Quantcast
Channel: POETAS SIGLO XXI - ANTOLOGIA MUNDIAL + 20.000 POETAS: Editor: Fernando Sabido Sánchez #Poesía
Viewing all 7276 articles
Browse latest View live

JORGE BACACORZO [13.635]

$
0
0

JORGE BACACORZO

Jorge Bacacorzo nació en Arequipa, Perú  el 27 de mayo de 1927, hijo de Santos Ordinola y Carmen Corzo Arredondo.

En Arequipa fundó y dirigió la Unión de Escritores y Artistas "César Vallejo" (1946), el Teatro Experimental (1947) y el movimiento "Avanzada Sur" (1950). Este movimiento estuvo respaldado por el tribuno Francisco Mostajo, y el maestro de arte Carlo Zamoonelli Gentili.

Siendo un joven profesor del colegio "Independencia", Bacacorzo participó activamente en la sublevación popular arequipeña de 1950 contra la dictadura del general Odría. Este suceso motivó la creación de su poemario "Las eras de junio", publicado en 1962 en Arequipa, y traducido al francés por Marcel Henart.

Después de los acontecimientos de 1950, Jorge Bacacorzo radicó en Lima. Aquí trabajó en el periodismo, en el diario "La Crónica", y la enseñanza de Literatura en el colegio "Lima San Carlos". En 1952, se casó con Judith Laguerre Paredes, con quien tuvo una hija, Mirtha. En 1953, Bacacorzo fue recluido como preso político en "El Sexto"; esta dramática experiencia es referida en su libro inédito "La urca".

En la década de los cincuenta, fue nombrado miembro honorario del Grupo Intelectual "Primero de Mayo" (1956) y trabajó en dos poemarios más: "Azul antiguo", publicado en 1961, y "Las viñas azules", publicado en 1981. Durante los años sesenta, escribió los poemarios "El libro del Yaraví", publicado en 1989; "Las botellas rojas", publicado en 1983, y "Los umbrales", publicado en 1984.

En 1964 contrajo matrimonio con Flor Díaz Zubiaurre, con quien tuvo tres hijos: María Begonia, Jorge Francisco, Jorge Francisco y Francisco Santos. Presentó a Pablo Neruda en el Teatro Nacional de Arequipa y en la Galería "300-Arte" de la misma ciudad (1966). Fue Presidente de la Asociación Nacional de Escritores y Artistas (ANEA) entre 1988 y 1990.

Jorge Bacacorzo fue un poeta de obra vasta y diversa, cuya verdad es o desgarradamente épica o ardientemente lírica, y cuyas tensiones van de la interpretación del alma y la raza del hombre rebelde a la presencia mágica de la mujer amada y su dolorosa ausencia.

CRONOLOGÍA POÉTICA

Las eras de junio (1950-1953)
Azul antiguo (1953-1954)
Las viñas azules (1954-1959)
El libro del Yaraví (1959-1963)
Las botellas rojas (1959-1965)
Los umbrales (1963-1965)

El día 8 de junio de 2006, en el cementerio "Jardines de la Paz" fue enterrado el poeta arequipeño Jorge Bacacorzo, pionero de la defensa de los derechos humanos en el Perú y protagonista en la lucha por la democracia. Ave Crítica le rinde homenaje en esta entrega. (Ricardo Alvarado)





ALTO HORARIO PARA HONRAR A LOS CAÍDOS

(A Luis de la Puente y a Guillermo Lobatón)

Han caído hombres que eran maestros y vigías
Y otros que aprendían el oficio de la aurora.
Y esta vez las banderas son rudos sollozos
Y lágrimas los estallidos que no cesan.
Cuánta palidez lunar en medio de la tierra,
Cuánto silencio entre los huesos
Cuántas barbas verdes emergiendo
Al lado de las que ya conocían edades y misterios,
Cuántas fechas al borde de las manos y ahora
oscuras en el fuego.
Pero los guerrilleros de negro no se enlutan,
Con el rojo más vivo y puro,
Las carabinas y canciones que van contra el ocaso
Y el diario martillar de pasos y de sueños
Recuerdan a sus muertos que aún se alimentan sobre
árboles y espumas
porque los pioneros viven en el viento
y en el viento siguen siendo estrellas que murmuran.





RÉQUIEM

Oh, quién pudiera,
Quién pudiera
Poner en pie a los muertos
Que izaron el amor.
Oh, quién pudiera,
Quién pudiera
Ponerlos bajo el sol
Y con agua y un gran himno
De botellas encendidas,
Despertarlos.
Oh, quién pudiera,
Quién pudiera
Con el amor y con el aire
Levantar su rojo polvo
En su gran vaso.




PASEMOS, HERMANOS, AL MUNDO DEL AMANECER

Pasemos, hermanos, al mundo del amanecer
Que cada vez está más cerca,
Aunque de pronto aumentan las tinieblas y los gritos.
Botellas rojas, artilleros, hoces y martillos,
La serenísima y balsámica paloma que se apresta
Entre agobiantes construcciones amarillas,
Y entre muertos y dolores, el amor, siempre el amor
Estallando en tiernos himnos y granadas.



CRUZANDO MEDIO PERÚ

Cruzando medio Perú y todos los vientos,
voces cantarinas envueltas en colores
son música entre piedras y estrategias.
Cruzando medio Perú y burlando a las jaurías
viene a ofrecer sus ánimas al pueblo.
Y en la pequeña plaza que camina
al son de los pasos guerrilleros,
ojos con decisiones y ternuras,
y cabelleras agitadas levantan nuevos días
y el valor de todos es un árbol
que se sacude poderosos y es la tormenta
y en ella muchachas y botellas
se encuentran cara a cara con el fuego.

Del libro “Las Botellas Rojas” (1983)




POEMA XXXVIII

ESA puerta no tiene casa ni calle,
entre baldíos el tiempo, se yergue.
De esa puerta salen voces cada vez más próximas,
himnos a la aurora entre pasos que se acercan.
Apenas se oyen gritos y se alzan banderas,
en el umbral aparecen constructores
con abrazos y martillos.

Del libro “Los Umbrales” (1984)





JORGE BACACORZO: 
EL POETA Y EL COMPROMISO.


[Discurso leído el viernes 06 de junio en la Casa Museo José Carlos Mariátegui, en el acto de homenaje organizado por el Movimiento José María Arguedas, con motivo del segundo año de la desaparición del poeta Jorge Bacacorzo (Arequipa el 27 de mayo de 1927; 07 junio del 2006). La carta que se muestra en la imagen pertenece al archivo del poeta Víctor Mazzi Trujillo.]




Quiero rendir testimonio de nuestro apreciado poeta Jorge Bacacorzo, situado en la generación del 50, y como miembro del Grupo Intelectual Primero de Mayo.

Jorge Bacacorzo, es autodidacta y tuvo una activa participación en la vida cultural de su ciudad natal: Arequipa. A los 19 años fundó y dirigió la Unión de Escritores y Artistas "César Vallejo" (1946), fundó el Teatro Experimental (1947) y el movimiento "Avanzada Sur" (1950). Este movimiento estuvo respaldado por Francisco Mostajo, y el maestro de arte Carlo Zamonelli Gentili.

Una de las etapas que marcó su vida poética fue en 1950, cuando siendo profesor del Colegio Independencia, participó en el levantamiento popular en la ciudad de Arequipa contra la Dictadura del general Manuel Apolinario Odría. Sufrió persecución y prisión por participar activamente en las barricadas que se levantaron para contener a las tropas que avanzaban contra la población. Desde aquella fecha consolidó sus ideales democráticos y socialistas. Aquellos ideales rigieron su espíritu poético y en la obra que publicaría tiempo después. Puede notarse su adhesión al realismo literario que se nutre del universalismo vallejiano. En aquella época el poeta Alejandro Romualdo, había escrito: “En la poesía peruana, el que no tiene de Vallejo tiene de perencejo”, aludiendo el compromiso con la poesía social, poesía comprometida con los intereses populares.

En Las Eras de Junio (Lima, 1962), la construcción del poema alcanza lo lírico con estilo propio: su universalidad se eleva desde el lenguaje popular, aquel lenguaje del imaginario popular expresado en la lengua vernácula hasta lo metafórico. Los despectivos muestran un significado que hiere la razón de la traducción: “huaracaca”, significa la bosta maloliente del ganado vacuno, pero sobre todo, identifica una tonalidad de un color de algún tipo de vestimenta que solía representarse en el orden de turno. Y, “yerbamota”, para los campesinos, identifica una variedad de especie botánica cuyos tallos son de color morado, de olor desagradable y de función perniciosa dentro de las labores agrícolas.

Con estos dos significados construye un momento poético, después del levantamiento popular, construye la condición de la ética del caído, del que a insurgido peleando por un pedazo de democracia. La sanción contra quienes han vencido a este poblador –que el poeta identifica como el obrero Chicata- parte desde lo que se denomina “la presencia”, que se registra como la condición de la celebración del recuerdo. El fragmento del poema Los cinco días, es el siguiente:


“Ay, los muertos verdaderos
ay de los vencedores;
-malvados huaracacas
hijos de yerbamota-
en cada amanecer el clarín
los pondrá al lado de un muerto
un muerto siempre mirará en sus ventanas
y en sus puertas
un muerto levantará las cinchas de su cabalgadura
y ajustará las de sus propias cinturas
Angel terrible a su costado será el cadáver
- ah guerrera paz de la conciencia-
y el pan les sabrá a sangre y hueso todos los días
todos los días de junio golpeará en su sueño
(negra catedral
campana nona Torre de miedo)
todos los días los muertos y los vivos
arañarán sus almas”


He querido destacar este fragmento por la solidez del trabajo de la metáfora: “guerrera paz de la conciencia”, un modelo de espécimen filosófico contradictorio y sigiloso: tal como la idea de conciencia en el universo, depositada en la mirada, alimentada con la ceniza de la esperanza. Las eras consistían en acumular los recuerdos, dice: “todos los días de junio golpeará en su sueño”, ese golpe es el recuerdo, el no-olvido del momento más frágil de la batalla y sus caídos, muertos llenos de universo.

Después de los acontecimientos de 1950, emigró a Lima. Trabajó como periodista de la sección cultural del diario "La Crónica". Continuo su vocación magisterial enseñando literatura en el colegio "Lima San Carlos". En 1953, sufre carcelería siendo recluido como preso político en "El Sexto", junto a otros intelectuales y destacados líderes políticos peruanos; esta dramática experiencia fue escrita en su libro inédito de poesía "La urca".


JORGE BACACORZO Y EL GRUPO INTELECTUAL PRIMERO DE MAYO

He leído algunos artículos, que hacen referencia de que Jorge Bacacorzo fue miembro honorario del Grupo Intelectual "Primero de Mayo", cuando se fundó el 7 de julio de 1956. Él pertenece a la segunda generación de poetas que se incorporaron militantemente en los proyectos del GIPM, entre ellos tenemos a: Hugo Villanueva, Alberto Andía, Jesús Angel García, Carlos Olivera, Gladys Basagoitia (Reside en Italia) y nuestro Jorge Bacacorzo. Esta incorporación “honoraria” es ficticia, en realidad, mucho tiempo antes, ya Jorge Bacacorzo estaba identificado y trabajaba con el GIPM.

Cuando en 1967, Víctor Mazzi Trujillo obtiene el premio del concurso de poesía para obreros, organizado por la ACUNI, Jorge Bacacorzo le envía una carta manuscrita, que me parece pertinente mostrarla, por la profundidad y sinceridad de sus palabras. Aquí el texto:


“Querido Víctor Mazzi,
si de algo puede servir a un poeta una felicitación,
te envío un abrazo de parabienes con nuestros amigos,
por el primer premio que has obtenido en poesía, en el
primer concurso de Literatura para obreros, es decir para
hombres doblemente humanos porque a la vez que
hacen el Perú del futuro, sueñan con el universo.

Digo, si de algo sirve, porque yo bien sé
que muy poco significan las palabras de felicitación
cuando el poeta, desde que tiene conciencia de su
valer y su misión en la sociedad, ya se ha felicitado
a sí mismo por sí y ante sí, ante la paternidad
que representa.

Estas mal hilvanadas líneas las escribo en medio
del ajetreo burocrático , y lo hago con alegría porque
saludar a un poeta proletario es doblemente venturoso:
puro aire de pueblo: alto oasis en medio
del polvo y la rutina

¡Salud a ti Víctor Mazzi cerebro obrero en
El canto.

Un abrazo

JBacacorzo.

Lima 4 de mayo de 1967.”


Esta carta la leí hace muchos años, después de fallecido mi padre, cuando guardaba todos sus escritos. Cuando el Movimiento José María Arguedas me pidió participar en este homenaje, recordé la carta y con frenética ansiedad la encontré en sus archivos, y, al leerla nuevamente, todos los recuerdos de mi adolescencia, retornaron para evocar a Don Jorge, su esposa Flor Díaz y sus dos hijos, cuando los domingos estaban de visita en la casa del poeta Mazzi en Chosica.

Toda la tarde entre cigarrillos y algunas copas de vino, conversaban sobre poesía, arte, música, filosofía y actualidad política. Se debatían las ideas con bastante convicción y entusiasmo: La poesía debía construir un futuro, debía ser representativa de los desposeídos y se clamaba por justicia social.

A veces don Jorge Bacacorzo aparecía acompañado por el poeta Eduardo Ibarra y en otras con el poeta Julio Carmona. En esas visitas salían a casa de Francisco Carrillo, Director de Haraui. En el Número 52 (Setiembre de 1979) Paco publicó un poema testimonial de Jorge Bacacorzo de su inédito: La Urca. Este poema es muy representativo, cito:


Poema 19

ESTOY solo con mi enorme ruido
descomponiéndose en su enorme báscula
a tas con tas de la madera y de narices
al aire que arde encerrado y al hedor
que sube su incienso
desde el cacharro universal
y los diarios gusanos del poniente.

Estoy solo y me escucho pasar
de balde en balde
y desaparecer un poco
en el buho que me huele y que me avisa
en el gallinazo que desde el aire ya me escarba
en el guardia que mira con ojos fugitivos
y por si acaso recuento en mis meñiques
a todas las ternuras.

Estoy solo y no sé si he de pasar
de muro en muro
Ah pero por cada banco de piedra
y día en balde
por cada posadera en los rastrillos
por cada mano que no llega a amanecer
por cada pie que no llega hasta la puerta
por cada campeón que vence a los atados
por cada sábana de bruma
por cada pájaro acertado
yo he de hacer…
pero mejor no digo
de que tamaño será el balde redentor
ni cómo la honrada furia
del vecino ha de ayudarme.

Estoy solo
Maltrecho
Pero ululo izquierdo
En mi carrete.”

Víctor Mazzi Trujillo al publicar su estudio Poesía proletaria en el Perú (1976), incluyó al poeta Jorge Bacacorzo, con la siguiente reseña: “Poeta y crítico arequipeño. Trabajador en la enseñanza. Co-fundador del grupo Avanzada Sur de su tierra natal y miembro del Grupo Intelectual Primero de Mayo. Tiene publicado los siguientes poemarios: Pan y rebeliones (Arequipa-1947), Tres poetas (Lima-1956), Azul Antiguo (Lima-1961) y Las Eras de Junio (1962).”

Este reconocimiento al poeta Jorge Bacacorzo, fue motivado por la propuesta de sus convicciones estéticas que se reflejan en los lineamientos del Grupo Intelectual Primero de Mayo. Quiero terminar este discurso de homenaje, citando estos versos de Juan Gelman:


Condecoraciones

“y alguna vez condecorarán al poeta
por usar palabras como fuego,
como sol, como esperanza,
entre tanta miseria humana,
tanto dolor
sin ir más lejos."

Chosica, 06 de junio del 2008.





MIGUEL CARRILLO NATTERI [13.636]

$
0
0

MIGUEL CARRILLO NATTERI 

(1933 - 2012)
Nació en Chincha (Ica), Perú. Trabajador bancario y dirigente sindical. Miembro del Grupo Intelectual Primero de Mayo. Publicó en los cuadernos de su agrupación así como en diarios y revistas de Lima y su provincia. Obras publicadas: El ausente y otros poemas (primera edición-1961 y segunda edición-1973), Las Manchas (Lima-1964) y Los Días Abolidos (Lima-1966).



Ah mis días abolidos

En qué oquedad la sombra mía
se retuerce
como un gemido, su secreto
difuso, muerto?
En qué alambre o riel
su devaneo
siembra el corcho de la aurora,
su silencio?
En qué barrote se hiela el frío,
de la cruz,
que llevo dentro?
Ah lisonjero pan desvanecido,
nube escapada,
que corre de mi sino
como un potro viajero
En que ojo del barrote esperas,
al asesino,
del día que se fuga
traicionero?
En que noche o en qué celda
que nunca acaba,
sonreirás de nuevo
al prisionero?
Ah mis días abolidos, alelados;
desde esta tarde
vomito fuego!




DECLARACIÓN 

No soy un vasallo sumiso
o soldado enajenado
atado
a la maquinaria guerrera.
Por lo tanto:
Dejádme vivir como yo quiera.
Soy obstinado
aunque muelan mi martirio.
Prefiero ser
inerte a solas
antes que mal acompañado.
Estoy al margen del círculo
vicioso y aterrador del mundo.
Dejádme volver a la casa
donde aún presiento la dicha.
Mi estirpe sostendrá la cólera
el próximo milenio.




MISMÍSIMO DOLOR

La sangre de los poetas decora las calles
y las mejillas de las muchachas ingenuas.

Los tiempos actuales a sobresaltos se viven
sin lugar seguro donde guardar el pellejo.

Bolsillos agujereados no tienen cabida
para una sonrisa tierna o despreocupada.

Nos quitaron todo el espacio vital
hasta los sueños hermosos por vivir.

Todo nos quitaron en esta ciudad caótica
de hombres cavernícolas despreciables.

El infierno arde intensamente
y nosotros calmando la ira fatigada
a los pobres diablos explotadores
y a nuestro mismísimo dolor escarnecido.

Nadie jamás al poeta citadino pregunta
si aliento, abrigo y amor necesita.



ARTIDORO VELAPATIÑO [13.637]

$
0
0

ARTIDORO VELAPATIÑO

Artidoro Velapatiño Castilla (Ayacucho, Perú 1947). Es profesor en matemáticas por la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle (La Cantuta). Magíster en Matemática por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Fue catedrático de la UNJBG de Tacna hasta 1995, año en que se jubila. Actualmente es docente en el Instituto de Telecomunicaciones e Informática (ITEL).
Fue miembro destacado del Grupo Intelectual Primero de Mayo. Desde su llegada a Tacna se integró al movimiento literario, publicando en revistas y diarios tacneños. Y es, sin duda, una figura fundamental de la generación del 70. Asimismo, dirige hasta la actualidad el cine club Orson Welles, desarrollando diversos ciclos de proyección fílmica en la ciudad.
Codirigió las revistas La Cossa Nostra y Canto y Seña, y es parte del comité editorial de Parásito & Huésped. Ha publicado los poemarios A tiempo completo; De entre los muertos; y las plaquetas Comandante Che Guevara, presente; al otro lado del camino.



Perlaschallay


a

Es octubre y las lluvias no han cesado
                                                         y las balas tampoco.
Los cabitos acamparon a lo largo y ancho de Totorillas, y extienden
                                                                                 [sus dominios

por todos los rincones
y cantinas de Ayacucho.
En las noches cuentan aventuras:
                                                        Cabo Yucra proclama haberse comido
                                                        las mejores cholas, por tres noches
                                                        consecutivas.

Por las mañanas izan banderas. Cantan el Himno y Salmos al Señor,
                                                                          luego los ejercicios.
“Adiós pueblo de Ayacucho, Perlaschallay,
donde he padecido tanto, Perlaschallay”.
Se rasgan las guitarras y en los cantos se recuerdan nuestros muertos
                                                                                     [frescos aún
como los duraznos. Es octubre y de las lunas, la de octubre
es la mejor.
                                               Túpac Amaru, sin sombrero, o con él
                                               (cuestión de dudas entre 7 sabios)
                                               cubre carteles de la reforma.
Y en Ayacucho no se olvida
                                               que fueron cuatro los caballos que desgarraron
                                                                                                     [el cuerpo,
que son 4 y algo más numerosos,
                                               mucho más numerosos
                                               los muertos entre junio
                                               [y la masacre.





                                                                                 b

Es noche
           las calles están silenciadas y los perros temen a traición 
                                                                        [ser pateados.
Ya nadie está seguro de sus propios huesos. Los delatores
                                                 [andan sueltos y la educación
es ahora gratuita. Se espera el gran cambio de estructuras. 
                                                                [Pero en Ayacucho
los maestros anudan al cuello mugrientas corbatas,
asfixian la tos entre polvo y tiza
beben té y ya no queda tiempo para hablar de los otros.
En las carpetas se aprende la aritmética y a contar cadáveres
y nuevos cancerberos. Los programas marchan, no os preocupéis,
                                                                                     [marchan.
“Ciertas malas voluntades, Perlaschallay
hacen que yo me retire, Perlaschallay”.
Es octubre y apenas un tiempo que hubo muertos
y asesinos. Es octubre en Ayacucho y las lluvias no han cesado.

                                                                 


               c

Los viejos cuentan historias de degollados colgados de un puente.
Aya
Cuchu.
Aya 
Warcuna. Y de esto hace mucho. 
                                                                          Mas los tiempos
                                              “Imallan novedad karukuna llaqtapi
                                                     ciertuchun gamonalkuna runata
                                                                                  [wañuchin”.
Comunidades industriales eligen fieles seguidores que no claudican
                                                                       [viejas costumbres.
Comunidades de Indios cuentan entre sus muertos: ovejas, perros
                                                                                    [y gallinas
y también niños. Pequeñitos cadáveres que no jugarán más al borde
                                                                             [de las acequias.
“Paqarinmi ripukusaq, Perlaschallay
tutam, tutam pasakusaq, Perlaschallay”.
                                              Preparan la partida entre el canto del gallo
                                              y la última estrella: la del alba.
                                              Marchan buscando mejores tiempos y mejores 
                                              Tierras.
“Causaspayqa kutimusaq, Perlaschallay
wañuspayqa manañacha, Perlaschallay”.




                                                                                   d

                                                                                              
“Canta, guitarra, canta,
                                                                                              
no te acobardes en la puerta”.
Es octubre y las lluvias van a cesar.
                   Cantarán los ríos. Fue entre octubre y diciembre
Que pasaron brazos dispuestos a quemar amos y señores.
                   Fueron pocos. Acuérdate.
Muchos los siguieron y ya no serán más
Los que en noches tristes se recuerden.
                                                                                               
“Canta, guitarra, canta,
                                                                                               
no te acobardes…”
En Ayacucho se cantan amores y también penas.
                                                  En Ayacucho se aprende a cantar a la vida
                                                  y al combate.

