrons-le sans le dire : l’Iconographie ancestrale pose la question de la filiation, du chaînon manquant, que rêver seulement, peindre ou dire ne suffit guère, parce qu’à rêver seulement, la mémoire renaît / d’une présence inaccessible.

En LOS CUADRO DE LOS COLORES AUSENTES, todo está dicho y sinembargo algo persiste en presencia inaccesible. El poeta lo sabe. El pintor traza un no se qué bordeando la intuición, impotente para colocar todo lo deseado en el único espacio del lienzo; entonces, percibe que hay una frontera donde brota el misterio del claro oscuro o de la sombra que tanto es a la luz como el silencio a la palabra, por eso y ante todo: la ciega claridad de la tela / ha quedado en el recuerdo como un velado / color que vuelve tu pupila de ramaje ardido (…). Y nosotros lo decimos sin verlo, lo mostramos sin decirlo: la Iconografía ancestral indaga sobre la filiación, sobre el eslabón perdido, que soñar solamente, pintar o decir no es suficiente, y sinembargo, con solo soñar se aviva la memoria / de una presencia inalcanzable.

Poésie et Peinture, fils et père, Manolo et Panti, de l’un l’autre en cercle vertueux la palette au fond d’elle-même / a dissout ses vides.

Poesía y pintura, hijo y padre, Manolo y Panti, del uno al otro en circuito virtuoso la paleta en el fondo de ella misma / ha disuelto sus vacíos.

Barranco (Lima), octobre 2007



I – LA DANSE

Au rythme du pinceau et des abîmes
ils dansent à travers la plaine
c’est un tournis incroyable
tout se mélange
le ciel et la terre sans fin.

Depuis les remous de ce lac qui en caressent les bords
depuis son écume et sa brise dénudée
l’harmonie musicale est toute bleue
vierge de soleils fulgurants
jupons, ponchos, en files
arc-en-ciel et fichus blancs
kasarasiri tressé avec des tambours
flûtes et wifalas
à travers des espaces jaunes, verts
les danseurs avancent

dans l’onde du cosmos, dans sa lumière magique
dans la polychromie du tissu
le rouge rituel des ancêtres danse
et ils dansent accrochés au bonheur
tels des oiseaux
c’est la chorégraphie de la période nuptiale
débarrassée de toute ombre
la poésie de la couleur qui cache
la clé de sol entre les nuages
le kacharpari, les ayarachis et la fleur
mauve du panti-panti là-bas dans les collines
c’est l’adieu 
résonnant jusqu’au silence.



I – LA DANZA

Al ritmo del pincel y sus abismos
danzan por la pampa
todo gira y gira
todo revuelve
el cielo y la tierra se eternizan.

Desde las olas de aquel lago
que abraza las orillas
desde su espuma y su brisa desnuda
la armonía musical está en el azul
limpio de soles fulgurantes

sayas ponchos alas
arco iris y pañuelos blancos
Kasarasiri trenzado con bombos
quenas y wifalas
por los espacios amarillos verdes
los danzantes van

en el ondular del cosmos en su mágica luz
en la policromía de la tela
el rojo ritual de los ancestros danza
y danza suspendido de la dicha
como volando

es la coreografía de un tiempo nupcial
despojado de sombras
es la poesía del color que esconde
la clave de sol entre las nubes
es el kacharpari los ayarachis y la flor
morada del panti-panti allá en los cerros
es la despedida
retumbando hasta el silencio.




II - FEMME

Recueillie en boutons
fleur d’atmosphère et paysage
le passé secoue le pollen de ton ventre
tes échos, ton regard jusqu’à l’éternel
puits intérieur de la distance

haut relief de musique lunaire, tes seins,
profil de cuivre,
tresses qui
disparaîssent et renaissent à chaque instant
parce que c’est commencement et désir, le mythe de ton corps,
et jeunesse miroitante
et fertilité
quand tu t’alignes avec la rosée des oiseaux
dans la discrète orchestration de tes chants nus
et tes jupons sont des éclats d’aube
terre nourricière et tempête

clochette des Andes et de la côte
du frisson humide qui monte de la campagne
tout se rejoint dans la beauté de la terre
au-dessus de tes propres confins
tu te laisses embrasser sous l’ombre de mon arbre.



II – LA MUJER

Recogida en los capullos
flor de atmósfera y paisaje
el pasado agita el polen de tu vientre
tus ecos tu mirada hacia el eterno
pozo interior de la distancia

alto relieve de música lunar tus pechos
de perfil de cobre
trenzas que
desnacen y renacen a cada instante
porque es origen y deseo el mito de tu cuerpo
y canto
y fertilidad
cuando te alineas con el rocío de los pájaros
con la tenue orquestación de tus cantaros desnudos
y son tus polleras de luz naciente
madre-tierra
y lluvia desatada

cantuta del ande y de la costa
del húmedo temblor de la floresta
todo unido en la belleza del barro

sobre tus propios confines
te dejas besar bajo la sombra de mi árbol.



III - LE TRAVAIL

Le champ est très grand,
l’homme et la femme sont sa force,
depuis les aubes dorées jusqu’aux
tombées violettes du jour
les muscles se nouent
pelle, bêche, rythmes des rêves
à la merci des sueurs,
travaillant tout en dansant
tout en chantant
et buvant de temps en temps
-la terre labourée s’ouvre dans les sillages-
aux lointains les coqs éclaircissent le matin,
aux lointains, les rameurs
et les jeunes tisseuses d’espoir
(la mère donne le sein à la vie
de son lait du matin)
le travail n’en finit pas
enclume de l’homme et de la nature
graine bariolée de l’âme
récolte et rassemblement de foire
des dons qui s’offrent
au soleil et à la terre nourricière
tels les pains
tels les poissons
clameur amoureuse qui multiplie.



III – EL TRABAJO

El campo es más grande
el hombre y la mujer su fortaleza
desde los amaneceres de oro hasta
las caídas violetas de la tarde
los músculo se enredan
pala y azadón y ritmo de los sueños
a sol y a sombra de sudores
laboran mientras bailan
mientras cantan
y beben de vez en cuando
-la tierra surcada está abierta en los arados-
a lo lejos los gallos limpian la mañana
a lo lejos los balseros
y las frescas hilanderas de esperanzas
(la madre da el pecho a la vida
con la blanca leche de la mañana)
el trabajo es sin fin
yunta del hombre y la naturaleza
simiente multicolor del alma
producto y reunión d efieras
de los dones que se ofrecen
al sol y a su mamapacha
como los panes
como los peces
algazara del amor que todo lo multiplica.




IV - ALLEGORIES

A coup de mystère
bouillonnant dans la poésie du trait
iridescent
magnifique
radical
tous les sangs et cristaux du Pérou

dans la transcendance murale faite espace
dans son cheminement limpide transpire
un air d’automne
où est le lieu de la tendresse à nue ?
où est l’auberge sans fard ni fleurs d’oranger ?
cherche ici
dans cette procession de lumières et de baume
dans la magie du maïs de feu et dans la vigogne
aux yeux tendres couleur sylex
dans la Suray Surita qui accompagne
la biographie en rouge de celui qui revient
du couchant
constellé de ruisseaux et d’arbres en flammes
jusqu’aux nus
échos des Pinkullos
de pierre et d’abîme dans les hauteurs
Machu Picchu
hymne aux profondeurs du néant.




IV - ALEGORIAS

A golpe de misterio
fermentándose en la poesía del trazo
iridiscente
magnífico
raigal
todas las sangres y cristales del Perú

en la trascendencia mural del acto del espacio
en su discurrir bruñido que exuda
una canción de otoño
¿dónde la aldea de ternura sin máscaras?
¿dónde la pascana sin maquillajes ni azahares?

buscad aquí
en esta procesión de luces y sahumerio
en la magia del maíz de fuego y en su vicuña
de ojos tiernos de pedernal
en la Suray Surita acompañando
la biografía en rojo del que vuelve
del poniente
salpicado de acequias y árboles en llamas
hasta las nubes
ecos de pinkullos
ópera de piedra y abismo en las alturas

Machu Picchu
ópera de la nada profunda.




V - LA NÉGRITUDE

Des bouffées de fumée comme parfum
c’est ainsi que l’on vit à Malambo
jusqu’ici
le joueur de cajon et son rythme
sous le pont
la promenade des Eaux jusqu’à la plaine
de Amancaes.
La procession s’écarte du mauve
et ces yeux tels deux perles marines
qui veillent
mulâtre lubrique et sensuel.
Au son de l’artifice, mais avec le bien réel
rythme envoûté de la couleur
les pinceaux s’enduisent aussitôt :
la coupe aux fruits, le marchand de turron, la fleur,
tous frères
par les rues empierrées tous descendent
au réverbère de la ruelle.
Eux savent vanter l’ombre et la lumière
peindre, à la lanterne, la suie
la rouille des choses pesées
et cette joie de vivre
qui fait et défait
le lichen du poème
retenu dans le cœur.




V - LA NEGRITUD

Aromado por el humo a bocanadas
está el vivir en Malambo
desde aquí
el cajonero y su aleteo
bajo el puente
el Paseo de Aguas hasta la Pampa
de Amancaes.

Sale del color morado la procesión
y esos ojos de perla marina
en vela
mulata lúbrica y sensual.
Al son de lo ficticio y lo real
del agitado ritmo del color
se embadurnan al punto los pinceles
la frutera el turronero y la flor
todos hermanados
por calles empedradas vuelven
al candil del callejón.
Ellos saben pregonar luces y sombras
pintar con los faroles el hollín
la herrumbre de las cosas pulsadas
y esa alegría de vivir
que hace y deshace
el musgo del poema
estancado en el corazón.




VI - RACINES DES COUTUMES

Le soleil de l’après-midi, à la campagne, a l’habitude
l’habitude de s’abreuver de chicha dorée
de danse, de complaintes
et de cette mélancolie qui émane de ses canaux argentés
( l’eau retient la constellation
boréale des lévriers).
Arequipa a l’habitude
du corrido
de l’allégresse et de la nostalgie
chaque arbre en est témoin
tout reflète l’âme, jusqu’aux bifurcations
du soleil couchant
jusqu’à ses cieux de braise
de parfums, de volcans,
de picanteria et marineras, du début jusqu’à la fin,
tout est mouchoir blanc.
L’habitude jaillit quand le vent répand 
L’odeur violacée des amours tendues
Des lointains automnes.




VI – RAICES COSTUMBRISTAS

Costumbre tiene el sol chacarero por las tardes
costumbre de remojarse con chicha dorada
y baile y música de yaraví
y esa melancolía en sus canales de plata
(el agua guarda la constelación
boreal de los lebreles).
Costumbre tiene Arequipa
de corrido
de júbilo y nostalgia
no hay un árbol que no sea un signo
todo es claridad del alma hasta las horcas
en que se pone el sol
hasta su cielo de púrpura
de perfume y de volcanes
de picanterías y marineras hasta las zetas y las jotas
todos son pañuelos blancos.
Costumbre tiene cuando el viento trae
el olor violáceo del tensado amor
de los otoños lejanos.




VII - LE REGARD ORBITAL

Au firmament s’offre
le tourbillon de la toile
(l’ombre s’éclaircit avec le ciel)
ses grandes géométries au-dessus des eaux
au-dessus de l’horizon et ses azurs 
l’eau et le cosmos
en spirales
et l’ouïe qui parle par les yeux.
Maintenant le lointain
le voici
avec le Poisson d’Or
plus loin que les orbites sidérales
avec les rameurs
avec les étoiles tombant
comme feuilles
comme pluie
sur le bleu indigo du Titikaka
sommes-nous dessous, ou à côté des étoiles ?

Seule la plainte navigue avec la lune
sur cette immense
cathédrale du silence.




VII – LA VISION ULTRAORBICA

Sideral se abre
la vorágine de la tela
(la sombra se desnuda con el cielo)
sus grandes geometrías sobre las aguas
sobre la línea y sus anzuelos
el agua y el cosmos
en espirales
y el oído que habla por los ojos.
Ahora el allá
es el acá
es decir el Pez de Oro
más allá de las órbitas estelares
remando con los balseros
con las estrellas cuando caen
como hojas
como lluvia
sobre el añíl del Titikaka
¿estamos debajo o al lado de ellas?

Sólo el sollozo navega con la luna
sobre esta vastísima
catedral del silencio.





VIII - PAYSAGE

Par les larges baies du crépuscule
dans les rousseurs phosphorescentes du soir qui tombe
le traînant troupeau ne prend pas
le chemin des ruisseaux et des murets
c’est l’âme du paysage qui pressent
la forme silencieuse de l’artiste
son silence aérien maintenant sans ombre
et sans rhétorique

un paysage qui reflète comme un miroir
là-bas dans le lointain
quand la nuit d’étoiles
et jardins enflammés
inventent sur la toile la distance
abstraite comme les songes

et le clair de lune est maintenant
automne doré
et sa statue un piédestal de fraîcheur

le matin viendra sûrement
d’un trait léger
iris de papier où prend forme
inviolée
la clarté explosive.




VIII – PAISAJE

En los ventanales del crepúsculo
en las fosforescencias del oro bermejo de la tarde
no es el camino de riachuelos y tapiales por donde
discurre cansina la majada
es el alma del paisaje que presiente
la forma callada del artista
el aireado silencio ya sin sombra
sin retórica

paisaje que reverbera como espejo
allá a lo lejos
cuando la noche de centellas
y jardines incendiados
crean en el lienzo la distancia
abstracta como los sueños

y la luz de luna es ahora
dorado otoño
y la estatua su pedestal de yerba

ya vendrá la mañana ya vendrá
su leve trazo
o lirio de papel donde plasmar
inviolada
su claridad de cántaro.





IX - LES GRANDS THEMES

Avec sa robe sur le dos
la nuit s’est égarée de partout.
c’était l’époque des pluies de feu
de l’oiseau blessé
(de même que celle du guetteur qui vagabonde
son arme en arrêt
la droiture à travers les écueils).
C’était l’époque du châtiment
et de la colère sourde
statues de sel
(de même que celle de celui qui écoute et transforme en musique
Ce qui a de plus profond)
-poisson de feu dans l’écume de la nuit-
et qui s’émeut parce que renaît
sous le trait
en pleine fatigue
la coupe en jachère
(la terre labourable).
La toile a redressé vers le ciel son étendard,
son regard et son pinceau
ils sont là éclatant l’espace
-la potrine en feu-
Michel-Ange, Quichotte, Beethoven,
Le Christ et Moïse.




IX – LOS GRANDES TEMAS

Con su túnica a cuestas
la noche extravió al mundo.
Era el tiempo de las lluvias de fuego
del ave herida
(también del avizor que vaga
arma en ristre
la derechura por peñascos).
Era el tiempo del castigo y la sordera
de la ira
estatuas de sal
(también del que escucha y musicaliza
el allá del adentro)
-pez de llama en noche de espumas-
y se emociona porque reaparece
bajo el trazo
a puro cansancio
la copa en barbecho
(la tierra labrantía).

El lienzo ha enderezado al cielo su estandarte
su mirada y su pincel
ahí están estallando el espacio
ascua en el pecho
Miguel Ángel Quijote Beethoven
Cristo y Moisés.




X - LE PORTRAIT

Ils ont un air, ses yeux,
un air de lumière, de vent dans l’espace
un je ne sais quoi que peint à l’infini vivant ce portrait.
A force de se regarder dans le regard
à force de cligner des yeux ému par le trait
ses yeux sont enflammés
ses yeux sont le pinceau que le sang
peint sur la toile
(un tatouage de cette lumière, de cette couleur
relie et interroge
le front du temps)
est-ce la peinture la croix de l’aurore ?
le peintre ressuscité est-il voyant ?
est-ce un autre qui renaît de tant
être regardé ?
(la palette au fond d’elle-même
a dissout ses vides)
à présent l’artiste regarde
la lumière tamisée à travers un voile
où une bruine
accrochée à son propre ciel.




X – EL RETRATO

Tienen un aire sus ojos
un aire de luz de viento en el espacio
un dejo que pinta al vivo
de infinito aquel retrato.
De tanto mirarse en el mirado
de tanto parpadear en la emoción del trazo
sus ojos están en llamas
sus ojos son el pincel que la sangre
pinta sobre su tela
(un tatuaje de esa luz de ese color
empasta e interroga
la frente del tiempo)
¿es el óleo la cruz de la aurora?
¿es vidente el pintor resucitado?
¿es otro el que renace por tanto
ser mirado?
(ensimismada paleta
ha disuelto sus vacíos)
ahora el artista está mirando
al trasluz de una gasa
o de una llovizna
adherido a su propio cielo.




XI - ICONOGRAPHIE ANCESTRALE

Géométrie de symboles célestes
irradiations de félins ailés
boas ataviques

(depuis le mythe
s’ouvre l’iconographie
l’avenant simulacre d’autres mondes)

mutation déracinée
du temps
dialogue de la magie et du mystère
ici la nuit au toucher reconnaît le soleil
-creuset de la mémoire-
et le zodiac en révélation transie

(depuis le cercle se convoquent et parlent
-flamme ancestrale-
les autres espaces)

bas relief serpentant entre les poutres
formes en feu
chicane di visible et de l’invisible
frise des esprits.




XI – ICONOGRAFIA ANCESTRAL

Geometría de símbolos astrales
de irradiaciones de alados felinos
de boas atávicas

(desde el mito
se abre la iconografía
el calco avenido de otros mundos)

desarbolada mudanza
del tiempo
diálogo de la magia y el misterio
aquí la noche al tacto conoce al sol
-crisol de la memoria-
y al zodíaco en trance
revelado

(desde el círculo se convocan y hablan
llama ancestral
los otros espacios)

bajo relieve serpenteando por las vigas
ardidas formas
pleito de lo visible e invisible

friso de los espíritus.




XII - DESSSIN GRAPHIQUE

La main droite et le cœur aux abois
brûle au vif quand le soleil est au zénith
et éclaircit tous les contours
et un seul chemin se déploie
une rue cherchée
un angle
l’esquisse ne quitte pas l’espace
dans l’ardeur instantanée du papier
dans le jaillissement raréfié ou dans le reflet
de l’eau qui, ondulant, s’enfuit
(comme le spermatozoïde
qui est ligne en mouvement).
Cette main droite et ce cœur
s’ouvrent de part et d’autre,
tels des aimants,
depuis le fond des yeux ils regardent
et savent que la pluie viendra
pour éteindre la grande fumée.
Depuis cette synthèse,
Depuis ce griffonnage dévoilé
Se révèlent les gestes et manières,
retable graphique,
concert de lignes et de formes
où la vibration du marcheur
voit
et aussitôt amarre et dessine
baguette en main.




XII – DISEÑO GRAFICO

La mano diestra y el corazón atento
arden al carbón cuando el sol asciende
y desata todos los contornos
y se extiende un solo camino
una calle buscada
una esquina
el boceto queda en el espacio
en el ardor instantáneo del papel
en la emanación enrarecida o reflejo
del agua que ondulante se desliza
(como el espermatozoide
que es línea en movimiento).
Esa mano diestra y ese corazón
se abren de par en par
imantados
desde el fondo de los ojos miran
y saben que la lluvia vendrá
al sustraer destino la humareda.
Desde esta síntesis
desde este garabato sin cortinas
se desvelan los gestos y ademanes
graficado retablo
concierto de líneas y de formas
donde la vibración del que camina 
ve
y al punto amarra y diseña
batuta en mano.





XIII - XILOGRAPHIES

Dans le bois,
terre à peine labourée,
apparaît l’amour,
incisif et mordant, le burin
taille le cristal de la pluie
(les battements s’enregistrent depuis le fond
de la fillette aux grandes yeux).
Surgissent plusieurs rameaux depuis
ce bois fertile
de sa forme fleurie où scintille l’obscurité
sur le fil du rasoir
de l’eau fraîche
comme lorsque jaillit l’idée
de profil ou de face.
ces reliefs sont des graphies d’arbres anciens,
de matins imprimés dans les sillons,
de nuages et de terres en jachères
dans chaque artère rejaillit la fibre scintillante et humide,
dans chaque superficie d’amour qui remplit tout l’espace
(de ces creux de surprise et de fleurs d’oranger
le moule demeure pour reproduire
ce jeu entre l’ombre et la lumière
sa fêlure est le creux de l’être,
et l’encre, sa vacuité).




XIII – XILOGRAFIAS

En la madera
tierra recién labrada
se imprime el amor

incisivo y mordaz el buril
talla el cristal de la lluvia
(los latidos se graban desde el fondo
de la niña de los ojos).
Surgen varias ramas desde
esta madera fértil
de su forma floral donde riela la oscuridad
al filo de la luz
del agua fresca
como cuando brota la idea
de perfil o de frente.

Relieves son grafías de árboles antiguos
de mañanas estampadas en surcos
de nubes y labrantíos
en cada arteria rebrota la fibra saltadiza y
húmeda
en cada superficie del amor que es todo el
espacio
(de las hondonadas de sorpresas y azahares
el molde se queda para reproducir
este juego de luces y de sombras

su hendidura es el hoyo del ser
la tinta su vaciamiento).





XIV - L’ART DU CROQUIS ET DE L’ESQUISSE

De l’œil au regard
il y a l’ébauche de la vie,
l’esquisse qui prend feu dans l’espace.

est-ce un œil avisé
l’éclat intime du peintre ?
la feuille attend cette figure élémentaire née du vide,
grâce à une bonne acuité et à la main droite,
et le cœur tout palpitant
entre la rapide réflexion qui s’échappe
et l’éclair du temps saisi à main levée
sur le papier
crissement de soie, voilà le crayon,
dans l’ambiance silencieuse de la lumière ténue,
l’ombre fugace qui naît
le souffle de ce dessin recueille
le murmure du paysage
les imperceptibles gestes et manières des gens
précisément ce que les yeux voient et l’esprit évoque
le corps, l’expression juste, le sens du mouvement,
c’est ainsi que se dessine l’esprit de l’éternel
c’est ainsi que se profile la distance qui va
de l’œil au regard
avec la nature immaculée et le sujet aux aguets,
songeur et gai
il reste, à l’aurore virginale, les souvenirs
avec les images intérieures et l’anxieux clair-obscur
illuminé de couleurs, 
même les yeux fermés.




XIV – EL ARTE DEL APUNTE

De ojo a la mirada
está el apunte de la vida
el boceto que se inflama en el espacio

¿es ojo adelantado
el brillo intimo del pintor?

la hoja espera esa figura elemental naciendo del vacío
por la buena retina y la mano diestra
y el corazón palpitando
entre la rápida inflexión que escapa
y el fogonazo del tiempo a pulso
sobre el papel
rumor de seda el lápiz
traza silenciosa la tenue luz
la sombra fugaz que se revela

el viento de ese dibujo recoge
el murmullo del paisaje
los leves gestos y ademanes de la gente
aquello que los ojos ven y la mente evoca
el cuerpo la expresión justa el aire del movimiento
así se diseña el ánimo de lo eterno
así se construye la distancia que va
del ojo a la mirada
con la naturaleza limpia y el sujeto al asecho
ensimismado y alegre

quedan ahí los recuerdos en virginal aurora
con las imágenes interiores y el claroscuro ansiado
iluminado de color
aun con los ojos cerrados.




XV - LES TABLEAUX AUX COULEURS ABSENTES

La couleur est restée sans voix
et sans souffle,
ill ne reste que l’espace tendu et blanc
et le noir automne brûlant le vide,
la clarté aveuglante de la toile
est restée dans le souvenir, comme une couleur
voilée qui rend ta pupille pareille à un buisson ardent,
de là, l’obscurité s’effondre et le soleil
devine son essence jaune,
son pinceau et sa flamme
parce que le rêve n’a pas toujours
couleur ni mouvement
parce que à rêver seulement, la mémoire renaît
d’une présence inaccessible
depuis cette agitation en noir et blanc
depuis cette couleur invisible dans la braise
jaillit l’image du tableau au point du jour
esquissée, peinte, photographiée, reproduite
de partout
où est l’original qui blesse ma parole ?
sur quel mur s’expose ton âme
de poète de la couleur ?

Dans l’arc en ciel que tu as laissé
la mémoire suspend ta peau à vif
la cosmique insurrection de ton empreinte dans l’espace
dans ce jardin solitaire où je te vois
dans ce certificat d’existence lumineuse
veille ton pinceau qui dans mon écriture
dévoila ta palette bleue
ce ciel rouge d’été
(ne recherchons-nous pas la trace chaude de l’ombre ?)




XV – LOS CUADROS DE LOS COLORES AUSENTES

El color se ha fugado de su voz
y de su viento
sólo queda el espacio tenso y blanco
y el negro incendio vaciado del otoño

la ciega claridad de la tela
ha quedado en el recuerdo como un velado
color que vuelve tu pupila de ramaje ardido
desde allí la oscuridad se derrumba y el sol
adivina su esencia amarilla
su pincel y su flama

porque no siempre el sueño tiene
color y movimiento
porque con solo soñar se aviva la memoria
de una presencia inalcanzable

desde esta agitación en blanco y negro
desde este color invisible en el rescoldo
surge la imagen del cuadro en su alborada
bocetado pintado fotografiado reproducido
por todas partes
¿dónde está el original que hiere mi palabra?
¿en qué pared se exhibe tu alma
poeta del color?
En el arco iris que dejaste
la memoria cuelga tu viva piel
la cósmica insurrección de tu huella en el espacio

en este jardín solitario donde te veo
en este certificado de existencia luminosa
está insomne el pincel que en mi escritura
desnudó tu paleta azul
este cielo rojo de estío
(¿no buscamos el vaho de un sabor de sombra?)

--------------- 
Nota bene: Sophie Corriez, épouse Vallejo-Gómez, est professeure de français de l’académie de Paris; Nelson Vallejo-Gómez est conseiller culturel adjoint et attaché de coopération universitaire près l’Ambassade de France au Pérou. Lima, octobre 2007.





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MARIA LÚCIA DAL FARRA [19.926]

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MARIA LÚCIA DAL FARRA

Maria Lúcia Dal Farra (São Paulo, Brasil, 14 de octubre de 1944), es un poeta de Brasil. 

Es profesora de Literatura Inglésa de la Universidad Federal de Sergipe. Ganó el Premio Jabuti 54ª por su libro Alumbramentos.

Obras

1994 - Livro de Auras (Iluminuras)
2002 - Livro de Possuídos (Iluminuras)
2012 - Alumbramentos (Iluminuras)

Contos e crônicas

2005 - Inquilina do Intervalo (Iluminuras)

Crítica literária

1978 - O Narrador Ensimesmado (Ática)
1994 - A Alquimia da Linguagem (Imprensa Nacional/Casa da Moeda, Lisboa)


Oscuridades del feminismo

En el deseo de acoger al mundo dentro de mí y de tomar posesión de él a través de la palabra, he sido antes fecundada y poseída por él. Porque, finalmente, resulta que es sobre mi cuerpo, expuesto a la inscripción, que cada cosa que compone la vida deposita su ruido, su sello, su virus, sus sonoros arañazos, su grafismo imposible.

En esa intervención poética, que en verdad no pasa de un litigio amoroso entre palabras, ritmos y sonidos, proceso de traslados, de préstamos, de contaminaciones, de embates y fusiones de diferentes, mi cuerpo se ha convertido en un inmenso tema para ajenos, comunitario y abierto, que alberga de buen grado la amplia variedad del mundo, en busca de otorgarle voz y derecho de ciudadanía lingüística. Y es entonces cuando me encuentro en estado de gracia: en estado de casa, de morada dilatada, de maternidad redondeada y visceral; en situación de útero.

Mi don es ese: acoger lo otro para entregarlo, cabal y desinventado, incompleto y afásico, rebelde y trastornado, de vuelta a sí mismo.

Creo que, en ese oficio, trabajo para rescatar el alma perdida y atormentada de cada cosa. Que me esmero en aliar las pertenencias de la tierra con el lugar de mi más profunda intimidad, reconduciendo tales elementos al útero primigenio donde me siento, o en que me transformo –mientras me brindo entera a la privacidad del cosmos, en un tránsito de puro amor donde relampaguea el secreto parentesco entre lo dentro y lo fuera, lo bajo y lo alto, lo íntimo y lo público, lo individual y lo colectivo, reuniendo y reenlazando las astillas perdidas, la memoria sonora contenida en el murmullo de las cosas mudas.

Me interesan, pues, sobre todo los objetos rebajados a la mezquindad. Insisto en rescatar de ellos la propia dignidad que encierran en su intimidad tímida y apretada. Y ellos me retribuyen tocándome con sus cualidades táctiles, olfativas, gustativas, plásticas, sonoras que me entran por todos los sentidos, entrenando conmigo una auténtica privacidad amorosa.

Alguien podría decir que tal afecto por la naturaleza puede asociarme a un tal Virgilio, gran poeta latino que cuando una vez fue acusado por sus críticos de ser imitador de Ennio, llegó a afirmar que con ello no hacía más que extraer “oro” del “estiércol” ajeno.

En mi caso, mientras tanto, obtengo estiércol del oro de Virgilio, y me alegro de ese estado de penuria, mucho más concordante con la condición humana de mi siglo. Con eso pretendo precisar mejor los antihéroes en que nos trasformamos, las limitaciones que se nos han impuesto en estos tiempos crepusculares de síndromes de pánico por el futuro. Y digo esto con orgullo, no con pesar, pero sí como quien se satisface –franciscanamente– con poco, con lo que sobró de todo, con los restos, con lo descartable, con lo inútil.

Como para Plinio el Viejo, naturalista latino a quien también imité, creo que la función que nos cabe a nosotros, escritores de este tiempo, es la de inclinarnos sobre la erupción de esto que ahora constituye nuestro nuevo Vesubio. Pero no para morir en él, arrebatados por el conocimiento que podamos extraerle, como le sucedió al propio Plinio. Aunque para ser obstinado en esa condición paradójica de intermedio que nos fue legada, en ese estado de peligrosidad de estar al borde de, que nos lleva, por un lado, a zambullirnos en ese abrasador, movedizo y colorido abismo y, por otro, a mantenernos a salvo para poder registrar esa misma fascinación por el misterio que él encierra.

Y, así, ingreso definitivamente en un estado de oxímoron, en un estado imposible de negación y afirmación simultáneas, lugar que, aun siendo el de la mujer, en mi opinión también es el único donde todavía puede equilibrarse el poeta de hoy.



Dionea

Con las manos en concha te acojo,
huésped ansiado,
para que te deslices por mis palmas
(mi texto)
próximo a los pelos que seductores te rozan
en el antegozo de mi irremediable pozo.
Capturadora de alados,
en el trayecto en que poco a poco te absorbo
(mientras cierro mi ostra y en mi brea te envuelvo)
te auxilio con agua y luz intensas:
compañera de Zeus, madre de Afrodita,
y por lo luminosa y lúcida soy llamada de
afrodisíaca.

De los goces del amor, maestro anciano,
conozco de memoria toda la ciencia: la he pasado
por herencia a Venus. Flechas de mi nieto son los
espinos –las cerdas con que entonces te regalo
mientras te deslizas placentero por los líquidos
que fabrico para nuestra mutua orgía
–para que en mí puedas leer
la fiesta, los sortilegios.
Ah, dulces trayectos, senda de azúcar,
remolinos, limos, lenguas, disparadores,
libadores, garras, nervaduras, cera
–¡manteca!
Te conduzco viscoso a la vorágine,
al fondo del despeñadero
a lo incomensurable
–a la muerte,
la más sublime,
porque gozosa en ayes de orgasmo y de deleite.



Paisagem de Outono

 (leitura do quadro de Van Gogh)

O que a terra deixa escapar
se chama paisagem.
Em inglês se diz melhor
ao pé da letra
(equívoco de cognatos).
Mas para conhecê-la inteira
ângulos, pássaros
seus dons ocultos
é preciso pintá-la se
(para tanto)
confluírem o movimento dos dedos
a vontade das cerdas
as tintas que
(como as palavras)
fingem se entregar ao que são
só para atraiçoarem.
Se tal pacto houver
a natureza se deixará capturar –
escapulindo.



Autumn Landscape

 (after Van Gogh)

What the earth lets escape
is called “landscape.”
In English it’s best expressed
word for word
(a slip of the cognates).
But to know it whole
its angles, birds
its hidden gifts
it’s necessary to paint it 
102 Fórnix
if (to that end)
the fingers’ movement converges
with the will of the bristles
with the paints that
(like words)
pretend to surrender to what they are
only to mislead.
If such a pact there is
nature will let herself be caught
just
– as she slips away.

(Traducción: Julia Powers)



O gato

Uma palavra para o gato: ágil.
Também unha, preguiça, pupila.
O resto
é o que ele
(entre uma e outra delas)
preenche de charme delgado –
enigmático.

Adoraria poder nele apalpar o pêlo
e saber de que abstração é feito.
Mas (felino) ele se enrosca incisivo
no vão do meu pensamento
e dependura-se
(em telepática acrobacia)
nas suas prerrogativas.
Só me permite escrevê-lo
a contrapelo.


            
Boi no pasto

Boi no pasto não tem patas.
Bóia as banhas ondulantes
sobre as bordas do capim
que (marítimo de ervas)
em superfície o conserva.
Está no seu elemento
e todo esterco trescala
ao verde que ele abate –
ilhas já dessa paisagem.
É o campo que se alevanta
no negro musgo do estrume
por seu turno resgatando
a larva à própria lavra.

Boi no pasto não tem peias
nem a terra lhe é fronteira.



Callas na escala ascendente

Inteira,
tua voz é um cone,
torre de catedral,
coisa tátil, que se avista,
mutável como caleidoscópio. É fósforo,
poço de petróleo: força que se arremessa
das profundas da treva e que
(de chofre)
perfura com sua agulha as nuvens
para ganhar penugem de pássaro
e adejar (mui devagar)
sobre o espírito.

Foguete é tua voz em busca do buraco negro
(olho terceiro)
turbina que se aquece entre coração e cérebro
e desenha ogivas de ignoradas paragens –
onde leio flor, lâmina
arcaica letra grega
que não entendo
mas que se inscreve no mármore dos altares.




João e Joan

Quando fala João Cabral
da mão esquerda de Miró
é com destra que penteia
a crina das próprias sílabas
empinando seu poema
para o sertão dos garranchos:
as letras e algarismos
atraem-se por faísca –
pedra, lâmina e cal.
Amarelo fica o azul
da tanta luz que lhe infunde:
tal explica o canavial
assim perto ao cemitério.
A mulher e o seu pássaro
(de gaiola ela vestida)
é sim contra sim e não
pois que o diapasão é o mesmo.
A bailadora flamenca
(um alfinete e uma pena)
sapateia em Barcelona
(com saias de Andaluzia)
um xaxado nordestino;
o cacto é borboleta

diante do tom adotado,
rapaz com capa vermelha
(Manolete) é sertanejo.
Cada um visa a seu touro
no martelo galopado,
na madeira martelada:
nem um nem outro é canhoto.
                                   
De “Viveiro”, do Livro de auras. São Paulo: Iluminuras, 1994, respectivamente pp. 18, 22, 27 e 38.


            
Fruto proibido

Com suas nádegas lascivas de mulher
a maçã deita de costas
na cesta sobre a mesa.
Já de batom está pintada,
armadilha edênica no seu poço
– no ponto da voragem,
caverna de pevides.

Drácula, penetro
no seu espírito interdito,
no jardim das delícias.
Cometo (insensato)
a grande virtude capital.
                                   
De “Coisas de mulher”, do Livro de auras. Opus cit, respectivamente pp. 53, 60, 64.



Ponte de Langlois com senhora 
de guarda-chuvas

Linhas frágeis sustentam a travessia sobre as águas.
Milagre de vôo
levitação suspensa por tênues fios
e por uma mulher incrédula:
a sombrinha aberta não a protege apenas do sol
mas da eventual hipótese de a mágica não funcionar.
Em última instância
é como pássaro que espera se defender.



            Pinheiro e figura diante 
do Asilo Saint-Paul

Debaixo do pinheiro
um homem aguarda. Sua inquietude
(domada no aperto dos punhos
dentro dos bolsos da calça)
se transfere para o turbilhão que avassala
folhas e galhos da árvore. Mesmo assim
a imagem plácida do asilo
lembra o convento –

quem sabe uma escola
onde se aprende a lutar com a dor.



            Noite estrelada (Cipreste e vilarejo)

Tantos sóis na noite escura
e tão baixos
que afrontam (com seus bojos)
as pontas da torre que se alça
dos pés da igreja
para alcançá-los.
Tão irrequietos se mostram
que mal se equilibram na abóboda celeste,
torturados por movimentos espiralados
de quem quer vasculhar
as profundas do horizonte.
Há mesmo um tornado de luz se formando
que traga tudo que brilha
em seu turbilhão de infinito.

Apenas um cipreste resiste
(incólume)
com sua secreta sabedoria
de chama da morte.
                                   
De “Van Gogh”, do Livro de possuídos. São Paulo: Iluminuras, 2002, respectivamente pp. 16, 17 e 40.


            Maçã

A maçã na mesa: pomo da discórdia.
Abuso da minha inteligência
porque quero conhecê-la com dentes,
escavá-la até a longínqua estrela.
Saliva a saliva
procurar-lhe nomes,
no afunilado umbigo aprofundar a língua.

A presença hierática pede respeito
mas profano-a:
tenho de escolher entre ser
boa ou má,
quebrar a dormência – que não
para bela adormecida fui nascida.

Ouso, caio,
começo de novo o mundo,
exilo da fruta o sabor do amor celeste –
sou (por fim) mortal.

Debaixo da macieira
(ah dourada mediocridade!)
a sombra saboreio da vida ufana.
Não aguardo, com Arthur,
que os cavaleiros me livrem
do jugo estranho, e nem vou
(a pé, com Merlim)
aprender mágica no pomar.

Quero conhecer o mal e suas ramas.



            Manga

Ela está sobre a mesa –
nua
e fechada em si
como uma urna.
O elegante perfil convoca outras formas
para torná-la única:
pêra, pêssego, abricô – o coração, afinal,
de onde irrigam a candura
e o aceno para afagá-la com duas mãos.

De modo que a boca quase treme
(hesitante entre beijá-la e mordê-la)
quando dela se achega
sem saber se se entrega ao domínio do cheiro
ou à volúpia de lambê-la –
mesmo antes de (com unhas)
fender-lhe a pele vermelho-verde.

Ah, sulcar a carne macia com o arado dos dentes
deixando que neles se enrosquem os cabelos
que a fruta
 (aflita)
não pode conter diante do torvelinho dos sentidos –
do cataclismo que o desejo encena
no afã de conhecer-lhe o rosto!

Sôfrego, salivo abocanhando a polpa
(esse manancial de sucos que me lambuza,
espirra, goteja e baba)
que chupo exaurindo a fonte dos deleites
dessa mulher que
por fim consentiu
(pudica e fogosa)
de a mim se entregar.



            Cebola

Gosta dos dias longos
esta milenar senhora!
Memorialista,
enrodilha-se na lembrança das próprias folhas
em permanente esforço de perpetuá-las.
Preferida dos faraós,
deve (por cero) ter inspirado a técnica
em que se eternizaram.

Objeto arqueológico de todas as idades,
esta esfinge
foi dita em sânscrito, persa,
latim, grego. Guarda por exemplo
(em gravidez poliglota)
a nostalgia do antigo lar egípcio,
a travessia do deserto, a ausência da mesa,
a carência de alento –
o fundo pranto hebreu que ainda hoje
(inadvertido e fortuito)
compartilha
com quem lhe devassa a alma.

Percorre com faca teu ventre sagrado
é topar com inscrições inauditas,
passagens secretas,
falsas portas,
inesperadas relíquias.

Que apenas a maldição que eu mereça
recaia sobre mim!
                                   
De “Vergilianas”, do Livro de possuídos. Opus cit, respectivamente pp. 63-64, 73-74 e 79-80.



            Retrato de mulher de frente

De tanto esperar pelo meu olhar,
enrubesceu. Aguardou-o
anos a fio
mas emana dela ainda
a mesma timidez
igual esperança. Há
(quem sabe)
uma indagação impossível
na boca rubra e natural.

A aura do objeto
mistura-se a seu cabelo
como se a existência
tivesse transcendido o momento
em que por certo nos encontraríamos.

Malgrado estar eu aqui –
tudo nela ainda espera por mim.

