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Channel: POETAS SIGLO XXI - ANTOLOGIA MUNDIAL + 20.000 POETAS: Editor: Fernando Sabido Sánchez #Poesía
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MARÍA MARTÍN SERRANO [19.485]

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María Martín Serrano 

Licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de Alcalá y en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Cursó el máster en Enseñanza del Español como Lengua Extranjera del Instituto Cervantes en colaboración con la UIMP. Ha impartido diferentes cursos de formación de profesores y cuenta con publicaciones en diversas revistas especializadas. Ha trabajado en el Instituto Cervantes de Belgrado y de Cracovia y fue la responsable de impartir los primeros cursos de enseñanza a niños realizados en ese centro. Actualmente compagina su labor como profesora de ELE en Babylon Idiomas Madrid con la enseñanza de inglés a niños y adolescentes en The British House.. Es aficionada a la lectura, el teatro y la escritura. ‘Abecedario de huracanes’, incluido en la obra conjunta ‘Trilogía del desorden’, de Inventa Editores, es su primer poemario.




V

Comes de mis sueños.
Gateas a oscuras
bajo una cama de trincheras,
en un pasado sin mapas
ni libros prohibidos.
Entonces,
cuando la almohada
pierde el norte
y mañana parece un océano,
despiertas mis besos.
Me arrancas el mundo 
a dentelladas.




Ñ

"Mi estrategia es que un día cualquiera 
no sé cómo ni sé con qué pretexto 
por fin me necesites”
Mario Benedetti

Hoy preparo una nueva estrategia.
Decido ignorar los tacones altos
y elegir esa pose natural que tanto te gusta.
Apago el móvil, 
uso antiojeras,
me dejo el pelo suelto
y me río delante del espejo.
Guardo mis inseguridades en el cajón 
y elijo un tanga negro.
Me depilo las cejas.
Me masturbo antes de salir.
Bebo un zumo de naranja con vodka
y cojo las llaves de casa.
Hace calor.
Los planes de futuro se disipan.
No tengo miedo a escucharlo otra vez.
Me recojo el pelo.
Se ha hecho demasiado tarde.

Absurda 
estrategia.





A

No hay nada.

Solo existe
la insolente presencia
de la vida.








-


ROSA MARÍA FUNÉS MOÑUX [19.486]

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Rosa María Funés Moñux 

(Madrid 1970), estudió Medicina en la Universidad de Alcalá de Henares especializándose en Pediatría y Neonatología. Casada y madre de dos hijos, vive en Alcalá de Henares y actualmente trabaja en el Hospital Príncipe de Asturias. Poetas como Angel González, José Hierro, Jaime Gil de Biedma y Luis García Montero son culpables de su gran afición a la poesía.



I

He escrito en una gota
la historia de una tormenta.
Leen entre líneas
mis ojos.

Tienen anemia
los charcos
y palidecen.




VII

Soy ceniza
porque te has fumado mis dedos.
Eres impermeable
porque arrancaste mi piel
para abrigarte.
Soy el humo de tu boca,
porque cuento historias 
de lágrimas congeladas.
Paro el tiempo
para jugar con tus anhelos.
Soy una vértebra 
en el camino,
una historia de buitres,
un cementerio de hojas
caducas.




XII

Hay misterio en la tinta
que mancha tu cuaderno.
Me pregunto por qué 
has escrito vida con lápiz.
Una gota de café 
firma la última página.
Ya sé que no existe el dolor
sin nombre propio.










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IVÁN ROMERO MARCOS [19.487]

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IVÁN ROMERO MARCOS

Iván Romero Marcos nace una madrugada de verano de 1986 en Madrid. Apasionado desde pequeño por los cómics, nunca deja de leer todo lo que le cae entre manos. Ha publicado poemas en la revista Argonautas y en 2015 participó en la primera antología de la editorial.

Actualmente reside en Alcalá de Henares donde trabaja como administrativo.

Cacería es su primer poemario





CULPA

Es tarde, 
sabes que no soy nada rencoroso,
pero tengo una excelente memoria
para las cosas tristes.




PRIMAVERA

No metas la llave en la segunda cerradura.
No desveles el misterio tan temprano.
Deja que la oscuridad se haga grande
y nos atrape,
que el silencio encuentre hogar
en nuestro cuerpo.

Esta noche seremos cada uno
lo que el otro necesite.
Esta noche seremos primavera,
un jardín sin nombre en la garganta.




GUERRA

Te recordarán en cientos de oraciones.

Tu nombre es una guerra,
un campo de batalla donde nunca gana nadie.








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SALVADOR MIRA [19.488]

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Salvador Mira

Nacido en Pontedeume (A Coruña) en 1978. Ha vivido en Madrid y otras ciudades, residiendo actualmente en su pueblo natal.

En el 2007 publica su primer poemario Durante todo el día (Editorial Diedycul, Madrid): tríptico poético cuyos versos transmiten un diálogo desde la soledad y el silencio asumidos. Dos años después publica Ángel azul (Ediciones Vitruvio, Madrid): el desgarro, la soledad y la impotencia son constantes en este poemario. Su tercer trabajo, Asalto al cielo (Ediciones Vitruvio, Madrid, 2010), es una singular carta de navegación, un poemario lleno de nombres, cifras, libros, películas, que como un diario, se convierte en una crítica de la sociedad y en el reclamo de una forma de vida más culta y sensibilizada. En 2011 publica Los diablos (Espino Albar, Pontedeume); nuevamente nos encontramos con los versos desolados de un autor que cuestiona el sistema establecido y la mediocridad que lo abruma. En 2013 aparece en su blog SALVADOR MIRA POESÍA, en el que combina sus poema scon pintura y fotografía, su último poemario Ensoñaciones desde el filo. Estos cinco poemarios dan forma a la totalidad de su obra: Destierro en la Tierra.

Poética

La poesía de Salvador Mira es directa, sencilla y sentida, firme en el deseo de la claridad; cuida cada verso y se adentra en lo más hondo del ser humano. En sus versos predomina el inconformismo y la denuncia contra un mundo basado en el consumo y la frivolidad. Sus letras desprenden una humanidad que encuentra fácilmente al lector.



DURANTE TODO EL DÍA 11

No digo, asumo;
la palabra no puede expresar, rozar mi cariño.
Es imposible hallar
mis sentimientos hacia ti
en versos o en poesías.
¿Cómo decirlo?
Solo el intento sería odiosa pretensión.
No hay un enamorado
cuyo querer toque o arañe el mío.

Amor sumergido en lo inefable.
Universo de incesante afecto.
Acendrado deseo.

Algo que desconoces y solo yo sé: 
te quiero.


ASALTO AL CIELO 119

Se acabó la dictadura de la ignorancia.
Se acabó la falta de dignidad.

Angustia, desidia, miedo, 
engaño, intriga, frustración, aislamiento, 
manipulación, mentira, incomprensión…

Se acabó.

No oyes cómo el murmullo aumenta:
la revolución jamás hecha.

No tienes que luchar por ser rico,
no tenemos que luchar por dejar de ser esclavos.
Nosotros somos un sueño.
Sal a la calle y grita conmigo:

«Soy un sueño de libertad».



Los diablos 123

No sé si tengo 31 o 21 años.
No sé si estoy en la noche o en la mañana;
la noción del tiempo se ha volatilizado.
No logro recordar mi nombre,
el pasado son poemas emborronados,
¿qué ha ocurrido?,
¿cómo he llegado a este estado?

La bruma me rodea;
a mis ojos, a mi pensamiento.
La lluvia golpea el tejado, se escurre por detrás de las paredes;
más que la lluvia, la locura.

El pasado se diluye,
extravío mis nostalgias;
entro en un presente continuo, un presente enajenado…
La indiferencia continúa golpeando las ventanas.

Las imágenes se tornan sonidos;
los sonidos, estallidos.
Se oye una voz, un débil aullido
de algo que fue mi juventud.

¡¡¡No sé cómo me llamo!!!
De nuevo las gotas:
«Tim, tanm, tin, tan, timm…».



ENSOÑACIONES 28

Yo era un niño
que recogía las palabras de amor que un dios no quiso.

Un muchacho que esculpió tu nombre en su alma.

Yo fui el que rompió el silencio con sus versos…

La palabras se transformaron en besos,
música para tu hastiado corazón,
irisados poemas, café de rosas,
abrazos tiernos, grillos y libélulas.

Amor, poesía, mariposas y pan.
Almas llenas de juguetes,
lunas llenas, vino dulce…

El sol ríe en tus ojos,
el deseo construye castillos de naipes.

Una estrella palpita en mi pecho,
piel de ámbar, dedos de plata,
caderas, pianos, violines y guitarras.

Deudas pendientes:
Aprecio, simpatía, dos Lunas de Miel,
un «te quiero» y mil alianzas…

Mar de luces y consuelos,
tierra del amanecer,
flores, flores, rojas amapolas son tus labios.

Días que no volverán,
noches que se quedaron atrás,
yo era, yo he sido…
Ya no soy más.





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EDUARDO CICHY [19.489]

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Eduardo Cichy

Nació en La Playosa (Córdoba), Argentina, pero reside en Villa María desde 1987. 
Vive en Villa María, Córdoba. Es poeta y narrador, actor de teatro y artesano. Entre libros de cuentos, novelas y diferentes poemarios es autor de una veintena de libros: “en el interior de cada uno existen huecos llenos de cosas por decir”. Para él la poesía es la herramienta esencial para buscar esos mensajes y la manera más pura para expresarlos.

"No está solo en la espesura"- como dice Whitman.  Su amplio sentido del humor lo vincula socialmente.  También su poesía que ha transitado por diferentes etapas y estilos.  La de hoy, es una poesía breve, segura, que testimonia su paso por un presente de artesanías y desafíos literarios. Artesano con las manos,  poeta con el corazón y el pensamiento.  


¡Mentira!
No fuiste un justiciero
 
fuiste un asesino.
 
Aún con borceguíes
y ropa verde
eras un perro violento
que mordía
sin provocación.
 
Hoy
después de tanto
no se acabó la rabia.
 
*


Algunas veces
deseamos volver
a las ansias de devorar
presentes
en la dentición primera.
 
A aquella sensación
que tuvimos
cuando fuimos apenas un esbozo
de las futuras mordeduras:
 
las de la bronca.
 

*


Desgarré tu cuero
tu carne
tus  entrañas.
 
Me bebí tu sangre
tu aire
tu esencia.
 
Me volví
monstruo insaciable
caníbal de vos y de mí.
 
Y fui cazador y presa
 
porque con tus colmillos
masticaste mis palabras.
 
de "Dientes"




Cada vez 
que hicimos el amor 
nos mentimos.

El amor ya 
estaba hecho.

Sólo lo ajamos 
y estropeamos un poco.

DE Comositodofueratanfácil, 2007




Sólo recuerdo 
que lloré 
y maldije.

Aquella noche 
envejecí.

DE Comositodofueratanfácil, 2007




Este poeta
contó las madrugadas
los desvelos
las plumas de chocolate
de una garganta aguda
o de un terreno baldío.

Contó hasta mil
hasta dos
dos ojos, dos orejas
hasta una boca
hasta cien
hasta tu sien
y hasta párpados.

Contó los días
y las auroras.

Se subió a las auroras
y amaneció torcido,
roto, ajado, solo y triste.

Le faltó contar con tu abrazo.

DE Algo posible, 2010




a los desaparecidos en la última dictadura en Argentina

No me alcanza el desagravio.
Me trepo a tus navajas 
con un aleteo de murciélago 
para traerte. 
Te desando la nuca fusilada 
la muerte muerta 
el salitre 
de tu sangre en pedazos. 
Te arranco el corazón 
y lo revivo.
Me entrego 
a la rapsodia de tu oficio 
te digo inocente 
hasta cansarme 
te rescato.

No me basta un clavo débil 
al que aferrarse. 
Tu ausencia de pájaro
no me alcanza.

DE A la izquierda de la coma, 2014




Ya me mataste una vez.
Por más clavos
que incrustes
en mis manos
no vas a conseguir
que al tercer día
                      resucite.




No te vi 
al lado del camino. 
No vi tu frío 
tu poco vestido 
tu hambre de gritos 
tu miseria.




No me juzgues egoísta

de tanto andar 
a contra viento 
me acostumbré 
a llevar los ojos cerrados.

De "El ojo izquierdo". Xión Ediciones.2013




Descuelgo palabras

Descuelgo palabras
              de una rama
que aún no ha fructificado.
Me siento a la sombra
de un libro desierto.
Hundo mis huesos
en la carne hecha madera
con sangre en el hacha
con hacha en las astillas
con astillas en las letras
con letras
              que no saben a nada

con nada.

De la antología "arreMolina. Siete Poetas".



Instante Previo

Cuando mis manos ya no tiemblen
y las voces no me hablen.
Cuando mis latidos torpes no tropiecen,
ni mis pájaros vuelen como ángeles.
Cuando ya no escriba más mi réquiem
y mi pecho solo suelte aire.
Cuando mi silbido se nuble
y, como torbellino, se inquiete mi sangre.
Cuando mis pies dormidos despierten
y mi camino brille como una idea que nace.
Cuando mi pasado no sueñe con mentiras
y el perfume no abandone a los rosales.
Cuando el atardecer se pose en mis pupilas
y su luz convierta al minuto, inacabable.
Cuando el llanto me invada los pañuelos
y su canto de lágrimas me desarme.
Cuando el límite de la vida sea estrecho
y la muerte, negramente, se me instale,
dame un poco de tu vapor de cielo
y dejame respirar el viento de tus labios, 
para que cuando tenga mis pulmones llenos,
pueda decir que te estoy tocando.






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NATALIA JARAMILLO [19.490]

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Natalia Jaramillo

Escritora colombiana, nacida en Envigado, Antioquia, 1977. Licenciada en Español y Literatura y especialista en Literatura Infantil. Su tiempo de escritura lo comparte con la redacción publicitaria en una agencia de comunicaciones en Medellín. Disfruta de la naturaleza, es amante de la cocina y de la jardinería. 

Hasta el momento ha publicado los libros de poemas: Poemas para matar a un hombre, con el que ganó el primer puesto modalidad Poesía en el Festival de Arte Joven 1999, en el municipio de Sabaneta, Antioquia, Poecitas, en edición independiente y Golosinas para comer con las manos sucias. 

También ha escrito obras de teatro y cuentos infantiles. Lleva un blog llamado ojodedevino, donde publica crónicas, recetas y relatos para sus amigos y lectores desprevenidos. 

Pertenece a los colectivos literarios Edita, Encuentro Editores Independientes, las artes y la poesía, con sede en Punta Umbría, España y Escritores por Ciudad Juárez, Tijuana, México. 

Para ella, la poesía es la capacidad que tiene el hombre de volar para acercarse o alejarse de sus demonios. “Al escribir, el poeta se quita la piedra del zapato que no lo deja tener sosiego; en mi caso; trato de leer a la mujer y plasmar en mis poemas su mundo e imaginario, al quitarme la piedra, busco darle vida entre versos, el universo femenino”.


De: Poemas para matar a un hombre

PARTIDA

Sentada,
con la mirada en no sé cuántos rincones
sin despertar de mi letargo
aún trémula decidí partir.
Luego de varios años de encierro
de inagotables silencios
de lágrimas incomprendidas,
decidí partir.
Ahora,
sentada en la mejor silla del infierno
estoy tan lúcida
y todo se ve tan claro.



SOY LA MUJER

Soy la mujer 
que tiene un hueco entre los pechos
y no amamanta su presente.
Que se niega a parir un futuro incierto.
Que ha sido de la época 
en que hombres y demonios son los mismos.
Que le dijo adiós a las palabras de amor
por ser venenosas y dulces.
Que martilla cada día su cabeza
con la soledad.
Que vende hijos en almacenes de sueños.
Que escribe poemas
para matar a los hombres
porque todavía le teme a las armas de fuego.




De: Poecitas

DEDICO

Hoy dedico: 
Al miedo
estos pasos que todavía no han llegado 
a ninguna parte.
A la urgencia 
toda la saliva, el sudor y las ganas.
Al origen 
mis botas de caminante nocturna.
A la caída
el amor que perdí, el que poseo.
Al verde
mi piel y las hadas.
A los sueños
las palabras que no he podido escribir.
A la vida
los fugaces presagios del desdén.
Al vértigo
la caída libre desde el alma.
Al papel
mi tantas veces consagrada soledad.
A la fobia
los escupitajos del olvido. 
Al vino
las sonrisas invisibles. 
A la poesía
cada cicatriz.



DE MIS PECHOS MADUROS

Soy bella desde el mismo instante
en el que miro al espejo 
mis pronunciadas curvas
y no me avergüenzo.
Porque con ellas caliento la aurora. 
En mi regazo amplio duerme el horizonte.
De mis pechos maduros
se alimenta la savia.
Sí, no me avergüenzo,
porque con este cuerpo
se han andado maravillosos campos,
se han conocido hermosos lechos
se han degustado inolvidables cenas
se han probado las delicias del vino.
Sí, no me avergüenzo…
Un poco madura,
un poco maltrecha,
un poco imperfecta,
y más viva.



Poemas de: GOLOSINAS PARA COMER CON LAS MANOS SUCIAS

TEMBLOR

Es magnífica la vida
como nos mete de cabeza y corazón
en situaciones como esta.
Vos sabés a que me refiero, 
¡Quién mejor que vos! 
El leve temblor que siento 
anuncia la llegada de tu cuerpo 
que todavía se me hace extraño, 
que todavía no reconozco. 
Ese del que huyo sin saber por qué. 
Qué querés que te diga. 
Este temblor que siento 
trae a mis oídos, 
las palabras que no has dicho 
y que no dirás, 
porque vos sos así. 
Que querés que te diga, 
este leve temblor que siento 
moja mis labios con la saliva 
que tu lengua no me ha dado 
esa que piensa tanto, 
que dice tanto, 
que calla tanto. 
Que querés que te diga 
este leve temblor que siento 
viene con tus manos 
cerebralmente diseñadas para tocar, 
para fumarte el humo de la vida. 
Que querés que te diga
este leve temblor que siento 
vos.



SI SUPIERA

Si supiera la soledad 
que le he puesto nombre a mis caricias. 
Que las noches ya no son suyas. 
Que mi deseo no busca más su abrazo. 
Que le perdí la ruta al taciturno llanto. 
Si supiera la soledad 
que ahora el café tiene compañía. 
Que las sábanas dejan mi olor por otro. 
Que mi lengua encontró su gemela. 
Que mis muslos abrazan otros perfectos y cálidos. 
Si supiera la soledad 
que decidí borrar el escrito destino. 
Que he vuelto a sonreír. 
Que volvieron las mariposas perdidas. 
Que ya no estoy sola 
Que ya no estoy sola 
Si supiera la soledad… 



LO QUE BASTA 

Hoy que haces parte de mi diciembre eterno, 
vienes con alegría, traes alegría, alegras la vida. 
Llegas en tu moto despeinado, aventurero 
y pronuncias mi nombre 
que suena a lo hermoso que eres. 
Escribes, diseñas una nueva página en mi vida, 
la mejor. 
Imborrable, intachable, llena de cambios. 
Con tu camiseta, tus jeans y tu amor 
te acercas y acompañas lo que estoy siendo 
eso que ahora es certeza. 
Un te quiero 
Una mirada 
Un beso 
y lo inesperado.



VIENES Y TE QUEDAS

Como si hubieras aparecido en algún rincón 
vienes y te quedas. 
Le das nombre a mi risa, 
a mis sueños le pones color. 
Las noches lluviosas son cálidas entre tus deseos. 
Vienes y te quedas. 
Me sostienes en tu pecho, 
me acaricias como si fuera la última, la primera vez. 
Me miras y sonríes, 
con la boca que besa mis miedos más profundos 
con los labios 
que definen el contorno sombreado del dolor. 
Vienes y te quedas. 
Lo decides, lo disfrutas, lo provocas. 
Amas mi amor, 
extrañas la mirada bajo la almohada. 
Sostienes las palabras melodiosas que gritan mis dedos. 
Navegas hacia el horizonte de lo que nadie sabe. 
Vences el olvido, sobrepasas el abandono. 
Y recibes sin dudas, con preguntas 
a esta que se ofrece, que se detiene en tu vida.
Vienes y te quedas, 
como yo.  





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MARLY DE OLIVEIRA [19.491]

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Marly de Oliveira

Maria Marly de Oliveira (Cachoeiro de Itapemirim, Espírito Santo, 1935 — Rio de Janeiro, 1 de junio de 2007), fue una poeta brasileña.

Era la ex-mujer del poeta, y miembro de la Academia Brasileira de Letras, João Cabral de Melo Neto, y tuvieron dos hijas supervivientes en el momento de su muerte como consecuencia de un fallo multiorgánico. Fue profesora de lengua y literatura italiana, así como de literatura hispano-americana.

Especialista y traductora de literatura hispano-americana, Maria Marly de Oliveira fue autora de una importante obra poética: una docena de informes desde Cerco da primavera (1957) hasta Uma vez sempre (2001).

Algunas publicaciones

Libros

Cerco da Primavera (1957)
Explicação de Narciso (1960)
A Suave Pantera (1962)
A Vida Natural (1967)
O Sangue na Veia (1967)
Contato (1975)
Invocação de Orpheu (1978)
Aliança (1979)
A Força da Paixão e A Incerteza das Coisas (1982)
Retrato / Vertigem / Viagem a Portugal (1986)
O Banquete (1988)
Obra Poética Reunida (1989)
O Deserto Jardim (1990)
O Mar de Permeio (1998)
Antologia Poética (1998)
Uma vez, sempre (2000)

Premios

1998: Premio Jabuti con "O Mar de Permeio"




Plaza

Silencio, azul. Nosotros,
en lo íntimo de la plaza
como pájaros pensados
que una palabra desguaza.

En la intimidad del azul
levitar de ala suspensa,
tomando la claridad
de una primavera tensa.

Como pájaros pensados
que una palabra desguaza:
sobre el azul de la tarde,
en lo íntimo de la plaza.


Sangre en la vena

Escribo; luego, siento, luego, vivo,
y le robo al vivir la indisciplina
que lo esparciría, dispersaría,
y le doy una forma comedida,
la que tiene el tamaño de un amor
que guardo, que no gasto, no disperso,
amor que se concentra en la dura perla,
no pétalo, no lo que es un exceso,
pues que puede volar; lo que me queda
de todo lo que ocurre y no se altera,
de todo lo que ocurre y me esclaviza,
de lo que al esclavizar me libera.
Escribo: luego, soy quien se domina,
y quien avanza en tierra descubierta.


Retrato

Hubo un tiempo en que escribí:
sobre el río, sobre las casas,
cúpulas, puente, avenidas,
con aciertos de acróbata,
pájaros, mitad luz,
mitad sombra, levantan
el mediodía de plata.

Pero el día era azul y no de plata,
y nacía de sí,
no de pájaros
(que tampoco era acróbatas).
La realidad parecía insuficiente:
el cielo tenía que ser de plata,
los cañaverales, espadas flexibles, 
aquellos cañaverales 
que emitían sonidos de arpa.
Pero también escribí después que
cada cosa está bien en su lugar
cumpliendo su destino.
(Sólo que no recuerdo dónde.)

Traducción: Antonio Maura
http://www.espacioluke.com/2016/Febrero2016/maura.html



OTROS POEMAS EN ESPAÑOL 

(Poema publicado originalmente na Revista de Cultura Brasileña,vol. 36, diciembre 1973, p. 61-71)
(Obs. No incluye el nombre del traductor de los textos)


POEMA

I

Somos nosotros la verdad de lo que existe,
somos nosotros, mi amor;
es nuestra vida breve la que ampara la vida
de aquello que perdura.
?De qué valen Ios vértices dorados
de los montes, si no los vemos;
aguas, campos y verdes sosegados
que peina la brisa?


