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Channel: POETAS SIGLO XXI - ANTOLOGIA MUNDIAL + 20.000 POETAS: Editor: Fernando Sabido Sánchez #Poesía
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ILKA OLIVA CORADO [19.842]

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Ilka Oliva Corado

Escritora y poeta. Ilka Oliva Corado nació en Comapa, Jutiapa, Guatemala, el 8 de agosto de 1979. Desde muy niña vendía helados en el mercado de Ciudad Peronia, en la periferia de la capital guatemalteca.

Se graduó de maestra de Educación Física para luego dedicarse al arbitraje profesional de fútbol. Hizo estudios de psicología en la Universidad de San Carlos de Guatemala, carrera interrumpida por su decisión de emigrar a Estados Unidos en 2003, travesía que realizó como indocumentada cruzando el desierto de Sonora en el estado de Arizona.

Es autora de diez libros: Historia de una indocumentada travesía en el desierto Sonora-Arizona; Post Frontera. Poemarios Luz de Faro,  En la melodía de un fonema, Niña de arrabal, Destierro, Nostalgia, Agosto y Ocre. Relatos, Crónicas de una inquilina.   Publicados en Amazon.com. Una nube pasajera que bajó a su ladera la bautizó como “inmigrante indocumentada con maestría en discriminación y racismo”.

Actualmente escribe en su bitácora personal Crónicas de una Inquilina,  Infórmate, Revista Globalización, SomosMass99, APIA Noticias, (México). AlterInfos,  Colarebo (Venezuela) Revista Punto Final (Chile).

Participa con una columna radial todos los domingos en el programa El Club de la Pluma, en Argentina, misma que está siendo retransmitida en varios países latinoamericanos.

Ha publicado artículos de opinión en Adital, Ciranda, ALBA Movimientos, Diálogos do Sul, Correio da Cidadania, (Brasil) La Haine, Tercera Información, Rebelión, Eco Republicano, El Mercurio Digital, Portal Libertario OACA, Revista Pueblos, Unidad Cívica por la República, Amistad Hispano-Soviética, Cubainformación, Diagonal Periódico, Guin Guin Bali, Los Ojos de Hipatia, Actualidad Alternativa, Tribuna feminista (España), Kaosenlared (Países Catalanes). 
El Ciudadano, Columna Digital, El Desconcierto, El Quinto Poder, Revista Punto Final, Diario Red Digital, El Lapicero,La Serena Online, El Boyaldia, El Matutino,Radio del Mar, Radio Universidad de Chile, El Clarín de Chile, MQLTV.com (Chile). El Progresista, Dossier Político, Zona Crítica, SomosMass99, Agencia Periodística de Información Alternativa, Infórmate Diario Electrónico, México Migrante, Revista Énfasis, The Éxodo, Red Financiera MX, Habitat, Énfasis Turístico, Metrópoli Hoy, Homo Espacios, Entresemana, Frente de Medios de Comunicación Alternativos Independientes -FEMCAI-, Prensa la Noticia, El Zenzontle, Más Dimensiones,Revolución Tres Punto Cero, Pasaporte Informativo (México). Revista con Nuestra América, (Costa Rica). Somos una América (Panamá).   Cubadebate, Cuba en defensa de la humanidad, La Jiribilla  (Cuba).
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Lumbre.

Qué lumbre recorre tu sangre
Qué me quema con tu mirar
Qué brasas guardas silentes
Que en tus poros son tempestad

Dime tú mujer de ausencias
Qué infiernos despertarás
Y cuéntame de las lluvias
Que en agosto son temporal.

Agosto 21 de 2014.
Estados Unidos.



Madre migrante.

Busca en la ausencia,
En los recuerdos
Los besos tiernos
Que recibió.

Busca en los muros
De las maquilas
Donde trabaja
De sol a sol.

En las ventanas
En los ocasos
En las angustias
De migración.

La madre sola
Que en la distancia
Se va muriendo
En desolación.

Es una empleada
Sin documentos
Una de miles
Que entre las sombras
De explotación
Va padeciendo
La vil miseria
De haber dicho adiós.

¿Quién las entiende?
¿Quién las contempla?
Son las madres
Que un día se fueron
A otros suelos
Con su dolor.

Dejaron hijos
En la larga espera
Del retorno que no llegó.

En las fronteras
Quedaron cientos
Como una prueba de explotación.

Sus cuerpos yertos
Que vida dieron
Fueron esclavos de transgresión.

Son las madres migrantes
Sin documentos
Que la pobreza desesperó.

Se fueron lejos
A otro averno
Donde el alma se les secó.

Son remesas que en sus terruños
Hablan de amor
Y de las ausencias
Que quien la espera
No perdonó.

Mayo 05 de 2014.
Estados Unidos.



Día aciago.

Epitafio a Migdalia.

Día aciago.

Cómo escribirte éstas letras niña
Sin sentir este pesar
Tu sonrisa siempre alegre
Tu anhelo de ser mamá

Tardes frías en la ladera
Saltando con ilusión
Qué ironías de la vida
Vos te fuiste y quedo yo

¿Hacia dónde va tu paso?
¿Tan urgente es tu misión?
Patojita de mi cuadra
Día aciago y acre dolor

Los hijos que pariste
Preguntando están por vos
Son semillas que dejaste
Son retoños de tu amor

Niña alegre de mi cuadra
Tu sonrisa quedará
Abonando las miradas
De quienes llorando están.

Abril 17 de 2014.
Estados Unidos.



Ella solía.

1

Ella solía ser sombra oscura
Aislada bajo un diván
No había luna, ni sol, ni viento
Tampoco flores sólo ansiedad

Se arrinconara tras de una zanca
Y se astillaba con tanto afán
Buscaba herirse hasta sangrar
Quedar vacía y expirar

Solos los días y las palabras
Que se ahogaban sin fecundar
Morían llenos tras de un umbral

Ella solía ser hiedra seca
En un baldío que nadie vio
Ser brizna inmunda en un tugurio
Tan alejado de la ilusión

Fue tu caricia de brisa calma
La que la viera sin conmoción
Fue tu niebla de lluvia suave
La que llenara su corazón

No hay herida que la atormente
Ninguna astilla la hace sangrar
Se ha liberado del cautiverio
Que con sus miedo ella creó

Ahora te escribe sus propios versos
Tan imperfectos como su amor.

Abril 14 de 2014.



La bestia.

I

Solas quedaron
Las hiedras secas
En la penumbra
De aquel adiós

Muchos se fueron
Cual peregrinos
Por los caminos
De alienación
Iban dispersos
Acomplejados
Con sus dolores
De renunciación
Pasar los vieron
Iban guindados de un vagón

Allá va el tren
Las niñas chipes
Los güiros juídos
Van todos en el latido
De un corazón
Esa es la esencia
De quien emigra
Sin permiso alguno
Son los neptunos
Que La Bestia se tragó.


II

No se detiene
Sobre los rieles
Es el tren de la exclusión
Ahí van las almas
Y sus aristas
Van todas listas
En el éxodo de migración

Entre vagones
Y plataformas
No existen normas
Para abordar
Solo se lanzan
Con la esperanza
De no caerse
Y expirar.


III

Son los vagones
Con los colores
De sangre viva
Y la seca que se curtió
Rojea en la marea
Entra las vías
Donde murió:
Más de un migrante
Sin pasaporte
Que iba pal norte
Y se lanzó
En la penumbra
De la desidia
En las vías cayó

Del techo la lanzaron
Los policías
Y los grupos de extorsión
Iba ultrajada
La niña que en la vías murió

Después de golpes
Y machetazos
Iba sin brazos
Cuando cayó
Aquel migrante
Que representaba
A las parvadas
Que La Bestia aniquiló.


IV

Martirizados
Y en la zozobra
De no llegar
Volverse polvo
En los escombros
Del transitar
En la ferrovía
Donde saluda al asomar
La Bestia ingrata
Que a los migrantes
Inmolará


V

Sobrevivieron
A los asaltos
Y a los quebrantos
De atravesar
La vil frontera
Con sus jornadas
Sus puñaladas
Y su pesar

Ahora la cuentan
Cuando recitan
Sus experiencias
Al otro lado
Son los emigrados
Que lograron llegar
Los ajusticiados
Que La Bestia no pudo matar.

Noviembre 15 de 2013.
Estados Unidos.



Migrantes del camino.

I

Se fueron solos
Buscando el norte
Sin pasaporte
Los clandestinos
Niños del camino
Los empujados a emigrar

Los convencidos
Que iban a cruzar
Las fronteras embestidas
Por la violencia criminal

Se fueron solos
Buscando el norte
Nada encontraron
Porque no pudieron llegar
Ahí quedaron
Los tristes cuerpos
En los caminos
Sin sus destinos
Y sin sus mamás.


ll

Te estoy buscando
Voy preguntando
En jornadas de peregrinación
Nadie te ha visto
Mija querida
Sos desaparecida
¿Qué haré yo?
Sin tu presencia
Sin tu alegría
Soy agonía
Ya muerta en vida

Te estoy buscando
En mis quebrantos
Voy transitando
En soledad
Los mil caminos
Que recorriste
Cuando te fuiste
Ilusionada y con la esperanza
De perforar
La vil frontera
Mija querida
¿Cuándo te voy a encontrar?


lll

Nos las secuestren
No los torturen
No los ignoren
De paso van
No las ultrajen
No los enjuicien
Que sólo buscan transitar
En sus caminos, en sus desiertos
Nadar sus ríos para cruzar
La frontera con sus cerrojos
Que tiene ojos
Que las vigila
Que los entrampa

No los ultrajen
No las secuestren
Que son migrantes
No delincuentes
Son los hermanos
Las madres solas
Las niñas tiernas
Que de paso van.

Noviembre 12 de 2013.
Estados Unidos.




Frontera.

I

¿Y qué es lo que harás cuando muera la tarde?
¿Escudriñar en la noche e invitarla  a pasear?
¿Entre lunas dormidas y oscuranas de niebla?
¿ O escribirás un poema que le recitarás?
Cuando muera la tarde y agonice el ocaso
Dormiré en su regazo y no pensaré más
En la frontera quedada en tiempos lejanos
Ni  en muros paganos de diez años atrás.

II

Cuando se seque la pluma
Y se niegue a escribir
No existirá  poesía
Ni letra que cuente
Los sentimientos cohibidos
Que anidan en mí
Bailarán con el viento
Los versos dispersos
Que afloran atentos
Y no pueden hablar
Los veré adormecidos
Con sueño y cansados
Buscando una hoja
Para reposar

Cuando se seque la pluma
Y se niegue a escribir
Dormiré en el silencio
De la prosa ausente
De la rima latente
Que no puede expresar.

III

Que no llore la noche
Por lamentos pasados
Son tiempos quedados
En desiertos y cercos
Entre polvo y recuerdos
De migración clandestina
No importa la rima
No ha de acordar
Que no suspire la estrella
Ni la luna apagada
Por  aquella oscurana
Que no volverá.

Nov. 10 de 2013.



Desierto de Níger.

Aquí estamos expuestos
Con nuestros cuerpos disecados
Somos los emigrados
Que el desierto asesinó
Peregrinos del camino
Invisibles trotamundos
Nosotros los del inframundo
que morimos con dolor
En el ocaso de la ilusión anochecida
Agriada la congoja no puede más que llorar
su desconsolada aflicción adolorida
hemos perdido la vida
por la desventura de migrar
en la penumbra de un viaje sin retorno
maleteadas las nostalgias
empaquetados los adioses
tristes recuerdos feroces
nos velarán
Ahí en el silencio enlutado
A la intemperie en llama viva
Desaparecieron nuestras vidas
Nadie las contará

Dirán tal vez que emigramos
Buscando lo no perdido
Solo quien tiene un hijo
Entiende qué es ser mamá
Cuando lloran de hambre
Y tu lastre heredado
Es grillete de esclavo
Que no te deja andar

Darles el sustento
Que tu pecho ya no puede
Que tu patria se niegue
A verte respirar

Buscás en otro suelo
Una desdicha menos fatigada
Con la esperanza aun lozana
Y con  el anhelo de progresar

Aquí están nuestros cuerpos
Los de mis hijos y el mío
Nuestros nombres nadie  mencionará
Seremos acaso noticia de un segundo
En pantalla internacional
Ahí quedaron los migrantes
En desierto  de Nigeria
Buscaban llegar a Argelia
No lo pudieron lograr

Para   las almas de 87 emigrantes encontrados hoy en el desierto de Níger. Siete hombres, 32 mujeres y 48 crías. Y para todos los que murieron, están muriendo y morirán en los desiertos del mundo entero, emprendiendo la aventura de emigrar.

Octubre 30 de 2013.
Estados Unidos.




Los genocidas.

La avenida los ve desfilar
En sus carros bien blindados
Ahí van los enjuiciados
Que sangre derramaron
A expensas de un traidor
El mismo ruin opresor
De finura de gendarme
Que con la justicia traficó

El arriate los observa
Van vestidos en tacuche
Es tan sólo el estuche
Que esconde su pudrición
De magistrados bien vendidos
De jueces corrompidos
De mustias ataviadas
Que el lujo estrujó
Son las juezas desdichadas
Que la avaricia cercenó

En la acera los esperan
Los muertos nunca juídos
Son los siempre vivos
Que memoria han de enflorar
Los honrados desaparecidos
Las mujeres ultrajadas
Las miradas siempre honradas
Que el olvido no acoraza
Son los nombres que en cachaza
De caña en el molino
Endulzan la conciencia
De quién los recordará

Las paredes los vislumbran
Aunque escondan las tumbas
De las fosas clandestinas
Que gritan identidad

En la calle dejan huellas
De botas militares
Y recitan los portales
En prosa y letra clara
Ahí va jauría
Que al país vendió
Que la sangre derramó
De su pueblo campesino
Ahí ya el asesino
Que con lasciva mutiló
Ahí van los genocidas
Que el mundo conoció

Los zaguanes los vigilan
Desde el atrio los escoltan
Las rimas de la vida
Que poesía han de cantar
Cuando nazca la justicia
Y entone dignidad.

Octubre 29 de 2013.
Estados Unidos.




¿Y a mí?

Cipote lustrador
Niña ultrajada
Mujer golpeada

¿Y a mí?
Analfabeta
Mozo, leñador
Tortillera, maquiladora

¿A mí?
Albañil, brocha
Muchacha, sirviente
Carpintero, cargador

¿Y a mí?
Invisible
Detestable de arrabal
Trabajadora sexual
Basurero, zapatero

¿A mí?
Vagabundo en la miseria
Vendedora ambulante
Ishta de la cuadrilla
Que corta el grano de café
A mí vientre preñado
Producto de una violación

¿Y a mí?
Desaparecido, asesinada
A mí que huelo pegamento
Entre los tormentos de la marginidad
A mí que muero de frío en la covacha del baldío junto al lodazal

¿A mí?
Socavado en un alud
Descalza y anciana
Agonizando en el silencio
De la miseria que amordaza

¿Y a mí?
Que no soy letrado
Tampoco egresado
De tu universidad
Ningún artesano fino, enchaquetado,
Vanagloriado en su inmensidad

¿Y a mí?
¿Qué poeta me nombra?
¿Qué voz me canta?
¿Qué lienzo me dibuja?
¿Qué ojos me miran?
¿Qué escritor me redime?

¿Y a mí?
¿Qué artista me dignifica?

Ilka Oliva Corado
Octubre 28 de 2013.



El desterrado.

I.

Se van los sueños
Buscando el norte
Ahí se esfuman
Sin respirar
Se ahogan solos
Y en multitudes
¿quién los encuentra?
¿quién les da paz?
¿quién les pregunta, a dónde vas?
Vení te ayudo, vas a cruzar
La vil frontera
Y llegarás
Al otro lado
Donde se mueren de soledad.


II.

El retorno tan añorado
El tiempo lo devoró
La fría ausencia
La tierra extraña
Y la agonía de la ilusión
También las cuitas
Que se marcharon
En los caprichos del ventarrón
No queda nada
En el alma sola
Se ha vuelto polvo
Que la lluvia se llevó.


III.

Lejos de la tierra donde nació
El desterrado advierte la vida
Que pasa sola sin saludar
Lleva nostalgias en su equipaje
Y tantas ganas de reclamar
A las hondas penas que la apuñalan
Y que la empujan a transitar
Cual vagabunda sin ruta alguna
Acompañada de soledad
Y de los yermos abatimientos
Que la obligaron a emigrar.

Abril 13 de 2014.
Estados Unidos.




Aquí estoy, mujer.

Aquí estoy mujer,
Mi voz se pronuncia
Desde mis pasos exiliados
En la ausencia de las fronteras
Desde la audaz memoria de mis ancestras
Transito por desiertos
De urbes pobladas de vanidad
Donde la humildad se esconde

Admiro pues la aldea donde soñaron
Las brujas lanzadas a la hoguera
Con hechizar la dependencia
Y volverla redención

Mis silencios tienen denuncias
Que en la noche gritan
Que en el día reivindican
Mi género en alerta
Siempre presto
Bravío, foráneamente sublevado
En todos los idiomas del corazón

No teme a los gendarmes del patriarca
Mis manos escriben con la solidez
De las venas de mis abuelas:
Creativas, curanderas, costureras, comadronas
Sembradoras, curadoras, hierberas, artesanas
Insumisas todas, en unísono combate
Que ninguna afrenta puede someter.

Yo soy pues, el fogón de brasa viva
De mis propios pasos
De mi herencia Garífuna y Xinca
De mi piel color de barro
De mis etnias que retoñan en mis poros
De la roja sangre que puebla mi ser

Mi letra es la voz de las silenciadas
Aldeanas, pueblerinas
De las honestas campesinas
Que no privó el abuso del patrón
Mi letra es la voz de mi propio testimonio
El pulso justo de mi liberación.

Enero 07 de 2014.
Estados Unidos.



Gélido enero.

Arrulla en silencio la nieve que puebla
La gris ciudad
Gélido enero aposento de invierno
Viento austero que no sabe a dónde va

Tranquilas las noches duermen serenas
No pagan condenas por la indiscreción
De cautivar en sutil halago
A la bruma que frente al lago
Sin querer sus aguas ha despertado
Y a sus pies se han postrado
Suplicando seducción

La luna se esconde no muestra esplendor
Prefiere la niebla, la nieve y su conspiración
Para saberse añorada y por siempre bien amada
Por la oscurana que taciturna reclama su luz

Las horas deambulan buscando calor
En las fogatas de ocote verde
Que arden desnudas sin mesura alguna
Las lumbres que alumbran la soledad

Enero es de invierno, gélido hechizo
Que ni por tan plomizo deja de enamorar
A esta ánima mía, que sin afán de letanía
Por él, poeta será.

Enero 04 de 2014.
Estados Unidos.




Niña de ocote verde.

Yo respiro desde la arteria misma
Del corazón del tiempo
Soy sendero y floresta
Ningún lindero pone fin a mi denuncia
Mi pecho certero no sabe traicionar

Soy la quebrada de agua clara
La milpa y mis pies descalzos
Soy albedrío, luna de cuarto menguante
Soy mi género en revolución
Soy la brea de mis ancestras
Que gritan desde la memoria
Que es nuestra noria y fogón
Soy mi sangre que baja
Soy mi espalda que trabaja

Yo soy la denuncia de la opresión
Mi honra hirviente,
Mis ojos se miran de frente
Soy campesina, indígena
Herencia de mi pueblo milenario
Que con los mercenarios
Se niega a negociar

Soy la hiedra que resiste
Soy la zarza que embellece
Al monte que cuando crece
Su verdor es de lozanía
Y su raíz de alegría
Que fecunda liberación
Entono la canción que mi corazón
Escribe, la que a mi alma redime
Y le da vida a mi voz

Soy el rostro de la decencia
Que ustedes con sus ciencias
Se empecinan en estudiar
Nada entienden de diversidad
Le temen a la equidad

Cartón de universidad
Para expropiar a mansalva
A la tierra con sus entrañas
Que llora sangre y perversidad

Soy las voces unísonas
Del eco de mis querencias
Soy la niña, jóvena y mujer
Que a desistir renuncia
Que denuncia sin temer
Porque la lucha cuando es justa
La conciencia hace arder
Que el ocote cuando está verde
A la hoguera ha de enaltecer.

–A las niñas, adolescentes y mujeres del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

Enero 03 de 2014.
Estados Unidos.




Ya está listo el flash.

El tiempo va de prisa
No quiere esperar
Pronto se acaba el año
Hay que celebrar
Las horas se detienen
No quieren avanzar
Lloran a los difuntos
Que en fosas están

A las que llevan años
Sin aparecer
La memoria justa
Las quiere enaltecer
Hay que alzar las copas
Vamos a celebrar
Pronto se acaba el año
El olvido es letal

Aquí estamos los vivos
Vamos a disfrutar
Somos los transeúntes
Que de paso van

La vida va de prisa
Subamos al tren
Cerremos las persianas
Finjamos no ver

Cuerda es la indiferencia
No requiere ciencia
Esconder lo atroz
Alcemos las copas
Vamos a celebrar
Por el año que viene
Y la oportunidad
De seguir viviendo en complicidad

Solapemos todos esta vanidad
La injusticia no tiene equidad
Hombres y mujeres
Vamos a amurallar
Este silencio ingrato
Hagamos un pacto:
Alcemos las copas
Vamos a celebrar
El año que muere
Y por el que vendrá
Sonaríamos todos
Que la foto quedará
A pesar del tiempo
Ya está listo el flash.

Diciembre 30 de 2013.




Vos.

Vos. -A Cote.

Vos, brisa de verano
Calor de medio día
Vos, autodestrucción
Frío de invierno
Agua de lluvia
Sed, confianza
Vos, liberación
Temperamento
Sexo y pasión
Vos, sensualidad
Exposición, tesón
Vos, mujer de viento
Volcán en erupción
Fuerza, contratiempo
Desnudes sin sumisión.

Dic. 27 de 2013.




Ceniza en la ciudad.

Triste la tarde se encenizó
Las calles se lamentan en desolación
En una esquina un mendigo está
Frío es el invierno en la ciudad

Nadie lo mira
Pretenden no observar
Es imprudente y mayor su afán
Por las compras de fin de año
Que aclaman desde el portal

El bolsillo roto
Preguntando está
Habrá sustento o es una noche más
Sin abrigo alguno pernoctará
En medio de la urbe que lo ignora y ya
El mismo mendigo que anoche murió
En la misma esquina y nadie lo miró
Era invisible para la tanto afán
El hastío mismo de la Navidad.

19 de diciembre de 2013.



Madres de la migración.

Y van en caravana
Las madres de la migración
Buscando a sus crías
Las inocentes melodías
Que la adversidad ensombreció

Claman por ayuda
Necesitan encontrar
A los hijos que se fueron
A las hijas que emprendieron
La travesía de quien nadie quiera hablar

Son las madres desoladas
Las de la esperanza a flor de piel
Las cansadas, las señaladas
Las honradas, las que nadie quiere ver

Son las caminantes
De mil fronteras
Las rurales, las urbanas
Las hermanas que se niegan a decaer
Aunque con ello la vida se les vuelva hiel.

Diciembre 09 de 2013.




Callada noche.

Noche, callada noche
¿Hoy no cantarás?
La nostalgia de los grillos
Que lejos están

Noche, callada noche
No iluminarás
Con la luz de las luciérnagas
Que ahora andan en el guatal

Noche, callada noche
Tu embeleso es de neblina
Allá en lo alto de la colina
Tu nostalgia arrullarás

En el campo abierto
De los potreros de mi pueblo
Dormirás como en otrora
Deshilando las horas
Que te verán amanecer

Noche, callada noche
Guardá tu silencio
Bajo la almohada
Y que ninguna nevaba
Lo haga despertar.

Diciembre 09 de 2013.




Clandestinos

Son los anhelos que saltan hacia la muerte
Emprendidos en delirios de necesidad
Las murallas que apuñalan las miradas que no duermen
Son los sueños desidentes que se atreven a migrar

Clandestinos
Los caminos que abrazan la violencia
Enredados en senderos de complicidad
Los ojos que no observan
La injusticia perpetrada en las entrañas del migrante que tiene necesidad

Clandestinos
Los asesinos disfrazados de legitimidad
Los silencios sobornados
Bien pagados por la impunidad

Clandestinos
Los difuntos que en la muralla quedarán
Los huesos que en las fosas clandestinas en polvo se convertirán

Clandestinas
Son las vidas peregrinas
Que a oscuras y en neblinas
Las fronteras cruzarán.

Octubre 27 de 2013.





No hay nadie afuera.

Suena el timbre y asoma la mirada que se aísla
No hay nadie afuera
Tocan la puerta y se agita el corazón
Observa entre los rendijas de la ventana
No hay nadie afuera

¿Quién será que toca a deshoras?
Apenas es medio día
¿Será acaso la agonía que lo llega a visitar?
Va e interpone su renuncia
¡no más desafueros, no más tristezas!
¡no más viles bajezas que lo han de tortutar!

Con las traiciones en bochorno
Con la omisión cautiva, lasciva, corrompida
No con tantas heridas que le han de expropiar
Los torrentes sanguíneos

El corazón ya no es un niño que quiere jugar
Es un anciano cansado, con sus arterias enjutas
Remendadas, ajadas en tantas disputas

¡No! Va e interpone su renuncia
ninguna reja, ninguna puerta trancará su libertad
¡sale entonces a la calle y va a manifestar!
¡Quiere justica y la va a encontrar!

Octubre 24 de 2013.
Estados Unidos.



Elogio a la niña.

I

Yo te enaltezco a vos niña
De campo verde, de siembra seca
de fogón  perenne, de silencio tardío
a vos chirisa prematura de forzado trabajo
de manos hacedores, inventoras
de labios creadores de cantos silvestres
de sonrisas tristes barnizadas de alegría

Una apología para vos
Tierno pezón inocente
Piernas rollizas que corren huyendo
De los tormentos del abuso
A vos que no hay  golpe intruso
Que te robe  ilusión
Tampoco ninguna sumisión que esclavice tu inocencia
Es pura tu esencia de cipota en floración

Un elogio  a  vos que madrugás
En el sereno  de la alborada
Mi niña atareada  la brega deshierbás
Con tus manitas exploradoras
Deshilas el tiempo zurcís las horas

Un verso incauto y  raudo
Para tus ojos que miran con ternura
La belleza de la premura
Del chubasco cuando avista
A vos que escalás las aristas de la inequidad
Sin ninguna complejidad  que te condene
Ningún dolor te duele hecho de más  en la herida
Sangrante y viva tu senda caminás
Cansada avanzás aunque incomprendida, desconocida

Invisible para quien no sabe observar
La hazaña que te compete
Nacer  hembra y contra la sociedad que te arremete

A vos  niña
Yo te escribo
Ahora que estás en tus que haceres
No olvidés que  siempre hay amaneceres
Que traen consigo oportunidad
Salí andála a buscar, que el miedo no te condene
Vos sos arrecha, que  el ultrajo no te enajene.


II

Una muñeca para la niña
La distinta, la educada
La bien alimentada
Que duerme en su camita individual
La que sabe de modales pero no de equidad

Una muñeca para la niña
Para que juegue a ser mamá
A cambiarle la ropita antes de almorzar

Una muñeca para la niña
de cabello rubio y piel lechosa
para consentir a la caprichosa que admite la sociedad
con su vulgaridad de princesa
de cuentos  inventados,
así evitamos el enfado de su reproche
démosle tres muñecas  para que derroche
su avaricia de criatura y evitamos la tortura
de verla adolescente exigiendo inclemente
la devolución  de sus derechos asaltados,
que desde la infancia fueron robados
disfrazados en regalos

Una muñeca para la niña
Así crece en la casita
Con su rutina de bonita
Y la maneamos desde ahora
Para que no entienda las horas
De despertar a la conciencia
Y sea de las que en la indecencia
De una comodidad desmedida
Cultive la ironía de un patriarcado en su pecho
Y guarde bajo su techo el puñal de la traición
Y siga en la sumisión de buena mujer en su lecho.


III

Solo un día para vos
Invisible desde siempre
Aunque han obligado a tu  vientre
A florear en el baldío más marchito
Ultrajada en la cornisa
De un poblado que lo sabe
Es un secreto en clave
Que pasa de boca en boca
Y nadie lo revoca
Porque es cultura la de solapar
Y la de guardar los secretos que nos han de avergonzar

Un día y a duras penas
Y empujando van las horas
Para que acabe pronto el recuerdo
De tu existencia en este mundo
Para no escuchar tu canto iracundo
Traspasando en nubarrón
Tienen miedo a tu expresión
Propiciada con tu entraña
Siguen tejiendo la telaraña
De una cárcel sin barrotes

Prisionera de la doctrina
de la iglesia que traicionera
te apedrean sin demora
y te engrilletan en la cocina
para que echés las tortillas
que otros se han de soloquear
vaya falsa libertad que la aplauden con descaro
quienes en la iglesia comulgan inconfesos
del crimen de la esclavitud
fingen con rectitud
no saber de los excesos

Un día para vos
que sos el calendario
que sos  la inmensidad
que sos la braza y la hoguera
sos el princicio y el fin

un día para vos
que sos el canto y la trova
la poesía sin demora
que urgente aflora en celebración
de la dicha de saberte tierna flor en capullo
que en su tiempo ha de reventar
para belleza del camino, el sendero que ella misma ha de andar.


IV

Porque tu derecho es
Caminar en albedrío
Hacer de tu huerta un juego interminable
saltar el avioncito, hacer ondas de guayabo
Trepar los árboles de fruta sin que el prejuicio los argeñe
Sembrar semillas en tus manos
Que de mujer han de florecer en campos sin  establos

Porque tu derecho es,
ser agua de nacimiento que se bebe en el cutumbo
Ser la revolución de tu arte sin estantes
Dibujar en las nubes cuantas figuras se te ocurran
Y si en abstractos se colorea tu emancipación
Que no te amedrente el pincel  y su condura
Libre es tu mente de criatura
Que la locura que otros temen sea tu horizonte por surcar
Tenés dos alas volá las lejanías  inventadas
Que nadie ha de imaginar


V

Tu carne es comercial
Tu piel una chequera en blanco
Tu cérvix tierna una invitación
A la transgresión bien remunerada
En fajo de papel que vale más que tu  denuncia
De respiro agitado temeroso del dolor

Dos pezones que no emergen todavía
Son la efervescencia de la lasciva del ultrajador
Que paga alto el precio por romperte la inocencia
A la fuerza, encerrada, ensimismada
Sola vos y el violador
Bien es tu Tata, tu tío, tu abuelo
El amante pasajero que tu madre idolatra

Comercial para la renta en minutos
Horas, noches y días
Para la algarabía de fiestas en orgías
De finas gentes y sus alegorías de sociedad
Niña del arrabal que alquilan por la miseria
De una muda nueva, de zapatos sin remiendos
Por un par de cuadernos para ir a estudiar

Comercial es tu carne para quien te utiliza
Sos el barniz de la repisa donde guarda su arsenal
Con tu pubis blando ha de negociar
Las lujurias  ingestas en patrón de siglos disimulados
Con repellos de pulcritud, así decoran la virtud del negocio millorario
Que llenan y llenan los talonarios en cuentas no asalariadas
Mientras que vos  niña, sos siempre la violada.


