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Channel: POETAS SIGLO XXI - ANTOLOGIA MUNDIAL + 20.000 POETAS: Editor: Fernando Sabido Sánchez #Poesía
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LILIANA SAVOIA [19.184]

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Liliana Savoia

Nace en Rosario, Argentina, en 1953, lugar donde radica y desarrolla su obra.
Ha recibido numerosos  premios nacionales e internacionales en el campo de la literatura y las artes plásticas.

*Publicaciones:

-“Rozando el alma” Poesías- Argentina- 2008
-“Sueños sin despertares- Micro - relatos –Argentina-2009
-“Masticables” Poesías- Argentina-2010
-“Antígeno” Poesías – Argentina-2011
-“Al Sur del Alma” Novela – Estados Uninidos-2011
-“Aproximación a la obra de Cortázar“- Ensayo- Argentina- 2011
-“Recuerdos fragmentados” Relatos –España 2012
-“Hilvanes de cemento” Poesía- España -2012
-“Parir una agonía” Relatos encadenados – España – 2012
-“Detrás del terraplén”-Novela-Argentina-2013

*Antologías:

-II Concurso 2007de Cuentos para niños- Antología Editorial Creaciones Literarias Israel
-II Certamen Cuento Antología 2007 Grupo Ediciones del Árbol
-Selección de Textos 2007 de Editorial Dunken
-VOL XV 2OO7 Antología poética “De Baigorria con Amor”
-Seleccionada para Antología Poética por la Editorial Raíz Alternativa 2008
-Seleccionada el Libro de Cuentos Lunario, Antología de Editorial Dunken 2008
-Seleccionada para integrar la Antología NGC3660 – España2008
-Antología de Cuentos Infantiles 2007 Israel
-Antología de Creadores Argentinos "Convivir”. Capital Federal2008
-Antología Poética Latinoamericana- Rosario 2008
-El árbol de los mil haikus – Granadero Baigorria-2009
-Libro de los Talleres Editorial Dunken Vol. IV 2008
-Libro de los Talleres Editorial Dunken Vol. V  2009




Marionetas

Detrás del telón,
las marionetas sin cordeles,
inventan discursos.
Oscuridades espesas las envuelven,
en el blanco capricho del decorado.
Entre sangre invisible y telitas de colores
ellas sueñan que son humanas.
……………………………………………….
Un reloj caprichoso eterniza la aventura de creernos libres de la locura.



El dolor de lo  intrascendente

Bajo una luz brillante y severa
la invade un grito leve
                desde una piedra muerta.
A su lado circulan
lagartijas nerviosas y transparentes,
Su manos dejan caer
 arena blanca  de entre los dedos.
Él pretende
                caminar por el aire
conquistando la lealtad y el fervor
de la indiferencia del tiempo..
Ambos, concluyen por condicionar
todo cuanto sucede,
desde valores medianos
                o trascendentes,
desde los microuniversos donde el hambre se anuncia
solo con ruidos a tripas vacías.
Ellos lucharán por los cambios,
de eso están seguros
¿Aunque todavía no saben
a ciencia cierta como harán?
En su agria necesidad
no hay lugar para sutilezas
sólo para el valor y la entrega
……………………………………………….
Sin urgencias ni estruendo siguen respirando
y tramando conjeturas.



Caminar en círculos

Exudar
dejar la piel en el asfalto, 
morir en plena incandescencia.

Adormecerse,
entregarse maniatada,
quebrando la luz
estrellada   entre lluvias penitentes.

Anestesiarse ,
perseguida por desastres
y sabidas mezquindades
Avanzar por la ruta del destino
quebrando muros de aullantes destierros

Duro saco de metal
 arrastra sobre su espalda,
dialoga  mansamente con un ave
tratando de convencer a las piedras
y a ella misma.
…………………………………………….
Solo somos pura molécula que emigra entre los vientos




PREOCUPACIONES SOBRE LA SED

Cuando llueve no se sale
aconsejan los vientres maternales
convertidos en solemnes mantras.
Quizás en un futuro
los autores del agua se fatiguen,
no fabriquen más gotas perturbadoras
Preocupa más la sed
que el agua
porque se vive con la lengua seca
de verdades
que se evaporan en el cemento
convertidas en escarcha de fuego.
…………………………………………….
Seremos las cenizas donde dormirá el Fénix



ACONDICIONAMIENTO PARA LA SOLEDAD

Propone
la medición de su propio tiempo:
para vivir treinta centímetros
para sopesar el destino
sólo
tres escasos milímetros.
No desperdiciar las horas,
reacondicionar el reloj,
que las agujas viajen en círculos
contrarios a la rutina
Cree que a la luna
la prenden y la apagan
desde Plutón o Saturno
según el calendario de la fiebre
Se queja porque
no puede oír su intimidad
que murmura entre los muebles
Por eso, metió la cabeza entre las piernas,
para no sentirse solo.
La nada es válida en el jardín de la espera



CONSTRUCCIONES ÓSEAS

La distancia de la equivocación
no puede medirse en pulgadas
ni en ecuaciones logarítmicas
ni hectolitros de lágrimas.
Sólo podemos aventurarnos
a vigilar el techo
de nuestro propio destino
que parece inalcanzable..
Las maderas marrones
atravesarán los blancos exactos
que se dirigen con cautela
al lado cortado por la lanza
Los espacios cerrados agobian
las tortugas esconden
sus patas y su cabeza.
Nosotros , a veces,
dejamos de hablar
…………………………………………….
Sólo necesitamos diseñar el puente
que nos lleve a la conciencia



EL BARQUERO

Trayectorias opuestas se encuentran
entre muslos temerosos
El amor arranca sus raíces al sueño
Una nube se cierne sobre el párpado
del gran señor de la mañana
El barquero navega
por ríos ciudadanos
Atraviesa alcantarillas con su carruaje de remos
extraviándose en arroyos azules.

Una canaleta que actúa de puente
lo detiene
en el punto exacto donde se acumulan los murmullos.

La huérfana gota esquiva su voz colérica
hacia la mirada del agua

En la inmovilidad del río
el barquero espera
que la lluvia acuda en su socorro
……………………………………………….
Solo somos pasajeros anónimos
en el valle de las lágrimas



PREOCUPACIONES SOBRE LA SED

Cuando llueve no se sale
aconsejan los vientres maternales
convertidos en solemnes mantras.
Quizás en un futuro
los autores del agua se fatiguen,
no fabriquen más gotas perturbadoras
Preocupa más la sed
que el agua
porque se vive con la lengua seca
de verdades
que se evaporan en el cemento
convertidas en escarcha de fuego.
……………………………………….
Seremos las cenizas donde dormirá el Fénix



Cae la tarde

Asisto al coloquio
de las tardes que mueren
en el escenario
del atardecer
con mortecinas alas
de leves libélulas
cual golondrina
que viaja
hacia el mar
no emitir palabra
y en ese silencio
poder escuchar
voces que hablan
de secretos íntimos
de seres que vieron un día llorar.



Homenaje a Oliverio

«Hora en que los muebles viejos
aprovechan para sacarse las mentiras…»
Oliverio Girondo

Horas nocturnas
        Insomnio
        Desvelo
luna en la ventana
pintada de estrellas
        gato aullante
recuerdos de tu voz
        cielo
        tejado
        antenas
No estás
te busco
        en mi vigilia
        en mis sueños desvalidos
        en la taza de café sin terminar
        en el diario arrugado de la mañana
        en las almohadas
adivino tu sombra
estiro los brazos
doloridos de esperas
y sólo estrecho brumas.



Metaliteratura

Definición: La metaliteratura es literatura sobre literatura. Es un discurso autorreferencial que se manifiesta de varias formas. En algunos casos el autor interrumpe el argumento o se mete dentro de él para aclarar algo, hacer juicios de la obra misma y de su elaboración, tratar temas relacionados al género y las técnicas narrativas o hablar de la literatura en general. En otros casos, es un personaje quien aborda estas cuestiones. El texto se vuelve autoconsciente y difumina la barrera entre la ficción y la realidad.
         
También conocido como: metaficción, metanovela, metanarración, metateatro, metapoesía
         
Ejemplos: Los ejemplos abundan en Don Quijote, de Miguel de Cervantes. Por ejemplo en el capítulo VI de la primera parte, el cura y el barbero hacen juicios literarios de las obras que hallan en la librería de Don Quijote en la que predominan los libros de caballería. También mencionan a Cervantes, como vemos en esta cita del cura: "Muchos años ha que es grande amigo mío ese Cervantes, y sé que es más versado en desdichas que en versos".
         
En la segunda parte, Don Quijote y Sancho hablan del Quijote apócrifo, de Alonso Fernández de Avellaneda. En el capítulo LIX, un caballero les dice: "Sin duda, vos, señor, sois el verdadero don Quijote de la Mancha, norte y lucero de la andante caballería, a despecho y pesar del que ha querido usurpar vuestro nombre y aniquilar vuestras hazañas como lo ha hecho el autor [Avellaneda] de este libro que aquí os entrego".
         
Un ejemplo del siglo XX, viene de Niebla, de Miguel de Unamuno. En ella, el personaje Víctor habla de una nivola que está escribiendo. Nivola es un género que creó Unamuno para diferenciar su obra Niebla de la novela. En el capítulo XXV, Víctor le dice a Augusto: "Suelo dudar lo que les he de hacer decir o hacer a los personajes de mi nivola, y aun después de que les he hecho decir o hacer algo dudo de si estuvo bien. 
         
Al final de este capítulo Unamuno interrumpe la historia con un párrafo autoreflexivo que contiene estas líneas: "Mientras Augusto y Víctor sostenían esta conversación nivolesca, yo, el autor de esta nivola, que tienes, lectores, en la mano y estás leyendo, me sonreía enigmáticamente al ver que mis nivolescos personajes estaban abogando por mí y justificando mis procedimientos. 

Fuente: http://literatura.about.com/od/terminosliterarios/g/Metaficcion.htm

        Liliana Savoia


Pigmeísmos metaliterarios


El trago

Bajo la luz mortecina del salón, Johnny Carson limpia maniáticamente la barra del bar. Con frecuencia, para preparar su trago favorito, sacude la coctelera como quien realiza un acto de magia. El brillo reflejado en el metal hiere unas pocas retinas; después de las tres, sólo quedan las caras de siempre, ambarinas, hinchadas por el alcohol.
Roberto se acerca a la barra; no es uno de los parroquianos habituales del lugar. Johnny le ofrece su mejor trago. 
—Un Súper Johnny —le sugiere.
Roberto lo mira y le contesta con incredulidad: —Yo solo bebo aguafuerte.


Imágenes

Alison Weir está apoltronado en su sillón favorito; la TV aturde sus sentidos. Luego, lentamente, se va despertando de ese sopor que inevitablemente lo invade cuando pasa mucho tiempo frente al aparato; un dolor punzante invade su cabeza. En el noticiero de la ocho ve una avalancha de imágenes irreales que sobrevienen al sueño. Una plaza, hombres de negro, una canasta. Caras pálidas como la misma muerte Un golpe seco y filoso, poco antes de que el carmín invada la pantalla. Cree escuchar un nombre: Ana.


Teoría

Llegó tarde a la cita. Estaba más nerviosa de lo habitual.
—Doctor, usted no comprende… mi hermano, doctor —dijo con voz chillona mientras movía la cartera con un ademán extraño—. Quiere hablarme sobre mi madre. Esta noche…
—Electra, no se altere—. ¿Cuál es el problema? Yo la entiendo.
—No, doctor, usted no entiende.
—Electra, por favor, cálmese…
Electra se levantó con brusquedad, se dirigió hacia la puerta, la abrió y la cerró de un golpe, haciendo añicos el vidrio. En el suelo quedó un trozo de cristal en el que se leía: DR. SIGMUND FREUD.


Todavía

Monterroso persigue al dinosaurio en completo estado de sonambulismo. Primera explosión. Aullidos de terror. Polvo y más polvo. Segunda explosión… quinta… Ceniza y más cenizas… Luego el silencio. Silencio cada vez más intenso. Olor a muerte. Más silencio, ancestrales silencios, pisadas petrificadas en lava volcánica; los que sobreviven avanzan hacia el norte; sólo unos pequeños pasos se detienen avanzando hacia el oeste. Desde el oeste lo hacen hacia el sur. Unos pocos pasos se dispersan y se dirigen al este. En el centro, el principio de nuevas impresiones. En el norte, la muerte. 
Cuando despertó, Bush y sus bombas todavía estaban allí.


Conjunción

México relucía bajo el sol otoñal y Buñuel, con los brazos extendidos frente a la ventana, cumplía con el ritual de llenar la fina copa triangular helada. La colocaba a trasluz junto a una botella de vermut Noilly Prat, dejaba que un destello las atravesara, y listo. De esta forma, el Martini capturaba la suficiente cantidad del licor de hierbas francés. Pero con lo que el aragonés no contó esta vez fue con que Asummpta Corpuscularia Lapislazulina se interpondría, convirtiendo la bebida en un bello líquido azul que alteraba los sentidos.


La receta

Joseph Pla estaba concentrado en la escritura de un manual de cocina llamado El que hem menjat, con el que esperaba sorprender a todo el mundo, cuando lo sobresaltó el chirriante sonido del timbre. 
Al abrir la puerta encontró a una joven que parecía sudamericana. La muchacha se presentó con timidez. 
—Me llamo Tita, y necesito su ayuda; me han dicho que usted es un experto en cuestiones de cocina. 
Confundido, pero curioso, Pla la invitó a pasar y le preguntó: 
— ¿Qué estás buscando? 
—La receta del agua para chocolate —dijo ella con ternura.


Evolución

Yzur era muy especial, su educación circense lo había intelectualizado. Una tarde, sentado en círculo con otros monos, dijo: —Oí un rumor que por cierto ha de ser falso, o por lo menos debemos fundamentarlo antes de darle crédito; ese rumor asevera que el hombre desciende de nuestra noble raza. 
A metros del allí, Darwin y Wallace hacían el ridículo tratando de subirse al cocotero. Los monos arrancaron algunas páginas más de la Teoría Sintética para alimentar la hoguera y calentarse.


Maravilla

Un grupo de alumnos avanzaba por la Capilla Sextina conducido por su maestro, Michelangelo Buonarroti. Eran Sandro, Luca, Perusino, Pinturicchio y Ghirlandaio, todos estudiantes destacados de bellas artes. Cuando llegaron a la pared sobre el altar mayor alzaron sus cabezas y quedaron embelesados. Rojos, azules, violetas intensos luchaban con el amarillo fosforescente y el escarlata. Pinturicchio tomó la palabra. 
— ¡Qué maravilla, maestro, esto sí que es arte! 
— ¡Es la obra máxima del expresionismo abstracto! —contestó el maestro. 
En el confesionario, Pollock enmendaba sus pecados.


Lealtad

Urbino, 6 de Mayo de 1497, atardece. Lucrecia viste de brocato, su rostro ovalado luce pétreo los finos rasgos que inspiraron la impronta de los pinceles de Bartolomeo Veneto. Está mirando con fijeza uno de los platos de la lujosa mesa tendida para la cena. Sabe de antemano quien comerá de él. 
A pocos metros de allí Yiya, su leal cocinera nacida en Murano, trabaja afanosamente.


El arenero

El sol de Yonville, cerca de Ruán, pinta de rosa la cara de dos niños que juegan ensimismados hasta que la niña se decide a preguntar: 
— ¿Eres huérfano o pupilo? 
—Huérfano, ¿y tú? —contesta el pequeño. 
—También; me llamo Berta —dice la niña. 
— ¿Cómo se llamaba tu mamá? —pregunta él. 
—Emma —responde la chiquilla, frunciendo los labios—. ¿Y la tuya? 
—Cio-Cio-San —dice el pequeño, con leve acento oriental. 
—Vamos a jugar al teatro —dice Berta. 
—Bueno —consiente el niño. 
Charles, el celador, vigila. El arenero del orfanato se sume en el más profundo silencio; sólo lo sobrevuela una delicada mariposa.

Liliana Savoia







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SEHER ÇAKIR [19.185]

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SEHER ÇAKIR

Seher Çakır (Nació en 1971 en Estambul, Turquía) es una poeta y narradora, turca de origen, vive en Austria y escribe en la lengua alemana sus obras.

Çakır publicó sus primeros textos líricos en la revista bilingüe (alemán / turco) Öneri. En las antologías Die Fremde in mir (1999) y Eure Sprache ist nicht meine Sprache (2002) también ha publicado cuentos la autora.

2005. Ganadora del Concurso Literario “Schreiben zwischen den Kulturen” Publicación de cuentos en la antología “Wortstürmer”, Verlag Exil, Wien
2007/2008. Beca de Viena Wortstätten
2008/2009. Recibió la Beca de Estado Austriaco de Literatura

Bibliografía: 

1999 Kurzgeschichte i.d. Anthologie “Die Fremde in mir“ Verlag Hermagoras/Mohorjeva
2002 Kurzgeschichten i.d. Anthologie „Eure Sprache ist nicht meine Sprache“ Verlag Milena
2003 Gedicht in der Reihe „Ausgewählte Werke VI“ v.d. Nationalbibliothek des Deutschsprachigen Gedichtes herausgegeben
2004 Gedichtband „Mittwochgedichte“ Hans Schiler Verlag, Berlin
2004 Gedichte i.d. Anthologie „Heim.at“ Eye Verlag,Tirol
2005 Preisträgerin d. Literaturwettbewerbes Schreiben zwischen den Kulturen, Veröffentlichung der Kurzgeschichte in der Anthologie Wortstürmer, Verlag Exil, Wien
2006 Medienbildung in der Migrationsgesellschaft (Kurzgeschichte & Gedichte), Herausgeber: GMK
2009 Zitronenkuchen für die 56. Frau in der Edition Exil
2012 Ich bin das Festland, deutsch, Seher Çakır, Edition Exil, Wien 





SILLAS

Pasé mucho tiempo entre sillas
Hasta
Que
Me cansé

Decidí ese día
Poner otra silla
Para entre las sillas desplazarme

Por una parte
Eso me permitió mejor conexión
Y por la otra
Por fin tengo un asiento confortable.

Traducción: Germain Droogenbroodt – Rafa Carcelén




Stühle 

Lange saß ich zwischen den Stühlen 
Bis  
Ich 
Es satt hatte 

An
diesem Tag beschloss ich 
Einen weiteren Stuhl 
Zwischen die Stühle zu schieben

Zum einen 
Habe ich mir eine Verbindung geschaffen  
Zum anderen 
Endlich einen bequemen Sitz.









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SOLMAZ SHARIF [19.186]

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SOLMAZ SHARIF 

Solmaz Sharif, nacida en Estambul y de padres iraníes, estudió en UC Berkeley y en la New York University y ha dado clases en Stanford University como Wallace Stegner Fellow, estancia durante la cual escribió Look (Graywolf Press, 2016). Este poemario, del que provienen nuestras traducciones, es entre otras cosas, una reescritura del Diccionario de términos militares del Departamento de Defensa de EE. UU., y ha  recibido el encomio de figuras como Eileen Myles o Eavan Boland debido a su trabajo crítico desde dentro de diversos lenguajes (técnico, jurídico, periodístico, etc.). John Freeman la sitúa a la cabeza de la línea de insurrección (decidida a reapropiarse los mitos nacionales) que ha abierto de forma señalada Claudia Rankine.

Sharif, discípula directa de June Jordan, ha aprendido de Muriel Rukeyser cómo servirse el poema largo para tensar la potencia de la emoción lírica contenida en una exposición casi documental, lo que da en el ensamblaje de una obra que logra algo bien difícil: que el abrazo de reflexión formal y activismo se produzca dentro de un texto poético vivo.

Selección de poemas

MIRAR – * En conflictos que involucran minas, periodo de tiempo en el cual el mecanismo de una mina es susceptible de ser activado.

Diccionario de términos militares y asociados.

Departamento de Defensa de los Estados Unidos


MIRA

Importa cómo llamas a las cosas: Exquisita, me decía un amante.

Exquisita.

Puesto que En fin, si yo tengo tus costumbres y vivo en este país, me dijo un hombre a la salida de la convención republicana de 2004, intentaría aceptarlo por el bien del país.

Puesto que sentí la necesidad de asegurarme: Aceptarías la TORTURA, quieres decir, y el afirmó que: Sí.

Puesto que la vida, qué es la vida.

Puesto que años después MIRAN desde sus jets y declaran el bloque de mi madre en Abadan PROBABLEMENTE DESTRUIDO, pasamos de largo los chalets, hasta las fachadas de los edificios puestas como un diorama tras los destrozos, y lo grabamos con una cámara.

Puesto que pueden pasar hasta 16 segundos entre que se aprieta el gatillo en Las Vegas y el momento en que el misil Hellfire aterriza en Mazar-el-Sharif, y después preguntarán ¿Le hemos dado a un niño? No, a un perro. Contestarán ellos solos;

Puesto que un juez federal antes de dictar sentencia dijo está en mi intención pronunciar de manera correcta el nombre del acusado;

Puesto que este amante pronunciaba mi nombre y me decía Exquisita y dejaba la lámpara de pie tumbada en el suelo para hacer que hasta la luz fuera más suave;

Puesto que el amante hacía que mi temperatura aumentase, aumentando de forma que, si los sensores de calor se probaran en mí, podrían leer mi HUELLA TÉRMICA a través del tejado y a través del armario;

Puesto que sabes nos cruzábamos como con grupos como si los hubieran masacrado como una ejecución. tenían las manos atadas a la espalda. Y todo el mundo un tiro en la cabeza todos juntos. Ver un cadáver no es un paseo. No se le parece. Es Irak, ¿sabes? Irak. Como que lo aceptas cuando estás ahí – es como un perro muerto, como un gato muerto ahí tirado-;

Puesto que pensé si MIRASE mi cara exquisita o la de mi padre, a lo mejor pensaría otra cosa;

Puesto que ¿Dices que deberían desaparecerme, sólo por mi apellido? y contestó que Sí, eso es justo lo que digo, y luego comentó que su mujer había ayudado en la redacción de la ley PATRIOT;

Puesto que el juez federal quería asegurarse de estar pronunciando el nombre del acusado de forma correcta y dijo haber estudiado las pruebas, incluyendo la carta que escribí para intentar presentar al acusado a una luz favorable y cariñosa;

Puesto que a día de hoy celebramos cosas del tipo su traslado a un centro de reclusión más cercano a su casa;

Puesto que su hijo se ha mudado al otro lado del país;

Puesto que no conseguí nada:

Puesto que miémbrate es viento tu vida, no tornarán tus ojos a ver cosa alguna. Es una HUELLA TÉRMICA, se ve tan tenuemente, para después esfumarse de la pantalla;

Puesto que no puedo controlar la temperatura que desprendo y pueden pasar hasta 16 segundos entre el misil Hellfire y Un perro. Contestarán ellos solos;

Puesto que Un perro. Dirán: Ahora, pues.

Dejemos que importe cómo le decimos a las cosas.

Deja que te MIRE.

Deja que te MIRE bajo una luz que tarda muchos años en llegar hasta aquí.



ESTUDIO DE VULNERABILIDADES

tu cara que se aparta de la mía
para evitar correrte

8 fresas en un cuenco azul mojado

baba sujetándose los pantalones
en el control para que no se caigan

la novia de la boda que asegura su peinado
con anillas de granada

un muro sin clavos
para que lo atraviesen los fantasmas



EFECTOS PERSONALES

(…)

Condolencias y felicitaciones

Decían
Aquella es la casa de un mártir
y con la nariz la señalaban
Aquella es la madre de un mártir

Están construyendo un museo
para los mártires.
Alguna estantería de metal,
un cajón blanco de archivo

para sus EFECTOS PERSONALES

Este es mi intento
de la creación de mitos
No quería tener
nada

que ver con ello.
En sudarios blancos, rodeaban

su cadáver, el arco de su nariz
creando una loma en la sábana
o en la oscuridad de alguna caja
en torno a Shah Cheragh.

Me siento a diario
con el lenguaje
que han hecho

de nuestro lenguaje

para NEUTRALIZAR
la CAPACIDAD de ELEMENTOS DE POCO VALOR MONETARIO
como tú

.

Eres a lo que se refieren como
“BAJA”. Por determinar si
en un ATAQUE FRONTAL o CATALÍTICO, por determinar

la última vez que te nombraron con respeto

y un amor antiguo. Para nosotros fue un
HECHO CATASTRÓFICO

DESTRUIDO, y basta.
MURIÓ POR LAS HERIDAS EN COMBATE

Sí, hubo
AVISOS PREVIOS.
Lo que más miedo te daba, nos dijiste,
eran las heridas de mortero.

En el PLAN DE EJECUCIÓN, sopesaron
las pérdidas, su SOSTENIBILIDAD,
y lo presupuestaron

para un número X,
presupuestaron la llamada de teléfono
a tu madre y descontaron

el monto ahorrado en raciones
y tu amor al tabaco
y el té que le servías a los chicos
y el té que me hubieras servido
de regreso a Casa.

El dinero suelto que guardabas en tarros
sonando un poco
cuando la familia toma la costumbre de cerrar de un golpe
las distintas puertas del hogar.



look – *In mine warfare, a period during which a mine circuit is receptive of an influence.

Dictionary of Military and Associated Terms

United States Department of Defense



LOOK

It matters what you call a thing: Exquisite a lover called me.

Exquisite.

Whereas Well, if I were from your culture, living in this country, said the man outside the 2004 Republican National Convention, I would put up with that for this country;

Whereas I felt the need to clarify: You would put up with TORTURE, you mean and he proclaimed: Yes;

Whereas what is your life;

Whereas years after they LOOK down from their jets and declare my mother’s Abadan block PROBABLY DESTROYED, we walked by the villas, the faces of buildings torn off into dioramas, and recorded it on a handheld camcorder;

Whereas it could take as long as 16 seconds between the trigger pulled in Las Vegas and the Hellfire missile landing in Mazar-e-Sharif, after which they will ask Did we hit a child? No. A dog. They will answer themselves;

Whereas the federal judge at the sentencing hearing said I want to make sure I pronounce the defendant’s name correctly;

Whereas this lover would pronounce my name and call me Exquisite and lay the floor lamp across the floor, softening even the light;

Whereas the lover made my heat rise, rise so that if heat sensors were trained on me, they could read my THERMAL SHADOW through the roof and through the wardrobe;

Whereas you know we ran into like groups likemass executions. w/ hands tied behind their backs. And everybody shot in the head side by side. Its not like seeing a dead body walking to the grocery store here. Its not like that. Its Iraq you know its Iraq. Its kinda like acceptable to see that there and not –it was kinda like seeing a dead dog or a dead cat lying-;

Whereas I thought if he would LOOK at my exquisite face or my father’, he would reconsider;

Whereas You mean I should be disappeared because of my family name? and he answered Yes, That’s exactly what I mean, adding that his wife helped draft the PATRIOT Act;

Whereas the federal judge wanted to be sure he was pronouncing the defendant’s name correctly and said he had read all the exhibits, which included the letter I wrote to cast the defendant in a loving light;

Whereas today we celebrate things like his transfer to a detention center closer to home:

Whereas his son has moved across the country;

Whereas I made nothing happen;

Whereas ye know not what shall be on the morrow. For what is your life? It is even a THERMAL SHADOW, it appears so little, and then vanishes from the screen;

Whereas I cannot control my own heat and it can take as long as 16 seconds between the Hellfire missile, and A dog. They will answer themselves;

Whereas A dog. They will say: Now, therefore,

Let it matter what we call a thing.

Let it be the exquisite face for at least 16 seconds.

Let me LOOK at you.

Let me LOOK at you in a light that takes years to get here.



VULNERABILITY STUDY

your face turning from mine
to keep from cumming

8 strawberries on a wet blue bowl

baba holding his pants
up at a checkpoint

a newlywed securing her updo
with grenade pins

a wall cleared of nails
for the ghosts to walk through



PERSONAL EFFECTS

(…)

Congratulations and condolences

They would say
That’s the house of a martyr
pointing with their nose
That’s the mother of a martyr

They are building a museum
for the martyrs.
Some metal shelf
a white archival box

with his PERSONAL EFFECTS.

I am attempting my own
myth-making.
He didn’t want to have
anything

to do with it.
White-shrouded, they circled

his corpse, the ridge of his nose
peaking the sheet
or shaded by the boxlid
around Shah Cheragh.

Daily I sit
with the language
they’ve made

of our language

to NEUTRALIZE
the CAPABILITY of LOW DOLLAR VALUE ITEMS
like you.

You are what is referred to as
a “CASUALTY”. Unclear whether
from a CATALYCTIC or FRONTAL ATTACK, unclear

the final time you where addressed

thou, beloved. It was for us a
CATASTROPHIC EVENT
Just, DESTROYED.
DIED OF WOUNDS RECEIVED IN ACTION.
Yes, there was
EARLY WARNING.
You said you where especially scared
of mortar rounds.

In EXECUTION PLANNING, they weighed
the losses, the SUSTAINABILITY
and budgeted

for X number,
they budgeted the phone call
to your mother and weighed that

against the amount saved in rations
and your taste for cigarettes
and the tea you poured your boys
and the tea you would’ve poured me
approaching Hello.

The change you collected in jars
jumping a bit
as the family learns to slam
the home’s various doors.

Traducciones de Fernando Pérez Fernández



Lanat Abad / The Place of the Damned 

this mangy plot where

by now
only mothers still come,
only mothers guard the nameless plots


and then sparingly


Peepholes burnt through the metal doors
of their solitary cells,


just large enough
for three fingers to curl out
for a lemon to pass through
for an ear to be held against
for one eye then the other
to regard the hallway
to regard the cell and inmate


peepholes without a lens
so when the guard comes to inspect me,
I inspect him.

Touch me, he said.



And through that opening

I did.




[Persian Letters] 

Dear Aleph,

Like Ovid: I’ll have no last words.
This is what it means to die among barbarians. Bar bar bar
was how the Greeks heard our speech —
sheep, beasts — and so we became
barbarians. We make them reveal
the brutes they are, Aleph, by the things
we make them name. David,
they tell me, is the one
one should aspire to, but ever since
I first heard them say Philistine
I’ve known I am Goliath
if I am anything.



Vulnerability Study 

your face turning from mine
to keep from cumming

8 strawberries in a wet blue bowl

baba holding his pants
up at the checkpoint

a newlywed securing her updo
with grenade pins

a wall cleared of nails
for the ghosts to walk through




Drone 

somewhere I did not learn mow down or mop up • somewhere I wouldn’t hear your father must come with me or I must fingerprint your grandmother can you translate please • the FBI has my cousins’ computers • my father says say whatever you want over the phone • my father says don’t let them scare you that’s what they want • my mother has a hard time believing anything’s bugged • my father and I always talk like the world listens • my father is still on the bus with contraband papers under his seat as uniforms storm down the aisle • it was my job to put a cross on each home with dead for clearing • it was my job to dig graves into the soccer field • I wrote red tracksuit • I wrote Shahida, headless, found beside Saad Mosque • buried in the same grave as the above • I wrote unidentified fingers • found inside Oldsmobile car • I wrote their epitaphs in chalk • from my son’s wedding mattress I know this mound’s his room • I dropped to a knee and engaged the enemy • I emptied my clip then finished the job • I took two steps in and threw a grenade • I took no more than two steps into a room before firing • in Haditha we cleared homes Fallujah-style • my father was reading the Koran when they shot him through the chest • they fired into the closet • the kitchen • the ninety-year-old standing over the stove • just where was I • uno a uno tu cara en todos los buses urbanos • Here lie the mortal remains of one who in life searched your face • call me when you get home • let’s miss an appointment together • let’s miss another flight to repeated strip searches • that Haditha bed • magenta queen sheets and a wood-shelved headboard and blood splattered up the walls to the ceiling • they held each other • they slept on opposing ends wishing one would leave • mother doesn’t know who I am anymore • I write Mustapha Mohammad Khalaf, fifteen months old • I write Here lies an unknown martyr, a big security guard with a blue shirt, found near an industrial area with a chain of keys • Martyr unknown, only bones • they ask if I have anything to declare then limit my response to fruits and nuts • an American interrupts an A and B conversation to tell me you don’t have to do anything you don’t want to do • he strikes me as a misstep away from she was asking for it • what did you expect after fishing Popov from a trash bin • what did you expect after accepting a marbled palace • they drag the man who killed my uncle out of a hole • they inspect him for ticks on national television • no one in my family celebrates • when the FBI knocks I tell them I don’t have to do anything I don’t want to do; they get a kick out of that • she just lay there and took it like a champ • she was dying for it • at a protest a man sells a shirt that says My dick would pull out of Iraq • my mother tape-records my laugh to mail bubble-wrapped back home • my mother records me singing Ye shabe mahtab mah meeyad to khab • I am singing the moon will come one night and take me away sidestreet by sidestreet • sitting on a pilled suburban carpet or picking blue felt off the hand-me-down couch • the displaced whatnots • I practice the work of worms • how much I can wear away with no one watching • two generations ago my blood moved through borders according to grazing and seasons • then a lifeline of planes • planes fly so close to my head filled with bomblets and disappeared men • scaffolding sprouts nooses sagging with my dead • I burn my finger on the broiler and smell trenches • my uncle pissing himself • shopping bags are legs • there is half a head in the gutter • I say Hello NSA when I place a call • somewhere a file details my sexual habits • some tribunal may read it all back to me • Golsorkhi, I know the cell they will put me in • they put me onto a crooked pile of others to rot • is this what happens to a brain born into war • a city of broken teeth • the thuds of falling • we have learned to sing a child calm in a bomb shelter • I am singing to her still

Poema tomado de la página Witness, Vol. XXIV No. 1 (Spring, 2011)







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LAIA MARTINEZ I LOPEZ [19.187]

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Fotografía de Lucas Ottone


LAIA MARTINEZ I LOPEZ

Laia Martinez i Lopez nació en Berga (Cataluña) en 1984 y reside en Mallorca desde el año 2009. Es escritora, traductora y músico. Se licenció en Traducción e Interpretación de inglés y ruso en la Universitat Autònoma de Barcelona. Ha publicado los poemarios L’abc de Laia Martinez i Lopez (Documenta Balear, 2009), L’estiu del tonight, tonight (El Gall, 2010, premio Art Jove), Cançó amb esgarrip i dos poemes (Lleonard Muntaner, 2015) y Afollada (LaBreu, 2016). Ha participado y dirigido diversos festivales de artes poéticas y es vocal de la Associació d’Escriptors en Llengua Catalana. Presente en diferentes antologías, ha sido traducida al castellano, italiano, portugués, inglés, ruso y croata. Como traductora destaca su trabajo sobre la obra de Max Voloixin, realizado junto a Gerard Adrover, así como la adaptación al catalán de poemas dispersos de Marina Tsvietáieva. Es la voz, el verso y los teclados de Jansky, un dúo de electroversia con máquinas, instrumentos y producción de Raume, con quién ha editado los discos Un big bang a la gibrella y ÉÈ (Primeros Pasitos, 2013, 2015). Asimismo, es miembro del grupo de postfolk Cap de Turc, que revisita el romancero popular y la literatura medieval con ilustraciones de Max en directo.