II

Estos montes que nunca ha vestido la nieve
amplia sombra derraman sobre el campo
por donde, sosegados, en Ia hierba
que no existe, pacen rebanos silenciosos
que sólo yo veo
sumergida en el sueno del vivir.
?Mas qué sé yo de vivir y de existir?
una lucha entre fuego y nieve fría,
entre 10 que veo y no veo,
asomarme a un campo cualquiera
si se acerca la noche y con ella la calma
de lo que ni sé si existe sobre la hierba,
la verde, tierna y fría hierba
que cubre, sombra y sueno, ese existir
tras de lo que aparenta, apenas, calma
y es fuego lento transformado en nieve,
arder de estío sobre el campo helado
que sólo yo alcanzo a ver y veo.
Y siento con mi cuerpo, más de lo que allí veo,
echada sobre esa hierba que no existe
de un silencioso y verde campo
sobre el cual las ventanas de la vida
se abren despacio, como al caer la nieve
sobre la calma cima de los montes.
Cae de mí, sobre mí la calma sombra
de algo que no sê si veo
y se confunde con esta otra nieve
que deja libre el monte y la fresca hierba,
y ni aun así acaba de existir
en mí, alegre de mirar el campo;
que aspiro así la suavidad del campo,
aquella paz sin fin, aquella calma
que no duele ni asusta de vivir,
y me hundo en la humedad de lo que veo,
apoyada en el sueño de esa hierba
que ni existe, tal vez, bajo la nieve.


III

Hoy no voy a coger ni naranjas,
ni flores, ni moras.
      Veré crecer el día en la redondez de las frutas
y escucharé, sin prisas, el canto de las aves.
      ?Son las mismas de ayer?
?Qué ha hecho de mí un día más?; ?qué hace?
      Si no son estas aves
      las que ayer cantaban, ?dónde están?
Sólo el canto es el mismo.
      ?Lo que veía ayer,
Lo que ahora veo ya no está en mí?
      ?Acaso me renuevo
      como el agua y las plantas?
?Soy otra o acreciento la que soy?
Pero todo es igual
aun cuando sé que sólo en apariencia;
      y mi ventura nace
     de estar aquí sentada
reteniendo ese tiempo que jamás se detiene.


IV

En la tarde, el azul instala mansamente
un líquido silencio de luz sobre las cosas
y a mí me deja sola, como aislada

en la observancia fiel de un obsesivo
soliloquio amoroso que propicia
tu ausencia y tu memoria desdichada.

Del voluntario yugo y la incerteza
nada me salva, que este mal de ahora
es sólo un bien en mal transfigurado

por obra del recuerdo y la distancia,
no del sueño, no del acaso ni del velo
que a veces cubre el mundo de nostálgicos

paisajes. !Qué nocturnas y densas y qué vanas
formas creadas por ese venturoso
imaginar, que ya ni el sueño calma,

suben de ti hacia a mí, se crecen en el aire
sin preguntas, ni anhelos, ni firmezas
y, despacio, se enredan en sí mismas

!impregnadas de limpia oscuridad!
En torno la soledad no desampara
y hace fecunda Ia naturaleza

que duerme, a tanto mito entrelazada.


V

      Cuando flores y nubes,
mosaicos de silencio repentino,
      frescos valles y montes,
donde crece la hierba y apacienta el ganado
      y donde el río ofrece
su plateado ser a la ágil brisa
      de sosegada sed;
cuando lo que ahora tengo sea recuerdos,
      ?qué habrá de lo que hoy veo
si la más fiel memoria transfigura
      lo que recuerda? Y, no obstante,
el mismo trigo crecerá en el campo
      repitiendo un ritual
de milenios; las mismas-otras aguas
      empañarán su dorso
de vidrio movedizo, con esas mismas ramas.
      Estos serán los árboles,
los verdaderos, íntegros, antiguos,
      que con el pensamiento
no alcanzo a ver en esa plenitud
      de silencio y de vida.
Que una cosa es tener; recordar, otra.
      Vivir salvajemente,
el sol sobre la piel
      y el viento levantando
cortinas de esperanzas y de olvidos.
      Y otra cosa es crear;
creación es olvidar lo que ya existe,
      pues lo que existe es sólo
un ensayo o un punto de partida.
      Y, en tanto puedo, vivo
la fértil realidad de lo lejano;
      laboriosa, construyo
con esta miel, para futuros sueños
      apacible morada.



POEMA

I

Somos nós a verdade do que existe,
somos nós, meu amor,
A nossa vida breve ampara a vida
das coisas, que persiste.
De que valem os vértices dourados
dos montes, se os não virmos?
Águas, campos e verdes sossegados
que a fina brisa alisa?


II

Estes montes, que nunca vestiu neve
ampla sombra derramam pelo campo,
onde andam sossegados sobre a relva
que não existe na paisagem calma,
rebanhos silenciosos que eu só vejo,
mergulhada no sonho de existir.
Mas que sei de viver e de existir?
Uma luta entre o fogo e a fria neve,
entre aquilo que vejo e o que não vejo,
o debruçar-me sobre qualquer campo,
se a noite vem e vem com ela a calma
do que nem sei se existe sobre a relva.
A verde, frouxa e tão mais fria relva,
que cobre, sombra e sonho, esse existir
por trás do que aparenta apenas calma,
 e é lento fogo transformado em neve,
arder de estio sob o frio campo,
que só eu mesma posso ver e vejo.
E sinto com meu corpo, mais que vejo,
deitada sobre inexistente relva
de um real, silencioso e verde campo,
sobre o qual as janelas do existir
se abrem de manso como pousa a neve
sobre o alto cimo da montanha calma.
E cai de mim a mim a sombra calma
de alguma coisa que não sei se vejo
e se confunde com estoutra neve
que livre deixa o monte e a fresca relva,
e nem por isso acaba de existir
em mim que me contento olhando o campo;
que aspiro a suavidade que há no campo,
aquela paz sem fim, aquela calma
que não dói nem assusta de existir,
e afundo na umidade do que vejo,
apoiada no sonho dessa relva
que nem existe sob a fria neve.


III

Hoje não vou colher
nem laranjas, nem flores, nem amoras.
Vou ver crescer o dia
no redondo das frutas,
e ouvir sem pressa o canto destas aves.
Serão as mesmas de ontem?
Um dia a mais que fez de mim, que faz?
E as aves que cantavam,
se não são estas, onde
estão? O canto apenas se repete?
Aquela que ontem via
o que ora vejo} não é mais em mim?
Então eu me renovo
como as águas e as plantas?
Sou outra} ou me acrescento ao que já sou?
No entanto, é tudo igual,
embora eu saiba que só na aparência;
e meu prazer me vem
de estar sentada aqui,
detendo um tempo que se não detém.


IV

Na tarde sem soçobro o azul instala
sobre as coisas um líquido silêncio,
e a mim me deixa só, desapartada,

na observância fiel de um obsidente
solilóquio amoroso, propiciado
por tua ausência e minha infausta mente.

Do jugo não imposto e incerto estado
ninguém me livra, que este mal de agora
ainda é o bem em mal transfigurado

por obra de distância e da memória,
não do acaso ou do sonho, não da sépia
que às vezes cobre o chão de melancólicas

paisagens. Que noturnas, vãs, repletas
formas criadas pelo imaginar
venturoso (que nem o sonho aquieta)

sobem de mim a ti, crescem no ar,
sem perguntas, propósitos, certezas,
 e enrolam-se em si mesmas devagar,

impregnadas de límpida escureza.
Em torno a solidão não desampara,
antes fecunda a antiga natureza

que dorme a tanto mito entrelaçada.


V

      Quando flores e nuvens,
mosaicos de silêncio repentino,
      frescos vales e montes,
onde a erva cresce e o gado se apascenta,
      e o rio sua prata
oferece gentil, à móvel brisa
      de sede sossegada,
quando tudo o que tenho for lembrança;
       que será do que vejo,
se a mais fiel memória transfigura
      o que lembra? No entanto,
o mesmo milho crescerá no campo,
       repetindo o ritual
de há milênios; as mesmas-outras águas
       espelharão no dorso
de vidro movediço os mesmos ramos.
       Estas serão as árvores,
as verdadeiras, íntegras, antigas,
      que só com o pensamento
eu não alcançarei em plenitude

de silêncio e de vida.
Pois uma coisa é ter, outra, lembrar.
Uma coisa é viver,
viver em bruto, o sol dando na pele,
o vento levantando
cortinas de esperança e esquecimento;
outra coisa é criar.
Criar quase prescinde do que existe.
O que existe é somente
um rascunho ou um ponto de partida.
Enquanto posso, vivo
a fértil realidade destes longes.
Laboriosa construo
com este mel, para os futuros sonhos, aprazível morada.


Epigrama

Bom é ser árvore, vento:
sua grandeza inconsciente.
E não pensar, não temer.
Ser, apenas. Altamente.

Permanecer uno e sempre
só e alheio à própria sorte.
Com o mesmo rosto tranqüilo
diante da vida ou da morte.


(Poema publicado originalmente na Revista de Cultura Brasileña,vol. 36, diciembre 1973, p. 61-71)
  

O sangue na veia

XXV

Escrevo; logo, sinto, logo, vivo,
e tiro-lhe ao viver a indisciplina
que o espraiaria, que o dispersaria,
e dou-lhe a minha forma comedida,
a que tem o tamanho de um amor
que eu guardo, que não gasto, não disperso;
amor que se concentra em dura pérola,
não pétala, não isto que é um excesso,
pois que pode voar; o que me fica
de tudo o que acontece e não se altera,
de tudo o que acontece e me escraviza,
e do que escravizando me liberta.
Escrevo; logo, sou quem se domina,
e quem avança numa descoberta.


XXII 

Eu caio em ti como uma bruta pedra
na água, no amor não me dissolvo, o amor
não me absolve, estou (quem nos governa,
quem nos arrasta à guerra ou ao repouso)
colada a quê, um copo sobre a mesa,
menos que o copo, o fundo desse copo,
e, não obstante, para sempre presa,
pois o que basta é tudo o que não posso,
pois o que basta é tudo o que me exige
uma violentação do que, por dentro,
é o meu mundo, essa coisa indefinível
e tão concreta, mas que não conheço,
e às vezes temo que me paralise.
Viver é submeter-se, eu me submeto.


XXIII

Avançar no viver já significa
coisa mais ampla, coisa que mais vale;
assim como o embrenhar-se numa selva
nos cobre de uma súbita humildade,
humildade que leva a sua grandeza
em si como no bojo de um navio,
e como se isso fosse exterior
e simples, como não se ter sentido,
no escuro de uma selva, do que é nosso:
por efeito de amor então me alargo,
consciente de mim, do que não posso,
e da fraqueza do meu desamparo.
Embora fique em mim, não me dissolva,
e tenha a minha raiva, a minha escolha.


XVIII

A força que há na luz, não sua ausência,
pode ser a origem mais secreta
do escuro em que afundamos de repente:
por excesso de luz, eis que estou cega,
por excesso de amor, eu não entendo
- o farfalhar macio, a crua seda  -
aquilo que nos move, e que ultrapassa
 o limite de tudo o que sabemos.
Por excesso de dor eu me humanizo,
eu me faço pequena e tão real,
nos tornamos serenos, silenciosos,
tão reais e inocentes e macios,
que essa luz que não vemos é demais.
Mesmo ser é um excesso em que caímos.


ELEGIA

Teu rosto é o íntimo da hora
mais solitária e perdida,
que surge como o afastar-se
de ramos, brando, na noite.
Não choro tua partida.

Não choro tua viagem
imprevista e sem aviso.
Mas o ter chegado tarde
para o fechar-se da flor
noturna do teu sorriso.

O não saber que paisagens
enchem teus olhos de agora,
e este intervalo na vida,
esta tua larga, triste,
definitiva demora

Poemas transcritos do livro Contato (Marly de Oliveira) e do encarte do Cd Mãos Dadas ( seleção e interpretação de Lauro Moreira)


O SANGUE NA VEIA

A carne é boa, é preciso louvá-la.
A carne é boa, não é triste ou fraca.
O que a atinge é a fraqueza que há num homem,
a tristeza, maior que um homem, mata-a.
A carne nada tem, salvo o seu sono,
barro tranquilo de harmoniosa forma,
corpo que distraídos animamos,
fonte real de toda a nossa glória.
A carne é o instrumento do princípio,
é por ela que eu vivo, que vivemos
e se revela o amor como é preciso:
o que está fora se une ao que está dentro,
alma e corpo no corpo confundidos,
e a sensação completa de estar vendo.

Mas vendo o quê? com os olhos, os sentidos.
Que visão nos permitem, salvo aquela
instantânea e fugaz, que não dirijo,
e que não suportamos de tão bela.
O ver tranquilo, sem excesso, eu quero,
como a luz delicada que há num barco,
numa folha, num bicho; um ver quieto,
que, absorvendo o real, nos deixe fartos;
um ver maior que a fome, dilatado;
um ver maior que a sede, diluído;
um ver-amor, não água, como um cacto,
mas um cacto não áspero, e sim liso,
um cacto que pudera ser domado,
e, não sendo água, ser todo bebido.

Assim o amor, o que não se dissolve,
como um cacto real, sem aspereza.
Assim o amor real é como um cacto
o que não se dilui em farta seda,
mas se amacia  em seda farta e doce,
e, não sendo água, nem sendo diluível,
é o que se toca e sente, e ver-se pode
não vendo, como aquilo que é sorvido,
e é água sem ser água e sem ser sangue,
E sem ser água tudo dessedenta,
e é quase um fogo essa água toda lenta,
água não água, essa água consistente,
a que se cristaliza numa gema,
numa gema que fosse toda quente.

Uma gema que fosse toda fria,
mas na aparência, e toda quente dentro,
e que tivesse a lisa superfície
do que se usa com grande atrevimento,
mas no íntimo; uma gema toda calma,
quase uma água esse fogo nos doendo,
um silêncio que fosse uma cascata,
mas de que o próprio fogo fosse o centro
e de que o próprio fogo fosse a água.
Assim o amor, assim o que se espalha
e não entorna, e vive do que vive,
e é móvel e capaz de ter limite;
assim o que se adentra e se dilata
como o sangue na veia, e é todo livre.

............................................................

Amor o fatalismo do que tende
a descobrir-se pela ação de um outro
ou de uma coisa; amor, o que se entende
de um cão, de uma paisagem, embora pouco?
Vem-me à tona o que eu não sabia em mim,<
vem-me à tona talvez o que sabia,
mas sem saber, sem ter à experiência
de saber e tornar-me então cativa
de mim mesma, provando-me.  Olho o cão,
uma seiva me sobe até à garganta,
uma seiva que queima em fogo brando,
em calor brando, em fogo de esperança:
isso amor, um queimar-se, um ir queimando,
queimando como casa, como planta?

Amor o fatalismo de escapar
ao difícil convívio de si mesmo,
atingir pela fuga o meu oposto,
de que me valho e a quem eu me submeto?
A quem eu me submeto com doçura,
doçura do que pesa e não tem peso,
doçura do que é bom porque está certo,
como nuvem que vejo e de que esqueço,
e nem por isso deixa de ser nuvem
— doçura do que vaga sobre as coisas —
nuvem da nuvem de quem pensa e vive
a sua fuga real, a sua afoita
maneira de ser pobre e de ser livre.



THE BLOOD IN THE VEIN

The flesh is good, one must praise it.
The flesh is good, it is not sad or weak.
What affects it is the weakness that is in a man,
sadness, greater than a man, kills it.
The flash has nothing save only its sleep,
tranquil clay of a harmonious form,
body which, distracted, we enspirit,
real source of all of our glory.
The flesh is the instrument of the beginning,
if it through it that live, that we live,
and love reveals itself as it must:
that which is outer unites with what is inner,
soul and body confounded in the body,
and the complete, entire sense of seeing.

But seeing what? with the eyes, the senses.
What vision is permitted us, save that
instantaneous and fugacious, which I do not direct,
and which we cannot stand, it is so beauteous.
The tranquil seeing, without excess, I want,
like the delicate light that is in a boat,
in a leaf, in an animal; a quiet seeing,
which , absorbing the real, leaves us full;
a seeing greater than hunger, expanded;
a seeing greater than thirst, diluted;
a seeing-of-love, not water, like a cactus,
but like a cactus that is not asperous,
but smooth, a cactus that can be tamed,
and which, not being water, is drunk completely.

Thus love, which does not dissolve:
like a real cactus, without harshness.
Thus real love is like a cactus,
which does not dissolve in silken threads,
but softens into a sweet rich silk,
and not being water, not dilutable,
is what it touches and feels, and can see itself
not seeing, like that which is sucked up
and is water without being water and without being blood.
And without being water, quenches all thirst 
and is almost a fire this so slow water,
water not water, this palpable water,
which crystallizes itself in a bud,
in a bud which would be all warm.

A bud which would be all cold,
but in appearance, and all warm within,
and which would have the smooth surface
of that which is used with great daring,
but privately; a bud all calm,
almost water this fire which hurts us,
a silence which would be a falling of water,
but of which fire itself is the center
and of which fire itself were the water.
Thus is love, this is that which spreads out
and does not spill, and lives on that which lives,
and is movable and able to possess a limit;
thus that which turns in to itself and dilates
like the blood in the vein, and is totally free.

…………………………………………………………………..

Love the fatalism which tends
to discover itself by another´s action,
by a thing´s action; love, what do you know
of a dog, of a landscape, even though little?
I came to know what I did not know was in me,
I came to know what perhaps I knew
but did not know, without possessing the experience
of knowing and thereby becoming captive
to myself, testing me. I look at the dog,
a liquid rises to my throat,
a liquid that burns with a low flame,
with a gentle heat, with a fire of hope:
is this love, a burning oneself, a going-on that burns,
burning like a house, like a plant?

Love the fatalism of escaping
from the difficult living with oneself,
attain by flight my opposite,
who I use and to whom I submit?
To whom I submit with sweetness,
a sweetness which weighs and has not weight,
a sweetness of what is good  because it is certain,
like a cloud which I see and forget,
and does not cease to be a cloud
— a sweetness of those who wander over things —
or be sweetness — a cloud for those who live —
their real flight, their audacious
way of being poor an of being free.

(Published originally in: WORLD´S WORD – INTERNATIONAL EXPRESSIONS OF THE ARTES.  Volume 3, Fall/Winter 1985. Washington D.C. USA. 




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ALEILTON FONSECA [19.492]

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ALEILTON (Santana) FONSECA 

Nació en Itamirim hoy Firmino Alves - Bahía, Brasil el 21/07/1959. Está casado y tiene 2 hijos. Es profesor poeta, escritor de ficción, ensayista y universidad. En 1963, su familia se estableció en Ilheus, Bahía, donde el autor vivió su infancia y adolescencia, asistió hasta el primer año de la escuela secundaria, escribió y publicó sus primeros textos en los periódicos.
Aleilton comienza a escribir todavía en la escuela secundaria, motivado por las lecciones y lecturas de poemas, ensayos y novelas. En 1977, se unió a EMARC, Uruçuca la escuela - Bahia, donde se especializó en Surveyor técnica, pero nunca llegó a obtener el grado. Este año comenzó a publicar cuentos y poemas en el diario de Bahía, Salvador, después de haber ganado 3 veces sus cuentos del concurso permanente. 

LIBROS PUBLICADOS

1.      Movimento de Sondagem. Salvador; Fundação Cultural do Estado da Bahia, 1981. “Coleção dos Novos, vol. 2 – série Poesia”
2.      O espelho da consciência. Salvador: Gráfica da UFBA, 1984
3.      Teoria particular (mas nem tanto) do poema — ou poética feita em casa. São Paulo: Edições D’Kaza, 1994
4.       Enredo romântico, música ao fundo. Manfestações lúdico-musicais no romance urbano do Romantismo (ensaio). Rio de Janeiro: 7Letras, 1996
5.      Oitenta: poesia e prosa. Coletânea comemorativa dos 15 anos da “Coleção dos Novos”. Salvador: BDA-Bahia, 1996. (org. Aleilton Fonseca e Carlos Ribeiro)
6.      Jaú dos bois e outros contos. Rio de Janeiro: Relume Dumará, 1997
7.      Rotas e imagens: literatura e outras viagens. Feira de Santana: UEFS/PPGLDC, 2000. (Org. Aleilton Fonseca e Rubens Alves Pereira)
8.      O desterro dos mortos (contos). Rio de Janeiro: Relume Dumará, 2001. (2. ed 2010, 3.ed 2012, pela Via Litterarum)
9.      O canto de Alvorada (contos). Rio de Janeiro: José Olympio, 2003. (2.ed 2004)
10.  O triunfo de Sosígenes Costa. Ilhéus: Editus, 2004. (Org. Cyro de Mattos e Aleilton Fonseca)
11.  As formas do barro & outros poemas. Salvador: EPP. 2006
12.  Nhô Guimarães. Romance-homenagem a Guimarães Rosa. Rio de Janeiro: Bertrand Brasil, 2006
13.  Todas as casas (contos). Salvador: EPP, 2007 (Adelice Souza, Aleilton Fonseca, Allex Leilla, Marcus Vinicius Rodrigues) 
14.  Les marques du feu et autres nouvelles de Bahia. Paris: Lanore, 2008. (Tradução de Dominique Stoenesco)
15.  Guimarães Rosa, écrivain brésilien centenaire. Bruxelas, Librairie Orfeu, 2008. Tradução de Dominique Stoenesco)
16.  O olhar de Castro Alves. Ensaios críticos de literatura baiana (org.). Salvador: ALB/ALBA, 2008
17.  O pêndulo de Euclides (romance). Rio de Janeiro: Bertrand Brasil, 2009.
18.  Cantos e recantos da cidade. Vozes do lirismo urbano. Itabuna: Via Litterarum, 2009.  (org. Aleilton Fonseca e Rosana Ribeiro Patricio).
19.  A mulher dos sonhos e outras histórias de humor. (contos). Itabuna: Via Litterarum, 2010.
20.  Memorial dos corpos sutis (novela). Salvador: Caramurê, 2012
21.  As marcas da cidade (contos). Salvador: Caramurê, 2012
22.  Sosígenes Costa. Melhores poemas. São Paulo: Global, 2012. (Seleção e organização; Aleilton Fonseca)
23.  Um rio nos olhos / Une rivière dans les yeux. Ilhéus: Mondrongo, 2012 (trad. Dominique Stoenesco). 
24.  Jorge Amado nos terreiros da ficção (ensaios). Itabuna: Via Litterarum; Salvador: Casa de Palavras/FCJA, 2012. (Org. Myriam Fraga, Aleilton Fonseca, Evelina Hoisel) 
25.  Jorge Amado; cem anos escrevendo o Brasil  (ensaios). Salvador: Casa de Palavras/FCJA, 2013. (Org. Myriam Fraga, Aleilton Fonseca, Evelina Hoisel) 
26.  Un río en los ojos. New Orleans. LA. USA. University Press of the South, 2013. (trd. Alain Saint-Saës).