VI

Voy a firmar una petición de tiempo indefinido
Para hacer de tu sonrisa un patrimonio de  mi paranoia
Que no tenga caducidad  ni sea extinto por la sensatez
Niña vos serás dignificada en mi memoria que no olvida

En mi oda que deshila los versos de mi corazón
Niña vos sos la canción de la nube en desamparo
Que el cielo encapotado ha denigrado por su oficio de heladera
Vos creciste en las laderas del arrabal y su mercado
Ser mercante ambulante anunciando a las carreras
Ser invisible transparencia de la decencia del trabajo
Hermosa infancia con su responsabilidad y ajetreo
Escribiste la poesía en la que hoy yo creo
Y me concediste la venia de expresar
así te he de honrar en la lejanía desde donde te veo.


VII

Danzante de música callejera
Va la niña ambulante
Con su venta en un costal
Envuelta en un yagual lleva su honestidad
Ha dejado la vergüenza empeñada en una esquina
Ésta se  ha aferrado como niña fina
a su pobreza aparentar

Ella la arrecha y liberal
Extiende sus tres chirajos sobre suelo de la avenida
Vende dulces y golosinas
cigarros y pirujos  untados de frijol
panes con jamón para el de paladar refinado
ella come pan frío  del día anterior
remojado en agua en su vaso de peltre
es gente decente la pobreza la  hace honrar

ofrece en la reventa, camisas de segunda mano
calcetines remendados por sus propias manos de chiquilla
ella sale de la alcantarilla y se va a La Terminal
a vender en el baratillo de los sótanos del mercado
los costales de zapatos que recoge en el vertedero
los remienda  y lustra y con ellos gana dinero
para alimentar a los cuatro hermanos
que la esperan en la puerta siempre abierta
de la choza  de la necesidad
ella es la niña que respira en la  invisibilidad.

(A las tantas niñas que conocí en los sótanos de La Terminal, nunca las olvido).


VIII

Con su perraje  de colores
Sale la niña sin desayuno
A treparse al autobús que la conduce hacia la plaza
Lleva la venta que fotografían los turistas extranjeros
Y en las ampollas la tristeza de caminar descalza

Ofrece los collares, pulseras y anillos
Hechos de lana que su madre tiñó
Si termina la venta compra un libra de azúcar
Máiz y frijol, la cal para el nixtamal
Y una media libra de arroz

Con su perraje de colores ve pasar la vida en la calle principal
Y ella siempre  acurrucada en la banqueta
De donde la corre la municipalidad
No quieren mendigas que espanten al turista
A los artistas, indias sucias y ariscas
Con sus ventas de miseria
Que se vayan a la feria del final del baldío
A rosarse con el gentío de la plebe enajenada

Ella triste y silenciada
Con su perraje de colores
Camina en los alrededores y vuelve a regresar
Ofrece las pulseras, los collares
Es la niña que con su corte y su güipil
Ajena el arte de las manos de su madre
Que después heredará
serán entones sus hijas las que la venderán.


IX

Feliz va la niña a estudiar
Camina por la vereda
En la orilla de la cuadra
Va hacia la escuela
Al final del arrabal
En un sitio del poblado
Con su techo enlaminado
Ahí está la escuela que la espera para deletrear
Las bocales y las letras
Del abecedario que emancipada
Lleva sus chiripas para jugar
Dos tiras y una gotita
La chimbomba la perdió
En el triángulo y los hoyitos
En la tortuguita la recuperó

Feliz va la niña  a estudiar el abecedario
Los días del calendario y la iniciales de su nombre
Repite las frases  que la maestra escribe en el pizarrón
ella es  indómita revolución
no necesita de ninguna ciencia para saberse  hacedora
con sus manos creadoras,
gana los cincos al cipotal
sin embargo su vicio es el de estudiar
va a la escuela para empoderar
la libertad de sus neuronas.


X

Ya es medio día y te queda la mitad
Para conmemorar el segundo año del designio
Niña de los pantanos, de las montañas
Y los desiertos, niña de la ciudad
Niña campesina, niña de urbe erguida
De país en desarrollo, de potencia mundial
Niña de equidad, tus manos son las mismas
La misma letra que en diferente idioma has de cantar
Es la tonada de la visibilidad.


XI

Contra el viento austero
Contra la lluvia copiosa
Contra el sol que abrasa
Contra la soledad silenciosa
Contra la congoja
Contra el frío que quema
Contra el hambre que traiciona
Contra la miseria que ordena
Contra la mano que golpea
Contra la escuela lejana
Contra toda carcajada burlesca
Contra la impunidad
Contra el señalamiento
Contra tu vientre tierno preñado en desventaja
Contra la mortaja si te atrevés a hablar
Contra la opresión
Contra el castigo
Contra el ultraje
Contra todo chantaje atrévete a respirar…


XII

Te llaman  inconformista
Insurrecta, fastidiosa
Te gritan revoltosa
Porque sabés denunciar
Porque gritás con tu voz de periferia
Porque exigís a la miseria que se largue con su emboscada
A calles de alcurnias solapadas

Te llaman insurgente
Mal viviente, huele pega
Niña precoz
Porque sabés cómo y cuándo se coce el arroz
Que otras se atraviesan en la vil gentileza de patrona que maltrata

Te señalan de amotinada, sublevada
De puta de barriada
Porque caminás a deshoras
Después del trabajo a la escuela
Nocturno tu entendimiento se enaltece
Vos  sos enredadera  que crece
En la decencia de la ladera

Adolescente madre soltera
Que sueña a todas horas
Sin demora sos río que suena
En caunce desatado de invierno  en periferia
Te gritan, subversiva
No soportan que estés viva
Que denunciés, que soñés
Que grités, que emancipés.

(Con amor profundo y admiración a las madres adolescentes de la escuela nocturna de mi amada Ciudad Peronia, nunca las olvido).

Octubre 11 de 2013.
Estados Unidos.






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AZHAR AMARA [19.843]

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AZHAR AMARA

Azhar Amara (San Juan, Puerto Rico,1993).  Poeta y declamadora. Estudia Historia de Puerto Rico en la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras.  Actualmente trabaja en un poemario inédito para publicar próximamente. Ha publicado en revistas de poesía nacionales e internacionales.


Azhar Amara è nata nel 1993 a San Juan, Porto Rico. Poeta e voce recitante, studia Studi Portoricani  presso l'Università di Porto Rico, Río Piedras. Attualmente sta lavorando al suo libro di poesie inedite: La Ostra y otros poemas del collar, di prossima pubblicazione in spagnolo e italiano. Ha pubblicato poesie su riviste nazionale ed internazionale e su  Revista Identidad tra le altre.



Dime si has tenido una mujer que te nade por dentro
y entre pelo y vacío inventas el azar
Dime, hombre de una sola multitud,
si te lanzas descalzo a este agujero de mi espalda
que mi piel derretida te envuelva de ámbar
para que las mujeres del hambre te vistan
sobre el dolor de la niñez
Yo me entregaré a las bocas del reloj
a la perdición de saberme en cada línea de tu rostro
en cada espiral de humo cuando me transitan tus besos
Dime, hombre de azar, que tal fue el entierro del sol en tus manos?
Dime, hombre claroscuro, que tal fue mi muerte en tus ojos?
Acaso no me puedes nombrar llamando al silencio?
Dime, hombre de quena, si te atreves a beber el insomnio de mis senos




Dimmi se hai avuto una donna che ti nuoti dentro
e tra i capelli e il vuoto inventi l’azzardo
Dimmi, uomo di una sola moltitudine,
se ti getti scalzo in questo buco della mia schiena
che la mia pelle sciolta t’avvolga d’ambra
così che le donne della fame ti vestano
sul dolore della fanciullezza
Io mi darò alle bocche dell’orologio
nella perdizione di sapermi in ogni linea del tuo volto
in ogni spirale di fumo quando mi passano i tuoi baci
Dimmi, uomo dell’azzardo, com’è stato il funerale del sole tra le tue mani?
Dimmi, uomo chiaroscuro , com’è stata la mia morte nei tuoi occhi?
Forse che non puoi nominarmi mentre chiami il silenzio?
Dimmi, uomo del flauto, se osi bere l’insonnia dei miei seni





que rico huele
huele a tierra mojada
huele a incienso de nube
a luna menstruada
a tu cuerpo salitre
y a tu sexo de algas
huele a carraízo
cuando se viene entre dos montañas
huele a una sequía que suda
cuando se hace el amor
con agua de lluvia
en el fogón
que rico huele
huele a tierra mojada
a mujer germinada en el jardín





come odora delizioso
odora di terra bagnata
odora di incenso di nubi
di luna mestruata
del tuo corpo salato
e del tuo sesso di alghe
odora di lago
quando scende tra le montagne
odora di siccità che suda
quando si fa l’amore
con acqua di pioggia
nel focolare
come odora delizioso
odora di terra bagnata
di donna fiorita nel giardino




Tuya 

Anoche fui tuya
no era yo, ni ella, ni aquella
ni la otra ni la que fue
ni la que había sido o será hoy
tampoco es la que escribe este poema
fui tuya, nada más, sólo eso
tuya como metáfora
tuya real
tuya como el calor mortal de estas horas
tuya muerta y viva
tuya lejana
tuya tan cerca y tan cerca que soy todo lo que respiras
tuya pregunta
¿serás sólo sueño?
tuya sin respuestas
tuya vacía vacía vacía
blanca y etérea
tuya soy
nada nada nada



Tua 

Stanotte sono stata tua
non ero io, né lei, né quella
né l’altra né quella che è stata
né quella che era stata o sarà oggi
neanche è quella che scrive questa poesia
sono stata tua, niente di più, solo questo
tua come metafora
tua reale
tua come il calore mortale di queste ore
tua morta e viva
tua lontana
tua così vicina che sono tutto quello che respiri
tua domanda
sarai solo un sogno?
tua senza risposte
tua vuota vuota vuota
bianca ed eterea
tua sono
niente niente niente




La ostra

tengo un rosario de perlas para contar las vidas que nos faltan
mis dedos se vuelven avenidas sin fondo
el tiempo se hiere las rodillas corriendo tras de ti
vas dejando una hilera de rosas muertas
como un niño en una boda que no entiende que es amar hasta la muerte
no sabe que la muerte se viste de blanco
déjame limpiar tus cielos grises
aceitar las viejas puertas que se quejan del sonido de tu risa
sé que tu almohada es razón para darlo todo
para soñarte dentro de mi vientre
como un pájaro sin alas
una criatura sin lengua
tu voz es la que invento
conspiro por ti
vas sintiendo como naces de nuevo
respiras el agua de mi placenta violeta
amarrado al hilo de mi ombligo
los ojos cerrados
yo solo miro lo que quieres ver del mundo
y me detengo por horas a mirar la luna vestida de negro
que no te haga nunca falta la lumbre cuando solo te tengas a ti
aunque me bebas a diario para sentirte vivo
vuelvo a contar mi rosario de perlas
se han ido los años como las horas
enroscada en las cenizas de ese último abril
me pregunto como será sentir dolor para la ostra
la amargura de la arena pisada tantas veces
gemir el ardor de la sal en su guerra con el agua
comerse el musgo de todos los amores muertos
y llorar, llorar y llorar
y yo sin saber que el collar de perlas que viste mi pecho
era el poema que agonizaba la ostra



L’ostrica

ho un rosario di perle per contare le vite che ci mancano
le mie dita si fanno viali senza sfondo
il tempo si ferisce il ginocchio correndoti dietro
vai lasciando una fila di rose morte
come un bambino in un matrimonio che non capisce cos’è amare fino alla morte
no sa che la morte si veste di bianco
lasciami pulire i tuoi cieli grigi
oliare le vecchie porte che si lamentano del suono del tuo sorriso
so che il tuo cuscino è ragione per darlo tutto
per sognarti dentro il mio ventre
come un uccello senz’ali
una creatura senza lingua
la tua voce è quella che invento
cospiro per te
vai sentendo come nasci di nuovo
respira l’acqua della mia placenta violetta
legato al filo del mio ombelico
gli occhi chiusi
io solo guardo quello che vuoi vedere del mondo
e mi trattengo ore a guardare la luna vestita di nero
che non ti manchi mai la luce quando solo avrò te
anche se mi bevi giornalmente per sentirti vivo
torno a contare il mio rosario di perle
se ne sono andate le ore come gli anni
attorcigliata nelle ceneri di quest’ultimo aprile
mi domando come sarà il dolore per le ostriche
l’amarezza della sabbia pestata tante volte
gemere l’ardore del sale nella sua guerra con l’acqua
mangiarsi il muschio di tutti gli amori morti
e piangere, piangere e piangere
ed io senza sapere che la collana di perle che veste il mio petto
era la poesia che agonizzava l’ostrica






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RAFAEL ACEVEDO [19.844]

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RAFAEL ACEVEDO

Nació en Santurce, Puerto Rico, en 1960. Dirigió la revista Filo de Juego (1983-1987), una de las publicaciones más importantes de la Generación de Poetas de los Ochenta. Ha publicado los poemarios: Contracanto de los superdecidores (1982), El retorno del ojo pródigo (1986), Libro de islas (1989) e Instrumentario (1996). Sus poemas han sido incluidos en varias antologías, entre las que figuran prominentemente Antología de poesía puertorriqueña (1993); Mal(h)ab(l)ar, (1996), El límite volcado (2000) y Los nuevos caníbales, vol. 2: la más reciente poesía del Caribe hispano (2003). Su novela Exquisito cadáver fue premiada en el certamen Casa de las Américas, de Cuba, en el 2001 y publicada ese mismo año por la editorial Callejón, en coedición latinoamericana. Por más de una década dirigió el suplemento cultural En Rojo del semanario puertorriqueño Claridad. Ha escrito obras teatrales como “Tres pájaros en una rama” (1990), “Crónica natural” (1991) y “Aló quién llama” (1994), que han sido representadas en Puerto Rico, Colombia y las ciudades estadounidenses de Nueva York y Filadelfia. Es miembro de la junta directora del teatro estudio Yerbabruja. Actualmente se desempeña como docente de lenguas y literatura la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras.


Ciudad del mundo

1.

Carne de la ciudad.
A lo lejos, la consistencia de la piedra.
Y en las aceras me pregunto el origen
de los olores
de la civilización occidental
y qué significó la desnudez para los antiguos
atenienses en el momento en que estalló
la guerra del Peloponeso

Comerse un estado es comerse un cuerpo
en el aderezo brutal de las sensaciones y la ensalada
qué más quisiera yo
Pero basta con este frío en la Quinta avenida
Y la nieve trae
la oración fúnebre de Perícles
en recuerdo de las primeras víctimas de la guerra
como un espejo igual que el espejo
de las grandes tiendas

En los rostros veo los huesos descoloridos
acomodados en ataúdes de madera de ciprés
Yo sólo soy un bárbaro
vestido para la ocasión
Avanzo con la voluntad de los árboles 
y la velocidad de los árboles
-es decir, es decir-
tengo el infortunio de las primeras víctimas
que el estado ya no nombra
alimentándose
de ese anonimato

Y quisiera al menos
comerte, ciudadana,
con la misma frialdad de los guerreros desnudos
en el friso del Partenón
en medio de una cólera
mirando sobre el hombro de piedra
para controlar el calor de la carne
ciudadana,
quisiera morderte las palabras
justo antes de saltar de los labios
-Mi deseo es reconocerte
en la igualdad del ágora-



2.
        la arena convierte en realidad aquello que canta la fama
                                               Marcial

Mi mano se extiende más allá de la segregación
y me siento escenógrafo
de esta locura con nombre de ciudad mundial.
Pinté un cuadro de uvas tan magistralmente
que los pájaros, seducidos,
descendían a comer del racimo
De la misma forma otros han hecho la guerra
en un verdoso juego de luces nocturnas.
La ausencia de carne destrozada seduce
Ejércitos de gladiadores combaten en los anfiteatros
narrados en conferencias de prensa
Mi mano se extiende como parte
del cuerpo silencioso 
que sabe que las uvas no tienen más sabor
que la seducción de los pájaros,
por eso digo estas palabras y escribo sedosamente
que me alimentaré de carne cruda
alumbrado en el juego
de las luces nocturnas

Recorro las calles
-largos muslos de nodriza-
siguiendo el perfume de las damas
tan fuerte
como la leyenda del oro escondido
debajo de las torres


3.

Entonces, perdóneseme el colmillo,
la mirada de perro alucinado
Nada hay en los anaqueles de las farmacias
que me cambie esta sonrisa de vidrio
o la piel sedosa para la seda o
áspera para la aspereza
El cielo aquí es un cuervo de agua a punto de caer
Las manos en los bolsillos
aparentan armas a punto de salir
a mostrar sus cañones
en la esquina
Y es que siento que por ahí andará
el ladrón exitoso
pendiente de sus acciones
en el letrero que da a la Avenida,
ese sube y baja del misterio de la economía
Pregunto dónde están los árboles,
allá afuera
Entonces pospongo la muerte,
prefiero mirar la larga avenida en la que danza
una larga cabellera roja a la que imagino sobre un caballo negro.

Nadie ha muerto en mis manos Nadie
podrá morir entre mis manos porque los cadáveres
son propiedad de la ciudad. Sobre ellos se levantan
estos altos rascacielos. Hay un olor a sangre, lejos, lejos,
pero los extranjeros llenan el aire de otros aromas
gentiles y sabrosos. Al lado de este edificio
huele a albahaca y en la acera a jengibre -pienso en Gengis Khan-
y por eso pospongo el crimen para luego
Mientras, la arena convierte en realidad
aquello que la fama canta.


4.

Ser asesino cansa
Caigo sobre mi propio cuerpo
Ella me besa para impedir que salgan mis palabras
de caníbal
En las noticias aplauden cada vez que la luz estalla
Yo sólo pienso en el hambre, allá lejos, lejos,
donde mi mano no alcanza.
Lejos de Canibalia, 
aunque ese no es  su verdadero nombre.



23

Alguna vez has pensado
Que tú también eres
Carne cruda

Deambulando

En una esquina de Washington Heights
El Tenampa 
hace frío
y entro
saludo a la Virgen de la Guadalupe
qué hace aquí
un trago nada más
que me borre el vapor
que sale de mi aliento
en una esquina 

Aquí estoy vivo
lejos de las luciérnagas congeladas
una sobre otra
en la fría ciudad
De los muertos y los vivos.

Un reloj de lluvias y vientos
sale de la costa de Africa
recoge voces de jauría y cruza el Atlántico
ahora amenaza con batir las islas
como si el tiempo
recordara aquellos lugares
y la ira

En Washington Heights 
un solo trago y a la calle
con este nuevo espacio en el tiempo
El tenampa en una esquina.


Nunca he sido una roca.
Pero ahora voy bajando la cuesta.
Me llevaré todo lo que encuentre 
En el medio del camino.



Algunas veces soy Bukowski

Lo que quiero es que abras las piernas
Como una ventana al aguacero.
Que me estoy haciendo cada vez más viejo
Y no sé, realmente no sé,
Cuando es que me quedaré ciego.
Te lo digo honestamente, lo que quiero,
Es que te vires, y pueda ver las lunas
Perfectas juntándose en un relámpago negro,
Que me estoy haciendo cada vez más viejo
Y no sé, realmente no sé,
Si la muerte dejará sus asuntos para luego.
Abre las piernas, nena, es lo que pido,
Como si el mar golpeara rocas,
Como si la vida me entregara a ti herido.
Te lo digo cara a cara, lo que quiero
Es ese olor a cajita de cerillas suecas
Que alimentan la carne para el fuego 
Que me estoy haciendo cada vez más viejo
Y no sé, realmente no sé,
Si la muerte dejará sus asuntos para luego.
La vida es corta, negra, te lo digo en serio,
Abre las piernas que voy cayendo
No me llevo nada y es poco lo que quiero.



PEQUEÑO POEMA QUE PARECE TRISTE

En un tiempo de cangrejos y árboles
se habló de un padre y de un hijo y de un ángel furioso
como de un ave marina sin alas
en el cielo azul y multicolor.

En el momento del trébol común
se habló de cuatro hojas y de un ojo curioso,
del espejo roto en su doble añejo
y hasta de la cara o cruz de los días.

En esta víspera de siempre o nunca
hablemos de lo tibio de este enojo hermoso
que se lanza a la vida y a la muerte
y a la suerte sin patas de conejo.



SOBRE LA CLARIDAD

Claro es el sol y nadie lo mira
de frente.  La luna no tanto y
está llena de postales y
cuentos góticos y
caminantes en cámara lenta.

                  

EL PODER INDESCRIPTIBLE DE LA PALABRA

La sombra te simula
y mi ojo disimula.
Digo, él no se alimenta de ti,
por eso el tacto se inventa
y la palabra conduce
a tal estado.



HOY HE APRENDIDO ALGUNAS COSAS

Ya es tarde en mi sillita.
Escribí mi nombre con los siete colores.
Al abecedario lo puse todo en un círculo
y los lápices están en mi mochila.

Ya es tarde, la escuela está llena de hojas,
mis hijas no vienen a buscarme.


ESPEJO

Tampoco el otro lado del sueño es el mundo.
Tampoco desde el cielo se ven las estrellas de mar. Tampoco
la lluvia es el animal exactamente enemigo de la llama.
Por eso a ella no le basta mirarse en el espejo
y me pregunto.



CAMA

En su lomo  de elefante acostado
he quedado dormido con todos mis sueños.
En su lomo de ballena en tierra
hemos formado un trío
sin saberlo.

               

CERTEZA

Cuando la duda se desnuda suda
se encadena como la arena y nunca se serena
legaliza su teoría y la agonía se hace espejo día a día.
Si uno en un giro de tomar respiro
hace alarde de lo mucho que arde y arde
uno dice y nombra y hasta asombra
de tanta abeja loca que le sale por la boca
y deja sordo al que asalta y al que espanta.
Si la duda sale ilesa después de la tristeza
imagina lo que puede causar una certeza.


                     
LOB IS A MENI ESPLENDOR SIN

No sé si harpo, si carlos, si groucho
pero en un clásico se lee:
“Un negro es un negro.
Sólo bajo ciertas circunstancias
se convierte en un esclavo(…)
igual que el oro no es intrínsecamente dinero,
ni el azúcar es el precio del azúcar.”
Habrá sido uno que pensó:
¿Cuánto algodón recogió una negra o un negro
para que un siglo después alguien tuviera su blanca
camisa de oficina?
Habrá sido harpo o carlos o groucho diciendo:
¿Cuánto de máquina tiene una o uno
si sus horas/trabajo reducidas al mantenimiento
y cuotas de construcción
menos el yate de los inversionistas y el jefe,
menos el por ciento de obras públicas
multiplicado por los hijos es igual a menos nada?
Habré sido yo quien dijo:
“Mamita, no hay azúcar para este café
o no hay café?”
Ella fue la que me dijo:
“Negrito, te quiero aún en la necesidad.”
No sé si fue un clásico que dice:
“El amor es el amor, sólo bajo ciertas circunstancias
se convierte en otra cosa.”



Industria

Yo no me opongo a ti como el capital
al trabajo. Lo cierto
es que no tengo ningún misterio.
Nada me pertenece.
Perverso quizás, un poco, como el mundo.
Ah, pero todo es un proceso, mira
esa desnudez tuya en el espejo.
La miro como a los panes que en otro momento
hablamos.
Dime esa fórmula de los umbrales
y mira al horizonte. ¡Qué leche tiene el delirio!
Llega así de repente como si fuera la naturaleza
(pero sé que hay una industria escondida
que nos consume).



Indústria

Eu não me oponho a ti como o capital
ao trabalho. É certo
que não tenho nenhum mistério.
Nada me pertence.
Perverso talvez, um pouco, como o mundo.
Ah, mas tudo é um processo, olha
essa nudez tua no espelho.
Olho-a como aos pães de que antes falámos.
Traduz-me essa fórmula dos umbrais
e observa o horizonte. Que leite tem o delírio!
Chega assim de repente como se fosse a natureza
(mas sei que há uma indústria oculta
que nos consome).






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AMARILIS TAVÁREZ VALES [19.845]

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AMARILIS TAVÁREZ VALES

Amarilis Tavárez Vales nació en Camuy, Puerto Rico, en noviembre de 1974. Posee estudios en sociología y psicología de la U.P.R. Recinto de Río Piedras. y realiza la maestría en Estudios de la Mujer y Género de la Universidad Interamericana de Puerto Rico, Ha publicado en Guasábara (1997), El sótano 00931 (2001), Letras salvajes (2006), Prometeo digital (2005), Taller literario (2006) y en la antología Los rostros de la Hiedra (en prensa).   También forma parte de la antología (Per) versiones desde el paraíso. Poesía puertorriqueña de entresiglos, publicada en España por la Revista Aullido.    En Internet le han publicado diferentes páginas relacionadas a la poesía como La pájara pinta, Los poetas del cinco, Bocetos de una ciudad silente, Palavreiros, entre otras.  Es cofundadora y fue miembro de la junta editorial de la revista literaria El sótano 00931.  



1.

Encarnación

Yo he amado tantas sonrisas, esperas, sombras, aguas,
caminé en celajes de un mar prisionero en muchedumbres…
Mario Antonio Rosa

He sido tantas mujeres en una.
Rica, pobre, negra, blanca, torpe, lista, pecadora y santa.
He sido diosa de seis brazos,
cuerda rota,
lira hueca,
cortina en ventana,
toalla blanca,
flor sobre mesa.

He sido tantos llantos en una misma lágrima,
Universo de alegrías en una sola vida.
Fui leña en mil hogueras,
fuego de innumerables estufas,
agua de tantas duchas,
joyas de cofres cerrados,
ropa en maletas,
pañuelos en bolsillos,
gavetas, mesas, lámparas.

He sido tantos niños 
en una sola inocencia,
el protegido, el susceptible,
el feliz, el aterrado,
el que odia a sus padres, el que abraza a sus padres,
el que se convirtió en hombre o mujer antes de tiempo
a manos de un enfermo,
el inocente que cree en los reyes magos
y el que cree en el infierno porque lo vive a diario.

He sido tantos hombres en una sola carga,
el débil, el valiente,
el que llora las injusticias, el que ama la verdad,
el rechazado por ser sensible y tierno,
el olvidado, el asustado,
el que flota sobre el champagne, el que duerme en la cuneta,
el que viste de polvo y el que intenta despertar.

Yo he sido tanto de tantos en un solo instante.
Me he crecido en dolor y he volado en felicidad.
Me he roto interminables veces
y me he reconstruido millones más.

Hoy no soy yo porque soy todos.
He sido alguien más tantas veces.
Y me he percatado del dolor tan inmenso que nos une. 




2.

Interrogatorio

Si preguntan por mí...
Digan que salí a buscarme. 




3.

Descalza

No me gusta que llueva
cuando tengo zapatos.
La lluvia es un ritual
para ser disfrutado
descalza. 




4.

Topografía

Busco.
Una cordillera,
blanca cordillera que cruza tu cuerpo,
el balcón de tus ojos,
tus labios de pájaro libre.
Un artificio de montañas y hondonadas,
cauces y ríos,
playas y barcas.
Un tumultuoso crujir de hojas
y zumbar de viento. 




5.

Destilando

Tus manos hacen miel entre mis piernas,
tu boca de mavi estremece mi piel,
tu voz en calma me seduce.

He anulado el pensamiento,
para entregar mis olores mas íntimos, sin temor;
obedezco sin reservas esta fuerza brutal que me nace adentro
y no me permite el lujo de razonar, ni detenerme.

Tus manos hacen prodigios en mi rostro.
Tus palabras de rocío me conducen a fiarme sin temer,
a lanzarme al pozo profundo y oscuro
que no parece tener regreso.

Aquí está el abecedario emplumado sobre las teclas de tu piano.
Aquí yace el cojín de colores que tejiste en desvelos,
la humedad que deshoja la arritmia encorvada de mi respiración,
los vocablos deshonestos que se tornan poesía
cuando lo acompaña este baile de prohibida seducción.
Aquí están mis manos llenas de juramentos reposados
hasta el momento de liberar la fiera dormida que las habita.
Veme descubierta y siendo esto que soy…
Contigo. 





6.

Hacerle el amor a una poeta

Pensó que hacerle el amor a una poeta
era acostarse con sus palabras todas
aprisionar en el abrazo los verbos que conjuguen el tiempo.
Creyó poder convertirse en papel desnudo
para escribir con el sudor mezclado
y las aguas desbordadas.

Pero no se hace el amor
con la poesía
ella es una parada en cualquier avenida
un tren que pocas veces se detienen.

De seguro terminará la batalla
océano contra océano
espada contra espada
y no habrá en tu piel nada,
ninguna palabra.
Aunque me atrevería a apostar
que otro papel de papel
se vestirá tímido con la historia de tu historia
y entonces, sólo entonces
la poeta escribirá
y sólo habrás sido el canal 
para despuntar las ideas quebradas
y ese verso no tendrá dueño
aunque sepa que fue su ancla. 




7.

Resfriado

Tal vez es cuestión de resfriados.
El cielo estornudó
y acá nos inundamos. 





8.

Metamorfosis

Puedo convertirme
en la flauta que hipnotice un pueblo entero
o en un bolígrafo azul
para firmar el juramento del gobernador antes que anochezca.
Ser la aguja redentora que cure tu dolor
o el botón preciso del timbre de la puerta al paraíso.
Puedo transformarme en gatillo hacedor de justicias
o “spray” negro para firmar paredes;
tornarme en el mouse que se desplaza y acceda tus fantasías.
Puedo ser cualquier cosa entre tus manos. 




9.

La ultima parada
He saltado como una felina
de mis procesos internos - - - - - - - - - .
                                           .
                                           ↓

                            a la inmensidad de acero y asfalto
                            que nos protege y nos desahucia.

He mudado mi atención
de las hojas olorosas del libro,
de las coordenadas íntimas
de sus impresas palabras - - - - -
                                 .
                                 .
                                 .
                                 ↓
         a la luz multicolor de la pantalla pixelada.

Y compruebo que todo tiene un mismo comienzo
de tristeza y búsqueda,
un mismo fluir intensamente vacío que se disfraza
                                  y que al final nos espera en la última estación
                                                 de nuestros particulares viajes,
                                                                el mismo destino.
                                                                                .
                                                                                .
                                                                      . . . . . .
                                                                      .
                                                                      .
                                                                      ↓
                                                                 La muerte. 




10.

Enmudece

No puedo escribir.
Hoy el acto del verso será sentenciado al secreto,
porque al guardarlo, en un intento de protección,
es conjugarlo íntimo,
condenarlo a vivir conmigo… y a morir.
¡Qué fantástico acto de egoísmo!
Y no me siento culpable. 




Volver

observo turistas que fotografían todo
ojos ajenos que hacen un mapa forastero
de una ciudad que se nos cae.

yo necesito volver a mi pueblo pequeño
ese rincón escondido que aún no se tuerce ante el progreso mortal
ese pueblo sin ficción ni realidad
sin centros comerciales ni fábulas descontroladas.

los turistas tienen una historia maravillosa que contar
de estas murallas agrietadas.
nosotros tenemos otra.

yo necesito volver a mi pueblo chico
y morir allí sin grandes sucesos
en la precisa línea de lo maravilloso
porque esa es la más grande libertad
la desconocida
la que no necesita ojos ajenos
sólo pájaros arboles mar
y tierra.



