Friedrich Rückert
Friedrich Rückert (16 de mayo de 1788 - 31 de enero de 1866), catedrático de orientalística en Erlangen y Berlín, fue un típico representante del Romanticismo tardío del Biedermeier.
Después de cultivar todos los géneros poéticos y con preferencia los más difíciles y refinados, descubrió en la poesía oriental de Firdusi, Hafiz y Saadi nuevas fuentes de inspiración y nuevas formas métricas para adaptar al idioma alemán; tradujo de muchas literaturas orientales y adoptó sus estrofas y versificación en sus propios volúmenes de poemas: Rosas orientales y Primavera amorosa.
Algunas de sus composiciones sentimentales entraron en la tradición popular ("Del tiempo de juventud") o pasaron a formar parte del repertorio de la canción artística romántica ("Eres el sosiego"). También sus baladas ("Barbarossa") y cuentos infantiles ("Del arbolito que quería otras hojas") se mantuvieron bastante en los libros de lectura.
En 1833-34 compuso un libro de 428 poemas dedicados a la muerte de sus hijos por causa de fiebres escarlatinas. Compuestos entre 1833 y 1834. Entre 1901 y 1904, el compositor Gustav Mahler compuso sobre cinco de ellos uno de sus más conocidos ciclos de lieder con acompañamiento sinfónico titulado Kindertotenlieder o Canciones a la Muerte de los Niños.
El matrimonio de Rückert con Luise Fischer en 1820, tuvo diez hijos, pero sólo siete sobrevivieron a los padres. En diciembre de 1833 su única hija, la menor, murió por escarlatina a los 3 años. Dieciséis días después, falleció el menor de los sobrevivientes, Ernst, del mismo mal. Los 425 poemas fueron escritos en los seis meses siguientes. (http://inkpot.com/classical/mahkinder.html)
El conocido compositor alemán Robert Schumann (1732 - 1809) usó poesía de Rückert para la lírica de su Coral Op. 146 Nº4, Sommerlied (Canto del estío).
En su vasta producción cabe mencionar una traducción del Corán.
Te amo a ti, porque a ti te debo amar;
te amo a ti, pues más nada puedo hacer;
te amo a ti, por dictarlo una flor primaveral;
te amo a ti, con esta magia con que me embrujé.
A ti te amo, como la rosa ama a su arbusto;
a ti te amo, como el sol al brillo que dispensa;
a ti te amo, porque eres mi hálito más puro;
a ti te amo, porque amarte es mi existencia.
Traducido por Alejandro Rodríguez Morales
Ich liebe dich, weil ich dich lieben muβ;
ich liebe dich, weil ich nicht anders kann;
ich liebe dich nach einem Himmelsschluβ;
ich liebe dich durch einen Zauberbann.
Dich lieb’ ich wie die Rose ihren Strauch;
dich lieb’ ich wie die Sonne ihren Schein;
dich lieb’ ich weil du bist mein Lebenshauch;
dich lieb’ ich weil dich lieben ist mein Sein.
DOCE POEMAS DE "AMORES DE PRIMAVERA" Op.37 (1840)
(Zwölf Gedichte aus "Liebesfrühling" )
Música de Robert Alexander Schumann (1810 - 1856)
Texto de Friedrich Rückert (1788 - 1866)
1.-
El cielo ha llorado una lágrima,
que se ha perdido en el mar.
La caracola llegó, encerrándola:
"Ahora tú mi perla serás".
No debes temer a las olas,
yo quiero llevarte la calma.
¡Oh, tú mi dolor, tú mi gozo,
tú, lágrima del cielo, en mi pecho!
Concede, cielo, que yo con espíritu puro
conserve la pureza de tu llanto.
2.-
El ha llegado
con la tormenta y la lluvia,
a su encuentro
late mi oprimido corazón.
¿Cómo podría yo imaginar
que su camino
se uniría con el mío?
El ha llegado
con la tormenta y la lluvia,
Audazmente
tomó mi corazón.
¿Tomó él el mío,
tomé yo el suyo?
Ambos llegaron a encontrarse.
Él ha llegado
con la tormenta y la lluvia,
ahora llegó la bendita primavera.
El amigo continúa su viaje,
yo lo contemplo serenamente,
pues él sigue siendo mío
dondequiera que vaya.
3.-
¡Oh, vosotros señores!
¡Oh, toda vuestra nobleza, grandes, ricos señores!
