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Channel: POETAS SIGLO XXI - ANTOLOGIA MUNDIAL + 20.000 POETAS: Editor: Fernando Sabido Sánchez #Poesía
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SERGE PEY [18.458]

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Serge Pey 

Nació en 1950 en una familia de clase obrera, en el barrio Hers de la ciudad de Toulouse, Francia. A principios de los años setenta, Pey inicia su trabajo de acción poética experimental, en todas sus formas, en el espacio de la poesía oral. 

OBRAS:

La Boîte aux lettres du cimetière, éditions Zulma, 2014
Tombeau pour un miaulement. Poésie Provisoire, Gruppen Éditions, 2013.
Ahuc. Poèmes stratégiques (1985-2012), Flammarion, 2012.
Les Poupées de Rivesaltes, avec Joan Jordà, Forcalquier, Quiero, 2011.
Lèpres à un jeune poète. Principes élémentaires de philosophie directe, Toulouse, Délit Éditions, 2011.
Le trésor de la guerre d'Espagne, Zulma, 2011.
- Prix Boccace 2012
Dialectique de la tour de Pise, Limoges, Dernier Télégramme, 2010.
Droit de voirie, Bruxelles, Malström reEvolution, 2010.
Hypothèses sur l'infini, Cannes, éditions Tipaza, 2009.
Ne sois pas un poète, Limoges, Dernier Télégramme, 2009.
Bâtons de la différence entre les bruits, Cesson-Sévigné, La part Commune, 2009.
Appel aux survenants, Maelström, 2009
Nihil et Consolamentum, édition bilingue, traduit du français vers l'occitan par Alem Surre Garcia, Délit Éditions , 2009
NIERIKA, Chants de vision de la Contre-montagne. Poèmes traduits du peyotl; Maison de la poésie Rhone-Alpes/ Le temps des cerises, 2007
Poésie Publique, Poésie Clandestine - Poèmes 1975-2005 Anthologie Arbitraire De Poèmes Et De Bâtons, Le Castor astral, 2006
L’Électrification du visage, Peau et sie de l’Adour, 2006
Traité à l'usage des chemins et des bâtons, Le Bois d'Orion, 2006
Principes élémentaires de philosophie directe, Dumerchez, 2006
Nierika ou les chants de vision de la contre-montagne, Maison de la poésie Rhône-Alpes, 2006
La spirale du sanglier, Rencontres, 2005
La direction de la grêle, Dumerchez, 2005
Le Millier De L'air, Poème à L'usage Des Chemins Et Des Bâtons, illustré par Jean Capdeville, Fata Morgana, 2004
Tout cercle est un trou qui regarde la lumière, Hommage à Michel Raji, Cyril Torres, 2004
Extraits du chemin, Trames, 2004
Paralogisme, Maeght, 2004
De l'équilibre des noms, poème des quatre bâtons de la balance Avec le plasticien Giney Ayme, éditions Rencontres, 2004.
Entretien avec Rodiga Draginescu, éditions Autres Temps, 2004
Visages De L'échelle De La Chaise Et Du Feu, Dumerchez, 2003
Lettres Posthumes À Octavio Paz Depuis Quelques Arcanes Majeurs Du Tarot, Jean-Michel Place, 2003
Poèmes hallucinogènes du Peyotl, éd. Lézard, 2002
À la niche les chiens, Brève Bibliothèque en mal d'évasion, 2002
Aouach, La Part des anges, 2001
La Langue Des Chiens, Paris-Méditerranée, 2001
Traité des chemins et des bâtons, éd. Terre blanche, 2001
Les Aiguiseurs De Couteaux, une mémoire du Flamenco, Éditions Des Polinaires, 2000
Pour libérer les vivants il faut savoir aussi libérer les morts, éd. Richard Meïer, 2000
L'enfant archéologue, éd. Jacques Brémond, 1997
La définition de l'aigle, éd. Jacques Brémond, 1997
L'enfant archéologue, éd. Jacques Brémond, 1997
La main et le couteau, Parole d'aube, 1997
Le Même Temps, éditions d'Alsace Lozère, 1996
Interrogatoire, poème pour les assassins de Tahar Djaout, CIPM, 1994
La mère du cercle, éd. Travers, 1994
Dieu Est Un Chien Dans Les Arbres, Jean-Michel Place, 1994
Quinze artistes dans le métro (avec Pierre Rey), Mtd Développement 1993
Nierika Ou Les Mémoires Du Cinquième Soleil, Cadex, 1993 et 2002
Journal ogham des hommes couvertures de la prison de Long Kesh, Les Petits Classiques du Grand Pirate, 1993
Poèmes pour un peuple mort, Sixtus, 1989
Poèmes du cerf-volant, Les Petits Classiques du Grand Pirate, 1989
Notre Dame la Noire ou l'Évangile du Serpent, éd. Tribu, 1988
Poème pour un peuple mort, éd. Sixtus, 1989
Couvre-feu Journal De Santiago du Chili, éd. Tribu, 1986
Vertenebre, Coma, 1984
Prophéties, éd. Tribu, 1984
De la ville et du fleuve, éd. Tribu, 1981
Poème pour M. E après sa mort, Le Castor Astral, 1975
J'eux, Multiples, 1975
Minute Hurlée, Imprimerie 34, 1970

