PINJAS SADÉ
PINJAS SADE (1929-1994). Nació en Levov, Polonia. Llegó a Eretz Israel en 1934. Entre sus obras: La vida como alegoría, El libro de poemas
A una muchacha del valle de Hefer, que vino a mí pero no me dijo su nombre
No vi jamás una belleza como la suya. ¿Quién eres? Quizás te llame La Muerte. Si hubieras venido a mí y me hubieras dicho: "soy la muerte" habría ido detrás tuyo, con alegría.
(Traducción Edith Goel)
EL ÁNGEL
La muerte cabalga a caballo en el cielo,
con presteza y majestad en el azul, en silencio.
La muerte cabalga a caballo y tiene cara de mujer.
Sus ojos tienen el color del ámbar, y sus piernas, blancas
/como azucenas.
Tiene una espada cortada del sol, que apunta
a los cuatro puntos cardinales.
Una sobre Damasco y Ammán, otra sobre Jerusalem,
otra sobre el ingenuo y el sabio, el deudor y el prestamista,
/el amador
y el que no conoció mujer.
La muerte cabalga a caballo en el cielo.
En la tierra está un poeta que describe su rostro en el agua,
aguas tumultuosas entre bruma y espuma y él describe su cara
/en el agua.
En los bosques ríen los monos, flores florecen como llamas.
El prado brota, perros ladran, reinos se desploman, profetas
sueñan a Dios. Mujeres, algunas abandonadas y otras queridas.
Y muchos compran, venden y construyen casas
y tienen nombres cuando están vivos, pero murieron,
Este mundo no tiene salvación.
La muerte cabalga a caballo en cl cielo azul, en silencio,
Tiene cara de mujer y sus piernas blancas como azucenas.
El color de sus ojos es como el ámbar. Ella sonríe.
A sus pies la serpiente y la peste y la sangre y la copa de
/amargura,
A sus pies el duelo y el pesar y el abismo sin fin,
mas sus pies son blancos como azucenas y su rostro virginal,
Sobre los bosques, flores y prados, por sobre el mar lleno de vida,
por sobre los ríos de Damasco y Ammán, por sobre los montes
/de Sinaí y Jerusalem
cabalga a caballo la muerte en el cielo.
POESÍA HEBREA MODERNA. Antología
Compilada y traducida por Arie Comey
La Semana Publicaciones Ltda. Jerusalem, Israel 1987
“La visión de Goya”
No mires hacia atrás,
En lo alto del acantilado frente a nosotros,
Está el castillo de nuestros sueños,
Cubierto de niebla gris.
Amor mío, volamos,
Nosotros un tiempo muy largo,
Entre la tierra de la tristeza y la angustia,
Y los cielos amarillos del atardecer.
Acércate a mí, abrázame,
Si sólo llegásemos a la cima del acantilado,
Allí está la salvación, allí está la tranquilidad,
Mi amor, mi hermanita.
Pero los soldados, mi amor,
Sobre las colinas debajo de nosotros,
Sus fusiles para matarnos,
Ya están apuntando a mi corazón.