LUIS NATERA MAYOR (Las Palmas de Gran Canaria, 1950 - 2013).
Buena parte de su infancia discurre en Telde, a cuya costa se siente especialmente vinculado (Playa de Salinetas).
Ejerció su profesión como catedrático de francés en el Centro de Enseñanza de Adultos (CEAD) de Las Palmas de Gran Canaria. Dirigió durante varios años la revista Cendro (Ayuntamiento de Telde) y ha publicado ensayos literarios sobre diversos autores.
Es autor de varios libros de poesía, de los que se han publicado: Llenaré de lunas tu equipaje, Únicamente el alba, Conversaciones con mi hijo, Memoria del Dolor, Puerto de silencio (Premio de Poesía “San Lesmes” Ayuntamiento de Burgos, 1993) Agrimensores de la bruma (Premio de Poesía “Tomás Morales 1993”), Las Horas del ángel (Accésit del Premio de Poesía “Ciudad de Las Palmas 1996”).
Entre sus poemarios inéditos destacan: El lugar del naúfrago, En el envés del Dios, Canario Cántico.
SALINETAS
Lo mismo que los ojos y las manos
forman parte del cuerpo y van con él,
lo mismo que el pintor usa pincel
y proyectan sus sombras los humanos
en el largo camino del temblor,
lo mismo -digo- que la noche es fría,
es oscura esta arena y es tan mía
como los arrebatos del amor.
Esta playa posee mi propia luna,
cada ola es mi vida y cada tarde
cobijo de mi piel y mi fortuna.
Y así ha de ser, sin que haga de ello alarde,
porque es para el bebé siempre la cuna
y para el hombre entero el mar que arde.
PLAYA DE ISLA
Te digo yo que el sol
es menos que la luz
y que el beso es apenas
sombra de amores.
Te digo que en un hoyo
cabe el mar
y que no hay paraísos
salvo tú,
playa de isla
para el niño barquero,
agua salada
para bañistas de membrillo,
arena ardiente
para el cuerpo aterido,
costa sagrada
para náufragos.
[Canario Cántico]
Volver con el ocaso
Apretar bien los ojos
hasta observar los círculos dorados,
las mariposas negras
y las chispas que brillan
en la bóveda oscura
de tu yo más atento.
Parpadear como recién nacido
de espaldas a la luz.
Rescatar de la infancia
el asombro primero
y el afán por sentir el cuerpo
en el espacio, desasido de todo
y repleto de sí.
Volver con el ocaso
a los limos profundos.
El lugar del náufrago. (En Núfrago, muerto. poemario conjunto del presente autor y el poeta Adolfo García García, recientemente editado)
Tomado del blog de Antonio Arroyo Silva
Florecerá la lágrima
Lo que falta es el dios
y lo que sobra el nombre,
abominable forma
encarnada en lo espúreo.
La carencia es dolor
o deseo incumplido,
y mientras no retorne
el ansia hasta su origen
florecerá la lágrima
como una primavera irrefrenable
del libro Memoria del dolor.
Te debo una palabra
Te debo una palabra
donde quepa mi sangre,
donde quepa el temblor
que me sostiene
en aparente calma.
Te debo el pan robado
a tu hambre de siglos,
a tus hornos cerrados
a la labor del día.
Aquí tienes la luna que te falta
y todos los geranios
de mis jardines rotos.
Te debo más que el agua
reclusa en una lágrima
y más que las mareas de todas mis tristezas.
Acepta cuando menos
la corona de espinas
de mi cuerpo sin habla.
Lo doy todo por dicho.
No me queda siquiera
la última palabra
dell libro Memoria del dolor