* El poema Perlaschallay pertenece a su segundo poemario: De Entre los Muertos, (Lima, 1973).








OLVIDO QUE NUNCA LLEGAS


Artidoro Velapatiño acaba de publicar su poemario: Olvido que nunca llegas (Cuadernos del Sur, 2011). Siguiendo una tendencia reflexiva nos plantea la comunión entre poesía y música, como momento discursivo del recuerdo de sus seres más queridos, los que ya no habitan este mundo. La memoria tiene como punto de partida y llegada a diversos géneros musicales, que van desde Jazz, tango, folk popular y telúrica del Perú profundo.

Los motivos del poeta parten de la necesidad del testimonio surgido de una experiencia personal muy profunda que ha sabido comunicar el sobrecogimiento de sucesos luctuosos tanto en su natal Huamanga, como la muerte de sus más apreciados amigos y familiares, momento que transige la soledad y su entrelazamiento en su universalidad como acto humano.

Olvido que nunca llegas trae a mi recuerdo las noches de tertulia que Velapatiño compartió con mi padre y los poetas del GIPM. Los autores y temas musicales que menciona son los que acompañaban las conversaciones sobre tópicos diversos; la emoción y el clima que creaba el ambiente musical, son momentos que el poeta ha sabido recrear y mostrarnos en el poema Ricardo III. El recuerdo, la rememoración del pasado son el motivo para rendir homenaje y mostrarnos que el poema puede señalarnos caminos insospechados donde lo testimonial se eleva en un acto tan humano y universal, que puede incluir contextos culturales tan distintos, creando una unidad de existencia.

Inserto además, un extracto de valoración del texto poético escrita por Gabriela Caballero Delgado.

Olvido que nunca llegas

Entre recuerdo y recuerdo
mato una ilusión.
Ilusión que a mí me mata
mientras más ilusión hay
¡Ay!, olvido que nunca llegas.

Walter Humala Lema.


Ricardo III

Now is the winter of our discontent
My kindong for a horse!

Ahora en el invierno de nuestro descontento
más allá de en medio del camino de esta quimera
la camanchaca agita granos de arena en el viento
y otra vez es la soledad oscura golondrina que no hace verano


ENTRE RUMAS DE DISCOS LIBROS DISEMINADOS Y POLVO
SUENA SILENTE “COOL BLUES”
              Y CHARLIE BIRD
ES ROCÍO EN LA NIEBLA
LEÑITA PRENDIDA EN LA TARDE GRIS


Ahora que no son las cinco en punto de la tarde
Ignacio sigue dibujando preludios de muerte
              sin sol ni arena
y nosotros
           sumando hechos que no suman hecho
           haciendo cuentas y son puros cuentos


SIGUE CHARLIE SONANDO SILENTE DESDE
                                       RECÓNDITOS ABISMOS
ENTRE LAS CASCADAS DE ERROL
                           Y FUERTE VIBRATO
En qué creer
en quien creer
ahora que este frío nos sacude
y mañana no es otro día
y nada es como creíamos antes de ayer
ni como decíamos ayer
y preferiríamos entonces
                  no hacer
                  no decir
                  no escribir


¡Oh Bartleby!
Ahora que sentires y decires van camino hacía Utopía
y nuestros sueños se estrellan
contra la incomparable realidad


AHORA ES “SO WHAT”
Y ESA ANGUSTIOSA SENSACIÓN DE ESTAR TAN LEJOS Y TAN CERCA
DE LO QUE SE BUSCA Y NO SE HALLA
MILES DAVIS: TROMPETA Y LÍDER
              LUZ Y SOMBRA           RÍO Y PIEDRA
               SOL Y ARENA             HUELLA Y VACÍO
                              ABSURDA PUREZA
                      MARAVILLOSA IMPERFECCIÓN
JOHN COLTRANE: SAXO TENOR
                  MULTITUD Y SOLEDAD
                  VUELO INFINITO ENTRE EL ÉTER Y LA NADA
BILL EVANS: PIANO
               RUMOR DE PUQUIAL EN LONTANANZA
               REBOTANDO ENTRE LAS PIEDRAS DEL CAMINO
PAUL CHAMBERS: BAJO
                SILENTE HUELLA DEL VENADO
                ENTRE EL FULGOR DE RAYOS QUE NO CESAN
JAMES COBB: BATERIA
              TRUENO ANTES Y DESPUÉS DEL ARCO IRIS
              TEMPESTAD EN LA ABSURDA CALMA


Ahora que las palabras se quiebran 
y las doctrinas estallan gota a gota en océanos inmensos
y las parábolas emulan sólo ficciones
y los predicadores predican en el desierto
y los sembradores cosechan vacíos y silencios
¡Que hacer! ¿Qué decir?


JOAN BAEZ
            ENTRE DIAMANTES Y MUSGOS
            ES LLANTO DE OJOS AZULES EN MEDIO DE LA LLUVIA
            SONRISA EN LA CERRAZON DE AGOSTO 


La mediocridad es piel de zapa que viste de cuerpo entero
y sólo la rutina hace labor de hormiga
y no son las cinco en punto y Salieri absuelve a los mediocres del mundo
y nada cambia y sin embargo cambian los vientos la lluvia los caminos
y somos los desterrados en territorios de nadie


SINFONÍA 25 EN SOL MENOR
                          ¡WOLFGANG AMADEUS!
                           ESCÚCHALO Y BASTA


Y ahora es entonces que nos ahoga el humo de los recuerdos
Hernán y Rosa
que se fueron como se van los días en silencio
simplemente
dibujando auroras en algún rincón de este inmenso territorio
                                                                                 [que somos
y su presencia es gotita de rocío en las retamas
que amarillan amarillando los caminos
y ya no hay ausencias ni olvido


KIRWAYO
           EN LA OSCURIDAD DE LA NOCHE
                            ENDULZANDO EL AMARGO
           CON LA CRECIENTE TERNURA DE SU TRINO
              EN LA ENCORDADA
                ES BICHITO DE LUZ
                  EN ESTE ANCHO CAMINO


Y nuevamente entonces es cuando a luz de luna
¡Oh viejo maestro!, vienen otra vez las interminables noches entre
                                                                              [tangos
de Tita o blues de Bessie
63 o más variaciones de eternos dados y caña la de las buenas
tu voz tronando entre las hojas de cipreses versos de Gelman o
Elvio y
ese rumor del Rímac tan cerca y tan cerca
y dicen Víctor los que dicen que te has ido
así de simple
que te has ido


BESSIE
       TRÉMULA ANUNCIA
           EXTRAÑO FRUTO
                     QUE CUELGA
                           DEL ARBOL
                     DESPUÉS DE LOS CHACALES
                             Y ESA SED DE SANGRE
                        ENTRE BORRASCAS Y CUMBRES
                             AMARGAS DULZURAS
EN ESTA INMENSA SOLEDAD DE GUITARRAS Y AGUACERO


Y no hay tristezas viejo amigo ni partidas
poeta
otra vez en el rescoldo de nuestro fogón
tejeremos esperanza tras esperanza
buscando quimeras
y ese asalto al cielo
que un día soñamos al pie de la vida


JULIO SOSA
             RETUMBA ENTRE ESTAS PAREDES
                          Y MAÑANA IREMOS TEMPRANO
                                SIN FLORES NI AMARGURAS
                                   CON EL SOL ENTRE LAS MANOS
                                                  Y ESA VOZ
                                                  Y ESA VOZ
Y AHORA ES GARDEL EL MOROCHO
NO MÁS SOLEDAD NI SILENCIO ESTA NOCHE


Y entonces
otra vez es la soledad un ancho río
y tú
sólo tú
eres frescura de trébol en esta inconmensurable sed
aura en los amaneceres o mediodías 
luz de agosto
en esta desesperada espera
venadita de silente y suave huella
en estas infinitas alturas donde sólo florecen cactus
y blanca y dura tierra


………………………………………


Walpurgis Nacht


                                                         Si yo pudiera unirme
                                                         a un vuelo de palomas
                                                         y atravesando lomas
                                                         dejar mi pueblo atrás,
                                                         juró por lo que fui
                                                         que yo me iría de aquí;
                                                         pero los muertos
                                                         están en cautiverio
                                                         y no nos dejan salir
                                                         del cementerio.
                                                        Joan Manuel Serrat
TRES


Es la noche no habrá más luna ni en mayo ni en octubre
cierra las puertas las ventanas cierra hora es de los cadáveres redivivos
que tu sangre nuestra sangre acechan y rondando están tu esquina
convocando está el Conde a sus lobos sus vampiros sus arpías
infestan de ratas cada rincón de tu casa
pon oídos sordos a cantos de sirena no sea que seas tú elegido
y mañana sólo seas recuerdo.


Afuera sopla el viento y aquí adentro quién sabe si esperamos
o desesperamos
noche de brujas noche de diablos de aparecidos o desaparecidos
quien duda


ayer la guitarra                       hoy rumor de balas
ayer el canto                            hoy gritos y susurros
ayer la siembra                       hoy pastos incendiados
ayer el sueño                           hoy la eterna angustia
ayer la vida                              hoy la muerte por doquier


       tiempos otros de luz y de sombra y era la poesía
       hoy es la poesía tiempos sombríos y qué lejos el alba
                 tierra mía qué te han hecho
                 qué nos han hecho amada mía.


Es la noche y no hay ya consejas en la penumbra
sólo se aguardan historias terribles o utopías que iluminados
                                                                         [profetas anuncian
Los más queridos entre los queridos
acaso no están más entre nosotros
y mañana seguiremos huellas que no serán ni rastro
juntaremos cadáveres con nuestros perros de guía.


Qué tiempos estos que sólo despojos cosechamos
que no hallamos sino lagos de Estigia o barcas de Caronte
sin ofrendas que ofrecer a nuestros viajeros
es la noche aúllan lobos y pronto llegarán sicarios
que no dejarán piedra sobre piedra
y harapientas viejas como ratas barrerán con lo que queda
o recogedores de carniceros que anuncian glorias inmarcesibles
con la guadaña de lanza y la palabra divina por escudo
te arrancarán los últimos frutos de tu simiente
o la vida misma en nombre del pueblo y de altos principios.


Es la noche tiemblan las ramas en el viento
y mañana sabremos qué fue de nosotros y de los otros.


SEIS
                                                                                            (A Carlos Falconi)


Préstame tu canto wauqechay tu canto préstame
ahora que nos faltan las palabras y los decires nos sobran
y tanto viento malo arrecia wauqechay 
y hasta los puquiales en sangre revientan
y en llanto se desangran las paqarinas
qué decir wauqechay 
y qué no decir
préstame tu canto.



                 Huamanga tierra que duele
                 grandiosa en tu desgracia


Tantos que se fueron dónde estarán
no nos queda ni tiempo para contar los días con sus noches
wauqechay 
ahora que el olvido nunca nos llega
cuando las pesadillas ahuyentan nuestro sueño
qué hacer wauqechay 
ahora que esta espera nos desespera
y qué no hacer wauqechay 
habiendo tanto que hacer como decía el Cholo wauqechay
y sin embargo
hay que vivir y ponerse el cuerpo todos los días
en esta tierra que es nuestra tierra
donde tantos muertos nos nacen wauqechay.


              La libertad es tu gloria
              tus himnos hacen la historia


Qué lejos las noches de luna cuando a la pacapaca jugábamos 
eran nuestros gritos quebrando el silencio
era nuestra la alegría la misma de la plaza de Tambo
qué lejos wauqechay y tan cerca sin embargo
con ese frío tan intenso y ese rumor del agua lejano
y ese temblor de molles y alisos en el viento
y ahora cunanqa wauqechay 
imataq kay willaykuway wauqechay
qué noches son estas hermanito
noche de cuchillos largos
cuando los muertos son asesinados y los cadáveres degollados.


           Taytachas rikchapakuchkan
           chakinsi paskarikuchkan


Y aquí no ha pasado nada dirán
tal vez sea como en Macondo sólo cuento de locos o borrachos dirán
wauqechay
donde los muertos son sombras de tiempos que nunca fueron
así dirán hermanito así dirán


Y ayer íbamos a los ríos atarraya al hombro
buscando truchas donde había y donde no había también
juntábamos guindas duraznos nísperos peras capulís
y no eran de viento nuestros molinos de cabuya eran
¿te acuerdas? wauqechay
ahora sólo despojos y llanto y no más diáfanas lluvias
ni arco anunciando el iris colores de la vida
qué juntar sino cuerpos aún tibios
qué juntar sino wawas sin padre ni madre
sólo recuerdos wauqechay sólo recuerdos
¡ay! Olvido que nunca llegas.


            Sonqonsi rauray raurachkan
            ñawinsi kausaypakachkan


Cada guitarra canta
no te acobardes en la puerta
las noches son largas wauqechay
pero terminan hermanito al canto del gallo terminan
otra vez buscaremos truchas en el río
y serán los peces multiplicados
sacaremos papas de la pachamanca como flores que en el río flotan
bajaremos nuevamente por las curvas infinitas
a Tambo y juntaremos lo que juntar debemos.


             Ñaqañas qatarimunga
                manañas waqay kanqachu


Templa tus cuerdas wauqechay
alista tu canto
mañana de mañanitas habremos nuevamente que cantar
y serán las trillas regresadas y abriremos nuevas sequías
y habrá que cortarse árboles otra vez como siempre
y para nosotros habrá también mañana
y habrá cuándo
y ya no serán las dichas de contrabando.


          Llakitas paywan tanqasun
               intilla lloqsemunanpaq


Todavía llora el Torobamba
y cómo no wauqechay 
tantos que se han ido hermanito
que nunca habrá para ellos ni pequeña sombra de olvido
todos están en el aire en el árbol en el lucero en la retama
Rasuwillka con su eterna nieve
testigo es de tanto sombrío tiempo
de tantos huesos en la tierra esparcidos
y aún habremos de cosechar tanta tristeza.


              Lamarpis supay llamkaschkan
                  Huantapis sonqolla rauran


La oscuridad de la noche es triste, es verdad
en esa oscuridad vivimos
pero del llanto viene el agua purita
y de la sangre crecen frutos
wauqechay
Incarry juntará sus miembros mutilados
éstate seguro hermanito
hablarán los Wamanis
y los Apus nos escucharán como antes.


                       Cuerpollas qoñilla kaptin
                       manañas qanra kanqachu


Cuando estemos todos juntos wauqechay
como antes ¿te acuerdas? hermanito
como antes cuando juntos todos estemos
y regresen nuestros muertos y con ellos nosotros
wauqechay abriremos nuevos surcos.


                        Takllata qapiykullaspas
                            allpata wuachachillanqa


Nuestro cielo limpio como agua de paqarina
será nuestro como antes
cuskam takisun wauqechay llapanchik kuska
hermanito
kusi yachachiq kallpa wiñachik qatun takiwan
wauqechay.




MARTÍN PARODI [13.638]

$
0
0

Martín Parodi 

(Tacna, 1945) es un caso ejemplar. Su único libro édito: Futuro pretérito (1975) pretende irónicamente señalarnos la otra vertiente del futuro, es decir el pasado, que siempre es un presente fugaz y escurridizo. Afrontarlo es el desafío, la tentación de responder por una voz múltiple ajena a lo mítico y fantasioso, pero inmersa en una problemática universal:



El hambre es un artículo 
de primera necesidad
que sólo lo consumen
los pobres.

(“Axioma”, p. s/n)



A la brevedad cortante se suma la causticidad, la definición original que persiste:



Si prestigio y dinero
es lo que usted
desea
Nosotros podemos ayudarle
a conseguirlos:
Compre la lotería
de la nación
y colabore
con el progreso del país
siendo un nuevo millonario.

(“Slogans”, p. s/n)



No puede negarse la buena dosis de humor, acompañado del enfrentamiento a situaciones que el poeta conoce a perfección:


Marx y Lenin:
Sí, camaradas:
Dos
que se hicieron famosos
con nuestros problemas.

(“Periplo”, p. s/n)




Como se ve, Parodi no rechaza a secas, pero tampoco acepta pasivamente las ocurrencias de una realidad inmediata, su “realidad” forjada desde su puesto de trabajador de tapicería. De ahí porqué afirmábamos que era uno de los pocos casos que se ventilan en el frente cultural del país y que es necesario estimular. El primer paso ha sido dado es una valiosa sorpresa. 


ASHLE OZULJEVIC SUBAIQUE [13.646]

$
0
0

Ashle Ozuljevic Subaique 

Nacida en Santiago de Chile en 1986. Licenciada en Lengua y Literatura Hispánica en 2008. Actualmente reside en La Serena (Chile).




EL LIMBO SE ENCUENTRA EN AVAROA

Ashle Ozuljevic


Papeles escritos antes/durante/tras el adiós



[Sucre

I

Venirse a Bolivia
comprarse una moto
y una manta
       no un gorro
       no unas sandalias
recorrerla de a poco
a un ritmo propio
quedarse entre su gente
respirar su mismo aire
-esa frescura incomparable del altiplano-
calarse hasta los huesos
y fumar en medio de sus lloviznas intermitentes
comer lentamente
sonreír
llevar la procesión por dentro
esta procesión mía que aún no logro nombrar ni delinear
                                                           pero que sospecho
y comenzar 
misteriosamente
a tener cara de fiesta
entre sus grises habitantes
sonreírles y dejarlos quedos, plantados de sorpresa
ser una vez en este país serio
ser alguna vez
una estrella distante
y olvidarse de todo
y seguir respirando





[Sucre

II

Qué sería de Bolivia sin sus tradiciones
sin los carnavales
sin las comadres
sin las trenzas
sin las peleas
sin los faldones
qué sería de una nación sin tradiciones
más que un puñado de gente sola
y muda





[Isla del sol

III

Abrir los ojos
y verlo teñido de rojo
por la luz que se cuela a través de la ventana
(en este momento se está afanando galletas y pan duro)
tener de fondo un soundtrack argento
                                      y altiplánico
(me pasa una taza de té con canela en este minuto)
con ni una sola puta promesa
sólo sonrisas
y ese cosquilleo idiota
del futuro extrañamiento
palabras hinchadas de sinsentido
y de un poquito de verdad
y la ignorancia pegada a las pestañas
como anteojos de sal





[Isla del sol parte sur

IV

No ir a Perú
ni a Uyuni
ni a la parte norte de la Isla del Sol
sólo quedarse aquí
            [en la cama
              en medio del Titicaca
              sin tiempo
              ni comida
              ni voz





[Agua del lago Titicaca

V

Mirar hacia atrás
sólo para estar satisfecha
de lo que ahí ha quedado
retornar al pasado
con el único fin de tomar otro rumbo
dar vuelta la cabeza
y sonreír
despedirse con los ojos
hacer ‘chau’ con la mano
no un ‘hasta pronto’
ni un ‘nos vemos’
sólo arrancar de todo aquello
que para eso hemos venido
que para abandonarlo he nacido





[Uyuni

VI

Te vas y puedo al fin ordenar mis papeles
mis envases de helado y de chocolate
mis notitas al pie de página
mis días en el calendario
te vas y puedo por fin ordenar mi ropa
y los obsequios que he comprado
mi cabeza
sin embargo
se desordena, volviéndose mis pensamientos un caos
como el agua del Ojo con el viento potosino
como un par de mochilas a medianoche en medio de la ruta Potosí- Uyuni.

Mientras, tú
pobre niño
duermes solo en el bus vacío
porque has de saber
que si yo no viajo junto a ti
nadie más 
va a tu lado





[Uyuni

VII

Pienso en tu voz 
y en tu cara al cantar
la mueca de tu boca
la pequeña juntura de tus párpados
y los dedos corriendo excitados sobre algo que no soy yo
“¿y si no le contamos a nadie de esto y se queda… cósmico?”
¡Pues a nadie le contemos!
dejemos que el salar se lo lleve todo
que no queden huellas sobre el Ojo de Inca
que el verde de Sorata se lo trague 
y lo guarde ahí
donde no mataron al Che
justo en esa casita
donde no nos enamoramos
donde nosotros sí 
fuimos asesinados





[Uyuni

VIII

La angustia de saber que no habrá más
que fue aquí y ahora
sin un mañana ni un allá
ha dado paso al terror del olvido:
no sé ya (han pasado sólo un par de horas)
qué fue lo último que me dijiste
Ni cómo fue que me dijiste que me querías, desde arriba del bus
(te tocaste el pecho y me apuntaste, como hacen todos)
Dormiré, entonces 
pensando tu rostro
el color de tus mejillas
el timbre de tu voz
y el tacto de tus manos
Dormiré así cada noche
te soñaré con los sentidos
en cada viaje
hasta que seas mueca
hasta que seas ícono
hasta que seas luz artificial
y dejes de ser sol
y te consumas entre estallidos
y te idealice
y seas otro
el mejor de todos
por ejemplo
aquello que nunca serás





[Uyuni

IX

Besos sin sal

Te ofrezco la mejilla izquierda
y veo cómo desde el bus te erizas 
exagerado
y nervioso
te lanzo, entonces, un beso
que sé que te llega justo debajo del bigote
que ya no me picaba
y que nunca te cortaste
como nunca fuiste a Rurrenabaque
ni a Cocha
ni a Sucre
ni a la selva de Santa Cruz
porque la verdad,
es que te viniste conmigo
detrás de mi mejilla izquierda
y de mis grititos
de mis panes con tomate y mayo
y de mis besos
sin sal





[Potosí

X

Auriculares

Caminar por el Potosí detenido
escuchando mi música
mi pedazo de vida propia y exclusiva
creyéndome en una burbuja
donde tengo plata
y no hambre
donde no extraño
ni siento rabia
ni frustración
Bailar, incluso
un poquito
en la plaza de la ciudad
y reírme sola
un poquito
de verdad







[Avaroa

XI

Al menos por un tiempo

No querer dormir ni despertar con nadie
que no tenga tus ojos
que no seas vos







[La Herradura

XII

Promesa

si vienes
prometo
tejerte una bufanda más linda que la que te robaron en La Paz
para que por fin olvides esa 
y todo el resto
de tus pérdidas
y de tus carencias
y prometo
esperarte con un mate caliente y amargo
para que no te sientas extraño en mi casa 
en mi mesa
en mi cama





[La Herradura

XIII

Ganas

de tomarte la mano y sentarte a mi lado
sentarte sobre mis piernas, de ser necesario
y pasar tus dedos por sobre mis escritos
por sobre las pecas de mi piel
por sobre mis párpados
levantarnos y hacerte un recorrido brillante por mi casa brillante
donde brillantes son los objetos que he comprado pensándote
una casa llena de vacíos 
brillantes
que he pensado rellenar cuando tú vinieras
espacios que te esperaban con una paciencia que yo no tengo
libros
álbumes
fotos que he premeditado para ti
si es que te dignabas a venir a cumplir tu promesa

Tomarte de la mano 
cubriéndote los nudillos con mi palma
y hacerte acariciar este universo pequeñito
que he dibujado albergando la idea de que te agrade
de que realmente no quieras irte una vez que lo conozcas
que no sea necesario atarte a la cama con candados 
de llaves perdidas
con mordazas
con vendas

Tomarte de la mano
sentarte a mi lado
o sobre mi falda
tenderme yo sobre tus rodillas
y no decir nada
finalmente
jamás anunciarte siquiera
cuánto te he extrañado
cuánto te he pensado
cuánto te he escrito
seguir con mi discurso de incredulidad
y decirte que no entiendo 
cómo
una persona 
puede
amar a otra.