Participação em antologias e coletâneas de ficção, poesia e ensaio:

1.      O conto em 25 baianos. Org. Cyro de Mattos. Ilhéus: Editus-UESC, 2000.
2.      A poesia baiana no século XX. Org. Assis Brasil. Rio de Janeiro: Imago, 2001.
3.      Com a palavra o escritor. Org. Carlos Ribeiro. Salvador: Fundação Casa de Jorge Amado, 2002.
4.      As palavras conduzem a outras palavras. Antologia de contos e crônicas de autores baianos contemporâneos. Org. José Carlos Barros. Salvador, 2004.
5.      A autobiografia/ L’ autobiographie. Org. Raimunda Bedasee. Feira de Santana: UEFS; Tours: Presse Universitaire - Université François Rabelais, 2005. (Edição bilíngue português/francês).
6.      Contos cruéis. As narrativas mais violentas da literatura brasileira. Org. Rinaldo de Fernandes. São Paulo: Geração Editorial, 2006.
7.      Quartas histórias. Contos baseados em narrativas de Guimarães Rosa. Org. Rinaldo de Fernandes. Rio de Janeiro: Garamond, 2006.
8.      Antologia panorâmica do conto baiano. Org. Gerana Damulakis. Ilhéus: Editus-UESC, 2006.
9.      Voix croisées: Brésil-France (12 poètes bahianais et 12 poètes français). Marselha: Ed. Autre Sud, 2006.
10.  A crise da poesia no Brasil, na França, na Europa e outras latitudes. La crise de la poésie au Brésil, em France, en Europe et en d´autres latittudes. Org. Alain Vuillemin et al. Cluj-Napoca, România: Editura Limes; Cordes-sur-Ciel, Paris: Editions Rafael de Surtis; Feira de Santana: UEFS, 2006. (Edição bilíngue português/francês). 
11.  Capitu mandou flores. Contos para Machado de Assis no ano de sua morte. Org. Rinaldo de Fernandes. São Paulo: Geração Editorial, 2008.
12.  Travessias singulares. Pais e filhos. Org. Rosel Bonfim. São Paulo: Casarão do Verbo, 2008.
13.  Arte e cidade. Imagens, Discursos e Representações. Org. Selma Passos Cardoso et al. Salvador: Edufba, 2008.
14.  Traversées Québec-Brésil. Travessias Quebec-Brasil. Org. Daniele Forget & Humberto de Oliveira. Montréal: Adage, 2008. (Edição bilíngue português/francês).
15.  Todas as guerras. Org. Nelson de Oliveira. Rio de Janeiro: Bertrand Brasil, 2009.
16.  Encontro com o escritor. (Diversos autores). Org. Fundação Pedro Calmon. Salvador, FPC, 2010.
17.  Roteiro da poesia brasileira. Anos 80. Org. Ricardo Vieira Lima. São Paulo: Global, 2010.
18.  Euclides da Cunha presente e plural (ensaios). Org. Anélia Montechiari Pietrani. Rio de Janeiro; Eduerj, 2010.
19.  Euclides da Cunha. cem anos sem. Org. José Alberto Pinho Neves e Nicea Helena Nogueira. Juiz de Fora, UFJF/ MAMM, 2011.
20.  Identidade, território, utopia. Literatura baiana contemporânea. Org. Reheniglei Rehem e Fréderic Robert Garcia. Ilhéus: Editus, 2011.
21.  Traversée d'océans. Voix  poétiques de Bretagne et de Bahia. Paris: Lanore, 2012 ( Org. et trad. Dominique Stoenesco).
22.  João Guimarães Rosa, mémoire et imagginaire du sertão-monde. Org. Rita Oliviere-Godet e Luciana Wrege-Rassier. Rennes, França, Presses Universitaires de Renes, 2012.




Voces brasileñas. Aleilton Fonseca

Por Antonio Maura

El hombre todavía no conocía ni el tamaño ni la forma de la tierra, pero ya sabía de la importancia de las corrientes, ya fueran arroyos o regatos, manantiales o torrenteras ...


Las metáforas del río (Poemas de Aleilton Fonseca)

El río está en el imaginario del hombre antes incluso de que tuviera conciencia de sí mismo: ya latía en sus venas y brotaba de sus heridas, a borbotones, con su roja, densa textura de sangre. El río era el hallazgo mágico que calmaba la sed: fecundaba las tierras de las orillas cuando decidió hacerse agricultor, y estaba poblado de peces cuando quiso ser pescador, o sirvió para seguir su curso en frágiles embarcaciones cuando descubrió que también era navegable. En el Edén, según explica la Biblia, nacían cuatro grandes ríos que luego se prolongarían por todo el mundo. El hombre todavía no conocía ni el tamaño ni la forma de la tierra, pero ya sabía de la importancia de las corrientes, ya fueran arroyos o regatos, manantiales o torrenteras, grandes cursos que dieron nombre a las ciudades y las tierras por las que pasaban o extensiones inabarcables para la vista. Fue una realidad que se convirtió en símbolo y sirvió para entender la vida, el tiempo, la fugacidad de los acontecimientos. Quizá con el fuego, sea esta agua, que fluye en medio de los campos, el mejor ejemplo de la opulencia y de la desgracia, del viaje y de la soledad contemplativa. El río deja su impronta en los ojos que lo miran, que también están hechos de agua, de lágrimas.

Cuando un poeta bahiano, conocedor de las sequías endémicas que se padecen en esa región brasileña, mira al río, lo ve como a un dios, como a un amigo y benefactor, pero también como fluido de pensamientos y sentimientos encadenados, sucesivos, como agua que sucede al agua, como vida que se arraiga en vida. Es pues símbolo y realidad, promesa y ausencia, verdad y mentira. El río lo dice, lo canta, lo enumera, lo susurra todo: es lenguaje y alegoría. Por ello un libro que recibe el título Un río en los ojos sólo puede ser un viaje por los espacios bullentes de reflejos, por la historia y las historias de los hombres, por sus interioridades y por el balbuceo del poeta, que busca las palabras sin hallarlas, o que se pierde en la ciudad inmensa que le ignora.

Aleilton Fonseca es novelista, ensayista y profesor universitario, urdidor de relatos y autor de canciones que otros modulan con sus voces. Ha escrito sobre los autores de su región: Castro Alves o Jorge Amado, y sobre el más grande de los escritores brasileños del siglo XX: Guimarães Rosa, que supo mostrar el espíritu metafísico del río al querer hallar la “tercera orilla”, como sugirió en uno de sus cuentos.

Pese a ser un hombre polifacético, Aleilton descubre su verdadera vocación en la poesía –ese fluido libre de palabras–, que tiñe sus relatos y novelas, sus ensayos y sus conferencias. Entre sus libros cabe destacar los poemarios O espelho da consciencia (Salvador, 1984), As formas do barro & outros poemas (Salvador, 2006), los libros de relatos O desterro dos mortos (Río de Janeiro, 2001), O canto da Alvorada (Río de Janeiro, 2003), A mulher dos sonhos e outras histórias de humor (Itabuna, 2010) y As marcas da cidade (Salvador, 2012), las novelas Nhô Guimarães (Río de Janeiro, 2006), O pêndulo de Euclides (Río de Janeiro, 2009) y Memorial dos corpos sutis (Salvador, 2012) y los ensayos Guimarães Rosa, écrivain brésilien centenaire (Bruselas, 2008), O olhar de Castro Alves (Salvador, 2008). El libro del que se reproducen algunos poemas en este espacio pertenece a la traducción de Alain Saint-Saëns de Un río en los ojos, publicado en New Orleans en 2013.

En la superficie siempre ondulante del río se agitan las turbias o claras aguas, donde el poeta descubre que su imagen y su escritura se confunden, que son ambas un único rostro: el de un hombre que se multiplica infinitamente, pues al espejo del agua enfrenta la hondura de sus ojos, que son también de agua que se precipita en reflejos, ¿hacia dónde?




1

POEMAS
UN RÍO EN LOS OJOS

Un río en los ojos
me recorre
en filos salobres,
arroyos dentro de mí.

¿Puede un hombre contener un río?
Algunos lo contienen.
Yo lo dejo fluir.
Y no para de renacer
dentro de mí.


NOTICIA

Un poema me pellizcó
y pasó
tan de súbito
que no tuve tiempo
de capturarlo.

Desde entonces
traigo
esta página
en blanco
en la mirada.


PRIMER CANTO DE INSOMNIO

No es insomnio.
Sino espera de un verso que tarda.
Y tal vez ya no venga.

A mí me cabe esperar.


MANIFIESTO

Si contengo
el impulso de mi palabra
no sobrevivo a la mudez:

la palabra es vida.

Si las manos capitulan
ante las amarras del día a día,
sangran con el hilo de la cuchilla:

manos atadas, manos mutiladas.

Si las venas no vehiculan
la brasa del sentimiento,
sucumben al hielo de la vida piedra.

Nada más queda
si no volverse vida.


ADOPCIÓN

El poema fluye
del silencio inquieto.

¿Cómo no adoptarlo
si me hiere los
ojos?


POEMA

Me ocurre
un sentimiento indescifrado
al reposar el sol.

Esta noche
no saldré en busca de la luna
ni escribiré un poema.

Me quedaré en casa:
la ciudad inmensa no sabe
que existo.


Teoria particular (mas nem tanto) do poema 


1

ovídio: escrever 200 versos
para, dentre, recolher 20 linhas
que contivessem a poesia
de todo o processo: 
mas o caudal imenso
não se investe só dos vestidos
da forma nem se conforma 


2

mas, há o tempo: é preciso,
por humana deficiência,
o instante grafado:
embora o fluxo da essência,
contínuo, jamais se desfaça
na mão: o poema acabado,
tal como lemos,
é somente convenção


3

pois 
o que acaba de se compor,
já desmorona,
se desdiz, se rediz, mildiz,
novas palavras no invento,
novo inventário
em dez dobras vezes n
desdobra-se 
no princípio 
e agora e sempre 


4

a ilíada são muitas ilíadas, 
quão homeros a escrevê-la 
e talvez por concluí-la ainda:
as estrofes que agora lemos
à falta da mão de homero
damos então por findas


5

mas no poema: cada verso,
é reverso do verso, diverso 
no próximo segundo;
cada palavra cede 
seu lugar, chama
a outra, que logo apaga, 
outra chama, reacende sílabas, 
rimas, sentidos,
rios incontidos


6

os lusíadas de camões, 
o que lhe sobrou de naufrágios,
para sempre incompletos
daquilo que virou água, 
ou que ficou disperso,
dos versos tornados mares,
onde camões? (oh, finitude!)
para prosseguir o que não deu tempo: 
com engenho e virtude 
e arte 


7

o poema muda 
de cor e de nome a cada piscar 
de olhos,
se alonga, se encurta, 
cada rima some
no som que emite
e transmite a centelha
à outra rima, parelha:
corrida de som infinda
poemando-se


8

baudelaire reescreveu as flores
até o fim de sua vida
e as flores ali contidas 
não estão terminadas, 
a não ser por convenção
e favor à comodidade:
baudelaire houvesse vivo,
as flores contínuas, mudadas


9

cada versão, tal rima a esmo, 
reinscritos versos, 
os ex-certos, nem mais 
nem menos certos,
o mesmo intérmino texto,
em eterno palimpsesto 


10

os calligrammes de apollinaire 
necessitam de revisão: 
pena que o poeta 
não esteja aqui a fazê-la 
e que assim seja
"para o bem da convenção"


11

pois o poeta e o poema,
entre si adotados, convivem 
diários, instantâneos, côngruos,
mesmo se esquecidos um do outro
cada um é outro e o mesmo; 
que a cada golpe de ar
novos sensos se acumulam
nos joelhos das palavras


12

quantas pe(r)sso(n)as e vozes
no baú de inéditos do pessoa
à espera de nome e signo
e profissão e biografia: 
e não fosse a vã cirrose
quantas mensagens ele a refaria?


13

o poema é o fazer incompleto, 
o refazer nunca pronto


14

pois o poema, 
já no instante que pronto, 
já recomeça,
em processo difuso, 
inconcluso,
intransitivo, de re-flexões:


15

que não há o poema particípio,
mas sempre o poema gerúndio
em constante fervura:
é novo e outro, na leitura,
nos reciclos dos segundos


16

o poema que se lê
é tábua de aproximação


17

o poema publicado: trato caduco,
que junto ao poeta já está mudado:
mesmo que não o mude a letra,
mesmo que não o mude a rima,
que não mais o toque,
por respeito ao senhor editor,
por respeito ao senhor leitor,
ao senhor pesquisador
ao senhor louvor:
mesmo que o poeta
assine a convenção do texto 
pronto (para o mercado?)
ou mesmo abandone o texto,
a pretexto de acabado,
o poema disporá da hora
de ser outra vez revelado
se outra voz o adota


18

e o poeta, com seu texto pronto,
se já se embebe de elogios eunucos
já saliva manifestações de apreço,
e a poesia paga o preço


19

o poema publicado:
mera marca provisória,
impresso para as provas
de que se faz a história: 
é o rastro de um vôo veloz
que poesia é rio que recomeça na foz;
quando se digita o ponto 
final, já é hora de apagá-lo
que a corrente segue em frente,
os seus elos sem intervalo


20

contudo, pobres humanos,
só sabemos existir 
imprecisos
entre pausas: comer, beber
ir ao banheiro,
ganhar e gastar dinheiro,
dormir, sonhar, sorrir;
as causas para o viver 
a pausa para morrer:
a poesia perde por esperar


21

somente em alguns momentos 
somos o poeta, em vigília e fé:
em que a poesia, nosso invento,
nos inventa
e nos dá a concessão do poema,
mero quadro, em interrupção,
que ela é onda contínua em nós
mesmo se nos deixa sós


22

então, poetas, 
que já me ensinam o sem início 
nem fim:
o ponto final, abolido!
o ponto inicial, abolido!
o começo, simples acerto de pares,
o fim o sem-fim inumérico,
infinita água de mares,
o poema dito no instante 
que a poesia o dita 


23

pois a poesia, estado de ser,
não se captura no humano molde
de letras; ela resiste e insiste
diante dos olhos invisíveis 
do poeta que se sabe seu
que a sabe sua, 
e sabe: a poesia nua, 
companheira e algoz,
toma-lhe o fôlego e a voz,
suspende suas noites,
retira-o da vida, e, num átimo,
se entrega por um instante
entremostra-se, falso-domada
em registro parcial
da luta jamais vã,
mal rompe a manhã 


24

a poesia: o rosto na água;
o poema, sua inconstante
aparência, forma mutante, 
em recorrência, minúsculas 
mudanças em contínua 
ação


25

poetas, retomem os seus poemas
despregando-os do papel impresso,
raspando-os da tinta áfona,
em renovada contradança 
de metáforas em processo:
o poema, colado no branco da página,
clama por fluir e refluir 
em novas sintaxes, 
em novas vírgulas, 
em novos sentidos;
desdobrar-se em leques vários,
entremostrar, desde as entrelinhas,
seus novos significandos
em poessência


26

que se o poema se esgota,
da poesia abandonado,
torna-se somente corpus, 
de pesquisa e enunciados,
em autópsia textual
que lhe decreta o sentido,
em seu mais "último grau",
de seus versos dissecados


27

oh, amém, poema finado


28

mas não há a poesia finita,
mas corrente, em espiral, sem termo
o poema é o instante,
dessa corrente em passagem 
re-fulminante,
diante dos olhos atônitos 
do poeta, às vezes surpreso, 
em agônico gesto


29

o poema re-preso no papel,
em tinta enformado, 
sob tratos cosméticos, convencionados,
esconde sua verdade;
o poema é mais que o brilho de letras
para olhos desavisados, 
e, como não há parto asséptico,
assim nasce, corpo de palavras,
entre suor e risos e gases e lágrimas


30

sempre o poema-sendo-ando-indo, 
em gerundivo estando, em contínuo...




Motivo

calar é ceder à morte
sob o gume da automordaça

o grito é o sangue da vida,
dardo do espírito inquieto

por isso 
(meu) grito!
júbilo ou/e dor 

sei que eles despedaçam silêncios,
abarrotam vazios e conquistam rumos
que nunca seriam devassados
não fosse sua viagem no tempo

sobretudo
têm o condão de ressuscitar
fragmentos de mim
porventura tombados nalgum combate
oculto nas moitas do tempo



O(fí)cio

há bigornas 
espalhadas
por todo                 espaço
e um fogo larva
que nasce em si mesmo magma
sem nenhuma preocupação com as horas

oficina - casa do ofício, ócio, cio
acima um aviso breve
permitindo a entrada de pessoas estranhas
ao serviço
                e martelos
                usados ou virgens
e muito
ferro signo
                para fundir

portanto
o ferreiro não dorme
e malha o gesto em sangue quente,
como era no
princípio 
       e agora
                e sempre:
                                poesia



Nova meditação sobre o tietê

"Águas do Tietê,
onde me queres levar? 
- Rio que entras pela terra
e que me afastas do mar..."
(Mário de Andrade)

águas do tietê,
no jorro de tuas nascentes:
melhor ficassem paradas
em teus reflexos afluentes

tietê: índias águas verdadeiras
quando te chamavas anhembi
e tuas sinuosas ribeiras
guiavam um povo guarani

aquieta-te como lago,
esta pressa para que,
se adiante a luz de espelho
logo tu vais perder?

te insinuas por quilômetros
em teu leito decidido,
insisto no meu reclamo
mas descrês do meu aviso

segues murmurando marchas
incertas em certo destino
e mal sabes o destrato
dos esgotos mais íntimos 

por teus caminhos indiretos
viajaram bandeirantes heris,
e agora bandeiam os dejetos
dos seus netos fabris

tuas águas conduziram à glória
os vencedores das regatas 
nas linhas d’água da memória
da cidade que não te resgata

águas do tietê,
onde me queres levar?
- teu traçado e teu destino
não se casam com o mar...

exala antes que tarde
o aroma que será deposto!
em tua cor se resguarde
o teu sabor sem desgosto!

pois já te vão injetando
mais volume e vida a menos:
e nas tuas líquidas veias
os insanos vícios dos venenos

em tuas artérias aguascentes,
no percurso transformadas,
corre agora o pus demente:
e mal deságuas putrefatas

eis que te tornas plumas,
brancas formas cristalinas:
belo engano para os olhos,
e o odor corrói as narinas

há remédio mais perfeito
do que apenas uma lágrima,
se todos chorassem em teu leito,
lavando tuas águas da mácula

mas ninguém me escuta, corres
sem garças, só antíteses,
desde o lugar onde morres
até o pasto de lamas líquidas

águas do tietê,
onde me queres levar?
- eis as pontes e tudo é noite,
e muito longe dorme o mar...

te olho e não me vês, assim
em vão, corpo cego de águas:
em verso te afogo em mim,
em ti me afogo em mágoas...





.


VICTORIA ASH [19.493]

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VICTORIA ASH

Escritora de nacimiento jienense y de corazón granadino. Licenciada en Comunicación Audiovisual.

Su primer poemario, La culpa es de las musas (Ed. Lapsus Calami), fue publicado en marzo de 2015. 

Su segundo poemario Besos de nadie (Colección ESPASAesPOESÍA, 2016), contiene cuarenta y cuatro poemas inspirados en dos tipos de musas: unas que, en el intento de amarte, te hieren; otras, que hacen de este mundo un lugar mejor.

Su segunda obra publicada fue Detrás de la piel (Ed. Torremozas), un libro de relatos publicado en diciembre de 2015 dispuesto a ayudarnos a descubrir qué tenemos detrás de la piel.



Por todas mujeres

Por todas las mujeres
rompo el grito, la lanza
y la desidia
con la que aplastaron su vuelo
los hijos del odio
contra ellas.
Poca hombría
denota la actitud beligerante.
Querer imponerse para otorgarse
la importancia que
debe ser
que uno por sí mismo
no merece.
Poca hombría.
Porque hombría no debería
ser más
que la elegancia del hombre
en el saber comportarse.
Y yo,
que no diferencio
entre hombres y mujeres,
que los creo a todos iguales,
sigo soñando personas
libres y veraces.

Por todas las mujeres
lloro sangre:
me duele cada una en las entrañas.
Se me enquista cada historia
tan adentro
que dirían que alguna fue
mi hermana
porque hay noches
que no concilio el sueño
pensando en la canción
que crean sus nombres
en algún lugar entre
el dolor y la venganza.

Por todas las mujeres
siento miedo
de que éste sea el mundo
al que yo amaba,
de que los golpes de la vida
los den manos,
de que nadie haga nada
por cambiarlo.
Y me avergüenzo, me enfado
y enloquezco.
Éste no es lugar para el mañana
de los hijos que yo sueño.

Por todas las mujeres
me levanto
para ser de la libertad,
su canto.
Bien alto:
que no nos vamos a dejar morir
ni matar,
que si no nos quieren vivas
los hijos del odio,
los hijos del mal,
les auguro un triste final.

Por todas las mujeres.
Por todos las personas que las saben amar.


Somos todos

Ese niño que parte hacia ningún sitio,
somos nosotros.
Somos todos.
Aquél que yace tendido
en el beso del agua a la tierra
que ahora besa la muerte
de este pequeño cuerpo inerte
que todavía emana calor y sueños,
somos todos.

Ese niño que quiso tentar su suerte
y jugar al escondite con la muerte,
hoy pierde.
Y perdemos todos
que le perdemos a él y a tantos otros
y que, por supuesto,
nos hemos perdido a nosotros.
Ese pequeño perdedor,
somos todos.

Ese niño que ya no verá su vida
desde los recuerdos
que ya no creará,
es uno menos.
De nosotros.
Y sin embargo,
él
somos todos.

Él somos todos
todas las veces que le giramos la cara
a la vida
para no ver la herida
que le creamos al mundo.
Todas las veces
que pudimos salvarle
pero creímos que el aire
compartido
nos podía ahogar.
Todas las veces
que nos dolió su dolor
pero de brazos cruzados
y miradas ausentes.
Todas las veces
que supimos que podíamos
haber sido nosotros
y nuestros hijos
pero en 10 minutos
la pena bebió del olvido
para ignorar.
Todas las veces



Mis miedos al aire

Hoy voy a desnudarme
ante tus ojos.
No esperes formas de mujer
al descubierto.
Que este desnudo
es más bonito:
viene de dentro.
Son mis miedos
al aire
-ojalá viento-.

Hoy quiero
(des)quererme hasta salvarme.
Quizá lo consiga
si te cuento
que con dos años le perdí.
No lo conozco
si no junto de otros
los recuerdos.
Vivo de éstos.
De los míos, que no tengo,
los invento.
Quizá, por eso,
soy soñadora sin remedio.
Incluso, a veces,
me evado
a un mundo paralelo
que he creado para él,
para nosotros.
Para sentir su abrazo
como refugio ante
la vida.

¿Y sabes?
Creo que por eso
en el amor nunca acierto.
Desde entonces,
he querido cuidar y proteger
a mi familia.
Que miro
a mi madre y a mi hermano
y me duele el aire
que les roza
-que diría ella-.
Y me pondría delante
para parar balas
si me aseguran
que son inmunes ellos
si es a mí a quien perforan.
Y puede que, por eso
busque chicas con problemas,
indefensas,
vulnerables,
complicadas.
Que piden a gritos
que las salves o que mueras.
Y yo,
que llego con una sonrisa como capa
sin saber que, al final,
es a mí a quien disparan.
Con cada nombre
muero un poco y vivo más.
El amor real siempre está
a la vuelta de la esquina
y yo siempre
he sido de salir
al encuentro con la vida.

Aún así,
tengo coraza
-como todos-.
De pequeña era tímida
-quién lo diría-
pero no preguntaba por él
por miedo a herirla.
Me sentía diferente
por ésta y otras cosas
(perdóname si no lo digo,
tienes razón:
no es un desnudo completo.
Pero es que yo,
la ropa interior no me la quito
si no es para hacer el amor,
que eso sí es poesía.
Llámame ‘romántica’ o ‘antigua’).
Y eso,
que era introvertida
hasta que encontré en el humor
mi coraza o mi salida.
La forma
en la que mis dos mundos convivían.
Un instinto de supervivencia,
como la lírica.
Así, te quitas
a todos los que sin dejar huella,
pasan.
Que,
a quien quiere conocerte
no le bastan ‘piel’ y ‘risas’
y quiere descubrir
qué hay detrás de tu mirada.
Por qué te ilusionas todavía
como una niña
-que tú,
si has probado la pérdida,
entenderás que vivir
cobra otro significado-.
Y podría contarte también
por qué hablo sin decir nada
de mí,
o hablarte de mi inseguridad
o de algún complejo.
Pero mejor cojo mis miedos
y los tiro al aire.
A ver si llega
una mujer huracán
y se los lleva
y, por una vez,
no soy yo
quien salve a nadie…



Llorar es otra forma de sonreír

Imagino
que echarte de menos,
debe ser el privilegio
que tengo
frente a los que
no te han conocido.
Qué absurdas y faltas de sentido
me parecen sus vidas
desprovistas
de tus caricias
y de la huella
que deja tu risa en el aire.
Qué estúpidos
me parecen todos los motivos
para llegar a un fin
si no estás tú
en el camino para alentarme.

Imagino
que despedirte es más duro
por asumir que
no volveré a hablar contigo,
por querer plantarle
cara a la vida con tus ojos
y verme tan sola
si solo uso los míos.
Y que,
tal fue mi insistencia
en que estuvieras en primera fila,
que has decidido subir ‘arriba’
para verme mejor.

