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Channel: POETAS SIGLO XXI - ANTOLOGIA MUNDIAL + 20.000 POETAS: Editor: Fernando Sabido Sánchez #Poesía
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POESÍA POPULAR Y NARRATIVA DE LOS ÁRABES ESPAÑOLES [20.202]

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Poesía popular y poesía narrativa de los árabes 
españoles


por Adolf Friedrich von Schack

Al lado de la poesía erudita tuvieron los españoles mahometanos, sin que en ello quepa la menor duda, una poesía popular. Aunque de ella no quedase resto alguno, su existencia estaría confirmada por el acorde testimonio de los escritores cristianos y musulmanes. Al-Qazwini cuenta que en los alrededores de la ciudad de Silves no había nadie que no compusiese versos, y que, si se pedía al gañán que iba detrás del arado que los recitase, al punto los improvisaba sobre cualquier tema que se le diera. Populares, como éstos, debieron ser asimismo los versos a que se refiere el Arcipreste de Hita cuando habla de los cantares de danza que él mismo compuso para cantadoras judías y moriscas, y de los instrumentos que no convienen a los cantares de arábigo. Aún mucho más tarde, cuando la lengua escrita de los árabes hacía tiempo que había caído en desuso entre los infelices moriscos, les prohibió la inquisición cantar versos arábigos, los cuales estaban, sin duda, en el dialecto del pueblo.

Se ha de considerar además que de las innumerables obras escritas de los árabes de España, sólo una mínima parte ha llegado hasta nuestros días. Primero en las devastadoras invasiones de los almorávides y almohades, y después en las de los cristianos, fueron destruidas las bibliotecas, Y por último, los libros mahometanos que en la Península quedaban fueron entregados a las llamas por el fanático furor de los vencedores. Sólo se salvaron de la gran destrucción algunos pocos, que por una feliz casualidad pudieron ocultarse, y los que de antemano habían sido enviados a África o a Oriente. Más cruel aún que con los documentos escritos de la literatura, debió de ser el destino, que lanzaba de su antigua mansión a aquel pueblo, y que le destruía como nación, con los cantos populares, los cuales, de acuerdo con su naturaleza, pasaban de boca en boca, y rarísima vez eran conservados por escrito. No debiera, pues, parecernos extraño si totalmente hubiesen desaparecido, sin dejar vestigio alguno. Con todo, no ha sido así, por dicha, porque muchos de ellos se conservan. Por ejemplo, la siguiente poesía, que trae Maqqari, tiene un carácter enteramente popular. Para su mejor inteligencia importa saber que se compuso en los últimos tiempos del reino de Granada, cuando la ciudad y el campo padecían mucho a causa de la guerra:

    Con sus rayos el amor
aún inflama nuestros pechos;
mas ¿dónde están las amigas
y los dulces compañeros?
¿Cómo pasaron las fiestas
alegres en otro tiempo?
Los convites y manjares
¿Cómo se desvanecieron?
¿Dónde están los ricos guisos,
condimentados con queso,
que el corazón nos robaban
en la mesa apareciendo?
¿Dónde los tarros, de leche
deliciosísima llenos,
preparada con almíbar
y arroz esponjoso y tierno?
¿Do la carne que, pendiente
del hogar en un caldero,
en las brasas se cocía
con moscatel del añejo?
¿Do del añafil alegre
los melodiosos acentos,
que competían acordes
con el laúd y el pandero?
Allí cantábanse en coro
tales tonadas y versos,
que a Mabid y que a Zirjab
envidia dieran y celos.
La rienda allí se soltaba
a las burlas y a los juegos;
y rompía los cerrojos
de toda puerta el deseo.
Idos, allí se decía
a los censores severos,
si no queréis que a jirones
el vestido os arranquemos.
Sin escándalos rompía
allí cada cual el freno;
nadie censurarle osaba,
nadie vigilar sus hechos.
Exprimido de las uvas
el deleite andaba suelto,
entre la verde enramada
y entre las flores del huerto.
Alzaban allí las copas
los árboles hasta el cielo,
cual grupo de amigos fieles
y camaradas discretos.
Cuando en sus tallos lozanos
las flores se iban abriendo,
de su beldad y su gracia
se maravillaban ellos.
Eran esposas las flores,
que en aquel hermoso tiempo
de primavera venían
a celebrar su himeneo.
Y cuando la nueva fruta
los árboles daban luego,
miel el paladar gustaba,
rubíes los ojos viendo.
¡Ay! todas estas delicias
como relámpago huyeron.
Ya no las gozan los grandes;
¿qué han de esperar los pequeños?
¿Cómo vencer el destino
y derogar sus decretos?
En balde el bien que nos roba
que nos devuelva queremos.



También debe contarse entre la poesía popular la siguiente lamentación del tiempo en que Granada estaba sitiada por los cristianos:

   El clangor de los clarines
y el son de los atabales,
turbando nuestro reposo,
asustan a cada instante.
Horror de guerra denuncian,
llamando a duros combates,
¡Señor, mis brazos se rinden;
esfuerzo y brío prestadles!
¡En tal angustia, a mi alma
dad sufrimiento bastante,
para que de él se revista
cual arnés impenetrable.



Pertenecen además al género popular dos especies de cantares, que en España estuvieron muy en moda y que fueron cultivados con extraordinario afán: el zéjel o himno sonoro, y la muwaššaha o cantar del cinturón. El signo característico que los distingue está en la forma. Consiste ésta en que la rima, o combinación de rimas, de la primera estrofa, es interrumpida por otras rimas; pero vuelve al fin de cada estrofa, haciendo así la terminación del todo. Se dan también ejemplos en que falta la estrofa de introducción, mientras que la composición conserva en lo restante la misma estructura, y todas las estrofas están ligadas entre sí por las mismas rimas finales. El orden y enlace de los pensamientos y la elección del metro quedan a gusto del poeta. Que el zéjel pertenece a la poesía del pueblo es cosa segura, porque los cantos de esta clase que se han conservado están escritos en dialecto vulgar, y por lo común no guardan en la metrificación las leyes de la cantidad, tan severamente observadas en la poesía culta o erudita, antes bien se guían por el acento. De la muwaššaha se puede afirmar lo mismo, en vista de lo que dice un escritor arábigo, de que parta semejantes poesías no hay lugar en los libros de un mérito duradero. Se deduce también de esta sentencia que los escritores que juzgaron dignos algunos de estos cantos populares de que ellos los transcribiesen y conservasen en sus obras, escogieron precisamente aquéllos que más se aproximan al carácter de la poesía erudita. Hacer una distinción entre estos dos géneros de composiciones es harto difícil, pues ambos tienen en toda su estructura gran semejanza entre sí.

La imitación de la forma de estas composiciones poéticas, sólo es posible traduciendo muy libremente el texto. Con esta condición, presento aquí los primeros ejemplos de un zéjel y de una muwaššaha en nuestra lengua.




ZÉJEL

   Cercada de guardadores
y tímida y zahareña,
¿do hallarla, si me desdeña,
huyendo de mis amores?

    ¿Acaso nunca entraré
donde reposa mi amiga?
¿Cuándo será que consiga
que una respuesta me dé?
En el corazón guardé
el amor que me maltrata;
mas extraño que la ingrata,
sin piedad de mis dolores,
en lid traidora me mata,
huyendo de mis amores.

    Deja mi bien, el huir,
y ven do amor te convida;
ven a la margen florida
del claro Guadalquivir;
ven conmigo a compartir
de amor el fruto y las flores,
do en átomos voladores
esparce el agua el molino;
allí beberemos vino,
allí aprenderás amores.

    Y si otro sitio te agrada,
ven donde gira la noria,
donde Ruzafa su gloria
despliega en regia morada,
do no vienes, prenda amada,
me quema el vino y hastío,
esquivo la compañía
de los amigos mejores,
y juzgo noche sombría
del alba los resplandores.

    Ten confianza en el cielo,
valor y desenvoltura,
y no te inspiren recelo
mis caricias y ternura.
Di, ¿por qué inclinas al suelo,
toda confusa, los ojos?
Sé propicia a mis amores,
y con místicos fervores
burla sospechas y enojos
de tus necios guardadores.

    ¿Llegó el alma a delirar
con ensueños de esperanza?
¿El bien que anhela y no alcanza,
al cabo podrá lograr?
No sé; mas siento un pesar
enorme en el alma mía,
que sólo vencer ansía
tu desdén y tus rigores,
y que un imperio daría
por conseguir tus amores.



MUWAŠŠAHA

   Los vasos circulan, la fiesta ha empezado;
no dejéis de darme del licor dorado.

      Gocemos del claro vino
   en el ameno banquete;
   chispeante y espumoso
   en el hondo vaso hierve,
   y una tempestad de perlas
   y de topacios parece;
como si en el seno del vino agitado
las pléyades mismas se hubiesen prensado.

      Mil dulcísimos cantares
   hacen más vivo el deleite,
   y el ser la fiesta entre flores
   bajo la enramada verde,
   do las gotas de rocío
   entre las ramas se mece.
Frescura el rocío difunde en el prado
y exhalan las flores olor delicado.

      Recorriendo los jardines
   linda moza se divierte;
   sobre su fresca mejilla
   posé mis labios ardientes,
   y dije: ¡Bendito sea
   el punto en que logro verte!
Antes que la vida nos haya dejado,
del goce apuremos el vaso encantado.



De otros ejemplos de esta clase hablaremos más tarde, cuando examinemos la poesía de los árabes en relación con la poesía de los pueblos cristianos de Europa.

La muwaššaha fue inventada, en el siglo IX de nuestra era, por un poeta de la corte del emir Abd Allah. De él la tomó Ibn Abd Rabbih, el contemporáneo de Abd al-Rahmán III. Posteriormente, en la primera mitad del siglo XII, se distinguieron en este género Ibn Zuhr e Ibn Baqi, muerto en 1145. El zéjel empezó a usarse en tiempo de los almorávides. Con esto queda rebatida la opinión de que los árabes no hubiesen usado esta forma antes de conocer los cantares españoles, y hasta de que no hubiesen poetizado en el dialecto vulgar y por semejante estilo. Dicha opinión descansaba en la errónea creencia de que pudiese existir un pueblo sin una poesía popular, la cual se ha descubierto siempre, así entre las tribus más rudas como entre las naciones de la más refinada civilización. La diferencia ha consistido sólo en la mayor perfección y difusión de esta poesía. Por lo tocante a la de los árabes españoles, sólo podremos añadir a nuestras escasas noticias, citando varias composiciones del género del zéjel, porque si no se puede asegurar decididamente su procedencia española, todavía consienten que algo nos inclinemos en favor del país donde el género tuvo origen. La primera de estas composiciones, de la que daremos pocos versos como muestra, describe el día del juicio y sus horrores:


   Al fin habrá de cumplirse
de Dios el alto mandato,
y se quedarán vacíos
las chozas y los palacios;
y será dada la orden
de exterminar lo creado,
y dominará la muerte
sobre ciudades y campos.
No habrá hombres ni habrá duendes,
morirán fieras y pájaros,
se oscurecerá la luna,
y el sol perderá sus rayos.



Otras dos poesías hemos de citar, que nos parecen más importantes; pues demuestran que había cantores o declamadores, semejantes a los juglares de la edad media, los cuales recitaban versos por el estilo del zéjel, en un corro de gente del pueblo que en torno suyo reunían. Algunas de estas composiciones no eran meramente líricas. En una de ellas suplica el cantor a su noble y benévolo auditorio que le preste atento oído, pues va a referir una aventura amorosa. Luego prosigue:

   Una hermosa y noble dama,
que solazándose iba,
hallé un viernes, en la calle,
de cuatro esclavas seguida.
Miróme, y quedó en sus ojos
de amor el alma cautiva.
A una esclava me dirijo;
la esclava dice con risa:
la Princesa, mi señora,
del emir Yaban es hija.
Yo replico que el emir
cuanto tiene me debía.
Luego hablé de mis tesoros
y riquezas infinitas,
de mis siervos y corceles,
de mis palacios y quintas.
La Princesa me escuchaba
y de este modo decía:
sujeto de tan buen talle
no puede decir mentira.
Alentado, le propuse
ir a hacerle una visita;
entre amorosa y turbada
ella al fin lo concedía.
Muy pronto un alma y un cuerpo
fuimos, y una sola vida;
los besos que yo le daba
con usura me volvía.
No bien cumplí mi deseo,
y logré toda mi dicha.
Ver mis inmensos tesoros
la Princesa pretendía.
Yo respondí: Soy poeta,
y tengo un alma tan rica,
que al oro, de que carezco,
aventaja mi poesía.
Aunque mis joyas y mis chales
ni te adornen ni te vistan,
mis versos harán famosa
tu hermosura peregrina.



Terminada esta narración, el poeta hace el elogio de Mahoma, declara su nombre y su patria, se jacta de haber compuesto muchas qasidas y muchos zéjeles, y concluye con estas palabras: «¡Oh pueblo de Zifta! cuando yo esté en el sepulcro, pide a Dios, siempre que te acuerdes de mí, que me perdone mis pecados».

La otra poesía, como ya lo indica su título, es también una narración, y trata igualmente de una visita nocturna a una hermosa. De un pasaje de esta composición se puede inferir que el que la recitaba pedía dinero a sus oyentes.

En las poesías mencionadas, no sólo tenemos interesantes pruebas de que existía la poesía popular entre los árabes, sino también de que se equivocaba la opinión de que entre los árabes no hubo más forma de poetizar que la lírica. Lo único, por consiguiente, que nos queda por dilucidar es hasta qué punto la poesía arábiga, singularmente la arábigo-hispana, contuvo en sí el elemento narrativo.

Como, según Tácito, los cantos de los antiguos germanos eran sus únicos documentos de los casos pasados, así, según Suyuti, los árabes anteriores al Islam no tenían más historia que sus breves poesías. «Cuando un beduino, dice, refería un suceso histórico a personas para quienes era nuevo, había regularmente la exigencia de que recitase algunos versos que viniesen en apoyo del caso narrado». La narración en prosa, con poesías interpoladas, que daban autoridad y crédito a la narración, mientras que la narración misma era como comentario y aclaración de ellas, fue la más antigua forma de la tradición, y aun la única, mientras no vino la escritura a servir de medio para conservar la memoria de los sucesos. Hasta después de haberse extendido el uso de la escritura duró este modo de tradición oral. Versos de carácter lírico, improvisados en un instante dado, y explicando una determinada situación, corrían de boca en boca, con una aclaración en prosa sobre las circunstancias en que se compusieron, y una clase de hombres, que ya dijimos en otra parte que se llamaban ruwah, en singular rawi, esto es, narradores o recitadores, se encargaban de difundir entre el pueblo, en esta mezcla de prosa y de poesía, los acontecimientos dignos de conmemoración. Estos narradores eran famosos por su prodigiosa memoria y afirmaban que no sólo recitaban fielmente los versos, sino también la narración prosaica, que repetían palabra por palabra, conformen la habían aprendido de ancianos jeques, y éstos de otros más ancianos. Una gran cantidad de tales tradiciones sobre las batallas y aventuras de los árabes del desierto, fue reunida por un contemporáneo de Harun al-Rašid, y nos ha sido conservada por el andaluz Ibn Abd Rabbih, poeta de la corte de Abd al-Rahmán III.

Pero, si puede creerse que este o aquel rawi fue bastante escrupuloso de conciencia para repetir los hechos sin la menor adición y con las mismas palabras que sus antecesores, también es imposible pensar que sean constantes tales escrúpulos en todos ellos y a través de tantas generaciones. No cabe duda en que muchos rawíes han de haber intentado referir los acontecimientos, no como realmente sucedieron, sino como debieron suceder, excitando así con más viveza el interés del auditorio. Semejante procedimiento ha ido creando por todas partes la epopeya, propiamente dicha, y es menos de creer que faltase en el caso de que hablamos. En otros casos, la actividad del rapsoda sólo podía emplearse sobre un contenido, firmemente encerrado ya en el metro, el cual ayudaba también a la memoria, y sin embargo, esta actividad, cambiando la forma y la estructura, ponía mano en la poesía. Entre los árabes, por el contrario, siendo dificilísimo conservar la prosa en la memoria, era no sólo más fácil, sino también más ventajoso para el narrador el enriquecer y adornar los hechos tradicionales con la propia fantasía, en vez de atenerse a recitar meramente lo aprendido. De esta suerte no podía dejar de ocurrir la transformación de la historia en la leyenda, y de que en efecto la hubo es claro testimonio y ejemplo, en la historia literaria de los árabes, el libro de los hechos de Antara. La gran colección de leyendas sobre dicho héroe y poeta tiene por esencial fundamento hechos históricos, conocidos y conservados en el libro de los cantares y en el comentario de las mu'allaqat. El modo de narrar es el ya descrito: una noticia sobre las hazañas del héroe, con versos interpolados, que él pronunció en esta o en esta otra circunstancia. Es de presumir que, en un principio, se conservaron fielmente las palabras del primer narrador; pero, mientras que los versos, que se guardaban con facilidad en la memoria y que a causa de su forma artística no se podían cambiar sin trabajo, permanecieron en gran parte los mismos, la parte prosaica de la narración hubo de sufrir notables mudanzas al ir pasando de boca en boca. No sólo tomó en muchos pasajes cierta estructura rítmica y se adornó con rimas, sino que recibió en su contenido multitud de adiciones y cambios. Los narradores procuraron prestar un nuevo encanto a lo ya conocido, y hacer más interesante el asunto, añadiendo con la propia inventiva aventuras por el orden de las primeras. Por último, aquel de quien este conjunto de tradiciones recibió la forma que tiene hoy, aquel que pasa comúnmente por el autor de la obra, sólo puede colocarse al final de una serie de antecesores, cuyo trabajo, que había durado siglos, él terminó y perfeccionó, reuniendo y ordenando con diestra mano los trozos esparcidos. Así, en la narración de las hazañas de Antara, la historia, pasando de generación en generación, ha venido a convertirse en poesía, y la misma manera de nacer han tenido otros monumentos importantes de la poesía épica, aun cuando les haya faltado, para ser una epopeya en todo el sentido de la palabra, la unidad y el conjunto armonioso.

También en España, durante los primeros siglos de la dominación arábiga, apenas si la noticia de los sucesos se transmitía de otro modo que por los labios y los oídos del pueblo. La necesidad de escribir la historia casi no se hacia sentir cuando diariamente se contaba en los campamentos, en los palacios y en las plazas de las ciudades. Así es que más tarde apelaban los historiadores al testimonio de los narradores o rawíes, al referir los sucesos de los primeros siglos después de la conquista. Los guerreros sabían recitar versos y aventuras de los antiguos tiempos, y hasta los reyes eran encomiados porque guardaban en la memoria los versos y las hazañas de los árabes, así como los anales de los califas, y porque eran buenos recitadores de versos. El visir Muza, principal miembro de la sociedad que el emir Abd Allah solía reunir en torno suyo para conversar discretamente, no sólo era famoso como improvisador y como poeta, sino también como buen narrador y muy versado en la historia de los Banu omeyas. En el palacio, en aquella especie de tertulias literarias, se recitaban poesías que narraban los combates de los antiguos árabes y otras historias guerreras, y que ensalzaban las gloriosas hazañas. Esto recuerda un pasaje de Cicerón, idéntico casi, así en el sentido como en las expresiones, en el que se dice que era costumbre entre los antiguos romanos cantar en los festines las alabanzas de los ilustres varones. Así como de estas palabras se ha venido a deducir la existencia de cantares narrativos entre los romanos, podemos también nosotros sacar la consecuencia de que entre los árabes españoles había tradiciones épicas. No se quebranta nunca la ley según la cual la historia, cuando pasa oralmente de individuo a individuo y de lugar a lugar, se convierte en poesía. Y no es objeción que el tiempo de que aquí se habla era ya demasiado histórico para que en él se llegase a crear una tradición épica. Aun durante las cruzadas, cuando en el ejército de los cruzados mismos había cronistas, han empezado a formarse semejantes tradiciones. Desde que se hizo el importante descubrimiento de que la historia de los primeros tiempos de Roma, escrita por Tito Livio, no sólo se funda en una poesía heroica ya perdida, sino de que además esta poesía ha entrado en parte en la historia mencionada, se ha observado tan a menudo el mismo fenómeno en tantas supuestas obras históricas de los más diversos pueblos, que un nuevo caso de lo mismo no debe ya maravillar a nadie. La primitiva Historia de Armenia, por Moisés de Chorene, está ya demostrado hasta la evidencia que se funda sobre antiguos cantares. Las sagas escandinavas, tomadas de los propios labios de los scaldas, constituyen la mayor parte del asunto que Saxo Grammatico ha tratado en prosa latina. De góticas poesías heroicas nace la obra de Jornandes, y longobárdicos cantares, aunque con diversas palabras, ha entretejido Paulo Diácono para formar la suya. Una multitud de romances, que desaparecieron ya, se han conservado, al menos en los contornos, en la Crónica general de D. Alfonso X. Nadie duda ya que Gonfried de Monmouth, en su Historia de los reyes bretones, ha intercalado cantares gaélicos del cielo épico del gran rey Arturo. Y no es maravilla que antiguos historiadores procediesen así; pero ¿hasta qué extremo llegaría esta transformación de la poesía en historia, cuando todavía historiadores de estos últimos siglos han seguido involuntariamente las huellas de Turpin, el cual compuso su historia de Carlos Magno y de Roldán con poesías románicas, traducidas en prosa latina? Esto ha sucedido, sin embargo: Mariana cuenta de buena fe una historia de las bodas de los Condes de Carrión con las hijas del Cid, que lleva tan claramente el sello de la poesía popular como cualquiera otra de la Crónica general. Mariana siguió en esto a un cronista; pero el cronista había, sin duda, tomado por garante a un compositor de romances. Por último, Hume ha introducido en su Historia de Inglaterra dos narraciones sobre los amores de Edgardo, sacadas de Guillermo de Malmesbury, el cual, a su vez, las había compuesto siguiendo unas antiguas baladas.

Si abrimos ahora los libros arábigos que tratan la antigua historia de Andalucía, reconoceremos al punto que hay mucho de fabuloso y poético en las noticias allí contenidas. Sirva de ejemplo lo siguiente: Ibn al-Qutiyya, que casi exclusivamente ha bebido en la tradición oral, refiere como Musa, el conquistador de España volvió en triunfo a Siria. Iban en su séquito cuatrocientos hijos de príncipes godos, adornados con coronas y cinturones de oro. Cuando ya se acercaba a Damasco, supo que el califa al-Walid estaba enfermo de muerte, y recibió una embajada de Sulayman, el inmediato sucesor al trono, exigiéndole que dilatase su llegada, a fin de que el nuevo califa pudiese solemnizar el principio de su reinado con la entrada del conquistador de España. Musa, no obstante, contestó al mensajero: «Mi deber me ordena ir adelante sin detenerme. Si el destino llama a mi bienhechor a otra vida antes de mi llegada, suceda lo que está escrito». Musa, en efecto, prosiguió su viaje e hizo aún su entrada en Damasco antes de la muerte del anciano califa. El enojo de Sulayman le amenazó desde entonces. Apenas Sulayman subió al trono, cargó de cadenas a Musa, extendió su venganza sobre su hijo Abd al-Aziz, y envió mensajeros a Andalucía para que le trajesen su cabeza. Abd al-Aziz, casado con la viuda del último rey godo, residía en Sevilla como gobernador, y recibió a los enviados sin el menor recelo. La mañana después de su llegada fue a hacer su oración a la mezquita, y estaba leyendo en el mihrab la sura de la apertura cuando los que le cercaban desnudaron de pronto los alfanjes y le cortaron la cabeza, la cual fue enviada a Damasco al califa. Éste tuvo la crueldad de hacer venir al padre del asesinado y de presentarle en un plato la cabeza de su hijo. Al verla prorrumpió el infeliz anciano en estas palabras: «Por Alá, tú le has asesinado mientras hacía su oración como un buen muslim; pero tú mismo, Sulayman, no tendrás otra suerte, durante tu reinado, que la que has hecho sufrir a Musa.

Otro ejemplo es éste: En Córdoba se había encendido una rebelión espantosa. Multitud de pueblo, ardiente en ira, recorría la ciudad, y se dirigía de todas partes contra el alcázar para entrar en él por asalto. El rey al-Hakan veía desde la azotea las turbas que se agitaban en siempre creciente número, y oía sus amenazas y feroces gritos, que se mezclaban con el resonar de las armas. Entonces llamó a su paje Jacinto y le mandó que le trajese un pomo de bálsamo. Jacinto creyó que había entendido mal la orden, y vacilaba antes de cumplirla. Al- Hakan exclamó impaciente: «Ve, hijo de un incircunciso, y traéme pronto lo que deseo». El esclavo se dio prisa, y al volver con el pomo, el Rey se ungió con el bálsamo las barbas y el cabello. Maravillado el paje, se atrevió a preguntar: «Señor, ¿es éste tiempo a propósito para aromas? ¿No ves el peligro en que estamos?» «-Calla, miserable», replicó al-Hakan; «¿cómo podrán aquellos en cuyas manos caiga, distinguir de los demás la cabeza de al-Hakan, cuando la encuentren separada del tronco y no ungida?» Dicho esto, se vistió el arnés, repartió las armas entre los suyos y se lanzó en la pelea.

Es tan innegable el carácter poético-popular de estos fragmentos, que parecen romances desligados e interpolados en la prosa. Tampoco faltan prodigios. Cuando Tariq se dio a la vela, en la costa de África, para la conquista de España, vio en sueños al Profeta, rodeado de sus primeros prosélitos: todos llevaban espadas en las manos y arcos en la espalda, y Mahoma caminaba delante del bajel, hacia la orilla española, y decía a Tariq: «Ve a tu destino». Después de sus conquistas en el norte de España, vio Musa un ídolo, en cuyo pecho estaban escritas estas palabras: «¡Oh hijos de Ismael! hasta aquí habéis llegado con buen éxito; pero, si queréis saber de la vuelta, os diré que habrá entre vosotros discordias y combates, y que los unos a los otros os cortaréis la cabeza».

Sobre las aventuras de Abd al-Rahman I, y sobre la fundación del imperio omiada en Córdoba, se conservan los restos de una grande epopeya tradicional, esparcidos en diversos historiadores. Citaremos lo más sustancial. En tiempo en que los abasidas ejercían una sangrienta persecución sobre la derribada dinastía y familia de los Banu omeyas, el joven Abd al-Rahmán estuvo a punto de asistir al traidor convite del gobernador de Damasco, donde le aguardaba el mismo fin que en él hallaron los otros omiadas. En el camino se encontró con un hombre que le debía muchos favores. Éste se llegó a él, dando muestras de la más viva emoción, y le dijo: «Atrás, atrás; huye hacia el Occidente, donde un reino te espera; todo esto es traición de Abd al-Abbas, que desea librarse de los omiadas con un solo golpe». Abd al-Rahman contestó: «¿Cómo puede ser eso, cuando el gobernador ha recibido orden de convidarnos, de restituirnos nuestros bienes, y aun de hacernos ricos presentes?- No te dejes alucinar por tales ofrecimientos, replicó el hombre; porque, créeme, los abasidas no se juzgarán nunca seguros en el poder mientras los omiadas tengan abiertos los ojos.- Si yo sigo tus consejos, preguntó Abd al-Rahman, ¿qué habrá de sucederme?» El de los avisos contestó: «Desnuda tus espadas y déjame ver tus hombros; porque si no me equivoco, tú eres el hombre a quien el destino promete el imperio de Andalucía». Abd al-Rahman desnudó sus hombros, y el hombre vio en uno de ellos el lunar negro que había visto mencionado en el libro de las profecías. Entonces repitió las palabras: «Atrás, atrás; huye hacia el Occidente»; y añadió: «Yo te acompañaré una parte del camino y te daré veinte mil dineros. No bien los recibas debes partir». Abd al-Rahman preguntó quien le daba aquella suma, y exclamó maravillado, cuando supo que su tío Maslama: «¡Por alá, hombre, tú dices la verdad! Ahora recuerdo que cuando yo era niño todavía, mi tío Maslama, en cuya casa me crié desde la muerte de mi padre, descubrió un día sobre mi hombro el lunar de que hablas, y al verle prorrumpió en llanto. Mi abuelo el califa Hišam, que estaba allí, preguntó a mi tío la causa de su repentina emoción, y Maslama dijo: «¡Oh príncipe de los creyentes! este niño huérfano ha de sobrevivir a la caída de nuestro imperio en Oriente y ha de ser rey en Occidente!» Mi abuelo preguntó de nuevo que cuál era el motivo del llanto en lo que acababa de decir, y mi tío replicó: «Yo no lloro por él; lo que me arranca lágrimas es la suerte de las mujeres y de los niños de la estirpe omiada, cuyos collares de plata y de oro han de convertirse en cadenas de hierro, y cuyos dulces aromas y olorosos ungüentos han de convertirse en hediondez y podredumbre. ¡Pero Dios está sobre todo! A la prosperidad y a la gloria siguen la decadencia y el infortunio».

En virtud de estos avisos, Abd al-Rahman se abstuvo de ir al convite. Pronto recibió la nueva del asesinato de los omiadas, del cual pocos de sus parientes lograron salvarse. Los esbirros de los abasidas le buscaron luego; hallaron a su hermano Yahya y le dieron muerte. Abd al-Rahman huyó con uno de sus más cercanos parientes, durante la oscuridad de la noche, hasta que llegó a una aldea, oculta entre árboles y cañaverales, a orillas del Éufrates. Allí esperó esconderse y aguardar una ocasión favorable para fugarse a África. Estando así escondido y descansando en un cuarto oscuro, porque estaba enfermo de los ojos, vio que su hijo Sulayman, que sólo contaba cuatro años y que estaba jugando a la puerta de la casa, entró de pronto en la habitación y se echó en sus brazos como si buscase asilo. Como el príncipe no comprendía lo que aquello podría significar, rechazó al niño; pero éste se asió a él más fuertemente aún, y con gestos de violenta angustia empezó a lamentarse. Abd al-Rahman salió entonces de la estancia para averiguar la causa de aquel espanto, y vio los negros estandartes de los abasidas, que ondeaban al viento muy cerca ya de la aldea. Apresuradamente tomó consigo algún dinero y emprendió la fuga con su hermano menor, dejando a su hijo pequeño bajo la custodia de sus hermanas. A éstas y a su liberto Badr los informó del camino que emprendía, y les indicó un lugar donde volverían a encontrarse. Así pudo escapar de sus perseguidores, y vino a ocultarse de nuevo, con su hermano, a corta distancia de la aldea. La casa, no bien ellos la dejaron, fue circundada por una tropa de gente de a caballo y registrada escrupulosamente. Entre tanto llegó Badr donde estaban los fugitivos; pero mientras éstos enviaron al dicho Badr y a las otras personas de confianza a comprar caballos y otras cosas conducentes a continuar la fuga, un esclavo traidor descubrió a los enemigos el sitio en que se escondían. Otra vez oyeron a poco el estruendo de los jinetes que se aproximaban, y huyeron precipitadamente hacia el Éufrates. Antes de que los de a caballo llegasen a la orilla, la alcanzaron ellos y se echaron al agua para pasar el río a nado. Los perseguidores, habiendo tocado la orilla poco después, les gritaban: «Volved; no os haremos ningún daño». Abd al-Rahman no se fió de aquellas traidoras palabras y siguió nadando sin cesar. Cuando estuvo en medio del río, vio que su hermano, no tan buen nadador como él y desconfiando de sus fuerzas, retrocedía para volver a la orilla de que había partido. Abd al-Rahman procuró animarle para que siguiese, pero el temor de morir ahogado, y las mentidas promesas que le hacían los jinetes de que respetarían su vida, le decidieron a volver, falto de aliento. Abd al-Rahman le gritaba: «¡Adelante, hermano, a mí, a mí!»; pero en balde. Abd al-Rahman llegó solo a la opuesta margen del Éufrates. Uno de los de a caballo pareció inclinarse por breves instantes a lanzarse en el río y nadar detrás de él, pero sus camaradas le disuadieron, y cesó la persecución. Apenas Abd al-Rahman puso pie en tierra, buscó con los ojos a su hermano, y le vio con angustia entre las manos de los soldados, los cuales, sin tener compasión de aquel mancebo de trece años, que se les había entregado bajo la fe de su palabra, le degollaron, y partieron, llevando en triunfo su cabeza.

Después de este horrible momento, el príncipe continuó sin descanso su fuga, hasta que logró internarse y esconderse en un espeso bosque. Cuando se creyó más seguro de ulteriores persecuciones, salió del escondite y prosiguió su viaje hacia el Occidente.

