NICOLÁS CORRALIZA TEJEDA
Nicolás Corraliza Tejeda (Madrid) 1970, reside en Cáceres. Primer premio del certamen literario “Las flores” de Móstoles (Madrid) en 2002 por el poema “Lluvia para disidentes” Incluido en el nº ocho la revista “Absenta Poetas” de Santander 2011. En diciembre de 2011, participó en el primer número de la revista literaria Norbania, compartiendo espacio con poetas extremeños de reconocido prestigio.
Autor de La belleza alcanzable, (Norbanova, 2012), La Huella De Los Días (Norbanova, 2014) y Viático, Ed. La Isla de Siltolá, Col. Tierra, Sevila 2015.
Colabora con diversas publicaciones literarias y recientemente gana las ediciones 48 y 52 del proyecto poético Palabras Prestadas.
La belleza alcanzable, Norbanova (2012)
LA BELLEZA ALCANZABLE
No decaigas, no desistas,
nunca te doblegues.
Haz un viaje a tu interior
y conquista tu momento.
Si una puerta se te cierra
de un portazo,
otra muchas
se abrirán a tus zapatos.
Descúbrete al conocimiento,
de amor, embriágate,
que cada día es diferente,
y recuerda siempre
que nada está perdido,
todo empieza hoy.
La belleza es alcanzable
y seguiremos en su busca.
Yerma
Con el paso del tiempo,
noto más arrugas en el alma
que en el rostro.
Arrugas como un mapa
plagado de accidentes,
dibujándome el paisaje
en un desierto que avanza
devorando mis ríos,
bebiéndose mis aguas,
y sembrando de arena
lo que eran praderas verdes.
LA CIUDAD DORMIDA
La ciudad se ha vaciado,
en el día en que Donald Frey
nos dejó, montado en su Ford Mustang.
Hoy, no hay ruido de claxon
ni las ambulancias se desangran en Madrid.
Tú, te has cortado el pelo
y en tus ojos brilla una paz duradera.
He vuelto, el viento me ha traído
al punto de partida,
para compartir esperanza
en las noches de frío.
Mientras todos descansan
yo, te amo en silencio.
COMO NAVEGANTES DE SUEÑOS
Nos marcharemos sin hacer ruido
hacia la frescura de la verdad,
hacia el calor de la ternura.
Ciudad sin nombre
que tú y yo bautizaremos
con agua de sueños,
de sudor trabajado.
Tiempo de retirada
y de sálvese quien pueda.
Nos apartaremos de esta decadencia vulgar
que nunca más levantará el vuelo.
Somos arena de desierto,
estrellas de un firmamento por descubrir,
y no necesitamos nada,
solo encaminar nuestros pasos
hacia la luz verdadera,
esa que brilla en los ojos de los sabios.
Sin palabras, sin hablar por hablar,
a merced del viento,
como navegantes de sueños.
“Viático”, Ed. La Isla de Siltolá, Col. Tierra, Sevila 2015
SEMEJANZA
Cuando era niño,
recuerdo a mi padre haciendo números
con una caligráfica prodigiosa.
Apenas pisó la escuela,
y sus pies se acostumbraron rápido
al aullido de los caminos donde brota el jornal.
Ya no busca nada.
Se ha sentado a esperar indiferente
el vaivén seguro de las estaciones.
ROTACIONES
Cae el agua convencida,
sabiendo que llegarán tardes de fuego.
No hay nada más elevado y místico
que esta lluvia deseada
sobre el cantil inclinado de las horas.
Permanece posado el vuelo de la sed
mientras sucede el diluvio.
EXHORTACIONES
Una soledad amontonada y sin cribar,
trata de hacerse verso.
Cuerpo a cuerpo
del cráneo a la lengua,
las palabras buscan su voz.
Pronunciadas,
el silencio amplifica el eco de la luz.
Es la resultante del arpa y su belleza.
La fecunda sinfonía de la salvación.
TRASHUMANTE
Mientras descanso,
un mastín me guarda del rebaño.
Él conoce bien
la oscuridad de las lealtades.
Elegí el surco de la grieta,
para escapar del invierno.