Voltar

observo turistas que fotografam tudo
olhos alheios que desenham um mapa forasteiro
duma cidade que se desmorona.

eu preciso de voltar à minha pequena aldeia
esse refúgio escondido que ainda não cedeu ao progresso mortal
essa aldeia sem ficção nem realidade
sem centros comerciais nem fábulas descontroladas.

os turistas têm uma história maravilhosa para contar
destas muralhas agrilhoadas.
nós temos outra.

eu preciso de voltar à minha aldeia pequena
e morrer ali sem grandes feitos
na precisa linha do maravilhoso
porque essa é a liberdade maior
a ignota
a que não precisa de olhos alheios
apenas pássaros árvores mar
e terra.



QUISIERA

Yo podría quererte sin espacio ni tiempo.
Sin promesas incumplibles, sin excusa, sin miedo.
Podría perderme en tu alma por siglos
y albergarte en la mía, si quieres, con aciertos y desaciertos.
Quererte sólo por el placer de querer,
para vivir plenamente, queriendo.
Yo podría convidarte a sonrisas, pasearte por la risa,
regalarte astros celestes que nunca tocaremos.
Escribirte versos, canciones, dramas o cuentos,
respetarte, adorarte, protegerte el sueño,
Mimarte, adularte, dejar que me expliques lo que no entiendo.
Convocar a los duendes amigos para que nos lleven de paseo,
comprarte hectáreas de cielo para que puedas mirarle
y construir castillos sin que se nieguen sus dueños.
Podría acostarme a tu lado
y que tengas la certeza de que ahí me quedo
que no hay otros brazos que desee,
ni otro cuerpo,
que solo el mundo insondable de tus ojos son lo eterno,
que tu sonrisa es mi paraíso
y tu lunar mi lugar perpetuo.
Quiero ser tu final feliz
partiendo en canoa por el buen comienzo.
Tejer flamboyanes y peces dorados
en el mantel del abrazo mas perfecto.
Poder irme sin temer y que te vayas sin sentir miedo,
que mis palabras sean suficientes
para calmar tu desasosiego.
Podría entender cuando dices que hoy
necesitas un rumbo nuevo,
saber alejarme de ti si lo que quieres es el silencio,
tornarme lluvia en calma cuando lo amerita tu cuerpo,
o ser un reloj preciso si tu ser necesita un receso.
Una almohada sutil, un pincel, un ventana, un crucero,
un beso fugaz sin querer o la pasión encendida en deseos,
una compañera incansable, una amante leal,
un seguro lugar donde dejar tus sueños.
Pero hoy sólo soy palabras de más adornando este verso,
una rima que quiero quitar pero se cocina adentro.

Quisiera ser en tu vida, algo más que un recuerdo.





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CAROLINA BUSTOS BELTRÁN [19.846]

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CAROLINA BUSTOS BELTRÁN

Carolina Bustos Beltrán (Bogotá, Colombia 1979). Poeta, narradora y docente universitaria. Ha publicado Sueño Stereo (Caza de libros 2014) Tiene una maestría en Estudios de América Latina de la Universidad de la Sorbonne Nouvelle, Paris 3, y es Máster Europeo en Estudios Latinoamericanos de la Universidad Autónoma de Madrid. Reside en Francia desde el año 2003 y ha vivido en Portugal (Oporto) y España (Madrid).

Ha sido galardonada en varias ocasiones: Mención del I Concurso de Relato Breve El Dios Tecnología, convocado por Fuentetaja literaria en 2013, por el relato “Buenas noches, mi amor”; en el XVIII Concurso de Cuento de la UAM 2009 su relato “La Marea Alta (cuento con banda sonora)” fue seleccionado para el volumen colectivo Entre líneas y otros cuentos. Tres elogios y otros poemas, publicado en Madrid por Ediciones Universidad Autónoma de Madrid, 2010. En poesía ha sido seleccionada en el certamen Voces Nuevas – Selección XXIII convocado por la Editorial Torremozas en el año 2010. Recibió en 2015 el Tercer Premio del Concurso Ediciones Embalaje del XXX Encuentro de Poetas Colombianas del Museo Rayo, Roldanillo, Colombia por su poemario “Lecciones de UrbEnidad”. En 2016 “Estación Tropical y otros poemas sinuosos” fue finalista del Premio Internacional de Poesía ‘Pilar Fernández Labrador’, Salamanca, España.

Sus poemas y relatos han sido publicados en antologías, revistas y blogs en Colombia, México, Argentina, Estados Unidos, España y Francia.


Boulevard Voltaire

Un día me volví a enamorar
y me tatué estrellitas al borde del brazo
para iluminarme en las madrugadas
de los lunes, los jueves y quizá los sábados.

Dichosa.

Había una calle perpendicular con nombre ilustre.
Ayer fue una calle de muerte
pero hoy yo resucito en ella
y el sol sale al otro lado del mundo.

Ilumina mi rostro,
enciende la belleza y esconde el horror; salto y beso; ring ring.
Viajo hacia el océano de líneas y números
sumergida entre los adoquines que sostienen mis piernas.

Júbilo.

La banquita sabe mi secreto, petit désir mineur
como vencer la distancia a las 15 horas treinta y siete minutos de la tarde.
La evasión tropical ofrece un tour de ensueño
las nubes coquetas me guiñan el ojo.

Camino mirando los objetos:
una caneca verde, un moto, una bici, una puerta sin número ni código para entrar,
París es una bataclana
y mis piernas están tan llenas de vos.

Boulevard Voltaire de mi vil hábitat
¿Quién camino mentando al enciclopedismo lleno de deseo?
¡Fui yo! Con la voz entrecortada de sentir tu voz en mi caracol,
Lentamente te posas en mis rodillas, pasas, pasas lento, muy lento…

Deliciosa yo, insaciable y tatuada de estrellitas,`
Asumiendo mon petit désir mineur,
hundiendo mi nariz en tu piel que sabe a aullido de zorro.
Quédate adentro, ceniza y fuego:  hombre volcán.

Carrières-sur-Seine, Enero 26 de 2016



Plaza sin nombre

Ruego por vosotros,
ruego por vosotros,
ruego y vuelvo a rogar.

Huellas digitales, hechas ceniza
rostros desaparecidos.
Ruego y desaprendo el mapa de mis coordenadas necias.
Tierna infancia de los ochenta,
adoquines de fuego que torturan la memoria
inocencia etérea conducida por un dial en A.M.

Plaza sin héroe de un libertador humillado,
Plaza(s) macabr(o)as,
Plaza vencida,

Plaza(s) asesin(o)as,
Plaza sin nombre de un Palacio sin justicia.
Quién rogará por vosotros, beneplácitos e impunes,
por vuestras fauces necrosadas
y vuestras beligerantes hybris.

Clichy, otoño (noviembre) de 2013




Marina (um)

Tendrán que abrir mis entrañas
y socavar en los bares clandestinos qué hoy ya no existen
desentrañar en la Rua Camões que caminé de arriba abajo
diseminar la Rua das Flores que no se extingue en el Cementerio da Lapa
para saber cuál fue la Carolina que nació y se hizo sal
después de morir en París a los 26 años.

Oh puerto de sueños del Duero, de viñas y migas de pan negro
Oh Porto de sonhos do Douro, de vinhas e migalhas do pão preto

Cuando resucité, perdida deambulando entre un rebaño de borregos,
Pessoa tuvo la culpa.
Me alimentó de versos, de mar y de sesgada tierra.
Me llevo a su patria pero su brújula fallida me lanzó al norte de Lisboa.
La jovencita enamorada de las cartas ridículas de amor
regresaba al origen de la lengua enredada y apretada del padre poeta.

Yo es otra, una C en mi heterónimo, me llamo Marina
Eu é outra, uma C no meu heterônimo, chamo-me Marina

Y ella vio el mar y las lágrimas de agua dulce se escurrieron por un rostro brumoso.
Se entregó a las olas feroces y comprobó que el mar podía corromper la montaña.
Que la bastedad atlántica arrancaba de su piel los cerros orientales
y el cielo impresionista de las orillas del Sena.

Recordó su ser andariego  y solitario que recorría el centro de Tabogo en las noches
y lo escondió por los bordes de Foz, su rastro de urbe se alienó a la arena.
Marina la renaciente ola y espuma bramó entre las rocas húmedas.
Carolina pactó con el vampiro libidinoso y se hizo hija de la Invicta para siempre.



LECCIONES DE URBANIDAD

Conversación con un poeta alejandrino sobre L A Tenaz

Dijiste: “Iré a otra ciudad, iré a otro mar.
Otra ciudad ha de hallarse mejor que esta.
LA CIUDAD
POEMAS CANÓNICOS (1895-1915)
CONSTANTINO CAVAFIS

Escucharon bien eso dije:
“La Tenaz, vil epopeya senil,
rastrojo de Latiendo – América de arritmia mutada”.
Ladro por La Tenaz
socavando la vista
desterrada en una piragua
corroída por un río infecto
tímido ladrillo.

Al fondo Usme, Bosa, Soacha, hermanitas feas
que arruinaron el camino florido a las orillas.
Y desde la ventana
el cielo anuncia la tormenta
mis ojos calcinados por el sol agreste
desconocen la ciudad donde me revuelvo contenta.

Barriada donde descienden mis mares
villana placidez
acariciar hormigas
contar escarabajos volátiles
o deambular en reversa.
Sepultarse en un laberinto borgiano
con nombre de novedad y apellido de Fe.

UrbE tenaz sin puerto para anclar velero
allí donde se posan mimosos los recuerdos
agarrados tercos a calcarías trochas
áspera vitrina tropical sobre arenas movedizas.
Ranas tuertas e indigestas
Tunjuelito mío, gris envenenado.
Sucias aguas del Arzobispo
revueltas de cadáveres anónimos. Impunidad del Virrey.

La ciudad me sigue, voy por sus calles numéricas
donde me haré vieja, arrastrada en polvo.
La estupidez de viejos amores taladrará la aurora
igual voltearé la esquina al mes de julio.

No habrá otra cabañuela
que anunciará cuatro estaciones en un solo día.
La lluvia oscura abandonará el trigo
los campos cubrirán de hongo las urbEnizaciones.

Las torres Blancas serán Blancas a pesar de los siglos
las de Fenicia, las del Parque o las Gonzalo
resistirán, me asustarán
como si fueran el latido infame de mi corazón.

Desubicado marasmo
Ulises contemporáneo
tejido humano persistente
traiciones tatuadas
en este rincón del planeta
donde L A Tenaz habita
me da sus lecciones
vil epopeya senil de herencias helénicas.

Escucharon bien eso dije:
“Otra ciudad ha de hallarse mejor que esta”.                                                  
Bogotá, junio de 2014



MUJER ÁRBOL

Ella, árbol femenino; seno pulposo; sagrado alimento.
Ella, sombra buena y fresca; brisilla veraniega;
oxígeno furtivo donde respiro contigo.

Nada ha cambiado a pesar de que desnudarse es sinónimo de otoño.
El follaje se extingue, las ramas desoladas dejan caer el fruto podrido al precipicio,
persiste la raíz endémica en su propósito de proveer.

Ella, árbol mujer; tronco robusto donde tartamudean golondrinas morosas.
Ella, nombrada en macho sustenta y nutre en primavera;
suelo fértil donde renazco contigo.

Ella, a veces triste y melancólica.
Sin frutas, sin hojas, sin ramas, con la corteza agrietada
quiere que la nombren sin artículo.

Ser árbol, un género neutro, territorio de paz
donde las voces desesperadas se apacigüen
y la guerra sea la sombra del último invierno.

Carrières-sur-Seine, diciembre de 2015
Del poemario inédito  “Estación Tropical & otros poemas sinuosos”. Finalista del Premio Internacional de Poesía “Pilar Fernández Labrador”. Salamanca, España 2016.



Oda sin pretensiones poéticas

Brincaba yo entre calles llenas de polvo
tratando de imaginar cómo era el mundo
más allá de las marcas que dejaban las suelas de mis zapatos
(unos tenis blancos marca Croydon comprados en el sur).

El planeta en el extremo occidente giraba a otro ritmo.
Era la Atenas abandonada al albedrío de los dioses más borrachos.
Un suspiro casi helénico en un continente extenso
Latinoamérica: el buen vecino pobre.

Y así la crearon, un marasmo urbano cocido con tuétano de indio,
algo raro que sugería la idea de ciudad; síntesis de nuestro mundo.
Tabogo, una planicie colorida y turbia,
microcosmos del gran cosmos; diáfana y vulgar; resquicio en los Andes.

De buseta en buseta, sin visa ni aprobaciones de Estado,
viví, vivimos, creé y creamos la urbEnidad.
Añorada y lejana, a veces tierna, el centro de mis recuerdos
Tabogo de risas, colectivos peligrosos y aroma a fresas con crema.

Crecí en Venecia sin canales ni bienales,
recorrí Lisboa sin azulejos manuelinos,
giré hacia Egipto sin pirámides ni turistas japoneses,
entrevisté al Uncle Sam en la Casa Blanca, sintiéndome en Marruecos,
me sumergí en La Coruña creyendo llegar a Vigo,
pero no encontré calamares, almejas, nécoras ni merluzas,
quizás algunos hombres con aspecto de molusco
y una que otra vieja encorvada en su caparazón, cual crustáceo de agua dulce.

Don Quijote batalló por Castilla sin molinos ni gigantes
Roma ¡Oh, Roma! la ruina estética después de César
Fátima, con María la Virgen en porcelana, protegía al ladrón de Colmotores
Niza, sin Mediterráneo ni playa, ostentaba un feo e insipiente Boulevard
Marsella sin Costa Azul ni moros a la vista
Argelia igual de polvorienta, aún sin magia
Tabogo, la cosmopolita de miserias y olvidos
Pontevedra sin una bahía salada y próspera
Kennedy, Las Cruces, el Quiroga, el 7 de Agosto,
La Candelaria, La Soledad, Palermo, Chapinero, La Merced,
La Guaca sin tesoro, y nosotros con Jimena honorando a Dionisio.

Esa fue, es y será Tabogo, un croquis urbano, un proyecto fallido,
una insignificante placa de madera mostrando un recorrido: vasto periplo,
millones de cédulas deambulando a través de calles rotas,
líneas montañosas erosionadas, diafragma encendido.

La cité de la indiferencia en la mirada del niño,
de gente desplazada mendigando un suspiro,
de frutas expuestas al sol, ahogadas en plástico al vacío,
de bicicletas reclamando libertad los domingos.

En el otro hemisferio: (yo)
el frío, las noches largas,
las flores hechas doncellas
y los árboles envejecidos.

En el otro hemisferio: (tú)
sugiriendo instantes dóciles
para mentar pactos sencillos,
para ser nosotros, aún con tanto brillo.

Cerca al trópico, el tímido páramo coqueteando al cerro gélido
se perpetuaba en la piel como una estalactita de hierro,
en Tabogo la niebla se detenía y se pegaba a los vidrios,
la princesa se levantaba sigilosa en punta de pies y escribía con orgullo:
“cuando sea grande, de ti me olvidaré”.

No conocimos el tren de cercanías, el metro ni el vagón del último trolley.
Cualquier artefacto era suficiente para darnos a probar esa modernidad anhelada.
Tropecé por rieles corroídos, invoqué al fantasma de Alexander von Humboldt,
sonreí al bobo de la Jiménez e imaginé a Gaitán guarachar en su tumba.

Pérfida ciudad asesina de líderes, de mentes ilustres y de canallas dirigentes.

Pero nada ni nadie se enredó en la página amarillenta del libro de historia.
En ese entonces el sueño del progreso era sólo eso: un sueño,
y Tabogo, un centro comercial, un eslabón perdido, un escombro.
Carolina, como un millón de otras C, buscando un verso en medio del ruido.

Quería yo ver a lo lejos mi ciudad en ruinas,
los túneles de la 26 eran el despojo de varios mendigos,
entre picos y hachazos los gamines de papá Jaramillo sobrevivían.
Mi triciclo azulado se lo llevaba en hombros el hampón de la Isla del Sol,
ojalá hubiera sido la de Stevenson, para soportar que a mi perro lo convirtieran en salchicha.

Las viejas panaderías de la Séptima aún guardaban en el olfato
el calor del pan blandito y del tamal con chocolate.
En el Restrepo, la papaya, la patilla y la granadilla se mezclaban con
la crema fresca de las ensaladas de la antigua galería.
Los talleres de Paloquemao se camuflaban con el olor rancio de aceite y la sonrisa opaca de la modelo paisa de tetas albinas.
Y el Divino Niño del Veinte de Julio siempre intacto, vestidito de rosado,
gracias a la novena nos vendía el milagrito.

En vos confío, dije en mi Primera Comunión
y aun así a Garzón lo borraron.
Rogad por nosotros que recurrimos a vos
y día a día, año tras año, fueron asesinados.
Tabogo sin Minuto de Dios: sesenta segundos desperdiciados.

Abandonamos el luto para refugiarnos en festivales internacionales,
nunca tuvimos memoria, siempre fuimos unos burdos apostándole a la cultura.
El teatro y la algarabía cubrieron sus calles y la alejaron de las sombras,
el fantasma perenne y anónimo de nuestros muertos.

¡Baggg! ¡Baggg! ¡Splashhhh! ¡Boom, boom!

Las bombas, los disparos y el odio explotaron, quién me dice si Tabogo resistió
dejando pedazos de personas regadas en los escollos de nuestro olvido.

¡Oh reyes sin palacio!

pereced sin nombre.

El canal 1 anuncia el ataque del grupo insurgente y el enano Sr. Presidente dice:

pereced sin nombre.

N.N., funcionarios, N.N. padres, N.N. abogados, N.N. hombres y mujeres

pereced sin nombre.

“Colombianos, las armas os han dado la independencia,
las leyes os darán la libertad”.

¡Ataquen!

¡Listos!

¡Fuego!

Crecí en medio del tufo de un río envenenado,
Tabogo se hizo noche con el canto de las sirenas de una vil epopeya,
Monserrate me arrulló con sus estrellitas fluorescentes
y La Candelaria onírica me enseñó a comerme la vida.
Una vez hice amigos de mentiras, cambié los Croydon por unos Converse,
llevé punteras y fumé mi primer porro en un ascensor marciano.
Los Priscos de La Santa flipaban hilarantes al ritmo de Primus
hasta que un día la muerte nos hizo zancadilla y se llevó a Crostie.

Pablo VI, Nicolás de Federmán, La Esmeralda y el Centro Nariño
eran territorios oscuros que colindaban con el clan enemigo.
Ningún forastero venía con la guía Lonely Planet
porque “ellos” los fulminaban o los hermanos “B” los acribillaban.

Nos educaron a patadas, en revancha nos permitieron drogarnos con televisión.
La música nos salvó, los libros que robamos del sótano del colegio
hicieron de madres sustitutas mientras las maestras cuidaban nuestra virginidad
y nosotros amándonos desmedidamente, como cualquier joven amamantado por Ovidio.

Saltamos por varios prados, esos donde la gente ES feliz en la Nacional.
Me dejé sorprender por el sol en la pausa del mediodía
mientras los chicos de Artes y Humanas pateaban el balón.
Allí La Copa “La Amistá” nos dio trofeos y sancochos de aguardiente.

En el otro hemisferio: (yo)
les tartes tantin y la champagne,
las rosas en la mesa
y las nalgas de Marie Antoinette ardiendo en la chimenea.

En el otro hemisferio: (tú)
sugiriéndome que vuelva
para mentar pactos sencillos,
para ser nosotros, aún con tanto brillo.

Quisimos a nuestro equipo financiado por narcos,
lo sostuvimos más en las malas que en las buenas.
El estadio coronó por única vez al equipo nacional
y vimos a Escobar cobrar el autogol de su vida.
Tabogo esdrújula, aguda y gravemente violenta
vibraba al ritmo de rock; de salsa; de la angustia mía.
Pero todo desaparecería… se lo llevaría el viento.
Un día fue la quinta y luego la 82, una zona rosa desteñida la reemplazó.

Bailaba sin excusa cada viernes
pues el baile nos conectaba con el otro…
Quiebracanto, El Antifaz, El Goce Pagano, El Parqueadero, Escobar Rosas
Conocieron el sudor de nuestros cuerpos “zanahorios”.

Así era yo, tú, él, nosotros, ustedes y ellos, conjugando el verbo
Infinit (iv) o SER sin temores o seres sin remedio.
Aun así partí de vos, Tabogo, cumpliendo la promesa de olvidarte.
Aun me pregunto si tengo palabra y si esta oda tiene pretensiones.

Ayer, un largo ayer en el que fuimos tú y yo en un sólo hemisferio,
una bala indeleble que atravesó el tejido vital del destino
y ellos, mis amigos de mentiras, se hicieron de carne y hueso
herederos del rastro que cubre el manto etéreo de la sutil memoria.

Tabogo, soy, eres, es, somos, sois, son…
Verbo conjugado en tiempo presente indicativo
de SER ES tá ti ca men te ateridos al momento.
Incurriendo, gerundio pretencioso sin pretérito.

Verano de 2009
[entre Madrid, Lisboa y Clichy]



Basquiat, joven negro

Si alguien me ha visto andar por ahí
no den señales de mi existencia.
Me he ido después de lamer la sombra del viento;
hay muertos vivientes que circundan mi paso.
Los alrededores de los alegres suenan a ronquidos, disonantes murmullos.
Ayer morí mientras leía la crónica del New York Times
y el ventilador cortaba el tiempo.
No me vieron nunca más, al menos real, un mero recuerdo.
Fui negro; paleta amorfa; violento reconocimiento.
Si preguntan por mí ¿adónde dirán que me he largado?
Eternas son las calles que de Brooklyn van a Manhattan.
Apagado, la luz extinta sobre el lienzo blanco, vertido en cenizas, esmog de taxi driver.
Perdido en la lluvia de un suave verano;
vagar baudelariano entre el blues y las sombras;
no soy; ya no vivo; hoy no pinto; mañana es lejano.
Oh, New York, monstruo irrepetible de dioses paganos;
de héroes de filmoteca; de arte profano vendido en vitrina
pagado en falsos dólares: papel moneda unicromático.
No fui la casualidad que salió del mono,
simio domesticado que sonrió en portada de revistas.
Se divirtió bien al prójimo.
Fui tan sólo eso: resto de óleo,
tinta de calamar de agua dulce,
rostro de África, poesía americana,
cadáver exquisito de días de abril.
Manso niño tibio, Rimbaud de suburbio.
Si alguien aún busca mis pasos
Anunciad que he muerto.
Que indague en las paredes del MoMA
En los papeles mojados del Soho
En las estaciones del mundo.
Oh New York…
A las olas del mar que hablaron…
Anunciad que me he ido:
Lugar sin espera.

París, otoño de 2010



1

Uno se vuelve vacuo,
pendejo
recalcitrante
etéreo

uno se nombra con palabras que no conoce
se hace sombra, viento, espejo
busca en el otro un poco de su yo

uno se cree de tantas maneras
que también se cree varias mentiras
y uno camina, rueda por el mundo
imprimiendo el informe del tiempo que le tocó vivir

uno va solo o acompañado
depende de cómo o con quién se levante
despeinado, sin afeitar
tímido, quizás con risa

y uno se vuelve dos
confundido en la composición de un número par
uno se enreda; se tropieza; se quema

se pegan a la piel trozos de aquel dos
para llevarlo como si fuera un llavero
a ese lugar donde se abren todas las puertas

y ese dos
vacuo
pendejo
recalcitrante
etéreo

abandona de repente el terreno
la unidad se encuentra insulsa
sola, triste, melancólica.

Uno debería aceptar
que es tan sólo eso:
un número sin par.

París, primavera de 2010



Corridos nostálgicos en tierra de nadie

El alma es un pajarito
que sin tener alas vuela.
RAFAEL POMBO
Dios y el alma

Díganme cómo va eso que llaman amor, dolor, muerte y tierra.
El alma es un pajarito que sin tener alas vuela.
Al borde del precipicio los espectros rezan;
cruel es la esencia de tener la idea
de estar atrapada en una geografía densa,
donde el miedo se vuelve hogar
y el alma está presa.

Amanece la realidad al amparo de una llanura inmensa.
Miren el portal de mis angustias
archipiélago de la ausencia.
Infiero que el pensamiento del mortal
arranca del cuerpo maleza.
Haciendo volar a la mísera ave
al lado de su torpeza.

Ahí van los hombres sordos,
Borrando restos de cordillera.

Maraña de hueso y de carne soy
Mi alma cercenada vagabundea entre listas sin nombre, ni fecha.
Enjambre hueco y sucio revuelto de melancolía y seda.
Del volcán queda ceniza, rastros de lama espesa;
agazapada se arrastra la amargura,
enredando a su paso la temible sorpresa.

Mi tierra es el camino por donde paso sin dejar senda.
No explico, no articulo.
Licencia mía es callar y abandonar palabras necias.

Díganme cómo va eso que llaman amor, dolor, muerte  y tierra.
El alma es un pajarito que sin tener alas vuela.

Amar es la renuncia
Me duele porque aún lo ignoro
La tierra gime coplas lapidarias
arrastradas por la nostalgia de mis falencias.
Yo las busco, perdidas, entre nomenclaturas tercas.
Cantándoles borracha, dentro del hueco de esta, mi patria muerta.

Qué más da el disfraz, el maquillaje y la pollera
Me visitó el pajarito desprovisto de materia…
Sin alas rompió el cielo Y me hizo caer en cuenta
Que del amor llevo su mueca.

Ahí van los hombres sordos
borrando restos de cordillera.

Madrid, Primavera de  2009




fantasmas

se les escucha vagando en las esquinas del nervio
así como sus voces son ecos de evocación y melancolía
asechan, se posan en los escaparates rotos
se llenan de polvo como los juguetes viejos que (ya) nadie quiere tomar
yo llevo viéndoles desde hace meses; mirarme sin recato
intentando disturbar el paso lógico de los días
reclamando que los tome entre mis brazos y les haga mimos
sonriéndoles con muecas tibias que buscan besos
son fantasmas alados, brillantes llenos de rústica poesía
fantasmas lúcidos, humanizados con perversa ironía
fantasmas alquilados para noches eternas de insomnio
son fantasmas (al final) con nombre propio
arrogante ignoro el rumbo de mi deseo
repelerlos, quizás cazarlos
embalarlos en frascos
exhibirlos en botellas o dejarlos olvidados en el mar
vosotros a los que he hecho germinar en mi vientre
victimas incesables de mi propio desasosiego
frutos rebeldes de mi tiempo… (paréntesis )
paradoja del placer, instante que emigra
oh fantasmas, dejadme seguir,
la larga ruta revindica mi paso
su perfume sabio se escurre en mi manga; angustiosa telaraña
me ordenan temperar, no fundir mis huesos en su arena
fantasmas, yo con vosotros río
y vosotros os reís de mí
mirad atentos, la misma raíz erguida en la tierra
resiste en mantener intactas vuestras sombras

París, primavera de 2011




Dícese de fantasma

fantasma: resquicio de algo que no se puede nombrar
fantasma: sombra imprudente que vagabundea sin rumbo
fantasma: cultivo masivo después de la decepción
fantasma: mujer minotauro con vestido de pepas
fantasma: hombre gigante con múltiples rostros y pantalón blanco
fantasma: gato perdido en una sobre-exposición solar
fantasma: roca marina rellena de pulpa
fantasma: fotocopias de gemidos átonos
fantasma: rastros de tinta en cuaderno de secundaria
fantasma: proposición insensata llamada petite culotte
fantasma: lustros y estratagemas para olvidar
fantasma: cabellos quebradizos; espantajos gigantes o enanos
fantasma: boca sedienta; sequía
fantasma: piel sin cáscara; fantasia
fantasma: aroma suyo; químera
fantasma: roto sin cicatriz
fantasma: remiendio sin costura
fantasma: merodeo inclemente de la presencia de su ser
Según la RAE existen ocho acepciones de “fantasma” en lengua española
según yo, sólo mato versos o intento describir al fantasma que me ronda

París, primavera de 2011



¡No importa qué! Brevario de una semana 
en PaGris

Mufetardo rampante va de un lado a otro
San Lazaro pierde su vara y no se deja guiar por su perrito
Ven, camina pronto que allí está Nuestra Dama
Erecta posa para la foto y rim pam pam

Voilà!                           ¡Vuela!
C’est la vie!                 ¡Se la vi!

Esa que viene de frente, es “La cantante calva”
miradla, espléndida va gritando por la calle de la Hucheta
anglicismos amoldados a la hilera de onomatopeyas francesas
rasca la lengua, cosquillea el ocico, apaga el fuego, brinca el delirio
Ohhh Mister Smith; ahhh Miss Martin; ui ui ui, yea, yea,yea somos ingleses
¿Cómo es eso?
¿Acaso Ionesco?
¿Balzac o Zola?
San Miguel o San Germán
Tristán o Isolde
quién sabe quién, quizás sea Don Omar.
¿De qué viene todo esto?

¡No importa qué!
Nos gusta el puente 9
aunque no parezca nuevo.
Leer en la Compañía de Shakespeare
beber un té en la Hormiga Alada
finalizar la noche en donde Juanita
picoler en el Mauri 7 para inventar el lenguaje

Hace frío, llueve, no lo olvides:
¡Guelcom tu PaGris, la meuf!

PaGris y sus colores
PaGris y sus olores
PaGris y sus amores
Vosotros, tú , yo y un sombrero

Qué no importa
Importa, qué no
¡No importa qué!
Carcajadas, bromas, silencios, risas.

El gato es gata
La cena el Sena
La Capilla tiene indios con lassi de rosa y curry mexicano
El 13 tiene chinos, vietnamitas y a Camila
Al lado del Sagrado Corazón estoy yo
Detrás de mi lengua, mordisqueando la caverna,
saltando en mi oreja,
rozando mi brisa,
merodea la rima.

Curazán divino,
Fua gra e champán,
Crepes sin formage
chawarma del Libano a la manera de abuelita tailandesa

Te lo digo de nuevo
Acá es PaGris
É Pari è Madgik

El gato es gata
La cena el Sena
Mua mua e Tua tua

Me emBraSAS

¿De qué va todo esto?
(Me preguntas de nuevo)

Ni idea, muérdeme sin dudarlo

novecientas-cuatro-veinte-diz-y-nueve veces

¿Tantas?

Guay not?

¡No importa qué!


París, Otoño 2010





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JUAN CARLOS MOYA [19.847]

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JUAN CARLOS MOYA

(Cotopaxi, Ecuador 1974). 

Escritor y periodista. Premio Nacional de Periodismo Jorge Mantilla Ortega, por el conjunto de crónicas: «El oficio de vivir». Autor de la novela Caballos en la niebla.

La Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano —fundada por Gabriel García Márquez— le hizo merecedor de una beca de estudios con Ryszard Kapuscinski, en Buenos Aires.

Ha trabajado en prensa, radio y televisión. Ha dirigido varias revistas, se ha desempeñado como asesor editorial, ha dictado seminarios de apreciación cinematográfica y literaria.

Desde 1995, sus artículos y estudios relacionados con arte, cultura y comunicación han aparecido en periódicos, revistas y editoriales del país y del extranjero. 





