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XU LIZHI [14.742] Poeta de China


Xu Lizhi 

(1990-2014)

Xu Lizhi: el poeta suicida

Por Cecilia Attanasio Ghezzi 

"En la línea de ensamblaje, decenas de miles de trabajadores. En línea como palabras en el papel". El 30 de septiembre de este año Xu Lizhi se suicidó con tan solo 24 años. Xu era uno de los miles de trabajadores de la empresa Foxconn en Shenzhen, el proveedor para Taiwán de Apple que se volvió famoso en el 2010 después de que 14 de sus trabajadores se suicidaron y sus historias protagonizaran crónicas en los periódicos de todo el mundo. Xu era parte de esa generación de trabajadores nacidos en los años noventa. 

"En la línea de ensamblaje, decenas de miles de trabajadores. 
En la línea como palabras en el papel.
'¡Rápido, rápido!' 
Estoy entre ellos y oigo los gritos del supervisor". 

El 30 de septiembre Xu Lizhi, el autor de estos versos, se suicidó a los 24 años de edad. Además de trabajar en la fábrica, Xu era colaborador habitual de la revista de la empresa. Escribía ensayos, poemas y comentarios, pero sus versos simples y sombríos encontraron una audiencia más amplia después de su muerte. Fueron sus mismos colegas quienes los recopilaron para que un periódico en Shenzhen los publicara de manera póstuma. Las suyas son "palabras que pueden ser leídas solamente con el corazón de los trabajadores migrantes". 

Shenzhen, de 15 millones de habitantes, es la ciudad símbolo del milagro económico chino. Hace treinta años era una aldea de pescadores frente a la colonia británica de Hong Kong. Hoy en día, es una de las ciudades más ricas del país. El PIB per cápita en 2013 fue de 12.000 euros, con un crecimiento económico anual estimado en 13%. La edad promedio de sus habitantes no llega a los 29 años y el 95% de su población es parte del ejército de migrantes que se trasladaron a la ciudad en busca de un futuro mejor. En la ciudad se vive inmerso en una atmósfera ambiciosa y de superación, por lo cual las personas no pueden soportar la idea de tener que volver a casa en bancarrota. En un verso Xu resumió ese sentimiento de la ciudad por salir adelante: "una vez entras en la fábrica, la única opción que queda es la sumisión". 

Xu Lizhi trabajó en Foxconn durante cuatro años, el proveedor de Apple Taiwán que se volvió famoso en 2010 cuando 14 de sus trabajadores se suicidaron uno tras otro. ¿Cuántos jóvenes veinteañeros partieron de casa para buscar suerte en la gran ciudad? Xu era uno de ellos, que trabajó y escribió poemas, pero su historia terminó en tragedia. La alienación del trabajo en la fábrica, problemas sentimentales y un alma sensible fueron las posibles causas para que tomara su decisión. 

Xu era parte de la generación de los noventas, los hijos del milagro económico que nacieron después de las protestas en la plaza de Tian'anmen. Estos jóvenes son los hijos del control de la natalidad, hijos de familias campesinas que migraron a las ciudades y no saben cultivar el campo. Son el estamento pobre de su generación que no tuvo acceso a la educación y hoy, desarraigados de su tierra, son el principal componente de la mano de obra del país. 

Esta generación, excluida del sistema escolar, vio en el trabajo una opción para salir adelante, pero la realidad que les tocó era muy diferente a la de sus expectativas. 



"Un área de diez metros cuadrados, apretada y mojada. 
La luz del sol no entra ni un día al año. 
Aquí como, duermo, me cago. 
Toso, tengo dolores de cabeza, envejezco. 
Me enfermo, pero no muero". 



Esa es la vida en las líneas de montaje con turnos continuos de hasta 12 horas. 

El tiempo libre se reduce a una cerveza, cigarrillos, mensajes, juegos e internet. Soñar más es pensar en abrir un negocio propio o vender cosas en línea, pero son sueños. Xu tuvo aspiraciones literarias que lo llevaron de biblioteca en biblioteca hasta que un día decidió desaparecer. 



"Todos lo dicen, soy un chico de pocas palabras, no lo niego. Pero no importa lo que usted hable, es con esta empresa que estoy en conflicto". 



La denuncia del poeta suicida Xu Lizhi, que trabajaba en la fábrica donde se ensambla el iPhone, estremece China

Por Antonio Broto

Las obras literarias de este joven de 24 años resumen el lamento de toda su alienada generación.
Decenas de obreros de Foxconn, donde trabajan 800.000 personas, se han quitado la vida desde 2009.