OBRAS TRADUCIDAS:

Nierika, o le memorie del quinto sole, traduit en italien par Alberto Masala, Nuoro, Edizioni Il Maestrale, 2001.
"Every poem is a decapitated head held up by a single hair", traduit en anglais par Yann Lovelock et Patrick Williamson, publication en ligne, The Red Ceilings Press, UK, 2011
NIERIKA, Cantos de vision de la Contramontaña (Trad. Enrique Flores, Adàn Medellin), Universidad Nacional Autonoma de Mexico - Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Mexico, 2012.

TEATRO:

Les Chants de Maldoror, Théâtre du Galeon, Mexico, 1979
Le Grand secret de Michaux, UNAM UAM, Mexico, 1980
Le Déluge, Le Cornet à dés, 1988
Tauromagie, Copla infinie pour les hommes-taureaux du dimanche. Le Cornet à dés, 1995

EDICIONES SONORAS:

L'enfant archéologue, Artalect, 1987
Allen Ginsberg/ Serge Pey/ Yves Le Pellec, éd. Tribu, 1992
L'Évangile du serpent, Tribu, 1995
Nihil et consolamentum, Tribu, 1996
La Maronne, ronde brève, ARTCI-LAB, 1997
Les Diseurs de musique, CCAM, 1997
Le Complexe de la viande, 33 Revpermi, 2000
Live in Mhere, 33 Revpermi, 2000
Nous sommes cernés par les cibles, Serge Pey/ André Minvielle, 2002

EDICIONES EN DVD-VÍDEO

4 vidéopoèmes du plasticien vidéaste Giney Ayme. (2004 et 2007) Texte et voix de Serge PEY. "Poème des quatre bâtons de la balance" publiés en 2 coffrets DVD aux éditions Rencontres et Incidences. La Coopérative. Centre d'Art et de Littérature. Montolieu (11170)

EDICIONES EN REVISTAS:

La revue GRUPPEN publie des textes inédits de Serge Pey dans chacun de ses numéros.




NIERIKA. CANTOS DE VISIÓN DE LA CONTRAMONTAÑA

Serge Pey 
Nierika. Cantos de visión de la Contramontaña.
Traducción de Enrique Flores y Adán Medellín.
Conaculta-UNAM, México, 2012.


EL ESPÍRITU DEL PEYOTE

Así que el espíritu del
peyote
es un saltamontes
negro
en el centro
de una asamblea de
piedras que deciden el
sentido de la montaña

Así que el espíritu del
peyote
es un puñal de agua
entre la ceniza

Así que el que
no respeta al
espíritu del peyote
muere en la nube
que cae en el humo

He aquí que un chamán
camina hacia el desierto
y degüella al primer
sol
sobre la primera flor
y lo ofrece a las abejas
interminables
que lo beben

Las Latas, 2 de mayo de 1985.




