Concha Villalta y Juan García López
Juan García López
Nace en Cambil (Jaén) el dos de junio de 1979. Allí cursa estudios de educación primaria, estudios que concluye en Jaén, para iniciar posteriormente la carrera de Historia del Arte en la ciudad de Granada. Es en esta ciudad donde concluye sus estudios universitarios y comienza a trabajar como profesor de Geografía e Historia, labor que actualmente ejerce.
En Granada también continúa una labor poética iniciada en su adolescencia. Labor que ha recibido un reconocimiento público a través de los siguientes premios:
-Alsajara de poesía 2001.
-Participa en la antología recogida con motivo del taller de poesía Tardes de abril, y en el cuaderno de poesía Vozetos.
-Accésit del Proemio Dos ciudad de Loja 2001 con el poemario "Desde el recuerdo", publicado por el ayuntamiento de Loja en edición conjunta.
-Tercero en el certamen convocado por la AGDM de la Universidad de Granada, cuyos poemas aparecen publicados en una edición conjunta.
-El Olivo de Poesía Jaén 2002, con el poemario "El mar inmerso", publicado en la colección señales de poesía.
-Certamen de poesía Valle de Lecrín en su edición de 2005.
-Segundo premio del 48º certamen de poesía Alhama de Granada 2009.
-En el 2010 ha sido seleccionado dentro del certamen de poesía Homenaje a Miguel Hernández, convocado por el colectivo cultural Giner de los Ríos de Ronda, y cuyos poemas se han publicado en una antología editada por el propio colectivo.
-Ha sido seleccionado para las ediciones de 2009/2010; 2010/2011 y 2012/2013 del libro de Profesores Poetas convocado por el IES Fernando de los Ríos de Segovia.
-En octubre de 2011 recibe el tercer premio del Certamen Internacional de poesía "El mundo lleva alas", cuyo poemas aparecen publicados en la edición que lleva el mismo nombre.
-En diciembre de 2011 recibe el III certamen de poesía Sierra Mágina.
-En 2012 gana el I certamen de poesía Baños de la Encina en su modalidad general, con una selección de poemas publicados por el ayuntamiento.
-En noviembre de 2012 queda segundo en el cuarto certamen de poesía Sierra Mágina. Los poemas premiados en las dos ediciones son editados por la ADR Sierra Mágina en un libro conjunto.
-En marzo de 2013 participa en las Tertulias "El cinco a las cinco" organizadas por el Colectivo Cultural Giner de los Ríos. Y en la edición de cuaderno de tertulias editado por el colectivo, así como en el anuario correspondiente a las tertulias de 2013.
-En octubre de 2013 abre el Tercer Ciclo de Encuentros Literarios organizado por Juan Peregrina y Fernando Soriano en Granada. También participa en las revistas de creación literaria SAIGÓN, ALDABA, OMNIA y TÁNTALO.
Confieso
El día menos pensado
te digo la verdad:
que en tus ojos crecen los bosques de la esperanza,
que mirarte cuando duermes es otra forma de tenerte,
y el deseo galopa en estampidas sobre tu piel.
Te diría,
cuando voy sin ti camino por un paisaje lunar,
tuve que esperarte 365 días para nacer;
y a veces la noche huye en desbandadas
dejando en tu cuerpo desnudo la única verdad.
Quiero decir si alguna vez
me atrevo a confesarte:
que hay días que parece imposible
entenderme sin ti,
y en cada habitación una ventana abierta
acecha si decides no volver,
que aprender a olvidarte es
cruzar la frontera hacia un largo destierro.
Y tantas cosas que me faltan por decir;
arañando las paredes del silencio,
buscando otra forma de llegar a ti.
Formas de llamarte
Llamarte
para probar que tengo la palabra exacta,
hablar contigo o quedarme callado,
buscar un nombre encerrado en un tesoro,
marcas de luz sobre campos de ceniza,
inventar un idioma cada día,
lenguas diferentes para decir te quiero,
alumbrarte en mis labios,
como el código genético
de las luciérnagas en verano
o descifrar en tus ojos la luna
que moldea las mareas,
para salvarme del naufragio.
Formas distintas de llamarte; palabras
que cierran un mundo a mi lado.
Deshaciendo maletas
Un fósil es la suma de todas las calles
que me faltan por conocer,
cada fotografía sueña con parecerse a una ciudad,
y en los aeropuertos el futuro se escribe
sobre lagos de cristal.
Quien abre un mapa encuentra
la ecografía de un recuerdo,
llegar a cada estación es igual
que ir naciendo poco a poco, y en mis ojos
hay glaciares arrastrados
por cadenas de trenes en silencio.
Para después volver a casa,
como un resucitado que recorre sus antiguos objetos;
andar deshaciendo maletas y dejar sobre
el suelo las huellas desordenadas del camino.
