Marçal Font i Espí (Badalona, 1980). Licenciado en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada por la Universiadad de Barcelona, con posterioridad ha cursado postgrados sobre trabajo con manuscritos medievales y del Siglo de Oro en el CSIC de Madrid. En el ámbito de las letras tiene trabajos como traductor de novela, ensayo y poesía y es coautor para la Editorial Libros del Silencio de la antología de textos clásicos sobre el amor a los libros "Libropesía y otras adicciones". Actualmente regenta la Llibreria Fènix de libros de segunda mano en su ciudad natal donde organiza recitales de poesía regularmente. Su obra literaria se ha publicado en diversas revistas, como la Revista de Erudición y Crítica de Castalia, Paralelo Sur, Iguazú o IDIOT (Eslovenia), entre otras y ha ganado algún que otro premio literario menor aquí y allá. A nivel filológico tiene trabajos publicados en la revista Manuscrit Cao de la Biblioteca Nacional de España y en el Boletín Gómez de la Serna. Su experiencia sobre los escenarios es extensa y variada, del canto lírico, al teatro y la poesía, pasando por la danza. De locales okupados, centros cívicos e iglesias de barrio a una ópera en el Gran Teatre del Liceu o recitales de poesía en el Sziget Festival de Hungría. Actualmente forma parte del grupo Quebrantaversos que ha venido organizando recitales abiertos de poesía en Barcelona y participa asiduamente en los slams del Poetry Slam Barcelona, del que fue ganador de la temporada 2010, clasificándose y ganando posteriormente la Final Nacional de España celebrada recientemente dentro del Festival Kosmópolis en el Centro de Cultura Contemporanea de Barcelona.
Gris continuo
Dedicado a quienes siguen escapando de los grises
Decían escapar del gris. Correr ante el gris.
Lo vemos en fotos grises.
Encierros de toros ratoneros ante miradas grises, sobre empedrado gris
y bajo un sol de justicia.
Eran unos pocos cientos entonces. Ahora, de boquilla, son millones.
Pero Franco murió en la cama.
Delirando fantasmagorías de Magreb y garrote vil y anarquía.
Apretando con toda la saña que da la vejez las nucas de un puñado
de inconformistas.
Como quien ve un gigante y arremete contra el molino, el molinero
y su hija, Franco, el muy cabrón, murió enquijotado en la cama.
Y ellos decían escapar del gris. Correr ante el gris.
En pos de una aurora democrática, decían,
que les esperaba con los brazos abiertos cantando John Lenon, Bob Marley
y tele en tecnicolor.
Pero pronto marchitó el clavel en el fusil portugués.
Pronto, muy pronto, deslució el Sol las nuevas banderas.
Y pronto, demasiado pronto,
el 68 fue arrebatado a la Historia a cambio de un 69 lameculos,
del placer por el placer,
de un evolucionismo monetario que sigue provocando náuseas
y de un individuo que diciendo progresar fue perdiendo los colores.
Porque decían escapar del gris. Correr ante el gris.
Ahora les ves en el sofá.
Catorce pagas, hobby, casa, coche, veraneo, hipoteca.
Con su miradita gris avezada en colores catódicos,
el corazón regado de barbitúrico, la mente bañada en Prozac
y sin saber silbar siquiera.
Decían escapar del gris. Correr ante el gris.
Y el gris les atrapó.
Poema fatuo L
El laurel ni se come, ni cotiza en bolsa, ni alimenta el corazón.
Poema fatuo XLIX
No se castiga tan duramente al pobre que roba un jamón porque roba para comer. Se castiga tan duramente al pobre que roba un jamón porque roba para comer con gusto. Esto último es lo que no soportan los ricos de jamón en bodega.
Poema fatu XLVIII
I volia més perfecció.
Poema fatuo XLVII
No hay rabia más destructiva que la uterina. Es órgano de creación.
Poema fatuo XLVI
Sin estar en absoluto de acuerdo, sí lo estaba completamente.