¿No necesitáis en vuestros hermosos jardines ningún ruiseñor?
¡Aquí hay uno, que busca un silencioso lugar a lo largo del mundo!
Hacedme un lugar, yo os quiero pagar con mi canto.
4.-
Si amas la belleza,
¡no me ames a mí!
Ama al sol,
¡él porta una dorada cabellera!
Si amas la juventud,
¡no me ames a mí!
Ama la primavera,
¡ella renace joven cada año!
Si amas los tesoros,
¡no me ames a mí!
Ama a las sirenas,
¡ellas poseen abundantes perlas brillantes!
Si amas al Amor,
¡oh sí, ámame a mí!
Ámame siempre,
¡que yo te amaré por siempre así!
5.-
Yo he conservado en mi interior
la primavera fiel y amorosa,
cuando ella abandona el mundo,
permanece aquí en mi pecho.
Aquí está el cielo azul,
aquí las verdes praderas,
las flores, los perfumes,
el florido cerco de rosas.
Y aquí sobre el pecho
se recuesta con dulces suspiros de amor,
la bien amada que ansía
las delicias de la primavera.
Ella se reclina a escuchar y percibe,
con secreto júbilo,
susurrar la corriente de la primavera
en el pecho de poeta.
Entonces brotan las canciones
y fluyen sobre ella,
bajo la más plena de las primaveras
que Dios me ha deparado.
Y cuando ella, embriagada,
mira a su alrededor,
de sus destellos también florece el mundo,
en un sueño primaveral.
6.-
Bien amada, ¿qué puede separarnos?
¿Qué puede dividirnos?
¿Puede la separación dividirnos?
¡No! Si nosotros evitamos vernos,
deseamos estar unidos en nuestros corazones.
Mío y tuyo, tuyo y mío,
nosotros deseamos, ¡oh bien amada/o! ser.
Bien amada, ¿qué puede separarnos?
¿El bosque y la pradera?
¿Puede la distancia separarnos?
¡No! Nuestro amor no es de esta vida,
nosotros deseamos estar unidos en el cielo.
Mío y tuyo, tuyo y mío,
deseamos nosotros, ¡oh bien amada/o! ser.
Bien amada, ¿qué puede separarnos?
¿Felicidad y sufrimiento?
¿Pueden ambos separarnos?
¡No! Aunque me sea deparada la dicha o el dolor,
mi destino permanecerá unido al tuyo.
Mío y tuyo, tuyo y mío,
deseamos nosotros, ¡oh bien amada/o! ser.
Bien amada, ¿qué puede separarnos?
¿Odio y envidia?
¿Puede el mundo separarnos?
¡No! Nadie turbará tu paz
nosotros deseamos estar unidos eternamente.
Mío y tuyo, tuyo y mío,
deseamos nosotros, ¡oh bien amada/o! ser.
7.-
Hermosa es la fiesta de la Primavera.
¡Aún quedan tres días!
Si tienes un amor, corónalo de rosas,
¡antes que ella se encamine a su final!
Tienes tú una copa, escánciala,
¡oh, copero! y canta conmigo!
Hermosa es la fiesta de la Primavera
¡y aún quedan tres días!
8.-
¡Alas! ¡Alas para volar
sobre montañas y valles!
¡Alas, para mecer mi corazón
sobre los rayos de la mañana!
Alas, suspendido sobre el mar
con el rojizo amanecer.
Alas, alas sobrevolando la vida,
la tumba y la muerte
Alas, como ha tenido la juventud,
que huyó de mí volando.
Alas como las de las sombras de la felicidad
¡que engañaron mi corazón!
Alas, para volar
a los días que pasaron.
Alas, para buscar la felicidad,
que se fugó en el viento.
Alas, igual que los ruiseñores,
cuando florecen las rosas
en la tierra donde la niebla reina,
¡e ir tras ellos! ¡Alas! ¡Alas!
¡Ay! de las playas del destierro
donde ningún barquichuelo se ve.
Alas, alas hacia la tierra natal
¡donde resplandece la corona!
Libertad, como las mariposas
que emergen de sus crisálidas,
cuando se extienden las alas del espíritu
¡y la envoltura desaparece!
Frecuentemente en el silencio de la medianoche
me siento elevar
en las alas de los poderosos sueños
hacia los portales de las estrellas.
Pero el plumaje surgido
en las noches fragantes desaparece,
y me veo nuevamente
en la brisa de la mañana.