[Antofagasta

XIV

Me escurro
y me aburro 
Me acostumbro a las reglas severas de este juego complejo 
que es la soledad 
Afino mis manías
selecciono nuevas mañas invento excusas 
y peros
me vuelvo inasible incluso para mí misma 
pierdo la fe las fuerzas y la voz 
Me acostumbro a limpiarme las cenizas 
tras apagar el fuego a punta de silencios y abandonos
Decido, apretando los dientes 
morir con las botas siempre puestas







[Santiago

XV

no es lindo el amor
el amor no es lindo
porque es asimétrico
imperfecto
e invisible
porque no puede describirse
ni captarse por ningún sentido
no es lindo el amor
porque el amor no existe
es indetallable
e insípido

lo lindo es ver a dos personas que se acarician
o mejor, que alguien nos acaricie
lo lindo es ver que dos personas se acompañan
o mejor, que alguien nos acompañe
lo lindo es ver que dos personas se hacen mutuamente felices
o mejor, hacerse mutuamente feliz con alguien
no es lindo ver que dos personas se satisfacen sexualmente
mucho mejor es ser satisfecho y satisfacer ese placer hedonista
que es lindo
porque aunque no sea simétrico ni perfecto
se capta por los sentidos
posee un sabor
y puede ser largamente detallado

lo lindo no es el amor
porque el amor no existe
lo lindo es la complacencia de esa retahíla de necesidades que significa ser ser humano
lo lindo es la complacencia de esa retahíla de necesidades que significa ser mujer
lo rico es la complacencia de esa retahíla de necesidades que significa ser yo
lo rico 
que está lejos
lejísimos de ser lindo
es la satisfacción
que nos deja mudos
sudorosos
enroscados
y feos.





[La Herradura

XVI

Anoche soñé contigo
o tal vez hoy 
(siempre dudo, cuando sueño, si ocurrió anoche u hoy)
venías a Chile
trabajabas en una panadería
cerca de la casa de mi abuela
Conocías a mi familia
que, entorno a una mesa
comía comida china.
Nos mirábamos
sentíamos 
un temblor extenso
un terremoto breve y potente
no temíamos
nos tomábamos de la mano
y no temíamos
más bien, hacíamos el amor debajo de una mesa de madera en el sector de picnic de un colegio 
que en el sueño había sido mi colegio 
lo hacíamos lento
era de noche y el aire estaba gélido
no sentíamos frío
nos abrazábamos
y no sentíamos frío
más bien veíamos como cada vez oscurecía más a nuestro alrededor
la gente se retiraba del lugar
sin prestarnos atención
nosotros
no nos íbamos
ni nos apagábamos 
jugábamos al cíclope
y comenzábamos a centellear




[La Herradura

XVII

Ayer
(estoy segura de que fue ayer y no hoy)
decidí dejar de esperarte
decidí comenzar mi olvido
comenzar el adiós
No me interesa que tú ya te hayas despedido
o que no te despidas nunca
no me interesa que no te interese despedirte
ni saludarme
ni saber de mí
no me interesará en adelante que no me odies
ni siquiera me interesará
-lo he decidido-
que me quieras
como has dicho quererme
como crees quererme
ayer decidí que no me importaría más nada de ti
(estoy segura, segurísima de que eso fue ayer)
Así que procura no aparecerte más en mis sueños
no intentes ingresar por ahí a mi cabeza
ahora que he decidido que la puerta de la conciencia se ha cerrado para tu imagen
no te metas en mis sueños
lo repito
ni en mis deseos
ni en mis planes
no seas peor de lo que eres
permíteme concretar
esto que he decidido
ayer
justo antes de soñar
que hacía contigo 
el amor




[Pisco Elqui

XVIII

Un día dejarás de recibir noticias de mí.
dejaré de escribirte cartas
dejaré de relatar cuentos para ti
dejaré de hacerte saber por versos 
cuánto te he querido
No tendrás más noticias sobre mi persona
no hallarás un rastro más de mí sobre la tierra
no entenderás nada
como siempre
no sabrás si la enfermedad me ha vencido;
simplemente desapareceré para ti
sin que nunca puedas rastrear una huella de lo que fue mi vida
y ese día no habré muerto
ese día no habrá dejado de latirme el corazón
necesariamente
pero ese día para ti comenzaré a ser un cadáver
carne seca donde desaparezcan mis pecas
porque ese día yo habré decidido cortar 
el hilo de Ariadna

Sabré bien lo que estoy haciendo
sabré que después de eso no hay vuelta atrás
me conozco
y sé que a mis muertos no los entierro
pero tampoco los revivo

Tú no tendrás conocimiento de nada
sólo te enterarás de que no te enterarás más de mí
y no podrás nunca saber si he muerto
o si ahora soy el peso sobre cada cuerda que tenses
si soy el silencio de cada noche 
afuera de tu ventana
en esa casa que nunca conoceré




[Viña del Mar

XIX

Lazarillo no vidente
colillita de cigarro en un bolsillo
te hablo para decirte
que si necesitas ayuda
yo podré dártela
que si necesitas una mano
                        para esposar a la tuya
la mía estará disponible
que si precisas de un hombro
                        que lleve tu viola
puedes, lo sabes, contar con el mío
que si te hace falta alguien
                        que detenga los autos en mitad de la noche
para llevarte a urgencias en un país desconocido
puede ser mi cuerpo
el que se agite en la penumbra de la periferia urbana

y que si quieres un impulso 
            para decidirte a cambiar tu vida
y que si quieres un motivo
            para abandonarlo todo
y que si quieres un insulto
            un dolor
            una herida
cuenta con mi voz
                        con mis dientes
                                               con mis uñas
pero si necesitas tiempo
olvídate del mío
dulzura
cariñito
niño

Porque, Lazarillo, ni te amo
ni te amaré

yo sólo necesito pasar mi vida a tu lado
yo sólo te necesito
a ti
y a tus cuestionamientos de mierda
a ti
y a tu ilógico humor aburrido
para poder seguir siendo la idiota que soy
para no terminar nunca de escribirte mientras
husmeas por encima de mi hombro
para nunca dejar de llamarte
dulzura
cariñito
niño
para, en definitiva
tener siempre un rostro
al cual mentirle de madrugada




[Valparaíso

XX

No tenemos nada
pero si lo tuviéramos
si así fuera
y necesitáramos fuerzas
yo bien puedo
hacerme cargo de todo

yo podría
llevarte al hombro
en mi mochila roja
y pasearte por mi mundo
hasta que los rayos del sol te entibien
hasta que la lluvia
te desesperece
yo bien podría
subir esta cuesta 
que no tenemos
escalar cada paso
que no damos
hasta depositarte en 
la cumbre
para que el aire fresco 
te lave la cara
y te abra los ojos

yo bien podría
cariño
alimentarnos si fuésemos
nosotros
eso que no somos
yo podría
-estoy dispuesta-
abrazarte
y darte ánimos
secarte las lágrimas
y acariciarte el pelo
si tuviésemos algo
y tú lo necesitaras
               pero no tenemos nada




[La Herradura

XXI

Amanezco enferma
Tengo las mejillas calientes
y toda mi piel es una fiebre
Anoche soñé contigo
me decías que querías venir
que me querías 
pero yo ya no podía, ya no puedo 
creerte
              ni contestarte
la duda me ha molido los huesos
              y me ha quitado la voz




[La Serena

XXII

Contra

Ser feliz 
no con alguien
ni por alguien
sino contra alguien




[La Herradura

XXIII

Toda muerte es segura
la vida
es una muerte lenta
y segura




[La Serena

XXIV

Compañeros
camaradas:
los he defraudado
he fracasado en la misión que me había encomendado:
he sucumbido al amor
                 no merezco sus parabienes
repito, los he defraudado
ahora, sólo queda el silencio 


http://letras.s5.com/avar101014.html









AIXA RAVA [13.647]

$
0
0

Aixa Rava 

Nació en Río Grande, Tierra del Fuego, Argentina  el 3 de enero de 1982. Publicó algunos poemas en antologías, como el Sexto Encuentro Literario Internacional (CEN Ediciones, 2005), y participó durante el año 2010 de la sección de microrrelatos “Cuentos Pulgares” de la Revista eSe (Rosario). Desde 2013 colabora como redactora y cronista en Revista Kundra y el portal cultural Baires Digital. Es Profesora en Letras y Profesora de Español como Lengua Extranjera, aunque actualmente se dedica a la corrección de textos literarios y técnicos para varias agencias de traducción y a la escritura. Su primer poemario, Barda (2014), forma parte de la colección Pippa Passes de la editorial Buenos Aires Poetry.





Tierra del fuego

La luz rodea el verano en el recuerdo,
aquí la sombra deambula con los niños;
entre turberas y fiordos, los glaciares
hacen que el hielo se vuelva un enemigo.

En esta isla, la sangre se congela,
la piel se raja, la voz se hace chillido;
y hasta las bestias, las plantas, los caminos
creen que la nieve es ajena al paraíso.

Y es que no hay cardos, sudor, no hay regocijo
de tambos, de granjas ni de silos;
y si hay un sol, un día, una tarde,
se esconde junto al hierro sin aviso.

Jugar es cosa de adentro, no de plaza,
y a nadie se le antoja el infinito,
que está en el mar, en el nombre, en la bahía,
en todo el viento, y también, en todo el frío.

En un domingo de bosque y costa espesa,
la libertad una rama de lenga 
quiebra
con la ilusión de salir y no encontrarse
con el blanco, el gris y la tristeza.

La isla para el niño es una cárcel
con gaviotas, nutrias y orcas muertas, 
un exilio, un castigo, una venganza,
que en el sur de estos pies dejó su huella.




Tempestad

Detrás del vidrio se entroniza el gris,
en una superposición de formas de cemento,
de humedad que chorrea y se hincha,
de grietas que enmudecen y agudizan.

El verde más verde se mueve y se moja,
siente el frío temblor de las hojas
y narra
entre las ramas
impulsos de manos, pechos blandos, encrucijadas.

En volátil sedición, destiñéndose
las nubes se evaporan desiguales,
ultrajadas, proteicas, desmembradas

—más profundas son las líneas
cuando están desdibujadas—
y suman manchas más grises,
más lilas, más blancas
para enterrarse en el cielo.

La calma sin combate se adueñó del tiempo,
presumo un suicidio de pájaros y ecos.




Horizonte

Bicicleta y pedaleo
veo pasar la piedra
toda cortada en figuritas,
veo el cemento y las baldosas,
la tierra bajo mis ruedas
de triciclo
pedaleo
y me alejo porque no quiero
pero quiero
llegar al campo, rascar el cielo.
Perderme
entre los maíces 
que grises se van poniendo
y entre semillas 
y tallos —tumbas, 
trigo, puentes, bayos
punzar el horizonte
muy lejos
muy alto
y en un punto 
desbordado nubloso extremo
quedarme porque me siento
muy afuera 
y muy adentro.




Canto

El viento hace temblar los destellos de las hojas
—remansos de una magia antigua 
se destiñen con la lluvia —tan esperada.

El agua enturbia la esencia
de los árboles,
arrastra la memoria a los abismos.

Las antípodas se derrumban,
desaparecen los enlaces
—bisagras ocultas—

la tierra dista tanto del cielo

y las huellas susurran
desde todos los huecos
de la barda
—cierro los ojos, siento
las fricciones del tiempo.

La luna se aferra a lo eterno
y esmerila sus bordes con el viento.





Barda

No escucho más que la voz
del viento,
la veo quebrar
instantes como frutos secos.
El valle —un infierno verde—
nos hunde en este desierto 
y son dos
los cauces que irrigan tu perfil bermejo.

Yo corrí esa piel muchas veces,
me enredé entre alpatacos
y le di mi carne a las espinas.
Pisé —y resbalé
tus piedras sueltas
y el hueso de algún cocodrilo
enraizado en tu vientre.
Desde el mirador, junto al canal de la ciudad
y la avenida, vi extenderse el campo de golf 
—otra conquista
sobre tu parte dormida.
Me sentí libre en tus venas
—creo que también me sentí presa
y me fui antes de morderte más las uñas,
un intento voraz
de escaparle a la locura.



En constante retorno

Vuelvo a los sueños eternos de los veranos,
al cálido roce de las colchas rojas
sobre el piso helado.
Vuelvo a tomar la leche de las botellas,
a comer masitas de latas negras.
Entre la lluvia nadan unas memorias
y en una gota cabe todo el universo,
en una gota que me trago,
cuando cierro los ojos y adormezco el pecho.

Las baldosas bajo mis pies diminutos
son rojas —mis zapatos, negros.
A veces no sé si es cierto lo que veo,
las imágenes se funden con los hechos.
Sólo sé que vuelvo como un pájaro,
me extravío en los silencios.
Vuelvo al centro de la ausencia
y me construyo con ecos.



-Estos poemas pertenecen al libro Barda editado el 2014 por Buenos Aires Poetry.






DANIEL TAPIA [13.648]

$
0
0

DANIEL TAPIA 

Nace en Santiago de Chile el 6 de agosto de 1980. Tuvo estudios de literatura en la Facultad de Filosofía de la Universidad de Chile.



Libro La antología de los extintos.

  

CONJURO

Tú eres el regalo que han forjado para mí las pequeñas voces.
Tú eres la fábula que ha creado el pensamiento mordido,
la cadena que embriaga el rumbo del destino cuando permanezco en soledad.

Hija de las aguas cortadas por el filo de la luz
¿qué haces sumergida en esta piedra tan profunda?
Compañera del robusto sol primaveral
¿qué pretendes encontrar en el abismo de tus ojos?
¿qué quieres desenterrar en los incoloros sueños de los hombres?

Hay una certidumbre que sólo vive en el barco en el que viajas.
La tarea del que carga un ataúd en sus espaldas
es hacerlo caminar hacia la penumbra,
no encaminarlo hasta la llama de sus días.

En la proyección de la tormenta habita el que huye de su ángel,
el que huye de sí mismo acompañado de sus Furias,
cogido de sus manos, atrapado entre sus mantos.

Yo soy el pequeño regalo que han forjado para ti otras Voces.
En mis manos he creado un refugio momentáneo,
capaz de soportar las caricias de la tempestad.

Si quieres, aquí está el obsequio, aquí está el refugio.
Si quieres, ahí está la tempestad, frente a tus ojos,
siempre ha estado soplando en tus pestañas.
No huyas, frente a ti hay una antorcha a la que debes acogerte.
Tu regalo y las Voces están en tu baúl
y la tempestad aprende a temerte y a alejarse poco a poco.

Para Sofía Gonzáles.

  

LAS SEÑAS DEL OTOÑO

Otra historia se hila en este lugar.
Otro traje se puso el otoño para darnos el veneno.

Cuando la estación es ocre
y los signos en la piedra atraen a los pájaros
y les sugieren que coman gravilla,
se oye un himno de hombres que gime preguntando
"¿qué se hace? ¿a quién se acude?"

El sol suele responder que nada, que a nadie
y te quema suave para que conozcas tu soledad.



HIMENEO

Recuerdo con especial ardor
el sonido de tu cuerpo
y el rocío de tus manos sobre mi espalda.
Izamos nuestras banderas,
flameaban a la par.
Tu cuerpo bajo el mío, una ciénaga.
Contemplamos el producto del placer.
La tarde nos ofreció un raro enlace:
el sol se heló al entregar sus brasas a la luna.
La sangre derramada sobre las flores azules
no fue signo de violencia,
tampoco el resultado de la situación.
Dos cuerpos que se agitan así
pertenecen a la antología de los extintos.
La estructura es parte de la entrega.
El rito se repite siempre.



UN ESPEJO DE MIS SUEÑOS.

La lágrima que se derrama
es luz, no tinieblas.

La lágrima que cae
es un ángel que me cuida sin pretensiones.
Rueda a través de círculos
que se tocan sin acariciarse,
para caer en un prado yerto.
Hace crecer la ortiga que hiere
y la flor que derrama sangre y se marchita.

La lágrima es un mal que necesito,
una mujer que me consiente.
Tiene caras que no quiero ver
y muestra la cabeza de los alfileres.
Río que busca el descanso
en un estuario inexistente.

(Simula a la semilla que no vuela con el viento.)

La lágrima que cae
es un espejo de mi faz quebrada,
me muestra que sonrío hipócrita
cuando lloro como lloran los hombres.

Este espejo necesita un océano que lo abrace
sin dejar húmeda la orilla de esta playa de cristal.

  

VIAJE DE LA MIRADA HACIA LA VOZ.

¿Quién dijo que el tránsito de la magia no era tal?
Y si el tráfico entre mi pupila y la tuya,
y si el choque en la esquina del espasmo penetrante de tu iris como espada,
la locura de una nota anudada al alambre prodigioso de tu cántico,
proponen que en los labios debe haber rubor,
que en las mejillas existe un ardor inocente,
proponen que el relieve de la célula ha sido contactado con la niebla del aliento.
¿Quién puede explicar el regreso de este rocío a esta espina?
¿Quién puede explicarlo sino tu canto, sino tu voz?






"Ki" de Daniel Tapia

El sueño de narrar la vida

Por Leonardo Robles
El Mercurio de Valparaíso, domingo 11 de Enero de 2009, página 28.



"Ki" es un libro con la pretensión de no tenerla, atravesado por un tono existencial que fluye como si no le importara.

Poemario impregnado de una poética de lo cotidiano, contaminado por el registro de las noches en las que el autor escribe ante la imposibilidad de poder hacer otra cosa y se dedica a responder una carta venida desde su infancia infectada de respuestas sobre sí mismo.

El poeta entabla relación a través de su poemario con el músico Charles Mingus y Violeta Parra; con los cineastas Ingmar Bergman, Andréi Tarkovski y Werner Herzog, lo que otorga un aire de crónica con elementos audiovisuales a su obra, donde Tapia sueña con su propia película, un drama inevitable construido con elementos de esperanza anudados por la penumbra, que bebe de su imaginario cinéfilo y de una cierta solemnidad de la simpleza que recuerda por momentos a algunos poetas mapuches.

El autor crea una simbiosis entre la prosa y la poética mediante su obra. Ejemplo de esto puede apreciarse en un extracto del poema "Tradición paternal": "Lee a tus hijos y aprenderás como escribes. Tus talones limítrofes en la arena de la playa, el beso que le dabas cuando tenía hipo y una pena intraducible. Escucha también que cada ola es diferente, con las rimas de una madre y un padre que te sueñan y todo por la marejada... debiéramos conversar como el vaso y el vino...".

Tapia es un talento porteño que merece atención, así como las Ediciones Perro de Puerto. Un escritor y una editorial emergentes plagados de buenos augurios.


(selección)



MELODY

Los domingo, mi abuelita se levantaba temprano. 
Hacía el aseo y el almuerzo luego para poder ir a visitar a mi bisabuelita en Lampa. 
Antes de limpiar, ponía en su radio los cassettes de música clásica 
que venían con la revista Ercilla (qué revista más mala, no?). Esos que traían un librito con la biografía del compositor. 
Creo que a ella el que más le gustaba es el que se apellidaba Brahms. 
Ella no sabía ni pronunciarlo, sólo ponía play en la cassettera y tarareaba los temas mientras barría y sacudía los muebles. 
Con mis hermanas y mis primas éramos niños. 
Yo ponía atención, lujosa atención. 
Ahora es difuso: eran las Danzas Húngaras, parece. 
Cuando las escucho cierro los ojos, abro la ventana, entra el viento al living de la casa de mis abuelos, veo el patio y los mantos de Eva, los cardenales y las hortensias, a la madreselva que crece verde, los gladiolos y la ruda y la menta y el palto. Los palos amontonados de mi tata, el damasco alto y macizo, la tierra regada y el barro. A mi perro Bambam mordiendo mis pelotas de plástico, la llave y la manguera naranja, a las niñas todas cochinas y comiendo plantas en las tacitas plásticas de té, a mi mamá y a mi abuela a través de otra ventana, muelen el choclo y guardan las hojas para las humitas. El olor de la albaca predomina. Y el de la ruda y los damascos maduros. 
Eso está en mi cabeza cuando las oigo, 
en vez de gente danzando húngaramente.




SILLA EN EL CIELO

Para Charles Mingus

Que se me permita recordarte para que no valga más el lápiz, 
pithecantropus erectus, ¿por qué iba a estar tan alta tu silla?, 
bendito esquizo de la fauna de los genes, en tu distorsión 
musical metonímica. Por qué iba a ser tan largo el camino a tus 
cuerdas, tú sí sabes de poesía / Anarquía seas.






Fuera de precio
Presentación de “La contru de mi alma” poemario de Daniel Tapia
Hebra Ediciones, 2014

Por Jaime Pinos 



Vivo como en un cuento de Bukowski/ Hago como que trabajo en una inmensa obra de construcción/que recibirá a 840 familias en un sector periférico de Valparaíso/Nuevamente como que soy guardia por unos cuantos morlacos más de los que me pagaban en la librería del mall. Este libro, este libro bitácora como lo define el propio autor, se sitúa en el contexto de esa experiencia. Trabajar por dinero. Vender la propia energía a cambio de recibir un salario, siempre escaso, siempre insuficiente, al  final de cada mes. Esas son las condiciones de vida para casi todo el mundo. Vivir para trabajar, trabajar para pagar. Vivir como en un cuento de Bukowski: Me parece que la vida está totalmente desprovista de interés, y esto sucedía especialmente cuando trabajaba ocho horas por día. La mayor parte de los hombres trabajaban ocho horas al día, y tampoco ellos amaban la vida. No hay ninguna razón para amar la vida para alguien que trabaja ocho horas al día, porque es un derrotado. Este libro habla de esa derrota. La derrota de casi todo el mundo en un país donde, como escribió Henry Miller, ganarse la vida es perderla.