Poco después aparece Abd al-Rahman en Palestina, donde vuelve a encontrar a su fiel Badr; más tarde le vemos buscar un asilo en África. Un judío, que había estado primero al servicio del tío de Abd al-Rahman, había profetizado al gobernador de aquella provincia que un quraysita de la familia de los Banu omeya, a quien era fácil reconocer por dos rizos en la frente, y que se llamaba Abd al-Rahman, había de apoderarse del imperio en Andalucía. Ocurrió que el gobernador vio por acaso al príncipe, y habiendo observado los dos rizos en su cabeza, dijo al judío: «Ése es aquel de quien me hablaste; mandaré que le maten». El judío respondió: «Si no es aquél, nada te importe; y si es aquél, no podrás matarle».

Abd al-Rahman prosiguió su fuga, y acordándose de la primera predicción, trató de ir hacia Andalucía. Errante de lugar en lugar, y de una tribu de beduinos en otra tribu, corrió mil aventuras y se expuso a mil peligros entre los bárbaros habitantes del norte de África. Durante algún tiempo le tuvieron oculto los parientes de su madre. También un caudillo bereber le hospedó amistosamente en Maghila. Cierto día, hallándose en la tienda del mencionado caudillo, aparecieron los espías del gobernador, que le perseguía siempre, y registraron, buscándole, todos los rincones; pero la mujer del caudillo le escondió bajo sus ropas y así le salvó de sus perseguidores. Abd al-Rahman no olvidó en toda su vida aquel servicio; y cuando fue soberano de Andalucía, convidó al caudillo y a su mujer a que fuesen a Córdoba, los recibió entre las personas que le eran más familiares, y los colmó de honores y distinciones.

En España, destrozada por las guerras de los diferentes generales, siempre enemigos, se habían formado una parcialidad, que abrigaba la idea de que solo un jefe independiente de los califas orientales podía curar las heridas que los golpes de la guerra civil habían abierto en la ensangrentada patria. Cuando Abel al-Rahman oyó hablar de este partido, compuesto en gran parte de partidarios de los omiadas, se despertaron con brío sus antiguas esperanzas y planes, alimentados con predicciones; y su fiel Badr, comisionado por él, desembarcó en las playas andaluzas para preparar la realización de dichos planes. Los parciales de los Banu omeyas recibieron bien al embajador, y luego le enviaron de nuevo a África, en compañía de dos de los suyos, para que invitase al fugitivo a pasar a la península. Abd al-Rahman siguió la voz que le llamaba, atravesó el estrecho, pisó el suelo español, y pronto se vio rodeado de un numeroso ejército, que de día en día, conforme avanzaba en su marcha, se iba engrosando. En Archidona, el emir del distrito le condujo a la mezquita el día en que termina el ayuno, y no bien el imán subió al mimbar, le dijo de repente con voz sonora: «Anuncia la destitución de Yusuf, y di la oración en nombre de Abd al-Rahman, hijo de Muawiya, porque él es nuestro soberano y el hijo de nuestro soberano». Volviendo luego a la gente allí congregada, le preguntó su opinión, y en seguida le respondieron: «Nuestra opinión es la tuya «Poco tiempo después ya había Abd al-Rahman sujetado a su dominio todo el occidente de Andalucía, e hizo su entrada en Sevilla. Aún tenía en contra, como poderoso contrario, a Yusuf, el lugarteniente del califa, quien también pretendía para sí la independencia del poder supremo. Para combatirle, marchó Abd al-Rahman sobre Córdoba, y dio orden a sus soldados de prepararse para una marcha nocturna, a fin de hallarse delante de los muros de la ciudad al romper el alba. «Si dejamos, dijo, que nos siga a pie la infantería, no será posible que avance al mismo paso que nosotros. Tome, pues, cada jinete un peón a la grupa de su caballo». Y al punto, para dar ejemplo, llamó a un joven guerrero que por acaso se ofreció a su vista, y le preguntó su nombre. «Mi nombre, respondió, es Sabik, hijo de Malik, hijo de Yazid.- Bien está, replicó Abd al-Rahman, haciendo un juego de palabras con el significado de los nombres; Sabik, ponte al frente de mi ejército; Malik, guíale; Yazid, cumple nuestros deseos. Dame la mano y salta en las ancas de mi caballo». La descendencia de este mancebo conservó como recuerdo los nombres de Banu Sabik-r-Radif: esto es, hijo de Sabik, el que iba en la grupa.

El ejército marchó con gran prisa durante la noche, y se halló al amanecer a orillas del Guadalquivir, enfrente de Córdoba. Difícil era vadear el río, que entonces no tenía puente; pero un soldado se echó resueltamente al agua, y siguiendo su ejemplo, se aventuraron todos los demás; de suerte que en breves instantes había pasado a la otra orilla todo el ejército, caballeros y peones.

Un combate de pocas horas aniquiló el partido de Yusuf. Éste emprendió la fuga, y Abd al-Rahman entró como vencedor en Córdoba, donde en la solemne oración del viernes asistió a la mezquita, y prometió con juramento velar por el bien de sus súbditos.

Aún tuvo que luchar el joven príncipe omiada con otro peligroso competidor. El califa al-Mansur envió a al-Alá, empleado en la España occidental, un diploma dándole la lugartenencia de Andalucía, con la condición de que destruyese el poder del nuevo dominador. Al-Alá acudió al punto a las armas, y reunió un numeroso ejército bajo sus banderas. Abd al-Rahman salió contra él con un corto número de sus leales, y se fortificó en Carmona, bajo cuyos muros acampaba el enemigo. Dos meses había ya pasado Abd al-Rahman en aquel encierro, cuando el desorden que notó en el ejército contrario le animó a hacer una salida, a pesar de la enorme inferioridad de sus fuerzas. Hizo encender una hoguera en la puerta de Sevilla y ordenó a sus compañeros de armas que arrojasen en ella las vainas de sus alfanjes. Luego todos ellos, y Abd al-Rahman a la cabeza, salieron de la fortaleza con los alfanjes desnudos, y aunque sólo eran setecientos, pusieron en fuga a los sitiadores. La cabeza de al-Alá, a quien encontraron muerto sobre el campo de batalla, fue separada del tronco por mandato del vencedor, embalsamada con alcanfor, y colocada en la misma caja en que al-Alá había recibido el diploma de lugarteniente y el estandarte de los abasidas. Un piadoso habitante de Córdoba, que hizo la peregrinación a la Meca, recibió el encargo de llevar consigo la caja, a fin de que fuese conservada como trofeo de Abd al-Rahman en aquel santuario del mundo mahometano.

Ocurrió que en la misma época el califa al-Mansur también cumplía el deber de todo creyente, de visitar el templo de la Caaba, y que vio la caja que contenía la cabeza. A su vista se conmovió profundamente, y dijo: «¡Desgraciado! ¡le hemos condenado a muerte sin pensar! ¡Alabado sea Alá, que me separa por medio de los anchos mares de un contrario como Abd al-Rahman!»

Inmediatamente comprenderá cualquiera que estas noticias de las maravillosas aventuras de Abd al-Rahman no contienen una historia en el más severo sentido, sino que los acontecimientos reales están va algo transformados y propenden a cambiarse en leyenda al pasar por el espíritu y la boca del pueblo. Aun prescindiendo de pormenores aislados, que llevan el sello evidente de su origen poético-popular, hasta el conjunto tiene en sí un carácter que manifiesta la tradición poética, y que, a pesar de su fundamento histórico, que sin duda existe, se diferencia esencialmente de la historia. No por eso se afirma aquí que los árabes españoles hayan poseído una verdadera poesía heroico-épica. Es de creer que la leyenda heroica sólo tomó la forma de narración en prosa o de la ya mencionada mezcla de prosa y verso, que desde antiguo era propia de los árabes, y en la cual aún se nos muestra la historia de Antar. No es, sin embargo, infundada la conjetura de que fueron celebrados en cantares muchos memorables acontecimientos y hazañas. El tono fundamental de estos cantares habrá sido lírico sin duda, pero en la intercalación de la parte narrativa deben de haber traspasado los límites del lirismo puro. Algunas veces, como pronto haremos ver, falla la regla de que la poesía erudita de los árabes españoles haya sido siempre extraña a la narrativa, y en lo tocante a la poesía popular, es inconcebible que precisamente desechase lo que está más cerca de ella, y que los cantores públicos, que sin duda hubo, no se hubiesen nunca apoderado de las historias y tradiciones. La desaparición de estos cantos populares, que jamás se escribieron, no nos debe maravillar; mayor maravilla hubiera sido que se hubiesen conservado, a pesar de la suerte que tuvieron los árabes españoles. ¿Dónde están hoy los cantos épicos de los longobardos, de cuya primera existencia nos persuade Paula Diácono? ¿Dónde los de los godos, de que se valió Jornandes? A pesar de la invención de la imprenta, hasta las antiguas poesías populares de muchas naciones de Europa han estado a punto de perderse para siempre, si la curiosidad erudita no se hubiese consagrado a reunirlas y salvarlas desde fines del siglo pasado; y con todo, se han perdido muchas de ellas.

Tal, con notable extensión, ha sido el caso en Portugal. Casi nadie sospechaba que este país, así como España, poseía romances caballerescos; los más habían caído en olvido, cuando, pocos años ha, un hombre de mérito, el señor Almeida Garrett, reunió los que quedaban, cuya hermosura hace que lamentemos doblemente la pérdida de los otros. Del mismo modo han desaparecido en gran parte las narraciones de los provenzales, y sólo de la imitaciones de los franceses del Norte se infiere que las hubo.

Viene en apoyo de nuestras conjeturas lo que el general Daumas, uno de los más distinguidos conocedores de la moderna Argelia y de sus habitantes, dice sobre los cantares que allí corren entre el vulgo. Para que el peso de este testimonio sea valedero en la cuestión presente, se ha de considerar que, no sólo las tribus árabes de África del Norte pertenecen a la misma familia que las que habitaban entonces en España, sino que también entre Andalucía y África hubo, durante la dominación mahometana, el comercio más activo. Toda la extensión de tierra del otro lado del estrecho de Gibraltar se surtió de instrumentos músicos que iban de España, y aún en el día de hoy son muchos de los más usuales, como laúd, rabel, gaita y adufe, los mismos que los españoles, hasta con los nombres, tomaron en otro tiempo de sus compatriotas muslimes. Cuando las armas cristianas se volvieron a enseñorear poco a poco de la Península, el África del Norte fue el asilo donde los árabes vencidos se refugiaron con los restos de su cultura; y, por último, después de la caída del postrer trono mahometano, la población del reino de Granada emigró en gran parte a la Argelia; de modo que se puede afirmar que circula sangre española en las venas de los actuales argelinos. Como éstos muestran notable predilección por los cantares lírico-épicos, es de presumir que sus antepasados de Andalucía sintiesen la misma predilección. El general Daumas dice: «La historia vive para el pueblo árabe casi exclusivamente en las narraciones y cantos populares, prestando en ellos su espíritu entusiasta duración a los sucesos, en los que cree ver el dedo de Dios. Sus libros mismos son leyendas escritas, y de todo esto, así como de los recuerdos de los ancianos, pueden la política y la erudición sacar una interminable multitud de noticias, hechos y estudios de costumbres. Desde que entramos en Argelia, no se ha conquistado una ciudad, ni se ha dado una batalla, ni ha ocurrido acontecimiento alguno importante, que no haya sido cantado por un poeta árabe». El general Daumas ha publicado muchos de estos cantos, y entre ellos, uno a la conquista de Argel, donde, en medio de líricas lamentaciones, están pintadas con viveza la lucha de los naturales contra los franceses, y la toma de la ciudad por éstos últimos.

Tampoco la poesía erudita, si bien predominaba la narración como fuera de su jurisdicción y dominio. Sirva de ejemplo de esta clase épico-lírica la composición siguiente a la victoria del emir Muhammad sobre los cristianos y los renegados, a orillas del Wadi-Salit o Guadalete:

   Con variados colores
con gritería confusa,
en hileras apretadas
los guerreros se apresuran,
y hacia los hondos barrancos
bajan en revuelta turba,
como rasgando las nubes,
brillan en la noche oscura
el relámpago y el rayo,
las cimitarras deslumbran.
Moviéndose a un lado y otro
los estandartes ondulan,
como al golpe de los remos
barca que las ondas surca.
El poder de la batalla,
que a los contrarios tritura,
es cual rueda de molino
que el agua a girar empuja;
y es el eje de la rueda
del rey la mente profunda;
del rey, que en virtud y gloria
sobre los reyes despunta,
y su nombre, el del Profeta,
con mil hazañas ilustra.
Loor al Profeta demos,
que el triunfo nos asegura,
cuando, sacudiendo el alba
el cendal que la circunda,
la verde yerba y las flores
cubre de perlas menudas,
de Wadi-Salit los cerros
lloran la mala ventura,
que de los incircuncisos
y renegados son tumba,
pues el destino allí quiere
que su pérdida se cumpla.
Cual enjambre de langostas
acudieron a la lucha;
pero las huestes reales
pronto los ponen en fuga.
Cayeron nuestros valientes
sobre la medrosa chusma,
como balcones que destrozan
una bandada de grullas,
o cual persiguen y matan
las bravas sierpes astutas
a los escuerzos cobardes,
que en vano esconderse buscan.
Huyendo, dice Ibn Yulis
estas palabras a Musa:
«¡La muerte! ¡Do quier la muerte!
no hay esperanza ninguna».
Murieron miles y miles,
murieron en lid tan ruda,
al filo de los alfanjes,
de las lanzas en la punta,
o en la corriente del río
encontrando sepultura,
o rodando por las peñas
o rompiéndose la nuca.



Ibn al-Qutiyya, como él mismo declara, ha tomado, en parte, las noticias que da en su historia, de una composición en verso sobre la conquista de España, escrita por Tamman, visir de Abd al-Rahman II. Yahya Ibn Hakan escribió una historia o crónica, todo en verso y lo mismo se cuenta de Abu Talib de Alcira. De Ibn Sawwan, de Lisboa, se conserva aún una poesía, en la cual se refiere cómo estuvo cautivo entre los cristianos de Coria, y cómo fue rescatado. Sobre estas citas podrán, sin duda, hacerse otras, cuando el tesoro que aún nos queda de la literatura arábigo-hispana esté más al alcance de todos. Esperamos la pronta publicación del poema, en el cual Ibn Abd Rabbih ha cantado las hazañas de Abd al-Rahman III, y donde podremos tener un modelo cumplido de la poesía narrativa de los poetas árabes cortesanos. Entre tanto servirá aquí para este fin otra composición que celebra la expedición de los Banu merines a España, y de la cual traduciremos un par de fragmentos. Empieza con las alabanzas de Dios:


   Alabando al Señor empiece el canto,
de poesía y de bien rico venero;
entrar, por obra de su auxilio santo,
en el recinto del Edén espero,
luz en mi mente, y en mi ingenio encanto,
y verdad en los casos que refiero
piden la voz y el corazón ahora
al Rey eterno que en los cielos mora.

    Su palabra sacó, con decir «sea»,
a todo ser del polvo, de la nada:
es vida, amor, poder, fuerza e idea;
toda la existencia en él está cifrada,
no impiden las tinieblas que no vea
del más ruin viviente la pisada.
No evita el trueno, ni la mar bramando,
que oiga la voz de quien le está llamando.

    No comprende el humano pensamiento,
por más que se dilate su grandeza;
el da a los siete cielos movimiento,
y al sol su resplandor y su belleza;
y en su trono, en el alto firmamento,
mira de nuestro mundo la bajeza,
y cuenta, a par de estrellas a millares,
cada grano de arena de los mares.



Después de esta introducción o invocación, que se extiende mucho más, entra el poeta en su asunto propio:


   Desembarcó el ejército en Tarifa;
llenó el rumor el pueblo y la montaña:
Abu Jacub, espléndido califa,
desplegó allí su tienda de campaña:
sobre una hermosa pérsica alcatifa
su trono alzó para domar a España,
y tomó asiento en él, rico y luciente,
como el dorado sol en el Oriente.

    Luego cayó sobre Arcos, y asolada
dejó toda la tierra circunstante:
por el fuego y el filo de la espada
de los infieles se miró triunfante:
después pasó a Jerez, la celebrada,
y de sus puertas acampó delante:
circundan la ciudad prados y huertas
y hazas de rica mies todas cubiertas.

    Mil aldeas y lindos caseríos
al campo daban esplendor y adorno;
pero de Abu Jacub los duros bríos
difunden el terror por los contornos:
los lugares quedando van vacíos,
y la desolación se esparce en torno:
huyen los campesinos aterrados
del ímpetu y furor de los soldados.

    Abu Jacub después con los ligeros
corceles a Sevilla se encamina;
y sujetan la tierra sus guerreros,
y la llenan de escombros y ruina;
y haciendo mil cristianos prisioneros,
los lleva do su hueste predomina,
como lobos con buitres peleando
y a los cristianos por do quier domando.

    Abu al-Mushafi y su hermano llegan,
célebres ambos por heroicos hechos;
a Arús los de Carmona ya se entregan,
a donde sus soldados van derechos;
los enemigos que con él refriegan
quedan muertos o en fuga van deshechos,
siendo tanto el botín en aquel día
que estrecho el campamento parecía.












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ELEGÍAS Y POESÍAS RELIGIOSAS DE LOS ÁRABES ESPAÑOLES [20.203]

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Elegías y Poesías religiosas 
de los árabes españoles

Por Adolf Friedrich von Schack

Lo más bello de cuanto posee la literatura de los árabes en el género elegíaco es sin disputa lo que compuso en la prisión el infortunado rey al-Mutamid, de Sevilla. Más adelante daremos a conocer sus obras. Casi igual en mérito es una elegía, llena de los más profundos sentimientos y de los más elevados raptos, en la cual Abu Bakr, de Ronda, después de la toma de Córdoba y Sevilla por San Fernando, deplora la inminente caída del Islam en España.

La elegía dice así:

   Cuando sube hasta la cima
desciende pronto abatido
    al profundo.
¡Ay de aquel que en algo estima
el bien caduco y mentido
    de este mundo!
En todo terreno ser
sólo permanece y dura
    el mudar.
Lo que hoy es dicha o placer
será mañana amargura
    y pesar.
Es la vida transitoria
un caminar sin reposo
    al olvido;
plazo breve a toda gloria
tiene el tiempo presuroso
    concedido.
Hasta la fuerte coraza
que a los aceros se opone
    poderosa,
al cabo se despedaza,
o con la herrumbre se pone
    ruginosa.
¿Con sus cortes tan lucidas,
del Yemen los claros reyes
    dónde están?
¿En dónde los Sasánidas,
que dieron tan sabias leyes
    al Irán?
¿Los tesoros hacinados
por Karún el orgulloso
    dónde han ido?;
¿De Ad y Tamud afamados
el imperio poderoso
    dó se ha hundido?
El hado, que no se inclina
ni ceja, cual polvo vano
    los barrió,
y en espantosa ruina
al pueblo y al soberano
    sepultó.
Y los imperios pasaron,
cual una imagen ligera
    en el sueño;
de Cosroes se allanaron
los alcázares, do era
    de Asia dueño.
Desdeñado y sin corona
cayó el soberbio Darío
    muerto en tierra.
¿A quién la muerte perdona?
¿Del tiempo el andar impío
    qué no aterra?
¿De Salomón encumbrado
al fin no acabó el poder
    estupendo?
Siempre del seno del hado
bien y mal, pena y place
    van naciendo.
Mucho infortunio y afán
hay en que caben consuelo
    y esperanza;
mas no el golpe que el Islam
hoy recibe en este suelo
    los alcanza.
España tan conmovida
al golpe rudo se siente
    y al fragor,
que estremece su caída
al Arabia y al Oriente
    con temblor.
el decoro y la grandeza:
de mi patria, y su fe pura,
    se eclipsaron;
sus vergeles son maleza,
y su pompa y hermosura
    desnudaron.
Montes de escombro y desiertos,
no ciudades populosas,
    ya se ven;
¿qué es de Valencia y sus huertos?
¿Y Murcia y Játiva hermosas?
    ¿Y Jaén?
¿Qué es de Córdoba en el día,
donde las ciencias hallaban,
    noble asiento,
do las artes a porfía
por su gloria se afanaban
    y ornamento?
¿Y Sevilla? ¿Y la ribera
que el Betis fecundo baña
    tan florida?
Cada ciudad de éstas era
columna en que estaba España
    sostenida.
Sus columnas por el suelo,
¿cómo España podrá ahora
    firme estar?
Con amante desconsuelo
el Islam por ella llora
    sin cesar.
Y llora al ver sus vergeles,
y al ver sus vegas lozanas
    ya marchitas,
y que afean los infieles
con cruces y con campanas
    las mezquitas.
En los mismos almimbares
suele del leño brotar
   tierno llanto.
Los domésticos altares
suspiran para mostrar
    su quebranto.
nadie viva con descuido,
su infelicidad creyendo
    muy distante,
pues mientras yace dormido,
está el destino tremendo
    vigilante.
Es dulce patria querida
la región apellidar
    do nacemos;
pero, Sevilla perdida,
¿cuál es la patria, el hogar
   que tenemos?
Este infortunio a ser viene
cifra de tanta aflicción
   y horror tanto;
ni fin, ni término tiene
el duelo del corazón,
    el quebranto.
Y vosotros, caballeros
que en los bridones voláis
    tan valientes,
y cual águilas ligeros,
y entre las armas brilláis
    refulgentes;
que ya lanza ponderosa
agitáis en vuestra mano,
    ya, en la oscura
densa nube polvorosa,
cual rayo, el alfanje indiano
    que fulgura;
vosotros que allende el mar
vivís en dulce reposo,
    con riquezas
que podéis disipar,
y señorío glorioso
    y grandezas;
decidme: los males fieros
que sobre España han caído,
    ¿no os conmueven?
¿Será que los mensajeros
la noticia a vuestro oído
    nunca lleven?
Nos abruman de cadenas;
hartan con sangre su sed
    los cristianos.
¡Doleos de nuestras penas!
¡Nuestra cuita socorred
    como hermanos!
El mismo Dios adoráis,
de la misma estirpe y planta
    procedéis;
¿por qué, pues, no despertáis?
¿Por qué a vengar la ley santa
    no os movéis?
Los que el imperio feliz
de España con alta honra
    sustentaron,
al fin la enhiesta cerviz
al peso de la deshonra
    doblegaron.
Eran cual reyes ayer,
que de pompa se rodean;
    y son luego
los que en bajo menester,
viles esclavos, se emplean
    sin sosiego.
Llorado hubierais, sin duda,
al verlos, entre gemidos,
    arrastrar
la férrea cadena ruda,
yendo para ser vendidos,
    al bazar.
A la madre cariñosa
allí del hijo apartaban
    de su amor;
¡separación horrorosa,
con que el alma traspasaban
    de dolor!
Allí doncellas gentiles,
que al andar perlas y flores
    esparcían,
para faenas serviles
los fieros conquistadores
    ofrecían.
Hoy en lejana región
prueban ellas del esclavo
   la amargura,
que destroza el corazón
y hiere la mente al cabo
    con locura.
Tristes lágrimas ahora
vierta todo fiel creyente
    del Islam.
¿Quién su infortunio no llora,
y roto el pecho no siente
    del afán?



Goza de fama singular otra elegía compuesta por Ibn Abdum a la caída de la dinastía de Badajoz; pero difícilmente podemos convenir con los críticos árabes, que la encomian como una obra maestra. Esta elegía está sobrecargada de erudición histórica, y su estilo lleno de antítesis, y sus muchas alusiones, que apenas se entienden sin comentario, hacen creer que la tal poesía no ha sido verdaderamente inspirada por el sentimiento de las desgracias de aquella familia real.

Un sentimiento más verdadero hay en los versos elegíacos, que al-Abbas, de Jerez, el cual había vivido en Damasco mucho tiempo, escribió, recordando con amor los días que allí había pasado:

   Suspira por vosotros
mi corazón herido,
de Damasco la hermosa
¡oh mis caros amigos!
¿Por qué ninguna nueva
de vosotros recibo?
Ni cuando estoy despierto,
ni cuando estoy dormido,
mi corazón encuentra
para su mal alivio,
desde que tan distante
de vuestro lado vivo.
Aquellos gratos días
recuerdo de continuo,
que, estando yo en Damasco,
pasaron fugitivos.
¡Cuál otro era yo entonces,
si, al albor matutino,
de Nairab en los valles,
húmedos de rocío,
las flores contemplaba,
y escuchaba el sonido
del aura entre las hojas,
y el murmurar del río,
y de blancas palomas
el amante gemido!
Del monte en la ladera,
tal mi ventura ha sido,
que otra igual en mi vida,
de lograr desconfío.
Allí riegan las plantas
arroyos cristalinos:
¡bien pudieran mis ojos
con lágrimas suplirlos!



Al poeta Abu-l-Majši, que vivió en tiempo de Abd al-Rahman I, le sacaron los ojos por orden del príncipe Sulayman, porque se atrevió, en unos versos que le había dirigido, a hacer algunas alusiones ofensivas a su hermano Hišam, de que Sulayman se creyó en el deber de tomar venganza.

Aquel desgraciado escribió las siguientes líneas con motivo de su ceguera:


   La madre de mis hijos abrumada
por el dolor está,
porque mis ojos con su diestra airada
ha fulminado Alá.
Ciego me ve seguir la esposa mía
esta mortal carrera,
hasta que el borde de la tumba fría
con el báculo hiera.
Y la infeliz, postrada por el suelo,
exclama: «¡Oh suerte, oh suerte,
no aumentarás tan espantoso duelo,
ni con la misma muerte!»
Y abre en mi corazón profunda llaga,
diciendo: « No hay pesar
como no ver la luz, que ya se apaga
en tu dulce mirar».



Cuando el poeta se hizo llevar delante del Califa y le recitó estos versos, Abd al-Rahman se conmovió hasta verter lágrimas, y le dio dos mil dineros, mil por cada ojo. También Hišam, cuando subió al trono, recordó con piedad esta desgracia, que Abu-l-Majši había tenido por causa suya, y siguiendo el ejemplo de su padre, le dio mil dineros por la pérdida de cada ojo.

La siguiente elegía religiosa se compuso a la memoria del rey de Granada Abu-l-Hayyay Yusuf, asesinado traidoramente en la mezquita, mientras hacía oración. La elegía adorna como epitafio la losa de su sepulcro:

   Logre la gracia divina
quien en esta tumba yace,
y la bendición del cielo
mientras que el tiempo durare.
Hasta el día del juicio,
cuando ante Dios los mortales
caigan con la faz en tierra,
Dios te bendiga y te guarde.
Pero una tumba no eres,
eres un jardín fragante,
donde el aroma del mirto
en torno embalsama el aire;
de la flor más delicada
eres el precioso cáliz,
y eres nacarada concha
de la perla más brillante;
y ocaso donde la luna
hundió su fulgor suave,
y asilo de la grandeza,
y centro de las bondades;
porque guardas en tu seno
al príncipe más amable,
heredero de Nazar,
honra y prez de su linaje.
Tú guardas al que a los débiles
protegía con su alfanje,
al defensor de la fe
al rayo de los combates.
Fue siempre de la justicia
el más firme baluarte,
y el más terrible enemigo
de heréticas impiedades.
Noble vástago de Ubada,
heredero de sus padres
ocupó el trono, y fue digno
por su virtud de ocuparle.
De la vasta mar inmensa
dar una idea es más fácil
que de su piedad profunda
y de sus hazañas grandes.
Al fin nos le arrebató
del tiempo el cambio incesante.
¿Qué no perece en el mundo?
¿Qué es duradero y estable?
Con la noche y con el día,
de doble rostro hace alarde
el tiempo: ¿cómo extrañar
que nos burle y nos engañe?
Orando a Dios, de rodillas,
él sucumbió como un mártir.
La luna de los ayunos
cumplió con celo laudable,
su rara virtud mostrando
en mil obras ejemplares.
Y en la fiesta en que se rompe
el ayuno, vino a darle
un asesino la muerte,
porque su ayuno acabase,
con la copa del martirio
para el banquete brindándole.
por más que las lanzas sean
y los dardos penetrantes,
sólo cuando hiere Dios
son las heridas mortales.
¡Ay de aquél que se confíe
en este mundo mudable,
y en arena movediza
torres de orgullo levante!
Tú, Señor de aquel imperio
en que término no cabe,
que nuestra vida gobiernas,
y marcas nuestro viaje,
echa el velo a nuestras culpas
de tu gracia inagotable.
En tu bondad sólo debe
todo mortal confiarse.
Envuelto en ella conduce
el rey de los musulmanes
a la mansión venturosa
de los goces celestiales.
En ti tan sólo se encuentran
salud y dicha durables:
en el mundo todo engaña,
y todo en el mundo cae.



Con esta elegía se puede decir que hemos entrado en el dominio de la poesía religiosa, y, por consiguiente, debemos presentar aquí algunas otras muestras de ella. También en España hallaron numerosos parciales el misticismo y el ascetismo, que ya aparecieron en los primeros siglos del Islam, y alcanzaron en el sufismo su perfección más alta. Así en las ciudades como en la sociedad de los montes se levantaron claustros y ermitas, donde piadosos anacoretas, apartados del mundo, se consagraban enteramente a la contemplación de lo infinito. Sin embargo, en las poesías religiosas del pueblo español de entonces, al menos en aquéllas que nos son conocidas, en balde hemos buscado la mística profundidad por donde se distinguen las obras de los sufíes orientales. No hay en ellas aquel arrobo, aquella embriaguez divina de un alma que se anega en la inmensidad del sentimiento y que llega a aniquilar su propio ser en el abismo del amor de Dios, sino severas consideraciones sobre lo pasajero de la vida, arrepentimiento de los pecados y esperanza en la misericordia del Altísimo.

De los siguientes versos asegura su propio autor Ibn Suhayd, que cada uno que los recite para implorar la gracia de Dios, verá satisfecho su deseo:

   ¡Oh tú, que el más oculto sentimiento
sabes del corazón!
¡Oh tú, que en los trabajos das aliento,
y alivio en la aflición;
a quien se vuelve lleno de esperanza
el corazón contrito;
por quien el pecador tan sólo alcanza
expiar su delito!
Tú, que viertes de gracias un tesoro,
«Así sea», al decir:
Escúchame, Dios mío, yo te imploro;
mi voz dígnate oír.
Que mi propia humildad por mí interceda,
¡oh mi dulce sostén!
Eres el solo apoyo que me queda,
eres mi único bien.
En mi abandono, en tu bondad confío;
a tu puerta he llamado;
si no me abres, el dolor impío
me hará caer postrado.
Tú, cuyo nombre invoco reverente,
si no das lo que anhela
tu pobre siervo en oración ferviente,
señor, su afán consuela.
Haz que no desespere en tanta cuita
el débil pecador.
Pues tu misericordia es infinita
e inexhausto tu amor.



Ésta otra plegaria es de Ibn al-Faradi:

   Cautivo y lleno de culpas
estoy, Señor, a tu puerta,
temiendo que me castigues,
aguardando mi sentencia.
De mis pecados el cúmulo
con tu mirada penetras;
por ti me angustia el temor,
y la esperanza me alienta.
Pues ¿de quién, sino de ti,
el alma teme o espera?
Es inevitable el fallo
de tu justicia tremenda.
Cuando a abrir llegues el libro
donde escribistes mis deudas,
la suma de mis maldades
temo escuchar con vergüenza.
Ilumíname y consuélame,
del sepulcro en las tinieblas,
donde yaceré olvidado
de mis más queridas prendas;
y que el perdón de mis culpas
tu gran bondad me conceda.
Pues tendré, sin tu perdón,
una eternidad de penas.



Abu-l-Salt Omeya compuso los siguientes versos en la hora de su muerte, y mandó que los grabasen en su sepulcro:

   Mientras que me arrastraba
del mundo la corriente fugitiva,
yo jamás olvidaba
que hacia la muerte caminando iba.
Hoy la muerte no temo,
cuando me siento próximo a morir,
sino del Juez supremo
el fallo inevitable que he de oír.
¿Qué destino me espera?
De mis culpas el número es crecido.
¡Cuán justo el Señor fuera
castigando a quien tanto le ha ofendido!
Pero el alma confía
en su misericordia y su perdón,
para gozar del día
venturoso y eterno en su mansión.



De Ibn Sara:

   ¿Por qué tan dócil oído
sueles prestar todavía
a la dulce voz de aquéllos
que a las fiestas te convidan?
¿No te anuncian ya tus canas
que la muerte se aproxima?
¿Para qué te ha dado Dios
entendimiento, si evitas
escuchar las advertencias
que tu destino te avisan?
Sordo y ciego debe estar
todo aquél que no las siga.
Lo pasado y lo presente
el porvenir garantizan.
Al cabo, de las esferas
se romperá la armonía,
y se apagarán la luna
y el sol que las ilumina.
No ha de durar siempre el mundo;
cuantos en la tierra habitan,
ya bajo tiendas movibles,
ya en las ciudades y villas,
deben al cabo perder
la existencia fugitiva.





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FRANCISCO GÓNZALEZ GUERRERO [20.204]

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Francisco González Guerrero

Francisco González Guerrero (San Sebastián del Sur, Municipio de Gómez Farías (Jalisco, 3 de junio de 1889 - Ciudad de México, 7 de marzo de 1963) fue un periodista, diplomático y académico mexicano.