Quemadas por el sol las alas se deshacen,
Ícaro se precipita al mar,
y la efervescencia de sus sentidos
gira sobre su espíritu.
9.-
Rosa, mar y sol
son la imagen de mi amada,
ella con sus delicias
envuelve toda mi vida.
Todo esplendor esparcido,
todo rocío de la campiña primaveral
queda finalmente concentrado
sólo en el cáliz de la rosa.
Todos los colores brillantes,
todas las fragancias
de los campos en primavera
han engendrado de consuno la imagen de la rosa.
Rosa, mar y sol
son la imagen de mi amada,
ella con sus delicias
envuelve toda mi vida.
Todos los ríos tienen
su curso descubierto sobre la tierra,
para hundirse anhelantes
en el regazo del mar.
Todos los manantiales brotan
de inagotables profundidades,
trazando un círculo
alrededor de la Tierra en floreciente rueda.
Rosa, mar y sol
son la imagen de mi amada,
ella con sus delicias
envuelve toda mi vida.
Todas las estrellas del cielo
son una amorosa mirada de la noche,
que agoniza en las fragancias de la mañana,
cuando despierta el día.
Todas las llamas del mundo,
el disperso esplendor del cielo,
corren juntos, radiantes,
desde la corona del Sol.
Rosa, mar y sol
son la imagen de mi amada,
ella con sus delicias
envuelve toda mi vida.
10.-
¡Oh sol, oh mar, oh rosa!
Cuando el sol triunfante
se eleva sobre las estrellas que el cielo concede,
una luz tenue llega tras otra,
hasta que todo se esfuma en el resplandor.
Entonces, bien amada, tengo que encontrarte a ti:
Tu llegas, estás aquí y cuanto mi corazón siente,
desaparece en ti.
¡Oh sol, oh mar, oh rosa!
Cuando en los brazos del mar
se entregan los ríos para desaparecer,
dentro de esa precipitación ardiente,
hasta que encuentran la paz de las profundidades,
entonces, bien amada debo encontrarte:
ha buscado mi corazón completamente herido
por el deseo, su redención en ti.
¡Oh sol, oh mar, oh rosa!
Cuando en la primavera miles de caminos reverdecen,
liberando su frescura,
un pueblo presenta
rosa y reina unidas en su corona,
entonces, bien amada debo rodearte:
la corona de la Existencia debe florecer
envolviéndote a ti.
11.-
¿Por qué preguntas a los otros,
que no tienen mi fidelidad por ti?
No les creas,
¡sólo cree aquello que estos ojos te dicen aquí!
No creas en la gente extraña,
no creas en la propia ilusión;
no interpretes tampoco mis acciones,
¡sólo mira en mis ojos!
Silencio mis labios ante tus preguntas,
¿o acaso testimonian ellos contra mí?
Aquello que dicen mis labios,
míralo en mis ojos: ¡yo te amo a ti !
12.-
Es verdad que el sol brilla,
es cierto que las nubes lloran,
es verdad que las llamas resplandecen,
es cierto que la primavera florece;
es verdad que yo he sentido
como te retenía en mis brazos.
Tú me amas, como yo a ti,
a ti te amo, como tú a mí.
El sol puede dejar de brillar,
las nubes no llorar más,
las llamas no resplandecer,
¡la primavera no florecer más!
Pero nosotros deseamos
seguir abrazados y sentir siempre;
que tú me amas a mí, como yo a ti,
que a ti te amo, como tú a mí.
Escaneado y Traducido por:
Iris La Salvia 2009
1.-
Der Himmel hat eine Träne geweint,
Die hat sich ins Meer verlieren gemeint.
Die Muschel kam und schloß sie ein:
Du sollst nun meine Perle sein.
Du sollst nicht vor den Wogen sagen,
Ich will hindurch dich ruhig tragen.
O du mein Schmerz, du meine Lust,
Du Himmelsträn' in meiner Brust!
Gib, Himmel, dass ich in reinem Gemüte den reinsten
deiner Tropfen hüte.
2.-
Er ist gekommen
In Sturm und Regen,
Ihm schlug beklommen
Mein Herz entgegen.
Wie konnt' ich ahnen,
Daß seine Bahnen
Sich einen sollten meinen Wegen?
Er ist gekommen
In Sturm und Regen,
Er hat genommen
mein Herz verwegen.
Nahm er das meine?
Nahm ich das seine?