La contru. Escenas de ese mundo, de su vida cotidiana: Una cuadrilla de hombres de cascos amarillos se refleja en las pozas y el traqueteo de la maquinaria pesada es una música odiosa y turbia. Por unos pocos pesos, cada uno de ellos hace su trabajo, ocupando su cuerpo de obra, arriesgándolo todo, por unos pocos pesos. Un mundo que es presentado aquí como un ámbito hostil, violento, que funciona según el código de hierro de una colonia penal: A las 8 en punto de la mañana debemos ingresar a la obra/(de ahora en adelante CENTRO DE RECLUSIÓN)/Necesariamente estampamos la firma en el libro de asistencia/(de ahora en adelante REGISTRO DE LOS REOS)/para ver así cuánto sale a pago a fin de mes. La contru. Un mundo donde campean la arbitrariedad y la explotación. Donde los seres humanos valen según sea el color del casco que llevan puesto. Donde rige sin contrapeso la voluntad de los dueños y los jefes. Donde los que trabajan con la cabeza descubierta viven bajo la amenaza constante de recibir una dentellada de los blancos colmillos de los capataces: Circundan en sus blancas camionetas/los demonios de blancos cascos, blancos colmillos/Zumban igual que zancudos/en un festín de sangre obrera.

Chile, su mundo laboral. Un país donde, a más de veinte años de la dictadura, el derecho a huelga es aún meramente nominal. Donde el abuso es la ley. Desde ese ángulo, este libro podría inscribirse en la rica y larga tradición del realismo social chileno. Leerse como un registro de la sobrevida de los explotados, de los hombres oscuros.  De esa tragedia cotidiana. Gente para quien la vida, como escribe Bukowski, ha llegado a estar totalmente desprovista de interés: Damos pena. Ellos hacen su trabajo/Yo hago mi trabajo, escribe Tapia.

Sin embargo, creo que la fuerza de este libro radica, en gran medida, en la mirada de quien escribe esta bitácora. En su esfuerzo por rescatar, a través de la escritura, los pequeños gestos de humanidad que dignifican y salvan a quienes trabajan en esta construcción. Nombres propios. Más que personajes, personas con nombres y apellidos, con apodos y oficios. Maestro Bendiciones, Montecino, Espinoza, Maestro Alessandri.  Luis Zenteno (jornal) Juan Aros Padre e hijo (nochero), Fernández padre (excavador) Fernández hijo (pintor)  No hay sociología en estos textos. Lo que hay es experiencia y sensibilidad. Sensibilidad para retratar las vidas de quienes las han perdido, embrutecidos por el trabajo asalariado. La experiencia de haber estado allí, de hablar de un mundo que se conoce porque se ha sido parte. Porque, compartiendo la misma suerte, quien escribe ha llegado a hacerse amigo hasta de los perros.

Desde luego, hay muchos aspectos del libro que sería interesante pero demasiado extenso abordar acá. Por poner un ejemplo, el trabajo con las formas del habla popular. Otro es su óptica realista, objetiva, que consigue representar ese habla, esa vida, sin idealizaciones. Que despliega sus escenas como un documental. Tal vez el documental fallido de que se habla en el texto,  titulado irónicamente El dinero siempre es muy lindo. No es linda la vida que hay que vivir para conseguirlo. La vida de los que viven para trabajar mientras, como reza la cita de Alfonso Alcalde, Devorándole el sudor vive el dinero.

¿Qué queda de la chispa humana, es decir, de la creatividad posible, en un ser arrancado al sueño a las seis de la mañana, zarandeado en los trenes de acercamiento, ensordecido por el estrépito de las máquinas, pulverizado y triturado por los ritmos, los gestos carentes de sentido, el control estadístico, y arrojado hacia el fin de la jornada en las salas de espera de las estaciones, catedrales de partida para el infierno de todos los días y el ínfimo paraíso de los fines de semana, donde la muchedumbre comulga en la fatiga y el embrutecimiento?

Creo necesario citar en extenso este pasaje de Tratado del saber vivir para las nuevas generaciones de Raoul Vaneigem. Lo hago porque, de alguna forma, me parece que el libro de Daniel Tapia nos enfrenta a la misma pregunta. La poesía, la buena poesía, tiene preguntas, no respuestas. Sin embargo, creo que este texto explora una contestación o encierra el esbozo de una.

La contru de mi alma se llama este libro. Su escritura es una demostración de que es posible, aún en los pasillos de la colonia penal donde transcurre el trabajo a sueldo, emprender ese camino. Que la poesía puede ser una forma de construcción humana y personal. Un intento por vivir, a pesar del peso muerto del trabajo y el dinero, según la máxima de Niesche: Sé amo y escultor de ti mismo.  

En realidad, la vida es gratis. La única moneda real es la vida y la muerte, tal como afirma este libro. O como dice el epígrafe de Arturo Carrera que se incluye al inicio: la vida gratuitamente recibida/no tiene ningún precio. Comprender eso es importante. Sólo esa comprensión abre la posibilidad de construir el alma propia. De vivir en la gratuidad tal como la define Carrera en ese mismo poema: gratuidad es gozar con lo que está fuera de precio. La poesía es gratis. En medio de un mundo donde todo, incluida la sangre y el alma, es mercancía, la poesía es eso que no puede comprarse ni venderse.

Valparaíso. Octubre de 2014.



JOSEMÁRI RECALDE [13.649]

$
0
0

JOSEMÁRI RECALDE

Josemári Recalde Rojas (Lima, Perú  1973-2000), falleció en su casa de Jesús María por múltiples quemaduras en un incendio que se dice él mismo lo provocó. A consecuencia de este trágico suceso podemos reconocer las influencias recibidas del poeta José Pancorvo. Josemári Recalde, dejó de existir el 21 de diciembre del 2000. Fue encontrado en la cama de su dormitorio.
Josemári Recalde nos dejó un único libro en su corta existencia, "Libro del Sol", que apareció vía Flecha en el azul, la ya desaparecida y recordada revista. De ese libro, que muchos me han codiciado y a otros prometí fotocopiar les dejo unos poemas de este vate limeño, quien en el último poema del libro, nos presagiaba su desaparición.





NI SIQUIERA TÚ
puedes reclamarte dueño de esta voz
nadie la ha oído nunca
entre las paredes escuras caer desorbitada

más allá un mar está cubierto de anémonas, medusas huyente
una palabra nueva
una palabra tuya.





EN CREPÚSCULO PISADO YAGO,
yo azuceno de hambre a las areolas,
Detrás de mí decid todo lo que queráis,
no me corro,
detrás de mí yo guardo
ese mismo, mudable murmullo de palomas.

Yo para ti no quiero
nada querer

Yo desde ti destruyo
todos los túes.





COMO UNA NIÑA
que comtempla desde la ventana del colectivo
la avenida pasar
en su ardiente felicidad
hecha de amar
sin ninguna urgencia
me gustría llamar
me gustría poder decidirme
a comunicar
esta estrategia de sobrevivir
por amor de las avenidas
y del mar.




SERMONEN AD MORTUOS

Al final de los mitos,
cuando todo se halla evaído,
encontraremos quién sabe una luz,
no no quiero
pertenecer más a la realidad verdadera
nin a la falsa,
por eso incendio mi cuerpo.


PD: Los poemas se han reproducido tal cual están en el libro.





AMAZONIA
Poemas de Josemári Recalde

Josemári Recalde (Lima, 1973-2000) quiso incluir en el Libro del Sol los tres poemas de «Amazonia» («Palo de lluvia», «Wámpach» y «Cushma shipiba») que se presentan en las páginas que siguen. 

Escritos en un cuadernillo de prácticas de Estudios Generales Ciencias de la Universidad Católica, los poemas no llegaron a publicarse, pues una mala pasada del destino los refundió entre otros papeles y nos impidió hallarlos en esos días de setiembre del 2000 en que preparábamos la edición del libro. 

Los textos no aparecieron sino hasta varios meses después de su muerte, ocurrida el 23 de diciembre de ese año, día inicial del solsticio de verano; los encontré a tiempo, eso sí, para ofrecer los manuscritos en el homenaje por el primer año cumplido desde la desaparición del poeta, en Flecha en el azul 16-17. En odumodneurtse! 6 quise publicar una versión transcrita de los poemas, que permitiera un mejor acercamiento a los lectores. 

Tampoco se pudo, pues ese número del Periódico de poesía nunca llegó a publicarse.

Intermezzo Tropical ofrece ahora, por fin, los manuscritos y sus transcripciones, además de otro poema, también correspondiente al ciclo de las exploraciones de Josemári en las ritualidades amazónicas. Estas, bien lo saben quienes llegaron a conocerlo, supusieron para él, a su modo, viajes: peregrinaciones, desplazamientos, inmersiones.

Luis Fernando Chueca




Palo de lluvia

Deténte más, deténte
en el sonido del vuelo mágico de la lluvia
que tu palo activa,
estaciónate en la plenitud del instante
cuando ha cobrado intensidad la ceremonia
y el rito se instala en lo sacro,
en el tiempo que a todo tiempo pertenece,
en la percepción umbilical del astro principal.
El arco iris provendrá del palo,
el palo provendrá del arco iris.
O en la claridad de la noche estrelladísima,
me anunciaré [lentamente] como testigo
y acompañante en esa diminuta música mágica
que tú conduces, diáfano palo.

Puedo sentir el minúsculo peso de tus piedrecitas
viajar de uno a otro de tus lados,
puedo mirar en ti los hechos [vagos],
puedo quizás palpar la eternidad,
palo de agua
que tanta agua proclamas en tus cantos,
acompaña a los niños en su caminata,
tú llegarás allá desde la maloca.

Al pernoctar en la hamacayo te buscaba,
tú me llevarías en tu río hacia los goces del tiempo presente,
un presente hecho de futuro
y de acciones innúmeras como tus conjuntos de sonidos,
palo,
hilo de Ariadna plácido y sereno.







Wámpach

El wámpach muy bien adécuase...
El wámpach muy bien adécuase
al granito de las bancas de los parques de Lima
ya de noche, ya de tarde,
cuando el Sol se [recoda] hacia mí.
Todo él se [pone] sobre la generosa aspereza de lo sólido;
Así la cosa es el instante
en que triunfa el circunstante
de ver tan caras señales
en lo que es de ser siendo.
En el momento de tomar el wámpach
una vez más me iré sintiendo aishman,
y vagaré las vías
saltando cada sentido de uno en otro ente;
es la hora de todas las horas...
wámpach...es la hora alta, 
aquella que late de perdurabilidad pura,
aquella a que asomáramos saliendo de este tiempo,
hora de vitalidad y adultez:
wámpach...la hora natural de las alegrías y ternuras
la hora del abrazo sobre el prójimo, del ósculo,
en todo momento quede nuestro pecho una luz irradiara
para volver serenamente sobre nosotros mismos...
wámpach,para mirarnos...
Es entonces que tus fibras revibran de iluminadas
es entonces que como a un hijo te porto,
portabebes-wámpach,
para la desnudez y en la destreza de la vida,
para la naturalidad de la magia verde
y también para la de las lindas [ofrendas].
Wámpach,
autenticidad y chambira
envolvencia de música
que allá en la ladera escuchárase,
al entrechocarse de tus hilos conductores,
transporte wámpach,
bienvenida siempre tersa a la vida,
[convención] absoluta de las formas,
wámpach,
historia y cacería,
wámpach,
tabaco y tristeza,
paciencia y simplicidad,
aniquilamiento: wámpach,
wámpach del día de siempre,
wámpach de la era,
viaje entero de la estrella,
azucena deseada de frescura.






Encuentro: wámpach,
amanecer: wámpach,
reconocimiento: wámpach,
wámpach transparentado de reciedumbre y blandura,
concebido en la matemática de la alegría forestal,
wámpach,
aventura,
wámpach,
aventuranza y trama,
wámpach del rito,
wámpach del mito,
wámpach insólito de amor y de calma,
a tu calor dormito y voy mi tiempo,
ante tu luz me postro,
viejo trofeo y amigo,
sucesor de otras bolsas
naturales ya heridas,
cuando la tierra
es que se hace clara expresión
de la desnudez de lo perfecto.





Cushma shipiba

El palo de lluvia en el wámpach;
el cuerpo en la cushma.
La cushma resplandece;
es ella un don
que da Cristo en la RUSTICACIÓN



[sin título]

Es ahora que llegan con sus cantos liberadores
los espíritus del hilo del icaro,
los dadores de la armonía,
el diagrama de la existencia en una envolvencia palpable;
es el tiempo;
¡es ahora! ¡es acá!
el instante
prolifera como una iluminación;
los movimientos; los silenciamientos;
pura luz energética se aplica: ayahuasca;
¿cómo llegamos a ti?
tú estuviste en nosotros;
tú, perfecto médico: Cristo,
el Cristo de la ayahuasca
por la luz de la rusticación iluminado.
Diagrama sensible en lo interior y profundo;
hogar que alienta en nos,
benefactor
de los que fuimos desterrados;
el amor.










ALBERTO GUILLÉN PAREDES [13.650]

$
0
0

Alberto Guillén Paredes

Alberto Guillén Paredes (n. Arequipa, 20 de enero de 1897 - m. Mollendo, 20 de octubre de 1935) fue un poeta peruano. Junto con Alberto Hidalgo fue el más representativo poeta arequipeño de inicios del siglo XX. «Fue un poeta de talento poco común y de una gran fecundidad al que frustraron en parte una desmedida egolatría y la enfermedad que tempranamente segó su vida. No obstante alcanzó a componer obra importante».

Sus padres fueron Manuel M. Guillén Amat y Zoila Victoria Paredes. Cursó estudios en el Colegio Nacional de la Independencia Americana de su ciudad natal (1909 - 1912). Trasladado a Puno, concluyó la secundaria en el Colegio Nacional San Carlos.

De retorno en Arequipa, estudió Letras y Derecho en la Universidad Nacional de San Agustín. En 1917 ganó un premio en un concurso poético promovido por el diario El Heraldo, lo que alentó su temprana vocación de poeta. En 1918 publicó su primer poemario, titulado Prometeo. En sus inicios poéticos quiso sin duda emular a Alberto Hidalgo, coterráneo y coetáneo suyo, y probablemente seguir los pasos de Abraham Valdelomar, el «poeta de moda» de entonces.

Físicamente era de estatura menos que mediana, ancho de hombros, de nariz aguileña, sonrisa fácil, cabello abundante, los ojos burlones tras unos quevedos innecesarios.
En 1920 se trasladó a Lima, llevado por los miembros del Primer Congreso de Estudiantes reunido en el Cuzco. Según Luis Alberto Sánchez, «llegó decidido a conquistar la capital». Frecuentó las redacciones de diarios y Palacio de Gobierno. Con el auspicio del presidente Augusto B. Leguía obtuvo una beca a España; allí publicó un libro, titulado La linterna de Diógenes (Madrid, 1922), construido a base de entrevistas a escritores peruanos y españoles que vivían entonces en la capital española. De estilo punzante y corrosivo, dicha obra le dio una efímera popularidad en los medios literarios hispanohablantes.

De vuelta en el Perú, obtuvo el primer premio en los Juegos Florales Universitarios (1923). Nuevamente partió al extranjero con la misión de hacer propaganda a su país. Pasó por México y Cuba (1924), pero imbuido de nostalgia, volvió a Lima. Su definitiva consagración poética en las letras hispanoamericanas llegó gracias a su «Oda a Bolívar», con el que ganó un concurso continental promovido en homenaje al centenario de la batalla de Ayacucho.

En 1926 se retiró a la tranquilidad hogareña, pero poco después recorrió Cuzco y Puno. En 1929 emprendió nuevamente viaje al exterior, al ser nombrado secretario de la legación en Río de Janeiro, en Brasil, cargo en el que no duró mucho pues al año siguiente se produjo la caída del presidente Leguía (1930).

Pasó a Chile y residió por breve tiempo en Santiago. En 1932 retornó al Perú, donde falleció víctima de una enfermedad.

Obras

Poemarios

Prometeo (1917).
Deucalión (1920 y 1921).
La imitación de nuestro señor Yo (1921).
Laureles (1925), poesías eglógicas.
Epigramas (1929).
Cancionero (1935), escritos poco antes de la muerte del poeta, y en el que son de destacar las poesías de corte moralista.

Otras obras

La linterna de Diógenes (1920), reportajes irreverentes a escritores peruanos y españoles.
El libro de las parábolas (1921), reunión de aforismos y versos breves, inspirados en las greguerías de Ramón Gómez de la Serna y los haikais japoneses.
Corazón infante (1923), novela corta.
Leyenda patria (1935), apologías en torno a tres momentos críticos de la historia peruana.
También redactó dos antologías de poetas peruanos y americanos.

Crítica

Alberto Guillén heredó de la generación "colónida" el espíritu iconoclasta y ególatra. Extremó en su poesía la exaltación paranoica del yo. Pero, a tono con el nuevo estado de ánimo que maduraba ya, tuvo su poesía un acento viril. Extraño a los venenos de la urbe, Guillén discurrió, con rústico y pánico sentimiento, por los caminos del agro y la égloga. Enfermo de individualismo y nietzscheanismo, se sintió un superhombre. En Guillén la poesía peruana renegaba, un poco desgarbada pero oportuna y definitivamente, sus surtidores y sus fontanas.

José Carlos Mariátegui


Fue el suyo un parpadeo luminoso, gloria demasiado perecedera. No trajo nuevos elementos a la lírica peruana, excepto subrayar el desplante egotístico y poner en circulación, con profusa insistencia, el “prosaísmo deliberado”. En el fondo Guillén nunca dejó de ser provinciano y campesino. Todo su esfuerzo de diez años (1919-1929) consistió en parecer cosmopolita y despreocupado. A pesar del ruido que promovía en vida, a su muerte se apagó su nombre como el brillo de una estrella fugaz.

Luis Alberto Sánchez





OFRENDA

Ven 
aquí caminante,
—amigo o enemigo— ten
estas canciones que el Instante

dejó en
su vuelo en mi jardín.
Verás: la viña de mi sien
maduró su racimo sin

esperar
tu gratitud, y has de encontrar
entre el rumor de mis versos

huellas de tu dolor,
por que yo llevo en mí los universos
que murieron sin flor.




ANACREÓNTICA

Ríe al dolor, hermano,
y apura tu licor,
en este mundo vano
no hay minuto sin flor;

exprime con tu mano
las ubres del amor:
ya te espera el gusano,
el único señor;

acorta tu camino
con la embriaguez del vino
del placer y después

ve tranquilo a la puerta
de la mansión desierta
de lo que ya no es...

Poemas pertenecientes a «Deucalión» 1920





LA FUENTE DE SAMARIA

Y el que tiene sed, venga Juan

Todavía tengo versos en mi boca
Y en mi mano verdades
Todavía flor en mis canciones
Abre su aroma al viento
y digo todavía porque es vano
todo gesto hacia el Hombre:
todos beben tu sangre en tus arterias
como vampiros ávidos,
hunden las manos trémulas de fiebre
y te hurtan el alma;
y hartos de tus sueños, y llena la escudilla
te voltean la espalda.
Yo soy grande y no temo las manos alevosas
que hurtan alma en la Sombra,
no temo a los mendigos del Espíritu
que arrastran sus harapos en mi senda.
Hombres que no sabéis los goces de la mano
que se tiende al mendigo
y apretáis en el puño vuestro grano
sin arrojarlo al surco;
hombres avaros de alma.
venid a mi silencio:
Yo os daré mis entrañas buitres ávidos,
yo os daré de mi sangre labios pérfidos
y os daré de mi pan menesterosos.
Corazones dolientes
yo os tornaré robustos,
y los vencidos aprenderán conmigo
a «reir por encima de todo»
como enseñó mi hermano Zaratustra.
De pie los abatidos!
Dame la mano hermano que vacilas,
he aquí mi verso como un báculo
y el agua de mi fe para el camino:
mi fortaleza va a los corazones
que gimen en las manos de la Vida.





TRANSMIGRACIÓN

Mañana, cuando el viento 
repose en mis cenizas
y ya mi pensamiento
se duerma con mis risas;

mañana,que el violento
ritmo del corazón
ahogue su lamento
como un viejo león;

mañana, que las rosas
se pongan ruborosas
al beber de mi boca,

y mi lira esté muda
y mi alma desnuda:

¡Yo cantaré en la roca!







CÉSAR OLIVARES ACATE [13.667]

$
0
0

César Olivares Acate 

(Trujillo, Perú  -  1979), sólido poeta de nuestro parnaso regional. Así lo acreditan, entre otras actividades de promoción cultural, algunos premios que garantizan su prontuariado talento:Mención Honrosa en Poesía en el concurso literario Lundero 2000 y 2003. Primer Premio en Poesía en los Juegos Florales UNT (dos años consecutivos 2000 y 2001). Primer Premio y Segundo Premio en Poesía y Mención Honrosa en Cuento en los Juegos Florales Interuniversitarios "Luis Hernández Camarero" (2001). Primer Premio en Poesía en Concurso de Literatura "Marco Antonio Corcuera" (2003). En abril de 2009 apareció su primer libro de poesía LA VESTIMENTA DE LOS DÍAS, y en setiembre del mismo año: JEREMIADAS, conjunto de sabrosas crónicas periodísticas sobre temas miscelánicos. Es profesor de Lengua y Literatura en su ciudad natal y posee la misma cantidad de acciones que el adiposo Jorge Tume en INFOLECTURA. Ha publicado la plaqueta de poesía TRANSyGENTE y el libro “La vestimenta de los días”.



I

Sé que me acordaré de tu pelo suelto
(cascada noche
caída sobre tus senos
a manera de un viento tibio)

Sé que me acordaré de tu cintura
de la destrucción inevitable de tu sexo
registrada
en alguna habitación lejana de hotel

Serás por siempre palabra dormida en mi memoria
la más vaga imagen
de un grito quebrado sobre la alfombra

Por eso y aunque el tiempo solo sea
sudor sobre tu cuerpo
tu piel seguirá envejeciendo a mi costado

Como una herida multiplicada por tu nombre.




VII

(Otro poema al estilo de una misma
canción de Bob Dylan)

Porque ya no puedo ir a un prostíbulo
y pensar en ti
ni adentrar mi gastado pene
en el sexo envejecido
de la mujer de turno
Porque ya no puedo hallarte
bajo mis manos
ni puedo imaginar un cigarrillo encendido
entre tus pezones oscuros
Porque ya no puedo hacer otra cosa
que retener en la punta de mi sexo
el llanto
de tu milenaria ausencia

y echarme a andar anónimamente vestido
destruyendo en voz alta
la oscuridad de los rincones.