POEMA DEL CUARTO PEYOTE: VISIÓN DEL CAFÉ Y EL FUEGO

Al comienzo
la luz estaba
ausente 
era sonora
como la montaña
donde dormía el pájaro
caído que sostenía
las edades

Todo estaba oscuro
en el espejo demasiado
lleno de la noche

Nuestros ancestros los
venados
que habían creado la luna
y el fuego
no eran sino
espinas frías
en las estrellas

Presento a mi
hijo
sobre la cornamenta del venado
para que labre
el color
con cabellos de música
y manos frías

Mira

La tierra come el
primer peyote y la
tierra
El agua bebe el segundo
peyote y el río
El aire respira el
tercer peyote y
el viento

El viejo sol coloca el
cuarto peyote
en los cabellos del fuego
donde se cuece el mediodía
y la sopa del maíz
para el almuerzo
que prepara mi madre

Juntos
con el viejo café
hirviente
hablan de los
niños llevados por las
águilas
Juntos
hablan con el
viejo fuego
arrojándoles piedras
a los perros

Poema del sexto peyote.
Las Latas, octubre de 1985.



POEMA DE PROTECCIÓN DE LOS HUARACHES ANTE EL COYOTE TSAMIRAWI

Tengo unos huaraches
cortados de
llanta de camión
y sé que no
podré caminar
mucho tiempo
al sol
entre
mis compañeros
de Extremidad

Te lo ruego
dame otros
huaraches
Dame unos
huaraches
de cuero verdadero
porque las
llantas atadas a mis pies
no entrarán en el
vientre del sol

Fuego-Abuelo-Fuego
el día nos
deslumbra con la
luna
bebe primero
y nosotros
beberemos después
de ti

Mira
también puse mis ojos
en la leña
para que bebas
Mis ojos que ven
y que llevan un rostro
sobre el esqueleto de madera

Mira mis ojos
arden en tus
ojos
e inundan la sombra de
millones de piedras

Bebe antes que
bebamos
el agua de la tierra
que pone nuestros pies
en el aire

Wirikuta
Wirikuta

El arco-iris tiene los ojos del
fuego y le doy de beber
a su lluvia

La mariposa incendia la
fuente y le doy de beber
a su color

Y ustedes también todos ustedes
denle sus huaraches
para que Él los bendiga

para que aparten a
escorpiones y serpientes
todos los demonios del
camino

para que nos lleven
a la velocidad del águila
a la tierra de Wirikuta
hacia la sangre verde y
la Estrella

Somos los hermanos
del coyote Samuravi

Quemamos mucho
viento y el camino
es el seguir infinito
de nuestros huaraches

Así lo hicimos
al comienzo
del Mundo
y quemamos mucha
leña

Benditos por el fuego
nuestros huaraches que van
por el camino

Aquí está mi huarache derecho
Aquí está mi huarache izquierdo

Escucha la canción del
coyote
Samuravi
que reza toda la noche y se
salva en el viento

Yo sé enumerar
el color

Camino sobre la punta de
mis ojos
Canto con la lengua de
mis pies

Las estrellas en el cielo son los
ojos visibles del rostro
invisible que nos devora

Escucha al que respira la
visión Samuravi

Canto ritual de la bendición de los huaraches de los peyoteros y poema personal.
Noviembre de 1985.




Poema de los nombres

A veces se encuentran
niños huérfanos
wixárikas
que los maestros de escuela bautizan Pancho Villa o Lázaro
Cárdenas
o Víctor Hugo
o Insurgentes
como un nombre de calle

Cuando nací me bautizaron dos veces

La primera por el padre
de mi padre que me llamó
´Etsíekame
"Maíz-sembrado-cuando-llueve"

La segunda por el padre de mi madre
que me llamó
Hairtsi Matsiwa
"El Rocío"

En mi primer
viaje a la Tierra del Peyote
fui investido con el nombre de Tutumakuyane
"Flor-espinosa-que-crece-en-el-Cerro-Quemado"

Luego otra vez aún
durante mi segundo peregrinaje
cuando me llamaron
Hiri Manakuxaure
"Cerro-de-color-que-se-ve-a-lo-lejos"

Cuando la policía me arrestó
en mis papeles escribieron
mi nombre público
Guadalupe González Carrillo

Así que ya conoces
todos mis nombres

Pero ahora que estoy muerto
si quieres venir a rezar a mi tumba
llámame como quieras
o escoge entre los nombres
que vinieron y los que vendrán
porque el sol en que habito
me bautiza todos los días
con su fuego
y en las grandes tierras donde cazo
mis compañeros
no tienen que hablar para hallarme

Soy un wixárika del Tercer Valle
del Sol

Palabras escuchadas y puestas en escena. 1979.