Estudios y primeras publicaciones

Realizó sus estudios en el Liceo de Varones de Guadalajara y en la Escuela Normal de Maestros de la ciudad de México. Fue cofundador de la revista Nosotros, la cual se publicó de diciembre de 1912 a junio de 1914. En dicha publicación participaron autores como Enrique González Martínez, Amado Nervo, Rafael López, Roberto Argüelles Bringas, Ricardo Gómez Robelo, Manuel de la Parra y Rubén M. Campos, de esta foma González Guerrero mantuvo contacto con los exponentes del modernismo mexicano.

Literato. Estudió en el Liceo de Varones de Jalisco. Se inició en la literatura fundando y dirigiendo la revista literaria Nosotros (1912-1914). Publicó poemas y crítica literaria en periódicos y revistas. Fue en 1930 cuando dio a la prensa su libro de poemas Ad altarem Dei, que lo consagró como uno de los mejores de su tiempo. En 1947 publicó un texto de crítica, Los libros de otros. Antologías: Sonetos mexicanos (México, 1945), Cuaresmas del Duque Job y otros artículos. Se encargó de la edición de la prosa de Amado Nervo en las Obras completas de Aguilar (Madrid, 1952). Su última publicación fue en 1962 la edición de las Poesías completas de M. Gutiérrez Nájera. Antes tuvo a su cargo los textos de Amado Nervo: Fuegos fatuos y Pimientos dulces, editados ambos por Porrúa. Persiguiendo un sueño (poemas inéditos) fue su libro póstumo en 1964. Fue Académico de la Lengua.

Época revolucionaria

En 1913 trabajó en la Secretaría de Comunicaciones. Una vez derrocado el gobierno de Victoriano Huerta y durante los acontecimientos de la Revolución mexicana, González Guerrero se desempeñó como redactor y director de periódicos en Yucatán y Puebla.

Administración pública y diputado

Radicó en la capital del país de 1918 a 1920, en este periodo fue director de las publicaciones del Museo Nacional y de la Universidad Nacional de México. En 1922 dirigió por un corto tiempo la Dirección de Educación de Jalisco y fue electo diputado al Congreso de la Unión de la XXX Legislatura.

Secretaría de Relaciones Exteriores

En 1925 se integró a la Secretaría de Relaciones Exteriores redactando y dirigiendo publicaciones. En 1936, fue enviado a la embajada de México en España como secretario adscrito, después fue enviado a La Habana y Panamá, llegando a ser encargado de negocios de forma interina. Poco después estuvo en Bogotá, y en 1939 fue enviado a Roma. En 1941, prestó sus servicios en Lisboa. Por motivos de salud regresó a México y en 1942 fue enviado a Guatemala, dos años más tarde se retiró del Servicio Exterior Mexicano.

Periodista y académico

Una vez retirado del servicio exterior se dedicó a la redacción y crítica literaria en Ediciones Chapultepec. Fue secretario particular de Luis Garrido Díaz, durante la gestión de este último como rector de la Universidad Nacional Autónoma de México. Fue director de la Imprenta Universitaria de 1952 a 1957. El 14 de mayo de 1954 fue elegido miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, tomó posesión de la silla XXXIV el 16 de febrero de 1955 con el discurso "Revisión de Guitérrez Nájera" el cual fue contestado por Alfonso Méndez Plancarte. Murió el 7 de marzo de 1963.

Obras publicadas

Ad altare Dei, colección de poemas escritos de 1912 a 1922.
Los libros de los otros: recensiones.
En torno a la literatura mexicana: recensiones y ensayos.
Editó la parte dedicada a la prosa de las Obras completas de Amado Nervo para la Editorial Aguilar, Madrid, 1952.
Persiguiendo un sueño, publicación póstuma de poemas en 1964.



F. GONZÁLEZ GUERRERO

AD ALTARE DEI
1912-1922
Editorial Cvltvra
M é x i c o
1930


                      Une petite porte d'or,
                      toute close sur le dehors.
                                  Van Lerberghe.




FLOR DE VIDA

ABRO a la vida el alma temblorosa, cual rosa
de nómades fragancias en un jardín de luz.
La abro para que beba la misericordiosa
linfa, perennemente constelada y azul.

La dejo abierta a sol y abeja y mariposa,
y al beso de los cuatro vientos de la inquietud:
al Poniente, al Oriente —oro y pluma preciosa—
y a los dardos del Norte y a los fuegos del Sur.

Y —oh supremo milagro de la ilusión !— en una
casta noche sin velos y ubérrima de luna,
me embriagaré de ensueño junto al dormido mar.

Y la Siempre Olvidada—que es dulce, y reverencio—
deshojará mi vida sobre el vasto silencio
cual ramo de azahares en la noche nupcial.




CATECISMO

LA juventud su breve catecismo,
letra por letra, me enseñó una vez:
—Corta las rosas, córtalas hoy mismo;
de su recuerdo vivirás después.




VÍRGENES

LA sed, el hambre, no sé
qué nos roe
                —dentro—
cuando las muchachas frescas
pasan junto,
               ¡tan riendo!

Cuando
               —fruta, linfa clara—
en vano hacia ellas tendemos
nuestra cóncava esperanza.

¡Oh las vírgenes de pechos
duros,
               que nadie ha tocado
sino las manos del viento!




MIENTRAS TU PRIMAVERA...

MIENTRAS tu primavera
ágilmente caminas
y vas, risueña y pródiga,
sin apreciar los días,
como si deshojaras
dóciles margaritas,
sé llena de ignorancia
mas sabia de alegría,
desbordante en amables
canciones, y florida
igual que tu olorosa
calleja de provincia.

Ardiente y solitaria,
eres la lamparilla
de un altar en penumbras
al apagarse el día.
Tus oraciones tienen
alas como sonrisas;
dulces preces a un tiempo
obscuras y sencillas,
hechas con un encanto
de gracia gongorina.
¡Oh palabras, palabras,
palabras que destilan
amor, como en embrujo
de esencias exquisitas!
Que suenen cual la música
de abejas, tan sabida,
cuando en tus generosos
rosales melifican;
pero que entre los labios
te dejen el enigma,
y a veces, repitiéndolas,
te quedes pensativa.

Por la floresta muda
de un sueño, tu alegría
se alejará cantando
quizá una tarde estiva;
volverás con el alma
coronada de espinas,
con el cuerpo cansado,
y una desconocida
ansia que siendo nueva
parece muy antigua.
Y te hablará la noche
con la sabiduría
de una anciana que ha andado
las sendas de la vida.

Que se tiendan entonces,
dulcemente solícitas,
dos manos cariñosas
—¡oh, si fueran las mías !—
para llevar tus leves
pasos a la escondida
soledad, vaso obscuro
de sombra y de caricia.
Que te espere un silencio
ancho, de piel felina;
como flor de reposo,
blanca alcoba tranquila
donde cierre los ojos
una lámpara extinta;
y que descanses entre
dos brazos defendida,
antes de que a la puerta
venga a llamarte el día ...





SERRANILLA

ENTRE las vaqueras
ella no tenía
sino su sonrisa.

No tenía nada
sino su tez de manzana.

No tenía nada
sino dos frutas sazonando
almíbar en la rama.

Nada
sino un racimo de uvas
y violetas ocultas.

Nada
sino lo que diera
con el gesto del que no da nada.

Yo tenía hambre.






CANTADORA

-BACHILLER en caricias, arcipreste
catador del instante que perdura,
sorbí en 1as rosas el vino celeste,
cabalgué en una noche la aventura.

Beso de la muchacha de voluntad mostrenca
que en la plaza de gallos está de cantadora.
ojo s lentos, sublimes pechos de pecadora,
¡carne ambarina y dulce como la miel en penca!




PASTORA DE VACACIONES

   1. Pinceladas.

FLOR del alba en lindo vaso,
la más blanca de la sierra;
lucero en fragante tierra;
alta espiga al campo raso.
Pastora de Garcilaso,
vaquera de Santillana;
del jardín de Dios manzana
—en regalo de serpiente —
asaz deleitosa al diente
hincador de buena gana.

La égloga de hoy, sin frescura,
mal espejo sin alinde,
si intenta, luego prescinde
de retratar su figura.
Lo hiciera, sí, el agua pura
del extático arroyuelo:
él copia a1 pájaro en vuelo,
la tez de la rosa clara,
y al amanecer la cara
flor de durazno del cielo.



   2. Retrato

Tesoro a las mariposas
y a la abeja gambusina,
fogata para la fina
danza de las chuparrosas.
Scila en rutas amorosas,
rubí de música, y casa
del placer en linde escasa.
Y luego en copas un vino
de luz al buen peregrino
que hacia Tierra Santa pasa.

Van por sendas pastoriles
de cencerros cantadores,
ambas movedizas flores
en olor de toronjiles.
La noche envuelta en añiles,
si huérfana de azahares,
para adornar sus altares
solicita la fortuna
de dos pedazos de luna
del Cantar de los Cantares.

Rotas nubes amatistas
de leche muestran las lomas
donde borrachos de aromas
tropiezan dedos turistas.
Por extraviadas pistas
irrumpe el viento en una ola;
música de barcarola
Pone en sus versos paganos,
mientras levanta en las manos
una estupenda amapola.



   3. Otra postura

Colegiala buena, mala;
pastora de vacaciones
que canta canta canciones;
Amarilis colegiala.
Ala frágil, ágil ala
a la suerte en los vergeles;
alabada de donceles
que —en hipotéticas misas—
con rueditas de sonrisas
comulgan hostias de mieles.

Entre sauces y pirules
pajarillo en escoleta,
y lectora analfabeta
de largos montes azules.
Como del asno a gandules
Panal vedado al hocico;
grano de sol rubio y rico
que el ave madrugadora
aflora, enflora, desflora
en el aire con el Pico.

Guardiana de indócil seno
que junta en hondos jardines
olor blanco de jazmines,
de violeta olor moreno.
Angel que anuncia el estreno
d e surcos primaverales;
arcángel de los umbrales
del edén, y en claro sino.
panadera del pan fino
de los banquetes nupciales.



   4. Envío

Pastora, a ti esta alabanza
que ansiara en versos gentiles,
por tu pequeño haz de abriles
frescos y en flor de esperanza.
Más de veras que de chanza,
tu voz hube en mis retiros,
Pues de la brisa en los giros
fui cazador en acecho;
e hice, a veces, de mi Pecho
trampolín de los suspiros.





MUJER

LA ojiverde doncella Melibea
—plata en la risa, en las palabras oro—
con su silencio, luz de meteoro,
hace el milagro d e la lira orfea.

Entre las musas décimo decoro,
tetas buidas que el cendal rodea,
pies co o lilios de claror febea,
danza al ritmo profundo de mi lloro.

Flagra mi voz en llama temblorosa.
Ella sigue el de flores largo imperio,
ambulante prodigio en alta rosa.

No derrumban esporas de sahumerio
vigilante virtud de esquiva diosa.
¡Oh mujer, reina y madre del misterio!





SÍNTESIS

LA mujer bella, desde la frente a los tobillos,
se envuelve con la mirra combusta en mi brasero.
Soy altar en que ríen graciosos idolillos.
Mañana seré templo para el dios verdadero.





CITA

EL alma espera, insomne Sulamita.
Ansiosa del amor o de la muerte,
el alma espera, puntual a la cita.

Lloro de viento, risa de agua, vuelo
de hojas... Ninguna voz, pasos de nadie.
Sobre las ascuas vivas, el anhelo.

Y esta sorda avidez de los oídos!
Y el tiempo, el tiempo que se quiere ir!
Y el corazón, ya loco de latidos!





SUEÑO

ESTOY temblando de un sueño
que no acaba en la vigilia;
olas obscuras de un sueño
sin orillas.

Se oyen golpear dos remos
alejándose en mi vida.
Del harén huye el Barquero
con mi ilusión favorita.





ADOLESCENCIA

LARGAS horas de lectura
en libros de encantamiento,
cuando afuera —en noche obscura—
escandalizaba el viento.

Romances de bizarría
—de Dumas— con su embeleso,
sorbieron al alma mía
el seso.

En conquista de alta prez
busqué en torno lances fieros
con la ayuda de los tres
mosqueteros.

Dulce insomnio. Noche fría.
Yo, con triunfos y derrotas.
La torre en vano medía
el tiempo con cuentagotas.

Recuerdo que en miel embarga...
¡Aun no sabía leer
la novela amarga y larga
de un corazón de mujer!





EL BARCO

PARTÍA el barco a la fortuna
de una bella comarca en flor,
donde en las playas hay alguna
diosa nacida entre blancor.

Fantástico, bajo la luna,
partía el barco tentador;
y las sirenas, una a una,
eran suave canción y amor.

Encerrado en el viejo muro
de mi torre, perdí el cantar
por miedo al naufragio seguro.
... Y el barco se alejó en el mar.

(Dadme el silencio más obscuro
para llorar... para llorar...)





PIEDRA BLANCA

¡MÁRMOL, serena carne de los dioses que fueron!
¡Mármol de sangre clara, mármol en que pusieron
        las formas áticas su luz!
Sé sobre el mausoleo la sonrisa más blanca;
en el bajorrelieve sé la gracia que canta
        y alado símbolo en la cruz.




REGRESO

Il ricordo é poesía, e la poesía
non é se non ricordo.
Giovanni Pascoli.


IBAN las calles sin saber adónde,
cayendo y levantando
hasta quedar dormidas en el campo.

Las casitas de faz con enjalbiego
estaban sin crecer un solo palmo.
(¿Proyectarían sus arquitecturas,
para ilustrar un cuento, los enanos?)

Recoletas. Caducas.
Sin embargo,
nada ha podido resistir como ellas
el telúrico baile del espanto.

Ellas saben las vidas paralelas
de la locomotora que se va llorando
y del burrito que vuelve cantando.

No verán su vejez en el espejo.
Tuvieron uno solamente, antaño,
que sustraído fue con la laguna
por malas artes de los ingenieros.

Ahora, al saludar (¿al hijo Pródigo?),
la sonrisa más franca de sus patios
se empurpuraba en el mantel del aire.

Iban las calles sin saber adónde;
yo, sin cómo ni cuándo.

Se oía, antes del turno de los grillos,
en el jardín, la banda del silencio.

Pero bajaba el cielo a dar sus ramos
como siempre en las varas de los plúmbagos,
y los naranjos,
antes pura la frente de azahares,
tenían frutos nuevos en Jos brazos.

Guardaba el farolero entre los bríos
el nocturno Camino de Santiago.

El colibrí epiléptico asumía
la inspección general de las fragancias.

Una montaña de cabeza blanca
remendaba las nubes del ocaso.

Los cerros
—avizorando—
se apercibían a cazar estrellas.

(Cerros grises, domésticos y mansos,
como los vi a mi puerta siendo niño.
Dios les pasa la mano
por sobre el lomo, en tardes y mañanas,
o los azota cuando está enojado.)

Iban las calles sin saber adónde;
yo, sin cómo ni cuándo.

Tras el roído portalón del huerto
cantaba, haciendo azúcar, el verano.

Al beber su refresco de arrayanes
el aire verde levantaba el vaso.

Dentro del corazón de las guayabas
un pájaro tenaz con su piqueta
buscaba los tesoros de Eldorado.

Despertó el celo de los garañones
del viento.
Por el camino en polvo iban al campo,
tras las yeguas retintas de la tarde.

Cortaba frescas rosas de sonido
—por tejer la corona del rosario—
la torre que sin éxitos de cuenta
vive poniéndole la cruz al diablo.

Iban las calles sin saber adónde;
yo, sin cómo ni cuándo.

A la altura del beso,
alzó una rosa cárdena el picacho.

Banderas desplegadas,
desfiló ante la noche un sindicato
de nubes.

En las fértiles sombras
empezaba la siembra de los grillos.

Las estrellas croaban en los charcos.

A mi encuentro salió, toda de blanco,
con el perfume que aprendí en mi novia,
la casa que el olvido está alquilando.

Retornaba el silencio de la noche,
los aperos al hombro, paso a paso.

Y Dios llegó en disfraz de peregrino,
con su nombre: Pasado.

Y mi niñez volvía,
militar y torera.

(Cabalgaba el rocín de la aventura
al margen de los libros no estudiados.
Rubias horas de sol, vistiendo seda,
esparcían mis ansias como nardos.)

La vocecita tenue de las cosas,
¡cómo se entraba al corazón cerrado!
Fluía por los surcos del recuerdo
continua y musical como un regato.

El viento se alejó con su mensaje.
Y atrayéndome a sí con dulce mando
—quedo en los labios el pueril lenguaje—
cada cosa  e habló: ¿te acuerdas cuando...?









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GIORGIO ANELLI [20.205]

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Giorgio Anelli

(Busto Arsizio-Italia, 1974). Poeta y escritor. Licenciado en Ciencias de la Educación con la tesis Tra burattino e bambino, Pinocchio alla ricerca della libertà. Ha publicado el libro de ensayos y poemas Parole che si infiammano tra le inquietudini della vita (‘Palabras que se inflaman entre la inquetud de la vida’, 2013) y el libro de cuentos Il cedro del Libano (‘El cedro del Líbano’, 2015).


(Busto Arsizio-Italia, 1974). Poeta e scrittore, è laureato in Scienze dell’Educazione con la tesi Tra burattino e bambino, Pinocchio alla ricerca della libertà. Ha scritto il libro di saggi e poesie Parole che si infiammano tra le inquietudini della vita (2013) e il libro di racconti Il cedro del Libano (2015).


La ferocidad humana (2017), de Giorgio Anelli

Traducción por Mario Pera



Jóvenes de vida

A las tres de la tarde los encuentro allí bajo los ojos de todos medio miserables
las chiquillas y chiquillos italianos que gritan y blasfeman a las Gallaretas
corren y se creen superhéroes
ese camino es su gueto como la botella de whisky y su dios
la codicia recíprocamente; no importa si la policía hace su deber
por menosprecio echarán leña al fuego embadurnando las paredes y verjas:
fuera los policías de las calles es su grito enloquecido rociado por spray.
Borrachos a los doce años, no tardarán en ocupar una
silla en el Cps rellena de drogas, harán cualquier robo
para enorgullecer a San Vittore con su hedor de vida o
violarán el cuerpo inocente de algún transeúnte desprevenido,
desprevenidos ellos también de haber sido dejados a rienda suelta
por madres y padres de la bella vida que fue, que no es más, que no será más,
y –si nos piensas– desde el ’68 en adelante, nunca ha sido



*



En la ciudad ahora sólo existen bares, otros bares, vinotecas y
locales veganos donde puedes reservar un lugar para la vida eterna.
Nuevos negocios abren y cierran al ritmo de una canción.
Te refugias en los supermercados si llueve, pasas la tarde del domingo en los
grandes almacenes donde encuentras de todo, excepto el sentido de la vida.
La soledad crees llenarla bajo las luces de neón o en el cineforum o
bebiendo en una mesa al aire libre cuando hay dos grados sobre cero.
Me hace falta todo una vez…
Ahora es la música que oscurece todo alrededor de tu mente y te acompaña en ningún lugar de tu ciudad.
Quisiera que se volviera atrás, que rechinaran todavía los carruajes,
para poder crear un nuevo manifiesto, único punto de inflexión
para un mañana siempre más negro, donde encuentras sólo restaurantes y
pequeños negocios chinos, masajes chinos, prostitutas chinas



*



De oídas


Secretarios de empresas chatean en su puesto de trabajo
para hacer una llamada telefónica erótica en el inodoro con
un desconocido que finge ser mujer distorsionando la voz y el coito
Por el mismo motivo, también los hombres se
hacen llamar por una lesbiana, quizás una noche en el almacén:
«pero no me llames más, pero, nos ponemos de acuerdo primero ¿ok?
Estoy casado, tengo una hija pequeña, ya estoy viniendo…»
Todo esto ocurre en el silencio incógnito
mientras malditos periodistas gritan patrañas al País,
decretando que la economía está en reactivación,
como los puestos de trabajo
Así Italia se desmorona entre chistes, dos dedos en la concha y una mano alrededor del coño





*



Sentado en la playita en Arona, transportado por un tren destartalado,
leo poemas de Simone Cattaneo miro la celulitis de las damas en traje y
el seno del que sobresalen pezones que amamantan.
Ninguna de estas mujeres será mía, pero algunas palabras de su poesía
me atenazan fuerte el corazón.
Luego la gorda risotada de un joven latino de mierda, con su música de celular,
interrumpe la magia. Quemo entre los dedos amarillos el enésimo cigarrillo



*



Gressoney

Relampaguea
la tormenta ruge
el valle está mojado e inmóvil
en el silencio como yo,
sin embargo escucho;
todo grita al infinito:
el lago, la floresta encantada
su dulce sonrisa de un tiempo,
la vanidosa historia de la leyenda.
Todo grita el corazón de la montaña
y es dramática la divinidad en el humano,
es luz bajo la lluvia



*



De cien versos
elegiré sólo uno
– como un lema –
a la cabeza de mi sendero.
E imploraré que sea respetado
sobre todo, por mi corazón y alma.
Déjame cuidar de él para que todo,
absolutamente todo,
coincida con el hambre de pasión.
Que no llore amargamente
lamentándome por haber perdido tiempo
en otras calles, rengueando como un vagabundo, inútilmente.
O cómo un falso hipócrita, como lo somos a veces todos.
Que el hambre de vida me haga cruzar
los mares tormentosos de la razón
y los campos de batalla de la realidad.
Que pueda alcanzar
la verdad que se levanta
para salir del rumor del fondo
y empezar a ver.
Que venza la tenacidad inmortal
contra la pereza,
que venza la tensión inmortal



*



Mi pecho se desmorona como la lluvia que tritura el asfalto
Todo está en silencio, nada me consuela
Quisiera lanzar un vaso contra la pared,
porque soy el hijo bastardo de una época enferma
de una Italia herida, maltratada,
de la gente  humillada

Así hay un inicio de luna en el cielo y no soy más parte
oscura es la noche, pero no sabes que cuando llueve de esta manera y todo cansada
Quisiera que me vengas a encontrar, quienquiera que seas




L’umana ferocia (‘La ferocidad humana’, 2017),
de Giorgio Anelli

(poemas en su idioma original, italiano)


Ragazzi di vita

Alle tre del pomeriggio li trovi già lì sotto gli occhi di tutti mezzi biotti
le ragazzine e i ragazzini italiani che urlano e bestemmiano a Gallarate
corrono si credono supereroi
quella via è il loro ghetto come la bottiglia di whisky è il loro dio
se la bramano a vicenda; non importa se la polizia fa il suo dovere
per dispetto rincarano la dose imbrattando i muri e le saracinesche:
via gli sbirri dalle vie è il loro grido impazzito spruzzato a spray.
Ubriachi a dodici anni, tra non molto occuperanno una
sedia al Cps imbottiti di psicofarmaci, faranno qualche furto
per inorgoglire San Vittore con il loro puzzo di vita o
stupreranno il corpo innocente di qualche passante ignaro,
ignari loro stessi di esser già stati lasciati a briglia sciolta
da madri e padri della bella vita che fu, che non è più, che non sarà più,
e – se ci pensi – dal ‘68 in avanti, non è stata mai



*



In città ormai esistono solo bar, altri bar, enoteche e
locali vegani dove puoi prenotare un posto per la vita eterna.
Nuovi negozi aprono e chiudono al ritmo di una canzone.
Ti rifugi nei supermercati se piove, passi la domenica pomeriggio nei
grandi magazzini dove trovi di tutto, tranne che il senso della vita.
La solitudine credi di colmarla sotto le luci al neon, o al cineforum o
bevendo a un tavolino all’aperto quando ci sono due gradi sopra lo zero.
Mi manca tutto di una volta…
Ormai è la musica che offusca ovunque la tua mente e ti accompagna nei non luoghi delle tue città.
Vorrei che si ritornasse indietro, che sferragliassero ancora carrozze,
per poter creare un nuovo manifesto, unica chiave di svolta
a un domani sempre più nero, dove incontri solo ristoranti e
piccoli negozi cinesi, massaggi cinesi, prostitute cinesi



*



Per sentito dire

Segretarie d’azienda chattano sul posto di lavoro
per farsi una telefonata erotica al cesso con
uno sconosciuto che si finge donna falsando la voce e l’amplesso
Per lo stesso motivo, anche gli uomini si
fanno chiamare da una lesbica, magari la notte in magazzino:
«non chiamarmi più però, ci mettiamo d’accordo prima ok?
Sono sposato, ho una figlia piccola, sto già venendo…»
Tutto questo accade nell’incognito silenzio
mentre fottuti giornalisti strillano frottole al Paese,
decretando che l’economia è in ripresa,
come i posti di lavoro
Così l’Italia si sgretola tra barzellette, due dita nella figa e una mano attorno al cazzo



*



Seduto alla spiaggetta di Arona, trasportato da un treno sgangherato,
leggo poesia di Simone Cattaneo guardo la cellulite delle signore in costume e
il seno sporgente di capezzoli che allattano.
Nessuna di queste donne sarà mia, ma alcune parole della sua poesia
mi attanagliano forte il cuore.
Poi la grassa risata di un giovane latino di merda, con la sua musica da cellulare,
interrompe la magia. Brucio tra le dita gialle l’ennesima sigaretta



*

Gressoney

Lampeggia
il temporale rumoreggia
la valle è bagnata e immobile
nel silenzio come me,
eppure ascolto;
tutto grida l’infinito:
il lago, la foresta incantata
il suo dolce sorriso di un tempo,
il vanesio racconto della leggenda.
Tutto grida il cuore della montagna
ed è drammatico il divino nell’umano,
è luce nella pioggia



*



Di cento versi
ne eleggerò soltanto uno
– come un motto –
a capo del mio cammino.
E implorerò che venga rispettato
innanzitutto dal mio cuore e dalla mia anima.
Che io ne abbia cura affinché tutto,
ma proprio tutto,
corrisponda alla fame di passione.
Che io non pianga amaramente
lamentandomi di aver perso tempo
in altre strade, arrancando come un randagio, inutilmente.
O come falso ipocrita quale a volte noi tutti siamo.
Che la fame di vita mi porti ad attraversare
i mari in tempesta della ragione
e i campi di battaglia della realtà.
Che io possa raggiungere
la verità che eleva
per uscire dal rumore di fondo
e incominciare a vedere.
Che vinca l’immortale tenacia
contro il torpore,
che vinca l’immortale tensione



*


Il mio petto cade a pezzi come pioggia che frantuma l’asfalto
Tutto tace, nulla mi consola
Vorrei scagliare un bicchiere contro il muro
perché sono il figlio bastardo di un’epoca malata
di un’Italia ferita, bistrattata,
della gente umiliata

Così c’è un inizio di luna in cielo e non ne faccio più parte
buia è la notte ma tu non lo sai che quando piove a questa maniera e tutto stanca
vorrei che mi venissi a trovare, chiunque tu sia









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ADRIANE GARCIA [20.206]

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Adriane Garcia

(Minas Gerais - Brasil, 1973). Poeta, teatro-educadora y actriz. Licenciada en Historia por la Universidade Federal de Minas Gerais (Brasil), especializada en Arte-Educación. Ha obtenido el Premio Paraná de Literatura (2013). Ha publicado Fábulas para adulto perder o sono (2013), O nome do mundo (2014) y Só, com peixes (2015).


Poemas de Adriane Garcia

Curador de la muestra Fabrício Marques
Traducción Agustín Arosteguy



La tela

Presa
La araña
Teje.



La Madrastra de Bobita

– ¡Bobita!
¿De verdad pensabas que feliz para siempre pararías
De manchar el papel con tinta?
¡Ah! ¡Bobita!
¿Tuviste hasta miedito de perder
El Don, Bobita?
Voy a tener que restregarte la cara en las piedras
Y mostrar en el espejo tu carne
Toda reventada:
¡Siéntate!
¡Escribe tu cuento de hadas!




Penélope en el último día

Esperar Ulises
Sin hilos
Esperar a Ulises cuando sin más no alcanzo sino

Mi aguja
Prefiero bordar, Ulises
Meter en el borde el rojo púrpura
Donde tal vez se bañe, oh, ¡no!
Encuentren para mí mis cabellos, esclavas
Preciso tejer de locura el furor que entre
Las piernas solloza: Ulises
Preciso aplacar el calor que aún ahora en el frío
Desnuda
Deshilé mis ropas…

Es mucho el tempo
Todo el tejido se pudrió…
Llévenme al mar.




El huevo

La Soledad colocó un huevo
Azul, grande, esperanzado

La Soledad soñó en ser
Para siempre acompañada

La Soledad incubó solita
Meses, años, siglos sin fin
Su mudo huevo malogrado.





De horror

La criatura escaló
Mi pescuezo
Y me clavó los dientes

Lo peor es que me gustó

En aquel tempo
Cualquier sombra
Era buena compañía.





Bella Despierta

Desgraciada, cuando nació
Un hada no fue invitada
Y arrojó la maldición terrible
Inversa a la del pobre rey Midas:
Todo lo que toques, arruinarás

No adormeció por cien años
Ninguna bendición acometida
Destruyó todo, era destino
Y estuvo bien despierta

Por fin ella misma tejió
En la rueca quebrada
La camisa de fuerza.





Dorothy en el espejo

Coraje, Dorothy.
Tienes un zapato rojo

Coraje, Dorothy
Tú puedes abrir la puerta

Coraje, Dorothy
También no creo en las brujas
Pero ellas no existen

¡Eso, Dorothy!
O entras o te quedas aqui
Paralizada para siempre, Dorothy
Mientras la nieve te hace estatua

Mira, Dorothy, del otro lado
Hay un espejo, enfrentá:

Eres tú, Dorothy, el bicho
Tú eres, Dorothy, el león.




El origen del agua

Dicen que los peces no tienen
Expresión

Los peces están todos
Tristes

Transitan por el agua
De acá para allá
De allá para acá
Con la constancia de
Cargar el mundo

Sin los peces
Tan tristes
Las corrientes
Cesarían

¿Nadie se pregunta
De dónde viene el agua?
¿Nadie desconfía
Que los peces lloran?



Natación

Maníaca
Quiso casarse y ser ama
De casa
Marido hijos vida común

Pero no puede entrar
En un lugar
Y ver acuarios

La casa entera inundada.





Cianhídrico

Sirena llegada a la costa
Expulsada expatriada
Fue a vivir en el navío náufrago
Sin nada

Apenas imaginaba

Si el canto funcionase
Y el hombre descendiese la escalera
Si el amor no se ahogase
Ni quedase pintado de azul

No sería la sirena ronca
Arrancando las escamas
De la cola.




Fronteras

Si yo entro en el mar
No me quieren porque
Tengo piernas

Si yo vengo para la tierra
No me quieren porque
Tengo cola

Antiguamente yo cambiaba
De color
Cual caballo marino

Pero oceánica bebí
El agua dulce de la canilla

Entré en el taxi hija pródiga
Y dije:
Siga para la Atlántida

El hombre me miró
Como se mira a una refugiada.





Esculturas vivas

Repare en las madres
Teniendo en la falda hijos durmiendo:
Pietás de carne y hueso
Cargando destinos.





Mandrágoras

En las profundidades escojo y recojo
Hay que ser muy hembra
Para saber labranza
Piedra, plaga, hierba dañina
Tierra que no ayuda, lluvia poca

Nada de lechugas, la hoja verde y suave:
Yo solo arranco tubérculos.



(poemas en su idioma original, portugués)



A teia

Presa
A aranha
Tece.




A Madrasta de Bobinha

– Bobinha!
Achavas mesmo que feliz para sempre pararias
De manchar o papel com tinta?
Ah! Bobinha!
Tiveste até medinho de perderes
O Dom, Bobinha?
Vou ter que te esfregar a cara nas pedras
E mostrar no espelho a tua carne
Toda arrebentada:
Senta!
Escreve teu conto de fadas!





Penélope no último dia

Esperar Ulisses
Sem fios
Esperar Ulisses quando sem mais não alcanço senão
Minha agulha
Prefiro bordar, Ulisses
Enfiar na borda o vermelho púrpura
Onde talvez se banhe, oh, não!
Achem para mim meus cabelos, escravas
Preciso tecer de loucura o furor que entre
As pernas soluça: Ulisses
Preciso aplacar o calor que mesmo agora no frio
Nua
Desfiei minhas vestes…

É muito o tempo
Todo o tecido apodreceu…





O ovo

A Solidão botou um ovo
Azul, grande, esperançoso

A Solidão sonhou em ser
Para sempre acompanhada

A Solidão chocou sozinha
Meses, anos, séculos a fio
Seu mudo ovo gorado.




De horror

A criatura escalou-me
O pescoço
E cravou-lhe os dentes

O pior é que eu gostei

Naquele tempo
Qualquer sombra
Era boa companhia.