 

MI ISLA

Cada cual tiene una isla y en todas ellas hay pinos o palmeras. La rodean lenguas de agua y, el poema, puede ser la casa que construimos encima o la balsa que custodia sus orillas. Somos quedarnos o huir de ella. Somos los descendientes, el lenguaje convertido en huella; o la voz que dice el vacío que suena atrás y, por azar, atrapará una caracola. Hacemos las paces para procrear y, por placer, la guerra. Yo no he sabido dejar allí un hijo ni montarme la barca. Sin embargo, con Amor, pactamos un ritmo y vamos migrando de un tiempo a otro en el universo, a lomos de una ballena o halcón peregrino. Si existe alguna ley inquebrantable, la desconozco. El dolor vive en quienes creen en las teorías irrefutables. Mi yo cabalga lejos de un mundo que intuye muerto y, el verso, tremendamente físico, es el espolón con el que apunta hacia otras dimensiones —olas. Quiero amar y que me sigan los peces. Sueño, bailando alrededor de la isla, con la perfecta canción.

 
Selección de poemas

 
Por la senda enterrada
hasta el cuello la flor
más bella de la isla
encoge sus raíces
se enrosca y gira
para no arraigar
demasiado cerca
de algún neumático
trozos de plástico
huesos de vidrio
modernos derribos
hierbas postizas
o el gran hotel con vistas:
endemismos mallorquines
lidian por tierra
por la tierra, malherida.
Es lila:               Limonium.

 

*

 

Como si nos hubiéramos tragado el piano
de la sala
y luego
nuestros dedos
lento pero
fortíssimo
vomitasen sus notas digeridas sobre
la piel.
Así        Así          Así
nos    to       cá      ba      mos
Así        Así          Así
 

 
*

 

A Cleopatra, la bañaron en casa con leche
de burra;
a mí me bañasteis en el torrente,
pero el vientre no me tornó fuente, sino cantizal.

 

*


Yo fui una niña que se perdía por el bosque
buscando a esos duendes desnudos de cuento.
Estoy segura de que las hay a montones.
Anoche, cuando todo en casa está despierto,
la he oído reírse ―afollada,
junto al geranio muerto de la terraza.
Me ha parecido incorruptible su carácter de entonces.
Y, sin embargo, al girarme,
yo era el duende en el espejo
y sacaba hongos por las rodillas y los codos.

[Poemas pertenecientes a los poemarios L’estiu del tonight, tonight y Afollada. Traducción de Laia Martinez i Lopez y Natalia Rabassa.]

 

 
Pel camí colgat  
a mort la flor 
més bella de l’illa  
estreny arrels 
s’entortolliga 
per no aferrar  
massa devora 
algun pneumàtic  
un tros de plàstic 
ossos de vidre 
runes modernes 
herbes postisses 
o el gran hotel amb vistes: 
endemismes mallorquins 
bregant per terra  
per la terra, malaurada.  
És lila:        Limonium.

 

*
 

Talment ens haguéssim empassat el piano 
de la sala  
i ara 
els nostres dits  
lento prò 
fortíssimo 
en vomitessin les notes païdes 
damunt la pell. 
Ai   xí  ai   xí  ai   xí 
ens  to  cà  vem. 
Ai   xí  ai   xí  ai   xí.

 

*


A Cleòpatra, la banyaren a casa amb llet 
de somera; 
a mi em vàreu banyar a la riera 
però el ventre no em tornà font, sinó tartera.

 

*


Vaig ser una nena que es perdia pel bosc  
cercant follets dels que anaven nuus als contes.  
Sé ben segur que n’hi ha hagut moltes.  
Anit, quan tot a casa es desperta, 
l’he sentida com reia -afollada, 
vora el gerani mort de la terrassa. 
M’ha parescut incorruptible el seu caràcter d’aleshores. 
I, tanmateix, quan m’he girat, 
jo era el follet allà al mirall 
i treia fongs pels genolls i els colzes.

 
http://latribudefrida.com/poesia/isla-mujer-canto-tres-poetas-mallorca/




Medusas 
lamiéndome
las mamas

eléctricas.

Medusas
lamiéndome
las nalgas

se acalambran.



*


¿Hace días que no se hace de noche 
o bien es noche todo lo que hace el día?

los relojes de esta isla
 marcan en punto el tiempo exacto
de quien lee su tic 
y el tac
se asorda, veranea
rapiña ciego segundos palpables
 bajo el agua cercadora.

Las corrientes no tienen fecha 
ni la arena, suficiente memoria.



*


Mientras rumio qué es lo que aguardas
                                                       en mis ojos
la órbita se me gira hacia arriba
trabuca el mundo
vuelca el recuerdo
y la palabra qu he visto
sólo se me lee entre las piernas:

ruido de rocas 
rascando olas.


Premio ART Jove de Poesía 2.010
El verano del tonight, tonight
Ediciones Calima

http://nuncallegantardelashadas.blogspot.com.es/2012/01/poemas-laia-martinez-i-lopez.html





L’abc de Laia Martinez i Lopez
(Documenta Balear 2009. La cantàrida 5)

                                   No podria viure sense poesia
                                    ni escriure sense pa.

“a” d’adúltera


a. amateur

Recordo el primer orgasme
que no va ser amb tu
[amb aquell altre]
i sense els meus dits.

Vas esperar-me
que fes campana
d’aquella escola
tècnico-professional diocessana
[no hi havia institut,
diu que en faran un, ara],
i en aquell cotxe blanc
[no la diré, prô recordo la marca,
i això que a mi, els cotxes,
ni em vénen ni em van]

em vaig anar enfilant, 
espanatada,
pel seient tapissat de cremades
aparcat damunt una estora
no de molsa
[de restes de sexe, escampades]
i amb taques de la primera
amant teva o de l’amo primer
el capellà,
fins a tocar aquell cel
l’únic Paradís real
[i el sostre],
empesa per les esperonades
d’una llengua flageladora
i roent.

Recordo el primer crit
que no es va escapar
de la meva gola
ni del meu pit
[de més ensota]
i la destresa amb què degustaves
aquella figa collida 
abans de temporada;
i com obria per a rebre’t
una porta lliscant
i em tancava per a empresonar
[eternament, amb pany i clau]
aquell plaer tan elèctric
que esllavissava els murs
càrnics
del meu jo
i m’aturava el pensament
[per primer cop]
encegant-me les idees,
enllustrant-me l’entrecuix,
ennuegant-me en el recital
d’as i us.

Ara somio,
des de llavors,
i faig gimnàstica
per a l’elasticitat
[del cos]
amb tocar aquell cel
un altre cop, de més a prop,
i sense tu
només amb jo.


a. masturbadora

El mirall es fa gran
[com les meves pupil·les]
i l’habitació queda fosca
i m’hi acostumo
felina.
Perfum de mi,
del meu perfum
i del fum
de la cigarreta, que s’escola
per entre els cabells
i els pèls, de maria,
que arranco un cop al mes
i els pits es mouen,
[els naturals, els de silicona no]
suaus,
com una barca deixant remar
la corrent.
No penso en ell, ni en tu,
en mi i m’excita
que m’estimi tant.
El mirall s’entela, s’estreny,
i la música s’eixorda
amb els meus crits
ofegats
            [ai, els veïns!]
i tinc els dits amagats
entre les cames,
jugant.
Com els nens petits
                                   al Toca-toca,
                                   amb les textures dures,
aspres i lleficoses.


a. a Londres

Busco
¿prò què?
No ho sabia, fins ara.
Busco allò que he trobat.
Corro i vull que no s’escolin els dies
[de 24 hores sense son]
perquè ell s’ha esborrat de la fotografia
que dormia sota el coixí
[revelat d’oferta, buf!];
ara hi ets tu,
sota meu, a sobre, nu.
Cada nit
                i cada dia.
M’és igual que no em facis teva,
ja ho sóc.
                I love you.
Sóc dins dels teus llibres,
lectures nocturnes
i versos endormiscats endolcits amb vi
em desperten
i em vull tornar a adormir.
Alè ranci,
la tremolor de l’autobús
[que es lleva a les sis, 
amb tos d’haver fumat Embassy],
prô el sol no surt al matí; 
sempre és de nit
                              aquí
[a la ciutat sense paraigües].

Dolor al pit. El nostre amor s’ha adormit.
Un mocador amb cloroform
per a no oblidar-te.
A uns quants quilòmetres 
on la pluja no mulla 
els records
                    plastificats,
lluny de tu, m’enamoro.
Em quedaré sota
aquest cel tan gris,
esperant que m’enviïs
una altra foto
[amb revelat de luxe, please].


a. amb adolescent

Com n’era d’arriscada
la meva perdició, ho sabia.
Sóc molt intel·ligent
[em faig l’estúpida per a no deixar-te 
en evidència].

Tu encara vas posar-te en un perill
més temible; davant seu,
mossegades, un petó fugaç
i les mans deslligades
amb un llaç de seda
quan l’altre du una bena als ulls
que transparenta
i ens amaga.

Puc fer-te coses que ningú
no es creurà que t’hagin fet
[allà, a l’escola privada]
només a canvi
de risc, de perill.

Conducció temerària.

Si em deixes portar el volant
[no tinc carnet]
correrem per circuits 
de pell suau i molla
tot fent xisclar
els pneumàtics, gastant-los,
i acariant del fre,

només un pèl, de tant en tant.
Ho veus?
Ara el cor se t’accelera
i a mi em batega
el clítoris, embogit,
[a set mil revolucions]
els teus dits s’hi perden.
Deixa’m que t’indiqui el camí.

Canvia de marxa
redueix una miqueta
[ja m’espero, aguanta],
¿no veus que la màquina
s’escalfa massa?
I accelera de cop, altra vegada,
i derrapa entre els fluids
de la carretera suada.

Corre fins que s’acabi la benzina
[quin dipòsit més petit!]
i ara aparca al meu costat
i fes-m’ho, amb la calefacció
apagada –el fum és tòxic-
i la música d’una emissora
de moda.

Les dones conduïm més bé, oi?



“b” de borratxa


b. d’èxit

L’aroma sintètica
dels fulls escrits
enmig d’al·lucinacions
provocades
a cada aparador
al costat
del cartell de best-seller
els més cars
tipografies grans
i no lectors fullejant
amb dits bruts de croissant
la mort d’una estrella.

El so estrident
dels aplaudiments
enmig del plató
d’un rètol lluminós
ficcions
en Dolby 5.2
en primers plans
maquillades amb Photoshop
l’eina del triomf
i no autors cercant
amb cara de mercant
el negoci rodó.

La xafogor pudent
de la mirada malvada
enmig de la Rambla
del poble creient
submissió
a l’aparell de TV
a les revistes del cor
a la premsa creixent
esperant un error

i la no escriptora
amb el fetge que plora
de tant de vi dolç.


Borratxa de gelosia 
Jo, 
que sempre he escurat el plat 
sense rebequeries, 
que sempre he encapçalat 
sense pedanteria 
les llistes de l’escola, del partit, 
de la universitat; 
jo, que he penjat d’un cartell 
a l’estil nord-americà 
com a treballadora del mes; 
jo, que he escrit poesia, 
que he fet l’amor per a aturar guerres, 
que m’he venut per a comprar-te el cel; 
jo, que t’he sigut sincera; 
jo, que t’he esperat, sempre, 
dibuixant-te camins 
perquè et perdies i dient-te qui eres; 
jo, que m’he tallat les ungles sola 
i he plorat i rigut a les pedres 
perquè no patissis; 
jo, que t’he deixat ser tu 
sense voler ser teva… 
jo, 
no sóc ningú. 



“c” de cínica


cínica dos

Als trens de la línia quatre
tot són inconvenients;
adés es paren perquè algú,
sense pensar en els demés,
es llança a les vies,
i ara.


cínica tres

Em regales una rosa
que és la més bella del món, i fa olor,
i no està ni massa closa
ni poncellada del tot;
prô la seva perfecció és imperfecta
per mà de l’home,
com les nimfes que surten a les revistes
per a dones;

que les roses,
amor,
han de tenir-hi espines,
al cos.


cínica zero

Provares d’entendre el món 
no havent-lo viscut
quan vagabundejaves pels barris de turistes
pel centre, amb una guia,
per a no perdre’t
i que no et trobés la vida.

Escrigueres en centenars d’arbres
no sabent-los els noms
quan rondaves pels llits freds
dels poetes, amb dues vides,
per a no perdre’s
i que no els engolís la poesia.

T’anegares sota les pluges
no mullant-te per de dins
quan somiaves amb novel.les
als terrats, amb els ulls nus,
per a no perdre’ls 
de vista.

I conscient que rera els murs
del teu palau de l’inconscient
s’hi apilaven runes, fam i merda,
vas exiliar-t’hi esperant que algú
tirés la porta a terra,
d’un cop de puny,

i et digués que la vida
no es pot mirar pel forat d’un pany.


L’estiu del tonight, tonight
Premi Art Jove 2010
Pollença, El gall editor, 2011

 

*

Crònica de com, mentre una marabunta hipnotitzada
cercava la mateixa cala, el mateix fang, el xiringuito,
la cançoneta i el parell de ties espaterrants, una
bergadana sense barret de palla ni estrella es va 
trobar a l’Illa.

 

*

La font del bar raja suada
i ni els pardals volten la plaça.

Sóc pirata d’aigua dolça, 
filla de mare muntanya,
una tartera fins al far...

i no li cal sal a la mar.

Hi ha cervesa-sorra-platja.
Sóc la crosta de l’onada.
Malgrat tot...

Son Sardina no té costa.

 

*

Ningú no frisa:
ni el vent –ni els cambrers- ni la lluna;
sols el trànsit del carrer Aragó
a l’hora puta.

Presses pel privilegi de la calma
-a s’illa.
L’absenta – lentitud
m’alarma.

 

*

Fer l’amor sentint Chopin:
rescabalar-li tot el sexe al seu piano
esser la pell que s’escarrufa sota el nacre
i comprendre la fluïdesa dels seus dits.

 

*

               -Desengruna’m el vestit,
corb marí gros!
Que berén de pa moreno     i som morena.
[mal la mar no me prengués per gra d’arena...]

 

*

He vist selves dins la mar
oxigenant la terra ferma,
monstres lluents de gelatina
enllumenant el fosc marí,
arrels de pi mullant-se els peus a ple migdia,
l’arena blanca fent-se roca
i les roques roges ensorrant-se.
He vist algues de l’aigua
s’arrosseguen fins al sòl...

La fam de mar se m’ha fet grossa
i ara no basta que en mengi
perquè quasi tot no m’omple.

He vist les profundes brànquies 
de les fosses submarines,
he planat sobre deserts
sobre cims esgarrapats,
he vist ones fantasmals ‘gafant alè per l’envestida,
les anemones turgents
soterrant-me fora sol...

La fam de mar se m’ha fet grossa
i ara no basta que en mengi
perquè quasi tot no m’omple.

 


*

A punt de partir
que no vull
i perquè vull
                -canta n’Ovidi
em quedo aquí.

Et beso l’ull:
-“M’ensenyaràs a dir t’estim?”



ALTRES POEMES
(Pedra foguera)


fins a
(vermuts)

                                    The only see I saw
                                     was the seesaw sea
                                     with you riding on it.
                                                Dylan Thomas


La mar s’ho empassa tot.

Hi llenço les ganes de violar-te
quan t’esperes a l’escala
no volent-me fer l’amor;

hi llenço l’estrambòtic enyor
de tenir-te dins i no trobar-te
com una ferida sense bala;

hi llenço els mots amb una pala
si escric versos per error 
que aconsegueixen trempar-te; 
 
hi llenço les ganes d’estimar-te,
els llibres folrats de la sala,
les mosquetes del Xador;

i la mar s’ho empassa tot.


envers
(amor)                                  

¡Bienvenidos al mayor espectáculo del mundo!
                                                             (Circo Roma)


Ni fas malabarismes amb ous
ni proves de domar una pantera
ni t’allites a dins del canó
ni l’espasa de mag et travessa
ni engoleixes boles de foc
ni fas el salt mortal sense reixa

i això que hi ha dins del flascó
de ben segur que és ginebra!


[que són pilotes,
que allò era un gat,
que tu dispares,
que hi ha un forat,
que escups oxigen,
que tens vertigen,
i el verí, ja el duies posat]




PEDRA FOGUERA

M’agrada somiar truites, mirar les musaranyes i passar 
camí. Fins fa ben poc m’amagava de la poesia, però la trobava pertot; ara 
surto a emborratxar-me’n i l’endemà la vomito, esperant que algú endevini 
què he sopat la vigília. 



II Antologia de poesia da Ilhas Baleares.

Recital de poesia na Barraca. Lisboa, 28 de Abril de 2011

Premi de poesia Art Jove amb L’estiu del Tonight Tonight.
“És llicenciada en Traducció i és una enamorada de la poesia de Mallorca, especialment de l’obra de Miquel Bauçà o Blai Bonet.”

 

VERS

Riu el roc
sota el meu cul,
el nespru es queixa
-en penetrar-me,
cruix el pinyol de la cirera
si l’empenys tu, contra l’escull
-del meu orgasme

i vessa...

sang: dolça, quasi negra,
per l’escletxa del meu mur
fet d’esperit, de vi
i alguna herba, mal’heura,
-de camí
i la teva barba s’esllavissa
cercant un pou
-un ull de nimfa;

perquè això de fer l’amor
és com enfilar agulles de mitja
prò punxa més... molt més.

 

EN CONTRA DE

Et pesa tant, aquesta culpa,
que és com dur un roc lligat als turmells,
com una toxana fent-te parets al fetge

i encara això fora poc!

una cuba de ciment al cervell
i una columna hel·leniana a l’esquena
dos litres d’heroïna per la vena aorta

i escolta! encara fora poca, la pena

que et sents tan bruta, no saps per què,
com el tub d’una estufa sense escura-xemeneies
com el ronyó d’una rata d’Anglaterra,

i tan desemparada
com aquell pare-llamps dalt la teulada
d’un orfenat.

 

CAR, DE MI, NO T’ENAMORES

t’envejo el temps
que no em regales
per a ser-te més tu sol;
t’envejo el nervi
que t’enfila ben de pressa
des dels ous;
t’envejo força, 
el dur forcívol del teu ésser
la saba verda
la teva escorça de punxes seques
i la no enveja
-sobretot
que sents pels homes.

t’envejo els sons
robats als trons
que m’abraones al swing del vent;
t’envejo flors
que amb fosca negra 
fas esclatar per al ñmatí
pintar les hores
de cent somriures;
t’envejo el viure
rompent en l’aire
com braves ones;
t’envejo lliure, car de mi
no t’enamores.

 

afollada
labreu 2016

 

*

Quan la mar transmuta en cel
-d'ennuvolada,
i no hi ha ull que pugui dir
d'on ve l'aiguagt
-fins on l'esquitx de les onades?

És llavors que el llac dedins,
amb el seu monstre,
plora riuades -amazòniques,
que sols desembocant-te a la boca,
mare, tornen dolces.

 

*

"Has provat mai de remenar
el brou que ens viu a dintre el cos?
Tria en quin punt fer bullir l'aigua
o si vols bullir-hi, amb ella;

s'esdevindrà un big bang a la gibrella:
l'Univers sencer serà l'escudella."

 

*

D'alimentar la criatura amb versos
voldria saber-ne el resultat.
Surten, també, del pit i fan créixer.

 

*

Jo que cremo com vereno
de la llengua de serpent,
quan l'empenys de la cistella
ver la cova entre les cuixes
on hi guardo els pecats
de des que em van sortir les dents,

et deixo anar infern avall
cada tres vespres,
faig que es tanquin totes les finestres
i només vegis què s'encén rere els meus ulls:
un foc follet -la bestiesa
del cos grillat -cor de tubercle.

I els qui a les nits es reuneixen i s'entrellacen amb voluptuositat bressolada
fan un treball seriós (...) per la cançó d'algun poeta que ha de venir
i que sorgirà per a expressar delícies indicibles.
                                                                                                    R.M. RILKE

 

*

Llanço un cop de puny contra el mirall,
tipa de veure-l'hi incapaç de masturbar-se
amb el record, i els vidres més xics
se'm claven als nusos dels dits
i no els en puc treure sens que un doll de sang
-calenta,
barbotegi fins la pica i, més enllà, a les canonades,
s'agrumolli i coaguli.

Crido esgarrips a cor obert, des de l'estora vermella:
als peus, hi tinc gangrena,
al ventre, bassals de fam,
i entre els cristalls de l'espill
cruix un xerric com del seu riure;
alço el cap i hi veig gotims
d'aquell blanc semen fantàstic;
res endins...

 

*

Sento una tristesa immensa,
tinc la plorera buida, avui,
i la disfresso de camp de cols
amb fulles verdes;
però una ventada de gebre
me'l deixa ben ple de pols:

sembla un cementiri de caps
amb rulos, ara,
un exèrcit de traficants
de camuflatge, si bé t'hi fixes;

se sent una tristor
com del gemec de les fustes
que em vetllen l'hortet
que no em vol donar viandes,
el tros de terra on no hi deixo
plantar ningú, des de la tanca, i perxò

hi creix una fam desoladora
que no en vol, de males herbes
-una gana que no es veu,
car fa forat a dins la panxa;

sóc el sòl infecundable,
el bulb capervall d'una ceba.
Tinc la plorera buida,
avui,
i a dins del ventre només m'hi arrela
un no-res infinit.

 

*

 
Sé com tornar. I tornaré.
Si em volien reina per la fillada
varen errar en ofrenar-me la veu.
Vull dir la vida fins que m'abdiqui -cantar-la.
No esperaré la mort amb la rancúnia a la falda.

"La deessa Mah, la de vella veu, plorava:
"¡Oh, si pogués tornar al fang...!"
Gilgamesh


 




.
 

ANTÒNIA VICENS [19.188]

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Fotografía de Lleonard Munt


Antònia Vicens

Antònia Vicens nació en Santanyí (Mallorca) en 1941. Es novelista y poeta. Con su primera novela, 39º a l’ombra (Selecta, 1968 / Moll, 1990 / Edicions 62, 2002), ganó el premio Sant Jordi en 1967. Impulsada por el galardón, continuó escribiendo narrativa: Material de fulletó (Moll, 1971), La festa de tots els morts (Nova Terra, 1974 / Barcelona: Hogar del Libro, 1982), La Santa ( Laia, 1980), Quilòmetres de tul per a un petit cadàver (Laia, 1982, premio Ciutat de Palma), Gelat de maduixa (Fernando Torres, 1984, premio Ciutat de València-Constantí Llombart), Terra seca (Planeta, 1987), Febre alta (Edicions 62, 1998), Quan un home s’enamora (Mèdol, 1998), Lluny del tren (Destino, 2002), Ungles perfectes (Proa, 2007) y Ánima de gos (Moll, 2011). Su obra poética, tardía, se recoge en Lovely (Moll, 2009), Sota el paraigua el crit (Lleonard Muntaner, 2013) y Fred als ulls (Cafè Central, 2015). Asimismo, ha publicado narrativa breve y juvenil. Ha sido galardonada por su trayectoria con la Creu de Sant Jordi (1999), el premio Ramon Llull (2004) -al que renunció en protesta por la política lingüística del gobierno balear-, y con el Premio Nacional de Cultura de la Generalitat de Catalunya (2016). Es socia de Honor de la Associació d’Escriptors en Llengua Catalana (2016).


MI ISLA

Y es que me sentí isla, antes de saberme mujer. Todo un sector numeroso de mujeres que crecimos con muchísimas carencias, llenas de perjuicios y aún ahora, muchas van por el mundo un poco aturdidas de infancia asfixiada.

Porque aquella niña a la que, cuando tenía once años, compraron una bicicleta y rondaba por las calles de los pueblos pedaleando deprisa, queriendo cortar el viento, trascender y transgredir barreras morales, era todas las niñas.

Los hombres de Santanyí, la mayoría agricultores propietarios de cuatro trozos de tierra infructífera o marineros sin barca, se vieron obligados a embarcarse en barcos que pasaban objetos de contrabando, objetos prohibidos y pecaminosos, tales como el tabaco y el nylon, para poder ganar un sueldo digno y mantener a la familia. Residían en Tánger, Gibraltar, La Línea …

Así todas las criaturas éramos un poco huérfanas: los padres, siempre lejos, sólo venían de permiso una vez al año, y las madres, ansiosas, estaban siempre demasiado pendientes de los temporales del mar, y de las corrientes de su corazón y de su cuerpo de mujeres que se iban convirtiendo en islas desiertas. Islas secas. (…)

Y nunca percibí el más leve rumor de rebelión alguna, o de querer asociarse las mujeres, para exigir sus derechos: emanciparse no les pasaba por la cabeza, dejaban correr los años educando a sus hijas como habían sido educadas ellas, muy atentas a no romper, ni tan siquiera resquebrajar, el orden establecido. Quiero decir que la madre se ponía siempre como espejo y el reflejo genético se complementaba con el reflejo social, y las hijas, no teniendo ningún otro modelo, una vez adultas, se convertían en la madre.

Por lo tanto, cuando me di cuenta que mi destino estaba tan cuidadosamente planeado por aquellas mujeres, víctimas y a la vez cómplices de la dictadura patriarcal y católica, quedé tan asombrada que en un intento desesperado de evadirme de ese tipo de lazos, empecé a soñarme escritora. Quería también explicarme a mí misma por qué isla-cobijo de marineros cansados, en lugar de, simplemente, mujer que piensa y decide el itinerario de sus pasos.

Texto adaptado de Vicens, A. (1998). Ser dona, ser illa. Lluc: revista de cultura i d’idees, 806-807, 33-35.


Selección de poemas


(No era amor la mano
que te enseñaba a caminar.
No era ternura la cuchara
que te enseñaba el camino de la boca.
Decían:
¡Esta niña nos pertenece
tenemos tan pocas cosas!)

LOS PIES SIEMPRE LE DOLÍAN

Los pies siempre le dolían
a mi padre.
Cojeando recorría todas las zapaterías
buscando unos zapatos bastante cómodos que lo ayudaran
a sobrellevar el peso de  todos los daños
los desgarros y los cortes
que el mar le había hecho.
Nunca los encontró. Tuvo que marcharse
descalzo con el reloj de pulsera y el cuchillo
de rebanar pan de rebanar lágrimas en el bolsillo de la chaqueta y
una cara blanca como la espuma de las olas
que tantas veces montó.
Me lo decía siempre:
No tuve infancia.
No se lo sacaba de la cabeza:
Aprendí a escribir mi nombre en el frente.
Chillaban balas se deslizaban estrellas
de sangre cuando yo aprendía a escribir mi nombre.
No quería ser un peón cualquiera.

Y decía mi madre:
Es un hombre apuesto. Lástima
que no sepa escribir. Tú
tienes que ir a la escuela Antònia. No
tienes que ser un ignorante como tu padre hija.
Y el azulete de los ojos se le esparcía por las mejillas cuando
diluviana
lloraba su ausencia.


*


(No era amor la voz
que te enseñó el abecedario.

Aprendiste a leer
con sangre en las rodillas.
Decían:
Como a los árboles nuevos para que no se encorve
le pondremos estacas.)


RAÍCES

A la memoria le han salido raíces. Los recuerdos
son minúsculos como las monedas de un céntimo. Hay que
tener los bolsillos llenos para poder ir al horno
a comprar pan.
Mi padre siempre lo decía:
con los bolsillos vacíos pierdes el equilibrio.
El pan llena un hombre.
El orgullo llena una camisa.
Caminaba satisfecho por los pasillos del supermercado bajo los neones.
Escupía los bofes de un verde alga al lado de las manzanas y las naranjas.
Escupía flemas de un amarillo herrumbre delante del puesto del pescado.
La gente huía de su figura macilenta.
Pero él volvía a casa con una bolsa llena de uvas
contento de sentirse alado.
Me lo decía siempre:
A los diez años
conocí la alta mar.
A los doce años
conocí los temporales.
Los delfines. Las trampas de los horizontes.
No se lo sacaba de la cabeza:
Una vez perdí la ropa y el reloj.
Escribía Joan
en el aire
cuando la barca se hundió. No
quería ser un ahogado anónimo.

*



Y decía mi madre:
Camina erguido. Como si gobernara el viento.

Lástima que no sepa guardar su ropa. Tú
debes ser más viva Antònia
no sueltes nunca lo que es tuyo.
Y el carmín de los labios le chorreaba por el mentón
Igual que la sangre
chorrea
por las piernas de las mujeres.

[Poemas pertenecientes al poemario Lovely. Traducción de Carlos Vitale]
http://latribudefrida.com/poesia/isla-mujer-canto-tres-poetas-mallorca/


(No era amor la mà / que t’ensenyava a caminar. / No era tendresa la cullera / que t’ensenyava el camí de la boca. / Deien: / Aquesta nena ens pertany / tenim tan poques coses!)

ELS PEUS SEMPRE LI FEIEN MAL /// Els peus sempre li feien mal / al pare. / Ranquejant recorria totes les sabateries / cercant unes sabates prou còmodes que l’ajudessin / a dur el pes de tots els traus / els treps i els talls / que la mar li havia fet. / No les va trobar mai. Va haver d’anar-se’n / descalç amb el rellotge de polsera i el ganivet / de llescar pa de llescar llàgrimes dins la butxaca del gec i / una cara blanca com l’escuma de les ones / que tantes vegades va muntar. / M’ho deia sempre: / No vaig tenir infància. / No s’ho treia del cap: / Vaig aprendre a escriure el meu nom al front. / Giscaven bales lliscaven estrelles / de sang quan jo aprenia a escriure el meu nom. / No volia ser un peó qualsevol. / I deia la mare: / És un home plantós. Llàstima / que no sàpiga escriure. Tu / has d’anar a l’escola Antònia. No / has de ser una ignorant com ton pare filla. / I el blavet dels ulls se li escampava per les galtes quan / diluviana / plorava la seva absència.


(No era amor la veu / que et va ensenyar l’abecedari. / Vares aprendre a llegir / amb sang als genolls. / Deien: / Com als arbres novells perquè no es vincli / li posarem estaques.)




Selecció de poemes recitats del llibre Lovely, d'Antònia Vicens

absèncieS

(No era amor la mà
que t'ensenyava a caminar.

No era la tendresa la cullera
que t'ensenyava el camí de la boca.

Deien:
Aquesta nena ens pertany
tenim tan poques coses!)

(No era amor la veu
que et va ensenyar l'abecedari.

Vares aprendre a llegir
amb sang als genolls.

Deien:
Com els arbres novells perquè no es vincli
li posarem estaques.)

(No era amor la paraula
que t'obligava a anar ben dreta.

No era tendresa la paraula
que t'obligava a anar amb el cap sempre alt.

Deien:
De la joventut
en treurem benefici.)



Arrels

A la memòria li han sortit arrels. Els records
són minúsculs com les monedes d'un cèntim. Cal
tenir-ne les butxaques plenes per poder anar al forn
a comprar pa.

El pare sempre m'ho deia:
Amb les butxaques buides perds l'equilibri.
El pa omple un home.
L'orgull omple una camisa.

Caminava satisfet pels passadissos del supermercat sota
els neons.

Escopia el lleu d'un verd alga devora les pomes i les taronges.
Escopia flegmes d'un groc rovell davant la parada del peix.
La gent fugia de la seva cara de la Mort amb pebres
però ell tornava a casa amb una bossa plena de raïm
content de sentir-se alat.

M'ho deia sempre:
Als deu anys
vaig conèixer la mar gran.

Als dotze anys
vaig conèixer els temporals.
Els dofins. Els paranys dels horitzons.

No s'ho treia del cap:
Una vegada vaig perdre la roba i el rellotge.
Escrivia Joan
en l'aire
quan la barca es va enfonsar. No
volia ser un negat anònim.

*

I deia la mare:
Camina empinat. Com si governés el vent.
Llàstima que no sàpiga guardar la seva roba. Tu
has d'anar més viva Antònia
no amollis mai allò que és teu.
I el camí dels llavis li regalimava pel mentó
igual que la sang
                                      regalima
per les cames de les dones.


Una instantània

Els pits sota el jersei desafien la plaça
a la fotografia.

Era molt jove quan un espontani em va fotografiar
baixant els esglaons de l'església. (Al fons el campanar contra el cel.)

Els homes sortiren del bar amb una cassalla a la mà.
Somreien
etílics i concupiscents.
Era diumenge.

De tots ells només la mirada del pare era aigua de la mar
                                             amb veles.

No posseïa fortuna però teixia xarxes:
Atrapar el temps.
Recobrar el minut exacte de la puresa.

M'ho deia sempre:
Als tretze anys la mar ja em feia mal a l'esquena.
Als quinze anys encara no coneixia la cassalla ni l'aspirina.

*

I deia la mare:
Encara somia platges. Tu no has de ser
com ton pare filla. Ell sempre
s'ha deixat seduir fàcilment.

I un rast de planys se li va encallar a les genives
igual que els hams dels palangres s'encallen
en les prades de posidònia.



OlorS

(Mai no et varen dir una paraula
que fes olor

de tendresa.)

(Li corre pels dits
de la mà esquerra
li corre pel braç
li arriba al cor

un intens aroma
de lliris.)

(Pudor de peixos morts
             li va fer arrufar el nas
                              estrènyer els ulls
                                          els punys
                                          les dents.)


(El vent espargia per les cases
una flaire penetrant
d'àngels
caducs.)

(Ha florit el cascall marí
a les parets estupefactes
del menjador.

Mentre
el julivert badalla al cossiol.)



La barca

Després de perdre la barca
va bregar amb les onades
que remolcaven negats que pareixien llunes
damunt la mar
i vagueries d'enamorats
el pare.

La seva dèria era abastar l'eternitat:
Una amant bruna a la costa de Tànger i una amant rossa
a la platja de la Cala.

M'ho deia sempre:
Si els vint anys fonyava onades
era perquè la pena em tornés vi.

I diu la mare:
Està ple de tubs i d'agulles.
Fermat al llit. Lligat
a les olors de la mar.
Els llavis se li fonen i creu que és
Déu caminant sobre les aigües d'un vaixell.



Només gavines

No es veia res
tret de gavines negres
dins la gleva sangonosa del sol morent.

Ja no tenia la forma
d'un home
                         el pare.
Ja no tenia la forma
                         la seva barca.

Muntant el celistre havia creuat l'horitzó
                         havia espoltrit el temps.

Després va ploure sobre
                         la mar.
Pluja i vent varen formar remolins d'aigua: Petges
per atrapar el somnis dels navegants. Però
no varen poder atrapar la seva veu quan deia:Ja he arribat
al país del mercader de perles fines.



Peixos

Al crit de l'alba a la Cala austera de la seva infància
cada matinada tirava l'àncora
i saltava del llit
el pare.