Quizá no lo sabes, pero
a veces
llorar es otra forma de sonreír.
Y yo, esa primera noche
entre tus brazos,
te estaba sonriendo con lágrimas.
Imagino
que, quizá no lo sabes,
pero tú te quedas en mis labios.
Y, por eso,
todas las sonrisas
desde la boca hasta los ojos
serán siempre por ti.



Muerte para piano

Puedo decirte que si cierro
los ojos
aún la veo.
Incluso podría asegurar
que cuando me toco
el pecho izquierdo
siento un sabor en los labios,
a camino entre un beso
y veneno,
que me recuerda a ella.
Es más,
seguramente todas las flores
de esta ciudad
llevan su nombre
y las aceras echan de menos
el bailar de su falda
cuando sonríe con el cuerpo.
Porque sí, la boca no le basta
para ser feliz
a quien es más alma
que invierno.

Puedo confesarte que el día
que se fue
yo estaba durmiendo:
algo así como mirarla y soñarla
y creer en lo eterno.
Algo así como oír un portazo
y descender al infierno.
Algo así como en qué beso
dejaste de amarme
si yo aún te quiero…

Puedo presentarte a todas
las personas
en las que me he convertido
desde que sus manos
no guían mis pasos.
Odio a cada una de ellas.
Todas son mi ‘yo’ en el olvido.
Y me susurro en voz baja
(lo suficiente como para no oírlo)
que:
“desde que intento olvidarte
me doy cuenta
de que solo me gusto contigo”.
Pero claro,
ya es tarde
y solo me queda este cuerpo
en el que no me reconozco
sin ti.

¿Sabes?
También puedo mentirte.
Decirte, por ejemplo,
que yo quería que se fuera.
Que ya no la quería.
Que me había cansado
de esos ojos que cantan
cada vez que abre la boca,
de esa manera de buscarle
las cosquillas al mundo,
de su sonrisa pícara de
‘hoy no te voy a dejar dormir ni en sueños’.
Ya sabes, de sus cosas.
Que eran nuestras.
Y yo de ella.

Lo podría hacer.
Podría mentirte.
Pero entonces, qué hacemos
con el piano…
Porque no sé cómo lo ha hecho,
pero desde que se fue
se ha quedado sin voz.
Él y el mundo.

‘Y después de todo,
yo me pregunto
qué pueden saber del dolor
los que no te han perdido…’




Gana batallas

Bébete mis días
para que no vea lo que me espera:
corazones amoratados
de contener sentimientos
prohibidos;
palabras sin sonido,
sin dueño ni honor,
huecas;
miradas vacías,
desprovistas de lo que un día
las hizo ser ellas.

Acaba con mis sueños.
Hazme olvidar una realidad paralela
donde ser feliz,
si aquí no puedo serlo.
Haz que no quiera ansiar
en esta vida
lo que con la imaginación creo,
porque aquí solo hay deseo
bañado en ego.

Borra mi ilusión,
pisa mis ganas,
y hazme débil.
No vaya a ser que quiera seguir luchando,
que mientras ellos lloran
lágrimas sin sal
destruyendo almas,
yo coja una sonrisa como única arma
y le plante cara al invierno.
Que les mire a los ojos
y les recuerde que hasta los presos
pueden despertar el calor de su cuerpo.

Anúlame,
en serio,
hazlo rápido,
porque quiero un mundo de personas,
y un corazón que todavía late
gana batallas al miedo.




A veces me odio

A veces me odio
por creer que no existes,
que te invento para sobrevivir,
que no vivir,
en un mundo marchito
y sombrío.
¿Existes?
Porque a veces creo
que se me acabó el amor
de tanto buscarte.
Te he buscado incluso sin buscar
y te he esperado sin tiempo.

A veces me odio
por olvidarme de mi,
y quererte más a ti,
pese a que todavía
no tengas rostro ni formas,
ni una manera especial
de decirme
“cuánto te he echado de menos”.

A veces me odio
por verte en los ojos
de cualquiera.
No eres tú,
pero podrías serlo.
El destino son siempre nuestras ganas,
pero solo he debido de querer yo
por el momento.
¿Dónde estás?
¿por qué no te siento?

A veces me odio
por soñarte infinita,
etérea,
sutil,
perfecta.
Por no creerme completa,
por pensar que serás la sonrisa
motivo de mi fuerza,
por creer que solo tú puedes salvarme
de la vida,
cuando la realidad es
que soy yo quien me salva
de mi misma cada día.

A veces me odio
por creer que no existes,
pero a veces me quiero
y no quiero que seas.


Un solo segundo

Me preguntó
que por qué lo había hecho.
No le entendí y fue más claro:
– “¿Por qué las has querido sin medida?” –
me dijo,
– Porque no sé querer de otra manera –
balbuceé yo.

¿Acaso crees que no sabía de la existencia
del abismo tras su sonrisa?
¿Que junto a sus manos me acariciaban
también sus dudas?
¿Crees que no la sentía lejos por ser del aire
y que ignoraba que mis alas siempre estuvieron
cosidas
a sus pies?
¿Que no notaba en sus besos un sabor
a otras ciudades, otras personas, otros mares?
¿Crees que no sabía que se iría en algún momento?

Lo sabía.
Pero en esos momentos de miedo,
respirarla un segundo más
eran flores en el pecho,
abrazarla era saber que te
puedes llenar de otro
-y vaciarte en un momento-,
besarla era crear un puente
entre sus palabras y las mías
en el que hubiese dormido cada noche
abrazada a su demencia,
y amarla,
¡amarla era una puta locura!
Eran sueños en los dedos,
cosquillas en los pies.
Y también era dolor, impotencia y muerte…
Pero después de haber probado el cielo,
¿quién le dice a un loco
que vuelva a un mundo inerte?

– “Pero ella se ha ido,
has vuelto de todas formas
no entiendo por qué le diste tu tiempo…”.

– Porque en un solo segundo
ella llenó mi vida para siempre.




Besos de nadie

Tiene muy mal despertar
y, sin embargo,
hasta el sol espera a su vera
para ver cómo abre los ojos
y llenarse de ella
para seguir dando luz.

Se ríe con tantas ganas
que en su boca suena
mi canción favorita
                            y la suya también.
A la vez.

Sabe hacerte sentir tan a gusto
que crees que en su pecho
siempre estuvo tu casa
aunque no tengas llaves
ni sepas abrir.

Quiere tan fuerte y bonito
que sientes que siempre fue así
pese a que no os conocíais
y se deba ir.

Tiene la intuición
de quien ya ha vivido esta vida
y ha venido sólo
para acariciarte
y quedarse en tus sueños
para que estén más cerca.

Cuida como si sangrara
de tu herida.
De esa. La más profunda y dolorosa.
A la vez lucha
como si le hubiesen dado
la oportunidad de salvarte.
Esta vez.
Siente como si sólo existiese hoy.
Especialmente porque hoy te ama
como nunca,
porque no sabe medirse
—ni en tempestad—
y porque sabe que lo más bonito
de su vida le pasó
por dentro
—y ahí te guarda—.

Y besa como si nadie
hubiese tenido nombre antes de ella.

Así es, mi amor,
hasta que te encontré a ti,
todos mis besos fueron de nadie.


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RUBÉN DE LA CRUZ (XENÓN) [19.494]

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Rubén de la Cruz (Xenón)

Rubén de la Cruz (Xenón), nació en Alicante, en 1990. A los trece años comenzó a interesarse por la cultura hip-hop. Un año después escribía sus primeras rimas, y a los quince grabó sus primeros temas. Desde entonces, ha ido creciendo como artista y se ha embarcado en nuevas aventuras, como Síndrome Klap Records, su estudio de grabación, en donde comparte experiencias y conocimientos con otros artistas, a los que -y con los que- graba y edita. Hasta ahora, ha lanzado seis discos en solitario y otros dos en colaboración con Jonan y Aika.. 

El papel más importante de su vida siempre ha sido el que ha tenido enfrente: un folio vacío de sentimientos y muchas ganas de mancharlo. Con una madre cantante y un abuelo poeta, ¿qué esperábais?

Compositor, cantante a deshoras y artista consolidado en la escena del hip-hop nacional, ahora, con veintiséis años y una mochila llena de vivencias, se decide a sacar su primer poemario: Ya no tintas nada (Editorial Espasa, 2016).

Se define como un artista certero y emocional, cuya palabra daña o acaricia la piel de quien la lee. No será la última vez, eso está claro.

Rubén de la Cruz, más conocido por su nombre artístico, Xenón, es, según la crítica, ” una de las voces jóvenes más singulares del panorama musical y poético español”. Ahora acaba de publicar en ESPASAesPOESÍA su primer poemario: YA NO TINTAS NADA. El amor y el desamor en el siglo XXI. Nadie puede amar completamente a nadie si antes no se ama a sí mismo. “Escondí mi cuaderno donde nadie pudiera encontrarlo. Arquitecto de palabras, malabarista de sentimientos, defensor de injusticias o sencillamente un escritor que se aísla demasiado. Son algunos de mis rasgos más caracterizados, rasgos que plasmo en cada letra y destiñen dolor en forma de tinta. 


SINOPSIS:

Este poemario sabe a mentiras bajo una palmera,
a dolor del que marca, a lágrimas dulces, 
a noches sin dormir, a corazón abierto.
El conjunto perfecto de sentimientos para olvidar a alguien.
Escribimos para escupir dolor hasta que escupimos tanto que la boca
se nos queda seca y ya no queda más que el folio en blanco.
En este libro sucede exactamente eso.
Estuve escribiendo hasta que esa persona dejó de importarme.
Y entonces me di cuenta de que lo había logrado,
de que ya no la necesitaba: ya no tinta nada.


RESEÑA:

Hola, hoy os traigo un libro que he estado deseando desde que supe su futura existencia. Xenon es músico, compositor y escritor, y debido al tiempo que llevo escuchándole, leyendo cada cosa que escribe y más, no pude negarme a necesitar su poemario.
La verdad es que no tenía pensado hacer la reseña de este libro en este blog, pero debido a que he decidido eliminar mi blog personal para centrarme más en este, pues me pareció buena idea introducir algo nuevo en este blog, como es la poesía; no es Bécquer, pero es Xenon, o Rubén.
Me resultó una lectura muy amena; quizás porque me lo imaginé como sus canciones, y al ser la temática del mismo estilo pues es muy sencillo.
Este libro, poemario, trata de un chico, como en este caso es su escritor, que sufre por amor, y en el poemario, aunque lentamente, se va viendo cómo la persona de la que estaba enamorado cada vez pinta menos, se va olvidando el sentimiento tan fuerte, y de ahí que ya no tinte nada. 

Me he leído dos poemarios a la vez, este de Rubén de la Cruz (Xenon), y el de David Martínez Álvarez (Rayden) y sinceramente me ha gustado más este porque me parece una escritura más sencilla y directa de algún modo. (El poemario de Rayden seguramente sea mi próxima entrada, y para nada este párrafo es una crítica).

Personalmente este poemario me ha gustado mucho, y por ello lo recomiendo sin pensármelo dos veces; y que los héroes no van con trajes interestelares, pero igualmente pasan desapercibidos; y mejor, así puedes pararte a observar a esos héroes en silencio.



Ya no tintas nada (Editorial Espasa, 2016).



HOY PUEDES

Llenar estadios con tu música,
recitales con oídos deseosos de oír tu voz
o corazones que anhelan el cariño que sólo tú puedes proporcionar.

Puedes escalar el Himalaya,
navegar el Támesis
e incluso perderte en el Amazonas sin correr peligro alguno.

Puedes detener la guerra fría,
derretir la Antártida,
desabrochar cualquier nudo,
destapar cualquier regalo.

Hoy puedes.

Vencer a la muerte en su propio tablero,
iluminar la fosa de las Marianas,
apagar todas las luces de Tokio,
beber del Kani Bel,
saciarte con sus aguas.

Desenterrar la tumba de Gizeh,
ocultar los tesoros de Hoxne,
dar vida a quien la pide,
burlar las teorías de Darwin.

Puedes vencer al minotauro,
atormentar a Zeus,
dejar a Cupido sin puntería,
escapar de Caronte,
mirar fijamente los ojos de Cassiopea.

Puedes hacerlo.

Hoy puedes ser lo que tú más quieras,
sin nadie que te diga lo que debes ser.
Sin golpes que te derrumben o ciclones que sacudan tu orden.

Elige tu día y olvídate de la suerte.

La suerte es para los débiles,
tú vas a conseguir lo que te propongas.

De Ya no tintas nada, col. Espasa es Poesía, 2016




CUANDO CUESTA RECORDAR

Las hojas siguen cayendo si me despeino
y los ríos se siguen vaciando cuando lloro.

El hogar son las personas y yo aquí,
durmiendo en los cajeros más próximos.

Buscando el amor cual nómada,
de oasis en oasis,
de beso en beso,
de tinta en tinta.

¿Cuántas veces hacen falta para aprender?

Aprender a creer en uno mismo suena a utopía,
a música descafeinada,
a "tenemos que hablar",
a voz tota un domingo a las tres,
a llanto de un bebé,
lágrimas de cristal rotas,
a Asturias sin sus verdes campos,
a Andalucía sin sus sevillanas,
a imposible.

Pero hoy no.

El mejor de mis amigos se esconde bajo la piel,
y mi alma gemela resulta ser siamesa.
No necesito más.

A dónde vas tú sin ti,
con lo bien que te sientas.




SANGRADO

¿Quién necesita amor cuando tiene autoestima?

Yo.

El amor es lo único en esta vida que crece cuando se reparte.

Quiero llorar por no tener esa foto de perfil junto a otra persona
y un beso idílico de esos de cine.
Me apetece, qué coño.
Eso no lo tengo claro.

Cuando esa ausencia pesa,
nos aferramos con locura a la primera persona que nos muestra algo de cariño.

Golpe tras golpe,
herida tras herida,
sangre por sangre,
gratuita y necesidad.

Todo por esa puta manía de querer ser amado como si esa fuera nuestra meta.

Hay cientos de personas dispuestas a herirnos,
a tirar por el suelo cristales rotos de sus miedos,
y nosotros andamos descalzos.

¿A dónde vamos?

Si confiamos más en los anuncios que en el ser humano.

Mi consejo ante el espejo es sencillo: protégete.

Y si no, no pasa nada,
siempre podré ser feliz,
porque por encima de ti,
mi vida,
está eso,
mi vida.

Y mi vida soy yo.
Además, siempre fui mejor amante.




AMOR ENTRE METÁFORAS

No existe mayor cárcel que tus propias manos.

Vivo en inviernos que se pasean por veranos,
en aceras que cruzan carreteras.

Vivo entre alfa y omega.

Sangré por dentro por no partirle la cara a más de uno y mis puños se encogen.
Me abro la cabeza día a día para encontrar una salida a mis idas y venidas,
y el estómago también,
para que todas las mariposas escapen y sean libres.
¿A quién se le ocurrió la dictadura de encerrarlas dentro?

La libertad que experimento es sincera,
y puedo decir que estoy siendo cómplice de mi sonrisa,
pero aún tengo la piel reseca.

Ojajá me entendiera o me entendieran.
He cambiado y no soy el mismo,
no por el momento,
ni creo que sea para mejor,
pero me da igual, ¿sabes?

Me escapo entre líneas, música y libros,
y ellos encuentran en mí un hueco vacío.
Vacío de sentido pero lleno de ganas.

No me confundáis, tengo sentimientos.
Lo que pasa es que no los encuentro.
Juraría haberlos dejado ahí encima.
Pero no lo sé, no aparecen,
y mi madre está lejos para ayudarme.

Ella que siempre lo encontraba todo.

Sé que alguien los encontrará y me los traerá.

Yo procurararé no volver a perderlos.




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CARLOS MIGUEL CORTÉS [19.495]

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CARLOS MIGUEL CORTÉS 

Carlos Miguel Cortés, fotógrafo  y poeta, nació en Béjar (Salamanca) en 1987 y ha vivido en Madrid, Barcelona, Logroño, A Coruña y unos cuantos sitios más hasta recalar en la isla de Mallorca, en la que vive desde hace cinco años. Lleva cuatro años tuiteando y se confiesa adicto a Twiter. 

Ha publicado los poemarios:

-Intranerso (Noviembre poesía, 2014) (Brisa Ediciones, 2015). 
-Innormal (Destino, Editorial Planeta 2015).


Intranerso. Brisa Ediciones, 2015. De la ilustración: Albert Solóviev.


Éste es el primer libro de Carlos Miguel, un joven poeta que hace poesía en redes sociales y que ha conseguido que su obra se venda tanto que es prácticamente un superventas. La primera edición casi se agotó nada más salir y que eso pase en poesía es casi un milagro.

Y es que este chico que tiene ya 5 000 seguidores es un buen ejemplo de una generación nueva de poetas que está revolucionando el panorama, con una poesía fresca, muy natural, sencilla y con mucho corazón, que a veces roza la frase ingeniosa. Aquí tenéis algunos ejemplos:

«Si no viene, usa el plan ve». 
  
«Quiero una chica hecha de lluvia. 
Una chica que me moje, que me haga ver el arco iris en los días sin nubes. Para bailar bajo ella. Para empaparme, que sea capaz de calarme hasta los huesos, que me deje tiritando y pensando qué ha pasado. Que se sorprendentemente incontrolable. Que refresque en las noches calurosas. Que sea un torrente de emociones. Que cree vida a mi alrededor. 
Pero también, cuidado. La lluvia es delicada. Dice que jugar con fuego es arriesgado, pero eso sólo es para los que nunca han jugado con agua…» 

«Escapa. 
De todo y de todos.
Y cuando creas que estás lo suficientemente lejos,
piensa en quién querrías ahí contigo.
Así sé yo quién es importante en mi vida». 

«A veces hacen falta sólo 
56 segundos
de conversación inalámbrica
para alegrar el día de alguien
que está a kiilómetros de distancia. 
Y todos tenemos 56 segundos sueltos».

¿Qué qué es intranerso? Es el universo único y personal que lleva cada uno dentro, en su interior. Un rincón de difícil acceso, al que no se le deja entrar a todo el mundo. No está claro si está en la cabeza, en el corazón o en otra parte. Quizás en todos los rincones de nuestro cuerpo.




Yo he aprendido a necesitar,
lo que se dice necesitar,
solamente ese huequito
que hay en tu pecho
en el que me gusta refugiarme.


*


Las señales de humo primero son señales
y luego son sólo humo.
Atiéndelas
antes de que sólo queden
cenizas
cuando vayas
y ya no esté
quien encendió la hoguera.


*


Yo sé que para ti nunca llegaba,
ni volvía,
porque nunca avisaba.

Yo directamente aparecía.
Como un rayo sin trueno,
como un helado de postre
como un semáforo en ámbar

que esperaba que tu cruzaras acelerando.


*


Y dejar las margaritas enteras,
porque para qué deshojarlas
si ya sé que me quieres.


*


La odio.
La odio porque me ha hecho peor todos y cada uno de los
Kinder Bueno que me coma en mi vida.
Porque ya ninguno sabrá mejor que ese pedacito que devoré
directamente de tus labios.




"INNORMAL", DE CARLOS MIGUEL CORTÉS.


Ahora ya no sé si vas a poder leer esta carta, pero igual siento como una necesidad de decirte que yo contigo he sido más feliz de lo que en los libros se dice que se puede.

La canción de nosotros, Eduardo Galeano.


¡La aventura nos espera!

Up


Hace falta imaginar, experimentar cosas y cambiar algo. Hace falta arriesgarse. Yo ya sabía de antemano lo que iba a pasar, claro. Es que los puristas no experimentan nada de nada. Si se queda uno solo con los puristas nos quedaríamos siempre en el mismo sitio. Están metidos en un círculo del que no se salen, y yo creo que hay que salirse un poco, ¿no? Experimentar.

Camarón de la Isla


Ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica.

Salvador Allende



Sé como tu eres
de manera que puedas ver
quién eres
y cómo eres.
Deja por unos momentos
lo que debes hacer.
Y descubre lo que realmente haces.
Arriesga un poco si puedes.
Siente tus propios sentimientos.
Di tus propias palabras.
Piensa tus propios pensamientos.
Sé tu propio ser.
Deja que el plan para ti
surja de adentro de ti.

Fritz Perls


En el patio del colegio, las jerarquías estaban establecidas casi desde el principio, y además era raro que se repitieran las categorías. Si eras el gordo, eras el gordo; si eras el payaso, eras el payaso; si eras el gafas, eras el gafas; si eras el bestia, eras el bestia; si eras el raro… Yo siempre fui el raro. Ser el raro era llevar una losa pesada. Imagino que la veo más pesada porque es la que me tocó a mí. Al principio no lo asumes. No entiendes que te haya tocado a ti, cuando posiblemente lo que querías era ser el guapo o el gracioso de la clase. Y cuesta entenderlo. Es fácil quedarte en ese estado de continua negación.

Por suerte, ya no estamos en el patio del colegio, aunque a veces lo parezca, y ahora decidimos con qué nos quedamos o qué desechamos. Ahora nos quitamos las losas de encima y somos libres. Ahora nos reconocemos entre nosotros y disfrutamos de estar con personas de nuestra misma categoría, esa categoría que hemos elegido y que no es impuesta. Incluso elegimos vivir sin categorías ni etiquetas. Yo elijo las mías, que son pocas, muy pocas. Y siempre fui el raro, ahora sé que lo que soy es INNORMAL.




Síndrome de Huckleberry Finn

Bautizado como el personaje de la obra de Mark Twain, este síndrome psicológico se caracteriza por la tendencia a eludir responsabilidades como un niño, y a cambiar con frecuencia de trabajo al llegar a la vida adulta. Los expertos aseguran que es un mecanismo de defensa ligado al rechazo parental, una baja autoestima y síntomas de depresión.
Las personas con este síndrome suelen ser inteligentes, despiertas a todo lo que ocurre a su alrededor. Se adaptan bien a las situaciones, pero rara vez se sienten felices con lo que tienen o hacen. Evitan tener responsabilidades. Porque una responsabilidad implica echar raíces en algunas ocasiones, y eso es algo para lo que no están preparados.



Suelo pensar que nunca voy a encontrar nada que mantendré durante toda mi vida. ¿Trabajar toda la vida en lo mismo? ¿Alguien que quiera pasar conmigo el resto de mis días? ¿Una ciudad en la que comprarme una casa y echar raíces? No soy un árbol. No quiero echar raíces. No quiero hacer toda la vida lo mismo. No quiero dejar de huir de la monotonía.


1

Te busco en los agujeros de mis bolsillos.
Creo que tu ausencia se ha colado hasta en mi lavadora.
No duele, es, sólo, como no sentir nada.
Es vacío.

Tengo que aprender a dormir sin ti.
Es difícil, especialmente las noches como hoy
cuando te acabas de ir y
las sábanas aún no se han enfriado.

He estado a punto de cerrar la puerta con llave
por dentro
un poquito antes de que te fueras.
¿Cuánto tiempo podríamos estar recluidos?
Podríamos pedir todos los días
comida a domicilio,
vivir con la música a tope,
baños interminables,
risas, atardeceres en el balcón, pelis…

Pero es tarde.
Ahora la casa entera llama a tu risa
rebotando en las paredes.
Y sólo hay silencio.
Voy a hacerlo yo solo,
voy a poner música a tope,
meterme en la bañera,
masturbarme,
y acostumbrarme a
estar sin ti.

Así,
cuando vuelvas,
la casa, las sábanas y
yo
explotaremos de felicidad
y de sorpresa.



2

Me mata cuando tú
me miras
como si nada
y yo te miro
como si todo.