Bela Acordada

Coitada, quando nasceu
Uma fada não foi convidada
E rogou a maldição terrível
Inversa à do pobre rei Midas:
Tudo que tocares, arruinarás

Não adormeceu por cem anos
Nenhuma bênção acometida
Destruiu tudo, era sina
E passou bem acordada

Por fim ela própria teceu
Na roca quebrada
A camisa de força.





Dorothy no espelho

Coragem, Dorothy
Tens um sapato vermelho

Coragem, Dorothy
Tu podes abrir a porta

Coragem, Dorothy
Também no creo en las brujas
Pero ellas no existen

Isso, Dorothy!
Ou tu entras ou ficas aqui
Paralisada para sempre, Dorothy
Enquanto a neve te faz estátua

Olhe, Dorothy, do outro lado
Há um espelho, encare:

És tu, Dorothy, o bicho
Tu és, Dorothy, o leão.





A origem da água

Dizem que os peixes não têm
Expressão

Os peixes estão todos
Tristes

Trafegam a água
De cá para lá
De lá para cá
No constante de
Carregar o mundo

Sem os peixes
Tão tristes
As correntes
Cessariam

Ninguém se pergunta
De onde vem a água?
Ninguém desconfia
Que os peixes choram?





Natação

Maníaca
Quis casar e ser dona
De casa
Marido filhos vida regular

Mas não pode entrar
Num lugar
E ver aquários

A casa inteira alagando.





Cianídrico

Sereia chegada à costa
Expulsa expatriada
Foi viver no navio náufrago
Sem nada

Apenas imaginava

Se o canto funcionasse
E o homem descesse a escada
Se o amor não se afogasse
Nem ficasse pintado de azul

Não seria a sereia rouca
Arrancando as escamas
Da cauda.





Fronteiras

Se eu entro no mar
Não me querem porque
Tenho pernas

Se eu venho pra terra
Não me querem porque
Tenho cauda

Antigamente eu mudava
De cor
Qual cavalo marinho

Mas oceânica bebi
A água doce da torneira

Entrei no táxi filha pródiga
E disse:
Siga para a Atlântida

O homem me olhou
Como se olha uma refugiada.





Esculturas vivas

Repare nas mães
Tendo ao colo filhos dormindo:
Pietás de carne e osso
Carregando destinos.





Mandrágoras

Nas profundezas escolho e colho
Tem que ser muito fêmea
Pra saber lavoura
Pedra, praga, erva daninha
Terra que não ajuda, chuva pouca

Nada de alfaces, a folha verde e suave:
Eu só arranco tubérculos.



http://www.vallejoandcompany.com/121-poemas-de-adriane-garcia/








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MARTIN GLAZ SERUP [20.207]

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Foto: Sofia Wraber


MARTIN GLAZ SERUP

Martin Glaz Serup (Copenhague, 1978). Es poeta y editor. Ha publicado siete libros de poesía, además de varios libros infantiles. Ha estado ligado a revistas literarias como Apparatur, Litlive, y Hvedekorn. Ha obtenido el Michael Strunge Prize y la medalla de oro por la Universidad de Copenhagen. 

Poesía 

Fredag, SMSpress 2014 (digt)
Romerske nætter, Tiderne Skifter 2013 (digtsuite) (udgivet Sverige)
Mandag, SMSpress 2010 (digt)
Marken, Edition After Hand 2010 (digt) (udgivet i USA, Finland, Sverige og Tyskland)
Trafikken er uvirkelig, Borgen 2007 (langdigt)(udgivet i Finland i svensk oversættelse)
4, adressens forlag 2005 (langdigt)
Borgmester Gud, Lindhardt og Ringhof 2003 (digte)
Travelling Salesman, adressens forlag 2002 (digt)
Shylas ansigt, Lindhardt og Ringhof 2002 (digte)

Ensayos y registros 

20/05/2014 (sm Hanne Kvist ), Kornkammer Small Press 2014
Relationel poesi [10] , Syddansk Universitetsforlag 2013
Mortens bog 2 , Kornkammer Small Press 2011
Mortens bog , Kornkammer Small Press 2006
Rejsen til Rügen (sm Thomas Oldrup og Lasse Lægteskov), privattryk 2004

Libros para niños 

Yana og Eliah (og mange andre børn) , Gyldendal 2013 (børnebog, illustrationer Lilian Brøgger )
Kalder alle nisser , SMSpress 2011 (julekalender for børn, sm Hanne Kvist )
Da bedstefar var postbud , Gyldendal 2010 (børnebog, illustrationer Rasmus Bregnhøi )
En spændende historie , Gyldendal 2009 (børnebog, illustrationer Cato Thau-Jensen )
Hvis.Du.Ser.Noget.Sig.Noget , Dansklærerforeningen 2007 (ungdomsroman, sm Hanne Kvist )
Sebastians monster , Alma 2007 (børnebog, illustrationer Lars Vegas Nielsen )
Virus , Dansklærerforeningen 2006 (billedroman, illustrationer Morten Voigt )
Skræp! , Gyldendal 2003 (børnebog, illustrationer Pia Thaulov )





La traducción del poema es de Sergio Eduardo Cruz.
http://circulodepoesia.com/2017/06/poesia-danesa-martin-glaz-serup/



VII

Escucho en la radio que el ministro danés de relaciones exteriores / Per Stig Moller/ ha muerto
entonces tenía cuerpo después de todo / es indiferente / para la economía danesa
la economía danesa no mata / a muchos ahora / o al menos no en Dinamarca
o al menos no fuera de los centros de cuidado

Quería leer un periódico gratuito en el tren pero la luz era mala / esa no es buen luz
soñé que había comprado una cafetería cerca del agua / todo brillaba en el sueño
como las lámparas en el metro que dicen brillantes AQUÍ / hemos puesto algunos metros más entre nosotros

Los trajes para nieve de los niños están cubiertos por fotos del tráfico / deben ser levantados a las cuatro /
hay autos de todos colores
qué piensas tú cuando ves todos los transportes / piensas que el mundo es un proceso asociativo
que las cosas pasan porque sugieren / algo más

pienso en las noticias en la tele y en la dificultad que presentan al ir de una / cosa / a otra
los interludios entretenidos deben volar suaves graciosos / pero casi no
la existencia les inhibe / incluso si se alcanzan a ver principio clímax y final

no me puedo ver fuera de esto personalmente / no ayuda / que los problemas sean banales
cómo acabará todo / eso lo sabemos / todo lo que conocemos / es al otro / a los otros / lo que hay en medio
es lo que tanto temo



Teksteksempel

Dét var et kedeligt seminar! / det regner
hver gang jeg ser et træ får jeg lyst til at skrive om det 
som det står sådan / i regnen

Jeg fik ondt i maven da jeg læste om de nye stramninger i avisen i dag
måske det bare var tømmermænd / jeg fik kvalme
man kan let komme til at tro at der ikke findes andet i verden end parforholdsproblemer / og pædofile

Værelset de har givet mig er koldt / men rigt møbleret
den første den bedste der bemægtiger sig telegrafen og nationaltrykkeriet kan styre en stor nation 
der er højt til loftet / og larm fra de andre værelser / vandet i rørene suser som gas

Jeg er til fare for alle de gifte kvinder jeg kender / fordi jeg er ulykkelig 
og det vil jeg ikke være / pludselig en dag sker det jo alligevel
snestormen alle vi taler med taler om rammer også vores hytte




Citat

Det var her jeg boede da jeg hos frisøren fik konstateret mine første grå hår
det var her jeg boede da jeg skrev min sidste artikel
med titlen Sådan går livet tabt og bliver til intet
hvorefter min mor døde
det var her jeg boede da boet skulle gøres op
og hendes lejlighed, der ligner min, skulle tømmes

Hvad stiller man op med sin mors efterladte sexlegetøj
man smider det ud
hvad stiller man op med det gule bord hun elskede
med den skårede suppeterrin
med klatterierne hun klattede sammen på et kursus engang
med brevene fra banken
man smider det ud
hvad stiller man op med sin sørgende søster
og sig selv og sin sorg
hvis det er det det er
et ubehag, en forvirring, en trang til at gøre rent hele tiden
hvad stiller man op med LIVET i sådan en situation

Klokken er 14, jeg skal snart ud at handle






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FERNANDO REIS LUÍS [20.208]

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FERNANDO REIS LUÍS

Fernando Reis Luís, nació en Monchique, Portugal el 22.1.1945. Licenciado en Gestión Bancaria. Ejerció las profesiones de profesor, bancario y delegado distrital de Protección Civil. Se inició en la escritura publicando cuentos y poemas, aún muy joven, en el "Juvenil", suplemento semanal del "Diario de Lisboa".

Escribió para diversos periódicos y revistas, fue corresponsal del Diario de Noticias y colaborador del diario “Barlavento” y de las revistas “Florestas”, “Prevenir” e “Protecção Civil”.

Muy ligado al asociativismo fue fundador e impulsor de diversas asociaciones ligadas al deporte, a la cultura, a los bomberos y a la política. Después del 25 de abril, fue candidato a la Asamblea Constituyente y fue elegido diputado a la Asamblea de la República en las primeras elecciones legislativas.

Su poesía se encuentra publicada en los libros“Teia”,  “A Seiva das Palavras” ,  “Nos Socalcos da Serra”,  “Marés & Maresias” , “Trezentos e Trinta e Três Tercetos”, ”Ipsis Verbis” e “Alquimia das Metáforas”. Figura en la Antología Poética “O Trabalho”,  en la colección de poetas algarvios “Terra Luz” e “Palavras de Liberdade” y en la colección "Mesturas", publicada en España.



Fernando Reis Luís, nasceu em Monchique, Portugal em 22.1.1945. Licenciado em Gestão Bancária. Exerceu as profissões de professor, bancário e delegado distrital da Protecção Civil. Iniciou-se na escrita publicando contos e poemas, ainda muito jovem, no “Juvenil”, suplemento semanal do “Diário de Lisboa”.

Escreveu para diversos jornais e revistas, tendo sido correspondente do Diário de Notícias e colaborador do jornal “Barlavento” e das revistas “Florestas”, “Prevenir” e “Protecção Civil”.

Muito ligado ao associativismo foi fundador e impulsionador de diversas associações ligadas ao desporto, à cultura, aos bombeiros e à política. Após o 25 de Abril, foi candidato à Assembleia Constituinte e foi eleito deputado à Assembleia da República, nas primeiras eleições legislativas.

A sua poesia encontra-se publicada nos livros “Teia”,  “A Seiva das Palavras” ,  “Nos Socalcos da Serra”,  “Marés & Maresias” , “Trezentos e Trinta e Três Tercetos”, ”Ipsis Verbis” e “Alquimia das Metáforas”. Figura na Antologia Poética “O Trabalho”, na coletânea de poetas algarvios “Terra Luz” e “Palavras de Liberdade” e na coletânea  “Mesturas”,  publicada em Espanha.



POETAS ALGARVIOS

SEM FIM

Eu, 
aqui presente                                     
sou o papel                                                  
que tudo consente.                                      
Tenho qualquer cor                                     
Pluripartidário                                             
sou do doutor 
do professor
do ditador
do vigário.
E faço de artista
malabarista.
Sou tempo
sou calendário
sou cartaz
escrevem-me Paz
e lançam-me à terra
no lixo
e na guerra.
Um dia, talvez, serei alimento.
Sou certidão de óbito
e de nascimento
sou o divórcio e o casamento.
E neste andamento
sou
o moinho de vento
para a criança
e sem parar 
sempre em andança
sou a escola
sou a bola
sou avião para brincar
sou passarinho sempre a voar.
E para ti
sou confetti
sou serpentina
no Carnaval.
Sou cartão e cartolina.
Sou apontamento nota notícia
Sou revista jornal 
panfleto
do fascista e do comunista.
Sou anarquista.
Dou ordens ao governador
ao patrão
e ao trabalhador.
Sou livro
Romance poema fotografia
Sou corpo nu.
Limpo o cu em cada dia
Não sou pedante
sendo importante.
Conheço a letra e os segredos
de todo o mundo.
Sou selo envelope cartas de amor 
e cartas de jogar
Sou a sorte e a fortuna
Leio a sina
Sou etiqueta mala maleta
Tela pala paleta
E sem gratidão e apelo
Sou fogo na lareira
sou cinza
sou pó poeira poalha
sou chão e sou mortalha.
E já imundo
suado sujo
não reformado nem amado
deixo este mundo.
Sou triturado reduzido misturado
sem compaixão
sou mal tratado diluído reciclado
sou transformado
mata-borrão
sou canelado
restaurado continuado
sou papelão
sou caixa
sou caixote 
sou caixão.

Enfim
Sem fim.

In: “Teia”, Arandis Editora





MAGNÓLIA

Agora que te vais 
Que contas tu
Dos beijos que se deram
Na tua sombra
Que contas tu
Dos abraços que se deram
Para sentir a tua dimensão

Que nos relembras de outros tempos franciscanos
Que viste
Que sentiste
Do alto da tua copa
Mirando todo o povoado

Que nos contas tu
Sobre as casas e as ruas estreitas
E os socalcos cavados na montanha
Para desbravar o chão
E fazer crescer os pomares de macieiras
 e os campos e os olhares

Que nos relembras das danças nas eiras
E dos cantares ecoados nos vales
Para alentar  os almocreves vencendo
Os caminhos pedregosos
No transporte das madeiras
Da cortiça
E da aguardente de medronho

Conta-nos como os serranos
Se vestiam ao domingo
E ornamentavam as ruas com rosmaninho
Para passar a procissão
Conta-nos como se juntavam nas madrugadas
Apanhando a espiga de trigo
E o ramo da oliveira

Conta-nos como era grande a feira
E muito o gado
Quantos eram os saltimbancos
E os trovadores cantando as desgraças
Conta-nos se alguma vez
Os vendedores  de banha da cobra fizeram um milagre
Ou se uma sina lida pelas ciganas bateu certo 
Ou como eram boas as bolotas torradas e o torrão de alicante
E divertido entar nas coloridas barracas
Dos espelhos curvos
Ou dos bonecos da cachamorrada

Conta-nos quantas joldras saíam a cantar
As janeiras e os reis
E quantas filhós e copos de medronho conviviam
Com o alforge na recolha dos molhes e farinheiras
E quantas eram as bebedeiras
Conta-nos também de outras bebedeiras
Que seguravam os pendões na procissão
Da quinta feira nas  endoenças

Relembra-nos os tempos
Em que as paredes eram pequenas
Mas as casas eram grandes na sua alma

E tu viste isso tudo
E agora que te vais
E levas muito deste povoado
Morre de pé
Que é como as árvores centenárias devem morrer
E deixa-nos a tua memória toda





ESTES SÃO OS FILHOS DE ABRIL

Mil vivas mil gentes
flores que já desabrocham                          
alvorada de sementes                                   
de cravos que são esperança                        
em manhã primaveril                                   
e nas mãos de uma criança 
florescem mil a mil.

Mil dedos mil mãos
mil cravos mil irmãos
são o crescer dia a dia
são o povo todo inteiro 
são o mundo que fugia
no seu país verdadeiro.

Nos cravos que os filhos trazem
mil bocas mil pombas 
mil esperanças no que fazem.

Nas fábricas e nos trigais
cravos mil muitos mil
como canções madrigais 
neste jardim Portugal
são o futuro
são Abril
num renascer imortal.

São a vida em país novo
são os cravos mil a mil
são os filhos deste povo
deste povo que é Abril.

Fernando Reis Luís, in TEIA, www.arandiseditora.pt





22 - TEMPO DE ESCOLA

A memória murcha no tempo
Das palavras repetidas
Das seis reguadas
E três ponteiradas
Trauteadas
Como os números da tabuada
Em lengalenga
Cantarolada todos os dias da semana
De manhã e de tarde

De fio a pavio
    Quatro e quatro oito
    Um biscoito
    Oito berlindes à “marezinha”
    Oito bonecos da bola à “palmadinha”

De trás para diante
    Duas vezes cinco dez
    É à vez
    Dez botões à “paredinha”
    Dez voltas ao “pé-coxinho”
    Dez marcas ao “poialinho”

Da frente para trás
    Cinco vezes dois dez
    E à “covinha” buto que se veja
    E estalo que se ouça

O regime do medo
    O som do ponteiro
    Ao canto o degredo
    As orelhas de burro
    A régua dura
    O ensino da ditadura

E o tempo a passar
   A recontar
      Duas vezes três seis
   A repetir
      Duas vezes três seis
   A trautear
      Oito e oito dezasseis

E lá chega a hora
Do recreio na eira
   A lançar o ring
   A menina do senhor doutor
   A  saltar à corda
      A Rosa da Toina e a moça da Benta
   E ao “apanha”
      O Zé da boina e o Patinha
   E ao “toca e foge”
      O Luís da canita e o Zé da Sanita
   E a “pular à uva” 
      O Broa e o Papa Açorda
   
   E ao pião “à nicada”
      O Biji-bitó o Ratinho e o Maló
   E nas macacadas o Xico Caretas
   A parodiar o Manel das Bufas Pretas

E toca a sineta

No regresso à tormenta
De novo a ardósia
Mil vezes usada
Ensebada e requebrada
Com lápis de pedra
   Mais uma vez a tabuada
     Duas vezes dois quatro
   Sem enganar
     Duas vezes dois quatro

E repetir

E repetir

E repetir.

24.02.02    
      


ASTRO REI

Só sei viver de frente para o sol
E abrir caminhos para a voz
Aqui nas veredas da serra

Só sei seguir os quadrantes
Para chegar a novas madrugadas
Tentando esquecer as noites

Cavalgo os pesadelos
E na manhã voltarei
Para ser como o girassol



PALHAÇO 304

Nasci do campo e da seara
Fizeram-me de palha
Vestiram-me de roupa às riscas
Como o forro do colchão
De outros corpos

Nasci listado longo e bizarro
Como a fantasia do riso

Fizeram-me para fazer rir
Mas eu também sei amar 
E chorar
Não sou apenas um títere
Movido por cordéis e engonços
Nem a minha cabeça é apenas um topete
Não sou apenas a pargana e a farsa
Dum espantalho sem alma
Não sou apenas um bobo em pantominas
Ou um fantoche manipulado

Sou um corpo atrás da máscara
E do meu sangue mesclado
Faço o diapasão dos risos
Não sou apenas a máscara
Nem as suas cores berrantes
Que me fazem extravagante
Absurdo
Melancólico 
Bufão
Provocador
Mendigo
Desajeitado
Vagabundo
Desastrado 
mímico 
inoportuno

eu sou a liberdade
eu sou a anarquia

eu sou o mundo dos sonhos infantis
que existiu nos reis e nos nobres
que me deram vida há milénios
desde o velho Egito dos faraós
desde a mitológica Grécia dos diversos deuses
desde a Roma dos césares conquistadores
ou desde a China dos imperadores
que sinto as multidões
e sou o centro da arena

mas tantos olhos me mirando
nunca perceberam que tenho uma cara
como todos eles
por detrás da máscara
e do alvaiade da maquilhagem
que detrás dos meus grandes olhos
eu também tenho olhares
que para além dum grande nariz de beberrão
eu também tenho cheiro e bebo
que para além de uma grande boca
eu também tenho fome

agora a arena ficou vazia
sem risos e sem aplausos

o místico caleidoscópio
que é o circo colorido
é apenas branco
como o meu tempo
e hoje estou só
na ausência do sortilégio do palhaço
sou apenas eu
e a espiral implacável do palco
do meu chão giratório
e do meu choro
na minha palidez sem tintas
porque não sou capaz de vestir outras roupas
para além da minha pele
nem sou capaz de me fazer rir
gastei todos os sorrisos com os outros
e nada guardei nesta deriva
nem um só arrebatamento de riso
nos meus lábios verdadeiros
para gastar comigo
em frente do véu do espelho
que vou atravessar
para me encontrar em mutação
por dentro da quimera da montanha.

6/5/2013



MERCADOR DE SONHOS 

Já não sou a horizontal simetria do silêncio
Ou as palavras acromáticas
Nas margens simbiontes 
Dum riacho inquieto fazendo o espaço
Na pulsão da alma e das árvores

Já não sou o sangue vagabundo
Ou a água que o partilha correndo
No meu leito salino de busca do infinito
Ou a distância das pulsações
Na trajetória na minha matéria efémera
De movimento pendular e perpétuo
Gastando o tempo 
No ritual instintivo da cadeia dos sentidos

Já não sou o esboço intemporal
Da contínua evaporação
Nublando o sol latejante
Ou a demanda dos antípodas
Como exílio mineral oculto
Da difusa luz arcana
Que faz a noite e as silhuetas
Habitando a minha sombra
No percurso pelos poros e pela medula

Já não sou a fúria diluindo a tarde 
Na distância dos gestos
Ou um barco à bolina 
Na infusão do nevoeiro e das penumbras 
Em alternativa dos vultos

Agora como o vapor da água
Sou do tamanho dos sonhos
Sob as pálpebras monótonas
Faço repetir o calor na manhã
Tateando cada lugarejo de ilutação
Para prolongar os instantes

Vou partindo movediço 
Nas calenas das ondas
E nas leivas incertas dos mares
Vou buscando uma ilha eremita
Ignorando que só os olhos a alcançam
Vou circum-navegando o espaço
Como velho lobo-do-mar
Redescobrindo o próprio corpo à deriva

Agora sou vagamundo
Em desconstrução da minha carne em fiapos 
Sobrante da amplitude dos segredos
E tento renovar a luminosidade das cinzas
Fundeando a nudez na convergência do chão



DANÇANDO COM AS BARCAS 

Agarro todos os sons libertos das marés
E rumo ao sul 
Guiado pelo sol e pelo fado

Aceito o sopro de todos os ventos 
Nas asas da minha nau 
E do meu corpo embalado
Na liberdade das aves marinhas
Que são donas de todos os mares
E das atalaias 
De todos os portos ancoradouros

Como se fossem sons de uma guitarra
Dedilho o cordame dos mastros
E com a música misturada no vento
Faço as voláteis manhãs
Como fazem as gaivotas 
Dançando
Com as barcas 
E as velas de lona

Desfaço as mágoas que trago como lastro
E assim resisto 
Às rotas contrárias
Mutando os açoites das ventanias
No bronze salgado 
Que me faz o rosto



PASTOR DE VENTOS 

Imune ao tempo que passa de raspão
Como o sol que se move lentamente para oeste
Sou pastor de ventos
Esfarrapados como as gualdrapas
Do meu capote de remendos e fiapos

Ao todo
Terei um rebanho de mil brisas
E mil nimbos
Em pastagens de vários quadrantes
Montanhas e lezírias
Que diviso de todos os azimutes
No meu lugar imago
De socalcos e rosmaninhos

Vagueio os olhos
Sitibundos pelos medronhais
Perdido nos impulsos dos instintos
Ouvindo os sons gemelgos
Das gaitas e flautas dos sopros do ar
Atraindo musas insondáveis
Que cantem comigo
As palavras
Criadas no vento                




ALQUIMIA DAS METÁFORAS


Só os poetas livres
Detêm a arte alquimica
Para fabricar o ouro das palavras



PROÉMIO

Escolho as palavras dos poemas
Adrede no espaço dos pátios da mente
Ou talvez não seja assim
E sejam as palavras a vir ao encontro
Das ideias avulsas transitadas
Adentro dos catalisadores dos sonhos

Atravesso a luz e as sombras
Nos ventos de inquietação dos tempos
E da sua simetria nas águas 
Decalcando o rosto no chão
Para burilar as ardósias da memória
Adrede na resina das claves
Das palavras dos poemas



EQUAÇÃO ALQUIMICA

Como renovador da vida
O AR
É o corpo mais o tempo
Na energia dos arquétipos do FOGO
Transmutando as sombras em luz
Como reações alquímicas
Catalisadas pelo sangue e pelos sonhos

E como tudo se transforma
A matéria não se esgota
Nas emoções do chão
Em metamorfose da TERRA
E dos impulsos dos corpos e das almas
De gente passando depressa

E a vida 
Filha da correnteza da ÁGUA sob as pontes
Diluirá os resíduos dos cadinhos
Como pós restando de nós
Em desequilíbrio nas retortas
Para fazer o éter da memória na POESIA
Como quinto elemento filosofal
Da fluidez das pedras do tempo



ALQUIMIA DAS PALAVRAS

O diamante
Não nasce facetado
Para refratar a luz

O ouro
Não é brilho de joias
Antes da arte do fogo

A terra
Não é chão arado
Sem o labor das mãos

O fogo
Não é chama e calor
Sem os beijos do sol

A voz
Não será poema partilhando a música
Sem a alquimia das palavras



A META É A MEMÓRIA

Partilhamos as letras
Através da poesia
E com ela construímos
Coisas simples no coração

Nas vias que o tempo
Oferece sobre o chão e o ar
Os olhos caminham
À frente do corpo

A meta é a memória
Que resta dos dias
Esboçando rostos nos espelhos
Para se evadirem nas noites





                        Escrever é respirar por instinto 
E reaparecer nos arcos da voz
Fazendo da palavra a hipótese para o verso



Os versos são palavras escritas
Com as tintas dos ventos
Sobre os instantes da pele




O mundo é o homem 
Em transição no espaço 
E desencontros solares



LUGAR DE SILÊNCIOS

Avesso aos vultos dos astros
Nego os artifícios dos sulcos nos labirintos
E habito verticalmente a quietude
Como refúgio durável de eremita

Na tribuna de lugar de silêncios
Faço o húmus da razão possível
E os gestos levados em flautas do tempo
Como os voos no rumo do corpo

Nas telas mitológicas dos afluentes do espaço
Reacendo a geometria das constelações
Na companhia do escuro das noites
E nas margens da manhã seguinte
Sigo a magia das jangadas da lua 
E das esporas do tempo
Em mutação efémera de relógios de sol



DUNAS GÉMEAS 

O vento soprará suave
Como manancial de perfumes
Espalhados em dunas gémeas

As mãos cúmplices da carne
Buscarão a terra enganadora
Como areia na ampulheta do corpo

A luz roubará as espirais do tempo
Em fogo nos lábios encontrados
No fulgor dos casulos dos rituais da noite

E a mente nos seus labirintos
Fará o delírio dos ecos do sangue
Nas tentações das miragens no deserto




NAS ALCATEIAS DOS VENTOS

O dilema do rumor das metáforas
Faz-se como o sumo de limão
Espremendo o esboço da alma
Um pouco para além do disfarce
Da máscara da razão das coisas

Depois a voz latente
Poderá não chegar a ser eco
E ser apenas o ruído das bigornas
Restando do poente dos gritos 
Capazes de agitar o corpo
Nos esteiros dos dilemas da mente
Levando-me nas alcateias dos ventos




ÍMPETO

Do cio das luzes no alvor 
As orbitais dos pés descalços
Ficam suspensas em tangentes na areia
Até que a rasoira das franjas do vento
As estilhacem nos subúrbios das dunas

Depois seguirei furtivo nas miragens
Para o vácuo das aragens do deserto

Aí abrirei sulcos pedonais
No tear da areia dançando
Em estilhaços nos lábios
Retornando ao ventre de virtuais oásis
Renovados no ímpeto do corpo à deriva no vento




NOVOS VOOS

Será que poderemos caminhar descalços
Sem o credo das bússolas mirando as torres
E ir e vir em ondas e ventos
Do mar para a terra
Do chão para a água
Sem encontrar deuses e duendes
Medos e máscaras?

E ouvir apenas a música
Dos ribeiros correndo nas pedras soltas
E os ventos ritmados nos ecos
Por entre as frestas das florestas

Será que o sopro nos canais dos dias
Entenderá a luz solar livre das nuvens
E que os reflexos lunares na noite
Apascentam o sono das aves agoirentas
Esperando os novos voos da alvorada?




O CHÃO

O chão é um espelho curvo e turvo
Onde o cristal é vidro fosco
Que se quebra pouco a pouco
Em mistura de objetos e imagens

Talvez possamos penetrá-lo
Como corpo material e fátuo
Ou como alma em simetria volátil
Na simbiose silvestre dos verdes da vida
Mediando os negros das noites ascetas

O chão descende das raízes em criação
Feitas da seiva imarcescível de miragens
Em câmbios com o ar e o sangue latejante

No chão descobrimos impulsos dos frutos 
Ou o altar onde se fazem magias
Na metamorfose dos sonhos
Transformados em máscaras de pedra
No poente da aragem do pó




PÓLEN 

Inseto errante e alígero 
Em rituais difusos na paleta
Desfazendo meadas na pujança do ar

Leva-me contigo em voragem
Pelos caminhos pendulares do espaço
Na amplitude das áleas do vento

Leva-me contigo em voo sem retorno
E deixa-me cair em vertigem
Nos meandros dos redutos dos carpelos

Como se eu fosse ritual de vida
Esperando os lampejos da fecundação
Do pólen latejante nos porões do ar




DISPERSÃO

Na clepsidra coleante do corpo 
As espirais descendentes
Da gravitação espacial
Esgotam o sangue e o sol

Dispersam o tempo no dilema do chão
Como se fosse lugar de sementes 
Ou caminhos de sombras e lume
Em rituais de mutações de relâmpagos

Na ilusão zenital do teatro dos dias
A substância do corpo cai a prumo
Abrindo as cancelas à reflexão do tempo

Na depuração os palcos dos abismos do chão
Convergem na carne e no sol
Em relógios de água e sangue
Em binómios de gente passando
Como matéria fluindo no ar




DANÇA DE AVES

Passaram os estorninhos no estio
Volteando híbridos nas formas
Como réplicas de espelhos
Em parábolas de miragens
Na mediação da dança do vento

Rituais de almas apoderadas
Num palco de tela surrealista
Fazendo a geometria dos sortilégios do céu

Renovação de esboços de rituais gentios 
Como sombras em danças tribais
No mimetismo dos olhares em festim
Cambiante em alcatruzes 
E voos em arenas dos abismos celestes




RASTILHOS

Em ponto e contraponto de impulsos
Corre sobre as nesgas da pele áspera
Um cavalo em galope fugaz
Fugindo de mim na aragem

Sigo o seu ínvio rumo de voragem
Em passo sobre passo
Enquanto posso nesta safra
De seguir em simbiose
Tentando manter o ritmo selvagem 
Da dança orbital com a ventania
Enlaçando nos braços um cavalo alado
Para prolongar os rastilhos da mente
Como semente
No tempo vegetal





TORNADOS

Partimos diluídos nos módulos da paisagem
Esquecendo os medos das galáxias
E dos estigmas das ruas noturnas

Terminamos sequiosos nos becos 
Em insónias continuadas nos bares
Imitando centopeias sobre o corpo

Atravessamos a gândara de espelhos
No brilho encostado aos olhos
Entre as fendas do breu no espaço

Penetramos os corredores da mente
Abrindo constelações de poeira
Fluindo dos restos do corpo

E na cal apagada do legado do chão
Se faz a matéria dos esteios da alma
Desconstruímos o vazio do céu na noite



PONTO DE ENCONTRO

Não é fácil
Continuar a esperar 
Que os amigos voltem 
Duma viagem sem fim

É assim que percebemos
Que o infinito
É o supremo destino
Do corpo voando nas nuvens

As pegadas que ficam marcadas no chão
Servirão o aço da memória
Continuando outra espera
Num lugar de sementes
Libertadas nas montanhas de origem
Como próximo ponto de encontro






Seguindo as sombras do corpo
Corro o risco de passar 
A ser a própria sombra no chão


II – TERRA


A poesia são os sulcos de sangue
Deixados pelas arestas das palavras
Na plasticidade da terra



Na vertigem do sol
O vórtice do movimento
Aponta teimosamente para o chão



NA VERTIGEM

O corpo existe na nudez das vertigens
Como momentos latejantes de refúgio
De um espaço em périplo sobre a pele

Rente à resina do chão
Transmutado em cal
Partilho o cenário do espaço finito
E os lampejos que sobram dos códigos da lua

Nos terraços da servidão das noites
Os ímpetos do cio das estrelas
Fazendo os esboços do corpo 
São a nudez etérea dos teares dos sonhos
Como despojos de lua minguante
No vazio dos diapasões 
Da vivência das frestas dos céus
Onde os olhos têm o poder
Alquímico das almas



EU TINHA UMA MONTANHA

Cada um terá sempre segredos
Guardados em baús na montanha
Idolatrada como o próprio sangue
Que lhe vem da terra

Apenas a voz livre
Será chave para abrir
Os seus mananciais de água
E os verdes caminhos
Levando os olhos
A ser olhares para além da floresta



NASCIDOS DO CHÃO

Lavro o papel pardo e inerte
Com o arado cunhando a voz
Bolinada nas leiras das lezírias
E até chegar à terra nua e virgem
Farei figas pelos pátios dos caminhos
Confirmando os desígnios místicos 
Dos elos do chão e da voz
Como lugar íntimo dos ecos
E vestígios dos ingredientes do pó
Levado na fúria dos sopros rasantes ao à pele

Assim reconstruo a seiva das palavras
E a hulha que será seu fogo e força
Na forja do novelo dos dias 
Fazendo a têmpera do aço ressoar
Destes versos nascidos dos vetores do chão



DO LADO DE CÁ 

Fechei os olhos na neblina
E parti a tato
Como se o espaço místico
Que me restou na retina
Fosse a minha câmara escura
Incorporada em todos os quadrívios
Das imagens difusas do lenho
Na fornalha dos fluxos da medula

Parti cadenciando os passos
Nas tangentes que se ofereciam
Na escuridão da incerteza do tempo 

Senti a distância como matéria volátil
Que se esvai na neblina dos dias

Senti que a teia das sombras é ressonância
Como utopia da luz desvendável
No lado de cá do espelho alucinado
Onde o pó se deposita como chão raso
Terminando a reflexão do sol



IDA E VOLTA

A ida e a volta são vertentes cíclicas 
Do mesmo balouçar no fulcro
Onde tudo acontece no meu sangue móvel
Em pontos de partida e de chegada
Como trens entre o nascente e o poente
Empenhados na busca dos tuneis da luz

Os espinhos que encontramos nos caminhos
São códigos nos labirintos do vento
Mostrando a vivência do rumo
Para os pés andarilhos de romeiros
Contrariando a força da gravidade



NAS FENDAS DO CORPO

Nas fendas dos redutos do corpo
Escondo o escuro das noites
E sigo sem me importar com os astros
E os enganos nos altares dos caminhos
As pálpebras escondem os postigos dos olhos
Para não ser vistos por dentro
Mas permitindo ver pelas fissuras
O curso da liturgia dos ímpetos do sol
Seduzindo as encostas
Para coito da luz e das sombras
Amancebadas em germinação dos dilemas
Das sinfonias dos caprichos dos dias
Em fusão nos realejos dos instantes











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DANIEL CHACÓN [20.209]

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Daniel Chacón

Daniel Chacón es un novelista y poeta latino, ensayista, editor y profesor.