Preludio de la ciudad que anochece
Cuando miré,
nuestras sombras se mancharon de asfalto.
De repente, la ciudad que acecha se derrumba;
sobre las ascuas de las primeras luces
caen los escombros de la nostalgia.
Era imposible volver. No hay retorno;
para quien ha visto arder
horizontes de distancia ante sus ojos,
no hay retorno.
Entonces la soledad se descolgó por las calles
en lentas estructuras metálicas.
Pero la luna puso semillas de deseo en mis huellas
y entre mis manos creció la certeza de tu cuerpo.
Porque éramos los únicos habitantes de la ciudad
entre tanta gente.
Así fuimos trazando con nuestros dedos
las calles de una cartografía humana,
y levanté sobre tu espalda nuevamente las ruinas
de una ciudad donde solo tú y yo éramos necesarios.
Canción de los cinco días sin tí
Cinco puertas me conducen a casa;
la primera muerde un lunes herido
de escarcha;
el martes tira la segunda a un siglo
que pasa;
ausencia es miércoles con la tercera
amenaza;
pero el jueves intuye siluetas en
la cuarta; y
la quinta abre el viernes de tu mirada.
La nostalgia
La nostalgia son las ciudades en invierno
de un solo habitante, un hombre de niebla que mira
el mundo tras el ángulo de un prisma invertido,
entonces;
hay dormitorios que sufren mientras tú duermes,
hay ventanas que miran
desde el centro de la escarcha,
hay la noche lloviendo su silencio por los tejados,
y esta costumbre de echarte de menos
que va ocupando los espacios,
levantando horizontes que huyen tras de ti.
Hoy he visto tu nombre tendido por las calles,
y eras la ausencia dejando sus pisadas en la nieve,
la distancia extendiendo sus dominios sobre mi piel
como una suma de asfalto.
Sé que estás al otro lado del teléfono,
y existen códigos que descuelgan tu voz al marcar,
que vendrá mañana,
vestida con tu risa de los viernes;
pero dónde poner la noche, dónde los labios,
y este tacto que me arde
sin la certeza de tu cuerpo.
Ciudad de regreso
Cuando volví,
ya no era la ciudad del amor;
amontonados los besos por las calles
y abatida la luna en las almenas
de tanto adiós.
Entonces recorrí las aceras
de una calle vestida de gris,
los ritos antiguos de nuestro amor,
paso a paso descubrí los escombros vacíos;
que era imposible esta ciudad sin ti.
Y por no perder el camino de regreso,
fui marcando la ruta del dolor,
los lugares prohibidos de mi memoria;
hasta borrar los mapas que llevan a ti.
Cerrada en sus fronteras, Granada vigila;
mientras yo camino sobre el cadáver
de mi propio corazón.
Ante la casa de Ana Frank
Cuando todos duermen,
las calles de Ámsterdam bailan hasta el amanecer
sobre las escamas de un reptil acuático.
Pero lloran si buscan hacia dentro
las paredes pintadas de 1942,
la angustia arrojando extremidades
que escalan los peldaños hasta el final.
Detrás de una ventana,
una niña mira en los canales
el reflejo de los edificios
y no sabe cuál de las dos ciudades es verdad.
Para seguir en el mundo, imagina
el color de los tulipanes en el mercado de las flores,
la vida cruzando a pedales los adoquines.
Ella se atrevió a escuchar la lluvia
a través de los relojes, vio a los leopardos del alba
golpear contra las ventanas cerradas,
y aprendió a caminar sobre el silencio, como
el futuro camina sobre la línea
de la palma de sus manos.
Hoy los turistas visitan su casa,
leen su diario y compran postales,
fotografían las evidencias del odio, intuyen
pero no comprenden
hasta que un escalofrío les recorre las médulas:
ella dejó para nosotros la caligrafía del miedo
escrito sobre el vaho de los cristales.
Ciudad del asedio
Largo asedio hasta llegar a tu cuerpo;
las cuerdas al viento, la luna y quién
por las torres, quién sobre el tapial del sueño.
Tras la ciudad en llamas, cifré el secreto
de tus labios, el código del que
siente la vida dentro de un deseo.
Y abatido el miedo, abracé tu cuerpo
sobre los mapas mudos, como quien
dibuja estrellas en el firmamento
Canción del que desayuna contigo
Domingo en tus ojos. Sueñas.
Una serpiente coral
repta por tu cuerpo. Muerdo
tu cuello y huyo en la espiral
de mis deseos. Despiertas.
Porque un perfume café
te regresa del sueño. Abro
los códices de mi fe
y marco tu nombre. Esperas.
Rezo el milagro de estar
cada día contigo. Llevo
el desayuno a tu altar
y me doy a tu labios. Besas.
Tú decides sabor miel.
Mientras yo me desayuno
otra mañana en tu piel.
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