(De: ROSTRO DE LLUVIA – Inédito)





EL RECUERDO

Sobre mi pecho, un salvaje animal
sacude sin saberlo el polvo de su corazón
(una zapatilla extiende su vejez en la vereda)
Sé de mi tiempo
de mi traje
y mi sombrero
El reloj no lanzará más piedras
desde su voz de sombra
Mis arrugas colgarán
en el espejo
Y una a una
estas palabras que escribo
caerán
de
mi
mano
para tejer el viento
tu nombre mar
añorada infancia
voz de arena






EL PUENTE

Palabra a l a r g a d a de cielo erosionado
No corre agua bajo tus arcos
líquidos
Sólo nombres dibujados en un péndulo de tiza
Ensayo de un poema a cielo abierto
O tal vez
el pellejo expuesto
al maquillaje de un graffiti






EL RELOJ

Un hilo azul me mira por el ojo de una aguja
o por la salvación de un camello en la ventana
El tiempo no ha corrido
bajo los arcos
de la casa
Un
sombrero
gris anuncia
el envejecimiento
prematuro de las ideas
Todo lo que se eleva cae de golpe

Un globo una piedra y esa mirada que todo lo devora







LA ESCRITURA

Amo todo lo que nace de la oscuridad
Y escribo poemas para mujeres
que aman bajo la sombra

Pero a veces
Yo también escribo poemas mujeres
para amar como las sombras

Una piel celeste
o dorada
Una voz de fuego

Y esa música lejana que sólo se deja escuchar
cuando calla la escritura





17

si yo pudiera ser lo que todos creen que soy
tendría que vivir pendiente de mi sombra
de mi tiempo
de mi antiguo traje de hombre

olvidaría mi rostro y su fealdad única
me maquillaría con restos de mundo
con voces
despegadas de otra historia
de senderos inconclusos
de gargantas intransitadas

mi rostro sería el resumen de todas las emociones
silenciadas
mi cuerpo sería el resumen de todos los cuerpos
donde alguna vez existí
incomunicado
y triste

si pudiera ser todos ustedes
es decir
si yo pudiera ser lo que todos creen que soy
andaría con pasos ajenos estancado en los caminos
viviría para los demás con mis sueños alquilados
sería puro nombre injuriado
frente a un espejo
hecho mar
sobre huellas de cielo
después de la tormenta

(De: TRANSyGENTE – Inédito)





11

El panadero de mi cuadra
es José Watanabe
por la misma razón
que el carnicero es don Quijote

De idéntica manera
Yo soy la sangre
de mi padre
Y la escritura
la madre del cordero

Si mi vida resulta ser
la adición de sangre
escritura + cordero

¿Por qué el cordero no
puede ser
digamos
sólo un cordero?

(variaciones)

(De IMPRESIONES Y RETRATOS – Inédito)










1

Dibujo un rinoceronte
Tal vez un dinosaurio de madera
Sin embargo prefieres
un caballo con crema de afeitar en las narices
Igual te amo
Aunque nada volverá a ser como antes
Tampoco el caballo
Menos las narices




2

Puedo llegar a querer
las distancias
y tu nombre
tu voz de lluvia
tu acento claro
Sin embargo
las piedras
me hablan quedo
de tus pies cansados
Y la sombra duerme
como un niño oscuro
que nadie conoce
Hijo mío:
Mis pies han traído a casa
los muertos despojos
de los diciembres
Sé de estantes vacíos
Sé de otoños
que duermen con los
ojos así de abiertos
y es muy triste
Mejor callemos:
hay sueños indoloros
que dicen nada

y yo quiero que sepas todo




El Amor

Para llegar a ti he atravesado
mis bolsillos rotos
un álbum fotográfico
y la feroz mandíbula del pitbull de tu casa
Cruzado he los camposantos de este pueblo saludable
para llegar a ti
Quién puede amar lo que nunca se ha ofrecido
Si para llegar a ti
He cruzado jirones y palabras
con el corazón atado a los zapatos
Mi Corazón
Es un traje tendido en el alambre gris de la ventana
.....................................................
También el cielo estira su pellejo
Sobre la cabeza mansa
De los pájaros




DIEGO OTERO [13.668]

$
0
0

Diego Otero

Lima  - Perú, 1973. Ha publicado los poemarios Cinema Fulgor (Colmillo blanco, 1998), Temporal (Solar, 2005) y Nocturama (Álbum del Universo Bakterial, 2009). En 2006, en colaboración con el artista gráfico José Antonio Mesones y el músico Santiago Pillado-Matheu, publicó La Grabadora (The Sound of Periferia), un proyecto artístico en formato de libro multimedia, en el que se entrelazaban tres registros: textos de ficción, música y gráfica. Se dedica al periodismo cultural y la docencia universitaria




Moviola 

Para Arianna y Valeria 



Alguien se detiene al final 
de la última calle 
de la ciudad. 
De una bolsa 
de tela marrón 
extrae todas las letras del abecedario 
–pequeñas, ligeras, 
recortadas con absoluto 
esmero– 
y las dispone sobre la pista 
cuidadosamente. 
Y sopla. 

Yo lo miro con algo de 
pena e impudicia 
mientras él espera 
que en el aire se forme la palabra rayo, 
la palabra compasión, 
la palabra muerte. 




La noche podría ser 
una cascada de cuervos 
alejándose. 
Pero no. 

Hemos corrido las cortinas 
con tal desesperación, 
que el paisaje se ha desvanecido 
para siempre– 

sobre la pista apenas se distingue 
un montículo de palabras que no significa 
nada. 




Dejemos que ingrese entonces 
ese tenue rayo de luz 
en la moviola: 

Yo soy ahora un niño extraviado en la oscuridad 
de un centro comercial 
a medianoche. 

Solo advierto mis pasos, dubitativos, 
y un frío que me inunda las manos desde 
adentro. 

En los anaqueles, 
cubiertos por una capa de 
sombra, 
los juguetes exhiben su costado ominoso. 
Ese gesto de furia, de dolor o de miedo 
escondido en un ángulo del 
plástico. 

Y sin embargo tomo uno 
de ellos– 
el robot plateado que despliega las alas si se aprieta el botón 
de su espalda. 

Y le obligo a decir que no hay por qué temer, 
que éste es un planeta oscuro 
y que hemos llegado hasta acá para 
encenderlo. 

El robot vuela sostenido por mis manos. 

Mis zapatillas rechinan 
en el piso de acrílico. 
Y corro. 
Y se me agrandan las pupilas 
increíblemente. 

Afuera, la noche podría ser una cascada 
de cuervos 
acercándose. 
Pero no. 




La persona que fui 
se aproxima lentamente al 
ataúd de todos mis balbuceos 
con una flor eterna 
o artificial 
entre las manos. 

El amanecer rodea cada uno de los postes del 
alumbrado público– 

desata los nudos de la luz. 






El bisabuelo 

A la memoria de 
Luis Navarro Neyra 


Ingmar Bergman entró a mi 
habitación (no recuerdo exactamente, pero 
supongo que dejé la puerta abierta cuando 
fui a sacar la basura) 
y me dijo: 
“El espejo 
se ha destrozado, pero 
qué reflejan los restos”. 

Entonces le puse mute al 
televisor y le respondí en perfecto 
sueco: 
a lo mejor reflejan la historia 
del padre de mi abuela. Lo único malo 
es que de él solo 
conozco algunos datos, las páginas de un libro 
de poemas que se perdió en 
el tiempo, 
una foto de periódico, 
y un punto final 
y repentino: 
la muerte pintándose los labios 
con un lápiz de pólvora. 

“¿Qué literario, no?”, comentó Bergman, 
y después se quedó callado, mirando la muda sucesión de 
imágenes 
en la pantalla. 

En ese instante 
se apagaron todas las luces de la ciudad 
y no se me ocurrió nada mejor 
que cerrar los ojos 
e intentar dormir. 

Cuando desperté 
estaba en Ica, 
parado frente a un algarrobo 
que hundía sus raíces en el borde de un enorme 
acantilado. 

El árbol parecía prenderse de la tierra 
con una especie de 
estática desesperación. 

Y entonces (no sé cómo) 
recordé los versos del bisabuelo 
y los repetí en voz baja: 

“Si a veces me ha invadido 
esa nostalgia de la edad primera, 
por ti ha sido, algarrobo solitario, 
nacido en la pendiente de la cresta”. 

Luego vino un viento atroz 
que sujetó las palabras que salían de mi cabeza, 
las remeció y 
desgarró 
como si fueran ramas enfermas, 
y las arrojó al abismo. 

Sentí como si me hubiesen sellado los labios y sentí 
el arrepentimiento: 
alguien creándome una boca 
a cuchillazos. 

Pasado el vértigo, 
solo puedo decir que últimamente sufro de insomnio 
y que sobre el bisabuelo no sé 
mucho. 

Es más, 
los datos que conozco son escasos e inconexos: 
una tesis de 1904 que defendía los 
derechos 
de la mujer, 
González Prada escribiendo con letra oscura y 
rigurosa 
la palabra anarquía. 
El periodismo, el miedo, 
los murmullos 
de los hombres que frotaban, como excitados, 
la esfera dorada 
del poder. 

El bisabuelo murió a los 32 años, 
en la puerta de su casa. 

Un pariente conserva el sombrero de copa 
que llevaba ese día: 
está intacto, salvo por el agujero 
circular 
de la bala. 

(poemas de Temporal) 




El despegue y otros poemas



El despegue

Si no fuera porque somos nosotros los que estamos adentro,
dijo el Capitán,
se podría pensar que todo esto es, bueno, un poco
ridículo.

Aunque la palabra clave es desafío: la palabra
que nunca oiremos pronunciar en
la cabina–
              La tripulación
suele estar más interesada en otras, como por ejemplo inspiración
o fe.
                        Lo importante –así
de arbitraria es la poesía– es que este
es el avión más grande concebido por
la mente humana. No tiene
asientos, ni cinturones de seguridad,
ni nada de eso. Es como un gran salón vacío

y está aquí: en Lima,
en esta parte más bien picante de
Sudamérica.
                ¿Que por qué está aquí?,
en verdad
no tengo idea. Supongo que desaparecer
es una forma de turismo
peculiar–

y las preguntas difíciles son servidas
siempre
luego del postre.

Los gigantes remaches de acero sobre la redondez
un poco exagerada
de las alas,
las turbinas,
el fuselaje.

Cualquiera diría que el hecho de que las ruedas giren
y aún no despeguemos
no tiene en realidad la menor importancia.

                   (También podríamos preguntarnos
qué puede ser equivalente a pellizcarse un brazo
cuando estamos encerrados en una pesadilla
en la que no hay tacto).
El Capitán suda, respira con fuerza,
se frota las manos
como una mosca
mientras contempla la peligrosa belleza
del tablero de mando.

                El Capitán
sabe, desde luego, que podría quedarse sin trabajo
si los pasajeros se pusieran repentinamente sentimentales
y empezaran a notar
cómo de pronto les brotan unas horribles plumas
de la cara y
de las manos
                  o cómo el cuerpo
se les encorva en un breve
temblor
y define su postura de ave rapaz
o de carroña–

                y no estamos hablando de moral
sino de apetito.
                Pero ninguna de esas cosas sucede,
desde luego.

Allá están todos. El gordo Alfonso con sus gruesos anteojos
de carey
y su camisa celeste,
y esa casaca demasiado delgada
para la estación.

O el vecino de la casa amarilla
que parecía existir solo para regar su metro y medio de jardín.
          (Ahora camina unos pasos con las manos atrás,
y puedo ver su pelo canoso, desordenado, y sus ojos
                fríos pero turbios
como una pecera de peces muertos).

O papá levantando la mano y protegiéndose del sol.

(Alcanzo a escuchar
que le dice algo a mi hermano acerca del volumen del aparato,
acerca del amplio recorrido
antes del despegue. O eso
me parece).

         ¿Y yo?, yo quiero hacerme el duro,
pero a mí también me hiere la luz. Y me hace sentir un poco avergonzado.
Y cuando pienso que el movimiento debe ser
por fin hacia arriba

                   la gravedad
se apodera de todo
y la inmensa masa metálica vira pesadamente
hacia la izquierda–

se abren solas unas puertas
que jamás había visto

y estamos
en la calle.
                  Desde los autos
y las veredas
surgen ojos que observan la escena como si observaran una hoja caída
volviendo ingenuamente
a la rama desnuda–

las alas parecen rozar
los letreros y los postes de luz.
          Entonces pienso que debería escribir algo
          sobre la pequeña voluntad
y el gran deseo–

                pero no lo hago.

Le miro las piernas a una aeromoza y ella sonríe,
y en un susurro impostado
me dice:

Al final de la pista no hay literatura.






Oración de bar

Eso es. Quieres hacer una canción que sea escudo
y a la vez amuleto.

Porque anoche hacía demasiado calor
y algo brillaba intensamente
y desaparecía
tras nuestra usual neblina. Y yo,
                  necio,
abrí la puerta de un bar imaginando que encontraría unos labios capaces de decirme
hola, yo
voy a cerrar el abismo
para que tú
no caigas–

             o quizá lo abra, solo un poco,
para que te deslices
sin hacerte daño.

Pero adentro todos estaban vestidos de esquimales
y miraban hacia la puerta
como si miraran la escena de un crimen
en otro planeta:
unos sauces enormes, un viento
desordenado,
una piscina vacía.

         Una vez escuché la siguiente confesión
                         callejera:
prefiero recibir un puñete o un botellazo a regresar a casa
sin haber experimentado aunque sea una mínima
transformación.

                Desde entonces,
cada vez que salgo empuño un paraguas en
la ciudad sin lluvia,
digamos,
y espero que ese mismo viento desordenado
se vuelva extrañamente
poderoso y
me lleve consigo
                        y me aleje a través de la neblina.

Lejos de los bares,

por favor–

                  lejos de los labios y del ansia.






El campeón de tiro (Poema para Edwin Vásquez)

Amamos los poemas con balaceras
pero odiamos las balaceras,
dijo el tipo que fumaba cigarros con pitillo en la aparente calma
                              de una terraza soleada.

Ahora es de noche, sin embargo,
y la neblina desfigura el paisaje de edificios
y estira las luces de la larga línea
                   de postes.

La escena del crimen luce tan desoladora
que no hay asesino ni víctima ni móvil–

                           Pero si miras bien,
me vas a ver parado justo en el centro de esa intersección,
                                       con los ojos abiertos...

                  La puta madre:
                            esto no es en modo alguno
lo que quería decir.

             Alguien sabe, pregunto,
por qué se nos han hecho imprescindibles
esos trucos de respiración y de postura
para siquiera soñar con pegarle al plato que atraviesa la oscuridad de nuestra habitación
y silba
                y nos despierta de golpe.

El campeón de tiro, en todo caso, sueña que flota sobre el barrio
            a media altura,
y reconoce con alivio que ese cuerpo marcado en tiza sobre
                                                          la pista
no es el suyo.
                Pero no solo eso.
Reconoce tus ojos. (Sí, tus ojos).
Y sabe que si miras hacia arriba
por un instante
vas a ver las luces rojas y azules de los patrulleros
reflejándose en su piel.

                      Y sabe que te parecerá una imagen gratuita
                                y bella.
                            O monstruosa.

Del poemario Nocturama [Álbum del Universo Bakterial, 2009] 





 DE   "Cinema Fulgor".




Retrato de un músico

Es un anciano
quien rasguña el violín
en algún lugar
de una ciudad
desdibujada
A su lado,
el perro sordo
de la lluvia
se lame las llagas
azules
y se duerme
A veces pasa un auto,
un pájaro vestido
de persona
Y sin embargo
el anciano
no se inmuta
Él toca para sí,
para una flor
de frío,
para que no se derrumben
los crepúsculos.





Purpurina

En tu casa
hay un reloj acuchillado
por los gatos,
una virgencita,
y una puerta
que da a un jardín en donde
el tiempo
es una noble manzana de ceniza.
Y como hoy no está mamá,
decides pintar tus labios
de algún color extraño--
amarillo de cadmio, por ejemplo,
o lila
sí, tal vez lila
--como una lágrima
perdida en el cinema--.
Pero la cosa
es jamás aprender
cómo amarrarse los zapatos
me dices despacito
y extraes tu pequeña canción de purpurina,
para cambiársela por algo
--cualquier cosa,
una luciérnaga--
a la primera chiquita que sonría
a pesar de este sol
colgado como un
pollo,
a pesar
del estúpido color
de las veredas.






Revólver
(Portrait of the artist as a young dog)

Agosto era un mes muy simple. Casi perfecto para
caminar por el medio de la pista
cuando cae la lluvia
metálica y violeta.
Agosto era el mes exacto
para podar la enorme luz
de los despojos,
o escupir a cualquiera que se acerque
con algo más
que los ojos vacíos
como un eclipse de cigarras.
Ahora todo parece tan distinto.
Brilla triste el hueco que ocupan las estrellas,
se descalza el invierno
y yo dibujo una ciudad
en donde flotan los mendigos
el sol
las bicicletas.
La nostalgia es una enfermedad que nos asfixia
porque somos peces
que olvidaron pronunciar olvido.
Y sin embargo aquí, bajo este torpe corazón
de vidrio
oculto un revólver verdadero.
Y a veces pienso liquidar la niebla,
los tambores,
las manzanas que caen de mis ojos.



DONNA ENCISO RONDINEL [13.669]

$
0
0

DONNA ENCISO RONDINEL

(Ayacucho, Perú   1986)
Vivió en Lima hasta los 16 años. Actualmente reside en Tacna. Es Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Nacional Jorge Basadre Grohmann. Labora en Asesoría de Marketing y Publicidad. Escribe crónica periodística para la revista de difusión local
Jaquemate. Ha participado en diferentes recitales y su pasión por escribir es su más grande razón de ser y de vida.



EL CUARTO

es ruido que atrapa
son cadenas que se arrastran

—son las marcas—

es frío que se siente
aquel que hiela
que congela

—son las huellas—

es oscuro muy oscuro
la neblina que te ciega

—expiración desesperada—

es la nada que agobia
que se eleva en el vacío

—son las heridas—






CUANDO LOS PERROS LADRAN

Cuando los perros ladran
los ángeles se acuestan en sus lenguas
arrastran sus uñas y se vuelve de noche

se adormece la palabra con la lluvia

¿Dónde está el ladrido que te reta
y la mente que no calla?

los abismos descansan en el cuarto






COMPLACER

Se está rompiendo
la regla, esa que tu mano tiene firme.
Se está resbalando
la manzana que sostienes con placer.

Se está consumiendo el fuego que tronabas en tus dedos
y más que eso
se va afónica y lejana tu voz al horizonte.






AMANECE

se ha cansado la nube de posar sobre él
el sol ha dejado de brillar ya sobre ella

cansado el cielo
está cayendo
se está apagando
está lloviendo y todo mojará

y nacerá de nuevo






solo realidad

ves lo que yo veo...
como todo desaparece
como en los mio se pierde y en lo tuyo no hay nada
como en la nada te llenas de olvido
como el olvido
es todo en ti
ves lo que veo
como todo desaparece
como se desdibujan
tus marcas
como se decoloran
como mueren en mi






Desde aquí abajo

si...
casi siempre estoy en problemas
casi siempre se lo que es amargo
casi siempre camino del lado izquierdo
y casi siempre camino bajo
...pero desde arriba no sabes lo q este mundo da
allá arriba te mareas
allá arriba no te pierdes y luego te encuentras
no te enredas en una palabra y te desenredas contando
cuentos reales...
y es que de allá arriba ...de allá arriba duelen mas las caídas...






tu juego

he intentado jugar un juego sin reglas
he intentado moverme sin que pueda ser vista
he intentado dar un paso sin que se oiga
he intentado y he jugado con las reglas invertidas
moviendo las piezas equivocadas

Esperando mi turno
se pasaron los días

Ahora ,blanco y negro
uno y dos
el juego continua...
un paso atrás, un paso adelante
las piezas se mueven sin permiso
el juego esta en la mesa
y tú...con cartas bajo la manga....

Estoy cayendo ....





LIMBO 

No hay palabras largas en este día 
que se queden colgando en mi boca. 

No hay momentos infinitos 
desgarrándose en mis ojos. 

Y no hay segundos 
corriendo sobre mis cuerpos. 

Porque hoy es tiempo sin reloj. 
Porque todo en mi piel se evapora y desvanece. 

Porque hoy nada toca superficie 
y nada es hondo como el mar. 

Porque hoy 
todo gira y corre 
todo camina y vuela menos yo. 





TEÓFILO VILLACORTA CAHUIDE [13.670]

$
0
0

TEÓFILO VILLACORTA CAHUIDE

Teofilo Villacorta Cahuide (Aija – Ancash, Perú   1966). Artista polifacético que ha optado por incursionar en terrenos diversos, como la plástica, la poesía y la narrativa. Estudió en la Escuela Nacional Autónoma de Bellas Artes del Perú (Lima) y en la Escuela Superior de Formación Artística de Ancash. Como artista ha expuesto sus obras en diferentes lugares del Perú y del extranjero.
En el 2007 obtiene el Tercer Premio Nacional de Poesía “Escribas Muchik”, el 2009 el Segundo Premio Nacional de Novela Corta “Premio Horacio 2009” y el 2010 el Primer Premio Nacional de Cuento “Horacio 2010”.
Reside en la localidad de Huarmey y se desempeña como profesor de Artes Plásticas.

OBRA:

-Gaviota Gris - Poemario - Ediciones Grupo Literario Qarwanchi
-Aventuras en Marea Caliente
-Una Confesión para todos  -plaqueta de cuatro poemas- 
-Fiebre de la desidia
-De color rojo
-Marea de sombras azules
-Volver al mar como en los sueños
-Flores en mi Celda (1999) -Poemario-
-Nostalgia desde los Escombros (2001)-Poemario-
-“Conversaciones con el mar” (Ornitorrinco editores, 2012).




El imperio del amor


a una muchacha que no tiene nada de poesía
sólo sus labios hirviendo en mi boca
y su piel ardiendo en mi cuerpo


Amo a la muchacha que tiene la piel del mar
con sus vaivenes con su serenidad y su arrebato
(amor con sal amor salado)
La misma que revuelve su cuerpo en la dulce arena invernal
(amor helado y dulce)
Amo su cuerpo de agua con su temible inmensidad
donde floto
                donde navego
con mis escoriados remos que son mis propios huesos

Amo a la muchacha que tiene la piel del mar
y un nombre de sangre y carne encendida
que grita que jadea que sueña 
que tiene un camino un pueblo una ciudad
un parque desolado donde reír o llorar

Amo a la muchacha que no existe y que existe a la vez
en la germinación más pura de la palabra
en la sensación más escandalosa de la piel (que no es del mar) 
y la elevación de un alma blanca como una arma blanca
que se hunde
en el desencajado y turbio cerebro
de quienes sueñan con los ojos afilados de rabia
en tanto me sumerjo en mí
en esa inmensidad onírica lleno de astros y cielos coagulados
formando una rosa sempiterna con nuestros rostros 
rostros rebeldes de tanto amar

Amo a la muchacha que no habla
y hace cosas oscuras con su cuerpo ondulante
mientras algo bello y duro se introduce en él.
Amo a la muchacha subversiva que desgarra su piel
de donde brotan ráfagas heladas.
Amo a la muchacha de Culebras, del Perú, de América y Occidente

Amo a la muchacha de Oriente que escribió el poema más 
                                                                    hermoso 
con la sangre de sus entrañas
entre cuerpos inflamados y vaginas desolladas
por la invasión de un imperio bastardo

Amo con el corazón ardiente de un joven guerrero saudí
entre geranios y kalachnikovs
donde las torres gemelas de sus senos arderán en mi boca
y nuestros corazones estallarán como dulces granadas de rosas
y nacerá de las cenizas un nuevo imperio
el imperio absoluto del amor





Epístola a una muchacha que en sus ojos 
tiene la lucidez del mar

Y he esperado tanto tu regreso
con los ojos flotando en la leve luz de la distancia
buscando el fruto insomne de tus labios horadados por el viento.