3

A veces me gustaría no ser yo quien escribe. Que tú escribieras por mí.
Escribe que te mueres de ganas de que todas las noches que hemos imaginado se hagan realidad; escribe que nuestros cuerpos se conocen como si llevaran años pegados, pero a la vez se buscan como si acabaran de descubrirse; escribe que tus muslos se han despertado con marcas de mis dientes; escribe que la sonrisa que te provoco va a durar eones; escribe que que le den a soñar, que es mejor hacer; escribe que nunca pensaste que una lengua podría hacerte tantas cosquillas; escribe que nos falta
poco para ser uno y media docena a la vez; escribe que perdimos la cuenta de los orgasmos; escribe que las sábanas nos envidiaban; escribe qué bien sabe mi polla; escribe lo divertido que fue cuando los vecinos se quejaron del “ruido” de tus gemidos; escribe que los besos saciaban el apetito; escribe que te duelen un poquito los pezones de estar entre mis dientes; escribe que no te vas a conformar hasta que se nos haga mil noches de día; escribe que joder qué bien sabe el café después de una noche así.




4

Compramos los billetes,
sabiendo para qué barco eran.
Montamos emocionados,
leyendo Titanic en el lomo.
Disfrutamos de la travesía,
expectantes,
mirando siempre a estribor de reojo.
Divisamos a lo lejos el iceberg,
y como locos
asaltamos el puente de mando
para poner el barco a toda máquina.

Es evidente,
chocamos
y
nos hundimos.

Pero estábamos felices
por haberlo vivido.




5

No quiero ser para ti ese chico pasajero,
un rato divertido,
medio Don Juan,
un ligue de discoteca,
si te he visto no me acuerdo,
un recuerdo bonito.

No quiero ser eso con lo que te entretienes,
un aperitivo antes de la sopa caliente y casera.

Me niego a ser sólo el que te folla
cuando tus humedades te hacen pensarme,
la llamada de auxilio cuando
tienes el mundo encima.

Porque, pequeña,
me gusta la noche,
pero no me vale si no
la acompañamos de amaneceres,
desayunos improvisados
y conversaciones que hacen hogar.

No quiero ser sólo tu comodín,
pudiendo ser tu paracaídas,
tu salvavidas,
tu amuleto de la suerte.

Que seamos
un cuento sin punto ‘nal,
sin perdices,
sin que el libro llegue a
acabarse.





6

Yo antes de ti no era yo,
era otro, una versión peor.

Y esa es mi moraleja
de cualquier relación.
Sal de ella mejor de lo que entraste.
Más jodido, más escéptico,
más roto
pero mejor persona.





7

Una y otra vez hemos estado juntos, una y otra vez nos hemos separado.
Siempre nos han contado que la distancia más corta entre dos puntos es la línea recta, pero yo me he parado a observarnos, y nosotros ondulamos. Las rectas debían de parecernos aburridas, o simplemente éramos diferentes y teníamos que hacer las cosas a nuestra manera.
Era una cuestión subconsciente, creo. No lo escogíamos, no lo pensábamos, nos salía utilizar los giros, los meandros, los arcos, y nunca nos quedábamos anclados en las esquinas ni en los bordillos, tan angulosos y tan punzantes.
Sólo sé que sí, sería más rápido usar las líneas rectas, como hacen todos, pero nosotros elegíamos siempre las curvas del infinito.




8

Hola, 
me llamo 
Carlos Miguel Cortés 
y soy un adicto.

Un adicto a los comienzos.

Sí, es difícil reconocerlo.
Parece algo genial a primera vista.
Pero no lo es cuando te cuesta tanto
pasar de esos primeros momentos 
a esa vida de reposo y manta y peli
que a veces te pide el hígado.

No puedo evitarlo.
No sé si quiero evitarlo.
¿Sabéis de lo que hablo, verdad?
Esa sensación de novedad.
Los nervios, el nudo en la garganta
previo a un primer beso.

La idea en mi cabeza
de que una mujer nueva en mi vida
signi‘ca un territorio sin explorar,
una aventura por el Amazonas de su mente,
un conquistar cada poro,
una expedición a lo Lewis y Clark
recorriendo desde su Atlántico hasta su Pací‘co,
escalando la cima de sus pezones,
descendiendo la cueva de su ombligo, 
coronando el cielo del paladar.

Me encanta, sí.
Adentrarme en un nuevo laberinto mental 
sin dejar migas de pan para marcar el camino, 
sabiendo que es más probable que me pierda allí dentro
o que me atrape el Minotauro de sus miedos,
antes que encontrar la salida.

Y tocar allí y allá,
estrenar cada tecla,
buscar sonidos nuevos
en el pentagrama de sus costillas.

Sí, claro que conocéis 
todo eso de lo que os hablo.
Por algo estáis aquí, ¿no?
En terapia, conmigo.
¿Tú también estás aquí por eso? 
¿Cómo te llamas?
¿Y si te doy mi número y quedamos?









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PATRICIA GONZALO DE JESÚS [19.496]

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Patricia Gonzalo de Jesús 

Nació en Barcelona en 1978. Es licenciada en Filología Eslava, con la especialidad de Lengua y literatura eslovaca y checa, por la Universidad Complutense de Madrid. Completó sus estudios en la Universidad Comenio de Bratislava (Eslovaquia), en la Universidad Constantino el Filósofo (Nitra, Eslovaquia) y en la Universidad Carolina de Praga (República Checa). Máster en Edición por la Universidad de Salamanca, trabaja como traductora de checo, eslovaco y ruso. Entre sus traducciones se encuentran autores como Joseph Brodsky, Karel Čapek, Ladislav Klíma, Arnošt Lustig, Ota Pavel y Lev Tolstói. En la actualidad estudia en The University of Iowa (Estados Unidos), donde finalizó un MFA en Escritura Creativa como Iowa Arts Fellow.

Raíces aéreas (La Bella Varsovia, 2016), es su primer libro de poemas. 



ESPACIO PRACTICADO

I

Quizás          habitar
no sea más que
                esto:
lluvia          golpeando
                                un tragaluz,
ramas                cimbrándose
                bajo el peso
                de pájaros,
mi mirada,

mis palabras
           suspendiéndolos
en el ahora.



II

En el principio fue la mesa.

La compré pensando utilizarla como escritorio.
Tres cubos de agua y toneladas de hollín después
reveló su verdadero origen:
una cocina.

Aun así decidí redimir a aquella mesa.
Pensé en mi madre frente a su olla a presión.
Pensé en Denise Levertov esbozando poemas en la mesa de su cocina.
Pensé en Alice Kober sentada frente a una mesa camilla junto a su madre viuda,
catalogando caracteres de Linear B en cartones de cigarrillos.

Más tarde fue la chinche.
O las chinches.
Probablemente no más de dos,
en los intersticios de la mesa.
Fueron concienzuda y convenientemente gaseadas.

Aun así decidí redimir a aquella mesa.
Pensé entonces en mi abuelo en la trinchera del frente de Teruel,
repasando las costuras del uniforme con las uñas para reventar las chinches.
Pensé en sus noches en blanco resolviendo problemas matemáticos
sin más ayuda que aquella enciclopedia que compró con su primera soldada
para leer durante el servicio militar, ignorando el toque de queda.
Pensé en sus memorias,
aquéllas que escribió en cuadernos escolares heredados de sus nietos,
las que dejó a medias cuando empezó a fallarle la vista.

Al final fue la pesadilla.
De algún modo, esta mesa es el alambique en que se condensan
todos mis miedos:
quedar relegada a una cocina,
las plagas,
no saber,
no entender,
no estar a la altura de quienes me han precedido.

Aun así,
o tal vez precisamente por eso,
he decidido redimirla.

Sólo se hacerlo con palabras.



III

Ciertas noches
                me desvelan
los trenes.
           De lejos
                me asaltan
el traqueteo,
el siseo,
el bufido
del silbato,
uno
tras
otro,
como
un
único
tren
infinito
que hiende
           mi sueño,
                la ciudad,
                           la noche.





Raíces aéreas
La Bella Varsovia. Córdoba, 2016.

Apasionada traductora de autores de lenguas eslavas, Patricia Gonzalo de Jesús ha venido trabajando paralelamente en su propia obra poética y narrativa con sostenido rigor. 

A ras de suelo: no hundiéndose en la tierra, sino buscando el aire. Así nos han contado que avanzan las raíces aéreas, y así —en cierto modo— arraiga la poesía de Patricia Gonzalo de Jesús: buscando la luz desde la extrañeza, desde la voluntad firme y hermosa de no saber y querer al mismo tiempo. Una poesía que se nutre en los orígenes, y que entiende que nos formamos —y nos forjamos— por quiénes somos y por quiénes nos fueron. Hay ternura en este libro, e ironía, y asombro, y una voz cuyas referencias quizá no nos suenen familiares, pero que ahonda en nosotros, y con nosotros permanece. Estas raíces crecen hacia la piel mientras crecen hacia el cielo. 


ESPACIO PRACTICADO

En el principio fue la mesa.
La compré pensando utilizarla como escritorio.
Tres cubos de agua y toneladas de hollín después,
reveló su verdadero origen:
una cocina.
Aun así decidí redimir a aquella mesa.
Pensé en mi madre frente a su olla a presión.
Pensé en Denise Levertov esbozando poemas en la mesa de su cocina.
Pensé en Alice Kober sentada frente a una mesa camilla junto a su madre viuda,
catalogando caracteres de Lineal B en cartones de cigarrillos.
Más tarde fue la chinche.
O las chinches.
Probablemente no más de dos, en los intersticios de la mesa.
Fueron conveniente y concienzudamente gaseadas.
Aun así decidí redimir a aquella mesa.
Pensé entonces en mi abuelo en la trinchera del frente de Teruel,
repasando las costuras del uniforme con las uñas para reventar a las chinches.
Pensé en sus noches en blanco resolviendo problemas matemáticos
sin más ayuda que aquella enciclopedia que compró con su primera soldada
para leer durante el servicio militar, ignorando el toque de queda.
Pensé en sus memorias,
aquéllas que escribió en cuadernos heredados de sus nietos,
que dejó a medias cuando empezó a fallarle la vista.
Al final fue la pesadilla.
De algún modo, esta mesa es el alambique en que se condensan
todos mis miedos:
quedar relegada a una cocina,
las plagas,
no saber,
no entender,
no estar a la altura de quienes me han precedido.
Aun así (o tal vez precisamente por eso) he decidido redimirla.
Aunque sólo sea con palabras.


MORFOLOGÍA DEL CUENTO

Ni rastro de nieve todavía.
Y precisamente por eso
recuerdas
aquel viaje a través de las montañas en un tren
ostálgico y reumático,
abriéndose paso
a duras penas
a través de la ventisca,
aquella anciana de entreguerras con boina de lana que,
extrañada
de tu soledad y tu delgadez,
te regaló una manzana,
como un trasunto de aquélla otra que,
en Bratislava,
te entregó tres narcisos
a cambio de agua
(Propp habría estado más que satisfecho).
Recuerdas
la sensación paradójica,
entre caricia y punzada,
de nostalgia de lo desconocido,
la parada en una ciudad arcana,
el vómito a medianoche
y la iglesia de san Esteban a mediodía,
las palabras del diácono
(«No debería estar abierta,
pero decidí recoger tras las fiestas de Navidad.
Será una señal divina.»)
Recuerdas
la blanca devastación,
el narcótico silencio
que rodeaban a aquel hombre,
escoba en mano,
acompañado apenas
por doce apóstoles dispersos
y un pantocrátor meditabundo,
de trazo torpe
y mirada ocre.
Y casi con añoranza
de aquella fiebre y aquella náusea
contemplas ahora
tu colección de idiopatías,
mientras te preguntas
cuál será el término médico
para esa membrana
(que sin duda existe
y de la que tú careces)
que hace llevadero el redolor
de caminar descalzo
por la existencia,
si te toparás
con la tercera e indefectible anciana
y si el hambre de nieve
y la sed de páramo
entran dentro de la categoría
de señales divinas.


LA BESTIA

La que cabalga a lomos de la Bestia
se convierte en la puta de Babilonia.
Si el desierto tiene oído,
oiga:
tomad y comed todos de él
porque éste
ya no es mi cuerpo.
Sólo me queda
desierto a bocados,
crujir de dientes,
lamerme las heridas
como una perra,
como una perra
escarbar en el yermo
la tumba del fruto
arrancado de mi vientre.
Si el desierto tiene oído,
oiga:
éste ya no es mi cuerpo.
María Magdalena, líbranos del lujo
de la dignidad,
María Egipcíaca, líbranos de la soberbia
de la habitación propia,
Marías todas, libradnos de rezar
porque rezar no nos librará
del pecado de ser
mujervirgenputasantasiervaesclavamártir,
del estigma de la Bestia.
Si el desierto tiene oído,
oiga,
porque la voz de los muertos
es la peor entendida.
Y el que tiene entendimiento,
cuente el número de la Bestia,
pues es número de hombre.


MUSEO INTERIOR 

Hay una decimocuarta manera
de mirar
un mirlo: que sea él
quien te observe,
su ojo
lo más inmóvil
en el interior de una vitrina.

Mi ojo,
carente de criterio,
registra
ese fotograma
congelado,
se empacha de
taxidermia.

La arcada
le devuelve
una única frase,
que hace suya:
una vida embalsamada
no hace poesía.



Patricia Gonzalo de Jesús, contención y verdad

Raíces aéreas
Patricia Gonzalo de Jesús
La Bella Varsovia. Córdoba, 2016.

Por José Luis García Martín 

Decía Juan Ramón Jiménez, en una de sus ingeniosas maldades características, que la poesía última de Cernuda parecía traducida del inglés. Y luego añadía: “Lo malo es que Cernuda no sabe inglés”.
            
Patricia Gonzalo de Jesús no solo sabe inglés, sino checo, eslovaco y ruso, lenguas de las que es traductora profesional, y en su poesía hay una precisión y una sobriedad ajena a la más verbalista tradición española. Publica su primer libro, Raíces aéreas, cuando se acerca ya a los cuarenta años, y no hay en él ni la borrosa espontaneidad de los tanteos iniciales ni el amateurismo del poeta tardío. Con solo este puñado de poemas –que algo nos recuerdan a poetas norteamericanas de obra breve como Adrianne Moore o Elizabeth Bishop– se hace un sitio entre los nombres imprescindibles de su generación.
            
Patricia Gonzalo de Jesús, como otras poetas de ahora mismo, escribe desde un punto de vista inequívocamente femenino, ese punto de vista que las poetas de otro tiempo trataban de disimular en sus obras de más empeño porque parecía incompatible con la gran poesía. Pero no es panfletariamente reivindicativa, no lo necesita: dice su verdad, mira el mundo con sus propios ojos, le basta con saber sentir y sabe decir.
            
Buena parte de los poemas de Raíces aéreas se escriben sobre la falsilla de otros textos, a veces tan poco convencionalmente poéticos como un prospecto médico (“Reacciones adversas” o un tratado de botánica (“Raíces aéreas”).
            
El comienzo de “Reacciones adversas” puede servir de ejemplo: 


“El silencio, durante generaciones,  
ha sido empleado en mi familia  
como analgésico 
y antiinflamatorio local 
para el alivio sintomático 
de la tristeza, 
la enfermedad,  
la muerte y 
todo tipo de contusiones 
existenciales 
que cursan con dolor leve  
o moderado”.
            

Los subtextos que están en la base de Raíces aéreas a veces han sido más frecuentados por los poetas. Es el caso de la oración (“Plegaria del poeta sin epifanía”, con su estribillo: “san Juan, ruega por nosotros”, “santa Teresa, ruega por nosotros”…), “Génesis”, que recrea los relatos de los nativos americanos sobre la creación del mundo o “De muliere super bestia”, con sus denuestos apocalípticos.
            
“Álbum familiar” se titula uno de los poemas. La memoria de la infancia (con lugar destacado –“Vida útil”, “Calendario zaragozano”– para la figura del abuelo) constituyen otro de los ingredientes del libro. Pero no hay en esas evocaciones concesión ninguna a las mitificaciones de la nostalgia.
            
La “Tierra firme” que da título al primer poema del libro es la del desconcierto y el desvalimiento: 


“Porque dudo.  
Porque no sé. 
Porque me dijeron que no sabía. 
Porque de profesión, mis labores”.
            

Esas labores tradicionalmente femeninas, las labores domésticas (“de profesión, sus labores” se leía en el carnet de identidad de la mayoría de las mujeres), sirven de falsilla para la imaginería de muchos de los poemas. 


“Orear el dolor 
antes de doblarlo  
con esmero  
y colocarlo en el montón de la colada  
aún por planchar” 

se lee en “Economía doméstica”, y en “Espacio practicado”: 


“De algún modo esta mesa es el alambique en que se condensan 

todos mis miedos: 
quedar relegada a una cocina,  
las plagas,  
no saber, 
no entender, 
no estar a la altura de quienes me han precedido”.
            

Para Patricia Gonzalo de Jesús, como para buena parte de la poesía contemporánea, escribir es reescribir, sin que eso suponga en su caso incurrir en el pastiche ni en el mimetismo. “Museo interior” continúa uno de los más conocidos poemas de Wallace Stevens (“Trece maneras de mirar aun mirlo”): “Hay una decimocuarta manera / de mirar / a un mirlo”, comienza.
            
“Orígenes de las sombras y direcciones de los puntos de fuga” incluye una serie de citas (algunas valen como poemas exentos) a las que compara con los remiendos en un pantalón o con las anotaciones en un manual de supervivencia: 

“Nunca lamentes  
tu desnudez  
si la alternativa es la mortaja  
de la normalidad”, 

dice una cita anónima; Saul Bellow firma otra: “Inesperadas intrusiones de belleza. / Eso es la vida”.
            
En el poema “Juliana de Norwich”, la mística que es considerada como la primera escritora de lengua inglesa, se alude a Virginia Wolf y se reproduce una conocida afirmación suya (irónica en el contexto del libro) que ya había incluido Eliot en el último de sus Cuatro cuartetos: “All shall be well, and all shall be well, and all manner of thing shall be well”.
            
“Jacob” es la poco convencional elegía (con mucho tiene de autoelegía) a un perro bastardo, “raro, roto y multialérgico”, que nada tenía que hacer “en este mundo de perros / de exposición”.
            
A Juan Ramón Jiménez le sonaba la poesía de Cernuda, del Cernuda que se había alejado de su magisterio, a poesía traducida. La poesía de Patricia Gonzalo de Jesús nos suena a poesía esencialmente traducible, a una poesía cuyo efecto depende menos de las sonoridades y efectos de una lengua concreta que de su arquitectura interior.




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ALBERTO CONEJERO [19.497]

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Alberto Conejero

Alberto Conejero López (Jaén, 1978) es un dramaturgo y poeta español cuyas obras se han estrenado en Madrid, Buenos Aires, Londres, Montevideo, Moscú y Atenas.

Licenciado en Dirección de Escena y Dramaturgia por la Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid y doctor por la Universidad Complutense de Madrid es actualmente profesor de dramaturgia en la ESAD de Valladolid.

Obra

Alberto Conejero es representante de una nueva generación de dramaturgos en la que figuran Paco Bezerra, Zo Brinviyer, Carlos Contreras Elvira, Esteve Soler, María Velasco, Mar Gómez Glez o Antonio Rojano, entre otros/as.

Habitual de los escenarios alternativos de Madrid (Nave73, La pensión de pulgas), ha producido una obra que habla directamente al espectador de su identidad, de su esencia: escribir teatro es convocar el encuentro con el imaginario de los espectadores. Defensor de los derechos LGTB, la homosexualidad ha sido un tema presente el algunos de sus mejores trabajos. Es el caso de Cliff, inspirado en algunos episodios de la biografía de Montgomery Clift, pero también en su trabajo más conocido: La piedra oscura, pieza en la que aborda la persistencia del ser, tomando como marco de fondo la relación entre Federico García Lorca y el que fuera su último compañero, Rafael Rodríguez Rapún.

Es también traductor y dramaturgista de clásicos griegos y romanos (Homero, Ovidio) pasando por el Siglo de Oro, sus contemporáneos (así, de Shakespeare, Macbeth y La Tempestad) y otros autores o síntesis escénicas más actuales, como el Retablo de peregrinos, montaje creado para Las huellas de La Barraca en 2010, a partir de textos de Lorca, Valle-Inclán y Jacinto Alonso Maluenda.

Obras teatrales

Húngaros (2000)
Clift (acantilado) (2010)
Ushuaia (2013)
La extraña muerte de una cupletista contada por su perro (2014)
La piedra oscura (2014), actualmente de gira, bajo la dirección de Pablo Messiez (intérpretes: Daniel Grao, Nacho Sánchez).
Todas las noches de un día (2015)

Novela juvenil

Ha hecho incursión también en la literatura para público juvenil con El libro loco del Quijote (2005) y El beso de Aquiles (2006), publicados en la editorial SM.

Poesía

En 2016 publica su primer poemario Si descubres un incendio en la editorial La bella Varsovia.

Premios y distinciones

En 2016 en los Premios Max de teatro ha sido distinguido con el premio a mejor creación original por La piedra oscura,6 obra con la que ya se viera galardonado en 2015 con el Premio Ceres7 y en 2016 el permio José Estruch,8 además ha ganado el III Certamen de Textos Teatrales de la AAT9 por Todas las noches de un día. En 2013 recibió el premio Ricardo López de Aranda10 por su texto Ushuaia. En 2010 fue distinguido con el Premio Leopoldo Alas Mínguez de Literatura dramática por Cliff (acantilado). En 2000 recibió el Premio Nacional de Teatro Universitario por Húngaros.


Si descubres un incendio (La Bella Varsovia, 2016) 

Si descubres un incendio se abre con un hallazgo: con la promesa de un hallazgo, el del carpe diem como migas a las que atender en el camino, y con la certeza de ese fuego que recorre todos sus poemas. Alberto Conejero escribe sus poemas con la luz encendida, con la música clara y la palabra vibrante, y así traza un libro sobre el amor y el sexo, sobre el deseo y la soledad, sobre las emociones que forjan nuestra vida. Todas las trascendencias que se esconden en la rutina las desvela este libro, brillante en la intimidad, que nos descubre que el fuego del teatro de Alberto Conejero es también el incendio de sus poemas.

«Desde antes que el teatro le abriera paso, Alberto Conejero estaba con fuego en la poesía. Buscaba en las palabras el dibujo primero de su identidad. Afilaba sus aristas de hombre, sus demonios de adolescente, su retrato de distinto. Alberto Conejero se estableció en la literatura con una sed que desaloja ríos, pero en el principio fue el poema. Ahí donde todo muchacho con vocación de prender en las letras, de abrazar la combustión del idioma, sabe que puede hallar algo necesario para estrenar su aventura. El cauce donde todo es posible. Así llega Alberto a la literatura: leyendo, descubriendo, sabedor de que el asombro es la luz primera» (Antonio Lucas).




*


Ahora voy a contarte lo que el olvido alumbra.
Ahora que estás de nuevo solo, no importa en qué brazos,
y como peregrinos disciplinados marchan los días
uno tras otro a ninguna parte.


*

Suceden noches. También sucedes tú con ellas.
No hay otro cuerpo al cabo de lo oscuro.
El viento del insomnio
gira inmisericorde en remolinos
detrás de las cortinas.
Si cierras los ojos nada aparece.
Tampoco lo contrario.


*


Quizás todo adiós es festín de ceniza,
el gesto inútil de un animal que muere
y deja caer su sombra, apenas huérfana,
en el cauce apresurado
                                      del olvido.


*


¿De qué sirve ya mentirnos, sostenernos
contra qué, estorbar el olvido? Porque ahora
están aquí, atravesadas en la garganta, hueso
de la derrota: las palabras. Las que deja el amor
cuando el amor se acaba.