Decenas de obreros de Foxconn, la compañía que ensambla en China el iPhone, se han quitado la vida desde 2009, pero uno de ellos ha conmovido de forma especial al país al dejar escrita antes de morir una colección de poemas que resumen magistralmente el lamento de toda su alienada generación.



Xu Lizhi, de 24 años, se quitó la vida el 30 de septiembre al arrojarse por la ventana de su dormitorio en Shenzhen, una de las ciudades chinas donde el gigante taiwanés Foxconn ensambla para otras multinacionales el iPhone, el iPad, la Xbox, la Playstation, la Blackberry o la Wii, que luego se venderán en todo el planeta.

El de Xu sería uno más en la veintena de casos similares que, sobre todo en el año 2010, han sacudido a Foxconn, la mayor fabricante global de componentes electrónicos y la firma privada en China con más empleados, 800.000.

Sin embargo, este suicidio adquirió inesperadas ramificaciones literarias, ya que el veinteañero era poeta en sus ratos libres y dejó versos en los que la dura vida en la fábrica era su tema más recurrente.



"Taller, línea de ensamblaje, máquina, tarjeta de fichar, 
horas extra, salario.
Me han entrenado para ser dócil. 
No sé gritar o rebelarme,
cómo quejarme o denunciar, 
sólo cómo sufrir silenciosamente el agotamiento", escribía Xu en ellos.



Tras el suicidio, amigos y compañeros del joven poeta decidieron recopilar los trabajos de éste, traducirlos al inglés y publicarlos en internet, donde en las últimas semanas se han convertido en todo un símbolo para muchos jóvenes obreros emigrantes como Xu.

El joven, nacido en un pueblo de la sureña provincia de Cantón y huérfano desde pequeño, había viajado a la ciudad, como millones de jóvenes de su edad, para buscar trabajo, y en 2011 consiguió empleo en Foxconn, contó el diario local Shenzhen Evening News, uno de los primeros que rescató su figura del olvido.


En sus primeros poemas, Xu ya mostraba el impacto que le causaban el cambio de medio rural a urbano o el paso de la infancia al duro trabajo de adulto, algo que le pasa a muchos jóvenes de su generación.


"La juventud se detuvo en las máquinas, murió antes de tiempo", decía Xu en uno de sus versos.

Las nuevas generaciones de jóvenes chinos, más formadas y más protegidas por sus padres que en épocas anteriores, tienen mayores problemas para adaptarse a la realidad de las grises e impersonales fábricas que mueven la economía china y, por ende, la mundial, con bajos sueldos, horarios interminables y duras condiciones.


"Soy como un muerto
que abre lentamente la tapa del ataúd"

escribía Xu en 2013, en un poema en el que relataba su regreso al dormitorio de trabajadores, tras una dura jornada en la cadena de ensamblaje.

Sus compañeros contaban que Xu intentó en varias ocasiones dejar el empleo para ser contratado en bibliotecas o librerías de Shenzhen, pero no tuvo suerte.

También buscó sin éxito trabajar fuera de la cadena de montaje, como supervisor, o en una librería de la propia Foxconn, en cuya revista interna para los empleados había conseguido publicar alguno de sus poemas.

A principios de este año había tomado por fin la decisión de dejar Foxconn e irse a Suzhou, ciudad del este de China, para reunirse allí con su novia, pero acabaron rompiendo.

Un día antes de quitarse la vida, Xu se había reincorporado al mismo puesto que había dejado en Shenzhen, y en la noche anterior al triste desenlace escribía un poema cuyo título, "En mi lecho de muerte", ya era premonitorio.



"Quiero tocar el cielo, sentir ese azul tan ligero
pero no puedo hacerlo, así que dejaré este mundo.
Todos los que han oído de mí
no se sorprenderán de mi marcha", apuntaba Xu en su cuaderno.



En 2010, cuando los medios denunciaron más de una docena de suicidios de empleados de Foxconn en Shenzhen en el plazo de pocas semanas, la firma puso en marcha una serie de medidas para reducir el malestar de los trabajadores, desde la contratación de servicios psicológicos a mejoras en las condiciones laborales o la simple colocación de rejas en las ventanas



El propio Xu escribió entonces sobre esos suicidios: 


"Un tornillo cayó al suelo
en su negra noche de horas extra.
Cayó vertical y tintineante
pero no atrajo la atención de nadie,
igual que aquella última vez,
en una noche como ésta,
en la que alguien se lanzó al vacío".



Las medidas preventivas lograron reducir el número de suicidios en la firma, aunque sigue habiendo casos esporádicos, y el de Xu, amplificado por la amargura de sus poemas, volvió a recordar las duras condiciones, a veces inhumanas, de los trabajadores en cadena de China, la también llamada "fábrica del mundo".