He esperado tanto que en la cavidad de la memoria, a cada instante
aletea la blanca baraja de tu sonrisa
entre severas aguas destilando su esencia subterránea
en el fondo de mi alma inerme.

Y en los remolinos sanguinarios de ese mar
que tiene el cristal efervescente de un primer beso arrebatado
he vuelto a percibir tus ojos transparentes y tu cuerpo
como una fresca sustancia vaporosa.

El tiempo ha deslucido ostensiblemente el azul ultramar 
donde fundimos nuestros cuerpos en bellas imágenes argentadas
y las aves cual pequeñas partículas van desintegrándose
en el pálido cielo, detrás de esa caleta terriblemente desolada.

Se han arrugado los días, como papeles que guardan el sabor
de una confesión desesperada.
Recorro tus huellas sobre la inmensidad del mar
y desde el confín de un quebradizo muelle aspiro tu regreso
la brisa de tus labios frescos bebidos hasta el hartazgo
y tu cuerpo de algas flameantes ardiendo bajo el agua
mis manos cual peces resbaladizos descubriendo su encanto
a la inescrutable manera del dios Nik.

He esperado tanto para que nuestras ventanas se abran
entren y salgan las llamas devoradoras del amor
con la sustancia liquida de nuestros cuerpos
destilando entre la sangre y el fuego
un sentimiento donde aun no existo
mas que en el vaporoso insomnio de tus labios
donde se deshacen mis besos burbujeantes.




Nostalgia en las húmedas calles de Lima

Expulso mi tristeza
bajo este sucio cierzo de Lima
entre bocanadas de nostalgia
evaporándose con la fatiga de mis zapatos 
huyendo entre aullidos desesperados
y navajas enardecidas.

El sol es una suerte de baraja
a veces se retuerce del crudo invierno
de esta ciudad a todas horas desnuda
desnuda de pudores y viejas formalidades

El mar viene a mi memoria como un vino agrio
dormito en un taciturno bar de la Colmena
su rumor como una tonada
se filtra a través de un bolero
enmudezco
un llanto seco se ahoga
en el rostro del cantinero
noble muchacho evita la costumbre
de quedarse con el cambio
mira
bebe
bebe de su propio veneno
y se esfuerza por comprender
el rostro nostálgico de la vida (en mí)
que lo sostiene
que lo detiene
que lo hace pensar que el amor no existe
sólo un recuerdo
que al amanecer será polvo
expandiéndose con el viento




Otra vez el brillo desgastado

Otra vez el brillo desgastado del tiempo
destemplando nuestros huesos desesperados
entre desgajadas sombras
de unos cuerpos aterrados
que ordenan su futuro y su pasado
con un hedor de palabras arruinadas
en unos labios petrificados

Otra vez nuestras manos desvalidas
hurgando en la helada boca del mundo
una voz audible que llene el vacío
de un sueño irredimible
de seres terriblemente desesperados

Y la realidad continúa su camino de espinas calientes.
Espíritus hirvientes que no sienten las punzadas
de alguien que orina en el altar de los dioses
y pontifica en vasijas de vino
pútridas confesiones de culpa
de alguien que ahora es vestigio humano
esqueleto de fuego ardiendo
en los oscuros espejos de la noche

Otra vez las horas hervirán en nuestros labios
y se unirán las noches y los días
como dos amantes lejanos y desvelados
como dos columnas incólumes e infinitas
sobre la perversa destrucción del tiempo y el espacio





El amor se recoge en un sueño

Hoy que todo el amor se recoge
en un sueño diseminado
desde donde tus ojos alcanzan el mar
nuestras manos como flores de viento 
se estremecen
y como aves temblorosas que detienen su vuelo
nuestros labios se aprisionan
con la esencia más extraña de un beso irreal

Sin embargo nuestros cuerpos ausentes 
intentan trepar la pared del silencio
silencio que se rompe
con una dulce confesión final.
Y detrás de esas palabras de flores fragantes
me llevo tu cielo y tu mar
desde el lúcido trazo de un pincel
hasta el fuego y la sangre
de un amor irremediablemente irreal






"Una confesión para todos" 

"Una Confesión para todos", es una plaqueta de cuatro poemas de amor, donde el autor se devela, como "el pasajero de la alegría" y "el pasajero de la tristeza" y además dice: "Yo seré una costra más dispersado bajo la tierra".

Cahuide por aquel entonces, -serían los años 90- escribía entrañables poemas de amor, castizos versos que endulzaban la vida de sus lectores.

Transcribimos uno de los poemas:


CUANDO ME BUSQUES

Cuando tus ojos quieran seguir el camino
lacerante de mis huellas.
Cuando atrapar mi palabra quieras en tu recuerdo...
Las gaviotas de mi pecho martirizado
se habrán mudado
a las orillas del olvido.
Cuando tus ojos anhelan alcanzar
la fresca luz de mis ojos.
Cuando tus labios suspiren en las noches
mi ausencia...
No habrá camino para mis pies.
Cuando tu piel sea libre de tus presiones.
Cuando en tu ventana las aves cesen sus lamentos...
Yo seré una costra más
dispersada bajo la tierra.
Sin pena ni gloria.
Sin llanto ni sonrisa.
Sin nada ni nadie.
Sin tí
sin mi.






Marea de sombras azules



PRESENTACIÒN

Teófilo Villacorta Cahuide no solo es un pintor reconocido si no también narrador y poeta. Ahora nos entrega un poemario que tiene como titulo Marea de Sombras Azules, planteado como una sola y única sección que inicia con un epígrafe sugestivo y revelador del gran poeta chileno, premio novel de literatura, pablo Neruda. Sugestivo porque el poeta no habla de formas directa sobre su trabajo sino espera que el texto desnude al autor; de esta forma, Villacorta se exime de contestar sobre qué trata el libro y conserva su integridad como creador y revelador, por que en este tono en que se desenvuelven sus textos, influenciado por el Nobel Chileno en sus mejores trabajos. Y no solo se puede rastrear esta influencia sino que hay también una huella de los simbolistas franceses y de los expresionistas alemanes, como por ejemplo George Traki, lo que podemos ver en estos versos de “El amor se recoge en un sueño”.


“hoy que todo el amor se recoge
En un sueño diseminado
Desde donde tus ojos alcanzan el mar
Nuestras manos como flores de viento
Se estremecen
Y como aves temblorosas que detienen su vuelo
Nuestros labios se aprisionan
Con la extraña esencia de un beso irreal…”.


Marea de sombras Azules es un libro que trata sobre el amor, la mujer idealizada y carnal. Aunque aquí hay que diferenciar que el poeta no ve a esta literariamente, sino con la retina de un pintor, ubicándola en un paisaje que es por momento tórrido y en otros seco (arena y mar), recreando su entorno externo y interno. Más que un peregrinaje, es un viaje onírico no exento de la realidad castrante de la urbe que todo lo destruye y que solo el amor intenso salva. Con trazos fuertes e imágenes que se suceden una tras otra, logra intensidad y altura, como diría Vallejo. Y vemos pasar el tiempo, la nostalgia, el presente, las cicatrices, el espacio rural, el irreconciliable universo del poeta y el mundo exterior. Asimismo, la caleta de culebras discurriendo lenta o vertiginosamente como si fuera una realidad mítica creada solo através de la palabra del poeta. De esto se compone el libro de Villacorta Cahuide, auspicioso y generoso como su arte y su narrativa, instalándose en la poesía peruana como una voz sugerente y sublevante, mientras esperamos los nuevos frutos de su talento.
Domingo Ramos.




Pequeña Oda al cebiche

Comer un cebiche es tan placentero
Como hacer el amor

Y los peces transparentes de culebras
tienen los colores de la luz.
de piel deliciosa, blanca, dorada
fosforecen en el pálido filo de un cuchillo.
cada trozo como un hielo hirviente
cae en el zumo del limón,
fuego liquido que arde dulcemente
en el riguroso paladar
Y sabe a ardiente cópula
En la tibieza del mar.





Hundimiento azul

Para seguir en este hundimiento azul
me has traído el dulce beso del mar
y las gaviotas de agua en tu pecho
tienen el perfume de los abismos.

Del vasto reino de la memoria
huyo hacia esas barcas
que en las tardes desoladas
trae el seguimiento de tus pasos
con el anuncio de tu lejana presencia.

Esta hundimiento m
que no es más que la celebración
de esa lejanía que cae
con la sombra espesa de las cosas,
el tierno latido de tu piel
y el brillo inviolable de tus ojos.






BLANCA DEL PRADO [13.688]

$
0
0
  

Blanca del Prado e hijas


Blanca Del Prado 

(Arequipa, Perú 1903 – Córdoba, Argentina, 1979)
Mostró extraordinarias dotes de recitadora y periodista desde su infancia en Arequipa. En 1924 comienza a residir en Lima y se vincula a círculos intelectuales como el grupo Amauta, de la mano del poeta Jose María Eguren. En 1930, viajó a Chile y Argentina donde se casa con el pintor Jose Malanca, asimilándose a la descollante dinámica universitaria de la ciudad de Córdoba. "Blanca del Prado protagoniza una aventura poética que la lleva desde un inicial, delicado ruralismo ( Caima, 1933) hasta un patético tono elegiaco (motivado por la muerte del pintor José Malanca, su esposo) que impregna su obra última. Entre un extremo y otro, sus demás libros dan cuenta de una purísima voz lírica que recorre con intensidad diversas estancias del ser y del acontecer" (Jorge Cornejo Polar. La poesía en Arequipa en el siglo XX. Estudio y antología.  Lima-Arequipa : CONCYTEC : UNSA, 1990, p. 23). Publicaciones: Cayma (1933, Buenos Aires); Los días de sol (1938, Córdoba); En todos los olvidos (1946, Córdoba); Cuentos Poemáticos (1947, Córdoba); Yo no quiero mirar la primavera (1968, Lima).

Cayma – Buenos Aires 1933
Dios del Sol- 1938
En todos los olvidos – 1946
Cuentos poemáticos – 1947
Yo no quiero mirar la primavera – 1968






El pálido clima

El pálido clima de un retrato antiguo ha poblado de nombres mi memoria.
Bandada de nombres que recorren mi infancia y mi juventud.
Algunos se prenden de una fecha o de una hora. Otros transitan por un canto; muchos que miran desde viejas palabras
que recién reconozco brillan como nuevas. Viejo silencio detenido, tú vigilas los gestos del presente y me
enseñas a no espantarme de los sueños.






Desde el recuerdo

Desde el recuerdo, maduran en mis ojos los colores del pueblo y pinta más alto y más azul y más amanecer el canto del gallo, es más poema el camino del alba y más cercana la misa y los pasos de la abuela en la campana.

Desde el recuerdo, nuestra infancia se alza en vuelo sobre el diciembre de los trigos y beben los gorriones nuestros pensamientos puros en las palabras del agua.

Desde el recuerdo es más sin nombre el mundo en el silbo alfalfero detrás de la manada.

Desde el recuerdo, la realidad en el zaguán, en pregón, en cantarilla, en leche.

Desde el recuerdo, la última mañana: montes azules, escarchas en los andenes, humo del tren que arremolina mi pena en una quebrada, y en la lejanía, un adiós en las manos pobres de rumbos de un chacarerito, un adiós que decía "Cómo me llevaran!".

Desde el recuerdo, un adiós en colores.





Blanca del Prado, una figura olvidada 

Por Jorge Cornejo Polar

El 2003 se cumplieron cien años del nacimiento de la escritora Blanca del Prado (Arequipa 1903 – Córdoba, Argentina, 1979). Ni ceremonias ni homenajes recordaron la fecha a pesar de la extraordinaria pureza de su voz lírica y de que en su obra la presencia del Perú es piedra angular. Tal vez el que gran parte de la vida de Blanca transcurriera en Córdoba, donde publica casi todos sus libros, explique el olvido. Pero no lo justifica por cierto. Las líneas que siguen quieren precisamente recordar la figura y la obra de una poeta que no debe ser olvidada.


La morriña del terruño

Blanca del Prado, que había nacido en Arequipa en 1903, se trasladó más tarde a Lima donde frecuentó asiduamente a José Carlos Mariátegui, quien no sólo la distinguió con una amistad especial sino que reconoció la calidad de su poesía (varios textos de Blanca figuran en las páginas de Amauta). Es en ese entorno donde conoce al pintor argentino de origen italiano José Malanca con quien se casa en 1930. Poco después el matrimonio se instala en Córdoba, donde había nacido Malanca. En esta ciudad, su segunda patria, pero con el pensamiento y el corazón puestos en su Arequipa y en el Perú, se escribe la obra de Blanca del Prado.


Blanca, poeta

Dos líneas sostienen temáticamente la estructura de la poesía de Blanca del Prado en sus primeros libros: Caima, (1933), Los días de sol, 1938. Una es la aproximación entrañable, casi religiosa al paisaje natal. La otra, una evocación nostálgica de personajes y circunstancias de su querida Arequipa. Los libros siguientes, En todos los olvidos, (1946), y Cuentos Poemáticos, (1947), renuevan esta visión mágica del mundo natural y aunque no se la mencione, el recuerdo de la tierra sigue jugando papel importante. Los dos últimos libros –Yo no quiero mirar la primavera, (1968), y Elegías, (1979)– dan cuenta de un cambio mayor. Y es que en 1967, al morir su esposo, la cristalina voz de Blanca se oscurece, el tono elegíaco predomina y revela la intensidad de un gran amor al que la muerte del amado ha sumido en la desolación. Lo que no cambia es la forma. De comienzo a fin su obra está escrita en prosa poética, modalidad difícil que Blanca maneja con maestría admirable.

“Desde el recuerdo, maduran en mis ojos del pueblo” es el inicio de un texto. Y este verso podría servir de cifra a Caima, conjunto de delicadas prosas poéticas que brotan cálidas de una memoria que la lejanía aviva y la nostalgia estremece. El libro, trabajado con gran amor por las palabras, revela también un tino especial para jugar con su sonoridad: “Rosa, jardín, paloma, viento, niña, nube, cielo, azul, sol, agua, canto...” se lee en el poema apropiadamente titulado Canto. Confiesa Blanca que enseñó estas “candorosidades” a Mariátegui, quien las calificó de poemas y así se animó a publicarlas.

Los días de sol renueva la comunión de Blanca con el paisaje y algunos personajes característicos. Pero el libro ofrece varias novedades: el sentimiento maternal ya insinuado al final de Caima por un lado, la utilización de la forma narrativa en dos pequeños relatos por otro. Y la aparición inesperada de un hermoso canto a los muertos de la guerra civil española: Qué silencio tan alto se ha formado en mis palabras, porque no existe un nombre que fulmine el pesar de España. Es el silencio de los miles de muertos en España.

La memoria del corazón está detrás de muchos de los textos de En todos los olvidos, conjunto de prosas poéticas en las que la amorosa consideración del paisaje es –rasgo característico en la obra de Blanca– el motivo principal. El tema del tiempo comienza a aparecer con fuerza (Sobre el tiempo, Corazón de la tarde, En las márgenes del tiempo) y no falta alguna arte poética como El pálido clima o Cuando todo se torna canción algunos días.

Unas palabras finales para Elegías. Testimonio de inmenso dolor ante la muerte del esposo, estas prosas poéticas están lejos de la queja sensiblera o el lamento melodramático. Estamos sólo ante la pena honda transfigurada en alta poesía. Yo no quiero mirar la primavera, el intenso poema inicial da la tónica del libro: Yo no quiero mirar la primavera, yo no quiero mirar siquiera la paloma llevando esos días azules en el pico. Ido el amado todo parece perder sentido.

Las prosas poéticas de Blanca del Prado constituyen sin duda una estancia importante en el proceso de la poesía peruana del siglo XX. Y su vida consagrada al amor y a la poesía son ejemplares. No hay que olvidarlo.








ADELA MONTESINOS [13.689]

$
0
0

Adela Montesinos  

(1910-1976)
Nació circunstancialmente en Lima, se crió en Arequipa, donde comenzó a publicar sus artículos periodísticos en pro de los derechos de las mujeres.  Luego vivió en Lima y Chile, retorna a Arequipa por unos años, y luego va a Lima, donde reside desde 1955 hasta su fallecimiento.     
Escritora, militante feminista y del Partido Comunista, se abocó a la poesía en los últimos años de su vida.  
Adela Montesinos es una paradigmática y ejemplar mujer peruana, cuya vida fue dedicada a luchar con pasión por los derechos y dignidad de la mujer, obreros, estudiantes y campesinos. En 1930 empezó a publicar sus artículos sobre feminismo y necesidad de una toma de conciencia, respecto a la dolorosa condición social de la mujer. Nació en Lima el 12 de diciembre de 1910, se casó con Pompeyo Herrera Mejía, quien fue torturado en El Frontón por el gobierno de Sánchez Cerro, a consecuencia de lo cual falleció (1935), matrimonio del que nació Guillermo. En 1939 contrajo matrimonio con Gustavo Espinoza Rosales, del que nacieron Dunia (1940) y Gustavo (1941). Precisamente su hija Dunia ha terminado de preparar la obra en prosa y doctrinaria para presentarla con ocasión del Centenario del Nacimiento de Adela Montesinos. Se trata de un libro que contendrá todos sus artículos sobre feminismo, como textos escritos en el destierro y ensayos que fueron publicados a lo largo de su fecunda existencia. A diferencia de muchas escritoras, Adela Montesinos sólo cursó hasta el segundo de primaria por haber sido expulsada y leer a Víctor Hugo. Sin embargo, su fuerza de voluntad la convirtieron en un ejemplo de fe y esperanza. 




Siempre hay más

(1933)

Hay un cónclave siniestro de
voces cavernarias
Hay rejas de prisiones
y noches de orfandad sin una
estrella
Hay rondas de cuchillo apretados
cerrando los caminos
por ello sufro, lloro, grito,
muero una hora y resucito.
El alma humana enraizada
siempre es más que las voces
inclementes,
Que las duras rejas,
que los leos ardientes,
que la orfandad sin luces,
que las rondas sin pan y con
cuchillos.





Pablo

A la muerte de Pablo Neruda

Esta vez la primavera
fue rota y torturada
antes de llegar a tu vera,
principio del verbo poético.

Querías vanamente que el pan
fuera de mano en mano,
querías que la cuchara
no durmiera en su sitio.

Ojalá pudiera conservarse
un poco de tu luz.





La pena

Una mañana grisácea
La pena cayó en mi patio.

Yo era niña y sin saberlo
Cogí en mis manos la pena,
Con ella jugué de niña
Y con ella fui creciendo,
Y con esa pena vivo
Desde que cayó en mi patio.

Fui creciendo… perdí el patio
Pero no se fue la pena.

Enero de 1945.





¿Cuándo?

¿Cuando al fin se podrá comer tranquila
sabiendo que todos han comido?





Necesidad vital

Si sé del hambre
cómo no cruzar despavorida el mundo,
buscando, anhelando, suplicando
llorando, peleando, exigiendo
porque todos tengan por igual,
expedito y cabal
el derecho elemental
de ganar su pan cada mañana.
Necesidad vital:
¡El pan cada mañana!.





Adela Montesinos
Por  Mario Rommel Arce Espinoza

Luchó por cambiar la condición de la mujer en el Perú. En esa línea, fue opuesta a la marginación social de la mujer soltera. Así como también, abogó por la familia horizontal, donde ambos esposos tengan igualdad de oportunidades laborales y de realización profesional.

Adela Montesinos destaca hoy como la primera mujer feminista de Arequipa. Nació en 1910 en el seno de una familia con mucho prestigio social e intelectual. Ella, en particular, mostró desde niña mucha emoción social. Tampoco fue ajena a las preocupaciones sociales del momento.

Desde muy joven vio con pesar la condición de los trabajadores, sobre todo del trabajo femenino y en muchos casos del maltrato de que eran objeto por parte de sus patrones. También percibió que la condición de la mujer se encontraba en franco desequilibrio con relación al hombre. Vio allí la frustración de un proyecto de vida. El carácter patriarcal de la sociedad peruana condicionaba a la mujer a una situación de dependencia, que fue rechazado por el movimiento feminista de fines del siglo XIX y comienzos del XX. Se lucha, no por un predominio de la mujer sino por la igualdad de género que reconozca la igualdad ante la ley, donde todos tengan las mismas oportunidades de desarrollo personal, profesional y familiar.

Adela Montesinos, no obstante su extracción social, estuvo muy identificada con la causa obrera local y a la temprana edad de 19 años, comenzó a publicar en el diario “Noticias” varios artículos con el seudónimo de “Alma Moreva”. Su inquietud intelectual evidenció desde entonces un marcado compromiso social con la mujer de su tiempo.

Su hija Dunia Espinoza Montesinos recuerda que fue Juan Manuel Polar Vargas, el más querido maestro de todos los tiempos, quien sirvió de intermediario entre ella y el periódico. No era raro pero si extraño que una joven de sociedad, escriba sobre temas tan sensibles para el espíritu más conservador del momento. Por eso, quizá el maestro Polar protegió la identidad de la joven. Sin embargo, la respuesta a sus artículos no tardó en aparecer. Desde el periodismo, la escritora y poetisa Hortensia Málaga de Cornejo Bouroncle polemizó con ella a nivel ideológico.

Recordemos que el rol de la mujer por mucho tiempo estuvo limitado al trabajo doméstico. El predomino del varón sobre la mujer hizo que ésta dependiera de aquél en todo. Los esquemas sociales de la época impidieron que la mujer por sí misma pueda desarrollarse.

Contra todo esto escribe “Alma Moreva”, en un intento por crear conciencia entre las mujeres de su tiempo para que sean ellas las dueñas de su destino. En un artículo suyo titulado “Feminismo”, Adela denuncia la condición de la mujer y rechaza su dependencia económica. En su opinión, la mujer debe prepararse para conseguir su propio dinero que le permita lograr su desarrollo personal. También fue opuesta a la marginación social de la mujer soltera. Igualmente consideró que no debía existir diferencia entre los hijos legítimos e ilegítimos. Así como también abogó por la familia horizontal, donde ambos esposos tengan igualdad de oportunidades laborales y de realización profesional.