*


Dejaste en los techos pequeños nidos.
Como un souvenir que se compadece
-pues aún ridículo alberga el recuerdo,
y quién sabe ya qué ni por qué fuimos,
y si alguna vez de verdad nos amamos
o creímos amarnos y eso bastaba-
todas las noches los nidos cuento:
obstinada materia ya sin vida de los
días en que el amor estuvo
y nosotros con él en esta casa  



*


Y luego ya en la casa
nuestra tristeza toda,
los días que vivimos
en un rincón se ahogan.
Y ya el amor se rinde
-porque es de amor la norma-.
Fantasma de sí mismo
así nos abandona


*


Que te llamabas Juan acaso ya no importa.
Y digo "llamabas" porque obviamente no te acuerdas
                                                    
de quién soy yo ni por qué todavía.
Pero en noches como esta aún forcejeo
ridículo con nuestra historia.
(y digo "nuestra historia" por no decir "mi historia"
cuando no mejor callarme)



*


Y es verdad, demasiadas
veces demasiados cuerpos
que son naufragio,
demasiados los náufragos
que van dejando;
demasiado el engaño
demasiado el botín del desencanto,
demasiado, amigo, ya demasiado



El incendio que vive en ti

Alberto Conejero publica 'Si descubres un incendio', su primer poemario tras sus éxitos como dramaturgo con 'La piedra oscura' o 'Todas las noches de un día'

"Un país no puede tener sus cunetas llenas de muertos, hay que darles un entierro digno"

Por PEDRO DEL CORRAL

Alberto Conejero es de esos autores con el magnetismo suficiente como para reordenar las palabras cuando éstas no tienen sentido. Lo ha conseguido a lo largo de su carrera como dramaturgo, dando respuestas a hechos desconocidos y, sobre todo, haciendo las preguntas precisas para redimensionar realidades inadvertidas. 

Siempre se ha oxigenado con las letras de Lorenzo Oliván, Idea Vilariño, Homero, Gloria Fuertes o Inger Christensen, pero ahora lo hace él con Si descubres un incendio (La Bella Varsovia), un libro con el que se pone en relieve que su llama escénica se extiende también a la poesía: 

"Amo ese nosotros que convoca el teatro. Quizá en la poesía el encuentro sea más íntimo aún, un tú y yo. En ese sentido, me siento más desguarecido, más desnudo sin la intercesión de la noción de personaje". 

Aquí hay una voz desnuda buscando escucha.Si descubres un incendionace de la clausura de un amor, un encuentro con la poesía postergado desde la adolescencia y que, hasta entonces, había encontrado en el teatro su albergue. 

En este sentido, "el poemario tiene algo de expresión del desconcierto, de intento de enclavijar la estupefacción en las palabras, de confinar la combustión de ese tiempo en los versos. ¿Qué haces cuando la vida parece arder en todas direcciones?", explica Conejero. Durante años tomó un tren de madrugada para ir a sus clases de arte dramático en Valladolid y uno de esos días leyó, como por primera vez, el aviso de emergencia de Renfe: Si usted descubre un incendio... "Creo que precisamente la poesía nos permite, como decía Juarroz, ahondar en la escala de lo real, descubrir la trascendencia en los aparentemente cotidiano". De esta forma supo que había dado con el título del poemario que se estaba gestando. Por aquel entonces, vivía una situación paradójica, con un momento profesional "muy bueno", pero "muy delicado" en lo personal. 

El periodo de creación de los poemas coincide con la presentación de La piedra oscura y todo lo que ocurrió después. Para el dramaturgo, era una necesidad de guarecerse del ruido, de lo que estaba generando la obra, de los viajes, del estreno, de la prensa... De esta forma, el incendio de la vida, tal y como la conocía, le devoraba pero a la vez alumbraba otro modo de estar en los días. "Hay algo de carpe diem en el libro", comenta. Una apuesta por mirar cara a cara ese fuego. 

Por eso sus dos primeros versos son: Si descubres un incendio / no guardes la calma ni busques la salida". 

Y por eso el libro se cierra con el fuego convertido en luz: "Es como una advertencia que va mucho más allá de la pragmática de lo que propone. Tiene algo que ver con la vida".

"Yo escribo para sentirme menos solo", comenta sobre su obra, que habla de conciencia del fin de la juventud, del inicio de un etapa, de la vivencia de la pérdida, del derrumbe de algunas creencias muy firmes y qué hacer cuando sucede ese naufragio, ese incendio. En definitiva, cómo sobrevivir a ello. 

"Me gusta lo cercano de lo poético, la intimidad radical de ese encuentro, que la voz poética suceda dentro del lector", añade.

Conejero reclama así los espacios de intimidad que, a consecuencia de la crisis económica, se han ido perdiendo. 

"Necesitamos rearmarnos desde lo íntimo y lo espiritual", dice alabando a todas esas personas que, a pesar de las políticas culturales, siguen yendo al teatro, publicando libros y escuchando música. 

No se resigna, así, a la hora de confesar que el ejercicio de la cultura y su vivencia se están convirtiendo en un acto más radical cada día: 

"La poesía es un acto de resistencia contra un sistema implacable. Es en estos momentos estamos en una cadena del utilitarismo y del consumo en el que la poesía se nos hace cada vez más necesaria, como un espacio de encuentro con lo que nos hace humanos. La poesía ocupa un lugar marginal, pero dentro de ese margen tiene una potencia infinita. Precisamente por la aparente condición de prescindible se hace un acto radical".

Decía Walt Whitman que nunca hay que dejar de creer en la poesía y en las palabras, pues estas son capaces de cambiar la sociedad. Sin embargo, la duda que surge es si esta definición es aplicable también a aquellas sociedades en crisis, no sólo la económica, sino también la de valores y principios: 

"Estamos en un momento de acoso y derribo de lenguaje. La corrupción moral, política y económica trae consigo una corrupción del lenguaje. De repente, éste es desnudado de su verdad y asistimos casi a paralenguajes, a todo a una oferta de eufemismos que vienen a romper la cadena de un lenguaje que se usa, cada vez más, para ocultar realidades". 

De esta forma, Conejero entiende que la capacidad de no perder el uso y el control del mismo es la base de cualquier libertad y de los límites de nuestro imaginario. Por eso, entiende que el acoso a la filosofía o a las lenguas clásicas no sea fortuito y que haya una clara intención del sistema por hacer a la gente dócil. El objetivo: devolver a la lengua su capacidad de nombrar más allá de lo evidente. 

"Yo creo", argumenta, "en la capacidad transformadora y radical del lenguaje. Cuantas menos palabras tenemos a nuestro alcance, menos capacidad de crecer poseemos. 

El lenguaje no es algo intelectual, sino orgánico, sensorial y de libertad. Cuando nos quitan las palabras nos están quitando vida".





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VIOLETA GIL [19.498]

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VIOLETA GIL 

Nace en Hoyuelos, Segovia, España, en septiembre de 1983. En 2002 viaja a Madrid e inicia estudios de Filología Inglesa en la Universidad Complutense y de interpretación en la Real Escuela Superior de Arte Dramático. En 2005 conoce a Itsaso, Pablo y Celso, con quienes funda la compañía La tristura, con la que trabaja forjando una trayectoria rápida y sólida en el panorama teatral español. Realiza también piezas en solitario. En 2015 se muda a Iowa City donde cursa el master de Escritura Creativa. Escribe prosa y poesía. Compagina sus estudios con la práctica de la danza clásica.


Disparan a los caballos…


Los poemas de Violeta Gil que ahora presentamos incursionan en lo autobiográfico, en la exploración de los hechos que moldean la identidad del poeta, en las heridas y los descubrimientos que nutren la creación poética. Muestra de un libro en preparación, incisivos, escritos con un lenguaje galopante, estos poemas no son ajenos a la experiencia de Violeta Gil en el ámbito del monólogo dramático.



una respuesta

es imposible que recuerde
cómo puede ser el origen tan oscuro
no hay pistas
ni un libro en el que pueda entender
qué estaba pasando

bajé a la calle fui corriendo a la librería quería comprar el libro de valérie mjrén antes de que cerraran quería leerlo cuanto antes en un artículo decían que valérie trataba de poner orden en su vida y tener conversaciones con su madre que se había suicidado cuando ella era adolescente el libro habla del día en que alcanzó en edad a su madre y de que imaginaba que todos los que estábamos en esa situación pasábamos por algo parecido claro me acuerdo perfectamente de ese momento del año anterior y del anterior años que significaron crecer enfrentarme conmigo con mi familia y con la idea de que nunca podríamos encontrarnos porque yo ahora tenía su edad y un padre y una hija no pueden tener nunca la misma edad eso es imposible.




Ángela otra vez

hace tiempo que dejé de besar chicos
durante años creí que debía hacerlo
chicos rubios
como el protagonista de “mi chica”
niños, adolescentes, chicos, hombres
besé a todos los chicos que pude
sin pasión pero con fuerza
con determinación y con mucha saliva

el otro día besé a Ángela
anoche nos volvimos a acostar
y me acordé de mi primer beso
mi primer beso fue con una chica
una chica de mi propia familia
y me acordé de lo que pensaba 
cada noche al acostarme
rezaba y me repetía
–yo también soy una chica–
debajo de las sábanas
todo se veía distinto
la luz era naranja y mis piernas no
paraban de crecer
–yo también soy una chica–
y no era eso lo que importaba
debajo de las sábanas 
mis extremidades indefensas
los ojos entornados

no podía, no debía

no sé si dios me miraba



Cine

disparan a los caballos, ¿no es así?

la ventana estaba abierta y entraba el último sol 
necesitaba fuerzas, dormí unas horas
como los que trabajan de noche
sola
todo esa noche
lo hice sola

         (alguien podría pensar que me preparaba para una batalla
          pero me preparaba para bailar)

durante horas
mi cuerpo tomó formas inesperadas
yo misma no lo reconocía
           –mira cómo tuerzo el esternón

¿quién nos puso allí?
¿era una foto?
¿vienes conmigo a casa?
¿nos vamos a quedar?

alguien me sacó a bailar
alguien me ofreció drogas
alguien me pidió silencio 

mantuvimos el fuego encendido toda la noche

vi que era casi de día
que seguía sintiéndome sola
y tendré que decir, ahora no ¿ya no?
porque todas las cosas importantes 
de los tres últimos años
ocurrieron por esa noche
todas las cosas importantes 
de los tres últimos años
ocurrieron porque estaba sola
todas las personas importantes
de los tres últimos años
estuvieron allí
algunas no lo saben todavía 
quise parar
quise quedarme
quise beber
quise besar
al hombre que meses después vi en un bar con su hijo 
recién nacido
y una cara más triste aún
que cuando le conocí
que cuando le prometí que había alguien que me cuidaba
era mentira

mantuvimos el fuego encendido toda la noche

me quité el pañuelo del cuello
me quité los zapatos
me quité los calcetines
me solté el pelo

un chico de apellido ruso, Serkin en el remitente 
averiguó mi nombre
me envió un email después de unos días
me decía que no podía olvidar el momento en que me vio 
dando volteretas laterales
toda la noche 
–como en el circo–, me decía

mantuvimos el fuego encendido toda la noche

a las doce de la mañana cogí un taxi
cuando llegué a casa supe que si quería
la próxima vez habría alguien
¿a quien le importara?

aunque él aún no tenía modo de saberlo






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JUAN JOSÉ ALMAGRO IGLESIAS [19.499]

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Juan José Almagro Iglesias

Juan José Almagro Iglesias (Madrid, 1966) es un escritor y traductor español.

Licenciado en Filología Inglesa y Filología Hispánica por la Universidad Complutense de Madrid.

Profesor de inglés de la Escuela Oficial de Idiomas. Publicó sus primeros poemas en la revista de la Universidad de Edimburgo A Word in Your Shell Like. Ha traducido para la editorial Bartleby a los poetas estadounidenses Sharon Olds (Los muertos y los vivos) co-traducción con Carlos Jiménez Arribas, y Billy Collins (Lo malo de la poesía). Su primer libro de poemas fue El hombre bañera.

Poesía

Lo que vive en mi lugar, (Editorial Complutense, 2013). Premio UCM de poesía 2012.
El hombre bañera, (Bartleby Editores, 2007)

Traducciones

Los muertos y los vivos, de Sharon Olds (Bartleby Editores, 2006), junto con el poeta y traductor Carlos Jiménez Arribas.

Galardones

Premio UCM de poesía 2012.




Hablando con un salmón medio vivo

A propósito de la obra del poeta español Juan Almagro, el crítico y traductor Carlos Jiménez Arriba ha escrito: “una poesía a la vez despojada y barroca, una voz poética sin parangón entre nosotros. Sin renunciar a sus raíces profundas de filiación humana, con un nuevo humanismo, el poeta se sale de sí para entrar todavía más en sí y ofrecernos una mirada apocalíptica desde el mismo centro del ahora”. A continuación presentamos una muestra de su poemario Hablando con un salmón medio vivo:



OXÍGENO

Voy alcanzando el confín tuyo
avanzando un aliento tras otro                               
como una pequeña locomotora.
En cualquier momento seré estrechado por tu ausencia
y tendré que tomar decisiones de oxígeno
de descenso meteórico
de desenlace.




LENTO

Soy un lento aprendiz
que merodea por unos huesos de ballena encontrados en el desierto
vértebras pulidas por la arena
en las que me subo y soy aclamado como pez revolucionario.
Y yo pido que no me espoleen
que acabo de encontrarme con el principio de todo
y no tengo nada escrito.




ÁGIL

Me paro en una fuente de piedra
cara querube
que me recuerda a un hombre
que se colaba entre los niños
para lanzarse al agua el primero:
carrerilla
salto
cabeza girada hacia un lado
mano en la nuca
como quien descansara apoyado en la hierba
y chorro de agua burlón.
Mi padre
verano                                                                                               
aquel tiempo
en que el corazón era siempre ágil




PISCIFACTORIA

Me llamas por el cristal
zancudo que hablas
y yo te grito
burbujeador
cuando en verano
pasas nadando por encima de mí
y también ahora
desde este vendaval sin casa
en el que me haces sembrar bermellón
mientras consultas en un folleto
el número de dientes que tengo.




ADOBE

Cuando amo ebrio
veo en los cuerpos las mismas vetas del color del adobe
que muestra el monte
cuando lo cortan para abrir caminos.
Me siento en el borde de la cama
y miro como desde un tren
imaginando que su espalda
es una gran ladera verde
con un pequeño cementerio
y el sol
acicalando su tapia.




EL MEDIADOR

Llevo el doble de noches que de días
buscando un mediador que procure
tránsitos menos cárnicos
aires posibles
caras de breve clemencia.




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PAULA LAMAMIÉ DE CLAIRAC [19.500]

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PAULA LAMAMIÉ DE CLAIRAC 

Nació en Madrid el 02.09.1981. Es licenciada en Filosofía y graduada en Enseñanzas Profesionales de Danza Contemporánea. Desde 2010 es miembro del colectivo internacional de artistas 50collectiVe. Forma parte de la primera generación de graduados del MFA de Escritura Creativa en español de la Universidad de Iowa.

Se graduó en Danza Contemporánea por RCPD invernadero, y en Filosofía por la Universidad UCM.

También ha estudiado danza con maestros como Gwen Welliver, Yvonne Meier, Daniel Lepkoff, Pedro Berdäyes, Laura Arís, Ori Flomin, Nordine Benchorf y Wim Vandekeybus en talleres como ImPulsTanz en Viena, el Movement Research de Nueva York, Tanzfabrik en Berlín, o Deltebre en España, entre otros.

Ha trabajado como bailarina y coreógrafa, en creación de piezas individuales y colectivas, en diferentes tipos de producciones y festivales. También ha trabajado como profesora de liberación de la técnica, así como recientemente of flying low and passing through techniques.

Ella es parte de un colectivo en Madrid que entrena e investiga en la improvisación de contacto.

En 2010 fue seleccionada para el Taller Internacional "50 Días en Costa Rica: Una nueva generación" con David Zambrano, para que aparezca la primera generación de profesionales en las técnicas volando bajo y de paso, que se ha desarrollado.

Se interesa en la manifestación de la cultura humana y la naturaleza más allá de circulación y otros medios de expresión artística, incluyendo la pintura, la fotografía y la escritura.


El final

Poseedora de un talento artístico versátil gracias al cual trabaja en la escritura creativa, tanto como en la danza y en las artes plásticas, Paula nos presenta poemas de un libro en preparación que escribió a lo largo del Taller de Poesía del MFA. “El final” es el título de una de las partes del libro.



Pavement en concreto

Masajeo mi corazón con lo único
que puede hacerle reaccionar ahora,
un poco de música de los noventa.




Autorretrato en Comic. Paula Lamamié de Clairac



Tila

La enfermera me trajo un vaso de plástico
con agua hirviendo y tres bolsitas de tila.
Nunca había tomado tila,
no conocía la muerte
y jamás hubiera imaginado
que el dolor del alma
pudiera tratarse con yerbas.




Era eso

En la mañana de domingo
Los Fabulosos Cadillacs
suenan como una ventana
completamete abierta al sol.
Correteamos por la casa
con una alegría nueva.
Soñamos despiertos.
Todavía no sabemos nada
de las cosas que vendrán.



Sesión de tarde

¿Te acuerdas de qué lejana quedaba la muerte
en aquella cocina
donde nos metíamos mano al atardecer
cuando no estaban tus padres en casa?
Yo me acuerdo de la luz amarilla
y de tus besos húmedos. mejores que la fruta,
Y de la embriaguez de no cansarme
nunca de tu boca.
Me acuerdo de la hierba entre los dedos de los pies
y del barro de los parques donde pasábamos
tardes infinitas.
Y de que la muerte era algo
que habíamos visto en las películas de Tarantino
y nos hacía reir.




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LORETO SESMA [19.501]

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Loreto Sesma 

Zaragoza, 1996. Estudiante de Periodismo y Publicidad bilingüe.
Empieza a escribir canciones a los once años, pero se da cuenta de que su sueño de ser cantante va a necesitar de una varita mágica.
Una tarde tonta de marzo de 2013, decide subirse a un barco llamado Youtube con uno de sus textos como bandera.

Antes de que llegara a puerto, se da cuenta de que capitanea una tripulación de más de veinticinco mil seguidores.

El tremendo éxito de su primer poemario ‘Naufragio en la 338’ (editorial Lapsus Calami, 2014) bastó para que la editora de Espasa llamara a su puerta ofreciéndole un contrato para su segundo libro ‘317 kilómetros y dos salidas de emergencia’. El nuevo fichaje de Espasa compagina sus clases de Redacción en la Universidad de Navarra con una apretada agenda de promoción por toda España y con una capacidad innata de hablarle sin permiso a la vida.

317 kilómetros es la distancia que separa Pamplona (donde Loreto Sesma estudia la carrera de Periodismo) de Zaragoza (su hogar). 

Esta distancia, que ella recorre a menudo, le ha inspirado un poemario precioso, en el que se advierte su voz ágil, fresca y desenfadada. Cuatro partes (Trayectos / Áreas de servicio / Gasoli­neras, y un mechero en la mano / Ciu­dades) marcan el ritmo de los poemas.

Su segundo poemario: “317 kilómetros y dos salidas de emergencia”, de Loreto Sesma (incluye CD) [Editorial Espasa en su Colección Espasa es Poesía, 2016.]


Después, mañana

Estaba loca, loca de remate,
y era guapa, guapa de cojones.
Y conocía a la luna,
y bailaba rock and roll frente al espejo,
y salía
y bebía
y no se acordaba de nada al día siguiente.

Estaba rota, tanto como un trapo,
y era dura, dura de roer,
y odiaba a los poetas,
y se ponía hasta el culo
y lloraba
y se corría
y no se acordaba de nada al día siguiente.

Dormía poco,
y tenía las ojeras más preciosas
que habían ignorado jamas.
Era la princesa de mi cuento,
la que follaba con extremo duro sonando de fondo
y se metía de todo, menos mis drogas.

Amaba, 
era capaz de amar,
por encima de cualquier boca deaspeinada,
de cualquier trovador de mierda,
de cualquier basura literaría que le escrbía,
era jodidamente perfecta,
y su único defecto era  yo.

Sospecho que venía de otro mundo,
por eso de que nadie había logrado entenderla nunca,
aunque siempre era la que más gritaba
y que era inmortal
por eso de sus infinitas pecas,
y que me tenía calado,
y que sabía cosas sobre mi que nadie sabra jamas.

Era la chica con la desearías pasar 
el resto de vuestra vida.
Era la chica diez,
y le faltaban un par de veranos,
conmigo, digo,
y cada vez que me la encontraba por ahí,
me decía que no se acordaría de nada al día siguiente,
y aun así,
me iría a vivir con su olvido,
todos los días del resto de mi vida.


Solo dame una razón

Si nos da miedo el amor, 
es porque hubo una vez nos hicieron daño, 
o incluso dos. 
Y cuando a la tercera,
cuando en teoría va la vencida,
lo que ocurrió es que realmente nos dimos por vencidos. 

Así que no juzgues a alguien por lo que quiere
o deja de querer, 
porque a lo mejor tiene el corazón echo añicos 
y unas cicatrices en su piel que no se irán,
 por mucho tiempo que pase. 

El amor es ese tren que no es que no espere, 
sino que atropella. 
Pero es dirigido por alguien por quien te habrías tirado 
a las vías una y otra vez. 
Por eso no vuelve a pasar, 
porque cada amor mata. 
Y la ilusión del siguiente es lo que resucita, 
y por eso hay quien dice que si no has muerto por lo menos siete veces en vida
 es que no has vivido nada.

 Hay que tener un par de cojones 
y mucho
 pero que mucho coraje para enamorarte,
porque aquel que te sonríe
es el mismo que una mañana te dejara las sabanas frías
y un hueco imposible de llenar en tu cama. 

Hay que ser valiente para querer enamorarte de alguien,
aún sabiendo que sera el poema más bonito,
pero también el más jodido de escribir cuando todo se apague. 

Tienes que ser un jodido héroe 
para ser capaz de salvar la sonrisa de alguien
cuando este naufragando en lagrimas 
y todo su mundo se haya reducido a un mar
de donde no ahí posibilidad de rescate, 
pero llegues tú y le digas: 

Mira,
no se si ira todo bien, 
pero si te ahogas,
te prometo que lo haremos juntos. 

Imbécil es lo que eres si cedes tu canción favorita
pensando en esa persona, 
porque luego cuando la escuches,
toda partitura, 
palabra, 
sílaba 
y sonido 
sera un recuerdo llamando a tu puerta. 

Así que te pido que tengas mucho cuidado. 
Te dirán que el amor solo tiene un final posible 
y es el olvido. 
Pues olvídales tu a ellos. 
Veras a tu alrededor 
historias rotas y escritos como esto. 
Que te sirvan de motivo
 para demostrarnos que todo es posible. 

Huye de quien te diga como vivir, 
porque ni el ni nadie
 tenemos ni puta idea de como hacerlo. 

Y arriésgate, 
porque echar de menos 
es como si el corazón dijera: 
Oye, me rindo, 
a mi no me jodes más.

 Y yo no es por joder, 
pero si ensuciamos tanto la palabra amor, 
si creemos que sabemos querer, 
es por gente como tú.


Abre la botella, amigo, que tenemos un poema

Poco se habla de los que hacen resurgir tu mundo día a día.

De esos amigos que siempre han estado ahí y que te han visto en tus mejores momentos y en los peores.
Esos amigos que te llenan la copa cuando ves el vaso medio vacío y te
quitan la botella cuando estás al borde del abismo.
Los amigos que te miran y te dicen lo preciosa que eres, lo bonitas que
haces que sean las calles cuando pasas.
Poco se habla de cómo su abrazo puede hacer que todos los problemas se olviden.

Poco se habla de los amigos que son verso, poema, poeta y que no son
Madrid, ni Barcelona, ni París, porque son hogar, refugio, sonrisa.
Poco se habla de esos amigos que te sacan a bailar bajo la lluvia, bajo el
sol de agosto, y las estrellas de cualquier cielo. De esos que saben cuál
es tu comida favorita y de qué color te gusta pintarte los labios.
Amigos que harían cualquier cosa por ser armazón y que nunca te hirieran.
Resucitar en un abrazo después del dolor en el pecho, un abrazo de esos que hacen crujir los huesos y que te falte el aire.
Poco se habla de los amigos que escuchan siempre los versos de otros para otros y que en realidad, son los que reconstruyen siempre el poema.
Por eso te he escrito esto, a ti, que siempre me has puesto los pies en el
cielo, que me enseñaste que soñar se puede también con los ojos abiertos.
Me dijiste que el amor no entiende de kilómetros y me demostraste que el amor es una locura en la que loco y loca, o loco y loco, o loca y loca; me da igual, no encuentran, ni quieren encontrar la cordura. Me has dado tanto que incluso la poesía se queda corta. Y sí, ya sé que dices que soy un desastre, que pierdo el mando en la mayoría de las situaciones, eso de: joder pequeña, cómo la has liado. Pero también me dices que soy preciosa y que tengo un corazón que no me cabe en pecho, que lo hecho, hecho está y tire pa’ lante. Porque tú me llevaste a una azotea para que dejase de sentirme tan pequeña y gritara que no le tengo miedo a nada, me agarraste de la mano al cruzar la calle y me regalaste flores el 14 de febrero para que me sintiese flor entre tanto capullo.
A mí que no me jodan, grandullón, poesía eres tú, diga lo que diga, o que quiera decir o intente decir Bécquer.

porque siempre estas para recogerme…. por este poema….