                                   De “Klimt”, do Livro de possuídos. Opus cit, respectivamente pp. 130 e 133.







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CAMILLE AUBAUDE [19.927]

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CAMILLE AUBAUDE

Camille AUBAUDE. Nacida el 13 de octubre de 1959 en París, es una poeta, ensayista, crítico literario y traductora francesa.

Principales Obras

Lacunaire (poèmes), tapuscrit, Paris, 1985.
Isis 1 à 7 (poèmes, 7 volumes), éd. Gabrielle D., Vendôme, 1991.
Anamorphoses d'Isis, Paris, Université Paris VII (Doctorat de Lettres modernes). Tapuscrit, 1991.
Lire les femmes de lettres (essai), Paris,  éd. Dunod, 1993, 276 p., broché, (ISBN 2100001280).
Gérard de Nerval et le mythe d'Isis (essai), Paris, éd. Kimé, « Détours Littéraires », 1998.
Le Voyage en Égypte de Gérard de Nerval (essai), Paris, éd. Kimé, « Détours Littéraires », 1998, (ISBN 2841741036).
Anankê ou la Fatalité (poèmes), Paris, éd.La Bartavelle, « Poésie », 2000.
La Maison des Pages (récit), Préface de Claude Vigée, éd. La Bartavelle, ré-édition Aumage, 2002.
Ivresses d'Égypte (poèmes et proses), Aumage éd., coll. « La maison des pages », 2003, 76 p., (ISBN 2915070067).
L'Égypte de Gérard de Nerval (recueil d'articles), Paris, éd. Publibook, Lettres et Langues, 84 p., (ISBN 9782748303445).
Gallia ou l'amour véritable (récit), Aumage éd., 2005, 146 p., (ISBN 2-915070-13-X).
Poèmes d'Amboise, éd. La Maison des Pages, 2007.
L'Égypte céleste, éd. La Maison des Pages, 2008.
Chant d'ivresse en Égypte, (livre d'artiste), poème avec les lithographies de Danielle Loisel, Signum éditeur. de livres d’artiste, 2009.
La Sphynge (poèmes), Paris, éd. L'Ours blanc, 2009.
Poèmes satiriques, Paris, éd. La Maison des Pages, 2010.
Poèmes choisis, mini-livre, Paris, éd. La Maison des Pages, 2011.
L'Ambroisie, Paris, éd. La Maison des Pages, 2012.
Impression Inimaginable, Paris, éd. La Maison des Pages, 2014.

Traducciones y Antologías

La Lettre d’amour Colophon, atelier de Grignan, 1997 (collectif).
Lettre d’insulte. Dans Lettre aux Imprimeurs & Quelques Lettres d’Insultes. Colophon, atelier de Grignan, 1998 (collectif).
Lettre de menace et d'injure. Dans Que vive le peuple serbe ! L’Âge d’Homme, Lausanne, Suisse, 1999, p. 14-16.
Nouvelle dans Lignes de métro, L'Hexagone, Montréal, 2002 (collectif).
Poésies d’amour, de Christine de Pizan, Paris, Aumage, 2003. Choix de textes, traduction et préface.
L’Absolue Retraite de Léonard de Vinci (nouvelle), avec une traduction en anglais de Tony James, Paris, Aumage, 2004.
Sphinx (poème). Dans l’anthologie Poesia de raices magicas. Mujeres poetas en el pais de las nubes, Mexico, Anuario 2004, p. 24-25.
Poèmes dans l’Agendatologia 2008, Mexique, éd. 2007.
Evasiones, de Chiqui Vicioso, House of Nehesi, Saint-Martin, Caraïbes,  éd. trilingue, 2007 (traduction en français).
Poèmes dans Palabras sin fronteras. Anthologie poétique établie par Rosario Valdivia Paz-Soldan. Université Ricardo Palma, Lima, Pérou, 2009.
La Lune aux Rayons brisés, Haïkus de Satoko Tamura, Publibook, « La maison des pages », 2009 (traduction en français).



El llamado

En el desierto de las ciudades, tu voz
desierto de gestos y de palabras, vacío
de rostros dispuestos en la vida
como columnas ornadas de gladiolos.

Las manos se cierran sobre unas perlas
sin cofre, al oriente de las noches,
en el desierto de las ciudades, tu voz.

Desiertos donde predican tus manos tendidas.
Tu cabellera recibe nuestras quejas,
lloran en vano tus sueños prometidos
y tus tímpanos se aturden por las cascadas.

En el desierto de las ciudades, tu voz
desierto de gestos y de palabras, vacío
de rostros dispuestos en la vida
como columnas ornadas de gladiolos.



Euforia

Deseo desgarrado por la memoria
tregua de melancolía, el deseo
vierte un manantial de alegría.
Tu sonrisa despierta mi sonrisa, la verdadera.
En un instante previo, nuestros rostros estaban vacíos
instante previo al cambio.
Ellos no podían amar, esperaban al amor
no podían hablar, no podían moverse.
Nadie sabe qué origina la inspiración de los sueños
tantos seres sonríen al amor mientras aman
por doquier
tantos seres desaparecen por temor a sufrir
¡No, esto no te sucederá a ti!
Tú serás el destello de una barca sobre el mar
la nieve bebida por el torrente,
el vientre caliente
tu semblante era sombrío
antes de que nuestros ojos se deleiten
nuestras miradas intensificaron la inmensa claridad.
He dormido y bebido tanto en la profundidad de los suaves sueños.
Ayer, en las noches atormentadas por la muerte
el insomnio asolaba mis entrañas
no verse más y rehacer este instante
sin espera, sin certeza
en el fervor de amar, de transmitir con fe
para poner fin a todas las desdichas
el abrazo será el bienestar del cuerpo
una ayuda contra las lágrimas y las heridas
el bello dulzor del absoluto
ningún miedo, ningún temor, ninguna humillación
¡se acabó! la alienación de las leyes, la nada, los prejuicios.
Sólo el abismo de los sentidos para corazones como los nuestros
y luego, secarse las lágrimas sin haber existido
secar la tierra, recomponerla en tus ojos
crecer, multiplicar, vivir en el espacio
infinita fuente de presencia
verte danzar sobre una cima plateada
la armonía dibuja, fruto del cielo
pulsos sin tiempo, sin forma, eternos
tu mirada meció la mía
el mundo viene a hablar a mi ventana
apacible amor de un niño
el deseo palpita intenso en mi seno.




Orfeo

Victoria nulla est
Quam quæ confessos animo quoque subjugat hostes.
Claudiano, citado por Montaigne, Ensayos, I, XXXI.


La poesía es un mar
con arrecifes de coral: susurra
en el nácar de una concha de mar,
fruto de las cadencias del Nombre, se pierde
en los inventarios del decorado
de estelas de luz agitada
arrastra mis sombras interiores.
Me atrae, me cautiva:
fuego ardiente, río de oro y de noche.

La risa de Orfeo no puede morir,
se desliza en el abismo: el resplandor
de su garganta en las ramas de coral
es puro resplandor de amor. Y yo remo
navego en sus olas de espesa
tinta infernal y disfruto en el espacio.
En las mareas del Coro; el arcoíris
renace, aumenta el aire donde se extiende.
Fuego ardiente, río de oro y de noche.

(Yo) vuelvo a ser la niña desvanecida
oscuros oleajes, arrecifes de coral: la mirada
hipnotizada por el despertar navega
hacia el horizonte, lejos de los locos,
de los sabios. Viva como las mujeres
de Tracia, despedazo la carne
de la virtud al asalto del Tiempo,
cisne en exilio en el fuego de las palabras,
fuego ardiente, río de oro y de noche.

Un gran cuerpo sumergido en los corales
jamás desaparecerá: pero cambia
de astro, de destello, de rostro
de mirada, más allá del abismo del tiempo.

(Traducción: Rosario Valdivia)




La Maison des Pages


La Morada de las Páginas
  
Enseñé el Misterio de las hadas
reavivada por un río de ámbar:
¿quién puede saber si  mi habitación dejo
a Medianoche en la Morada de las Páginas?

Cerca de mi hermana adormecida, me despierto
y busco el Sueño a gritos y a gritos.
Viene cuando quiere y silencioso vela
en la noche de la Morada de las Páginas.

Tierno secreto de mi hogar
compartido  donde la respiración
de un Alma se desliza por los peldaños
de piedra  en la Morada de las Páginas.

Fantasía de hojas y de libros
en pedazos de materia en fusión.
Abajo, en la cocina, el café
perfuma toda la Morada de las Páginas.

Coloco la extraña casa sobre una isla
la isla de mis cuadernos de playa
donde fantasmales perros corren. Escribo sobre el transitar
de las tormentas en la Morada de las Páginas.
De día y de noche, las olas levantan
a una mujer sola y triste, anclada
en las sombras, a la espera de encuentros
cerca de los altares de la Morada de las Páginas.

Cráneos fantasmales de miradas iluminadas
por velas ; allá las mesas están servidas
cerca  a un ilimitado esqueleto de pie
frente a la acacia de la Morada de las Páginas.

Cráneos blanquecinos brotan de un cofre
revolotean hacia el espejo que refleja
el desorden de las cosas ajenas
al sosiego de la Morada de las Páginas.

¡Ah! esta casa es tan mía.
El decorado fúnebre, los candelabros
del jardín y el altar de los sacrificios
me convocan a la Morada de las Páginas.

Cedros, tilos y castaños se elevan
contra el muro erigido por el Poeta
para la desdicha de tres generaciones
nacidas en prisión en la Morada de las Páginas.
  
Hojas cortadas, malvas y blancas, esqueletos
de cartón tocando guitarra
flores de azafrán y retratos de seres ausentes:
imágenes de la Morada de las Páginas.

Los recién casados muy amorosos
levantan sus desnudos cráneos uno al otro.
Puedo creer en la felicidad perfecta.
Encantador augurio en la Morada de las Páginas.

Ritos, vibraciones, tierras devastadas
¿Pueden conjurar los suplicios?
Cuando perdidos y curvados llevemos
a los Poetas a la Morada de las Páginas.

Ofrendas dadas por los vivos
según el gusto de los muertos; joyas cómplices
risas magníficas de plenitud
de los difuntos de la Morada de las Páginas.

Fantasmagórica mezcla de muerte y vida
tierra  druídica de templos adormecidos
miradas aceradas de osamentas en cartón
guardias sagrados en la Morada de las Páginas.
  
Ven , caliéntate ¡anima la pasión!
todas las puertas se abren sin razón
cuando miles de sombras violetas
barren los suelos de la Morada de las Páginas.

Sola frente a textos, diplomas
y fotos amarillentas suspendidas en las paredes
para soplar a lo lejos los pensamientos fáciles
aspiro el aire de la Morada de las Páginas.

Los muros exudan, encierran pereza
me impiden dejar la Fortaleza.
Acuden las visiones marcesibles
que se fusionan en la Morada de las Páginas.

Visión salpicada de mañanas de verano
cuando el amor nace con un rostro encantado,
se levanta en la mirada ensombrecida
del visitante de la Morada de las Páginas.

Almas  tendidas, curvadas, cuerpos de antaño
abrasados, sus sonrisas irradian,
sus espíritus pueblan las bóvedas
puntos cardinales de la Morada de las Páginas.

¡Ah mi alma sombría! La orbe de tu canto
agranda los espacios del hogar,
ven a esculpir la piedra de ausencia
en la Medianoche de la Morada de las Páginas.

Traduccioñ de Rosario Valdivia
© dans Poèmes d'Amboise, La Maison des Pages éd., 2007 et 2009


La Maison des Pages

Puis j'ai enseigné le Mystère des fées
Régénérée par un fleuve d'ambre :
Qui peut m'entendre quitter ma chambre
À Minuit dans la Maison des Pages ?

Près de ma sœur endormie, je m'éveille.
Et j'appelle le Sommeil à grand cri.
Il vient à sa guise ; muet, il veille
Sur la nuit de la Maison des Pages.

Tendre secret d'une habitation
Partagée où la respiration
D'une Âme coule sur les marches
De pierre de la Maison des Pages.

Fantasia de papiers et de livres
En des pièces de matière en fusion.
En bas, dans la cuisine, le café
Parfume l'entière Maison des Pages.

J'inscris l'étrange maison sur une île,
L'île de mes cahiers aux plages
Où courent les chiens noirs. J'écris le flux
Des orages de la Maison des Pages.

De jour et de nuit, les vagues soulèvent
Une femme seule et humble attachée
À des ombres, espoir de rencontres
Près des autels de la Maison des Pages.

Têtes de morts aux yeux éclairés
De bougies ; là, des tables sont dressées
Près d'un vaste squelette posé contre
L'acacia de la Maison des Pages.

Des crânes jaillissent d'un coffre,
Volètent vers le miroir qui réfléchit
Le désordre de choses étrangères
Au calme de la Maison des Pages.

Ah ! comme cette maison est mienne.
Les décorations funèbres, les chandelles
Du jardin et l'autel des sacrifices
Me ramènent à la Maison des Pages.

Cèdres, tilleuls et marronniers s'élèvent
Contre le mur érigé par le Poète
Pour le malheur de trois générations
Nées en prison dans la Maison des Pages.

Papiers découpés mauves et blancs, squelettes
En carton-pâte jouant de la guitare
Fleurs safran et portraits d'êtres absents
Sont les images de la Maison des Pages.

Deux jeunes mariés très amoureux
Lèvent l'un vers l'autre leurs crânes dénudés.
Je peux croire au bonheur parfait.
Charmant augure en la Maison des Pages.

Rites, vibrations, terres dévastées,
Puissiez-vous conjurer les supplices
Quand hagards et voûtés, nous porterons
Les Poètes dans la Maison des Pages.

Offrandes déposées par les vivants
Au goût des revenants, bijoux complices,
Rires trémoussant de la plénitude
Des trépassés de la Maison des Pages.

Fantasmagorie mêlant mort et vie ;
Terre druidique aux temples endormis ;
Regards acérés des carcasses en carton,
Veilleurs sacrés par la Maison des Pages.

Viens, réchauffe-toi, anime la passion !
Toutes les portes s'ouvrent sans raison,
Quand des milliers d'ombres violettes
Balaient les sols de la Maison des Pages.

Seule face aux diplômes, aux articles
Et photos jaunis suspendus aux murs,
Pour souffler au loin les pensées faciles,
J'expire l'air de la Maison des Pages.

Les murs suintent, enserrant la paresse,
M'empêchent de quitter la Forteresse.
Ils assiègent les visions marcescibles
Qui fusionnent dans la Maison des Pages.

Vision émaillée de matins d'été
Où l'Amour naît d'un visage enchanté,
Se relève dans le regard embrumé
Du visiteur de la Maison des Pages.

Ames tendues, courbées, corps autrefois
Embrasés, vos sourires irradient,
Vos esprits ensemencent les arcures,
Points cardinaux de la Maison des Pages.

Ô mon âme obscure ! l'orbe de ton chant
Élargit les voûtes de la chambre,
Vient sculpter la pierre d'absence
Dès Minuit dans la Maison des Pages.



Midnight in la Maison des Pages

Reborn in a river of amber
Then I spoke of the Mystery of fairies.
Who might hear me as I leave my bedroom
At Midnight in the Maison des Pages?

Here, near my sleeping sister, I awake
To call out, to shout out for Sleep.
Sleep arrives as it wishes; mute, watching
Over the night of the Maison des Pages.
  
The sweet secret of my dwelling
Shared where the breath of
My Other drips from the vaults
Onto the stones of the Maison des Pages.
  
A realm of papers and books
In rooms of melting matter
Below, in the kitchen, an aroma
Of coffee fills the Maison des Pages.

So, I trace this strange house on an island,
The island of my diaries to beaches
Where squirrels dart. I pen the flow
Of storms of the Maison des Pages.

Day and night, the waves lift
A woman, sad and alone, tethered
To shadows, despairing of encounters,
Near the altars of the Maison des Pages.

Here, death masks, eyes shining
In the candlelight ; there, tables set
Near an immense skeleton, held by
An acacia of the Maison des Pages.

Gleaming skulls emerge from a trunk,
Fly to mirrors reflecting
The disorder of  things so foreign
To the silence of the Maison des Pages.
Oh, how this house might be mine!
The funereal décor, the candelabras
In the gardens, and the sacrificial altar
Evoque the soul of the Maison des Pages.

Cedars, lime trees, and chestnut trees rise up
Against these walls erected by the Poet
To torment three generations
Born into the prison of the Maison des Pages.

Paper dolls of pink and white, skeletons
Of paper-mâché strum the guitar
Saffron flowers and portraits of the departed
Paint pictures of the Maison des Pages.

Newly weds ever so in love
Lift their barren skulls toward each other
Im able to believe in perfect bliss.
A seductive oracle in the Maison des Pages.

Rituals, resonance, scorched earth,
Might you summon all manner of torture
So that, haggard and bent, we will bear
The Poets to the Maison des Pages.
  
Offerings delivered by the living
For the pleasures of ghosts, bribes of jewels,
The full and furtive laughter
Of those departed from the Maison des Pages.
  
Phantasmagorical mixture of life and death ;
Druidic land of slumbering temples;
Piercing stares of paper carcasses,
Sentinels sanctified by the Maison des Pages.

Come, warm yourself, light your passion!
Doors open without reason,
When a thousand purple shadows,
Sweep the floors of the Maison des Pages.

Alone, contemplating diplomas, writings,
And jaundiced photos hanging from the walls,
To sail facile thoughts to faraway places,
I breathe out the air of the Maison des Pages.

The walls are sweating, sealing this lethargy,
Blocking escape from the Fortress,
They lay siege to these perishable visions
That coalesce in the Maison des Pages.

A vision sheathed in summer mornings
Where Love emanating from an enchanted face,
Is revealed in the misty-eyed gaze
Of the visitor to the Maison des Pages.

Souls stretched, arched, bodies once
Afire, your smiles radiate,
Your spirits inseminate the boughs,
The cardinal points of the Maison des Pages.

O secret soul, the orb of your song
Swells the vaults of this room
Come, shape the barren stone
As midnight tolls in the Maison des Pages.

Translated by Patrick Bodden



Amboise

L'eau reflète la ville
Au château immobile,
Belle Amboise aux toits d'ardoise :
L'eau reflète ma ville.

En été, tu pavoises
D'ambroisie et de framboises.
Baiser immobile, l'eau
Du fleuve étreint le château.

Belle Amboise aux toits d'ardoise,
En été, il pavoise
L'être futur qui entend
Ruisseler les voix d'antan.

L'eau reflète la ville
Au château immobile
Et baiser, ou sanglot, l'eau
Du fleuve étreint le château.




La Voix

La Voix : Vous êtes un petit groupe
Dont la joie embellit ma vie.

Votre confiance m'ennoblit,
Ma force intérieure grandit en votre foi.
La guérison vient du sang des cœurs
Battant contre l'oubli des chemins dans les vignes,
Des dents de lion que j'aimais souffler,
Des escargots facétieux aux fines antennes.
Donnez-moi le courage de raviver les lacs
Au fond de vallées où les nuées éteignent
De vieilles lunes aux baisers d'argent !
  
Près du château d'Amboise,
Les châtaigniers s'érigent en Temple,
Les hérissons s'abreuvent aux sources
Bruissant sur la terre du matin. La Terre !
J'aime voir les champs où s'enroulent les ballots de foin,
Les coquelicots sacrés, le col blanc des liserons.
J'adore écouter le chant des étoiles
Quand le jour revient après une nuit d'orage,
Et les appels de nos cités mourantes, Paris,
Belfast, Marseille, Édimbourg, Lisbonne.

Le portrait de Jeanne dans la Maison des Pages,
Où les croix de l'Aube nouvelle, teintées de gris,
Jalonnent des mondes changeant de peau.
Jeanne rythme le silence, l'au-delà des mots,
Porteuse du grand départ et de sa clairvoyance.
Humble et véritable Absente au sourire impérieux
Puis veuve au regard de vigne. Ô l'errance
D'une Veuve chassée du banquet des dieux !
La lumière frange d'or sa brune crinière
Fanal signalant le vide où s'égare l'oiseau.

Ressac décume des Voix passées
Dont le souffle vogue dans tes yeux
Toi ! qui noies dans l'éveil les délices
De soleil et de nuit des vœux infinis.






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MAY RIVAS DE LA VEGA [19.928]

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May Rivas de la Vega 

(Arequipa, Perú, 1962).
Gestora cultural, poeta y editora. Tiene publicado dos poemarios Con ojos propios en 1996, bajo el Sello Magdala Editora y Si Dios fuera mujer en 2006, bajo el sello AzulVioleta Editores. Su poesía figura en diarios de circulación nacional y revistas de la especialidad de nuestro país y del exterior, así como en diversas antologías. Ha participado en diversos encuentros literarios nacionales e internacionales. Estudió Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y Literatura en esa misma casa de estudios. Hasta 2007 fue encargada del Fondo Editorial del Instituto Nacional de Cultura; posteriormente estuvo desarrollando diversos proyectos ligados a la literatura en el Centro Cultural de España, haciéndose cargo del área de literatura, publicaciones y género. En la actualidad tiene a su cargo la coordinación del área de literatura infantil y juvenil de Ediciones SM.



Menstruum

Cada veintidós días
el alambique biológico
marca de carmín el calendario.
Envuelta en parras ungiré mi cuerpo
que se desangra lentamente y sin control,
veintidós hacen cuatro cuando rozan sus contornos
y copulan uno encima de otro.
Cuatro, número misterioso, perfección del alquimista
en los puntos cardinales, las estaciones,
la trilogía de los cuatro elementos en el Cosmos
y cuatro los ángeles de Éufrates;
cuatro, perfección en la fórmula hallada por Pitágoras
y en el antiguo oráculo de Thot, cuatro veces cuatro.
Dejaré fluir mi centro suavemente
hasta cumplir con el ritual obligado;
el cuarto día llega,
cubierto por castaño mantón
en lomos de una jaca,
me alcanzará la vasija de bronce
para mi ofrenda a la luna
marcando con un aspa reluciente
cada veintidós del calendario.
Alegremente despediré la fiebre
con mi pañuelo de blanco encaje.
Así beberé agua sagrada del ave fénix
Para componer mis partes y volar.




Con ojos propios

Repaso el mundo con ojos propios
recién descorro la cortina
y extiendo los brazos
acariciando suavemente con la punta de mi lengua
el aire que me cubre y se enrosca entre mis piernas
me devuelve íntegra, margarita sin deshojar
a pesar de gaviotas pasajeras
a vuelo raso y continuo
despeinando sutilmente la negra cascada de mis cabellos
con el triple seis de mil pretextos
y la luz rota de mis estrellas bajo el peso del trueno
juegan con los días de tu regreso
con el invierno que llegó desde ayer
y no quiso esperar
que la cama la caliente
el ondear de tu cuerpo sobre el mío
el estallar en planetas y galaxias llenas de vida
el fragor de nuestra batalla
a pesar de los pasos que nos separan tu aliento lejano
persiste
metido hasta en la uñas
y me envuelve en las letras crecidas de tu nombre.




A imagen y semejanza

Soy una mosca atrapada en humo
las velas siguen encendidas convocando tu cuerpo
busco en el abismo de la espalda
lugar para mis ventosas y no resbalar en la memoria;
siempre presente la omnipotencia de tu nombre
último grito de inconciencia
Dios, todo poderoso
recurro a ti ahogada de placer, reclamo más, otra vez,
sigo atrapada en el humo que cruza
y abraza mis alas transparentes.
Dios, tu enorme mano atrapa
oscurece el cielo para apelmazar lo bueno y lo malo de mi alma
así me redimes y ya no soy mala;
Dios, juegas a las damas en mi lomo herido, moldeas figuras;
quítame estas ataduras
si soy a tu imagen y semejanza, sabes
cómo son los oscuros corredores en los que me arrastro y
masturbo.
Tú me entregaste al goce, tú me enseñaste,
ahora libérame,
me cansé de contar los días que me das a cuenta de otros favores
ponerme en el útero una letra equivocada.
No quiero ser la mala broma de este invento;
los que bañan sus cuerpos en torno al árbol,
son ángeles malditos, desalados en esta tierra
lúcidos hasta la desesperación.





El beso de Judas

La muerte pasa su brazo cómplice
me da el beso de Judas, congela mi sorpresa,
por encima de su hombro oteo
la huella de su paso, de costado
orillando el mar, el resquicio de las olas,
ese largo trapo que arrastran sus esbeltas ancas
moja de amargo el llanto del océano adolorido
vomita las entrañas
latiendo calientes, redondas
rompe con su presencia de piel desollada,
se acerca con sonido de trueno
levanta su capa de bailar
levanta la pierna y cae con gracia
danza, me rodea, estira el faldón sobre mis pies
ahora marcados con su signo.





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CARL LACHARITÉ [19.929]

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Carl Lacharité

Carl Lacharité, nació en Drummondville (Québec), Canadá en 1973. Poeta, artista visual, editor, patafísico  y animador cultural

Libros:

À tout hasard (poésie), avec Pierre Labrie, Trois-Rivières, Éditions d'art Le Sabord, 2000.
Alger (poésie), Trois-Rivières, Cobalt, coll. Explosante/fixe, 2001.
Cabaret Russia (poésie), Trois-Rivières, Cobalt / Presse Papier, coll. Asymptomatique, 2001.
Vertiges quotidiens (poésie), Trois-Rivières, Écrits des Forges, 2001.
L'illusion du mouvement (poésie), Trois-Rivières, Écrits des Forges, 2003.
S'en terrer (livre d'artiste), avec Jo Ann Lanneville, 2004.
La ilusion del movimiento / L'illusion du mouvement (poésie), édition bilingue français-espagnol, traduction du français de Gabriel Martin, Guadalajara / Trois-Rivières, Paraiso Perdido / Écrits des Forges, 2006.

Música:

Symphonie pop-corn en 'P majeur pour micro-ondes, créée le 26 Palotin 129 de l'ère pataphysique, au Théâtre l'Eskabel de Trois-Rivières, interprétée par un orchestre de six fours à micro-ondes et par Danielle Carpentier (danse).

Reconocimientos:

1997 - Prix Alphonse-Piché
2001 - Prix Félix-Leclerc de la poésie, Vertiges quotidiens
2002 - Finaliste Prix Gérald-Godin, Vertiges quotidiens
2004 - Finaliste Prix Gérald-Godin, L'illusion du mouvement
2005 - Prix International Saint-Denys-Garneau, S'en terrer



Lo vivo

Quién sabe cómo tocar el suelo; quién sabe cómo no tocarlo.


*


Se hizo cuerpo, el dolor. Tuvo lugar. Y todo recomienza por la
corrupción del centro, por el mal y por la sal, por el anillo de
la serpiente. Palpita. Se fragmenta. Se dispersa. Es la mitad del
cielo precipitado en la usura del árbol; un instante indemne de la
especie o un río dentro de un río que recomienza sin repetirse.
Hombre-helecho, hombre-pez. Es lleno de grietas, lo vivo. Espera
un cuerpo, cuerpos, y la secreta palpitación del suceso.


*


Como el paisaje en su lindero se revela el hombre a lo viviente.
Era pálido y sucio. Era saliva arrancada al mar, incandescente hasta
devenir transparencia y memoria ciega. En la agitación, los cuerpos
reconocían la línea, pero ninguno osaba nombrarla. Decían: la
abatida, la circunscrita, la sumisa se extiende entre lo vivo. Varado,
destripado, el pez iniciará el infatigable deseo del fuego.


*


Vendrían los rayos oblicuos, casi horizontales, a posar cuerpos,
presencias posibles. Dennos la inflexión del pez, el difícil comienzo 
de las palabras, la sofocación de saberse observados, o menos aún:
la nostalgia del sol, una levedad prometida a la desaparición.


*


Ese cuerpo, dennos ese cuerpo. Dennos el grito y las uñas, tácticas
inútiles del consentimiento del agua. Sobre la arena, por millares,
el pez será visible. Y visible, al fin, tal como soy, engendrando la
furia, engendrando piedad, derramando lo viviente con la brisa.
El paisaje se hincha y no para de doler.


*


Por el mal y por la sal reposa el helecho en su geometría obscura,
plantando sus raíces en el secreto íntimo de los muertos. Su
fuerza se remueve en él: es el nacimiento del agua, esparcida,
siempre renovada. Reclama un nacimiento, otro lugar y todo lo
visible, pliegue sobre pliegue. Reclama líneas, formas, que podrían
consumar una línea, una forma dispuesta frente a la predación.
¿Qué hacer de todo este abandono, tan cerca del cuerpo,
imponiendo al paisaje?


*


Cómplice del barro, el helecho tiembla. Huellas en el lodo bajo la
lluvia fijando el horizonte, su trabajo es temblar: memoria fósil,
paciencia del viento. Roza la erosión. Busca las fallas del cuerpo,
lo húmedo, el peso divisible del cuerpo, la claridad porosa y el
cielo compacto. Sometido a la vibración, el helecho no espera por
el sol, cava el enigma de otra soledad.


*


Pasó a través del paisaje; otros cuerpos dolientes.
Ahondaba la noche. Ahondaba, contra el cuerpo, la tierra del
cuerpo llena de árboles y altos gritos.
Aunque mucho pesara, el cuerpo y el otro cuerpo, su lenta
extensión hacia el centro, nosotros los más pobres, ahondaríamos 
también. Cavaríamos, profundamente, para desenmarañar abrojos
que esconden aves monstruosas los días de lluvia.


*


En la fuente persistirá la sal. Se hará de día en la semilla y en la
poca tierra que se nos rindió a fuerza de trabajo. Sol, espora de
helecho, tanto dura la herida; pero la herida no es todavía la sed.
Se hará de día en la semilla. Y de la memoria dúctil de los helechos
surgirían la lluvia, el canto, la soledad y la posible muerte.


*


En el agua fecunda donde palpita el germen, la sangre, el aliento;
donde se rompe el rayo, se sostiene el árbol y lo vivo se encarama,
vertical. La voluntad del paisaje es nuestra sola transparencia,
nuestra sola duración. Ven, al filo del aire, a inventar una herida
que preceda la sal y el estruendo para que tu aliento sea la
vida entera: branquias, pulmones. Contempla en mí el último
semblante del agua.

(Traducción: Georgina Navarro)




The living (being)

It passed through the landscape; other painful bodies. It dug into
the night. It dug into, against the body, the earth of the body
full of trees and high-pitched cries. And even if it weighed a lot,
the body and the other body, their slow extention towards the
center, we the poorest, also dug. We dug into, deeply, to untie the
brambles hiding dreadful birds on rainy days.

(Traducción: Alexis O’Hara)






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SUBHASH JAIRETH [19.930]

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Subhash Jaireth

Soy escritor, poeta y ensayista. Nací en Khanna, una pequeña ciudad en Punjab, India. En 1969 fui a Moscú a estudiar geología. Regresé a la India en 1978 y enseñé geología en la Universidad de Roorkee. En 1986 vine a Australia para trabajar en la Oficina de Recursos Minerales. En 1996 terminé un Ph.D., en teatro y teatro ruso en la Universidad Nacional de Australia.

He publicado tres colecciones de poesía: Before the Bullet Hit Me (Vani Prakashan, Delhi, in Hindi); Unfinished Poems for Your Violin (Penguin Australia, in English); Yashodhara: Six Seasons without You (Wild Peony, in English)

Subhash Jaireth: Canción de amor para una página con caligrafía china




Canción de amor para una página 
con caligrafía china

Si mi corazón fuese
una página en blanco,
te pregunté aquella mañana,
¿qué palabras querría
pintar tu pincel?

«No me extrañes
cuando me haya ido», escribiste.
¿Una premonición
o sólo un juego inofensivo:
fácil de jugar y olvidar?

Te extraño, sí;
de qué otro modo podría ser:
como cometas, las palabras recorren los cielos
de mi ser, contigo y sin ti:
un sueño y su sombra caminan juntos.

Píntame
la palabra agua, dije.
Sonreíste, y en la página apareció un pez: 
fuego, te reté una vez más,
y pintaste una hilera de linternas rojas.

Aquella noche
Llovió en mis sueños
empapándome; la página
debe estar en mí, dijiste, y al girarte
y vi una serpiente tatuada en tu espalda.

Hay un carácter
llamado Caoshu, dijiste;
se sujeta el pincel con firmeza
y se gira la muñeca como el cuello de un ganso
que nadara en los arrozales.

El Kaishu es estricto
pero no riguroso, austero pero exacto.
Como mi abuelo
rara vez sonríe, pero cuando lo hace
flotan las líneas y vuelan las formas.

Enséñame Caoshu,
te pedí entonces,
y me sacaste a bailar;
caía la nieve y se fundía
mientras trazábamos figuras en el suelo.

Es como un baile,
me explicaste, que como el agua
se escapa entre los dedos:
fluir es su propósito,
desvanecerse, su glorioso destino.

«Debo irme.»
No lo hagas, quise decir,
Pero no, te marchaste,
dejando el día manchado,
como una sábana por las semillas de una granada.

Mientras dormía aquella noche
envuelto en la sábana teñida,
soñando con berenjenas espléndidas,
en un lejano continente explotó una bomba,
allí donde esperabas que parara un autobús.

Y ahora, llamo silencio a mi casa,
y el silencio, amor mío, eres tú.
Pero el pincel ha hallado un nuevo objeto:
las pinceladas son fuertes, los cordeles no tienen costuras
y la tinta, oscura como las moras, reluce.


Un poema de una sensibilidad exquisita, mesurado en sus cadencias, gentil en las metáforas al tiempo que ambiguo en los juegos de palabras. Construido en torno a un monólogo de un hablante inquisitivo y curioso, el dilema de la canción de amor queda perfectamente esbozado en las tres primeras estrofas. Incluso el título plantea una disyuntiva al lector de la que es imposible escapar.

El mensaje que deja la amada en una página (o la sábana, si así lo prefiere el lector, dado que “white sheet” tiene perfectamente ambas lecturas, que la traducción no podría en ningún caso transmitir con éxito). Ella escoge escribir/pintar (este es, al fin y al cabo, un poema de amor con caligrafía china) un aviso/consejo para evitar el dolor que le conllevará a él su ausencia. «No me extrañes/ cuando me haya ido». El ideograma, el dibujo como palabra, la imagen del trazo curvo y altamente estilizado del Caoshu, que solamente puede lograrse mediante la firmeza. Alcanzar la delicadeza a través de la tenacidad.

Hay naturalmente algunos problemas de traducción en los que he tomado decisiones que pueden resultar difíciles de justificar. Por ejemplo, en “como cometas,/ las palabras recorren los cielos/ de mi ser, contigo y sin ti” he optado por interpretar el “without” del original como correlativo del “with” que le precede, cuando todo parece indicar que debería interpretarse como en el exterior de mi ser. Opciones personales que hacen de la traducción un juego arriesgado, pero deliciosamente entretenido.

Agradezco a mi amigo Subhash su enorme gentileza al permitirme republicar este poema tan íntimo. Como él, yo también he llamado a mi casa, en un no tan distante pasado, silencio. Espero que te guste.

Creado por J.Salavert
http://downunder-literatura.blogspot.com.es/




Love Song for a Sheet with Chinese Calligraphy

This poem from the Meanjin archives was first published in 2014.



If my heart
were a white sheet,
I asked you that morning,
what words your brush
would like to paint?

‘Don’t miss me
when I am gone,’ you wrote.
Was it a premonition
or just a harmless game:
easy to play and forget?

But I miss you;
How could it be otherwise:
the words like kites roam the skies
of my being with you and without:
a dream and its shadow walking side by side.

Paint for me
the word water, I said
you smiled and a fish appeared on the sheet;
fire, I dared you again,
and you painted a row of red lanterns.

That night
it rained in my dream
wetting me and the sheet
must be me, you said, and turned
and I noticed a snake tattooed on your back.

There is a script called Caoshu, you said,
the brush is held firm
and the wrist turns like the neck of geese
swimming in the rice field.

The Kaishu is strict but not harsh, austere but exact:
Like my grandfather
it rarely smiles but when it does
the lines float and the shapes fly.

Teach me Caoshu,
I asked you then and you took me out to dance;
the snow fell and melted
as we traced figures on the ground.

It’s like a dance,
you explained, which like water
seeps through fingers:
to flow is its purpose
to vanish its glorious fate

I have to go;
Don’t, I wanted to say,
but no, you went away,
leaving the day stained
like the sheet from the pomegranate seed.

As I slept that night
wrapped in the painted sheet
dreaming of blissful aubergines
a bomb went off on a distant continent
where you waited for a bus to stop.

Now, I call my house silence
and the silence, my love, is you.
But the brush has found new purpose:
the strokes are strong, the strings seamless
and the ink, dark as mulberry, glows.

Meanjin Volume 73 Issue 1 2014


Subhash Jaireth was born in a small town in Punjab, Northern India. He spent nine years in Moscow (1969 to 1978) studying geology. In 1986 he came to Australia as a geologist but soon began work on a Ph.D thesis on modern Russian drama and theatre. In 1993 he visited Moscow again, watching lots of theatre and interviewing writers, poets and journalists who were learning to cope with the onslaught of free market of Yeltsin's times. He has published poems in Hindi, Russian and English. A verse-narrative Unfinished Poems for Your Violin was published by Penguin Australia in 1996. In Yashodhara: Six Seasons without You, his latest collection of poems (to be released in September 2003 by Wild Peony), he tells the story of Yashodhara, the wife of Sidhartha, the would-be Buddha.




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CLIVE JAMES [19.931]

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Clive James

Fecha de nacimiento: 7 de octubre de 1939, Kogarah, Sídney, Australia
Clive James es un autor, crítico, radiodifusor, poeta, traductor y memorista australiano, conocido por su serie autobiográfica "Unreliable Memoirs", por sus programas de entrevistas y documentales en la televisión británica. Ha vivido y trabajado en el Reino Unido desde 1962.


Sentenced to Life, de Clive James

Clive James, Sentenced to Life (Londres: Picador, 2015). 60 páginas.

Parafraseando lo que dice otro personaje respecto a Lady Macbeth, Clive James se morirá uno de estos días. Como a todos, en algún momento, más pronto o más tarde. Nadie se libra de esa condena.

El título de este postrero libro de poemas es, obviamente, un juego de palabras, pero es también algo más que eso: una invitación a pensar en la vida como la inevitable condena a muerte que es. Sentenced to Life podría traducirse en su acepción más literal por ‘Condenado de por vida’, es decir, cadena perpetua. Pero la lectura reflexiva de estos poemas nos podría llevar a leer que el título es una velada referencia a la vida como una condena, una que hay que vivir. Y también morir.

James lleva varios años muriéndose, dicen los periódicos. Tan pronto supo que se le acababa el tiempo, emprendió una frenética carrera productiva para poder completar algunos de sus proyectos inacabados, como una traducción al inglés de la Divina Comedia que apareció en 2013 y que, según las reseñas que he podido leer, es muy buena. Pero también ha estado escribiendo poesía, el género en el que se inició como artista. Sentenced to Life es el resultado literario de estos últimos años.

Uno de los aspectos que más sorprenden de este libro de poemas es la envidiable facilidad que tiene Clive James para escribir poesía rimada. Con frecuencia, la rima puede ser una restricción brutal, que resulta en expresiones forzadas y poco felices. Aunque hay unos cuantos poemas no rimados en este libro, la mayoría de los poemas cuentan con rima. Algunos poemas demuestran un experto dominio de la técnica al tiempo que denotan un entusiasmo por mantenerse en una forma poética que es raro en la poesía contemporánea en lengua inglesa, tan propensa a la narración inane.

James combina con soltura el ingenio con el pathos. No busca despertar nuestra compasión por la muerte que le acecha, pues el tono predominante en la mayoría de estos poemas es el confesional, y es consciente de sus faltas:

“Sentenced to life, I sleep face-up as though/ Ice-bound, lest I should cough the night away,/ And when I walk the mile to town, I show/ The right technique for wading through deep clay./ A sad man, sorrier than he can say.” [Condenado de por vida, duermo boca arriba, como si estuviera atrapado en el hielo, para no pasar la noche tosiendo, y cuando camino hasta la ciudad, demuestro tener la técnica correcta para vadear lodos profundos. Un hombre triste, más arrepentido que lo que pueda expresar.]