Chacón recibió una Licenciatura en Ciencias Políticas de la Universidad Estatal de California en Fresno y una Maestría en Bellas Artes de la Universidad de Oregon.

Desde el año 2000, ha sido profesor en el programa bilingüe de Maestría en Bellas Artes de la Universidad de Texas El Paso. 

Sus escritos han aparecido en varias revistas, incluyendo ZYZZYVA, Americas Review, Bilingual Review, Colorado Review, New England Review, and Callaloo. Las obras de Chacón se han editado en California y Oregon.

Chacón está trabajando en una póstuma colección de los poemas de Andrés Montoya, homónimo del Premio de Poesía Andrés Montoya. 

Él es el co-anfitrión, con Benjamin Alire Sáenz de la KTEP -producción de radio y programa en línea de escritores y escritura, Palabras en un alambre "Words on a Wire". 

Daniel Chacón recientemente ha publicado la novela The Cholo Three (2017). Ha escrito Hotel Juárez: Stories, Rooms, and Loops (2013), el cual ganó el premio 2014 Pen Oakland for Literary Excellence y el Tejas NACCS Award para el major libro de ficción del 2013. Su colección de cuentos Undening Rooms ganó el premio 2008 Hudson. También ha escrito la novela And the shadows took him, y otra colección de cuentos Chicano Chicanery. Es editor de los poemas póstumos de Andrés Montoya, A Jury of Trees y coeditor of The Last Supper of Chicano Heroes: The Selected Work of José Antonio Burciaga. Su trabajo ha aparecido en las antologías Latino Boom; Latino Sudden Fiction; Lengua Fresca: Latinos Writing on the Edge; Caliente: The Best Erotic Writing in Latin American Fiction; and Best of the West 2009: New Stories del lado oeste de Missouri.  Chacón ha recibido The Hudson Prize, a Chris Isherwood Foundation Grant, The American Book Award, The Pen Oakland, y el Peter and Jean de Main Emerging Writers Award, entre otros.
Tiene un programa de radio Words on a Wire (http://ktep.org/programs/words-wire).

Premios 

Chacón ha sido el ganador del Premio Hudson, el American Book Award, un Christopher Isherwood Beca de la Fundación, y el Premio del libro Southwest. Su primera colección de cuentos, Chicano Chicanery fue finalista en el Premio ficción Patterson. 

Obras

Chicano Chicanery. Arte Público Press. January 1, 2000. ISBN 978-1558852808.
and the shadows took him: A Novel. Washington Square Press. April 19, 2005. ISBN 978-0743466394.
Unending Rooms. Black Lawrence Press. November 1, 2008. ISBN 978-0981589930.
The Last Supper of Chicano Heroes: The Selected Works of Jose Antonio Burciaga. University of Arizona Press. August 1, 2008. ISBN 978-0816526628. (Co-edited with Mimi Gladstein)
Hotel Juarez. Arte Público Press. March 30, 2013. (Arte Público Press)


Instrucciones sobre cómo no ser un turista

No te pares ante la tumba de Evita
Ni camines a través del Golden Gate.
No escales la Gran Muralla China sólo porque
Tripadvisor punto com dice que es lo que hay que hacer

No pelees para llegar al frente de la muchedumbre
Para ver más de cerca la Mona Lisa
No esperes un lugar apartado frente a la Fuente
De Trevi derramando tu ira sobre los demás

(y si frustrado no cruces la plaza hacia el Mc Donalds
y te atasques con comida cómoda)

No tomes una selfie con el espectacular de Hollywood
Sobre tu hombro para que puedas publicarlo en Instagram
Y decir: ¡Mira donde estoy!

Y hagas lo que hagas, no intentes y

HAZ COMO LOS LOCALES

A menudo son más aburridos que tú
encerrados en sus tristes habitaciones
escondiéndose de los turistas

No lleves una guía o un mapa
Deja que tu imaginación te lleve

Por el ritmo de las grandes ciudades
Como si estuvieras entrando en un poema.
¿Qué corredor? ¿Quién está improvisando?
¿Están flotando esos mosquitos en mi vino?
A la mierda. Nos los bebemos.

Escucha cómo la ciudad gime sus
Ruidos nocturnos de elefantes atrapados en el zoológico
Un perro ladrando a la distancia

A lo lejos

Alguien Canta.

Kafka llamándote a casa

Mira un gato en una ventana

Ve un árbol azotado por la brisa en un parque cuyo nombre olvidarás

Pasea por los cementerios
Donde la piedra es vieja como piedra

Escucha a las chicas judías hablando en Le Marais

Párate frente a una hermosa puerta
E imagina a todos los muertos caminando
Dentro y fuera Mira

Hacia un cuadrado de piedra donde un árbol solía estar
Y ve ramas brillantes
tan verdes y llenas que los fantasmas
de los niños juegan dentro

Y mientras te adentres en los jardines de la ciudad
Y te sorprenda la forma de la roca
Nada más que la roca Detente.

Mira fijamente

Mientras los gatos callejeros salen de los arbustos y te rodean
Buscando afecto y carne
La cara de la roca te está mirando

Como un niño Recuerda a los muertos          Recuerda
En tanto  la ciudad sabe         tu eres uno de ellos


La traducción es de Gustavo Osorio de Ita.
http://circulodepoesia.com/2017/06/poesia-norteamericana-daniel-chacon




Raskolnikov’s Horse
                                                              Ciudad Juárez, Chihuahua



1

Around midnight in my bed Kafka curled
inside my legs, I'm reading Crime and Punishment

when lights fall into a slow descending
dark. In the hallway I hear whimpering.

I get up to check, and I walk into a winter’s white
street with a lamppost and a man is beating

his horse, whipping her eyes and they bleed
and he kicks her in the head. Drunks spill

laughing from a tavern like roaches from a bag. They climb up
the carriage–the man yelling, Nag’ gonna pull

us all on a joyride or die! And I enter into Barcelona, night
2004, Barri Gòtic.

I’m wobbling through the howl and streets
tremble in fortunes and waiters

running red stained sangria glowing
on the faces of women. I see

an angry young man pulling his dog withering
in fear when the boy lifts the leash, dog curling into his own spleen

waiting for the blow. The boy yells and whips, and I hate him
and everyone watching not saying a thing.

In my bedroom, curled up with Dostoevsky and Kafka, I pull sheets
over our bodies. So said Tzara,

“Il n'y a pas d'humanité
il y a les réverbères et les chien.”


2

Pedro hid under our couch afraid to come
out even when I cooed.  When he crawled to me,
slow, tentative trust, I touched him
and our puppy got on his belly and peed.

My father killed Pedro after he pooped
on the carpet. He was never
trained not to, but my father believed he
shat to spite him, seeing a bitter beast full

of jealousy and hatred. So he kicked
him in the head. This Chihuahua puppy
stood 6 inches at most, and with steel-toed boots
his skull cracked and he flew and landed

on the floor, breathed two last breaths, puffed
up and died. My father took Pedro’s body
and wrapped it in newspaper, gentle
like he never was with the living.


3

Camus’ The Stranger’s neighbor
going down stairs with his dog, yelling at it.
Dog bares his teeth and growls.
They hate each other.
But when the dog gets lost in a crowd, the neighbor looks
for the dog in the city
all night long running through the city like
Solomon’s lover looking for his love. One

night, long after the dog has gone,
the neighbor stands at a window looking
at city lights, and he says, “J’espère que
les chiens n’aboieront pas cette nuit.
Je crois toujours que c’est le mien.”


And around midnight in Buenos Aires
I hear a dog barking
in the distance

a lo lejos alguien canta

a lo lejos.


and I wonder if
it’s Kafka calling me home.


4

My father
                        who died alone
                        was beaten as a boy
                        with a whip from Jalisco.
My father
                        showed us scars. See?
                        he said, that’s a beating. 
                        This is nothing!

My father
                        said, slapping

My face
                        whipping

My legs
                        with a belt.





Hidden Sound

I

That slice through the fabric of the ordinary
                the sheet   veil    fog
The pianist in the corner pounds it all out

                The pianist in the corner is my mother
                The pianist in the corner under lights

pounds pounds pounds all night long
my mother slapped Chopin
                the same shir
                                every night, and every night
at the same complicated chords
                she just couldn't get it.
                All night long the lost notes of Fantasie
running down the hallway into my bedroom
and my head    she messed up all the time
at the same spot   Fantasie  same song   Improptu
she slapped the keys with open hands and chaos
                clanking cracks of totem rolled into my bed

“and here it goes again
and here it goes again”

                One hand can slap seven
                keys
                                Bam Bam 


A hidden sound all her own
slicing notes, cutting clefs,
key pounding.



II

Under spotlights actors sing chorus girls
and boys dance in synch
and in the back corner of the stage
under a reading light the hands of
the pianist move across the keys.

A woman dressed in black
                                                       frightful red hair
turns the pages
so the pianist can keep going 
and going

“and here it goes again
and here it goes again”


III

Sometimes when they attack
several keys at once
or one gang of notes is leaving
and the right hand doesn’t know
what the left hand is doing
the notes arrive like Bulldogs carrying knives
and they fight
and “the ennui of apartments” becomes an arena,
until the death
and that's where it’s at.
That's where pain pounds on the door.




World of the Dead

“The dead don’t know / anymore than we do”
—Wisława Szymborska

Let the dead bury the dead Jesus said
meaning don’t think they’re angels
you can consult on matters of life meaning
incomplete they cannot complete you
meaning they’re rife with their own frights
Let the dead bury the dead Jesus said meaning

they can be self-absorbed sons
of bitches and the things they have
to do do with their own want and they want
a lot   the taste of beer the smell of sex
Don’t even talk to them They can’t see beyond self
and they’re not here to help

Your business is not their unfinished task   you’re not why
their energy hangs back They don’t give a howl
about you The reason you cry into your hands
means nothing to them   They’re not saints
and though this may be hard to take they are

demons by any other name who make big deals
about themselves not you   what they need
and it‘s pretty petty at that   My father craves 7 & 7
after 7&7 watching girls who’ll never love him dance
My mother stares through the window worrying
her wisteria will wither in the scorch of an Indian sun

I won’t disrespect them but they need to put themselves
to rest Let them find their own peace They can only
drag you down into the world of the dead
and it’s the same damned world

you’re in now only sadder



Imagination Exam #1

What do you see when I say
         A black guy on a skateboard
A Mexican chasing his sister down a hill
A boy surrounded by dogs
Dr. Herrera holds a stethoscope to the chest of a young brunette
Shirtless boys stand on the roof of a house as the sun falls over São Paulo
Street lamps and dogs
A bridge only the dead walk across
¡La gente unida jamás será vencida!
An archer shoots an arrow into the face of God
Women walk into the forest of night
The mayor’s daughters are looking at the moon!
Children forgotten in a hot car, strapped to seats
A violent storm. A wicked storm. Terrible.
Sandy in tennis shoes pulling socks to her knees

An overheard conversation:
Do you miss the river?
I do. I do.

A chicken screaming before Diana chops off her head
Your brother waving as he gets into a white van.
Thirteen candles burn in the eyes of a crow
Les yeux ne t’appartient pas. Ou les a tu pris?
A pile of heads on the side of the road
(or maybe they’re stones)
If there’s a wall as old as your city, there will be faces inside of it
jealous of your legs

Storm still.

Sometimes when walking after hours down the halls of the school,
you think there’s a pirate following you
Diana’s ankle as she steps into the house where you no longer live
The last thing you see before you fall asleep at the wheel of your car
The blur you see when you wake up

Storm still.





Daniel Chacón - Poetry

Daniel Chacón is a new poet and an old fiction writer. He’s the author of four books, including Chicano Chicanery, Unending Rooms and the novel and the shadows took him. His latest book is Hotel Juárez: Stories, Rooms and Loops. He has been awarded the Isherwood Foundation Grant, the American Book Award, and the Hudson Prize. He teaches in the MFA program at the University of Texas, El Paso. He is co-host of “Words on a Wire,” a talk radio show about books. He is currently working on his first book of poems, tentatively titled Kafka Calling Me Home (Kafka’s the name of his dog). His website can be found here. 


Daniel Chacón interview, with John Hoppenthaler

Daniel, after many years of penning highly-regarded, well-reviewed prose, you’ve turned your hand to poetry. Why this craziness?

I think turning to poetry was inevitable. When I started writing fiction, my prose—although as pithy as it could be at the time—was much less language-driven and had more emphasis on story and character. As I started to develop my own voice, my own esthetic, I found that language could lead me into a story, could in fact take the story to places I had no intention of going, that language could even create an anti-story. With my collection that won the Hudson Prize, Unending Rooms, not only did some of the stories surprise me, but some of them ended up being pieces that couldn’t rightfully be called stories, so I had to make up terms for myself, “loops and rooms,” which I used as part of the title for my next book of fiction, Hotel Juárez, Stories, Rooms, and Loops.

I remember an interview with Don DeLillo in the Paris Review. He said that he’s more than willing to allow the language of the story to take over. I’m paraphrasing, but as naïve as I was back then about the craft, as new as I was to writing fiction, I felt like I was hearing something ground breaking. I was blown away. I learned to allow the language to lead the story, but I also learned how to not let the language take over the form like a demon and create something no one could understand.

One must learn to negotiate impulse and restraint. One must learn to not let duende, which is born of rhythm and sound, completely possess the spirit of the work.

I admire fiction writers such as Toni Morrison and Garcia Marquez, those who allow their language to lead the narrative into irreal landscapes. In the novel Jazz, Morrison is describing the city and suddenly we see a man playing the saxophone falling out of the sky. Who gets away with that?? Because her language in that novel is itself like jazz, it can go anywhere. Readers accept that a man playing the saxophone can fall from the sky. 

Also, I have a radio show called Words on a Wire. I read a lot of books of poems and then have the poet on the show. I can ask him or her anything. I've interviewed such great poets as CD Wright, Philip Levine, Mark Strand, Camille Dungy, and you, just to name a few. I get to ask anything I want about the book I just read. It caused me to not only enjoy poetry more, but to understand the process, and in the process, I learned that I love poetry. Frankly I'm not sure I’ll ever write another book of fiction.


What are your influences as a poet, and how do they (if they do) differ from your influences as a fiction writer?

I'm influenced by almost every poet I read, and that’s why I avoid reading poets whose language or aesthetic do not contribute to my poetic development. I love reading the poems of Borges, who is also a great influence on my fiction. The Texas Review of Books called me “the Borges of the border,” and although I wouldn’t make such a claim, el gran Borges has been one of my greatest dead teachers. I have listened over and over to his Harvard lectures on the craft of Poetry, on the metaphor, and have studied his work and other talks he has given.

Other poets that influenced me are the ones I mentioned above, those I have had on the show as well as young poets like Barbara Jane Reyes, Lee Herrick, Sherwin Bitsui, Brian Turner, Eugene Gloria. When I read poets I admire, I learn their techniques. Take Patrick Rosal. I love his fast rhythm. I love how each poem decides whether or not it's going to use punctuation and how fast the poems can be read. With Mark Strand, I love how the language can lead you into any situation, "real” or not, that what really matters is where the poem wants to go, not where the mind or logic wants to go. I’m a big advocate of poetic logic. Like most poets, I admire the music and the images of Lorca. Ed Hirsch has been a great influence on me as well, not only his poems which are fantastic, mystical and grounded at the same time, but also in his books about poetry. He’s one of the most important living poets, and I was happy I got a chance to interview him on the radio show.

I love the stories and character depth of Patricia Smith; I love the precision of Tracy K. Smith, I love how Natalie Diaz creates a painting with each poem, but the general answer is I am influenced by any poet who writes a good line. The line, the line, the line.

I’m in love with the line.

I’m like a coke addict. I love lines.

A good line in poetry is like a good paragraph in fiction: even though it belongs to a larger piece and the impact of the work cannot necessarily be understood outside of the entire work, the line should be self contained. I love to read a line that can be lifted from a poem, like a tune from a song. The philosophers say music is the highest form of art, and that makes sense to me, but I think poetry is second in line. You cannot paraphrase a great poem anymore than you can summarize a Bach fugue or a Chopin étude. 

You have to be there, in the poem, in time, experiencing it. I find that very beautiful.


As if poetry were not enough, you’ve lately made some appearances as a stand-up comedian! Again, why this craziness? What has the experience been like?

The fact that I’m dipping into standup comedy seems just as logical as my plunge into poems. Standup is a writer’s medium.  Of course, there is no standup comedy without performance, and a good standup comic must be able to deliver their lines with variety.

However, it’s a writer’s medium. The successful comedians write every day. They are disciplined in writing, whether they feel like it or not, whether they feel a premise is going to pay off or not, and that’s much like the poet and the fiction writer.

When I commit to writing a poem, I may not know what it's going to be like, or even what it's about, but I feel an impulse to follow an image and to breath language into a poem, to watch it come to life. Standup comedy works the same way. When a premise occurs to a comedian, whether or not the joke is there, whether or not it's even funny, they write it down. They follow that premise and keep going over it until they find the joke, or until the joke reveals itself.

In an interview, Ellen Degeneres, one of the greatest female standup comics of our time, says that she heard that penguins mate for life. She didn't know why, but she knew there was a joke there somewhere, so she wrote it down, “Penguins mate for life.” Later on the joke revealed itself, and onstage she said, “Of course penguins mate for life. They all look alike. It's not like you're going to find a better looking penguin.”

Doing standup in LA was probably one of the most intimidating things that I've ever done in my life. It’s getting easier, but it’s scarier than anything I’ve ever done, and exhilarating, too. I've been a fiction writer for years, and I've done many readings at colleges and universities and community centers, and I know (all writers know this) the audience is not only willing to laugh, they want to laugh. A writer can get behind the podium and say just about anything and the audience will laugh. And even if they don’t laugh, it’s okay, because you’re not there to make them laugh, and you just look down on your book and read another story, read another poem

But being funny at a reading, like Philip Levine, who is quite witty and always makes his audience laugh, is not the same thing as doing standup comedy. You're walking into an audience that expects to laugh. They are there to laugh, and they expect you to be funny, and you better be. Also, there’s always members of the audience who think it’s okay to heckle, to yell, “You suck!” or to contribute to your joke. Imagine if it was like that for poets. You’re reading a poem and people in the audience start yelling at you, they scream, “Get off the stage!” or they think they can enhance your lines by yelling out their own. Who would want to do a poetry reading under those circumstances?

But why the craziness? Why did I get up on stage and am still getting up on stage and telling jokes? 

I'm working on a book about standup comedy, and I didn't feel like I could really understand what it feels like to get onstage to make people laugh unless I tried it myself. 

The first time I went on stage, I murdered. I've done it several times since then, and I’ve often bombed, and I’ve often done pretty well, and a few times I killed. Comedians say it takes about a year or two before you find your comedic voice, and it's been less than a year for me. I don't have my voice yet, and although I record every show I do, I am not yet sharing them on YouTube or social media. I’m still at the draft stage. I'm looking for my voice, the rhythm, and I'm constantly writing jokes. I should say I'm writing “routines,” as I'm still studying joke structure and have yet to write many jokes in the conventional way. In an interview, Roseanne Barr says that she would get on stage for a long time, perhaps over a year, and bomb. It wasn't until she found her rhythm that she knew everything was going to be all right. She compares standup to jazz, and she's not the only one to do so, because there is an improvisational aspect to standup comedy and it’s about the music, the language, the rhythm. Standup comedy, like Jazz, is a uniquely American art form. But it’s getting popular worldwide.

Also, drinking alcohol and standup comedy are bedfellows, and sometimes you get some pretty bad fellas. They get louder the more they drink. And dammit, you better make them laugh. If you don’t, they’ll boo you or worse.

A couple of times that I got onstage, I didn't bring material in the sense that I knew what I was going to talk about, but I wanted to interact with the audience. Overall, when you're on stage holding the mike and people are looking up at you expecting to laugh, your relationship with that audience is number one. It supersedes everything. No relationship, no laughs. It doesn't matter how well-crafted the jokes might be. I find that challenging.

In standup, when you bomb, it hurts. But I even love the hurt, because it teaches me more about the craft.


You’ve also been on the road these past months, plugging your latest book, collection of stories, Hotel Juárez: Stories, Rooms and Loops, published earlier this summer by Houston's Arte Publico Press. How’s that all been going? What can you tell us about the book?

The book is doing very well, perhaps my most critically acclaimed book to date. It has received excellent reviews, and I just found out (I haven’t even announced it yet) it has won the Pen Oakland award for fiction. It's perhaps my favorite book so far, because it is the kind of fiction that I like to read. Many of the stories are incredibly short. Some of them are very long. And even though they’re not connected stories, there are loops within the stories that lead back to an earlier idea, an image, a rhythm. I don't tie images together from one story to the next in terms of plot or theme, but simply in terms of energy.

I took a year to travel wherever I could to promote the book, including a reading in Beijing, China, which was a fantastic experience. It was at The Foreign Language Institute, so all the students were studying English. They read the stories ahead of time, and after my reading, they had some interesting questions, like “What is a cholo? What is a lowrider?”


Daniel, you seem a restless sort to me, always on the move always experimenting. Is that a fair assessment? If so, how does this restlessness factor into your work as a writer and teacher?

I travel a lot. I'm always moving around, and even when I live within a particular city for a period of time I tend to move from place to place. This may be restlessness, but I prefer to think of it as living life in a metaphorical tent. I like to be free to go east or west or south or north, wherever the wind takes me. I like to be able to pull up the tent stakes and go to the next place. My home, to quote the title from Carlos Bulosan, is in the heart.

My father, before he died, was reminiscing about my childhood. He laughed as he told me that they had to lock the doors of the house because I would get out and start walking. I walked down the street, as if looking for something. In a sense, I'm still like that. I love to travel to new lands. I love to walk into new cities. But I don't travel in the sense that most people think of travel. I don't put on a backpack and go from city to city, two nights here, three nights there. I don’t hold a tourist map and a list of all the things I want to see in a particular city. I rent an apartment, and I stay somewhere for months at a time. I live as if I lived in the city. I walk the streets without a destination, and I love how cities reveal themselves. They have characters. They have personalities, they have spirits, and they can lead you. Everything I do contributes to how I write and how I teach writing, but I don’t go to other places to write about them. I just go, and then perhaps years later the lands might appear in my work. In Hotel Juárez, I have a story called “Mais je suis chicano.” It’s based on an experience I had when I stayed in Paris. I rented an apartment in a plaza, and whenever the Arabic homeboys who used to hang out there saw me, they said hi to me, or the French equivalent of Whass up? I got to know some of them and I saw how much like Chicanos they could be. I was able to get a glimpse of Paris through their perspective. 

The book of poems I’m working on is titled Kafka Calling Me Home. Kafka’s my dog, and when I’m in a city at night, far away from him, and I hear a dog barking in the distance, I always imagine it’s my own. He’s calling me home.


In an interview in the El Paso Times, you are quoted as saying, "I was a California writer but finally I'm at a point where I'm an El Paso writer. The landscape here is so powerful; it's hard not to be influenced." I was lucky to have had the opportunity to have visited El Paso to read at your school several months ago and was struck by how incredibly different that landscape really is, how the landscape of my poetry so stands in contrast to that of other poets and how this resonates in each poet’s work in unexpected (as well as expected) ways. How long did it take you to interiorize that El Paso landscape and how does it reveal itself, now, in your work?

I think the El Paso/Ciudad Juárez landscape has always been inside of me, but it took a few years for me to uncover it, or to let it come out in my language and in the images that strike me. My grandparents are from this region. In fact, when I moved to El Paso, having come here from California, I discovered I had over 50 cousins that lived in the city, cousins whom I had never met. If you look at my last name, and you look at the phonebook in El Paso, you will see hundreds of Chacons. In fact, I think my last name has its origins in Chihuahua, the Mexican state that borders El Paso.

By coming here over ten years ago, it was as if I were returning to my family's homeland.

I always say (and have yet to be contradicted) that if you are a Chicano, you will have relatives in El Paso or Los Angeles or both. In many ways El Paso is the Chicano homeland. I don't plan on writing about a place. Like I said above, when I travel somewhere, I don't go there to write about it, but inevitably it comes out in the work. Even if it's years later. It took me ten years of living in El Paso before I started writing stories set in El Paso. But it wasn't a choice on my part. I didn't set out to write about El Paso. But it became a part of me and how I see the world.

Hotel Juárez is almost entirely set on the border, the twin cities of El Paso, TX and Ciudad Juárez, Chihuahua, with some stories set in Paris, Buenos Aires (a city I know very well and have stayed in for long periods of time), and even Poland. In the book of poems I’m currently working on, in which the ones published here will be included, a lot of the poems are set in El Paso/Juárez or evoke the twin cities.


Heard any good jokes lately? These days, we could all probably use one.

Not really. But if you have one I’d love to hear it. But be warned, I might use it in my act. Good comedians borrow. Great comedians steal.









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LENA CARRILERO [20.210]

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LENA CARRILERO

Lena Carrilero (Cabra, Córdoba, 1994). Estudiante de Filosofía en la Universidad de Sevilla, ha realizado intercambios en la Universidad de Génova (Italia) y en la Universidad Nacional del Litoral (Argentina). De forma paralela a sus estudios, se ha dedicado a la poesía y a la música. Como cantautora lleva en los escenarios desde los quince años. Ha realizado tres giras por España, dos de ellas con otro cantautor bajo el nombre de ‘Los Flacos’, y una por Sudamérica, así como en algunos festivales y actos benéficos.





DICEN

Dicen que tienes que pasar
tu vida besando bocas
hasta que encuentras ‘la boca’
que da el beso que todo lo borra,
que todo lo cura,
que todo lo sabe
y todo lo dice sin hablar.

No sé si cuando leas esto
habrás pensado en la mía,
ni siquiera yo sé si he besado
suficiente o demasiado
como para encontrar respuesta
a estas preguntas,
pero como siempre que hablamos
del futuro es desde el presente,
hoy sé que tu boca
es ‘la boca’ que yo buscaba
en este texto,
y en lo que queda de mi corazón
desde que lo hiciste tuyo,
desde que besaste esta boca
que ahora y
para lo que queda de mi vida,
te pertenece.




La persistencia de lo que recuerdo de ti.

                 ''Supe que seríamos grandes
                   cuando le pedí la hora y me ofreció el reloj.''

Yo no he dejado de extrañarte,
igual que no he dejado de beber
ni de pensar que hundirse
es otra forma de salir a flote.
Los golpes no consisten
en ser recibidos y apaciguarse,
más bien en observarlos
y sacar conclusiones
que nos rebelen la extraña coincidencia
de coincidir ahí y antes,
como si el mañana
fuera un ente lejano
que nos mira ajeno
a este aquí y ahora,
y que nosotros añoramos
minuto tras minuto.

En algún universo paralelo,
tú y yo nos hemos querido
como si fuese ese aquí y ahora,
y en ese intento de atraparlo
se nos ha derretido
en estas manos
que son fuego y a la vez ceniza,
pero no presente,
ni instante,
ni quizás mañana,
quizás entonces
porque fue antes,
pasado en la memoria
prescrita de ayeres.




Introspección.

A pesar de mi escasa edad
he visto marchar
demasiados trenes
con resignación,
también me he quedado
a la espera de intentar
ser quien era
o aceptar cómo soy.
No he buscado jamás
hacer daño a mis seres queridos,
cercanos o lejanos,
pues la distancia
solo fue un punto de fuga
por donde se escaparon
los sueños,
y a veces los años
en tiempos difíciles.
Resulta asombroso
desgranar cada trozo de cielo
que saboreé cuando no sabía
que el infierno existía,
por eso
me mantengo fiel a la suerte,
si me dicen:
''Eludir decisiones
no es una buena vía.''
Las moralejas de cada historia
no suelen llamar a mi puerta,
pero una lección
he aprendido de ésta:
No abras la puerta
sin querer que entren,
cierra bien las ventanas
si pretendes salir.




Vanidades banales.

Soy un arlequín, un trapecista saltando al vacío,
la lluvia de abril huyendo de amores y mares baldíos.
Soy la mitad de las mitades que llevan tu nombre,
la escasa piedad que guardan los tristes
cuando recuerdan tiempos mejores.

Tú el pentagrama borrando las líneas,
en Clave de Sol provocando mi arritmia,
si hubiera tenido las luces de haber aprendido solfeo,
Morfeo estaría aturdiendo a otro reo en la noche.

Pero qué hacer ahora si esconden tus mangas
pinceles cual ases, pintando bocetos
de mi caricatura en lienzos feroces,
no toda luna nace sabiendo
cómo atraer en silencio a las fieras.

Tengo ganas de llorar espinas,
a ver si así crecen flores,
crucificar en mis labios tu iris,
descifrar los enigmas que invento en tus sueños.

Quizás ha llegado la hora
de enterrar el cadáver que habita estas páginas,
y hacerle justicia a cada palabra de odio o de amor
que pisó por nosotros los suburbios del infierno.

A veces me pregunto cómo pude resumirte en un poema,
el secreto está en utilizar metáforas
comparándote con la soledad, la muerte y la vida,
que vienen a ser lo mismo que tus ojos.



Penitencia bajo llave.

El beso de Judas,
el puñal que clavó Caín
en la piel muerta de un Abel herido 
por su propio orgullo,
la piedra de David a un Goliat
que demuestra cómo la debilidad
puede ganar terreno a la fortaleza,
la sangre de un cáliz
vertida en la boca que roza el pecado,
las semanas no santas 
que pagué a tu lado ante tanta desdicha,
los mordiscos de amores que dejan cicatriz,
el aire que falta y cubre 
espacios vacíos que reclama el viento,
la sed insaciable que bebe mi sed 
y escupe silencio.

Me sobran miradas que rompen cristales,
impaciencias que alcanzan 
la quietud de la noche,
me faltan motivos,
me mecen las nubes,
me invade el recuerdo.
Hoy sopla la arena 
sobre un mar de caídos,
la tierra de nadie es tierra de todos,
habitada por lobos que se nos parecen.

'Quiéreme', fue lo último que dije,
después las palabras
quedaron reducidas a suspiros
que decían sin decir
todo lo citado anteriormente,
que por delito o delirio te concierne,
aunque no te pertenezca.

Aunque poco te importe,
el dolor no lo cura
la sal del olvido,
con franqueza te advierto
de lo que aprendí
en este tiempo de abstinencia
hacia un pasado
que en realidad
era solo alpiste
para pájaros sin alas
que no soñaban con volar
ni si quiera dormidos.




Pequeña criatura.

Habita otra criatura
dentro de mi pecho
y yo lo sé;
a veces me ahoga,
a veces me llama
pidiéndome auxilio,
y a veces me llora.

Habita otra criatura
dentro de mi pecho,
y yo lo sé;
me habla con tu acento
echando sal sobre la herida,
que bien sabemos ella y yo
que sigue abierta,
a flor de piel.

Es esa criatura
la que escribe el testamento
de mis sueños cada noche,
me mira ajena,
y se duerme
en los párpados del miedo,
dudando de si las cosas bellas
suceden sólo por primer vez.

Yo la escucho,
la riego con canciones
que le hacen renacer,
y nunca muere,
llevándome a su lecho
de despojos y ocasiones
que mienten por los codos
y me hablan de volver,
¿Volver a dónde?
¿Volver a qué?