Conocerte.

“Hay muchos detalles que aún tengo que conocer de ti.
Detalles, como por ejemplo, si eres de los que miran con nostalgia por la ventana del autobús.
O si eres de esos que analizan a cada persona que entra.
 Si de vez en cuando juegas a mi rompecabezas de adivinar cuales son las penas que acarrea cada cuerpo, de donde vendrán.
O si ellos también están enamorados.
O si lo estarán algún día.
Puede que incluso acaben prendados de tu sonrisa.
Pero esperemos que no, porque yo quiero ser la ocupa de tus labios por mucho tiempo.
Me gustaría saber si también caes en la tentación de tararear tu canción favorita cuando suena en la radio.
O si algún día podré ser el motivo por el cual tengas dos pies derechos y no puedas levantarte ninguna mañana con el izquierdo.
Hay tantas cosas que ahogan mi cabeza que, por un momento, quisiera escribirlas en una lista como quien escribe la lista de la compra.
Pero se que eso no es posible, porque si algo he conocido de ti, es que tienes una letra ilegible y que jamás te descubrirías detrás de tu mascara de corazón fuerte.
Pero algún día lo harás, porque no se pude besar con los labios cubiertos.
Igual que no se puede querer a un corazón que está a oscuras.
Pero, ¿Qué te voy a decir?
Con la de damas que san roto la falda para tocar un mínimo de tu mejilla. 
¿Qué te voy a decir si eres el caballero que aparece para convertir cada momento en fantasía, y luego desapareces, tal y como dicta tu guión.
Porque eres un sueño, pero aún así siempre serás ese chico que se acomoda en la esquina del bar y nunca tiene la copa vacía.
Quiero conocerte, saber de ti.
Que una noche cualquiera vallamos al bar de siempre y se te olvide que solías pedir un tiro largo de Jack, porque estas tan ocupado intentando conocerme que todo se desvanece a tu alrededor.
De momento, voy a limitarme a sonreirte, porque se te ve muy solo en esa esquina del bar.
Y no sabes si cuando vallas a pedir la cuenta, la camarera con su falda tan corta te valla a invitar a otro trago más. 
O quien sabe si me acerco, y te susurro todo esto y nos tomamos la siguiente.
Porque hasta ahora solo he jugado a intentar saber como eres, y ahora es el turno de conocerte.”



Sonríe(me).

Ven, mira lo traigo aquí, es un escrito como tantos que en realidad no dicen nada pero que de algún modo cuenta todo lo que llevas dentro, todo lo que tienes ahí atrapado que casi no te deja respirar cuendo las fuerzas se quedan en alguna otra parte. Mira, yo no tengo ni idea de escribir y mucho menos soy alguien para juzgarte, pero creo que no deberías llorar más, porque no te lo mereces, porque hace ya tanto tiempo que juegas a sonreir en otras bocas que has olvidado como era tu propia risa. Deberías olvidarte de hacerles sonreir a los demás y empezar a darte cuenta de que el resto sólo sonreirá si tú lo haces.
Y claro que las cosas podrían ir mejor,claro que podría haber más amor. Que yo te entiendo, yo también me he equivocado y aquí sigo, se lo que es estar jodido porque no eres el motivo de sus palpitar.
Y yo también tengo amigos que parecen cuento, mi amigo Alex, sin ir más lejos, con su pequeña Julia. No sabes cómo habla de ella, consigue traer la primavera aunque el cierzo nos esté congelando. Y claro que les tengo envidia, cómo no tenerla si parecen el reflejo de todo espejo de historia que nos enseyan de pequeños.

También sé que es buscar abrazos en personas que sabes que no te los dará tan bien como quien pagarías porque te los diese, y sé lo que es buscar una mano que entrelazar cuando en esta ciudad del viento hace bajar los termómetros al bajo cero.
Que yo te entiendo, y creo que sabría descifrar, sin conocerte, esos ojitos de pena que traes algunas mañanas.¿Sabes? Creo que deberías cerrar los ojos y ponerte tu canción, porque "nadie baila como tú, tu canción favorita". Al fin y al cabo,  ¿para qué existen las canciones si no son para creer que fueron escritas para nosotros?.
Y entiende que la vida es muy pero que muy jodida, pero que a veces incluso ella se siente sola. Así que levántate y comprende que no samos el animal que tropezamos dos veces con la misma piedra, somos el animal que nos enamoramos de esa jodida piedra. Y por eso todo.
Que no te mereces tanto daño asi que levántate y sonríe.
Escúchame, sonríe.
Porque aunque este escrito no haya servido para nada, necesito tu sonrisa para escribir o al menos intentarlo en el siguente poema.


¿Qué harías si no tuvieras miedo?

Si nos da miedo el amor, es porque hubo una vez nos hicieron daño, o incluso dos. Y cuando a la tercera, cuando en teoría va la vencida, lo que ocurrió es que realmente nos dimos por vencidos. Así que no juzgues a alguien por lo que quiere o deja de querer, porque a lo mejor tiene el corazón echo añicos y unas cicatrices en su piel que no se irán por mucho tiempo que pase. El amor es ese tren que no es que no espere, sino que atropella. Pero es dirigido por alguien por quien te habrías tirado a las vías una y otra vez. Por eso no vuelve a pasar, porque cada amor mata. Y la ilusión del siguiente es lo que resucita, y por eso hay quien dice que si no has muerto por lo menos siete veces en vida es que no has vivido nada. Hay que tener un par de cojones y mucho pero que mucho coraje para enamorarte, porque aquel que te sonríe es el mismo que una mañana te dejara las sabanas frías y un hueco imposible de llenar en tu cama. Hay que ser valiente para querer enamorarte de alguien aún sabiendo que sera el poema más bonito pero también el más jodido de escribir cuando todo se apague. Tienes que ser un jodido héroe para ser capaz de salvar la sonrisa de alguien cuando este naufragando en lagrimas y todo su mundo se haya reducido a un mar de donde no ahí posibilidad de rescate, pero llegues tú y le digas: Mira, no se si ira todo bien, pero si te ahogas te prometo que lo haremos juntos. Imbécil es lo que eres si cedes tu canción favorita pensando en esa persona, porque luego cuando la escuches toda partitura, palabra, sílaba y sonido sera un recuerdo llamando a tu puerta. Así que te pido que tengas mucho cuidado. Te dirán que el amor solo tiene un final posible y es el olvido. Pues olvídales tu a ellos. Veras a tu alrededor historias rotas y escritos como esto. Que te sirvan de motivo para demostrarnos que todo es posible. Huye de quien te diga como vivir, porque ni el ni nadie tenemos ni puta idea de como hacerlo. Y arriésgate, porque echar de menos es como si el corazón dijera: Oye, me rindo, a mi no me jodes más. Y yo no es por joder, pero si ensuciamos tanto la palabra amor, si creemos que sabemos querer, es por gente como tú.



Vértigo

Oro parezco, plata no soy, tiempo no doy y la paciencia acaba huyendo, el amor se esfuma y se fuma un peta con soledad. A mi edad, las lagrimas abren el telón de las letras, brechas que se abren por miradas, atacadas quedan cicatrices que parecían cerradas; y vuelve a llorar el león ante un rebaño, se avergüenza de que no haya pasado un año desde que aquella chica se fue... y él siga llorando.

Miedo tengo yo de no saber que hacer; permanecer, luchar y vencer o... volver, recordar y tener que vivir a base de un recuerdo. Muerdo al pasado, al ayer, me da tanto miedo como el futuro porque es como un muro al que no sabes vencer.

Si hay algo que no he conseguido perder en mi vida es el miedo, esa sensación, que te acobarda el pecho y te hace pensar que un hecho, valdrá siempre más que mil palabras. Y como yo siempre he sido de fallar, aquí te traigo mi verso, puede no servir de nada, pero lo dejo todo en el intento. Hay personas que escribimos versos, pero luego hay personas como tú, que son poesía. ¿Qué me hizo pensar que era mía esa musa que tienes por sonrisa? Tu eras de dormir en los porches y ahora de cometer errores y la magia surgió sola. Llevo toda mi vida nadando en el mar de la vida, para poder encontrar una isla que me salve... y no sabes cuanto me alegro de que no hayas sido tú, de que tú hayas querido hundirte conmigo y enseñarme que a veces vivir conlleva querer hasta morir... hasta ahogarte. Es curioso como el corazón encierra recuerdos, vuelve locos a los cuerdos y te enseña a querer perder la cabeza, es curioso como me has salvado sin sacarme de mi desastre y me has enseñado a enfrentarme a este mundo de locos en el que pocos quieren abrirse el pecho por alguien. Si te soy sincera, soy la primera que me rindo antes de hora, que escribo en la toalla mi poema de despedida antes de tirarla... y vas tu y me cambias las normas. Me enseñas a sonreír llena de heridas, me das tu mano para que cuente si mes tiene 30 o 31 días, me prestas tu hombro por si quiero derrumbarme...y quien me iba a decir a mi que vivo sin leyes, que seguiría cada uno de los mandamientos de tus caderas, que eras alguien me daría libertad cada vez que me besara en la jaula de sus piernas; yo no esperaba que te fueras, que estaríamos de nuevo las letras el silencio y yo, el gato ya maulló suficiente a la Luna, una ya sabe que a veces hay que perder para ganar, o eso dicen al hablar los que apuestan nada por nada; pero los que somos náufragos en la vida, nadamos con la mala de las suertes, contamos las muertes de las vocales que se caen al precipicio de este escrito, que es mi grito en mitad de mi naufragio para que vuelvas. Debería saber que mi intención era demostrarte todo lo que significas para mi, algo que pudiera evitar que te fueras.

Mi plan no era otro, que dejar de hacer planes, olvidarme del futuro y poder contar contigo para siempre.


Soy, aunque a veces no esté.

Tras haber leído, subrayado y quemado cada una de las hojas me he dado cuenta de que yo nunca fui Don Quijote, porque nunca fui valiente, nunca me atreví a enfrentarme a mis gigantes.

He aprendido que el invierno no era la llegada del frío sino ver llorar a mi madre.

He llegado a la conclusión de que nunca acabaré de memorizar cada una de mis cicatrices, porque las sigo confundiendo con heridas, cuando me empeño en abrirlas.

He medido la distancia en abrazos que le debía a mi hermano.

Me he dado cuenta de que el amor no tenía nada que ver con lo que me habían contado, sólo tenía que ver contigo, y sólo lo he sabido cuando en mitad del huracán he necesitado crear mapas con la piel de tu espalda.

Sigo leyendo a Benedetti cuando se me cansan las alas y sigo haciendo florecer a Neruda cada primavera.

He aprendido que no es a la tercera cuando te das por vencido, porque nunca has de rendirte. Que voy a tropezar, a caer, y a hacerme tantísimas heridas que voy a querer tener un doctorado en huidas, pero acabaré tirando pa'lante.

Porque sin andar no hay camino, y sin camino no hay historia, ni victoria, sólo derrota. Además, andando hacia atrás, uno siempre tiene más probabilidades de tropezar con la misma piedra.

También he aprendido que la magia del naufragio no está en llegar a ser superviviente, sino en aprender a bailar con el vaivén del mar, en mitad de la tormenta, agarrar el timón, aguantar el tirón, enamorarte de la corriente, ser paciente que las nubes se irán.

Que ya lo decían los Beatles: "el sol en algún momento va a llegar" y mientras, mientras tendríamos que bailar, bailar escuchando Calamaro, cantando con mi madre a Ley en el coche, otorgándole a la noche un derroche de gaste de caderas.

¿De veras creíais que iba a rendirme? Los que estuvisteis apuntándome con el dedo, deberíais saber que sigo siendo yo la que me pongo la pistola en la sien y la que decido si apretar o no el gatillo, que no hay más balas para mí que las que yo misma fabrico y no tengo más heridas que las que yo me hice por voluntad propia.

Lo bueno de tener el corazón hecho pedazos es eso, que las balas de los demás tal como entran, salen.

En fin, que no necesito la saliva de nadie para curarme, eso tuve que aprender a hacerlo yo solita; que por mi suerte o para vuestra desgracia, todavía no voy a ser el blanco fácil de nadie. Porque lo único que me hace llorar es ver cada domingo a mi madre despedirse en la estación.

No busco la aprobación de algún que otro imbécil que me dirá que esto no es poesía, porque es verdad, no lo es, esto es vida, la mía, así que ya decidiré yo como escribirla.

En fin, que sigo queriendo a morirme a todos los que me agarran cuando me fallan las fuerzas, que sigo teniendo en cuenta que aunque llegue el día que la sonrisa se me tuerza, van a estar ellos colocándome el mundo.

Y por eso, lo último pero más importante que he aprendido es que no soy aunque a veces no esté, sino que estoy aunque a veces no sea.



Noctem

La noche encendida, nosotros en mitad del incendio intentando sobrevivir al huracán que supone querernos y de repente te acercas, me miras y me preguntas -¿Es esto el amor?- Y yo, sorprendida, acariciándote despacio, te respondo: El amor, mi vida, es tener la sensación de estar en un vuelo continuo en el que no existe la posibilidad de caída. Es la partida a la que juegas sabiendo que en asuntos de la cabeza, es el corazón el que siempre pierde y aun así te abalanzas al precipicio sin tener en cuenta la balanza. ¿Cuánto amor me das para lo mucho que yo te quiero? El amor es el ahora, el presente que te otorga una sonrisa, la capacidad que tiene cuando te mira de congelar el tiempo, pero llegara el momento, y si el mundo gira porque seguirá girando aunque yo de la vuelta a la esquina y dejas de saber cómo seguirle el baile a la vida, seguirás amando, seguirás amando como sigue jugando el ludópata cuando pierde la partida, como sacude y parte las mesas un cocainómano. Volverás a reír aunque nosotros ya no nos demos la mano, buscaremos el modo sano de llevar la vida y nos daremos cuenta de que hay personas como nosotros a quien les cuesta de más vivir a salvo que en una continua caída.
Preguntarte que es el amor es como obligarle a un paracaidista que tenga miedo a las alturas o decirle a un trapecista que trate de perder el equilibrio, es como pedirle al mago que te enseñe el truco antes de la magia. He de reconocer que queriéndote a veces me siento como un alcohólico al que le piden que se mantenga sobrio y el acaba necesitando siempre un trago más.
No, calla, no digas nada, sabes que si te vas te echare de menos, te echare de menos y me sentiré como histérica tranquila, como una rosa sin espinas, como una noche sin estrellas, como quien te ve girar la calle y en la esquina ya no te giras. Todo será rompernos, curarnos y abrir de nuevo las heridas, encontrar el poema a la continua caída.
El amor, mi vida, es todo aquello que me buscas entre las pupilas al mirarme, que me gimes en la boca al encenderte, que me pides susurrándome. Y si dentro de un tiempo, en mitad de un terrible invierno nos encontramos y me lo preguntas, seguramente te lo diré: El amor mi vida, es todo eso que yo, no supe darte. 




Naufragio en la 338
Publicación: 2014
Editorial: Lapsus calami
Categoría: Poesía


27. Marilyn

–¿Puede un hombre sonreír cuando contempla a la mujer más triste del mundo?
–Todo el mundo piensa que soy muy alegre –replica ella
–Eso es porque cualquier hombre se siente feliz al mirarte –contesta él.

Viste sonrisa preciosa,
mirada incomparable con cualquier otra.
Lleva puestas esas pestañas que acarician el aire
y que cualquier persona querría robarle con un beso.
Será eso que arrastra cuando anda,
ese cantar del asfalto cuando lo rozan sus zapatos,
ese andar de dama en intención de huida
lo que la hace ser el punto de atención en mi poema.
Es la niña que juega a ser mujer
dentro de un vestido ajustado,
dentro de una vida que le viene demasiado grande.
Busca un lugar del que esconderse de las miradas,
busca un refugio donde llorar sea sólo vaciar su alma
y no ser débil.
Ella sólo quiere encontrar un abrazo,
alguien que la acepte tal y como es.
Necesita encontrar un lugar,
una persona
con la que pueda reírse por no llorar
y llorar cuando no pueda más.
Qué difícil es ser la pieza que no encaja,
tener que construir tu propio puzzle,
tu propio mundo,
para protegerte de lo que otros dicen.
Nadie entiende por qué,
teniendo esa risa que hace congelar el tiempo,
bailando como baila que hasta el viento la acompaña,
mirando con esos ojos de gata en su última vida,
no puede encontrar el lugar en el que ser ella misma.
Es demasiado complicada para solucionarla.
Donde los demás sólo ven incógnitas,
ella ve dolor,
Camina sola por la vida agarrando su propia sombra
por miedo a que la abandone también.
Camina por el borde del precipicio
sin decidirse si seguir andando
o alzar el vuelo que acabe todo para siempre.
Caer.
De eso trata todo.
Caer sin esperar que nadie corra a salvarla.
Aprender a curarse ella misma las heridas
que le hicieron los años
y sus siete vidas de gata.

Loreto Sesma, Naufragio en la 338.




“317 kilómetros y dos salidas de emergencia”, de Loreto Sesma (incluye CD) [Editorial Espasa en su Colección Espasa es Poesía, 2016.]

«Luchó por llegar a una cima solo para robarle un rayo de luz al sol y así poder alumbrar los ojos tristes de su madre»

En marzo de 2013, Loreto Sesma, una joven zaragozana de diecisiete años, decidió compartir sus sentimientos a través de YouTube, convirtiendo sus poemas en vídeos que ya acumulan casi nueve millones de visualizaciones y más de setenta y tres mil suscriptores.
Un año y medio después, en noviembre de 2014, Loreto Sesma volcó buena parte de aquellos poemas en el libro Naufragio en la 338, por el número de habitación en la residencia universitaria en la que vivía en Pamplona. Fue uno de los más sorprendentes bestsellers del año. Miles de lectores hicieron de ella y de sus poemas «mi salvavidas».
Desde  entonces Loreto Sesma se ha convertido en una de las voces más singulares de nuestro panorama poético. Su éxito está ligado a un renacido interés por pa poesía en España: se agotan las entradas para los recitales grandes y pequeños, aparecen nuevos sellos y revistas especializadas, ha irrumpido con fuerza el fenómeno spoken word y se ha producido una reinvención de la figura del cantautor. Mucho más que una moda.

“Esta es mi historia, mi viaje y mi último baile antes de besar el fuego, enamorarme del incendio y que salte todo por los aires.”

El amor, la familia —su madre y su hermano—, las distancias emocionales y sentimentales… y las experiencias personales son su fuente de inspiración. El viaje, con su carga simbólica, atraviesa los poemas reunidos en 317 kilómetros y dos salidas de emergencia. 317 kilómetros son los que separan Pamplona de Madrid, ciudad en la que viven muchos de sus mejores amigos; allí y en Zaragoza abrió dos puertas de emergencia que usa cuando el ánimo está bajo. Claro que podría haber incluido también la dos puertas de embarque que se interponen entre ella y su hermano Nacho, que vive en Bregenz (Austria).

«Un día conocí el amor, 
conocí el amor y empecé a escribir poesía»

El libro se divide en cinco partes (Trayecto, Áreas de servicio, Gasolineras y un mechero en la mano, Ciudades, Destino final y despedida). Cada una de ellas se abre con una ilustración de Daniela Carvalho y un poema alusivo al tema. Incluye también un prólogo de su amigo, el cantante de rap y poeta David Martínez Rayden y un epílogo de su hermano Nacho.

La autora:

Loreto Sesma nació en Zaragoza el 14 de octubre de 1996. Es estudiante de Periodismo bilingüe. Empieza de pequeña a escribir canciones hasta que la poesía llama a su puerta. 
Un buen día decide empezar a contar su historia en YouTube y reúne un ejército de salvavidas de más de 56.000 personas. Así, sobrevive a su primer libro, Naufragio en la 338, y junta el valor para llegar a tierra y emprender un nuevo viaje. 
Mañana no sabe qué pasará, lo único que tiene claro es que seguirá escribiendo.

El libro:
317 kilómetros y dos salidas de emergencia ha sido publicado por la Editorial Espasa en su Colección Espasa es Poesía. Encuadernado en rústica con solapas tiene 148 páginas. Incluye un CD.







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NICOMEDES SANZ Y RUIZ DE LA PEÑA [19.502]

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Nicomedes Sanz y Ruiz de la Peña

Nicomedes Sanz y Ruiz de la Peña (Valladolid, 7 de febrero de 1905 - 1998). Poeta español. En mayo 1936, Nicomedes Sanz fue uno de los fundadores de la Asociación de Escritores Regionalistas Castellanos.

Perteneció a la Generación de 1936. Según el periodista Antonio Valencia, Nicomedes Sanz era de "aquellos universitarios del 36 que jugaban al balón y traducían a Jenofonte para morir luego en una esquina o, semanas más tarde, en el campo, cara a las estrellas". Fue un poeta de renombre a inicios de los años treinta, aunque había comenzado a publicar siendo niño, en 1914.

En 1931, Nicomedes Sanz formaba parte de la redacción del diario El Norte de Castilla.

Su obra revela el interés por Castilla, y singularmente por la época de las Comunidades de Castilla y la última reina privativa castellana: Doña Juana I de Castilla: la reina que enloqueció de amor (1939), Doña Juana I en Tordesillas (1948) o Doña Juana I de Castilla en su Castillo Palacio de Tordesillas (1959). En 1979 pregonó la Semana Santa de Valladolid.

Era amigo del profesor Narciso Alonso Cortés (1875-1972), destacadísimo representante del castellanismo cultural del primer tercio del siglo XX.

Nicomedes Sanz y Ruiz de la Peña tiene una calle dedicada en la ciudad de Valladolid desde 2004 y un colegio, el CEIP Nicomedes Sanz, de Santovenia de Pisuerga.

Obras

Brisas (1926?)
Cántico de buen amor (1938)
Doña Juana I de Castilla: la reina que enloqueció de amor (1939)
Iniciación a la poesía.Manual de composición y de la rima (1940)5
Don Pedro I de Castilla, el rey galan y justiciero (1943)
Doña Juana I en Tordesillas (1948)
Breviario (1953)
Cartel de otoño. Poemas 1941-1957 (1958)
Doña Juana I de Castilla en su Castillo Palacio de Tordesillas (1959)
Ancla en la rosa (1965)
5 Sonetos (1967)
Castilla en ascua y penumbra (primer cancionero heroico) (1969)
Corcel en el aire (1969)
Espino en flor: (107 sonetillos) (1969)
Mensaje al Parnaso (1972)
Gratitud, Amigos, Recuerdos: [10 Sonetos Amicales (1973)
10 sonetos a mi retrato pintado por Elvira de Medina de Castro (1974)
Palabras sin asidero. 450 sonetillos (1971-1976) (1976)
Blasón de espuma (cien poemas) (1981)
Castilla en craza y clamor (1985)
Prologuista de: Ivanhoe (1973)




Nicomedes Sanz, 
semblanza de un poeta castellano

Por  Manuel Herranz


Nicomedes Sanz y Ruiz de la Peña nació en Valladolid el 7 de febrero de 1905. Titán de la poesía, sus contribuciones a la cultura de nuestra tierra fueron verdaderamente importantes. Intentaremos resumir aquí su trayectoria biográfica y poética, examinando algunos aspectos de su obra.