Algunos de los poemas llevan al poeta a su Australia natal, a la que no podrá regresar vivo. En ‘Echo Point’ la referencia son las Montañas Azules al oeste de Sydney, pero el eco que oímos es el del espejo al que se enfrenta el poeta que sabe que va a morir:

“I am the echo of the man you knew./ Launched from the look-out to the other side/ Of this blue valley, my voice calls to you/ All on its own, and more direct than that./ My line of sweet talk you could not abide/ Came from the real man. It will all be gone –“ [Soy el eco del hombre que conociste. Arrojado desde el mirador al otro lado de este valle, mi voz te llama en soledad, y aun más directa. Mi verso zalamero que no podías soportar venía del hombre auténtico. Todo ello desaparecerá.]

Del mismo modo que algunos de los poemas de Sentenced to Life dejan huella, otros pueden pasar desapercibidos. La respuesta a la poesía es siempre subjetiva y personal. ‘Japanese Maple’, aparecido en The New Yorker, se convirtió casi de forma instantánea en un éxito. Personalmente, en cambio, es ‘Star System’ (que también apareció en The New Yorker) el que me ha calado muy hondo, y del que traduzco la segunda estrofa:



Hubo un tiempo en el que algunos de nuestros jóvenes
pisaron pesadamente la luna y vieron el amanecer de la Tierra,
tan imponente como el del Sol. Desde entonces los años
los han envejecido. De vez en cuando, alguien se muere.
Es como un reloj, para los que vimos
los cohetes rumbo a Saturno ascendiendo como si
la humanidad tuviera energía que quemar. La ley
es diferente para un hombre. El tiempo es un precipicio
al que llegas en la oscuridad. Puede que caigas
con tanta facilidad como en un colchón de plumas,
pero es una triste despedida. Todo te encantó.
Sueñas que podrías guardarlo todo en la cabeza.
Mas los recuerdos, ¿dónde puedes llevártelos?
Míralos por última vez: Se terminan contigo.



Como yo, James no cree en la eternidad ni en la posibilidad metafísica de un alma trascendental. Asediado por la relativa inminencia de su muerte, extenuado por la enfermedad y el tratamiento, puede que sea un hombre decrecido físicamente (se describe a sí mismo en varios de los poemas como “espectro, ruina, eco, animal herido, ejército derrotado, sombra pálida, cáscara vacía”) pero es un poeta engrandecido por su visión estoica y valerosa de nuestra insignificancia en el universo, y el reconocimiento del valor del ser humano.

Creado por J.Salavert 
http://downunder-literatura.blogspot.com.es/


JAPANESE MAPLE

Your death, near now, is of an easy sort.
So slow a fading out brings no real pain.
Breath growing short
Is just uncomfortable. You feel the drain
Of energy, but thought and sight remain:

Enhanced, in fact. When did you ever see
So much sweet beauty as when fine rain falls
On that small tree
And saturates your brick back garden walls,
So many Amber Rooms and mirror halls?

Ever more lavish as the dusk descends
This glistening illuminates the air.
It never ends.
Whenever the rain comes it will be there,
Beyond my time, but now I take my share.

My daughter’s choice, the maple tree is new.
Come autumn and its leaves will turn to flame.
What I must do
Is live to see that. That will end the game
For me, though life continues all the same:

Filling the double doors to bathe my eyes,
A final flood of colors will live on
As my mind dies,
Burned by my vision of a world that shone
So brightly at the last, and then was gone.

Clive James’s new book, “Play All: A Bingewatcher’s Notebook,” will be published in August. More




Against Gregariousness 

Facing the wind, the hovering stormy petrels
Tap-dance on the water.
They pluck the tuna hatchlings
As Pavlova, had she been in a tearing hurry,
Might once have picked up pearls
From a broken necklace.

Yellowfin drive the turbine of sardines
Up near the surface so the diving shearwaters
Can fly down through the bubbles and get at them.
Birds from above and big fish from below
Rip at the pack until it comes apart
Like Poland, with survivors in single figures.

The krill, as singletons almost not there
But en masse like a cloud of diamond dust
Against the sunlit flood of their ballroom ceiling,
Are scooped up by the basking shark’s dragline
Or sucked in through the whale’s drapes of baleen—
A galaxy absorbed into a boudoir
And nullified, a deep-space mass extinction
Watched only by the Hubble telescope.

Make your bones in a shark family if you can.
If not, be tricky to locate for sheer
Translucence, a slick blip that will become—
Beyond the daisycutter beaks and jaws—
A lobster fortified with jutting eaves
Of glazed tile, like the castle at Nagoya
Hoisted around by jacks and cranes, an awkward
Mouthful like a crushed car. That being done,
Crawl backwards down a hole and don’t come out.





A Perfect Market 

Recite your lines aloud, Ronsard advised,
Or, even better, sing them. Common speech
Held all the rhythmic measures that he prized
In poetry. He had much more to teach,
But first he taught that. Several poets paid
Him heed. The odd one even made the grade,
Building a pretty castle on the beach.

But on the whole it’s useless to point out
That making the thing musical is part
Of pinning down what you are on about.
The voice leads to the craft, the craft to art:
All this is patent to the gifted few
Who know, before they can, what they must do
To make the mind a spokesman for the heart.

As for the million others, they are blessed:
This is their age. Their slapdash in demand
From all who would take fright were thought expressed
In ways that showed a hint of being planned,
They may say anything, in any way.
Why not? Why shouldn’t they? Why wouldn’t they?
Nothing to study, nothing to understand.

And yet it could be that their flight from rhyme
And reason is a technically precise
Response to the confusion of a time
When nothing, said once, merits hearing twice.
It isn’t that their deafness fails to match
The chaos. It’s the only thing they catch.
No form, no pattern. Just the rolling dice

Of idle talk. Always a blight before,
It finds a place today, fulfills a need:
As those who cannot write increase the store
Of verses fit for those who cannot read,
For those who can do both the field is clear
To meet and trade their wares, the only fear
That mutual benefit might look like greed.

It isn’t, though. It’s just the interchange
Of showpiece and attention that has been
There since the cavemen took pains to arrange
Pictures of deer and bison to be seen 
To best advantage in the flickering light.
Our luck is to sell tickets on the night
Only to those who might know what we mean,

And they are drawn to us by love of sound.
In the first instance, it is how we sing
That brings them in. No mystery more profound
Than how a melody soars from a string
Of syllables, and yet this much we know:
Ronsard was right to emphasize it so,
Even in his day. Now, it’s everything:

The language falls apart before our eyes,
But what it once was echoes in our ears
As poetry, whose gathered force defies
Even the drift of our declining years.
A single lilting line, a single turn
Of phrase: these always proved, at last we learn,
Life cries for joy though it must end in tears.




El adiós de Clive James

El escritor, nacido en Australia, escribió el excelente "Cultural Amnesia"

Por JORDI PUNTÍ
Escritor

Hace unos meses hablaba de literatura con unos amigos de Australia y salió el nombre de Clive James, un autor nacido en 1937. Yo había leído un libro de ensayos y varios artículos suyos, bastante divertidos, y creía que era inglés, pero no: Se ve que nació en Australia y de joven se fue a Londres. Mis amigos me hablaron de su sentido del humor y de su obra prolífica. Yo sabía que además de ensayo había escrito poesía, crítica literaria y de televisión, pero me contaron que también era novelista y había hecho radio. Luego me dijeron: «Se está muriendo». Hacía poco, en la BBC Radio, él mismo había contado que sufría un cáncer de mal curar.

La curiosidad me llevó a Youtube, donde hallé muchos vídeos de Clive James. En los 80 había hecho una serie de documentales sobre ciudades del mundo, Postcard from..., Eran retratos de la sociedad, la cultura y los tópicos que definen a grandes capitales como Río, Shanghái o París, y destacaban por su tono didáctico e ingenioso. Son las características que definen su escritura, creo. Tiene un libro excelente, Cultural Amnesia, que recoge textos sobre personajes que le fascinaron. Son figuras muy distintas, desde Paul Celan a Hitler, Freud, Borges o Tony Curtis. Siempre empiezan en un tono como de biografía enciclopédica, pero pronto se desvían hacia sus intereses de autor, que mezcla recuerdos, lecturas, anécdotas e interpretaciones.

Ha pasado un tiempo desde que me dijeron que James se moría, pero parece que se acerca su fin. Hace unos días publicó un poema en la revista New Yorker con aires de despedida. Se llama Japanese maple y me hizo pensar en los últimos poemas de Robert Graves, ya que es un canto a la joya del instante, a la alegría de ver cómo las hojas rojas de un arce se colorean en la lluvia: 


Una corriente final de colores vivirá  
mientras mi mente muera, 
quemada por la visión de un mundo que brilló  
con tanta intensidad al final, y luego ya no estaba. 


Son palabras en las que se aprecia un adiós sereno, pero que a su vez invitan a saludarlo abriendo uno de sus libros, para conocerlo mejor.





The Crying Need for Snow

It’s cold without the softness of a fall
Of snow to give these scenes a common bond
And though, besotted on a viewless rime,
The ducks can do their standing-on-the-pond
Routine that leaves you howling, all in all
We need some snow to hush the whole thing up.

The ducks can do their flatfoot-waterfool
Mad act that leaves you helpless, but in fine
We need their footprints in a higher field
Made pure powder, need their wig-wag line
Of little kites pressed in around the pool:
An afternoon of snow should cover that.

Some crystalline precipitate should throw
Its multifarious weightlessness around
For half a day and paint the whole place out,
Bring back a soft regime to bitter ground:
An instant plebiscite would vote for snow
So overwhelmingly if we could call it now.

An afternoon of snow should cover that
Milk-bottle neck bolt upright in the slime
Fast frozen at the pond’s edge, brutal there:
We need to see junk muffled, whitewashed grime,
Lean brittle ice grown comfortably fat,
A world prepared to take our footprints in.

A world prepared to take our footprints in
Needs painting out, needs be a finer field:
So overwhelmingly, if we could call it now,
The fluffy stuff would prime it: it would yield
To lightest step, be webbed and toed and heeled,
Pushed flat, smoothed off, heaped high, pinched anyhow,
Yet be inviolable. Put like that,
Gently, the cold makes sense. Snow links things up.

From Clive James’ Collected Poems 1958-2015





The Double Agent

Your manifest perfections never cease
To drive the day-long terrors out of mind
They are the lights the darkness hides behind
Allowing satisfaction its increase
Beyond the petty boundaries designed
To keep us well aware the world’s unkind
And still your eyes proclaim a reign of peace

A ruined man falls sideways far away
And too far gone to see my lady’s hair
Supposing he was here or she was there
My lover’s mouth has not a word to say
To stanch the flow or slow him on his way
It sends a smile to me across the air
And still I feel that fortune smiles today

Between the breaking of your morning bread
And the final pretty speeches of the night
A million destinies drop out of sight
A million people get it in the head
You join the silks and perfumes of your bed
Like a long delightful insult to the dead
And still your breast is where I’d lay my head

Forgive, forget the rest of what I said
And still your breast is where I’d lay my head

From Clive James's Collected Poems 1958 - 2015. 




Echo Point

I am the echo of the man you knew.
Launched from the look-out to the other side
Of this blue valley, my voice calls to you
All on its own, and more direct for that.
My line of sweet talk you could not abide
Came from the real man. It will all be gone –
Like glitter back to the magician’s hat –
Soon now, and only sad scraps will remain.
His body that betrayed you has gone on
To do the same for him. Like veils of rain,
He is the cloud that his tears travel through.

When the cloud lifts, he will be gone indeed.
Hearing his cry, you’ll see the ghost gums break
Into clear air, as all the past is freed
From false hopes. No, I nowhere lie awake
To feel this happen, but I know it will.
At the last breath, my throat was full of song;
The proof, for a short while, is with you still.
Though snapped at sharply by the whip-bird’s call,
It has not stopped. It lingers for your sake:
Almost as if I were not gone for long –
And what you hear will not fade as I fall.

From Clive James' bestselling poetry collection Sentenced To Life, which is out in paperback on 22nd September 2016.







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KEVIN POWERS [19.932]

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Kevin Powers

Kevin Powers (nacido el 11 de julio de 1980) es un escritor de ficción americano, poeta y veterano de la guerra de Irak .

Powers nació y se crió en Richmond, Virginia, hijo de un obrero de fábrica y una empleada de correos, se alistó en el ejército estadounidense a la edad de diecisiete años. Asistió a la Escuela Secundaria James River. Seis años más tarde, en 2004, fue enviado a  una gira de un año en Irak como ametrallador asignado a una unidad de ingeniería. Realizó combates en Mosul y Tal Afar, Irak, de febrero de 2004 a marzo de 2005. Después de su retiro, Powers se inscribió en Virginia Commonwealth University, donde se graduó en 2008 con una licenciatura en inglés. Tiene un MFA de la Universidad de Texas en Austin, donde fue un Michener Fellow en Poesía. 




CARTA ESCRITA DURANTE UN ALTO EN EL COMBATE

Le cuento que la amo como no matar 
o diez minutos de sueño 
en la azotea, detrás del muro bajo 
donde descansa mi rifle.

Se lo cuento en una carta que apestará,
cuando la abra,
a engrasador y a pólvora quemada
y a las cosas que dice.

Le cuento que el soldado Bartle dice, de pasada,
que la guerra es sólo
hacernos pasar pequeños trozos de metal
unos a través de otros.

http://cadmo7.blogspot.com.es/


LETTER COMPOSED DURING A DULL IN THE FIGHTING 

I tell her I love her like not killing
or ten minutes of sleep
beneath the low rooftop wall
on which my rifle rests.

I tell her in a letter that will stink,
when she opens it,
of bolt oil and burned powder
and the things it says.

I tell her how Pvt. Bartle says, offhand,
that war is just us
making little pieces of metal
pass through each other.


Reseña: Letter Composed During a Lull in the Fighting, de Kevin Powers



Kevin Powers, Letter Composed During a Lull in the Fighting (Londres: Sceptre, 2014). 96 páginas.


Siempre hay un comienzo. O en otras palabras: por algo se empieza. En el caso de la primera estrofa del primer poema de este libro de Powers:

‘Amen may have meant “to begin”
back then. So be it, the desert, I imagine,
said. So be it, as the car I’m travelling in
turns right on state highway 71,
due west into the vast unending waste
of Texas.’


‘Puede que entonces amén quisiera decir
“comenzar”. Que así sea, dijo, imagino yo,
el desierto. Que así sea, mientras el coche en el que viajo
gira a la derecha en la carretera estatal 71,
rumbo al oeste, al interior del inmenso, interminable erial
de Texas.’ 

(mi traducción, así como el resto de las citas en esta reseña,
por J.Salavert)

Siempre se debe comenzar con una palabra, ¿y qué mejor que comenzar con una que significa “final”? Porque puede que, al fin y al cabo, en determinados momentos, las palabras (¿conoce alguien algún medio de expresión de los sentimientos humanos que sea más fiable que las palabras?) nos fallan, se vuelven vacilantes, sus contornos se difuminan, cuando no se desvanecen por completo.

Más adelante, en ese mismo poema, ‘Customs’, Powers escribe ‘I can tell you exactly/ what I mean.’ Y sin embargo, resulta significativo que se vea abocado a repetir la misma oración dos versos más adelante. Sospecho que no le sirven tanto las palabras para decir(nos) exactamente lo que quiere decir. Hay que tener cuidado con las palabras, que también pueden convertirse en un arma arrojadiza. O en una bomba.

En otro de los poemas de Letter Composed During a Lull in the Fighting, que lleva por título ‘Improvised Explosive Device’, Powers juega con la imagen de un poema repleto de cables, un poema cuyas palabras ‘estuvieran hechas/de metal.’ La guerra de Iraq, en la que participó Powers en 2004 y 2005, es el tema esencial de los dos libros que hasta la fecha ha publicado. Algunos de los poemas de este libro precedieron a The Yellow Birds (una reseña del cual puedes leer aquí). Enunciar el horror requiere siempre un esfuerzo que rara vez consigue remontar los obstáculos que el propio lenguaje nos tiende: la dificultad intrínseca de un querer decir como voluntad irrenunciable de expresar lo que de otra manera es indecible se multiplica en el caso del sujeto traumatizado, como bien podría yo mismo aseverar a título personal.

No debería extrañar por tanto que Powers busque superar ese obstáculo con un poema-bomba: 


“Si este poema te ha dejado sordo, 
si las palabras que hay en él están humeantes, 
si partes de él te han atravesado el cuerpo/ 
o los cuerpos de aquellos a quien amas, esto ayudará en buena medida a explicar por qué, en unos cuantos años,
preferirás dormir en un diván.[…]”






Si la verdad es la primera víctima de una guerra (frase que célebremente se atribuye al senador estadounidense Hiram Johnson), puede que sea el lenguaje (y la poesía como máxima expresión estilizada del lenguaje) la primera línea de defensa de la verdad. La ironía es, en todo caso, un instrumento defensivo necesario para hacerle frente a la barbarie: 


“somos nosotros la guerra 
con pequeños trozos de metal 
nos atravesamos unos a otros” 

dice Powers en el poema que da título al libro.

Es posible que los poemas de Kevin Powers no le hablen a todo el mundo del mismo modo. Al fin y al cabo, la respuesta que todo lector produce ante un poema es algo íntimo, algo muy subjetivo y no siempre o no totalmente compartible. Hay poemas de Letter Composed During a Lull in the Fighting que personalmente no consiguen arrancarme una respuesta, mientras que otros parecen despertar emociones de tanto significado que daría cualquier cosa por encontrar significantes con los que poder expresarlo.

Powers escribe en verso libre, en un tono que puede fluctuar entre sobrio y ansioso, a veces en un murmullo entrecortado, solitario, que merece ser escuchado. No debiera ser tan difícil acercarse, aplicar el oído con ánimo de comprender y sentir también su ira, o su aislamiento, como en 'Meditation on a Main Supply Route': “I am home and whole, so to speak./ The streetlights are in place along the avenue/ just as I remembered/ and just as I remembered/ there is tar slick on the poles/ because it has rained. It doesn’t matter./ I know these roads will work/ their way to me. They may arrive/ right here, at this small circle of light/ folding in on itself where brick/ and broken sidewalk meet./ So I must be prepared. But I can’t remember/ how to be alive. It has begun/ to rain so hard I fear I’ll drown.” 


[He vuelto a casa entero, por así decirlo. 
Las farolas ocupan su sitio a lo largo de la avenida 
justo como lo recordaba
y justo como lo recordaba 
hay manchas de alquitrán en los postes 
porque ha llovido. No importa. 
Sé que estas calles sabrán encontrar 
el camino que lleva hasta mí. Puede que lleguen 
aquí mismo, en este pequeño círculo de luz
que se pliega en sí mismo allí donde se encuentran
el ladrillo y la acera quebrada.
De modo que debo estar preparado. Pero no me acuerdo
de cómo estar vivo. Ha comenzado
a llover tan fuerte que temo ahogarme.]

Acordarse de cómo estar vivo cuando uno ha dejado atrás el horror de la muerte y el absurdo de la existencia. Ingrata tarea. Menos mal que siempre nos quedará la poesía. O en todo caso, un poema-bomba, con el que poner punto final a la pesadilla.



Herencia: un poema de Kevin Powers


Herencia

Qué útil es estar enamorado
de cosas inútiles.
Los viejos nopales marchitos
del jardín, cuando éramos jóvenes,
me encantaban. Entre otras cosas, me encantaba
esa botella de vidrio diáfano
de cerveza Old Milwaukee que tú tirabas
desde la ventana del coche
al cubo de la basura
cuando llegabas a casa,
me encantaba cómo se rompía
en una docena de trozos quebrados,
y cómo otra docena
los rodeaba
igual que las constelaciones, me encantaba
la dignidad que parecía haber
en el hecho de que cualquier cosa que esté en órbita
deja de ser por un tiempo
algo más que necesario.
También yo una vez amé a un anciano,
a quien no le interesaban las cosas inútiles,
como este poema, el cual pudiera
muy bien estar por ahí,
en órbita con él.

Traducción de 'Inheritance', poema del libro Letter Composed During a Lull in the Fighting (2014), de Kevin Powers.
Creado por J.Salavert 
http://downunderliteratura.blogspot.com.es/




Kevin Powers, poeta, novela su experiencia como combatiente en la guerra de Iraq

Tengo 32 años. Nací en Virginia y vivo en Florencia con mi mujer. Licenciado en Literatura Inglesa y máster en Poesía. Tras ser soldado en Iraq, soy pacifista. Creo en la libertad, la justicia y la igualdad. No soy religioso, pero me maravillan las personas buenas y la naturaleza


"Sentía un alivio miserable cuando el que caía no era yo"

Por IMA SANCHÍS

Un pájaro amarillo se posó en mi alféizar... 
"... le ofrecí un panecillo y luego aplasté su puta cabeza". Es una marcha del ejército de EE.UU.


¿Y la cantaban muy a menudo? 

A diario. Es una de las más habituales, forma parte del condicionamiento: precisamente se trata de convertirte en el tipo de persona que podría hacer eso y mucho más.

Un año al mando de una ametralladora en Iraq en plena guerra. 

Sí, estaba en una unidad cuyo trabajo era buscar y desactivar bombas, y el mío, protegerla. Pero pronto supe que aquella guerra era un error, que las razones que nos dieron para invadir Iraq eran falsas.

Difícil, seguir combatiendo sabiéndolo. 

El horror que vi y viví allí me afectará el resto de mi vida.

¿Qué imágenes no olvida? 

La mirada vacía y perdida de un niño junto al cadáver de su padre.

¿Qué le llevó a Iraq? 

En Virginia, por tradición, la gente se alista en el ejército. Mi abuelo luchó en la II Guerra Mundial y mi padre en Vietnam. Pertenezco a una familia sin recursos económicos; yo tenía 17 años, quería ir a la universidad y el ejército te paga la carrera cuando finalizas tu contrato con él.

¿Pero su padre no le advirtió? 

"No lo hagas", me dijo. Llegué a Iraq con 23 años y una idea muy romántica de la guerra.

¿Se acostumbró a los muertos? 

Sólo prestábamos atención a las cosas extrañas, y la muerte no lo era. Comíamos frente a un televisor que todo el rato daba las cifras del número de muertos.

¿De ambos bandos? 

Sólo las bajas norteamericanas. Tenía la ilusión, y también mi compañero (el que te asignan para que cuides y te cuide), de que si moría otro, yo estaba a salvo, así que la muerte de otro soldado era casi una alegría.

¿Le ha tocado a otro, yo me he librado? 

Exacto. Cada muerto era una afirmación de nuestras vidas. Tenía una fijación con el número 1.000: "Cuando superemos esa cifra de muertos, habrá pasado el peligro", me repetía. No entendía que la lista era ilimitada.

Las balas no tienen nombre. 

Constantemente me decía: "Si tal cosa ocurre, sobreviviré", "Si hago tal cosa, sobreviviré", "Si no me desprendo del amuleto, sobreviviré". Esos delirios eran la manera de tener la ilusión de que controlaba la situación.

¿Cuáles eran sus fijaciones? 

Dos: no soy creyente, pero llevaba una medalla de san Cristóbal que no paraba de manosear; y la de no ser el cadáver número 1.000, que cuando se superó perdió su significado. Lo que le cuento es muy personal, pero muy universal.

Lo sé. 

Permanentemente estás con un arma en las manos, eso hace que al volver a casa se sienta uno muy vulnerable y vacío, es como si te hubieran amputado un apéndice del cuerpo. Y tienes una serie de actos reflejos: cuando llegas a un sitio, estudias cuáles son las salidas, estás siempre alerta, mirando a tu alrededor para ver si estás seguro.

Uno debe de sentirse muy miserable deseando que mueran los otros. 

Siento una gran culpa y arrepentimiento por haber participado en aquella producción masiva de violencia y sufrimiento.

¿Tras el primer muerto ya no importa? 

Lo extremo se convierte en normal y lo extraordinario en cotidiano. Ver morir a la gente acaba siendo lo mismo que estar en una ciudad y ver pasar coches.

¿Cómo ha vivido el matar? 

Eres egoísta: quieres protegerte, así que por tu propia seguridad lo que haces es matar. Es una reacción física; de hecho, durante el entrenamiento nos educan a reaccionar y a no pensar. Eres como un robot: recibes un estímulo y respondes. Tus instintos más primarios asumen el control; es después cuando piensas en lo que has hecho.

¿Llegó a deshumanizar a los iraquíes? 

Es uno de los objetivos del entrenamiento militar. Afortunadamente para mí, nunca dejé de ver al enemigo como un ser humano y comprobar que es mucho más lo que nos asemeja que lo que nos diferencia a todos.

Una conclusión muy humana. 

He estudiado literatura y poesía, yo creía saber sobre la fragilidad de la vida y lo preciosa que es, pero ahora no hay nada en lo que crea más firmemente.

No sabemos vivir sin ejércitos. 

Cierto; pero, por mucho que sea una constante en nuestra historia, cualquier cosa que lleve a la violencia y a la deshumanización del otro es una aberración.

Esas fotos del enemigo como trofeo de caza..., ¿son cuatro descerebrados? 

No, son consecuencia del entrenamiento. Si eres violento y nadie te para, al día siguiente lo eres más y fácilmente se llega a las aberraciones. Lo raro es controlarse.

¿Lo más difícil de la readaptación? 

Nadie de mi entorno había pasado por aquella experiencia y nada aísla más que tener una historia especial. Ahora sé que todo dolor es el mismo, cambian los detalles.





Vuelve el soldado poeta

Guerra y poesía son polos opuestos del ser humano: la devastación física y mental frente a la creación y la libertad. Pero los extremos se tocan y hay quienes, tras haber empuñado el fusil, supieron tener su catarsis y transformar todo ese trauma y experiencia bélica en poesía, como el heleno Esquilo o Robert Graves. Existen hasta ejemplos inversos: Miguel Hernández, el escritor de Orihuela que utilizó su poesía para insuflar ánimos en los campos republicanos de la Guerra Civil española y que acabó como voluntario en el V Regimiento sin dejar de escribir versos como los de Canción de el esposo soldado: “Escríbeme a la lucha, siéntate en la trinchera: / aquí con el fusil de tu nombre evoco y fijo / y defiendo tu vientre de pobre que me espera, / y defiendo tu hijo”.

Kevin Powers recoge esta tradición y se convierte en uno de los primeros soldados poetas de este siglo XXI. Primero con su obra poética (Letter Composed During a Lull in the Fighting) y luego con Los pájaros amarillos (Editorial Sexto Piso, 2012) que, aunque es estrictamente una novela, respira  poesía desde su frase inicial: “La guerra intentó matarnos la primavera”. Powers afirma que la poesía le ayudó a encontrar un orden en el mundo, y con ello pretende en esta su opera prima conseguir un lugar en el Olimpo de la prosa bélica, temática tan popular en Estados Unidos y que copa los estantes de las librerías, tanto como las narco-novelas lo hacen en México.

En el caso norteamericano hay bastante variedad contextual: las I y II Guerra Mundial, Saigón, Corea, Vietnam, Iraq, Yugoslavia o Afganistán. Lo que ha cambiado es la identidad de las víctimas; los civiles son solo daños colaterales a los que a veces ni se les registra, incluso si forman parte oficiosamente de los ejércitos, como Malik, traductor iraquí en Los pájaros amarillos y primer muerto del libro. Sin embargo, el sinsentido y la esquizofrenia de las guerras siguen siendo los mismos.

Las víctimas para la producción cultural de Occidente son los soldados norteamericanos. En los años 70s y 80s hubo un auge por esta causa a través del cine con The Dirty Dozen (a finales de los 60), Platoon, Apocalypse Now, Full Metal Jacket o The Deer Hunter. La obra de Kevin Powers, con la sólida historia de dos soldados, Murph y Bartle —voz narrativa de toda la historia— y el  teniente Sterling, se une a esta lista de narrativas escritas y audiovisuales que penetran en el soldado y sus traumas durante la guerra y tras el conflicto. Las consecuencias, más que las causas.

Powers nos sumerge en la idea de que tal vez morir sea el mejor destino cuando un soldado va a la guerra, pues vivirla es una eterna locura donde la mayoría de las veces sucede todo porque no sucede nada, y esto es lo que resalta: la nada que transcurre mientras no puedes dejar de tener el dedo agarrotado en el gatillo, con los ojos mirando el mismo inquebrantable paisaje del desierto. Esperar no se sabe bien qué.  La nueva guerra, donde las armas a larga distancia tienen gran protagonismo, rompen la actividad de los soldados, los desgasta mentalmente y no deja que crezca la tradicional camaradería que provoca la lucha cuerpo a cuerpo, el sentirse unidos y protegerse mutuamente. Frente a la guerra que viven Bartle y Murph, donde nadie sabe a quién mata y los cuerpos sin vida parecen un atrezzo de cine, la muerte es colectiva, se es un pájaro amarillo.

El resto de los que morían en Al Tafar eran parte del paisaje, como si alguien hubiera sembrado semillas de las que brotaban cadáveres en el polvo o el asfalto, como flores después de una helada, secas y agostadas bajo un sol brillante y frío.

La ausencia de acción bélica la aprovecha Kevin Powers para ahondar en el discurso individual de los soldados. El enemigo, para el soldado que vuelve, está en casa. Sin embargo, las reflexiones —interesantes— no dejan de ser ideas y conceptos que hemos visto en otros lugares. Quizá porque la guerra es intrínseca al ser humano, y porque soldados poetas y testigos de las guerras han existido desde tiempos prehelénicos, es difícil poder contar algo nuevo.

El gran atino de Los pájaros amarillos es el tacto con que Kevin Powers envuelve el conflicto, el poder de la belleza de las palabras para presentar el horror. En este sentido, el autor presume un talento tallado pero que aún debe de pulir. Habrá que esperar si se confirma el buen punto de arranque como escritor cuando ahonde en conflictos más complejos y menos maniqueistas como es el tema de una guerra donde es muy fácil caer en los extremos y en la polarización.

Nacho Bengoetxea







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JENNIFER MAIDEN [19.933]

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Jennifer Maiden

Jennifer Maiden (nacida el 7 de abril de 1949) es una poeta australiana. Nació en Penrith, Nueva Gales del Sur, y ha publicado 25 libros: 21 colecciones de poesía y 4 novelas. Comenzó a escribir profesionalmente a finales de los años 60 y ha estado activa en la escena literaria de Sydney desde entonces. Estudió un BA en la universidad de Macquarie en los años 70. Aparte de escribir, Jennifer Maiden dirige talleres de escritores en varias organizaciones literarias, comunitarias y educativas y ha co-escrito (con Margaret Cunningham Bennett, quien era entonces directora del Servicio de Rehabilitación de Tortura y Trauma de Nueva Gales del Sur) para facilitar la escritura por las víctimas de la tortura y del trauma.

Premios notables

Among Jennifer Maiden's many awards are three Kenneth Slessor Prizes for Poetry, two CJ Dennis Prize for Poetry ,the overall Victorian Prize for Literature , the Harri Jones Memorial Prize, the HM Butterly-F.Earle Hooper Award(University of Sydney), the Grenfell Henry Lawson Festival Prize, the FAW Christopher Brennan Award for lifetime achievement in poetry, two The Melbourne Age Poetry Book of the Year awards, the overall Melbourne Age Book of the Year and the ALS Gold Medal . She has had residencies at the Australian National University , the University of Western Sydney , Springwood High School and the New South Wales Torture and Trauma Rehabilitation Service. She has been awarded several Fellowships by the Australia Council.

Poesía:

Maiden, Jennifer (1974). Tactics . St Lucia, Qld.: UQP.
The Problem of Evil. (Prism, 1975)
The Occupying Forces. (Gargoyle, 1975)
Mortal Details . (Rigmarole, 1977)
Birthstones . (Angus & Robertson, 1978)
The Border Loss . (Angus & Robertson, 1979)
For The Left Hand . (South Head, 1981)
The Trust . (Black Lightning, 1988)
Bastille Day . (NLA, 1990)
Selected Poems of Jennifer Maiden . (Penguin, 1990)
The Winter Baby . (Angus & Robertson, 1990)
Acoustic Shadow . (Penguin, 1993)
Mines . (Paper Bark, 1999) ISBN 90-5704-046-8
Friendly Fire (Giramondo, 2005) ISBN 1-920882-12-X
Pirate Rain (Giramondo, 2009) ISBN 978-1-920882-59-4
Intimate Geography: Selected Poems 1991-2010 (Bloodaxe Books, 2012) ISBN 978-1-85224-926-7
Liquid Nitrogen (Giramondo, 2012) ISBN 978-1-920882-99-0
The Violence of Waiting (Vagabond Press, 2013)
Drones and Phantoms (Giramondo, 2014) ISBN 978-1-922146-72-4
The Fox Petition (Giramondo, 2015) ISBN 978-1-922146-94-6
The Metronome (Quemar Press, 2016) ISBN 978-0-9954181-0-3

Novelas:

The Terms . (Hale & Iremonger, 1982)
Play With Knives . (Allen & Unwin, 1990. New Edition: Quemar Press, 2016)
Play With Knives: Two: Complicity . (Quemar Press, 2016)
Play With Knives: Three: George and Clare and the Grey Hat Hacker . (Quemar Press, 2016) ISBN 978-0-9954181-2-7




Reseña: Liquid Nitrogen, de Jennifer Maiden




Jennifer Maiden, Liquid Nitrogen (Artarmon: Giramondo, 2012). 86 páginas.

¿En qué medida puede el poder político ser tema de la poesía (y no me refiero a la juiciosa disquisición en torno a la filosofía política) sin caer en la frivolidad? Quien desee aventurarse por esos derroteros tendrá que saber dominar muy bien el tema o los temas que trate, y dotar además a su poesía de algo especial que le otorgue no solamente interés temático sino cierto atractivo literario en tanto que creación lírica.

En el largo poema que abre Liquid Nitrogen, ‘The Year of the Ox’ [El año del buey], la autora australiana Jennifer Maiden nos dice que la poesía

is disparate concepts combined in binary
structures: stress/unstress, iamb/trochee,
alternating syllables, stanzas, letters, space…. (p. 13)



[son conceptos dispares combinados en
estructuras binarias: tónica/átona, yambo/troqueo,
sílabas alternantes, estrofas, letras, espacio….]



En unos versos inmediatamente anteriores a estos Maiden ha iniciado esta curiosa analogía de la poesía con la tecnología digital, en tanto que la analógica “fluye y es prosa”.

Mientras que la mayoría de los poemas de Liquid Nitrogen tienen un sesgo predominantemente político; dado que trata en gran parte de la política australiana contemporánea será necesariamente poco atractiva para lectores no familiarizados con la escena política australiana de los últimos años. Son estos poemas configurados en torno a conversaciones entre personajes reales contemporáneos o históricos ficcionalizados (Barack Obama, Hillary Clinton, Eleanor Roosevelt, los exprimeros ministros australianos Kevin Rudd y Julia Gillard, Dietrich Boenhoffer, Florence Nightingale, Henry James, Julian Assange, entre otros) y personajes más cercanos a la propia autora y procedentes de obras suyas anteriores.

El tono de muchos de los poemas de la colección se aproxima más al ensayo contemplativo que a la sátira que quizás podría esperarse de una obra poética que se inmiscuye con tanta intensidad en la política diaria dominada por el ciclo informativo de 24 horas de duración. El resultado es en ocasiones un tanto plano y, en mi opinión, monótono.

No faltan sin embargo buenos ejemplos de una acertada ironía,


“…Chemical Ali had been hangedin Iraq for gassing Kurds and that Skyby coincidence was featuring birthdefects caused by chemicals the U.S. usedin Fallujah….” (p. 5)

[…que habían ahorcado a Alí el Químicoen Iraq por gasear a los kurdos, y que Skyen una coincidencia estaba mostrando los defectoscongénitos causados por las sustancias químicas usadaspor los EE.UU. en Faluya….]


 o juegos de palabras de imposible traducción:


“…As an ox, I amLying on Straw and watching Straw Lying.” (p. 2)

en lo que constituye una ingeniosa referencia al Ministro de Asuntos Exteriores en la época de Tony Blair.

Los largos poemas narrativos que en gran parte integran Liquid Nitrogen no se aproximan a un tipo de poesía que encuentre mucho eco en mí como lector. De entre todos, me quedo con ‘My heart has an Embassy’ [Mi corazón tiene una embajada], a mi parecer el mejor poema del libro, en el que Maiden se aleja del tono coloquial de los diálogos y de la narración en verso libre para adoptar un estilo más lírico, más rico y expresivo,  también más íntimo.

Te ofrezco ahora mi versión en castellano:


Mi corazón tiene una embajada

Mi corazón tiene una embajada
para Ecuador, donde pediré
asilo. Seísmos
y réplicas socavan
mi esperanza y mis medios de trabajo,
y los estadounidenses
se han infiltrado en mi psique
con su negro don para el miedo.
Mi corazón tiene una embajada
para Ecuador de aire tan raro
y tan suntuosa como los Andes,
tan clara como el ecuador. En ella
habrá cascadas
y junglas como salvación.
Habrá amigos
a los que nada deba, ni
fianza afamada, ni espinosas
sexualidades cómplices. Mi corazón
tiene una embajada para Ecuador
donde no habrá secretos
y la verdad se derrama como el agua
desde una inmensa, pétrea desesperanza.

Liquid Nitrogen recibió hace unos semanas el galardón mejor remunerado de las letras australianas, el Victorian Prize for Literature. Es en mi opinión un poemario con mucha e innegable calidad, pero no me queda claro que mereciera un premio que lo señala como la mejor obra literaria publicada en Australia en 2013.

Traducción por J.Salavert




Old Europe Stared at Her Breakfast 

(US Defence Secretary Rumsfeld dismissed those European countries which opposed the US attack on Iraq as only 'Old Europe')

Old Europe stared at her breakfast,
buttered her croissant, sipped coffee
which tasted like a gun
and blinked her grey eyes to restore the sun.
Old Europe grasped at the old A.J.P. Taylor
line, 'but in politics the impossible
always happens' more and more, hoped
for example, that the fact that the 'plant'
for weapons in Northern Iraq was shown
on the BBC an empty ex-Media
Centre, and miles away a plain village,
hoping not to be bombed, because by
mistake young Colin, who apparently
mistook often, used its name
at the UN as that of the 'plant',
would be accepted as a fact and then
protected, thought Old Europe
as her France loved to protect facts,
as her Germany to act, or her Belgium to be. But,
she reflected, in doubt and in debt,
the future is not an ally
over the sea which just needs to be
convinced but a masked soldier, dead
to Agincourt, Darmstadt, Verdun,
wanting oil and meat and not
understanding how a continental breakfast
keeps the blood in your head, your brain
not your gut. Old Europe set her spine
straight in the doorway sun. Her hand
crumbled bread as if it were old bone.




Intimate Geography 

('Operation Iraqi Freedom')

It felt odd from the start, this war.
At the start, the 'death' of Saddam 
when Baghdad was bombed, but
               he's not dead, a bizarre
                          Zapata, 
and then the Scuds fired at  Kuwait
               but they weren't Scuds, 
the 'chemical weapons of mass destruction
factory',  with earth banks and barbed wire
                  which wasn't one, however, 
and the 'column of tanks destroyed leaving Basra'
                    which was three tanks, 
the endless 'securing' of towns and cities
                      which aren't secure 
even allowing for the distinction 
that 'secure' does not mean 'safe', 
the 'Uprising' in Basra 
which no one could find there...
                                  Once

there were poems in inverted commas, this
is a war of inverted commas. Once 
I wrote that 'poems about poems 
don't seem as abstract as they once did'
(although you don't need quotes, quoting 
yourself) and the Oxford Companion decided 
this meant I was no longer being abstract,  when
in fact I meant that poems about poems
(in that case partly a child) 
are not abstract because the abstract 
in them works through to a deeper real. Will
this war work through to the deeper real 
at last? Now it seems again, however,
that it feels odd, this war. I have paid it 
careful attention for almost a fortnight and what 
I would note here is that singular oddness
of feeling it evokes: one is always
at a tangent to it somehow, albeit
with despair's edgy wit. The deaths
have black solidity, as if from method, no
white napalm suddenness...I thought: is it
farce encoring tragedy, but there
is too much earnest passion in the evil,
and one watches that eros like watching
spiders breed: 'It is what they do on this planet,'
as a child's science fiction exercise
might observe. Spiders feed in street windows
broken by children's bones flying, but
the US polls say yes: who want this so much.
Who know what they do and also that
they want those inverted commas, George-
Bush-as-by-George-Orwell.            Is the US
need for war not 'a way to teach Americans
geography' as Bierce is often quoted, but
a greed for abstractions: for the abstract, rather,
not met by food or sex or fashion, by
any intimate geography but this? But then
the abstract is not the inverted commas,
either, and it is those they want: the quotes
which in two days will expire,
                                the world 
left gasping with winded logic, the new 
skulls on dresses in the marketplace, 
damp empty dusty shoes. Günter Grass called 
this a 'wanted war' and perhaps that desire 
accounts for the oddncss of feeling: the animal 
impossibility of communication. In a damp 
concrete corner in the market, one's self-sense 
crouches close, alert for friendly fire.





