Francisco Alberto Gutiérrez González
(Hermosillo,Sonora,México.1989): Es estudiante de lingüística en la universidad de sonora. Interesado en la labor poética, ha sido publicado en 2 ocasiones. Una por la revista Hayaza No.20 (2016) del departamento de letras y lingüística de la Universidad de Sonora y otra por la revista independiente Mala Palabra No.0 (2016) bajo el seudónimo de Mr. Muerte. También ha colaborado en varias ocasiones en la organización y lectura de obra poética en el encuentro anual de escritores Horas de Junio organizado por la universidad de sonora (2012, 2013, 2015). En 2012 perteneció al movimiento poético sonorense “Los poetas del fin del mundo” con el que coexistió en inquietud literaria todo ese año. Amante de la cultura pop, Francisco intenta plasmar en su obra la tristeza de una era gobernada por la influencia de los iconos populares nacionales e internacionales convirtiendo su poesía en una cascada de referentes, muy a lo posmo el manfleis.
LOS REZOS (O RESTOS) DE LOS 90’S.
En la iglesia, bajo la vía láctea
te regalé un chocolate Milkyway que la contenía,
y perdí mi religión
en un sueño profundo…R.E.M.
Mientras melones ciegos
se quejaban de que no llueve,
y tú gritabas que eso no puede ser sano.
Cuatro morenas se preguntan ¿Qué pasa?
y yo me repetía
que la cosa iría mejor contigo o sin ti.
En la institución una rubia de plástico
aseveraba que era una oración
y la convirtieron en reina,
como una virgen.
Hey! Baby, no hables y actúa me dijiste sin dudas
no puedo sacarte de mi cabeza
eres como una canción antrera
coreografiada por kylie Minogue.
Y yo después fui como un herrero divorciado, ante la cabeza
de un cristo roto,
haciendo una cruz de madera
de la más corriente.
Tus palabras fueron más que palabras
extremo, en un carro rápido que no va a ninguna parte.
Y comprendí que sería el primero en morir de la pandilla.
Ella es así, sin red para el más rico, BÉSAME!
me dijo una zorra entallada en un traje de lentejuelas
y yo quise creerle y comencé mi comedia romántica.
Con cursilerías en el camarote del amor
creciendo como trébol de jardín, me acarició la ternura,
pero yo oía tus tacones lejanos
estabas dando vuelta demasiado tarde.
Y te hice un poema, dos… tres…
y tu recuerdo me hablaba en el oído
diciendo “todavía estoy enamorada de ti chico”
“Sean paul and sasha”.
Y yo y mi real sombra delgada
nos paramos a rapear una oración
que comenzaba diciendo
“mi nombre es culero connor”
para comprimir toda una década
y apretarte hasta dejarte sin tiempo y sin aliento.
“Soy un perdedor i’m a loser baby
so, why don’t you kill me”
Llanto por la muerte de Ron Jeremy.
“Vamos a tequila, señorita, bonita
i really need it now
i ain't got no tengo dinero, caballero
say can we work it out”.
LOS UMBRELLOS, no tengo dinero.
Las piernas del universo se han abierto
a 180 grados de diversión
y un agujero negro está devorando
el corazón de Manhattan.
Ron, en la cumbre del Empire State
se toma un daiquiri rum
tranquilamente observando el espectáculo,
mientras sus 35 cm de virilidad son atraídos
Con la fuerza de una nebulosa
Hacia una felación interminable.
Negándose a penetrar otra dimensión,
El condado de Queens ha quedado a oscuras;
y sus bellas señoritas
han abandonado los prostíbulos locales
para unirse a la procesión.
El momento de la abducción es inminente
y Ron lucha pero ya no hay vodka en la nevera
y su estado etílico lo volatiliza.
La espaguetización ha comenzado
y Ron se estira como embadurnado
en un Trojan ultra-sense.
Afuera llueve… la calle huele a semen reseco
Ron ha perdido la batalla
y está siendo engullido
en el agujero más profundo
sobre el cual ha colocado bandera…
y un universo iconoclasta
ha dejado al porno sin su mástil.
AMOR EN LOS TIEMPOS DEL SANTO.
El monstruo no soy yo.
El monstruo son los otros.
EL SANTO “Vida, obra y milagros”.
El amor no existe.
El deseo, la atracción, la inyaculación;
son hologramas que el universo crea
para evitar la polución.
En la hora más muerta,
el viento helado que emiten los cuerpos
al pasar por las puertas
dictamina una sentencia de existencia.
Viento negro, ojo de lince, pájaro en mano
el mantra interminable de acontecimientos
revelando al espíritu y su azote,
en la espalda de la razón.
Mi película comienza mal…
mi película termina peor,
el sol salió y me cantó.
Y la circunvalación terrestre
se a-cornisa y el yo grita como ahogado
en un filme de horror
interpretado por el santo y blue demon;
un cortometraje efímero de serie B
en donde no hay bettys page
que lo eroticen y lo vuelvan divertido.