Sabatilles de franel·la
i pantalons beixos de cotó amb cordons
eren la seva indumentària
de somnàmbul
que cerca
la seva barca.

*

Ara encara pesca
encara puny boira i memòria.

Orgullós de no haver deixat l'estructura dels seus ossos
a cap port ni a cap enclavament
contempla el carrer ple de reclaus amb el nen
(que va ser) acostant-se
sota el cel de la lluna.

Els peus descalços i les cames tortes
sostenen un pit escanyolit.
Els braços prims alçats en angle
aguanten el cove que du damunt el cap.

Molt alerta que no li vessin
                                                    els peixos.



Un dia qualsevol

Dos jocs de plats
plans.
Dos jocs de plats
fondos.

Les culleres i els ganivets corresponents
devora els tovallons de paper.
Les tovalles són
blanques
amb randa de mundillo i xifres
brodades.

Dins la cuina es respira l'efluvi d'herba-sana de l'aguiat i
                                                                                                 l'efluvi
marí de la presència invisible del pare.

Tots dos somriem davant el meu plat ple a vessar. Ell un somriure estufat a la
paret còmplice. Jo
observant la mare sense prendre participants en la nostra conxorxa.

I és que una vegada buit el plat em transporta a
una infància erugada.

*

Sempre el pare m'havia de defensar dels eixabucs de la mare que no tolerava que deixés res dins el plat. Temps de llesques de pa d'ordi comú untades de saïm i somnis de niló.



ColorS

(Regalima el vermell
igual que regalima el vi

pel paisatge de la fusta.)

(De sobte el color lluminós del dia
va caure dins la nit

de la cisterna.)

(El gris del capvespre tirava el lleixiu.

No hi havia un pam de net ni al
cel ni a la terra.)

(Al blanc li deien
Puresa.

El color de la llet
estava prohibit.)



La casa

Va nàixer a Santanyí en una casa humil del carrer
del Rafalet amb corral d'aviram
gàbia de conills i hortet
el pare.

Hi havia viscut i hi havien mort ja xarucs els padrins paterns
llavors de lassitud hi va morir sa mare. I molt vellet son pare mal
que de jove
se n'hagués anat pel món a fer fortuna deixant
tres fills pucers
la dona prenyada.

Hi va nàixer i hi va morir la germana petita
minada de tifus.

I ell
quan es va jubilar
tenia la delera
d'un descans florent al sofà de la casa
en què de nen havia vist créixer a mort
entre ceballots lliris
sargantanes.

Quan va saber que l'havia d0abandonar
la casa
se li van adormir els peus de pena.

I una vegada va ser a Palma
a la casa de la filla
se li van adormir definitivament les cames.

No coneixia les cadires.

Li eren estranyes les finestres
les parets que juntament amb la taula
de la cuina i el cassó d'encalentir la llet els matins
li deien que escoltés com el pati

                 la llimonera escopia les llimones
                 els teuladers baixaven en picat a beure l'aigua dels gossos
                 les erugues rosegaven els brots de la bignònia.


Desolació

Tampoc no coneixia les cases
ni la gent d'aquell carrer estret
el pare.

Ningú no alçava el cap per dir-li:
                                                                  Joan
                                                                  bon dia.

Era com si se li hagués fos la fesomia.

Com si hagués perdut el nom.

Bastava veure'l assegut a la taula camilla.

Capficat. Fitorat. Mirant-se els peus inflats
per saber que resava amb tota la seva ànima:
                                               Putes sagrades ajudeu-me!

Bastava mirar-li els ulls sense gens de verdet
per saber que es buidava
com es buida i es mor lentament un cranc roquer
amb una morada rompuda si està fora de l'aigua.

A vegades estenia la mirada cap al cel
igual que un captaire estén la mà cap als qui passen.

Tot per llegir a les estrelles
que el déu que tantes vegades va capturar amb les xarxes
era simplement cargol marí o tortuga.



CaminS

(Al camí de la infantesa
amb lluquets
i esparregueres

ara
ufanós
hi floreix el quitrà.)

(Ni tan sols creixen
pedres.

Han reblit de ciment
la vida de les cunetes.)

(Han aturat la transmigració de les
ànimes:

Ja no floreixen els ametlers
a les voreres dels camins.)

(Buidada fragmentada
castrada:
                             Cotorreta cul cosit.

Volien convertir el camí de les dones
de sol a sol
en una vagina
en una flor
muda.)



Absències

No només era el perfil del seu cos absent
al llit de matrimoni
desolat
amb la mare jove
i enamorada.

No només era la carència del seu cul
a la cadira de la cuina
al voltant de la taula.
Els matins.
Els migdies.
Les nits.

Es va fer un esvoranc de la seva mida
                                                en l'aire.
Un atall. Una porta
per on va entrar l'
altre.

El Suplantador.

El Conrador de glòries.

El lladre etern.

En lloc de fremir-me la pell
em tremolava l'ànima.

En lloc de beure el semen vivificador d'un mascle
combregava l'hòstia sollada de sacrifici.

Llavors
m'ajeia amb els braços en creu
damunt les Tres Maries
i m'immolava.
Encara no sabia que l'amor de Déu
que omple totes les coses
no omple els cossos de les dones.

Ni llepa les ferides dels innocents.



Oblit

Si al front va aprendre a escriure
el seu nom
el pare.

Enmig de la mar gran
va voler conèixer els números
i les regles més elementals
de la comptabilitat:

“Que mai + cap home – jo travessi
el portal de casa nostra”.

Enviava aquest exercici barroer
d'equació de balanç
com qui envia una combinació de seda
o una ampolla de perfum.

Per les ondulacions de la frase
la mare podia ensumar
una flor de perjuri
en cada lletra.

Sota els embats de
la nit africana.








.

NTOZAKE SHANGE [19.189]

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Ntozake Shange

Ntozake Shange (18 de octubre de 1948) es una escritora, dramaturga y poetisa estadounidense. Se ha declarado «feminista negra», y sus obras tratan principalmente temas acerca de la raza y el feminismo.

Su obra más conocida es For colored girls who have considered suicide / When the rainbow is enuf, que ganó el premio Obie. También escribió Betsey Brown, una novela acerca de una muchacha afroestadounidense que se escapa de su hogar.

Shange vive en Brooklyn (Nueva York).

Shange nació con el nombre de Paulette L. Williams en Trenton (Nueva Jersey) en una familia de clase media alta. Su padre, Paul T. Williams, era cirujano de la Fuerza Aérea, y su madre, Eloise Williams, era educadora y trabajadora social psiquiátrica. Cuando tenía 8 años, su familia se trasladó a la ciudad de San Luis (Misuri), donde todavía existía fuertemente el apartheid (que se ilegalizaría recién una década después). Como resultado de la decisión judicial Brown vs. Junta de Educación, Shange tenía que viajar a su escuela en un autobús para blancos, donde tuvo que soportar el apartheid y los ataques racistas.

La familia de Shange tenía un gran interés en las artes y la animaron a desarrollar una educación artística. Entre los invitados a su casa se encontraban Dizzy Gillespie, Miles Davis, Chuck Berry y W. E. B. Du Bois.

Cuando Shange tenía 13 años, regresó a Nueva Jersey, donde se graduó en la secundaria Trenton Central High School. En 1966 se matriculó en la universidad Shange Barnard College. Se graduó cum laude en Estudios sobre Estados Unidos (American Studies). Después se mudó a Los Ángeles, donde obtuvo una maestría en el mismo campo en la Universidad del Sur de California. Sin embargo, los años universitarios de Shange no fueron agradables. Durante su primer año en la universidad se casó, pero el matrimonio no duró mucho tiempo. Deprimida por su separación y con un fuerte sentido de amargura y alienación, Shange intentó suicidarse.

En 1971, después de llegar a un acuerdo con su depresión y alienación, Shange se cambió el nombre. En idioma xhosa, Ntozake significa ‘la que tiene sus propias cosas’ (literalmente ‘las cosas que pertenecen a ella’) y shangue ‘la que camina [o que vive] con leones’ (y en idioma zulú significa ‘el orgullo del león’). 

Carrera

En 1975, Shange se mudó desde California a la ciudad de Nueva York, donde en ese año se produjo su primera y más conocida obra de teatro: For colored girls who have considered suicide / When the rainbow is enuf (‘para las chicas «de color» que han considerado suicidarse / Cuando el arco iris es suficiente’). Producido primero en los teatros fuera de Broadway, la obra pronto se trasladó al teatro Booth (en Broadway) y ganó varios premios, incluyendo el premio Obie, el Outer Critics Circle y el premio Audelco. Esta obra era un poema en 20 partes que presentaba una crónica de la vida de las mujeres de raza negra en Estados Unidos. Finalmente el poema se convirtió en una obra de teatro, en 1977 se publicó en forma de libro, y en 2010 fue llevado al cine (For Colored Girls, dirigida por Tyler Perry). Desde entonces, Shange ha escrito otras obras de éxito, incluyendo una adaptación (1980) de Madre Coraje, de Bertolt Brecht, que ganó un Premio Obie.

En 2003, Shange escribió y supervisó la producción de lavender lizards and lilac landmines: Layla’s dream (‘lagartos color lavanda y minas terrestres color lila: el sueño de Layla’) mientras trabajaba como artista invitada en la Universidad de Florida (en Gainesville).

Sus poemas individuales, ensayos y cuentos han aparecido en numerosas revistas y antologías, entre ellas The Black Scholar, Yardbird, Ms., Essence Magazine, The Chicago Tribune, VIBE, y Third-World Women.

Premios

1973: NDEA fellow
Obie Award
Outer Critics Circle Award
Audience Development Committee (Audelco) Award
Mademoiselle Award
1978: Frank Silvera Writers' Workshop Award
1981: Los Angeles Times Book Prize for Poetry (por Three pieces).
1981: beca Guggenheim fellowship
1981: Medal of Excellence, Columbia University
1981: Obie Award, for Mother Courage and Her Children
Nori Eboraci Award
1988: Barnard College
1992: Lila Wallace-Reader's Digest Fund (premio anual a escritores).
199: Paul Robeson Achievement Award
Arts and Cultural Achievement Award
199: National Coalition of 100 Black Women (capítulo Pensilvania).
1992, 1993, 1994: Taos World Poetry Heavyweight Champion
1993: Living Legend Award, National Black Theatre Festival
Claim Your Life Award
1993: WDAS-AM/FM
Monarch Merit Award
National Council for Culture and Art
Pushcart Prize

Nominaciones

Premios Tony
premios Grammy
premios Emmy (en 1977, por For colored girls who have considered suicide / When the rainbow is enuf).

Obras

Obras de teatro

1975: For colored girls who have considered suicide / When the rainbow is enuf, nominada a los premios Tony, Grammy y Emmy.
1977: A photograph: lovers-in-motion. Producida off-Broadway en el Public Theatre.
1977: Where the Mississippi meets the Amazon.
1977: A photograph: a study of cruelty.
1979: Boogie woogie landscapes. Producida por primera vez en el taller Frank Silvera's Writers' Workshop, en Nueva York, después en el Symphony Space Theatre (en Broadway).
1979: Spell #7. Producida off-Broadway en el teatro Joseph Papp's New York Shakespeare Festival Public Theatre.
1979: Black and white: two dimensional planes.
1980: Mother Courage and her children. Producida off-Broadway en el Public Theatre. Ganadora del Obie Award 1981.
1980: Mother of courage and her children.
1982: Three for a full moon.
1982: Bocas. Producida por primera vez en el Mark Taper Forum, en Los Ángeles.
1983: From okra to greens/A different kinda love story.
1987: Three views of Mt. Fuji. Producida por primera vez en el Lorraine Hansberry Theatre (en San Francisco); producida por primera vez en New Dramatists (en Nueva York).
1989: Daddy says.
1994: Whitewash.

Poesía

1976: Melissa & Smith.
1977: Natural disasters and other festive occasions.
1977: A photograph: lovers in motion: a drama (S. French).
1978: Nappy edges.
1981: Some men.
1983: A daughter's geography.
1984: From okra to greens.
1987: Ridin' the moon in Texas: word paintings (St. Martin's Press).
1987: The love space demands (a continuing saga) (St. Martin's Press).
1992: Three pieces (St. Martin's Press).
1993: People of Watts (publicado en noviembre de 1993 en la revista VIBE Magazine).
1994: I live in music.
2004: The sweet breath of life: a poetic narrative of the african-american family (Atria Books). Fotografías de Kamoinge.
Enuf
With no immediate cause
You are sucha fool
Blood rhyhms
Poet hero

Novelas

1976: For colored girls who have considered suicide / When the rainbow is enuf (Shameless Hussy Press).
1982: Sassafrass, cypress & indigo.
1985: Betsey Brown (St. Martin's Press).
1986: The black book (con el fotógrafo Robert Mapplethorpe).
1995: Liliane.
2010: Some sing, some cry (con Ifa Bayeza).
Children's books[editar]
1997: Whitewash.
2002: Float like a butterfly: Muhammad Ali, the man who could float like a butterfly and sting like a bee.
2003: Daddy says.
2003: Ellington was not a street.
2009: Coretta Scott.

Essays

1984: See no evil: prefaces, essays & accounts, 1976-1983.
1998: If I can cook you know God can.


Eso es lo que tengo. 
Poemas. 
Pequeñas tetas, 
grandes muslos 
y palabras.

Un cardumen soberbio de palabras 
reverberando, 
escamas que fraccionan mi océano alfabético 
hasta convertirlo en un grito 
o un susurro.

Tengo lo que niego diciendo: “No me acuerdo”, 
y la maldita manía de acordarme 
de esos ojos deshilachados 
secándose al sol 
y del brazo que extendí 
sobre un colchón vacío 
buscando proteger a aquel hombre 
de una muerte que ya le había pisado los talones 
(el despertador sonó como un disparo 
cuando Ella lo levantó en vilo 
en una ruta estúpida 
y su cabeza se quebró contra el asfalto, 
pero yo no había puesto el despertador 
porque era domingo 
y los domingos no debería morirse nadie).

Tengo una botella de vino 
casi siempre vacía 
y una fondue de chocolate apenas tibia 
en la que hundo los dedos para después chupármelos 
y chuparme las ganas de chuparte los tuyos 
(esos dedos que sabían donde terminaban los poemas 
y empezaba the real world, 
aunque el mundo real no empezó nunca: 

yo te soñé en mis ruinas circulares, 
hombrecito fotografiado junto a la chica de lentes 
que no se parece a mí, 
y el fuego sabía que eras un fantasma).

Tengo una cita pendiente con un amor de la adolescencia 
y un sombrero que Mickey Rourke no revoleó nunca.
Tengo una baraja 
a la que le falta una carta
para estar completa
(al fin sucedió, 
me volví un poco loca, 
pero no me arrepiento: 

había que lidiar con la vida 
y esa fue la única manera que encontré 
para tal menester).
También tengo la cama sin tender. 

Y son las doce del mediodía.

- Ntozake Shange.



My Father Is A Retired Magician 

my father is a retired magician
which accounts for my irregular behavior
everythin comes outta magic hats
or bottles wit no bottoms & parakeets
are as easy to get as a couple a rabbits
or 3 fifty cent pieces/ 1958

my daddy retired from magic & took
up another trade cuz this friend of mine
from the 3rd grade asked to be made white 
on the spot

what cd any self-respectin colored american magician
do wit such a outlandish request/ cept
put all them razzamatazz hocus pocus zippity-do-dah
thingamajigs awaycuz
colored chirren believin in magic
waz becomin politically dangerous for the race
& waznt nobody gonna be made white
on the spot just
from a clap of my daddy's hands

& the reason i'm so peculiar's 
cuz i been studyin up on my daddy's technique
& everythin i do is magic these days
& it's very colored
very now you see it/ now you
dont mess wit me
i come from a family of retired
sorcerers/ active houngans & pennyante fortune tellers
wit 41 million spirits critturs & celestial bodies 
on our side
i'll listen to yr problems
help wit yr career yr lover yr wanderin spouse
make yr grandma's stay in heaven more gratifyin
ease yr mother thru menopause & show yr son
how to clean his room

YES YES YES3 wishes is all you get
scarlet ribbons for yr hair
benwa balls via hong kong
a miniature of machu picchu

all things are possible
but aint no colored magician in her right mind
gonna make you white
i mean
this is blk magic
you lookin at
& i'm fixin you up good/ fixin you up good n colored
& you gonna be colored all yr life
& you gonna love it/ bein colored/ all yr life/ colored & love it
love it/ bein colored/
Spell #7 from Upnorth-Outwest Geechee Jibara Quik Magic Trance Manual for Technologically Stressed Third World People 



With No Immediate Cause

every 3 minutes a woman is beaten
every five minutes a
woman is raped/every ten minutes
a lil girl is molested
yet i rode the subway today
i sat next to an old man who
may have beaten his old wife
3 minutes ago or 3 days/30 years ago
he might have sodomized his
daughter but i sat there
cuz the young men on the train
might beat some young women
later in the day or tomorrow
i might not shut my door fast
every 3 minutes it happens
some woman's innocence
rushes to her cheeks/pours from her mouth
like the betsy wetsy dolls have been torn
apart/their mouths
menses red & split/every
three minutes a shoulder
is jammed through plaster and the oven door/
chairs push thru the rib cage/hot water or
boiling sperm decorate her body
i rode the subway today
& bought a paper from a
man who might
have held his old lady onto
a hot pressing iron/i don't know
maybe he catches lil girls in the
park & rips open their behinds
with steel rods/i can't decide
what he might have done i only
know every 3 minutes
every 5 minutes every 10 minutes/so
i bought the paper
looking for the announcement
the discovery/of the dismembered
woman's body/the
victims have not all been
identified/today they are
naked and dead/refuse to
testify/one girl out of 10's not
coherent/i took the coffee
& spit it up/i found an
announcement/not the woman's
bloated body in the river/floating
not the child bleeding in the
59th street corridor/not the baby
broken on the floor/
there is some concern
that alleged battered women
might start to murder their
husbands & lovers with no
immediate cause'

i spit up i vomit i am screaming
we all have immediate cause
every 3 minutes
every 5 minutes
every 10 minutes
every day
women's bodies are found
in alleys & bedrooms/at the top of the stairs
before i ride the subway/buy a paper/drink
coffee/i must know/
have you hurt a woman today
did you beat a woman today
throw a child across a room
are the lil girl's panties
in yr pocket

did you hurt a woman today
i have to ask these obscene questions
the authorities require me to
establish
immediate cause
every three minutes
every five minutes
every ten minutes
every day. 



Enuf 

at 4:30 AM
she rose
movin the arms & legs that trapped her
she sighed affirmin the sculptured man
& made herself a bath
of dark musk oil egyptian crystals
& florida water to remove his smell
to wash away the glitter
to watch the butterflies melt into
suds & the rhinestones fall beneath
her buttocks like smooth pebbles
in a missouri creek
layin in water
she became herself
ordinary
brown braided woman
with big legs & full hips
reglar
seriously intendin to finish her
night's work
she quickly walked to her guest
straddled on her pillows & began
æyou'll have to go now /
i've
a lot of work to do / & i
cant
with a man around / here
are yr pants /
there's coffee on the
stove / it's been
very nice / but i cant see
you again /
you got what you came
for / didnt you'
& she smiled
he wd either mumble curses bout crazy bitches
or sit dumbfounded
while she repeated
æi cdnt possibly wake up / with
a strange man in my bed / why
dont you go home'
she cda been slapped upside the head
or verbally challenged
but she never waz
& the ones who fell prey to the
dazzle of hips painted with
orange blossoms & magnolia scented wrists
had wanted no more
than to lay between her sparklin thighs
& had planned on leaving before dawn
& she had been so divine
devastatingly bizarre the way
her mouth fit round
& now she stood a 
reglar colored girl
fulla the same malice
livid indifference as a sistah
worn from supportin a wd be hornplayer
or waiting by the window
& they knew
& left in a hurry
she wd gather her tinsel &
jewels from the tub
& laugh gayly or vengeful
she stored her silk roses by her bed
& when she finished writin
the account of her exploit in a diary
embroidered with lilies & moonstones
she placed the rose behind her ear
& cried herself to sleep. 



You Are Sucha Fool 

you are sucha fool/ i haveta love you 
you decide to give me a poem/ intent on it/ actually 
you pull/ kiss me from 125th to 72nd street/ on 
the east side/ no less 
you are sucha fool/ you gonna give me/ the poet/ 
the poem 
insistin on proletarian images/ we buy okra/ 
3 lbs for $1/ & a pair of 98 cent shoes 
we kiss 
we wrestle 
you make sure at east 110 street/ we have cognac 
no beer all day 
you are sucha fool/ you fall over my day like 
a wash of azure

you take my tongue outta my mouth/ 
make me say foolish things 
you take my tongue outta my mouth/ lay it on yr skin 
like the dew between my legs 
on this the first day of silver balloons 
& lil girl's braids undone 
friendly savage skulls on bikes/ wish me good-day 
you speak spanish like a german & ask puerto rican 
market men on lexington if they are foreigners


oh you are sucha fool/ i cant help but love you 
maybe it was something in the air 
our memories 
our first walk 
our first... 
yes/ alla that

where you poured wine down my throat in rooms 
poets i dreamed abt seduced sound & made history/ 
you make me feel like a cheetah 
a gazelle/ something fast & beautiful 
you make me remember my animal sounds/ 
so while i am an antelope 
ocelot & serpent speaking in tongues 
my body loosens for/ you


you decide to give me the poem 
you wet yr fingers/ lay it to my lips 
that i might write some more abt you/ 
how you come into me 
the way the blues jumps outta b.b.king/ how 
david murray assaults a moon & takes her home/ 
like dyanne harvey invades the wind

oh you/ you are sucha fool/ 
you want me to write some more abt you 
how you come into me like a rollercoaster in a 
dip that swings 
leaving me shattered/ glistening/ rich/ screeching 
& fully clothed

you set me up to fall into yr dreams 
like the sub-saharan animal i am/ in all this heat 
wanting to be still 
to be still with you 
in the shadows 
all those buildings 
all those people/ celebrating/ sunlight & love/ you

you are sucha fool/ you spend all day piling up images 
locations/ morsels of daydreams/ to give me a poem

just smile/ i'll get it 



People Of Watts 

where we come from, sometimes, beauty
floats around us like clouds
the way leaves rustle in the breeze
and cornbread and barbecue swing out the backdoor
and tease all our senses as the sun goes down.

dreams and memories rest by fences
Texas accents rev up like our engines
customized sparkling powerful as the arms
that hold us tightly black n fragrant
reminding us that once we slept and loved
to the scents of magnolia and frangipani
once when we looked toward the skies
we could see something as lovely as our children's
smiles white n glistenin' clear of fear or shame
young girls in braids as precious as gold
find out that sex is not just bein' touched
but in the swing of their hips the light fallin cross
a softbrown cheek or the movement of a mere finger
to a lip many lips inviting kisses southern
and hip as any one lanky brother in the heat
of a laid back sunday rich as a big mama still
in love with the idea of love how we play at lovin'
even riskin' all common sense cause we are as fantastical
as any chimera or magical flowers where breasts entice
and disguise the racing pounding of our hearts
as the music that we are
hard core blues low bass voices crooning
straight outta Compton melodies so pretty
they nasty cruising the Harbor Freeway
blowin' kisses to strangers who won't be for long
singing ourselves to ourselves Mamie Khalid Sharita
Bessie Jock Tookie MaiMai Cosmic Man Mr. Man
Keemah and all the rest seriously courtin'
rappin' a English we make up as we go along
turnin' nouns into verbs braids into crowns
and always fetchin' dreams from a horizon
strewn with bones and flesh of those of us
who didn't make it whose smiles and deep
dark eyes help us to continue to see
there's so much life here. 



Blood Rhythms 

(French sugar-beet farmers, overwhelmed by mulatto competitors, plastered Europe's cities with advertisements proclaiming: 'Our sugar is not soiled with black blood.' A popular Afro-Cuban saying is: 'Sugar is made with blood,' while in the South of the United States, cane growers processed natural sugar 'to get the nigger out.')

Fragrant breezes in the South
melt to melodies round small fires
mount tree limbs
with bodies black
and swayin' black n croonin'
songs of sunsets
comin' from the fields bawdy
brazen
hard to put yr finger on
like the blues
like the strum of guitars on dark damp

southern nights
hard to put your finger on
like screams in the black bloody southern soil
sweet black blood echoin' thru the evenin' service
grindin' by the roadhouse door
sweet black blood
movin' with slow breath

outta breath
young negroes run to pick up a bale of cotton
run to flee southern knights
crosses bare blazin' signals black bloods
gone runnin'
for Chicago
for the hollow
for the C.C. Rider
for the new day sweet
blocked melodies ache in young girls' throats
rip thru their lips like the road to freedom was lit
all lit up with the grace of God and
Sears Tower
the Ford plane and Pontiac's vision
all lit up sleek fires
sheddin' the haunts of poll taxes and test questions like
where is America
cost a finger
a ear
a heart
a teardrop fallin' from the saggin' front porch
to the project stairway
from the water fountain to the chain gang

the night train carried smuggled goods news
of struttin' signifyin' fellas with gold teeth
neath they feet and brawny sway for blocks and blocks
far as the eye cd see from Biloxi to Birmingham
the contraband of freedom seeped thru the swamps
the air hung heavy
with the cries of 'ain't gonna let nobody turn me round'
and young boys in nice-cut suits
who was awready standin' with they heads up
awready prancin' with finesse and grand stature
like men wit eyes
don't never look down
men wit eyes burstin' wit glory
from the red sedans
and the seats in schools
to the right to set wherever they want
and when the sounds of the harmonica was slowed
by snarlin' dogs and hoses
when the washboards and bottleneck players
was skedattlin' out the bullets way
up came a roarin'
force a light blue controlled fire in un-mussed lame´
pleated silk and faces
bearin' no scars
to say 'we ain't been touched'
we the sweet black fires of dreams
& of unobfuscated beauty

like the trails of freedom
the Good Lord himself lit up
we gonna take this
new city neon light
sound
volumes for milliom to hear
to love themselves
enough to turn back the pulse of a whippin' history
make it carry the modern black melody from L.A.
to downtown Newark City
freedom buses
freedom riders
freedom is the way we walk that walk
talk that talk
gotta take that charred black body out the ground
switch on the current to a new sound
to a new way of walkin' a new way of talkin'
blues

electrified
blues
b oltin-the-lynchin-tree
n-tremblin-n-chirren-blues
defyin the sound of gravity

for a people singin'
about the sashay of blood rhythms set free. 




'Sorry'

one thing i don't need 
is any more apologies 
i got sorry greetin me at my front door 
you can keep yrs 
i don't know what to do wit em 
they dont open doors 
or bring the sun back 
they dont make me happy 
or get a mornin paper 
didnt nobody stop usin my tears to wash cars 
cuz a sorry

i am simply tired 
of collectin 
i didnt know 
i was so important toyou 
i'm gonna haveta throw some away 
i cant get to the clothes in my closet 
for alla the sorries 
i'm gonna tack a sign to my door 
leave a message by the phone 
'if you called 
to say yr sorry 
call somebody 
else 
i dont use em anymore' 
i let sorry/ didnt meanta/ & how cd i know abt that 
take a walk down a dark & musty street in brooklyn 
i'm gonna do exactly what i want to 
& i wont be sorry for none of it 
letta sorry soothe yr soul/ i'm gonna soothe mine

you were always inconsistent 
doin somethin & then bein sorry 
beatin my heart to death 
talkin bout you sorry 
well 
i will not call 
i'm not goin to be nice 
i will raise my voice 
& scream & holler 
& break things & race the engine 
& tell all yr secrets bout yrself to yr face 
& i will list in detail everyone of my wonderful lovers 
& their ways 
i will play oliver lake 
loud 
& i wont be sorry for none of it

i loved you on purpose 
i was open on purpose 
i still crave vulnerability & close talk 
& i'm not even sorry bout you bein sorry 
you can carry all the guilt & grime ya wanna 
just dont give it to me 
i cant use another sorry 
next time 
you should admit 
you're mean/ low-down/ triflin/ & no count straight out 
steada bein sorry alla the time 
enjoy bein yrself 







.

LUZ ARGENTINA CHIRIBOGA GUERRERO [19.190]

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Luz Argentina Chiriboga Guerrero

Luz Argentina Chiriboga Guerrero nació en Esmeraldas, Ecuador el 1 de abril de 1940. Escritora narradora, ensayista, novelista, genealogista, ecologista, lingüista y poetisa que se adentra en los problemas del ser humano, luchadora de los Derechos Humanos de la mujer negra y la cultura afro-americana; literata que disfruta al inventar palabras cuando es inspirada por la naturaleza y el quehacer del ser humano; todo lo hace para comunicar al mundo su riqueza espiritual; y se ha ganado un puesto muy merecido en la literatura ecuatoriana.

"Nace en Esmeraldas el día primero de abril de 1940, fueron sus padres Segundo Chiriboga Ramírez, un agricultor muy trabajador y de Luz María Guerrero Morales, ambos naturales de la provincia verde de Esmeraldas;indígena que con el tiempo se convierten en dueños de varias fincas bananeras como “La Chinca”, “La Chancama”, “La Chula”, “El Guayabo” (lugar donde se realizó una batalla entre los revolucionarios y el ejército gobiernista) y “La Victoria”; es una familia numerosa compuesta de diez hermanos; el sacrificio y esfuerzo de su padre les permitió tener una vida holgada y con comodidades, viven alternando en el campo y una casa en la ciudad de Esmeraldas que dista apenas media hora, viajando aguas arriba mediante canoa, el único medio de transporte en aquel tiempo".

"Sus abuelos paternos fueron Mariano Segundo Chiriboga González, natural de Gran Gabriel y Carmen Ramírez Reina, natural de Río Verde (hija de Bugeño), quien a su vez es hija de Manuel María Ramírez, cuya descendencia proviene de una rama del Adelantado don Sebastián de Benalcázar".

"Sus abuelos maternos fueron Mariano Guerrero Herrera, natural de Esmeraldas y Augusta Morales; Mariano Guerrero fue hijo de José María Guerrero Maisincho, natural de Cuenca y Josefa Herrera".

"Su nacimiento tiene un fascinante relato, casi mítico, cuenta ella misma que a su madre le vino el dolor de parto, las contracciones eran cada vez más repetitivas y a cortos intervalos, habiendo tenido amplia experiencia por sus cinco hijos previos se puso en apuros para llegar a la ciudad para que le atendiera la comadrona conocida de la familia; tomaron el único medio de transporte, la canoa y comenzaron el viaje aguas abajo, la luna llena se mostraba en todo su esplendor diáfana y refulgente y las guiaba, como cómplice secreto de este acontecimiento, el tiempo del alumbramiento culminó en pleno viaje y prácticamente sobre las aguas se produjo el nacimiento; Argentina como así la llamarían dio un grito, comenzó a cantar este personaje que en su vida adulta sería una consumada poetisa que cantaría a la naturaleza; en aquellas primeras horas, bajo la luz argéntica de la luna, bajo el susurro de la naturaleza, el croar de las ranas, el chapoteo de los peces del río, el encanto de ese nocturnal paisaje y su gente, fue un preludio tan fascinante de la vida de esta literata de los niños negros de su patria" (Calvachi, 2009).

Realizó estudios de biología en la Universidad Central del Ecuador. Estuvo casada con Nelson Estupiñán Bass, uno de los grandes escritores ecuatorianos. Ha participado en varios seminarios internacionales. Su obra ha sido traducida a varios idiomas: inglés, italiano y francés. Consta en antologías ecuatorianas y extranjeras. Ha sido invitada por la UNESCO a dictar conferencias en Europa. También fue invitada por numerosas universidades de América, el Caribe y África a sustentar charlas sobre literatura. Es miembro de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, del Grupo América y pertenece a algunas organizaciones ecuatorianas. La Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión, Núcleo de Esmeraldas le confirió la mención al mérito cultural, 2006.

Estilo literario

Luz Argentina es poseedora de un estilo de narrativa muy exuberante, con elementos mágicos, abundante en descripciones y convencional en algunos casos, pero siempre escribe comprometida con la vida, con las mujeres y con la cultura afroecuatoriana. Explora con vehemencia los deseos femeninos, mezclándolos con una pasión que crece al amparo de la sensualidad propia del trópico. En una de sus obras se refiere al tema de la emigración, anticipándose a algo que algunos años más tarde ocurriría masivamente en el Ecuador.

Membresía y reconocimientos

Miembro Activo del Grupo América.
Miembro de la Sociedad de Escritores Ecuatorianos.
Miembro de la Asociación de Escritoras Contemporáneas del Ecuador.
Miembro del Club Social Cultural de Esmeraldas.
Presidenta de la Corporación Sociedad Ecuatoriana de Genealogía, 2007-2008.
Vicepresidenta de la Corporación Sociedad Amigos de la Genealogía, 2013-2014.
Consta en la Antología de narradoras ecuatorianas (Quito, 1997). Between the Silence of Voices: An Anthology of Contemporary Ecuadorean Women Poets (Quito, 1997).
Mención al mérito cultural, 2006, Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión, Núcleo de Esmeraldas
Premio General José de San Martín. Buenos Aires, Argentina, 1986.

Obra publicada

Novela:

Bajo la piel de los tambores, traducida al inglés con el título: Drums Under My Skin, en 1991.
Chiriboga, Luz Argentina. 1994. Jonatás y Manuela. Quito: Abrapalabra Editores
En la noche del viernes, Quito, SINAB, 1997, traducida al italiano con el título: Il Vener di Sera.
Cuéntanos, abuela, Quito, Producción gráfica Ediciones, 2002, traducida al francés.
Desde la sombra del silencio, 2004.

Relato:

Este mundo no es de las feas, Editorial Libresa, 2006.
Diáspora, Ardilla Editores, Quito, 1997.

Poesía:

Chiriboga, Luz Argentina. 1992. La contraportada del deseo. Quito: Talleres Gráficos de Abya Ayala
Palenque (décimas), Quito, Instituto Andino de Artes Populares,1999.
Capitanas de la historia, Colección selva, Quito, Producción gráfica, 2003.
Luis Vargas Torres y los niños, Ediciones Consejo Provincial de Esmeraldas, 2001.
Con su misma voz, Colección Fuego, 2005.
Manual de ecología para niños, Abra palabra Editores, 1992.
Coplas afroesmeraldeñas (recopilación), Quito, producción gráfica, 2001.

Ensayo:

Escritores Esmeraldeños, tomo 1, 2, 3 (biografía, genealogía, producción y crítica literaria), Editorial Delta, 1995.
Chiriboga, Luz Argentina. 1981. La música popular frente a la mujer. Revista Cultura. Banco Central del Ecuador. Quito: 4(4):357-369
Chiriboga, Luz Argentina. 1992. Raíces africanas en la nacionalidad ecuatoriana. En: El negro en la Historia. Raíces africanas en la Nacionalidad Ecuatoriana.500 años. Quito: Centro de la Cultura Afro ecuatoriana. Tomo III. Colección Medio Milenio volumen 9, SAG. pp.129-139

Historia social:

Chiriboga, Luz Argentina. 2008. Mis recuerdos. Quito: Corporación SAG. Boletín Informativo N° 5. pp. 33-38.