Die beiden kamen sich entgegen.
Er ist gekommen
In Sturm und Regen,
Nun ist gekommen
Des Frühlings Segen
Der Freund zieht weiter,
Ich seh'es heiter,
Denn er bleibt mein auf allen Wegen.
3.-
O ihr Herren, o ihr werten
Großen, reichen Herren all!
Braucht in euren schönen Gärten ihr denn keine Nachtigall?
Hier ist eine, die ein stilles Plättchen sucht die Welt entlang!
Räumt mir eines ein, ich will es euch bezahlen mit Gesang.
4.-
Liebst du um Schönheit,
O nicht mich liebe!
Liebe die Sonne,
Sie trägt ein gold'nes Haar!
Liebst du um Jugend,
O nicht mich liebe!
Liebe den Frühling,
Der jung ist jedes Jahr!
Liebst du um Schätze,
O nicht mich liebe!
Liebe die Meerfrau,
Sie hat viel Perlen klar!
Liebst du um Liebe,
O ja, mich liebe!
Liebe mich immer,
Dich lieb'ich immerdar!
5.-
Ich hab' in mich gesogen,
Den Frühling treu und lieb,
Daß er, der Welt entflogen,
Hier in der Brust mir blieb.
Hier sind die blauen Lüfte,
Hier sind die grünen Aun,
Die Blumen hier, die Düfte,
der blühende Rosenzaun.
Und hier am Busen lehnet
Mir süßem Liebes-Ach,
Die Liebste, die sich sehnet
Den Frühlingswonnen nach.
Sie lehnt sich an zu lauschen
Und hört in stiller Lust
Die Frühlingsströme
rauschen in ihres Dichters Brust.
Da quellen auf die Lieder
Und strömen über sie
den vollsten Frühling nieder,
Den mir der Gott verlieh.
Und wie sie, davon trunken,
Umblicket rings im Raum,
Blüht auch von ihren Funken
Die Welt, ein Frühlingsstraum.
6.-
Liebste, was kann denn uns scheiden?
Kann's das Meiden?
Kann uns Meiden scheiden?
Nein!. Ob wir uns zu sehn vermieden,
Ungeschieden wollen wir im Herzen sein.
Mein und dein, dein und mein
Wollen wir, o Liebste(r) sein.
Liebste, was kann denn uns scheiden?
Wald und Haiden?
Kann die Fern' uns scheiden?
Nein! Unsre Lieb ist nicht hienieden,
Ungeschieden wollen wir im Himmel sein.
Mein und dein, dein und mein
Wollen wir, o Liebste(r) sein.
Liebste, was kann denn uns scheiden?
Glück und Leiden?
Kann uns beides scheiden?
Nein!. Sei mir Glück, sei Weh beschieden,
Ungeschieden soll mein Los von deinem sein.
Mein und dein, dein und mein,
Wollen wir, o Liebste(r) sein.
Liebste, was kann denn uns scheiden?
Haß und Neiden?
Kann die Welt uns scheiden?
Nein!. Niemand störe deinen Frieden,
Ungeschieden wollen wir auf ewig sein.
Mein und dein, dein und mein
Wollen wir, o Liebste(r) sein.
7.-
Schön ist das Fest des Lenzes.
Doch währt es nur der Tage drei!
Hast du ein Lieb,
bekränz es mit Rosen, eh' sie gehn vorbei!
Hast du ein Glas, kredenz es,
O Schenk, und singe mir dabei:
Schön ist das Fest des Lenzes
Doch währt es nur der Tage drei!
8.-
Flügel! Flügel! um zu fliegen
über Berg und Tal,
Flügel, um mein Herz zu wiegen
Auf des Morgens Strahl!
Flügel, übers Meer zu schweben
Mit dem Morgenrot,
Flügel, Flügel übers Leben,
Über Grab und Tod!
Flügel, wie sie Jugend hatte,
Da sie mir entflog,
Flügel wie des Glückes Schatten,
Der mein Herz betrog!
Flügel, nachzufliehn den Tagen,
Die vorüber sind!
Flügel, Freuden einzujagen,
Die entflohn im Wind.
Flügel, gleich den Nachtigallen,
Wann die Rosen blühn,
Aus dem Land, wo Nebel wallen,
Ihnen nachzuziehn! Flügel! Flügel!
Ach! Von dem Verbannungsstrande,
Wo kein Nachen winkt,
Flügel, Flügel nach dem Heimatlande,
Wo die Krone blinkt!