Después de amargos tragos
e ingentes decepciones,
encuentro la manera
de calmarle aunque nos duela;
y en esta habitación
le abro la jaula de mi pecho,
dejando que respire,
curándola con rostros
que a oscuras,
se parecen a ella.



Inestabilidad emocional de domingo.

Podría hablar de ti
pero es más conveniente
que lo haga del otoño;
me ha pillado un domingo lluvioso
tirada en el sofá
con una resaca del quince
y una de tus fotografías
compañera de almohada;
ha sido un poco cruel,
lo admito,
creo que no aún no tuve ocasión
de hacerle ninguna jugarreta
para que al mirar al cielo
te lloviera sobre mí
con esa rabia precipitada.

Sí, así es,
el otoño me ha declarado la guerra
mientras yo te firmaba la paz,
será que no entiende
que prometiese pasar mi vida contigo
y aquí esté,
tirada en el sofá hablando
de que ha sido un cabrón
lloviéndote en domingo.

Podría hablar del otoño,
pero es más conveniente
que empiece a hablar de ti,
porque eres lo único
que podría salvarme
de este domingo
que llueve
y te echo de menos,
sintiéndome inútil
por no colgarme del primer avión
que huye lejos de este sillón
en el que me encuentro
pensándote
sin mover el culo
para ir a buscarte
y hacerte feliz.

Un domingo de otoño
lluvioso, que llueves,
y las gotas de lluvia
que me atraviesan la piel
como si fueran tus lágrimas
me dicen que no estás,
y que es otoño,
domingo,
lluvioso,
y empapas
al igual que calas.
y dueles
al igual que llueves.




Canto a la vida para darle las gracias.

Aprendí a mojarme bajo la lluvia
con apenas dieciséis,
a mirar el mundo cada vez que salía a la calle
como si fuera la primera vez
que estaba en él,
y así me hice quien soy,
a veces cobarde,
a veces valiente,
lo importante es que soy
como quiero, 
y si no,
no tengo reparo en empezar de nuevo
a repararme.

Ahora con diecisiete
puedo ver la lluvia caer
como si las nubes desencadenaran
huracanes de nostalgia,
pero cuando sale el sol
en él te veo a ti,
y tengo la osadía
de decirte que estoy afónica
de cantarle a la vida
para darle las gracias
por dejarme estar viva.

No sé dónde andaré
cuando cumpla dieciocho,
diecinueve,
y me venga la crisis
de los veinte o los treinta,
pero ojalá que ojalá
sea viviendo,
y con eso me basta y me sobra.

¿Acaso no tengo el poder
de levantarme del suelo
cada vez que me caiga?





Vuelve.

No estaba preparada para encontrarte y con las mismas perderte;
decirle adiós a todas las promesas
que ya nunca podré prometerte
y mucho menos cumplirte.
¡Vuelve!,
 lo grité día tras día desde que te conocí
pero tú nunca volviste
y los hoteles me miran desahuciándome 
con sus camas que miden más kilómetros
que los que ahora nos separan.

¡Quédate!, 
grité cada noche que lloré tu ausencia,
y no bastó para que entonces te quedaras.
Supongo que todas las almas libres 
que hoy están aquí y mañana allí,
como yo,
tienen una Maga clavada en el alma,
Cortázar, tú entiendes de lo que hablo,
que puede haber muchas como ella
pero ninguna serán ella
y siempre quedará su espacio en la cama,
que ni un mate bien cargado rehabilitará un corazón herido
por una mujer que te curó el alma,
y abrió más heridas de las que cerró.

Allá donde estés,
allá donde dispares palabras cargadas de futuro,
sé que inundarás de vicio y de rosas más bocas que la mía.
vuelve,
quédate,
despiértame con flores en la ventana
y deja que las ciudades sigan su curso,
mientras tú y yo nos quedamos en la cama,
olvidándonos a la vez que nos amamos.

Creo que no hay más vida que ésta,
que la que me hubiera gustado regalarte,
ni más tiempos verbales que el ‘ahora’ 
que te espera en presente continuo.






85. Amores cronofóbicos

Amores cronofóbicos es el debut literario de Lena Carrilero. La tensión del sujeto con el recuerdo atraviesa este libro de amor, lleno de delicadeza y hondura. La autora nos advierte de que la memoria del amor no depende de un objeto externo. Por sus poemas pasa el tiempo y nos muestra la transformación de una relación, al principio cercana y verídica, después, conforme el recuerdo se va alejando, convirtiéndose en angustia. Al final, lo que nos queda es un recuerdo producto de nuestra invención, con el que seguir sustentando un amor que ya no nos pertenece.  












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ROGELIO PIZZI [20.211]

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ROGELIO PIZZI

Rogelio Pizzi nació el 30 de diciembre de 1956 en la ciudad de Córdoba, capital de la provincia homónima, República Argentina, y reside desde 1984 en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Es Profesor de Matemática por la Escuela Normal de Profesores “Alejandro Carbó” de Córdoba y por la Universidad Católica de Salta - Subsede Buenos Aires. Recibió en 1983 el Premio Trinidad Guevara al Mejor Actor por “De cómo el Sr. Mockinpott logró liberarse de sus padecimientos”, de Peter Weiss, otorgado por los servicios de Radio y Televisión (SRT) de la Universidad Nacional de Córdoba. También obtuvo distinciones en certámenes de poesía nacionales y extranjeros, entre las que se destacan las menciones al Premio de Literatura de Córdoba, en 1999 y el Primer Concurso Iberoamericano de Poesía "Neruda 2000", Temuco (Chile), con un jurado presidido por el poeta Gonzalo Rojas  y ha sido difundido en diversos medios gráficos y digitales. Fue incluido en las antologías “Poesía argentina de fin de siglo” (Editorial Vinciguerra) y “Córdoba poética siglo XX” (Tomo II, compilado por Feliciano Huerga, Ediciones del Fundador, 1999). Publicó, además de las plaquetas “Del pétalo diverso” (1999) y “Breve idolatría” (junto con Leandro Calle, 2000), los poemarios “Sobre la cuerda de Sol” (excluido de su bibliografía), “Poema previo” (Editorial Vinciguerra, 1997) y “Muro y vestigio” (Editorial de la Universidad Católica de Córdoba, 2009).
Rogelio Pizzi <pizzirogelio@yahoo.com.ar>





Poemas:


III

Una cerbatana de odio lanza el óxido certero.
Mi pecho izquierdo ausculta los fluidos.
Cristo vomita un silencio agudo.
Me quema esta porción de madrugada.



IV

En mi gemido Conté mi soledad envejecida;
conté todas las noches /de mis días.
Jacobo Fijman

Puedo digerir una colmena de insultos,
este golpe, en el centro de gravedad de mi sexo.
Puedo reparar cotidianamente los pliegues del pómulo,
la desabrida lágrima, la ausencia de un músculo.
Pero no puedo reconstruir los dígitos:
los números que clasifican la geografía.



V

Contra toda suposición, estoy vivo.
 En el muro, las codiciadas bestias se conjuran.
Saben orillar el epitelio del miedo,
saben multiplicar la adrenalina de la noche.
Pero aquí estoy, esperando...
Bésame el corazón con el bisturí del ansia.




EL VENENO EFICAZ

Tu sutil olvido,
las madrugadas de Caracas,
la Cañada en la ciudad de la espuma,
aquella mirada en el vaporeto frente al Rialto,
 tu nombre estampado, contaminando un poema,
la soledad en taxi por la Concorde,
el otoño imprimiendo lascivia de Parque Lezama,
este inquieto desamor que no cesa,
la diferencia entre cóncavo y convexo,
el vuelo del ave en la caída de la muerte,
la mendicidad de las utopías, mis manos,
si toman mis manos
 y los amigos poetas que me absuelven la agonía
y el infame licor que imprime en las arterias su signo
y la palabra que callo
me envenena.




A TU LADO

 La humedad de un instante premonitorio
la precisa combinación de los números y de los astros
el ligamento extenso de la noche que nos espera
una colmena en la serenidad de los olvidos
este latido familiar que augura la tregua
y el silencio de las cosas que me anuncian
a tu lado.




FRIDA Y DIEGO

Esta pincelada atraviesa mi cuerpo de alambre y paja.
En la ventana, la perpetua paloma
alimenta una cesta de lamentos óseos y profundos.
Los dioses infecundos te nombran.
El escarnio de mi noche Azul,
de mi almohada compuesta por los célebres impudores,
te nombra
construyendo una paleta de pasiones.
Todo el invierno
sobrepone una colección de mariposas
(el alfiler del miedo acecha como un búho).

Tómame en mural de diamante,
masilla con fervor de serpiente entre mis senos.
Anúdame entre las piernas
una astilla de corazones y escarabajos.
Inviérteme los flancos
para componer una caracola adúltera y perversa.
Ámame entre los colores de la siesta.
Permanece en mi ataúd
hasta que te llueva
de mis fluidos contornos
                 la muerte.







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LADA CHIZHOVA [20.212]

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LADA CHIZHOVA

Lada Chizhova. Nació en 1991 en Novoaltaisk, Rusia. En el año 2008 terminó sus estudios en el colegio Kosterevo del óblast de Vladímir. Estudió en el Instituto Académico Estatal de Bellas Artes de Surikov, en la facultad de Teoría e Historia del arte. Es estudiante en el instituto de Literatura Gorki. Ha sido publicada por editoriales en internet como “Novaya realnost”, “Likbez”, “Polutona”, “Trambai” y en la antología del premio LiteratuRRentgen (2012). Participó en los festivales: Festival de poesía universitaria (Moscú), Festival de verso libre 2012 (San Petersburgo), Festival “Poesía en la isla” (San Petersburgo, Nueva Holanda). Fue premiada en la long-list LiteratuRRentgen (2012). La traducción corre a cargo de Indira Díaz.
http://circulodepoesia.com/2017/06/poesia-rusa-lada-chizhova/



COLOR: PRÁCTICA


Levantó la ciudad blanqueada
en la blancura que se filtraba por todos sus miembros
y su persona: se consumía
¿cómo aceptar un cuerpo preparado para cambiar
y crecer?


*


Entonces según parece la cortina se llenó de aire
No, en ese entonces allí no había cortinas
Había en la ventana una pantalla blanca
Y una sábana roja de elástico
Calca
mano- quemadura- allá
acá- quemadura- el misterio de la memoria
el frío
una corriente helada de aire
sobre algo cálido
y yo me congelo




SOBRE EL BLANCO:

+

la ausencia de temperatura en el color
o la falta de subjetividad

pero
Sobre el blanco:
La nieve, una sábana arrugada, el blanco de los ojos, un diente

/alimenté un cuervo por la mañana con los restos de un pan, arrojándoselos directamente al alfeizar de la ventana nevaba tras la ventana llovía el cuervo terminaba de comer y se marchaba y desaparecía el cuervo sabe lo que hay tras las nubes del azul cielo celeste cielo ultramarino y también él sabe que su pan será siempre su pan/

Ausencia de cuervos en la ventana


+

Sobre el blanco:

Gris-azul grisáceo-plateado


+


Mamá decía siempre que mirara la rama del cerezo al fondo de la ventana ella es blanca y el marco de la ventana también es blanco pero el cerezo es más blanco aún y la luz que se filtra por la ventana es aún más blanca dibújalo pero ¿cómo dibujarlo?

y- no lo hice
lo dejé en mi cabeza


+


intento:
purificación (¿?)
la gente ya no es más- un cuerpo y una (pseudo) sustancia (de agua y aire)
tiene algo y sólo algo y nada más
amarlos así-
sería un crimen(¿?)

lo que está permitido a la luz del día- es la vida
(yo pobre diablo a las ocho y media)

el azul de los ojos el azul lo conozco dijo el espejo
sobre lo oscuro
la traición- la luz: al inicio, la ceguera después

va desde lo blanco de su ojo
a (el blanco)



*



él dice: el color no es lo principal
en el negro- todo es vivo
aquí no se le llama al aire por su nombre
sin embargo se puede fragmentar en un arcoíris
él dice cuando respira
y hace mucho que él no estaba
pero estuvo
y maltrató y estrujó mi cabello
y dijo – esto es musgo
¿acaso el cuerpo no aprende de las quemaduras del alma?

hasta donde llegar o soportar-
por todas partes hay un cuadrado de color.





Цвет: Практика

занесло город выбелило
в белила вляпаться всеми конечностями
и лицом: жжется
как смириться с телом готовым перемещаться
и расти

?





тогда кажется занавеска вздувалась
пузырем
нет тогда там не было штор тканевых
был на окне экран белый
и красная простыня на резинке
калька
рука-ожег – там
здесь – ожег-таинство памяти
холод
ледяной сквозняк
над таким горячим
а я – мерзла




О БЕЛОМ:

+

отсутствие температуры цвета
отсутствие субъективности или

но
о белом:
снег, смятая простынь, белок глаза, зуб


/кормила ворону утром остатками батона бросала ей прямо на подоконник за окном шел снег за окном шел дождь ворона доела крякнула и пропала ворона знает что за облаками есть небо синее голубое небо ультрамарин ей все равно она знает ей хлеба бы ей бы еще хлеба/


отсутствие вороны в окне



+


о белом:
серый – серо-голубой – серебристый


+


мама говорила всегда посмотри на эту ветку черемухи на фоне окна она белая и рама окна белая но черемуха белее а свет из окна еще белее нарисуй как нарисовать

?

и – не нарисовала
оставила в голове


+


попытка:
очищение (?)
людей больше нет – тела и (псевдо)субстанции (из воздуха-воды)
есть такие и только такие и никакие больше
любить их такими –
преступление (?)

то что дозволено утреннему свету – жизнь

(я немощь этого полдевятого)

синий глаз синий я знаю зеркало говорит
о небелом
(предательство-свет: сначала слепые потом)

идти за своим глазом из белого
в (белый)





он говорит: цвет    не существенен
в черном – все живо
здесь      не назван воздух по имени
но разложен на радугу
он говорит    когда дышит
и давно его не было   но
был
и мучил и мял мои волосы
ворил    они – мох
а тело не учится       на ожогах
душа
?
откуда достать или вытянуть –
всюду цветной квадрат






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YONNY RODRÍGUEZ [20.213]

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YONNY RODRÍGUEZ

YONNY RODRÍGUEZ, nacido en Ojojona, Honduras. Poeta, escritor, miembro del Taller Literario Miguel de Cervantes Saavedra coordinado por el poeta José Luis Quesada. Obtuvo el título de Licenciado en Periodismo en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH). Ha realizado estudios de Literatura y de Gestión Cultural, miembro fundador del Colectivo Artístico Xoxonal (CAX). Fue integrante del grupo de teatro Lucem Aspicio y director del Consejo Local de Cultura de Ojojona. Director de las revistas culturales El Tilinte y Guancasco. Finalista en el certamen de Dramaturgia impulsado por la Embajada de los Estados Unidos de Norteamérica. Consultor en temas de prevención de la violencia por medio de la creación artística.

Ejerce periodismo cultural en el blog Bucentauro – Prensa Cultural. Publicó en septiembre de 2016 «De crisis y catarsis», una visión de la violencia imperante en el país mediante la poesía.
http://blogdeculturahn.blogspot.com/
Yonny Rodríguez <johnnyrod2015@gmail.com>






Del libro «De crisis y catarsis», 2016

BOYAS

Alarmantemente
efervece
el nivel de cuerpos
desde todas latitudes.
Es probable
verlos pronto
podrirse,
amontonarse
en los mares.




MI ELEGÍA

Fragmento

Ojos anegados
de lágrimas que titilan y no caen.
Este dolor
no se alardea;
¡recrudece en lo más hondo del pecho!
La masacre de la naturaleza
Arrasa con impiedad mis obeliscos.
¡Cómo se ensaña ella,
Cómo pone colorado
el verde de mi devoción!
Los pinos en su llanto
se inclinan unos contra otros;
quisieran escapar de
la sierra que los hostiga.

Cuando cada ocote exhala brea
-sangre densa y ambarina-
no hace menos que llorar así
la vida que se le escapa.

Hay tristeza en mí
por lo Hunahpús e Ixbalanqués caídos,
por los que anhelaron punzar al cielo
con su andanada de agujas.

Solo queda una desolación de pinos
traslapados en el suelo
como si de una batalla se tratara.
Ya no hay verdioscuras cabelleras
remolidas por el viento
ni animales que construyan nidos
en sus ramas.

Ahora mismo me escalofrío de aflicción;
es un dolor semejante
a la pérdida de un amigo.
Nos vimos crecer;
soy apegado a sus hojas,
a su resina.

Cabañas y Morazanes
están representados en ellos.
Son gallardos Lempiras,
estelas mayas de fibra y savia.

Quiero volar, abrazarlos;
contarles bajito que lo siento,
que siento tanto lo que padecen.




SOLO QUEDAN LOS DIOSES

¿Alguien recuerda a los humanos?
Eran seres inquietos, atroces, obstinados.
En pie nada dejaban.
Creyeron acercarse a algo grande
cuando en realidad alejaron la vida.
Languidecieron como uvas contra el sol.
Un día
sin saber qué hacían en aquel lejano mundo
acabaron con todo
consumidos por caldos de ignorancia.
Nunca pudieron superarse a sí mismos.




EFÍMERA

Pestañeamos
y la vida se nos va
como flujo en
un reloj
de
a
r
e
n
a




EL DÍA

La mañana dispersa
Claridad y vida.
Cualquiera podría ver en ella
a la redentora de este
tempo de sangramento
que devora a la nación.

Sin embargo no tardarán
los corceles de fuego
en inundar de carmín la tierra,
en tronchar la carne como
rayo

             que

                         cae.

Luego en una maceta
vemos a un lirio,
supremo como sí mismo.
Quisiéramos imitar su vida,
su fe,
pero no,
el lirio no es ninguna persona que
combata veinticuatro / siete
su dilema por vivir,
por superar este día
al que ahora le sangran
ojos y manos -efecto del caos-
y lleva el vestido hecho jirones.
            Ensombrece -se cierra el día-.
                                                            El saldo: llanto, dolor,
                                                            Depredación humana.






Del libro inédito «Equipaje»

DESDE ADENTRO

La lluvia es un arpa:
los hilos de arribabajo.
Hoy cae una
suave y helada melodía
plácida como sí misma: no daña.
Misteriosa desciende,
en su caída crea mapas en los cristales,
artes que desvanecen enseguida.
Más allá hay insectos, pájaros, ramas
que la sacuden de sus alas.
El manto está allí enfrente
y brilla, percute en techos y calles,
se une al caudal; los residuos son
dócilmente desprendidos y llevados
desde su sitio, luego desaparece.
La tónica alegría del agua
inquieta, urge
con deliberada calma a salir.




SENSATEZ
Nadie puede afirmar con propiedad que amanece,
que los ruidos y los polvos esparcidos en la cama
son recuerdos inservibles en
la médula lunar de lo añorado.




HACER UN ALTO

Toda huida es vana si vamos
con plenilunios en la mirada:
para ver mejor hay que tener
los ojos cerrados.






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AKEEM LASISI [20.214]

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AKEEM LASISI

Akeem Lasisi nació en Ibadan, suroeste de Nigeria, en 1967. Es un reconocido poeta, profesor, periodista, editor, compositor, cantante, comediante, performer, y entusiasta exponente de la literatura oral.

Algunos de sus libros de poemas publicados: Iremoje: Poesía ritual para Ken Saro-Wiwa (Premio Cadbury de Poesía de la Asociación de Autores de Nigeria), 2000; El canto de la novia, 2001; Noche de mi vuelo (Premio Cadbury de Poesía de la Asociación de Autores de Nigeria), 2005; y Sobre las alas del viento, 2013.

Ha editado algunos video-poemas, videos musicales y CD’s con su propia obra, entre ellos, Post Mortem, Ori Agbe (Para Wole Soyinka), País de las maravillas, Eleleture, Udeme, Ekun Iyawo y Promesa cumplida.

https://www.festivaldepoesiademedellin.org/es/Festival/27/News/Lasisi.html



Traducciones de León Blanco


La poesía es

Por el bien de estos pájaros africanos 
Déjennos desmontar el castillo canónico 
Y otorguémosle a nuestra más querida poesía un rostro humano. 
Porque la poesía es y la poesía no es: 
La ironía de la rosa y la rosa en la espina 
La poesía es y la poesía no es: 
La parábola del pájaro y la paradoja de la muerte, 
La poesía es y la poesía no es: 
La locura de Hitler y la sabiduría de Gandhi 
La poesía es y la poesía no es. 
El chirrido de la cama y el parpadeo de los ojos 
La poesía es y la poesía no es: 
Por el bien de estos pájaros africanos 
Déjennos desmontar el castillo canónico 
Y otorguémosle a nuestra más querida poesía un rostro humano.




Soy oriundo de un mito

Soy oriundo de un mito, soy oriundo de la luna, 
Soy oriundo de una raza donde no cantar es un pecado 
Donde no bailar es la muerte 
Donde nos carcajeamos en cantos y reímos en historias 
Hasta nuestras lágrimas fluyen en cascadas serpentinas 
Ah, ellas llevan una marca de rimas terciarias.




Kankia

Empujado contra la pared por la sequía 
De un bloc de notas, Kankia,
Garabatearé un poema
Sobre la palma de tu desierto, 
Aquellos nómadas no nacidos y futuros toros 
Podrán leer la mente interior de un poeta visitante.

Doy testimonio del valor 
Del sol de Kankia  
Que alcanza los campos antes que el rocío.




Agede

Mi espíritu vuelve a ti, arroyo de mi infancia 
Donde tuve mi bautizo de alegría pastoril. 
Donde, un Keats petulante, 
Observé la naturaleza en juego con el ser

Como cuando cobras eructaban, 
Tilapias se arrastraban,
Un martín pescador se posaba sobre la rama de un sauce 
Esperando ansioso su turno para saquear.

Agede:
Confluencia de mi mañana y mi mediodía;
Mi espíritu vuelve a ti, arroyo de mi infancia 
Donde tuve mi bautizo de alegría pastoril.




Lo que le sucede al mar le sucede al pez

                                       (De Iremoje: Ritual Poetry for Ken Saro-Wiwa)

Lo que le sucede al mar le sucede al pez
Lo que le sucede a los ojos le sucede a la nariz
¿Dónde está nuestro propio cielo africano
Que rebosó nuestros graneros en tiempos de cosecha?

Lo que le sucede a la espalda 
Le sucede al pecho
¿Por qué están las alcantarillas tan abiertas
Con aliento tóxico de aceites migrantes?

¿Por qué nuestra tierra cultivable, ahora, tan impotente,
No puede más eyacular vida entre semillas viriles?

Lo que le sucede al mar le sucede al pez
Sabes que somos una raza de emblemas de pesca
Pero envenenaste nuestros ríos con un vertedero continuo
Dile a quien mina nuestra riqueza que piense en nuestra salud

Piensa en clanes enfermos, sin una clínica,
En escuelas silvestres, sin una tiza,
Y el camino tan estrecho y desgarrador, con agujeros laberínticos.

Lo que le sucede al mar le sucede al pez
Lo que le sucede al cielo le sucede al pájaro
Lo que le sucede a nuestras selvas tropicales
Les sucede a las acrobáticas ardillas en los árboles tropicales. 

*




Los poetas y la guerra: El ejemplo nigeriano


Por Akeem Lasisi
Traducción de León Blanco

La relación entre la poesía y elementos de la humanidad tales como el amor, la paz y el desarrollo, es sólida. Como resultado, los poetas a menudo están comprometidos en propagar los valores a nivel personal, comunal, nacional e internacional. Están inclinados a enfrentar cualquier idea, política o desarrollo que puedan afectar a estos ideales. Uno de ellos es la ausencia de paz, o la guerra en sus variadas formas. 

Ningún escritor vive separado de su sociedad. Bueno, una persona creadora necesita tanta privacidad como pueda alcanzar, pero ella es básicamente parte integral del espacio comunitario. El poeta está, por tanto, entre las primeras víctimas donde la sociedad está afectada por la discordia o la violencia total. Es un hecho que un hecho feo tal como una guerra, podría ser materia prima para la literatura. Después de todo, muchas obras aclamadas son documentación o reflejo de terribles acontecimientos que ocurrieron en la sociedad en el pasado. No obstante, los poetas preferirán ser profetas de la paz: viendo señales de advertencia y llamando a la gente al orden a través de obras que directa o indirectamente hablan a sus almas.

Nigeria ha tenido más que su propia parte de conflicto civil. Siglos atrás, diversas zonas del país experimentaron guerras internas que dejaron amplias cicatrices en la historia. Las guerras dejaron muertes, desarticularon comunidades e individuos, mientras causaron también un daño económico. La llegada de los europeos, que colonizaron al pueblo y establecieron un sistema imperial, trajo sus propias guerras, batalladas física, psicológicamente y de otras maneras, en diferentes partes del país. En todas esas épocas, la poesía estaba allí con la gente, con los poetas tradicionales y con los actuales modernistas letrados, criticando lo incendiario y anhelando la paz en sus composiciones.

En la era tradicional, hay un modo en el que puede decirse que la poesía fue culpable o que involuntariamente avivó la violencia. El poeta oral era afecto a ensalzar a los señores de la guerra y a otros agentes similares de conflicto. Les oraban hasta el punto que quienes querían guerra siempre pedían más sangre, especialmente cuando sus hazañas pasadas eran celebradas, mientras la insolencia y la inferioridad de los oponentes se magnificaban. La culpabilidad de los cantantes puede no obstante no extenderse, porque ellos, de todas maneras, crearon espacio en sus obras para servir de sonidos de advertencia a los señores de la guerra. Ellos recordaban a reyes y soldados por igual, la destrucción que trae la guerra y el hecho de que ambos, ganador y perdedor, podrían ser vencidos a la larga.

Después de que el país logró la independencia del gobierno británico en 1960, la unidad, la esperanza, la paz y los sueños de mutua prosperidad reinaron. Esto fue bruscamente interrumpido entre 1967 y 1970, al estallar una guerra civil. Basándose en la lucha por el poder entre el establecimiento militar, los líderes militares de una sección del país fueron   capaces de venderle al pueblo la necesidad de separarse del resto del país. Esto dio nacimiento a la guerra entre Biafra y Nigeria, que causó caos en la política. Desafortunadamente, las guerras difícilmente terminan. Incluso cuando ellas parecen haberlo hecho en sentido físico, las heridas que desataron en los corazones, los recuerdos y los egos de la gente, permanecen allí. Por eso es que no sorprende que 47 años después de terminada la guerra civil nigeriana, sin ganador alguno, el país aún lucha por llenar los huecos que cavó.

¿Cómo preocupó o afectó esto a los poetas nigerianos y a otros escritores? Cuando algunos de ellos presagiaron lo que venía – los generales discutían, se encontraban, se ponían de acuerdo para disentir en diferentes campos dentro y fuera del país – los poetas empezaron a sonar las notas de advertencia. Uno de los más grandes poetas de referencia en este sentido fue Christopher Okigbo, quien, cuando la tormenta se formaba, surgió con un desahuciado y profético libro de poemas titulado Elegías del trueno. En los poemas previó desenfrenadas matanzas y clamó para que todos los elefantes brincones depusieran sus egos. El resto no puede ser sólo historia porque, irónicamente el propio Okigbo fue atrapado en la red de la guerra. Él cargó fusil y luchó del lado de su pueblo en el sueño de una república de Biafra y fue asesinado en el frente de batalla. Para Okigbo, quien había escrito el tempranamente aclamado Laberintos, era el fin de la poesía. Muchos de quienes habían seguido sus obras, y aún continúan haciéndolo, pueden por tanto no parar de extrañarlo y de imaginar cómo pudo haber producido muchos más volúmenes, si el fusil, como parecía haberlo predicho en “Camino del Trueno”; no le hubiera cerrado su boca.

Incidentalmente, el legendario Chinuah Achebe también se unió a la guerra de Biafra como director de imagen de la causa. Él la sobrevivió, pero fue una experiencia que sería siempre parte de su vida hasta unirse a sus ancestros hace cuatro años. Así, tan amargado quedó que un año antes de morir, en su último libro, Había un país, hizo algunas declaraciones coléricas que casi causan otro tipo de guerra civil.

El primer nobel africano laurelado, Wole Soyinka, también tuvo un trato injusto durante la guerra. Aunque no trabajó para los biafranos ni para el lado federal, su simpatía estuvo con los primeros, porque creía que los asesinatos en un golpe militar, que suscitaron la agitación separatista, fueron sesgados contra el lado biafrano de Igbo. Soyinka estuvo contra la guerra porque creía mejor dirigirse a la injusticia. Él, que estaba en el proceso de su propia y peculiar búsqueda de la paz, viajando al oriente bélico fue detenido por el gobierno federal, y llevado a prisión. La experiencia produjo un buen número de poemas, tanto en él como en otros poetas.

Otra estrella del equipo entre los poetas de la guerra de Nigeria es J. P. Clark. A diferencia de sus otros tres contemporáneos, es conocido por haberse distanciado de la insurrección y persistentemente haber escrito contra ella. Su poema de post-guerra, “Los dados de baja”, enseña al lector que en el conflicto todos fueron víctimas– incluyendo sus colegas cargando armas y aquellos percutiendo tambores de guerra en el exterior.

El reto de manejar la paz que vino después – incluso si, como Achebe quiso verlo, fuera una Paz Civil– también ha sido una preocupación de los poetas nigerianos, como la de muchos otros cuyos países han tenido una experiencia similar. Ha habido disturbios esporádicos que han mantenido a los escritores atentos. Lo que esto significa entonces es que, como el festival de poesía de Medellín busca hacerlo, es que los poetas tienen un rol fundamental en profundizar la paz, mientras protegen y celebran los factores que elevan a la humanidad.







On the Wings of the Wind: Poems by Akeem Lasisi


INTRO

Let me sing my widow’s mite
Into the immortal thrift
Of earlier brides

Although I may be a thin-handed child,
I have a role to play in my mother’s chores.
No matter how small the organ of the groom
He will not borrow another man’s for the midnight course.

This eve of my flight,
I wish to tour the universe on a bill of words,
Weaving weird and winsome sounds
Into one nuclear family of borderless songs.

I hook my voice
To the server of time,
Strike a bilateral chord
With unassuming angels of seasonless things.

I am in tune with some other realms
Where their nights are brighter than noons
Where autumns are cool,
Winters warmer than interior chamber of a pregnant womb.




AGEDE

My spirit returns to the childhood brook
Where I had my baptism of pastor joy,
Where, a petulant Keats,
I watched nature at play with self

Where when cobras belched,
Tilapias cringed
A kingfisher perched on a willow’s branch
Eagerly waiting for her looting turn.

Agede:
Confluence of my moon and noon;
This night of my flight,
I rinse my fears into your memorial pot,
Claim the promise of nuptial bliss
As I hear memorable rhymes of your mating frogs.




G.R.A.

(For Wale Adeeyo)

I think like never dying
In this opulent garden of living things,

I love to sing when the earth is green
When the sky is blue

When the magician chameleon is trapped
In its endless pranks for mottled forms.

Within my inner self,
Every desert is getting green

The artic is warm, dungeon is cool
The dumb chant, the deaf dance

Lepers laugh at lofty miracles
Of rising nails

The rainbow, philanthropic with bowls and bowls of synthetic dyes,
Spread the glad tidings to ragged birds.




BRITISH COUNCIL GARDEN

Under this mango tree,
Nature sobers my parting nerves
With a million kilohertz of sexy breeze.

Suddenly I shrink into a trance
Only to rise and see on dongoyaro leaves
The fall of my ageless fever
Vividly printed on nature’s palms.

Within a century of a minute’s ease
I forget all the whispers of hunger,
Signals of regimenting pains
From a plenary pest in my resilient flesh.



BADAGRY

Coconut palms too
Play a Christmas host to the musing bride
Their leaves as soft as stone,
They hold in immortal contempt
The fiery deeds of autumn-ous swords.

Sometimes I count myself a family of the palms
For despite the fiery deeds of vagrant climes
My skin is dark and dark across the year
And the source of my mammary gland:
Strange, bemusing
Like the source of water in the coconut fruit.



AROCHUKWU

Sometimes when I die in thought
I wish the garden egg
Spring forth from my pastoral tomb,
Because I ate from Adam the forbidden fruit

My life is never always a honey pot;
Because of random incursion of fair laughter
My tongue is not always a lobe of bile,
Now a vessel of the sweet-and-sour,

Sometimes when I die in thought
I wish the garden egg,
Wish the garden egg
Spring forth from my childhood’s grave.



OPEBI

A mile above the city’s towers,
The sky cups her cheeks
On the trestle of her palm;
Canvassed in mournful clouds,
Her countenance a wrinkled tabloid
Of a sophomore’s art.

Far above the ocean view,
Right in front of Chrisland Square
A crowd gathers around a myth;
Hit beyond wailing
Only cursing man, cursing mammoth
Cursing God for watching man carry out his heinous spree.