En respuesta a sus planteamientos recibió el apoyo de muchas mujeres que escribieron a la redacción del periódico identificadas con sus ideas. No fue, por cierto, la única en el país que luchó por la causa de la redención de la mujer. Y si bien parecían esfuerzos aislados, condenados a la mayoritaria crítica social, el ambiente de cambios que vivió el mundo con la llegada del siglo XX, abrieron la posibilidad de un cambio de actitud en relación a ellas. Así fueron incorporadas progresivamente a la actividad laboral y, también, a los centros de enseñanza superior. Su rol comienza a partir de entonces a cobrar más protagonismo en la sociedad.

Aunque tampoco se puede desconocer que en el siglo XIX hubo mujeres dedicadas a la enseñanza y a ejercer el periodismo como escritoras. En los colegios para mujeres, fueron ejemplares profesoras y allí mismo las educandas fueron preparadas para el hogar, cuando fueran esposas, pero también en caso de necesidad, para poder defenderse en la vida con un oficio.

Sin embargo, el camino hacia la igualdad de derechos entre el varón y la mujer, no estaba lejos de concretarse. La acción que en ese sentido desplegaron los grupos feministas de la época fue muy valiosa. De ahí la importancia de Adela Montesinos.

La lucha que libró a favor de la mujer, propuso además conseguir el voto universal, que les permita elegir y ser elegidas, coincidiendo en ello con María Jesús Alvarado y Zoila Aurora Cáceres, quienes desde la década del veinte pusieron en debate dicho tema. Por esa razón, no fue extraño que en los debates del Congreso Constituyente de 1931 el voto de la mujer fuera materia de ardua polémica. Y que finalmente en 1955 se lograra el reconocimiento del voto femenino para las elecciones generales de 1956.

Adela luego se trasladó a Lima y allí se vinculó con el movimiento “progresista” que integraron Ángela Ramos, Zoila Aurora Cáceres, las hermanas Bustamante, Carmen Saco y otras mujeres cercanas a José Carlos Mariátegui.

Para entonces Adela comparte el ideario del Partido Comunista de reciente fundación en el país. En las actividades de militancia política que desarrolla, conoce a Pompeyo Herrera, quien será su esposo. El era un joven activista político en la Universidad de San Marcos y, por lo mismo, el gobierno de Sánchez Cerro ordenó su prisión en el Frontón. Mientras tanto, Adela fue la primera mujer que habló en un mitin organizado por el Partido Comunista en la Plaza San Martín.

Poco tiempo después acompañó a su esposo en el exilio a Chile. Allí viajó también con su pequeño hijo Guillermo. Solo que al poco tiempo murió Pompeyo Herrera y Adela enviudó con la responsabilidad ahora de sostener a su hijo. Nada la arredró y, por el contrario, aprovechó la oportunidad de estar en Chile para entrar en contacto con el Movimiento por la Emancipación de la mujer chilena (MEMCH), al cual se adhirió por compartir los mismos ideales de lucha. Trabajó junto a Elena Caffarena y Martha Vergara para unificar a las mujeres. Con el seudónimo de Fernanda Martínez escribió numerosos artículos periodísticos: “Las mujeres contra el fascismo”, “Porque las mujeres queremos la paz” “Levántate y anda”, “Los hijos legítimos e ilegítimos son todos iguales, hijos de la vida”, etc.

Regresó al Perú y se casó nuevamente. Establecida temporalmente en Arequipa, tuvo dos hijos en su segundo matrimonio: Dunia y Gustavo Espinoza Montesinos. Radicada en Lima a partir de 1955, participó en la fundación de la ANEA, donde trabajó como bibliotecaria. Transmitía por Radio Nacional del Perú el “Boletín Cultural de la Semana”. Fue de las primeras mujeres en enrolarse para atender la distribución del vaso de leche en los colegios.

Debido a un enfisema pulmonar, producto de fumar dos cajetillas de cigarros “Inca” por día, permaneció guardando reposo en su casa, adonde iban para conversar con ella Magda Portal, Catalina Recabarren, Carmen Luz Bejarano, Emilio Adolfo Westphalen, Ernesto More, Ana María Portugal y muchos otros.

Sus últimos años de vida fueron dedicados a la meditación y a la producción poética, que también fue su pasión. Su vida se extingue el 2 de abril de 1976, pero no así su pensamiento y la trascendencia de su obra, que últimamente está siendo difundida por su hija Dunia, quien prepara una obra sobre su madre.



ANDREINA RIVERA DÁVILA [13.690]

$
0
0

Andreina Rivera Dávila 

Maestra-Artista nacida en Moquegua,Perú  el 4 de febrero 1912.

Lúcida y vital  a  los 102 años,  Andreína ha sido maestra (de nivel primaria), comunicadora radial y es poetisa vitalicia.  Es "Hija predilecta" de Moquegua,  ciudad donde nació (del matrimonio del caballero moqueguano Abel Rivera de Alarcón con la dama arequipeña Petronila Dávila Rodríguez), y a la que dedicó el poemario Canto a Moquegua.  Ejerció la docencia por más de 50 años en Arequipa a la par de sus actividades literarias.  Por el año 1980 participó en la fundación del Centro de Escritoras Arequipa y en 1985 en la creación de la Filial Arequipa de la Asociación Peruana de Literatura Infantil y Juvenil.  Ha cosechado múltiples homenajes de instituciones de Moquegua, Trujillo, Cajamarca, Arequipa, nacionales (como la Biblioteca Nacional, el Congreso de la República y el Ministerio de Educación), así como en Cochabamba-Bolivia.  Los nostálgicos aún recuerdan su programa radial  "Poemas del amanecer", que se transmitió durante 17 años vía  Radio Continental.  



Al pie del limonero

Por donde canta el agua de los viejos ríos
iré a encontrarme con mi edad primera

Al sol... al caracol... a la piedra
me quedaré buscando detrás de la tarde
a aquel perro fiel que lloró mi llanto.

De codos sobre la lluvia,
al pie del loimonero,
mi muñeca de trapo llamará de nuevo
a mi niña, niña, niña...
para jugar sus juegos

Estaré en su tiempo de castillos
y molinos de viento
pintarrajearé luceros,
mandiles y cuadernos,
y danzaré en el recuerdo
con mis amigos de colegio

Y rompiendo una lágrima
volveré de nuevo
por el camino viejo,
con mi cuaderno de versos,
y la pulsación del pueblo





Estas manos mías

Estas manos mías,
de color de nácar estando pequeñas
estas manos mías ,
subieron de tono en playas ajenas

Estas manos mías 
adornaron mi vida de muchacha quinceañera
estas manos mías
recibieron caricias de amantes sin espera

Estas manos mías 
supieron de guantes y joyas muy finas
de notas tocas de pianos
y niños mecieron mis manos
en otras primaveras

Estas manos mías
maduras y frías 
cargadas de arrugas y melancolía
ya no son de nácar,
ya no son pequeñas.




Nota periodística:  Andreína, la poeta del siglo de vida

Presentación de su libro "Poemas del amanecer" en la Biblioteca Regional Mario Vargas Llosa , ago. 2013


Andreina Rivera Dávila tiene 100 años, la piel blanca y suave con pecas notorias en las manos, y unos llamativos ojos verdes oscuros. Aún conserva el rostro amigable y ese sentido del humor que ella cuenta tenía en la niñez. Ella ha vivido 100 años entre libros y poemas. Ha recibido distintos reconocimientos nacionales como internacionales siendo nombrada “Hija predilecta” por la Municipalidad de Moquegua, ciudad que la vio nacer el 4 de febrero de 1912 y uno de sus últimos reconocimientos como “Patrimonio Cultural Humano de la Literatura” en mayo de este año en Cochabamba, Bolivia.

La Cuarta  Feria Internacional del Libro de Arequipa quiso sumarse a la trayectoria de Andreina Rivera con un homenaje significativo a sus 80 años de poeta y a su participación como fundadora de varias instituciones culturales, esta actividad se realizó el día 22 de setiembre  en el auditorio “José Ruiz Rosas”, con la presencia del Gestor de la Feria Internacional del Libro  y Director de la Alianza Francesa de Arequipa Marcel Zerr junto a María Elena Rodríguez de Cuba, Directora del Instituto Cultural Peruano Alemán representantes de la Asociación cultural ARTEQUIPA,  quienes entregaron un diploma de honor a la homenajeada.

¿Por qué la poesía entre tantos géneros literarios? pregunté, mientras Andreina  me mira con ojos algo cansados seguramente de tanto leer. -La poesía es muy humana, se coge de aquí y de allá y resulta una creación bonita e importante, con las imágenes humanas que se forman en cada poema resulta muy bonito y muy fácil de repetir- alega la poetisa.
Con sus vivaces ojos verdes que atraviesan el cuerpo, como intentando analizarte el espíritu, Andreina me recita La palabra. Un poema considerado muy personal para ella.



“Que crezca de amor la palabra
Que se arrodille tierna para cantar a las madres
y acunar a los niños
Que asista a las alegrías y a las hambres asista
y deje una rama de olivo como presagio de mejores días(…)
Que se sepulcren sus miedos
pero que no se construya para darse vendida
que diga al PAN ¡PAN! y al vino ¡Vino!(…)
que no duela como llaga por la insidia
que delire y su tránsito eternice
en lo noble lo perfecto y lo divino
que salga de todas las esferas con tono de esperanza positivo
como el sol como el agua como el viento libre multiplicado en fuerzas nuevas
Para los hombres que es decir para las mujeres plenamente libres(…)”




Esta poesía nunca fue publicada, según afirma Andreina. Su sobrino Jorge Luis… ha pensado en reunir los poemas inéditos de la poetisa en una nueva antología, cuya idea ella celebra con entusiasmo.

En su infancia la poetiza se consideraba una niña muy traviesa, juguetona pero siempre dedicada al estudio. Su cercanía a la literatura comenzó a través de los cuentos, novelas y libros de poesía que diariamente solía leer. ¿Recuerda algún libro en especial? -No, no recuerdo ninguno ahora, fueron hace tantos años- dice con algo de tristeza en la voz – yo leía y anotaba las palabras que me gustaban, que indicaban algo muy personal- explica.

Andreina donó su biblioteca con  más de 300 libros a la Municipalidad de Yanahuara, y aunque no recuerde el motivo de su donación, mantiene el aire orgulloso de quien hizo su buena acción por los demás.

Periodismo y enseñanza

Andreina Rivera  se tituló como maestra de primaria en la Universidad de Huancayo en 1932 y ejerció por primera vez su profesión en Tarata, Tacna. Era tanta la dedicación que le prestaba a la enseñanza de sus alumnos que fue apodada “maestra artista” por sus colegas.
-Los eduque de tal manera, que estudie a los alumnos para ver que habilidades tenían y descubrí que mucho podían ser abogados, médicos, etc.- recuerda con alegría Andreina –Enseñe a mis los alumnos a cantar a tres y cuatro voces*, formé un coro, ellos cantaban canciones muy bonitas que ya no recuerdo- sonríe – Pero mis alumnos cantaban muy bonito-.

Andreina se pone a aplaudir con entusiasmo cantando una pequeña composición suya hecha para sus estudiantes, de esta forma ellos aprendieron de manera mucho más rápida las medidas de longitud. Según nos cuenta dibujo la figura de un metro en la pizarra y lo dividió en varios componentes y comenzó a cantarles:



El metro, el metro, el metro
Tiene 10 decímetros
El metro, el metro, el metro
Tiene 100 centímetros
El metro, el metro, el metro
Tiene 1000 milímetros
El metro, el metro, el metro
Yo ya me lo sé…



Sus carcajadas sonoras y los pequeños saltos que dio en su sillón, recordando la canción, conmueven tanto a la redacción como a nuestro fotógrafo y camarógrafa, que la acompañamos con aplausos, pensando que esa composición nos habría servido de mucho, en los tiempos difíciles de colegio.

Andreina no solo fue maestra sino que ejerció también en un tiempo posterior varios roles periodísticos. “Poemas del Amanecer” fue un programa que condujo por más de 10 años en la desaparecida Radio Continental, donde leía y declamaba poesías propias y ajenas con el fin de compartir cultura con los oyentes. Luego fue invitada a dirigir y conducir el programa televisivo “Primer Magazine” en el canal 6TV, durante 10 años donde realizaba entrevistas intelectuales y artistas del medio, y solía organizar recitales y audiciones semanalmente. –“Poemas del Amanecer” era tan conocido que llegó hasta Jauja, donde un colega mío me llamó para felicitarme por el programa diciendo que era un buen trabajo y  que ojalá no lo quitasen de la radio, porque era muy cultural- recuerda Andreina.

El trabajo que la hace sentir más orgullosa fue la fundación del Centro Escritoras de Arequipa(CEA) en 1980, junto a su amiga la maestra Carmela Núñez Ureta – la intención fue compartir con las socias lo que ellas leían y escribían y me puse a reunir esos escritos y todo se publicaba, para que participe toda la sociedad- cuenta. El CEA cuenta con más de 10 antologías poéticas publicadas de los miembros, incluido el poemario “canto a Moquegua” escrito completamente por Andreina, entre muchas otras publicaciones.

Una amiga, una hija

Detrás de una gran mujer como Andreina, se encuentra otra especial mujer  la Sra. Maruja, una mujer madura de ojos negros y piel tostada por el sol,  quien se encarga de los cuidados de la poetisa deshaciéndose en atenciones con ella.

Desayunan, almuerzan juntas y salen a pasear de la misma manera. Quien mejor que Maruja para contarnos las anécdotas graciosas y tristes de Andreina. Ella aparece con álbumes de fotos mostrando las pequeñas mascotas que Andreina criaba como loros y cachorros.

Narrándonos anécdotas de estos 2 años y medio que lleva cuidándola como una hija. Nos pregunta como debería vestirla para el día de su homenaje en la Feria Internacional del libro (FIL), expone cuál es su comida favorita, su música favorita y como Andreina la ayuda con un amigo que la pretende. Son las mejores amigas.

–Cuando mi madre murió la señorita Andreina me dijo que ahora ella había ganado una hija y que mi madre seria como un ángel cuidándonos- dice sonriendo mirándola desde el sofá de la sala con profundo respeto y cariño.

– Cuantos años vivirá, pregúntele a la señorita Andreina para que le cuente un sueño que tuvo con el Espíritu Santo y de paso ella le dé su bendición- me dice conmovida Maruja– El espíritu Santo es mi guardián siempre me cura y me protege- acota Andreina desde su sofá favorito, se considera una persona muy creyente pues para ella todo tiene un sentido espiritual igual que la poesía –Pero, usted ha recibido una revelación de él ¿verdad?- pregunta insistente Maruja. – No lo recuerdo, no sé cuantos años aún voy a vivir, hija- comenta Andreina mirándola algo confundida y con una sonrisa divertida.

-Ojala viva unos 1000 años más- le decimos con alegría. La poetisa da una carcajada al aire -Eso es demasiado tiempo- responde.

Andreina Rivera Dávila sigue siendo la niña alegre y graciosa que cautiva el corazón de quienes la conocen y que todavía tienen el agrado de escucharla recitar poesías y su arrulladora voz durante todos los días como la Sra. Maruja. Andreina finaliza la entrevista con un poema más regalándonos su sonrisa infantil y cómo ve ella su vida a través de Las Manos:



Estas manos mías de color de nácar estando pequeña
Estas manos mías subieron de tono en playas ajenas…
Estas manos mías adornaron mi vida de muchacha quinceañera
Recibieron caricias de amantes sin espera.
Estas manos mías supieron de guantes y joyas muy finas
De notas tocadas en pianos
Y niños mecieron mis manos en otras primaveras
Estas manos mías  maduras y frías
cargadas de arrugas y melancolía
ya no son de nácar
ya no son pequeñas…



CARMELA NÚÑEZ URETA [13.691]

$
0
0

Carmela Núñez en uno de los homenajes a la memoria del poeta César Vallejo en el parque que lleva su nombre.



Carmela Núñez Ureta 

Nació en Arequipa, Perú en 1921 y murió en 2014.
Pertenece a un clan familiar marcado con los dones de las artes: los Nuñez Ureta, hijos de Pedro C. Nuñez y Julia Ureta.  Hermana menor de Teodoro (1914-88) y Alejandro (1920-74),  grandes maestros pintores, sobretodo de la acuarela.   Estudió en la Universidad Nacional de San Agustín y la Universidad Católica Santa María.  Educadora, periodista, actriz y sobretodo, escritora.  Publicó cinco poemarios (Tú, A mis niños, Mística, Tierra, Huellas), pero tiene poesía y prosa aún inédita   (cuentos, obras de teatro, ensayos y conferencias) que ameritan su publicación.  En 1980, junto a otras escritoras, fundó el Centro de Escritoras de Arequipa.  Ocupó la primera  Directiva, acompañada por  las escritoras Alicia Núñez Borja, Andreína Rivera Dávila, Doering Alatrista, Mary Marré, y Ana María Martinez.  Sufrió el terrible dolor de perder tempranamente a su único hijo, el pintor y escultor Pablo  Núñez Ureta (1954-2001).



Las palmeras de La Apacheta

(a veces titulado Las palmeras del cementerio.  Dedicado a la muerte de su hijo.  Publicado en Tierra -2003-)


Unípedas brujas, con los cabellos verdes
son las altas palmeras del viejo cementerio,
de la tarde a la noche se inclinan cuchicheando
sobre los muertos vivos que lloran a sus pies.

Qué oscuras palabras se dirán al oído,
¿conversarán acaso de amores perdidos?
hablarán de los muertos o tal vez de los vivos
que se quedan inertes tras los mármoles fríos.

No me gusta su altura porque no puedo oírlas,
solo el viento conoce sus palabras mudas;
si pudiera elevarme, llegar a su nivel
tal vez me contarían la historia que susurran.

Si por las noches salen los huesos a besarse,
si los cráneos se buscan, si se abrazan los húmeros,
si los fémures salen danzando entre los árboles
y las órbitas huecas persiguen a la luna.

Tal vez me cuenten como en las noches negras
las mandíbulas cantan salmodiando aleluyas,
se despiertan sonoras las antiguas caricias
y el amor resucita en los óseos coloquios.

Cómo me gustaría saber lo que ellas saben,
sacarles su secreto, robarles su misterio,
para entrar en su mundo sin temor y enredarme
por siempre en lo absurdo de su extraño murmullo.



Escribir

Se puede escribir cualquier cosa:
escribir que una está triste
que ya no importa nada,
que las ramas de los árboles
ya no tienen gusto ni tienen alma,
que las cosas son opacas,
que no hay verdes en la vida.

Se puede escribir cualquier cosa
cuando no importa quién nos lea,
porque no saben leer,
porque se acaba el agua
y se crece la sombra
y a nadie le importa el amor.

Se puede escribir cualquier cosa
cuando el tiempo nos llega,
sin embargo es un tiempo largo
al que se le va el color,
un tiempo enclenque y pálido
que no sirve ni para dar las horas,
un tiempo seco que corre en medio
de muchas acequias y no las toca.

Cualquier cosa se puede escribir
así sin pensar, porque ya nadie
piensa
para escribir o para reír ni para nada.
Cualuier cosa  se puede escribir
en esta máquina que es como
cualquier otra
y más compañía que cualquiera
porque te escucha mejor
porque no sabe amar
ni le importan los problemas.

Cualquier cosa se puede escribir
sólo para decir
lo que no se sabe vivir
o para aprender a morir






CARMELA NÚÑEZ URETA ARTISTA COMPLETA DE UNA GRAN FAMILIA

Carmela Núñez Ureta nació en Arequipa. Su padre Pedro C. Núñez y su madre Julia Ureta, al unir sus vidas crearon una familia de artistas, la gran familia NÚÑEZ URETA. Dignos representantes peruanos con renombre mundial y de invalorable aporte a la cultura de nuestro Perú: Pintores, escritores y músicos, que al decir de un buen señor ¡son de Arequipa, como el "sillar": bello, blanco, nuevo, viejo, roto, labrado, liso, caído, brillante, eterno!

Carmela estudió en la Escuela Juan Manuel Polar, posteriormente, en el Colegio Nuestra Señora de la Asunción. Estudió Letras y Pedagogía en la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa y en la Escuela de Periodismo y Relaciones Públicas de la Universidad Católica "Santa María". Es maestra, periodista, actriz, narradora, mujer, madre y poeta.

Ha publicado 5 poemarios y tiene inéditos cuentos, obras de teatro, ensayos y conferencias.

Sería muy largo enumerar sus obras, así como citar sus premios y distinciones; podemos decir que ha dedicado su vida entera a leer, escribir, actuar y dormir; además de orar, amar a Dios y buscar la paz sobre todas las cosas. Carmela Núñez Ureta fue, además, Fundadora y Primera Presidenta de la prestigiosa Asociación de Escritoras de Arequipa. Asociación que hace poco cumplió 30 años de valioso trabajo. Lamentablemente, Carmela no pudo asistir debido a un fuerte resfrío.

La poesía de Carmela es un canto de amor que, al mismo tiempo, está poblada de recuerdos sin quedarse en el pasado. Su voz también es social. Encontramos atisbos de protesta en sus palabras por la vida que circunda en la sociedad peruana, corrompida por dirigentes que no dejan huella. Su poesía es intimista, social, mística, singular, fraterna, plural. Además, es un espejo de la vida en Arequipa, con el encanto de sus paisajes, de su naturaleza con sabor a fruta, de su campiña, de sus elementos como la llama, el cielo, el barro, los sauces, las acequias. Su poesía es un abrazo con sabor a tierra húmeda, es una forma de pernoctar en el bello solar del clan Nuñez Ureta.

Carmela es una mujer solidaria, inteligente, súper sensible y con mucha alegría por la vida. Sin embargo, al leer su poesía también encontramos ese sabor a luto, que a todos nos ha de golpear en algún momento. En su caso fue la pena por la ausencia del único y amado hijo: Pablo Núñez Ureta.


"Ayer había flores y colores ardientes,
había verdes nuevos como esperanzas frescas,
ahora sólo queda un gemido largo, hondo, silencioso
que pone charcos de pena en todos mis caminos..."


La experiencia de vida dedicada a las letras de Carmela no solamente está en su patria grande Arequipa. Ella viajó a otros países como EE.UU. Su estadía en España fue agradable porque es una fervorosa admiradora de la generación del 27 de la poesía española. Ella conoce de memoria poemas de Machado, Alberti y otros.

Carmela ama el verde intensamente, porque es la naturaleza misma de Arequipa, de todos los lugares que recorre, de los paisajes pictóricos de sus hermanos Teodoro y Alejandro y en fin, de toda su familia.

Con Carmela aprendimos que:



"Se puede escribir sobre cualquier cosa:
escribir que una está triste
que ya no importa nada,
que las ramas de los árboles
ya no tienen gusto, ni tienen alma...”