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EUGENE FIELD [19.934]

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Eugene Field

Eugene Field (2 septiembre 1850 a 4 noviembre 1895) fue un estadounidense escritor, más conocido por su poesía para niños y ensayos humorísticos. Era conocido como el "poeta de la infancia."

Nació en St. Louis, Missouri en 634 S. Broadway donde hoy su casa de la infancia está abierta al público como Eugene Field House y St. Louis Museo del Juguete. Después de la muerte de su madre en 1856, fue criado por un primo en Amherst, Massachusetts. 

El padre de Field, abogado, era famoso por su representación de Dred Scott, el esclavo que demandó por su libertad. 



Una nana de Eugene Field: Versión en castellano



Estatua de Wynken, Blynken y Nod en Washington Park. Fotografía de Matt Wright, 30 de marzo de 2006.

Hace cosa de un año encontré por casualidad en un diario inglés el poema (la nana, para ser más precisos) titulado Wynken, Blynken and Nod del escritor americano Eugene Field. Desde el primer momento me cautivó con su suave ritmo, y la adormecedora repetición de los nombres de los tres marineritos. Es una magnífica nana que juega con la imaginación del oyente para llevarlo a ese espacio y tiempo mágicos en el que sus ojos se cierran y el sueño les abre los ojos a la fantasía.

Llevaba tiempo trabajando en una traducción al castellano. Como suele ser habitual en la traducción de poesía, surgen en el proceso de transferencia lingüística tantos problemas que las soluciones que encontraba nunca me terminaban de satisfacer. Para empezar, los nombres de los tres marineros (el título inicial del poema era 'Dutch Lullaby', es decir, 'la nana holandesa') estaban fuera de lugar y perdían todo su sentido en una versión en otra lengua.

De manera que dejé aparcada la traducción durante unos cuantos meses, y recientemente la retomé con nuevo ímpetu. Opté por rebautizar a los tres niños del poema: Poncho, Soñoliento y Dormilón. Aunque he buscado de alguna manera incluir alguna insinuación de rima, he preferido no forzarlas, y dejar que el poema fluyera con la corriente de ese río de aguas centelleantes que lleva a Poncho, Soñoliento y Dormilón hasta el mar de los sueños.


Poncho, Soñoliento y Dormilón

Versión en castellano del poema de Eugene Field

Una noche, Poncho,
Soñoliento
y Dormilón
se embarcaron en un zapatito de madera.
Salvando las aguas de un río cristalino
arribaron a un mar lleno de rocío.
“¿A dónde vais? ¿Cuál es vuestro deseo?”
les preguntó a los tres la vieja Luna.
“A pescar arenques hemos venido,
los ricos peces de este mar tan bello.
¡Redes de oro y plata hemos traído!",
le respondieron Poncho,
Soñoliento
y Dormilón.

Rió la vieja Luna, y entonó su canción;
cabeceando en su zapatito de madera,
toda la noche el viento les impulsó,
enarbolando olas de puro rocío.
Eran las estrellas lindos pececillos
que vivían en aquel hermoso mar.
“Echad ya vuestras redes, allá donde queráis.
¡Ningún miedo les tenemos!”,
gritaron las estrellas a los tres marineros:
Poncho,
Soñoliento
y Dormilón.

Aquella noche atraparon en sus redes
mil estrellas de centelleante espuma.
Descendió del cielo el zapatito de madera,
y trajo a los marineros de vuelta a casa:
La travesía fue perfecta, si bien les pareció
que en verdad, nada les había sucedido.
Y hubo incluso quien pensó
que un sueño fue, que soñaron
que zarpaban por aquel hermoso mar.
Te diré yo pues el nombre de los tres marineros:
Poncho,
Soñoliento
y Dormilón.

Poncho y Soñoliento son tus dos ojitos,
Dormilón es tu cabecita,
y el zapatito de madera que cruzó los cielos
es ésta, la camita de mi muchachito.
Cierra pues los ojos, que Mamá te canta
canciones de hazañas asombrosas,
y podrás ver todas las cosas hermosas
mientras en este mar te acunas,
allí donde el mar meció a los tres marineritos:
Poncho,
Soñoliento
y Dormilón.

(c) De la traducción, J. Salavert, 2013.




Buttercup, Poppy, Forget-me-Not

Buttercup, Poppy, Forget-me-not---
These three bloomed in a garden spot;
And once, all merry with song and play,
A little one heard three voices say:
   "Shine and shadow, summer and spring,
      O thou child with the tangled hair
   And laughing eyes! we three shall bring
      Each an offering passing fair."
The little one did not understand,
But they bent and kissed the dimpled hand.

Buttercup gambolled all day long,
Sharing the little one's mirth and song;
Then, stealing along on misty gleams,
Poppy came bearing the sweetest dreams.
   Playing and dreaming---and that was all
      Till once a sleeper would not awake:
   Kissing the little face under the pall,
      We thought of the words the third flower spake;
And we found betimes in a hallowed spot
The solace and peace of Forget-me-not.

Buttercup shareth the joy of day,
Glinting with gold the hours of play;
Bringeth the Poppy sweet repose,
When the hands would fold and the eyes would close;
   And after it all---the play and the sleep
      Of a little life---what cometh then?
   To the hearts that ache and the eyes that weep
      A new flower bringeth God's peace again.
Each one serveth its tender lot---
Buttercup, Poppy, Forget-me-not.





At the Door

I thought myself, indeed, secure,
   So fast the door, so firm the lock;
But, lo! he toddling comes to lure
   My parent ear with timorous knock.

My heart were stone could it withstand
   The sweetness of my baby's plea,
That timorous, baby knocking and
   "Please let me in,---it's only me."

I threw aside the unfinished book,
   Regardless of its tempting charms,
And, opening wide the door, I took
   My laughing darling in my arms.

Who knows but in Eternity,
   I, like a truant child, shall wait
The glories of a life to be,
   Beyond the Heavenly Father's gate?

And will that Heavenly Father heed
   The truant's supplicating cry,
As at the outer door I plead,
   "'T is I, O Father! only I"?




Armenian Lullaby

If thou wilt shut thy drowsy eyes,
   My mulberry one, my golden sun!
The rose shall sing thee lullabies,
   My pretty cosset lambkin!
And thou shalt swing in an almond-tree,
With a flood of moonbeams rocking thee---
A silver boat in a golden sea,
   My velvet love, my nestling dove,
      My own pomegranate blossom!

The stork shall guard thee passing well
   All night, my sweet! my dimple-feet!
And bring thee myrrh and asphodel,
   My gentle rain-of-springtime!
And for thy slumbrous play shall twine
The diamond stars with an emerald vine
To trail in the waves of ruby wine,
   My myrtle bloom, my heart's perfume,
      My little chirping sparrow!

And when the morn wakes up to see
   My apple bright, my soul's delight!
The partridge shall come calling thee,
   My jar of milk-and-honey!
Yes, thou shalt know what mystery lies
In the amethyst deep of the curtained skies,
If thou wilt fold thy onyx eyes,
   You wakeful one, you naughty son,
      You cooing little turtle!




Ashes on the Slide

When Jim and Bill and I were boys a many years ago,
How gayly did we use to hail the coming of the snow!
Our sleds, fresh painted red and with their runners round and bright,
Seemed to respond right briskly to our clamor of delight
As we dragged them up the slippery road that climbed the rugged hill
Where perched the old frame meetin'-house, so solemn-like and still.

Ah, coasting in those days---those good old days---was fun indeed!
Sleds at that time I 'd have you know were paragons of speed!
And if the hill got bare in spots, as hills will do, why then
We 'd haul on ice and snow to patch those bald spots up again;
But, oh! with what sad certainty our spirits would subside
When Deacon Frisbee sprinkled ashes where we used to slide!

The deacon he would roll his eyes and gnash his toothless gums,
And clear his skinny throat, and twirl his saintly, bony thumbs,
And tell you: "When I wuz a boy, they taught me to eschew
The godless, ribald vanities which modern youth pursue!
The pathway that leads down to hell is slippery, straight, and wide;
And Satan lurks for prey where little boys are wont to slide!"

Now, he who ever in his life has been a little boy
Will not reprove me when he hears the language I employ
To stigmatize as wickedness the deacon's zealous spite
In interfering with the play wherein we found delight;
And so I say, with confidence, not unalloyed of pride:
"Gol durn the man who sprinkles ashes where the youngsters slide!"

But Deacon Frisbee long ago went to his lasting rest,
His money well invested in farm mortgages out West;
Bill, Jim, and I, no longer boys, have learned through years of strife
That the troubles of the little boy pursue the man through life;
That here and there along the course wherein we hoped to glide
Some envious hand has sprinkled ashes just to spoil our slide!

And that malicious, envious hand is not the deacon's now.
Grim, ruthless Fate, that evil sprite none other is than thou!
Riches and honors, peace and care come at thy beck and go;
The soul, elate with joy to-day, to-morrow writhes in woe;
And till a man has turned his face unto the wall and died,
He must expect to get his share of ashes on his slide!




Ballad of the Jelly-Cake

A little boy whose name was Tim
   Once ate some jelly-cake for tea---
Which cake did not agree with him,
   As by the sequel you shall see.
"My darling child," his mother said,
   "Pray do not eat that jelly-cake,
For, after you have gone to bed,
   I fear 't will make your stomach ache!"
But foolish little Tim demurred
Unto his mother's warning word.

That night, while all the household slept,
   Tim felt an awful pain, and then
From out the dark a nightmare leapt
   And stood upon his abdomen!
"I cannot breathe!" the infant cried---
   "Oh, Mrs. Nightmare, pity take!"
"There is no mercy," she replied,
   "For boys who feast on jelly-cake!"
And so, despite the moans of Tim,
The cruel nightmare went for him.

At first, she 'd tickle Timmy's toes
   Or roughly smite his baby cheek---
And now she 'd rudely tweak his nose
   And other petty vengeance wreak;
And then, with hobnails in her shoes
   And her two horrid eyes aflame,
The mare proceeded to amuse,
   Herself by prancing o'er his frame---
First to his throbbing brow, and then
Back to his little feet again.

At last, fantastic, wild, and weird,
   And clad in garments ghastly grim,
A scowling hoodoo band appeared
   And joined in worrying little Tim.
Each member of this hoodoo horde
   Surrounded Tim with fierce ado
And with long, cruel gimlets bored
   His aching system through and through,
And while they labored all night long
The nightmare neighed a dismal song.

Next morning, looking pale and wild,
   Poor little Tim emerged from bed---
"Good gracious! what can ail the child!"
   His agitated mother said.
"We live to learn," responded he,
   "And I have lived to learn to take
Plain bread and butter for my tea,
   And never, never, jelly-cake!
For when my hulk with pastry teems,
I must expect unpleasant dreams!"




Beard and Baby

I say, as one who never feared
   The wrath of a subscriber's bullet,
I pity him who has a beard
   But has no little girl to pull it!

When wife and I have finished tea,
   Our baby woos me with her prattle,
And, perching proudly on my knee,
   She gives my petted whiskers battle.

With both her hands she tugs away,
   While scolding at me kind o' spiteful;
You 'll not believe me when I say
   I find the torture quite delightful!

No other would presume, I ween,
   To trifle with this hirsute wonder,
Else would I rise in vengeful mien
   And rend his vandal frame asunder!

But when her baby fingers pull
   This glossy, sleek, and silky treasure,
My cup of happiness is full---
   I fairly glow with pride and pleasure!

And, sweeter still, through all the day
   I seem to hear her winsome prattle---
I seem to feel her hands at play,
   As though they gave me sportive battle.

Yes, heavenly music seems to steal
   Where thought of her forever lingers,
And round my heart I always feel
   The twining of her dimpled fingers!




Kissing Time

Tis when the lark goes soaring
   And the bee is at the bud,
When lightly dancing zephyrs
   Sing over field and flood;
When all sweet things in nature
   Seem joyfully achime---
'T is then I wake my darling,
   For it is kissing time!

Go, pretty lark, a-soaring,
   And suck your sweets, O bee;
Sing, O ye winds of summer,
   Your songs to mine and me;
For with your song and rapture
   Cometh the moment when
It 's half-past kissing time
   And time to kiss again!

So---so the days go fleeting
   Like golden fancies free,
And every day that cometh
   Is full of sweets for me;
And sweetest are those moments
   My darling comes to climb
Into my lap to mind me
   That it is kissing time.

Sometimes, maybe, he wanders
   A heedless, aimless way---
Sometimes, maybe, he loiters
   In pretty, prattling play;
But presently bethinks him
   And hastens to me then,
For it 's half-past kissing time
   And time to kiss again!






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MARÍA JULIANA VILLAFAÑE [19.935]

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MARÍA JULIANA VILLAFAÑE

María Juliana Villafañe, nació en Santurce, Puerto Rico. Es poeta, narradora, guionista, dramaturga y compositora de música popular. Ha publicado los poemarios Dimensiones en el amor (Ramallo Brothers Publications, Puerto Rico, 1992), galardonado en Nueva York con el Premio “Palma Julia de Burgos”, Entre Dimensiones (Editorial Isla Negra, Puerto Rico, 2002), el cuento juvenil Aurora y sus Viajes Intergalácticos (Planeta, 2003) y el poemario Volar Sin Alas (Ediciones Baquiana 2012).

El fenecido jazzista Jon Lucien incluyó sus letras en varios discos: Mother Nature´s Son (1992), Man From Paradise (1993), Endless is love (1997) y Jon Lucien by Request (2003).

Recibió el Primer Lugar con la letra de la canción “Vive Hoy” en el III Festival Iberoamericano de la canción de Puerto Rico y Argentina. Premio de Lírica Popular del Instituto de Puerto Rico en New York (1995).

Su nombre fue incluido, como parte de los escritores puertorriqueños que residen en los EE.UU., en la Enciclopedia del Español en Los Estados Unidos – Anuario del Instituto Cervantes (Editorial Santillana, 2008).

Sus poesías y textos han sido publicados en múltiples antologías y publicaciones colectivas en Argentina, España, Estados Unidos, México, Perú, Brasil, Puerto Rico y Venezuela. 


QUIERO VOLAR

Quiero volar al infinito
desde los nevados picachos
a través de las nubes
sentir la humedad en el rostro
cruzar vientos de tormenta aplacada
palpar el desafío de la naturaleza
que puede lanzarme a pedregales
vivir la libertad del cóndor
sobre un mundo que no necesita rescate.

Quiero volar al infinito
sentir que nada hace falta
con esa libertad de soledad
majestuosamente voluntaria
acompañada del grandor
que otorga la naturaleza.

Quiero alejarme de todos
olvidar lo cotidiano
urdir mi vuelo más lejano
dejar atrás la noción de que he amado
quiero volar y escuchar el silencio del vuelo
para olvidar
mientras vivo de los recuerdos.



ME PIENSA

Me piensa piedra dura, inquebrantable
me baña limo, resbala
me baña río, agua mutable
me abandona para vivir mares.

Me deja presa de arena
al final de su cauce
Me piensa piedra
y soy luz que se cuela en manantiales.

Me cree fuerte y soy fiera herida
en el valle que descansa
en el frescor de sus aguas
voluntarias

desniveles que me bañan.

Me piensa piedra
me piensa arraigada

¿Me piensa?



Caen las Hojas

Caen las hojas lentamente
Una se detiene a mis pies
La tomo en mi mano para guardarla
Recuerdo de un otoño en Madrid
Salimos de una tasca cualquiera de la ciudad
Risas, algarabía, burlerías
Amigos disfrutando la noche
Cruzábamos la calle casi con premura
Tenía que partir al otro día
Sobrevolar el mar para el regreso
Me despedí a la salida del metro
Con nostalgia presentida

Ya casi amanecía al acercarme
al hotel
Un camión se detuvo delante
Dos puertas enormes se abrieron 
Asustada me detuve
Un presagio fuerte inundó mi alma
Presentí que algo no andaba bien
Entonces las vi
Las bajaban del camión una a una
Mujeres a las que les colocaban en brazos
Niños inertes que no protestaban

Niños que no lloraban
Muñecos enajenados, narcotizados
Parecía un acto normal
Comienzo de una nueva jornada
Ante mis ojos pasaban 
Mendigos silentes, indefensos

Yo, imantada a la pared de un edificio
Impotente, asustada 
Sintiendo la luz del nuevo día
Iluminar la escena
Cubierta por una sombra
Tinieblas que a la luz del día 
Causan 
Mi rubor infinito

Siguen cayendo las hojas!



Condena

Tenía todo listo
para embrujarle, hacer 
que me amara más
cada dia
el lápiz rojo de madera,
la vela rosa
aquellas más pequeñas azul y verde
su fotografía
y aquel objeto que dejó atrás
o tal vez olvidase
tenía las tres rosas blancas
todo el conjuro para atraparle
en esa habitación de una sola puerta
con una ventana a la luz de la luna
tal vez importaba su fase
era la media noche de un viernes impar
complementé todo con un perfume aromático
sólo
para condenarme!


QUEBRADA MUJER

Yo, quebrada 
riachuelo que se pierde en medio de la montaña
escondida bajo el follaje, entre alimañas y piedras
esperaba llegara, quien mi corriente disfrutara

Te acercaste tú, hombre solitario
te posaste a mi orilla
tus manos acariciaban mi costado 
yo enmudecida, no permití que mis aguas crecieran
y olvidaras que en ese rincón de selva
existía, plácida, dormida

Siempre, a la misma hora sentado a mi orilla 
escuchaba el latido interno
el lamento sordo de mirada perdida 
en mis aguas estancadas
rostro de nombre secreto 
despertabas mis claros de luna
deseaba penetráras mis aguas 
para lamerte el cuerpo, con mi corriente cristalina
pero te marchabas y quedaba sumida 

Un día tú, hombre tímido, te desnudabas
se agitaron mis aguas cuando penetrabas mi mundo
y crecí bravía deseando ser río
te arrastré en mi corriente sintiéndote nadar mis adentros
me moldeaban tus manos, respirabas por mis poros
y sólo aquel paraje del bosque conoció 
como las aguas de una quebrada
se convierten en río y se desbordan.


Silueta

Miro la foto en la mesa
mi silueta cincelada
en una piedra
sueño
Machu Pichu detrás
lleno de antigüedad
medito
respiro hondo
y veo tus ojos
mirándome
a través del lente
de la cámara
lloro
no estás.



Damas de la noche

Trascendida por la realidad
hoy, Madrid me sabe a lágrima
imantada en el dolor
cae la tarde
desde mi ventana del Meliá
veo aparecer
las damas de la noche
tristes
sonreídas
tiritando de frío
proyectando vuelos imaginarios
yo, una sombra en el encuadrado
de una ventana entre mil
testimoniando
su falsa verdad.



TU AUSENCIA

Las imágenes de tu ser
me iluminan
irrumpen mis espacios
te presiento cerca

               obsesión de tenerte
cuando estás lejos.

En esta noche en que te pienso

se hace nuevo el lenguaje
aprendido en tu piel

invento nuevas maneras
de amar
                con fuerza incontenible

tu recuerdo excita mi ansiedad
para albergar tu ausencia.


Entre dimensiones. San Juan, Puerto Rico: Isla Negra Editores, 2002. 80 p. Prólogo de Francisco Matos Paoli. 


Fin o comienzo

Ese cristal 
encuadrado de negro
como si vertiera luto
sigue adornando
los espacios
vacíos
de mi estancia

En él descansa
la figura de ese ser etéreo
que puebla mi existencia
ahí están los colores
que faltan
ahí está tu imagen
perdida en el comienzo
del fin



Latido interno

La ventana del interior se abre
me asomo y veo
lo que deseo ver
una voz se levanta y advierte
que es una insensatez
escuchar el latido interno
miro y veo la felicidad
construída en ese mundo en que a escondidas
se advierte la soledad del pasado
siento el privilegio del futuro imediato
comienzo a meditar
se cierra la ventana.



Volar sin alas.  Miami, Fl.: Ediciones Baquiana, 2012.  106 p.  ISBN 978-2-93664707-1 


JUEGO DE CUARTOS

Desde mi ventana veo la luz
todavía encendida en el otro cuarto

le imagino
sentado frente a su caja de palabras

yo
          leyendo un libro
                              somos tan iguales
mi alma ya no aferra a su amor
          se desgarra
                              por el desasosiego
de dejar ir
          a un ser que se ama
vivirá otra ilusión
                      otro amor
tendrá hijos
                      será feliz

yo
          un ser en su vida
que ve
            como los años
deforman su sombra.



AÚN RESPIRO                                               

                      En memoria a los compañeros del 
                      vuelo AF447.


Salí al pasillo de aquel cuarto pequeño 
de cuatro literas
choqué con cuerpos inertes

un niño flotaba en el techo
quise alcanzarle
toqué su manita fría
un temblor convulso me arropó.

¿Que hacía yo allí 
         en aquel avión que 
navegaba lo profundo del mar?

¿Será que me miré cara a cara con la muerte 
y vi su reflejo?

Desperté
era una escena tan real 
como la de una de las mejores proyecciones fílmicas
yo viva 
construyendo sueños fantasiosos
Con la realidad.

¿Que busco?
            ¿A dónde voy?

Tal vez la respuesta está en el hoy
en este sublime momento 
donde agradezco
que aún respiro.



MILAGROS INEXPLICABLES

Te veo en la distancia
como en escena cinematográfica
tu respiración cerca
en este pensamiento 
que no logra apartarme de ti
veo tu sonrisa
la de siempre
profundos ojos hablan 
de vivencias 
amortiguadas por el tiempo
vida plena
experiencias que hago mías
el amor a la tierra que haces tuyo
aire desde el norte sopla
con visos de brisa fresca.

Vivo esa vida que no compartí
Como adivina que se cuela en el ser
el latir de tu cuerpo
corazón desbocado
para amar intensamente.

Siento, como la mujer que te recibe
arrastrándome a tu mundo de placer desconocido
despierto a la vida que me privó tenerte
esclavizándome 
a buscarte en cada cuerpo
en que me perdí
sabiéndote más allá de la vida
acrecentando la espera 
en mi mundo interior
sueños inventados
hambrienta al saber
que aquella mi emoción de niña-mujer 
despertó
con aquel primer beso de amor
que no trascendió.

Percepciones sensoriales
se expanden por todas las edades 
latidos de vida
milagros inexplicables
estar para siempre en el centro de la llama.



EN VIENTRE AJENO

El micrófono en la habitación
emite el sonido campanario
el martilleo constante de la máquina que alimenta
los últimos aires que respira
El padre se desprende lentamente

Desde muy joven no dormía en esa casa
tan extraña y a la vez tan familiar
Cada golpe de ruido en esa otra habitación
despierta el presagio de una vida que se apaga
el padre ya no abre los ojos
No te mira
pero sabes que te escucha
y te silencias para escucharle también
pides, rezas para que se apiade quien sea
que esté a cargo de ese menester
y le acompañas a despertar en otros parajes
mas nobles que éstos que hoy deja
El padre ya dijo que te amaba
se despidió, rogó le llevaran

Hoy en el silencio sepulcral que no se escucha
por los sonidos de la máquina
la hija y el padre 
se dicen tantas cosas
así como cuando él le hablaba estando
en el vientre de la madre

El padre ahora es niño en otro vientre
querido por siempre.



CIEGA

Me he mirado a través de sus ojos
soy una mujer orientada
casi loca
que intenta contagiar su locura
soy una ajustada
que habla con las estrellas
comunica con los astros
a la que visitan entes
de otros universos
me miré a través de sus ojos
y sólo vi
unos ojos terriblemente
ciegos




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MARTÍN LÓPEZ CORREDOIRA [19.936]

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Martín López Corredoira

Nacido en Lugo el 8-12-1970, Ldo. en Cc. Físicas (Complutense de Madrid, 1993), Dr. en Cc. Físicas (La Laguna, Tenerife, 1997), Dr. en Filosofía (Sevilla, 2003). Lugares de trabajo como investigador en astrofísica: LAEFF-INTA (Villafranca del Castillo, Madrid, 1992-1994), Instituto de Astrofísica de Canarias (1994-2001, 2005-2010; investigador titular 2011- ), Astronomisches Institut der Universitaet Basel (Basilea, Suiza, 2001-2003). Autor de más de 70 artículos en revistas científicas internacionales con árbitro; editor conjuntamente con el Dr. Carlos Castro Perelman del libro "Against the Tide. A Critical Review by Scientist of How Physics and Astronomy Get Done" (2008). Autor de diversos artículos de Filosofía y de los libros (ensayos) "Diálogos entre razón y sentimiento" (1997), "Somos fragmentos de Naturaleza arrastrados por sus leyes" (2005), "The Twilight of the Scientific Age" (2013), "Voluntad. La fuerza heroica que arrastra la vida" (2015). Co-autor conjutamente con el Dr. Francisco J. Soler Gil del libro "¿Dios o la materia? Un debate sobre cosmología, ciencia y religión" (2008). Premio Platero-2002 de Poesía concedido por el "Club del libro en Español"-Naciones Unidas (Ginebra, Suiza). Mención especial en el "XV Certamen Literario Universidad de Sevilla" (2009), modalidad de teatro, por la obra de teatro en verso de tintes filosóficos "El sinsentido de la vida" (publicada en 2010). 

Correo electrónico: martinlc@iac.es


COPLAS A SU MUERTE
de Martín López Corredoira

(Premio "Platero 2002" de las Naciones Unidas-Ginebra, Suiza)

I

Fúnebre marcha en silencio,
ritmo dactílico suena
con tristeza,
canto a su muerte presencio,
noble y solemne la pena
con grandeza

     
II

Allende ventana os veo,
las gotas de lluvia empañan
los cristales;
vives en mí, en deseo,
nubes grisáceas que bañan
lacrimales.

     
III

Bajan las aguas muy frías,
frescas mañanas alpinas
de arroyuelo;
¿son frialdad tus agonías?,
¿son tus lágrimas de espinas
puro hielo?

     
IV

Abatamos nuestro ego,
ya se fue la bien amada.
Quedo solo,
perdido, sin vida, ciego,
el vasto Universo es nada,
frío polo.

     
V

Aguarda a tu enamorado,
espérame en tu aposento,
punto oscuro;
pronto estaré yo a tu lado,
polvo seré, no te miento,
es seguro.

     
VI

Errante vas al destino
por frías sendas de viaje
en invierno.
Errante sigues camino,
de blanco helado paisaje,
a lo eterno.

     
VII

Cae el cielo de tormenta,
torna en gris tornasolado
los colores
del verde valle que alienta,
oscuro rasgo es trazado
en sus flores.

     
VIII

Escarcha en frías heladas,
dolor que todo lo cura,
¡triste, triste!
Quedan las flores hastiadas,
queda marchita amargura
que trajiste.

     
IX

¡Mira ese tronco vetusto!,
árboles fuertes se estrujan
desgarrados;
también el hombre es adusto
si a llama o muerte se empujan
los hastiados.

     
X

Mustio rescoldo en candela,
vida en el último leño
consumido;
lenta se acaba novela,
fuego en el último sueño
ya perdido.

     
XI

Muriendo solos vivimos,
la noche aguarda del día
desencanto.
Viviendo solos morimos,
ya nadie escucha agonía
de tu llanto.

     
XII

Conato en seres mortales:
vivir tal agua en molino,
¡fatum, fatum!;
gira y camina andurriales,
calla si envía el destino
su ultimátum.

     
XIII

Sórdidos pasos se allegan,
golpes lejanos compelen
que despierte.
Pisa y mis ojos se ciegan,
pisa y mis tímpanos duelen,
¡muerte, muerte!

     
XIV

Sigues tu viaje de invierno:
pisas la gélida nieve,
sientes frío;
caminas hacia lo eterno,
expira vida, ¡qué breve!,
en vacío.

     
XV

Gotas derrama este río,
río que al mar infinito
desemboca;
lágrimas, sudor de estío,
sangre luchadora, grito
de tu boca.

     
XVI

Después de un corto camino
llegamos ya a la posada
del descanso.
Éste era nuestro destino:
alto en trayecto, parada
o remanso.

     
XVII

Ya no se queja el molino,
campo de trigo es ya yermo,
¡cesa rueda!;
llega por fin al destino,
queda con paz el enfermo,
muerto queda.

     
XVIII

Lejos barca llevas alma,
más allá del horizonte,
¡rema, rema!;
largo camino de calma,
dulce mirada Caronte,
dulce poema.

     
XIX

Lleva tus pies al abismo,
hunde tu espíritu asceta
en infierno,
hallarás el nihilismo,
gozarás cielo, profeta,
de lo eterno.

     
XX

Muere, se apaga tu fuego,
alma, que huye a la vida,
ermitaña;
lejos del mundo, sin ego,
sola se queda escondida
en montaña.

     
XXI

Yace el Sol con la sonrisa,
dulce ocaso de poniente,
bendecida,
atardece en roja brisa,
bajo el mar se fue silente
luz y vida.

     
XXII

Dichoso quien va y no vuelve,
aquél ya no siente el lloro
de miseria
que el mundo mortal envuelve,
ni escucha al histrión sonoro
de esta feria.

     
XXIII

Bello es el ser: superarse,
lucha por altas esferas
de uno mismo.
Bello es no ser: apagarse,
corres allende barreras
del abismo.

     
XXIV

Apaga, feliz, tu lloro
si el Sol ya no muestra bellas
de flor alas;
lágrimas nublan el oro,
brillo nocturno de estrellas
con sus galas.

     
XXV

Celebra el cosmos las muertes:
estrellas novas dan fuego
y explosiones,
crujidos, bramidos fuertes,
de esferas celestes juego
de pulsiones.

     
XXVI

Ni los reyes poseyeron
como tú naturaleza,
alma errante,
ni al reino suyo se unieron,
tras muerte queda belleza
con su amante.

     
XXVII

Letras han ya retratado
de alma paisajes floridos:
vida interna;
tu espíritu dispersado
penetra por los sentidos:
vida externa.

     
XXVIII

El bosque será tu casa,
albergue de tu alma errante
de fantasma
que el cuerpo vivo traspasa
en ser natura reinante
del gran plasma.

     
XXIX

Metamorfosis, gusano,
transformará en mariposa
a tu muerte.
También tú, ¡oh!, ser humano,
dejarás que tu alma en rosa
se despierte.

     
XXX

Árbol reposa en tu luto,
crece con alma dormida
que se pierde,
rico y jugoso es el fruto
brote de rama florida
entre el verde.

     
XXXI

Polvo de seres terrestres,
polvo de estrellas, cenizas
de la lumbre,
brotan las flores silvestres,
salen de tierras rojizas
a la cumbre.

     
XXXII

Del campo de funerales,
del campo son las espigas
en cultivos,
de ellas saldrán cereales
pan que alimentan sus migas
a los vivos.

     
XXXIII

No se fue para dejarte
sino siempre estar contigo,
¿lo comprendes?
Ha de morir para amarte,
ser en natura tu abrigo,
¿ya lo entiendes?

     
XXXIV

Te vas sin haberte ido,
tu huella estará presente
a mi lado;
corazón no te he perdido,
estarás eternamente
con tu amado.

     
XXXV

No es necesario visite
templo de tu sepultura,
ello es vano;
o es mi pecho tu escondite
o hallo tu alma en la espesura
de lo arcano.

     
XXXVI

Queda ya el cielo azulado,
bella te marchas poetisa
a tu lecho.
Ya queda el cielo colmado,
azul lo deja sonrisa
de tu pecho.

     
XXXVII

Baja el arroyo cantando,
canta feliz entre peñas,
salto en salto;
¿qué le has estado contando?,
¿qué bellos cantos le enseñas
desde lo alto?

     
XXXVIII

Cantan en los bosques aves,
tiernas melodías cantan
en tu ausencia.
Tu voz en trémolos suaves,
susurros del aire suplantan
tu presencia.

     
XXXIX

Ella se fue en primavera,
campos emanan olores
de su muerte;
primavera donde fuera
volverá y saldrán las flores
por su suerte.

     
XL      

Duérmete ya, niña mía,
cae corazón en el canto
del que emana
sueño eterno, noche y día,
paz continua, fin sin llanto,
¡dulce nana!

    
XLI

Gloria cantemos al cielo,
ábranse todas sus puertas,
¡aleluya!
Se funde de un alma el hielo,
al cosmos sus gotas muertas,
¡dicha suya!

     
XLII (final)

Idealizada fue vida
como cantada es la muerte
de la Idea.
Canto al fin de la querida,
fin de coplas a la inerte
dulcinea.


"SOMOS FRAGMENTOS DE NATURALEZA ARRASTRADOS POR SUS LEYES" (2005, cap. X, Secc. 8)

Creado el cielo y las estrellas, creadas las bestias y de entre aquéllas la más temible—homo sapiens sapiens—, ha de dotarse al cosmos del orden que lo sujete, de leyes que lo gobiernen. El geniecillo juguetón ya tiene su pequeño teatro y sus muñecos de trapo, ¿qué le faltan sino los hilos con los que hacer danzar las marionetas? ¡Oh, fatum!

La oscura escena del inmenso vacío es de luces y sombras repleta en astros fríos e incandescentes. Orbitan planetas en su danza alrededor del fuego estelar, danzan miríadas de estrellas en torno a la hoguera del centro galáctico. Nacen del gas y del polvo y en polvo y gas mueren entre hundimientos y eclosiones, entre colores estivales y tinieblas invernales. Movimiento hay en el escenario en virtud del guión representado por la materia. ¿Quién desea su devenir, quién baila al son de “Harmonia Mundi”? ¡Oh, fatum!

Como en una tormenta, el trueno y el rayo, Señores altivos del bosque sombrío, dominan desde lo alto, y el viento y la lluvia impelen al refugio. Criaturas pequeñas, hormiguitas desde las alturas, corren, sí, corren despavoridas, huyen de la tempestad que baja de las montañas. Fuerte el temor acelera sus corazones, gobierna sus voluntades, y arrastra lejos del dolor. Como en una tormenta, ¡oh, fatum!

Pesadumbre, tormento, carga Atlas con el mundo, condenado a soportar su peso. Lleva cada cual su cruz, su destino grabado en sangre, en pasión. Pasiones arrastra la vida, que no razones. El temblor del cosmos, Voluntad, agita nuestras conciencias, nuestro querer, y nos condena a sufrir el sin sentido de las sinrazones. Deseo vago, incierto, querer que no se extingue hasta la extenuación, cada pequeño dios cae con su vida, dobla la columna hundido en su lastre. Doblega el anciano ánima por el camino que lo ha consumido en dura faena. Alza el joven intrépido su pecho contra su sino, mas de nada sirve la lucha, pues siempre tú has de ganar ¡oh, fatum!

Oscuro señor cuyo nombre temen, sombra de las tinieblas, tuyo es el mal en este infierno. Ahh... pero esplendor en los mundos alzas, son tus intenciones puras y transparentes, blanca luz mana de tus formas en nombre de la bondad del cielo. Gigante, coloso de fuertes pies, todos somos tus hijos devorados. Tú caminas y el mundo y la historia avanzan contigo. También tú eres errante vagabundo en la noche, también se pierde tu mirada en el horizonte sin fin. ¿Adónde nos llevas, oh, fatum?

Nada está escrito, la sabiduría se improvisa. No hay oráculo que dé certeza a la incertidumbre en los cuantos de tu acción. Desde el principio de los tiempos se halla la materia en turbulenta revolución, en caos frenético que desconoce su fin. La novela del cosmos se crea a cada momento, hay un pasado cierto pero no un futuro cierto. Escribe el artista inspirado, delinea los contornos al tiempo que los observa. Nuevas notas en el pentagrama llenan el tejido armónico. Escribe inspirado por las musas de la fortuna, la obra se representa al tiempo que se crea. Crea, crea, ¡oh, fatum!

Irrevocables caen tus órdenes como una sombra que desde la lejanía se aproxima. Como la noche sigue al día, como el ocaso proyecta largos halos oscuros hasta el horizonte, ¡sombra! , llegas tú desde la eternidad hasta nuestros cuerpos, dando vida, amanecer del bosque dormido, impulso a savia y sangre de plantas y animales, aguas subterráneas y manantiales de superficie fluyen a un ritmo: fatum.

Los enfermos lloran por tus designios, de los dementes culpan a tu sinrazón. A los adictos llaman de voluntad arrebatada, y a los amantes locos en la pasión engendrada. ¡Ay! , ¿mas no somos todos enfermos de adicciones, dementes en las pasiones de nuestros amores? Tuyos los designios, tuya la sinrazón, voluntad arrebatada por la pasión. Mismidad del Ser: fatum.

Los imperios nacen y perecen, la historia avanza para su gloria y su perdición. En mal momento tal cual presente, caminan los pueblos hacia su destrucción, conscientes de su decadencia, sin poder detener su caída, atracción fatal. En tiempos de luz florecen los jardines de palacio, embelleciendo las piedras de la civilización. Designios del fatum.

Veo un florecer en el cosmos, fatum es naturaleza, savia que riega cada rama, cada hoja. Veo un florecer, y el Universo se hizo sueño del orden, vivencia de la razón, luz en la oscuridad, sabiduría en sí misma. Se crearon los cielos y la tierra, las plantas y las bestias, y un mono desnudo se alzó entre éstas, levantó la vista al infinito y lloró enternecido por la feliz idea, pues vio que aquello era bueno, era bello. Hágase en mí tu fuego—dijo—, y la ciencia del hombre penetró los fuegos fatuos de hasta las galaxias más lejanas. Y el hombre quiso ser naturaleza, quiso ser sabio como ella, mas aquélla contestó: todo en mí es lucha, y no alcanzaréis vosotros la verdad sino en sufrimientos; todo en mí es amor, y no seréis dignos de mi abrazo caluroso si no amáis como yo lo hago: amor fati.

Al fin, seres humanos, alcanzaréis la inmortalidad anhelada, os despojaréis de vuestras vestiduras y será el cosmos vuestra nueva piel. Fundidos a la eternidad, ligados a la incertidumbre del azar y las certezas de lo necesario, naturaleza es nuestra alma, siempre y en todo lugar, por los siglos de los siglos en la inmensidad. Amamos nuestro destino y nuestro destino nos ama. Siervos seremos amos, pequeños seremos grandes. Los últimos serán como los primeros, pues todo es un juego de la materia y todos participamos por igual. Fraternidad con el hermano cielo y la hermana tierra. Una sola familia unida por el amor fati.

Cae la lluvia mustia sobre el lago, se enrojece el viejo árbol y el gris del cielo canta la llegada del otoño. No estés triste, flor, pues retornarán las luces de los pétalos y el verdor de la primavera. Todo va, todo viene, todo gira en un eterno retorno del destino. Aciago devenir parécele al hombre su muerte, hojas que caen, mas el viejo árbol vive, y si éste yace, el bosque pervive, y si éste desaparece... ¡ah! , confiad en la sabia naturaleza: otras luces brillarán bulliciosas y cantarán el himno “Amor fati”.

Las aguas frescas del manantial fluyen, fluyen... entre escollos y socavones, caen por la ladera desde las altas cumbres. Libres discurren en su destino marcado reflejando el tintinear de las estrellas en la noche y hundiéndose en la luz del día, cayendo grávidas a su océano. En los mares la embarcación sin rumbo, sin timón. Gobierna el azar de las olas y el viento la dirección del viejo casco de madera. Perdido en el infinito, en busca de la playa a que poder arribar. Perdido en nuestros sueños, buscamos nuestro paraíso lejano: las arenas doradas bajo el Sol y las palmeras. Sedientos y rodeados de agua, inmersos en el tiempo y ansiosos de que llegue el momento de hundirnos para siempre en tu corazón, amor fati.

