ISABEL MARÍA MÉNDEZ
Isabel María Méndez, Mérida, Badajoz 1981. Interesada desde temprana edad en la poesía y en las temáticas sociales, inicia su andadura poética a la edad de 15 años al ingresar en la tertulia poética de su ciudad natal Gallos Quiebran Albores; eso la mueve a participar en diversas antologías y publicaciones colectivas tales como "Como mágico perfume", "Almacén de ilusiones", "Baúl de sueños rotos", "Itinerario monumental de Mérida", "Campamento dignidad: poemas para la conciencia" y prácticamente en la totalidad de las antologías poéticas de Gallos Quiebran Albores, siendo el más reciente "Como un río sonoro de manzanas", publicado en 2013.
Ha participado en los encuentros poéticos Voces del Extremo, en Moguer, en los años 2013 y 2014.
Prefiere hacer una poesía cotidiana, humana, directa y atenta a los detalles, como bien se puede apreciar en su colección de micropoemas Insomnio, contenida en el cuarto volumen de la colección 3x3, coordinada por Antonio Gómez para Editora Regional de la Diputación de Badajoz.
En los últimos tiempos, además de trabajar en su escritura, llama su atención la fotografía y la poesía visual, campo en el que ha producido varias piezas como Peaje, seleccionada en el IX Premio de poesía visual Ciudad de Badajoz.
Suelo contar los huesos que me envuelven
-las yemas de mis dedos
topan con la parte dura
de mi cuerpo
asegurando una y otra vez
mi contorno-
están todos
siempre, están todos
pero hay huecos
ese espacio entre costillas
me hace
un blanco fácil.
Imaginar que Lorca murió en una bañera
- ahora que entra el invierno-
que sus pestañas le amortajaron mientras dormía
en un charco verde de ranas
que Bernarda salió de casa aquella misma tarde
para llevarle toda la muerte
que cabe en una falda de viuda.
Imaginar que Lorca murió sobre su cama
(mariposas negras en la garganta)
así
tranquilo
como en un bosque
sin disparos.
-ahora que entra el invierno-
Imaginar que Lorca llama al timbre
Lorca vivo
en sus bolsillos
limones y rascacielos.
(Publicado en la Revista Digital Ombligo)
la razón llega tarde al desconsuelo
uno no sabe cuando es el momento de abandonar la pena
por ello , que el daño goza de la ventaja de ser irreversible
un peso desmesurado para la conciencia
ese es el momento en el que hay que sacar la tabla de cortar
el exprimidor los cuchillos
y como quien disfruta de un mojito en una hamaca
prepararse para consumir la vida en estado cítrico.
A la noche solo le pido cloroformo,
amoniaco para mis sueños de muerte
y la nada durante ocho horas.
( publicado en el Número 4 de "Colección de poesia 3x3")
Trineos para aliviar la pena,
para cargar el muerto.
( publicado en el Número 4 de "Colección de poesia 3x3")
Acogerse al tiempo marcado
a las normas establecidas
a las respiraciones impuestas.
Prorrogar el sufrimiento.
Sobrevivir.
Permanecer sumidos
en el barro.
Engendrar un reloj
parir un muerto,
acostumbrarse.
(...)las grandes esperanzas están puestas
todas sobre nosotros, todas
y así pesan.
Jaime Gil de Biedma.
Todas estas enaguas que levanto
al bajarme las bragas
hacen pesados mis brazos
mis piernas
tensan mi conciencia
es por eso que sé
que no voy a darle a mi hija mi nombre
el nombre de mi madre
el nombre de mi abuela
mi hija tendrá un nombre propio
exento de cargas
liviano, limpito.