Canto visión de los desmembrados

De sus quijadas
nacieron las sandías y el nanche
-sí lo sé

De su lengua
nacieron el maíz amarillo y el maíz azul
-sí lo sé

De su cerebro
nacieron la calabaza y el xepái
-sí lo sé

De sus ojos
nacieron el tuxú y el tsaakuxa
-sí lo sé

De su piel
nacieron los mangos y los chabacanos
-sí lo sé

De sus nervios
nacieron el chile y el catamuchi
-sí lo sé

De sus ijares
nacieron los tomates y las nueces
-sí lo sé

De su corazón
nacieron la caña de azúcar y el camote
-sí lo sé

De su hígado
nacieron los higos el maye tapiri y el tetuí
-sí lo sé

De sus pulmones
nacieron el tabaco y el chicle
-sí lo sé

De su vejiga
nacieron el teu y el cuyaute
-sí lo sé

De sus riñones
nacieron las manzanas y el gualamo
-sí lo sé

De su médula
nacieron las ciruelas las peras y el xiu
-sí lo sé

De sus genitales
nacieron la piña y la papaya
-sí lo sé

De su colon
nacieron el mamey y el pepino
-sí lo sé

De su aparato digestivo
nacieron los hongos y los muitles
-sí lo sé

De sus dientes
nacieron el ecotal y el pimiento verde
-sí lo sé

De sus cejas
nacieron el limón y la naranja
-sí lo sé

De su bazo
nacieron la pitahaya y la guayaba
-sí lo sé

De sus senos
nacieron el durazno y el zapote
-sí lo sé

De sus nalgas
nacieron las tunas y el aguacate
-sí lo sé

De sus piernas
nacieron el chilacayote y la huwaixa
-sí lo sé

Takutsi
Nakawé
Nuestra Bisabuela
Crecimiento
creó el Mundo
-sí lo sé

Después su cuerpo
cayó en pedazos
-sí lo sé

Y cada
pedazo de su cuerpo
se volvió
una nueva
especie de flor y
de árbol
-sí lo sé

Llamamos a
Takutsi Nakawé
la Desmembrada
-sí, sí lo sé

Todos los días
nos comemos su
cuerpo
con el Watákame
-sí, sí lo sé

Canto-cuento para Takutsi Nakawé y Watákame. Las Latas, 1989.



El equilibrio

Así esta mañana
bebo en un dedo
de tu mano
y nado en un hueso
de tu brazo
en un sol desollado con
cabeza de muerto

Así esta mañana pesco
el pez inseparado
que separa el
cerebro

Peyote de la flor
hambrienta
que se come la primera
mosca

Yo me baño en ti

y en el tiempo
Yo pesco en ti y en tiempo
Yo bebo en ti y en tiempo

Yo florezco al primer
equilibrio

Las Latas, octubre de 1985.





Lepra a un joven poeta | Serge Pey

Tra­duc­ción de Nadia Mondragón



Tengo la cabeza llena de ideas locas, inmaduras.

Présteme su nom­bre y descar­garé todo lo que tengo que decir sobre

los jóvenes y los viejos, sobre la nov­ela —¡que se vaya al diablo!—

y sobre la poesía —que está muerta—.

Vir­ginia Woolf, Carta a un joven poeta



Para usted,

En la prisión, uno debe emplear su tiempo para estar en posi­ción de ser tratado de usted. La dis­tan­cia del usted llama al respeto y tam­bién al número.[1] Hablando de usted uno se vuelve muchos. Mil para un solo guardia. Uno se vuelve “Mil-hombres” en un solo hom­bre. Uno se vuelve usted, uno se vuelve el otro frente al espejo inver­tido que mul­ti­plica el “tú” por dos.

El hablar de usted es una dis­tan­cia que per­mite ver­nos más de cerca que el tuteo del mundo.

Voy a hablarte de usted, voy a hablarte, no con “usted” en mayús­cula, sino con “var­ios” en mayús­cula, puesto que somos mil­lares en el seno de nues­tra per­sona, y si la poesía es un juego, es el de la reunifi­cación y la destruc­ción per­ma­nentes de esta humanidad que vive en nosotros.

Cada poema es una pieza del rompecabezas esquizofrénico sagrado que nos con­sti­tuye. En ese sen­tido es un pedazo de carne, un dedo cor­tado de la mano neg­a­tiva de nue­stro cere­bro que damos a otras manos para asir el mundo.

Te escribo esta letra, le escribo esta lepra.