Antología:

Antología de narradoras ecuatorianas (Quito, 1997).
Between the Silence of Voices: An Anthology of Contemporary Ecuadorean Women Poets (Quito, 1997).



RETORNO

Silenciosas huellas
que se nos enredan en el canto,
vienen pegadas de la especie.

Lejanos ojos del ayer,
desenterrados,
atisban nuestros pasos,
extienden sus imágenes
y vuelven al presente.

No importa la distancia,
la sangre rastrea signos,
testimonios,
destinos,
en los que,
sonriente,
reaparece el ancestro.

Por los huesos navegan
ángeles y espectros
que al son de clarines y tambores
declaman sus mensajes.

Bisabuelos y abuelos
que de repente hablan,
gesticulan,
embargan nuestro cuerpo.

Enigmas que descienden
a profundidades,
susurran el mensaje
universal del A.D.N.,
crean y descrean panoramas
y se asoman a las rendijas del futuro.

Duendes que abren
y cierran puertas
y dan brazadas en el aire
para aposentarse después
en nuestras vidas.

Debajo de la piel
nos surgen miedos
y júbilos que buscan otro yo.


LA MARIMBA

Nada más que una marimba,
un guasá, un bombo
y la astilla de un grito
para poner el cielo
al nivel de mis pies.

Sube un temblor
asentado
en la raíz misma
de mi ancestro.

De copla en copla
la brisa de mi cuerpo
traza círculos,
se encabrita y se encorva,
se yergue y se lujuria.

Abro los ojos,
desdoblo la historia,
me percato de lo que llevo
debajo de mis huesos
y de que soy
el eco de un eco del destierro.


Negro

Nosotros amaremos por siempre 
tus huellas y tu ánimo de bronce 
porque has traído esa luz viva del pasado 
fluyente, 
ese dolor de haber entrado limpio a la batalla, 
ese afecto sencillo por las campanas y los ríos, 
ese rumor de aliento libre en la primavera 
que corre al mar para volver 
y volver a partir


Suelta mi trenza

Suelta mi trenza 
para que dance 
en el mojado viento. 
Vuela, bailotea, 
con asustadas alas 
y al revolotear 
revela su origen africano. 
Mi cabellera crespa 
trae un furor, 
un oleaje, 
un ancestro 
que viene desde lejos. 
Aquel brillo tan negro 
arrastra códigos milenarios. 
Detrás de estos rizos 
con su voz quebradiza 
asoman mis abuelos.


Pasan changó y yemayá

Pasan Changó y Yemayá 
rozando los muslos de la noche, 
con el anuncio de coplas 
y tambores.


Nosotros amaremos por siempre

Nosotros amaremos por siempre 
tus huellas y tu ánimo de bronce 
porque has traído esa luz viva del pasado 
fluyente, 
ese dolor de haber entrado limpio a la batalla, 
ese afecto sencillo por las campanas y los ríos, 
ese rumor de aliento libre en la primavera 
que corre al mar para volver 
y volver a partir


Nada más que una marimba

Nada más que una marimba, 
un guasá, un bombo 
y la astilla de un grito 
para poner el cielo 
al nivel de mis pies. 
Sube un temblor 
asentado 
en la raíz misma 
de mi ancestro


Mentira que el tiempo

Mentira que el tiempo 
me haya tornado 
eco de mí misma, 
mentira que el tiempo 
me haya gritado 
Ekuambé, Ekuambé,


Me diste la punta de tu ovillo

Me diste la punta de tu ovillo 
y en vez de Penélope 
hallaste una Argentina 
y desembarcaste 
en mi tierra del fuego


La risa de mi cara negra

La risa de mi cara negra 
delata la presencia de todo lo pasado. 
Me río de mi misma 
cuando un ruido 
de cadenas y látigos 
anda de nuevo en mi memoria


Haití

Te imagino virgen 
antes de que piratas precursores 
te quitaran tus vestidos de caoba 
y te dejaran así 
con tus senos redondos al aire 
y tu falda de yerba desgarrada 
apenas verde, 
marrón tímida


El africano que despierta y canta

El africano que despierta y canta 
es el que habita mi cuerpo 
es el que recorre la América mestiza 
cargando cocos, semilla y tiempos 
hemos roto las fronteras impuestas 
mis hermanos indios 
mis gemelos negros, 
somos la gran mayoría en pie; 
fíjate bien, que no te confundan 
los slogans, 
es siempre el mismo africano 
solidario y cimarrón 
el que sobre el camino encuentro.


Cuando miro hacia atrás

Cuando miro hacia atrás 
y veo tantos negros, 
cuando miro hacia arriba 
o hacia abajo 
y son negros los que veo 
qué alegría vernos tantos 
cuántos; 
y por ahí nos llaman «minorías» 
y sin embargo 
nos sigo viendo 
Esto es lo que dignifica nuestra lucha 
ir por el mundo y seguirnos viendo, 
en Universidades y Favelas 
en Subterráneos y Rascacielos, 
entre giros y mutaciones 
barriendo mierda 
pariendo versos.


Con tu llave maestra

Con tu llave maestra 
abre mis signos inverosímiles, 
barájame como tu naipe 
para el póker


Aquí está Haití metido en unos dientes

Aquí está Haití metido en unos dientes 
aquí está Haití que se derrite en ritos, 
aquí está, retorcido, y de repente, 
con golpes de mar seco y de azabache 
Haití tiembla en tu vientre. 
Aquí está Haití metido en una hembra: 
Tu canción de curvas canta más que tú: 
sabe los secretos que te dio el vudú. 
Negra que sin ropa, tiene lo de aquel 
que siendo secreto se quedó en tu piel. 
Tiro mis ojos en tus pezones 
cuando tu vientre derrite sones.


Andar sobre los muertos

Andar sobre los muertos, 
combatiendo contra la propia muerte, 
para intentar hacer nueva la vida


Al norte de mi ombligo

Al norte de mi ombligo 
no importa 
lo que tengo, 
pero al sur 
Yemayá me ha puesto 
una fuente


Sueña Alonso Quijano

El hombre se despierta de un incierto 
sueño de alfanjes y de campo llano 
y se toca la barba con la mano 
y se pregunta si está herido o muerto. 
¿No lo perseguirán los hechiceros 
que han jurado su mal bajo la luna? 
Nada. 
Apenas el frío. 
Apenas una 
dolencia de sus años postrimeros. 
El hidalgo fue un sueño de Cervantes 
y don Quijote un sueño del hidalgo. 
El doble sueño los confunde y algo 
está pasando que pasó mucho antes. 
Quijano duerme y sueña. 
Una batalla: 
los mares de Lepanto y la metralla. 


Sospechándose indigno de otra hazaña

Sospechándose indigno de otra hazaña 
como aquella en el mar, este soldado, 
a sórdidos oficios resignado, 
erraba oscuro por su dura España. 
Para borrar o mitigar la saña 
de lo real, buscaba lo soñado 
y le dieron un mágico pasado 
los ciclos de Rolando y de Bretaña. 

Contemplaría, hundido el sol, el ancho 
campo en que dura un resplandor de cobre; 
se creía acabado, solo y pobre, 
sin saber de qué música era dueño; 
atravesando el fondo de algún sueño, 
por él ya andaban don Quijote y Sancho. 


No ha llegado octubre
a la memoria de tía Franca 

¿Qué haces ahora allá arriba? 

¿Te dispones 
a rezar con los ángeles las vísperas? 
¿Aún tenéis voz y cuerpo allá en el cielo? 
¿Te sostienen las piernas con fatiga 
o tu andar es ligero y ya sin huellas? 
¿O tiemblas desde un desgarrón de nubes 
por tu sobrino que siempre llega tarde? 
Mientras la tía trajina en sus fogones 
¿sostienes tú sus pasos vacilantes? 
No te rías de mí, no me reproches 
si te canso con fútiles preguntas. 
Hace ya casi un año que te fuiste 
mas sigues obstinada en tu silencio. 
Me basta una palabra, una señal 
que me diga que ho ha llegado octubre, 
que estás entre nosotros y podemos 
verte si es que tenemos ojos nuevos. 



Mais où sont mes amis d´antan?

¿Os acordáis, amigos veinteañeros? 
A Nápoles ciudad de nuestros sueños 
viajábamos en tren. 

En los asientos 
de madera engañábamos al tedio 
de las largas paradas del correo 
jugando a la malilla y a los tres sietes 
Cinco liras la apuesta. 

Si llegabas 
a la estación central con tus cien liras 
podías irte a aquel cine de barrio 
dos films entre puteros y travestis 
mas nuestro ingenuo corazón de niños 
qué podía saber de señorones 
de chaqueta cruzada y de drogatas 
que gozaban de mariquitas listos 
jadeando afanosos de placer. 

Caminábamos chulos por Forcella 
fumando rubios cigarrillos griegos 
y en la Duchesca igual que en nuestras calles. 
Salía Umberto a las tantas de la noche 
paseando en pijama por Toledo 
hasta el Cine-Teatro Margherita 
en los sótanos de la Galería 
tras el telón echaba algún vistazo 
a las coristas de brillantes tetas 
que las bailaban ante aquel cabrón 
con la cartera hinchada en el bolsillo 
de su chaqueta azul de finas rayas. 
De día devoraba sus libracos 
arropado hasta el cuello con la manta 
las camas arrimadas a los ángulos 
de aquel gran cuarto oscuro y despojado 
con la estufilla eléctrica en enero 
sustraída al abuelo entre dos luces 
que a iguales intervalos medio loco 
lanzaba un grito sordo y lancinante 
también de noche aunque más lejano. 
Dormía junto a él en la gran cama 
que ocupaba ella sola aquel cuartucho 
Aldo de Nola. 

Todos lo acogimos 
como al maná pues era tan casero 
que ninguno pelaba las patatas 
con las mondas tan finas como él. 
Se ejercitaba Umberto con los signos 
como patas de mosca el urdú hindi 
(¿no conocías lenguas más decentes?) 
es para encantadores de serpientes 
en cualquier sucia calle de Calcuta. 
Sí, ríete, dichoso mameluco 
te mandaré una foto de Lahore 
y me verás tumbado sobre alfombras 
como un nabab con chicas estupendas 
que ni siquiera en sueños te imaginas. 

Quien ahorraba más era Vincenzo 
tenía guardado un sitio en su maleta 
para las vituallas de la noche 
prensadas en un bote de hojalata. 
Le temblaban las manos al abrirlo 
temiéndose que hubiésemos llegado 
a violar el secreto de su cofre. 
Se recogía en un rincón oscuro 
con un cuchillo bisturí cortaba 
seis lonchas de salami para él solo 
más delgadas que las sagradas formas 
y si queréis tener parte en la fiesta 
haced sonar diez liras por cabeza 
licenciado partió para Somalia 
diez años fue asesor en Mogadiscio 
ahora enseña inglés al Instituto 
con seis hijos mulatos se realiza 
fumando a diario treinta nacionales 
que con puros toscanos va alternando. 

Napoleone rico en atributos 
dejó nuestro vivir de privaciones 
acogido a la cama de una viuda 
compuesto y bien nutrido se burlaba 
desde el balcón que daba a la plazuela 
de la Universidad: empollad, necios, 
si venís esta noche a visitarnos 
tendréis cena y un hoyo bien caliente. 

Amigos, cada cual por su camino 
dispersos por Bagnoli y por Cagnano 
cebados por los años ya pensamos 
tan sólo en la vejez y Dios lo quiera 
con el consuelo de hijos y de nueras 
y yo entretanto sentado a mi escritorio 
me hago el poeta mintiéndole a mi muerte. 

Felicidades

Llevo casi una hora aquí esperando 
en el coche a la entrada de la calle 
de San Onofrio, justo bajo el disco 
de prohibido aparcar. 

Ea, ten paciencia 
cinco minutos, vuelvo a aquella tienda 
si me hacen un descuento me lo compro. 
Soy una burguesita ¿no lo dices? 
no cambio nunca y eso te molesta. 
Está bien, por favor no tardes mucho 
si viene un guardia me echa de aquí y entonces 
cómo vas a encontrarme en todo este 
laberinto de calles y callejas. 

Tengo un llavero en forma de bolígrafo 
por fortuna, esperemos que haya gente 
no dejes que te engañen ten cuidado 
con la piel el modelo y la cartera 
la tienda está muy céntrica y es lujosa 
acaso un poco cara pero eso 
es una garantía de seriedad 
y de una clientela que no piensa 
en ahorrar que compra a ojos cerrados. 

Habrá allí mucha gente, dependientas 
probando y atendiendo a las señoras 
son los nuevos modelos qué finura 
y le queda estupendo la retamos 
a hallar algo mejor en el mercado 
puede pagarlo a plazos aunque falle 
un mes o más la empresa es comprensiva 
puede dormir en un colchón de plumas 
le deseamos un próspero año nuevo 
si vuelve por aquí en pocos días 
rebajaremos todos los artículos 
y si eso le interesa cuidaremos 
de avisarla con tiempo ¡Enhorabuena! 

Tengo el llavero en forma de bolígrafo 
si hay objetos tan prácticos no sé, 
su único inconveniente: te abandona 
en la ocasión que más lo necesitas 
y por más que lo frotes sólo traza 
surcos sin vida sobre la guantera 
y las bellas ideas se te escapan 
imprecas ¡maldición! 

sólo funcionas 
cuando ya no haces falta y ahora qué hago 
la musa está dictando y las palabras 
si no las coges pronto desvanecen. 

La bolsa grande está en el maletero 
con tal que no se manche mientras tanto 
podías haberle dado con la esponja 
¿no te aburres de estar sin hacer nada? 
ni me preguntas cuánto me ha costado 
ya lo sé que mis cosas no te importan 
es la historia de siempre pero al menos 
podrías esforzarte. 

¿No las oyes? 
Acuden por sorpresa con cabriolas 
alegres y traidoras, sí, es verdad, 
el abrigo de piel es muy hermoso 
pero dame una pluma, las atrapo 
son pocos versos valen una vida. 



SINERA

Salvador Espriu. 
in memoriam 

(23-II-1985) 


Has franqueado las puertas 
con el fresco sabor 
de las viejas palabras en los labios. 
Ahora, por fin, conoces 
la verdadera tierra de tus padres. 


II 

Con los ojos clausurados y el corazón ya quieto, 
ahora navegas por el mar fiel 
como un delfín de luz en la calma 
beatitud de la eterna paz del sueño. 

Y se desvanece el miedo bajo la noche 
en la ceniza del viejo fuego de los recuerdos. 

La verdad final ya resplandece: 
el mar ya no es el mar sino la muerte. 




LUZ ARGENTINA CHIRIBOGA GUERRERO.

Luz Argentina Chiriboga Guerrero       

Edison Calvachi Cruz [1]           

Escritora narradora, novelista, genealogista, ecologista, lingüista y poetisa que se adentra en los problemas del ser humano, luchadora de los Derechos Humanos de la mujer negra y la cultura afro-americana; literata que disfruta al inventar palabras cuando es inspirada por la naturaleza y el quehacer del ser humano; todo lo hace para comunicar al mundo su riqueza espiritual; y se ha ganado un puesto muy merecido en la literatura ecuatoriana.

Nace en Esmeraldas el día primero de abril de 1940, fueron sus padres Segundo Chiriboga Ramírez, un agricultor muy trabajador y de Luz María Guerrero Morales, ambos naturales de la provincia verde de Esmeraldas; que con el tiempo se convierten en dueños de varias fincas bananeras como “La Chinca”, “La Chancama”, “La Chula”, “El Guayabo” (lugar donde se realizó una batalla entre los revolucionarios y el ejército gobiernista) y “La Victoria”; es una familia numerosa compuesta de diez hermanos; el sacrificio y esfuerzo de su padre les permitió tener una vida holgada y con comodidades, viven alternando en el campo y una casa en la ciudad de Esmeraldas que dista apenas media hora, viajando aguas arriba mediante canoa, el único medio de transporte en aquel tiempo.[2]

Sus abuelos paternos fueron Mariano Segundo Chiriboga González, natural de Gran Gabriel y Carmen Ramírez Reina, natural de Río Verde (hija de Bugeño), quien a su vez es hija de Manuel María Ramírez, cuya descendencia  proviene de una rama del Adelantado don Sebastián de Benalcázar.

Sus abuelos maternos fueron Mariano Guerrero Herrera, natural de Esmeraldas y Augusta Morales; Mariano Guerrero fue hijo de José María Guerrero Maisincho, natural de Cuenca y Josefa Herrera.[3]

Su nacimiento tiene un fascinante relato, casi mítico, cuenta ella misma que a su madre le vino el dolor de parto, las contracciones eran cada vez más repetitivas y a cortos intervalos, habiendo tenido amplia experiencia por sus cinco hijos previos se puso en apuros para llegar a la ciudad para que le atendiera la comadrona conocida de la familia; tomaron el único medio de transporte, la canoa y comenzaron el viaje aguas abajo, la luna llena se mostraba en todo su esplendor diáfana y refulgente y las guiaba, como cómplice secreto de este acontecimiento, el tiempo del alumbramiento culminó en pleno viaje y prácticamente sobre las aguas se produjo el nacimiento; Argentina como así la llamarían  dio un grito, comenzó a cantar este personaje que en su vida adulta sería una consumada poetisa que cantaría a la naturaleza; en aquellas primeras horas, bajo la luz argéntica de la luna, bajo el susurro de la naturaleza, el croar de las ranas, el chapoteo de los peces del río, el encanto de ese nocturnal paisaje y su gente, fue un preludio tan fascinante de la vida de esta literata de los niños negros de su patria.

Con el caminar de la vida, su entorno social le fue dando la personalidad cultural que ahora traduce en su obra, “En su casa del muelle, Luz Argentina escuchó el tambor, la marimba, las décimas, los contrapuntos improvisados…”.[4]

Esmeraldas siempre estuvo limitada para su desarrollo por la falta de comunicación vial, en aquellos tiempos por la década del 40, 50 no contaba con agua potable permanente, igual en cuanto a energía eléctrica, que dependía de una sola planta eléctrica, de allí que era frecuente que las familias se provean de lámparas de pretromax.

Qué felicidad para todos, especialmente para la chiquillada, cuando venía la luz eléctrica, la noche se volvía en permanente algarabía, gozo y felicidad, las calles se tornaban en verdaderas ferias, por el paseo de las familias por las calles, todos trajeados con los mejores vestidos.[5]

Sus estudios primarios los cursa en la escuela fiscal “Hispanoamericana”, más tarde asiste a la escuela mixta anexa al Colegio Nacional cinco de Agosto. Siempre tendrá grabado en su corazón la lección que diera el profesor Luis Alberto Moscoso acerca de la fe en la humanidad, del optimismo y la hermandad que debe el ser humano para con su prójimo.

Los estudios secundarios los realiza en el Colegio Nacional Cinco de Agosto, su belleza juvenil, su encanto natural y sus valores espirituales no pasaban desapercibidos y es elegida Reina del Colegio.

Con el afán de superación, de encontrar mejores oportunidades de aprendizaje, viaja a la ciudad de Quito e ingresa en el Colegio Nacional 24 de Mayo; vivió inicialmente en un convento regentado por monjas católicas, en una especie de dormitorios que acogía a estudiantes de provincia, para ofrecerles un aposento confiable y seguro; más tarde fue a vivir en la casa de la familia Muñoz Terán Varea ubicada en la calle Río de Janeiro y Juan Larrea. Se gradúa de Bachiller en el año de 1958 en la especialidad de Ciencias Filosófico Sociales.

Ingresa a la Universidad Central en la Facultad de Filosofía, Escuela de Biología; allí se encuentra con la poetisa Elva Poveda como compañera de aulas, personaje muy importante de la literatura ecuatoriana, quien en la actualidad trabaja en el Ministerio de Educación Pública en calidad de Asesora de la Educación del país.

En el año de 1960 participa en el certamen de Miss Ecuador en representación de su provincia Esmeraldas, su presencia fue llamativa, por su talle esbelto, su piel canela, por la delicadeza en sus facciones, pero sobre todo por su valor interior, su delicadeza, inteligencia, su carácter vivaz y espíritu luchador desde siempre; el jurado tuvo serios problemas, para elegir a la representante ecuatoriana, había mucha gente que la apoyaba, ya que impactó con su exótica belleza. Actualmente, en su casa de la ciudad de Quito se conserva un cuadro pintado al óleo casi de tamaño natural en donde se pueden apreciar sus dotes naturales, su esbelta figura en medio de diversos tonos de verdes a azul marino, su piel canela, en cuyo cuadro se perenniza la fiel representante de la mujer esmeraldeña.

En el año de 1962 se gradúa de bióloga en la Escuela de Biología de la Universidad Central del Ecuador y luego se prepara para contraer matrimonio con el destacado escritor, quien fuera nominado al Premio Nobel de Literatura 1998, Nelson Estupiñán Bass, autor de la novela “Cuando los Guayacanes florecían”, pocos casos como éste, en donde se cumple el adagio que el amor no tiene barreras, la diferencia de edad es notoria, 28 años. El matrimonio civil se realiza en la ciudad de Quito, el 2 de marzo de 1962.

No solamente fue una atracción personal, sino la circunstancia especial de encontrar en él, a un intelectual de muchos quilates y de paso, ya en aquel momento era el mayor exponente de la literatura afroecuatoriana de todos los tiempos. Nelson Estupiñán fue profesor de contabilidad del Colegio 5 de Agosto en Esmeraldas y compañero de cátedra de la hermana de Argentina, ese fue el nexo y comienzo de una relación que culminó en la conformación del hogar feliz, que a la postre sería la de dos ilustres literatos ecuatorianos.[6]

De su infancia ella recuerda a aquel hombre, a quien admiraba “al que conoció cuando ella era una niña de 11 años y “servía las colas en las tertulias culturales del grupo Hélice, que dirigía Nelson y que integraba mi hermana mayor”; ella no podría haberse imaginado el compartir 40 años de su vida con este maravilloso ser humano.[7]

Se establecen en la ciudad natal Esmeraldas con su esposo, este cambio de la ciudad Capital con Esmeraldas le impacta inicialmente, notó como nunca había notado, ¡cuán atrasada estaba su ciudad!, sin centros educativos progresistas, sin adecuadas bibliotecas de consulta, con poquísimos eventos culturales para crecer espiritualmente; sin embargo, poco a poco volvió a la realidad, una de ellas fue, la de cumplir a cabalidad con su rol de esposa; pero, el hecho de estar junto a un intelectual de grandes dotes, le sirvió para aprender de su tenacidad en la escritura, habituarse a la constante lectura. Este ejemplo determinó en su ser interno la necesidad de conocer más del mundo intelectual, aprovechó de la rica biblioteca a su disposición para leer permanentemente, todo tipo de literatura, aunque las biografías le fascinaban; también se interesó por la narrativa, la novela, la historia de su pueblo y sus raíces culturales.

Poco a poco fue tejiéndose la vida familiar con la venida de sus dos hijos Franklin Gustavo y Lincoln Patricio, cuando ello ocurrió su entrega fue total para cuidarlos y atenderlos en sus todas sus necesidades fundamentales.

Más tarde, cuando sumergida en los recuerdos recientes y lejanos, de la totalidad de su vida, amalgama de pensamientos con el recuerdo de su hijo Franklin, entonces como aguas de ríos interiores diría inspirada en el poema “La voz del río”:


Definitivamente,
fuiste agua
en tiempo sin medida,
en tiempo de júbilo
sin tregua.    
Agua que camina
mi misma historia
brota debajo de mis huesos.
Agua que nunca trajinó
en el olvido,
al contrario,
abre los diques del silencio
y se deja caer,
caer a toda prisa.
Asoma del amor y la palabra
y se convierte en río
para esquivar la tristeza.
Avanza
crece,
llena la ribera
hasta los bordes,
labra y labra la tierra
donde brotan arboledas.
Por él pongo las manos
en el fuego,
una y mil veces,
lo juro,
siempre estuvo colmado
de peces,
lunas y luceros.
Río que se fue ayer,
Hoy mismo.
¿Cómo? ¿Cuándo?
Silo siento en toda
mi estatura.



Todas sus manifestaciones son un cántico a la vida, de su corazón y mente surge esta declaración: “Nací en un lugar de la Costa, cuyo nombre jamás puedo olvidar. Ser esmeraldeña, entrañaba para mí cierto privilegio, vivir junto al río, cerca del mar, entre aquella celeste cenefa de palmeras que nos enseñaron a querer las alturas, era un don extraordinario, por eso ponía a mi provincia por encima de todas las querencias. Como oía decir que la tagua y el caucho de Esmeraldas eran los mejores del mundo, creí que mi tierra era la más mimada de la naturaleza. Me aferré a esta supuesta prerrogativa, y hasta llegué a creer que otorgaba valentía, donaire, ritmo, aptitud para el cuento y la décima y el baile, todo lo cual me grabó inolvidables complacencias. La solidaridad en el pesar y el júbilo son también su signo de Esmeraldas.

Un deceso se tornaba dolor para toda la ciudad, un matrimonio suscitaba alborozo general, un bautizo era fiesta de todos, un onomástico ensanchaba los círculos, la partida de un joven a Quito o Guayaquil hacía vibrar de alegría los corazones” (Chiriboga 1994a, 57, 58).

En su memoria quedaron grabadas las actividades de los habitantes de la pequeña ciudad, ciudad camino al desarrollo, Argentina cuenta: “La barraca, mi barrio, donde acoderaban los campesinos sus balsas y canoas, llenas de plátanos, aguacates, naranjas, mangos, caimitos, nísperos, chirimoyas, sandías, anonas, yucas, badeas, guanábanas, guayabas y cañas, tagua y caucho, los dos últimos comprados por la Casa Tagua, Vicente Yannuzzelli y Eduardo García, era el emporio alimentario de los cuatro mil habitantes que tenía en ese entonces Esmeraldas.

En las noches y los amaneceres, oía con deleite las voces montubias diciendo sus contrapuntos, coplas, décimas y cuentos del tío tigre y del conejo. Verlos echando humo con sus cachimbas y espantar los mosquitos con sus sombreros, admirar sus fornidos brazos y sus manchados pantalones a media pierna, era como ver un pedazo de selva. Ellos eran el eslabón entre la ciudad y el campo, puentes ambulantes entre lo mágico y real. Al escuchar sus anécdotas y sus leyendas, sus vivencias, sus versos y sus cuentos recién inventados, me sentía parte de ellos, solidaria, presintiendo acaso que estaba frente a auténticos narradores y poetas, matrices de la futura literatura esmeraldeña. En las lunas les influían mitos con tal vigor que era como si me pusieran al frente de sus fantasmas. Por ellos supe que “La Tunda” era una mujer estéril que secuestraba a los niños; conocí la astucia del Duende, el enano con el sombrero tan grande que le ocultaba al rostro y seducía a las muchachas para hacerles “cosas malas”; aprendí la bondad del Bambero con los animales y su sabiduría al defender los recursos de la naturaleza; oí los juramentos de haber visto un Buque Fantasma conduciendo los maldecidos amos con gruesas cadenas en el pescuezo; me enteré de la Cucuragua, una roca con dos caras, una mirando hacia la lejanía y otra con grandes colmillos. Estos son otros preciosos recuerdos que salvé de mi provincia y de mi infancia (Chiriboga 1994a, 58).

Tan solo en la edad de la reflexión, en el tiempo en que la persona puede mirar retrospectivamente su vida y la de su entorno puede valorar lo que Argentina nos cuenta cada vez de su gente y de su pueblo, ahora nos cuenta: “Estos campesinos negros y mulatos fortalecieron la economía urbana y activaron la alegría de la Barraca. Era placentero vivir, pues ella acogía también con los brazos abiertos a los cayapas, hoy “chachis”, que arribaban en canoas con canastos, abanicos, cinturones, canales, bateas y susungas.

Qué decir de las costumbres de la mujer esmeraldeña, que en calidad de mujer pudo adentrarse con más facilidad a ese mundo vedado a los hombres, a inmiscuirse en sus conversaciones, para conocer los murmullos de sus cuitas con sus posible enamorados, Argentina nos cuenta: “Aún veo mentalmente a sus mujeres con sus senos como capullos en el aire, sus cabellos lacios adornados con “invisibles” rojos, azules, verdes, señales de que eran novias, o buscaban marido. Dormían en mi barrio, que les ofrecía albergue gratuito; extendían sus petates, sus esteras y sus damajuanas en cualquier portal para disfrutar de reposos y sueños, arrullados por las corrientes del río y de los vientos” (Chiriboga 1994a, 58).

Si al momento dispusiéramos de fotografías del barrio, de las gentes, de los lugares en donde transitaban en la actividad diaria, no dirían lo que la memoria hecha palabra en la persona de Luz Argentina quien nos refiere que: “Mi barrio era poderoso caudal de la hidrografía negra de Esmeraldas, donde se cultivaban con gracia y en distintas versiones nuestra identidad: allí se daban cita el tapao, el cazabe, los tamales de gallina y de pescado, el punsandao, la baba barbona, el agua sucumba, las lisas enmechadas, el seco de guanta, los muchines de verde, yuca y maduro, los carapachos rellenos, el champús, la mazamorra y la leche dormida, preparados con la magia de la culinaria heredada del ancestro africano. Allí un enclave de África, no se discutían los problemas nacionales, parecía -¡sólo parecía!- no haber irrumpido aún el karate de la lucha de clases (Chiriboga 1994a, 58).

He recorrido los campos de la Provincia Verde, en las noches y los amaneceres; oí, deleitada, las voces ancianas diciendo sus cuentos, sus arrullos, sus décimas, sus coplas, sus refranes, sus dichos. Vi a negros y mulatos echando gozosos en sus cuarto, en las orillas, bajo los árboles y en las canoas, los humos de sus cachimbas y cigarros, o espantando zancudos o jejenes, con abanicos cayapas. Escuche sus memorias, palpé sus profundas miradas, admiré la historia de Esmeraldas en sus cabellos blancos, los vi deslizarse por la ceja del monte con pantalones a la rodilla y el machete al cinto; entonces sentí estar ante el verdadero corazón de Esmeraldas. Ellos, la gente del campo, son el eslabón entre la selva y la ciudad, la convergencia entre la juventud y la experiencia, el puente entre el embrujo y lo real.

Al escuchar sus cuentos y leyendas, sus anécdotas y consejas, me sentí orgullosa de ser esmeraldeña, pues ellos, los cantores y relatistas anónimos (algunos de ellos, analfabetos) son las matrices maestras de la literatura de la Provincia Verde. En sus labores agrícolas, lanzando la atarraya y el arpón como si arrojaran una jabalina, esquivando los tigres y las culebras o hamaqueando al recién nacido, remeciendo el piso de pambil con los sones de la marimba, el cununo y el guasá, me dieron la idea de un mural de Esmeraldas” (Chiriboga 1997, 7, 8).

Cuando se ha tenido una infancia feliz, los recuerdos del pasado vienen tan fáciles a la memoria, recabamos sus anécdotas, al tiempo en que ella se  encuentra en Europa, nos escribe tan espontáneamente contándonos: “Tuve una niñez muy feliz rodeada de mis hermanas y hermanos… Fui una gran admiradora del río Esmeraldas y que en noche de luna abría la ventana para mirarlo. Sabía montar a caballo, me subía a los árboles y aprendí a reconocer la infinidad mariposas, sus especies y variedades que en La Chinca, revoloteaban en todo el espacio de la campiña, muchas de ellas llevaban una especie de códigos en sus alas, letras, multitud de tonos de colores del espectro del arco iris. De la colación que me daban mis padres compraba los cuentos infantiles. Aprendí a patinar, nadar, pasear en bicicleta y que una ocasión caí a un barranco, desde entonces quise ser un pájaro”.[8]

“Un día, sin embargo, se lanzó a ese río de aguas profundas. Y encontró lo que había buscado desde siempre: un caudal de historias para contar”. (Vistazo 2006).

Pérez Pimentel refiere que por el año de 1968, le vino como inspiración la historia de un mono de circo que de tanto ver el acto de un maromero aprendió el arte de entretener, el dueño del circo perplejo al principio y luego con codicia pensando lo que significaba incorporar en un acto a un mono, pensó sacar mucho dinero porque eso representaba mucha atracción para el público; con el tiempo, de deshizo del maromero humano, pues ya tenía un mono que no le costaba un solo céntimo, pero por otro lado significaba mucho ingreso. Entonces, Argentina inspirada con aquello que ella decía “simple historia”, con minuciosidad recreo este relato de la vida real circense y posteriormente se lo leyó a su esposo, quien quedó gratamente sorprendido, a partir de ese momento, él supo en su interior que había nacido una literata, por ello, le recomendó lecturas que le ayudarían a mejorar su escritura, obtener un estilo literario y a caminar juntos no solo en la vida como esposo y esposa, sino como dos amigos con una misma afinidad e interés: la literatura, el bello arte de hacer del pensamiento hermosos paisajes, hacer poesía, escribir novelas, relatos. Caminaron juntos, pero cada quién poseedor de su propio estilo, de su propia característica literaria, de su propia personalidad.

Más tarde, llegaron bajo su natural inspiración diez poemas sociales que los conserva inéditos. Entre ellos, hay un poema dedicado a José Basurto, quien cayó abatido en una de las manifestaciones en contra de la Dictadura del General Guillermo Rodríguez Lara.

En el año de 1976, fue designada Presidenta de la Unión Nacional de Mujeres del Ecuador, filial Esmeraldas, institución a la que ha contribuido mucho con abnegada labor, porque ante todo es una mujer luchadora por los derechos de la mujer ecuatoriana en general y de modo particular de la mujer afro-descendiente.

Un año después, inicia la saga de poemas dedicados a la ecología con el tema de la conservación, tejiendo palabras con elementos de la naturaleza y creando doscientas coplas octosilábicas, con el título de “Las voces de la vida”.

Como literata es pragmática y consecuente con su filosofía en la defensa de la mujer, en cuanto a la violencia y al maltrato; en su investigación “La música popular y la mujer”, hace notar al lector con cuanta ligereza se usan palabras y frases peroyativas en alusión a la dignidad de la mujer, este artículo se publica en la Revista “Cultura” publicación del Departamento Cultural del Banco Central del Ecuador en el año de 1981. (Chiriboga 1981, 357-369).

En este proceso de enriquecimiento intelectual, cultural y social a través del camino de la vida, la vemos participar en reuniones internacionales como en el año de 1983, cuando asiste al Congreso de la “Cultura Negra” y luego en la ciudad de Panamá. Con estas experiencias se inicia los primeros bosquejos de la novela “Bajo la piel de los tambores”, libre ya de los quehaceres universitarios al momento en que egresa de la Universidad Central del Ecuador.

