Jorge Luis Navarro Honores
(Santiago de Chile, 1986)
Bibliotecario Documentalista. Ha participado en los talleres de poesía impartidos por Kurt Folch y Germán Carrasco.
Ha publicado:
-Testigo (1ª edición 2007 y 2ª edición 2016).
-Instrucciones para incendiar una ciudad, Ediciones Filacteria, 2016
Instrucciones para incendiar una ciudad, de Jorge Luis Navarro
Ediciones Filacteria, 2016
Presentación por Felipe Poblete (Poeta)
La visión, para nada onírica, de la ciudad como un incendio de cemento es la que nos retrata este poemario orgánico y vigoroso, escrito con sinceridad honda y una aguda destreza, casi oriental. Desde la catástrofe rutinaria el autor alza la vista para confirmar el corazón del cielo, que palpita al ritmo del suyo: inventándose una ciudad adentro de otra, con ese mismo azul y esas mismas nubes peregrinas, cuya forma de viajar ensaya el libro: un ritmo, sí, zigzagueante y paulatino que sin embargo sabe hablarnos al oído, trasmitirnos experiencia en fin: entre estas páginas palpita y se desangra una historia de amor inseguro, una que alimenta su fuego con el combustible de la propia sangre, el propio día: direcciones, tránsitos, canciones y objetos cotidianos que le dan vida una vez más al amor: ese incendio que amenaza consumir al corazón que también la ciudad –de esa que no sabemos cómo huir– es. He aquí las instrucciones:
Estación Constitución, Buenos Aires
Toda ciudad guarda en sus entrañas
calles y rincones de otras ciudades
aloja trozos del mar
para refrescarnos
en lugares lejanos a la costa
dejamos que el calor del valle
toque nuestra piel
como larga sucesión de olas
en algún litoral en pleno invierno
toda ciudad contiene
los semáforos de Punta Arenas
que parpadean en la madrugada
por calle Chiloé
pero nada de eso me bastaba
si ninguna ciudad contenía tu mano
guiándome por los andenes
de estación Temperley
INSTRUCCIONES
PARA INCENDIAR UNA CIUDAD
Ama a tu ciudad como si fuera tu sangre
pero no temas
a los cuchillos de las esquinas
porque inevitablemente
sabrán llegar
a tu carne
ama con rabia a sus habitantes
describe sus movimientos
utiliza tu libreta de notas como atizador
lleva un catastro
de todos los desastres cotidianos
que veas al pasar
comprende que la soledad y el dolor
también se reflejan en las vitrinas
sus luces encandilan
al igual que el brillo
que provocan los pisos encerados
de los supermercados
Libro: Testigo
(1ª edición 2007 y 2ª edición 2016).
1.
El dolor es un marcador
de páginas
Avanzar en realidad es
remover el lugar
de las heridas.
2.
Te acostumbraste
a no salir sin tu libreta:
Terapia sin diván
palabrabalas de una pistola
que guardas en el bolsillo interior.
3.
La niña que dibuja
aquel corazón sobre
el vidrio empañado
con los años sabrá
que justamente todo
se trata de aquello.
Dibujar corazones
sabiendo que estamos
destinados física y químicamente
a desaparecer.
4.
No veo revoluciones en las miradas de los pasajeros de este bus.
veo democracias tan partidas como las manos de los obreros
que acumulan rabia en las botellas para beberla en los asientos traseros.
veo miradas tan largas como números de cuotas bancarias
viajando quién sabe en qué mundo paralelo
dejando en la ventanilla el vaho de los bailes interrumpidos.
Entre tanta libertad -de los mercados o lo que fuere-
quedamos cada vez más presos, como perfecta compaginación
de un libro que se quema
a sí mismo.
5.
Insistes en cruzar a media calle
en forma diagonal
Alfil que ha perdido su tablero
se mueve
en el recuerdo
de batallas perdidas
donde no hubo técnica suficiente
para firmar tablas
ni menos
para enamorar reinas
Terminas abatido
porque sin darte cuenta
tu lugar en el mundo
es la trayectoria
del enemigo.
6.
Cambiar de ciudad
es cambiar de vida
-o al menos eso piensan
los personajes de Carver-
Nueve meses que duran
las horas del viaje,
andenes que son hospitales
pasajeros concebidos y paridos
a cada minuto,
al son de los silbatos
del empleado que guía
el tránsito.
7.
Existe cierto cliché
entre los escritores
acostumbrados a las mudanzas
en utilizar como escritorio
las cajas sin desembalar.
El hogar está
en lo que guardan en ellas
sobretodo libros que no se atrevieron
a dejar atrás, historias
dañando la espalda
de tanto llevarlas de un lado a otro.
8.
(Marilyn)
Ella no sólo fue una
cara bonita un pelo
reluciente una boca deseada
Caderas como el cielo
-y sus tormentas-
un lunar eclipsando
su generación.
Leo sus poemas
y noto que ella
también fue una víctima-
9.
Somos cuerpos
que habitan de manera
perpendicular a la propia sombra.
El atardecer, el sol en tu rostro
es un eclipse en otra parte del mundo
una hoja de calendario en el suelo
recibiendo las huellas como timbres
de un pasaporte a ninguna parte.
10.
Si me preguntan alguna vez
dejo dicho que
El poema debiera ser
como un gato
que por impulso cruza
a media calle sin mirar
alrededor.
.