Comenzó este poeta a escribir y publicar versos desde los 14 años. Versos de adolescente que le iban enseñando el oficio lírico, a la par que le procuraban las primeras satisfacciones creativas. Aquellas primeras composiciones han escapado al cuidado amoroso con que su autor ha ordenado meticulosamente todo cuanto ha escrito después, con indicación de fecha y circunstancias; tal y como hicieron los grandes inspiradores de su obra, como el infante don Juan Manuel o don Miguel de Unamuno... Al final, aquellos versos primerizos han quedado desperdigados por los periódicos que los difundieron.

Su buen amigo Genaro Vicario le sugirió la idea de comenzar a recopilar todas las poesías que iba publicando en gacetas y revistas. Ante su insistencia, Nicomedes Sanz reunió sus versos escritos entre 1925 y 1930, formando un volumen con 341 composiciones numeradas (aunque en realidad sobrepasan las 400, ya que algunas se engloban bajo un mismo título). Así surgió el libro Poesías Olvidadas. Cinco cuadernos de ayer (1925-1930), que tendría una edición numerada de sólo seis ejemplares, siendo totalmente desconocida por el gran público. En el prólogo que escribe el autor, declara la existencia de otros 545 poemas que, por motivos que no vienen al caso, no han llegado hasta nosotros...

Estas Poesías Olvidadas fueron publicadas en 40 periódicos y revistas de diverso carácter, pertenecientes a toda la geografía española: Heraldo de Castilla (Medina del Campo), El Adelantado de Segovia, El Día de Palencia, La Semana Gráfica (Valencia), Noticiario Extremeño (Badajoz), Vida Gallega (Vigo), Vida Marroquí (Melilla)... Por sí sólo, Nicomedes Sanz hizo que la ciudad de Valladolid estuviera presente en los ámbitos literarios más dispersos. Sus composiciones líricas de esta primera época versan sobre asuntos amorosos (tratados con su acento personal y elevado romanticismo) y temas castellanos de raíces históricas o legendarias... Y como una derivación de su amor a Castilla, a sus orígenes, al paisaje meseteño de Valladolid, terminarán siendo el manantial de donde fluirá toda la imaginería poética de Nicomedes Sanz. Un manantial que, andando el tiempo, se convertirá en la corriente serena y caudalosa de un río apacible que discurre entre las tierras de Castilla.

Sin embargo, nuestro rapsoda pasaría por una amarga experiencia: un poema publicado en las páginas de El Día de Palencia en mayo de 1929 le llevaría a ser juzgado por un Consejo de Guerra, siendo condenado a seis meses y un día de prisión. He aquí aquellos versos que tan ofensivos resultaron a los hombres del Ejército: 

“Carne de mi carne; hijo
del cuerpo y del alma... Todo
lo bello que hay en la vida
es junto a tu cuna poco.

Viéndote reír, me río
y si lloras, también lloro
que tú eres todo mi yo
y eres en mi vida todo.

¡Si siempre fueras así!
¡Si no llegaras a mozo!

¡Si siempre me acariciaras
con tus manitas de oro
como ahora me acaricias
desde tu cuna gozoso!

¡Qué tristeza cuando pienso
que el tiempo pasará ansioso
llevando día tras día
tu niñez, tu gran tesoro! 

Mañana serás soldado
y te alejarás lloroso,
tras unos hombres sin alma
que no saben sentir hondo,

que te vestirán de saldo
como un muñeco irrisorio
y te mostrará la vida
su reverso mentiroso.

¡Carne de mi carne, hijo,
si no llegas a mozo!” 

Por esta circunstancia, el joven Nicomedes prosiguió con su quehacer literario en las cárceles de Palencia y Valladolid: sin arredrarse ante tal adversidad y mostrando su valía, como era propio en él. Su recia personalidad se hacía notar más en cada nuevo verso.



Precisamente, Nicomedes Sanz nos habló mucho de sí mismo a través de su poesía. Se autorretrató, al estilo de Antonio Machado, trazando las líneas de una personalidad que se iría acentuando cada vez más:

"Trovador de una época de espadas y laúdes
paseo mi locura por entre el snobismo
petulante que impera; creo mi romanticismo
más amable que estas actuales inquietudes.

Exteriormente, todos, quizá me conocéis.
Soy algo descuidado si miráis al vestido.
Doy todo cuanto tengo, no hago nada fingido
y mi mayor orgullo es ser tal cual me veis.

Creo en el humano amor con firmeza absoluta
y soy un exquisito degustador de la fruta
con que invitaba Eva a nuestro padre Adán.

He nacido en Castilla y, a fuer de castellano,
me inclino reverente ante el credo cristiano...
Sin admitir gazmoñas creencias de sacristán".

Ya se dejan ver en estos versos primerizos la variedad métrica que tan bien sabrá manejar nuestro poeta. Octosílabos, endecasílabos, alejandrinos y variadas combinaciones de arte mayor y menor, versos ahormados en estrofas breves o largas, pero con tendencia a ser romanceadas, fáciles y sonoras. Aunque cultiva con destreza la variedad poemática, se decanta por los romances y sonetos, sin que falten de vez en cuando los poemas heroicos o las canciones de gaya ciencia.

El primer libro de poemas que publicó Nicomedes Sanz se tituló Ruta en imagen. Al estilo de los versificadores del Mester de Clerecía, el autor abre su poemario con una entrada de invocación religiosa, en la cual expresa su vocación artística y suplica la perseverancia en ella como don divino que le ayude frente a la trivialidad de la vida cotidiana. Esta composición introductoria da buena cuenta de una verdadera pasión por el quehacer poético:

"Yo quisiera, Señor, en cada nuevo día
saludar con un verso a la luz de la aurora.
Con un verso sonoro, canto de Epifanía,
que enhebrase el recuerdo azul de cada hora.

Dame, Señor, el verso cotidiano, mi amigo
de todas las tristezas, de todos los dolores.
Ese verso increado que siempre va conmigo,
hecho perfume, luz y pétalos de flores.

Dame ese verso puro como la linfa clara
de la fuente, que corre con fúlgida algazara
derramándose pródiga con inquieto rumor...

Otros su pan te piden con unción fervorosa.
Yo tan sólo te pido idealizar la prosa
que me impone la vida, con un verso, Señor".

Este libro fue acogido con gran elogio por parte de la crítica, y sus dos ediciones simultáneas no tardaron en agotarse. En El Norte de Castilla del 4 de septiembre de 1935 se leía la siguiente opinión, suscrita por Agustina Lobo Izquierdo (“Lina Tagore”):

“He aquí un libro de bien definida entonación plástica, de técnica depurada, pleno de logradas y bellísimas imágenes, libro digno de que una sabia disección crítica pusiera al descubierto la luminosa nervadura de sus poemas y la proteiforme inspiración de su autor”.

A este Ruta en imagen siguió la publicación de Romancero Carnal (1935-1936). Según parece, esta obra aparece también en dos impresiones simultáneas que se diferencian en la calidad de los materiales de edición, costumbre que el autor seguirá en subsiguientes publicaciones. 
Poco después aparecerá Romances de guerra y amor (1936-1937), de notable éxito entre la crítica y el público. Al parecer, este libro editado en plena contienda se sumó a aquella literatura de guerra que pretendía mantener vivas la esperanza y la pasión en medio de la lucha. No cabe duda de que los romances de Nicomedes Sanz, en esta ocasión, eran más apasionantes y con más influencia de la poesía épica medieval. Especial mención merece el brillante poema que lleva por título La muerte del Algabeño, en honor al célebre torero que murió combatiendo a los republicanos en la serranía de Málaga. Romance vibrante y de buena factura, digno de ser recordado como un excelente ejemplo aquella poesía de guerra...

"¡Llorad mocitas gitanas,
la muerte del Algabeño!
Fina estampa de señor
con buen empaque flamenco
y un aire de valentía,
que se le va, sin quererlo,
por dondequiera que pone
la planta, a los cuatro vientos[...]". 

Es bien sabido que Nicomedes Sanz publicará otro libro de romances en aquel año de 1937: nos referimos a su Romancero de la Reconquista, en el que canta con acento épico en poemas como El Cid en Cardeña; Cada paso que dan, crece Castilla y El Cid conquista Valencia. Se revive la epopeya bélica los versos del Romance del dieciocho de julio, Romance de la conquista del Alto del León, Romance del arriero de Toro y Romance de la muerte del capitán Méndez Vigo.  



Por si fuera poco, el excelente Romance de loa a Castilla da sentido y significación a las ideas de su autor, que establecer paralelismos entre la antigua Castilla de la Reconquista y los héroes del bando nacional; Castilla es, así, el escenario donde se combate otra vez por una causa heroica:

“En Castilla y por Castilla
alza la Unidad su cetro
y baten alas de cumbre
las águilas del Imperio,
en los más altos remansos
entre las nubes y el cielo.
Paso a paso, y firme siempre,
vas a tu destino eterno,
Castilla, motor de España,
antorcha del orbe entero,
por tu ruta de infinito,
milenios y más milenios,
alzando en tu hidalguía,
ya vencedora del tiempo […]
¡ En España y por Castilla
España vuelve al Imperio !
¡ Mío Cid vela por ella
desde los altos luceros !”

Su siguiente obra, Cántico de buen amor, abre una nueva etapa en su trayectoria poética, que tendrá la exaltación de la vitalidad y el amor como asunto recurrente. Y hemos de resaltar otro rasgo característico de esta etapa: el ahondamiento en la castellanidad. Nicomedes Sanz huye del presente literario para tomar como ejemplo el momento más glorioso de nuestra literatura, es decir, el Siglo de Oro. Nuestro poeta pasará a convertirse en un autor arcaizante, en un investigador de la lengua castellana y de las formas métricas de tan inolvidable época. Sus poemas pueden ser llanos y suaves (en la línea de Lope de Vega) o de trazas barrocas (muy retorcidos conceptualmente). Veamos una muestra de la primera tendencia:

“La tarde y la mariposa
juegan a robar calor.
¿Cuál de las dos? La mejor
se ciñe más a la rosa.

Más gentil, más presurosa,
más apta para el rubor,
va conquistando a la flor,
entre dulce y sinuosa.

Rosa y mariposa y tarde
en abierto torbellino
se centran en tibio alarde.

Tú, miras con embeleso
y alientas su desatino
con la inocencia de un beso.”

Y ahora, una muestra de su segunda línea:

“Desaforando grímpolas y excesos
tundes y cardas abundosos pinos.
Desenervas ventanas y caminos
en lid primaveral... Abres accesos

a las buenas venturas y sucesos,
a los más desusados desatinos,
lebrando savia joven en molinos
de tornaluz y adviento mal posesos.

En culmen y tortura danza el agua
por céspedes retóricos agudos;
estela que se cierne, brilla y fragua

colores asombrados, y delira
en tímpanos constantes y desnudos
por todos los regueros de la ira”.

Gustaba este poeta de utilizar palabras infrecuentes y arcaísmos, o incluso la jerga campesina:

“De puro albado, el campo encenta rojos
terrores de tierra, acucinando”.

Habilidad versificatoria, rimas contundentes y sonoras, estética barroca... Tales fueron los distintivos de Nicomedes Sanz y Ruiz de la Peña, figura esencial de la poesía vallisoletana. Nadie fue capaz de hacerle sombra, y tampoco tuvo rival en cuanto al número de versos escritos, que se cuentan por cientos de miles.
Su indiscutible talento le hizo merecedor de no pocos elogios, siendo honrado con el ingreso en las más prestigiosas instituciones: Reales Academias de Historia, Ciencias Históricas y Bellas Artes de Toledo; Academia de la Lengua de Honduras; Instituto de Coimbra; Real Academia de Ciencias y Artes de San Telmo (Málaga); Real Academia de Ciencias y Artes de San Quirce (Segovia); y el Instituto Internacional de las Artes y las Letras de Sedan (Francia). También formó parte de la Asociación de Escritores Regionalistas Castellanos, constituida en Madrid a la altura de mayo de 1936.


A todo ello hay que sumar su indispensable labor en la Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción de Valladolid, en la que ingresó en 1946, llegando a desempeñar su presidencia.  En el seno de esta honorable Academia, Nicomedes Sanz puso en marcha las célebres “Mañanas de la Biblioteca”, que se celebraron desde el primer domingo de mayo de 1955 hasta fechas bien recientes, y de manera ininterrumpida. Esta magnífica iniciativa cultural tuvo lugar en la Casa de Cervantes, verdadero emblema de la cultura vallisoletana. Y en tan destacado lugar se dieron cita versos y rimas, antigüedad y nobleza, juventud y maestría; inolvidables recitales de poesía coordinadas por Nicomedes Sanz. Intervinieron en las “Mañanas de la Biblioteca” los más destacados representantes de las letras vallisoletanas: Fernando González, Carmen Alonso Cortés, José María Luelmo, Francisco Javier Martín Abril, César de Medina Bocos, Fernando Allué y Morer, Arcadio Pardo, Ángel de Pablos, Luis López Anglada, José Luis Martín Descalzo, Félix Antonio González, Lope Mateo, Raimundo de Blas o Genaro Vicario; entre otros. La base de las “Mañanas” siempre fue la difusión de la poesía pinciana contemporánea, tanto de poetas consagrados como de principiantes o desconocidos. Tampoco faltaron los homenajes a personalidades literarias, como el celebrado en honor del difunto Narciso Alonso Cortés, cuya presencia se hizo notar en todos los ámbitos culturales de la ciudad:

“Nos falta esta Mañana
del maestro bien amado la presencia
cuando ya se engalana
del verso la cadencia
y nace tembloroso por su ausencia”.

De este modo, podemos decir que la Casa de Cervantes fue un Parnaso vallisoletano, el lugar desde donde se difundió la poesía en sus más variadas tendencias. Una hermosa e inolvidable labor cultural sabiamente auspiciada por nuestro Nicomedes Sanz.
Bibliófilo, poeta, periodista, académico, historiador... Nicomedes Sanz supuso un antes y un después en la cultura castellana. Falleció en 1998 en la misma ciudad que le viese nacer, pero su recuerdo perdurará por siempre. Hombre lúcido, preocupado por recuperar la esencia del idioma castellano:

“Amaneciendo palabras
que pacen en la solera
del idioma de Castilla
sin que nadie las requiera
para devolverlas su rango,
su dignidad y su esencia”.

Poeta observador de la realidad; que arremetió en sus versos contra quienes engañan, empobrecen y saquean a las gentes de Castilla. Indignado por la situación que padecen los labradores castellanos:

“Tus sobriedades son de hambre,
nunca has dormido repleto.
Tu crasa resignación
es mortal aburrimiento.
Tu ascetismo, castellano,
es un insólito cuento.
Déjame luchar contigo,
castellano, que mis versos
azufren tus tempestades,
retando a diestro y siniestro.
Castellano de Castilla
home de sudor y barro...
Necrosado castellano,
requetejodido hermano...
Cultiva la mala leche,
castellano de Castilla...
Te han dicho que Dios. Y Dios
se esfuma, no te atiende...”

Concluimos aquí nuestro recorrido por la biografía y el quehacer poético de Nicomedes Sanz, poeta vallisoletano, cantor de Castilla y los castellanos. Segovia, Cuéllar, Burgos, Valladolid, Santovenia de Pisuerga, Berrueces... Son algunos de los lugares a los que este versificador aludió en sus romances y sonetos. 



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CARLOS QUEVEDO ARTEAGA [19.503]

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Carlos Quevedo Arteaga 

(Puerto Cabello, Venezuela, 1986). Biólogo y docente universitario. Editor en Poesía VLN y colaborador en Ácracia pour les porcs y Venezuela Fractal. Mantiene el blog carlosquevedo.blogspot.com desde donde publica su obra en formato digital: Órbitas (2011), mar&ana el número imaginario (2012), 9 Songs (2013). Sus textos han aparecido en Punk Rock Song, El Caracol de Espuma, Dos Disparos y en la antología Llenos de Tinta (Poesía desde Valencia, 2013).



Gramínea

Tanto sabe la grama de las pisadas del hombre
que se retracta y se hace a un lado

éste cree que se abre camino a lo nuevo
a lo nunca visto
y es lo verde
lo que desde el principio estuvo ahí
anticipándose a la vista
                       al tacto
                       al olfato
                       al oído
a la lengua que articula el asombro
de saberse primero en algo          en todo

lo siempreverde siempre supo antes.



*


Nunca entendí de qué iba el odio
cuál es su color
forma
textura

cómo surge                          qué lo nutre

cuáles trazos lo dimensionan

si el pecho
o el hígado
                                    le da asilo

si acaso aquel eco de adioses que dijeron por mí
si acaso el temor de aquel pasado que fui
y todo lo que debí ser
se parecía al odio
como me parezco al mirar mi reflejo

ese temor al pasar de los días meses años
y su verbo indiferente por mi vida

no supe nunca conjugarlo
en ningún tiempo

sólo supe amar y desamar
intensamente.



*


La llave que abre la herida es la misma que puede cerrarla
Las cicatrices sirven para escribir un poema.
No.
Luna Miguel



Más que grieta es una puerta
un umbral para respirar el duelo

cerrojo 
llave que se hunde
para abrir la herida
para cerrar el nudo

una vez tu llanto                   sobre mi hombro
mil veces mi llanto                 sobre la nada

qué se hace entre tanto mar
cuánta sal cabe en un ahogamiento

mi herida era esta branquia
                                    —siempre abierta
                                    —siempre expuesta—
por la que debía respirar.





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CHRISTIAN HENNINGS VALENZUELA [19.504]

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Christian Hennings Valenzuela 

(Santiago, Chile, 1994).
Estudia periodismo en la Universidad de Chile. Sus escritos –crónicas y poemas- han aparecido en diversas revistas de Internet como Digo.palabra.txt, ConTintaNegra y Otro Páramo.

Desde pequeña edad lector empedernido, ya en su juventud un gran atracador de libros. Perro romántico adicto a las andanzas y al éxtasis del atrevimiento, cuenta con diversos proyectos literarios en un corazón que anhela empapar la vida. Fagocitador de andanzas. Palpitar de un nómade reprimido. Melancolía del rojo hematoma que colorea el horizonte. Afán truncado con lucidez de la existencia y la combustión de una espíritu a punto de estallar en carcajadas.


En tus ojos

En tus ojos,
cementerios verdosos,
estancaría la evocación
hasta volver hueso mi pesar

Reposando incontables temporadas
dentro de tus óvalos de esmeralda
que deslumbran sobre el sol.



La presidenta está exaltada

La banda reposa sobre un estante de mármol.
Al lado izquierdo hay fotos de un joven.
Al derecho un Bailey recién comprado.
Cierra los párpados, suspira largamente.
Desploma un brazo sobre el cubrecama
mientras atrinchera la palma dentro de sus bragas.
Aprieta las muelas con furia.
En sus evocaciones
las encuestas han perdido la importancia
que diversos torsos esbeltos acaban de obtener.
Es hora de darse un gustito, concluye
mientras piensa en Alexis Sánchez
y de cómo la abrazó semidesnudo
en los camarines.
Sonríe.
Las yemas de sus dedos son poseídas por una fuerza superior
y giran alrededor de un punto ciego.
Exaltada, la presidenta está exaltada
percibe como sus paredes se humedecen
mientras comprende que es tan sumisa como cualquiera
Sus lentes tambalean encima del velador.
Su respiración se vuelve entrecortada.
Su rubia cabellera se agita como plumero.
Pero su dedo corazón e índice
no dan tregua y se siguen mareando
al son de la noche y la soledad
con que la siempre
la ha amordazado
el poder.



Des-almadas

Yacen desnudas
como pétalos                                                                                                          
contorsionándose bajo la lluvia                                                                                                 
mientras danzan
entre cuatro paredes empolvadas
y saborean sus soledades
como saliva naciente
de una piedra envuelta en el paladar.

Esperando
gimiendo
y retorciéndose.

Sus bocas
sacan burbujas,
sus orgasmos
se llenan de arañas,
sus movimientos
se tornan epilépticos,
y sus pezones
se endurecen
con libidinosas imágenes
de otro universo.

¡Vaya invocación!

No hay rey
ni reinado
ni corona
ni tesoro

Sólo tumores verdosos
que con cada zamarreo erógeno
se expanden
en sus mentes sin mesura.

Esperando, gimiendo y retorciéndose
esperando, gimiendo y retorciéndose
se han vuelto esqueletos delirantes                                                           
esperando, gimiendo y retorciéndose.


Exilio onírico

Exiliémonos en el sueño del ángel lujurioso                                              
y bailemos tangos ante torsos desnudos.                                                                                      
Que nuestras piernas sean las anclas de la desmesura                              
y nuestro espíritu una pérgola de rosas carnívoras.

Habrá una galaxia fermentada en el centro
gemidos eléctricos provocando estallidos
más dos corazones eyaculando todos sus latidos a la luna.

El esfuerzo llenará de gotas diamante nuestras pieles
y ni siete trompetas, ni siete demonios
podrán calmar nuestra luminosa transfiguración.

Seamos, por algunos minutos, inmunes a putrefacción
y exiliémonos en el sueño del ángel lujurioso
y bailemos tangos ante torsos desnudos.


Incendio

A centímetros de tu rostro
veo como dos meteoritos
se me acercan
y tras un beso
estrellan su núcleo
en éste cuerpo helado
incendiando así
mis días invernales.

Inmediatamente
mi existir comienza a arder.
No lo cuestiono
y con llamas en mis brazos

te envuelvo entera
parezco un universo
arropando a una
estrella aturdida
perdida en la infinitud.
Y tú, liebre entumecida,

no opones resistencia
y te dejas quemar
al mismo instante
en que ambos 

lentamente

nos dejamos consumir.

Un rojo titilante
nos rodea

buscas mi boca
entre humo
de astros derretidos
y la encuentras
y la sientes
y la fundes
con tu alma;
encendida
como el crepúsculo
del génesis
que acabamos
de pintar.


Nonsense

A Albert Camus

En camimo a un ridículo baile de sonámbulos
voy despierto
pero a bailar como el que más.


Bibliocleptómano

Que el bolsillo trague las hojas
mientras se esquiva cada volteo con agilidad
para escapar con el corazón bajo la lengua
para correr bajo un cielo vertiginoso
para entonarse bajo las cómplices paredes del bar la Unión.

Sabino, una jarra de borgoña, por favor,
antes que me rompa el pecho este prófugo palpitar.


Abstracción

Sin saber fumar siquiera
traigo en mis pómulos la contemplación del fumador
y mis palabras no son más que la vellosidad del silencio
que ha merodeado este caminar durante veintiún años.
En parques bulliciosos
dejo dormir el mentón sobre mi palma
y entre tequilas y guitarreos
la miopía me dificulta saber quién a lo lejos me saluda.
Hoy parece que es Sofía, la misma que cortejé años atrás,
cuando intoxicado en inocencias
creía que un poema sincero abría piernas y corazones.
En aquel entonces ignoraba
que el verso era una serpiente de fuego
y el poeta, la polilla sedienta de fulgor
que coquetea con esas flamas alargadas
para evitar incinerarse.

No, no era ella
y tampoco era a mí a quien saludaban.


Escribo porque no quiero asesinar

Escribo porque no quiero asesinar. Escribo porque quiero joder. Escribo porque quiero doblar (o amputar) las rodillas del abusador. Escribo porque quiero silenciar mi pecho cuando se exalta.  Escribo porque quiero degollar buitres escondidos. Escribo porque quiero fundir mi juventud con las marejadas nacientes de tus labios. Escribo porque quiero homenajear al héroe que tirita bajo el irónico fulgor lunar. Escribo porque quiero reírme del último paraje. Escribo porque quiero vivir. Escribo porque no quiero morir.


Cenit

Desgarrame, envenéname con tus dientes
tira de esta turbulenta cabellera
como si fuera la rienda del animal que galopéas,  
aturdida en la contracción, mientras muerdes mi pecho hasta abollar su músculo
empapándote con sus licores, vampira mía.

Fundámonos aunque la luna caiga y nos aplaste, fundámonos
aunque las sombras gocen y nos muerdan, fundámonos
aunque los poetas se impacienten y nos injurien, fundámonos
aunque se escupan pétalos y murciélagos, fundámonos
hasta poder renacer mientras se perece.


L’ amour

No
es
sano
penetrar
dos
corazones
con
una
lanza
y
aislarlos
hasta
que
se
arruguen
con
el
sol





.

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