Poema fatuo XLV
Resistirse al malditismo con todas las fuerzas. No sucumbir a Alfonso Costafreda.
Poema fatuo XLIV (A Bernat Padró)
La ignorancia se combate. El intelectual es soldado o no es.
Poema fatuo XLIII
De esos contados días en la vida que no se empiezan sino que te empiezan ellos a ti.
Poema fatuo XLII - Poema fatu XLII
Que un pueblo no necesita ni de lengua ni de tierra para pervivir como tal me lo demuestran judíos y gitanos con sobrada dignidad. Quien necesita lengua y territorio para pervivir son los grupos de poder y sus leyes, y los grupos financieros y sus esclavos.
Que un poble no necessita ni de llengua ni de terra per perviure com a tal m'ho demostren jueus i gitanos amb sobrada dignitat. Qui necessita llengua i territori per perviure són els grups de poder i les seves lleis, i els grups financers i els seus esclaus.
Poema fatuo XLI
Todos decían amarlo y entre todos lo mataron.
Poema fatuo XL
De tanto mirarse al ombligo le acabó por salir un ojo en la panza.
Poema fatu XXXIX (Dedicat al propvinent 11 de setembre)
El meu és un poble genial com un vell savi però covard com un nen petit, que davant l'adversitat s'imagina monstres i es tapa el cap sota la bandera, com sota un llençol.
Poema fatuo XXXVIII
Desengáñate. El día más importante de tu vida siempre pasa desapercibido.
Poema fatuo XXXVII
Tu habitación, hijo mío, era un campo de tiro repleto de casquillos de beso. Que nos cerraran el parque y nos pusiéramos a barrer tuvo su recompensa inesperada. Ahora sí, otra vez, fuego a discreción.
Sóc català, me cago en Déu
De Gausach a Agullén,
de Sant Guim a Badalona,
aquesta terra m’és ossari,
un panteó, un llarg rosari
genealògic d’existència catalana.
I pagaria per cantar en turc,
per tenir la sang asteca,
una barreja d’indi y zulú
y un xic de flema anglesa.
Per conèixer tots els rius,
per sentir meves les runes
de tot el que feren, vius,
aquells que ja no velluguen.
I per dir: Terra! Sóc fill teu!
Fill de tota l’esfera!
Que siguin els astres la meva senyera!
Vinc de negrers, bandolers i mercenaris,
se me’n fot que guanyés el Borbó,
com se li enfotia al meu besavi
quan bufava el vidre fent-se pols el pulmó.
Que us donguin pel cul, burgesots,
la pela serà la pela, però la rauxa és nostre.
Els meus gens es retorcen sota la vostra crosta,
però als meus camins no hi posareu burots.
El tiempo perdido
Si tuviera en mi mesita de noche una hucha segundera
para meter cada mañana los restos soñolientos del reloj,
la rompería ya mismo de un golpe, o de un aliento,
juntaría las migajas derramadas de mi tiempo
y haría con ellas un ratito para contarte el cuento
de esa lechera que no quebró el cántaro,
que cumplió el sueño.
Si de un año tuviese ahorrados los días absurdos,
o, día a día, esas medias horas de espera desabrida,
de minutos sin aliño demasiado cortos para aburrir,
demasiado largos para fingir estar sumido en entreactos.
Si tuviera del banco un extracto de meses sobrantes
o de lustros invertidos en vete a saber tú qué crónicos desfalcos,
te lo daría a ti ahora mismo hijo mío.
Pediría en ventanilla un reintegro en días de reyes y fiestas niñas,
en domingos hermosos y noches pías
para compensarte las sondas, las gasas y las vías
que drenaron la ilusión de un seis de enero,
la de un fin de año sin año nuevo y la de un hogar de amor certero
que merecías y yo perdí, con cara de tonto, el puñal en el cuello
y en mi escaso bolsillo el derecho a pataleo sin usar, casi entero.
Un estribillo
Ni el tiempo lo cura todo,
ni a todo se acostumbra uno.
Ni el dolor. Ni la locura.
Ni la memoria de lo sentido.