Caigo dormido estando de pie

El papel se desvanece en sombras delante de mis ojos.

Con una pluma de acero esculpo un negro irregular
lleno de palabras de trabajo.
Taller, línea de ensamblaje, máquina, tarjeta de fichar, horas extra, salari,..

Me han entrenado para ser dócil.
No sé cómo gritar o rebelarme,
quejarme o denunciar.

Sólo sé sufrir en silencio hasta el agotamiento.

Cuando pisé por primera vez este lugar,
sólo deseaba la nómina gris del día diez.

Para ello me encadeno a mi esquina y a mis palabras.
Renuncio a faltar, renuncio a enfermar, 
renuncio a mis asuntos personales.
Renuncio a llegar tarde, renuncio a irme temprano.

Por la línea de ensamblaje me mantengo firme como el acero y mis manos vuelan.

¿Cuantos días y cuantas noches
habré estado dormido de pie?





Xu fue un trabajador que emigró desde la zona rural de Jieyang hasta la metrópoli de Shenzhen.
Su amigo Zheng, seudónimo, relata en la web libcom.org las inquietudes de Xu por trabajar en alguna librería cerca de esos libros que tanto amaba. Siempre quiso cambiar de trabajo pero no pudo.

Para Xu, sus poemas sólo podían ser entendidos por los trabajadores rurales que emigran hacia las ciudades y chocan con las "montañas" industriales. Sin embargo, sentiría vergüenza si algún familiar hubiera sabido de sus penurias y de lo que él llamó su cementerio de la juventud.

¿Quién no quiere huir de ese mundo sin mirar atrás?



El ultimo cementerio

Incluso la máquina está a punto de dormirse
marcando en el almacén los metales defectuosos.

Salarios ocultos tras las cortinas,
como el amor de los jóvenes trabajadores que arde en el fondo de sus corazones

Sin tiempo para la expresión o emoción caen al suelo hechos polvo.

Tienen el vientre forjado en hierro
lleno de un ácido espeso, sulfuro y nitrato

La industria atrapa sus lágrimas antes de que caigan.
El tiempo ha volado y sus mentes se perdieron en la niebla.

Los años te van pesando, duele trabajar horas extras de día y de noche.

En sus vidas, los mareos antes de irse a casa son habituales,
te fuerzan a dejarte la piel.

Mientras una aleación de aluminio cubre las láminas
algunos aún resisten y otros caen enfermos

Entretanto me voy durmiendo, esperando
el último cementerio de nuestra juventud.




Foxconn
Es el mayor exportador de componentes electrónicos a nivel mundial y tiene su sede en Taiwan, China. Su red de empresas se expande por Brasil, México, India, Malasia, Hungría, Eslováquia y República Checa.

Con 1,2 millones de empleados y unos beneficios netos de 2.640 millones de dólares, se ha visto envuelta en numerosos escándalos laborales por la forma de tratar a sus empleados.

A consecuencia de esos sucesos, en el año 2012 Apple tuvo que invertir en una auditoría realizada por Fair Labbor Association.

Los informes de esta auditoría reflejaban jornadas de trabajo excesivas, malas condiciones de salubridad y míseros salarios que no llegaban a 120€ al mes.

A pesar de los informes, se han seguido sumando más de una veintena de suicidios en los últimos años. Uno de ellos es el de Xu Lizhi, que ha conmovido a la sociedad China.



Sistema Hukou y los migrantes rurales
El sistema Hukou o sistema de registro familiar, es un mecanismo de control del movimiento poblacional chino.

En un principio dividió los estratos poblacionales en agrícola y no-agrícola, con diferentes beneficios sociales en función del estrato y saliendo muy claramente favorecidos los no-agrícolas.

Posteriormente se dividió en cuatro identidades: urbano-local, rural-local, urbano-no local y rural-no local. Finalmente ha quedado dividido en local y no local.

Una persona local de una gran ciudad tiene grandes beneficios a nivel de seguridad social, educación, salud, vivienda y jubilación. Mientras los migrantes rurales no tienen los mismos beneficios a pesar de trabajar en grandes ciudades.

El sistema está creando graves problemas de exclusión social y discriminación con la población rural, que es una mano de obra barata para las ciudades industrializadas donde millones de personas tienen escasas posibilidades de ascender en la escala del bienestar social.

En los últimos años se está flexibilizando el sistema, pero el crecimiento económico chino depende fuertemente de las exportaciones y éstas a su vez de los bajos costes laborales, por lo que el sistema Hukou está lejos de cambiar.

Informe sobre el sistema Hukou de la Universidad Autónoma Metropolitana, Iztapalapa, México










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