En los remansos de tus brazos, amada inmortal, en la paz de tu silencio, fluye el río de la vida, canto dulce y sosegado. Nada importa, nada va más allá de tus designios; indiferencia total y absoluta. A la naturaleza, sin emoción, brinda el anhelo humano el sentimiento trágico de la existencia, mas dulce, amada mía, dulce es la vida como la mar en calma tras un día de tormenta. Olas que llegan bramando desde la lejanía y dejan su murmullo apagándose al irse. Cenizas en el otoño, hojas amarillentas, cartas al amor perdido: fatum que nunca su meta alcanza, el Ser prosigue su marcha. Caballo que trota sin descanso hasta morir; fuerte el corazón terrestre de quien cansado sigue caminando, perdido sigue buscando, y sin libre albedrío sigue queriendo.

Escrito está en las estrellas—decían los antiguos. No, escritas llevamos las estrellas en el alma, y sus luces y sus sombras alimentan la vorágine del fatum que nos arrastra. Así sea.



EL SINSENTIDO DE LA VIDA

Martín López Corredoira

         
PROEMIO

Desde tiempos inmemoriales, el teatro ha tenido una función moralizadora, y la fuerza de sus declamaciones en las conciencias de sus personajes, o en aquellos coros griegos que extraían enseñanzas de los sucesos en la escena, hizo vivos unos discursos que en los tratados de filosofía sólo eran letras sobre papel. Hoy los tiempos son otros pero los seres humanos son los mismos. Nos llegan todavía del pasado discursos cuya temática es tan vigente hoy como cuando se crearon, porque contienen verdades sobre el ser humano que van más allá de las circunstancias históricas y culturales de una época. No obstante, algunos de los temas morales de algunas obras clásicas—Dios o los dioses, el honor, la honra, etc.—han quedado un tanto caducos en la actualidad, por lo que no nos sentimos identificados con los destinatarios de esas fuerzas declamatorias, y pensamos que el discurso de estos tiempos es otro.
            
“El sinsentido de la vida” es a la vez una obra de nuestro tiempo, caracterizado por una crisis de valores morales, y una reflexión filosófica intempestiva que muestra el drama del hombre que piensa sobre su existencia. Quiere romper con el pasado superando sus valores morales clásicos, o incluso romper con el presente a través de la transgresión de algunos valores residuales modernos—el amor, la democracia, la justicia, etc.—y, sin embargo, usa las formas de un pasado imperecedero: verso con formas métricas clásicas, alegorías, ciertas sentencias que pueden recordar a las viejas parcas de la antigua Grecia, y otros elementos. Declamación moral a la antigua usanza, pero situada en los presentes valores y patrones de conducta. Teatro de exhortaciones morales en una época de amoralidad. Hay algo viejo y algo nuevo en todo lo humano, en todo lo vivo, y el teatro, tan vivo como siempre, sigue ofreciendo amplias posibilidades para expresar el sentir y pensar humanos en cualquier época. Eso al menos he tratado de mostrar con la creación de esta obra.

            PERSONAJES:
           
EDUARDO, protagonista humano principal, hombre de unos 50 años
DIOS MANUEL, deidad masculina de barba y túnica blancas
ADOLFO, viejo amigo de Eduardo
ANA, prometida/esposa de Adolfo, mujer de unos 30 años
ALEGORÍA FATALIDAD, representación de las fuerzas ciegas del Universo,     interpretada por una mujer con aspecto de mujer-fatal
ALEGORÍA POESÍA, representación de la sensibilidad, interpretada por una mujer muy joven o adolescente
DIOS PEDRO, deidad masculina de barba y túnica blancas
ALEGORÍA SABIDURÍA, representación del saber, interpretada por una mujer madura
GRAN DIOSA NATURALEZA, suprema deidad femenina
DIOS FRANCISCO, deidad masculina de barba y túnica blancas
DIOS JOSÉ, deidad masculina de barba y túnica blancas
ANTONIO, antiguo colega de Eduardo en la Universidad

            ACTO PRIMERO
                              
            Descansando tras la creación

            Personajes: dios Manuel, dios Pedro, Fatalidad, Sabiduría, Poesía, dios Francisco, dios José, Eduardo
           
            ESCENA I: dios José, dios Pedro, dios Francisco, dios Manuel
            Estamos en un supuesto cielo. El decorado de fondo lo componen estrellas y galaxias sobre negro—quizá alguna imagen del telescopio espacial Hubble amplificada; en el centro del escenario una mesa y cuatro sillas, sobre las que están sentados los cuatro dioses. Ambiente de taberna. La mesa se utiliza para jugar a las cartas—al juego del “tute” a cuatro, sin parejas; en el tute, cada jugador sostiene ocho cartas—; algún dios fumando un puro, botellas de alguna bebida alcohólica, vasos, etc. Hablan mientras tiran las cartas.

DIOS JOSÉ                 ¡Arrastro!
DIOS PEDRO                             ¿Ya?
DIOS FRANCISCO     (Mientras hace el movimiento de cartas correspondiente a la jugada.)
                                                           Tiene suerte.
DIOS MANUEL         Pues sí, a lo que se ve
                                   vuelve a ganar dios José.
DIOS PEDRO             No creo que en tal acierte
                                   porque aquí me traigo yo                                  5         
                                   (Mostrando el par de cartas: caballo y rey de espadas.)
                                   otras cuarenta en espadas.
DIOS FRANCISCO     No se anda con bobadas.
DIOS JOSÉ                 Pues bien que se equivocó
                                   quien dijo que ganaría,
                                   que no hago tantos puntos                    10       
                                   con todos mis triunfos juntos.
DIOS MANUEL         ¿Y el tres?
DIOS JOSÉ                                  Bien que lo querría.
DIOS MANUEL         Pues aún queda partida.
DIOS PEDRO             (Tirando el tres de espadas después de que los otros hubiesen tirado sus cartas, y llevándose las cuatro cartas con ello.)
                                    Aquí tengo el tres, señores.
DIOS FRANCISCO     ¡Bah!, ya somos perdedores.                  15
DIOS MANUEL         Sí, otra mano perdida...
DIOS PEDRO             (Mostrando el par de caballo y rey de bastos.)
                                   Veinte en bastos.
DIOS FRANCISCO                               ¡Qué egoísmo!
DIOS JOSÉ                 Ya estoy por darle mi as.
DIOS PEDRO             ¿Para que quiero yo más?
                                   Ya gano.
DIOS JOSÉ                                Por eso mismo.                     20
DIOS PEDRO             No me lloren en exceso.
DIOS JOSÉ                 (Cogiendo las cuatro últimas cartas con su as.)
                                   Diez por últimas al menos.
                                   Algo es algo.
DIOS FRANCISCO                         Sí, son buenos,
                                   que yo no pillo ni eso.
DIOS JOSÉ                 Partida ya terminada.                             25
                                   No hace falta que se cuente,
                                   dios Pedro, que es evidente
                                   que la tiene bien ganada.
                                   ¿Quién da ahora?
DIOS MANUEL                                    A mí me toca.
                                   (Y comienza a barajar y seguidamente a repartir cartas.)
(Siguen jugando a las cartas en todo lo que resta del acto, con movimientos que se corresponden a sus palabras sobre el juego; cuando terminan una mano comienzan otra; y mientras juegan, hablan de varios otros temas:)
DIOS FRANCISCO     Y díganos, dios Manuel,                                   30
                                   ¿cómo va el asunto aquél?...
                                   ...los cúmulos...
DIOS MANUEL                                 Cosa poca
                                   dejan las leyes hacer.
                                   Declararon zona negra
                                   mis espacios.
DIOS FRANCISCO                         ¿No se alegra?                 35
                                   El silencio es un placer.
DIOS MANUEL         Sí, mas yo soy constructor.
DIOS JOSÉ                 Tal no pasaba en la edad
                                   de cuántica gravedad,
                                    que podía un creador                            40
                                   crear hasta de la nada.
DIOS PEDRO             Pues a mí no me va mal
                                   desde que al mundo animal
                                   me dedico.
DIOS MANUEL         (Tirando una carta de espadas.)
                                                     Y otra espada...
                                    Yo siempre me he dedicado                  45
                                   a obras monumentales:
                                   cúmulos de tallas tales
                                   que asombran al más versado,
                                   con galaxias a millares,
                                   e incluso he hecho complejos                50
                                   de hipercúmulos que lejos
                                   llevan sus iluminares.
DIOS JOSÉ                 (Enseñando el par de cartas.)
                                   Veinte en copas.
DIOS PEDRO             (Aparte.)              ¡Bien me reta!
                                   Grande es también el ser vivo
                                   cuya existencia concibo,                        55
                                   grande aun en un planeta.
                                   La vida es algo muy bello
                                   y su gran complejidad
                                   harto supera, en verdad,
                                    a la que existe en aquello                                   60
                                   de dimensiones gigantes.
DIOS FRANCISCO     ¿Y ha poblado muchos mundos?
DIOS PEDRO             Sólo los astros fecundos
                                   que den a sus habitantes
                                    lo que requiere la vida;                           65
                                   y pocos planetas son
                                   porque la legislación
                                   pide para dar cabida
                                   a objeto tan especial
                                   demasiados requisitos.                          70
DIOS MANUEL         (Mostrando el par de cartas.)
                                   ¡Ah!, veinte en oros, ¡benditos!
DIOS FRANCISCO     Tal es la ley natural.
                                   Yo, como legislador,
                                   veo bien la restricción
                                    que acote la construcción                      75
                                   de seres de este tenor.
DIOS JOSÉ                 Dios Francisco, a usted le toca.
DIOS FRANCISCO     (Tira su carta.)
                                   ¡Ah, sí!
DIOS JOSÉ                             Pues como decía,
                                   yo mejor me quedaría
                                   en los eones de poca                            80
                                   o ninguna restricción
                                   para dar forma al Querer
                                   de un cosmos que busca el Ser.
DIOS FRANCISCO     Mas en toda creación
                                    debiera existir un orden                        85
                                   para que cosmos tal sea.
DIOS JOSÉ                 ¿Y el caos?
DIOS FRANCISCO                       ¡Vaya una idea!
                                   De caos no se desborden
                                   nuestros espacios.
DIOS MANUEL                                     Bien dicho.
DIOS FRANCISCO     Leyes físicas creamos                            90
                                   para ser del cosmos amos,
                                   que no es ningún capricho.
DIOS PEDRO             No es capricho, que con tales
                                   se construye hasta la vida,
                                    pues la ley es requerida                          95
                                   para crear animales,
                                   o vegetales o rocas.
DIOS JOSÉ                 (Jugada.)
                                   ¡Arrastro!
DIOS FRANCISCO                    Fatal arrastre,
                                   ley natural.
DIOS MANUEL                          ¡Qué desastre!
                                   Vuelvo a perder.
DIOS PEDRO                                      Cartas locas,               100
                                   pierdo esta vez yo también.
DIOS JOSÉ                 Pues sí,... yo voy a ganar.
DIOS FRANCISCO     A veces el loco azar
                                   en las cartas es un bien,
                                   pero no en el Universo.                        105
DIOS PEDRO             Mas dice bien dios José,
                                   que el caos rompe el corsé
                                   en que cada ser inmerso
                                   vive.
DIOS JOSÉ                         Artístico reflejo
                                   de un cosmos de fuego abstracto                      110
                                   que rehuye todo pacto
                                   si no es con lo complejo.
DIOS PEDRO             Cierto es que complicados
                                   son los destinos de seres
                                   con caóticos quereres.                           115
DIOS FRANCISCO     Los designios de los hados,
                                   que a nuestro servicio están,
                                   mueven toda criatura;
                                   de los dioses es ventura
                                   cada salto o ademán,                            120
                                   aunque sean aleatorios.
                                   Azar y necesidad,
                                   simpleza y complejidad,
                                   unos meros envoltorios
                                   de la Voluntad divina,                           125
                                   de Voluntad natural.
DIOS JOSÉ                 (Terminando de contar las cartas.)
                                   Vaya, no me ha ido mal.
DIOS FRANCISCO     El buen hado determina
                                   su buena suerte.
DIOS JOSÉ                                        Sí, suerte
                                   (Mirando al dios Pedro.)
                                   que a algunos nos sonríe.                                  130
DIOS PEDRO             Y que siga...
DIOS FRANCISCO                       No se fíe,
                                   que pronto se cae el fuerte.
DIOS PEDRO             Pues ya unos espacios deben
                                   dios Manuel y dios Francisco.
DIOS FRANCISCO     Una galaxia con disco                           135
                                   pago a dios José.
DIOS MANUEL         (Ofreciendo con la botella en la mano llenar sus vasos.)
                                                             ¿No beben?
DIOS FRANCISCO     No, gracias.
DIOS PEDRO                               No.
DIOS JOSÉ                                          Ponga un vaso,
                                   que ganar merece un trago.
DIOS MANUEL         (Sirviendo a dios José y a sí mismo de la botella.)
                                   Pues a dios Pedro yo pago
                                   una galaxia, y traspaso                           140
                                   a sus haberes con ella
                                   los derechos de crear
                                   y de vida gobernar
                                   para que brote, sí, bella.
DIOS PEDRO             Gobiernos tengo bastantes,                  145
                                   pero bienvenida sea
                                   esta nueva propiedad.
DIOS FRANCISCO     Más dolores de cabeza.
DIOS PEDRO             Y que lo diga, bien cierto,
                                   que cuanto más uno crea                                  150
                                   más responsabilidades
                                   y trabajo al que gobierna.
DIOS JOSÉ                 Con lo aburrido que es
                                   gobernar tantas estrellas...
DIOS PEDRO             Y las estrellas no son                            155
                                   peores que algunos planetas,
                                   sobre todo si la vida
                                   arma excesivas revueltas.
DIOS JOSÉ                 Un caos, ¿no?
DIOS PEDRO                                  Calle, calle,
                                    que aún me duele la testa                                   160
                                   de los caos que me montan
                                   unos seres de la Tierra,
                                   un planeta que poseo.
DIOS JOSÉ                 ¿Tierra? ¿La joya azul?
DIOS PEDRO                                                Ésa.
DIOS JOSÉ                 ¿No era allí donde vivían                                  165
                                   dinosaurios y otras bestias
                                   que usted había creado?
DIOS PEDRO             Sí, mas me cansé de éstas
                                   y las extinguí mandando
                                   al planeta una piedra                             170
                                   con enormes proporciones.
                                   Ahora vive en la Tierra,
                                   entre las muchas especies,
                                   un gran ser de inteligencia
                                   superior a las demás.                            175
                                   “Hombre” se llama la pieza,
                                   homínido muy sagaz,
                                   aunque no la especie entera,
                                   pues algunos individuos
                                   son más burros que unas zuecas,                       180
                                   y más cerca de los brutos
                                   que de seres con destreza.
DIOS FRANCISCO     (Mostrando el par de cartas.)
                                   Veinte en oros.
DIOS JOSÉ                                        ¿Y son éstos
                                   los seres que le ajetrean?
DIOS PEDRO             Estos son, los muy pesados,                 185
                                   los que a los dioses apelan
                                   por cualquier contrariedad.
                                   Si a toda desavenencia
                                   sirviera, sería siervo,
                                   no Señor.
DIOS MANUEL                        ¡Grande la afrenta!                 190
DIOS PEDRO             No, mas no es por osadía,
                                   ya que a los dioses respetan,
                                   sino que es por ignorancia.
                                   Cuando de algo no se enteran,
                                   atribuyen a los dioses                            195
                                   lo que no ve su ceguera.
                                   Algunos creen que estamos
                                   dispuestos a darle cuerda
                                   a las cosas que no van
                                   como sus deseos quieran.                     200
DIOS MANUEL         ¿Pero no decía antes
                                   que tenía inteligencia
                                   ese ser humano?
DIOS PEDRO                                      Mucha,
                                   mas no llega con tenerla
                                    tal cual joya en un cajón.                                   205
                                   Y entre quien la manifiesta
                                   algunos hay que cavilan
                                   que hasta los mismos planetas
                                   debiera un dios empujar,
                                    para que así se mantengan                     210
                                   sus órbitas bien estables.
DIOS FRANCISCO     Ya muchas son las tareas
                                   que un dios tiene entre sus manos.
                                   Bástenos crear las reglas
                                   del juego del Universo,                         215
                                   y allá se apañen con ellas
                                   los vivos.
DIOS PEDRO                           Tal pienso yo.
                                   Con todo, veo muy bella
                                   mi creación, azul joya,
                                   paraíso si no fuera                                220
                                   (Con expresión de resignación.)
                                   por la existencia del hombre...
DIOS MANUEL         Se diría que es pena
                                   lo que dimana al tener
                                   tan pesada pertenencia.
DIOS PEDRO             Pues no le digo que no,                         225
                                   que muchas veces quisiera
                                   verme libre de la carga.
DIOS MANUEL         ¡Vaya!, pues yo su riqueza
                                   no desdeño en absoluto.
DIOS JOSÉ                 (Mostrando la pareja de cartas.)
                                   Y me canto las cuarenta.                                   230
DIOS PEDRO             (Siguiendo en el diálogo con dios Manuel.)
                                   Riqueza la que usted tiene,
                                   que se cuentan por docenas
                                   aquellos planetas vírgenes,
                                   sin vida, que usted regenta,
                                   y presentan condiciones                                   235
                                   para crear biosferas,
                                   vigorosas, muy hermosas,
                                   en sus desnudas cortezas.
DIOS MANUEL         Bien le apostaría yo
                                    siete de tales planetas,                           240
                                   con la galaxia que tiene
                                   las siete fértiles tierras,
                                   por esa Tierra poblada,
                                   y galaxia que contenga
                                   tal joya azul.
DIOS PEDRO                               Vía Láctea                         245
                                   se llama.
DIOS MANUEL                       ¿Va pues la apuesta?
DIOS PEDRO             ¿Por qué no? Ya que más vale
                                   volver a crear las piezas
                                   que gobernar los errores
                                   de pasada inexperiencia.                                    250
DIOS MANUEL         No importa que valga más;
                                   ¿Hacemos la apuesta?
DIOS PEDRO                                               ¡Venga!
(A partir de aquí juegan a las cartas dios Pedro y dios Manuel, mientras los otros dos dioses miran sin participar.)
DIOS MANUEL         A una sola partida.
                                   Usted da.
DIOS PEDRO             (Mientras reparte las cartas.)
                                                  A ver si me es buena
                                    la suerte ahora también.                        255
DIOS MANUEL         (Mira cada uno las cartas que le han tocado.)
                                   Grande partida me espera,
                                   que mis cartas buenas son.
DIOS PEDRO             Pues tendremos dura guerra,
                                   que las mías no son mancas.
DIOS MANUEL         Ya bien la cosa comienza,                     260
                                   (Llevándose las primeras cartas.)
                                   y me llevo algunos puntos.
DIOS PEDRO             Menos de los que se cuentan
                                   (Mostrando el par de cartas.)
                                   con mis veinte en buenos bastos.
DIOS MANUEL         Ahora además se lleva
                                   más cartas.
DIOS PEDRO             (Recogiendo cartas.)
                                                     Usted lo ha dicho.              265
                                   Más puntos.
DIOS MANUEL                            Dios Pedro aprieta
                                   mas no ahoga, que aquí tengo
                                   para cantar las cuarenta
                                   (Mostrando el par de cartas.)
                                   rey y caballo de oros.
DIOS PEDRO             Se pone la cosa fea.                              270
DIOS MANUEL         (Recogiendo cartas.)
                                   Y me llevo el tres de copas
                                   con el astro Sol que impera,
                                   as de oros, fuerte brillo,
                                   como la luz que refleja
                                   mi futura gota azul.                               275
DIOS PEDRO             Mal la cosa se presenta.
DIOS FRANCISCO     Dé por perdida, dios Pedro,
                                   esa galaxia que apuesta.
DIOS PEDRO             Todavía tengo triunfos
                                   para tomar delantera.                            280
DIOS MANUEL         Voy a ganarme los hombres,
                                   y veremos si es tan fiera
                                   la bestia como la pintan.
DIOS JOSÉ                 (Dirigiéndose a dios Francisco.)
                                   Dios Pedro no se amedrenta
                                    y sigue llevando cartas.                          285
DIOS PEDRO             Ya pocas bazas nos quedan.
DIOS FRANCISCO     ¡Hay que ver cómo defiende
                                   su apuesta!
DIOS JOSÉ                                   Mas son pequeñas
                                   sus cartas, que salvo el tres
                                   o la sota, ya no se espera                                  290
                                   que le caiga triunfo grande.
DIOS PEDRO             El seis o el dos se aprovechan
                                   (Recogiendo cartas.)
                                   también en lo que se puede.
DIOS JOSÉ                 Pocos oros, mas se emplean
                                   con medida economía                          295
                                   y muy buena diligencia.
DIOS FRANCISCO     Pero el rey de dios Manuel
                                   lucha con bravura y fuerza,
                                   y su caballo no es menos.
DIOS PEDRO             En mi sota que se lleva                         300
                                   (Recogiendo cartas.)
                                   un as de espadas a casa,
                                   la bravura no es pequeña.
                                   Y para terminar bien
                                   diez últimas a la cesta,
                                   (Recogiendo de nuevo.)
                                   gracias al tres de oros.                           305
DIOS MANUEL         Esperanzas alimenta
                                   dios Pedro en vano.
DIOS PEDRO             (Comenzando dios Pedro y dios Manuel a contar las cartas.)
                                                                 Contemos,
                                   y veremos qué planetas
                                   se ganan o pierden.
DIOS MANUEL                                       Cuento.
DIOS PEDRO             Las mías hacen ochenta.                                   310
DIOS MANUEL         Pues las mías ciento diez.
DIOS PEDRO             Mía entonces es la pérdida.
                                   Vaya luego a dios Manuel
                                   la que mi galaxia era:
                                   astros de la Vía Láctea.                          315
DIOS MANUEL         Una buena recompensa
                                   tras una noche perdiendo.
DIOS PEDRO             Poco pierdo mas me apena
                                   dejar a las revoltosas
                                   criaturas de la Tierra.                             320
                                   Y me alegro del descanso
                                   que desde ahora en mis siestas
                                   suplirá el ajetreo
                                   y dolores de cabeza.
DIOS FRANCISCO     Una noche entretenida,                         325
                                   pero es hora de que vuelva
                                   junto a mis obligaciones.
DIOS JOSÉ                 También cosas tengo afuera
                                   que atender.
                                   (Todos se levantan, dispuestos a irse, menos dios Manuel.)
DIOS PEDRO                                Nos vamos todos.
DIOS MANUEL         Ya recojo yo la mesa.                            330
DIOS PEDRO             (Dirigiéndose a dios Manuel.)
                                   Gracias al buen anfitrión.
D. FRANC. y D. JOSÉ             Eso.
DIOS MANUEL                 Buenas noches sean.
DIOS PEDRO             (Dirigiéndose a dios Manuel.)
                                   Con la Tierra... buena suerte...
DIOS JOSÉ                 Quien por suerte la posea,
                                    dios Pedro se la bendiga.                                  335
                                   (Y se van todos menos dios Manuel.)


            ESCENA II: dios Manuel
            Se retiran la mesa y las sillas del escenario.

DIOS MANUEL         Ya se han ido mis colegas...
Si las ganancias no fueron
ni muy grandes ni pequeñas,
al menos puedo decir
que no lo fueron las pérdidas.               340
Una galaxia he ganado
y varias ahora quedan
con otros dioses por dueños.
Mas extensa es mi reserva.
¿Qué son unas pocas motas                 345
en una despensa inmensa?
Es la noche de los tiempos,
con el silencio se impregna
la bóveda de este cosmos,
tinieblas sus vestimentas;                                  350
es la era de las luces,
con estrellas se alimentan
los terciopelos oscuros.
Y la vida en nuestra era,
floración sobre colores...                                   355
¿qué sentido tiene ésta?
(En el escenario, una pantalla de fondo muestra el planeta Tierra visto desde el espacio, ya sea por medio de proyección de película, diapositivas, ordenador u otro.)
Experimento de dioses,
gaya se muestra la Tierra,
hogar de las criaturas
que a los dioses se asemejan.                 360
Apacible y sola gota,
bella perla del espacio,
gran jardín, azul palacio,
aguas claras en lo impuro.
Como balsa a la deriva                          365
que flotando busca el cielo,
corre dulce su desvelo
en la noche de lo oscuro.
(Cambia la imagen proyectada a una de la Tierra ocultando el Sol parcialmente.)
Sol sin fuego, reina Gaia,
canta y danza la sirena,                          370      
negros mares donde plena
resplandece su alborada.
¡Amanece, creación!,
que las luces en tu piel
no se oculten ante aquel                        375
que en ti posa su mirada.
(Imagen alpina de lagos rodeados de altas montañas nevadas, con el Sol saliendo de entre las mismas.)
Blancas cumbres en silencio
y dormidas aguas mansas,
en lo alto tú descansas,
alma clara, tú, lozana.                            380
De tus cimas brotarán
los torrentes cristalinos,
los murmullos transalpinos
anunciando la mañana.
(Imagen de un riachuelo rodeado de la vegetación de un bosque.)
El follaje de los bosques                                   385
cubre el suelo con sus plantas
tal si fueran verdes mantas
arropando la montaña.
Y los ríos sinuosos
son arterias de la vida;                           390
cada gota enaltecida
tersa piel del suelo baña.
(Imagen del fondo del mar; en un arrecife de coral, por ejemplo.)
Es el líquido elemento
sumidero de lo vivo,
fértil cuna del cultivo                             395
que la Tierra poblaría.
En los mares algas, peces
ondeando bajo bruma,
bajo olas y su espuma,
tras perdida luz del día.                         400
(Imagen de la sabana africana, con diversidad de especies, cualesquiera, con algún depredador atacando una manada de herbívoros.)
Corazones de mil bestias
laten, sufren, crecen, mueren,
se alimentan, luchan, hieren,
en su pugna de existencia.
¡Cuánta vida, cuánta muerte!                  405
La pasión y furia embisten
con belleza que revisten
eclosiones de violencia.
(Imagen de un estanque natural con plantas acuáticas floridas así como vegetación a su ribera.)
O las luces transparentes
en los cuencos de una flor                    410
incensarios de un dolor
que es paisaje en noble alma:
melancólica pureza
de jardines solitarios,
escondidos herbolarios                         415
en remansos de la calma.
(Imagen de unos pingüinos o focas u otros en un paisaje del polo norte.)
Los cristales de los hielos,
la pureza de eones,
congeladas construcciones
en los limbos boreales.                         420
Hasta frías latitudes
coloniza la biosfera,
hasta blanco suelo impera
el despliegue de animales.
(Imagen del mar y unos acantilados tomada desde la costa, con puesta del Sol sobre el mar.)
Los abruptos riscos yacen                     425
en las lenguas de los mares
devorando los andares
del camino culminante.
Dicha a quien desde el abismo
ante sí contempla a hito                        430
horizonte en infinito
más allá del Sol brillante.
(Imagen de un valle verde entre montañas con algunas aldeas pequeñas, y los rayos de luz solar colándose entre las nubes e iluminándolo parcialmente.)
Dicha a quienes colonizan
paraísos encontrados,
verdes valles son dorados                                 435
por los rayos voluptuosos.
Y feliz debiera ser
el humano que viviera
en el campo, en la era,
entre cantos armoniosos.                                  440
(Imagen de una ciudad llena de coches, rascacielos, gente con prisas, humos, etc.)
¡Mas por los mismos infiernos!
¿Qué contemplamos aquí?
Es la ciudad frenesí,
duro cemento y cristal.
(Imagen de un río muy contaminado, con visibles residuos, y quizá alguna chimenea humeante de una fábrica de fondo a lo lejos.)
Qué colección de inmundicia                 445
tienen los hombres por urbe.
No hay ningún ser que perturbe
tanto la paz natural.
(Imagen de matanzas masivas de alguna especie amenazada—ballenas, focas u otros.)
Golpe mortal a la vida,
vil violentar sin sentido,                        450
cae equilibrio vencido
por las acciones del hombre.
(Imagen de bosque o selva con una gran parte de árboles talados; se ve la tierra árida.)
¡Cuánta la sed de la bestia!
que ni la Tierra completa
ha de llevarle a la meta;                          455
pozo sin fondo es su nombre.
(Fin de las imágenes.)




            ESCENA III: dios Manuel, Poesía, Sabiduría, Fatalidad

DIOS MANUEL         Este mundo no comprendo
y menos comprendo al hombre.
(Declamando hacia el cielo.)
¡Venid, oh, alegorías!,
y dejad que en mí se colme                    460
el ansia de entendimiento.
Ayudad a quien es pobre
en materia de lo humano.
De humanidades doctores,
los elevados espíritus                            465
de las representaciones
han de dar fin a ignorancia
del que al hombre desconoce,
pues yo de ciencias he sido
y para el resto soy torpe.                                   470
(Aparecen las tres alegorías en el escenario—Poesía, Sabiduría y Fatalidad—de algún modo.)
POE., SAB. y FAT.       ¿Se nos ha llamado?
DIOS MANUEL         ¿Dispuestas venís entonces
                                   a responder mis preguntas?
POE., SAB. y FAT.       Venimos a dar informe
de nuestras propias ideas                                  475
sobre la vida del hombre;
cada una de nosotras
distinta imagen supone.
DIOS MANUEL         Pues contadme de una en una
                                    ésas vuestras opiniones,                                    480
                                   que deseo conocer
                                   las cualidades y dotes
                                   del que es considerado
                                   como tesoro en un cofre,
                                   criatura de quien dicen                          485
                                   ser reflejo de los dioses.
                                   (Dirigiéndose a Poesía.)
                                   Que primero Poesía
                                   diga lo que en él es noble.
POESÍA                      Mi Señor, bien referís
con la nobleza por nombre                   490
parte del alma del hombre
pues en él ésta se halla.
El ímpetu y el valor,
heroísmo y santidad,
la compasión, la piedad,                                    495
o el coraje en la batalla.
Si encuentra justa su causa,
desinteresadamente
ayuda a la pobre gente
en misión humanitaria.                          500
Es amor a la justicia,
muchos son sí los amores
en su lucha por valores
de una vida extraordinaria.
Luchador infatigable,                            505
eternidades persigue,
y no hay fuerza que desligue
su osadía del tesón.
Por lo bello y lo sublime
ha dado al mundo su arte                                 510
el artista que comparte
su sensible corazón.
Música y poemas crea,
y las esferas del cielo
bajan hasta el mismo suelo                    515
postradas a la armonía.
Por idealismo ha soñado
y voluntad hizo al sueño
siendo, valiente el empeño,
la libertad su utopía.                              520
Mas el amor primordial
palpita en dos corazones
entre mutuas emociones,
como rosas que en un río
de lluvias primaverales                          525
reflejan vivos colores
con que a sí mismas las flores
se ven con todo su brío.
Sí, mi señor dios Manuel,
noble su espíritu bulle,                          530
aunque en él también se incluye
la pasión desenfrenada.
Furia en corceles rebeldes
agita su sangre roja,
demonio cuando se enoja                                 535
dando muerte con su espada.
Y la envidia y la codicia
son llama que le consume,
embriagador el perfume
con que arrastra afán de ego.                 540
Hay un cielo de pasiones,
es el hombre poesía
de la luz clara del día
o de la noche y su fuego.
DIOS MANUEL         Mucho me parece esto,                         545
pero escuchemos también
las opiniones que el resto
sobre el ser humano den,
así como de lo expuesto.
(Dirigiéndose a Sabiduría.)
Díganos Sabiduría,                               550
del saber alegoría,
qué piensa de lo afirmado
por la docta Poesía.
SABIDURÍA                Que no hizo el doctorado
sino en vagos sentimientos.                  555
La verdad es racional
y sus más grandes cimientos
los construyen los sedientos
de conocer natural.
DIOS MANUEL         Dice bien, sí, dice bien.                         560
SABIDURÍA                Hay que seguir la razón,
de entendimiento bastión,
y el hombre es su sostén.
DIOS MANUEL         Pues, ¿cómo los hombres son?
SABIDURÍA                Sagaces animales                                              565
llamados por sí mismos racionales,
curiosos y despiertos
a todo mantienen ojos abiertos,
y una explicación buscan
a fenómenos que en su vida ofuscan.     570
Tras el conocimiento,
alcanza en lo que ve descubrimiento
ciencia de raza humana,
por el saber, por la verdad se afana,
y con las luces sueña                             575
de una ilustración que el cosmos enseña
a sus espectadores,
el magno circo a sus alrededores.
Luz divina que alumbra oscuridad,
fuego de la verdad,                               580
espíritu de Universo: razón.
Hijo de su canción,
sobre la Tierra el día
ha escogido su Sol de la armonía.
Música de alta esfera                             585
es la ley matemática que impera
orbes de la existencia.
Espíritu glorioso el de la ciencia,
el arte de interpretar la natura,
sublime partitura.                                  590
Orden en el espacio,
saber en el más grandioso palacio,
y orden en vida propia,
del palacio en la Tierra se hace copia,
pues la virtud de una noble conducta     595
florece en alma instructa
de ley universal,
razón divisora del bien y el mal.
Halla el hombre virtud
si de entendimiento sigue la luz,             600
fuera de las pasiones
sentimientos y vanas emociones.
Que en prudencia y justicia,
fortaleza y templanza, es propicia
docta sabiduría                                     605
y no los antojos de Poesía.
Mi señor dios Manuel,
noble es el hombre, noble cuando él
sigue recta razón.
Mas, ¡ay!, muchas veces su dirección      610
se ciega y extravía,
cogiendo lo irracional como vía.
DIOS MANUEL         ¿Es por tal que destroza su planeta?
SABIDURÍA                El mundo se le agrieta
por no ser él cabal,                               615
que en no pensar reside todo el mal
cuando hay el poder
de dar fin en la Tierra a todo ser.
DIOS MANUEL         Comprendo bien las sentencias
                                   que Sabiduría explica.                            620
                                   Ya los dioses sobre ciencias
                                   vemos las magnificencias
                                   a las que el hombre se aplica.
Mas no me es útil saber
si lo que no sé importa                         625
para el futuro prever
y conocer el ayer.
Su información es muy corta
pues no cuenta lo que inquieta
del azul bello planeta.                            630
Quisiera ver sinrazones
que acontecen en acciones,
y la razón no es completa
para entender lo que pasa.
POESÍA                      Buscad en lo que es sensible.                 635
SABIDURÍA                Lo sensible no es creíble,
                                   que su verdad es escasa
                                   y su discurso falible.
POESÍA                      Pues del saber no se vive.
SABIDURÍA                ¿Y qué es la vida sino hecho                 640
                                   cuyas leyes sin derecho
                                   el sabio capta y transcribe?
POESÍA                      ¿Y qué reside en el pecho
                                   sin corazón?
SABIDURÍA                                   ¡Bah!
POESÍA                                                  Mal ama
                                   quien no vive.
SABIDURÍA                                     Poco sabe                                   645
                                    quien no conoce el enclave
                                   de su cosmos y su trama.
DIOS MANUEL         La diferencia es grave,
                                   lejos se está del consenso;
                                   mas del hombre nos den cuenta,                       650
                                   no de su propio disenso.
                                   Primero escuchemos, pienso,
                                   lo que aún nos argumenta
                                   (Dirigiéndose a Fatalidad.)
                                   Fatalidad.
FATALIDAD                              Mi Señor
                                   de Poesía y su amor                              655
                                   permitidme que me ría,
                                   también de Sabiduría
                                   y su razón.
DIOS MANUEL                          ¡Qué valor!
                                   Diga pues Fatalidad
                                   qué es en lo humano verdad                 660
                                   según propia perspectiva
FATALIDAD              Mi Señor, a ello iba.
                                   Lo diré con claridad:
                                   Fragmentos son de la naturaleza,
                                   y siguen del Universo sus leyes              665
tanto los mendigos como los reyes,
arrastrados del sino sin certeza,
criaturas del fátum, marionetas,
simples gotas del río del destino,
meras fichas en cósmico casino,                        670
vida en el más vivo de los planetas.
Errantes en mecánico tejido,
su camino es devenir de la historia,
andanza necesaria o aleatoria,
melodía de callado sonido.                    675
No hay razón, ni libertad, ni justicia,
de la naturaleza son fragmentos.
No hay ni buenos ni malos sentimientos,
la pasión amorosa es ficticia.
En la razón o el amor piensan pocos,    680
para los muchos pesan sinrazones,
para los muchos mandan ambiciones,
lo demás es cosa para los locos.
Es la historia lucha por poderío,
egoísmo, por medrar viva lucha,                        685
capitalismo, al dinero se escucha,
todo es voluntad de poderío.
Ellos son átomos del social ente,
la mecánica social los gobierna,
e incluso entre la sociedad moderna       690
se hallan más ejemplos de hombre obediente:
en la mediocridad, la plebe, el vulgo,
el hombre unidimensional de masas,
entre miles de coches, ruido, casas,
y otras circunstancias que no divulgo.     695
Son las guerras y las revoluciones
faceta inherente a la bestia humana.
Son el hombre y la miseria mundana,
fruto de bárbaras explotaciones
que unos hombres sobre otros ejercen.  700
Es el hombre de los hombres un lobo,
el fuerte vive del débil, del robo.
Como torbellinos que se retuercen
en el penoso sendero en la vida,
pasiones de compungida existencia,       705
muchas voces proclaman con frecuencia
que en la religión se halla la salida,
mas no son sino interesadas sectas
ofreciendo opio al pueblo oprimido,
cielos prometen de vidas perfectas,        710
mientras en Tierra bien vive el henchido.
Mi Señor dios Manuel, son pues fatales
corazones que hierven en pulsiones,
en irracionales palpitaciones,
sístole y diástoles naturales.                   715
No es noble ni innoble la criatura,
tan sólo un átomo de fatuo fuego
danzando en el cosmos, errante, ciego,
con el destino como ligadura.
DIOS MANUEL         ¡Fátum!
SABID. y POES.                      ¡Parca!
FATALIDAD                                      En verdad,                   720
                                   el hombre es sólo reflejo,
                                   en lo simple o lo complejo,
                                   de natural Voluntad.
                                   Nada hay nuevo, todo es viejo.
DIOS MANUEL         Este discurso es valiente                                   725
pues expone abiertamente
la realidad dura y cruda,
pero me asalta una duda:
¿De dónde mana la fuente
que alienta a vida el sentido?                  730
¿De qué les sirve vivir
a quienes han comprendido
cómo la vida es sufrir
lo que el fátum ha vivido?
POESÍA                       Sufre el hombre su destino                   735
                                   y lacerado, mohíno,
                                   se lamenta.
SABIDURÍA                                  Quien conoce,
                                   razones da de su sino.
POESÍA                      El sentido está en el goce
                                   o en la pena.
SABIDURÍA                                     En saber                         740
                                   está el sentido en la vida.
FATALIDAD              Pues yo digo de no haber
                                   sentido alguno en tal ser,
que el cosmos no da cabida
a categoría tal.                                       745
Mas como la mayoría
desconocen que es vacía
su circunstancia fatal,
la pregunta no cabría.
¿De qué les sirve vivir?                          750
¿De qué les sirve a los astros
gayas luces emitir
si algún día han de morir
dejando unos tristes rastros?
DIOS MANUEL         Ojos que no ven...
POESÍA                                                  ...sí siente                  755
                                   el corazón...
SABIDURÍA                                   ...y la mente
                                   cavila sus pensamientos.
FATALIDAD              Y el pensar inteligente
                                   produce conocimientos
                                   de la fatal condición.                             760
SABIDURÍA                Pero si el hombre es razón...
POESÍA                      Pero si el hombre es amor,
                                   y su fruto: la pasión.
FATALIDAD              Contemplad alrededor
                                   y observareis lo que os digo.                 765
DIOS MANUEL         Pues complicado es el caso
                                   y disenso trae consigo.
                                   Como la verdad persigo
                                   y el consenso es bien escaso,
                                    propongo que se me muestre                770
                                   algún ejemplo terrestre
                                   donde las sabidurías
                                   de distintas teorías
                                   se ilustren en un pedestre.
POESÍA                      Cualquier humano me vale,                   775
                                   todos tienen corazón.
SABIDURÍA                En cuestión de usar razón
                                   sólo alguno sobresale;
                                   yo propongo que la opción
                                   se haga entre los hombres sabios.                     780
FATALIDAD              Pues escojamos a sabios
                                   de lo fatal.
SABIDURÍA                                ¿Tales hay?
POESÍA                      Sí, viven y sufren, ¡ay!
FATALIDAD              Oídlo en sus mismos labios:
(Y señala el lugar donde va a aparecer Eduardo en la siguiente escena.)


