Alelí Manrique
Alelí Manrique nació en El Bolsón, Río Negro, Argentina en 1979. Vive en Buenos Aires desde los 80´s. Luego de estudiar algunos años de Artes Audiovisuales y dedicarse a la poesía visual, en el 2008 creó Ediciones Encendidas, proyecto que coordina desde entonces. Actualmente cursa la carrera de Edición en la U.B.A.). También escribe (estudió Escritura Narrativa en Casa de Letras, tomó clases de poesía con Arturo Carrera y Daniel Durand y entre otras publicaciones sus poemas fueron editados por Dead Ink -Manchester- y fue finalista de una antología de relatos sobre Dulcinea, por la Escuela de Escritores Alonso Quijano -Alcázar-), y dibuja (ilustró el libro infantil "No me gustan las princesas", por Eloísa Cartonera). Es autora de los libros de poesía "Mucho fantasmo" (2008 - E.E.) y "Lunes" (2011- E.E.), Finalizó la Carrera de Escritura Narrativa en Casa de Letras (Escuela de Escritura y Oralidad).
Blog:www.aleli-manrique.blogspot.com
Odio
cuando la poesía aparece de improviso
y no tengo vocativos para convidarle.
Si llega
sin siquiera
mandar antes un mensaje!
Y no hay gerundios en los jarrones!
Igual.
Cuando viene abrimos cajas
de gustos y recuerdos
que guardo junto a los adornos
navideños
en cajas en el ropero.
Paseamos
por campos semánticos verdes
o naranjas según la estación.
Escribimos las palabras
para que no se las lleve el viento.
Y tenemos relaciones léxicas
que me contagian su encanto.
EL FUTURO ESTÁ BRILLANTE
COMO UN FUEGO ARTIFICIAL
Unos bares re pichichos
con el logo de Seven Up de los 70´s.
Una avenida bautizada California.
Podría ser Rosario
podría ser Tandil
podría ser el conurbano bonaerense.
Podría ser otra persona
bajo estos últimos soles de verano.
Los nombres de estas calles no me suenan.
Anteayer las palabras ajenas dejaron de ser sonidos
que me hacían imaginar cosas
para tomar tridimensionalidad violenta.
Pero ayer tuve un sueño
el primero de la noche.
El futuro está brillante como un fuego artificial.
VIUDA I
Ella era tan hermosa
como su propio nombre.
Él tenía los ojos
de Lady Di.
Ella el pelo rubio rosado.
Él profesaba el piano.
Ella lo sabía:
la belleza de un cielo estrellado
dependía de con quien se lo mirara.
Antes de que el anillo se volviera dorado
ella esperó a tener su propio juego de tazas.
Pero la felicidad fue amousseada
y por lo tanto efímera
Porque además del piano
él profesaba el fantasmismo.
Ella al enterarse
se puso como una novicia rebelde drogada.
A él se lo llevó la tragedia.
Ella lo veló
en una cajita
de música.
Siestas sobre laureles
Mi padre me dió el apellido, mi madre el nombre y el público la espalda. Nadie me invito a fumar el primer cigarrillo, ni me invitó a fiestas locas ¡Y eso que estoy ahuyentando ángeles guardianes de mi paso como si fueran aves de rapiña! Eso sí, la siembra no cesa, el pago a los derechos de pisos serruchados tampoco. ¿Cuándo llegará la temporada de cosechas y siestas sobre laureles?
Ex
Hoy pasé por la casita del ex y estaba el ex en el balcón. Antes, encontrármelo con otra chica era parecido a pasar por mi ex departamento que daba a la calle y desde el colectivo verlo nuevamente ocupado, con la luz del dormitorio encendida. La verdad es que no extraño al extraño de mi ex, a estas alturas me resulta extraño extrañar a cualquier extraño. Cualquier ex cita no me exita. Realmente, no surge ni de mis entrañas ni de mi mente. Pero sí extraño su casa (de la cual fui expulsada) de luces negras y desayunos tardíos.
El sabor del encuentro
El sabor amargo de la cerveza predominaba en nuestros (des) encuentros. Eras un antisentimentalista ortodoxo. Y yo, que no tenía tiempo de sobre y carta; te dejé. ¡Me volvías loca, pero yo necesitaba quien me volviera cuerda!
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