SOBRE LA LLUVIA CAE LA CIUDAD

1

San Francisco de Quito.
Temperatura: siete grados centígrados.
Mañana con posibles lluvias dispersas.
Café.
La ventana gris.
La ciudad gris.
Después, un cigarrillo.
En el jardín de la casa el silencio cultiva las flores más bellas.
Un perro echa a trotar bajo la llovizna. Y yo me aventuro detrás de él.
Juntos, olfateando las calles mojadas, ladramos perdidos.
Sin la convicción de morir aquí, busco la salida.
Entonces, el viento y yo cambiamos de dirección.
Hacia el sur, siempre el sur.


2

La vida es lo que hacemos todos los días.
Lo mismo. Esa rutina. Lo que hacemos hasta que llega la noche.
No es lo que soñamos.
No es lo que queremos ser.
La vida es lo poco que hacemos, es lo que ya hicimos ayer, aunque mañana sigamos soñando hacer otra cosa.


3

Hay en cada beso tuyo una pequeña imperfección que se borra con el licor.
En el parque me das tus pies para calentarlos con mis manos.
Hemos rodado la noche como lobos de fiesta.
Rodeados de árboles nos acogemos al tiempo que se extiende y nos separa.
Querida, hemos coleccionado –sin saberlo– solo barcos hundidos.
Anoche, el río Machángara volvió a crecer.
Hoy –lejos de la tormenta– observamos juntos la caligrafía de un pájaro en el cielo.
Me pides huir a la ciudad vieja.
Hacer el amor pensando que otras mujeres hacen también el amor.
Tomar helados y mirar las iglesias.
De pronto ríes e inventas que eres mía.
La noche, sin remedio, te envuelve con su gas natural.
Encuentro más licor y bebes.
Sobre la lluvia cae la ciudad.
De lejos viene cantando la plaza y somos expulsados al nuevo día.
Ya sé que no volveremos a vernos.
Aquí me despido y permanezco —obligado por alguna vocación antigua de mi cuerpo— deseándote como ya te habrán deseado otros hombres, mucho tiempo atrás.









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ZEUXIS VARGAS [19.848]

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Zeuxis Vargas 

(Quetame, Colombia, 1981)
Licenciado en Psicología y Pedagogía de la Universidad Pedagógica Nacional de Colombia. Sus trabajos han sido publicados en varias revistas culturales tanto fuera como dentro del país. Algunas de esas publicaciones son las siguientes: Las cosas que aprendí; libro de poemas, editorial Seshat 2016. Fabulistas de la intimidad; Revista Quimera de España. Raúl Gómez Jattin, La poesía como necesidad; Ensayo. Revista Rara-Avis de la Universidad Pedagógica Nacional. Mitológicas; Revista Asterión de Barranquilla. Diatriba contra Rilke; Portal Renata del Ministerio de Cultura. Fue participante del taller de poesía y cuento “Ciudad de Bogotá” 2010. Además, fue Colaborador y escritor en la antología “Primera visión de autores cundinamarqueses”. Secretaría de cultura de Cundinamarca. Diciembre de 2001. Autor de las cartillas: Los mártires también son héroes (módulos maestro y estudiante), ofrecidas e implementadas en los 8 colegios de la localidad de Mártires- Alcaldía mayor de Bogotá D.C. 2011, Colombia. Creador del Ambiente de aprendizaje Idipron para la planeación del 2014 en la Unidad de protección integral La Rioja – Idipron. Otros trabajos suyos han figurado en diversos portales de poesía y cultura tales como: Los fabulistas de la intimidad: los auténticos extraviados; About poesía en español, Estados Unidos, 2013. Selección de poemas Aridez; Entremares Magazine, Alemania 2014. Selección de poemas; revista virtual Crear para leer; dirigida por la escritora argentina Marta Roldán. Artículos de reflexión pedagógica; página del movimiento humanista: paz, fuerza y alegría dirigida por Enrique Amigo, Chile.Por último, el poeta ha sido catalogado en el centro virtual de la biblioteca University Harvard y en la OEI. Actualmente se encuentra realizando difusión de su primer poemario “Las cosas que aprendí”, publicado por la editorial Seshat.



DESOLLANDO EL LLANTO

Yo que tengo por costumbre esta manía,
esta verborrea pegada
como cuero roto entre los labios,
yo que grito y berreo
hasta ponerme hinchado el corazón
y los puños morados
de tanto darle a nada y resentido.
Yo que me levanto a veces
con cierta repugnancia
arrinconada y susurrando,
tengo que decir,
que no es veneno lo que pasa
sino un sabor originario
que a veces nos pone a todos
de luto hasta los sueños.
Esto de tener que vivir como saliendo a escena
(como porfiando viento,
muecas de fastidio entre los ojos),
es apenas un motivo
para echarle fuego hasta la sombra.
La vaina sencilla de levantarme con fastidio,
de saber que vuelvo al ruedo aniquilando quejas
tiene cierta insistencia de aguja
punzado la carne
o cualquier cosa que posibilite un grito.
Es que crecer, de pronto,
con el olor de la sangre a ras de aliento
es como ponerse a recordar
lo echado a perder entre los sueños.
Que lo serio es esto;
ponerse a vivir como si fuera cierto.
Llevar del pescuezo y a rastras,
la sonrisa de hipócrita al trabajo,
ponerse a hacer familia;
abultar con cansancio las rutinas,
llegar como despierto hasta un domingo;
ponerse a mirar los días
como si fueran diplomas colgados en el pecho
y llorar, hasta reventar la sombra
como pompa de jabón entre los dedos.
Es que gritar así no lleva a cuento
sino a meras certezas de cuchillo.
Es esa rasquiña,
esa esquirla poniendo rojo el desespero.
Yo tengo esta manía,
este desagrado hacia el reloj de las esquinas,
esta gana de bajarme del mundo para siempre
de ponerle tarjeta de vencido
a la mueca de amor que me vendieron.
Es que cargar de pronto
con tanto lío de silencios
perpetrando ciertas decepciones,
con el capricho de saludar amigos
y encontrar sorpresas como si fueran rostros,
le vuelve arisca el alma a uno,
le carga con fastidio las cobijas.
Yo tengo desgarrado algo
que se me sale, a veces, a maldecir los días;
la sensación de no hallarme,
la negación del tiempo
haciendo estragos en mis huesos.
Es que uno, a veces,
se levanta muerto
rajado a la mitad,
apenas floreciendo monotonías
y bostezando hastíos.
Es que uno, a veces,
se echa a podrirse
encima de contritos desalientos,
se nos eriza el compungido
o una gana de rompernos las entrañas
nos pone a mirar cualquier soledad Con odio
hasta estallar lamentos.
Es que a veces, yo, como cualquiera,
enervado con ciertas cosas
que le sacan filo a la tristeza
me pongo en el oficio
de desollar el llanto.
 

 
OASIS

Hay en su piel menuda
Astrágalos alfombrando el fondo
Y donde la arena se humilla
El alga se arrastra como un náufrago
Dicen que todos los años se ahoga un hombre
Que toda la laguna es una abominación
Y entonces las palmeras
Parecen seres extraviados en el fango
El agua perdura
Insiste
Mientras
Con miedo
La rodea el olvido…
Muere un hombre,
Todos los años,
De sed




INTERVENCIÓN

Y yo te buscaba
Te cazaba,
Tu sombra huía.

No fue accidental este rumor
Esta historia creciendo hasta ser una sola palabra.

Denominé a mi forma de saber que existías
Un milagro.

El color de la cosas, la liberación de la realidad
Eran intolerables cuando sólo pensaba en ti.

Había mucho de común entre nosotros
-Digo-
El momento preciso para derrumbarse
Y sentir que algo valía…
De antemano, teníamos la infancia
El lugar hollado por la voz
Y la canícula.

Allí
Calcinamos todas las insignias.

Perpetramos una liturgia triste
Que ahora
Es nuestra señal entre las cosas
Y el mismo dolor
y hasta el mismo rostro estupefacto
y el mismo resto del amor tan devastado.

Eso bastaba para muchas cosas.

Constantemente
Codifiqué
Compensé con designios
Lo que no entendía.

Pero tú,
No existías,
Estaba en otra parte,
Inadmisible.

Sin embargo

Yo te buscaba

Imposible.

Uno termina
Uno empieza.




SINÉCDOQUE

Esta vena arrinconada
De hombre,
Alejada por la ausencia
También extraña.

Altera
Angustia
Como si buscara el tiempo
Pero estás tan lejos
Que ya no sé qué es la distancia.

Allá es de día
Aquí, casi todo,
Parece fermentar,
Se ulcera
Y entonces,
Tengo que inventar ciclos
Llamamientos
Espasmos con huella
O con señal de urgencia
Como alas emigrando
Como cornamentas huyendo.

En la noche te imagino:
Devorando,
Ocupándolo todo.

Más allá de la liturgia
El hombre y la mujer
Tienen el mismo deseo
La misma emergencia
Y los sentidos.

No te culpo:
No era la hora
No era el lugar
No era este universo
Pero…
El silencio te insiste.

Simplemente,
Es la sangre,
Esa cosa que sufre,
Que gotea,
Y se seca,
Árida.




ORFANDAD

Dónde la catedral
Con sus pasión por el abandono.

Dónde
La viacrucis señalando la desidia.

A veces espeja en la reverberación
Ese lugar,
Un pórtico
La terminación del desierto…
Pero es el aire y la canícula
Solamente.

Esas cosas
Esas perversas cosas que no mienten
Podrían ser un ícono de su reino
Pero
Dónde las naves con su solemne olvido
Dónde
El atrio con sus quejas.

Cuál es el terreno preciso para hollar
Para establecer esta enferma eucaristía
Y la desaparición
Y la ausencia.

Qué Dios olvidar
O Empezar a odiar

La mirada perdida sabe de estas cosas
Donde no hay silencio

Miro mi cuerpo
La posesión más cercana
Al desamparo





POEMA DE LA HERRUMBRE

Los hierros intentando el amor de los manglares
Y las rejas
Como palafitos donde se alza el viento
Resguardan.
Todo es impenetrable.

Allí donde se pierde el vacío
El sol custodia.

Guardián de Hesperia
Aguarda
Celoso
Que la arena se arrebole
Para dar inicio al laberinto.

Una partícula de roca
Escapa
Rueda hasta los pies de la viajera,
Desaparece el espejismo.




LOS TUAREGS

El aprisco bala,
Sin cesar,
Hacia la irisación de la noche.

Hay rocas afirmando,
Sosteniendo la arena.

A veces
Yo huyo,
Sombrío,
Arreo mesnadas de cosas que no fueron,
Y me desvanezco,
Es necesario.

Hay una escritura, en el desierto, muy hostil:
Se basa en la media luna del alfanje
Y en el serpenteante hecho de estar solo.
Oficia con las palabras hasta arderlas en olas
Le pone silencio a los rostros.

Sobre la duna
Una horda
Forma el cenit
Esa otra apariencia
De ponerme de frente
Ante tus huestes.

No son alucinaciones
Estos tuaregs,
Furiosos,
Embistiendo
Ya encima.

La luz refractada por el aire,
Inquieta,
Es el único artilugio:
Espeja
Mi distancia.




GRANOS DE ARENA

Yo oficio la distancia
La queja queda
El túmulo de espacios sin nombre
Las horadadas faltas del silencio

Esta arquitectura es la del olvido
Y sin embargo
En los granos de arena
Nace el cuarzo
 



ESCRIBIR

Registrar el universo por el respaldo,
acumular todos los datos posibles
de la harija y la pátina,
preparar el informe
de las imágenes que nunca existieron
y pensar que se inventa.
Sortear la pena de no crear,
producir siluetas enteramente echadas a perder,
dejar que un texto muera sin lector inventado
y soñar que el viento puede descifrar el amor.
Dejar versos en la espalda de un muerto,
dejar caer una letra como si fuera una porcelana
y sentir en un cuerpo dormido
el calor de la ternura.
Vivir los días creciendo o casi consumiendo,
acumularlos para la fecha festiva de las márgenes
y oír que tienen nombre,
que se van llenando de fantasmas.
Construir un propósito al levantarse
para poder caminar seguro del suelo.
Sospechar que hace falta algo
para que sea completo el humano
que dejamos de acicalar en el baño.
Concentrar entre los ojos una promesa,
dar por sentada toda la experiencia
y saber que está vacío, todavía,
el gesto para sonreírle algún día a los recuerdos.
Escribir,
escribir hasta que comencemos
a aparecer entre las cosas.

 


ODISEA

Hablar desde lejos
como si ya fuéramos ausencia.
Declarar con las palabras
el abandono
que dejarán las cosas en nosotros.
Destejer este poema
como si de verdad fuéramos Penélope.





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LUZ STELLA MEJÍA [19.849]

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Luz Stella Mejía

Luz Stella Mejia nació en Manizales, sobre la falda de la montaña en la zona cafetera de Colombia. Creció en el altiplano Cundiboyacense, a 2,700 metros sobre el nivel del mar y vivió y trabajó como bióloga marina en Santa Marta, en la costa Caribe de su país. Vive hace ocho años en Estados Unidos, dedicada a los libros –lee como loca y trabaja en una biblioteca-, la familia y sus cuentos. Su oficio de escritora ha sido constante, pero apenas ahora está empezando a darse a conocer en su blog elsuresamerica.weebly.com



TEMPLARIA GRIEGA

Moro y hereje:
seré la cruzada
que te convierta
a espada y fuego,
y luego,
en la oscura noche
de tu piel
encontraré mi luna.

Dulce, inocente,
seré la Cloe
de tu despertar,
la pastora
de tus instintos,
y luego,
en el suave abrigo
de tu piel
me tenderé desnuda.




INVOCACIÓN

Vuelve a mí
Inocencia hermosa,
Perdido Ángel de mi infancia.

Déjame ver de nuevo
a través de tus alas,
el mundo fresco y dulce
que no logro encontrar.

Inocencia sutil,
cierra mis párpados
con tus dedos balsámicos
y hazme soñar la vida
otra vez.

Regia ilusionista,
déjame pretender
que tengo las respuestas.

Hazme creer que algo es posible,
permíteme olvidar que todo es nada
y regálame tu néctar de candor.

Misericordiosa nigromante,
muéstrame el vislumbre
de un camino virtual
que no lleve al infierno.

Sonriente encantadora,
miénteme en la cara
sin vergüenza.
Escúdame de nuevo
entre lisonjas.

¡Oh! Prestidigitadora,
bella poderosa,
dame de nuevo la ilusión,
piedra filosofal, espejo en el espejo.

Maga, bruja, hechicera añorada,
toca mis ojos con la vara de Aarón
y deja que el torrente de llanto
me inunde de esperanzas.





PRECISIÓN

Cuando el grito ¡Tierra!
rasgó los aires tibios del Caribe,
los ojos de Rodrigo de Triana
no miraban al Norte.

Cuando Cristóbal Colón
se hincó en las nuevas playas,
la arena de Guanahaní
besó sus labios.

Cuando Américo Vespucio
describió el Mundus Novus,
sus cartas hablaban
de las costas del Sur.

Cuando Waldseemüller
y los geógrafos de Saint Dié
bautizaron el continente del sur,
América lo llamaron.

América:
Dolorosa Babel,
pródiga Ítaca,
manto tejido
de caña y lino
que se extiende
desde el Horno del Sur
hasta la tierra Verde.

Cuando usted me pregunta
si soy americana
yo respondo: Sí,
soy americana
y he nacido en el Sur.





LA VIDA UN CICLO

Somos los granos del reloj de arena
que a veces la vida decanta en el fondo,
quietos acumulando años encima,
dejando que el tiempo nos golpee al caer,
año a año, día a día, grano a grano.

Pero hay momentos en que no hay más inercia
y la vida nos mueve, nos sacude, nos llama
a girar incansables tras un sueño ciclónico,
en la veloz vorágine en que estamos inmersos.

Es la cima del mundo.

De pronto el remolino nos atrapa en su vórtice
La emoción nos inunda y la vida es hermosa.
Somos parte del sueño, somos arena viva.
El tiempo se acelera, se acelera el impulso
y corremos de prisa en busca del destino.

Por un fugaz instante vislumbramos el centro,
se ilumina el camino, se esclarece el motivo.
Somos protagonistas de nuestra propia vida,
artesanos de sueños, soñadores de arcilla.
Y en esos segundos de caída libre,
somos invencibles, somos eternos.





AFUERA 

Viven todos.
Viven, aman. 
Vives tú,
cada vez más vivo...

¿Qué te hizo encontrar
el camino de vuelta?

¿Qué te hizo tomar
el hilo de la red?

Yo, pez solo,
nado mar adentro,
sin redes
ni roces,
sin trampas
ni urdimbres.

Nado en caída libre,
libre.




LIMITACIÓN
                                                     
Evanaam: el viaje está listo
Ya está Anak con sus guerreros,
fieros guerreros de todos los tiempos.
Vienen los efebos adorándose

Se miran mutuamente
sus cuerpos relucientes,
sus torsos cuadrados:
¡Se admiran!

Solo cuenta la fiereza,
el arrojo, la maldad.
Se tocan con disimulo
sus músculos duros
se rozan, se sienten:
Se aman.

No pueden apreciar la belleza
de este atardecer rojizo sobre la llanura
No pueden deleitarse
con los visos dorados de los cabellos
de las doncellas ansiosas,
ni las suaves curvas
de sus cuerpos desnudos.

Van hacia la guerra,
hacia la muerte,
y solo pueden mirar
hacia sí mismos.




NATURALEZA HUMANA

¡No todo está perdido!
Estamos hechos de arena y oro,
de sangre y fuego estamos hechos.

No todo es carne y huesos.
En lo más profundo crece la semilla,
el vástago de la divinidad.

Ángeles somos,
hermosos y terribles.
Podemos disparar al cervatillo
y llorar ante la flor tronchada.

Somos sirenas y ninfas
faunos y centauros.
Somos barro y estrellas,
océanos y lluvia.

El universo habita
en la mirada
Contenemos el 
el río impetuoso,
la corriente subterránea.
El vendaval destructor,
la suave brisa y la hoja que cae.
La tierra fértil,
el desierto ondulante.

Y tu,
¿No ves las alas
que asoman de tu piel?




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MARGARITA PINTADO [19.850]

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Margarita con Lorenzo García Vega. Foto de Pedro Portal


Margarita Pintado

Margarita Pintado (Bayamón, Puerto Rico, 1981), es poeta y ensayista. Se graduó de la Escuela de Comunicación Pública de la Universidad de Puerto Rico en el 2004. Obtuvo su maestría y doctorado en la Universidad de Emory, en Atlanta. Sus textos han aparecido en distintas revistas impresas y electrónicas de Puerto Rico, Cuba, México, Chile, y US. Publicó en el 2012 su primer libro de poesía, Ficción de Venado.

Su primer libro de poesía de próxima publicación saldrá con la editorial puertorriqueña La Secta de los perros. Enseña literatura y cultura hispanoamericana en la Universidad de Ouachita, en Arkansas. Obtuvo su maestría en la Universidad de Emory (Atlanta). Se pepara para defender su disertación doctoral, Lorenzo García Vega: Poeta sin paisaje, en la misma institución. En El Roommate ha reseñado a los siguientes autores: Luis Negrón, Antonio José Ponte y a Chiara Merino, entre otros.





Un efecto de mar

Recorto la tarde.
Difumino opacidad.
Busco claridades, busco
Tramo de luz.

Te coloco dentro de un cuadrado
Azul.
Duermes. Agito los colores del cielo.
Teorizo: nubes, posibles truenos,
Aguacero.

Todo llega tarde y sereno…
Fondo blanco, rastro azul
A lo lejos se crea

Un efecto de mar.




Um efeito de mar

Recorto a tarde.
Dissipo a opacidade.
Procuro a clareza, procuro
O rastro de luz.

Coloco-te dentro de um quadrado
Azul.
Dormes. Agito as cores do céu.
Teorizo: nuvens, possíveis trovões,
Aguaceiro.

Tudo chega tarde e sereno…
Fundo branco, rastro azul
Ao longe se cria

Um efeito de mar.


Entonces se abría el cielo

Entonces se abría el cielo en líneas verticales pájaros y números rodaban por el firmamento ardía la distancia del día galopando duro en los cristales lo amarillo las semillas las raíces la tierra de pronto salpicada por la lluvia detrás del trueno en los techos de las casas crece la sombría alucinación de lo distante arriba el manto negro titila sed de plata detrás de las ventanas animales cariñosos duermen debajo del reflejo de una luna opaca jardín anestesiado de flores como espadas como costas o cuchillos cuando la tarde cae redonda el horizonte es una línea que descose su raíz el mar se precipita sobre todas estas cosas el cielo arrebatado en hondas superficies el aullido de los perros apretado en las esquinas de la noche es una boca de lobo es un cristal que se nos rompe es un éxodo violento de barcos que naufragan debajo de tus pies hay sed en las aceras alguien dice algo en voz muy baja yo le tuerzo el cuello al cielo para ver si te apareces se callan las cosas los platos y los vasos la habitual cortesía de mis utensilios la casa me ama con una devoción sobrecogedora me he sentado a llorar un poco delante del televisor tan triste tan como castigado cuando está apagado la nostalgia se ha domesticado bien esta mañana me he sentado en todas las butacas para ver la nieve caer no hace falta la destreza de tus manos ni el ruido de los carros no hace falta la mirada endurecida de un testigo un claro de espiral viene a buscarme yo me alzo en honda rebelión manipulo cada sombra cada desliz de sombra que se posa en los balcones dormidos tu dolor de luces y de triángulos tejido violento vértice curva muerde agujas se devasta cada vuelco se sostiene en pequeños interludios la tarde se serena un poco el vuelo de mi falda oculta la clarividencia de este mediodía afuera llueve con los ojos cerrados pero llueve te preguntan no contestas pero la lluvia ya es un hecho irrevocable dices ciertas cosas miras con una delicadeza que es alarma tanta es la espera y tan grande es mi deseo los días siguen deslizándose abatidos y culpables las interrogantes hojas yo salí un momento a la eternidad salí sin saberlo me puse delante de una lluvia suave mi cuerpo doblado sobre la baranda mi cara como de piedra envuelta de pronto en una niebla fría sentí que todos éramos la noche soñé que anochecíamos juntos serenos y felices yo salí un momento la noche era ya solo un recuerdo posado en tu cabeza mariposa o broche de oro he recorrido tantas veces tu frente con mis dedos envueltos en esa dulce timidez para buscarte he tenido que sembrarte tantas veces en papel porque es verdad que hay amores que duelen en la piel pero es que hay otros, oye, que duelen mucho más: ...

     Este poema pertenece al libro inédito Frágil y perpleja.




Tiempo de bosque

No se puede decir
"era la mañana en el bosque".
No existe el tiempo en el bosque. Existen
el color, la luz, la textura. 
El bosque está rosado. O el marrón ha entrado 
en su fase de fuego o
el bosque está azul. 
Y así, sucesivamente.

Todo de pie. 
Los árboles me recuerdan a él. Largos y afilados. 
Tratando de ascender, rasgando sin saberlo
el cielo con su mano. Plena mansedumbre. 
Los árboles son como muchachos bien criados.

El llanto de un árbol consuela los esfuerzos de mi fe.

     Este poema pertenece al libro inédito Frágil y perpleja.




Vístete que...

Manejamos. Qué país tan grande, le digo. Qué país tan vacío, me dice. A lo lejos hay una línea entrecortada, un reguero de puntos sincronizados marchando a otro cielo. Se acercan. Nos acercamos. El misterio del espacio. El misterio de la forma cuando se pierde en el viento.

Qué país tan grande y tan vacío. Todo asume una tristeza tan pequeña, tan idiota, tan en medio de la inmensidad. Tan que nadie ve. ¿Es eso la tristeza? ¿Lo bello que no se ve?

"Vístete que nos vamos" es una frase un tanto absurda dentro de este texto. Pero es que a veces, cuando estoy metida en un país tan grande y tan vacío, extraño a mi mamá. Es de humanos extrañar a la mamá. Y el recuerdo materno se manifiesta en ciertas frases.

"Vístete que nos vamos."

Todas las mañanas yo me visto para irme. Yo me pongo bonita, para irme. Pero casi siempre me quedo en la casa. Vestida y alborotada. En este país tan grande y tan vacío, a veces no hay a dónde ir.

Entonces, él llega y me dice: biteste que nossss vamouss.

Y yo me visto. Y yo me pongo bonita. Y nos vamos.

     Este poema pertenece al libro inédito Frágil y perpleja.



Bodegón de fin de mundo

La fruta que está en la canasta en donde siempre ha estado la fruta ha desatado en estos días una inmensa tristeza. No se sabe la razón de este como padecimiento que quizá esté vinculado a algún malestar del alma. Hay, por supuesto, momentos más difíciles que otros. Sobretodo por la tarde, la fruta parece querer marcharse. Como si estuviera aburrida de nosotros, o como si quisiera llorar, esta fruta malagradecida. También está el componente de la luz, que depende de la hora del día aumenta esta sensación un poco de terror, un poco de llanto, un poco de compasión (estos tres ocurren en distintos estadios del día y de la conciencia) que rodea a la fruta. No hemos hablado, él y yo, de esta situación, la situación de la fruta, de la tristeza que ha desatado la fruta, pero sé que él también lo siente. Cada vez es más difícil, por ejemplo, ir al mercado, contemplar la fruta con cara de perplejo, sentirla en nuestras manos, enojados y melancólicos, regresar a casa cargados de fruta, como si planificáramos una venganza o una tortura. Contra nosotros o contra la fruta, da igual. Ya se nos pasará, digo yo. Ya volveremos a estar bien con la fruta, pensará él. Yo ya he comenzado a perder la fe en esta batalla diaria entre la violencia de nuestra calma y la tristeza que se ha apoderado de la fruta.

     Este poema pertenece al libro inédito Frágil y perpleja.



Tú, bosque pálido...

Tú, bosque pálido,
suéñame una casa alegre.
Con ventanas que se abran siempre
cuando lluvia, o trueno, o mirada de un extraño
se desate.

Deja, amor mío, que el viento entre.
Que nuble papeles, que traiga peligros, que traiga
maldades. Que las nubes bajen todas,
que los gatos ya no tengan miedo 
del reflejo oscuro en los cristales.

     Este poema pertenece al libro en preparación Un efecto de mar.



Lo que

¿Qué es lo que buscas 
Cuando

Detenido por un viento 
Quedas
Estremecido

Por el disparate de un pájaro?

Rescatas, claridad de mediodía, 
Las cosas que se quedaron 
Olvidadas

A medio camino
Sin camino.

Las cosas, tus cosas, se llenan de ese olvido 
Que presientes

Araña la raíz

De lo que
Siempre ha estado 
Como

Perdido.

Tus cosas guardadas dentro de otras cosas. 
Tus cosas, en silencio, bajando la cabeza. 
Y tú sientes
        (¿Lo sientes?) 
Que todo te perdona
Que todo te lastima en clave de caricia 
Que todo te persigue

Sonámbulo.

Íntegra sombra de tu sombra 
Despierta
En medio de la noche 
Temblorosa.

Pides silencio y renuncias 
A la idea
A la sola idea

De una palabra

Sola

Que redima

Que destruya

La eternidad de tu ceniza

Dime

¿Qué se calla 
Cuando hablas 
Tan tímidamente 
Tan escasamente 
De lo que se ha ido 
De lo que

Pasa

Como

Sino

(como un sino) 
Pasara nada?

Queda lo que queda.

La Nada en la que te desorbitas. Eso queda. 
Lo desenterrado para siempre.

Queda. El viento que se le escapó a la resta. 
La espada y la pared, quedan.

La cifra, para ser exactos.

Queda.

Ficción de venado (La Secta de los Perros, San Juan, 2012), del cual procede este poema, es su primer libro publicado. Trabaja en un libro sobre la vida y la obra de Lorenzo García Vega.




Luis Othoniel Rosa reseña a Margarita Pintado (Puerto Rico)

Margarita Pintado. Ficción de venado. Río Piedras, PR: La Secta de los Perros, 2012. 

Adentro nos esperan los mayores.
Pero nosotras ¿a qué hora llegaremos?

Margarita Pintado, Ficción de venado

Las personas mayores
¿a qué hora volverán?
César Vallejo, Trilce

Prólogo
Unos playeros sorprendidos logran grabar en vídeo el momento justo en el que un venado sale nadando de la playa Flamingo en la isla de Culebra, al este de Puerto Rico. El inverosímil vídeo circula en la web en el 2010, y se convierte en la imagen condensadora de éste, el primer poemario de Margarita Pintado. Hay algo en nuestros modos de construirnos una subjetividad que nos lleva a la zoología, a la manera en que nos identificamos con ciertos animales, sus movimientos, sus diferencias. Esta imagen de ese venado fuera de lugar, de ese venado viajero delicado que tiene calor y se va a nadar a las playas cristalinas de Culebra (otro animal!), tan sensible al clima, tan dispuesto a la readaptación geográfica a la que ha sido forzado, condensa este poemario, que según la autora, es tres.

Ficción-de-venado“En secreto y como en fuga
Corroborando cuentos chinos
De niños isleños
Melancólicos siempre
[…]
Fue verlo salir
Y saber que era
Pues los cuentos
Siguen siendo cuentos
[…]
Que no hubo nunca
Un venado mojado,
Inquieto y como desnudo
Saliendo de ningun
Playa” (8-10)

Hay sólo un puñado de escritores que me generan expectativa, y a quienes les sigo el paso, ansioso por leer el próximo proyecto, y Margarita Pintado es una de ellos. A cada paso podemos ver cómo se reformula, no sólo su proyecto poético, sino su concepción misma de la literatura, que cambia y se agiganta. Si bien Ficción de venado es su primer libro, no es para nada su debut literario. Quizá por la misma condición de exiliada, quizá por su concepción de la literatura como algo de pasada, algo que sucede y se va, efímero y superficial, Margarita Pintado ha invertido la mayor parte de su trabajo literario en tres blogs prolíficos: Desvalijadas (2007-2012, 150 entradas), que puede leerse como poesía en crónica y del que salen muchos de los poemas de este poemario, 2) Ping-Pong Zuihitzu (2010-2011, 243 entradas), que reseñé hace unos años aquí, un blog que comienza como una novela a cuatro manos junto al escritor cubano Lorenzo García Vega y se convierte en una alucinante correspondencia poética, y ahora 3) Ave de paso (en curso) que hace un corte con el primer blog e inicia una segunda etapa en el trabajo literario de la autora, que podemos preveer, nos traerá otro poemario. Lo que une tanto los blogs, como Ficción de venado, es el concepto que se tiene de la literatura. Al leer a esta autora, parecería que la literatura es algo con lo que uno se tropieza, que uno se lo encuentra (ready-made/étant-donnés, diría Duchamp, pero no es lo mismo). La voz poética se aleja del lugar autoral y es más bien como una cronista de lo literario, una testigo de cómo lo poético sucede, y es necesario reportarlo.

“Qué tierno lo que no llega, lo que no se cumple, lo que
no se pudo. Qué delicado este proyecto inacabado de la ruina
por donde siempre aparecen unas manos como antiguas
buscando florecitas, buscando, como Lorenzo,
unos cristalitos rosados por donde mirar la ciudad” (Ficción de venado, 5).