En el año de 1986, presenta el cuento “El Cristo de la mirada baja”, en un Concurso de Relatos, que le hacen merecedora al Premio “José de San Martín” en Buenos Aire s Argentina.

Hizo amistad con los escritores Iván Egüez y Raúl Pérez Torres quienes conocieron los originales de la novela “Tambores bajo mi piel”, les encantó la obra y fue motivo para que se uniera al Taller de Literatura que la mantenían aquellos escritores y muchos otros en la Casa de la Cultura Ecuatoriana.

Y es precisamente Raúl Pérez Torres quien hace la introducción de la obra y escribe: “Acabo de leer en originales la primera novela de Luz Argentina Chiriboga, “Tambores bajo mi piel”, y me ha emocionado la madurez literaria alcanzada, por alguien que compartió conmigo tantas horas, obsesionada en el manejo de la palabra.

Y es que esta novela brota como un torrente, donde el ejercicio de la memoria, el rigor en la utilización del lenguaje, la voz de los personajes que crean una armonía multiforme, nos van entregando con audacia y desgarramiento, la vida de una muchacha que viene a estudiar a la ciudad, las vicisitudes, desdichas y esperanzas que se plantea, las contradicciones y las dudas que debe absorber dentro de una sociedad pacata e hipócrita que se maneja con un código de relaciones diferente.

Un colegio de monjas, donde bajo una simbología bien tratada, se traduce el poder, su tiranía y sus desafueros, pero también la rebeldía de esta mujer costeña, bella y diáfana, reflexiva y loca, timorata y violenta, que ha vislumbrado) justamente en su primer viaje a la ciudad, a loa metrópoli) la imagen del hombre nuevo, un hombre que viaja en el mismo carro junto a ella, cuyas palabras le impresionan sobremanera y la marcan en su reflexión posterior sobre los hechos sociales. La imagen de ese hombre volverá continuamente en un ritornelo interesante que subyace en el texto y que finalmente nos permitirá conocer su misteriosa identidad.

El che Guevara, un Che Guevara de los comienzos de su carrera política y revolucionaria, un Che Guevara que se estaba nutriendo del conocimiento de nuestros pueblos, para luego extender su generosa valentía e inteligencia por toda nuestra América”.

“La novela, pues, contiene un universo humano, porque los héroes de novela, como ya alguien lo dijo, nacen de las nupcias que el novelista contrae con la realidad.

Novela de buena intensidad, en la que el proceso de crecimiento, el proceso dialéctico de los personajes, deja entrever una gran perspicacia psicológica y nos replantea las relaciones de amistad, de amor, de admiración y de desprecio. Novela que recoge también un momento convulsionado de nuestra historia, una pieza más en el rompecabezas histórico que los creadores escriben como homenaje para su pueblo” (Chiriboga 1999a, 9, 10).

La mencionada novela “narra la iniciación de una adolescente costeña en los embriagantes ritos del deseo, la sensualidad, el amor y el sexo. Interna en un Colegio de monjas de la capital, se abre paulatinamente a la experiencia de la hipocresía de la sociedad y a los secretos del idealismo guerrillero. Sus sueños de amor y de liberación se esfuman al volver a la costa. La realidad triunfa. La hembra se convierte en mujer sensata; la idealista, en mujer dorada, con lo que esta novela se transforma en una parábola del desencanto de la mujer del campo costeño, oprimida por los prejuicios raciales, la tradición y la estrechez cultural de esa periferia, según acertadas frases de Simón Espinosa”. [9]

Del poemario “Diáspora”, Julio Micolta Cuero nos ofrece estos comentarios: “Por los caminos de Esmeraldas, se puede llegar al descubrimiento de parajes que alimentan las retinas visionarias de los caminantes, con la riqueza de loa realidad maravillosa que se presenta vivificante y transmisora de indecibles aportes. Es introducirse en el espectáculo de la belleza creativa, y ser partícipe de una espectral cosmovisión de encantamientos y de aventuras que conjuntan leyendas, hechos, aforismo y aquelarres, aspectos muy genuinos de nuestra tierra”.

Para culminar con su apreciación literaria diciendo que Argentina Chiriboga es una “brillante reseñadora de las huellas de los vendimiantes de los tiempos, puestas a la vista del lector como una entrega frutecida e intrínsecamente espiritual, para el disfrute a plenitud en este reconfortante recorrido” (Chiriboga 1997, 8, 9).

En esta obra “Diáspora” podemos detenernos en una décima y ver el espíritu humano, guerrero y rebelde, a la vez alegre del afro-descendiente, pero sobre todo conquistador de sueños:


El Poderoso

Glosa

Si el gobierno no me estima,
Yo me doy lo que deseo,
Me lo altivo y me lo alceo,
Por Dios me lo voy encima.


I

Yo le declaro la guerra
Con todita mi familia, le tiro con escopeta,
con machete, palo y piedra,
lo ataco con las avispas,
por ser hermanos del viento
y que no me haga desaire,
porque mi espalda es la espina,
voy a remover la Tierra
si el Gobierno no me estima.


II

Yo le ataco por la tierra
con toda la infantería,
estos son elefantes,
tigres, leones, panteras,
las congas y los tembanes,
el batallón guansagul,
también saldrá la tortuga
con su garbo y condongueo,
pues que no busque ajetreo
yo me doy los que deseo.



Su aporte a la cultura negra es notorio, ha entregado toda su vida para que las costumbres no se borren de la memoria de los pueblos afro; publica la obra “Palenque”, la misma que es una recopilación de todas sus “Décimas”. David Andrade refiere que “Luz Argentina Chiriboga, (es) una apasionada luchadora por la cultura popular que ha sabido ganarse a pulso un sitial de honor en las letras del Ecuador. Este Palenque que nos regala, es un sitio lleno de ritmo, de color, una propuesta creativa de enorme significado e indudable trascendencia”.

El mismo introductor de la obra como quien hace una especie de “rumor de palabras” nos ofrece más comentarios: “La noche siembra negros presagios en la espesura, el leve resplandor de las estrellas deja entrever apenas las formas vegetales mientras en la distancia se escuchan voces dispersas que se comprimen y se entreveran en un crescendo armónico y musical.  Se eleva, por ejemplo, la voz apagada de un anciano que con voz cansina desgrana todo el acervo de la memoria colectiva; le sucede el cantarino tono de una muchacha, jolgorio pleno de rima y tentación; viene luego el acento recio del payador famoso, del experto en requiebro y el contrapunto, del memorioso capaz de estremecer, deleitar y embelesar a su auditorio. Más tarde, mientras los fuegos fatuos de la candela agonizan lentamente, vuelven a sonar las voces de los ancianos, lamentándose de los tiempos idos, rememorando épocas más felices.

Y en el medio de todo, reina de la noche y la memoria, la décima, esa forma e hacer poesía desde lo más íntimo de la cultura afro americana.

No existe en la creación literaria popular algo tan musical, tan auténtica y tan ligada al sentimiento colectivo como la décima, hija legítima del romance y el candombé, heredera de la palabra castellana tanto como de las leyendas fantásticas del África profunda.

Hablar de la décima es hablar de entonces de emoción que nos ha sido legada y cuya perdurabilidad está ligada a los trovadores de pueblitos y caminos, tanto como a los estudiosos de la cultura popular y a los creadores que intentan encontrar en ella una forma más auténtica de ser y pertenecer” (Chiriboga 1999b, 119).

Ahora, ya podemos entender porqué Argentina Chiriboga, quiere en sus trabajos literarios resaltar las vivencias de la gente del campo, que no se pierdan, quiere más bien perennizarlos en sus obras y que se constituyan en un aporte para la cultura ecuatoriana. En las Décimas se traduce el sentir de la sabiduría popular, revisemos este segmento literario:


La Herencia

El papá de mi papá
anda dentro de mis venas,
él me entrega a manos llenas
su enseñanza desde allá.
Advierto que él me amarca
y me aconseja con tino
que ande recta en el camino
hasta que llegue la parca.
Luego mi abuelo se embarca,
viaja de aquí para allá
y sigue para acullá
demostrando su inquietud,
y exhorta a la juventud
el papá de mi papá.
Mi viejo afirma la creencia
de una nueva esclavitud
en toda su latitud,
lo dice con experiencia.
El habla de una potencia
que con voces muy serenas
nos ha impuesto cadenas.
Mi abuelo fue color brea
y aunque no lo vea
anda dentro de mis venas.
El a mí me vió nacer
y me tuvo en su regazo,
me dio más de un abrazo
feliz porque fui mujer.
fue a Yemayá a agradecer
con orquídeas por docenas
para que viva sin penas.
Desde su gran lejanía
ora a Ochún con alegría
él me entrega a manos llenas.
Mi abuelo fue muy bembón,
tenía la nariz ñata
veo bien que se retrata
en su nieto de Borbón.
A él le gusta el bolón
como a mí y a mi papá,
se ve que el abuelo está,
todavía con nosotros
pues da también a los otros
su enseñanza desde allá.



Fabián Vallejos anota sobre la misma obra “Palenque”, que: “Leer Palenque es adentrase vibrantemente en el complejo universo de la tradición oral latinoamericano y más exactamente en la cultura afro-americana que desde el comienzo de la Colonia se fue desovillando en nuestro Continente.

La décima forma parte de esa rica tradición oral y al mismo tiempo de nuestro patrimonio literario y en esta ocasión, Luz Argentina Chiriboga traslada musicalmente a sus lectores a ese fantástico, increíble, misterioso y vivencial universo de la décima y a través de ésta a la atmósfera de la esclavitud de aquellas épocas como lo citan los siguientes versos:



A mi me causa dolor
recordar esa desgracia
la mendaz plutocracia
que tuvo el conquistador



Las décimas de Luz Argentina Chiriboga relatan historias verdaderas, con personajes reales y lo hace con solvente dominio de la métrica, el ritmo y la rima, eso nos confirma que en sus venas corre la sangre de los decimeros de antaño que con el transcurrir del tiempo han ido desapareciendo, dejándonos como un hálito de magia y de suspenso” (Chiriboga 1999b, 119).

Las Décimas tienen un profundo sentido de la sabiduría popular, la filosofía del pueblo inmersa en la discriminación de una sociedad que no les da la oportunidad para que se desarrollen, progresen; sin embargo, esa lucha de siempre, se traduce en alegría, buen humor y sabiduría de vida. En el poema “La Negritud”, vemos el orgullo de la raza, el sano orgullo y la altivez del ser humano, seguros de sus dones y talentos, demuestran lucha y pujanza en medio de este mundo egoísta y mezquino; la contrapartida por otro lado quiere desconocer que el sol alumbra a todos, quiere negar que cada ser humano es tan diferente con cada ser humano, aún con su propio hermano, quiere desconocer que cada cual es un tesoro precioso ante los ojos de Dios; pues, El hizo al ser humano con diversidad física, pero con igualdad espiritual, el Creador los hizo a su imagen y semejanza.

Los siguientes versos nos habla de las abuelas detentadoras de la sabiduría popular, que “/avanzan abrazadas y con fe en la Negritud/”, que mirada alentadora para una sociedad justa que “/guían a la juventud/ con fulgor en su mirada/”, nos regalan una enseñanza de “/fraternidad/ cariño amor y conciencia/”.

Décimas que también nos traen, lo que no puede perderse de nuestra memoria, la historia aberrante de su desraizamiento de África, de su familia, de su cultura; en su obra no deja de mencionar el tormentoso tiempo de la esclavitud,  Luz Argentina lo llama “Un caso descomunal, /tal vez desgracia mayor/ que ocasionó el agresor/ con su terrible falacia./ Evocar esta audacia/ a mi me causa dolor”.

Otro de los grandes de la poesía ecuatoriana es el médico psiquiatra Euler Granda Espinosa, natural de Riobamba; este personaje sabe saborear el infinitos mundo de las letras y hace una apreciación de la obra “La contraportada del deseo”, que Argentina la publica en 1992. Euler Granda se expresa así: “Saltar desde las palabras diarias parra llegar a esa aventura indecible que es el fenómeno poético, implica un múltiple adentramiento en la fonética, en el lenguaje, en el pensamiento abstracto, en fin, en la realidad existencial de la persona.

El poeta: es prestidigitador al cual le es dado a improvisar al mar desde la manga de su saco y redescubrir el nombre de las cosas, transcurre por los días con los espejos ustorios de sus ojos vueltos a sí mismo y hacia el mundo. Donde el común de la gente no ve más que objetos y animales mortales que bailan o no bailan, él ve los entresijos de la luz y la sombra, los lados flacos de la muerte. En su voz, la piedra aún caliente del recuerdo se transmuta en géiser y vuelve a estar vigente aquello que se llama taumaturgia”.

“Argentina Chiriboga, definitivamente, ha tomado por el atajo de la palabra luminosa. Si antes fue el relato hoy se ha dedicado a cultivar la poesía. Y cuando lo hace, qué duda cabe, a leguas se percibe el vaho de su rememorada tierra de Esmeraldas.

Tal vez, sin proponérselo, Argentina Chiriboga, cuando hace poesía, logra construir todo un entorno mágico, alcanza a crear un ambiente humano en donde el hombre se consubstancia con la naturaleza e insistentemente husmea sus orígenes.

En estos ajetreos identificatorios no podía faltar como testigo el mar antropomorfo, el mar dador de vida y guardador de secretos, el mar erotizado.

La palabra poética posee una increíble cualidad procreadora y multiplicadora, y sabedora de ello Argentina Chiriboga, mediante un lenguaje translúcido acierta a levantar metáforas barrocas, esguinces coloquiales, férvidas expresiones que dan margen para que corra libremente el río vivencial de sus poemas.

El litoral, la selva, el viento, la marimba, la tierra y sus consejas, puntualmente concurren a su llamado lírico y se congregan en torno a su palabra. Y allí está la ría tocando sus guitarras, allí agosto remando sus canoas, el faro allí con su ojo insomne, allí su sangre yendo y viniendo y borbotando por los vericuetos conflictuales, allí su búsqueda en pos de la belleza creativa“ (Chiriboga 1992, 1, 2).

Luz Argentina Chiriboga, utiliza una figura literaria para hablar de su identidad, habla su cabellera, bajo la musicalidad del tambor, su cuerpo arde en la cadencia de la danza, Para en lujurioso movimientos hacer relucir su origen africano con la característica crespa cabellera, hebras de ébano que hablan de su código genético, profundidades del mar, de donde sale el eco para descifrar las tradiciones contadas de sus abuelos.


Suelta mi trenza
para que dance
en el mojado viento…
Vuela, bailotea,
con asustadas alas
y al revolotear
revela su origen africano.
Mi cabellera crespa
trae un furor,
un oleaje,
un ancestro
que viene desde lejos.
Aquel brillo tan negro
arrastra códigos milenarios.
Detrás de estos rizos
con su voz quebradiza
asoman mis abuelos.


Sus poemas, coplas y décimas siempre están bañadas del componente de la cultura africana, en cuyos remotos tiempos, pervivían con la constante relación de sus múltiples dioses, dioses paganos dueños de cada parte de su vida diaria; el ritmo y la cadencia en baile acompaña al negro en su despertar, su trabajo y descanso, Orisha para Luz Argentina en su poema es el creador del ritmo y de este instrumento: el tambor.


Orisha creó el tambor
en raptos de inspiración,
todo en él es perfección
no hay instrumento mejor.
La palabra fue entregada
a tan divino instrumento
para que en todo momento
sea la voz perfeccionada.
Su cadencia va abrazada
con reiterado vigor
a todo lo que es amor.
Este instrumento bendito
es ritmo del infinito,
Orisha creó el tambor.


Ha sido muy comentada su obra en el exterior, Miriam DeCosta-Willis, la primera PhD Afro-americana de la Universidad Hopkins se refiere sobre la novela histórica “Jonatás y Manuela”, que está enfocada en el rol de la mujer afro-descendiente en la transformación de la historia hispanoamericana. La novela es también importante porque participa en la discusión intelectual sobre la esclavitud, iniciada en la década de los setenta y ochenta por las escritoras negras a través de la América.[10]

Del editor de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión, extractamos este comentario a la obra mencionada anteriormente: “Novela desajada de algún rito africano, que ensalma y exhuma los orígenes de la negritud en Ecuador, para luego centrarse en la presencia vivificadora de Joanatás, la esclava que, como una paradoja del destino, acompañó toda la vida a Manuela Sáenz, la libertadora del libertador.

En estas páginas encontramos el pulo y la cadencia de una escritora que lleva en sus venas, los misterios del yoruba, pero también la condición siempre expuesta de una sensibilidad que aborda con límites de erotismo de las mujeres”(Chiriboga 1994, 174).

La misma autora norteamericana, publica parte de su investigación sobre la literatura afro-latina y afro-americana “Hijas de la diáspora: escritoras afro-hispanas en 2003, en cuya obra Argentina Chiriboga contribuye como co-autora en un capítulo.[11]

Rosemary Geisdorfer Feal de la Universidad de Rochester en su investigación sobre las poetisas afro-hispánicas en la obra “política e identidad”, se refiere a Argentina Chiriboga, quien publica el poemario “La contraportada del deseo” que “se centra en el cuerpo negro como lugar donde la noción del ser puede cristalizarse o encarnarse…”. “ …se detiene largamente en los deseos particulares de la mujer, trascendiéndolos sólo cuando el calor de la tarde ha dejado sus huellas en un cuerpo letárgico, o la pasión amorosa ha recorrido la tierra del fuego femenina, o las ondulaciones de una mujer que baila se han reflejado en los ojos de los espectadores. Algunas de sus imágenes poéticas podrían haber sido tomadas directamente de la poesía negrista que explota la ya familiar descripción de la mujer negra como figura exótica: la bailadora supersensual, hechizadora, primitiva y frenética, como la describe Ann Venture Young ( ). Y algunas de las metáforas que emplea Chiriboga son de naturaleza bastante convencional: el cuerpo como geografía («tu aliento enciende/ mis cálidas bahías», ( ), o como producto comestible del trópico («este manantial… huele a mangos», ( ); «ábreme la blusa/ para que salten mis almendras», ( ). Tales figuras poéticas, no obstante, encarnan lo femenino y abrazan lo afro-céntrico en claro desafío a estereotipos raciales, en un posible afán de reclamar esa expropiada sensualidad y deseo por medio de la danza, la música y otras prácticas culturales”.

“Llamándose «un eco de un eco», el yo del poema siguiente apoya su sentido del ritmo y la musicalidad en sus raíces ancestrales; de este modo se une espiritualmente a su pasado africano a través del movimiento corporal:


Nada más que una marimba,
un guasá, un bombo
y la astilla de un grito
para poner el cielo
al nivel de mis pies.
Sube un temblor
asentado
en la raíz misma
de mi ancestro ( ). [12]


“La sensualidad por tanto aparece como don de las deidades africanas, las cuales dotan a las mujeres negras de poderes mágicos que ellas, a su vez, desencadenan a su gusto. Poseídas por los espíritus ancestrales, estas hablantes primero se dedican a conocerse a sí mismas («Me conozco al derecho/ y al revés») ( ) y luego se ofrecen a sus amantes:


Con tu llave maestra
abre mis signos inverosímiles,
barájame como tu naipe
para el póker. ( ).


El cuerpo femenino, red de signos, revela también las cicatrices de la esclavitud, tal como se ve en el poema siguiente:


La risa de mi cara negra
delata la presencia de todo lo pasado.
Me río de mi misma
cuando un ruido
de cadenas y látigos
anda de nuevo en mi memoria ( ). [13]


“El yo poético de Chiriboga no olvida su pasado, pero al mismo tiempo trasciende esas cadenas históricas por medio de un abrazo glorioso del presente abrazo sexual, sin lugar a dudas”.

“La identidad afrohispánica en Chiriboga se establece a través de lo corporal, cuando la poeta habla de su patria y de su nombre: «Yo, mitimaes,/ Esmeraldas, te quiero, te quiero contra ausencias,/ olvidos y nostalgias» ( ). Hija que se proclama exiliada »Dicen que me fui», la hablante reafirma, por otra parte, su nexo visceral a Esmeraldas, la tierra materna, a la que describe como «un río/ que atraviesa mi sueño» ( ). Además, Chiriboga invoca su propio nombre cuando afirma:


Me diste la punta de tu ovillo
y en vez de Penélope
hallaste una Argentina
y desembarcaste
en mi tierra del fuego ( ).[14]


“Esta alusión geográfica de doble sentido revela la identidad específica de la poeta. Este poema, junto con dos más que le siguen, pone final a La contraportada del deseo, marcando así de modo explícito una auto-referencia: una declaración definitiva de lo personal, lo autobiográfico. Chiriboga desafía al tiempo en el penúltimo poema:


mentira que el tiempo
me haya tornado
eco de mí misma,
mentira que el tiempo
me haya gritado
Ekuambé, Ekuambé,
Luz Argentina» ( ). [15]


“El yo poético, renacido gracias al deseo, permite que el explorador del poema final, dedicado simplemente «A Nelson,» la conquiste en un encuentro mutuo: «mi piel tiene grabados indelebles/ tus puntos cardinales» ( ). El cuerpo femenino como signo traza los caminos del deseo, muestra las huellas de los amantes que han pasado por sus trópicos y revela, en fin, los espíritus ancestrales que ella lleva en la sangre y el corazón. Los poemas de Luz Argentina Chiriboga reclaman a la mujer negra sensual no sólo como imagen u objeto de la lujuria masculina, sino también como sujeto femenino capaz de imaginar y de desear a su vez. Por tanto, Chiriboga, como un Narciso transformado en mujer negra, se contempla en el espejo poético para retratar figuras femeninas resistentes a las opresiones racistas y sexistas que han abrumado a otros poetas. Y protege la identidad incorruptible de la renacida mujer afrohispánica, quien se posee a sí misma y se entrega en libertad”.[16]


Cuando miro hacia atrás
y veo tantos negros,
cuando miro hacia arriba
o hacia abajo
y son negros los que veo
qué alegría vernos tantos
cuántos;
y por ahí nos llaman «minorías»
y sin embargo
nos sigo viendo
Esto es lo que dignifica nuestra lucha
ir por el mundo y seguirnos viendo,
en Universidades y Favelas
en Subterráneos y Rascacielos,
entre giros y mutaciones
barriendo mierda
pariendo versos. ( ).[17]


En su poesía, se vislumbra la realidad étnica universal, Argentina ya no puede hablar a estas alturas de la pureza étnica africana; ahora, ve la realidad de pueblos negros que en amalgama genética han provocado una resultante “una diversidad” dentro de una sola raza, la humana, sea cualquiera su color de piel, somos amasados en la savia vivificadora de la nueva poblacional ecuatoriana.

Estudios científicos de la genética poblacional nos ha permitido reconocer, que hoy  hablamos con propiedad que tras el color de la piel se perfunde el cruce genético del blanco, del indio y del negro. Qué maravillosa realidad, crear una nueva conciencia para llamarnos hermanos, todos hermanos de sangre; porque, hermanos de espíritu lo fuimos desde el comienzo de los tiempos. Por eso, Argentina, dice: /hemos roto las fronteras impuestas/ mis hermanos indios/ mis gemelos negros/.


El africano que despierta y canta
es el que habita mi cuerpo
es el que recorre la América mestiza
cargando cocos, semilla y tiempos
hemos roto las fronteras impuestas
mis hermanos indios
mis gemelos negros,
somos la gran mayoría en pie;
fíjate bien, que no te confundan
los slogans,
es siempre el mismo africano
solidario y cimarrón
el que sobre el camino encuentro.


Navegando en Internet, gratamente nos percatamos de un segmento de audio Internet, para darnos cuenta que a nuestra literata se le conoce mucho más en el exterior que en su propio país y se escucha:

“Sin duda una de las más conocidas autoras afro-hispanas es Argentina Chiriboga. Ella es de Esmeraldas, Ecuador, quien es narradora, ensayista y también poetiza, su más reciente novela es “Jonatás y Manuela; su primera novela salió en 1991 y se llama “Bajo la piel de los tambores”, Chiriboga trata muchos temas en su poesía entre ellos se encuentran las tradiciones africanas de su país y la sensualidad del cuerpo femenino”.

Cuando la amistad se la cultiva a diario, con el cruce de frases, en las conversaciones amenas, cuando se aborda todo tipo de temas, con el aporte de pensamientos espontáneos; se va edificando el conocimiento de la persona integral; solo de esta manera podríamos percibir con fidelidad lo que ella piensa de sí misma:

Me cuenta espontáneamente y percibo cómo desnuda su alma: “Soy una escritora que evito encasillarme en un solo aspecto de la vida, escribo por diversos motivos: para alimentar mi espíritu, para hacer conocer los problemas y los valores de la cultura afro; para reafirmar mi identidad, para reír y comunicarme con el mundo”. [18]

Continuando en estas susceptibilidades internas quiero ir más allá de la escritora, recabar en sus adentros, sobre lo que piensa de la mujer de este tiempo; sabemos que el aporte de la mujer en el mundo actual es cada día más saludable en la sociedad, con su presencia en todos los campos del quehacer humano; la visión femenina indudablemente da un ingrediente de sabor a la vida, estimula al hombre a la superación y a la sana competencia. Argentina ve a la mujer: “en continuo crecimiento, y tiene, por fortuna, la voluntad de ser mejor cada día, superar las taras del sistema patriarcal”.[19]

La mujer, fue creada con todos los elementos biológicos que el hombre, así, ella, en un medio de oportunidades ha demostrado tanta sensibilidad, tanta sutileza; ahora, el mundo se está acostumbrando a tener la visión que la mujer nos ofrece con su enfoque especial, por ello, Luz Argentina dice:

“La mujer se está acostumbrando a ejercer su voz y a que se le escuche. Situación que varía según en el país en que vive. Desgraciadamente hay diferencias entre los países del Primer Mundo. Estos Gobiernos protejan a la mujer y ningún abuso contra ella queda en la impunidad. En nuestro país el trato que el hombre da la mujer en el hogar, es un síntoma de lo que sucede en la sociedad integral; depende de los valores sociales, espirituales y éticos de cada individuo”.[20]

Y hablando sobre los logros, los cambios que en la sociedad se han suscitado con la incorporación de la mujer en la vida de la sociedad ecuatoriana en este siglo XXI, nos refiere: “En el siglo XXI no podemos hablar de géneros como categorías de análisis de la realidad sobre la que se asienta la convivencia de los seres humanos. Esta realidad no es bipolar, y, muchos procesos van adquiriendo otros contenidos históricos con los que se ha conseguido en forma progresiva, libertad, educación, salud y una mejor calidad de vida para la mujer, lo que favorece al desarrollo de la sociedad ecuatoriana y capacita a la mujer para poder ejercer el poder político”.[21]

Como complemento planteamos la siguiente interrogante, ¿Qué le hace falta a la sociedad para lograr una equidad de género en el ámbito familiar, social y político?  Y Argentina Chiriboga nos da su parecer: “Hace falta un cambio en el sistema político; el actual tiene los vicios del sistema feudal”.

Viene entonces, de repente como luz que alumbra la razón a nuestra conversación: ¿Qué significa ser mujer? entonces veo que me encuentro frente a la poetisa que inspirada dice lo que siente en su fuero interno: “¿mujer? Digo selva, encrucijada de savia, digo mar, pedestal, buganvilla, verso, inventada paloma. Y me detengo a pensar en nosotras. Cuando pienso en nosotras penetran a mis ojos arcos y torres. Torres y arcos levantados con nuestros puños”.

¿Cuál debería ser el principal papel de la mujer en el mundo? “Desempeñar el mismo papel que tiene el hombre, amar a su prójimo y procurar ser útil a la humanidad”.[22]

El mundo actual vive una suerte de lucha por los Derechos Civiles, unos que pregonan desde una perspectiva, el detrimento de los derechos humanos de otros; el tema del “aborto” es un asunto muy discutido hoy en día y lo será por la eternidad, mientras el hombre exista en el mundo; con argumentos forzados se opina que la mujer debe decidir sobre su cuerpo; otros que, debe respetarse el derecho a la vida, que donde terminan los unos, comienzan los derechos de otros.

A una activista de los Derechos de la Mujer nos interesaba preguntarle acerca del aborto, tema tan espinoso que involucra desde luego no sólo a la mujer, sino al hombre y a la sociedad en la que vive: nos comenta que la iglesia católica quiere que se restrinja el aborto por malformaciones fetales y nos dice “yo estoy de acuerdo con esta posición”; más nos informa que en este mismo momento (marzo del 2008), el Consejo de Europa defiende que el aborto es un derecho.

Nuestra opinión es que nadie tiene derecho a tomar la vida de otro ser humano; ya que con el avance de la medicina y su tecnología, no sabemos que nos espera para los buenos resultados de tratamientos de las enfermedades genéticas y malformaciones; si se tratad del aborto por violación, sería la mayor de las aberraciones humanas, pues en última instancia, puede haber una familia que acoja a esta criatura no deseada en un programa de adopción, pero que sufra un inocente, por el error de un maniáltico no puede constar en la ley una justificación para la muerte (infanticidio).[23]

Otro de los temas tabú, en todas las sociedades y de todos los tiempos en la historia de la humanidad es el racismo, siendo como es ella, miembro de una Organización en pro de la defensa de la mujer negra, le pedimos que nos comente al respecto: “Desde la Revolución Francesa, se planteó la necesidad de que todos los ciudadanos y ciudadanas  gocen de los mismos derechos sin distinción alguna, sin discriminación  de ninguna clase, sin embargo, palpamos tremendas desigualdades. El sistema social del Ecuador ofrece toda clase de prebendas a los blancos y blancos mestizos”. Con esta expresada verdad, viene a mi mente la frase de Henry Commager: “Destruimos la esclavitud, pero no el racismo”.

Vemos paradójicamente, que aunque la sociedad se encuentra más evolucionada, con muchos recurso tecnológicos, todavía se lucha por la equidad e igualdad de oportunidades para todos los seres humanos sin diferencias raciales y aunque la Constitución rece este dogma de igual e equidad, en la praxis no se da cumplimiento a la ley.

Pertenece a la Corporación Sociedad Amigos de la Genealogía desde hace varios años, husmeando en el pasado las raíces de la historia social; y ella refiere respecto a la utilidad de esta rama de la Historia Social: “Confieso que el estudio de la genealogía me ha acercado al corazón de la gente y a sus sueños. He comprendido que el decurso de la humanidad, aunque tiene el origen común, ha marcado distintos rumbos a la historia. De ellos provienen los diversos pasos que hemos dado y seguiremos dando en nuestro caminar sobre la tierra.

De mis contactos iniciales con la genealogía, he comprendido la responsabilidad en el manejo de los datos y la necesidad de la búsqueda de hilos que otrora fueron factores en el devenir de la colectividad. La genealogía, vigorosa y real, proyecta el corazón, la inteligencia y la acción de las generaciones.

Refleja el fruto de la  mentalidad de un pueblo, los sufrimientos, los anhelos de las familias y la fidedigna versión de los hechos ocurridos en una determinada época. A través de la genealogía es posible aprender el panorama de los países, es posible seguir trayectorias políticas, económicas, culturales y sociales. Conociendo las familias, su descendencia, sus episodios y facetas podemos restituir nuestra historia.

Este campo es para mí un testimonio de la relación existente entre la historia y sus pilares: la geografía, la biología, la genética, la antropología y la filosofía porque tienen su base en el ser humano y sus realizaciones” (Chiriboga 1996, 10). De su trabajo de investigación histórica social “Raíces africanas en la nacionalidad ecuatoriana”, nos refiere que durante 350 años arribaron al Continente americano barcos negreros con alrededor de diez millones de seres humanos a los que se les quitó la libertad de pensar, de superarse, se les obligó a convivir en condiciones infrahumanas y nos relata cual ha sido el aporte de esta grupo humano en el desarrollo de la economía religiosa, cual fue su aporte en las luchas libertarias de la Independencia, en la explotación de las minas de oro, su aporte en la revolución liberal; y aparte de esos sinsabores de la vida, mantuvieron de sus ancestros el ritmo musical y la alegría en medio del dolor utilizando “la marimba, el bombo, el guasá y los tambores para bailar el torbellino, la agualarga, la caderota, la fuga, el fabriciano, la cumbia, el berejú”, todos ellos de auténtico sabor africano (Chiriboga 1992).

Su aporte a la genealogía trae un inusitado manjar al paladar con el tema “La genealogía de la comida africana”. “El Ecuador es un país multiétnico y pluricultural, constituyéndose la cultura afro esmeraldeña en algo muy especial. Cuando preparamos el “encocao”, el “punsao”, el “cazabe” y otras recetas, robustecemos nuestra identidad y unimos con afecto el pasado con el presente.

Al revisar la historia encontramos testimonios de que el comercio de esclavos africanos en el Continente americano cubrió un período de casi cuatro siglos y constituyó el mayor transplante que registra la historia universal. Nueve y medio millones de africanos fueron desarraigados de África para realizar en América sembríos de caña de azúcar, café, tabaco, algodón, cacao, arroz y patatas y búsqueda de oro y plata. Algunos esclavos al obtener la libertad, se incorporaron a las actividades productivas de las sociedades americanas.

Con la trata comenzó el proceso de aculturización, basado en el reemplazo de algunos valores de la cultura nativa por otros foráneos, modalidad inherente a toda forma de explotación colonial. Pero la desculturización total es imposible porque existen formas culturales que al explotador le interesa conservar, pues contribuyen al mantenimiento de su hegemonía. Entonces las clases dominadas buscan refugio en sus valores culturales autóctonos para sobrevivir y afirmar su identidad. Por esto es que no sabemos con precisión, cuanto pudieron salvar los esclavos o perder en la diáspora.

En la alimentación intervienen elementos naturales, sicológicos, religiosos y costumbres arraigadas, patrones culturales que se conjugan en la preparación alimentaria. Algunas de nuestras recetas y hábitos tienen raíces africanas, especialmente en aquellas regiones donde se levantó plantaciones, en las que la fuerza de trabajo esclavizado fue masiva. Seguir las huellas de las preparaciones y los nombres de las comidas son las finalidades de este trabajo…” (Chiriboga 1996, 14-18). Es un buen estudio sobre el arte culinario, por ejemplo algo típico es el bollo hecho con plátano, las comidas con coco y plátanos cubiertas con hojas de la misma planta, nos dice Argentina, conservan las raíces de la diáspora. Además añade: “Nuestras comidas típicas comprenden códigos de la cosmovisión afro esmeraldeña, ya que la manera de saborearlas tiene relación  con la forma de ser y sentir la vida” (Chiriboga 1996, 14-18).

Su esposo, Nelson Estupiñán Bass, laureado poeta esmeraldeño, nos tiene una frases llenas de ternura, de amor y gratitud, ya que ella fue la compañera idónea que vino a endulzar su vida en los años otoñales: “Ha sido, y es colaboradora eficiente y entusiasta en mi que hacer literario a tal punto que puedo declarar: “He llegado hasta aquí porque avancé apoyado en sus brazo y estimulados por sus voces.
Como en el laberinto que es todo espíritu creador ella ha sido para mi una constelación siempre fulgurante”.[24]

Ante el panorama de una vida llena de gozo, compartido con su esposo Nelson, Argentina Chiriboga, saca de su alma, buenos sentimientos de recuerdos para él, y nos compartirá desde el fondo de su alma:

“Nelson me enseñó a soñar ese otro lado de la vida, él mi dimensión desconocida y me llenó el alma con palabras calladas”.