Just behind the Cedi Towers
Only adjacent to Global Bank – a torso
Her eyes were plucked
Her breasts,
Her vital temple
Gone were all with the ritual axe.



KANO

Ado Bayero,
Like Israel like Kano,
I pose like Holy Moses, trembling in awe,
At the threshold of thy holy land.

Like Kano like Israel,
I dump my bridal shoes
For my feet to kiss the sacredness
Of your earth

For here in the Emir’s galaxy,
There is more to earth than shoes can feel,
Face to face with tradition,
From a diary to clay

I read the testament of a heritage:
A canvass of breathing clay
Decking the palace walls
In canonical grace.




DAURA

The dongaris draped in layers
Of Rose and pine
Each wielding a Moses’ rod and ornate whip,
Fling the gilded palace gate for the birds of flight –
A blaring horn for my gorgeous train,
Daura, I want to tread your earth with my feet unfettered

Let the flower girl take charge
Of my bridal shoes.

The magnitude of the palace universe
Finds its peer in the Volta sphere,
From the outer hall
Of canonical clay,
A lake conducts my train into Tiga Dam
Tiga to a Nile

Until here before my wondering eyes
A seasome hall of precious clay.

Then, tell the gods of Geography
To update the map of the world:
There is a separate planet in Bayagida’s Square.
Here in the Emir’s haven where the past is young
Like a northern star;
Face to face with tradition,
I read the diary of nobility on the lips of clay
Decking the palace wall in canonical grace.

https://www.africanwriter.com/on-the-wings-of-the-wind-poems-by-akeem-lasisi/





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HAYDAR ERGÜLEN [20.215]

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Haydar Ergülen 

Haydar Ergülen nació en Eskişehir, Türkeli, Turquía, en octubre de 1956. Es uno de los poetas más importantes de la reciente generación literaria turca contemporánea. También es sociólogo.

Entre sus libros publicados de poesía se encuentran: Sokak Prensesi (Princesa callejera), 1991; Eskiden Terzi (Una vez, un sastre); 40 Şiir ve Bir (40 Poemas y uno), 1997; y, Karton Valiz (Maleta de cartón), 1999.

Con 40 Poemas y uno, Ergülen ganó el prestigioso premio de poesía Behçet Necatigil en 1997, así como el premio de poesía Orhon Murat Arıburnu. Por su libro Una vez un sastre, obtuvo el premio de poesía Halil Kocagöz.

Para algunos de sus libros, ha usado el pseudónimo "Hafız".

https://www.festivaldepoesiademedellin.org/es/Festival/27/News/Ergulen.html




Traducciones de Serdar Çelik



¿A mí qué me importa?

¿Qué me importan los trenes?
Yo no estoy triste
¿Qué me importan las casas?
Yo no soy lluvia
¿Qué me importa de nosotros?
No soy abrigo
¿Qué me importa vuestro jardín?
Yo no soy tu hermano
¿Qué me importan los viajes?
Yo no estoy perdido
¿Qué me importa tu carta?
Yo no soy una lágrima
¿Qué me importa la soledad?
Yo no estoy enamorado
¿Qué me importa el campo?
Yo no soy azul
¿Qué me importa el silencio?
Yo no soy una hoja
¿Qué me importa la aceituna?
No soy un derviche
¿Qué me importa la manzana?
Yo no soy un secreto
¿Qué me importan las grullas?
Yo no soy un cazador
¿Qué me importan las palabras?
Porque no soy un mendigo
¿Qué me importa la poesía?
No soy la noche
¿Qué me importa la muerte?
No soy un poeta
¿Qué me importo yo?
Yo no soy yo
A veces, más oscuro que la tristeza
a veces, más claro que la sombra.

Soy un yo prestado,
un poco de tristeza, 
un poco de sombra…




Fue azul…

Era un verano
parecía que vivíamos en el cielo
Besarte era como besar al cielo
fue algo azul
La juventud es un verano
que no necesita ni lugar ni casa ni habitación
solamente el cielo
basta a un ser humano
Nosotros en el cielo
hemos estado mucho tiempo.
Nuestra juventud
fue muy azul… ¡mucho!




No tengo nada más cercano que tu lejanía

Les tengo mucho miedo, Ruth, a los bandidos.
No estoy muy lejos de que me cacen como a una manzana,
que me lance el viento a otros jardines.
No están muy lejos, se acercan los cazadores
se ve a todo el mundo Ruth, a ti no se te ve
Fuera de este bosque, fuera de mi
único lugar dónde puedo ir es a tu lejanía.
Dame tu lengua Ruth, cuídame con tu lejanía.
¡No tengo nada más cercano que tu lejanía!




Tu cuerpo se parecía a una vivienda

te has mudado a encima de mí como una vecina
pero como la madera vieja que tiene mal genio,
primero me quejo murmurando: ¡Corazón no te vayas!
Porque ya estuve acostumbrado
a malos rollos durante muchos años,
pero ella no dijo ni mu, no siempre
vamos acompasados con los vecinos,
casi siempre creía que venía de la habitación de al lado.
Asimismo y como si me mudara recientemente
a un cuerpo viejo con un corazón inexperto
uno no puede rechazarse
gracias a que ella no me rechazó
¡fuimos arreglando todas las roturas y deshechos!
Cuando llega una vecina nueva al cuerpo
uno no escucha su cuerpo, incluso
esta madera vieja no dice nada, solo
escucha en silencio el respirar de la vecina;
ya estamos resuello en dos cuerpos y
hace tiempo sacamos los inquilinos de por medio
¡Ooh, cómo se me calienta el espíritu por la vecindad de los cuerpos!





ÖDÜNÇ HANÇER

nasıl taşıyorsunuz bu hançeri
böyle, kimin sırtından aldınız
ya hançerin bir yüzünden ötekine
geçerkenki ustalığınız

benim sizde gördüğüm iki başkalık 
birinde keskin ve kimsesiz 
birinde mağrur ve ipeklisiniz

hançer değil sanki taşıdığınız 
hançer sizin sırtınızdan taşıyor
beyazlar kanınıza giriyor hala
ipek için hançere danışacaksınız

beyazlar öyle uzak ki oysa 
dişlerinin arasında bir bıçakla öpüşmeye
kimsenin bıçağı kimsede kalmıyor işte
benimse kanım çekiliyor, paslana
paslana beklemekten ipek bile
böyle beklemez hançerini

hançerim sizde ödünç durdukça
arada ipek değil
yokluğunuz eskiyor

Idioma: turco



GELIEHENER DOLCH

wie könnt ihr diesen Dolch so
tragen, welchem Rücken habt ihr ihn entnommen
und gar eure Meisterlichkeit beim Wechseln
von einer Dolchschneide zur anderen

was ich bei euch sehe, sind zwei Andersartigkeiten
in einer scharf und verlassen
in der anderen stolz und seiden

als sei es kein Dolch, was ihr trägt
quillt er aus eurem Rücken
Weiße gehen in euer Blut über noch immer 
werdet ihr für Seide des Dolches Rat suchen

dabei sind Weiße doch soweit entfernt davon
zu küssen mit einem Messer zwischen den Zähnen 
keinem bleibt eben des anderen Messer
indes gefriert mein Blut verrostend
im Warten nicht mal die Seide
hofft so auf ihren Dolch

mein Dolch, solange euch geliehen
vergeht nicht die Seide 
doch eure Nichtigkeit

Idioma: alemán
Übersetzung von Aşkın-Hayat Doğan





TANRIYA MEKTUP

1.

Birazdan göğü dolduracak 
bulutları gördüm de Tanrım
senin gizli gizli şiir 
yazdığını anladım


2.

Seni düşündüğümde bazen
üzülüyorum Tanrım, 
kediler, kuşlar, bulutlar
ağaçlar, kırlar, balıklar,
kızlar, oğlanlar, çocuklar,
yalnızca onların olsaydın da, 
şu büyük insanlığın
Tanrısı olmasaydın!


3.

İç savaşta önce
Tanrı öldürülür
sonra içimizdeki
iyi insanlar


4. 

Tanrım ne çok 
ağacın var burada,
ve ne çok insan 
var ‘şu dünyada 
bir dikili ağacım
bile yok’ diyen

Bir ağaç daha 
yaratırsan, İnsan 
Ağacı olsun, lütfen!


5.

Bağişla beni Tanrım
şu sırplanlara baktığımda
bazı insanları senin
yarattığına inanmıyorum


6.

Bana gösterdiğin bulutları
bir ressam da görmüş
Tanrım, ve senin 
ressam olduğunu düşünmüş!


7.

Bu dünyada kalacak kadar bilge,
hayatı göze alacak kadar göçebe,
bir incinin peşinde ve derin
kaybolacak kadar kendi içinde,
ve suyla ilgili küçük bir imada
bile akıp gidecek kadar yoğun...

İnsan, ustası değilse nedir 
yitirdiği her şeye önceden 
veda edebilmenin?

Fakat Tanrım galiba
bize bizden de önce
sen veda ettin!


8. 

Bir köy yanınca
sessizliği ölür dünyanın

Fısıltısı ölür öpüşmenin
bir orman yandığında

Yaktıklarında bir oteli
konukluğu ölür şiirin

Ölür çocukluğun kahkahası
yakılınca bir şehir   

Kim ki ateşe verir
hayatı, Tanrı da onların 
kalplerine soğukluk verir!


9.

Tanrım ya bu dünyayı yarattığını unut
ya beni bu dünyada fazla unutma!

Idioma: turco
De: Hafıza
Yön Yayıncılık/Şiir dışı, 1999




EIN BRIEF AN DEN HERRN AUS DEM JAHRE 1996

1

Die gleich den Himmel ausfüllen, die Wolken,
ich habe sie nämlich gesehen, Herr,
und habe verstanden: heimlich
heimlich dichtest Du auch


2

Denk ich an Dich, manchmal
werde ich traurig, Herr
der Katzen, Vögel, Wolken,
der Bäume, Wiesen, Fische,
der Mädchen, Jungen, Kinder,
wärst Du doch ihrer nur,
und nicht der Herr
der ganzen großen Menschheit!


3

Der Krieg im Innern mordet
erst Gott 
und dann die Guten
in uns


4

Herr, wie viele
Bäume hast Du hier,
wie viele Menschen gibt es,
die ‚ich habe nicht einmal
einen Baum gepflanzt
auf Erden’ sagen

Erschaffst Du nur noch einen 
Baum, so soll’s ein Menschen-
Baum sein, bitte!


5

Vergib mir, Herr
wenn ich auf die Serbänen schau
und nicht mehr glaube, das seist Du 
gewesen, der jeden Menschen schuf


6

Die Wolken, die Du mir gezeigt,
ein Maler sah sie auch,
Herr, und er hat gewußt,
daß Du ein Maler bist!


7

Weise genug, auf Erden zu bleiben,
Nomade genug, das Leben zu wagen,
hinter der Perle her und tief genug
in sich selbst, um verloren zu gehen,
erfüllt genug, um bei der kleinsten Andeutung
von Wasser überzufließen

Was ist der Mensch, wenn nicht
ein Meister im Voraus-Abschied
von allem, das verloren ist?

Doch, Herr, es ist zu fürchten,
Du hast von uns schon längst
Abschied genommen!


8

Wo ein Dorf brennt,
stirbt das Stille der Welt

Das Flüstern der Küsse stirbt
in einem Wald der brennt

Wo sie ein Hotel anzünden,
ist das Gedicht nicht mehr zu Gast

Das Lachen der Kindheit stirbt
ist eine Stadt in Brand gesetzt

Die das Leben in Brand setzen, 
der Herr setzt solchen 
die Kälte ins Herz!


9

Herr, Du solltest, daß Du diese Welt erschufst, vergessen,
sonst mich auf ihr nicht allzu lange vergessen!


Idioma: alemán
Deutsche Fassung von Uwe Kolbe.
Die Übersetzung entstand im Rahmen des deutsch-türkischen Übersetzungsworkshops in der Literaturwerkstatt 2008




ÇAY SEREMONİSİ

Belki de bir Japon çay seremonisini andırır ölüm
altın dengesinde sessizlik, saflık ve uyum içinde, 
konuklar usulca dudaklarına götürürler ölümü, bir yudum,
tabağa geri bırakış, yeniden hafifçe kavrayış, gündüzün
bu saatinde, her şey olağan seyrinde, bir yudum daha,
hizmetçiler gelir, sanki onların ince ve beyaz ayaklarıyla
kırılacakmış gibi sessizliği bu çay saatinin ve ölüm 
gizli bir davetli ya da Tanrı misafiri olarak boş
dönmesin diye bu seremoniden, açılır gururun perdesi
ve ağırlanır bıçağıyla gündüzün sessiz harakirisi


Idioma: turco
De: Ölüm Bir Skandal
Turkuvaz Kitap, 1999





TEEZEREMONIE

Vielleicht erinnert der Tod an eine japanische Teezeremonie
im Goldenen Schnitt der Stille, Reinheit und Harmonie, 
langsam führen die Gäste den Tod zu ihren Lippen, ein Schluck,
absetzen auf dem Teller, erneut sanftes Greifen, zu dieser
Tagesstunde, alles wie gewohnt, noch ein Schluck,
die Bediensteten kommen, als ob mit ihren feinen, weißen Füßen
die Stille dieser Teezeremonie zerbräche und damit der Tod
nicht wie ein heimlicher oder unerwarteter Gast mit leeren Händen
diese Zeremonie verlässt, des Hochmuts Schleier lüftet sich
und das stumme Harakiri der Tageszeit mit seinem Messer wird empfangen

Idioma: alemán
Übersetzung von Aşkın-Hayat Doğan


https://www.lyrikline.org/es/



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SVENJA HERRMANN [20.216]

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Svenja Herrmann 

Svenja Herrmann nació en 1973 en Fráncfort y creció en Oberägeri, Suiza. Estudió Literatura e Historia del Derecho en Zurich. Ha recibido varios premios por sus obras, entre ellos el Premio para la Creación del Cantón Zurich 2015 (Werkbeitrag des Kantons Zürich), la Beca de la Fundación Landis & Gyr 2015 (Atelierstipendium der Landis & Gyr Stiftung), La Perla Literaria de Suiza 2010 (Schweizer Literaturperle), El Premio Lírico “Literatur auf Abruf” Transit 2009 y la Contribución Auspiciadora del Cantón Zurich 2007 (Förderbeitrag des Kantons Zürich), entre otros.

En su trabajo como escritora y editora publicó diversos obras literarias, tales como Die Ankunft der Bäume (La llegada de los árboles, 2017, editorial Wolfbach), Ausschwärmen (Dispersarse, 2010, editorial Wolfbach) o 60 Jahre Menschenrechte (60 años de los derechos humanos, 2008, editorial Salis).

https://www.festivaldepoesiademedellin.org/es/Festival/27/News/Herrmann.html




La llegada de los árboles

Tal vez crecerán por encima de los techos 
como álamos y rondar sueños en el verde 
volverá a caer más fácil,
se empinan se impelan
ante el gris y los coches
como lanzas adheridas al margen
sólo cuando el viento abre las coronas de los árboles
restallan monitores y rostros
inmóviles, pero también cuando no los ves, 
también cuando ya no sabes
cómo es arrimarse,
cuando ya no recuerdas,
que en ellos reside lo que buscas,
en este persistente
respirante rumor
crecen
están y
quedan




El mismo cielo

Son los últimos años del delta
Costa Rica voceas por la cubierta del barco 
y cuentas sobre peces
en extinción, de pájaros,personas con descuido
Costa Rica, allí quieres ir
el mismo cielo, sólo sin enmudecer
año tras año, bajar el tono, cuando pasas
con el bote por los nenúfares, los cormoranes adelante, lejos de ti
Costa Rica vuelves a vocear
mientras sauces y cirros no dejan de espejarse
liberas peces, te oigo suspirar con alivio
cuando se evaden
Costa Rica –
rayos del ocaso caen sobre el agua
la dejan restallar y
una bandada de pelícanos rosados alza a volar,
en Costa Rica también los habría, sólo que más
tu mirada se ensombrece
el helecho trenza despreocupado una guirnalda alrededor del juncal
señalas las salanganas claras arriba de nosotros
el cielo porta en todas partes igual, dices
nadie tiene ganas de combinar
lo que podría ser, pero Costa Rica
allí quieres ir
en los últimos años del delta

Delta del Danubio, Rumania




Little Odessa

Por el tramo del tren elevado cae luz
cubre la avenida con una tabla de ajedrez
donde reyes y peones no encuentran sitio
the every day smile nunca ha llegado

Entre los anaqueles de la panadería,
un hombre estruja el andador,
en su corcova anida morriña
embolsan pan
con unos trozos de ruso

Arriba de él, martillea metálico el tren
empuja su carrito por cuadrados destellantes
adelante, en la orilla mirará hacia Odessa
el aroma de la repostería, el mar en la nariz
soñar al envés

Coney Island, Nueva York




Los molinos de Barbegal

Los olivos avecinan junto al sendero
vigilan la ruina del acueducto
una escuadra de ancianos con mangueras
y en las puntas cuelgan botellas de plástico 
el agua embebe la tierra agrietada

Vamos los dos juntos por la acequia
donde se acaba, una pendiente se arroja
por los restos de un molino, los campos
como si la tierra hubiera expulsado a los hombres
como si aquí nunca hubiera existido
la carga con la espalda encorvada

Buscamos el equilibrio
nos agarramos de rocas sueltas
nada sigue viviendo a través nuestro
y por cuánto tiempo deja la cal
huellas en las manos
qué protege del olvido




En el puerto

Al amparo de las arcadas, hombres berrean 
marcados en sus arrugas el mar, el aguardiente
los ojos vidriosos me examinan

En las callejuelas esperan mujeres
las pantorrillas en medias de malla sostienen muros
cuando viene clientela
retumban los tacones altos

También acá hay una iglesia bien adelante
donde las mujeres murmuran
Jesús me pone bajo observación

*





Svenja Herrmann geboren 1973 in Frankfurt a. M., aufgewachsen in Oberägeri (Schweiz), lebt in Zürich, Studium der Germanistik und Rechtsgeschichte, arbeitet seit vielen Jahren als Begabungsförderin im Bereich Literatur. Sie hat „Schreibstrom“ ins Leben gerufen: Ein Projekt für kreatives Schreiben für Kinder und Jugendliche. 2012-2013 Projektleitung von „Rund ums Gedicht“ gemeinsam mit den Dichterinnen Ingrid Fichtner und Johanna Lier. Das Projekt (Lesungen, Diskussionen, mit Partizipation von Dichter/innen der deutschsprachigen Schweiz) ging Fragen rund um das Thema Lyrik und Öffentlichkeit nach. Jüngstes genreübergreifendes Vermittlungs-Projekt in Zusammenarbeit mit der Filmerin Bettina Eberhard: Video Poem für Jugendliche. 





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CATERINA DAVINIO [20.217]

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CATERINA DAVINIO

Caterina Davinio, nombre artístico de Maria Caterina Invidia (nacida en Foggia, Italia, en 1957), ha vivido en Roma desde el 1961 al 1996, donde, después de haberse graduado en Literatura Italiana en la Universidad La Sapienza, se ha ocupado, como artista y teórica, de escritura y nuevos media, en contacto con el circúito de la avanguardia internacional. Es una de las pioneras de la poesía digital. Su trabajo ha sido presentado en Europa, Asia, Américas, Australia, en centenares de mostras, como las Bienales de Sidney, Lyon, Atenas. Mérida, Liverpool (Independents), Hong Kong, Manifesta, y siete ediciones de la Bienal de Venecia y eventos colaterales, donde ha colaborado también como coordinadora.

Listado de publicaciones

Novelas

Còlor Còlor, Campanotto Editore, Pasian di Prato - UD 1998, ISBN 88-456-0072-6
Il sofà sui binari, Puntoacapo Editrice, 2013. ISBN 978-88-6679-137-9
Sensibìlia, Giuliano Ladolfi Editore, Borgomanero, 2015. ISBN 978-88-6644-226-4

Libros de poesía

Fenomenologie seriali / Serial Phenomenologies, poemas con traducción Inglés; epílogo de Francesco Muzzioli; nota crítica de David W. Seaman; Campanotto Editore, Pasian di Prato - UD 2010, ISBN 978-88-456-1188-9
Il libro dell'oppio (1975 - 1990), epílogo de Mauro Ferrari; Puntoacapo Editrice, Novi Ligure 2012, ISBN 978-88-6679-110-2
Aspettando la fine del mondo / Waiting for the End of the World, poemas con traducción Inglés; epílogo de Erminia Passannanti y nota critica de David W. Seaman, Fermenti, Roma 2012, ISBN 978-88-97171-30-0
Fatti deprecabili. Poesie e performance dal 1971 al 1996, con ensayos críticos de Dante Maffia y de I. Mugnaini, ArteMuse, Serrungarina(PU), 2015. ISBN 978-88-6984-038-8

Ensayos y más

Tecno-Poesía e realtà virtuali / Techno-Poetry and Virtual Realities, ensayo con traducción Inglés. Prólogo de Eugenio Miccini. Serie Archivio della Poesia del 900, Sometti, Mantova 2002, ISBN 8888091858, ISBN 9788888091853
Virtual Mercury House. Planetary & Interplanetary Events, libro y DVD, con traducción Inglés, Polìmata, Roma 2012, ISBN 978-88-96760-26-0
Caterina Davinio, Big Splash Network Poetico, Fermenti, Roma 2015 ISBN 978-88-97171-59-1
Davinio, pintura, catálogo, Parametro, Roma 1990
Caterina Davinio, "Serial Phenomenologies", poemas, en "Generatorpress12", 2002, Cleveland (OH) USA, John Byrum Editor. "Generatorpress12" is an on line review evolving from November 2002 through April 2004. In June, 2004, a CD version of Generator 12 is funded through a grant from the Ohio Arts Council.
Caterina Davinio, Paint from Nature, performance de net-art dedicada al atentado a las Torres Gemelas de Nueva York. En "Doc(k)s", revista y CD, 2001, Ajaccio, F, ISSN Doc(k)s 0396/3004, commission paritaire 52 841
Caterina Davinio, “Fenomenologie seriali”, poesía e imágenes digitales, en: "Tellus" 24-25, Scritture Celesti (S. Cassiano Valchiavenna - SO, I), Ed. Labos, 2003, ISSN 1124-1276
Caterina Davinio, fotografía digital y poemas de "Serial Phenomenologies", en: "BoXoN - TAPIN on line" (F), Julien D'Abrigeon Editor, 2002
Caterina Davinio, "Performance in evoluzione. Dalla centralità del corpo alla realtà virtuale", en "Paese Será" diario, 14 de julio 1992
Caterina Davinio, en: "Tellus 26" Vite con ribellioni rinomate e sconosciute, Labos, (I) noviembre 2004, ISSN 1124-1276
Caterina Davinio, "Scritture/Realtà virtuali", en Scritture/Realtà, actas de la conferencia, Milán 2002 también publicado en "Karenina.it" (on line) y "Doc(k)s" (on line y CD ROM).
Caterina Davinio, "La poesía video-visiva tra arte elettronica e avanguardia letteraria", ensayo, en "Doc(K)s" revista (F), 1999, ISSN Doc(k)s 0396/3004, commission paritaire 52 841.
Caterina Davinio, "Net-Performance: Processes and Visible Form", en "Doc(k)s", 2004, Ajaccio, F, ISSN Doc(k)s 0396/3004, commission paritaire 52 841.

https://www.festivaldepoesiademedellin.org/es/Festival/27/News/Davinio.html



Crítica: Giorgio Barberi Squarotti, uno entre los mayores críticos literarios italianos, escribe de ella: “Poesía nítida, esencial, hiriente, entre ironía y tragedia, con arranques fulminantes de desesperación y de piedad, de memoria y de angustia. Tiene una grandeza dolorida y perdida”. Y el poeta y crítico Dante Maffìa escribe: “Es capaz de oscilar entre alusiones clásicas a los textos sagrados y a las obras de los grandes como Hólderlin, Baudelaire, Borges, Artaud y Celan, y después venir a pactos con la Beat Generation, con Ferlinghetti, Corso, con las letras de las canciones, con páginas de la filosofía de los existencialistas, con adhesiones inmediatas, con rechazos, con llamaradas vastas e inmensos fuegos, con resonancias de música jazz y pop”. Entre otros criticos que se han ocupado de su trabajo en Italia y en el exterior: Jorge Luiz Antonio, Eugenio Miccini, Francesco Muzzioli, Giorgio Patrizi, Lamberto Pignotti, David W. Seaman.






Traducciones de Janus Pravo

De: Fenomenologías seriales, Campanotto, Pasian di Prato (UD) 2010


El amarillo el oro verdeando
como angustia
Que hiende mi espacio – cielo el líquido
sol mi cielo –
Tronaba en lo alto, un poco más arriba del horizonte
Y el verde grita en la hierba
Y el plomo de las nubes cierra la
tapa
Y el agua diamantina preserva todo el 
mundo en los surcos de la tierra
y un poco más de mundo
y la luz toda por beber, fría
Y la sangre de hiedras enredado
A los pinos 
Y el verde negro de los pinos
Y mi andar de sol entre los hilos de trigo
Y tu casa, antes del bosque
Y tu casa primera
tus cosas tu aire
tu mundo y tu pensamiento
tus amados
Y tu tiempo
Tu todo
Tu hierro tu piedra.




Guerras

Raya el agua duras colinas
Escabras laderas
Laderas nudosas y negras.
Arranco hilos de hierba como corro senderos
En el bosque
Y desfilan mis muertes
sin número
con paso de soldados
Marchan compactas
Luego rompen filas
feroces bajando por las
ingles y los senos
como lenguas y dientes,
arañazos y carne,
bajan duras como batallas dentro de mí
y al fondo de mis grietas.




Chat_love 2005

I

Wonder_38

Tu nombre encendido
en la pantalla y el corazón
rápido como una flecha.
El alma es algo sutil,
el alma es vidrio,
sus añicos cortan
en el pecho de sangre.
Desde el planeta, el más alejado del sol,
tú,
o sólo tu nombre
como un arco de luz.


III.

chat_love 4

Un día tras otro
enciendo las máquinas,
desplego su inmensa memoria,
cada día
incendio los motores,
luego dentro de mí me apago.

Pero tu nombre es un arco de luz,
Hiende la noche de la pantalla como una flecha,
Como una cometa
Y me falta aquel hacerte sentir.

Sabes que no creo en los mitos.
Amo los coches de carreras
y pocas cosas más  
que no puedo decirte.

De: El libro del opio / Il libro dell'oppio (1975 - 1990), Puntoacapo, 2012




(Heroína)

Arrabales

Necesito tu toque,
allí abajo, en los bares de la mala muerte de la ciudad,
donde sonrisas y miradas se entrelazan
y alguien caerá
en la calle.
Luces de los cafés
casi desiertos,
cara a cara
deponer las armas
persiguiendo una ola atormentada,
la suave marejada.

Galopan
Acosadas por el frío.

1981



*


¿Porqué han vuelto?
¿Porqué han ca´do otra vez
en la dureza en la dulzura?
Tú vendrás
todo en negro
en uniforme nocturna
llevando tu inocencia por las calles.
Ha pasado el tiempo
Ha durado un instante
siento la sangre que fluye sombría
me doy cuenta
que he sufrido para nada.
He visto horas que nunca pasaban
se han ido solas
¿dónde se iban?
No las noté pasar.

1982





Caterina Davinio (Foggia 1957), tra i pionieri della poesia digitale, ha esposto in oltre trecento mostre internazionali, tra cui sette edizioni della Biennale di Venezia ed eventi collaterali, la Biennale of Sydney, la Liverpool Biennial (Independents), la Biennale de Lyon, la Athens Biennial, la New Media Art Biennial di Merida, e molte altre. Inclusa in pubblicazioni e collezioni italiane e straniere d'arte, letteratura e avanguardie, ha ricevuto premi in Italia e all'estero per l'attività letteraria e artistica. Ha pubblicato i romanzi Il sofà sui binari (2013), Còlor còlor (1998); per la saggistica: Tecno-Poesia e realtà virtuali (2002) e la raccolta di scritti sulla net-poetry Virtual Mercury House (2012); in poesia: Aspettando la fine del mondo (2012), premio speciale Astrolabio per l'originalità del testo, Il libro dell'oppio (2012), finalista nel XXV Premio Camaiore e nell'XI Premio Città di Sant'Anastasia, Fenomenologie seriali (2010), terzo classificato nel Premio Carver e menzione speciale nel Premio Nabokov. In corso di pubblicazione: Fatti deprecabili. Poesie e performance 1971-1996, Premio Tredici 2014.


Caterina Davinio e la poesia del "disordine"

Felicissimo di ospitare in "Transiti Poetici" i componimenti poetici di Caterina Davinio, una poetessa singolare che affonda senza scrupoli e senza falsi pudori la sua lama poetica diritto nel cuore della vita sua e delle persone che ella scruta, osserva nel dettaglio dei loro gesti anche minimi e usuali. Emerge da questi versi concatenati un amore puro per la verità e per il sentimento, scevro da ogni possibile stereotipo e da ogni sorta di pregiudizio. La poesia è verità essenziale che travalica ogni barriera e ogni impedimento, sprizza comunque viva e solare anche da situazioni che possono sembrare scabrose, inopportune. Ed è così la poesia di Caterina Davinio, un canto che si eleva al di sopra degli schemi quotidiani, con forza e luminosità di immagini.

Gli amici lettori che ci seguono sapranno certamente aggiungere altre importanti riflessioni. 


Il suicida

Sul carro del buio
sedevo a stento
quando la notte
si precipitò su di me come un demone
chiedendomi conto
del mio senso.
Dietro ogni finestra
viveva una famiglia
una luce accesa
e io in strada
prendevo bastonate
dalla mia solitudine
tanto che annichilito
lanciai un grido in me
di stupore
come bestia ferita a tradimento,
e spenta come colui che muore,
che deve morire,
vidi le luci correre
sul Lungotevere
e il buio tutto intorno a me.
Le pietre bianche erano spettrali,
volevano la mia fine
e il destino mi spremeva lacrime
come un mantice, una spugna d'aria,
con mani possenti
prive di pietà.
Me ne andai fuggendo
come l'ultimo respiro
ucciso dal momento,
il nulla graffiava forte
nel baratro dov'ero caduto
più povero che mai
e cieco,
senza forze,
ché anche la notte corre
e ha le sue destinazioni
inconosciute,
mentre la mia finiva lì,
e saltai dal ponte.

(Da: “Il libro del disordine”, in Fatti deprecabili. Poesie e performance 1971 - 1996, Premio Tredici 2014).




Il mio amico Demonion

Dopo una dose
rimanemmo al baretto
del più e del meno,
tu aspirante avvocato,
io aspirante niente,
è che avresti voluto amarmi
per una notte
e io tergiversai
perché la mia notte è capricciosa
e tu famigerato tossico di quartiere
non eri nelle mie corde,
il buio tutto intorno
apriva le sue ali su di noi
dinanzi un bicchiere.
Tu ti disamorasti a stento,
io, io ti avrei voluto per puntiglio
per metterti in un elenco
di tipi strani e significativi,
ma l'intimità mi era avversa,
avversa al mio cuore sterile
innamorato di altre vie.
Così andammo
ognuno al suo destino,
tu ubriaco,
io drogata,
nella notte dei bassifondi
dove ci eravamo cacciati,
scesi dalle nostre case di notai
e professori incapaci
dei propri figli traditi,
per una notte bianca di bianco, stupida,
dove rivendicavi una ballerina da night,
quasi una prostituta,
per un abbraccio caldo,
per un abbraccio da niente
che a te sembrava vita sufficiente,
che ti somministrava quel piacere sovrumano
che un uomo addenta come selvaggio,
ella ti diede sesso senza questioni,
senza promesse,
mentre io che cercavo l'eterno mi persi
nelle disquisizioni
che a un uomo non danno pane
né ventura.
Così finì quella notte
e noi tornammo
in case nemiche,
spenti dalla droga,
entrambi
disamorati dell'amore.


***


Al Piper con Chiara, la mia amica

Al Piper rocambolava la notte
di corpi mossi nell'euforia della danza
lei, la mia amica, era depressa
ella vedeva lungo sul proprio disamore
di spacciatrice tenera,
di lesbica chiusa alle speranze,
desiderosa di veleno.
Nel carambolare del night
tra il rumore assordante
volle un gesto seduttivo per il non amore:
mi regalò un pezzo di fumo
tra due dita
come un fiore,
e poi mise la sua lingua nella mia bocca
mostrandomi quanto può essere dolce
la sponda amara,
e io risposi con la mia lingua
che sapeva il rapimento della notte,
di quei suoni che andavano
a rotta di collo per condurti
agli inferi più dolci.
Fu il momento più bello con la mia amica,
un'icona dell'essere perduti,
andati,
e senza rimorsi né
aspettative per questo futuro avaro di note.
Lei era bella come un uomo
con bicipiti e tatuaggi sfrontati,
lei sapeva farti nascere
la voglia di camminare lungo l'asse d'equilibrio
sul baratro di un mondo perso e scostante, nemico,
lei viveva spericolatamente l'ora, e ti trascinava
nel suo abisso così tenero,
tanto che m'innamorai e presi dell'ora il momento,
le dissi che essere amanti era il progetto
di me incapace di fedeltà
con i ragazzi,
ammalata di siringa e di linee,
d'esperienza, di veleni,
vogliosa di voluttà antica, senza nome.
Ciao, amica mia,
serbo il tuo ricordo
in una fotografia del cuore
che nulla dimentica se non momentaneamente:
finì la notte al Piper
e fummo di nuovo amiche
che nella strada andavano
fianco a fianco
cadendo ad ogni passo verso il perdono,
crollando dove colpisce l'eterno
i nostri passi precari sulla terra.


