Raúl Ríos Trujillo. Poeta y Periodista de formación, egresado de la Universidad Autónoma de Chiapas (Unach). Publicó sus primeros poemas en las revistas Este Sur (Chiapas) y Cortijo de locos (Tabasco). Como periodista fue corresponsal de la Agencia Alemana de Prensa (DPA) durante la etapa posterior al conflicto armado zapatista en Chiapas; director de la Agencia de noticias Cambio; jefe de redacción de la dirección de noticias del Sistema Chiapaneco de Radio y Televisión; coordinador de comunicación social del Instituto Estatal Electoral de Chiapas; jefe de redacción de la Coordinación de Comunicación Social; redactor de noticias en el periódico La Voz del Sureste, articulista y editorialista en el mismo diario. Actualmente es jefe de prensa de la Universidad Autónoma de Chiapas.
Es coautor del libro de poesía colectiva Movimiento pendular simple (colectivo poético Cardo/Malvario, 2007). Es autor de tres poemarios: Círculo de navegaciones a la lluvia que retorna (premio estatal de poesía “Juan Bañuelos”); Cantos diurnos; y Versos para leer bajo la lluvia, los cuales permanecen inéditos. Coordina desde el 2005 el blog de poesía y cultura Navegaciones y es promotor de las redes sociales y la cibercultura.
Ars poética
No cantar a la inflexión ni a la belleza
La certeza finita del amor (ni al hambre ni al odio
Ni de las instituciones manifiestas
Ab absurdum
Ab imo pectore
Ver al espejo desmoronar
Coger el mazo y golpear
El estuco a polvo de tu propia estatua
En arena de espejos
Golpear el jade, quebrarlo hasta en astillas de luz
Ni a la Polis escribir
No al cadáver de la arquitectura humana
Romperte la nariz y las rodillas
Flagelarte, tirar tus vértebras al oráculo
Y reunirte pronto en el verso
Y en la sangre
Y en el músculo vivo
Ad hominem
Esa es la poesía.
Círculo de Navegaciones a la lluvia que retorna (fragmentos)
Imagino
Al viejo Konstantin
Al griego Kavafis
Adorando deidades homosexuales
Desnudo en el interludio
Como a punto del Ítaca
y la voz de Bõrj en el ambiente
Baudeliere atacó cuanto pudo
al invento de la fotografía
la llamó irreverente
“Arte para flojos, “Aberración del progreso”
vaticinó su muerte en poco tiempo
En una placa de plata y colodión sin embargo dejó su sonrisa
Enferma,
para la eternidad,
antes de morir de sífilis en 1867.
Asiste a la inundación de la luz
Como aquel Kerouak del beat,
Ramifica y espera la fatalidad
(Allen Gisnberg loco por quedarse callado,
estuvo en las ruinas mayas de Bonampak: ahí fumó marihuana
e intentó hablar maya-lacandón)
Dice Ginsberg en el aullido
“Yo vi las mejores mentes de mi generación destruidas por la locura”
Asistimos a la inundación nosotros de la locura entonces
Pero tu cuerpo sigue tibio y en mis manos perdura el olor de tu sexo.
-Patti Smith cantará por siempre)
Versos para leer bajo la lluvia
III
La trayectoria de la bala
Que atraviesa un corazón,
O la sombra de un corazón
O la sombra de una bala,
Que atraviesa en su mar de espectros
Lo ves detenerse en el espacio en un cúmulo de belleza abotonada
Los intentos de la serpiente,
De la manzana en la garganta de Adán
La tierna desnudez de Eva
Cómo una bala o la sombra de una bala
Detenido en la certidumbre que transforma lo que toca
Atravesando.
Un instante en el mar
I
He de encontrar a Dios en tu sexo
Que me perdone la violencia de entrar en ti
Como si fuera un perro sin monte
por su casa o su río
Encender una luz en tu cuerpo
Sembrar una semilla o escribir un salmo
El tibio hueco de mi dolor
Espero encontrar una niña vestida de blanco
Así, la mano de un cirujano
En tu cuerpo desnudo
II
Hay una razón por la que ves de esta forma el horizonte
Con tus manos, como dibujando un gesto
El cuerpo del frío sobre la arena
sobresaltado en el sueño
Hay una razón,
El arco de luz en que te posas
para hacerte de sombras, bajo cipreses
Los árboles en su mirada detenida
reinventando, nuevos pájaros
con nuevas ramas y lluvias
Hay una razón por la que permaneces en silencio
pero así hablas,
Más allá
III
Y también significa la luz
Porque decir más allá es una sucia estupidez de los místicos
La muerte no es un sitio como lo imaginan
Es más parecida a un instante en el mar
Sobre los remolinos
y los vapores
La muerte no es un lugar oscuro
ni una cicatriz de luz
un punto de fuga en tu mirada
IV
Como vagar por la memoria,
Vagar como lanzar un anzuelo
Escribir signos en una hoja en blanco
La soledad es un extraño eclipse
que lanza al viento
que jala tus anzuelos y te engaña
Pero tampoco morir es suficiente
Morir es tan sólo morir
sin resucitar, ni nada
De pronto amanecer vivo en la memoria
Como peces nadando en el tiempo
Listos para el anzuelo
V
También reír implica un riesgo
total de la ausencia
o la gravedad ante el vacío
El costado sangrante
sin la costilla
Reír y sin dientes
llorar y sin ojos
Ves que la lluvia y la rabia,
crece reciente una luz en mis puños
(y te muerdes las comisuras del corazón)
como ante una tempestad contenida