Si bien su escritura es extremadamente delicada, lo realmente fino en su apuesta se encuentra en la mirada, en los “cristalitos” por donde mirar la realidad, y es importante recordar a Lorenzo García Vega aquí. No me parece que se tome como ofensa decir que el trabajo poético de la autora puede funcionar como una variación de la monumental obra del recién fenecido discípulo de Lezama. El estilo de Margarita toma prestada la mirada de Lorenzo, como si fuera una cajita o un calidoscopio para observar la vida o los movimientos o las superficies. Ya sabemos que la originalidad no sólo está sobrevalorada, sino que tiene un valor negativo, que legitima una concepción dañina de la literatura como individualismo, como competencia. En la escritura de esta autora, no espacio para esas boberías.

“Avanzar la idea de la lluvia antes de que. El aguacero siembre
todas sus dudas.
Lloverse sobre el llover. Dejarse llover” (4)

Y quizá es una mentira también decir que esto es un poemario. La autora nos llena de escenas, de historias compactas, impresionistas, que se juntan para contarnos algo. La clave está en encontrar su denominador común. Lanzo tres posibles denominadores comunes: 1) la sospechosa quietud de las superficies, lo que no sucede, lo que no cambia, lo que miente, lo que está fuera de lugar, lo que “está bien” aunque ni lo entiendo ni lo comparto, lo contingente, 2) lo que permanece (ruina) en el movimiento de los trabajos y las distancias, de un exilio que es más manada, jauría, que desterritorialización y 3) la solidaridad con las compañeras de viaje. Por supuesto, que estas tres formas que destaco se contagian.

1.  Lo contingente
“y eso está bien. que los pájaros canten. está bien.
pero yo no lo entiendo. cómo se rompe el silencio
de todas mis palabras con ese canto, con esa como
canción de pájaros.
no lo entiendo.
pero está bien” (16)

La cita de arriba me parece que marca uno de los más fascinantes aspectos de este poemario, y de la voz poética que la autora se ha construido con los años, eso que uno no entiende muy bien pero que uno acepta, aceptar lo que no se puede controlar, construir una tranquilidad que observa pero no se entromete, no asesinar al elefante blanco, más bien ser hospitalario con él aunque nos ocupe la mitad de la casa. El “está bien” no es un endoso, pero presupone que hay algo en lo contingente, en lo que no podemos controlar pero que nos llega, que nos nutre, que nos hace falta, que es necesario para ver cómo el tiempo también pasa cuando no hacemos nada.

“Nada ha cambiado y sin embargo […]
Como, bebo, duermo. Todos los días se parecen.
Y sin embargo” (38-39)

“Tomar agua no es una actividad transcendental, pero cuando
una ha decidido inmovilizarse delante de una ventana para
presenciar de lleno lo espeso de un aguacero, tomarse un vaso
da agua adquiere cierto relieve. Es verdad que ‘una cosa
pequeña, y una cosa pequeña puede tocar otra cosa pequeña’” (57)

Eso, hay instancias en que la contingencia “adquiere cierto relieve”, se convierte en superficies que podemos tocar. En el “está bien” de Margarita es donde encuentro el origen de su escritura. Su escritura surge de la necesidad de relacionarse con aquello que no se puede controlar, y es una relación viscosa, es lo que se queda pegado a pesar del movimiento.

“La escritura es una enfermedad de superficies. Un borde herido
y mojado.
Orilla de playa.

Todo está resbalando. Todo. Rebotando. Tu voz
que se quedó atrás, yo la siento pegada en mi frente.” (3)

Y es que la literatura misma se parece a lo contingente, es una marea inmensa y caótica, incontrolable, en la que los autores somos tan sólo la espuma efímera de la ola. La espuma que es la escritura de Margarita Pintado es tan refrescante como ese vaso de agua en la lluvia, desde la escritura de esta autora, dan risa esos que ven a la literatura todavía como una oportunidad para la fama o la vanidad. La literatura es su propia diva, y ningún autor puede rivalizar con su inmensidad, atraparla, contenerla, hacerla su sirvienta. Y eso está bien.

2. Manada/exilio
El segundo denominador común que encontramos en Ficción de venado es uno que me parece, se extiende a otros escritores puertorriqueños contemporáneos con domicilios movedizos. Es una lectura que toma en cuenta las condiciones materiales que han generado, a partir de la crisis económica del 2004 en Puerto Rico (2008 en el resto del mundo), que cerca de un quinto de la población del país se haya exiliado. Es un exilio raro, más de ola que retorna que de barco, y que contagia con sus crisis de economía neoliberal a la literatura misma, a la manera en que la reproducimos, la circulamos, la leemos. La literatura se convierte en una economía de subsistencia, lector-editor-distribuidor-autor se van convirtiendo en la misma persona, y se simplifican las relaciones de lo literario. “Los trabajos y los días” que fuerzan ese exilio, sin embargo, fuerzan a muchos más, son toda una manada internacional la que se mueve en este mundo neoliberal de políticas de austeridad, crisis de vivienda y desempleo. Es decir, no es un exilio en soledad, porque son muchos los exiliados de todas partes.

Ficción de venado está lleno de relatos de amigos, de encuentros con snobs de otras culturas, de reuniones de exiliados, de regresos desfamiliarizados, de amigas mediatizadas, de compañeros de viaje, y cómo no decirlo, de roommates 😉

“Dice Ana
que hoy hace mucho frío. Yo le dije que no, que no era para
tanto.
Ella me miró, muy madura, sabiendo que lo que quería era
contradecirla. Me cedió la batalla. Yo dije que había salido
y que me parecía buena la noche.
[…]
‘No sé si me expreso bien’, dijo con poca fe, creyendo que
no decía nada, ablandando sus hombros en la butaca que
nunca uso porque es la butaca de la visita.
Y aquí siempre hay visita.
Lo admito. Esta noche hace mucho frío.
Espero que Ana no lea esto” (35-36)

Nos parece que el venado perdido en Culebra no es una metáfora del exilio. La inestabilidad laboral que genera la crisis en esa clase media global produce un exilio manada, siempre en movimiento en el que uno nunca está sólo, pero, como nadie para de moverse, uno se encuentra siempre con gente nueva y les pregunta sobre los amigos, amores de aeropuerto, apartamentos de futón, intensas solidaridades de mochila. El venado no es un descarrilado de la manada, es más bien el cuento que nos llega, las historias que nos alcanzan en nuestro movimiento, la ficción y lo inverosímil de nuestras distancias. Si pagar las “cuentas” es lo que determina los “trabajos y los días” de ese movimiento dispersante, es el “vivir del cuento” lo que nos mantiene manada.

“Pero ella siempre me manda fotos, o chistes por text.
Y yo la quiero. Porque rompe mi paisaje, lo jode cuando
yo no me atrevo. Lo quiebra, y quebrándolo me rescata de
algo, como de la intuición de un pozo, o de la ternura de los
hornos de los que hablaba Mara.” (44)

Como siempre, los dejo con una cita larga, de un poema en prosa que me conmueve muchísimo. No sin antes añadir una tercera fuerza que existe en este poemario, y que para algunos lectores parecerá central. Y es que a la fuerza de la contingencia y a la de las historias de los amigos, se añade una tercera que no puedo denominar de otra forma que como una mezcla entre deuda y rencor con el pasado, con lo que se dejó atrás y a lo que el viaje no permite volver. Y es que “los trabajos y los días” que nos lanzan a una vida de maletas, también producen fantasmas pegajosos del pasado. No cito ni abundo sobre este aspecto, porque me parece que la manada en el poemario salda esa deuda/rencor de lo que se dejó atrás con un elemento muy poderoso que es la solidaridad con las mujeres, con las compañeras de viaje que, como la voz poética, también abandonaron un tipo de vida que a veces las acecha. Un tipo de feminismo subterránea el poemario y desencaja esa doble moral de género en la modernidad sobre la que podríamos extendernos, pero mejor se lo dejamos al lector.

déjala que encienda otro, no le preguntes del hielo, dale

fuego, dale luz, dale viento, que a veces el hálito de vida viene envuelto en humo, déjala que baile, que se pierda entre esos      hombros, que salte sobre una mesa, sí, déjala que baile, ayúdala a cansarse, espántale el insomnio, arrópala un poco, pero déjala, como una flor lunar abierta al frío, que suba, que baje, déjala que se pierda, pero pídele que vuelva, déjala que siga con su ritual de pestañas quemadas frente a la pantalla, y déjala que cante, y que se sirva otra copa, mientras pinta ángeles, como ella, tan caídos, ángeles cansados de cielo, y no le digas, no le grites, no le muerdas las ideas con tu calma, no le estrujes el vestido con consejos, no la jodas, loco, no la jodas, y déjala que sea la que siempre te desea, que se desgaste entre tus dedos como arena, como playa de bolsillo: pedacito de sol, ella, y déjala, que siga recogiendo pájaros muertos por la mañana, y que se queme los dedos si quiere, que escupa ceniza, déjala, si es linda, déjala que se embellezca, y que destruya todo lo que pueda, dale vidrio, dale porcelana, y déjala, que maneje como quiera, dentro de las líneas casi siempre, bordeando el camino que se inventa, déjala que sea mapa, que sea ruta, atajo, o barranco, si después de todo,

Ella siempre llega (19).

PS: No soy partidario de las reseñas con criterios valorativos, porque me parece que los valores no son fijos y se construyen según las perspectivas de las comunidades de lectores. Y además, siempre digo que las reseñas son el género de la generosidad. No obstante, por esta ocasión me tomo la licencia de decir que Margarita Pintado escribió un poemario extremadamente sofisticado y conmovedor, una verdadera delicia poética, y no puedo esperar a que salga el próximo.


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ION MUREȘAN [19.851]

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Ion MUREȘAN 
         
Nacido el 9 de enero de 1955, en el pueblo Vultureni (condado de Cluj, Rumania). Poeta y publicista rumano.
         
Graduado de la Facultad de historia y filosofía de la Universidad "Babeș-Bolyai” de la ciudad de Cluj (1981). Formó parte del grupo de la revista "Echinox”/ "Equinox”. Después de la graduación se covirtió en miembro del Círculo "Saeculum” de la ciudad de Beclean. Entre 1981 y 1988 fue profesor de historia en el pueblo Strâmbu. Desde 1988 se convirtió en editor en la revista "Tribuna” de Cluj. Actualmente es comentarista y publicista en un periódico de Cluj y jefe de redacción de la revista "Verso” en la misma ciudad. Debutó con versos en la revista "Cutezătorii”/ "Los Atrevidos” (1968). En 2005 fue invitado en Francia dentro del programa "Les Belles Étrangères”.

OBRA:

Cartea de iarnă/ El libro de invierno (poemas), 1981
Poemul care nu poate fi înțeles/ El poema que no puede ser entendido, 1993
Le mouvement sans coeur de l'image (traducción al francés: Dumitru Țepeneag, Berlín) 2001
Paharul / Glass / Au fond de verre/ (La taza), 2007
Zugang verboten / Acces interzis/ (Acceso prohibido), Viena, 2008 (traducción al alemán: Ernest Wichter)
cartea Alcool/ el libro Alcohol (poemas), 2010
Cartea pierdută - o poetică a urmei/ El libro perdido – una poética del rastro (ensayo)– 1998



Traducción al español: Costel DREJOI


LA  CREACIÓN  DEL  MUNDO

Y fue de tarde.
Y fue de mañana.
Pero eso fue hace mucho tiempo.
Y una sola vez.



EL  POEMA  DE  LOS  ALCOHÓLICOS

¡Ay! los pobres, ¡ay! los pobres alcohólicos…
Nadie les dice una buena palabra.
Y eso sobre todo, sobre todo en la mañana, cuando van tambaleándose
alrededor de las paredes
y a veces caen de rodillas y son como las letras
escritas por un alumno torpe.
Sólo Dios, en su gran misericordia,
acerca a ellos una taberna,
porque para Él eso es fácil como para un niño
que empuja con su dedo una caja de cerillas. E
inmediatamente después de llegar al termino de la calle, alrededor de la esquina,
donde antes no había nada, ¡pum!, como un conejo,
la taberna salta delante de ellos y se detiene.
Entonces una luz virginal destella en sus ojos
y, de tanta felicidad, ellos sudan terriblemente.
Y, hasta el mediodía, la ciudad es como la púrpura.
Hasta el mediodía tres veces es otoño,
tres veces es primavera,
tres veces los pájaros van y vienen de los países cálidos.
Y ellos hablan y hablan – de la vida. De la vida, 
así, en general, aún los alcohólicos jóvenes hablan
con una tibia responsabilidad.
E incluso si a veces tartamudean y tropezan,
esto no se debe a que expondrían ideas terriblemente profundas,
sino porque, inspirados por la juventud,
ellos se las arreglan para decir cosas realmente conmovedoras.
Pero Dios, en su gran bondad, no se detiene aquí.
Inmediatamente hace con el dedo un agujero en la pared del Paraíso
e invita a los alcohólicos a mirar.
(¡Oh! ¿donde ha ocurrido que un solo hombre reciba tanta felicidad?)
E incluso si debido a temblar, ellos no pueden ver
más que un trozo de hierba,
aunque esto es algo increíble.
Hasta que uno se levanta y echa a perder todo. Y dice:
„¡Pronto, pronto vendrá la noche,
entonces vamos a descansar y encontrar mucha tranquilidad!”
Después de eso, uno tras otro, se levantan de las mesas,
limpian con el pañuelo sus labios húmedos
y están muy, muy avergonzados.

Traducción al español: Costel DREJOI


Poem

Vai săracii, vai săracii alcoolici,
cum nu le spune lor nimeni o vorbă bună!
Dar mai ales, mai ales dimineaţa când merg clătinându-se pe lângă ziduri
şi uneori cad în genunchi şi-s ca nişte litere
scrise de un şcolar stângaci.

Numai Dumnezeu, în marea Lui bunătate, apropie de ei o cârciumă,
căci pentru El e uşor, ca pentru un copil
ce împinge cu degetul o cutie cu chibrituri. Şi
numai ce ajung la capătul străzii şi de după colţ,
de unde înainte nimic nu era, zup, ca un iepure
le sare cârciuma în faţă şi se opreşte pe loc.
Atunci o lumină feciorelnică le sclipeşte în ochi
şi transpiră cumplit de atâta fericire.

Şi până la amiază oraşu-i ca purpura.
Până la amiază de trei ori se face toamnă, de trei ori se face primăvară,
de trei ori pleacă şi vin păsările din ţările calde.
Iar ei vorbesc şi vorbesc, despre viaţă. Despre viaţă,
aşa, în general, chiar şi alcoolicii tineri se exprimă
cu o caldă responsabilitate

şi dacă se mai bâlbâie şi se mai poticnesc
nu-i din cauză că ar expune idei teribil de profunde,
ci pentru că inspiraţi de tinereţe
ei reuşesc să spună lucruri cu adevărat emoţionante.

Dar Dumnezeu, în marea Lui bunătate, nu se opreşte aici.
Imediat face cu degetul o gaură în peretele Raiului
şi îi invită pe alcoolici să privească.
Şi chiar dacă din cauza tremuratului nu reuşesc să vadă
decât un petec de iarbă,
tot e ceva peste fire.

Până când se scoală unul şi strică totul. Şi zice:
„În curând, în curând va veni seara,
atunci ne vom odihni şi vom afla împăcare multă!”
Atunci unul după altul se scoală de la mese,
îşi şterg buzele umede cu batista
şi le este foarte, foarte ruşine.




Cîntec de leagăn

Mie în somn mi-au îngheţat mîinile, / pentru că în somn e foarte frig. / M-au trezit şi mi le-au tăiat. / Dormi, puiul mamii, dormi!

Mie în somn mi-au îngheţat picioarele, / Pentru că în somn e foarte frig. / M-au trezit şi mi le-au tăiat.

Dormi, puiul mamii, dormi !

Mie în somn mi-a îngheţat inima, / pentru că în somn e foarte frig. / M-au trezit şi mi-au tăiat-o.

Dormi, puiul mamii, dormi !

Acum sunt mort. / Eu nu voi mai dormi niciodată.

Dormi, puiul mamii, dormi !

Întoarcerea fiului risipitor

Totul a fost băut. / Nici o băutură nouă nu a apărut sub Soare în timpul vieţi mele. / Nisipul pustiurilor s-a fiert şi s-a băut. / Praf de argint s-a băut. / Praf de aur s-a băut. / S-au băut pietrele şi încă / din timp în timp apărea din cărţi cineva care vedea ceva de băut / în piatră seacă, / vedea şi bea. / Apoi şi cărţile s-au băut. / Viermii negri şi păsările albe s-au băut. / Peştii albaştri şi caii roşii s-au băut. / S-au băut aerul de sub unghii şi măduva din oase şi sîngele. / Pielea şi părul s-au băut. / S-au băut geografia şi pictura şi sculptura şi poezia, s-au dizolvat / şi s-au băut. / Şi lemnul şi fierul şi rugina s-au băut. / Acoperişuri şi fundaţii / şi casele călăilor şi casele regale / Şi comuna primitivă şi comunismul şi sperma s-au pus la macerat şi ca nişte sucuri s-au băut. / Dumnezeule, totul a fost băut! / Şi tot mai trece noaptea pe drum un om cu o distilerie mică pe umăr.



II

„Curvă, curvă nenorocită vino să vezi ce se întîmplă în ţară!” / În zece ani atît v-a lăsat inima să-mi scrieţi / în scrisoarea ce mi-aţi trimis-o pe un om din Dej. / Şi că voi aveţi o cîrciumă cu vad bun, / că fratele meu s-a însurat, / că şi-a deschis şi el un bar undeva în zona gării. / Iar eu v-am scris zeci de scrisori cu litere tremurate de dragoste: / „Dragă tată şi buna mea mamă, / aici în Persia vremea e bună iar persanii-s oameni muncitori şi cinstiţi” / V-am povestit ce bine merg afacerile mele cu capre, / Că m-am însurat la Teba cu o femie, una Artystona, / dar nu am putut avea copii, nu a putut ţine în pîntece, dar / altfel femeie curată şi gospodină, cam cum sînt la noi unguroaicele. / Şi că după un an nevasta mi-a murit / Aşa că m-am mutat la Kirkuk. / Aici dulcea floarte a norocului mi s-a deschis, / Căci am prins de veste de boala de vaci ce-a lovit în cirezile sciţilor regali, / şi o vară şi o toamnă am belit cu mîna mea boi şi vaci pe malurile apei Borysthenes. / În sare le-am adus la Kirkuk şi le-am argăsit. / Şi ţin minte ca astăzi că am adăugat undeva: / „Mulţi cai poartă numele meu de-a lungul Tigrului şi Eufratului, / căci hamurile pe care le fac atelierele mele sînt renumite, / capsele de alamă-s ca păpădiile, / cataramele au cuie cu cap de şarpe, mi se pare c-am scris, / şi pe toate e imprimat numele meu” / Aşa v-am scris, în fiecare săptămînă, / dar nu s-a întîmplat să treacă nimeni de la noi din oraş prin Kirkuk / şi nu am avut pe cine să trimit scrisorile. / Iar acum sînt aici, gata să vă-mbrăţişez!

Acum sînt fericit ca un suflet de prostănac în Grădina Raiului. / Lîngă fereastra îngheţată sînt fericit.

de cînd forma trupului s-a stabilit prin lege: toţi un trup şi un pămînt: şi nu contează cine în cine se îngroapă. / Aşa gîndeam. Şi răzuiam cu monda florile de gheaţă de pe geamul cîrtciumii / ca să fac copcă ochiului înspre stradă. / Aci răzuiam, aci moţăiam, căci / moneda românească pe gheaţă e ca un cîntec de leagăn. / Răzuiam şi suflam repede şi cald, ca boul la iesle de sticlă, / răzuiam şi imediat cu mîneca hainei frecam în cerc, roată şi / repede-repede, ca să apuc să văd ca prin ochean ninsoarea grozavă. Repede-repede, căci dacă respiri în timp ce vezi, / ca să vezi în timp ce respiri, / ţi se tulbură ochii. / Cît despre lentile:  ele sînt darul morţilor.


Înviere

Brusc s-a-nserat. În sfeşnic lumânarea
Pocnind se-aprinse singură, din nou.
Trei zile l-am vegheat sub răsuflarea
De somn ce-n somn e somnului ecou.

Şi între pleoape strâns ţineam mormântul:
Roşie stâncă spartă-n sur dreptunghi.
Romanii-ntre măslini dormeau urându-l,
Stând ghemuiţi cu capul pe genunchi.

La vremea cântului de miruire,
Ne-am pus cenuşă-n cap şi-am plâns amar:
„O, suflete, durere-i peste fire
Când părăseşti al trupului hotar!”

Şi stânca a prins apoi să vălurească,
Uşor, ca apa râului în munte,
Şi-un trup de abur a-nceput să crească
Din piatră, ca ieşindu-ne din frunte

Furnici de foc peste furnici de rouă.
Şi El a fost, n-am umbră de-ndoială,
Venind spre noi a spus doar„Pace vouă!”
Şi cerul tremura, ca o petală.





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CÉSAR PANZA [19.852]

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Valentina Mariño junto a César Panza.



César Panza

Venezuela, 1987. Poeta, docente, editor y traductor. Licenciado en matemáticas por la Universidad de Carabobo, Panza se desempeña como miembro del comité de redacción de La Tuna de Oro y de la revista Poesía del Departamento de Letras de la Universidad de Carabobo, Valencia, Venezuela. 



Repuesto del IV arcano
                                   
                                   A Carlos Osorio G.                

No necesitaba que le informasen de nadie, pues él conocía muy bien el interior del hombre.
Juan 2:25

ellos no lo saben, pero lo hacen
K. Marx



El revés del Arte,
la parte de atrás del lienzo,
el interior de una escultura,
la inversión de silencio por sonido en el canto,
el vacío que hace cuenco del vaso:                                 
allí es donde vivimos la Mayoría.

Sea por ejemplo
que un mago dibuja a un hijo del Hombre
en la parte de atrás del escudo que reposa en el piso,
Junto al trono del perdido Poder terrenal,
Sobre la cabeza del águila,
Saludando y celebrando a la Vida.

No es que ese fuese un designio sino más bien
la adivinación de los pasos de quien
fue puesto a mirar en sentido
contrario hacia donde avanza la Fuerza
que domina a las células de la Materia,
y que impone orden y orientación.

Mira desde allí volteado a todos los tejidos que
doblados o doblegados sirven de peldaños
a los órganos ascendentes que respiran al
afirmar y negar, discutir. Y actuar.
Con todas las voluntades que han cedido se erige un Sistema
que su Fuerza consiste en lo que las iguala entre sí.

Mas desde allí de espaldas a la Justicia
las sombras que cetro y corona proyectan sobre
la respiración descendente de un cuerpo fluido
ocultan las formas de azar de una partícula creativa,
los accidentes de un ser que habita una habitación cuadrada y que inventa
de acuerdo a la solidez y demás virtudes circulares de los Elementos.

Por grande y poderosa es oculta y cifrada
la ciencia de la Verdad, que entra al movimiento
y con las manos de artesano revela no pocas leyes que lo gobiernan,
aunque solos tan solo podamos verle una sola cara,
aunque tan solo solos se le viva como a una guerra sagrada:
un Universo que no se cierra, que no tiene reversos.




Blaise got the life
contra la lógica Port Royal

Somos algo y no somos todo; aquel poco que poseemos de ser nos impide el conocimiento de los primeros principios que nacen de la nada; y el poco ser que tenemos nos esconde la vista del infinito.
B. Pascal

Odiarlo al algo
Molécula enterada de nada
Parte aparte del Todo
Conjunto de fórmula mal enunciada    
Odiarlo todo en carruajes, noches y Láudano
A veces rojos, de alguna forma ostentosos
A veces negro el deseo de portento Ferrari
            La furia de las mujeres de Mdme. Mercedes
                        rodeadas de pumas azules, envueltas completas/ plateadas ADIDAS
                                   hules naranjas, terciopelos blancos & encajes azules
Gritándole a mil poddles con el pelo sucio/ revuelto
            en los vellos secretos
                        embarrados con las secreciones
                                   del origen del Alma
                        moscas y luces del éxtasis
            máscaras de neón para adormecer al tedio
para no ver al continente desplomarse-estroboscópico
agitarse epiléptico
una tierra con los ojos expuestos
tan catalépticos
que odio por ser extensión
            y el Infinito solo definible por comprensión
Odio a lo ajeno, a la fama de pensador
Disgusto por el algo, a veces, que de alguna forma expulsa al Ser fuera de mí:
A ese algo dentro de mí
Algo que de seguir pensando así
No podré jamás seguir:
FUEGO!
Dame algo real
que no podré jamás seguir
de seguir pensando así
el vicio de
UnusquisquesibiDeumfingit. UnusquisquesibiDeumfingit.UnusquisquesibiDeumfingit.UnusquisquesibiDeumfingit.UnusquisquesibiDeumfingit.UnusquisquesibiDeumfingit.UnusquisquesibiDeumfingit.UnusquisquesibiDeumfingit.UnusquisquesibiDeumfingit
(CCLVIII)
Invento para
Odiarme tanto triste, algo y nada
Odiarme al embeleso de un arcoíris
Elemento neutro entre dos infinitos
A veces algo, embebido en los besos
            de las damas triangulares
                        a la vista de las cámaras
                                   en el show a la brasa de la impudia
                        de ganaderos, soldados, comerciantes y asociados
            al aplauso por las gracias de un araguato verde bailando
en el circo de las ciencias físico-matemáticas:
Odiarme limitado
Odiarme poligónico,
odiarme calculadora de posiciones.

Y luego… no poder soportar mañana
La incapacidad de olvidar
olvidar la corrupción
la corrupción de la carne
la carne rota por la hoja de explosión
la explosión que admite la fórmula
/ no la definición (jamás La Definición)
de un estado en transición:
Padre de Abraham, Padre de Isaac
Apaga los ojos del gran Visor
Ocúltame de su saña
Dame algo más que el pensamiento
Dame algo qué sentir
sino esta mierda /ínfima/ va a seguir

God begs me, the more I see the light, who wants to see? God told me, I've already got the light, oh I say God begs me, the more I see the light, who wants to see? God told me, I've already got the light, oh I say God begs me, the more I see the light, who wants to see? God told me, I've already got the light, oh I say God begs me, the more I see the light, who wants to see? God told me, I've already got the light, oh I say

Dios del Sol, Dios del Agua:
            Se han roto los prismas
            Ya no quiero ver la luz
            de consortes habituados a las arbitriocracias,
            lo entrego todo aquí
            renunciando a descifrar el álgebra delas ideas y las palabras
            que alientan, tu regalo, mi vida
No soy nada y te pido
Ten piedad de mí

Cada día veo a sabios y perezas
Ebrios cunaguaros de poder en sí
Me han mostrado sendas tersas
Osos frontinos torpes en un set de TV
-Espectáculos!
Mientras apartaban picures la producción de mí
Y me he visto tan vacío
que adentro blandía cuchillos metafísicos, Ay Infeliz!
Abismo que nadie ha de ver
Cadalso de geometrías infantiles
Así, que bailan así, así
            Bestias que piensan& no sienten nada
-Mentiras!
DIOS
Vivo estoy & vivo digo:
Sácame de aquí
de los cuartos de perdidos
que no son ni sabios ni filósofos
Permítenos enseñar a leer y a escribir
FUEGO
Toma mi carro y dinero
No venderé nuevamente mi verbo
 Y llévame
Dios de Jesucristo:
solo por los caminos que por Evangelios
con la cruz en el pecho
se ha de vivir
y si acompañado
con el color del pensamiento de cualquiera
ponme a servir la mesa con elcáliz de humo
yel pan de los hermanos, que sea saludable
y sagrado
Guardaré silencio entretanto
Señor, ten piedad de mí




VALOR

Institución Imaginaria de Ilustres y Farsas
Principal Organismo de la Apariencia Necesaria
Tierra y Leyes que en Régimen Federal
              se erigen sobre los hombros de quienes allí viven y moran
              educados sí, trabajadores, sí, siempre dueños, algunos sí,
                                                                                               / libres,
              aquí viven iguales, hermanos, libres de cadenas pero
amarrados al

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Cinco Unidades De
Valor Abstracto
Valor
3 de febrero de 2011

              Si va y viene a nuestras oficinas
              no encontrará nada pero
              se pagarán sus penas de viaje
              con otro igual a éste

además no hay estrellas sino animales salvajes

Firma él y firma el otro

acreedores acreedores ¿ acreedores crees acreedores ? acreedores ¿
acreedores descrees ? acreedores acreedores

Fondos de
             siluetas de gloria
             lanzas llenas de sangre
             sangre levantada con valor
             lanzas empujadas por valor
             color de lanzas llenas de sangre
             color del óxido de la sangre y una lanza
             sangre llena de odio
             llenas las lanzas del odio
             del incomprensible odio
             por qué el óxido es odio
             llenas de tierra
             un poco de comida y ganado
             vacías por fuego hambre fuego
             de frutas y trabajo
             manos vivas
             valor
             manos muertas que se cierran hacia afuera
             siluetas de manos vivas que se cierran sobre el arma
             hacia adentro
             no sobre la herramienta
             no como todas

             ¿Acaso no son lo mismo? —Pregunta el rostro
             Herramienta y arma
             Pregunta el rostro por que el hombre ya está muerto
             Yo necesito herramienta y tierra
             dice el busto
             hoy el que plano mira
             herramienta y la promesa de la tierra
             dice el muerto hoy que compras
                            que guardas
                            que cuentas con fruición
                            que rayas con la deuda
                            que la deuda te raya con tinta negra y sudor
             respira y huele al relieve de la seguridad y el arte
             relieve en los labios de un órgano sexual negro y muerto
             la boca de un grito para todas las guerras
                            hoy es la guerra del cambio
             la guerra de los que nos esconden de las cosas
                            hoy es la guerra de esto es lo que vale
                            la guerra que oculta el brillo del trabajo
                            hoy siempre es la guerra del menos
                            la sangre que brota de la boca de un negro de los
labios de                                                       una negra que se rompe
camino en la otra toda ida                                                                   la
sangre en los ojos pujando a la hija de un negro muerto otro
                                                                   negro muerto que hoy lo
levantan como la cara que mira                                         tranquila
                            hacia la muerte la cara
                            hacia las siluetas de las lanzas
                            lanzas tan más puyas
                            tanto más el óxido
                            tan más sangre que no tiene
                            la cara de un negro que no respira
                            que como tú ya no trabaja
                            como tú y como tú ya no menos
                            ya no más
                            ni éste es mi trabajo sino que
                            esto ya no sirve porque
                            no tengo nada con él solo
                            no compro nada
                            no es ni papel
                            no me dan nada con él solo
                            no me devuelven ni a mí mismo
                            no me tengo ni a mí mismo
                            ni al arma
la herramienta
               porque el negro no es color sangre
                            la sangre solo es negra cuando nadie la ve
               un negro nunca después
Dos barras oblicuas



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                                             perfiles de motores y banderas
                                     banderas más
                            ya un motor menos
                      un motor que no usa
                      un caballo
                            una lanza
                                      una esquina
                                              don e se acaba todo
los órganos la institución
tú las leyes la tierra tú y él usted firmante
acreedor comprador el crédito
vendedor de fuerzas
alquilador de sí mismo máquina
vendedor de su cuerpo
              máquina
              máquina que se cansa
              se acaba incluso lo que quema la máquina
              lo que quema a la máquina
pero no incluso,
no todo se acaba
              continúa la apariencia,
              tan necesaria
              tan aparente,
              que no provoca más
comprar más,
                          querer más
                          necesitar
                          trabajar
               entonces la cuenta
               entonces lo rompe
               entonces lo bota
               entonces lo plancha
               entonces lo guarda
                           y deja este para ponerlo en la lanza del mesonero






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GABRIEL ALEJANDRO REAL DE AZÚA [19.853]

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Gabriel Alejandro Real de Azúa 

(1803-1889)
Es uno de los fabulistas más fecundos del siglo XIX. Nacido en Buenos Aires, de padre español, se traslada a Chile a causa de vicisitudes políticas, donde se educa. Viaja por Europa y por América y tiene ocasión de estudiar la literatura y conocer a eminentes escritores. Su género predilecto fue la fábula, de las que escribió más de doscientas, por lo que le dieron el nombre  “El Esopo americano”. Por lo general dichas fábulas son chistosas y ocurrentes, como la de “El sordo” que Carmen Bravo Villasante incluyó en la Antología, y en su brevedad sumamente ejemplares. Escribió también numerosas poesías y comedias, máximas y pensamientos morales. A su vez, me permito agregar una fábula más, “El águila, el león y el cordero”, extraída del libro “Fábulas – Antología de poetas americanos” – Susaeta/1978.