Freiheit, wie zum Schmetterlinge
Raupenleben reift,
Wenn sich dehnt des Geistes Schwinge
und die Hüll entstreift!
Oft in stillen Mitternächten
Fühl' ich mich empor
Flügeln von des Traumes Mächten
Zu dem Sternentor.
Doch gewachsenes Gefieder
In der Nächte Duft,
mir entträufeln seh' ich's wieder
An des Morgens Luft.
Sonnenbrand den Fittich schmelzet,
Ikar stürzt ins Meer,
Und der Sinne Brausen wälzet
überm Geist sich her.
9.-
Rose, Meer und Sonne
sind ein Bild der Liebsten mein,
Die mit ihrer Wonne
Faßt mein ganzes Leben ein.
Aller Glanz, ergossen,
Aller Tau der Frühlingsflur
Liegt vereint beschlossen
In dem Kelch der Rose nur.
Alle Farben ringen,
Aller Duft im Lenzgefild',
Um hervorzubringen
Im Verein der Rose Bild.
Rose, Meer und Sonne
Sind ein Bild der Liebsten mein,
Die mit ihrer Wonne
Faßt mein ganzes Leben ein.
Alle Ströme haben
Ihren Lauf auf Erden bloß,
Um sich zu begraben
Sehnend in des Meeres Schoß.
Alle Quellen fließen
In den unerschöpften Grund,
Einen Kreis zu schliessen
Um der Erde blühndes Rund.
Rose, Meer und Sonne
Sind ein Bild der Liebsten mein,
Die mit ihrer Wonne
Faßt mein ganzes Leben ein.
Alle Stern' in Lüften
Sind ein Liebesblick der Nacht,
In des Morgens Düften
Sterbend, wann der Tag erwacht.
Alle Weltenflammen,
Der zerstreute Himmelsglanz,
Fließen hell zusammen
In der Sonne Strahlenkranz.
Rose, Meer und Sonne
Sind ein Bild der Liebsten mein,
Die mit ihrer Wonne
Faßt mein ganzes Leben ein.
10.-
O Sonn', O Meer, O Rose!
Wie, wenn die Sonne triumphierend
Sich hebt über Sterne, die am Himmel stunden,
Ein Schimmer nach dem andern leis' erblich,
Bis alle sind in einem Glanz geschwunden,
So hab ich, Liebste, dich gefunden:
Du kamst, da war, was je mein Herz empfunden,
Geschwunden in dich.
O Sonn', O Meer, O Rose!
Wie, wenn des Meeres Arme auftun sich
Den Stromen, die nach ihnen sich gewunden,
Hinein sich diese stürzen brüngstiglich,
Bis sie die Ruh in tiefen Schoß gefunden,
So Liebste hab ich dich empfunden:
Sucht hat mein Herz mit allen Sehnsuchtswunden
Entbunden in dich.
O Sonn', O Meer, O Rose!
Wie wenn in Frühling tausendfältig sich
Ein buntes Grün hat ringend losgewunden,
Ein hadernd Volk, bis Rose, königlich,
Eintretend, es zum Kranz um sich verbunden,
So, Liebste, hab ich dich umwunden:
Der Kranz des Daseins muss sich blühend runden,
Gebunden in dich.
11.-
Warum willst du and're fragen,
Die's nicht meinen treu mit dir?
Glaube nicht, als war dir sagen
Diese beiden Augen hier!
Glaube nicht den fremden Leuten,
Glaube nicht dem eignen Wahn;
Nicht mein Tun auch sollst du deuten,
Sondern sieh die Augen an!
Schweigt die Lippe deinen Fragen,
Oder zeugt sie gegen mich?
Was auch meine Lippen sagen,
Sieh mein Aug', ich liebe dich!
12.-
So wahr die Sonne scheinet,
So wahr die Wolke weinet,
So wahr die Flamme sprüht,
So wahr der Frühling blüht;
So wahr hab' ich empfunden,
Wie ich dich halt' umwunden:
Du liebst mich, wie ich dich,
Dich lieb' ich, wie du mich.
Die Sonne mag verscheinen,
Die Wolke nicht mehr weinen,
Die Flamme mag versprühn,
Der Frühling nicht mehr blühn!
Wir wollen uns umwinden
Und immer so empfinden;
Du liebst mich, wie ich dich,
Dich lieb' ich, wie du mich.
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