ESCENA IV: Eduardo
En la esquina del escenario opuesta a donde están el dios Manuel y las alegorías, un foco alumbra a Eduardo, mientras las alegorías y el dios, iluminados por otro foco, contemplan a Eduardo; el resto del escenario queda a oscuras.

EDUARDO                Oscura la existencia sin sentido             785
                        y más negra el alma de aquella mente
                                   que lúcida medita inteligente
                                   sobre lo que vive y lo que ha vivido.
                                   ¿Qué es la vida? ¿Qué sentido tiene?
Sin duda, ninguno en el que la piensa.    790
En la nada angustia le sobreviene,
en el vacío soledad inmensa.
Es negra flor de pétalos caídos,
silencio en una noche consumada.
Demasiado sabemos de la nada,                       795
demasiados los sueños desmentidos.
Ya sin estrellas va cayendo el cielo
y la luz del camino languidece,
perdido el corazón sangre perece
y no queda en vivir más que su anhelo.  800
¡Arrastra tu cadena, alma en pena!
Larga penuria vagar en desierto
y esperar cansado el momento incierto
de convertirse en finísima arena.
Polvo somos y en polvo acabaremos,    805
cenizas de estrellas, hijos del fuego.
Se disuelve en infierno nuestro ego
cuyas llamas por siempre temeremos.



            ESCENA V: Poesía, Sabiduría, Fatalidad, dios Manuel
            Se apaga el foco de Eduardo y quedan las alegorías y el dios Manuel con el otro foco encendido.

POESÍA                      ¡Cómo siente!
SABIDURÍA                                      ¡Bien piensa!
FATALIDAD                                                       ¡Cuán se arrastra!
                                   Es fátum.
SABIDURÍA                               Es saber.
POESÍA                                                   Es triste canto.         810
Gran pena sobre hombres de quien lastra
todo el peso del mundo y de su llanto,
de quien sobre sí carga la conciencia
de incertidumbre infinita.
SABIDURÍA                                                       No tanto,
que aunque abismos le presenta su ciencia,         815
y asombro o aun temor los infinitos,
tiene por cierto saber de existencia,
y ahuyenta de sí creencias y mitos.
El Ser mas no su deber-ser conoce
y de ahí que este Fausto clame a gritos   820
hallar sentido a lo que desconoce.
FATALIDAD              Yo lo que veo es un hombre agitado
                                   entre pulsiones de dolor y goce
                                   por las olas de un cosmos que le ha dado
                                   conciencia de aquel su fatal camino.       825
DIOS MANUEL         Pues yo sigo sin ver claro el estado
de este hombre, a comprenderlo no atino.
Es un ser perdido, abnegado en lucha,
que se aflige en penas por su destino.
¿Por qué el lamento si su suerte es mucha?         830
Su inteligencia es un privilegio.
¿Por qué pues no vive feliz y escucha
al espíritu que proclama egregio
luz en su alma grande?
POESÍA                                                         Porque vive.
SABIDURÍA                Conoce la amarga verdad.
FATALIDAD                                                      Arpegio       835
                                   tañe triste en las cuerdas quien concibe
los conatos de seres bajo el yugo,
hombres contemplando el Sol en declive,
ocaso de occidente, y su verdugo,
la nada que devora criaturas,                  840
codiciosa, extrayéndoles su jugo,
sumiéndolas en sus aguas oscuras.
DIOS MANUEL         ¡Qué alegre!
FATALIDAD                                 ¿Quién ha dicho que lo sea?
DIOS MANUEL         No veo claras estas conjeturas.
FATALIDAD              Difícil que lo oscuro claro vea.               845
DIOS MANUEL         Pues pienso que el caso debe estudiarse,
ver de cerca si la cosa es tan fea.
Id, alegorías, a cerciorarse
de si la vida tiene para el hombre
sentido del que bien pueda alegrarse.      850
(Y diciendo esto, las alegorías inclinan su cabeza al dios en señal de despedida al tiempo que se baja el telón.)



            ACTO SEGUNDO

            El problema del hombre

            Personajes: Eduardo, Adolfo, Ana, Fatalidad, Poesía, Sabiduría, dios Manuel

            ESCENA I: Eduardo
            Época actual en la Tierra. En el escenario, el interior de una casa con puerta de salida a la calle, puerta a un dormitorio, ventanas a un jardín, un sofá y mobiliario típicos de un salón de estar, una chimenea, cuadros, etc. En el centro de la escena, Eduardo, fumando, reflexiona en voz alta.

EDUARDO                Oscura la existencia sin sentido                        
                        y más negra el alma de aquella mente
                                   que lúcida medita inteligente
                                   sobre lo que vive y lo que ha vivido.
¿Qué es el hombre sino vulgar bestia     855      
que nace, crece, busca su pareja,
lucha por medrar, y este mundo deja,
siendo para el planeta una molestia?
Donde va destruye, corrompe y mata.
De su pura razón se vanagloria              860
mas pocas veces se aplica a su historia.
Ansía satisfacción inmediata
a su ego henchido de vanidades.
Quiere poder y abundantes riquezas;
quiere de todo poseer certezas,              865
Fausto que sueña con eternidades.
Oscura la existencia en nuestra era
de ciudades tristes, sin alma, grises,
hijas de la decadencia en países
con el capitalismo por bandera.             870
¿Qué es un hombre en la sociedad de masas?
Es minúscula parte de un sistema,
entre industrias, máquinas, coches, casas.
¿Y qué es todo esto en el gran Poema
que Naturaleza escribe sin verso?                       875
Pequeña mota desapercibida,
fenómeno extraño llamado vida
en el vasto imperio del Universo.
                                   ¿Qué es la vida? ¿Qué sentido tiene?
Sin duda, ninguno en el que la piensa.    880
En la nada angustia le sobreviene,
en el vacío soledad inmensa.
Es negra flor de pétalos caídos,
silencio en una noche consumada.
Demasiado sabemos de la nada,                       885
demasiados los sueños desmentidos.
Ya sin estrellas va cayendo el cielo
y la luz del camino languidece,
perdido el corazón sangre perece
y no queda en vivir más que su anhelo.  890
¡Arrastra tu cadena, alma en pena!
Larga penuria vagar en desierto
y esperar cansado el momento incierto
de convertirse en finísima arena.
Polvo somos y en polvo acabaremos,    895
cenizas de estrellas, hijos del fuego.
Se disuelve en infierno nuestro ego
cuyas llamas por siempre temeremos.
¿Qué es mi vida? Un sinsentido consciente,
un viaje funesto a ninguna parte,                       900
una novela tediosa y sin arte,
un dejarse morir pausadamente.
Cincuenta años vivieron mis huesos,
en busca del sendero luminoso.
La academia he visitado gustoso                       905
cuando joven, mas sin hacer progresos
al sentido por tal aprendizaje.
Profesor de filosofía he sido,
abandonando tal cargo obtenido
y emprendiendo luego continuo viaje.    910
Durante diez años, mucho he vagado,
sin encontrar más que en mi propia tierra;
globalizado mundo sólo encierra
vulgares copias del mismo mercado.
Allá y en todas partes, el que piensa       915
no vive, y el que vivir pleno dice
es que no piensa el cándido infelice.
La verdad es triste y de vulgo ofensa.
En sectas perviven las religiones,
muerta está la ética, hace años,               920
hay manipuladores y rebaños,
y entre ninguno encuentro mis funciones.
¡Ideales!, he tenido ideales,
pero sólo me llevaron al fracaso,
y expulsado del jardín del Parnaso                     925
vivo en tierras sin flores, invernales,
donde el rojo Sol de altas latitudes
débil envía fríos resplandores,
sumergido en apagados colores.
Ya no creo ni en moral ni en virtudes,   930
las riquezas materiales desdeño,
no estoy ni con burgués ni proletario,
ni al poderoso apoyo ni al pequeño,
ni progresista soy ni reaccionario.
A menudo me pregunto: ¿qué creo?      935
Si sólo al menos creyese en mí mismo...
pero todo en mí es del nihilismo,
que hasta mi propia existencia no veo.
Nunca he sido afortunado en amores.
Fracaso tras fracaso solo quedo             940
con mi dolor, mi tormento, mi miedo,
en la cuneta de los perdedores.
Mis verdades espantaron mujeres.
En mí no ha creído nunca Cupido,
tampoco yo en él he nunca creído,         945
ni en frases como: “dime que me quieres”.
Pero creo en el dolor de aflicciones,
en la melancolía que entristece,
y que en unos dulces labios perece
la sombra oscura de los corazones.        950
Tampoco como escritor la fortuna
ha escalado en los abismos su muro.
Viven mis obras en cajón oscuro
aguardando subida a su tribuna.
No he sabido vivir en el presente,                     955
tiempos de vulgo, de mercantilismo,
con arte enlatado para el turismo,
cultura posmoderna decadente;
se apaga y muere el espíritu humano,
y de las cenizas hace negocio                 960
el alma circense que vende ocio
al aburrido y gris conciudadano.
No es mi querer más espiritual, noble,
también yo quisiera gloria del cielo;
medrar con mis trabajos fue mi anhelo, 965
pero quiere el cielo que el ansia doble,
                                   y que para el circo o para la nada
triunfo quede en la tierra oscurecida.
¡Tierra!, bella sinfonía a la vida.
¡Tierra!, por sus tesoros expoliada.                     970
Lloro los bosques en fuego perdidos,
los mares y ríos envenenados,
lloro los seres vivos masacrados,
los cielos y la tierra entristecidos.
Mas si nada en vivir tiene sentido,                     975
¿qué sentido se espera del lamento?
No tiene la existencia fundamento,
no hay razones ni en el mismo quejido,
y puesto que en morir no hay falta alguna,
que lo mismo da vivir que estar muerto, 980
¿qué valgo yo más en vida que yerto
si en ella finalidad no hay ninguna?
Las heladas estepas se preguntan
¿qué vale la noche, qué vale el frío?
Invierno, ¿cuándo llegará el estío?                      985
Pero los rayos del Sol no despuntan,
y sigue caminando entre el hielo
el corazón cansado pero erguido,
el insomne que en la noche perdido
sigue buscando luz en su desvelo.                      990


            ESCENA II: Fatalidad, Poesía, Sabiduría, Eduardo
            Entran las tres alegorías y se sitúan a cierta distancia del escenario de los personajes humanos. Si en la casa se puede construir un escenario de dos plantas, éstas estarían en la planta de arriba; si no, estarían en un lugar del escenario donde no chocasen con los personajes humanos. Las alegorías son invisibles a los humanos, sólo comentan desde lejos sus movimientos.

FATALIDAD              Tal y como ya lo dije
                                   de sus verbas se colige
                                   el sentir desesperado.
POESÍA                      De sentir viene lastrado
                                    este hombre que se aflige.                     995
SABIDURÍA                Desventura en su saber.
FATALIDAD              Ni aflicción ni desventura
forman parte del querer
en designios de natura.
Mas esto sucede al ser                          1000
que dotado de agudeza
y de sensibilidad,
halla por propia destreza
aquella la gran verdad
que produce su tristeza:                         1005
nada es el hombre en el mundo,
un perdido vagabundo,
poca cosa es su planeta,
sólo una mota discreta
en el espacio profundo.                        1010
La verdad pesar reviste
en sistema tan sensible.
SABIDURÍA                ¡Oh!, dichoso el saber triste,
                                   que a tus hijos te aviniste.
POESÍA                      ¡Oh!, verdad desapacible.                                  1015
FATALIDAD              Destino de inteligente
                                   padecer el sinsentido.
POESÍA                      Quien en demasía siente
                                   es por el sentir vencido.
SABIDURÍA                Es locura del viviente                            1020
                                   querer saber demasiado.
                                   A los dioses les es dado,
                                   pero no a sus criaturas.
FATALIDAD              Son también estas locuras
                                   haberes del entramado.                         1025
SABIDURÍA                Fatal destino.
FATALIDAD                                    Bien dices.
POESÍA                      Mas hay un sentido.
FATALIDAD                                              ¿Cuál?
POESÍA                      Algo allende lo fatal
                                   que hace a los hombres felices.
SABIDURÍA                Sabiduría.
POESÍA                                     No es tal,                              1030
                                   sino que cosa sin nombre,
                                   emoción inexplicable;
                                   lo que es inalcanzable
                                   lo alcanza el querer del hombre.
SABIDURÍA                Todo eso es muy loable,                                   1035
                                   pero ¿cómo?
POESÍA                                          Pues viviendo,
                                   como viven animales,
                                   como viven vegetales,
                                   los colores que sonriendo
                                   son soplos primaverales.                                  1040
SABIDURÍA                ¿Por qué no sonríe pues
                                   el humano que aquí ves?
POESÍA                      Se ha olvidado de vivir.
FATALIDAD              Tal no se puede invertir.
POESÍA                      Ya veremos de las tres                          1045
                                   quien impregna a este humano
                                   con las gracias de su mano.
SABIDURÍA                Yo en saber le asistiré.
POESÍA                      Pues yo su vivir arcano
                                   del sueño despertaré.                            1050
FATALIDAD              Poco podéis las dos,
                                   que no digo desatino
                                   al deciros que el destino
                                   lo controla quien es dios,
                                   y yo dibujo su sino.                              1055
POESÍA                      Quieran los dioses del cielo
                                   ayudar a quien es ciego
                                   para que sienta que hay fuego
                                   en el volcán bajo el hielo.
(Poesía saca una cerbatana y soplando por ella lanza o simula lanzar pequeños dardos a Eduardo.)
EDUARDO                Siento de pronto desvelo.                     1060
                                   Bajo frío losa veo,
                                   bajo la piel cosquilleo
                                   azorando los sentidos,
                                   sangre más querer unidos,
                                   la vida vivir deseo.                                1065
SABIDURÍA                Voluntad y entendimiento
                                   en el hombre se hagan una,
                                   vivir es discernimiento
con el saber por fortuna.
(Sabiduría saca un foco y alumbra con él a Eduardo.)
EDUARDO                Mas la vida es un cuento,                                  1070
                                   sólo como espectadores,
                                   como meros moradores
                                   que comprenden la existencia,
                                   alcanzaremos la ciencia
                                    del perfume de las flores.                                  1075
FATALIDAD              Hágase la Voluntad
en terrenal odisea
de la materia. Así sea,
del cosmos la libertad.
(Fatalidad saca una marioneta con la figura de Eduardo y la maneja a antojo.)
EDUARDO                Vives tú, fatalidad,                                1080
                                   todo es dejarse llevar
                                   como un río hacia el mar;
                                   que la vida me conduces
                                   arrastrado por tus luces,
                                   siguiendo tu caminar.                            1085


            ESCENA III: Eduardo, Adolfo
            Se oye el ruido de un coche llegar y apagar el motor. Entra Adolfo a escena dando primero unos golpes a la ventana del jardín desde afuera, y luego entrando por la puerta principal, que le abre Eduardo. Las alegorías, aunque presentes en la escena, observando, permanecen calladas.

EDUARDO                ¡Adolfo, querido amigo!
                                   (Abriendo los brazos para abrazarle.)
ADOLFO                    Bien apreciado Eduardo,
                                   (Abriendo también los brazos para dar el abrazo.)
                                   ¡cuántos años que te aguardo,
buen camarada!, ¡qué digo!,
no años, que lustros son                                   1090
los que han largos transcurrido,
diez años hemos vivido
desde la última reunión.
(Se abrazan, tras lo cual Eduardo cierra la puerta y se adentran en el salón donde, sentados o de pie, dialogan.)
EDUARDO                Mucho tiempo, sí, de errante.
                                    Mi vida conoces ya                               1095
                                   por mis cartas.
ADOLFO                                           ¿Cómo está
                                   pues el duro caminante?
                                   ¿Vuelves a este nuevo hogar
                                   abatido por el mundo?
EDUARDO                Sigo siendo vagabundo                         1100
en busca de su lugar,
pero azaroso destino
me transporta a mi ciudad,
en nueva casa, verdad,
mas repitiendo camino.                         1105
Por aquí durante un año
estaré para escribir
lo que en pensar y vivir
ha sido mi desengaño.
No me canso del fracaso,                                 1110
que ya son seis mis escritos,
(Sonriéndose)
y aún no estoy entre mitos
de los que marcan el paso.
ADOLFO                    Mas haces bien.
EDUARDO                                        ¿Eso piensas?
ADOLFO                    Eso pienso, pues tú vales,                     1115
                                   y aunque no publiques tales,
                                   son de verdades defensas.
                                   El libro pasó de ser
ideario intelectual
a producto comercial                            1120
y hoy sólo importa el vender.
La industria del ocio impreso
y del poder propaganda
en editoriales manda,
no el pensamiento.
EDUARDO                                               Sí, eso,                  1125
comparto tu visión, mas
¿cómo aun pensando así
en tu misiva leí
que en la política estás?
ADOLFO                    Soy, sí, electo diputado                          1130
                                   y aspiro a más alto cargo.
                                   ¿Te asombra?
EDUARDO                                      No, sin embargo,
te veo en eso cambiado.
Nunca bien la democracia
cupo en nuestras discusiones,                1135
que antaño fueron montones
y de sutil perspicacia.
ADOLFO                    Tales debates recuerdo.
Apenas había asunto
de esta tierra o el otro mundo,               1140
ni proyecto, loco o cuerdo,
de sociedad o utopía
que no fuera en nuestras mentes
interpretado.
EDUARDO                                     No mientes,
que tal fuimos algún día;                                    1145
pensadores sin cadenas,
sin sectas, ni Dios, ni Estado,
con el matrimonio a un lado,
libres de cosas terrenas.
ADOLFO                    Por cierto, pronto me caso,                   1150
                                   en una semana...
EDUARDO                                          ¿¡Qué?!
ADOLFO                    ¡Ah!, que no te lo conté;
                                   eso mismo, que me caso
                                   con una bella mujer.
EDUARDO                No gano para sorpresas...                     1155
                                   ¿y qué más?, ¿qué más confiesas?
ADOLFO                    ¿Te parece poco?
EDUARDO                                            A ver,
                                   creo que sí lo he entendido:
                                   político con esposa.
                                   Así a primeras la cosa                           1160
                                   pinta que al mundo has caído.
ADOLFO                    Puede ser.
EDUARDO                                ¿Y el pensamiento?
ADOLFO                    Todavía sé pensar.
EDUARDO                El poder te va a tentar.
ADOLFO                    Que me tiente, no lo ahuyento.              1165
EDUARDO                Con todo, más me sorprende
                                   ver como cazado amante
                                   soltero recalcitrante.
                                   Sin duda, obra de un duende.
ADOLFO                    Tal duendecilla verás,                            1170
                                   que hoy mismo voy a traerla
para que admires la perla
que es mi vida, cielo y más.
EDUARDO                Mucho han cambiado tus credos,
                                    cuesta ver que eres el mismo                 1175
                                   que en su juventud decía:
                                   “la democracia no admito
                                   pues es poder del dinero
                                   que compra a prensa y políticos,
                                   y ahogo a los ideales                             1180
                                   sin capital.”                             
ADOLFO                                       ¿Eso he dicho?
EDUARDO                Eso pensábamos ambos
en tiempos en que atrevidos
volábamos sin temor
con la fuerza y vivo brío                                   1185
del pensamiento valiente.
Hijos del escepticismo,
veíamos la mentira
donde el vulgo oye un himno.
Del sistema del sufragio,                                   1190
o del papa nos reíamos,
de todo rezo en iglesia,
secta o mafia, opio mísero,
de sacramentos sagrados,
de la familia, los hijos,...                         1195
Hacíamos buenos chistes
con quienes siguen los ritos
de encadenar por contrato
el amor a debe fijo.
Huida de la esclavitud,                           1200
nuestro sueño en el abismo.
ADOLFO                    Pero nunca fuimos libres,
                                   pueden más leyes del sino
                                   que los más violentos fuegos
                                   de algunos rebeldes críticos.                  1205
                                   En abismo de utopías
                                   soñamos enardecidos
                                   lo que no podía ser.
EDUARDO                Otras danzas, otros ritmos
                                   vibran en tu corazón.                            1210
ADOLFO                    No somos lo que hemos sido,
                                   pero el que tuvo retuvo
                                   a pesar de los destinos.
EDUARDO                Y te casas...
ADOLFO                                      ...y me caso.
EDUARDO                Por la iglesia...
ADOLFO                                           ...tú los has dicho;                     1215
                                   con la hija de un pez gordo,
                                   lo que me dará prestigio.
                                   Además, ella es bien guapa.
EDUARDO                A todo sacas partido.
ADOLFO                    Hay que saber donde hallarlo.                1220
EDUARDO                ¿Hablas de medios indignos?
ADOLFO                    Hablo de saber moverse.
EDUARDO                ¿Y las ideas?
ADOLFO                                       En libros,
                                   que en la vida poco sirven
                                   para tener beneficio.                             1225
EDUARDO                Sobre el actuar o pensar
                                   hace años discutimos.
ADOLFO                    Sin acuerdo entre ambos.
                                   Nunca fue por ti entendido
                                   que la gran verdad se llama                    1230
                                   voluntad de poderío.
                                   Ideales, no lo niego,
                                   cuando joven he tenido.
EDUARDO                Ahora vives contento
                                   entre poderes y ricos.                            1235
ADOLFO                    Ahora, con experiencia,
                                   me decanto por ser cínico
                                   en el sentido moderno
                                   y decir lo que no vivo.
EDUARDO                Pues oficio has acertado,                                   1240
                                   que bien se valora el pico
                                   sin importar si es honrado,
                                   y se gana electorado
                                   con don de hablar.
ADOLFO                                                Tal practico.
                                   En mis mítines de hecho                                  1245
                                   no escasean las promesas
                                   ni algunas palabras de ésas:
                                   que si Estado de derecho,
                                   que si...
EDUARDO                            ¿Y a los niños besas?
ADOLFO                    Pues claro, y aun llorones.                     1250
                                   Para el triunfo de elecciones,
                                   una imagen vale más
                                   que mil verbas en sermones.
EDUARDO                Con todo, algo darás.
ADOLFO                    Para comprar el poder                          1255
basta dinero tener
del partido o del Estado.
Son jubilado o parado
fáciles de convencer:
con un plato de lentejas                        1260
se compran votos cautivos.
A las masas como ovejas
a través de informativos
convencidas las manejas.
Cara nos cuesta la prensa                                  1265
mas grande la recompensa.
Mucho, mucho es lo que damos,
pero lo recuperamos,
pues inmensa es la despensa
de quienes llegan al mando.                   1270
Como en todos los negocios,
el capital va medrando
cuando se arrima al buen bando
de unos poderosos socios.
EDUARDO                 ¿Y si tenéis dura crítica                          1275
                                   de algún medio independiente?
ADOLFO                    Decimos que el medio miente,
                                   y pues verdad en política
                                   no existe materialmente,
                                    la verdad es del que puede                     1280
                                   y el que puede es el poder.
                                   Quien algo podría hacer,
                                   quien no fácilmente cede,
                                   es la oposición, al ser
                                   también ella poderosa.                          1285
EDUARDO                Y entonces la criticáis
                                   llamándola de tramposa,
                                   con ella feria montáis
                                   para ambos provechosa.
ADOLFO                    Así es. Mientras luchamos                     1290
                                   las noticias ocupamos,
                                   y repartimos la tarta
                                   entre algunos pocos amos.
EDUARDO                Y quien del poder se aparta...
ADOLFO                    ...no come.
EDUARDO                (Sonriéndose.)
                                                    Mucho conmueven              1295
                                   tus sublimes ideales.
ADOLFO                    Di mejor hechos reales.
                                   Hechos, no derechos, deben
                                   gobernar mundos fatales.
EDUARDO                ¿Eso dices al votante?                           1300
ADOLFO                    Tal no quiere la verdad;
                                   yo doy a la sociedad
                                   (Con una sonrisa maliciosa.)
                                   lo que pide suplicante.
                                   (En tono de mofa.)
                                   ¡Que viva la libertad!
EDUARDO                Escéptico continúas                              1305
                                   por lo que aprecio.
ADOLFO                                                 Pues claro,
                                   aunque no he visto reparo
                                   en transitar anchas rúas
                                   de lo que no creo.
EDUARDO                                            Raro,
                                   viniendo de ti, no es.                            1310
                                   (Pausa.)
                                   ¿Y el amor? ¿Cómo lo ves?
                                   ¿También transitas mujeres
                                   mintiendo con que las quieres?
ADOLFO                    Ello aquí es al revés.
EDUARDO                Entonces, en el amor                            1315
                                   vives y crees.
ADOLFO                                         No tanto.
                                   A mi amada amor no canto
pero ofrezco con ardor
mis suspiros a su encanto.
Mis ideas no han cambiado                  1320
sobre mujeres o Estado,
mas con mujer soy gentil
mientras con el pueblo vil.
Tal determina mi hado.
Me caso aunque yo no creo                   1325
en sacramento de unión.
Feliz quiero el corazón
de la mujer que deseo,
y asentir su religión.
EDUARDO                Se llaman enamorados                          1330
                                   tales movidos por hados.
                                   Extraña naturaleza
                                   que hace perder la cabeza
                                   y afirmar credos negados.
ADOLFO                    No creo en el matrimonio,                    1335
no creo en amor eterno,
sólo creo en mi demonio
con el mundo por infierno.
El amor es testimonio
de ingenuidad, cobardía,                                   1340
o de conveniencia impía.
De los últimos soy yo,
no voy cegado de arpía.
Para mí el amor llegó,
y las puertas le he abierto.                                 1345
Matrimonio yo he aceptado
pues estoy interesado,
y me encuentro bien despierto,
cazador y no cazado.
A mi Ana no le miento,                        1350
en verdad algo se mueve
en corazón que se atreve
a suspirar por su aliento,
pero no olvido que leve
es razón del corazón,                            1355
así que presto atención
a razones de interés.
Todo política es
y mi credo la ambición.
EDUARDO                 Tristes son tales palabras                                  1360
                                   pero contienen verdades.
                                   La historia de los humanos
                                   es la historia de esos males;
                                   ambición tras el poder
                                   es la vida, como sabes.                          1365
ADOLFO                    El mundo para quien lucha,
                                   sólo el fuerte se hace grande.
EDUARDO                Los que viven del espíritu
                                   no tienen don semejante,
                                   pero saben de grandeza                        1370
                                   que es más bella y admirable.
ADOLFO                    Eso es ya agua pasada.
                                   Hoy dinero es lo que vale,
                                   lo demás es de beatas
                                   o de caballero andante.                         1375
EDUARDO                O de pueblos oprimidos,
                                   tal los mismos musulmanes,
                                   que al no ser como judíos,
usureros con caudales,
fueron llamados fanáticos                                 1380
y aun muertos en la masacre
                                   por sus tierras y oro negro,
                                   botín a precio de sangre.
ADOLFO                    Así fue, y mi partido,
                                   apoyando cada ataque                           1385
                                   consiguió de americanos,
                                   de judíos y magnates,
                                   grandes sumas de dinero.
                                   Con tal se compra al votante...
EDUARDO                ...por un plato de lentejas...                    1390
ADOLFO                    Así es, adivinaste.
                                   Poder engendra poder.
EDUARDO                Tales los tiempos actuales,
herencia del nihilismo.
Es amargura triunfante                         1395
en naciones decadentes.
Pocas esperanzas caben
de que en la Tierra algún día
se encuentre en paz y sin hambre
todo hombre bajo el Sol.                                  1400
ADOLFO                    Tal ha sido el mundo antes,
                                   y tal seguirá después.
                                   Bajo el Sol fuego renace,
                                   humana naturaleza.
EDUARDO                Será, seguirá la sangre                           1405
                                   roja corriendo en las guerras,
                                   y en tiempos de paz estable
dominada por poderes.
(Adolfo mira el reloj en su muñeca.)
Mas los imperios decaen,
como ocaso tiene el Sol,                                   1410
y la muerte vida trae
al espíritu del hombre.
ADOLFO                                (Mirando de nuevo el reloj en su muñeca con gesto de impaciencia.)
                                   Se me está haciendo tarde.
                                   Tengo que ir a recoger
                                   a la novia.
EDUARDO                                 Bueno, vale,                         1415
                                   continuaremos la charla
                                   de esto tan interesante
                                   cuando vuelvas con tu amada.
                                   Por aquí voy a esperarte.
ADOLFO                    En quince minutos vuelvo.                    1420
                                   La estación queda a tres calles.
                                   Conocerás a la mujer,
                                   pronto, de un hombre importante.
(Adolfo sale por la puerta principal dejándola entreabierta. Se oye arrancar el motor de su coche e irse.)


            ESCENA IV: Fatalidad, Eduardo
            Fatalidad entra en un doble monólogo con Eduardo desde su esquina.

FATALIDAD              Otro buen ejemplo aquí
de la fuerza del dinero:                          1425
el capital dice “quiero”
y el mundo se mueve así.
Políticos mueve, sí,
y la historia misma empuja,
a ciudadanos embruja;                          1430
es mecánica social,
es dinámica fatal;
¡hombres, del cosmos burbuja!
EDUARDO                ¡Ah!, política y mujeres,
                                   ¡ah!, poder y seducción,                         1435
                                   ¿quién tiene mejor opción
                                   para gozar de placeres?
FATALIDAD              Disfruta el poder de haberes,
                                   y los úteros se arriman
                                    al refugio del que estiman                      1440
                                   un buen seguro de vida;
                                   luna por Sol atraída,
                                   dos astros que se aproximan.
EDUARDO                ¿Y acaso no son opuestas
                                   la una y la otra cosa?                             1445
                                   ¿No son pétalos de rosa
                                   vallas al mundo interpuestas?
FATALIDAD              Vallas de verdes hiniestas
que cubren con el amor,
instinto reproductor,                             1450
las arboledas sociales;
amando no se ven males
fuera de íntimo dolor.
EDUARDO                (Iluminado por el foco de Sabiduría.)
                                   ¡Atrás las fuerzas oscuras!,
que yo poder no deseo                         1455
ni en garras de amor me veo;
dejo al mundo sus locuras.
Son de mi alma ideas puras,
y aunque en tales no hay sentido,
vivir prefiero perdido                            1460
que entre embustes y mentiras,
por mucho que dulce liras
canten mieles al oído.
(Sale Eduardo al dormitorio.)



            ESCENA V: Ana
            Se oye llegar un coche y luego irse. Al momento se abre la puerta de la calle, que estaba entreabierta, y entra Ana con una maleta y un bolso, dando antes unos golpecitos suaves a la puerta con los nudillos.

ANA                           No he visto el coche de Adolfo.
                                   No esperaba mi adelanto,                     1465
                                   habrá ido a la estación
                                   después de haber yo llegado.
(Posa la maleta y el bolso en el suelo una vez dentro; se dispone a preguntar vociferando si hay alguien en la casa pero justo cuando va a hacerlo se queda parada unos segundos con la boca abierta, que luego cierra sin llegar a producir grito alguno. Con cara de gran sorpresa, observando la habitación donde se encuentra, percibiendo con el olfato el humo del tabaco que flota en la escena, llevándose las palmas de la mano a la boca se dice a sí misma:)
...no es posible... o sí lo es...
este aroma de tabaco,
los objetos del salón,                            1470
y los mismísimos cuadros...
...pero si se fue hace tiempo,
diez años hace que Eduardo
se alejó de esta ciudad.
Sin embargo ese cuadro,                                   1475
y muchos de los objetos
de esta casa son de Eduardo.   
(Acercándose a la chimenea.)
Incluso en la chimenea
hay uno de sus retratos.
(Tomando el retrato y examinándolo de cerca.)
Es de cuando él enseñaba                                 1480
impartiendo seminarios.
Entonces... es el amigo
de quien Adolfo me ha hablado.
(Contemplando de nuevo el retrato.)
Así lo recuerdo yo,
al profesor enseñando,                         1485
rodeado por alumnos.
Vieja foto en este marco,
de su último semestre.
(Señalando con el dedo índice una posición de la fotografía.)
Y yo estaba aquí a un lado,
su alumna y admiradora,                                   1490
tanto, que hasta di en amarlo,
y el amor con él vivir.
(Deja de mirar la fotografía.)
Han pasado, sí, diez años
desde que lo vi marcharse.
Mucho tiempo... mas no tanto,              1495
pues todavía recuerdo,
como si fuera hace un rato,
algunas de nuestras cosas.
Luego, ha vuelto, ¡ha regresado!
Algo de mí se estremece,                                  1500
recordando me percato
de que el tiempo no borró
lo que en mí dormía arcano.
¿Quién me iba a mí a decir
que la dirección y datos                         1505
que Adolfo me refirió
eran de este mismo Eduardo
que yo había conocido?
Más que conocido amado;
sí, él fue mi gran amor,                         1510
fue mi rey, mi dios, mi amo,
y yo su reina y señora.
(Poniendo la mano sobre su corazón.)
Arde aún, fuego lejano,
en mi pecho la ceniza,
el rescoldo no apagado                         1515
que se aviva en esta casa.
Vuelve el emigrante pájaro
y en mi corazón un nido
lleva su nombre grabado.
Aún escucho resonar                            1520
la palabra Eduardo... Eduardo...


            ESCENA VI: Poesía, Ana
            Poesía entra en un doble monólogo con Ana desde su esquina, al tiempo que dispara de vez en cuando algún dardo a Ana cuando ella habla.

POESÍA                      Eterna del amor huella
que ondea en el mar profundo,
sueño perdido, errabundo,
lágrima preciosa, bella;                          1525
del valle sube a la cresta,
a las altas blancas cimas
donde clarean las simas;
renace luz de intempesta,
de dormida oscuridad,                          1530
de silencioso agujero;
brilla de nuevo el lucero
con ansiada libertad.
ANA                           Sólo un amor he tenido
                                   que lleva por nombre Eduardo,             1535
                                   y punzante vuelve el dardo
                                   removiendo lo sentido.
POESÍA                      Nubes que bajan del cielo
                                   para transportar con ellas
                                    corazón a las estrellas,                           1540
                                   bendito alma a su anhelo.
ANA                           Tenía yo veinte años
                                   y el cielo me sonreía
                                   con su azul durante el día
                                   y sus nubes en rebaños,                                    1545
                                   con las noches entre estrellas
                                   que alegres en canto y danza
                                   bullían por la esperanza
                                   de alcanzar mil cosas bellas.
POESÍA                      ¡Ah, mi joven soñadora,                                   1550
                                   que en tu jardín del Edén
                                   le dijiste al amor “ven”
                                   y tu alma se enamora.
ANA                           Conocí al profesor
como alumna de sus clases,                   1555
escuchaba yo sus frases
admirando con temblor
su elocuente declamar.
Y llamé a su corazón,
siendo su contestación                          1560
a mi sentir similar.
Durante tres bellos meses,
los más bellos de mi vida,
nada más tuvo cabida
que del sentir intereses.                         1565
La dicha llevó su nombre.
POESÍA                      Felicidad no se entiende
                                   sin el fuego que la enciende:
                                   amor de mujer y hombre.
ANA                           Luego, yo lo abandoné.                        1570
POESÍA                      ¡Ah!, aciago dolor de pecho,
                                   un abismo se abre, trecho
                                   en el amor que se fue.
Gris desamor con su velo
cubre aguas de pesar,                            1575
oscuro se queda el mar
bajo las nubes del cielo.
ANA                           Mis padres, sí, me obligaron
a dejar al ser amado,
mi ilusión quedó a un lado                    1580
y mis sueños se acabaron.
Ahora de Adolfo soy
al que no amo ni admiro,
sólo en él interés miro
y por tal mi mano doy.                         1585
POESÍA                      ¡Mas despierta, amiga mía!
Vuelve la luz a brillar,
alto el Sol del mediodía,
retorna el fuego a tu lar.
La retama está en flor                           1590
y la savia de sus venas
alivia dolor de penas
porque ha llegado el amor.
ANA                                       (Llevando su mano al corazón. Mientras, Poesía le dispara dardos.)
¡Oh, goce!, ¿qué siento en mí?
Pronta la llama me alcanza                     1595
y se aviva la esperanza
de ganar a quien perdí.
Tantos años de quietud
y ahora late ruidoso
mi corazón presuroso                           1600
que vuelve a su juventud.
POESÍA                      Hoy el cielo resplandece
                                   porque un alma ha encontrado,
primavera en verde prado
donde la verdad florece.                                   1605
Y verdad no hay más que una:
que el auténtico vivir
lleva amor por elixir,
sentimientos por fortuna.
ANA                           Ardo en deseos de verlo.                                  1610
POESÍA                      Fuego insuflo a sus arterias,
                                   poemas, dádivas pierias.
ANA                           Quiere mi alma el quererlo.
POESÍA                      Ya el canto lírico suena
                                   en su pecho,
ANA                                               En mi pecho,                   1615
                                   que añora envolvente lecho,
ANA y POESÍA           que anhela la dicha plena.


            ESCENA VII: Ana, Eduardo
            Sale Eduardo a escena desde la habitación, hojeando un libro. Sabiduría ilumina con su foco a Eduardo. Fatalidad sostiene dos marionetas en sus respectivos brazos, correspondientes a Eduardo y a Ana, y las maneja con los mismos movimientos que tienen los personajes reales a lo largo de toda la escena.