Poeta y dramaturgo argentino.

Autor de fábulas, máximas, pensamientos y comedias
Abandonó su patria siendo muy joven, en busca de alivio a sus males físicos y comenzó una larga peregrinación por América y Europa.

Libros publicados

1839 - Poesías diversas – París
1839 - Fábulas – París
1940 - Comedias – París
1846 - América poética – glosario – Valparaíso, Chile
1954 - Fábulas – segunda edición aumentada, Valparaíso, Chile 
1956 - Máximas y pensamientos diversos en prosa y verso



EL SORDO

Dijo un sordo: ¿por qué inventan
que es bullicioso el Cochino,
cuando tengo en la pocilga
seis que no meten ruido?
Mienten pues los que tal dicen
o bien un linaje mismo
no tienen todos los Cerdos,
pues son callados los míos.
Es de inferir que éstos eran
seis trompetas del Juicio,
que gruñir como verracos
supieron desde muy chicos.
¡Ved cual ciega el amor propio!
Lo que era falta de oído
en el sordo, él lo atribuía
a falta de sus vecinos.




EL TERMÓMETRO Y EL HOMBRE

Como entrasen tertulios, más de ciento,
de un rico al aposento,
donde encienden cigarros, chimenea,
y cada vela que arde es una tea,
el termómetro allí, por consiguiente,
subió mucho. Pues de esto un concurrente
combustión en la atmósfera concluye
que va a sobrevenir, se asusta y huye
sin pensar que tan súbita ocurrencia
de la misma reunión es consecuencia.

¿Por qué, a causas sencillas y triviales,
no atribuimos las cosas?
¿Para qué recurrir a portentosas
y sobrenaturales?
Lo que es somero y llano en el abismo
nos gusta contemplar, para que asombre.
¡Así forja un coco siempre el hombre!
¿Pero, el coco quién es...? El hombre mismo.




A UN INSIGNE EMBUSTERO

Es fénix desconocido,
tanto el crédito has perdido
por tu embuste y falsedad
que si llega á suceder
que recitando algún cuento,
digas ingenuo: " yo miento "
nadie te querrá creer.




RESPUESTA DE UN VEJETE

Dije á Beltran: á los viejos
no les conviene el amor;
retírate, lo mejor
es ver los toros de lejos.
Y él contestó: si el amor
es fuego, por conveniencia.
en esta edad de inclemencia.
busco que me dé calor.




LA CITA

Adela resistía Y Silvio importunaba,
Silvio que por Adela se abrasaba.
Pero al fin alcanzó con su porfía
que á su cita la cruda conviniera,
cuando cesase de alumbrar el día.
Puntual anduvo el tierno enamorado:
se asoma, nadie viene; en vano espera
al dueño idolatrado.
Mas no, ya por el soto la divisa
trayendo en su compaña cautamente
dos perros, la linterna y un sirviente,
y ahogándose de risa ;
de cuya burla Silvio avergonzado,
se fué á dormir por lo que había velado.





Muerte de Plinio el naturalista *

Cual docto observador infatigable,
El denso velo descorrer procura
Que las causas esconde de natura,
Y la hace en sus arcanos insondable.

¿Mas, qué se ha de ocultar a la admirable
Penetración de Plinio? Cosa oscura
No halla él; todo lo traza con pintura
Verdadera, sencilla, inimitable.

Pero ¡ay! Que sin piedad naturaleza
Castiga de su intérprete la audacia,
Que descubre y revela su grandeza;

Pues cuando del incendio el sabio quiere
Observar el fenómeno (¡oh desgracia!)
¡La llama le sofoca y Plinio muere!

* Cayo Plinio Segundo, llamado Plinio el Viejo (Como, 23-Pompeya, 79). Escritor. Comandante de caballería en la Germania, procurador en la Galia y en Hispania. Prefecto de la flota romana. Escribió una historia de las guerras germánicas, una historia general, un tratado de retórica y una monumental historia natural en 37 libros. Murió en Pompeya, a donde acudió a examinar de cerca la catastrófica erupción del Vesubio.



El águila, el león y el cordero. 

Un Águila real se subió a la cima de un áspero cerro. Y desde allí pudo ver que al pie de la cumbre el feroz León se hallaba durmiendo.

-Es grande, es hermoso -se dijo el Águila-. Me llegaré a conocerlo.

Y, con batir las alas, se posó en el prado. Despertó el León, irguió su melena y le saludó con acatamiento. Ella contestó al saludo y comenzaron una charla en la que ambos despreciaban a todos los demás animales del Universo. El León dijo:

-Nuestras dos especies han fundado imperios.

-Cierto, cierto… Vos en la tierra y yo en el cielo…

Un Corderito que estaba escuchando, listo para la carrera, tuvo el valor de encararse con ellos:

-No hay duda de que ambos sois monarcas excelsos. Pero el hurto y la rapiña son vuestros procedimientos. No querría poseer vuestra grandeza, amigos. El lustre y realce de más alto precio es el que uno adquiere por sí, siendo bueno, y no por la prosapia de sus abuelos.




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DIEGO BRANDO [19.854]

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Diego Brando

Diego Brando (Leones, Córdoba, 1987). Es profesor de lengua y literatura desde 2014 y empezó a escribir poesía en el 2012. Luego de un período de interrupción, escribió algunos poemas hasta septiembre de 2015, cuando retomó su producción de manera febril. Se desempeña en un laboratorio bioquímico. 

"Nací en Leones, Provincia de Córdoba a fines de diciembre de 1987. Empecé a leer en la adolescencia y la literatura siempre fue lo que más me interesó, empecé con narrativa, a la poesía la veía en ese momento como una cuestión un tanto inaccesible para mi conocimiento aunque con el tiempo me demostré lo contrario. Estudié el Profesorado en Lengua y Literatura en la ciudad de Bell Ville viajando diariamente durante 4 años y medio, me recibí en septiembre de 2014 y aún no ejerzo. La escritura de poesía comenzó como una necesidad en el 2012 aunque sólo por un tiempo, la retomé en septiembre de 2015 luego de unas clases de poesía inglesa y norteamericana de parte de Diego Sampo y fue lo mejor que me podría haber pasado. Escribí mi primer poemario y ahora estoy con una segunda idea que espero poder llevar a cabo".

Ha publicado: Frontera, Vilnius, Córdoba, 2016.



Soportamos las bromas de un dios urbano

Selección de Valeria Cervero

I

El gato
que desde el tapial mira
mi figura recortada
detrás de la reja de la ventana
no sabe de mi miedo,
aunque, quizá, quién sabe,
lo intuye.
Para disimularlo
alterno mi mirada entre el lucero
y las hojas que dejó caer
la tormenta.
Tirar el cigarrillo,
producir un incendio
sería, al menos, una solución,
la de hacer del temor
un espectáculo.


II

A la hora en la que los obreros retornan a la fábrica
nosotros nos dirigimos con nuestras motos a la laguna,
incluso uno de nuestros amigos nos saluda con su casco
amarillo en la mano, lo mantiene y lo mueve en el aire.
Se ríe, pero nosotros lo compadecemos, a esa hora de la tarde,
ese calor, quedar encerrado en un pequeño galpón en las afueras
de un pueblo al que nadie llega, donde no hay nada más
que el sol y las gotas de sudor que caen por nuestro pelo.
No tenemos familias que mantener y todavía la vergüenza
no se infiltró en nuestras cabezas, somos jóvenes
que alargan en sus vidas el tiempo del ocio y la vagancia.
A veces, me digo a mí mismo, ya es hora de empezar ese
nuevo ciclo, de asir a mi cabeza el casco amarillo
y la ropa de trabajo, dejar que el aceite lo ensucie
y lo trabaje con los años. Pero es sólo una idea,
ahora surcamos con nuestras motos la pequeña ruta
para llegar a la laguna y sentarnos en los troncos que ubicamos
estratégicamente desde que el calor se hizo presente.
Con el paso de los años la imagen es la misma, los obreros
que entran a la fábrica, nosotros en nuestras motos,
la laguna allá a lo lejos. Pero la vida pasa y es cierto
que nuestra rutina genera tedio y que a veces peleamos
entre nosotros y alguna trompada vuela en el aire.
Cuando ya no quede nadie con quien pelear, y el hastío
haya podido más que el terror al trabajo, nos pararemos
afuera de la fábrica y saludaremos con nuestros cascos
amarillos de un lado al otro de la ruta, hacia la nada.


III

Bebemos vino en las tardes de verano.
Mientras otros vacacionan y beben también
en las playas de mares y de ríos, nosotros
ansiamos la tranquilidad en un patio.
Es cierto que a veces la idea aparece
y soñamos con hacer nuestro viaje,
pero bebemos más vino y olvidamos.
¿Qué viaje haríamos? ¿Hacia dónde?
Estamos afincados a nuestro pueblo,
al barro de los campos y a nuestros
patios colmados de árboles.
Nos limitamos a predecir qué será
de la vida de la gente como nosotros.
Somos profetas en una tierra
sin nadie a quien dirigirnos.


IV

Cuando mi madre hace un silencio
es porque sobrevuela sus flores
un colibrí de tonos azules.
Las tardes de verano en el patio
con los gatos extendidos a la sombra
de un aromo que crece enorme
suelen tener esa manifestación divina.
El pájaro puede irse y luego volver
construyendo otro silencio.
Yo sólo pienso y contemplo,
así ha sido la vida de mi madre,
un momento detenido tras otro
en el que la muerte se ha querido posar en ella
con la prestancia de un pájaro eléctrico.


V

El cuerpo pide que lo rieguen
como esas plantas al comenzar el verano,
hojas y flores apuntando hacia la tierra.
El pequeño demonio que se posa
sobre la nuca y los brazos deja marcas
que arden al contacto con la lluvia
y es preciso correr por las avenidas
del pueblo hasta refugiarse
en un pequeño alero de alguna casa ajena.
Somos jóvenes del interior,
vivimos entre la pereza y la insolación
y correr resulta un acto desesperado.
Pero corremos y miramos quién se adelanta,
quién se queda detrás y sonreímos.
Encontramos oro en una tierra abandonada.


VI

El ruido del tren en el paso a nivel más cercano
y la sombra proyectada de todo un grupo de álamos,
plantados pero no podados, sobre nuestras siluetas,
ponen en duda, una vez más, nuestra existencia.
¿Estaremos allí, de verdad presentes, o seremos
personajes de un pequeño drama imaginario?
En las noches del pueblo donde residimos
o más bien, en el que soportamos las bromas
de un dios urbano que quiere por momentos borrarnos,
intentamos, a pesar del ruido, conversar
sobre nuestras vidas, o lo que sería de ellas
si las sombras y los sonidos no nos ocultaran.
Brillamos en el interior de nuestras casas
pero afuera somos apenas sombras de nada.
Levantamos la voz, nos corremos del lugar oscuro
buscando la luz, pero no es suficiente,
la escenografía de un teatro divino nos eclipsa
y un pequeño telón parece cerrarse ante nosotros.


VII

La casa que nuestro abuelo construyó
con sus propias manos, se cae a pedazos.
Si mañana, por el descuido de una divinidad
se desplomara y no quedaran más que ruinas
no sabríamos erigirnos un nuevo hogar.
Somos jóvenes en la época de la inutilidad,
o quizá, la inutilidad misma. Volvemos
día a día a casa, y encontramos una nueva
fisura, la mancha de humedad más grande.
Pasamos de largo por el pasillo y nos
acostamos en nuestras camas a leer.
Si me preguntaran qué sucedió con nuestra
generación, no sabría responder, quedaría
en silencio. El mismo silencio que mi abuelo
de escucharlo, sin dudas, se pondría a insultar.


VIII

Mi padre toma fuertemente de la bombilla del mate,
combatimos el verano sentados en las viejas mesas
de cerámica de nuestros abuelos, el calor de la bebida
nos hace transpirar, pero es una costumbre en la que no cedemos.
Llevamos dos días de tranquilidad en el patio,
desde que la tormenta azotó la región y la dejó sin luz.
Impasibles, permanecemos sentados. Sólo a veces,
cuando el perro del vecino salta el tapial,
nos levantamos y con un grito bárbaro lo alejamos.
Protegemos a la gata que justo se le dio por parir.
Es inminente que la luz va a volver en pocas horas,
pero bien podría no hacerlo, nos sentimos hombres primitivos
que nada necesitan de las comodidades de una casa.


IX

Para atravesar todo este camino e ir a verte
necesito tener cerca a Ítaca en mi cabeza.
Sentiría un cansancio anticipado si pensara
en Cíclopes o pretendientes a quienes derrotar.
Si tuviera que cruzar toda la ruta en un pequeño colectivo
pensando en un Telémaco aún no nacido, no saldría
nunca de viaje, aunque me llamaras y me lo pidieras.
¿Qué es lo que necesito para emprender la vuelta,
el nacimiento de una nueva necesidad, un nuevo motor?
Para tejer juntos con la mente en un nuevo motivo,
sobre todo necesito tener cerca a Ítaca en mi cabeza.


X

El dolor desbordante
en una de sus vértebras,
el ladrido de una jauría de perros
y los caños de escape
de las motos que vuelan
rasantes por la avenida
le impiden conciliar el sueño.
Boca arriba, las manos a los costados,
los ojos bien abiertos
y el pensamiento recurrente
de que nada de esto habría importado
si el día anterior no hubiera resultado
lo que finalmente fue, un infierno.



* Nota del autor.

Los poemas que aquí figuran nacieron también como una necesidad. Hacía tiempo que no escribía y una noche de insomnio mi mente comenzó a esbozar algunos versos, así que no tuve otra posibilidad que la de sentarme en la computadora y ponerme a escribir. Desde esa noche se convirtió en una costumbre, noches de insomnio, noches de poesía. Sentí que en ese no poder dormir, en ese despertarme a mitad de la madrugada me valía de una inspiración que en el resto del día no era tal. En el día hablaba con amigos, contemplaba, acumulaba imágenes, primeros versos de posibles poesías y a la noche me despertaba, leía autores como Cesare Pavese, Joseph Brodsky, Philip Larkin y escribía. Dio la casualidad de que en ese tiempo cursé como adscripto la materia Literatura en Lenguas extranjeras I con Diego Sampo, donde leímos entre otras cosas poesía inglesa y norteamericana. Estudié y tuve que preparar un trabajo acerca de George Oppen y  Theodore Enslin y aprendí mucho. Mi cabeza dio un giro, maduró poéticamente. En cuanto a cierta temática de los poemas, sentí que era menester poetizar aquello que estaba sucediéndome en el presente, es decir: la quietud de un pueblo donde no han quedado jóvenes, conectarme nuevamente con la naturaleza y con mi cotidianeidad. Fue sobre todo, y como ya dije anteriormente, una necesidad, un encuentro más que satisfactorio con la escritura, con la creación donde día a día los poemas iban saliendo.





Diego Brando (Córdoba), Frontera, Vilnius, Córdoba, 2016.



El aromo deja
una hoja más
en la oscuridad
de la mañana.
¿Puede discernir
quien contempla
entre el cielo
y el suelo
correctamente?
Mis ojos recorren
la posible línea
de separación,
tratan de percibirla
y de trazarla.
La madrugada
puede ser eso:
una hoja que cae,
alguien
que intenta comprenderla.


*


Un vaso de vino tinto
en medio de la noche
y la tormenta allá afuera
me traen cierta calma,
un hormigueo eléctrico
que corre por mi piel.
Me acuerdo del árbol
que corté aquella tarde
en el patio de mi casa,
de la resina fresca
en mis manos
cuando lo acomodaba
y del movimiento brusco
de mi cuerpo
al golpearlo con un hacha.
Se estará mojando ahora,
y quizá la tierra
lo esté envolviendo
con frescura.
Pienso y concluyo:
soy ese árbol cortado
y mutilado que recibe el embate
de los vientos y la lluvia,
con placer.


*

Mi gata es una mancha blanca
en la oscuridad del jardín,
la electricidad, que desde ayer
falta en el pueblo, está en las estrellas.
Sentado en la vieja reposera de mi abuelo,
siento el calor y el humo de los espirales
que se filtra por las ventanas.
Podría encender un cigarrillo o destapar
un viejo vino regalado,
volver a los tiempos de antaño, de la falta de luz
y de los pequeños placeres domésticos.
Mi madre cambia las velas,
sintoniza frecuencias en la radio
que hablen de la tormenta, del viento desatado.
No hay noticias, quizá también
las emisoras hayan volado,
o al menos suspendido sus actividades.
Lo pienso y lo digo en voz alta,
la paz es un lugar en medio de un patio.



*


Me doy vuelta y veo detrás de mí
la sombra enorme de un atrapasueños
proyectada por una luz portátil
que cuelga de una soga al ritmo
de un viento leve pero preciso.
Es primavera, estoy en el patio
y trabajo noche a noche la madera.
Con una gubia tallo cuidadosamente,
busco formas como un escritor ansía
la palabra o un músico un nuevo sonido.
¿Será en vano tanto sacrificio,
dará frutos la búsqueda?
La duda me carcome durante el día,
trato de creer, de tener fe.
Cuando me acuesto a dormir en el césped
—soy un hombre de la naturaleza—,
confío en que el adminículo
de madera de sauce, piedra y plumas
filtre los malos sueños, para después
quemarse con el primer rayo del amanecer.
A la noche siguiente tomo mi herramienta
y vuelvo liviano al trabajo, busco
la paz y una obra que hable por mí.




*


Durante el día, el cielo 
cambió de colores. 
Parado en medio del patio, 
observé cómo el celeste 
se convirtió en negro 
y de qué manera los truenos 
y los relámpagos 
amenazaron la tarde. 
Soy un centinela que vela 
por su tierra y por sus plantas. 
Cuando cae granizo 
corro hacia lo salvable, 
las plantas en macetas. 
Cuando la furia pasa 
presto atención a la estrelicia 
y al aromo, los sobrevivientes. 
Entro y salgo de casa, nunca descanso. 
Aunque debo reconocer que a veces 
me imagino flameando al cielo 
un banderín blanco. 



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PAZ GARBEROGLIO [19.855]

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PAZ GARBEROGLIO

María de la Paz Garberoglio es una escritora de poesía que nació en Ramallo, Argentina pero desde al año 2000 vive en Capital Federal. Se recibió de licenciada en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y previamente al libro por el cual será reconocida en su ciudad natal, escribió y publicó otros tres; “Museo” (Ediciones Presente, 2009), “La ruta del bien” (Zorra Poesía, 2009) y “La cómodo de vivir” (Zorra Poesía, 2010).

También participó de las antologías: “Literatura y maternidad” (Ediciones Presente, 2012), “¿Qué hubiera dicho Safo?” (Editorial Outsider, 2016) y “El vendedor de frutas, la casa y el barco” (Ediciones Presente, 2016). Además fue parte de numerosos ciclos de lectura, ferias y festivales de poesía.

Actualmente trabaja como docente de nivel terciario y universitario y también publicó artículos en libros sobre comunicación y educación.

Este último libro, Máquinas de enseñanza, El Ojo del Mármol, La Tablada, 2016, recibió una mención del Fondo Nacional de las Artes y fue presentado el 29 de julio de este año en la Biblioteca Nacional. 



Hay un lugar que es la nada y hay una casa de colores raros: la memoria. En la memoria hay palabras amontonadas haciéndose lugar.
Con el cuerpo hago cosas raras que nadie ve. Y de todos modos me sostengo, entre las cosas sueltas, entre las cosas descoloridas.
Espero una palabra disfrazada. Cuento la historia de alguien que vive en un libro vigilado por un pájaro.
Alguien más escribe, viaja vestido con mis palabras. Me muevo contra el viento, encuentro la casa. 


“En el gran mundo como en una jaula
afino un instrumento peligroso.”
Enrique Lihn

I

A veces uno es fuerte.
Vientos desconocidos
hablan en voz muy alta,
se comen las manzanas,
¿otra vez?
No es un destino,
alguien sobrevive
para hacer una seña
con las manos.
Es el presente. 
Es el miedo bueno.


II

Continuamos con los viajes
de marzo. Lluvia.
¡Yo estaba en un poema!
Allá, junto al bosque de bambú.
Y palabras muy fuertes
me cercaron.
¿Me conocen?, pregunté.
Es lo bello de cada día
lo que irrumpe,
vaivenes.


III

Otra vez en mí,
con y sin el lenguaje.
El vestido de la normalidad,
el año.
A veces, un animal 
que se siente rodeado
me pide ayuda.
Esto también 
se volverá recuerdo.

Otra vez el sol claro,
anuncia que veremos pasar 
la primavera
en una mano.


IV

Saludar la memoria de los peces, 
dice el pescador.
Vender las cosas de una espera. 
Ser, de la mañana, guardián
que trabaja en el silencio.

Deseos 
que se presentan
en la mitad de un sigiloso sueño.


V

Cuánto tiempo sostenemos en el aire
un relato vivo,
el silencio que estaba aquí guardado,
tu camisa de cuando fuiste padre, en los años ´70.
¿Soñaste muchas veces con un parque de diversiones?
Había una gran pista redonda, en la que resbalábamos, 
desde ahí se veía una ventana muy pequeña, y un cielo raro
como los de los sueños en blanco y negro
o de los días lluviosos.
Es una fuerza extraña recordar.
Te convido un paseo junto a la laguna blanca,
una esquina.






Máquinas de enseñanza, El Ojo del Mármol, La Tablada, 2016.



Lo que espero se da
como un árbol.
Contra lo previsto
en el aire
(que estaba escrito), contra
el viaje o en mitad
de este pájaro donde
ustedes no harán una casa.
Nuboso, inconsolable
día desechado
en extraños viajes.
A comprar
lo que permite reflejar
que se compra un poder:
el que me diste, silencioso,
                                 jardín.

*


Tu historia
si pasara
por un anillo diminuto
dejaría escapar el agua
y sin embargo
tomaríamos
en familia
pastillas de dureza
para darte cuerpo
de nosotros
alzarte
para volver con vos
todo
en esta máquina
que detuvo niñez
se inclina
ante tu voz lactal.


*

Hasta aquí
se prepara mi paz.
Célebre te bienvení,
padre, a un encierro
donde se escriben
muchas músicas.
Ilusión que pagan no lejos
del accidente
las enanas de todos
que es la tierra limpita.
Momento en que me tuve,
aparté una a una
las mafias que se reunían
en nuestra ruta del honor.
Azar de este alistarnos
para correr hasta tu velocidad.
A tiempo nos descubrieron
haciéndonos los muertos,
cuando quise imitarte,
ser la que pasa más tiempo
sin respirar. En vano
se hizo obvio este juego
de amparos, el duelo
de los que miran como gatos.
Sé de otro que escribe,
de quien sea que me haya
encomendado la tarea que cumplí:
lo que no importará cuando
agarres la hoja por el lado
en blanco, es ahora
lo que importa: ganar
las habilidades, sobrevivirte,
rápido como un párpado.


*


Víctima de un rumbo
por incertezas,
por probar de los gustos.
El precio
de lo recién venido.
Verano de las formas
en que la luz
se puede tomar,
conociéndola.
Entonces,
a nuevo
la conciencia del dar.
El fruto
de lo que dejamos
juntos en un papel,
libro de excursiones
al Tiempo, su creencia.
Como el cuerpo que se hizo
de pequeñas fortunas.
Lo festejamos
y lo hacemos palabras.





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ANNE LE MARQUAND HARTIGAN [19.856]

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Anne Le Marquand Hartigan

Anne Le Marquand Hartigan es una poeta premiada, dramaturga y pintora irlandesa. Hartigan se formó como pintora en la Universidad de Reading, Inglaterra. Volvió a Co. Louth, Irlanda, en 1962 con su marido Tim Hartigan donde criaron a sus seis niños. Ahora vive en Dublín.  [annehartigan@eircom.net]

Poesía 

Hartigan ha publicado siete colecciones de poesía : 

Unsweet Dreams (Salmon Poetry, 2011), To Keep The Light Burning: Reflections in Times of Loss (Salmon Poetry, 2008); Nourishment (Salmon Poetry, 2005); Immortal Sins (Salmon Poetry, 1993); the award winning long poem with Anne's drawings, Now is a Moveable Feast (Salmon Poetry, 1991); Return Single (Beaver Row Press, 1986); Long Tongue (Beaver Row Press, 1982).




LARGA LENGUA

Si, según dicen los viejos, 
nadie hay tan venenoso como yo,
y mi larga lengua puede
infligir más muerte,

fermentar palabras más potentes
hacer que las ratas recuerden u olviden,
agitar el cubo, usar de cebo
al marinero, sacudirlo hasta su muerte;

y sin embargo, si lo deseo, puedo hacer el bien;
¿qué originó este don
doblemente engañoso? ¿comí
carne blanca de serpiente, o

hundí mis dientecillos en el 
dulce cuello del salmón,
mamé la ubre, leche brava
de vaca hechizada por el sol?

¿Puedo con una nota metida bajo
la puerta hacer que los pies de los que bailan
golpeteen, golpeteen, más, más?
El ritmo de la muerte hace trizas la vida

con un Alarido Degollador. Se cuaja
el espíritu en el habla endiablada;
aprieto la vena; la Palabra,
cesan los gritos.

¿Arrastro la culpa sombría
y el pesar doblemente hondo,
porque canto una canción de mujer,
debo, por tanto, llorar?

(de Long Tongue, Beaver Row Press, Dublin, 1982, en Palabras extremas: escritoras gallegas e irlandesas de hoy. Eds. Manuela Palacios González, Helena González Fernández)




MUSA

Peligroso,
Yacer con una mujer de palabras?
Dulce esperma?
También ella puede manchar
lienzos blancos,
Con sangre caliente.
Con tinta negra.

(de Immortal Sins, Dublín, Salmon, 1993
Traducción de Luz Mar González Arias)

http://elmundoincompleto.blogspot.com.es/



Nourishment

Because I have lain on your deep Africa
Gorse light and dusty cinnamon, burnt umbers
You drank deep of my waters north and south,
Arising dripping, a dark god. Knowledge of interiors.
How simple to exchange continents, to play so easily
A classic music.

Child's play, intricate and private, allowing love space
To move in. A sacred grove, rowan, ash, laurel
To cast and shed spells. This enchantment is as natural
As the moon. This is the first touch. Shock: your unknown
Face, skin. I roam in ochres, duns, siennas, gifts
Spread before me on the white cloth. This is the necessary
Air and water, the bread my mouth waters for, it can go on.




Fancier

Come little pigeon
Take a message to my love,
Say what I dare not

On your pink leg
Carry my heart.




Forgive Us Our Trespasses

What place do your children give you?

They will allow you to trespass on their
green gardens but wait for you to go
because they tell their friends their secrets
Not you.

You are the beginning for them and they want
you behind but left there.  Doing nothing
in particular but not rocking the boat.
Don’t do

Anything outrageous until they are middle-aged
then they won’t mind because it will reflect well
to have an interesting foremother.  Basically it’s a
No go area

Parents are increasingly obsolete, dumb dinosaurs
Made to be stuffed












DANIEL IZQUIERDO CLAVERO [19.857]

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DANIEL IZQUIERDO CLAVERO 

(Barcelona, 1975) 
Licenciado en Psicopedagogía y Diplomado en Magisterio en la especialidad de educación primaria, y ha iniciado también el doctorado de Pedagogía, obteniendo recien-temente el Diploma de Estudios Avanzados (DEA), con un trabajo sobre la pensable intersección poético-pedagógica, en las tramoyas del diálogo platónico del Ión.

Es miembro del grupo poético literario Nadir-Bcn, trabaja como enseñante –la palabra maestro se le antoja hiperbólicamente confuciana; y piensa que la palabra profesor tendría que nacer cien mil veces para empezar a merecerla- en un colegio, toda vez que quema las horas idolatrando a los autores (demasiados) de su iconografía personal: Courtosie, García Montero, Vicente Gallego, Vicente Núñez, Gorostiza, Pessoa, Rilke, Roque Dalton, Auden, Celan, Juarroz, Porchia, Cernuda, Antonio Machado... 

Ha publicado los libros:

“El alféizar del tiempo” (Biblioteca Cuarto Creciente, 2005, 2007). 
"Las cicatrices invisibles" (Los libros del gato negro, 2016).


"Solo cuando se está vacío podemos mirar el mundo.  Solo, cuando está  vacío,  el mundo sabe mirarnos " 

(Daniel Izquierdo Clavero. Poeta)



Cuando lloras

Cuando lloras, le añades dimensión al infinito.


Publico emocionado
Cuando lloras, la noche paraliza los latidos del miedo
y una sola lágrima expande los contornos
de los besos unánimes
en la nuca jíbara de la eternidad.

Cuando lloras, la muerte es un morreo
por correspondencia, una sonrisa breve
al salir del aplauso; una sombra blanca,
inolvidable y cierta en la retina sobria
de Charles Foster Kane.

Cuando lloras,
recuerdo el nombre exacto de las cosas
y las cosas no existen
más allá de la palabra ingrávida
que al callar las nombra. Más allá
de su piel con ojeras al salir del teatro
o acaso de la vida.

Cuando lloras,
eres lo que fuiste en ese lagrimal
que da entidad al mundo. Y desalas los mares
y te desalas. Cuando lloras.



“El alféizar del tiempo” (Biblioteca Cuarto Creciente, 2005, 2007). 


I. HISTORIA QUE NO SABE QUE FUE HISTORIA

Tu ausencia hace llover encima mío
el espacio que queda entre la lluvia.
 Roberto Juarroz


 REGRESÁBAMOS A CASA en un viejo tren de cercanías.
Tú llevabas la carpeta roja de la universidad.
Yo, por aquél entonces, la ley de los espacios en blanco de
Giorgio Pressburger.
Apreciaba a ese autor y ahora lo aborrezco.
Los días van pasando. También caduca el tiempo.