***


Luna di miele

Noi avventurosi di un giorno
sposi promessi dall'errore
che ci accartocciava come foglie fradicie
sollevando vento
e spremendo desiderio,
spinti dagli eventi andammo
al luna park
sha-na-na-na-naaa!
Questa non è l'America,
è un luna park di poveri,
sulle macchine a scontro
piroettiamo in pista tra le luci
e i soldati di colore
come girandole sbattute dal fuoco,
mi ubriacai e fui sola,
sola con te accanto,
ebbi lividi alle ginocchia mentre rabbiosa
viravo contro l'universo
arrabbiato
e il juke-box suonava:
“Questa non è l'America”
e noi andavamo portandoci sulle onde
il nostro fardello di drogati
di tempo e sole;
era il mare di Serapo,
militari americani in vacanza,
era il tuo amore
che nasce sul mio come l'erba cattiva
che si arrampicava sugli specchi
delle nostre ombre.
Il bar risuonava di quelle note
non è l'America
una parte di me morirà
così cominciò la nostra storia di dannati sposi
con una luna di miele in un luna park
tra le caserme alleate
e due birre in un bar,
per poi tornare nell'auto sgangherata
rombante i suoi tuoni
e ridere,
questa non è l'America,
e mi spezzavo nel niente,
mi dicesti che mostrare
l'amore è vile e vulnerabili ci fa e senza senso,
perdenti e umiliati a noi stessi e all'amato
ma io non seppi nascondere
le mie miserie
la mia povertà di ultima
le mie lacrime di ammalato,
di principiante.
Così mi colpisti sul volto stremato
con parole
come coltelli,
nella camera d'albergo da poco
su quel lungo, lunghissimo lungomare
di una città spicciola di frontiera.
Questa non è l'America,
fratello, fu la prima volta
in cui, d'innumerevoli,
mi facesti male,
come fa male un chiodo,
come logora un nodo,
come schiaffeggia una mano cattiva,
e la povertà ci rese giustizia
come una foglia
nel vento.

Da: Caterina Davinio, “Il libro del disordine”, in Fatti deprecabili. Poesie e performance dal 1971 al 1996, Premio Tredici 2014 (in corso di pubblicazione).

http://transitipoetici.blogspot.com.es/2014/01/caterina-davinio-e-la-poesia-del.html







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MEI ER [20.218]

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Mei Er 

Mei Er, seudónimo de Gao Shangmei, nació en la ciudad de Huai´an de la provincia de Jiansu (China), en el año 1968. Actualmente vive en Beijing y es directora de la revista de poesía Agua de otoño de la provincia de Taiwan. A partir del año 1986, Mei Er empezó a publicar poemas. Sus obras estuvieron recogidas en varias revistas tales como Revista de Poesía y en otras colecciones de poemas. Los poemas de Mei Er están llenos de pasión y fuerza, razón por la que los lectores se olvidan a menudo de su identidad femenina. Su esfuerzo y búsqueda le han traído éxitos inesperados. Hasta el momento, ha publicado los libros de poesía El peso de la esponja (2013), Yo y tú (2014)… El peso de la esponja logró críticas muy positivas del público. En 2012 Mei Er fue nombrada por la Revista Jóvenes contemporáneos como una de diez poetas jóvenes más reconocidos por los lectores. En 2014 fue seleccionada por la Revista de poetas entre “Diez poetas femeninas” ese año; y la Academia Mundial de Artes y Cultura le otorgó además el título de Doctor en Letras; en 2015 Mei Er logró el Premio de Creación Poética en el Congreso Mundial de Poetas que se celebró en la provincia de Taiwan, donde la poeta recibió también en 2016 la Medalla de Arte y Cultura en la 57ª edición.

https://www.festivaldepoesiademedellin.org/es/Festival/27/News/Er.html




Una carta familiar pesada  

Les he enviado una casa entera
queridos padres
Aquí se acumulaba mi respiración de cuatro años
se han secado toda la pena y las lágrimas
y he quitado minuciosamente el polvo de melancolía

¿En casa todo se encuentra bien?
Aquella pieza de cielo azul y aquellos chalotes puros detrás de la casa 
y el amarillo brillante del lirio de día en verano
Padres, ¿ustedes ya aceptan silenciosamente que yo partí para la lejanía?
Aquella alegría colocada en el campo de judías
El callamiento del padre en aquel campo silencioso de semillas vegetales
Ahora, aparte de esta casa mórbida, ¿qué más tengo?
No soy capaz de cosechar el arcoíris de la ciudad para enviárselo 
tampoco puedo agarrar ese ambiente de prosperidad
No he cambiado nada y sigo siendo su hija delgada y delicada
Aquellas fotos que les envié solo se vestían de una chaqueta de ciudad.

¿Siguen brillantes y verdes los curvos tallos de ajos?
¿Se inclinan las plantas llenas de pimentones verdes?
¿El retoño que me preocupa más y que cultivé cuando yo salía 
está lleno de flores y hojas verdes?

Mamá
¿has olvidado aquellas discusiones?
Bajo la lámpara de aceite en la que el bajío del río se encontraba contra las altas noches
yo abrazaba la ilusión sin querer oír tus palabras
Yo no podía seguir la vida según la órbita que me dibujabas
tampoco podía volar hacia el cielo del paisaje que me pintabas
Sin embargo, ahora me encuentro agotada en una ciudad lejana
Toda ilusión que tuve se ha difuminado y se ha enfriado
Aquellos motivos que discutí contigo ya pierden sentido
Perdóname, mamá
¿Vas a discutir conmigo de nuevo por esos motivos?

Escondo debajo de las axilas los días mareados y difíciles
empuño en la mano las nubes dolorosas y solitarias
Me haré un árbol para papá y una bandera para mamá
Padres, les he adornado esta casa pequeña
Antes de enviarla
le pinté un nuevo color
querría que ustedes en el campo lejano
se sintieran orgullosos por las plantas sanas en los arreboles al anochecer

Pero ustedes no sabrán
que después de enviar la casa me hundí sola en el frío esa noche 
Como una nube que no tenía casa para regresar 
me paralicé en el aire de la ciudad.



La reina egipcia

El ramio que vestías, derrotaba 
cientos de miles de soldados y caballos
como la seda del oriente
subvirtió cuánto territorio

Tus sombras oscuras de ojo
eran el inmenso territorio
De Roma a Egipto
del Río Nilo al Mar Mediterráneo
Conquistaste una moneda de oro
y la figura en ella.

En cuanto a las grandes 
almas 
y preciosas
espadas 
de César a Antonio
todo se derritió en el amor dulce de tus labios
enrollado por tu lengua como una serpiente

Las flores caídas de los héroes
han creado la prosperidad y el sosiego de tu tumba 
El amor es
un sueño mezclado con sangre y lágrimas
que ha traspasado las guerras y la muerte
y sobrevive
en tu sonrisa
   



A partir de hoy
             
I

A partir de hoy, soy una cuerda de tu caballeriza
para dispersar el aroma de la regaliz
Toda la noche velo las estrellas
esperando tus pasos bajo la luna

En el aire se mantiene la lluvia de hace treinta años 
En el campo de deportes está mi figura de correr descalza
Toda brillantez ha goteado por tu ropa 
Río Shuanghe, el brillo que reflejan mis pies cristalinos
me lo devuelves esta noche.

Me he hecho tu mujer, tu reina
Me alojé en tu palacio en mi mejor edad 
Lo que yo había escrito en la cortina celeste
ya lo leíste entre mis senos

                
II 

A partir de hoy, Río Shuanghe 
Halando la falda con borde de flores calcáreas 
me senté como una reina modesta 
La humildad que he sembrado entre flores y hierbas 
rinde adoración al sol y a la luna por mí 
No me hagas llorar 
Las dificultades que he superado en camino a la cita 
han sido escondidas cuidadosamente en la fisura de las piedras 
incluyen mi tristeza inconsolable en Jerusalén 
y las maldiciones y espinas que lancé a Jesús 
Las limpio y convierto en suave luz lunar para ti 
Lo que todavía no entiendo de ti y tú de mí 
Dejémoslo al momento cuando nos sentemos frente las montañas 
nosotros solos, para convertirnos en inmortales. 
      
               
III 

Las escamas, que se descascaran del tobillo hacia arriba 
forman el cercado de mi corazón 
Si no tuviera que evitar cuchillos y espadas 
para qué camuflaría yo los hierros borrosos 
para qué estaría como las plumas 
obsesionada en el agua, viendo las ingenuas palomas 
que interpretan la paz con inocencia 
Este mundo, existe entre fórmulas irradiadas 
Las sensaciones falsas de la invaginación 
empezaron desde la paralización de Hawking 
         
                 
IV 

Sólo con adelantar la sombra que encontré en el campo de cereales 
pude protegerme de esa tronada 
Las moras de color violeta coloraron los dientes 
Me senté bajo el árbol y jugué al ajedrez con la luz y la sombra

Con un tirachinas en la mano, y arrastrando una rama fresca 
anduviste bajo la sombra del árbol de al lado 
Con la visión periférica echaste una mirada hacia el paisaje de este lado 
Las cigarras piaban, y el sol cantaba

Cuando el humo del atardecer subía despacito 
el aire se llenó de fragancia de pajas 
Los perritos terminaron de ladrar, de perseguir 
Volví al corazón de las batatas 
mirando que la luz lunar de tu casa 
iluminaba poco a poco los pajares y el rostro del joven     
          
                      

Tú y yo estamos destinados a reencontrarnos en la nieve después de treinta años 
como mi encuentro casual con Byron en el puente elevado en Lausana 
En aquel atardecer, el prisionero de Chillon todavía estaba en el agua 
Caminé hasta Montreux sosteniendo una hoja de arce 
Anduve de otoño a invierno

En aquel entonces, Byron iba a toda velocidad en el lago Lemán 
e inundaba el castillo con su plena pasión de sangre caliente  
Aquellos gemidos y cantos suaves 
los gritos incesantes cuando golpeaban las oleadas 
emitían un brillo inmortal

Vuelvo a tus brazos, Río Shuanghe 
A partir de hoy, tu frío también es el mío 
Me derrito en la piedra, como lo que promete Dios 
regresar al polvo 
regresar al tiempo de nihilidad









*

ZHOU SESE [20.219]

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Zhou Sese

Zhou Sese, nacido en 1968 cerca del lago Dongting del Sur, provincia de Hunan, China, es poeta, novelista, crítico literario y pintor. Fue administrador de una empresa informática, director de programa de documentales en inglés de la Televisión Central de China, director en jefe del documental Historias de la Biblioteca Nacional de China (cien episodios).

Actualmente vive en Beijing, es miembro de la Asociación de Escritores de China, director del Centro de Publicaciones Poéticas (Beijing) de la editorial Baihuazhou Literature and Art Publishing House, vice secretario general de la Asociación de Empresarios Jóvenes del Parque Innovador Zhongguancun Haidian de Beijing. Ha publicado diez libros de poesía: Los amantes de Musa (1990), Volar con el idioma (1992), Diecisiete años (2005), Kaqiu Kaqiu (2006), Bajo el pino (2007), Los regalos de este mundo (2009), Sistema de la propiedad privada (2011), Huesos duros (2013), Culturalismo: metapoesía (2014), Montaña Lishan (2016), etc.; cinco novelas: Calle ambigua (2005), Los auténticos (2006), ¿Para quién abren las flores silvestres (2007), Las manzanas (2008), Los cuervos de Zhongguancun (2009), así como una novela-guión de telenovela Banda de hermanos chinos (2009), una obra crítica Fiesta de la crítica (2009).

Es editor en jefe de la revista de poesía Kaqiu (desde 2007), editor de las antologías poéticas Selección poética del nuevo siglo (2016), Ránking anual de la poesía china (2015, 2016, 2017), Poemas que leímos en aquellos años (2016), etc. Es director del proyecto Colecciones de los 100 años de poesía (poetas y críticos chinos). Ha sido galardonado con Poetas Chinos Top 10 de Influencia en 2009, Premio de Poesía Rougang en 2009, Mejor Poeta Internacional en 2014, Poeta Ilustre de China en 2015, Premio Guardia de la Poesía en 2016, entre otros. Creó el premio de poesía Kaqiu- Pen Warren y el grupo de poetas chinos de la investigación de campo. Es budista creyente del templo Fahuasi de Hunan, bautizado con el nombre Shengzhou.

https://www.festivaldepoesiademedellin.org/es/Festival/27/News/Zhou.html


Traducciones de Sun Xintang


Pájaros en el bosques

Padre dormido en el bosque de la montaña. Me levanto en la oscuridad
Oigo hablando suavemente a los pájaros en el nido: «Ya amanece, 
el hijo vendrá a buscar a su padre.» 
Camino sobre las hojas caídas, como un ladrón del mundo humano
habiendo esquivado a mi triste madre. Está aclarándose el día. 
En el nido apiñados los pájaros, padres e hijos están en reunión matutina
discutiendo sobre mi padre y mí: «Esa persona ya no tiene padre. 
¿Quién le busca comida? ¿Quién le pone alas?» 
Les oigo agitar las alas, y las primeras luces iluminan sus picos y rosadas patas 
«Viene, viene el hombre—
No tiene lágrimas en la cara, pero parece un pobre perro negro sin haber dormido en la noche.» 
Sigo andando, ellos me siguen y vuelan sobre mi cabeza
hablando de mí: «Está arrodillándose, arrodillado ya, 
y la luz se refleja en las lágrimas de su rostro …»




Mamá

Cada vez que pienso en el camino a casa
lo hago con mucho esfuerzo
quiero tener a mamá en mis brazos
mamá envejece
suele estar sentada de noche
esperándome sola día tras día
El día del Año Nuevo voy al monte Lishan
¿Está bien padre en la tumba?
Mamá ha sido abandonada por padre
en este mundo
Cada vez que me esfuerzo en extrañarla 
sueño con ella peinándome 
Cuando extraño a mamá
me vuelvo una niña
una niña sin amparo




Última temperatura corporal

Mamá aún tiene temperatura
Cuando mi mamá 
aún tiene temperatura corporal
yo todavía tengo mamá
Nosotros dos, madre e hijo
en la cama de esta casa de Lishan
yo palpando la cara de mamá
palpando su cuello
igual que cuando yo tenía seis o siete años
recuerdo que en el sueño
siempre podía acariciar la cara de mamá
y su cuello brillaba en el sueño
Mi mamá 
ya no tiene respiración
pero sí temperatura 
una temperatura que está desapareciendo
Mamá está acostada al lado mío
como mi último salvamento











-

GARY GEDDES [20.220]

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Gary Geddes 

Gary Geddes nació en Canadá en 1940. Ha publicado los libros de poesía: Poemas, 1971; Ensenada de ríos, 1972; Raízdeserpiente, 1973; Carta del amo del caballo, 1973; Guerra y otras medidas, 1976; La prueba ácida, 1980; El ejército de Terracota, 1984; Cambios de estado, 1986; Hong Kong, 1987; Salida difícil, 1989; Luz de torres en llamas, 1990; Muchacha junto al agua, 1994; El perfecto guerrero frío, 1995; Comercio activo: Poemas selectos 1970-1995, 1996; Volando ciego, 1998; Skaldance, 2004; Armazón, 2007; Nadando Ginger, 2010; ¿Qué quiere una casa?; La reanudación del juego, 2016. 

Otros de sus libros publicados: Lo perturbador del Occidente, 1986. En prosa: Cartas desde Managua: Meditaciones sobre política y arte, 1990; Hogar navegante: un viaje más allá de tiempo, lugar y memoria, 2001; Reino de las diez mil cosas: un viaje imposible de Kabul a Chiapas, 2005; Bebe la raíz amarga: una búsqueda de justicia y curación en África, 2010; Medicina fragmentada: Mensajes desde las vanguardias indígenas, 2017. En teatro: Los malditos ingleses, 1984.

Traducciones: No advertí la montaña creciendo oscura, 1986, poemas de Li Bai y Tu Fu, traducidos con la asistencia de George Liang. Libros de crítica: Novelas tardías de Conrad, 1980; Fuera de lo ordinario: Política, Poesía y Narrativa, 2009; Dando testimonio, 2016.

Antologías: Poesía y Poética del Siglo 20 (Oxford University Press, 1969, 1973, 1985, 1996, 2006); 15 Canadian Poets Times 3 (Oxford, 1971, 1977, 1988, 2001); Skookum Wawa: Escrituras del noroeste canadiense (Oxford, 1975); Divididos permanecemos (1977); El oído interno, 1983; Chinada: Memorias de la banda de siete, 1983; Vancouver: Alma de una ciudad, 1986; Compañeros: Escritos sobre Latinoamérica, 1990; El arte de la ficción breve: Una antología internacional, 1992; 70 poetas canadienses, 2014.

Ha recibido numerosos premios por su obra, entre ellos: Premio Nacional de Poesía de la Asociación de Autores Canadienses, 1981; Premio de Poesía de la Commonwealth (Región de las Américas), 1985; Premio de Poesía Archibald Lampman, 1990 y 1996; Premio de Poesía Guy Owen, 1994; Premio Pablo Neruda, 1995; Premio Gabriela Mistral, 1996.

https://www.festivaldepoesiademedellin.org/es/Festival/27/News/07.html



Traducciones de Arturo Fuentes



El lugar de Jimmy

Encontramos la vaca en una arboleda bajo el camino,
sostenida por un aliso, su apoyo,
su ubre hinchada, su aliento cansado y áspero
como un raspar. Yo podría haberme ahogado
en el ojo húmedo que giró hacia mí.
Su ternero, aunque muerto, estaba perfectamente posicionado,
patas delanteras y cabeza sobresaliendo del anillo ardiente
de la vulva.  Demasiado grandes, quizá, o las patas traseras
al romper bolsa, dispersaron fluidos.
Por mucho que tratamos no pudimos sacarla
y la carne alrededor de las patas se empezó a despegar
por la presión de la soga.  La vaca
no tenía más fuerza y se tambaleaba hacia atrás
cada vez que halábamos.  Átenla al árbol,
dije, siendo el maestro obligado a tener una respuesta, incluso aquí
en el Camino Alto, cinco millas al sur del pueblo
donde la isla amontonó la mescolanza
de sus orígenes.  Ya venía, por Dios,
lo juro, este ruano de malezas con su ser de sombra
salido por detrás, yendo en ambas direcciones
como una '52 Studebaker, venía por pulgadas
mientras nuestros pies se deslizaban en barro, mierda
y pasto húmedo.  Levantó su cabeza y trató
de ver qué locura habíamos fraguado en su camino,
emitió un gemido tan desgarrador que rompería cualquier bolsa,
su ojo húmedo retrayéndose hacia el blanco perfecto.



Torre

Las amé, a mi manera,
suficiente para gastar efectivo por un rifle
y planear mi estrategia a lo largo de la noche.
No me quejé del viento frío
ni de la agotadora escalada hasta la torre;
la larga espera y el olor fétido de las 
palomas tampoco retaron mi paciencia.

Cuando emergieron, tras un momento,
en el brillante sol de invierno al mediodía,
yo no escatimé esfuerzos para sujetar el rifle
y alinear la delicada cruz de la mira
con sus cabezas o pechos.

Y cuando empezaban a correr, después que la primera
se había posado a descansar en la blanda nieve,
nunca perdí mi frescura, pero las tomé
una por una, como un gato coleccionando gatitos.



Tierra prometida

Cuando fui a tantear el terreno
llevé espinilleras, máscara de gas,
llantas para la nieve, radar,
bazucas, aviones de reconocimiento,
talco para pies, hilo dental, rifles
FN, pasaporte falso, seguro médico 
y un suspensorio con copa de metal.

En mi camino a inspeccionar la tierra
llevé comics de Batman, un walkie-talkie,
granadas y bayonetas, un yoyo,
la memoria de la madre sacudiendo calcetines limpios
y ropa interior, un seguro de vida,
la Encyclopaedia Britannica, la bendición de
Moisés, un casete, un frasco de whisky,
un antistamínico, unas cuantas direcciones,
bongós, una revista Playboy, un equipo
para chuzadas, bolsas verdes de basura,
Kleenex, un laxante, una balsa inflable,
comida seca, luces de bengala, emplastos de maíz,
tiquetes de regreso, pilas de repuesto,
anticonceptivos, un atlas.

Supe que Medellín era el lugar correcto,
vendí el lote entero el primer día.



JIMMY'S PLACE

We found the cow in a grove below the road,
leaning against an alder for support,
her udder swollen, her breath ragged and grating
as a rasp. I could have drowned
in the liquid eye she turned to me.
Her calf, though dead, was perfectly positioned,
forelegs and head protruding from the flaming ring
of vulva. Too large, perhaps, or hind legs
broken through the sac, dispersing fluids.
Much as we tried we couldn't pry it loose
and the flesh around the legs began to give
from pressure on the rope. The cow
had no more strength and staggered back
each time we pulled. Tie her to the tree,
I said, being the schoolmaster and thinking
myself obliged to have an answer, even here
on the High Road, five miles south of town
where the island bunched in the jumble
of its origins. It was coming, by God,
I swear it, this scrub roan with her shadow self
extending out behind, going in both directions
like a '52 Studebaker, coming by inches
and our feet slipping in the mud and shit
and wet grass. She raised her head and tried
to see what madness we'd concocted in her wake,
emitted a tearing gunny-sack groan,
and her liquid eye ebbed back to perfect white.

From:   Changes of State, 1986




P.O.W.

He grew remote, acquired a language
I could not decipher. My airman, my high—
flyer, cryptic, hieratic, more complicated
than Linear B, or the Dresden Codex.

Demented not demotic, and no Rosetta Stone
to tap. I failed to crack his code, 
its glyphs and glygers, the Dead Sea 
Scroll of love I languished in. I regressed,

mute in the face of shifting vowels, lost 
consonants. Tore my hair, mouthed vows, 
cursed this vain enigma in his cuneiform. 
Dismissed, of course, as menopause, 

the rash that formed upon my belly
proof enough. And sleep, that famous 
balm, exploded in my face. Other things 
on his mind: war, unfinished business 

in Dundee. Or was it Dunsinane? I was one 
witch too many, no Orkney wood to order 
wrapped as camouflage. I'd ruined his precious
furlough; the poems he'd planned to write

were out the window. I could kiss the ass
of my Italian gardener, for all he cared,
stepping into his plane. And so I did,
as well as all his other parts. One by one,

I felt my unvoiced cells rejuvenate; the itch 
migrated south. I couldn't get enough 
of him, his crazy grin, the ridge of dirt 
beneath his nails. Even the quaint 

Catholic saints he painted on his tin roof's
corrugations performed sweet ministries
—coleslaw phonemes, pasta pictographs—
till I too, earth-bound, human, got my wings.

From:   Skaldance, 2004




SANDRA LEE SCHEUER

(Killed at Kent State University, May 4, 1970 by the Ohio National Guard) 

'You might have met her on a Saturday night,
cutting precise circles, clockwise, at the Moon-Glo
Roller Rink, or walking with quick step

between the campus and a green two-storey house, 
where the room was always tidy, the bed made, 
the books in confraternity on the shelves. 

She did not throw stones, major in philosophy
or set fire to buildings, though acquaintances say 
she hated war, had heard of Cambodia. 

In truth she wore a modicum of make-up, a brassiere,
and could no doubt more easily have married a guardsman 
than cursed or put a flower in his rifle barrel.

While the armouries burned, she studied, 
bent low over notes, speech therapy books, pages
open at sections on impairment, physiology. 

And while they milled and shouted on the commons, 
she helped a boy named Billy with his lisp, saying 
Hiss, Billy, like a snake. That�s it, SSSSSSSS,

tongue well up and back behind your teeth.
Now buzz, Billy, like a bee. Feel the air
vibrating in my windpipe as I breathe?

As she walked in sunlight through the parking-lot
at noon, feeling the world a passing lovely place,
a young guardsman, who had his sights on her,

was going down on one knee, as if he might propose.
His declaration, unmistakable, articulate,
flowered within her, passed through her neck,

severed her trachea, taking her breath away.
Now who will burn the midnight oil for Billy,
ensure the perilous freedom of his speech;

and who will see her skating at the Moon-Glo
Roller Rink, the eight small wooden wheels 
making their countless revolutions on the floor?

From:   The Acid Test, 1980




SULLIVAN

There's a strange hush at St. Stephen's
as we wait for them to storm the College.
Nurses drift like butterflies among the injured,
offering a word, a touch, a cigarette.
When the enemy bursts through the door

I'm lying on a cot at the far end of the corridor,
my head bandaged, my leg supported in a sling.
Two soldiers proceed to bayonet the sick and wounded
in their beds, to a chorus of screams and protests.
A nurse throws herself on top of one of our boys

to protect him—it might have been the kid
from Queen's—and they are both killed
by a single thrust of the bayonet.
I suppose they were sweethearts. Pinned
at last, she does not struggle. Her hands

open and close once, like tiny wings,
and the dark stain on her white, starched uniform
spreads like a chrysanthemum, a blood-red sun.
I cut the cord supporting my leg, slip on
the nearest smock and stand foolishly at attention,

making the salute. My right index-finger
brushes the damp cotton of the bandage.
Later, the butchers are shot by their own officers;
one, apparently, had lost a brother
in the final assault.

From:   Hong Kong, 1987




THE LAST CANTO

I seldom budge
from Rapallo.
Venice is no Byzantium
these final days.
Stench from the canals
worse than the cattle ship
I sailed to Europe on. 

Mr. Nixon was half-right:
poetry did not pay,
but there was a future in it.
The age demanded
a scapegoat and a saint.
Being American
I applied for both jobs.

The world has been my whale-road,
wanderer and seafarer
among the lost manuscripts,
charting connections
few had even dreamed of.
I've gone about my business
like a pack-rat.
You have to do that,
have on hand ten times
what you can ever hope to use.
Tennyson was right
about being part of all he met,
but he hadn't met enough.

As the range broadened
my speech became barbarous,
that of a man who's lost contact
with the words of his fellows,
though he knows their hearts'
most intimate desires.

I once advised trashing the metronome
and composing with the music
of the speaking voice.
Now I say:
Exercise the mind
and school the heart;
voice will rejoice
in its tender chains
like a bridegroom.

While my former countrymen
have given up on ideas,
except in things,
whatever that means,
and play with themselves
like clergymen,
less out of need than habit,
I dream
of ideas in action
and of forma, even the canetto,
where the dance of ear
and intellect
draw dormant filings
into the pattern of a rose.

I wrote in an article
in T.P.'s Weekly in 1913:
The artist is always beginning.
Any work of art
which is not a beginning,
an invention, a discovery,
is of little worth.

I still hold that view
though at times, I admit,
I counted the cost.

I have spoken too much of usura,
or not enough.
Even the air we breathe
is rented for a price.

Forget my dicta:
direct treatment of the thing
and all that rot.
The thing, so-called,
has yet to be revealed.
I have found poems
to be wiser and more honest
than poets.

Remember the ideogram
from the Chinese,
the one representing truth
which shows a man
standing beside his word.
Nothing more.
The merchant's wife
dying alone
in her unkempt garden
by the river
praises
my irregular feet,
though she draws the line
at Social Credit.

Forget me too:
listen to the poems.

You see, I'm prescriptive
to the end, a weakness
acquired in Hailey, Idaho
and never shaken.

From:   Changes of State, 1986








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NIKOLAOS VLAHAKIS [20.221]

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NIKOLAOS VLAHAKIS

Nikolaos Vlahakis    nació en el pueblo de Vrises Merambelu  departamento de San Nicolás,  Creta, Grecia en 1967. Estudió filosofía en la Universidad de Sofía – Bulgaria, "San Clemento de Ochrid" (SU Kliment Ohridski ). También administración publica en la escuela National de administración pública en Atenas y realizó estudios de posgrado en relaciones exteriores y estrategias en el "Centro Europeo de Investigaciones internacionales y estratégicas de Bruselas" (CERIS/2000 – 2003).  Se ha desempeñado como agregado de prensa de las embajadas griegas: en Tirana (Albania) Brusselas (Belgica) Sofia (Bulgaria) y Budabesta (Hongria) como también en las Representationes Permanentes de la Unión Europea.  Hoy en día cumple sus funciones ante la embajada griega en Berlín – Alemania.

Algunos extractos de su primera colección poética "Cita de la fuerza multinacional o Terra incógnita" ( Edic. Gabrilidis 2002) se han traducido al ingles y al búlgaro en la revista "literaturni Balkani". Se han publicado igualmente en periódicos y revistas griegas y de otros países artículos suyos de literatura, política internacional y teoría social.

En el año de 2011 salió publicada la segunda colección poética de la editorial Gabrilidis "El Puente de las Águilas" que ha sido traducida al alemán (inédita).

En el 2016 se publico la tercera colección de poemas  "De la turbulencia y la sombra -Idola tribus".




Antiguos jefes guerreros

con águilas rompehuesos                            
- especie en vías de extinción
como consciencias de Comnenos –
bronce  patinado que no alcanzó la gloria
pelerinas con diademas
y espadas que cuelgan de  las vigas
- especies para descubrir
por aprendices arqueólogos –
de  aspecto  salvaje y sueño  inquieto,
ánimas ya,  pero no de mármol
con centavos en el bolsillo y cigarillos
para la comitiva fúnebre.

Las barquillas  los  traen y  llevan a lagos
con ciudades  sumergidas
ranas encantadas
como  brigadas en espera
que  croan embarazadas
de Historia:
camuflados   alaridos de guerra
y  mensajes de cantares de gesta
- ¡Esperad la hora
que  desenvainemos
esperad, nada más!

Mujeres de entrañas  desgarradas
y  efusión de lamentos,
dientes  estropeados
y  mejillas abofeteadas,
humilladas  por la espera,
tejen  cuerdas
para  invisibles mandolinas.


II

Mercenarios extranjeros
consumiendo  champaña
e impartiendo  órdenes
por  motorolas sin hilos.

Desde  que  murió Ginsberg
pasaron tres meses
y  Hong Kong 
ya  pertenece a Pekín;
¡Hitler vive en California!
exclamará  Jim Morrison
y un rey  idiota
retorna a la África del Sur.

Sobre la  tumba de Apollinaire
crece   maleza  allá en París
y  los  huesos del Che
fueron  entregados  a  Aleida
- en Vigamarte
no  quedó  sino un molde de yeso;

Llamo  pues a mis amigos
los  surrealistas y sus  amadas
- yeguas  blancas en cuadros de la helenidad – 
pequeños  dioses  enmohecidos
y siempre  vírgenes  señoras de las viñas.
¡Viva,  exclamo, nuestra  muerte  en  sueños!
y   vivan las chicas
que  nos  amaron
los  veranos  aprendiendo  francés
y   llenando  álbumes  rosados.


III

Desnudo   y   descalzo
pero  bien  reputado,
recibí  los   tropeles de refugiados,
como  si no hubiera
nadie  más  para  esperarlos,
fuera  de  mí.

Ululando  histéricamente
con gordianos  sollozos
inconsolables, decían,
de  la  Historia,
con  dolores  pintados
sobre  sus  entrañas  escabrosas
y  sobre los  senderos
que  escogieran  ese  Junio,
cuando  las  coronas  ardían
como  exorcismos,
y los  laureles
rompían en sollozos  de cobrizo  tintineo
¿o serían relámpagos?

Nunca  llegué a comprender
los  mensajes
de  aquel  verano.






Refrán  para  epílogo

En el medio el Sol
dos  lanzas  vagabundo
disco  rojo
rojo y volcánico.

Y en el medio el Sol
dos  lanzas  sin crepúsculo
muerte de rizado  pelo
rojo  y  volcánico.





El choque de las civilizaciones

El choque de las Civilizaciones
Contemplada  desde  los  altiplanos
Que  rodeaban  la  capital
Se parecía  a  una  mancha
Incandescente
Que  daba  vueltas en el aire
Cual escudo
Encendido, con grabado de plata
De un cruzado  tísico
En las costas de Chipre.

Las noches se oían
Lejanos  ladridos
De chacales vagabundos
Frente a las puertas
De los  siete  cielos

Como  desgraciados  ejemplos
De la asimilación

Jueves, 9 de Febrero 2006



https://www.festivaldepoesiademedellin.org/es/Festival/27/News/Vlahakis.html







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