ANA                           ¡Eduardo!
                                   (Eduardo se queda mirándola unos segundos.)
                                                   Sí, soy yo, Eduardo.
EDUARDO                ¡Ana! ¿Tú? ¿Qué haces aquí?
ANA                            De Adolfo hubo un retardo                  1620
                                   y por eso presentí
que aquí yo lo encontraría.
O más bien fue mi adelanto,
ya que me equivoqué un tanto;
vine en tren que no debía.                     1625
EDUARDO                 (Posa su libro sobre la mesa del salón y deja Sabiduría de iluminar con su foco. Poesía lanza dardos a Eduardo y a Ana, y ellos se miran por unos breves segundos.)
Tú eres su prometida.
ANA                           Sí...
EDUARDO                       Tú, Ana...
ANA                                                   ¡Eduardo!
EDUARDO                                                        ¡Ana!
                                   (Se dan un fuerte abrazo.)
                                   La vieja amada lejana
que fue el amor de mi vida...
Ana, no has cambiado en nada,             1630
bella y joven sigues siendo,
quien a las flores sonriendo
sonrosas la más cuitada.
ANA                           A mí me va a sonrosar
                                   que tú digas esas cosas.                         1635
EDUARDO                ¿Qué culpa tienen las rosas
                                   por tu semblante imitar?
ANA                           Profesor, también yo veo
                                   que salvando alguna cana
                                   sigues igual.
EDUARDO                                   Gracias, Ana.                     1640
Ya no estoy en mi apogeo,
¡cincuenta años de edad!...
y profesor ya no soy.
Hace años que no doy
clases de Universidad.                           1645
Me agrada mucho, no obstante
oír de quien fue mi amor
la palabra “profesor”.
ANA                           Sigues siendo muy galante.
EDUARDO                No lo soy, nunca lo he sido.                 1650
                                   Sólo contigo se eleva
el corazón que me lleva...
ANA                           ...tras la huella del olvido.
EDUARDO                 Sí, tal vez. Atrás quedaron
nuestras vidas, los amores,                    1655
y el perfume de las flores
ya no vuelve a los que amaron.
Te estoy hablando tal cual
si minutos y no años
separasen viejos daños                         1660
de este reencuentro casual.
Es la impresión del momento,
pero ya no es mi lugar
ponerme a galantear,
ya no es tiempo de lamento,                  1665
pasado pasado está
y ahora ocupa mi amigo
el papel de estar contigo.
Lo que fue no volverá.
ANA                           He sentido abandonarte                                   1670
                                   y he sufrido yo también.
EDUARDO                Yo te dije: “¡vuelve, ven!”
ANA                           Pero no podía amarte.
(Aparte, recibiendo los dardos de Poesía.)
El alma le hubiera dado
pero razones pesaron,                          1675
y los sueños anegaron
del corazón desdichado.
Y de nuevo ante mis ojos
se presenta quien deseo,
me incendia su galanteo                        1680
y reaviva mis antojos.
EDUARDO                (Aparte, recibiendo los dardos de Poesía.)
¿Cuál la fuerza que me empuja?
¿Qué luz en la oscuridad
me impele con ansiedad?
¿Quién inflama la burbuja                     1685
que me late bajo el pecho?
Sólo minutos con ella
y mi salvación destella.
En este momento fecho
el fin de mi perdición,                           1690
que verla de nuevo ha sido
haber hallado el sentido
que buscaba el corazón.
ANA                           (Aparte, iluminada por el foco de Sabiduría.)
Ay Ana, que ya no eres
la jovencita de antaño.                           1695
Ya pasó tu desengaño.
A los treinta las mujeres
deben buscar buen asiento,
y yo en Adolfo lo tengo.
Me conviene si me atengo                     1700
a firme razonamiento.
EDUARDO                (Aparte, iluminado por el foco de Sabiduría.)
                                   Mas quizá no me conviene
amar de nuevo a mujer
que abandonándome ayer
una vez más me encadene.                    1705
Problemas traen las mujeres,
y el amor es cosa vana
que surge hoy y mañana
se evaporan los quereres.
Y es de Adolfo prometida,                    1710
de un amigo y camarada,
no debo pues a la amada
darle un trozo de mi vida.
ANA                           (Aparte.)
                                   Confusa estoy en la duda.
                                   Mi razón y sentimientos                                   1715
soplan tal si fueran vientos
sobre mi alma desnuda.
EDUARDO                (Aparte.)
                                   En la duda estoy confuso,
luchan Eros y Tanatos,
los líricos arrebatos                               1720
golpean pensar profuso.
ANA                           (Aparte.)
                                   En mi piel clavado un dardo...
EDUARDO                (Aparte.)
                                   En mi alma una flecha
                                   hacia el corazón derecha.
ANA                           (Aparte.)
                                   ...que lleva por nombre Eduardo.                      1725
EDUARDO                (Dirigiéndose a Ana.)
                                   ¿Y ahora?
ANA                           (Dirigiéndose a Eduardo.)
                                                   Tampoco puedo.
EDUARDO                Claro, Adolfo se interpone.
ANA                           Cierto, que el deber se impone.
EDUARDO                No hay tal deber, sino miedo.
                                   ¿Qué temes tú? ¿Qué te obliga?             1730
                                   ¿Te ama Adolfo?
ANA                                                       Quizás.
EDUARDO                Pues yo te he querido más.
                                    Y aún hoy, mi querida amiga,
                                   te llevo en dulce recuerdo.
ANA                           Y yo, Eduardo.
EDUARDO                                        No debemos,               1735
                                   ciertamente, no podemos,
                                   en ello estamos de acuerdo.
ANA                           Además, tu nihilismo
                                   no me dio seguridad.
EDUARDO                Tal es una gran verdad                          1740
                                   y aún estoy en el abismo.
ANA                           Pero te quise y te quiero.
EDUARDO                Lo sé.
ANA                                     Ni antes ni ahora
                                   he podido ser señora
                                   de tu nihilismo fiero.                             1745
EDUARDO                Siempre has sido inteligente,
                                   sabes lo que te conviene.
ANA                           Sí, Eduardo, me retiene
                                   el vivir plácidamente,
y el sinsentido que clamas                                 1750
desconcierta mi alegría.
Contigo nunca tendría
un futuro.
EDUARDO                               Mas me amas.
ANA                           Sí, Eduardo, yo te amo.
EDUARDO                Yo también te amo a ti,                         1755
y desde que te perdí
con más fuerza al cielo bramo
llorando por lo perdido.
Ateo soy, mas imploro.
Amor no creo, mas lloro.                                 1760
Sólo creo en sinsentido.

            ESCENA VIII: Poesía, Sabiduría, Fatalidad
            Eduardo y Ana continúan gesticulando como si hablaran pero sin oírseles.

POESÍA                      Son la fuerzas del amor
                                   de gran peso en ser humano.
SABIDURÍA                Se mueve el hombre por mor
                                   de razones en su mano.                        1765
POESÍA                      ¿Acaso no pueden más
                                   sus pasiones?
SABIDURÍA                                    Como ves,
                                   la pasión aquí no es
                                   dominante.
POESÍA                                        Pues dirás
                                    qué son si no sus palabras                    1770
                                   y pensamientos.
SABIDURÍA                                         Un sueño.
POESÍA                      Tal idea no desdeño,
                                   pero verás cuando abras
tu entendimiento a pasiones
que los sueños también viven.               1775
SABIDURÍA                Ilusiones se conciben
                                   pero pesan las razones.
FATALIDAD              La discusión es en vano.
Poco importa en unos seres
atribuir a sus quereres                           1780
razón o sentir humano.
Las cosas son como son.
Tanto da si es racional
como si es sentimental.
Al final toda pasión                              1785
la resuelven circunstancias
que los hombres no enarbolan,
los destinos que controlan
el amor y las distancias
entre posibles amantes.                         1790
Dejemos que los sucesos
nos digan cuáles son pesos
en el hombre dominantes.


            ESCENA IX: Adolfo, Ana, Eduardo
            Adolfo toca el timbre, Eduardo le abre.

ADOLFO                    ¡Ah, cariño, estás aquí!
ANA                           Sí, Adolfo, ya llegué.                              1795
                                   (Se besan Adolfo y Ana.)
ADOLFO                    No te he visto en la estación...
ANA                           Es que he venido en el tren
que sale una hora antes,
en el que sale a las tres.
Una vez en el destino,                           1800
aquí vine, pues pensé
(Señalando a Eduardo.)
que estarías con tu amigo.
EDUARDO                Nadie se ha perdido pues.
ANA                           (Dirigiéndose a Adolfo.)
                                   Te pude haber esperado.
De hecho, me tomé un café                  1805
esperando en la estación,
pero luego me cansé
y vine en taxi.
ADOLFO                                          No importa,
                                   pero la próxima vez
                                   avísame de los cambios.                                   1810
ANA                           Sí, Adolfo, claro.
EDUARDO                                           Bien,
pues ya estamos todos juntos
(Dirigiéndose a Adolfo.)
ya a tu futura mujer
he conocido.
ADOLFO                                        Y a ti
                                   mi prometida te ve,                               1815
                                   que difícil es pillarte.
ANA                           Venir aquí fue un placer.
ADOLFO                    (Viendo el libro que Eduardo había dejado sobre la mesa.)
                                   ¡Ah!, veo que estás pensando
                                   sobre lo que proclamé.
EDUARDO                Mucho habría que pensar.                     1820
No se pueden entender
muchas acciones humanas.
Sólo como insensatez
cabe ver el mundo actual.
La lucha por el poder                           1825
puede llegar a unos límites
en que el mojado papel
de los castillos de naipes
sucumba con todo haber.
E incluso sin tal ocaso,                          1830
sin sentido vive aquel
que sólo piensa en medrar,
felicidad de embriaguez
por las muchas posesiones,
hartazgo del que no ve                          1835
sino alma ennegrecida.
ADOLFO                    ¿Y qué sentido hay que ver?
                                   ¿Acaso tú lo has hallado?
EDUARDO                No.
ADOLFO                          No vituperes pues.
                                   Admite que quien posee                                    1840
                                   por lo menos vive bien.
EDUARDO                No, no lo admito. Además,
                                   propiedad privada es
                                   cosa del vil capital.
ADOLFO                    ¿Moralista de honradez                         1845
                                   te has vuelto?
EDUARDO                                      Poco hay en mí
de moral del mal y el bien.
Soy amoral como tú,
pero aprecio a quien es fiel
a lo bello y verdadero,                           1850
y busca con avidez
fines más nobles y dignos
que el dinero y el poder.
Con todo amorales somos
pues ya no hay ningún sostén               1855
que sujete unos valores,
y todo se ha de mover,
a falta de unas creencias,
por el vulgar interés.
Quien ya no cree en lo bello,                 1860
ya no tiene en que creer.
Nada salvo el corazón
puede llevar a honradez,
que es el hombre lobo de hombres.
ADOLFO                    Muy trágico se te ve.                             1865
Dices bien que somos lobos.
Nada más ha de valer
que el dominio del más fuerte.
Y la moral... ¿para qué?
Para mantener el orden                         1870
ya tenemos a la ley.
EDUARDO                Tal protege a los poderosos,
que se mueven como el pez
en mar de trampas legales.
ADOLFO                    Pues claro, no hacemos red                   1875
para pescarnos con ella,
sino para proteger
nuestro poder e intereses.
EDUARDO                Claro, claro, no está bien
                                   que al ladrón se robe.
ADOLFO                    (Interjección de risa.) ¡Ja!                             1880
                                   Todo tengo a la merced
                                   de buenas cuentas en Suiza.
EDUARDO                ¿También las personas?
ADOLFO                                                       ¿Qué?
EDUARDO                Si Ana está bajo cerrojo
                                   que nadie pueda romper.                                  1885
                                   (Ana pone cara de extrañada.)
ADOLFO                    ¡Qué cosas tienes, Eduardo!...
mas no es ninguna idiotez,
que en tema de lo amoral
hasta pudiera haber quien
del mejor amigo robe                           1890
el amor de su mujer,
(En tono de broma sonriéndose y dirigiéndose a Ana.)
¿verdad, amor?
ANA                                                     ¿Así siempre
                                   os entretenéis, eh,
                                   en todos vuestros encuentros?
                                   Pues yo creo que la fe                           1895
                                   mueve montañas, y el hombre
                                   siempre debe defender
                                   unos valores morales.
ADOLFO                                (Continuando su tono de broma, tratándola un poco de tonta.)
Sí, cariño, Dios te dé
buenas razones y dones                                    1900
para que puedas tener
una conducta ejemplar.
Pero aquí se habla de aquel
que sin creer se pregunta:
¿por qué no buscar mi bien                   1905
a costa del mal ajeno?
(Dirigiéndose a Eduardo.)
¿No es así, Eduardo?
EDUARDO                                                Es.
La pregunta que planteas
es la lucha sin cuartel
entre el caos y entre el orden,                1910
entre nihilismo y ser,
del sinsentido en la vida,
o de si, justo al revés,
hay una luz que nos guía.
ANA                           Me parece insensatez                            1915
                                   lo que se plantea.
ADOLFO                                              Puede.
ANA                           Se podría matar pues...
ADOLFO                    Es un ejemplo apropiado.
¿Por qué no matar a quien
nos molesta en nuestra vía?                   1920
(Guiñando el ojo a Eduardo y siguiendo con su tono de broma.)
Al esposo celoso, ¡eh!
Decir como el Karamázov
que todo se puede hacer
pues nada está prohibido.
ANA                           Tal no tiene validez,                              1925
                                   pues el derecho a la vida
                                   prima sobre lo cruel.
ADOLFO                    ¿Derecho? ¿Quién lo administra?
                                   Pues quien tiene la sartén.
ANA                           (En tono enojado.)
                                   ¡Qué bruto eres, Adolfo!                                   1930
ADOLFO                    No te alborotes, mujer,
                                   que Eduardo y yo sólo estamos
                                   (Dirigiéndose a Eduardo.)
                                   filosofando, ¿no es?
EDUARDO                Si, claro está.
ANA                                                Humor negro
                                    parece el juego tal vez.                           1935
(Aseverando en tono de reprimenda.)
Con la vida no se juega,
y es de todos menester
defenderla a toda costa.
ADOLFO                    ¿Qué dices, Eduardo?
EDUARDO                                                 Amén.
ANA                            Sois unos brutos los dos.                                 1940
Por cierto, os puedo leer
un libro sobre derecho
que fui leyendo en el tren.
(Dirigiendo su mirada a su equipaje.)
Lo tengo en una maleta
que aquí traje...
(Tras unos segundos.)
                        ...¡ah!, la dejé                             1945
olvidada en la estación.
(Recordando de súbito, y llevándose una mano a la cabeza.)
Fue donde tomé el café...
ADOLFO                    No te preocupes, cielo,
                                   (Sacando las llaves del coche de su bolsillo.)
                                   yo te la voy a coger.
ANA                           ¿Voy contigo?
ADOLFO                                         No hace falta.                1950
ANA                           No voy pues.
ADOLFO                                        No tardaré.
(Y con esto sale por la puerta principal, se oye arrancar su coche e irse.)



            ESCENA X: Eduardo
            Eduardo y Ana se miran durante un largo instante en silencio. Luego él coge la mano de Ana, ella la retira, él vuelve a insistir, ella cede, él la besa en los labios, se besan apasionadamente sin decirse nada. Después, ambos se dirigen al dormitorio, agarrados de la mano, y antes de entrar en él se detiene Eduardo y declama:

EDUARDO                Sin sentido vive el ser;
no existe moralidad,
ni el amor, ni la amistad,
sólo dolor o placer.                              1955
No hay reglas en el querer,
de nadie son las mujeres,
no hay derechos ni deberes,
no es culpable sin perdón
quien en casa del ladrón                                    1960
se apropia de sus placeres.
(Ambos entran en el dormitorio.)


            ESCENA XI: dios Manuel, Fatalidad, Sabiduría, Poesía
            El dios Manuel, sin estar presente en el escenario, habla con voz en off.

DIOS MANUEL         ¿Son éstas las alegrías?
¿Se arrastra el hombre perdido
sin poder ver su sentido?
¿Qué decís, alegorías?                           1965
FATALIDAD              Digo que las cosas son
                                   como son.
SABIDURÍA                                 Pues en el fondo,
si en los sucesos ahondo,
veo cierta inclinación
a natural equidad:                                  1970
tiende este personaje
                                   a justificar su ultraje
en falta de probidad
de quien es perjudicado.
FATALIDAD              Un ladrón o criminal                            1975
siempre justifica el mal,
mas ello no lo hace honrado.
No hay razones, ni justicia,
no hay valores absolutos.
Nada son todos los frutos                    1980
entre la humana mundicia.
SABIDURÍA                Pues bien dice.
DIOS MANUEL                                ¡Sin valores!
POESÍA                      ¿Y la pasión amorosa?
FATALIDAD              Naturaleza es tal cosa,
                                   como el polen de las flores.                   1985
POESÍA                      Pues dice bien.
DIOS MANUEL                                Por supuesto,
sólo hay naturaleza,
tal se sabe con certeza.
Pero el problema con esto
es que el hombre sin sentido,                1990
sin una ruta guiada,
aborda su cometido.
¿No es mejor que sea dada
una religión?
FATALIDAD                                  La tienen.
Muchas son las religiones;                     1995
sacerdotes con sermones
que falsos dogmas sostienen,
y sobre los falsos cielos
y falsos dioses predican.
Y además, éstas se aplican                     2000
para amansar a los lelos.
En vano en tal busca amparo
quien se ve perdido, solo.
DIOS MANUEL         No conocen a Manolo,
                                   el dios verdadero.
FATALIDAD                                         Claro.                       2005
                                   Otros opios del mercado
alimentan la embriaguez:
salir de compras tal vez,
moverse como el ganado
en grandes masas, el cine,                                 2010
con el fútbol sobre todo.
Dirigidos de este modo
se hace que el hombre imagine
que hay en ser un cometido;
y sólo unos pocos seres                                   2015
sospechan que sus quereres
son un vagar sin sentido.
DIOS MANUEL         Esos seres me preocupan,
como el que aquí se presenta.
Vale más alma sedienta                         2020
que las que ciegas se agrupan
en oasis de espejismo.
En éste brilla la verdad,
en aquellos falsedad.
FATALIDAD              En estos el nihilismo,                           2025
                                   en aquellos fantasía.
DIOS MANUEL         Y convencido ya quedo
                                   de que el verdadero credo
                                   lo cuenta la alegoría
                                   Fatalidad.
FATALIDAD                             Así sea.                                 2030
DIOS MANUEL         Ahora pido que halle
                                   quien pueda algo que acalle
                                   el sinsentido en quien vea
                                   la verdad.
FAT., SAB. y POE.                      Tal buscaremos.
DIOS MANUEL         Que a sabios Sabiduría                          2035
                                   les muestre la luz del día.
SABIDURÍA                De la noche luz haremos.
POESÍA                      Caminante infatigable,
como rueda del molino
persiguiendo su destino,                                   2040
gira y gira eternamente.
Busca el hombre su sentido,
más allá del horizonte,
luchador en su remonte
tras la vida, tras su fuente.                     2045
(Se baja el telón.)




            ACTO TERCERO

            El sentido de la muerte

Personajes: Eduardo, Ana, Gran diosa Naturaleza, Fatalidad, Adolfo, Antonio, Poesía, dios Manuel, dios Pedro, dios José, Sabiduría, dios Francisco

            ESCENA I: Eduardo, Ana
            Un año más tarde. Casa del acto segundo. La ventana del jardín está tapada por una cortina. Eduardo y Ana están en la escena.

EDUARDO                Ha pasado ya un año
                                   desde nuestro reencuentro.
ANA                           Sí, Eduardo, justamente,
                                   rápido se pasa el tiempo.
EDUARDO                Y seguimos como entonces,                 2050
                                   con encuentros en secreto,
                                   sin que se dé cuenta Adolfo,
                                   tu marido.
ANA                                            Aunque creo...
                                   ...me parece que algo sabe,
                                   pero no es de muchos celos,                 2055
                                   y además está ocupado
                                   con lo del politiqueo.
EDUARDO                Sobre todo con su cargo
                                   al frente del ministerio
                                   de defensa.
ANA                                            Sí, ministro...                                   2060
EDUARDO                Adolfo ha llegado lejos.
                                   Hiciste bien en casarte
                                   con hombre de tanto empeño.
ANA                           Así lo creí entonces,
                                   y me casé por dinero,                           2065
                                   y por tener a mis padres
                                   del matrimonio contentos.
                                   Mas estaba equivocada,
y ahora lo que yo veo
es que Adolfo es un fracaso.                 2070
El país es un infierno
gracias a él y el partido.
Estamos en guerra, creo,
por sus grandes injusticias
en tierras de oriente medio.                   2075
Debí casarme contigo,
porque a ti más que a él quiero,
y porque, aunque eres rarillo,
eres en el fondo bueno,
no haces mal a otras personas.              2080
EDUARDO                No exageres.
ANA                                               No exagero.
EDUARDO                A mi amigo perjudico...
ANA                           Sí, porque yo lo deseo.
EDUARDO                Además, yo no me caso
                                   con nadie, porque prefiero                    2085
                                   estar como estoy.
ANA                                                      Ya, claro,
                                   supongo que también eso
                                   motivó mi decisión.
                                   Ay, Eduardo, a veces pienso
                                    que no eres muy romántico.                  2090
EDUARDO                No, no soy caballero
                                   de tales romanticismos.
ANA                           Mas otras veces te veo,
                                   y al espíritu idealista
                                   me parece que contemplo.                     2095
EDUARDO                Puede que tan sólo sea
                                   la proyección de tus sueños,
                                   lo que tú deseas ver
                                   y que yo no soy.
ANA                                                     Lo cierto
                                   es que te amo.
EDUARDO                                      ¿Tú crees?                                  2100
ANA                           Claro, Eduardo, que lo creo.
EDUARDO                Pues si lo crees será;
que el amor no es más que eso:
una creencia por fe
de que en la Tierra hay un cielo,             2105
y quien lo cree lo vive.
Yo no profeso tal credo.
ANA                           Entonces, ¿ya no me quieres?
EDUARDO                Siempre y nunca yo lo he hecho.
No quiero vivir sin ti,                            2110
mas por poder sí que puedo.
Sé que soy feliz contigo,
nuestro amor es placentero,
mas es un fantasma vano
cuyo sentido no veo.                            2115
Es una hermosa rutina
de la que no soy yo dueño.
ANA                           Pero ¿me amas?
EDUARDO                                        ¡Qué importa!
                                   Estamos bien, ¿no?
ANA                                                         Sí.
EDUARDO                                                  Eso
                                   es lo que importa, ¿verdad?                   2120
ANA                           No sé, Eduardo, si este fuego
                                   del amor puede mirarse
                                   como quien contempla el suelo.
EDUARDO                            (Abre la cortina de la ventana que da al jardín y se ve un paisaje de destrucción, varias columnas de humo y fuego a lo lejos, y el cielo rojizo.)
¡Qué importa ya!, si la guerra
consume cada momento                                  2125
en triste acontecimiento
que destroza nuestra tierra.
Sólo se siente un lamento,
un lamento universal,
y queda el romanticismo                                   2130
reducido a temor mismo,
conciencia de lo mortal,
a caída en el abismo.
La miseria y destrucción
rodean nuestra existencia,                                 2135
y ante esto el corazón
ya no entiende otra razón
que la de supervivencia.
ANA                           Amor en la guerra es
                                   de mayor necesidad.                             2140
EDUARDO                Tal suele ser, es verdad.
Guerra trae amores pues
Tanatos, la mortandad,
a Eros lleva consigo,
supervivencia de especie,                                   2145
instinto de quien mendigo
busca el amparo de abrigo
en un alma que lo aprecie.
ANA                           ¿Se pierde el amor?
EDUARDO                                              Se funde
en horizonte cercano,                           2150
entre cada ciudadano,
se ahoga en el mar, se hunde
con la muerte de su mano.
Romanticismo que aflora
de una atmósfera cargada                                 2155
de fatal corazonada,
romanticismo que implora
morir, vivir con la amada.
ANA                           Tal se siente alrededor,
se siente miedo, temor.                         2160
Y en el peligro que acecha,
abre el corazón la brecha
que mana en el mundo amor.
            ESCENA II: dios Manuel, Fatalidad
            La alegoría Fatalidad y el dios Manuel entran en escena. Ninguno de ellos es visto por los protagonistas humanos, que siguen gesticulando como si siguieran hablando pero sin oírseles.

DIOS MANUEL         ¿Qué es esto, Fatalidad?
FATALIDAD              Señor, es la realidad:                             2165
                                   la muerte.
DIOS MANUEL                         ¿La muerte dices?
FATALIDAD              Muerte es la voluntad,
                                   fin humano.
DIOS MANUEL                            ¡Infelices!
FATALIDAD              Cuando el hombre la contempla,
cuando mira cara a cara                         2170
tal destino que depara
su finita vida, templa
en su juicio y hace clara
su posición en el mundo.
Quien creía conocer                              2175
con un criterio rotundo,
conocer, sí, lo profundo
del sentido en todo ser,
ahora se halla perdido,
y dice que no hay sentido                                  2180
en poder uno vivir
para tener que morir.
Mas quien errante ha vivido,
encuentra ahora la luz,
y del sentido no hallado                                    2185
es el hombre liberado,
de su carga, de su cruz,
es el hombre liberado.
DIOS MANUEL         Encuentra el sentir disperso
                                   en todo el gran Universo...                    2190
FATALIDAD              ...que los vivos el sentido
                                   sólo ven cuando es vivido
                                   su momento más adverso:
                                   la muerte.
DIOS MANUEL                         Triste verdad.
FATALIDAD              Muchos sólo dan aprecio                                  2195
                                   a lo que fue propiedad
                                   y ya no lo es.
DIOS MANUEL                              Es necio
                                   quien tal hace.
FATALIDAD                                     ¡Humanidad!
                                   Es extraña criatura...
Dormir hace que despierte;                   2200
puede creer en locura,
incluso la más oscura,
ante el temor a la muerte.
Inmortalidad del alma
proclaman sus religiones,                                  2205
se convierten en sermones
los temores, y halla calma
su espíritu.
DIOS MANUEL                          No son dones
                                   de inteligencia.
FATALIDAD                                      Mas esto
                                   le lleva a ver en la vida,                          2210
idea preconcebida,
que su alma tiene un puesto
y el cosmos le da cabida.
DIOS MANUEL         Quede contento con ello,
quede en el hombre sentido                  2215
y vea su ciclo bello:
ave que nace en su nido
y alto expira con resuello.





            ESCENA III: Eduardo, Antonio, Ana
            Antonio llama a la puerta, y Eduardo le abre.

EDUARDO                ¡Antonio!
ANTONIO                                 Buenas, Eduardo.
EDUARDO                ¿Cómo tú aquí?
ANTONIO                                         ¡Noticias!                      2220
                                   Buenas noticias te traigo.
EDUARDO                ¿Buenas? ¿Pueden hoy en día
                                   avenirse buenas nuevas?
                                   ¿Se ha dado ya por concluida
                                   la guerra?
ANTONIO                                No, por desgracia.                 2225
                                   Pero la filosofía
no descansa ni en la guerra.
Es de tu obra querida
de lo que vengo a hablarte.
Tus trabajos y diatribas                         2230
se extienden rápidamente.
Pesimismo se respira
y en él tu obra destaca.
De repente el mundo grita
tu nombre con tus palabras,                  2235
que en todas partes se citan.
Muchas se están traduciendo
y tu influencia domina
en toda la facultad.
A muchos nos encandilan                     2240
tus ideas. Hemos visto
gran verdad entre las mismas.
Supongo que tales hechos
proporcionarán tu dicha.
EDUARDO                La mayor felicidad                                2245
de quien la sabiduría
ama y le entrega su alma,
de quien razona y medita,
es el mismo cavilar.
ANA                           ¡Pero, Eduardo!... que alegría                  2250
                                   debe darte esa fama...
ANTONIO                 En Eduardo se avecina
                                   la gloria más que la fama.
EDUARDO                Y no niego que ello invita
                                   a la euforia.
ANA                                              Sí, Eduardo,                                  2255
                                   tu victoria es la mía
                                   y orgullosa yo me siento
                                   de ti.
EDUARDO                        Sí, hasta podría
                                   tener poder, como Adolfo,
pero el poder no nos quita                    2260
de seguir con sufrimiento.
Me alegra, sí, la noticia,
mas dentro del mal del mundo,
qué sentido en la partícula,
en el triunfo individual,                         2265
puede brindarnos la vida.
El mundo se desmorona,
y se acuerda en su caída
de mis palabras amargas.
¿Qué motivo hay de alegría?                  2270
ANTONIO                 Tienes razón, no hay motivo
para alegrar la desdicha
de la guerra que acontece,
pero las verdades brillan
incluso en la oscuridad.                         2275
Tus verdades iluminan,
y por tanto traen el gozo
a las cabezas perdidas.




            ESCENA IV: Eduardo, Adolfo, Ana, Antonio
            Adolfo llama a la puerta y Eduardo le abre.

EDUARDO                 ¡Adolfo!, ¿tú por aquí?
ADOLFO                    Hola, Eduardo y compañía.                   2280
ANA                           ¿No estás en el ministerio?
ADOLFO                    Ya no.
ANA                                      Luego tú sabías...
ADOLFO                    (Mirando a Eduardo y a Ana.)
                                   Hace tiempo que lo sé.
EDUARDO                ¿Y has venido a toda prisa
                                    para sorprendernos juntos?                  2285
ADOLFO                    No, no por tal tontería.
                                   Si Ana está feliz contigo,
                                   y tú con tu vieja amiga,
                                   me alegro por los dos.
EDUARDO                                                   Bien,
luego no te perjudica.                            2290
ADOLFO                    Yo tengo algunas amantes
en las mismas oficinas
que dirijo como jefe.
Mucho te sorprendería
saber cuántas empleadas                                   2295
de toda mi actual plantilla
buscan hacer su carrera
trepando por su carita.
EDUARDO                Eres increíble, Adolfo;
                                    buen camarada quien brinda                  2300
                                   sus tesoros a su amigo.
ADOLFO                    ¡Vaya! Tienes ironía.
ANA                           (Enfadada.)
                                   Me parece bochornoso.
ADOLFO                    Tú lo elegiste, querida.
ANA                           ¿Y también tus escarceos?                     2305
ADOLFO                    No, esos son cosa mía.
ANA                           Yo lo hago por amor.
ADOLFO                    Yo por disfrutar la vida.
EDUARDO                Yo no sé por qué lo hago.
ADOLFO                    Bien está, mas yo venía                         2310
por otro asunto distinto.
El mundo se nos termina,
y he venido para estar
en la pronta despedida
con mis queridos amigos:                                 2315
(Mirando a Eduardo y a Ana.)
vosotros.
ANTONIO                 (Con tono de exaltación.)
                                                  ¿Que se termina?
¿Qué dice usted?
ADOLFO                                           Lo que oye.
De camino se avecinan
dos cabezas nucleares,
y muchas más dirigidas                         2320
a varias partes del globo.
Las naciones enemigas
resultaron ser más fuertes
de lo que todos creían,
y nuestros anti-misiles                           2325
no detienen su ofensiva.
ANA                           Y lo dices tan tranquilo...
EDUARDO                Pagamos las injusticias
por atacar y robar
a aquellos que no tenían                        2330
los buscados armamentos
para destrucción masiva.
ADOLFO                    Otros los ha fabricado,
                                   y están vengando con ira
                                    nuestro apoyo a invasores.                    2335
EDUARDO                El apoyo a juderías
                                   y el robo del oro negro.
ANTONIO                 Llega el fin de nuestras vidas.
ADOLFO                    Nos quedan unos minutos...
                                   (Silencio.)
ANA                           Mi corazón se resigna                           2340
                                   (Dirigiéndose a Eduardo.)
                                    si es para morir contigo.
EDUARDO                Con la existencia perdida,
con el amor y la muerte,
el destino nos invita
a su mundo de silencio.                        2345
ANA                           No dolerán las espinas
                                   allá donde nos iremos.
EDUARDO                Ni desdicha ni la dicha
existen en la gran nada,
ni cielo que dulcifica,                             2350
ni infierno de sufrimientos.
Nada, sólo nada.
ADOLFO                                             ¡Viva
                                   la negrura que nos traga!,
                                   nos engulle sin sentirla.
EDUARDO                Con el amor y la muerte                                   2355
nuestro sentido se pierde
entre las ramas sin verde
del Universo que inerte
a sus retoños devora.
ANA                           Y los amores trascienden,                     2360
                                   por el espacio se extienden,
                                   cuando les llega la hora.
ANTONIO                 ¿Hay en morir un nacer?
EDUARDO                Nacen silencios.
ADOLFO                                             La nada.
                                   De ella no existe escapada.                    2365
ANA                           Hay un amor de mujer.
EDUARDO                Ni de mujer ni de hombre.
Ante la muerte no cabe
más que un sentir de lo grave,
sólo un amor cuyo nombre                   2370
yo desconozco del todo:
Un entregarse a la noche,
un aceptar sin reproche
que es el vivir de tal modo,
y es el morir su destino.                        2375
El individuo no existe.
ANTONIO                 Es gran verdad aunque triste.
ANA                           Mi voluntad ya declino.
ADOLFO                    Felicidades, Eduardo.
                                   Has encontrado el sonido                     2380
                                   del perseguido sentido.
                                   Clava en el blanco tu dardo.
(Por la ventana de la casa al jardín, se ve de fondo un hongo nuclear, de un misil que acaba de caer. Miran todos hacia la ventana y seguidamente se dan la vuelta.)
ANTONIO                 El Apocalipsis llega,
                                   hora de la oscuridad,
                                   y la humanidad, que es ciega,                 2385
                                   verá por fin su verdad.
                                   (Arrodillándose.)
                                   Arrodíllate y entrega
                                   tu corazón al vacío;
al gran Universo envío
el dolor agonizante                               2390
por haber visto el semblante
del espacio negro y frío.
ANA                           No ha venido el Salvador
de los evangelios santos,
sin embargo llegan cantos                     2395
de un final atronador.
Amor, esperaba amor,
que del cielo se bajara
un torrente de agua clara
y que en él nos envolviera                     2400
para abrir la nueva era
donde el corazón triunfara.
ADOLFO                    De nada sirve el poder
cuando la muerte rebaña
con su garfio de guadaña                                  2405
del plato todo su haber.
Y si hay que perecer
dejando todo en la Tierra,
¡qué sinsentido se encierra
en la lucha de la vida!,                           2410
¡qué gran lección aprendida
en los campos de la guerra!
EDUARDO                Con el silencio termina
el tormento de una duda,
porque ésta se hace muda                                 2415
donde la nada germina.
Verdadera es la doctrina
de que el hombre es ser mortal,
y piedra filosofal
sólo la buscan los vivos;                                   2420
ya no somos pues cautivos
del problema existencial.
(Se queda todo a oscuras. Momentos después se oye una gran explosión, a lo que sigue un momento de silencio.)


            CODA

            ESCENA V: dios Manuel, dios Pedro, dios José, dios Francisco, Fatalidad, Poesía, Sabiduría
            Se vuelve al escenario del acto primero sin mesa ni sillas, pero con una imagen de la Tierra desde el espacio con varias manchas oscuras y detonaciones nucleares en todo el globo. Están presentes los cuatro dioses y las tres alegorías.

DIOS MANUEL         ...y esto, dioses, así fue:
                                   un fallido experimento
                                   que no se sostuvo en pie.                                  2425
DIOS PEDRO             Ya lo dije en su momento.
DIOS JOSÉ                 Caos.
DIOS FRANCISCO              Por lo que se ve,
                                   algo debiera cambiarse
                                   en las leyes del ser.
DIOS JOSÉ                                              No,
                                   no hace falta, creo yo,                           2430
                                   que también debiera darse
                                    la destrucción que acabó
                                   con los hombres.
DIOS MANUEL                                    ¿No es fallido
el evento acontecido?
Un ser destructor que acaba                  2435
consigo y lo que se daba
en la Tierra.
DIOS PEDRO                               ¡Sinsentido!
DIOS JOSÉ                 Tal es algo natural,
                                   como violenta explosión
                                   de supernova.
DIOS MANUEL                               Razón                            2440
                                   no le falta.
DIOS PEDRO                              Pero el mal
                                   no vive en el corazón
                                   de las estrellas.
FATALIDAD                                      Permita,
                                   dios Pedro, que manifieste
                                   mi opinión.
DIOS PEDRO                               Sí...
FATALIDAD                                        No es maldita             2445
                                   la esencia del hombre.
DIOS PEDRO                                               Éste
                                   mal obra.
FATALIDAD                             Sí, porque imita
                                   violenta naturaleza,
y no hay en ella maldad,
como tampoco hay bondad,                 2450
no se presenta belleza,
ni se da la fealdad.
Sólo es materia que fluye.
POESÍA                      En su aserción no incluye
                                   poesía.
DIOS FRANCISCO                 Mas amamos                           2455
                                   los dioses verso que bulle
                                   en los seres que creamos.
POESÍA                      No ha sido creado en vano
corazón del ser humano.
De sus cenizas saldrán                          2460
chispas que recorrerán
el horizonte lejano.
Quien un día amor soñó,
algún día será dueño
de los gozos que su sueño                    2465
por el cosmos extendió.
Lo vasto se hará pequeño
cuando se abran las flores
y sus pétalos envuelvan
los apagados colores,                            2470
y perfumados se vuelvan
los silencios creadores.
Se pierde en la inmensidad
el deseo nunca muerto,
se sublima al cielo abierto                                  2475
esa gran idealidad:
amor que vuela liberto.
(Dirigiéndose a Sabiduría y Fatalidad.)
Unámonos en el canto
y no importe si su nombre
es de poetas un llanto                           2480
o bien fatal desencanto
o de sabios; ¡es el hombre!
¿Qué más da que se le llame
amor, razón, voluntad,...?;
todo es la misma verdad                                   2485
según el que la proclame.
FATALIDAD              Cierto que en la inmensidad
                                   se disuelven individuos
                                   como gotas en el mar.
SABIDURÍA                Y hay razones para hablar                     2490
                                   de la ausencia de residuos
fuera de ese vasto hogar.
Todo es del cosmos inmenso,
de sus soles a sus seres
incluyendo sus quereres.                                   2495
DIOS MANUEL         Pues que hallasteis el consenso,
                                   cumplidos son los deberes.
DIOS PEDRO             Cumplidas las creaciones
                                   que en el transcurrir de eones
                                   hemos los dioses creado.                                  2500
DIOS JOSÉ                 Orden, caos.
DIOS FRANCISCO                        Bienhallado
                                   el cosmos de sabios dones.


            ESCENA VI: Gran diosa Naturaleza, Poesía, Sabiduría, Fatalidad, dios Manuel, dios Pedro, dios José, dios Francisco
            Cayendo desde el techo del escenario, baja la Gran diosa Naturaleza, envuelta en un traje recargado, al estilo de las reinas, de ramos, flores, plumas y elementos naturales, con sobriedad y esplendor señorial.

G. D. NATURALEZA ¡Ah!, yo soy Naturaleza,
la gran diosa celestial
superiora al bien o al mal,                                 2505
y he venido para hablaros
de los grandes privilegios
de que goza el gran imperio,
y mostraros el misterio
de lo oscuro y de sus claros.                  2510
Grandes, grandes los dominios
con la fuerza por bandera,
Voluntad en esta era
de colosos y de fuegos.
El océano infinito                                 2515
con sus costas abismales
y de aguas manantiales
en lo inmenso de sus juegos.
Levantaos, vivos dioses,
y mirad altivamente                               2520
a los frutos de simiente
que sembraron vuestras manos.
No dudéis ni un momento
del sentido de la obra
pues valor muy alto cobra                     2525
vuestro arte de artesanos.
Superadme, creadores,
el lamento por la muerte
de los seres cuya suerte
no es vivir eternamente.                        2530
Es eterno lo perfecto,
lo es la misma ley fatal,
existencia que inmortal
sobrevive a lo viviente.
Luz brillante se extenúa                         2535
en su oscuro perecer.
Cada estrella, cada ser,
estallido o eclosión,
parpadea raudamente
como fuegos de artificio,                                  2540
nace y yace en sacrificio
a la gloria en creación.
¡Superadme!, superadme
las minúsculas pasiones
de unos hombres de ambiciones                       2545
que quisieran todo el cielo,
y se hunden en su fango
cuando el cielo les alcanza,
pues no tienen la templanza
que les valga su consuelo.                                  2550
Ved el fin como un principio
en la rueda del destino,
en lo humano y lo divino,
con lo prístino en presente
y en los tiempos del futuro;                   2555
todo está representado
en cualquier instante dado,
vive el cielo eternamente.
Nada nace, nada muere,
simplemente se transforma,                  2560
Voluntad que cobra forma
de mil máscaras que viste.
Siguen curso natural
los torrentes con su flujo,
y los mares y su influjo                          2565
con su ritmo alegre y triste.
Alegrad los corazones
y gozad de la tristeza,
singular es la grandeza
del imperio que he descrito.                   2570
Triunfa el fátum del espíritu,
son las cosas como son,
triunfa el sueño en la razón
persiguiendo el infinito.
POE., SAB. y FAT.       ¡Alabadas las palabras                           2575
procedentes de gran diosa
a quien tildan de grandiosa
por lo grande y lo sublime!
POESÍA                      Fluyen canto armoniosos
                                   de sus verbas.
SABIDURÍA                                     Sabia, muestra                 2580
                                   las verdades la maestra.
FATALIDAD              Del destino no se exime.
DIOS MANUEL         En la nada o en el cosmos,
                                   en la Tierra o el espacio,
                                    sus palabras son prefacio                                  2585
                                   de las obras magistrales.
DIOS PEDRO             No haya vida sin su loa
                                   ni haya loa sin su brío;
                                   no haya muerte en el vacío
                                    de silencios sepulcrales.                         2590
DIOS JOSÉ                 Sólo un orden es posible:
                                   ser un vástago y fragmento
                                   del gran cosmos.
DIOS FRANCISCO                              ¡Movimiento!,
                                   cinemática fundida
                                   a dinámica de fuerzas.                           2595
DIOS PEDRO             No hay del hombre un cometido...
DIOS MANUEL         ...es por ello que ha vivido...
TODOS (los 8)            ...sin sentido de la vida.

                        FIN




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MARTA BRAIER [19.937]

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MARTA BRAIER

Marta Braier nació el 19 de junio de 1947 en San Miguel de Tucumán, provincia de Tucumán, República Argentina, y reside en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Es Profesora en Letras desde 1972, con la distinción Summa Cum Laude, por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Tucumán. Especializada en Creatividad y Crítica Literaria, coordina talleres de escritura. Entre 2003 y 2015 dirigió el Taller Literario para Jóvenes de la Biblioteca Nacional. Ha sido traducida al francés, catalán y portugués. Colaboró, entre otros, en el suplemento cultural del diario “Clarín” (1976-1987). Cuentos suyos fueron incluidos en el volumen colectivo “Sociedad de sueños” (1992), así como textos poéticos en las antologías “Poemas y relatos desde el Sur” (con prólogo de Aitana Alberti, en Barcelona, España, 2001) y “Antología de poesía argentina contemporánea. 18 poetas” (compilada por Cristina Madero, Mario Jorge Buchbinder y Daniel Calmels, Reflet de Lettres, de Francia, y Alción Editora, de Argentina, 2012). Dirigió en 1998 un ciclo de narrativa y poesía en “Liberarte / Bodega Cultural”. Poemarios publicados: “Gestos de minué” (Libros de Tierra Firme, 1999), “Ésta es la tierra, corazón” (Ediciones Último Reino, 2005) y “El río secreto” (Premio Único de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en Poesía Inédita, Bienio 2010-2011, Ediciones El Jardín de las Delicias, 2016).