Le escribo sobre un bastón que acabo de cor­tar para caminar.

Este pedazo de madera des­fig­u­rado por el cuchillo y la tinta.

Te digo “usted”, a ti que eres varios.

Entre Rilke y Artaud, de la carta a la peste.



Este libro llevó mucho tiempo el nom­bre en su secreto de Lepra a un joven poeta.

Puede con­ver­tirse en Prin­ci­p­ios ele­men­tales de filosofía directa o Cróni­cas de poesía pro­vi­so­ria, pues quizá mi poesía tam­bién es eso.



“Lepra a un joven poeta” no es un juego de pal­abras efec­tu­ado sobre el lomo del libro de Rilke. Es un juego de sen­tido sobre la san­gre espir­i­tual de Rilke.

Cada poeta escribió su Carta: Max Jacob, Ver­heggen, Vir­ginia Woolf. Cada poema vom­ita su letra como un con­sejo a la poesía. Yo tam­bién hago la mía hablando de usted a toda la poesía como un Tú.



El capí­tulo XIII del Lev­ítico está con­sagrado a la lepra.

Esta pal­abra, tra­ducida del hebreo zaraath, no des­igna la actual lepra sino una impureza en un sen­tido más amplio.

La poesía debe ser así una lepra para la poesía.

En los defec­tos y pliegues aparentes de los tapices sobre los muros, Witold Gom­brow­icz encon­traba nuevos caminos.

Te escribo, para usted, esta impureza.



Frente al poe­soso [poéseux], ese poeta repug­nante, esnobista-palurdo de la poe­t­i­zación académica, el poeta con­tem­porá­neo debe ser un leproso.



Un lep­roso rad­i­cal, y no el “let­roso” melancólico de las ped­a­gogías uni­ver­si­tarias en las gramáti­cas clíni­cas y estruc­turales de la poesía.

Un por­ta­dor de la enfer­medad frente a las poe­t­i­za­ciones per­ma­nentes que impi­den ver el poema.



El poeta debe pro­poner la enfer­medad de su guerra para matar la enfer­medad de la opre­sión. Debe ofre­cer un cierto sui­cidio que es una forma de matar la muerte para que la vida, toda la vida pueda vivir.



El poeta debe por­tar la impureza pura.

Aquí, son con­vo­cadas: la suciedad, las basuras [ordures] del oro,[2] la cor­rup­ción de los cornos de caza y los cal­los, la podredum­bre sub­lime, y más aún la putre­fac­ción de los pozos, el residuo de la nada, el dese­cho peli­groso, la degradación y la ruina.

Todos esos sinón­i­mos de la inteligen­cia explotarán como bom­bas bajo los asien­tos de la acad­e­mia de las escrit­uras de la exce­len­cia y de los trans­misores de la muerte del poema.

Los basureros son los instru­men­tos de nues­tras bellezas y de nues­tra búsqueda en los intesti­nos de lo desconocido.



“La poesía, es decir, la guerra”, decía Mandelstam.



Esta lepra es una peste ter­mi­nal, como Artaud lo deseaba.

El poeta debe “artaudizar” la sociedad de la literatura.

Esta lepra, esta letra, es así, evi­den­te­mente, la peste de Artaud.

Cada gen­eración debe inven­tar su ter­ror­ismo lit­er­ario, su his­to­ria de amor, su pasado y el ritmo de su utopía.



Las Car­tas a un joven poeta de Rilke son de todas man­eras, sin embargo, con­se­jos que dar en este siglo que sólo existe como un número del Apocalipsis.

Así les digo, yo que los quiero, “no escriban poe­mas de amor”.



Los epí­gonos de la poesía trans­miten los con­se­jos de Rilke para rehacer una poesía cuya eternidad si quiere ser eterna nece­sita morir.



“Una sola cosa es nece­saria: la soledad.”

Vivan “entre los niños secretos”.

Sean bár­baros de la bar­barie edu­cada que nos apri­siona: esta es la consigna.



Hay que lle­var la carta [porter la let­tre], lle­var “el ser” ahí [porter là l’être] en el poema, y matarlo de muerte literaria.



La poesía, que tiene un estatuto de lepra social, hace de todo poeta digno de ese nom­bre un lep­roso con­tra la sociedad, el mundo de diver­ti­mento del poema esno­bista, el juego de Papú en la cabeza de la Fran­cia cul­ti­vada,[3] el juego del patio del recreo y la televisión.