Y comprendemos que mutuamente se profesaron un genuino amor; cuando tuve la oportunidad de conocer en su casa, vi colgado en la pared un poema enmarcado, con el título de “El silencio imposible”, poema dedicado al amor de su vida, Luz Argentina Chiriboga:



El silencio imposible

Nelson Estupiñán Bass
¡Cómo silenciar las guitarras
si tu misma convocas
si tienes la irrevocable
vocación de la manzana,
la forma terrestre del azúcar
una avenida de nardos en el busto
y la tez de la tarde en el verano!

¡Cómo pedirle al corazón
que haga silencio,
si una curvatura de mieles
te circunda,
tienes dos soles negros por pupilas
el alba se te enreda en las pestañas,
me llenas los ojos de la luz
cuando me miras,
y la poesía es una mañana
desbordada de rosas como tú!


Poema tan tierno y dulce para el corazón, gritaba a voces una canción; el trovador impulsado por el reclamo a la naturaleza, de no poder hacer silencio ante el ser que lo inspiró; ante esta hermosa expresión espiritual y literaria; la música ha respondido reverente, a ritmo de pasillo.[25]

Nos hemos permitido traer a este círculo de pensamiento sobre Argentina a Yolanda Añazco, permanente luchadora por las libertades de la mujer ecuatoriana, escritora, poetisa e investigadora de la historia de líderes femeninas; bajo su iniciativa se logra que el Ministerio de Defensa y el Gobierno del Presidente Rafael Correa se le de el título de Generala de los Ejércitos del Ecuador a la insigne Manuela Sáenz; Yolanda actualmente es Presidenta del Comité Permanente de los Derechos de la Mujer y es quien nos ofrece una apreciación de la persona y obra de Argentina Chiriboga:

“Argentina Chiriboga escritora y poetisa, tiene ya una trayectoria brillante en su quehacer literario, su abundante producción ha sido recibida como aporte importante a la literatura ecuatoriana, su obra ha paseado ya, por varios países de América y Europa.

Argentina es de una sensibilidad impresionante, que en muchas ocasiones delata su desgarramiento por los dolores humanos, defensora enorme de los derechos de los hombres y mujeres de color como una deuda a sus ancestros. Además, canta sutil y bellamente a la naturaleza, como una amadora profunda de ella, canta al amor, canta a la vida como una alondra en plena primavera, canta a los dolores de su pueblo, a las mujeres que cayeron en las luchas, canta a su gigante para no dejar que muera, a ese guayacán que la abrigó por años.

Argentina es una conocedora de la literatura y la aplica magistralmente en su producción, tiene un manejo exquisito del lenguaje, de ahí que sus novelas, cuentos y poesía ha sido muy bien recibida y traducida a varios idiomas, consta en Antologías nacionales y extranjeras.

Sus continuos viajes por el mundo para asistir los encuentros de poetas le han dado una visión de la vida y el avance de las mujeres, no sólo en la creación poética, en el alcance de la libertad para viajar solas y oírlas decir, aquí estamos, desafiando al mundo, para decir nuestra palabra, sino además percatarse de la vivencia de los pueblos. Material que ha utilizado para crear y crear literatura”.[26]

De la misma manera, invitamos a la escritora y poetisa Matilde Suárez Troya, maestra de juventudes del Colegio Nacional Experimental María Angélica Hidrovo, quien nos relata sobre Argentina Chiriboga: “La conocí en una reunión de escritoras en el año de 2003. Yo era, un largo silencio en la noche, siega de tinieblas. Allí esta Argentina, no sé que nostalgias sus ojos poblados, no sé de que nostalgia, no sé de que esperanzas. Creo que este es el equipaje de todos al amanecer los días y abrirse los caminos.

Recordé sus niños tostados de sol, carbón de sol, con la piel pegada a los huesos con sus manitas inocentes hurgando el hambre y sus ojos inmensos como su tierra azotada de sequías solo atiné a pensar en la ausencia de Dios, no sé dónde estará, pero de mi África mía hace tiempo partió.

Imaginé el naufragio del barco de esclavos negros en Esmeraldas y su huída en los bosques milenarios, buscando la libertad.

Argentina siente orgullo de sus raíces, de su origen. Su poesía es recia y tierna, su pasión y la presencia de los afro-descendientes saben que son los puntales donde se construye su historia poblada del canto negro con su sangre candela, arena de playa, mar de vida y gaviotas.

En uno de sus poemas dice: /Cuando en la montaña escucho un machete/ sé que una mujer de mi raza/ está abriendo anhelos en la tierra/.

La poesía de Argentina penetra en la selva, en su raza, con el misterio de tambores, ojos de luna. Argentina Chiriboga juega en la narrativa entre el sueño de auténtica creadora y sus sueños… sueños navegantes en el ir y venir del mar extrañando de pasión el color azul de agua entre el rojo sol y suspiro azul del mar”.[27]



Carta vía correo electrónico recibida el 9 de marzo de 2008, desde su estancia en Europa:

Estimado Edison:

“Gracias, muchas gracias, por tus preciosas palabras, constituyen un estímulo para seguir en el camino de la vida, no es fácil resistir y enfrentar esta nueva situación, sin embargo hay que sacar fuerzas y  tener una meta.
Cuando las mujeres tengamos una democracia compartida y los países nos ofrezcan el espacio político que nos corresponde, no existirá  el Día de la  Mujer. Personalmente estoy de acuerdo que el mundo marcharía mejor en pareja.

Abrazos para todos los amigos.
Saludos

Luz Argentina.

Qué ejemplo de mujer, viviendo una nueva etapa de su vida, la vemos en proyectos nuevos, escribiendo, buscando nuevas metas, como bien dice ella, continuar en el camino de la vida ofreciendo a los demás la riqueza espiritual que emana desde su interior.

Actualmente vive, en soledad por el fallecimiento de su esposo Nelson Estupiñán; es una lucha interior, desandar las mismas huellas de su ser querido, despertad a madrugada y encontrarse sola, por ello, en medio, de una necesidad de catarsis, de purificación, liberación; tratando de eliminar recuerdos que la perturban, procura la sanidad interior mediante la elaboración de un poema a sí misma:

“A ti, Luz Argentina”

¿Cómo te va?
Hace tiempo la sed te oprime,
hace tiempo con ese silencio de estatuas,
hace tiempo sin valles, sin montañas, sin ríos,
hace tiempo en torno de su nombre,
hace tiempo repitiendo su lección.
¿Intentas volver al pasaje conocido,
al de antes, al de siempre?
tal vez el aire suave y tibio
o tal vez la brisa tibia y suave
te vistan de rocío, de guayacanes florecidos,
o quizás el mar con su misma voz
o la sombra de su voz
o quizás una metáfora
enredada en el tiempo
iluminen tus corredores,
tu casa vacía
y puedas rescatar la caricia diaria.
Continúas preguntándote, ¿cómo?
Si empecinadamente él principia tu mañana
y por las noches regresa sigiloso,
vale decir, multiplicado,
poderoso,
indulgente,
íntimo,
tuyo.


De seguro, lo ha logrado, hoy siente más entusiasmo por la vida, por alcanzar nuevas metas, establecer nuevos retos; ha logrado entender que la vida es un don precioso de Dios y que nunca el ser humano debe pensar en jubilarse, porque cada día hay que vivirlo como si fuese el último de la vida, con gozo infinito.

Notas:

1.-Chiriboga, Luz Argentina. 1991. Bajo la piel de los tambores. Editorial de la Casa de la Cultura Ecuatoriana. Quito, 1991. Traducida al inglés con el título: Drums Under My Skin, en 1991.

2.-Chiriboga, Luz Argentina. 1992. Raíces africanas en la nacionalidad ecuatoriana. En: El negro en la Historia. Raíces africanas en la Nacionalidad Ecuatoriana.500 años. Centro de la Cultura Afroecuatoriana. Tomo III. Colección Medio Milenio volumen 9, SAG. Pp.129-139. Quito, 1992.

3.-Chiriboga, Luz Argentina. 1996. Drums ander my skin (Bajo la piel de los tambores). Traducida al inglés. Washington, DC. USA, 1996.140p. 

3.-Between the Silence of Voices: An Anthology of Contemporary Ecuadorian Women Poets (Quito, 1997).

4.-Chiriboga, Luz Argentina. 1997. En la noche del viernes. Quito, SINAB, 1997, traducida al italiano con el título: Il Vener di Sera.


1Dr. Edison Calvachi Cruz, médico e historiador. Miembro de la Corporación Sociedad Amigos de la Genealogía, SAG.

[2] ttp://www.diccionariobiograficoecuador.com/tomos/tomo14/c9.htm

[3] Información genealógica dela Familia Chiriboga Guerrero proporcionada gentilmente por el genealogista Dr.Fernando Jurado Noboa.

[4] Revista Vistazo. Guayaquil, 1 de septiembre de 2006.

[5]http://www.diccionariobiograficoecuador.com/tomos/tomo14/c9.htm

[6] Revista Vistazo. Guayaquil, 1 de septiembre de 2006.

[7] Ibid.

[8] Entrevista a Argentina Chiriboga vía Internet desde Europa. Marzo de 2008.

[9] http://www.diccionariobiograficoecuador.com/tomos/tomo14/c9.htm

[10] http://www.afrocubaweb.com/martarojas/martarojassanta.htm

[11] http://goliath.ecnext.coms2/gi_0199-622926/African-American-popular-and-scholarly.html

[12] http://sincronia.cucsh.mx/feal.htm

[13] Ibid.

[14] Ibid.

[15] http://sincronia.cucsh.mx/feal.htm

[16] Ibid.

[17] Ibid.

[18] Entrevista vía Internert desde Alemania. Marzo del 2008.

[19] Entrevista vía Internert desde Alemania. Marzo del 2008.

[20] Ibid.

[21] Ibid.

[22] Ibid.

[23] Entrevista vía Internert desde Alemania. Marzo del 2008.

[24] Entrevista a Argentina Chiriboga. Refiere un documento publicado enla Revista Cultura del Banco Central, 1994.

[25] “El silencio imposible”, letra de Nelson Estupiñán, música de Edison Calvachi Cruz.

[26] Añazco, Yolanda: apreciación de la obra y persona de Argentina Chiriboga entregado al autor de esta biografía.

[27] Suárez Troya, Matilde: apreciación de la obra y persona de Argentina Chiriboga entregado al autor de esta biografía.








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JAY WRIGHT [19.191]

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JAY WRIGHT

Jay Wright nació en 1935 en Nuevo México, y pasó su infancia en Albuquerque y San Pedro, California. Su primera exposición a las culturas mexicanas, españolas y Navajo ha tenido un efecto duradero en su poesía, y la geografía y la cultura son los temas principales en su obra. Wright estudió brevemente química en la Universidad de Nuevo México, antes de que el plazo había terminado, sin embargo, se unió al Ejército de los Estados Unidos, sirviendo durante tres años en el Cuerpo Médico. Después de su descarga, Wright obtuvo su licenciatura de la Universidad de California en 1961, ganó una beca teológica Rockefeller Brothers. Wright pasó a la Universidad de Rutgers para completar su maestría en literatura comparada en 1967 y ese mismo año publicó su primer librito de poemas, La muerte como Historia. También escribe teatro. Es una de las principales voces afroamericanas de Estados Unidos. Obras de Wright, ensayos y poesía se centran generalmente en un redescubrimiento de la herencia afroamericana a través de un estudio histórico y la experiencia personal. Un tema recurrente en la poesía de Wright es el intento de superar un sentimiento de exclusión, tanto de la sociedad o la propia identidad cultural de uno, y para encontrar el crecimiento y la unidad a través de una conexión entre la sociedad norteamericana (la experiencia del presente) y las tradiciones africanas (el patrimonio del pasado). Algunos de sus libros de poesía son: Dimensiones de la historia, 1976; Selected poems, 1987; Transformaciones, 2000 y Máscara de música y medida, 2007. 


noche

soledad clarividente en el filo obsidiana del día.
una luna bermellón enciende la cantera
en un pozo oculto.
es tiempo de reescribir la historia de la oscuridad
y el modo en que la mecánica estelar se fractura
apartando una estrella de la otra.
en este hemisferio
la vía láctea es un río celeste,
hermana de la húmeda estrella que resplandece
en el valle de cuzco.
en este lugar,
una llama, de pie bajo el calor de una estrella,
define la eternidad, y una cruz horadada
orienta el matrimonio del sol y de la luna
en la calle de los muertos.
aquí, no hay misterio en la ausencia de la luz;
solo una voz radiante, que se eleva
desde el tejido suntuoso de un aire liberador.



Saltos

¿Qué sé yo de matrimonios y profecías,
impulsado por un sol que nunca veré?
Despierto cada mañana y vengo
a sentarme en nuestro mundo, el corazón
del árbol más fuerte, saturado de sangre
y noches negras, encendidos los pies por el color del amor.
Y mientras descanso, mi corazón va
hacia la música serena del caparazón de una tortuga.
Fuera, en el río, al amanecer,
los hombres preparan sus redes y de nuevo
comienzan a buscarme.
Mi amor se agotó con el río,
alimentado por la exaltación y por la antigua piedra
                              que da vida a mi cabana. 
Sé que debo solo soñar con la flauta amarilla 
y el día que bañaré mis pies en el nuevo polvo 
de una cabana de amantes.
                        Sé que hay un poder
en esta agua, mayor que los manantiales de las primeras hijas. 
Hoy, desde mi silla,
miro el borde de la suave blanca espuma, como un cangrejo 
en la orilla,
su oscuridad sobrellevada por la plegaria 
que me he esforzado en pronunciar. 
He aprendido a saltar
entre cipreses caídos, nubes de arena espinosa 
y la paja húmeda de fuegos apagados, 
cuando el sol, una margarita deshecha, 
agitó al colibrí que llevo dentro. 
Hay una danza que aguarda
al pescador capaz de reconocerme, 
y un momento en que el fruto seco 
        hablará con la voz del sol. 
Hay un momento en que me reconoceré en armonía
             con el ocre rojizo de la tierra 
que aún lleva el velo azul de un antiguo deseo

(Traducción: Jeannette L. Clariond)



SALTOS

What do I know of marriages and prophecy,
awakened by a sun I will never see?
I awake every morning and come here
to sit on our world—the heart
of the strongest tree, seething with night
and blood designs, the feet lit by love's color.
And, as I rest, my heart moves
to the wise music in a turtle shell.
Out there, on the river, at dawn,
the men embrace their nets and begin
again to search for me.
My love is river-worn,
nourished by exaltation and the aged stone
           that perks my hut.
I know I must only dream of the yellow flute 
and the day I will bathe my feet in the new dust 
of a lover's hut.
              I know that there is power
in this water, greater than the springs of old daughters. 
From my seat now, 
I see soft white foam edge, crablike, 
over the shore,
its darkness overcome by the prayer 
I have struggled to say. 
I have learned to leap 
through dying cypress, clouds, spiny sand 
and the wet straw of dead fires, 
when the sun, a frayed daisy, 
stirred the hummingbird within me. 
There is a dance that waits
for the fisher who would know me, 
and a moment when dried fruit will speak 
            with the sun's voice. 
There is a moment when I will know myself
        balanced on brown-red earth 
that still wears the blue veil of an ancient desire.



Ojos

Antigua luz, en esta profundidad, conoce 
el velo de la decepción, el valle de agua 
entre saltos y divisiones.
Así que aquí, a medida que el viento del sur alerta al cuerpo 
un cambio de estación, la hoja 
del álamo escarlata va de un lugar a otro, 
cuerpo inestable que busca anclarse 
                 a un espejo diferente.
Un ojo como este puede estar ciego al mundo 
al filo de la muerte. Un ojo como este 
puede ser solo una pluma de pavo real, 
un botón en la poda o una tesitura 
distinta en la voz de la tierra. 
Hay un mercado en Suffolk 
donde los huesos y urnas y monedas romanas 
delimitan un suelo sagrado con el sonido de una visión. 
El tiempo nos dirá todo acerca de la sensación 
y el modo en que nos reconciliamos
                 con nuestro fracaso
para ver todo menos el punto azul del deseo 
                que nos conduce a casa.

(Traducción: Jeannette L. Clariond)



EYES

Old light, at this depth, knows
the veil of deception, the water valley
through which it leaps and divides.
So here, as the south wind alerts the body
to the season's change, the scarlet poplar
leaf runs, from point through point,
a topsy-turvy body to be fixed
          in a different mirror. 
An eye, such as this, may be worldblind 
in the lode-break of dying. An eye, such as this, 
may be no more than a peacock's tail, 
the infant bud in a cutting, or the different 
curve of a voice in the earth. 
There is a market town in Suffolk, 
where the bones and Roman urns and coins 
mark a sacred ground with the sound of vision. 
Time must tell us everything about sensation 
and the way we have come to terms
              with our failure
to see anything but the blue point of desire 
             that leads us home.




Jay Wright, el “Charlie Parker” de la poesía afroamericana

Por Juan Carlos Plata

El espíritu sensible e inteligente y el carácter intercultural de la obra de Jay Wright hace que su poesía sea para las letras afroamericanas modernas el equivalente de lo que la música de Charlie Parker y John Coltrane fueron para el be bop y el blues, aseguró Jorge Brash durante la presentación de la edición que la UV hizo del libro Boleros.

Publicado en inglés en 1991, Boleros refleja la gran influencia que han tenido México y Escocia, países en los que Wright ha residido de manera constante desde 1964, como escenarios y como motivos de varios poemas.

Miembro de la Academia de Poetas Americanos desde 1995, Wright ha obtenido diversos premios entre los que destacan el de la American Academy and Institute of Arts and Letters Literary, el de la Ingram Cerril Foundation, el Oscar Williams y el Gene Derwood y este año recibió el Yale University’s Bollingen Prize for American Poetry y fue uno de los más importantes representantes de la poesía afroamericana del siglo XX.

Gran parte de la obra publicada de este poeta fue escrita durante 1960 y 1970, periodo en el que fue muy notorio el interés por las raíces africanas en la experiencia literaria afroamericana.

Dueño de una prosa rítmica y fluida, que le ha valido ser comparado con poetas de la talla de T. S. Elliot y Walt Whitman, Jay Wright en Boleros describe con lucidez y detalle escenas costumbristas y deja en clara evidencia las raíces negras de su obra.

Jay Wright nació en Albuquerque, Nuevo México, en 1935, fue beisbolista profesional, jugó en ligas menores para los Padres de San Diego y en la liga Mexicana del Pacífico, para las Águilas de Mexicali.

En 1954 se alistó en el ejército y sirvió en Europa durante la posguerra, en 1964 viaja a México y años después visitaría Escocia, lugares que han influido en buena parte de su obra.

Durante la presentación de la edición de Boleros hecha por la uv, llevada a cabo en el Aula Clavijero de la Unidad de Posgrado, el propio Wright, antes de iniciar la lectura de algunos poemas aseguró que en Xalapa, en México “estoy en casa”.

Jorge Brash, director de La palabra y el hombre, dijo que del espíritu sensible y del carácter intercultural de la poesía de Jay Wright, surgen posibilidades espirituales infinitas que hacen a su obra verdaderamente trascendente.

Es de destacar la búsqueda de Wright por establecerse como un artista-portavoz de las culturas con las que se siente identificado (afroamericana, africana e hispana). La obra de Wright es una búsqueda de identidad para encontrar entendimiento histórico.

Y dentro de todo esto, las figuras de jardines jarochos con olor a café y a mar, borregos con cara de estofado de las verdísimas campiñas escocesas, las disyuntivas entre casarse o abrazarse son protagonistas.

Según Jay Wright, los corazones trashumantes saben que en cada puerta no está una rosa a la espera, la obra de este gran poeta, afortunadamente, tiene mejor suerte.
 




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MARÍA PAZ GUERRERO [19.192]

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MARÍA PAZ GUERRERO

Nació en Bogotá, Colombia el 3 de mayo de 1982. 
Literata de la Universidad de los Andes donde fue publicada su monografía meritoria de grado, “El dolor de estar vivo en los Poemas Póstumos I de César Vallejo”. Realizó maestría en literatura comparada de la Universidad de la Sorbona Nueva, con tesis titulada “Del silencio al instante en la poética de José Manuel Arango”. Ha dictado conferencias sobre poesía francesa (Baudelaire, Rimbaud, Artaud, Michaux) en la Agenda Cultural del Gimnasio Moderno, en el centro cultural Paideia, en las universidades de los Andes y Javeriana, y en la Casa de poesía Silva. Dirigió dos seminarios de poesía en la librería Casa Tomada, uno sobre poesía colombiana contemporánea (Aurelio Arturo, Giovanni Quessep, José Manuel Arango, Piedad Bonnet, Juan Manuel Roca, Darío Jaramillo, Raúl Gómez Jattin, Rómulo Bustos Aguirre, Jorge Cadavid, Horacio Benavides), y otro sobre poesía francesa y peruana (Antonin Artaud, Henri Michaux, Yves Bonnefoy, César Vallejo, Blanca Varela, José Watanabe), cada uno con duración de un semestre. Actualmente es profesora de la clase “Apreciación de la poesía moderna y contemporánea” (poesía francesa, norteamericana, latinoamericana y colombiana) en el centro cultural Paideia, con duración de un semestre. Ha escrito reseñas de literatura y poesía en el periódico El Espectador, en Lecturas de El tiempo y en el Boletín Bibliográfico del Banco de la República. Escribió la contraportada del libro “Pequeña historia de la fotografía” del poeta Jorge Cadavid. Ha participado en lecturas de poesía “Lectura bajo los árboles”, “Festival Ojo en la tinta” y “Nuevas poetas en Bogotá”, con su obra poética inédita: “Toda tierra arde”. Una selección de sus poemas va a aparecer en la revista “Clave” dirigida por Horacio Benavides, en Marzo de 2016, y en una antología de cuatro jóvenes poetas colombianas realizada por la colección de poesía de la universidad Javeriana con prólogo de Oscar Torres y selección de Jorge Cadavid, en Abril de 2016.




Alejandra
valió la pena  venir hasta tu puerta
desde el trópico en otoño.
Recoger esos soles del suelo, muertos
remolinos
y yo con el frío entre el abrigo 
y tú con la sombra en el pasillo
del 5 Avenue Victor Hugo.

Alejandra
regalarte los destellos de invierno
en las noches en que pintábamos
un valle alebrestado de chicharras
una selva que también era tu madre
le feu glacé qui mord sa queue. 
Verte fue instantáneo
Alejandra,  hija del tiempo




Extravío

I

Y si yo en Cosme Velhio
caminara
en la rua Marechal Pirres Ferreira
ni señas de la alborada en la retina
ni asomo de la noche con su fiera.
Karla, niña de 35
soy carioca, soy Karla
soy Rio de Janeiro todo
camino  por Cosme Velhio
y las casas sudan moscos.
Paso la tarde de domingo en Santa Teresa
no hablo, carraspeo
mis bronquios son algas
anémonas
que flotan oscurecidas
en la alborada.
En Santa Teresa
los balcones me acercan al mar
y a mí, Karla,
de domingo
todo me suena. 


II.

Y si yo otro, cualquiera 
no me cansara de salir
para recordar estas piernas
buscar los pies en el asfalto
retomar este pedazo de mí
olvidado
la garganta seca, la nariz tapada  
las lunas son rojas en las calles de Aclimaçao 
el concreto es eterno hacia arriba.
En Sao Paulo sueño a cada rato
yo, que soy otro
en los buses, metro, cama 
sueño clarito, tanto
que no despierto.  
Busco la laringe irritada por las lunas bermejas
de las calles de Aclimacao.
Subo la cabeza y veo mi ombligo
pican las horas acá
pica la dicha de perderse. 

En Sao Paulo:
Marcelo Preto, Annick Du Bois,
Ari Colares, Rebeca Horn.
Todo  suena en ellos
kilómetros verticales
y pasan al lado, ríen.
Te llevan tan natural por este gigante
morirán acá, dicen.




Indira

I.

Indira ríe y se abre el día en su frente
todo fuego  fulge alebrestado fulge 
ardor  brasa marina es la cara de Indira
cuando ríe  también es una planta.
De pronto, en la torcedura de sus labios,
mi infancia
sueño poroso, tierra áspera lunar   
se asoma
y  roba los labios de Indira 
y roba sus dientes: espejos diminutos. 
Me aferro a su gesto
porque en el gesto de Indira está su madre: Rosa
y Rosa, sus manos, son mi niñez


II.

Indira
el rosa pálido hiere la noche
cuando sales en tu moto por la ciudad
y el mundo está tenue
y la calle infinita de mudez
y la luz se tiñe de cuarzos
y tú como una mancha de dios
como una frágil huella de dioses muertos
por la íngrima ciudad
paseas tu moto
miras con la paciencia del trabajo nocturno
derrotas a la bestia del laberinto
y los ojos se alumbran
esta vez 




Verdor

Tiene tiempo de embriagarse frente al árbol
sonrisa desdentada, callos en las manos.
Ojos que cuecen bulbos en el calor de la mirada
brotes de hojas que son manchas
ebrias de ocaso 

Toda la tarde  
el rayo quema la pierna
pero su cuerpo no lo sabe.
Tantas noches ya bajo la nieve:
visiones agudas, soledad en llamas.

No soporta la cama ni el carboncillo

Pinta la selva
en el pavimento
con las uñas 





Amandine el rencor de estar vivo a tu lado
en ese verano en que los locos
te pedían un poquito de
algo
en tu plaza de San Felip Neri.
Me levantaba
y veía a tus locos desocupando la fuente 
y tú fumando 
como si te fueras a quedar plantada en la ventana

Amandine
esta cosa pegajosa que te quieres  arrancar  
la vida

En las noches volvías –ruidosa- desde el barri gotic   
a tu campo 
que no pudiste perder en el rigor del desarraigo.
Huir no fue suficiente
porque en cada sorbo de vino se asomaba la memoria:
allá, en tu sembrado, las uvas sí tenían sabor 





Duerme en la calle sin más materia que el horror
sin más título que el cuerpo roto.
Bordea su antigua casa
que ahora es un parque
como una huella que abre impúdica
la ciudad: Usme, los Laches, las Cruces,
garrapatas en la montaña.
Su pupila rastrea
un lugar en el abandono de la plaza.
Pregunta por el sol
pero el sol se acuesta débil
agujas de agua cosen su oscuridad

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Poéticas Colombianas. De la violencia a lo sagrado

Por  María Paz Guerrero


El arte y la literatura contemporánea en Colombia suelen tratar el tema de la violencia. Cabe anotarlo si tenemos en cuenta que la guerra, la inequidad y la pobreza han azotado a  nuestro país en el último siglo. Abunda la narrativa del narcotráfico, y la plástica ha venido adquiriendo la función de construcción de la memoria del horror. En la poesía encontramos quienes hacen de la violencia su temática central. Sin embargo, hay una serie de autores que tratan este asunto sin convertirlo en su eje principal e inclusive quienes no lo tratan del todo. Los dos últimos grupos nos hacen pensar en cuál es la función de este tipo de poesía en un país que está a punto de firmar la paz después de una guerra que ha dejado heridas todavía innombrables.

Empezaremos por ver ejemplos de la poesía de la violencia en el siglo XX. El exponente más importante, Juan Manuel Roca (1946), emplea un tono expresionista en el que prima la construcción de atmósferas de miedo, represión y tortura. Estas están desprovistas del referente histórico al que se remiten, por un lado el régimen de los años 80 que persiguió a la izquierda, y por otro el nacimiento del narcotráfico.

Roca marca  la poesía contemporánea a partir de su postura: hay que nombrar el horror. Así, encontramos el segundo grupo de poetas que tratan la violencia pero no la convierten en su tema central. Aparece en la obra de la también novelista Piedad Bonnett (1951), conocida por el tratamiento de la cotidianidad y la desgarradura femenina a partir, por ejemplo, de la mirada de un niño que se asoma a la muerte. También en la de José Manuel Arango (1937-2002), quien utiliza un lenguaje seco y desprovisto de simbologías, recurso novedoso en las poéticas del siglo XX colombianas, sobre casos de cuerpos destrozados. La obra de Horacio Benavides, ganador del premio nacional de poesía 2013, dialoga con la naturaleza creando bestiarios, como en Colibrí: “La luz / se hace cuerpo / en tu cuerpo/ La miel / se adelgaza / en tu pico”. Sin embargo, le dedica su último libro Conversación a oscuras a la violencia reciente en Colombia, a partir del grito de la víctima: “Solo se escuchaba / el grito de algún torturado / y el chapoteo de los caimanes en el pozo/ disputándose los muertos”.

Nos acercamos, así, al último grupo, el que no se ocupa de este tema. Raúl Gómez Jattin, (1945-1997), propone el fin del arte representativo y aboga por uno que se fusiona con la vida, como se puede ver en De lo que no fue: “Intemperie y soledad / faltan en tu vida amigo de mi alma / Lo lamento   De verdad lo lamento / En el poema que se quiere escribir sobre ti /asoman ellas / Vengativas y menesterosas pidiendo un lugar”.

Luego vienen dos obras que parten de la misma pregunta por lo sagrado. Primero, Rómulo Bustos Aguirre (1954) busca espiritualidades diferentes a las del dios cristiano y las encuentra no solo en lo indígena o en lo africano, sino en lo animal, como en Dactiloscopia: “Justo cuando mueves el hilo con el dedo / aparece la araña con todas sus patas, su abdomen, / sus pelos / y sus ojos casi ciegos”. Después viene Jorge Cadavid (1962) con una metafísica contemporánea basada en estudios sobre la mirada y el silencio, en un lenguaje austero, como en Saga: “Atisbos entre líneas / En el duelo blanco con Dios / estelares indicios”.

En medio de las poéticas de la violencia aparece una obsesión, entre el segundo y más marcado en el tercer grupo visto anteriormente, por lo espiritual, con escrituras de lo invisible de la materia, el diálogo con lo animal, el acercamiento a la naturaleza con los nombres de árboles y plantas propios del país. Mientras que otras artes se ocupan de la memoria de la guerra, estos poetas reconstruyen un elemento fundamental para el pos-conflicto: la posibilidad de lo sagrado en medio del sin sentido del horror.








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ANDREW RIUTTA [19.193]

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Andrew Riutta

Nació y se crió en Michigan, EE.UU. Desde hace veinte años, ha vivido en el Traverse Región Grand, en el campo en Michigan con su esposa Lori y su hija Issabella. Su primer libro de poemas, The Pie in Pieces: Thirty-Three Songs from the Midwest, fue publicado por River Man. En 2007 gano una mención en el concurso de poesía de Michigan Liberal Arts. En el 2008 ganó el Premio Memorial William J. Shaw para poesía. 
 
Books:Cigarette Butts and Lilacs (Modern English Tanka Press, 2008), The Pie in Pieces: Thirty-three Songs from the Midwest (River Man Publishing, 2006)

Anthologies:This I Believe: On Fatherhood (Wiley, 2011), Take Five: Best Contemporary Tanka (Modern English Tanka Press, 2009), Beyond Forgetting (Kent State University Press, 2008), Dust of Summers (Red Moon Press, 2008), A New Resonance (Red Moon Press, 2007), Taboo Haiku (Avisson Press, 2006), In the Arms of Words (Sherman Asher Publishing, 2005)

Journals:Blood Lotus, Dunes Review, Eclectica, Frogpond, Red River Review, Ribbons: Tanka Society of America Journal, Smokebox

Prizes:2008 Recipient of the William J. Shaw Memorial Prize for Poetry


Lilas blancas: Tres haikúes y una tanka


lilas blancas
sobre un alféizar mojado,
madre en pañales



viento de otoño,
madre clava los ojos
donde no puedo ver



flujo de polen,
recorrido de mi madre
a otra habitación



ha perdido todo
lo que alguna vez preservó la luz del sol;
y sin embargo…
de vez en cuando echa una mirada
fuera de la ventana de la cocina

Traductor: Armando Ibarra
http://www.revistadepoesiaclave.com/





Andrew Riutta was born and raised in the Upper Peninsula of Michigan. For twenty years, he has lived in the Grand Traverse Region. He is the recipient of the 2008 William J. Shaw Memorial Prize for Poetry, and in 2006 he won "honorable mention" in the Michigan Liberal Arts poetry contest. This past spring, his first full-length poetry collection, Cigarette Butts and Lilacs, was published by Modern English Tanka Press. He and his daughter, Issabella, enjoy walking in cemeteries and eating pancakes



her third eye
her brown eye . . .
some days
it’s impossible to tell
one from the other




In the fender
of this shiny antique car
I can see myself
looking over my shoulder
at what's behind me.




I wanted to be a stone in the field, 
simply that, 
and then I wanted to be the grass around it, 
and then the cattle grazing 
under the too blue sky,
and then the blue, 
which has of itself 
no substance,
and yet goes on and on and on.

A Primer on Parallel Lives, Copper Canyon Press, 2007


It has less rust
and fewer dents
than our only vehicle,
that Pabst Blue Ribbon can
you found in the woods
 


Thirteen hours
of flipping burgers.
At home I find
my lawn chair’s cup holder, 
full of snow



$795.00
due by tomorrow.
Everywhere, 
all at once,
the wind




turning over
the same compost pile,
day after day,
again and again,
until I smell like the earth




Virginia Wolfe
put stones in her pockets
and sank into a river.
For months now,
I have kept my hands in mine.
 
Modern English Tanka, 2008





I’m sure this old rope’s 
still strong enough for a noose . . .
and yet its frayed ends 
lift in the wind
like bird plumage
 


 
Perhaps with some luck
and that angel
made from coat hangers, 
we’ll live to tell
of just how we survived

Cigarette Butts and Lilacs


Lung Cancer
 
Like always, the janitor sits for his break 
with a cup of coffee, and I sit across from him. 
I light a cigarette. It's Sunday morning, 
and the two street sweepers outside 
might as well be racing each other. 
They can't keep up. 
The janitor pours half and half into his cup 
but doesn't stir it. It floats on top, 
spiraling like a galaxy. I drink mine black. 
He takes a sip and stretches. 
He hasn't shaved in days. Neither have I. 
He reaches into the pocket of his faded blue t-shirt. 
Out of habit, I slide my Bic across the table. 
He picks it up and spins the wheel, 
making a few sparks but no flame. 
He slides it back and then pulls out an inhaler. 
I want to apologize, but don't because I know he understands. 
We stare out the window for a minute in silence,
and then he tells me the fox got his chickens again.
 
