MARÍA SEVILLA
Maria Sevilla nace en Badalona el 22 de marzo de 1990. Crece en esta ciudad, satélite y periférica. Graduada en Filología Catalana por la UB (2012), actualmente hace tu tesis doctoral sobre La passió segons Renée Vivien, novela de Maria-Mercè Marçal. Su primer poemario, Dents de polpa (2015), ha sido merecedor del premio Bernat Vidal i Tomàs, de Santanyí (Mallorca), en su ya trigésima edición.
Alejandra Pizarnik, Joan Vinyoli, Federico García Lorca, Julio Cortázar o el Marques de Sade son algunas de las lecturas y influencias confesas de Maria Sevilla, que asimismo ha publicado artículos en las revistas Caràcters, Els Marges y Revista de Catalunya, y también se reconoce asidua del club techno Moog de Barcelona. Actualmente trabaja en una tesis sobre "La passió segons Renée Vivien", la única novela de Maria-Mercè Marçal.
Su libro "Dents de polpa" lo define Maria Sevilla como "una conjunción de versos y sangre que juegan a clarificar el teatro de la ceniza en que nos ha tocado vivir. Un entender el amor y el dolor particulares hasta apilar inocencias y deshacer límites en la carne.
Y LA CULPA
Dulcero del sufrir que te hace mío…
Quería decir que no lo siento. Tampoco
se arrepienten las gaviotas
al desgarrar el mutismo de la noche
chillando el miedo. La locura. La que vuelve
aún dulcero del sufrir que te hace mío.
Dulcero. De la culpa. De saberme
la frente rasguñada. De ser gaviota
y de arpar el salobre en madrugada
llenando la brecha del vacío
que hace flotar las boyas. De noche.
Todo oscuro y yo
dulcero del sufrir que te hace mío.
Quería decir que no lo siento. Tampoco
se arrepienten las gaviotas
ni las boyas ni la mar cuando son inmensas
y me duelen. Cuando las miro. Cuando sé
que son inmensas. Y me duelen.
Por eso
tengo que decir que soy
dulcero, al final, de dolerte
y serte mal, como única manera
que yo sé
de serme mal y redimirme,
así,
el inmenso amor que es tuyo.
*Traducción de Yaiza Berrocal Guevara.
I LA CULPA
Llépol del patir que et fa ser meu...
Volia dir-te que no ho sento. Tampoc
no es penedeixen les gavines
quan estripen el mutisme de la nit
xisclant la por. La bogeria. La que em torna
encara llépol del patir que et fa ser meu.
Llépol. De la culpa. De saber-me
tot el front esgarrinxat. De ser gavina
i d’esquinçar la salabror de matinada
omplint la bretxa amb la buidor
que fa surar les boies. De nit.
Quan tot és negre i jo sóc
llépol del patir que et fa ser meu.
Volia dir-te que no ho sento. Tampoc
no es penedeixen les gavines
ni les boies ni la mar quan són immenses
i em fan mal. Quan me les miro. Quan sé
que són immenses. I em fan mal.
Per això
he de dir-te que sóc
llépol, al final, de fer-te mal
i ser-te mal, com a única manera
que jo sé
de fer-me mal i redimir-me,
així,
tot l’immens amor que et tinc.