Empiezo a descubrir los porqués de tanto para qué.
Pero a ti que más te da. Es lunes y es mañana.

 Regresábamos a casa, te iba diciendo,
el tren arrastraba cadenas fantasmales
por la distancia gótica que media entre dos sueños y las
cadenas,
un revisor distante que me pidió el billete y te despertó.

El poso de alguna conversación incardinada
en no sé qué fragmento de inédita realidad,
latía en el ambiente e introdujo nuestras vidas en un bastiscafo.
En él, desde él, una mano invisible filmó el mundo.
Entre los dedos de las manos amputadas, late el mundo.

Ignoro qué silencios necesita la vida para soldarle
las manos a quien no las tiene.
Han pasado los años, todavía me acuerdo. 
El calor de tu cabeza en mi brazo
dejó sus huellas por todas las paredes de mi casa.
El breve cadáver de la tarde manca y el amor,
aún hoy conversan a mi lado.

Mozart envolvía el horizonte. Lo arrullaba sin fe.
Mozart. El destino quiso amordazar a Mozart.

Bajaste en una estación cuyo nombre aún releo
en las noches de insomnio. ¡Qué largas son las noches
en las que uno no puede despertar!

Retomé a Pressburger desaforadamente.
Al instante, levanté la vista del tomo concluido.
Sonreí acaso. ¿Qué oculta Venus con su mano derecha
en el cuadro de Sandro Botticelli?, pregunté.

Granados y su andaluza me anunciaron el final de un
largo viaje.
Me apeé en el andén de una estación cuyo nombre ya he
olvidado.

El tren, sobre las aguas, sabe la canción de los años
deshauciados.
Al otro lado de la nada, un director de orquesta quisiera dirigir
la marcha fúnebre de la evanescencia,
pero no tiene con qué tomar la batuta.

Venus, en su concha, rebosa rubor.
Hazme caso, no leas a Pressburger.
Quizá mañana te deje mi teléfono. 




II. DISTRITO INTRUSIÓN

 LA ESCENA huele a flash-back cotidiano.
La habitación es discreta y el olor muy pequeño.
Sobre las sábanas, el tiempo desusado,
descorre las distancias de la noche anterior.

El desorden, bien afeitado, levanta acta notarial
y se enjuaga los ojos. Bob Dylan huye junto a la luna por los
cabellos celestes de la frecuencia modulada.

Semidesnuda, el frágil terciopelo de la soledad,
te cubre los senos o te los desnuda.
Siempre sucede eso cuando amanece.

Respiro. Respiramos. Diciembre deshabitado,
fuma tabaco negro como hijo bastardo
de Dashiell Hammlett. Un triste fringílido
pierde la dignidad y muere. La luz desvirga
entonces cada intersticio de mi cama.

Sus arrugas, fundan, sin saberlo,
el himen de la luz. 




III. BARES Y ATARDECERES

 LAS BARRAS nocturnas son lugares de paso
entre lo que somos y lo que fuimos,
transatlánticos anclados en mitad del autismo,
el chasquido vulgar de una palabra muerta
contra el pavimento helado de las despedidas.

En ellas, la existencia apesta a sucedáneo,
a imagen de fotomatón, a farmacia vacía,
a maleta incendiada en la consigna
de alguna estación, ya clausurada.

Baudelaire no sería Baudelaire sin los bares.
Gustav Janouch sonríe con tus ojos.

Allende la infancia, el ego del tiempo
descorcha mil botellas. Las barras nocturnas
son pintalabios invisibles.
La rutina, su mujer fatal. 





'Las cicatrices invisibles' (Los libros del gato negro, 2016)


EL BESO

Incoloro y esférico, nace en una piel y desemboca en otra.
Surca largas distancias o nomás
un parpadeo.
Alguno hay visible. Los más, son subterráneos.
Cuando fluye, arden diecisiete músculos en la lengua,
nueve miligramos de agua, cero coma cuarenta y cinco de sal.
El cuerpo, a su merced,
es un pequeño océano cuando lo homenajea.

Los que se dan, no se olvidan.
Los que te dan, cicatrizan
al lado del olvido.
A los quince años, duran toda la vida.
A los ochenta, toda la infancia.

No se puede vivir en su ausencia.
Acaso sí llegar al otro día.
Presenciar.

Una vez entregué uno al silencio.
Cada día planto uno en la mirada detenida de mis abuelos.

Cuando duermo, abre su flor y en su flor hay un fruto con olor a Utopía.
Alain Montandon cartografió su vuelo.
La sonata Kreutzer, su aterrizaje.
No existen dos iguales.
Tampoco dos diferentes.

En la mejilla, acompañan.
En la boca, inauguran, asesinan o hieren.
En la frente, consuelan.
Tras el cristal, la muerte.

Los hay fugaces como un verano.
Los hay eternos, por lo breves.
Opacos, transparentes, barrocos,
espartanos
bellos como una estatua de luz inapelable,
tristes como una lápida con el nombre borrado
y una rosa de plástico, pisada en el suelo, los hay irrepetibles.

Si mañana muero, 
Sembrad el último en la noche mozartiana.

Si mañana vivo,
evocadme el primero
y dejadme morir.




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LEONS BRIEDIS [19.858]

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LEONS BRIEDIS

Leons Briedis (1949), nacido en Madona, Letonia. Estudió Filología en la Universidad Estatal de Letonia (1968-70), Filología Románica en la Universidad de Kishinev (Chisinau, República de Moldavia (1972-1974), y Teoría de la Traducción en el Instituto de literatura Máximo  Gorky de Moscú (1977-1979).    Es poeta, novelista, ensayista, crítico literario y editor, traductor de prosa y poesía del Latín, Ruso, Inglés y de otras muchas lenguas románicas, como el Rumano, Español, Italiano, Portugués, Catalán…  Hasta ahora, ha publicado 41 libros originales (poemas, prosa, ensayos, libros para niños), así como 57 libros de traducciones.    Del castellano, ha traducido a Juan Ramón Jiménez, Platero y yo (1988, 2004); a Rafael Alberti, Marinero en Tierra (2013); Antología de poesía española del siglo XX (2014); y de Juan Arjona y Luciano Lozano, Vaca (2016).

Poesía:

"Liepas koks, zalkša asins". Rīga: Liesma, 1974.
"Laiks mest ēnu". Rīga: Liesma, 1977.
"Aizejošais loks". Rīga: Liesma, 1981.
"Pēcjāņi". Rīga: Liesma, 1983.
"Gāju dvēselīte". Rīga: Liesma, 1988.
"Saulrieta koks". Teātra anekdotes, 1994.
"Svētdiena vidū mūžības". Rīga: SolVita, 1994.
"Negatavā brīvība". Rīga: Minerva, 1995.
"Bezdibeņa eņģelis". Rīga: Minerva, 1996.
"Dzīvesstāsts un 33 jaunākie dzejoļi". Rīga: Dzīvesstāsti, 1997.
"Ziemas vakaros raudos". Rīga: Minerva, 1998.
"Dzedzieda – I". Rīga: Minerva, 1998.
"Dzedzieda – II". Rīga: Minerva, 1999.
"Skrandu bruņas". Rīga: Minerva, 2000.
"Dzedzieda – III". Rīga: Minerva, 2000.
"Neienācis aizeju no katras paradīzes". Rīga: Minerva, 2004.
"Agrais pavasaris" (soneti). Rīga: Minerva, 2005.
"Mijkrēšļa rokraksts". Rīga: Jānis Roze, 2009.
"Naktsmājas bezmiegam". Rīga: Zvaigzne ABC, 2012.
"Oktāvas". Rīga: Pētergailis, 2013.
"Mariagrammas". Rīga: Neputns, 2013.
"Rīta rūsa". Rīga: Jānis Roze, 2014.
"Eņģeļu lidlauks". Rīga: Pētergailis, 2014.
"Būtības dārzs". Rīga: Liesma, 1987. (iekļauj arī ap 20 iepriekš nepublicētu dzejoļu, kas iekļautas krājumā "Gāju dvēselīte")
"Neteiksim neko" (mīlestības dzeja, 2009)
"Viļņi tuksnesī". Rīga: Mansards, 2009. (iekļauj arī ap 20 iepriekš nepublicētu dzejoļu)

Prosa:

"Asinīs krāsotās ilgas" (kinoromāns, 2000)

Poesía para niños:

"Atjāj zaķis, sarkanbārdis" (1978)
"Nāriņa” (1982)
"Kamēr gliemeža nebija mājās" (1984)
"Ūsainā puķe" (1990)
"Sūķītis" (2004)
"Saputrotā putra" (2015)

Prosa para niños:

"Mazais, mazītiņais" (1986)
"Ar divām bārdām bārdains" (2007)

Ensayos:

"Nidas" (1982)
"Vārda laikabiedrs" (2003)




El mensajero tardío

Por Antonio Rivero Taravillo

Leons Briedis (1949) es uno de los principales poetas letones vivos.  No nos llegan muchas novedades de aquellas latitudes septentrionales, por lo que hay que estar doblemente agradecidos a la colección "Ay del seis" de la editorial Trifaldi por haber acercado, en traducción directa de Raquel García Barobs, esta estupenda muestra de un poeta que, además, ha vertido una Antología de poesía española del siglo XX y dos libros fundamentales como Platero y yo y Marinero en tierra.
     
Como suele ocurrir con los poetas de lenguas minoritarias que luchan por no congelarse en territorios fríos, Briedis está muy atento a su nieve familiar, a sus paisajes blancos, y al mismotiempo a la abigarrada luz del mundo, con curiosidad que le hace mirar otros horizontes más cálidos.  De los nuestros, hay presencias en el poema "Cante jondo" y en "Elegía andaluza", sobre un motivo de Juan Ramón Jiménez. Precisamente es un poeta andaluz, Alejandro López Andrada, quien firma un prólogo entusiasta. La meritoria traducción me parece buena y confío en que sea fiel al original, toda vez que el letón no es una lengua que yo lea. Sin embargo, hubiera sido mejor imprimir Shakesperiana con minúscula, y que el vino de Oporto, que es así en español, no fuera el luso Porto. Por último, me malicio que en la primera estrofa de "si hay un Dios" el indicativo debería ser subjuntivo, quedando así:

cuando lo que quede de mí sea tan solo una sombra
no me llevará a la muerte
me llevará a los brazos de mi madre

Es, por cierto, este un poema que gustará a las mujeres. Si ese referido no es el Dios cristiano, hay ángeles en varias de las composiciones. El sujeto poético ve en ocasiones la vida como una obra de teatro:

¡oh, cómo siento
no poder representar a Hamlet
y que solo fuese la calavera de Yorick mi papel!

En el poema siguiente se "ve forzado a participar con un papel de extra" en su propia vida bajo la dirección de Dios.

Todo tiene en El mensajero tardío un aire de irrealidad que adquiere un protagonismo especial en este poema, con un punto de letanía, en mi opinión uno de los mejores del libro:



repetición

todos los poemas
que serán escritos
ya han sido escritos hace tiempo:
con increíble persistencia
seguimos escribiendo los poemas de otros

reitero además:

ya he levado esta piel antes
mientras fui mi padre
ya he cantado esta canción antes
mientras fui mi madre
ya he sistenido esta mariposa antes
en mi palma
mientras fui mi hijo

y Jesús,
ya he permitido crucificar a Jesús,
mientras fui Dios

pero este poema siempre será el otro poema
no el que quisiera escribir





dzejolis par mīlestību

Tik vienkārši un prasti.
Tik īsti
kā tad, kad mīl un vārdi lieki kļūst,
kad pagurušo miesu sviedri šķīsti
visskaidrāk abus apliecina mūs
un nav vairs jābaidās būt nesaprastiem
vai pārprastiem, vai- piedodi jel dievs!-
kā vazanķiem un dzejniekiem- tik prastiem
sirds atklātībā…

Brīviem sajusties!




Poemas Inéditos de Leons Briedis Tradução de Urbano Bettencourt


PONTA DELGADA

Para Urbano Bettencourt

O vento me trouxe a estas costas:
as mesmas em que Atlas se deteve
se nesta vida existir a vida verdadeira
então é aqui
enquanto viajei pelo mundo
eu não sabia
que na vida cada um cria a sua vida;
agora percebo
que ao pôr o pé nestas costas,
as mesmas em que Atlas se deteve,
eu criei a minha vida




REPETIÇÃO

todos os poemas
que ainda falta escrever
já foram escritos um dia:
com uma obstinação admirável
não fazemos senão escrever
os antigos poemas de um outro
eu próprio me repito
esta minha carne já a trouxe comigo outrora
quando eu era o meu pai
este canto já uma vez o cantei
quando eu era a minha mãe
e esta borboleta já uma vez a prendi
na mão
quando eu era o meu filho
e até mesmo Cristo
deixei crucificá-lo um dia
quando eu era o seu Deus
apenas até agora
nunca te amei a ti





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SEÁN Ó TUAMA [19.859]

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Seán Ó Tuama 

Seán Ó Tuama, nacido en 1926 en Cork, Irlanda, condado de Cork, fallecido en septiembre de 2006, fue un poeta, dramaturgo y académico irlandés.

Obra

Poesía

Faoileán Na Beatha (Baile Átha Cliath, An Chlochomar Tta., 1962)
Rogha dánta: Death in the Land of Youth: New and Selected Poems of Sean O Tuama. Tradutor Peter Denman. Cork University Press. 1997. ISBN 978-1-85918-157-7.

Teatro

Gunna Cam agus Slabhra Oir. Drama Vearsaíochta Thrí Ghníomh (Baile Átha Cliath, Sairseal Agus Dill). Folens and Co. Ltd. 1973. ISBN 978-0-902592-52-0.
An Grá in Amhráin na nDaoine (An Clochomhar Tta., 1960)
An Grá i bhFilíocht na nUaisle (1988)

Antologías

Seán Ó Tuama, ed. (1981). An Duanaire: Poems of the Dispossessed. Tradutor Thomas Kinsella. Dublin: Dolmen Press. ISBN 978-0-85105-363-9.
Coiscéim na hAoise Seo, e unha antoloxía da poesía irlandesa do século XX.

Ensayo

Cúirt, Tuath agus Bruachbhaile, An Clóchomhar Tta, 1990
Nuabhearsaiocht 1939-1949 (como editor, Baile Atha Cliath, Sairseal agus Dill, 1950)
The Facts About Irish. Coraigh: An Comhar Poiblí. 1964.
The Gaelic League Idea. Cork: Mercier Press. 1972.
Repossessions, selected essays on the Irish literary heritage. Cork University Press. 1995. ISBN 978-1-85918-044-0.





CEOL FÓMHAIR

Is ceol téad i m' chluais
na duilleoga buí fáin
ag titim gan fuaim
ar an díon dearg stáin.




MÚSICA OTOÑAL

Hay una música de cuerda en mi oído
de hojas amarillas que vagan
y caen sin hacer apenas ruido
sobre el tejado rojo de hojalata.

Traducido por Antonio Rivero Taravillo




In the fields of love

Por MICHAEL DAVITT

Sean O Tuama, seminal university teacher, literary scholar/critic, poet, dramatist, authority on amour courtois, when asked at an international seminar at Harvard in the late Sixties what his "field" was, is reported to have replied: "My field? I suppose my field is love." As father figure to my own generation of young poets who chose to write in Irish, he always demonstrated what is perhaps the purest form of artistic love: gentle, honest, tough:



Lig di, aduirt an file,
is na smachtaigh i,
lig di fas gan bac ar bith
go dtina hairde cheapaithe:
ta an taerfas bog os a cionn.
Let her be, said the poet,
do not chastise her,
let her grow unimpeded
to whatever height she is meant for:
the air is still soft above her head.

("A Gaeltacht Rousseau")



O Tuama's poetry displays a characteristic sometimes attributed to gifted traditional musicians: discernment. There is no place in an O Tuama poem for lazy rhythm, too obvious rhyme, lumpy syntax, rhetorical flourishes, intrusion of dogma or philosophy, or emotion pampered into sentimentality. O Tuama wants "to observe things as if we were the first generation on the planet".



In one moment of raw frenzy
as his playing days ran out,
he summoned Cu Chulainn
to aid him on the pitch:
his trunk swelled up
in sight of thousands,
one eye bulged
and danced, demented,
through clash and crash
hue and cry
men were toppled
hot blood spurted
and as he rammed in
three lethal goals
all the gods of ancient Ireland
lent his hurley a guiding hand.

("Christy Ring")



The following are the last two verses of a poem written on a Greek island, one of a beautiful and elegant series, "A Tourist in Greece", which forms the fourth section of the book.


Maidin ghorm ins an Ghreig
(an leathchead scoite agam),

ag cuimhneamh ar an luisne a bhi,
sin e mo namhaid anois.
A blue mid-morning here in Greece
(my fiftieth year passed by)
thinking of the glow that was -
that's matter for the dying.
Anois an t-am don rince aonair
ar ghainimh bheo na tra -
na cosa a chaitheamh go haifeiseach
is lea d'aonghno sa teas.
Better rise up now, a solo-dancer,
on the hot sands of the beach,
throw out both legs absurdly,
and melt down in the sun.

("Besides, who knows before the end what light may shine.")


"The glow that was" is that of Sean's four brilliant Cork contemporaries: his mentor, Daniel Corkery (a sage who trembled at the brightness/in the forge of ancient poets); composer, Sean O Riada (a druid who released our damned-up music/and perished in the flood); Sean O Riordain (a tortured poet who fashioned for us/ new Irish-language lungs); and sculptor, Seamus Murphy (who set headstones dancing/with his care- free lore):


Musician, poet and sculptor,
and before them master-sage,
I happened to occur amongst them,
it will not occur again.

Now retired as Professor of Modern Irish at UCC, Sean O Tuama has never courted the limelight. The main focus of his life has been to give rather than receive critical attention. While championing, as critic, the poetic genius of O Riordain (whose work sadly remains inaccessible to the non-Irish-language reading world), O Tuama, as poet, never got the full critical and popular attention he richly deserves. This attractive selection will show both English-language and Irish-language readers that his poems are among the best-crafted in either language since the Forties.

Peter Denman's translations on the whole achieve an accomplished balance between faithfulness and independence. Robert Welch says in an illuminating introduction that "O Tuama, as a writer, carries the authority of a man who has taken the trouble to know about death and celebrate life".

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Michael Davitt is a poet and producer with the RTE books programme, Undercover; his new collection of poems will be published next year





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ROALD DAHL [19.860]

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Roald Dahl

Roald Dahl (Llandaf, Cardiff, Gales, 13 de septiembre de 1916-Oxford, Inglaterra, 23 de noviembre de 1990) fue un novelista, poeta y autor de cuentos, británico de ascendencia noruega,1 famoso escritor para niños y adultos. Entre sus libros más populares están Charlie y la fábrica de chocolate, James y el melocotón gigante, Matilda, El gran gigante bonachón, Las brujas y Relatos de lo inesperado.

Roald Dahl nació en el distrito de Llandaff de la ciudad de Cardiff, en Gales, el 13 de septiembre de 1916, de padres noruegos, Harald Dahl y Sofie Magdalene Hesselberg de Dahl. Le impusieron el nombre de Roald en honor al explorador Roald Amundsen, considerado un héroe nacional de Noruega durante esos tiempos. Cuando Roald apenas tenía tres años, su hermana Astri murió de apendicitis y algunas semanas después su padre, Harald, falleció, víctima de una neumonía, a la edad de cincuenta y siete años. A pesar de su viudez, su madre prefirió mantener la familia en Gales a retornar a Noruega a vivir con sus parientes, para cumplir el deseo de su marido de que sus hijos fueran educados en escuelas británicas.

Roald asistió a la Escuela de la Catedral en Llandaff. A los ocho años, Roald Dahl y cuatro de sus amigos fueron azotados por el director después de poner un ratón muerto en un tarro de dulces (concretamente, de inflamofletes) en una tienda del barrio, castigo que su madre consideró desmedido, retirándolo de la escuela. Cuando tenía nueve años, Roald Dahl fue enviado a la St. Peter's School, un colegio privado en la ciudad costera de Weston-super-Mare, a la que asistió desde 1923 hasta 1929. Desde los trece años fue educado en la Repton School, en Derbyshire, donde fue ayudante del prefecto, se convirtió en capitán del equipo escolar de fives y desarrolló su interés por la fotografía. Durante sus años en Repton, Cadbury, una fábrica de chocolates, enviaba ocasionalmente cajas de sus nuevos productos a la escuela para que fueran probados por los alumnos. Dahl solía soñar con inventar una nueva barra de chocolate que sería el asombro del mismo señor Cadbury, lo que le sirvió como inspiración para escribir su segundo libro para niños, Charlie y la fábrica de chocolate.

A lo largo de su infancia y adolescencia, pasaba sus vacaciones de verano en Noruega. Su niñez es el tema de su libro, Boy (relatos de infancia), en el que insiste que dicho libro no es su autobiografía, ya que a el insiste que nunca se le ocurriría escribir una autobiografía. Roald dice que Boy (relatos de infancia) son unas historias y recuerdos de una infancia colmada de diversión.

Después de terminar el colegio, pasó tres semanas explorando Terranova con el Public Schools Exploring Society. En julio de 1934 empezó a trabajar en la empresa petrolífera Royal Dutch Shell. Tras dos años de formación en el Reino Unido, fue enviado a Dar-es-Salaam, Tanganica (actual Tanzania). Junto con los otros dos únicos empleados de Shell en todo el territorio, vivió lujosamente en la Shell House, en las afueras de Dar-es-Salaam, con un cocinero y ayudantes personales. Suministrando combustible en Tanganica, se enfrentó a hormigas y leones, entre otros peligros.

En noviembre de 1939 se unió a la Royal Air Force. Después de un viaje en coche de casi mil kilómetros desde Dar-es-Salaam hasta Nairobi, fue aceptado para el entrenamiento de vuelo junto con otros dieciséis candidatos, trece de los cuales morirían en combate aéreo más tarde. Con siete horas y cuarenta minutos de experiencia en su De Havilland Tiger Moth, comenzó a volar solo y apreció la vida silvestre de Kenia durante sus vuelos. Continuó con el entrenamiento avanzado en Habbaniya (ochenta kilómetros al oeste de Bagdad), Irak. Tras seis meses volando Hawker Harts, fue nombrado oficial y asignado al escuadrón número 80 de la RAF, volando obsoletos Gloster Gladiator. Dahl se sorprendió al descubrir que no sería entrenado en combate aéreo ni en cómo volar los Gloster Gladiators.

El 19 de septiembre de 1940, Dahl volaría su Gladiator desde Abu Suweir, en Egipto, hasta Amiriya para recargar combustible, y luego hasta Fouka, Libia, por una segunda carga. Desde ahí volaría a la pista del escuadrón 80, cincuenta kilómetros al sur de Mersah Matruh. En el tramo final, no pudo encontrar la pista y, corto de combustible y con la noche cayendo, se vio forzado a intentar un aterrizaje en el desierto. Desafortunadamente, el tren de aterrizaje golpeó una roca y el avión se estrelló. Roald se fracturó el cráneo, se rompió la nariz y quedo ciego. Logró arrastrarse lejos del avión en llamas, y se desmayó. Más tarde, escribió acerca del accidente en su primer trabajo publicado. En una investigación de la RAF acerca del suceso, se descubrió que la ubicación a la que se le había ordenado volar era completamente incorrecta, habiendo sido enviado a una zona entre las fuerzas británicas e italianas.

Dahl fue rescatado y llevado a un puesto de primeros auxilios en Mersah Matruh, donde recuperó la conciencia (aunque no la vista), y fue trasladado en tren al hospital de la Royal Navy en Alejandría. Allí se enamoró de una enfermera, Mary Welland, que fue la primera persona que vio al recuperar la vista, tras ocho semanas de ceguera. Los doctores dijeron que no había ninguna posibilidad de que volviese a volar, pero en febrero de 1941, cinco meses después de ingresar al hospital, fue dado de alta y pasado a tareas de vuelo. En esos momentos, el escuadrón número 80 se encontraba en Elevsis, cerca de Atenas, Grecia, combatiendo junto con la British Expeditionary Force contra las fuerzas del Eje, sin esperanzas de derrotarlos. Ahora en un Hawker Hurricane, en abril de 1941, Dahl atravesó el mar Mediterráneo para finalmente unirse a su escuadrón en Grecia, seis meses después de convertirse en miembro.

Allí conoció a un cabo cínico que se preguntaba cuánto tiempo sobreviviría el nuevo avión, acompañado sólo por catorce Hurricanes y cuatro Bristol Blenheims en toda Grecia, contra miles de aviones enemigos. El líder del escuadrón tampoco se mostraba entusiasmado por tener sólo un nuevo piloto. De todos modos, Roald se hizo amigo de David Coke, quien, si no hubiese muerto más tarde en combate, se hubiese convertido en Earl de Leicester.

Dahl tuvo su primera acción sobre Calcis, donde Junkers Ju 88s se encontraban bombardeando barcos. Sólo con su Hurricane contra seis bombarderos, logró derribar uno. Escribió sobre todos estos incidentes en su libro autobiográfico Volando solo.

Más tarde prestó servicio en Siria.

Comenzó a escribir en 1942, cuando fue trasladado a Washington, como agregado aéreo adjunto. Su primer trabajo publicado, aparecido en la edición del Saturday Evening Post el 1 de agosto de 1942, fue un cuento titulado «Pan comido», describiendo su accidente con el Gloster Gladiator. El título original en inglés era «A piece of cake», pero fue cambiado a «Shot down over Libya» («Derribado sobre Libia»). A pesar de que el accidente no tuvo nada que ver con la acción enemiga.

Estuvo casado durante treinta años (desde 1953 hasta 1983), con la actriz estadounidense Patricia Neal. Tuvieron cinco hijos (incluyendo a la autora Tessa Dahl), uno de los cuales, Olivia Twenty Dahl, falleció de encefalitis por el virus de sarampión a la edad de siete años, en 1962. Theo, su único hijo varón, sufrió un accidente durante su infancia que le provocó hidrocefalia. Como resultado, su padre se involucró en el desarrollo de lo que más tarde se conocería como válvula de Wade-Dahl-Till, un dispositivo para aliviar esta condición.2 Su hija Ophelia Dahl es directora y cofundadora (junto con el doctor Paul Farmer) de Partners in Health, una organización sin fines de lucro dedicada a proveer cuidados médicos a algunas de las más empobrecidas comunidades del mundo. La hija de Tessa, e inspiración para un personaje de El gran gigante bonachón, es la modelo y autora Sophie Dahl. En 1983, se casó con Felicity Ann d'Abreu Crosland, la mejor amiga de su primera esposa.

Murió de leucemia el 23 de noviembre de 1990, en su casa, Gipsy House, en Great Missenden, Buckinghamshire, a la edad de setenta y cuatro años y fue enterrado en el cementerio de la parroquia de San Pedro y San Pablo. En su honor, la Roald Dahl Children's Gallery fue inaugurada en el Bucks County Museum, en la cercana Aylesbury. Los compromisos solidarios de Dahl en los campos de la neurología, la hematología y la alfabetización han sido continuados tras su muerte a través de la Roald Dahl Foundation. En junio de 2005, el Roald Dahl Museum and Story Centre fue inaugurado en Great Missenden para celebrar el trabajo de Roald Dahl y avanzar en sus esfuerzos en la alfabetización.

Escritura

Impulsado por Cecil Scott Forester, Dahl escribió su primer trabajo publicado, Pan comido, que fue comprado por el Saturday Evening Post.

Su primer libro para niños fue Los Gremlins, que trataba de unas pequeñas criaturas malvadas que formaban parte del folclore de la RAF, fue publicado en 1943; el libro había sido encargado por Walt Disney para la película Gremlins. Dahl continuó creando algunas de las historias para niños más conocidas del siglo XX, tales como Charlie y la fábrica de chocolate, Matilda, James y el melocotón gigante, Los Cretinos o Boy (Relatos de Infancia) donde cuenta su infancia.

Paralelamente, tuvo una exitosa carrera como escritor de macabros cuentos para adultos, usualmente apelando al humor negro y a los finales sorpresivos. Muchos de ellos fueron originalmente escritos para revistas estadounidenses, tales como Ladies Home Journal, Harper's, Playboy y The New Yorker, y luego recogidos en antologías, ganando la aclamación mundial para el autor. Dahl escribió más de sesenta cuentos y han aparecido en numerosas colecciones, algunas sólo publicadas en forma de libro después de su muerte.

Uno de sus cuentos para adultos más famosos, Hombre del Sur (The smoker o Man from the South), fue filmado como un episodio de Alfred Hitchcock Presenta, y fue además adaptada en el segmento de Quentin Tarantino de la película de 1995 Four Rooms. Su colección de cuentos Relatos de lo inesperado fue adaptada para una exitosa serie de televisión del mismo nombre. Algunos de sus cuentos son supuestamente extractos del diario de su (ficticio) tío Oswald, un caballero rico cuyas hazañas son el tema de estas historias.

Por un breve período en los años 1960, Dahl escribió guiones para obtener dinero. Dos de ellos, la película de James Bond, Sólo se vive dos veces (You only live twice) y Chitty Chitty Bang Bang, fueron adaptaciones de novelas de Ian Fleming. Además, adaptó su propio trabajo para realizar Willy Wonka y la fábrica de chocolate, de 1971.

Memories with Food at Gipsy House, escrito con su esposa Felicity y publicado póstumamente en 1991, es una mezcla de recetas, recuerdos familiares y reflexiones de Dahl acerca de sus temas favoritos, como el chocolate, las cebollas...

Muchos de sus libros infantiles tienen ilustraciones de Quentin Blake.

Controversias

La controversia del Literary Review

En el verano de 1983, Dahl escribió una crítica para el Literary Review de God Cried, un libro ilustrado sobre la Guerra del Líbano de 1982 del escritor del Newsweek Tony Clifton. Según Clifton, durante la guerra los israelíes mataron a miles de civiles beirutíes al bombardear escuelas, hospitales y bloques de apartamentos indiscriminadamente. La crítica de Dahl sentenciaba que durante esta invasión fue cuando «todos empezamos a odiar a Israel» y que el libro haría a los lectores «violentamente anti-israelíes». Según el biógrafo Jeremy Treglown, Dahl había escrito en un principio «cuando todos empezamos a odiar a los judíos», pero el editor de Literary Review Gillian Greenwood cambió entonces el término de Dahl «judíos» a «israelíes».3 Dahl insistiría posteriormente diciendo «No soy antisemita. Soy anti-Israel»."3

Dahl contó a un periodista en 1983 que «hay un rasgo en el carácter judío que provoca aversión... Quiero decir que siempre hay una razón por la cual lo anti-algo crece en cualquier sitio; incluso un apestoso como Hitler no los escogió a ellos sin razón.»3 4 No obstante, según Treglown, Dahl mantenía amistad con un puñado de individuos judíos. El filósofo judío Isaiah Berlin, que estuvo en el ejército junto a Dahl en Washington durante la Segunda Guerra Mundial,5 dijo: «pienso que pudo decir cualquier cosa. Pudo haber sido pro-árabe o pro-judío. No hay ni una sola línea consistente. Era un hombre que se guiaba por caprichos, lo que quiere decir que arremetería en cualquier dirección, por decirlo de alguna manera».3

Años después, Dahl incluyó un compasivo episodio acerca de refugiados germano-judíos en su libro Volando solo, y en otra ocasión dijo que se oponía a la injusticia, no a los judíos.6 Creía que los medios de comunicación habían suprimido detalles sobre las acciones militares israelíes tales como la matanza de civiles, y mantenía su firme postura política contra Israel, diciendo en el periódico británico The Independent poco antes de morir en 1990: «Desde luego que soy anti-israelí; y me he vuelto antisemita de la misma manera en que un judío en Inglaterra podría fervientemente defender el sionismo. Creo que deberían ver ambas caras. Es el tema de siempre: sabemos sobre los judíos y el resto del asunto. No hay editores no-judíos en ningún lado; controlan los medios de comunicación —lo cual resulta muy inteligente— y es por eso por lo que el presidente de los Estados Unidos tiene que vender todos esos bártulos militares a Israel».7

Ficción infantil

Los trabajos infantiles de Dahl están contados usualmente desde el punto de vista de un niño, frecuentemente involucrando villanos adultos que odian y tratan mal a los niños, y presentando al menos un buen adulto que contrarresta a los villanos. Usualmente contienen gran cantidad de humor negro y escenarios grotescos. Las Brujas y Matilda son dos claros ejemplos. El gran gigante bonachón sigue este modelo en un modo más analógico, con el buen gigante representando el arquetipo de buen adulto y los otros gigantes siendo los malos adultos. Esta fórmula es en parte evidenciada en el guion de Dahl para Chitty Chitty Bang Bang.