La joven poesía no debe enmas­cararse que vive en un lep­rosario y que con su enfer­medad debe apren­der a combatir.

La poesía es el juego de pal­abras de la piel.

Sus frag­men­tos rojos, sus peda­zos de hue­sos, sus asom­bros cap­i­tales, sus máx­i­mas de carte­les des­gar­ra­dos, sus acci­dentes vol­un­tar­ios, sus con­vic­ciones de vidrio roto, no son letras.

El alfa­beto que los vom­ita es el de un pre­sente que se sostiene al borde del tiempo.



Los poe­mas, esos vómi­tos expul­sa­dos de nues­tras bocas, son peda­zos de lep­ras que se deben lle­var a las filas del enemigo.

Nue­stros dedos de uñas sucias “lautréa­mon­tianas” mac­u­lan la página vir­gen de la belleza.



Sal­var la poesía, en nom­bre de los obje­tos man­u­fac­tura­dos no críti­cos que sur­gen de la rup­tura de las fron­teras del arte, llama al com­bate y a ele­gir la tradi­ción de sus armas.

Esta carta es una carta de guerra.



Situar el acci­dente al Occi­dente de la lit­er­atura es nues­tra labor.

Pren­demos fuego a los anti-monos de circo que actúan en los trapecios de car­i­catura de la muerte del arte.

En nue­stros incen­dios de fusión fría, reduci­mos a cenizas sus espe­jos de paja.



El poema siem­pre seguirá siendo la bruja del sab­bath, la anar­quía rev­e­lada, lo extra­or­di­nario que se vuelve cotid­i­ano, en la gran pul­sión de las car­tas de Dionisio.

No la puesta en escena sino la puesta en acto de todo lo que funda nue­stro mito pri­vado, reprim­ido por el orden y la sociedad enferma, el soplo del poema no cor­tado de la vida.

Lle­var la lepra a los labios de la poesía es una forma de matarla para que nazca una nueva poesía sobre su cadáver. Las plan­tas aman a los muertos.



Toda forma estética tiene una acción men­tal y física: las for­mas nos mod­i­f­i­can y nosotros debe­mos con­tro­lar la mod­i­fi­cación de las formas.

Debe­mos colo­car sis­temas de efec­tos retar­da­dos, soft­wares y tram­pas del imag­i­nario para hacer cre­cer al hom­bre hacia su devenir humano.

La poesía sigue siendo la con­struc­ción ine­ludi­ble de la Humanidad en los Auschwitz per­ma­nentes que nos gasean.

La poesía de acción despoja al hom­bre de sus gestos y de sus guantes.

La poesía debe operar con la mano directa de la palabra.

Con el huevo de la oral­i­dad, ella va a pegar las pági­nas de los diccionarios.



Inven­ten otra lengua. Única y mis­te­riosa, como cuando hablan de amor.



Usted a quien tuteo cada día, te ofrezco mi destruc­ción, y tú, la tuya. Nues­tra lengua de visiones y de manos se con­struye de esta manera.

Mis tomates, mis cube­tas con agua y mis espon­jas son las “palabras-manos” de los nuevos poe­mas que escribimos.



Tocar la vida es tocar la boca que dice el poema. Es inven­tar el oro de la oral­i­dad, es via­jar en lo invis­i­ble que sep­ara las cosas y las une a las pal­abras. Un poema, es des­cubrir otra boca del decir, otro ángel en el ángulo de nue­stros dientes.



No la voz alta [haute voix] del teatro, sino la vía alta [haute voie] de su locura sac­ri­fi­cial. Una pal­abra no es más que un esqueleto de la voz [voix] que ve [voit] el mundo.



Defin­i­ti­va­mente exclu­ido del cuerpo social y lit­er­ario de la poesía, el poeta de acción sigue siendo percibido a veces como una ame­naza con­tra la poesía y se con­sti­tuye así como el prin­ci­pal sospe­choso de la muerte de la poesía poetizante.



En las misas auto­sui­ci­dadas de la poesía pros­ti­tu­ida de las Acad­e­mias y de las auto­cel­e­bra­ciones, la poesía de acción tira y destruye.

La poesía de acción es una poesía pública.