POEMAS DEL LIBRO "GESTOS DE MINUÉ"

Mujer sentada

Pero sé que debo hablar de esa puerta,
en un hotel para turistas de la calle Cangallo.

Recuerdo con nitidez un finísimo rayo de sol
y las partículas del aire jugando con la luz.
( Ah el sencillo fulgor de una habitación en penumbras ).

Estoy sentada sobre un sucio cobertor.

El conserje me entregó la llave de la diecinueve
y miró con cara de nada
cuando le hablé de tiempo de sosiego.

Cerró la puerta y me dejó queriendo comprender.

( Los mosaicos hacían muecas con su geometría ).

Poco importa si por la calle pasa un hombre,
si hay una fábrica, un frigorífico o muchos árboles.
Pero, el aire. ¿Entra por los pulmones, sale o permanece?

¿Qué hago. Qué hago aquí,
en un cuadrado sórdido y ajeno?
Ajeno. Sórdido. Agujero del mundo, digo.

Sentada sobre un sucio cobertor.


Es más limpio y adorna, le dijeron

La herida del duelo
sale a pasear.
Ha decidido vestirse de rojo,
no soporta confundirse
con la muchedumbre

y se ha puesto a cantar
una ópera vieja
que le enseñara su abuela oh.

Ella quería tener un perro.
En la casa creyeron conveniente
una pecera:
-Es más limpio y adorna- le dijeron.

Pobre perdida piensa perradas
perradas oh.



Obsesión

Hay mucho por hacer:

azulejos blancos 
que brillen
al frote de un trapito.

Insiste el niño en la tarea.

Agua del deseo...

Pero el mundo
sigue despidiendo polvo

y más polvo. 



Naturaleza muerta con nísperos

La cabeza se inquieta en la almohada
para ver. Pero no.

La cabeza se inquieta en la almohada 
para ver. Y vuelve. Vuelve
la frutera de nísperos colmada: el esplendor.

Se inquieta la cabeza en la almohada
Para ver. Pero ni pájaros se ven:
_ está tan alto el cielo, aquí.



POEMAS DEL LIBRO "ESTA ES LA TIERRA, CORAZÓN" 


En llamas 

“ ¿ ... pero, cuándo vamos a despertar, Billy? ”(Aulicino) 

Sueño con cierto pudor
tomo siempre el mismo atajo
la misma calle oscura 

El venía en bicicleta
conversábamos

Hay un caballo muerto
detrás de la ventana
y un pianista 
que no deja de tocar

Uno esgrime razones
tristes redes

El pianista insiste con su melodía
y no deja de tocar furiosamente
no deja de tocar

Antes era fácil creer 
El venía en bicicleta
conversábamos


¿Te viste, voladora?

Ningún prejuicio más ridículo que el prejuicio de lo SUBLIME
Oliverio Girondo

¿te viste, voladora,
al acecho la mano
de adorado temblor

húmeda raíz
encendiendo tardes
de un tiempo ido?

¿Juego de naipes barajás?

Enternece tu afán
la alegría del aire,

ay, hija del pavor


Naturaleza muerta

La luz de la cocina
ha menguado esta mañana
En el centro de la mesa 
la dulce jarra. Sola 
con su justa medida 

pero si nos acercamos
un aire indefenso y tibio 
ronda

Esta jarra te sobrevive, papá,
con su simple manera 
de estar en el mundo

La manija en su lugar
Hueco que recibió tu mano.



La terraza

Anoche vino el sueño a herir
cuando ya poco sabemos
del agua clara irrenunciable

Subíamos a la terraza
a contemplar el mundo

Hoy ni alcanzo a verte

(los hombrecitos de Magritte
caen con sus paraguas
desde el lluvioso cielo)

un sol despiadado 
se pierde entre los árboles

Pero, vamos. Hay que andar la calle
y el empedrado irrita

Anoche vino el sueño a herir
Eso es todo: la sed 

apagándose apagándose



Nocturno Hindú

“...¿oyes?.Alguien llora por la maldad del mundo” 
Antonio

Alguien llora
mientras escribo este poema

No es el rumor del agua
ni el viento entre las hojas

una rama en el río a la deriva

y el poema pregunta y pregunta
la dulce lámpara encendida

pero sé de la luz que se apaga

Alguien llora 
y nada deja de suceder

una rama en el río a la deriva 



Oh, Carol

sopla el día con todo su furor
cuando mirar la hierba es 
mirar la hierba

¿ Qué nos llora? Cae por los costados
aquel galeón del sueño

De añicos esta traza:
tarde o temprano
se acaba por entender

que no hay tren de regreso

deja que la lluvia te moje la cara, baby 

El título está tomado de una canción de Neil Sedaka (década 60-70)


Las cosas

“Las cosas están limpias, ordenadas”
Drummond de Andrade 

“Las cosas están limpias, ordenadas”
- dice Drummond-.” Hay una luz encendida” 

Pero algo huele a peste
en la selecta biblioteca

Cirugía mayor
-reclaman los de blanco
(Serio el facultativo)

“Las cosas están limpias, ordenadas”
-dice Drummond- . “Hay una luz encendida”

Ave María Purísima
-claman las religiosas

Y el mal olor
entra por la puerta entreabierta

un animal informe 
ha ganado la calle

(Argentina,diciembre 2001)



La carcoma

en la madrugada
sube por las calles
un lied de Schubert

        sube      baja     gime

es Ella otra vez
                        Canta
  
entre cartones canta
en una lengua extraña

       y corre baba, ¿oís?

un himno grotesco
     mece la ciudad.
                        

C´est  si  bon

     El piano
dejaba oír suaves notas
y la casa latía

Era  cierta la tarde
en la ventana

      Ahora
todo es precario, leve, azaroso
bellamente humano

     Acaso
el peso de mi cuerpo
sea la única certeza

Ésta es la tierra, corazón:
                           hebras de luz
un acorde sencillo.




Poemas de “El río secreto”


Es la llegada de los panaderos del aire

la abuela dice que hay que pedir un deseo y soplar fuerte
para que el deseo se cumpla

ella pide:      ahí va


                                                                         (el deseo)

                        
*

Algo se gesta en la sala de espera     algo que flota sobre los
cuerpos y las cosas y el aire del verano es aún más denso

las voces han ido apagándose entre las mujeres y la tarde se hace
pesada y cómplice

nadie se mira      hay ojos estacionados en un punto y un sabor
amargo en las bocas

gatos hambrientos     las mujeres dejan soltar una mueca hostil
y melancólica
                                                                      
                                         
*

El techo del comedor de lujo gotea

Antonia ha puesto un balde y el padre ha subido a la terraza
para encontrar el origen

qué origen      no hay origen     hay un agua que corre y no cesa

las gotas son cada vez más anchas y la casa hace música de
goterones

el balde en el centro como un dios indiferente

                                                          (con música de Cage)

                                                   




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MARCOS WERTHEIMER [19.938]

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MARCOS WERTHEIMER

Marcos Wertheimer nació en Buenos Aires en 1992. Escribe desde los 13 años.

Es músico y poeta. Dejó sus estudios académicos para dedicarse a la autoexploración, principalmente a través del Tantra, el budismo y la astrología.

Luego de dos años de taller literario con su madre, la poeta Gisela Galimi, está participando del tercer año de taller con la poeta María Julia de Ruschi. En 2014 realizó una edición artesanal de su primer libro de poemas, La llama que queda.

En 2015 publicó su segundo libro, La luz de un álamo.





ALMA PEREGRINA

Observo esta piedra inmemorial,
hija de cronos.
Siente el rasguño del silencio,
brillo y hendidura
en el rojizo contorno de su herida.
¡Quién tuviera su pureza 
frente al abismo!
Como una sombra mutilada por su espejo,
como la esperanza de quien crece abandonado,
como el agua sólida de la impermanencia,
como yo.
Otro velo ha caído
en la tarde del cuerpo:
he visto mi propia alma peregrina en esta piedra.






EL ENCUENTRO

Detrás de cada encuentro, la soledad.
Detrás de la soledad, el encuentro.

Y ella dice adiós
y es como la muerte
o la calma de olvidarse del espejo
o simplemente se va
y estamos yo conmigo
y la inmensidad del jardín.



DANZA DEL POETA

Bendigo esta danza que me habita,
esta vida que me danza.

El cielo está abierto,
un gran ojo de porcelana
de cara a la eternidad.

Oh danza de poetas desnudos,
ritual de vientos cálidos del otoño.

Lágrima, manantial,
donde se refleja mi rostro de cristal.

¡Descansen sobre mí todas las tristezas!

Ya no tiembles, pequeño.

Ya no tiembles,
poeta.

Tiembla.

Tiembla hasta que tu temblor tenga el ritmo de la luz
o indomable se transforme en el vuelo de los cisnes,
en la carcajada de Dios.

Descansen sobre mí todos los fuegos
hasta que sólo el Sol resplandezca en esta piel

Descanso sobre mí
¡descanso y danzo!

hasta deshacerme

hasta renacer

en la canción que el silencio descubre.



HOMBRE Y MUJER

Son cuerpos desdibujados
sentados frente al misterio.

Él toca el acordeón, nada sabe
de la guerra y de la luz.

Ella canta
o susurra
con su largo vestido blanco
símbolos de viento y olvido.

Él toca el acordeón bajo el manto de su mirada.

Al fondo del pasillo
nada más que
cuerpos desdibujados,
divididos
entre la sombra y el arte,
entre el brillo y la sed.

En la sala
estatuas de lobos y de budas,
paz salvaje,
ferocidad serena mientras él
toca el acordeón y ella susurra.

¿Quién verá bajo la última luz del escenario
el grito de auxilio del hombre en la canoa?

¿Quién sabrá que en los ojos de él
mientras toca el acordeón nacen las lágrimas
al palpar la muerte en la tormenta
si ni siquiera tiene rostro?

Hay un ala rota en el suelo
mientras él toca el acordeón
y ella mira hacia abajo y susurra
palabras que significan dioses y demonios,
que no significan nada,

hay un ala rota en el suelo y en la voz,
un violín abandonado en el rincón
y una plegaria que recuerda
que dios es lejano,
que de dios nada saben
el hombre y su acordeón,
la mujer y su vestido,
el violín y la memoria.

Hay un ala rota en el suelo y la música
huele a silencio.

Él toca el acordeón y nada sabe,
ella canta la voz suave del vacío.

Son cuerpos desdibujados
sentados frente al misterio.



OTOÑO

Hoy el otoño es sutil,
suave como la mirada del tirano
que llora al presenciar el parto de su hija menor.

Hoy el otoño es sutil,
llama de libertad
en el recién nacido
al otro lado del olvido y de la muerte.

Siento cada paso del otoño,
mis pasos que se funden con la tierra.

¿Y quién conoce acaso su propia mano
o el símbolo que en ella se eleva,
puente entre el río y la sal?

¿Quién conoce acaso el otoño
o la lluvia que riega los abismos?

¿Y quién no ha atrapado en su morada una paloma
antes de darle la más pura libertad?

El otoño es esa paloma
que conoce la mirada de la muerte
mas canta por la vida,
canta y es vida y es cristal.




MI PARED

Esta es mi pared.
La miro fijo.
Esta es mi pared de mil formas.
No existe más que mi pared,
la miro fijo.

Pared, cascada que cae
en constante movimiento.
Siempre mi pared ante los ojos,
cielos infinitos entre nosotros, la pared y yo.
Cielos infinitos, también mi pared.

Esta es mi pared de mil formas.
Yo también soy la pared.




HALLARTE

Si hoy no te encuentro ha de ser por buscarte.

A lo lejos, en el fuego, te veo...

Aquí no hay poema, sólo escombros,
el mismo aprendizaje una y otra vez no aprendido,
el de soltar las cenizas
y reír de las estrellas náufragas en tu cuerpo.

Ya he huído

y solo en la montaña crié ovejas
y canté ebrio bajo la luna
los himnos escritos en mi frente
y jamás volví,
   jamás volví,
jamás junto a ellos
jamás
          juntos
                    nosotros,
                                         jamás juntos yo y yo. 

Y allí me oculté de la miseria
y aprendí la verdad escrita en la corteza del viento 

(Pero siempre añoré volver a casa
  y que allí estés, la cena en la mesa,
  la sonrisa dispuesta,
   y la caricia...)

Tanta sabiduría
muere hoy conmigo en la montaña,
me la llevo toda y tú
nunca sabrás que ha sido de mi último poema
que escribí con la sangre de mi cuerpo ya muerto.

La única sabiduría es el
                                               ADIÓS.

Hoy parto
pero no volveré a partir de ti.

Hoy parto
               abierto
                            para hallarte.


*****


Cae el muro de piedra
que separa mi sexo de la luz.

Allí baila mi madre vestida de guirnaldas,
un niño en brazos
que soy yo
y no soy.

La forma de mi cuerpo
se torna difusa, 
abierta.

Tengo miedo
de desaparecer
de ser demasiado grande
hasta que nada en mí
parezca humano.

Cae el muro de piedra.
Un nuevo espacio
entre mi cuerpo y Dios,
un nuevo sexo,
caballos salvajes
corriendo en las praderas del misterio.

Paz. Paz.
Como si hubiera algo que hacer
con tanta paz
además de sentirla.

No.

Simplemente recorrerla
como quien recorre su nuevo hogar
recién llegado,
como quien despierta en la mañana
y mira al sol, sorprendido
de que haya vuelto a salir.

Recorrerla
como quien recorre la ciudad
mientras atardece
y a pesar del ruido del tránsito
todo se vuelve una dulce sinfonía
un rojo degradé
y el canto
de la primera estrella.



*


Los seres de la luna comienzan a surgir,
madres de la tierra
vuelan por las praderas de la sombra.

Comienzan a cantar
la canción de las mareas y el adiós.

Ha llegado el momento
el abismo de nuestros propios recuerdos
la locura en los ojos cristalizada,
nubes ligeras transportan
los mensajes de la luz.

Ha llegado el momento
estamos muertos ya
y aún tenemos que morir,
abandonarnos, abandonarte, abandonarme,
abandonar esta trama de azul algodón,
este recinto de descanso,
hilo de locura, pánico y amor
el momento
susurro de muerte,
paso último
paraíso innombrable
río de eterno devenir
el momento
del misterio de la luna.



*




La música me penetra
con su insoportable belleza,
una caricia
tan doloroso
el vacío
de tenerme
y no verme.

Si hubiera tregua
para mis pulmones
pero la muerte es más un susurro lejano en algún pueblo
perdido, donde nadie ha aprendido
a temerle
y solo cantan
un paraíso
de insoportable belleza.

Los vientos se reúnen
en mi pecho,
la historia
de todos los humanos,
pero la muerte
pero el susurro del tiempo
los surcos secretos de mi piel

y solo canto
un paraíso
de insoportable belleza
y tempestad
o tormento.

¿Cómo es el tono
celeste
de lo inalcanzable?

(¿Cómo es la realidad de la voz sorda?)
(¿Qué es cantar?)

Pero los vientos se reúnen
en mi pecho,
la historia 
de todos los humanos,
pero la muerte
escucho ese temblor
de los vivos,
esa corazonada que nos une con
algo
que nos mantiene unidos
algo
que nos refugia y
nos abandona,
nos deja solos
y nos mantiene unidos
y solo cantamos
un paraíso
de insoportable belleza.

Y no hay fin
más que el de cada día,
cada instante,
este instante:
la noche oscura que envuelve
mi pasado,
la sopa que se cocina en 
la olla
a fuego lento,
las palabras
que crean una brecha
entre el comienzo y el final
donde me ahogo
y me salvo
pero la muerte

solo canta
un paraíso
de insoportable belleza.



*


Veo mi fuego en el espejo del vacío.

Las llamas negadas
los límites 
que le pongo a la vida
al infierno de plenitud.

La libertad se enciende
como un grito silencioso
un poder olvidado
en las ruinas de 
una ciudad muerta,
asesinada
por el “no”.

La locura es posibilidad
de libertad resplandeciente,
el aire nutre
el reflejo 
de los astros
en mi garganta.

-Si vieras la mueca
que roza en mi cara
a la sonrisa y a la muerte...

Queda
una pregunta
frente a tanta vida
vivida y sin vivir,
¿qué se hace?

Mientras tanto vuelvo en tren a casa
escribo estas palabras
sin respuestas,
sólo fuego,
sólo voz.


*



Mi voz ha otoñecido.

Las hojas del árbol
abandonaron el verde tono de los vivos
para cantar la roja melodía.

Penetran la mañana
con un leve vaivén
frente a la muerte.

Es el canto de los miedos 
que permanecen todavía sin tocar,
es el niño que cada noche
esperaba impaciente
el final, y no nombraba
más que la luz
y su ausencia.

El otoño es la fuerza,
secreto de mi alma.
Mi corazón se abre en dos
para cantar la roja melodía.

La ciudad distante, 
pasos cercanos,
un ave,
una hoja que cae,
todo es armonía,
todo es el telón de fondo
para esta música.

Todo es un telón de fondo,
la poesía, el cuerpo
el poeta, 
el cantor,
el tiempo parece suspendido,
la quietud,
el aire denso...

Yo mismo soy
un telón de fondo,
todo es
un telón de fondo
para cantar la roja melodía.



*


Cerveza
La noche me rodea,
frente a ella todos los espejos donde me veo
crecer y morir,
cantar, soñar,
andar desorientado en este abismo insondable.

Bebo de este vaso de cerveza
en un intento celebrativo,
un brindis con la luna llena,
que en la misma calle
me encuentra una y otra vez
al borde de la lágrima,
siempre la misma lágrima,
la misma luna,
la misma calle,
una trama con desenlace
previsible,
cada instante frente a la
incertidumbre,
cada instante vivido
entre lo previsible de mis historias
y la incertidumbre del destino que no tejo,
que nadie teje,
que todos tejemos a la vez
con destellos de belleza
y enriedos precoces
y nunca una
consumación.

Esta noche la luna me envolvió
como a un niño abrazado
por todas las mujeres de la tierra,
danza o acunamiento. Entonces
compré una cerveza
en un intento de brindar
con mis temores,
de gritarle a los sueños
la canción de los vivos
a ver si
logro
moverme
de esta densa
marea
sin forma
que escribe
cada instante vivido.

La cerveza es negra,
artesanal,
amarga. Celebración
amarga. Celebración
al fin y al cabo
junto a mis miedos
y los miedos
de mis miedos
por los siglos
de los siglos
celebrando
viviendo
muriendo:
la verdad.



*


Qué fácil olvido las caricias
de las hojas en los montes,
el sonido de las flores,
sutil canción que vibra
en mis manos.

Olvido los cuerpos salvajes
de los caballos que monto
rumbo a nuevas tierras,
el vigor de la sangre en movimiento.

Qué fácil olvido 
la música incesante de los astros,
el tono de cada constelación
escribiendo sobre mi cuerpo
el poema.

Qué fácil olvido la mirada
de la mujer que conmigo
atraviesa el horizonte,
la blanca sonrisa 
en su cuerpo desnudo.

Qué fácil todo lo olvido
cuando me olvido de mirar
y me separo
y me pierdo en las lagunas de mi soledad
y la soberbia
con los remos partidos,
el cuerpo tenso
y las pupilas ocupadas con
la victoria.

Qué fácil todo lo olvido
cuando me olvido de mí.


*



Lancen el ancla

¡Lancen el ancla!
Que en esta tierra han muerto mis ancestros
y ha nacido un niño.
Las estrellas en la ventana escarchada de los autos
aquella noche
cuando fui hombre por primera vez,
y las mujeres de esta tierra
que he amado,
tus labios acariciando suaves
el contorno de mis labios,
la luna.

¡Lancen el ancla!
Que es la tierra de mis hogares
de paredes encendidas,
los árboles mueren cada día,
las constelaciones
rasgaban
mi destino
en una blanca tela,
una mañana
un roce inesperado,
las estrellas
iluminaron mis ojos,
el ancla en la tierra.



*


Han rasgado la tela de mi prisión y no sé
si estoy adentro
o afuera
o en el espacio intermedio
o si soy la tela
y soy la duda
y soy la nada.

Y ahora que sólo el corazón respira,
y ahora que el cuerpo se vuelve memoria,
espacio intermedio,
nublado,
¿dónde está escondido el fuego?

Soy como un hombre sin camino
andando todos los caminos,
vestido de sueños,
tan desnudo
tan pequeño
frente a tanto vacío.

No quiero consuelo
ni perdón
ni perdonaré esta noche a quienes se atrevan a consolarme,
a jugar con mi herida
esta noche
tal vez sea un perro hambriento
y comeré la basura de alguna ricachona
y no me toques
que estoy
en el espacio intermedio
limbo
a punto de caer 
en el abrazo misericordioso
de los muertos que oculto
bajo mis párpados
donde el azar
ruge
sombras
niños
vidas
ruge
ríos
verde
gris
gris
gris.

Y qué si todo esto fuera un error,
el espacio intermedio,
la meditación,
la lluvia,
la medicación,
el llanto,
el sol, 
la risa,
toda una máscara con que cubrimos el disfraz de nuestra sombra que todo lo abarca, 
todo una niña de negro violada por los dioses más piadosos de mi infancia,
todo una roca,
una roca
que cae.
Qué si todo fuera un espacio intermedio
que nunca acaba.

¿Cuándo la piedad
extenderá su mano
al último mortal?

No, no puedo seguir viendo
las cartas que mi padre no escribió,
no puedo seguir andando ciego
por las hojas de los cuentos de mi abuelo,
ciego,
por la sombra de mis ancestros,
por el canto de sus sombras.

Bestias, memorias,
mi tentación
mi destrucción
mi canto.

Han rasgado la tela de mi prisión,
estoy solo
unido a la garganta del vacío,
soy solo
en el amor y en toda sombra.


*

Las nubes hacen el amor y nace el sol.

¿Para qué?
¿Para qué?
¿Para qué?

Simplemente nace el Sol, las nubes tienen sexo, orgías de aguas que se elevan. Simplemente me siento liviano sin disfraces, y amo este río de tempestad que me recorre.

Pareciera que es más fácil expresar el dolor, como si más me fueran a querer cuando me caigo.

¡Pero me siento libre, radiante! ¡Qué mañana ideal para la magia, para finalmente cubrirme de cenizas y renacer!

¿Para qué?
¿Para qué?
¿Para qué?

Renacer, he dicho; volver a casa. Volver desde el agujero más oscuro a sumergirme en el canto de la tierra, canto de aves y motores, palabras, voces, silencio. Simplemente renacer, jugar con barro y nieve, crearme nuevamente en cada paso. Tal vez esta vuelta sin sentido alguno. Tal vez esta vuelta sin sentido alguno. Simplemente renacer para encontrarnos y perdernos, para escribir, reír, llorar, crecer, cantar, jugar, coger, bailar, comer, reír... reír, encontrar a Dios, esa eterna carcajada que se esconde en cada instante, esa eterna carcajada que destruye la ilusión y nos desnuda. Animales en celo, niños inocentes, nubes y sol y el canto de la tierra.

Para qué...

¡Libertad!
¡Libertad!
¡Libertad!

Las nubes hacen el amor y nace el sol.






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SILVIA SILLER [19.939]

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Silvia Siller 

(México). Silvia Siller es poeta, traductora, consultora en comunicaciones sobre filantropía y América Latina y promotora cultural. Su poemario, De Mariposas y Mantis, ganó el segundo lugar de poesía en el International Latino Book Award 2015. El poemario Madrugada No.5 es bilingüe  (inglés y en español) y próximamente francés y español.

También ha escrito y producido piezas para teatro- flamenco con danza: Este nuestro espacio y El monólogo de la gitana, dos montajes de danza teatro que incluyen sus poemas.

Recibió el premio Gabriela Mistral, Julia Burgos y Frida Kahlo en marzo 2015 por el grupo Galo Plaza en Nueva York por su contribución a la cultura latinoamericana. Tiene maestría en Asuntos Internacionales y Públicos de Columbia en Nueva York y estudió la licenciatura en Relaciones Internacionales en la Universidad Iberoamericana en México y un diplomado en Literatura Latinoamericana contemporánea.

Fundadora del movimiento poético fuegodeluna.org. Silvia Siller ha participado en recitales y festivales poéticos internacionales. Ha vivido en México, París y Nueva York y habla inglés, español, francés, portugués e italiano.





III. AGRADECIMIENTO DE UNA MÁS

Una más
que canta las palabras
desenvainando más preguntas
de los chícharos que cabrían en las respuestas
¿qué más son las entrañas si no salen del ocultamiento sus promesas?
con ese resquemor propio de olvido
de palabras que no se quedan quietas
que van gritando a todo pecho las ansias atoradas
cuando el tiempo nos atrapa en la urgencia
cuando los cuentagotas versos vienen en cascadas
y el tiempo se vacía con cada letra,
¿y si se agotara el agua del desbordamiento
de un abecedario de miedos?
¿y si careciera de las décadas para arremolinar millones de deseos?
el tiempo es cruel cuando indiferente,
sordo sin sonidos mieles
de tan solo otra poeta más
en su sueño cogido por cuerdas invisibles
como venas

Del poemario Madrugada No. 5



Escurre la leche de la luna

Escurre la leche de la luna
en el vórtice de otoño
hiela
ahí
donde la encrucijada tragó al destiempo 
que aulló un poro de brisa

como goteo tiránico y salado
que cristaliza el invierno

y al sur del cielo
un metrónomo de hojas secas
traduce el crujido del sabor rancio
de un arpa

estalla la iridiscente burbuja
que iba asiluetando cuerpos
amasando su universo de miel y barro

ya se despedazan la nostalgia
en instantes de vapor
sin mirarse a los ojos
y confunden las últimas luciérnagas
con las manchas de cemento
en un piso cualquiera
donde quedan roscas oscuras en el suelo
figuras muertas
de jabón

Madrugada No. 5





De Mariposas y Mantis de Silvia Siller

Detalles de la obra:


Autora: Silvia Siller, Mexicana, poeta, políglota, bailaora de flamenco, actriz y productora de teatro.
Comentarios: Arnaldo Cruz-Malave, Isolda Hurtado, Walter Ventosilla.
Portada: Pinturas de Carmen Elena Trigueros.
Publicación: 2014, Urpi editores.


De mariposas y mantis cuenta con 58 poemas en 80 páginas.
Es el primer libro publicado de Silvia Siller.

De mariposas y mantis le acaba de ganar el premio Frida Khalo, Gabriela Mistral y Julia de Burgos a Silvia Siller. Es un premio dirigido a mujeres que se destacan en las artes en New York, lo que significa que el libro es una parte de las razones artísticas por las que la poeta ha sido premiada; y, sin lugar a dudas, Silvia es una vocera tanto del arte como de la mujer, o como ella le llama en su hábitat poético: la mujer prisma. 

El poemario es también finalista del International Latino Book Award en la categoría Best Poetry book in Spanish. 

En gran parte, De mariposas y mantis se trata precisamente de la mujer. Y así la describe en el poema que da inicio a la obra: mujer mariposa, mujer mantis...porque la mujer es muchas cosas en un solo cuerpo; es una constelación girando, indetenible; girando en torno a su familia, a su rol de esposa, de profesional, de ama de casa, de madre, de escudo, de arma...

Silvia conoce al dedillo las vicisitudes de ser un ser dividido en cien partes, y posee el talento y la madurez para llevar estas experiencias al papel, y convertirlas en versos que tanto deleitan, desgarran, subliman, como sorprenden. 

Puede que no todos los poemas en De mariposas y mantis, si se analizan individualmente, sean merecedores de un premio, pero todos, sin excepción, son piezas claves para hacer del libro un hermoso ejemplo de poesía escrita con el alma y con la consciencia. 

Desde que tomé el libro en mis manos, me llamó la atención el cuidado estético del mismo. Portada y contra-portada son literalmente dos obras de arte. El libro se siente sólido, duradero, como algo que tiene peso, calidad. Y luego el juego de colores pastel es de un gusto exquisito. Es un placer sostener un libro tan bien hecho. 

Una vez dentro, Silvia se lanza a la creación de nuestra trayectoria con versos a su propia inspiración: le canta a la luna, a la musa, a la palabra; luego pasa a la melancolía; más adelante al espíritu y al tiempo...como sucede con muchos de los que escribimos un primer libro de poemas, Silvia nos quiso dar una muestra detallada de quien es Silvia Siller por dentro, de quien es ella cuando escribe poesía. Y lo logra. Al final del poemario, al doblar la última página, he sentido que conozco un poco más a la mujer prisma que escribió acerca de sus hijos, sus buenos y malos amores, sus metas como ser involucrado en el arte, y sus pasiones. De algún modo singular y extraño, he sentido que conozco un poquito más de cada mujer.

Junto con poetas como Ross Benjamín, Maureen Altman, Lourdes Batista, Linda Morales Caballero, Norma Feliz, Maria Palitachi, Kianny Antigua, Sussy Santana, Yolanda Hernández, Yrene Santos, entre muchas otras, Silvia Siller pertenece al gran movimiento poético femenino  en New York del siglo XXI, quienes vienen poniendo en alto su rol en las artes literarias, y en la cultura en general.

Me consta que Silvia Siller trabaja en su segundo libro de poemas. Les recomiendo a ustedes leer el primero, y a ella le auguro incluso más éxitos con el segundo.  

Puntos de intriga:

*La musicalidad del poema difiere de la rima. Estos poemas están concebidos como verso libre, sin embargo, muchos se inclinan(con intención o no)hacia cierta rima, lo que puede llegar a confundir al lector.

Edgar Smith



"...yo canto el flamenco porque exhibe faenas
se derraman llagas taconeando penas
allí las mato todas, toitas reinventan

cuando bailo flamenco la guitarra se quiebra
se sacuden de rabia sus cuerdas, queman
engreídas vibran fatuas olas que rompen
puros rojos vivos que entre olanes se esconden
entre puntas patadas humanas y tacones..."


-Fragmento del poema Punta Tacón el flamenco y yo.





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ADRIANA ALMADA [19.940]

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Adriana Almada 

(Paraguay, 1957). Adriana Almada es poeta, crítica de arte, editora. Nació en Salta, Argentina, en 1957; reside en Paraguay desde 1984. Publicaciones de su autoría: Jardines del abandono, Ediciones Tekoha, Asunción, 2015 (en prensa); Patios prohibidos, Servilibro, Asunción, 2008; Colección privada [escritos sobre artes visuales en Paraguay], FONDEC, Asunción, 2005; Zona de silencio, AA Publicaciones, Asunción, 2005; Lugares comunes: Octavio Paz o el Otro que somos, Instituto de México, 2003; Jacinto Rivero: Diez experiencias, Faro para las Artes, Asunción, 2002. Ha publicado numerosos artículos sobre arte contemporáneo. Textos suyos han sido recogidos en libros, revistas, antologías y ediciones colectivas en Paraguay y el exterior y diversos artistas han incorporado sus poemas como parte de sus exhibiciones, entre ellos Francis Naranjo (España), Joaquín Sánchez (Bolivia) y Alejandra Mastro (Guatemala). Actualmente desarrolla un proyecto que integra poesía y performance, en colaboración con artistas de teatro. Participó en el II Festival Internacional de Poesía de Granada (Nicaragua, 2006) y en el VI Encuentro de Poetas del Mundo Latino (México DF y Morelia, México, 2005).

Obtuvo el Premio Oscar Trinidad al Periodismo Cultural en 1999; el primer premio de traducción francesa en el certamen Marcel Pagnol, organizado por la Unión Latina, en 2004; y el segundo premio en el Concurso de ensayos Octavio Paz, organizado por el Instituto de México en Paraguay, 2003. Fue jurado en dos ocasiones del concurso nacional de narrativa Elena Ammatuna (2012 y 2013). Es corresponsal de Arte al Día Internacional (Miami-Buenos Aires) y colabora regularmente en ArtCrónica (La Habana), Correo Semanal y ABC Cultural (Asunción). Es miembro del Consejo Editorial de la revista SURES, publicada por la Universidade Federal da Integração Latino-Americana – UNILA. Dirige una oficina de proyectos editoriales que tiene en su haber más de cincuenta publicaciones sobre arte, estética, literatura y ciencias sociales. Ha sido editora de la Revista AICA Paraguay, arte y cultura.

Actualmente es vicepresidente de la Asociación Internacional de Críticos de Arte, con sede en París, y miembro de su comité de publicaciones.



I

Traigo este viejo corazón en una bandeja.
Manjar extraño.
Ligero y violento. Acidulado.

Exquisito en su amargura, como un buen calvados.
Viejo corazón.
Hojaldre de pena. Crocante.

Un bocado para cada comensal.
Hay que proceder despacio.
Manjar tibio.
Viejo corazón delicado.

Cada mordisco libera un eco
y cada eco un fantasma.

No todas las fauces son iguales.
Algunas apuran la fiesta.
Sin embargo, no hay desgarro.
Este viejo corazón no tiene sangre.
Se ha secado en sal,
en vértigo.



*


tus dedos desprenden hielo
y encuentran agua



*



creo que puedo reconstruirlo todo a partir
del indicio. dibujos, escritos, una que otra
tela... perfumes. creo que puedo. detenerme
un instante, sentir la inminencia del viaje.
creo que puedo. la memoria es tierra fértil,
plena de humus y lombrices que airean la
propia biografía. reconstruirlo todo. como
el homicida la escena del crimen, como el
amante la delectación del amado.


*




si me abandono al recuerdo
me abandono al abandono
me deshago



*



abro las puertas
creo que ha amanecido





-

GIORGIO GHIOTTI [19.941]

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Giorgio Ghiotti

(Roma-Italia, 1994). Estudia Letras modernas en la Universidad Sapienza (Italia). Actualmente, escribe para la página cultura del diario Unidad.Debutó en 2013 con el libro de cuentos Dio giocava a pallone (‘Dios jugaba al balón’) y en poesía con Estinzione dell’uomo bambino (‘Extinción del hombre niño’). Además, ha publicado un libro de entrevistas a grandes poetas y escritoras italianas titulado Mesdemoiselles. Le nuove signore della scrittura (‘Mesdemoiselles. Las nuevas señoras de la escritura’), la novela Rondini per formiche (‘Golondrinas para hormigas’) y, con Angela Bubba, el ensayo narrativo Via degli Angeli (‘Calle de los Ángeles).


(Roma-Italia, 1994). Studia Lettere Moderne presso l’Università Sapienza. Nel 2013 ha esordito nella narrativa con la raccolta di racconti “Dio giocava a pallone” (nottetempo) e in poesia con “Estinzione dell’uomo bambino” (Perrone). Ha inoltre pubblicato un libro di interviste a grandi poetesse e scrittrici italiane in “Mesdemoiselles. Le nuove signore della scrittura” (Perrone), il romanzo “Rondini per formiche” (nottetempo) e, con Angela Bubba, il saggio narrativo “Via degli Angeli” (Bompiani). Collabora con varie riviste letterarie. Scrive per le pagine culturali dell’Unità.


Curadora de la muestra Federica Bologna

5 + 1 poemas de Giorgio Ghiotti


Silvana, hospital

Venir al hospital como una cura
para las muñecas de trapo con las manitos arruinadas
desgarradas por debajo de las muñecas, creía
que así era volverse viejos, hacer hola hola.
Has visto, también se puede no volverse nunca
y hola te lo hacemos nosotros – hay un cielo dividido
mitad del sol mitad de un blanco-plumas
y todos vamos a improvisar.




Silvana, maga

Maga, sin hacerte ver
por el paquete tras el televisor
desfilabas como una espada por el fondo
el cigarrillo, segundo paso
llevarlo a la boca, tercero gozar
de aquel olor de menta Pallini
y tabaco. “Una cada dos semanas”
dijiste “no puede matar”.


*


Mira ahora como es todo
un ejercicio elástico y mental
imaginarte feliz y no caer
por la calle como un mástil
en vertical…
Tengo que pensar en ti fuerte para amarte
menos, tengo que encontrar el cuándo
el cómo, tengo que hacerte pensamiento
que no abre vacíos, pero que abre de par en par
los gestos como en pleno abril.



*



Recoser no quiere decir coser
encima de una historia y yo, lo ves
que asusto, que mientras hablo
frustro el peligro de desanidarte
escondido en cada lugar
todavía te pierdo en formas nuevas,
por ejemplo ahora eres un incendio
como el verano del Dosmiluno
el miedo absurdo del niño
cuando las llamas, más allá de la ventana,
partían las zarzas de agosto,
secaban las moras…



*



No están abandonados estos adioses
dejados a mitad del frío en las habitaciones
son pruebas, regalos, salidas
son calles abiertas demasiado grandes
para mis pasos y para tenerte a vista.
Hay una foto en una plaza de Bolonia
octubre y ya las manos en el abrigo
de lado te crece como un bien
un brotar de ramas y de raíces
mi necesidad antigua de conocer el fruto y la tierra
para no desperdiciar tampoco
un poco de esta luz que te crece
planta, hombre, fortaleza. Y redescubrirte
en la mirada de quien te tendrá
al alba y la espera de las puertas
que enseñan a volver en el ocaso
es una distancia en la que pesa, también, la nieve.



*



El día de tu cumpleaños te has puesto
una camisa nueva de aquellas a la coreana
los botones cerrados hasta el último
aquel cuello sin cuello parecía
un ahorcado elegantísimo un hermoso
a punto de morir en seda.




(en su lengua original, italiano)


Silvana, ospedale

Passare dall’ospedale come una cura
per bambole di pezza rovinate le manine
strappate sotto i polsi credevi
fosse così diventar vecchi, fare ciao ciao.
Hai visto, si può anche non diventarlo mai
e ciao te lo facciamo noi – c’è un cielo diviso
metà dal sole metà da un bianco-piume
e ce ne andiamo tutti all’improvviso.



Silvana, prestigiatrice

Prestigiatrice, senza farti vedere
dal pacchetto dietro il televisore
sfilavi come una spada dal fondo
la sigaretta, secondo passo
portarla alla bocca, terzo godere
di quell’odore di menta Pallini
e tabacco. “Una ogni due settimane”
dicevi “non può uccidere”.



*


Guarda ora come è tutto
un esercizio elastico e mentale
immaginarti felice e non cadere
per la strada come un albero
maestro in verticale…
Devo pensarti forte per amarti
meno, devo trovare il quando
il come, devo farti pensiero
che non apre vuoti, ma che spalanca
i gesti come in pieno aprile.



*


Ricucire non vuol dire cucire
addosso una storia, e io lo vedi
che spavento che mentre parlo
e svento il pericolo di stanarti
nascosto in ogni luogo
ti perdo ancora in forme nuove,
per esempio ora sei un incendio
come l’estate del Duemilauno
la paura assurda del bambino
quando le fiamme oltre la finestra
spezzavano i rovi di agosto,
seccavano le more…



*


Non sono abbandoni questi addii
lasciati a mezzo nel freddo delle stanze
sono prove, doni, partenze
sono strade spalancate troppo grandi
per i miei passi e per tenerti a vista.
C’è una foto in una piazza di Bologna
ottobre e già le mani nel cappotto
di lato ti cresce come un bene
uno spuntare di rami e di radici
il mio bisogno antico
di conoscerne il frutto e la terra
per non sprecare neanche
un po’ di questa luce che ti cresce
pianta, uomo, fortezza. E riscoprirti
nello sguardo di chi avrà
di te l’alba e l’attesa delle porte
che insegnano a tornare a sera
è una distanza in cui pesa anche la neve.



*


Il giorno del tuo compleanno hai indossato
una camicia nuova di quelle alla coreana
i bottoni chiusi fino all’ultimo
quel collo senza colletto sembravi
un impiccato elegantissimo un bel
quasi morto in seta.


http://www.vallejoandcompany.com/5-1-poemas-de-giorgio-ghiotti/



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