Prosa para niños

Los gremlins (The Gremlins, 1943)
James y el melocotón gigante (James and the Giant Peach, 1961)
Charlie y la fábrica de chocolate (Charlie and the Chocolate Factory, 1964)
El dedo mágico (The Magic Finger, 1966)
El Súperzorro o Fantastic Mr Fox (Fantastic Mr Fox, 1970)
Charlie y el gran ascensor de cristal (Charlie and the Great Glass Elevator, 1973). Secuela de Charlie y la fábrica de chocolate
Danny el campeón del mundo (Danny, the Champion of the World, 1975)
El cocodrilo enorme (The Enormous Crocodile, 1978)
Los Cretinos (The Twits, 1980)
La maravillosa medicina de Jorge (George's Marvellous Medicine, 1981)
El gran gigante bonachón (The BFG, 1982)
Las Brujas (The Witches, 1983)
La jirafa, el pelícano y el mono (The Giraffe and the Pelly and Me, 1985)
Matilda (Matilda, 1988)
Agu Trot (Esio Trot, 1990)
El vicario que hablaba al revés (The Vicar of Nibbleswicke, 1991), obra póstuma
Los Mimpins (The Mimpins, 1991), obra póstuma

Poesía para niños

Cuentos en verso para niños perversos (1982)
¡Qué asco de bichos! (1984)
Puchero de rimas (1989)

Ficción para adultos

Novelas

Sometime Never: A Fable for Supermen (1948)
Mi tío Oswald (My Uncle Oswald, 1979)

Antologías de cuentos en español

Dos fábulas
El gran cambiazo, (Switch bitch, 1974)
Génesis y catástrofe, (Genesis and Catastrophe: A True Story, 1980)
Historias extraordinarias, (The Wonderful Story of Henry Sugar and Six More, 1977)
La venganza es mía S.A., (Vengeance is Mine Inc., 1980)
Relatos de lo inesperado, (Tales of the Unexpected, 1979)
Los mejores relatos de Roald Dahl
Ver la Lista de cuentos de Roald Dahl.

Autobiográficos

Niño (relatos de infancia) (Boy: Tales of Childhood, 1984). Cuenta su vida hasta la edad de veinte años, centrándose en la educación británica de comienzos del siglo XX.
Volando solo (Going Solo, 1986). Continuación del anterior, cuenta su vida como empleado de Shell y su participación en la Segunda Guerra Mundial.
Memories with food at Gipsy House (1991)
Roald Dahl's Guide to Railway Safety (1991)
Mi año (My Year, 1993)

Teatro

The Honeys (1955). Representado en el Longacre Theatre, Broadway.

Guiones

Cine

Sólo se vive dos veces (You only live twice, 1967)
Chitty Chitty Bang Bang (1968)
The night digger (1971)
Charlie y la fábrica de chocolate (1971)
Las brujas (1983)
Matilda (película) (1996)
Charlie y la fábrica de chocolate (2005)
James y el melocotón gigante
Fantastic Mr. Fox (2009)
" MI GRAN AMIGO GIGANTE 2016

Televisión

Suspense (Estados Unidos, 1949-1954).
Cameo Theatre (Estados Unidos, 1950-1955).
Alfred Hitchcock presenta (Estados Unidos, 1955-1962).
Way out (Estados Unidos, 1961).
That was the week that was (Reino Unido, 1962-1963).
Thirty-minute theatre (Reino Unido, 1965-1973).
Late night horror (Estados Unidos, 1968).
Roald Dahl fue también presentador de los programas Way out y Tales of the unexpected (en su primera temporada).





Poemas y canciones de Roald Dahl
ROALD DAHL. Varios ilustradores.
Poemas y canciones (recopilatorio).
Alfaguara Infantil y Juvenil. 2006.



LA CANCIÓN DEL CIEMPIÉS
de JAMES Y EL MELOCOTÓN GIGANTE

He comido en mi vida muchas cosas
y todas refinadas y sabrosas.
He comido cebadas tijeretas
y sapitos en salsa de ajo y setas.
He comido ratones con arroz
(aunque luego padezco ardor atroz).

Guisados por los chefs de más renombre,
he probado los piojos de un gran hombre.
Y he comido ranitas con relleno
y también caracoles con su cieno
y avispas estofadas,
y moscas braseadas.
Y cochinillas en salsa picante
que son aperitivo estimulante.

Las huevas de un pez raro, el espinillo,
resultan estupendas al ajillo.
Y las alas del gran escarabajo
me encantan, aunque dan mucho trabajo.
Los pulgones con sal y mantequilla
son cosas que me va de maravilla.
Y adoro las morcillas
de crías de chinchillas.

Me enloquecen los ojos de besugo
cocidos lentamente y en su jugo.
Y no hay nada más rico
que cabeza de mantis con su pico.
Las larvas de moscón son cosa buena,
un plato inmejorable como cena.

Hay chinches que asaditas en su grasa
perfuman con su aroma media casa
y las empanadillas
de tripas de polillas
bien fritas y adornadas con un huevo
son algo que me deja como nuevo.
Los sesos de mosquito
son algo delicioso y exquisito,
y están ricas las patas de centolla
guisadas con cebolla.



EL VITA-WONKA
DE WILLY WONKA

Si ya estás viejo y acabado,
si eres un ser malhumorado
porque te duelen los riñones,
crujen las articulaciones,
las piernas ya no te sostienen,
entonces hazme caso a mí;
¡el Vita-Wonka es para ti!
¡Te sentirás fortalecido,
feliz y rejuvenecido!
Tu piel se volverá rosada,
tus ojos se harán más brillantes
y volverás a ser como antes.



La rana y el caracol
(fragmento)

Todo empezó en Escocia: en el arranque
estaba yo jugando en el estanque.
Allí, sin calcetines ni zapatos,
me suelo yo pasar mis grandes ratos.
Ayer, mientras jugaba, de repente,
vino alguien y dijo amablemente:
"Amigo, buenos días, ¿cómo estás?"
Yo me volví a mirar qué había detrás
y vi una rana colosal, gigante,
una rana de un verde deslumbrante.
La rana preguntó: "¿Qué te parezco?
¿No vas a decir nada? ¿No merezco
que admires estas patas? ¡Son tan finas!
¿Y has visto mi color? Dime, ¿qué opinas?
Seguro que jamás viste en tu ida
una rana tan verde y distinguida."
Le dije la verdad, que parecía
la hermana de mi madre, tía Lucía.
"Seguro que a tu tía gano en salto.
Seguro quemi salto es el más alto."
Vamos, sube a mi espalda, que te invito
a que vengas a darte un paseíto."
Trepé sobre su espalda y ¡aj, que cosa!
estaba fría, rígida y viscosa.
"Agarrate bien fuerte, amigo mío,
porque voy a saltar con todo brío".
Y ¡vaya si saltó!, ¡menudo salto!
jamás me vi tan lejos, ni tan alto.
VOlamos tan arriba y de tal suerte
quepensé que saltaba hacia la muerte.
Silbaban y zumbaban mis oídos;
los ojos me lloraban, escocidos...
Me sujeté con fuerza. Saltó más.
"Rana, guapita, dime adónde vas..."
Y la rana me dijo sonriente:
"De momento viajamos hacia oriente",
y luego presumió: "¿Te maravillas?
Cada salto que doy son veinte millas".
Habíamos viajado sin parar
desde el morte de Escocia hasta llegar
a las rocas de Doveer, que son blancas,
y la rana bajó y posó sus ancas:
"Esa franja de mar que ves tan ancha
es el canal que llaman de la Mancha.
La costa de este lado es Inglaterra
y aquello que esta allí, aquella otra tierra
que está en la orilla opuesta, pues es Francia.
Y no lo digo yo por arrogancia,
pero yo pego u nbrinco desde aquí
y sólo en un momento estoy allí".
"Yo veo peligroso y arriesgado",
le dije, "un salto así, de lado a lado.
No me gusta la idea de acabar
en el fondo del mar, no se nadar..."
La rana no me oyño, no me escuchó,
nada de lo que dije le importó.
Las ranas no hacen caso, les da igual
lo que pueda decirles un chaval.
Así que fue y saltó, ¡y era volar!
¡La rana y yo saltamos sobre el mar!



"Cuentos en verso para niños perversos" de Roald Dahl

En "Cuentos en verso para niños perversos", Roald Dahl hace gala de su peculiar ingenio y visión de la vida. La versión de Dahl sobre los cuentos clásicos (Caperucita, Cenicienta, Los tres cerditos, etc.) es extremadamente graciosa y reveladora para los niños. Una nueva mirada sobre la realidad de nuestros sueños de siempre.


LA CENICIENTA

"¡Si ya nos la sabemos de memoria!", 
diréis. Y, sin embargo, de esta historia
 tenéis una versión falsificada,
 rosada, tonta, cursi, azucarada,
que alguien con la mollera un poco rancia
 consideró mejor para la infancia...
El lío se organiza en el momento
 en que las Hermanastras de este cuento
 se marchan a Palacio y la pequeña
se queda en la bodega a partir leña. 
Allí, entre los ratones llora y grita,
 golpea la pared, se desgañita: 
"¡Quiero salir de aquí! ¡Malditas brujas! 
¡¡Os arrancaré el moño por granujas!!". 
Y así hasta que por fin asoma el Hada
 por el encierro en el que está su ahijada. 
"¿Qué puedo hacer por ti, Ceny querida?
 ¿Por qué gritas así? ¿Tan mala vida 
te dan esas lechuzas?". "¡Frita estoy
 porque ellas van al baile y yo no voy!".
 La chica patalea furibunda: 
"¡Pues yo también iré a esa fiesta inmunda! 
¡Quiero un traje de noche, un paje, un coche,
 zapatos de charol, sortija, broche, 
pendientes de coral, pantys de seda
 y aromas de París para que pueda
 enamorar al Príncipe en seguida 
con mi belleza fina y distinguida!". 
Y dicho y hecho, al punto Cenicienta,
 en menos tiempo del que aquí se cuenta, 
se personó en Palacio, en plena disco,
dejando a sus rivales hechas cisco.
Con Ceny bailó el Príncipe rocks miles
 tomándola en sus brazos varoniles
 y ella se le abrazó con tal vigor
 que allí perdió su Alteza su valor,
y mientras la miró no fue posible 
que le dijera cosa inteligible.
 Al dar las doce Ceny pensó: "Nena,
como no corras la hemos hecho buena",
 y el Príncipe gritó: "¡No me abandones!", 
mientras se le agarraba a los riñones, 
y ella tirando y él hecho un pelmazo
 hasta que el traje se hizo mil pedazos.
 La pobre se escapó medio en camisa, 
pero perdió un zapato con la prisa. 
el Príncipe, embobado, lo tomó 
y ante la Corte entera declaró: 
"¡La dueña del pie que entre en el zapato
 será mi dulce esposa, o yo me mato!".
 Después, como era un poco despistado,
 dejó en una bandeja el chanclo amado.
 Una Hermanastra dijo: "¡Ésta es la mía!",
 y, en vista de que nadie la veía,
 pescó el zapato, lo tiró al retrete
 y lo escamoteó en un periquete.
 En su lugar, disimuladamente,
 dejó su zapatilla maloliente.
En cuanto salió el Sol, salió su Alteza
 por la ciudad con toda ligereza
 en busca de la dueña de la prenda.
 De casa en casa fue, de tienda en tienda,
 e hicieron cola muchas damiselas
sin resultado. Aquella vil chinela,
 incómoda, pestífera y chotuna,
 no le sentaba bien a dama alguna.
 Así hasta que fue el turno de la casa
 de Cenicienta... "¡Pasa, Alteza, pasa!",
 dijeron las perversas Hermanastras
y, tras guiñar un ojo a la Madrastra,
 se puso la de más cara de cerdo
 su propia zapatilla en el pie izquierdo.
 El Príncipe dio un grito, horrorizado,
 pero ella gritó más: "¡Ha entrado! ¡Ha entrado!
 ¡Seré tu dulce esposa!". "¡Un cuerno frito!".
 "¡Has dado tu palabra. Principito,
precioso mío!". "¿Sí? -rugió su Alteza.
 --¡Ordeno que le corten la cabeza!".
 Se la cortaron de un único tajo
y el Príncipe se dijo: "Buen trabajo.
 Así no está tan fea". De inmediato
 gritó la otra Hermanastra: "¡Mi zapato!
¡Dejad que me lo pruebe!". "¡Prueba esto!",
bramó su Alteza Real con muy mal gesto
y, echando mano de su real espada,
 la descocorotó de una estocada;
 cayó la cabezota en la moqueta,
 dio un par de botes y se quedó
quieta... 
En la cocina Cenicienta estaba
 quitándoles las vainas a unas habas
 cuando escuchó los botes, -pam, pam, pam-
 del coco de su hermana en el zaguán,
 así que se asomó desde la puerta
 y preguntó: "¿Tan pronto y ya despierta?".
 El Príncipe dio un salto: "¡Otro melón!",
 y a Ceny le dio un vuelco el corazón.
 "¡Caray! -pensó-. ¡Qué bárbara es su alteza!
 con ese yo me juego la cabeza...
 ¡Pero si está completamente loco!".
 Y cuando gritó el Príncipe: "¡Ese coco!
 ¡Cortádselo ahora mismo!", en la cocina
 brilló la vara del Hada Madrina.
 "¡Pídeme lo que quieras, Cenicienta,
 que tus deseos corren de mi cuenta!".
 "¡Hada Madrina, -suplicó la ahijada-,
no quiero ya ni príncipes ni nada
 que pueda parecérseles! Ya he sido 
Princesa por un día. Ahora te pido
 quizá algo más difícil e infrecuente:
 un compañero honrado y buena gente.
 ¿Podrás encontrar uno para mí,
 Madrina amada? Yo lo quiero así...".
Y en menos tiempo del que aquí se cuenta
se descubrió de pronto Cenicienta
a salvo de su Príncipe y casada
 con un señor que hacía mermelada.
Y, como fueron ambos muy felices,
nos dieron con el tarro en las narices.



Caperucita Roja y el Lobo – Roald Dahl

Estando una mañana haciendo el bobo
le entró un hambre espantosa al Señor Lobo,
así que, para echarse algo a la muela,
se fue corriendo a casa de la Abuela.

—¿Puedo pasar, Señora?, —preguntó.

La pobre anciana, al verlo, se asustó
pensando:

—¡Este me come de un bocado!.

Y, claro, no se había equivocado:
se convirtió la Abuela en alimento
en menos tiempo del que aquí te cuento.

Lo malo es que era flaca y tan huesuda
que al Lobo no le fue de gran ayuda:

—Sigo teniendo un hambre aterradora…
¡Tendré que merendarme otra señora!.

Y, al no encontrar ninguna en la nevera,
gruñó con impaciencia aquella fiera:

—¡Esperaré sentado hasta que vuelva
Caperucita Roja de la Selva!”

…que así llamaba al Bosque la alimaña,
creyéndose en Brasil y no en España-.

Y porque no se viera su fiereza,
se disfrazó de abuela con presteza,
se dio laca en las uñas y en el pelo,
se puso la gran falda gris de vuelo,
zapatos, sombrerito, una chaqueta
y se sentó en espera de la nieta.

Llegó por fin Caperu a mediodía
y dijo: —¿Cómo estás, abuela mía?

Por cierto, ¡Me impresionan tus orejas!.
—Para mejor oírte, que las viejas
somos un poco sordas.

—¡Abuelita, qué ojos tan grandes tienes!”.

—Claro, hijita,
son las lentillas nuevas que me ha puesto
para que pueda verte Don Ernesto
el oculista,
—dijo el animal
mirándola con gesto angelical
mientras se le ocurría que la chica
iba a saberle mil veces más rica
que el rancho precedente.

De repente
Caperucita dijo: —¡Qué imponente
abrigo de piel llevas este invierno!”.

El Lobo, estupefacto, dijo: —¡Un cuerno!
O no sabes el cuento o tú me mientes:
¡Ahora te toca hablarme de mis dientes!

¿Me estás tomando el pelo…?
Oye, mocosa,
te comeré ahora mismo y a otra cosa”.
Pero ella se sentó en un canapé
y se sacó un revólver del corsé,
con calma apuntó bien a la cabeza
y -¡Pam!- allí cayó la buena pieza.

Al poco tiempo vi a Caperucita
cruzando por el Bosque…
¡Pobrecita!
¿Sabéis lo que llevaba la infeliz?
Pues nada menos que un sobrepelliz
que a mí me pareció de piel de un lobo
que estuvo una mañana haciendo el bobo.




LOS TRES CERDITOS

El animal mejor que yo recuerdo
es, con mucho y sin duda alguna, el cerdo.
El cerdo es bestia lista, es bestia amable,
es bestia noble, hermosa y agradable.
Mas, como en toda regla hay excepción,
también hay algún cerdo tontorrón.
Dígame usted si no: ¿qué pensaría
si, paseando por el Bosque un día,
topara con un cerdo que trabaja
haciéndose una gran casa... de paja?

El Lobo, que esto vio, pensó: "Ese idiota
debe estar fatal de la pelota...
"¡Cerdito, por favor, déjame entrar!".
"¡Ay no, que eres el Lobo, eso ni hablar!".
"¡Pues soplaré con más fuerza que el viento
y aplastaré tu casa en un momento!".

Y por más que rezó la criatura
el lobo destruyó su arquitectura.
"¡Qué afortunado soy! -pensó el bribón-.
¡Veo la vida de color jamón!".
Porque de aquel cerdito, al fin y al cabo,
ni se salvó el hogar ni quedó el rabo.

El Lobo siguió dando su paseo,
pero un rato después gritó: "¿Qué veo?
¡Otro lechón adicto al bricolaje
haciéndose una casa... de ramaje!
¡Cerdito, por favor, déjame entrar!".
"¡Ay no, que eres el Lobo, eso ni hablar!".
"¡Pues soplaré con más fuerza que el viento
y aplastaré tu casa en un momento!".
Farfulló el Lobo: "¡Ya verás, lechón!",
y se lanzó a soplar como un tifón.
El cerdo gritó: "¡No hace tanto rato
que te has desayunado! Hagamos un trato...".
El Lobo dijo: "¡Harás lo que yo diga!".
Y pronto estuvo el cerdo en su barriga.
"No ha sido mal almuerzo el que hemos hecho,
pero aún no estoy del todo satisfecho
-se dijo el Lobo-. No me importaría
comerme otro cochino a mediodía".
De modo que, con paso subrepticio,
la fiera se acercó hasta otro edificio
en cuyo comedor otro marrano
trataba de ocultarse del villano.

La diferencia estaba en que el tercero,
de los tres era el menos majadero
y que, por si las moscas, el muy pillo
se había hecho la casa... ¡de ladrillo!
"¡Conmigo no podrás!", exclamó el cerdo.
"¡Tú debes de pensar que yo soy lerdo!
-le dijo el Lobo-. ¡No habrá quien impida
que tumbe de un soplido tu guarida!".
"Nunca podrá soplar lo suficiente
para arruinar mansión tan resistente",
le contestó el cochino con razón,
pues resistió la casa el ventarrón.
"Si no la puedo hacer volar soplando,
la volaré con pólvora... y andando",
dijo la bestia, y el lechón sagaz
que aquello oyó, chilló: "¡Serás capaz!"
y, lleno de zozobra y de congoja,
un número marcó: "¿Familia Roja?".

"¡Aló! ¿Quién llama? -le contestó ella-.
¡Guarrete! ¿Cómo estás? Yo aquí, tan bella
como acostumbro, ¿y tú?". "Caperu, escucha.
Ven aquí en cuanto salgas de la ducha".
"¿Qué pasa?", preguntó Caperucita.
"Que el Lobo quiere darme dinamita,
y como tú de Lobos sabes mucho,
quizá puedas dejarle sin cartuchos".
"¡Querido marranín, porquete guapo!
Estaba proyectando irme de trapos,
así que, aunque me da cierta pereza,
iré en cuanto me seque la cabeza".

Poco después Caperu atravesaba
el Bosque de este cuento. El Lobo estaba
en medio del camino, con los dientes
brillando cual puñales relucientes,
los ojos como brasas encendidas,
todo él lleno de impulsos homicidas.
Pero Caperucita, -ahora de pie-
volvió a sacarse el arma del corsé
y alcanzó al Lobo en punto tan vital
que la lesión le resultó fatal.
El cerdo, que observaba ojo avizor,
gritó: "¡Caperucita es la mejor!".

¡Ay, puerco ingenuo! Tu pecado fue
fiarte de la chica del corsé.
Porque Caperu luce últimamente
no sólo dos pellizas imponentes
de Lobo, sino un maletín de mano
hecho con la mejor... ¡piel de marrano!








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FLOR CODAGNONE [19.861]

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FLOR CODAGNONE 

Flor Codagnone nació en Buenos Aires en 1982. Es licenciada en Periodismo. Brinda servicios editoriales, clínicas literarias y coordina talleres. Creó la materia Rock y Comunicación Social en la Universidad del Salvador. Escribió con Nicolás Cerruti Literatura ? Psicoanálisis: El signo de lo irrepetible (Letra Viva, 2013). Tradujo Los Beatles y Lacan: Un réquiem para la Edad Moderna (Galerna, 2013). 

Ha publicado:

Mudas, Editorial Pánico el Pánico, 2013
Celo, Editorial Pánico el Pánico, 2014
Resto, Modesto Rimba, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 2016




DEL LIBRO Mudas, Editorial Pánico el Pánico, 2013



¿Me decís el nombre de lo que nos une?
O si hay nombre
si los fantasmas se hacen cuerpo
o si el daño es hoy
“Mentime”, digo. Y caés
a centellear: No-puedo-mudar-de-piel.


*


En la imagen rota de los labios
asoma la desnudez cuando no hay más
y cerramos los ojos y nos vemos
vestidos, uno al lado del otro, azules,
escapando de un fantasma
que nunca terminó de nacer.


*


Cambiamos de muerte un viernes.
Era de noche azul, nos tomamos las manos
y prometimos aquello que no dijimos.
Una sonrisa, apenas, o la energía
de la máscara.


*


No sé si lo soñé.
Hablabas dormido,
decías
cosas que apenas escuchaba,
pero entendía.
Era la noche del día
en que me desnudé
por primera vez.
¿Te acordás?
Bajaste el cierre falso
de la primavera
y quedé frente a vos
con un cuerpo
que todavía no era mío.


*


después del cruce de palabras
el tren acerca sus luces
y entiendo
que no soy linda,
que ningún hombre va a quererme
aunque me quiera
o me desee
o me construya
con su mirada
o me escriba una canción
que reboque el modo
en que nos decimos y nos vemos.


*


Si soy una canción,
soy una canción problemática
que alguien toca con un fuelle asmático,
con un viento libre y sureño,
con una guitarra pueril,
que alguien canta con una voz
limpia, linda
algo
aguda, masculina,
que alguien dice con algo de rock,
que alguien baila en el subte
cuando recuerda.
Y si soy una foto, miro siempre
hacia abajo.
Y si soy un instante,
gimo.


*


Estamos metiéndonos en lo profundo,
la espesura de tu mano no alcanza
a agarrarme, puedo escurrirme
como una miga de pan o como
un beso en la comisura.
Si nunca supiste decir “te quiero”,
no es el instante.


*


Se están borrando las cicatrices
que me recuerdan que falta algo, mejor,
que hay algo enlazado, anudado
en el interior de mí.


*


No soy reina nunca,
en nada,
para nadie.
A lo sumo, princesa,
sin miriñaque ni tiara
que me sindiquen como tal.
Ya ves: la sangre se me nota
por todos los costados
y los roces y las faltas.
No hay amor propio
en mi fantasía,
ni voz, ni cuerpo, ni mar.


*


Todo fue mal después de vos
porque no supe de mí
y empecé a rasgar los lutos de otros,
a repetir
lo que decían los hombres
sobre las mujeres.
Y se me cansaron los pies
de escuchar esa canción
que habla del día y de mí.



Mudas, de Flor Codagnone

Por Gabo Baigorria 

Mudas son las palabras o las mujeres. Mudas son las transformaciones, las metamorfosis, las alteraciones. Que también son mudas, pero de mudanza.

Y mudas de sin voz, son también la evolución y la renovación. Que son mujer y son palabras.

Mudas son todas y cada una de las palabras que, al decirse, tienden a enmudecer.

La identidad también es muda, como los fantasmas, los trenes, los hombres, los besos, los cuerpos, el sexo y la sangre. Todos éstos, habitantes y vecinos de este precioso y delicado poemario de Flor Codagnone, que con una musicalidad que es seducción pura, impone una lectura corporal, lo que lo convierte en una experiencia francamente emocional.

Lo que no se puede nombrar, Flor lo desmigaja de taquito, con la soltura de quien sabe exactamente lo que está diciendo. Con una identidad tan femenina que asusta, pero no ahuyenta. Todo lo contrario: hipnotiza. Se lee, sí o sí, de un tirón. Probablemente dos veces seguidas.

Las caricias que no pueden mirarse;
idiomas-melodía inventadas para que tengan voz;
el cuerpo ajeno que es propio;
el propio que es ajeno.

Pero la más muda de las mudezas o mudanzas que habita este libro es la ausencia.

Cómo nombrar las ausencias y, sobre todo, la más grande de las ausencias, que es el pasado.

Solo es posible con poemas que se ponen en crisis a sí mismos y a su belleza.

Palabras que aparecen solas entre los cuerpos que se evocan, que se tocan, que se miden, que se asumen, se repelen y se ausentan.
Que aparecen con los gestos innombrables que son voz callada por no saber cómo decirse.

Que aparecen con la música de las bocas cerradas y los besos no dados. La música, ese lenguaje que puede describir lo que no se puede nombrar.

Para que lo que no se ve, por fin, sea poesía.




DEL LIBRO Celo, Editorial Pánico el Pánico, 2014


Voy a romperme
como las flores, 
a romperme, 
y vendrá el tiempo, 
vendrán los ojos. 
No hay nada más 
tristemente mío 
que mi tristeza 
ni nada más deseado 
que mis deseos 
ni nada más callado 
que lo que digo. 


*


Me basta un beso precario
para extender las alas
y hacer mi arte:
convertirme en grulla
y volarte la cabeza o, desnuda,
en la nieve, disparar el arma
de tu sexo y enterrarme
con palabras y después…
hurgar la entrepierna
de mi pensamiento
y construir castillos
con voces de otros.

Hay quien dice que duelo.


*


Temo a mi boca,
violentamente temo
a la idea de mi boca,
a la curvas bajo el vestido,
a la idea de tus manos
o a la mirada bajo el vestido,
a las cosas que puedo
si me dejo. Violentamente
temo a mi boca, al sentido,
a mis partes, a ser sola,
a la idea de la idea de la idea
cuando me desvisto.


*


No vas a entender nunca mis lugares,
ni que los apropie y los quiera y los extrañe.

No sabés de mis calles ni de mis cortadas
ni de lo que sigue girando
en la calesita de la infancia.

No vas a entender esta tristeza
que es mía y que duele un cuerpo
recortado grave vacío conectado cosido.

Ni mis usos del lenguaje, ni mis deseos,
ni las pocas cosas de mí en las que creo.

Hay santas herejías de las que adolezco.


*


Las palabras van a morir
a la angustia
y no hay signo
que escape a ese paso.
Estamos condenados
a la música del adiós.


*


La sangre circula sola
y la pregunta es “¿qué?”,
la respuesta no importa
ni lo que hayas escrito,
dónde están tus papeles
a qué huele mi carne.
Acabaremos heridos
de cualquier modo, el vino
no me gusta. Por la noche
hay palabras que sobran.


*


Ni jugar a la guerra podemos
sin que la guerra nos habite,
sin que nos mudemos uno
a las palabras del otro
y empecemos el festín antropológico.

Hay tantas minas lindas y yo no,
yo, en mi maldita resistencia,
por los costados lucho,
por los costados resisto.
Sangro por el costado.

Quizás no lo sepas,
pero algo medieval
tiñe esta pelea:
(Hay voces hechiceras).

Todo lo que dijiste
–No cambiás. No podés.
No cambiás. ¿No sufrís?–
y todo lo que quiero.


*


Buscamos algo distinto.
Una boca que bese a miel
y que sepa a beso,
un rincón al que correr
para quedarnos quietos.

Un cuerpo roto, rasgado,
que quepa en mí
y pueda encender el celo.

Un agujero, el que nos salva siempre,
y una letra divina, antigua,
que no se pueda decir ni escuchar
que no inscriba lo que significa.

Busco un nombre fuera del padre,
más allá del nombre, después de mí
y de todos los varones.

Un cuerpo de mujer,
que es mío, nada más
que mío, mujer
tajada, escindida, imaginada,
creada, sexuada, anudada.

No es lo que quise creer,
que hay demasiadas sombras en mí,
un cuerpo tomado por lutos infinitos
de palabras. No,
en mí, algo estalla
de vida.




DEL LIBRO Resto, Modesto Rimba, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 2016

En este desierto insoportable
de palabras. Te pienso, te espero
a mitad de camino. Hagamos otoño
cuando no haya con qué
cubrirnos la piel
del silencio.


*


Algo me devora,
se alimenta de mí,
me detiene, me abre
en dos, me llena
de lágrimas.

¿Qué es esto que dice
"soy mujer"?

Agua que va al agua.


*


Corrí hacia tu angustia
tajeé la carne,
me abrí en pedazos,
arranqué mi cuerpo. Quise
que no hubiese modo
de hacer con el sexo.

Poesía es más allá
de la literatura
(lo que no duele no pasa).


*


Sigo herida, castigada:
volvés siempre
a la geografía de mi memoria.


*


Voy a tener miedo.
Te voy a pedir que me abraces.
El vestido puede arrancarse.
La piel, no.


*


Vomité tu nombre
en un suspiro.

Hay más cicatrices
de las que temo.






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