(Dunes Review, 2008---winner of the William J. Shaw memorial prize for poetry)



apple blossoms
my grandfather snaps
his suspenders

Moonset, 2007




midday heat
the carpenter's tool belt
full of plums

Roadrunner, 2006; Red Moon Anthology, 2006; Reeds, 2007.




in my coat pocket
through births and deaths
the same empty matchbook

A New Resonance 5, 2007



Picnic at School Lake

You say you want to dance, but we are already dancing.
The sky is a mortar, and we are being ground to the pixels
in a photograph of the wind.

After I'm through with you, I'll swallow one more pain pill—
a small resin Buddha the color of cheap wine—
and learn to relax.

I'll ask you to get down on your hands and knees and be a park bench.
I'll plant flowers.
I'll sit.
My cigarette smoke will rise into a mushroom cloud.

It will be the last war.

 

Recalling Puberty with my Sister

The day after the candy store closed,
the liquor store opened. 
You called it a hope chest,
and we sat on the curb that whole afternoon
just looking in.

 






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SEAN NEVIN [19.194]

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Sean Nevin

Nació en 1969. EE.UU.  Enseña en la Universidad de Arizona, donde es asistente del director del Programa de Escritores Jóvenes y coeditor del 22 Across: A Review of Young Writers. Sus poemas han sido publicados en The Gettysburg Review y en el North American Review, entre otras revistas. Recibió la beca de literatura en poesía de la Fundación Nacional de las Artes y es autor de A House That Falls (Slapering Hol Press) y Oblivio Gate (Southern Illinois University Press) que ganó el premio a opera prima de Crab Orchard.


Sean Nevin

1969. Poet and teacher Sean Nevin is the author of A House That Falls (2005), winner of the Slapering Hol Press Chapbook Competition, and Oblivio Gate (2008), awarded the Crab Orchard Award Series First Book Prize. 

Nevin has received fellowships from the Arizona Commission on the Arts and the National Endowment for the Arts. He directs the MFA Program in Poetry at Drew University.


Publicaciones y Premios

Libros: Oblivio Gate (Southern Illinois University Press, 2008), A House That Falls (Slapering Hol Press, 2005)

Antologías: Family Matters: Poems of Our Families (Bottom Dog Press, 2005)

Revistas: Blackbird , Gettysburg Review , Hayden's Ferry Review , Runes: A Review of Poetry , The Ledge

Premios: Nevin is the recipient of a Literature Fellowship in Poetry from the National Endowment for the Arts, a fellowship from the Eastern Frontier Education Foundation, as well as both a Poetry fellowship and an Artist Project Grant from the Arizona Commission on the Arts. His collections won The Slapering Hol Press Chapbook Prize and, Oblivio Gate, won the Crab Orchard Award Series First Book Prize (Southern Illinois University Press).


Otra vez, amanezco con el gnomo

Hay una casa en llamas
en algún lugar de la mente,
alguien intenta huir
alguien no permite que el otro escape.
Michael Burkard

La luz del día se destapa sobre el césped como una enfermedad
esta mañana, como un incendio que viaja sobre las vigas,

y el gnomo y yo escuchamos
el atroz aumento gradual de la crepitación y los escupitajos
de los vapores de la carcoma. Silban para producir
el siseo de los que todavía no mueren, de la zarpa violeta
recién mudada que quedó salpicando en la cacerola de manteca,
y acomodan todos los tablones desbordados sollozando
como lunáticos que tocan el flautín.

¿Qué tal si así sucede, si así perdemos
nuestra íntima fábula? Los huesos porosos,
como las ramas madereables que son, ya colapsando
sobre sí mismos. Los aleros encendidos, dispuestos
al desplome desde la súbita levedad del ser.

¿Qué tal si esto es mi vida, en llamas,
la mecha de ganglios y sinapsis encendida
chispeando como mancha de cenizas doradas
que destella y después se esfuma?

¿Qué tal si mi vida es el perro aullador del vecino
que ha destrozado las amarras y va de patio en patio
rogando que lo dejen entrar?

Traductor: Armando Ibarra
http://www.revistadepoesiaclave.com/



Hinged Double Sonnet for the Luna Moths 

For ten days now, two luna moths remain 
silk-winged and lavish as a double broach 
pinned beneath the porch light of my cabin. 
Two of them, patinaed that sea-glass green 
of copper weather vanes nosing the wind, 
the sun-lit green of rockweed, the lichen's 
green scabbing-over of the bouldered shore, 
the plush green peat that carpets the island, 
that hushes, sinks then holds a boot print 
for days, and the sapling-green of new pines 
sprouting through it. The miraculous green 
origami of their wings - false eyed, doomed 
and sensual as the mermaid's long green fins: 
a green siren calling from the moonlight. 

A green siren calling from the moonlight, 
from the sweet gum leaves and paper birches 
that shed, like tiny white decrees, scrolled bark. 
They emerge from cocoons like greased hinges, 
all pheromone and wing, instinct and flutter. 
They rise, hardwired, driven, through the creaking 
pine branches tufted with beard moss and fog. 
Two luna moths flitting like exotic birds 
towards only each other and light, in these 
their final few days, they mate, then starving 
they wait, inches apart, on my cabin wall 
to die, to share fully each pure and burning 
moment. They are, like desire itself, born 
without mouths. What, if not this, is love?

from Oblivio Gate, published in 2008 by Southern University Press.



—Norton Island, Maine

For ten days now, two luna moths remain 
silk-winged and lavish as a double broach 
pinned beneath the porch light of my cabin. 
Two of them, patinaed that sea-glass green 
of copper weather vanes nosing the wind, 
the sun-lit green of rockweed, the lichen’s 
green scabbing-over of the bouldered shore, 
the plush green peat that carpets the island, 
that hushes, sinks then holds a boot print 
for days, and the sapling-green of new pines 
sprouting through it. The miraculous green 
origami of their wings—false eyed, doomed 
and sensual as the mermaid’s long green fins: 
a green siren calling from the moonlight. 

A green siren calling from the moonlight, 
from the sweet gum leaves and paper birches 
that shed, like tiny white decrees, scrolled bark. 
They emerge from cocoons like greased hinges, 
all pheromone and wing, instinct and flutter. 
They rise, hardwired, driven, through the creaking 
pine branches tufted with beard moss and fog. 
Two luna moths flitting like exotic birds 
towards only each other and light, in these 
their final few days, they mate, then starving 
they wait, inches apart, on my cabin wall 
to die, to share fully each pure and burning 
moment. They are, like desire itself, born 
without mouths. What, if not this, is love?

from Oblivio Gate, published in 2008 by Southern University Press.



Heart Of The Tyrant King 

The carpenter bees leave their sawdust dunes
heaped on the porch beneath the wood railing
like ancient pyramids returning to sand,
and the damn termites have taken the walls.

Last night I dreamt I was the dead pharaoh,
the tyrant king mummified in his tomb.
A carved history fading from stone tablets
as looters filled satchels with gold. The worms
had already come and gone, picked the skull
clean. My chest was a winter honeycomb,
a bee's papery nest seized by hoarfrost.

While thieves sifted my organ jars for jewels,
I grinned jawbone through the din gauze. I felt
the hive stir, all the bloodless wings thrumming. 



Losing Solomon

Things seem to take on a sudden shimmer
before vanishing: the polished black loafers
he wore yesterday, the reason for climbing
the stairs, even the names of his own children

are swallowed like spent stars against the dark
vault of memory. Today the toaster gives up
its silver purpose in his hands, becomes a radio,
an old Philco blaring a ball game from the 40s
with Jackie Robinson squaring up to the plate.

For now, it's simple; he thinks he is young again,
maybe nineteen, alone in a kitchen. He is staring 
through his own reflection in the luster and hoping
against hope that Robinson will clear the bases
with a ball knocked so far over the stadium wall
it becomes a pigeon winging up into the brilliance.

And perhaps, in one last act of alchemy,
as Jackie sails around third, he will transform
everything, even the strange and forgotten face
glaring back from the chrome, into something
familiar, something Solomon could know as his own. 



Alzheimer's

A blizzard, late in the season, arrives
with its sudden cannonading . . .

It sends a lost soldier wandering, alone 
towards the center of what he perceives 
as a vast clearing in a dense pine grove.

Snowdrifts will billow up past his thighs 
and the chalk-blue terrain will forget
its own landmarks by nightfall. He will drop

his rifle and his rucksack on the snow,
hallucinate his dead mother
young again, then collapse. Then the moans,

the deep creak and clatter when the gray slab 
of lakeice gives way. A braid of bottom grasses 
will hold him down, a frost will heal the sky. 




Solomon's Tool Shed

The three pine steps
have worn soft.
The sagging runners

bleached from sun 
and rock salt,
warped and grain

tattered from boot
treads and spade tips
lifted then dropped

as walking sticks
at the tired end of a day. 
The toll of winter's

hammer and grind
grows heavier
each year. Sunlight

worms through
cracked cedar shakes,
vermiculates the dark

clutter of workbench
and plywood wall,
where years of rusted

tools hang on nails
bent like bluefish
hooks. A coping saw

and its dust shadow. 
The kitchen clock 
whose hands, dizzied

and tired, have given up
the chase. And the one 
crimped wood shaving

held in the block plane's 
dull blade, furls 
like a dried petal,

a forget-me-not. 
A small tribute to the end
of beginning new projects.
A settling in, a settling in. 



Montclair Vespers

The evening light of suburban New Jersey 
has in it smears of newsprint and the Khaki
shades of trench coats slung over seatbacks.

Commuters descend, single file,
the concrete stairs at Watchung Station,
each hauling the glum luggage
of shadow hunkered at their clicking feet.

A train's whistle blares behind them,
scatters a murmuration of starling
that swoops down, banks, then doubles back
into themselves like a black shawl raised off
the shoulder, alive by wind. It's November

and the maples, having emptied their branches,
rake over their darkening plots of sky. 

Sean Nevin






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LANA HECHTMAN AYERS [19.195]

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Lana Hechtman Ayers

Lana Hechtman Ayers nació en Nueva York, de padres estadounidenses. Creció en Queens, pasó quince años en Nueva Inglaterra, y luego se trasladó al noroeste del Pacífico, donde sigue viviendo. 

Poeta, novelista, editora, y una entusiasta de viajes en el tiempo.

Es una asesora para manuscritos, promotora de talleres literarios, editora de poesía del Crab Creek Reviewy editora de Concrete Wolf Poetry Chapbook y de Late Bloom Poetry Series. Es autora de dos libros, Chicken Farmer I Still Love You (D-N Editores) y Dance From Inside Her Bones (Editorial Snake Nation).




Mi mente es un horno apagado

I.

Síntomas alarmantes del Alzheimer:

Preguntar la misma pregunta una y otra vez.
¿Qué día es hoy?

Tener dificultad al realizar tareas comunes, como preparar la comida.
¿Cómo es posible que el pastel de carne esté crudo después de una hora?

Olvidar palabras simples u olvidar el nombre de algunos objetos.
¿Han visto mis… esas cosas metálicas que abren las puertas?

Extraviarse en el propio barrio y no saber cómo llegar a casa.
¿Ha estado ese semáforo siempre allí?

Tener problemas para entender una factura.
Cinco y siete son… llevo dos.

Olvidar con frecuencia donde dejamos las cosas o colocarlas en sitios inadecuados.
¿Cómo llegó el reloj a la nevera?

Volverse muy pasivo, tener la necesidad de ser impulsado para involucrarse.
No. No gracias, de verdad.



II.

En el viaje de cinco minutos a casa,
los nombres de las calles
como un baile sencillo
y me pierdo,
giro a la izquierda, izquierda, izquierda,
antes que el barrio se enderece
y estoy de vuelta un dos tres
al frente de la casa.


III.

La cara del reloj me esconde el tiempo
a medida que la cita con el médico
acelera su camino hacia el despeñadero.


IV.

Los neurólogos le dicen demencia,
pero mi formación en matemáticas,
me hace escuchar dimensiones, dimensiones,
topologías imposibles de n espacios
tan complejos y vastos
que están alfombrados con botellas de Klein,
trenes en los rieles de Mobius
que nunca llegan a su destino.


V.

El horno está apagado.
No hay cena.
Pierdo peso
sin proponérmelo.
¿Quién iba a pensar
que hacer dieta
podía ser tan fácil?

Traductor: Armando Ibarra
http://www.revistadepoesiaclave.com/



kenai, part V

Sometimes things end before they truly begin.
Sometimes endings lead to new beginnings.
For believers in fate, the end is where one begins.
And every breath (every exhalation, moves one
closer to that end which is already slated,
though not known, and every breath feels restrained
somewhat) is tethered to the end from the beginning.
However, breath is also voice and voice is freedom,
for not even the expert speaker can put into words
all the emotions and experiences she has.
Every expression is a beginning and an end,
every poem a birth and a death. And every action
rolls the dice, a breath of life, will it be a sea cruise
to paradise or flight that ends in flames: we take a chance.
We live in the living:
let the breeze blow over us.
We die when we are dead:
the breath of death cannot be unsaid.
The moment in the park and at the towers
are of equal weight. We are people with history
time can redeem, for history is a design
of changing stories. For now, the light holds
on a winter's afternoon, by the sea in a small town.
Our story is now and in the universe.
Call upon the love within you, let love be the voice of
   humanity.

May we never cease from opening ourselves;
from the beginning of our opening 
we release oppressive doctrines,
add infinite possibility to our lives.
Over a bridge, through the remembered moon gate
when the first of love was new to discover
was one of many beginnings
and endings in the wheel of time.
The directive of the park official
amid the profusion of tourists
(so many, so hard to ignore)
but heard, half-obeyed, in the unstillness
of two beating hearts, held breaths.
Quick now, here, now, always—
the condition of endless potential
offering not less than everything.
Regardless of life’s hypocrisies, we will evolve.
We will evolve and be extraordinary
when hope and faith are disentangled
by our capacity for unconditional love
and free will and fate are one.



The Toe

Despite how mystically moonlight snakes a path across the lake tonight, and because love is the property solely of country music, and since Plath’s bell jar of pain runneth over for all eternity, I will write only of a toe—a plain enough thing—the fourth toe on my mother’s right foot and how each day, despite my bathing it, my application of greasy salve, the wrapping and rewrapping to apply just enough pressure, it continued to blacken, the toe like a banana past sweetness to the other side of neglect, or salt beef dried to jerky, tenderness abandoned to gristle, so I write this about my mother’s toe, how the doctor tells us it must go as if speaking of an ingrown hair or a splinter, as if it were nothing important, nothing a person spent her whole life walking on, on grass, over damp-mopped kitchen linoleum, dancing backwards in high heels over slick-waxed ballrooms floors, or in babyhood grabbed for all googley-eyed and occasionally even sucked, this dried-up toe that oddly causes mother no pain, and yet when the doctor says the toe must go, this woman who was a marble column at father’s bedside during his failed chemo, who later presided over father’s grave, stolid as a granite headstone, and not long after, this woman who sat composed as Rodin’s “Bather” as another doctor spoke the word mastectomy to her, and all through radiation wore a Mona Lisa smile, this woman does a thing I’d never seen her do, my mother cries, sobs, weeps, exhausts all the tissues in the doctor’s stainless dispenser, and keeps crying over this very small rotten toe, this calamity of losing what one least expected to lose.

“The Toe” appears in the e-book anthology Fire on Her Tongue (Two Sylvias Press, 2012).


What the Wolf Told a Bartender About 
Red Riding Hood 

                    I was alright 'til I fell in love with you.
                    —Bob Dylan 


I wasn't out to devour her. 
She was the kind of woman 
who couldn't find herself 
in a mirror. 

How could I foresee 
she'd end up consuming me. 
Now, I can't see myself 
without her. 





The Wolf Reflects 

On His First Meeting With Red Riding Hood
it was red, as red as the Swiss flag, 
yes, it was red, as red as chicken blood 
—Anne Sexton
She wore that red cape like 
a bandage, like bloody bondage. 

Who wouldn’t want to save her 
from the boredom of happily ever after, 
which never really was or else the Brothers Grimm 
wouldn’t have stopped there, would they? 

Red was off the path picking flowers, so to speak, 
witnessing art up close for the first time. 
And what painting should set her to fainting 
than the one she most resembled? Salome. 

Had Red’s mother cunningly showcased 
this daughter’s wares for her own gain? 
I could only guess, yes, she had, for Red’s eyes 
were fair sorrows, untried amber. 

I smelled trepidation, so I vowed 
I’d make a feast of her salvation.




Gretel Advises Red Riding Hood

It didn’t matter what my friends say. 
I just want to see you so bad. 
—Lucinda Williams
Red, you’re like a sister. Though I’m no 
expert on sex, despite my conquest 

of every one of the seven dwarfs 
before sleazy Snow White 

moved in on them 
(and Sneezy still says he prefers me). 

But the way I see it, it’s just honey. 
Better to be buzzed by more bees 

than give up all your pollen 
to one hungry fellow 

no matter how furry 
or feral he may be. 

Besides, you’ve already 
got that wooden drone at home 

do you really want to hitch yourself 
to an artsy alternate? 

Red, spread your clover all over 
as I do. These woods are busy with lovers.




Baba Yaga Gives Red Riding Hood an Earful

I was tired of being a woman,
tired of the spoons and the pots,
tired of my mouth and my breasts...

—Anne Sexton

 

I've pulled the plow 
by my teeth, fed souls
of unborn babes on the marrow 
of my own bones.

I've called clouds down
from heaven, swallowed the stars 
while in my raven guise.
I've charmed snakes,

sung to wolves, 
hummed thunder and
spit rain. No one can claim 
I've had a dull life.

I'm nobody's wife
and no one's Grandma.
Don't come by my roost 
looking for fresh-baked pie

or warm cookies.
I'll give you fire if you bargain
fair and even a lock
of my steely hair

but you won't get a hug
from me. Don't come whining,
looking for someone to wipe
your snotty nose.

I'd sooner make soup
of your toes. I don't have time
to waste on complainers.
And men, I loved one once.

He was a woodcutting dunce
like yours, looking to marry
his mother in a younger body.
I told him to take a hike.

and when that didn't work,
I cut out his eyes and sent him
toward the pike. That Oedipus has not
been seen or heard from since.

Don't wince, honey. 
Take my advice, 
command mice, 
enchant spindles,

put foxes in a trance, 
teach your chicken-legged 
house to dance.
A man will just keep you down.

How are you going to patrol
the gateway of the dead
wearing glass slippers 
and a ball gown?

Trade in that red cape for 
an even redder dress. 
Live your story, 
your own—not mine.

Never say yes
when you mean no, 
and mean no
all of the time.

 


Whisper, He's Driving

A gray chamois shawl enwraps the morning sky.
She's thinking of what her grandma used to say 
whenever it rained like this, 
"It's a good day to be a fish," and she smiles.
For a moment, she studies him, his hands, knuckled 

to the steering wheel, then closes her eyes. The downpour 
against the windshield, sounds something like November 
leaves crushed underfoot, like oil spattering from a pan, 
but reminds her most of the clatter 
of her string of cobalt glass beads, 

broken, scattering across the oaken floor,
last night, when he hit her but didn't mean to,
his hand a blunt board,
his ring snaring the clasp, tearing 
the whole thing from her throat.

This weather shushes her heart, that she imagines 
glows with smudgy incandescence inside her chest, 
much like the blurred necklace of halted taillights ahead.
"Could a person drown in all this rain?"
she wonders aloud, but softly, 

whisper, he's driving.
Around the shoulders of the highway, 
she notices that all the maple trees are bare but one, 
still clutching its clusters of leaves like yellow bouquets,
like roses one offers in sympathy. 



            Of This Yellow

of this yellow the falconer cries foul 
when the field is bloodied 
and emptied 
of every delicate breath 

of this yellow the president boasts progress
unemployment down retirement up 
just look at those flags people 

of this yellow an old woman 
removes her shoes and leaves them 
at the bank of Blue Gully 
before joining her trout ancestors 

of this yellow I have a knot 
in my gut 
defies untying 

of this yellow a tiger 
yellowly growls 
of this yellow Whitman yawped 
and my mother warned me 

of this yellow my Uncle Louie spits 
pulls a blade of tobacco from his teeth 
and lights his cherry-bowled pipe






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BRIAN DALDORPH [19.196]

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BRIAN DALDORPH 

Brian Daldorph nació en Harrogate, Yorkshire, Inglaterra en 1958. Recibió su licenciatura en la Universidad de Kent (1983. MA en la Universidad del Estado de Illinois (1985) y doctorado en Inglés de la Universidad de Illinois (1990) El tema de su tesis fue la poesía de WS Merwin.
 
Carrera: Este poeta ha enseñado Inglés en la Universidad de Kansas, desde 1990. También ha enseñado en Japón, Senegal, e Inglaterra. 

LIBROS:

Senegal Blues - Jul 1, 2003 by Brian Daldorph
Sonny Kenners Red Guitar - Mar 20, 2013 by Kevin Rabas and Brian Daldorph
From the Inside Out: Sonnets - Jun 23, 2008 by Brian Daldorph
Jail Time - Apr 1, 2009 by Brian Daldorph and Kerry Niemann
Douglas County Jail Blues - Feb 1, 2012 by Brian Daldorph
Outcasts, Poems - May 15, 2000 by Brian Daldorph
Bird's Horn & Other Poems - Jun 25, 2007 by Kevin Rabas and Brian Daldorph
From the Inside Out: Sonnets [Paperback] [2008] (Author) Brian Daldorph - 2008
On Snipers, Laughter and Death: Vietnam Poems (Coal City Review, #6) - 2001 by John Musgrave and Brian Daldorph
The Holocaust and Hiroshima - Nov 25, 1997 by Brian Daldorph



El albañil cansado

No encuentra las palabras precisas.
Y lo sabe, insiste en meter las manos
en el oscuro depósito de vocablos
y solo logra recuperar corazones de manzana
espinas de pescado y piedras pulidas.
Sabe que hay una palabra
para lo que quiere decir; pero está en un cuarto
lleno de diccionarios y no sabe dónde comenzar.
Cambiaría un ojo por un cerebro sano.
Allí hay proyectos de catedrales,
pero los oficiales de albañilería
no pueden recordar cómo empuñar un cincel.
Los ventaneros solo pueden imaginar
cristalería sin adornos.

Traductor: Armando Ibarra
http://www.revistadepoesiaclave.com/



LAST WORD 

God knows the number of words I'll write.
God knows my first word
and He's been keeping score since then,
even when I'm up past midnight
listening to night trains and Yardbird,
trying to hold onto my heavy black pen.
Sometimes I think I could write forever,
just sit at my desk and not move
beyond the twitching of my hand. I'd not need a lover.
Words would be my picture-framed love.
Eventually there'd be only my last word left
to write. Perhaps I'd think about it for days,
stretched out on my death bed.
What should it be? Rain? Sea? Alone? Amaze?
 


TO THE STARS THROUGH DIFFICULTY: 

Two small
boys
in football helmets,
blue and white
team jerseys,
tight white
pants
wander
up 13th Street,
lost astronauts







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CHRIS TUSA [19.197]

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Chris Tusa

Chris Tusa nació y se crió en Nueva Orleans, Louisiana, EE.UU.
Graduado en Escrituras Creativas de la Universidad de la Florida. Sus poemas han sido publicados en Prairie Schooner, Texas Review, New Delta Review, The New York Quarterly, Passages North, South Dakota Review, Spoon River, The Louisville Review, Tar River Poetry, Story South, Southeast Review, entre otros. En la actualidad enseña en la Universidad Estatal de Louisiana.

PUBLICACIONES

Ficción (novelas)

• Dirty Little Angels (University of West Alabama, 2009)

Ficción (cuentos)

• "Sons of God" published in Summer 2005 issue of StorySouth
• "Riding the Devil’s Backbone" published in Issue 4 of Southern Hum

POESÍA (libros)

• Haunted Bones (Louisiana Literature Press, 2006)

POESÍA (Chapbooks)

• Inventing an End (Lone Willow Press, 2002)



La dentadura de la abuela

La dentadura de la abuela la observa
desde un frasco en la mesita de noche.

El radio se enciende solo,
la luz del sol gatea para atravesar la ventana,

y cree sentir sus brillantes ojos azules
que ruedan fuera de la cabeza.

Está segura de que la sangre se ha vuelto polvo,
y que hay escarabajos que asedian la cavidad oscura de los huesos.

Al reloj de la pared de la cocina le falta el minutero.
A las papas en el fregadero de la cocina les salieron ojos.

Se queda mirando a mi abuelo parado en el portal,
su sonrisa titilando como el filo de un hacha.

Afuera, en el patio, una gallina brinca
entre la alta hierba buscando la cabeza.

Traductor: Armando Ibarra




THE REVOLVER

We find it dark and glowing, hidden
among swollen mounds of pine needles

near a weedy bank lined with cattails
and the fallen branches of a blackgum.

Together, we stand in the smothering heat
as wind thrums through the reeds.

One of the boys strikes a match
against his belt buckle. The air hisses.

The other bends to the ground,
picks the revolver from the dead leaves.

He presses it against the sky.
It flickers in the sun.

My brother’s hands cup my ears
as sunlight ricochets through the trees. 



GONE

What I want most is you
gone, to hear each splintered board
creak beneath you
as you drift across the porch,
keys jingling in your pocket,
the exhaust from your pickup
rising like a voice.

No wonder, after you’ve left,
I spend my day wandering
the house, picking up
the pieces of your words?
No wonder, after you’ve finally gone,
I sit for hours on the porch
watching your footprints
fill with rain.



INVENTING AN END

for Leigh Mayeaux, whose body was never found.

Maybe he straddles you in the soft mud,
his eyes the brown shells of beetles,
your voice a yellow-jacket buzzing
in the sweaty throat of his palm.

Maybe sunlight trickles onto the ground
as the sharp black wings of crows ripple
in the curved steel of his switchblade,
or maybe he has a gun.

In my mind the end is always the same:
your pale body twisted in the muddy mouth
of a bayou where rusty lures flicker like flashbulbs
and the spotted scales of bass blink

through green lashes of eel grass.
I see you drifting through a cloud of cattails,
hair tangled with leaves, lips curled
around your final watery word.



SEPTEMBER FUNERAL

Two strange women whisper
through a cloud of baby’s breath,
their lips the creased petals
of poinsettias, their voices muffled
in a thick Mississippi drawl.

They pile jelly doughnuts
carelessly on their plates,
their polyester blouses freckled
with white tears of powdered sugar.

While they smile behind their napkins
I think of your startled body glowing
in the bruised light of the Bogue Falaya.

I watch them gossip over coffee,
listen to their remarks fall
unexpectedly
like the snow outside.

Poems from Inventing An End (Lone Willow Press), © 2002



Dead Fox

In the slow drawl of winter we find it 
near the edge of a dirt road, 
twitching in a clump of weeds, 
its eyes black pools of rain, 
splotches of blood like red flowers
blooming in its fur.

We stand for a moment in the freezing air 
until my uncle returns with his rifle. 
He picks the fox up by its tail,
tells us to wait for him near the truck,
then disappears into the woods.

Minutes later, we hear
the sound of a gunshot echo 
through the dark pines. Then, 
nothing
except the crackle of dead twigs 
against the still gray air.








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STEVE KOWIT [19.198]

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Steve Kowit

30 de junio de 1938, Brooklyn, Nueva York, Estados Unidos - 2 de abril de 2015, Potrero, California, Estados Unidos.
Educación: College de Brooklyn de la Universidad de la Ciudad de Nueva York.
Steve Kowit fue el autor de In the Palm of Your Hand: The Poet’s Portable Workshop y siete poemarios. 
Un poeta aclamado por la crítica, que murió en abril de 2015 a la edad de setenta y seis.


NOTICIA

Esta tarde, los resistentes Levis
Que usé a diario durante tantos años,
Y que parecían en perfectas condiciones, hasta el final,
De repente se rompieron.
Cómo o por qué eso no lo sé,
Pero pasó – un enorme desgarrón en la entrepierna.
Hace un mes, mi amigo Nick,
Salía de una cancha de tenis,
Duchado,
Después de vestirse con su ropa de calle,
Y en mitad del camino hacia su casa, se derrumbó y murió.
Presten atención a esto mis lectores,
Y caigan de rodillas enseguida
Como el poeta Christophen Smart y besen la tierra,
Y sean felices y aprovechen el tiempo,
Y sean amables con todo el mundo,
Aún con aquellos que no lo merecen.
Porque aunque no crean que esto va a sucederles,
Ustedes también algún día se irán.
Yo, a quien se le desgarraron los Levis en la entrepierna
Sin ninguna razón,
Aseguro que esto es así.

Rueden la noticia.

Traducción:  Bernardo Gómez



CUANDO ÉL ESTRECHÓ SUS LABIOS

Cuando él estrechó sus labios contra mi boca
El nudo se deshizo por sí mismo.
Cuando él estrechó sus labios contra mi garganta,
El vestido se deslizó hasta mis pies.
Es tanto lo que sé—pero
Cuando sus labios tocaron mi pecho
Todo, lo juro
Por su mismo nombre,
Se volvió tan confuso,
Que todavía soy, amigos,
Incapaz de expresar
(como me gustaría)
Qué delicias y, por quién
Enseguida me fueron otorgadas.

Traducción:  Bernardo Gómez



A few of Steve Kowit’s poems

Lurid Confessions

One fine morning they move in for the pinch
& snap on the cuffs— just like that.
Turns out they’ve known all about you for years,
have a file the length of a paddy-wagon
with everything- tapes, prints, film …
the whole shmear.  Don’t ask me how but
they’ve managed to plug a mike into one of your molars
& know every felonious move & transgression
back to the very beginning, with ektachromes
of your least indiscretion & peccadillo.
Needless to say, you are thrilled,
tho sitting there in the docket
you bogart it, tough as an old tooth—
your jaw set, your sleeves rolled
& three days of stubble … Only,
when they play it back it looks different:
a life common & loathsome as gum stuck to a chair. 
Tedious hours of you picking your nose,
scratching, eating, clipping your toenails …
Alone, you look stupid; in public, your rapier
wit is slimy & limp as an old bandaid.
They have thousands of pictures of people around you
stifling yawns. As for sex—a bit
of pathetic groping among the unlovely & luckless:
a dance with everyone making steamy love in the dark
& you alone in a corner eating a pretzel.
You leap to your feet protesting
that’s not how it was, they have it all wrong. 
But nobody hears you. The bailiff
is snoring, the judge is cleaning his teeth,
the jurors are all wearing glasses with eyes painted open.
The flies have folded their wings & stopped buzzing.
in the end, after huge doses of coffee,
the jury is polled. One after another
they manage to rise to their feet
like narcoleptics in August, sealing your fate:
Innocent… innocent… innocent… Right down the line.
You are carried out screaming.



CUTTING OUR LOSSES

In a downtown San Jose hotel,
exhausted & uptight & almost broke,
we blew 16 colones & got stewed on rum.
You lounged in bed
reading Hermelinda Linda comics
while I stumbled drunk around the room
complaining
& reciting poems out of an old anthology.
I read that Easter elegy of Yeats’
which moved you,
bringing back that friend of yours,
Bob Fishman, who was dead.
You wept. I felt terrible.
We killed the bottle, made a blithered
kind of love & fell asleep.
Out in the Costa Rican night
the weasels of the dark held a fiesta
celebrating our safe arrival in their city
& our sound sleep.
We found our Ford Econoline next
morning where we’d left it,
on a side street, but ripped
apart like a piñata,
like a tortured bird, wing
window busted in, a door
sprung open on its pins like an astonished beak.
Beloved, everything we lost— our old blues
tapes, the telephoto lens, the Mayan priest,
that ancient Royal Portable I loved,
awoke me to how tentative & delicate
& brief & precious it all is, & was
for that a sort of aphrodisiac— tho bitter
to swallow. That evening,
drunk on loss, I loved you
wildly, with a crazy passion, knowing
as I did, at last, the secret
of your own quietly voluptuous heart— you
who have loved always with a desperation
born as much of sorrow as of lust,
being, I suppose, at once unluckier,
& that much wiser to begin with.




THE GARDEN

Years ago we owned two cats who hated each other.
When I said we had better give one away
you wouldn’t hear of it— you
were adamant, outraged …
relenting only weeks later when it was clear
they were going to tear each other to shreds.
 I remember the speech you made:
if it came to that we would give away Sluggo,
our loveable calico,
who could purr his way into anyone’s heart.
For in less tolerant hands, Mphahlele,
our difficult, misanthropic gray
might be abused, or abandoned … or worse— whereas
if he lived with us he would be loved always.
& of course you were right,
tho God knows you have paid dearly
for a compassion as absolute
& unyielding
as the copper sheet of the Mexican sky
rising each morning over that house
high in the hills of Chiapas
that you loved so
with its eleven rooms,
those great hanging bells of datura,
that courtyard, tangle
of wild vines
that you would never let me weed
to begin a garden,
insisting in that quiet way of yours
that every creature
had as much right to live as we had,
& that it was a garden.


FRAGMENT OF ANCIENT SKULL

A young man, told to die for his country,
politely declines,
preferring, he mutters, to suck his toes
in his own room.
The civil guard, delighted to practice,
take him outside & shoot him.
His hat blows over the wall.
A piece of his head is found in the brush
centuries later
by entomologists looking for beetles.
Scrubbed down at the local museum
it is stuffed in a jar & labeled:
fragment of ancient skull
culture unknown
But not a word about the fate of his calico,
or the anguish of his father,
or the whereabouts of his hat.


CROSSING THE RIVER

I am translating a poem by Domingo Alfonso
called Crossing the River.
When I lift my head from the page it is night.
I walk thru the rooms aware of the shapes
that loom in the silence.
In the bedroom Mary has fallen asleep.
I stand in the doorway & watch her breathing
& wonder what it will be like
when one of us dies.
In 8 years
we have not been apart for more than a few days.
The cat drops to my feet & sashays past me.
I open the side door. Outside
there is no sound whatsoever. If things
call to each other at this hour of night
I do not hear them. Vega alone
gleams overhead, thousands of light years
off in the region of Lyra.
The great harp is still.


JOY TO THE FISHES

I hiked out to the end of Sunset Cliffs
& climbed the breakwater,
sneakers strung over my shoulder
& a small collection of zen
poems in my fist.
A minnow
that had sloshed out of someone’s baitbucket,
& that I came within an inch of stepping on,
convulsed in agony.
Delighted to assist,
I tossed it back into its ocean:
swirling eddies sucked about the rocks,
white pythagorean sailboats
in the middle distance.
Kids raced the surf,
a labrador brought down a frisbee,
& the sun sank pendulously
over the Pacific shelf.
I shivered & descended,
slipping the unopened book
into my pocket
& walked south
along the southern California coastline—
all the hills of Ocean Beach
glowing
in the rouged light
of midwinter sunset.
Even now
it pleases me to think
that somewhere
in the western coastal waters off America
that minnow is still swimming.