Las momias de Guanajuato se han escapado de sus catacumbas
y pueblan las avenidas,
y a la bambificación del dulce alba
le escurre la ternura
como el moco infeccioso de la gripe aviar
que no cesa hasta causar la muerte.
Estamos todos jodidos
y la autocompasión no nos alcanza
para sacudirnos lo pendejo.
El amor no existe.
El alma se hiela
y sus escarchas, son tan tiernas
Como para hacer llorar a un hombre
entonando una triste canción
“Micaela, Micaela, que tú tienes algo mío”.
El tren va en camino a descarrilarse.
¿Lloras tú?
GALAXINA
Mujer arrasa como un tsunami
a tres hombres/love story/ TRISTEZA!!!
RODRIGO FRESÁN, el fondo del cielo.
El brillo atómico de una mirada radioactiva
se desliza suavemente sobre la cascada
de la forma.
Sobre la agudeza del avispado
vértice de tu cintura
ardiendo en los tizones de mis manos.
Y el telar que envuelve la mañana de tus senos
florece en un bostezo con la fuerza de tragarse al mundo
En una galaxia lejana…entre nebulosas,
tu amaneces…
la Dorothy Stratten de mis sueños,
volviéndote el puente entre este mundo y el otro,
en la atadura que zurce el delicado desgarre universal
y luego lo rompe para jugar al memorama con sus partes.
Por la tarde, el centro espacial kennedy
hizo una abolladura en la historia,
y la ciencia jugaba a tronar cohetes
en la negrura de la noche;
y tú desde tu planeta solitario…
a los dados para que tocara
la quintilla perfecta en el que la mano callera
Al lado de la mía eternamente.
“Y aunque ahora escupo una oración
helado de terror ningún dios responde aún.
Seré muy breve, te extraño y eso duele”.
COCKTAIL.
Bermudas, Bahamas…come on pretty mama.
THE BEACH BOYS, Kokomo.
La vida es como un cocktail lanzado al cielo por la mano de tom cruise;
para llegar a arriba hay que dar muchas vueltas.
Y después caer en batimento sobre un risky business,
desnudo, entre truenos y viento de tormenta
a lo terminator…
con las esperanzas recargadas en un “I ’ll be back”
que nunca llega.
Desinflado, con la realidad desmentida en los riñones
como gancho al hígado
y sin equivalencia de referentes.
Con la suerte por goteros
para llenar el vaso de la desfachatez
y los ojos lampareados por el sueño…
mientras suena un soundtrack tropical
que repite “the band is Down in Kokomo”
en la fiesta perpetua.
Con el encabronamiento a tientas
y el ingenio a oscuras.
Con el alma desflorada en la baja pasión
del desgaste de los días
Twist and shout… (twist and shout)…
mientras pones de bandera al optimismo
y de mascara al sinsabor,
sacado de la comedia acida
que ha sido el camino
a darte cuenta que el amor es el quinto elemento.
ELVIS THE KING
“EL rey abandona el trono esta noche”.
MEL GIBSON, breveheart.
Elvis toca su metralla eléctrica
con un arpegio de plomo.
Canta fuego y enciende el escenario
baila balazos en todas direcciones.
Elvis fuera de si piensa en linda,
y el válium 10 le sale por los ojos
y el alma se le sale del traje.
mira al público con cara de idiota
que lo proclama "el rey ".
pero… a solas, en su mansión de Graceland
sabe que su corona es de dendritas eléctricas
y su carruaje una vagoneta Cadillac 52
seguida de una escolta y una banda de guerra.
Elvis de noche siente miedo
por eso abraza su metralla eléctrica
y clama al cielo que le quite la corona.
Lanzando una plegaria que dice:
“Walk a mile in my shoes”.
Les visiteurs du soir
“Una rata neoyorkina ha salido a descomponer la noche”.
PAUL AUSTER, trilogía en nueva york.
Con la despreocupada técnica de un post-impresionista…
una pincelada burda trazo el bosquejo
derruido del androide somnoliento.
Desde el rincón de un silencio involuntario;
los últimos ritos de la muerte
ya habían pasado de moda
antes que madame tristeza
sintonizara el canal de la desesperanza.
La calle tenia devastados los adentros
y nosotros el ansia loca, de agarrarla a vergazos.
Ligeros, por error…
hincados ante el garrote de la omnisapiensia
quemábamos la gota de la desesperación.
Noctámbulos, agonizantes
como la luna en su más crudo cuarto;
hacíamos pequeño el centro
de la sensación,
preparando un baile
a un Morfeo corredor de carros de carrera.
Conscientes de que el cerebro truena primero;
y la purulenta hinchazón
desencaja en destellos de violencia
apuntalamos el timón hacia la destrucción.
y en medio de sus gracias…
Brincábamos como queriendo bailar un jarabe tapatío
que Arremetiera su fuerza contra remolino.
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