El poeta directo como una acción, ese poeta digno de ese nom­bre de poeta, ter­mina en los hornos cre­ma­to­rios de los hos­pi­tales de la lit­er­atura uni­ver­si­taria. Esos detri­tus de ver­sos y de teatro, hoy masi­va­mente entre las manos ensan­grentadas de los usurpadores y los doc­tores de la razón del mer­cado razonante.



Impuro, el poeta de acción se siente en el deber de cor­romper el cuerpo social lit­er­ario que ya no quiere el pen­samiento del poema, y que elige, frente a lo descono­cido de su doble vista, los rega­los alien­ados de sus lec­turas de rebaño.



Es así como está pre­scrito que el falso poeta lleve guantes y som­brero, y se anun­cie con una matraca, y mendigue con un cubilete de oro.



Pero el ver­dadero lep­roso debe enve­ne­nar los pozos.

El lep­roso se siente en el deber de asesinar al letroso.

Y fre­gar el charco de san­gre del char­latán de la letra.

Es su tra­bajo de ter­ror­ista del infinito.



Lepra a un joven poeta es tam­bién una carta a la juven­tud de toda la poesía per­ma­nen­te­mente renovada.

Al decir que el pasado puede ser a veces más mod­erno que lo que lla­mamos con­tem­porá­neo, hay que ver sur­gir la poesía allí donde menos se la espera. Lo descono­cido no existe hasta que se hace lengua y la lengua no existe hasta que encuen­tra lo desconocido.

La esper­anza no es el por­venir. A la poesía no le gusta su mer­cado de timadores y de sal­dos del pen­samiento. En el pre­sente alien­ado, abre la bifur­cación de un nuevo pre­sente con sabor a eternidad.



Hoy, el poder de la poesía es el de la mun­danidad encanal­lada en el espec­táculo de las mer­cancías ilusorias.

Las van­guardias no escapan a eso, repiten la moda en sus jaulas de peri­cos de la mer­cancía y se equiv­o­can de pal­abras con­fun­di­endo el deter­gente lib­eral y los soles negros de las ver­daderas anar­quías. Los copis­tas de las van­guardias pro­ducen a menudo can­tos de guardianes.

Sean sin­gu­lares. El arte no existe, sólo hay artistas.



Escribi­mos con nues­tras gotas de tinta, nues­tras manos llenas de papel secante y de por-venir, nues­tras tachaduras de san­gre, nue­stros tomates aplas­ta­dos y nue­stros peda­zos de cunas y de tumbas.



Cuando pelo una rama de árbol y la pulo, para el bastón donde voy a escribir mi poema, dejo algu­nas veces un poco de corteza, un pedazo de piel oscura sobre el blanco de su esqueleto sin piel.

Esa man­cha, esa putre­fac­ción que rodeo con mi punta de tat­u­ador de poe­mas, es el soporte de un nuevo invis­i­ble que algunos lla­man la vida.



Es de esa lepra de la que hablo, es de esa letra.

Un pedazo de igno­ran­cia que sabe, este bastón, este bal­ancín que nos ayuda a cam­i­nar y cuya huella de hierro al rojo vivo per­fora hoyos a nue­stros pies que se toman como caminos.

27 de diciem­bre de 2004


[1] Vous sig­nifica ‘usted’, pero tam­bién ‘ust­edes’. Con esa ambiva­len­cia Pey a lo largo de la carta.
[2] Ordures: juego fonético aso­ci­ado a or dur (‘oro duro’). Les ordures de l’or serían ‘los oros duros del oro’.
[3] Le jeu du Papou dans la tête es un pro­grama de radio francés, de con­tenido lit­er­ario, con jue­gos de pal­abras y de lenguaje.





Poeta del lenguaje y los ritos: Serge Pey

Por Jorge Luis Tercero

“El poema, ese rito de la conformación de la existencia a través del lenguaje, se vuelve de repente ceremonia de celebración de la palabra”, escribe Serge Pey en alguna prosa encontrada en esa necia botella al mar que es la virtualidad. Recientemente, el pasado martes 14 de abril, este poeta francés, realizó un acto metafórico, una caminata dentro del bosque de Chapultepec al lado del bailarín marroquí Michel Raji, para dar inicio a la edición 2015 del festival Poesía en Voz Alta.