Asimismo, reproducimos un texto escrito por ella, el cual está al final de un libro suyo:


"Desde muy niña \aprendí a decir poemas, los decía en la escuela, más tarde en el colegio, hasta que un día pensé. ¿Por qué expresar lo que pienso y siento con voces ajenas? ¿Por qué no expresar con mi propia palabra, con mi propio grito de amor, el dolor?... Entonces, otro día comencé a escribir, aún no he podido lograr hacerlo bien, pero sigo intentándolo. Con el tiempo y los sucesos que han ocurrido en mi vida y en mi pueblo, la necesidad de escribir ha sido cada vez más exigente. Me ha guiado siempre el deseo de comunicar a los demás un poco de esperanza, un profundo anhelo de justicia y un afán inacabado de amor y de paz. No sé si lo he logrado o no, pero seguiré escribiendo sin temor a la crítica, sin tener en cuenta las "modas literarias", ni la opinión, generalmente equivocada, de los entendidos.


Yo creo que quien desea escribir, no debe hacerlo con la intensión de llegar a ser notable, sino con la convicción de decir su verdad, de la mejor manera posible y con el único propósito de compartir con los demás, el deseo de un mundo mejor".

A continuación otro comentario acerca de la Mística de Carmela:

Desde 1978 cuando leímos una selección poética de Carmela Núñez Ureta "TÚ" , encontramos que con sutileza romántica, iba dejando el amor en la profundidad de su poesía:



"La sombra de los árboles
peleará con el viento
y estará rota la estrella
donde empezó el amor"...


Sin embargo en Mística, encontramos una entrega amorosa, una dulce sonrisa, una serena paz al dolor que lacera. En esas instancias su verso encuentra su raíz más profunda y el dolor se hace esperanza, plenitud y sosiego. Clama a Dios con nostalgia, se abre al amor de los niños descalzos, de los ojos sin luz, de los gritos del hambre:



"Ya no importa la muerte
el llanto, ni la pena,
en tus brazos abiertos
la dicha se hace eterna"...



En sus versos remarca un matiz de honda espiritualidad y encierra una poesía moderna, sin dejar de ser romántica: es realista. Su lenguaje es simple, cadencioso, sencillo, manifiestamente profundo, no hay contrastes... (comentario de Elsye Canal).

Como pueden apreciar, hay muchos comentarios admirables a lo largo de su vida; además, de anécdotas y jornadas culturales como profesora y a través de la Asociación de Escritoras de Arequipa.

Ella escribió varias obras y ha logrado publicar cinco libros:

1.- "TÚ", escrito en 1978 y  que en su primera página dice:
     "Tú... cualquiera que seas, escucha mi voz
     en el aire y en el agua, va siempre en tu búsqueda,
     para que juntos podamos afirmar nuestra esperanza".
2.- A MIS NIÑOS
3.- MÍSTICA  en 1995
4.- TIERRA  en el 2003
5.- HUELLAS en el 2004. En este libro encontramos  un breve resumen de sus datos biográficos.

En su reconocida entrega por el arte, Carmela Núñez Ureta logró actuar en varias obras de teatro, participó en programas de televisión para Extensión Educativa y es una declamadora realmente genial y expresiva.
Gracias Carmela Núñez Ureta, por sus ejemplares logros, porque siempre aprendemos de sus méritos e historia viviente.

Arequipa y el Perú sienten el orgullo de saber que Ud. es un ícono de la cultura y siempre digna representante de una gran familia, que sigue dando lauros a nuestro país.






A los 93 años de edad, la poetisa y actriz Carmela Núñez Ureta dejó este mundo con un legado lleno de creación e inspiración artística.

Nació en Miraflores en 1920, fue hermana de los reconocidos acuarelistas Teodoro y Alejandro Núñez Ureta y madre de otro pintor, Pablo Núñez Ureta, quien falleció en 2001. Por él escribió "Las Palmeras de La Apacheta", uno de sus más conmovedores escritos.

Fue maestra, periodista, actriz, poeta y presidenta fundadora de la Asociación de Escritoras de Arequipa, grupo con más de 30 años de servicio. 

Escribió cinco poemarios y obtuvo reconocimientos a nivel internacional y local. El último lo recibió el año pasado, de manos del municipio provincial.

"A las personas que hablan bien de su tierra y escriben maravillas sobre esta no se las valora. Arequipa perdió a la última poetisa 'honesta' que tuvo", lamenta su sobrino-nieto Teodoro Núñez Medina, pintor y exdirector regional del ex Instituto Nacional de Cultura (INC).

Refirió que Carmela Núñez se ganó el calificativo por siempre retratar con la mayor objetividad la realidad a través de sus escritos. Núñez Medina la recuerda por su alegría y el don de hacer sonreír a quien lloraba.

Los poemas de doña Carmela se caracterizan por su romanticismo y describían la esperanza, el dolor, la naturaleza y hasta los paisajes y campiña mistianos. "Mi tía (abuela) siempre decía: el secreto de vivir en paz es no fregar a nadie. Fue una mujer única, pero tenía que elegir entre seguir viviendo para ver morir a los que quería o partir", dice Teodoro.

Lamento en las redes

A pocas horas de conocerse el deceso, varios artistas y admiradores de su obra mostraron su pesar en las redes sociales.

El poeta Luzgardo Medina la describió como una "niña juguetona". "Hermana mía, descansa en paz, quedas viva en nuestro pensamiento", escribió. 

La poetisa Luz Vilca destacó que hace poco la visitó "conversamos en la salita llena de polvo, donde con Pablito (su hijo) leíamos poesía".  








JÓSBEL CARABALLO LOBO [13.692]

$
0
0

Jósbel Caraballo Lobo 

(La Guaira, Venezuela 1987).  Ingeniero de Sistemas, poeta, actor. Algunos de sus textos han sido publicados en la revista Estelas, del Grupo Literario Nosotros, y en la antología Poetas de Vargas, Tomo I, editado por la Alcaldía del Municipio Vargas (2008). Ganador del Primer Premio de Poesía Juan José Breca (Vargas, 2011) con el poemario En la hendidura. Se encuentran inéditas las páginas de Zona en reclamación, Entre tu boca y la palabra, Mientras mayo te acaricie, A la sombra de las puertas, El olor de otras palabras, Febrero.





AHORA volveremos a la playa
a confundir nuestras cenizas con la arena

Mayo se deshace en nuestras manos
y no podremos resguardarlo
entre las sábanas

Aquel puente donde moría la escritura
vuelve a encontrarse
con tu sed
de ramas insondables

Cuando llenabas de acuarela mi corazón
eran tus pasos
el poema que ahora nos relata
y la distancia entre tu pelo
y este mar.



LA MÁSCARA y la ceniza
despiertan con el fuego del puñal

Iban los días calando
en la memoria de los impostores
mientras inventaban la pared

Sólo sus letras adormecidas
advirtieron el fin de la guerra
y hallaron el escondite

Entonces, el nacimiento de la penumbra

Sus huellas siguen haciendo nudos
en las manos del poeta.



I

Comenzaba a tejer olores
aquel umbral
mientras Adán
soñaba con la lluvia.


II

Aquel olor
de umbrales en mi cuerpo
como el insomnio de Adán
soñado por la lluvia.





LA PRIMERA omisión

¿El jadeo en el vientre de la madera?
¿La maldición, el aullido de los metales?

¿El viento que se abría y cerraba
a los cuerpos que desataban acercamientos?

¿Una silueta, que en el regreso
jamás desvanecería?





CUANDO la boca se niega ante el disparo
y desconoce la noche

mira en desconsuelo
cuelga el espejo y los teléfonos
sobre animales pasados

no se encumbra ante el sol bajo su ropa

anda despacio sobre la mar
desnuda la sal
inventa cometas sobre las palmas
sonríe al pescador de embriaguez
y de olas

sabe que el miedo hiende los huesos

Cuando la boca se niega ante la voz
es también una puerta.






EL INCENDIO, ha cesado la mañana que invocaba
horas escritas con mucho vuelo
con el temor de páginas transitadas por el frío
y por tu lágrima

No sé si dormirán las llamas
en las fronteras de los primeros olores
con el ombligo de este día

Las aves agotan la algarabía de los niños
para nadar hasta el desierto sin extraviarse

Quizás, huya hacia la tarde
de esta maldición de concreto

Si vuelves, para intentarme transitar con tus raíces
búscame en la luz
habré vaciado el polvo de tus edades
para esperarte.



A Gaba

ABANDONÉ tu melodía para agotarme en el peso de mi país

Esta mañana has partido con una profecía que anunció la muerte del soldado y mis sábanas sintieron sin tu presencia que la moneda rompería su sombra
que había que construir un abismo propio, único, para imitar todos los días aquella voz que tras su escaño tiembla su aliento de funeral

Hay que saltar a la niñez con una espada, correr tras la bolsa que se lleva el nombre de la patria y desmejora el cesto de la basura

Debo decir que no hubo tarde en que no quise verte salir de mi habitación, dejando atrás el humo que salvaría la paz de mi pecho
que sembraría tu visión de viejas olas, bajo mi rostro cansado

Has vuelto al centro de tu humedad y mientras subes al colectivo, lleno de horas y ebriedades
no hay lugar en este pueblo donde no se escuche que el mercado se sentirá más frío, más solo
que en tus párpados, mi recuerdo sembrará un nombre en la espera de otro viernes en desaparición.






SOLTÉ la copa

Era incesante la caída de mis utopías en aquel desvencijar de la memoria

Solté lo que debimos ser en el quebranto
mordidos por el eco de mi padre, buscando los escombros de sus manos sobre mis hombros

Subí entre versos a la ebriedad más clara, por no reconocer la mirada de aquel niño que penetró la mar en las espaldas de un soldado

En las montañas, dormían mis desasosiegos

Los animales que tejían la ficción de mi hogar incendiado en letras,
soltaron sus copas, sudando lo que dejé de ser en aquellas horas

En el callejón más íntimo de las sonrisas de mis viejos amigos, quedó un juguete bailando al ritmo del abrazo entre las olas

Los meses se fueron alojando en las botellas
Supe de vértigos: mis teclas soplaron el vapor de la noche
Conocí la sal.






AHORA que llueve sobre el techo donde mi madre hizo la luz de mis cenizas, una guitarra sonríe
hace quimera el tiempo de los abrigos
la voz del frío, que nos abraza en la melodía de otras memorias

En esta ciudad, el calor imita los pasos de mi último adiós
tras los asaltos que me harán desdibujar tus calles, el incendio de los viejos amigos y aquellas manos

que olvidé.






EN EL SILENCIO de la lejanía, hay un árbol que a las seis de la mañana silba tu olor

Mientras camino una nostalgia que no comprenderías, ríen bosques de paredes agrietadas
tú caminas hacia las aulas donde un día te miré, cansado de aquel rostro sin ti

Ahora que mi voz reposa sobre los hombros de otra ciudad
has dejado de palpitar bajo este ritmo, y en otras olas descansas mi olor

Aún así, miro las teclas que siguen hablándome en tu lengua, sin unas manos que te busquen a ciegas
sin una calma que repare el incendio.





ANTES de respirar por última vez la incertidumbre de aquel año a punto de morir
dejé nadar en una frase, los vapores que enmudecieron en mayo
la costumbre que dejamos de fumar tras tu muerte
configurando la inquietud de una multitud desatada en las voces de mi memoria

¿Cómo acallé la costumbre que seguía inundando mis raíces?
La vejez andaba enredada en el olor de otras palabras

Habían dejado de recorrerse entre sí, los trenes donde reposabas tu último viaje

Había abandonado mi cuerpo, para volver a ser aquella tarde que moría en mi infancia
aquel hombre que en horas bisiestas
dejó de latir en ti.





EN UNA ESQUINA, llueve el poeta
y no sabe presenciar esa distancia en la que el fondo
no es el mar

Su pecho, combate la escasez
que hace llover un temporal de ceniza
(hacia adentro
donde los árboles se pierden entre muros)

El poeta, quiere vaciar la calma
que las balas confunden con la noche

Vive su angustia
en la leyenda de aquel niño que sembró su propia voz
camino de la guerra

Esta mañana, el miedo de su lápiz pronunció una maldición
y reventó la sal que lo amarraba a la muerte
venciendo su propio grito de paredes desgastadas

inoculando en las páginas del enemigo
su nombre de funeral.

http://lospoetasdelcinco.blogspot.com.es/





ELISEO VILLAFAÑE [13.693]

$
0
0

ELISEO VILLAFAÑE

Eliseo Villafañe (Barinas, Venezuela. 1996)  Estudiante de Letras Mención Lengua y Literatura Venezolana e Hispanoamericana. Representó a Venezuela en el Encuentro de Poesía Internacional Juvenil en Francia. Dicta talleres de creación literaria. Es fundador del Círculo de Jóvenes Poetas Barineses. 



LADIABLA55

Ella está
a un extremo de la iglesia
junto a su padre
machista latinoamericano
y su madre
machista latinoamericana

Yo estoy
en la puerta
mirando los adornos
donados por un país europeo
y oxidados

Mientras todos rezan y se agachan
Lloran y levantan sus manos en alabanza
Suena la batería y las congas en adoración
Y las hormigas se alborotan en las paredes

Yo apunto con mi cámara en su cara
Ella sonríe y me guiña el ojo
Luego saca de su bolsillo un celular
y se toma un selfie
con Cristo crucificado detrás

Cuando sus padres están distraídos
tomando la hostia y confesando sus pecados
me pasa un papelito arrugado con su nombre
perfumado con, adiviné rápido, perfume de oliva

Mis compañeros, crucifijo en el cuello
vírgenes,
reúnen dinero para ir al Vaticano
y ser aceptados por su círculo de amigos
dicen que no debo distraerme

Me arrodillo a rezar
pero entre mis manos tengo el teléfono
Ellos creen que estoy rezando
pero realmente estoy enviando
una solicitud de amistad
a LaDiabla55





CONQUISTAS

           1

Cuando conquistemos la luna
y esté llena de anuncios publicitarios
En sus edificios
Recordaremos en virutas de polvo
el antiguo devenir de la tierra
Sus bailes nos aniquilarán
En medio de la guerra con extraterrestres
quienes rebanarán la luna
con menor intensidad de cuando acabamos nuestro planeta
extrañaremos a Caín y Abel
De nada servirá decidir
el color de los ojos
de tu bebé.



              2

Cuando vaciemos la tierra
y emigremos como plaga a otros planetas
ya habremos enseñado a los perros a matar
y el robot dirá malas palabras
cuando nos enamoremos de los extraterrestres
y ellos solo se interesen en nosotros 
por el simple deseo de descubrir 
el agua tibia
nos iremos

Allá, en la luna de Júpiter
viven hombres de bien
La tierra es un museo
al que ya no van los niños
 Será  impenetrable refugio
Cuando el último hombre tire la última piedra





                                                  CUENTAS CLARAS

Bajo el mismo castillo en que desvirgaban princesas
Y mataron también a un montón de negros 
No te iba a pedir matrimonio, mi vida.
Guardé tu ofrenda para otra ocasión

¿Imaginas la cantidad de ebrios 
 vomitando el puente
 que recostamos con tanta frescura?
Gente de arapos malholientes 
que lava su cuerpo en el río
buscando el putrefacto fondo

-Todos ellos con sangre tallaron
la madera que tu madre aclama-

No pediré tu mano si pasaron por aquí reyes bastardos 
vestidos en con ropas ajenas
comiendo el crecimiento de otro pueblo
 justo cuando cuando detrás de la fiesta
en los calabozos mueren sin conocer otra luna.

Amor, casémonos en el bosque
donde murieron muchos más
pero por alguna razón.

      


APERTURA AL MUNDO ANIMAL

Ruge como leona vestida de humana
Entre las sábanas es lo mismo que en África

Yo puedo ser tu antílope, vaca, lo que quieras
Araña mi cuello no dejes nada para los cuervos

Tu sudor salta como una cascada del trópico
Y mi sudor cae en ti como gotas al besar la lava

Así se crean diamantes.

Nada de cuidar el mundo
Salta sobre este bosque de pinos encendidos
Con tu aliento convirtiéndolo en glaciares verdes
Quiero que te atrevas.





       BORREGO

Soy el borrego al que le das tomate
Y tomas fotografías
Me das con un látigo
pero yo como un imán te persigo
atraído por el olor a canela de tu blusa
Se me crispa la lana
como minerales brillantes
pero que me cortas de vez en cuando
Y no me gusta

Dejas en mí descubierto el pellejo
Agradezco eso porque a veces hace calor
Y se hace más fresco el barro
Y me acuesto toda la tarde pensando en tus jeans
Espero que vengas a llenar este pozo
Y no necesites más a esos humanos
Que usan como bate sus manos en tus muslos
Tú te sonrojas más que el color de tu blusa.
El cordero necesita el lobo, tú me haces falta

Es tanta que no debería estar escribiendo
Y debería estar haciendo cosas de borregos
Pastando y esas cosas. 
Por favor, vuelve



  


DESCONEXIÓN

Apago ordenador
Apago celular
Apago tablets
Cierro redes sociales,
a cada segundo una  notificación nueva
Desconecto los anteojos por seguridad
Oculto el reloj bajo la almohada
No tenemos televisor,
pero ella se quita sus aretes medidores del clima

Nos desvestimos
e iluminamos la noche


http://lospoetasdelcinco.blogspot.com.es/



ISAÍAS CAÑIZÁLEZ ÁNGEL [13.694]

$
0
0

ISAÍAS CAÑIZÁLEZ ÁNGEL

Isaías Cañizález Ángel (Venezuela, 1973). Premio Nacional de Poesía Fernando Paz Castillo (2010). Premio Municipal de Poesía (Trujillo 2003). También es autor de Ceremonia de lo adverso, Las buenas razones, Cuaderno Palestino, La Tierra & El Fuego y de Otoño en Pekín: Crónicas de otro viaje. Es Magíster en Estudios Culturales de la U-ARCIS de Santiago de Chile.


del libro Las buenas razones.



Alegoría de los pies descalzos

En cualquier alcantarilla late el desmedido propósito de convertir en cenizas, lo que la memoria sujeta con los dientes. Los grandes episodios de la barbarie fecundan el artificio de un evangelio, cuyos hallazgos no dan cuenta de milagros ni de resurrecciones. Los que alguna vez tuvimos el espinazo metido entre las costillas y le arrancamos, en pleno vuelo, un pedazo de  miseria a los zopilotes, no podemos mirar de reojo los incendios que celebran la alegoría de los pies descalzos. Los que mordimos el infame propósito del puñal, dispuesto a desgarrar vísceras, a pulir con su acero las entrañas y los abismos, no podemos detener la marcha y quedarnos a esperar el final de la tarde. Los que alguna vez dejamos los brazos abiertos, buscando el auxilio de un dios profano, todavía podemos inferir el amparo solemne de la Muerte y sus arrebatos.





Los dueños de la tierra

Nos sentamos frente a la tarde y vemos pasar a los dueños de la tierra. Ellos jamás levantan la mano ni pretenden algún gesto que les haga notar nuestra existencia. En medio de la sorna, balbuceamos ciertos desparpajos que jamás tendrán respuesta. Su mirada es una casa grande con ventanas infinitas y en sus camas, reposa la tranquila costumbre de ordenar los límites, de colocarle el nombre preciso a cada cosa. Ellos dicen: ¡norte! y los mapas obedecen. Calculan el valor de nuestros esfuerzos sin detenerse en decimales ni en heridas abiertas detrás de la espalda. Caminan despacio, sin remordimientos, tanteando el espesor de sus dominios. Pactaron tributos con un dios que solo sabe multiplicar su opulencia y alentar nuestras desgracias. Los dueños de la tierra se cobijan con el sudor de tantos siglos y no se reconocen en las miserias que nos habitan. Ellos son el laberinto donde nuestras manos se hacen ceniza y puñal: Ceniza para la insensatez y la desmemoria; Puñal para el acero que los ve pasar, sin bajar nunca la cabeza.




Arte profética

La poesía seguirá estando al margen de los grandes temas, y los poetas permanecerán escondidos bajo la piel de insignificantes correctores: esos duendes invisibles que noche a noche acicalan, las barbaridades anunciadas por los periódicos. Quien denuncie a un burócrata, por corrupción, irá preso con el consabido riesgo de que el partido lo considere un traidor. Los niños no preguntarán necedades: eso será tarea de los padres. Los curas no podrán casarse, pero fornicarán bajo el amparo de un Ave María multiorgásmico. El diezmo podrá pagarse en ciber cuotas. El Fondo Monetario Internacional aliviará las penas de los países más pobres: donará sillas de ruedas para simular la mutilación de piernas y brazos de aquellos que nunca han dejado de soñarse de pie y con los brazos abiertos al sol. Ya no tendremos tiempo para enamorar a nadie: iremos directo a la cama como demostración plena de una alegoría postmoderna. Los siete caballos del apocalípsis claudicarán frente a la perseverancia de los pecados capitales. El día del juicio final lo patrocinará el siempre eficiente banco del Vaticano. Los meros machos se apoderarán de las teorías feministas y las mujeres bostezarán ante largas vídeo conferencias, donde no podrán hacer preguntas capciosas. El Papa podrá renunciar para hacerse cargo de sus nietos. Después de tantas invasiones, los gringos serán un peligro solo para ellos mismos. Se matarán unos con  otros hasta que ya no quede piedra sobre piedra. El olor de la guayaba seguirá siendo el santo y seña de los exiliados. Entraremos a deslumbrantes museos para observar en tercera dimensión, los restos de aquellos pueblos que fueron aniquilados a plena luz del día. Artefactos insólitos evitarán que podamos caminar sin ser vistos, y extraviarse se convertirá en un privilegio de pocos. La Muerte, serena y tranquila, ya no tendrá que ocuparse de esos cuerpos corroídos por los años y mutilados por el despropósito de la infame acumulación. Antes de que el aliento final los arrope, sus pasos serán inútiles improperios en la niebla. Los libros permanecerán inermes a su destino y los marcarán, como antiguos esclavos, en esos nuevos campos de concentración llamados bibliotecas. Resguardados de cualquier lector peligroso, ocultarán las ideas que incendiaron los siglos más recientes. No habrá tiempo para la duda · y cualquier forma de la esperanza, la harán polvo los grandes consorcios de la fe. Dios seguirá bostezando mientras el mundo se cae a pedazos. Algún relámpago partirá el cielo en fragmentos inasibles y como un inesperado espectro, un descolorido profeta apuntará los desvaríos, que luego, generaciones más atrevidas invocarán como plegarias y blasfemias en un insólito grito de insensatez.


Todo lo demás, ya sucedió...




http://lospoetasdelcinco.blogspot.com.es/

Viewing all 7276 articles
Browse latest View live


<script src="https://jsc.adskeeper.com/r/s/rssing.com.1596347.js" async> </script>