Como cada año, la Casa del Lago Juan José Arreola realiza este ejercicio lírico performativo con más de 50 años de tradición, que vincula escritores mexicanos reconocidos con poetas de distintas tradiciones orales y diferentes nacionalidades, incluidas las lenguas indígenas. En esta ocasión, además de otros destacados invitados como el poeta estadounidense Jerome Rothenberg, nos encontramos con provocadoras propuestas, ejercicios vertiginosos en torno al lenguaje, como la poesía de Serge Pey.

Le poème, ce rite

Autor y activista francés, nacido en 1950, proveniente de una familia obrera del barrio Hers de la ciudad de Toulouse, un perseguidor del lenguaje para quien la poesía juega un papel trascendental en el día a día del mundo contemporáneo.

En entrevista inesperada, un poco surgida por el azar de un disco regalado (en cuya portada puede apreciarse un jitomate aplastado), Pey nos platicó de algunas de las nociones sobre las que se ha construido su idea de lo poético:

“Para tocar lo real se necesita una preparación mental, en unas horas es imposible transformar a la gente, como muchos pretenden. Cuando accedemos a una definición de la poesía, ya la poesía participa de esta concepción”, señala.

Para él la modernidad se materializa como una confusión que existe auspiciada por el mercado, en ella la cultura y las formas de comercio confluyen entrelazadas y el lenguaje pierde fuerza, es minimizado: “La modernidad no sabe nada, Heráclito es mucho más moderno que muchos hombres actuales. Arthur Rimbaud solía decir que odiaba la ciencia porque le parecía lenta, mientras que la poesía camina de la mano de Dios. Yo pienso otro tanto al respecto sobre esta era que nos ha tocado vivir”, declara Pey.

“No espero nada del público, la tarea de un poeta es destruir al público siempre. El público es una enormidad, una grosería; la verdadera poesía no supone un público sino una comunión, por eso el trabajo de un poeta es destruir al público para encontrar esa otra cosa, colectividad”, explicó cuando se le preguntó sobre su relación con el público.


Sobre el lenguaje

Desde 1981 Pey ha trabajado en diversos proyectos artístico-poéticos al lado de su aliado Michel Raji, todo a partir de una técnica de poesía física y experimental. Ambos artistas están convencidos de que factores como el vértigo o el movimiento son fundamentales para entender lo poético, para concebir al poema como intermediario; un camino entre la vida y el lenguaje que debe ser cruzado:

“El poeta debe trabajar sobre el bloque total de realidad y eso es un trabajo de todos los días, no consiste únicamente en escribir una poesía y relajarse. El poeta debe de cambiar la cotidianidad desde el acto”, dijo.

Según explica, toda poesía realmente es una manera de emplear las palabras de siempre –dentro de las que ya están contenidas las personas, los animales, las vocales o los sonidos que toda la gente usa– pero sacándolas de ese inconsciente colectivo que es lo Real, para darle una materialidad diferente de la acostumbrada en el entorno social. La poesía para Pey tiene que lidiar y, quizás a la usanza de Andrei Tarkovsky, esculpir desde el lenguaje ese bloque de sustancia donde las cosas, los seres, el tiempo y la nada se cruzan caóticamente.

Recordar a los caídos

A principios de los años setenta Pey inicia con estilo de poesía, reflexión, experimentación y activismo, desde diversas trincheras como su trabajo performativo o la fundación de editoriales y colectivos. En diversos poemas suyos nos reencontramos con una actitud estética desde la que confluyen temas sociales e ironías del mundo, como puede apreciarse en el siguiente poema antologado en el Cuadernillo de Poesía en Voz Alta 2015:

“En un país
donde se levantan
monumentos a la libertad
los únicos libres son los monumentos”
(Serge Pey)

El martes de la abertura de Poesía en Voz Alta, Pey realizó un pequeño ritual-reflexión para recordar a los 43 desaparecidos de Ayotzinapa:

“En Francia ya había dedicado un par de eventos para ellos. Esos jóvenes iban a ser docentes de escuela y para mí masacrar a un profesor es la cosa más abominable. En estos días un maestro es el único ya que transmite realmente la poesía. La muerte de eso jóvenes me recuerda a la del Che Guevara, quien fue un maestro. A él lo ejecutaron en una escuelita llamada La Higuera, en Bolivia, donde lo tenían cautivo. En un pizarrón dentro de un salón de aquel lugar había una falta ortográfica y el día de su ejecución el Che le pidió a sus captores que la corrigieran. Murió enseñando”, concluyó Pey.






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