LAST WILL

If I am ever
unlucky enough to die
(God forbid!)
I would like to be propped up
in my orange overstuffed chair
with my legs crossed
dressed in a cashmere sweater & jeans
& embalmed
in a permanent glaze
like a donut
or Lenin
a small bronze plaque
on the door of my study
showing the dates
of my incarnation & death.
& leave the room as it was!
Let nothing be touched in the house!
My underpants stuck on the doorknob
just where I left them.
My dental floss
lying on top of the Bhagavad Gita
next to my socks.
Let the whole of Ebers Street
be roped off
& planted with yews
from Narragansett to Cape May
& left as a monument to my passing.
The street?
No— the city itself?
Henceforth
Let it be known
as the Steve M. Kowit
Memorial Park & Museum.
Better yet
if the thing can be done
without too much fuss
put the whole planet to sleep.
Let the pigeons & busses
& lawyers & ladies
hanging out wash
freeze in their tracks.
Let the whole thing
be preserved under ice
just as it looked
when the last bit of drool
trickled over my chin.
Let the last of the galaxies
sizzle out
like a match in the wind
& the cosmic balloon
shrink down to a noodle
& screech to a halt.
Let time clot
like a pinprick of blood
& the great solar flame
flicker down
to the size of a yertzite candle
leaving the universe dark
but for one tiny spotlight
trained on the figure of me
propped in my chair—
for after my death
what possible reason could life
in any form
care to exist?
—Don’t you see
it would be utterly pointless!
I would be gone!
Look, try to conceive it,
a world without me! Me
entirely absent—
nobody here with these eyes,
this name,
these teeth!
Nothing but vacant space
a dry sucking wind
where I walked
where I sat— where
you used to see me
you would see nothing at all—
I tell you
it dwarfs the imagination…
Oh yes, one last thing:
the right leg
is to be crossed over the left
— I prefer it that way —
& poised on the knee .
Prop the left elbow up
on the arm of the chair
with a pen
in my right hand—
let my left
be characteristically
scratching my skull
or pulling my hair.
If you wish
close the lids of my eyes
but whatever you do
the mouth must remain open
just as it was in life—
yes
open forever!
On that I absolutely insist!


Abuelita

At the Paso Picacho Campground just after dusk, I walk past a big Mexican
family picnic: everyone chatting & laughing around a long plank table littered
with paper plates & plastic cups & half-empty bottles of Fanta.
Two little girls off to one side collecting the prettiest stones,
& a slew of bigger kids racing around playing tag, wrestling & giggling;
& farther away, in a world of her own, a white-haired grandma
in a long green skirt is dancing ecstatically by herself, barefoot under
the stars, dancing with that invisible someone, her wide hips rocking
to music from an old Chevrolet’s staticky speakers, the driver’s door swung
open — the Dixie Chicks: If I could only hold you now . . . Is it stupid
to guess she is dancing again as they danced when he was alive & both
of them young, that husband of hers, gone now, what — twenty, thirty years?
I walk through the campground toward where my own car is parked
this early November evening, the Pleiades gleaming above us, Stonewall Peak
darkening to the northeast, & a sliver of moon through the pines.
The others, chatting & laughing, pay her no mind as she sways there, eyes shut,
barefoot, lost in that old dream: a girl in her twenties, dancing again here in
Cuyamaca Rancho State Park, in her long green beautiful skirt,
with that boy whom she loves still, that boy she is going to marry.



Taedong River Bridge

In memory of Jerry Greenberg

Retreating, Walker’s 8th Army torched whatever lay in its path, 
battered Pyongyang with rockets & mortars till the whole 
besieged city crumbled in flame. Blew up the granaries, too, 
& the bridges & roads, so that those who didn’t freeze to death 
would be sure to die of starvation — vengeance against the Chinese
Red Army & the peasant armies of North Korea for pushing them 
back to Inchon. The U.S. command shelling that city till nothing 
remained but that one standing bridge: tangle of girders with hardly 
a place to find footing & nothing to grasp as it swayed in the wind-
driven sleet over those waters — Taedong River Bridge, the only 
way left, short of death, to cross out of Pyongyang. Ten 
thousand terrified souls swarming over its splintered ribs. 
On their backs, in their arms, whatever they owned or could carry. 
Women cradled their infants. Men strapped what they could 
to their shoulders. The crippled & dying & blind inching their way, 
for to slip — & hundreds of those fleeing slipped — was to vanish 
into the icy hell of that river. Then the ones who watched, horrified, 
would clutch one another & wail in that other language of theirs 
while they kept moving. What else could they do? For what 
it was worth, those who fell through saved the lives of those 
inching behind them, letting them know where not to step next. 
                                                                 
                                       Jerry, you saved my life
in much the same way. Now & again, in my mind, that awful black limo 
pulls up at the curb in front of our house back in Flatbush, 
& Henrietta, your mother, steps out, gaunt as death in that black 
cotton shawl, while I watch from an upstairs window. At which moment
my own beloved mother slips into the room, lays a hand on my arm, 
& tells me quietly, lest I say the wrong thing when her dearest friend 
steps through the door, what she had hoped never 
to have to tell me at all: that you had been killed at the front. 
I was twelve. Forty years later I remain stunned. Now & again, 
something triggers it back & I drift out to Kelly Park 
& watch you fast-break downcourt — that long, floating jump 
from the corner. The swish of the net.

                                       Jerry, I don’t know you’d care, 
but when my number came up for the next imperial blood bath, 
I gave my draft board the finger — for us both. And for every last 
terrified soul on both sides. I can’t tell you how grieved I am still 
that you’re gone. Or thank you enough for the warning: your death 
letting me know where I stand, who my real enemies are, 
what the heavy money had in store for me too. 
In a way, then, I owe you my life: more than anyone else, you 
were the one who showed me where not to step next 
— the one up ahead, in the bitter wind of the past, who fell through.





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LEONARD NATHAN [19.199]

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Leonard Nathan

El doctor Leonard E. Nathan, (el 8 de noviembre de 1924 - el 3 de junio de 2007) fue un poeta americano, crítico, y profesor emérito de la retórica en la universidad de California, Berkeley (Universidad de California, Berkeley) donde se retiró en 1991.

Nacido en El Monte, California (El Monte, California), Nathan ganó una licenciatura en inglés en UC Berkeley en 1950, un título de máster en inglés en 1952 y un Doctor en Filosofía en 1961. Se contrató entonces como un conferenciante en el Departamento de UC Berkeley del Discurso y se promovió al profesor asistente en 1965 y al profesor en 1968.

Entre otros honores, recibió el Instituto Nacional de Artes y Cartas (Instituto nacional de artes y cartas) premio por la poesía, un Compañerismo de Guggenheim (Compañerismo de Guggenheim), el Premio de Phelan por la Poesía Narrativa y tres medallas de plata del Club de Comunidad de California, incluso una para Los Comedores de Patatas. Sus poemas también se publicaron en El neoyorquino (El neoyorquino), El Atlántico (El Atlántico), New England Review (New England Review) y The Georgia Review (Georgia Review), entre otras publicaciones.

El autor de 17 volúmenes de la poesía, Nathan era se ha descrito como "un encuentro durante 50 años en círculos literarios tanto en como del campus de UC Berkeley." Ted Kooser (Ted Kooser), un laureado del poeta estadounidense reciente y un profesor inglés en la universidad del Nebraska-Lincoln (Universidad de Nebraska-Lincoln), contó a Nathan entre sus consejeros, en particular para su "economía de palabras."

"Estaba entre los poetas más finos de su generación y será echado de menos por todos nosotros que practicamos el arte", dijo Kooser, que empezó una correspondencia con Nathan en los años 1970 después de congratular a Nathan en un poema que había visto en una revista.

El primer libro de Nathan de poemas, Alcances Occidentales, bordes con imágenes del paisaje de California. Después de un año en India, publicó un libro sobre sus experiencias allí tituló, La Semejanza: Poemas de India. Que mismo año, la editorial universitaria de la Princeton publicara 'la 'Vuelta de Nathan de Su Llamada, que se denominó por un Premio del Libro Nacional (Premio del libro nacional). Su prosa Diario incluido de un Observador de la Ave Zurdo y el Trabajo del Poeta, una Introducción a Czesław Miłosz (Czesław Miłosz). También colaboró en un número de traducciones, el más notablemente con Milosz en los poemas de Anna Swir (Anna Świrszczyńska) y Aleksander Wat (Aleksander Wat).

Nathan murió en Marin, California (Marin, California) en 2007.




Brindis

Había una mujer en Ithaca
Que lloraba suavemente toda la noche
En el cuarto de al lado, e indefenso
Me enamoré de ella bajo la cubierta
De hielo que se posó sobre los
Tejados del pueblo,
Llenando cada oscura oquedad.

A la mañana siguiente,
En la cafetería del motel,
Estudié los rostros de
Todas las mujeres. ¿Era la rubia de mediana edad
Que bromeaba con la camarera
O la joven morena que levantaba
Su taza como si quisiera brindar?

Amor, donde quiera que tú estés,
Tu coraje fue mi compañía
En medio de numerosas y frías ciudades
Después de la revelación de Ithaca,
Y cuando ordeno un café
En algún extraño lugar, todavía digo,
Es por ti, mientras levanto mi taza.

Traductor:    Bernardo Gómez




The Potato Eaters Related 

Sometimes, the naked taste of potato 
reminds me of being poor. 

The first bites are gratitude, 
the rest, contented boredom. 

The little kitchen still flickers 
like a candle-lit room in a folktale. 

Never again was my father so angry, 
my mother so still as she set the table, 

or I so much at home.



AND HAVE YOU ALSO WISHED

And have you also wished to leave the world
of unforgiving surface and hard time,
to enter mist and climb an autumn slope,
becoming all but invisible below
a gray and dripping baldachin of boughs
that lead to the little clearing in the woods
where much will be revealed, what love and dreams
had promised before you woke and had to leave?
And have you, even as you wished this all,
passionately wished it, nevertheless continued
in the old direction, stretching out
and out to dust, foregone and trampled flat,
because you were told to once or because—who knows—
you said you would, or something shallow as that?



WHEN I FIRST SAW

When I first saw my new-born son, I saw
life would be somewhat different now for me,
as Schopenhauer warned us that it would
if we gave in to mere biology.
Of course, there was pity—pity, seed of love,
but there was more: a grown-up feel, quite new,
of separation. I saw it when my son
looked at his own first son; when he was first
shown me, I guess my father felt it too.
And so the hunter, after his freelance chase,
comes home to find another mouth to feed,
and, watching the woman lift it to her breast,
feels useless, yes, but more responsible,
and growls and frowns, and kneels to skin the kill.

—from Rattle #26, Winter 2006
Tribute to the Greatest Generation



Toast

There was a woman in Ithaca
who cried softly all night
in the next room and helpless
I fell in love with her under the blanket
of snow that settled on all the roofs
of the town, filling up
every dark depression.

Next morning
in the motel coffee shop
I studied all the made-up faces
of women. Was it the middle-aged blonde
who kidded the waitress
or the young brunette lifting
her cup like a toast?

Love, whoever you are,
your courage was my companion
for many cold towns
after the betrayal of Ithaca,
and when I order coffee
in a strange place, still
I say, lifting, this is for you.

from Carrying On: New and Selected Poems (University of Pittsburgh). 








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BEÑAT ARGINZONIZ [19.200]

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BEÑAT ARGINZONIZ

Beñat Arginzoniz (Bilbao, 1973), estudió psicología y psicoanálisis, y es desde hace diez años librero de profesión. Sus libros, desarrollados en un intenso lenguaje poético, son siempre una mezcla de géneros, entre sus últimos títulos publicados están: Manifiesto poético y otros escritos (2008), Reflejos de Andalucía (2011), Jai Alai (2012), Pasión y muerte de Iosu Expósito (2012), Un mundo para Marina (2014), La herida iluminada (2015), El libro de los espantos (2016), este último ilustrado por Pablo Gallo y Oscuro animal celeste (2016).


"Beñat es el último poeta, el poeta donde ya no quedan poetas", diría Leopoldo Mª Panero en el prólogo a Las voces de la nada, (2002).


EL GALLO DE ORO INCORPORA A SU CATÁLOGO DOS OBRAS DE BEÑAT ARGINZONIZ

07 Julio 2016

Los dos últimos títulos editados por El Gallo de Oro Ediciones están firmados por el autor bilbaíno Beñat Arginzoniz. 

El primero, El libro de los espantos, no es sólo un diálogo entre la imagen y el texto, sino un diálogo con el lector. En cada una de sus páginas se le enfrenta a lo terrible y a lo irremediable, como si se mirara por fin en el último espejo. Allí donde lo imposible se abre paso y la vida nos muestra su verdadero rostro, según se puede leer en la sinopsis de la obra.

El ilustrador Pablo Gallo pone imágenes a los textos de Arginzoniz: el resultado es un libro singular, un ejercicio donde el horror y la belleza se confunden en forma de juego macabro. "46 dibujos espantosos míos junto a 46 textos espantosos suyos", dice Gallo en su blog.

El segundo, Oscuro animal celeste, es la nueva entrega poética de Beñat Arginzoniz tras 14 años. Este poemario largamente fraguado está prologado por José Fernández de la Sota. He aquí un fragmento: "La poesía es una flor extraña. La que contienen estos versos oscuros y brillantes de Beñat Arginzoniz pertenece también a esa extraña botánica de flores raras. Oscuro animal celeste parece un libro escrito más allá o más acá de la vigilia. De ahí su naturaleza excéntrica, porque la poesía —como nos recordaba el propio autor en su ensayo La herida iluminada—, no se escribe en un estado normal de vigilia, sino que es necesario estar más dormido o más despierto. El resultado, entonces, emparenta con los ricos universos simbólicos de poetas como García Lorca o Antonio Gamoneda". 

El Gallo de Oro inició su andadura hace poco más de tres años editando solo poesía, pero su catálogo también informa sobre las apuestas realizadas en el campo de la narrativa y del ensayo. 



EN EL PUENTE DEL ALAMILLO

Cuando pasabas el aire
se rizaba de alegría
y el agua se estaba quieta
por ver si te reflejaba.
Por ver tu cara divina
Reina de Andalucía
hasta el balcón de las nubes
las estrellas se acercaban.
Cruzaste el puente llorando
y el río se desbordaba.
Cruzaste como un lucero,
la noche se iluminaba.
Las flores hablaban solas
temblando en la maravilla.
Y los peces asomaban
sus grandes ojos ahumados
para robar tus suspiros
con sus espejos de plata.
Por ver tu cara divina
puso el cielo un diamante
de luz sobre tu mejilla.
Cruzaste el puente soñando
mientras el mar se dormía.
Cruzaste el puente llorando
Reina de Andalucía
y el amor era un velero
con perfiles de agonía




[los ojos de la escalera (algunos poemas) - Beñat Arginzoniz]

Estuve vivo, ya lo sé, pero ahora
déjame olvidar,
                      porque estoy muerto
y qué silencio: no hay
hombres aquí, ni sol, y somos
los muertos como enfermos. Pero es mejor
este hospital con flores que caen
y se deshacen, es mejor
el cementerio a este suplicio
que la luna repite en otros ojos:
              esa existencia
que se arrastra y sufre
suplicando innoble desde el fondo; y no quisiera
saber otra vez más de los labios
que en la tumba aún me hablan y son
nuevo frío, son despertar, porque estuve
vivo, ya lo sé, pero ahora
déjame olvidar.

  
  
  
Desde el infierno de la dicha llega hasta mí 
el cadáver de tu risa, 
y es como si todo fuera 
una interminable secuencia de pies y cigarrillos, 
un cine desesperado con máscaras de olvido 
y rótulos de neón: 
                           no había 
nadie en aquel cuerpo, estaba 
vacía la calle, dije, cuando supe 
en aquel demasiado donde brilla lo inefable 
que yo también era un muerto y esperaba como Ellos 
la paga del soldado, la última caridad 
de tu Yo-imposible, cuando caída 
una vez más mi mano y rotas 
todas las personas malolientes del verbo, supe 
que sólo era posible tu desprecio, esa ofrenda 
de amor, esa plegaria 
donde acoger la muerte y la limosna de oro falso 
escupida por los labios del presente. 
  
  
  
  
UN ASESINO EN LAS CALLES (versión)

Así mataba yo. 
Así mataba un hombre sin cabeza 
viviendo a costa del asesinato. 
Así mataba yo cuando vosotros erais 
intérvalos en mi agenda y una fecha 
en mis ojos de asesino: 
  descarga 
de vez en vez sobre las torpes figuras 
que avanzan por la calle 
oscuramente aferradas a un sentido que no hay. 
Así goza un cuerpo 
viviendo sin esfuerzo a costa de otros cuerpos, 
y matando bajo el cielo entero, 
             rezando 
para saber al fin de tu susurro, para 
saber al fin de tu sollozo 
y que la sangre nos absuelva del pecado de la vida. 
  
  
  
  
Tú has llegado hoy a ese lugar 
que es algo así como una representación fantástica 
o el misterio inaprehensible de una vida 
donde se mueven ingenuos los hombres 
confusos acerca de sí mismos, 
            o bien 
simplemente grotescos, feroces como un resucitado 
que no acabara nunca de despertar. 
                    Pero has llegado 
y a pesar de todo esres:- en los pliegues, 
en los espasmos de nadie inconfesables, 
                           y callas 
la vergüenza secreta de tu alma. 
Otorgando a ese cielo de desprecio, a esa órbita vacía 
por completo de tu imagen, una tras otra 
las palabras indecibles de una infancia desenfrenada 
que hoy vuelven como embalaje extraño, las horas 
perdidas como en haro que ya en humo se disuelven, 
                                          porque es verdad, 
es verdad que ha llovido, 
es verdad que no ha cesado desde entonces, desde el día 
en que alguien sin saber ya cómo y aun perdiendo su vida hizo 
de tu gesto una promesa, 
      y desde entonces 
recorres frenéticamente el camino de Nadie, porque quién, 
quién sabe si no es cierto, si aquello no era, 
si no fue lo Otro: 
                         la despedida, la barraca alejándose todavía 
bajo la inmensa lluvia, bajo la lluvia, bajo la lluvia entera, 
y en la cuneta extraviada 
      La Obra, 
de nombre, quizá Melancolía. 








Del libro Pasión y muerte de Iosu Expósito, Ediciones El Gallo de Oro, Bilbao 2014.
Ilustración de Florentino Aramburu Eguizabal, Detritus



21

No importa con qué medios, no importa con qué fines, los niños son corrompidos. Los niños han crecido y envejecido viviendo en el engaño. Yo noté sus cuerpos pútridos y me pregunté si acabaría igual. Traga saliva y escupe, en esta vida tendrás lo que te mereces.Los pacifistas nos dan pena. Eskorbuto somos realistas y violentos cuando hay que serlo, porque violencia es todo. Hace falta violencia. Cada día estoy más seguro. Eskorbuto es un personaje al que nosotros damos vida, pero cuando uno de nosotros deje de estar vivo Eskorbuto dejará de existir. Eskorbuto ya no tiene amigos, ni en Bilbao ni en Santurce ni en ningún sitio, ningún amigo. Conocidos sí, tramposos, mentirosos… esperan de nosotros que les demos el cielo, pero ¿de qué vais? Nosotros somos gente como todo el mundo. La muerte siempre ha bullido en nuestras cabezas. Es como un presagio, creo que pronto vamos a acabar con nuestras vidas. Nos hemos dado cuenta y no nos sirve el haber vivido. Hay algo que algunos llaman destino, el ayer, el hoy, el mañana, parecen escritos. Algunos lo llaman casualidad, nosotros lo llamamos tragedia. Vamos creciendo y nos van limitando, acaban con todo lo que has soñado, y eres lo que te queda. La realidad es una broma, una broma de Satán seguramente. Joder, la muerte es terrible. Antes no estaba tan asustado con respecto a la muerte, ahora le tengo miedo. Quisiera saber cosas sobrenaturales o algo así, tener una esperanza. Yo no siento odio, yo no siento amor, no siento nada. Ya no soy ni la sombra de lo que era. Las cosas se han complicado, quizá por pensar más de la cuenta, por pensar demasiado. Pero soy como un niño, tengo rabietas pero no tengo maldad. Me molestan las cosas pero yo no odio. Yo mismo me he complicado la vida y ahora me siento tan enfermo, tan mal…, y ahora que quiero curarme ya no puedo hacerlo, ya no hay posibilidades. Este es un mundo enfermo pero hay que aportar algo, no aportes la maldad de dejarlo peor. Déjalo un poco mejor, aunque tú no lo vivas. Hay que seguir con la moral alta aunque nosotros estamos ya contagiados, y aún hay quien dice que nos lo merecemos, pero los chavalillos todavía no. Estamos acabados pero en su día pudimos hacer algo, siempre esperé morirme antes de hacerme viejo, pero luego llega la muerte y déjate, la muerte es algo muy real.


31

Yo nací un buen día en la margen izquierda del Nervión. Antes aquí en Santurce se podía vivir, estaba el pico del Serantes, había árboles y ahora sólo hay hierba seca. Al puerto bajábamos por las rocas a bañarnos, ahora no se puede acceder ni a la orilla, lo han destrozado todo. Me gustaba el deporte, el fútbol, también estuve remando en las traineras del pueblo, subíamos al monte, se podía vivir. Pensaba que las cosas podían ser mejores, lo creía de verdad. Tenía muchas ilusiones, pocas esperanzas pero muchas ilusiones. Pero luego la heroína está al alcance de la mano, en cualquier esquina tienes un camello. Creíamos que todo sería diferente. Al principio estuvo bien, pero yo personalmente no aconsejaría que se metieran, de verdad, no aconsejaría. No hay futuro para ti ni futuro para mí en este mundo. Y en la música quizás sí hicimos algos, nosotros hemos dejado un legado donde demostramos que todo está podrido y nadie afronta nada. Todos quieren asegurar su futuro donde ni siquiera hay presente y así la juventud se hace despreciable. Hartos de mentiras, a gritos, y con la verdad por silencio, hemos recorrido nuestro camino, ¿…que no tenemos razón?, ¡qué importa! El tiempo nos dará la razón, mañana todo estará viejo y nosotros estaremos muertos. En mis labios ya no hay sonrisa y mis ojos en el espejo reflejan la losa. No hemos hecho nada de lo que tengamos que arrepentirnos ni nos hemos arrepentido después por no haberlo hecho. Tonterías sí, muchas, pero en su momento tuvo que ser así. Yo era muy gamberro, me refiero al rock y a la manera de vivirlo, casi como una religión, y aquello lo veo ahora y me doy cuenta de que fue la única verdad. Te hablan de libertades, te juzgan según sus leyes, quisieron engañarnos, nos trataron como si fuéramos una mierda. Lo hemos pagado, cualquier otro grupo en nuestro lugar lo habría dejado. Es duro pero es la vida que hemos elegido, hemos seguido adelante con honestidad y mucha gente lo ha entendido. Creo que el rock es algo serio, tuvimos la oportunidad de cambiar algo; la juventud siempre tiene razón porque es vitalidad, es vida. Ahora estamos cansados, simplemente con existir ya es suficiente, ahora estamos verdaderamente agotados. Somos muy de la calle, ¿entiendes?, y la calle quema, sólo con existir ya es mucho. ¿Qué diría a quien me escuche?: que no se deje manejar, que no se venda nunca, que su ilusión vale más que cualquier cosa que le puedan ofrecer. Ahora hay muchos chavales a los que les gusta Eskorbuto, son como un ejército, yo los llamo eskorbutines, sin niñatos, lo digo en plan cariñoso, son niños de trece  dieciocho años, ellos no pintan nada, no tienen el poder de los mayores, nosotros tampoco pintamos nada, no tenemos ningún poder político, pero esos chavales tienen cojones y eso es lo que importa. ¿Qué diría a quien me escuche?: dejad que los niños se acerquen a Eskorbuto.




UNA ROSA DESMAYADA

    El sol ya asomaba por el mar.

   ‒Parece un incendio ‒dijo Roberto.
   ‒O los restos de una batalla ‒dijo Iosu.
   ‒O el carmín de labios de una prostituta ‒dijo Roberto.
   ‒O un caballo destripado ‒dijo Iosu.
   ‒O una menstruación ‒dijo Roberto.
   ‒O un gigante herido ‒dijo Iosu.
   ‒O un insecto aplastado ‒dijo Roberto.
   ‒O una cabeza degollada ‒dijo Iosu.
   ‒O una mancha de vino tinto ‒dijo Roberto.
   ‒O un pájaro en llamas ‒dijo Iosu.
   ‒O un corazón de vaca ‒dijo Roberto.
   ‒O una fuente de sangre ‒dijo Iosu.
   ‒O un puro Montecristo ‒dijo Roberto.
   ‒O una rosa desmayada ‒dijo Iosu.
   ‒Hay que joderse, encima eres poeta.



NUNCA SERÉ LO SUFICIENTEMENTE RÁPIDO

‒Eres rápido.
‒La verdad es que sí, en parado he llegado a coger tres moscas a la vez. Pero nunca seré lo suficientemente rápido.
‒¿Para qué? ¿Para darle más caña a la guitarra?
‒No, para escapar de la muerte. Antes creía que si la tenía siempre frente a mí no podría sorprenderme. Ya sabes, viviendo al límite tienes siempre la muerte cerca, cada día puede ser el último, te das cuenta muchas veces, lo sabes y lo aceptas, cuando vas muy pasado y te metes en la cama, sabes que te puedes quedar ahí, que a lo mejor ya no despiertas, sientes de verdad que puede pasar, es una cosa que les ha ocurrido a muchos, pero estás tranquilo, tienes miedo pero estás tranquilo porque de alguna manera lo aceptas, es difícil de explicar, es como si un perro te estuviera ladrando, si tienes frente a ti a un animal peligroso, es mejor mirarle de frente, quedarse quieto, no huir…
‒Creo que te entiendo. Pero entonces no necesitas ser más rápido como dices.
‒Sí, porque antes no lo sabía.
‒¿Saber qué?
‒Que yo soy la mosca.




COMO UN INSECTO CIEGO

Hay un misterio inexplicable, indescifrable, en la destrucción de un hombre. En su suicidio sistemático, meticuloso, matemático. Hay algo parecido al amor o al crimen, algo invisible y perfecto. Hay una voluntad oscura e implacable, una mano ciega que lo lleva lejos, lejos, y lo conduce como a un niño o un insecto ciego, hacia la luz.




TÚ PRIMERO

Iosu dijo: Este pueblo duerme. Nadie lucha por nada. Si te caes te pasarán por encima. Es mejor que golpees tú primero. Y lo dijo todo seguido, sin pausas, en un solo soplo de aire.




LA LIBERTAD QUE DESTRUYE EL MUNDO

Dicen que se vuelve, se vuelve siempre, como un Perro
tras las huellas del dolor. Se vuelve al lugar del crimen, se
vuelve al lugar del amor, se vuelve siempre, en una especie
de asimilación por reiteración, al lugar definitivo donde
quedó grabada la marca insoportable del horror. Y es ex-
traño, pero allí donde sólo la muerte habla y nada queda
por decir, aún es posible cerrar los ojos y descansar, olvi-
dando la sentencia, olvidando por un momento la rúbrica
absurda desde la que el presente deniega la vida y acredita
el fracaso. Sí, es extraño.

He vuelto, después de veinte años, he vuelto como se
vuelve de los sueños, helado, mudo, desnudo como el cie-
lo, irreal como un perro. Y entro al cementerio, puerta del
infierno o de Ia gloria, y camino entre tumbas y más tumbas.
Veo un gato, veo un pájaro, veo una araña, veo una mosca.
Veo huesos, sombra, polvo, hombres, mujeres y niños acu-
mulados en los quicios del olvido. Y camino entre cruces
y más cruces, intersección donde confluyen el espacio y el
tiempo, la sabiduría y el amor...mierda.
Nombres y más nombres de gente que ya no existe y
que acaso alguna vez estuvieron vivos y soñaron con la
vida. Vivos en la muerte de la vida, muertos en la vida de
la muerte, yo qué sé, un relámpago entre dos eternidades
de silencio. Fechas y más fechas (1923-1962) (1973-2013)
(1961-1992) (1960-1992), Ia vida es un paréntesis entre
muerte y muerte, una flor absurda. El viento, el soplo que
apaga ta vela, la bruja que barre las hojas muertas con la
escoba gris del tiempo, hojas que al pasar clausuran con
su risa seca una broma pesada.

Cierro los ojos e imagino la caligrafía imposible de
los sueños, imagino lo que fue y lo que debió haber sido.
Porque tal parece que eso que llaman vida sólo puede ser
vivido a través del engaño, a través del sueño o el delirio,
y que su única estructura es la esperanza. ¿Hay mujeres en
ía tumba?¿Es la muerte como un vino? La esperanza...
porque la vida es sólo un estado de espera.

Pero aquí ya no hay espera ni esperanza, aquí ya no hay
dicha ni desdicha, y el dolor de la existencia desaparece
bajo el consuelo de unos párpados inmensos que dejan
marchar el día.

Y me paro junto a una tumba y recuerdo una vez más.
Una vez más abro y cierro la herida, abanico incompren-
sible de la vida:

Te estoy viendo por última vez, sentado junto a los
más viejos del barrio, recibiendo las cartas: corazones, ca-
ballos, reyes..., te veo encender un cigarrillo tras otro,
como dicen que espera el condenado, con el vidrio de los
ojos velado por el vaho de la muerte, como dicen que se
espera cuando ya sólo el humo reglamenta la vida: lúcido,
por fin despierto, mirando al otro lado. Y advierto que
la muerte esperada es mucho más cruel que la que llega
de improviso, disfrazada o de puntillas. Te estoy viendo
ahora, ensayando tu ultimo gesto para la eternidad: aspiras
hondo y sueltas el humo sobre las cartas, borrando por un
momento la partida.

–Eh,Iosu... ¿Qé haces ahí jugando al mus?
–Nada, ya ves, estoy haciendo tiempo para perder el
tiempo, jugando con estos chavales...
–¿Chavales?
–Sí, claro, ¿no ves que aquí yo soy el más viejo? ¡Tengo
casi cien años!

Te escucho reír.
Tu risa es la libertad que destruye el mundo.






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BLAND AL‒HAYDARI [19.201]

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Bland Al-Haydari

Iraquí, nacido el año 1926, fallecido en 1996. Aunque es un destacado representante también de la tendencia informalista y del ?verso libre?, su formación y su comportamiento poéticos son, en amplias medidas, fundamentalmente personales y distintos. Reside en Beirut desde hace bastante años, dedicado en especial a labores editoriales. Su obra lírica no es muy extensa: Latidos del barro, 1946; Canciones de la ciudad muerta, 1951, 1960 (edición ampliada); Con el alba llegasteis, 1965; Pasos en el exilio, 1967; El viaje de las letras amarillas, 1969; Canciones del cansado vigilante, 1971; Diálogo a través de las tres dimensiones, 1972. Haydari es un poeta agudo y punzante, de frase básicamente escueta y penetrante, uno de los principales representantes de la recepción de las tendencias existencialistas, y superrealistas a veces, en la poesía árabe actual. Esta tensa angustia existencial es la que vértebra y distingue su obra con absoluto carácter preeminente.



ABISMOS

No temas
a ese viento que va
de puerta en puerta,
a ese confín que crece en temor y zozobra,
a esas sendas.
Son campo  de mis sueños juveniles,
algo de mí, a secas.
Se enroscan como sierpe,
sí... pero tú no temas:
que son algo de mí,
esos abismos míos que ignoran lo que sean,
esos gozos que silban
en mis desiertas selvas.
¡Cuántas veces ahí los deseos infantiles
fueron casas de arena
o colinas de polvo!
¡Ay, cuántas, cuántas veces, mancebo del ayer
-las ilusiones, frescas –
vine para cantarles a tus ojos
mi amor,
mi juventud...
Pero no temas.
Sólo soy, ese viento que va
de puerta en puerta.
Tan sólo, ese confín
que un terror y zozobra se acrecienta.





PASTILLAS PARA DORMIR

Párate y lee
No pases
Párate      ¡Cuidado!

¿Qué hay en los periódicos de hoy?
Un anuncio en color rojo
¡Coge una pastilla para dormir
coge una pastilla
una pastilla para dormir!
             No dormiré
             No tomaré precauciones
Dormiré sin necesidad de pastillas

   


Irradia la luz roja

Un niño lee      Dame una pastilla
Un hombre lee     Dame una pas...
Una niña lee      Una pastilla... una pastilla
Mi madre desearía leer
¡ay, madre mía!
No leeremos    No leeremos        No
Dormiremos sin necesidad de pastilla


*

Párate
Párate...
¿Qué hay en los periódicos de hoy?
Nixon lanza un discurso en el Congreso
sobre el bien y la paz del mundo
¡Qué!...
Hay unas declaraciones del Papa Pablo
sobre el bien y la paz del mundo

¡Dormid en paz,
tinieblas de Jerusalén!
Porque el mundo conversa sobre el bien y la paz,
con los cadáveres de los niños muertos en el Vietnam.
¡Dormid en paz!
Pues que la línea roja,
como el color rojo,
como la luz roja,
piden una pastilla para dormir.

Párate
Párate...
¿Qué hay en el periódico de hoy?
Nixon lanza un discurso en el Congreso
Las declaraciones del Papa Pablo
Un banco que se arruina
Una danza en las plazas de ejecución.
Pero el mundo, en los periódicos de hoy,
habla de bien y paz,
de pastillas para dormir
para los muertos de Vietnam,
para los muertos de Jerusalén.
Un niño lee... Dame una pastilla
Un hombre lee.    Dame una pas...
Una niña lee    Una pastilla    una pastilla
Mi madre desearía...


*  


¡Duerme en paz, madre mía!
El mundo sigue hablando
aún de bien y paz.



*   


-Dame una pastilla para dormir
-¡Toma una pastilla, hijo mío, para que duermas!



*   


Agoniza, rueda,
la voz del vendedor,
tiembla la calle.
Son algo formidable,
formidable,
las pastillas para dormir
¡Coge una pastilla para dormir!

-Dame una pastilla         Dormiré
Una pastilla para que duerma

Y se duerme la calle.
Son algo formidable... formidable,
las pastillas para dormir.






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HARUN HASHIM AL RASHID [19.202]

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Harun Hashim al Rashid

Palestino, de Gaza. Su hermano Ali Hashem Rashid es también poeta de cierta nombradía. Ha publicado diversos divanes, todos ellos inspirados en el drama palestino: Con los extranjeros, 1954; El retorno de los extranjeros, 1956; Gaza en la línea de fuego, 1957; Tierra de revoluciones, 1959; Hasta que vuelva nuestro pueblo, 1966; Navío de ira, c. 1970; Salmos de la tierra y de la sangre s .f. Es autor también de un libro en prosa: Días en la oscuridad, 1959. Desde un punto de vista estilístico general y de ubicación poética, Hashem Rashid puede ser considerado como un continuador de los movimientos ?neo-románticos? de entre-guerras, especialmente importantes en Egipto, y en concreto, en la Asociación Apollo. Sus vinculaciones , asimismo, a la obra lírica de los poetas del Mahyar, emigrados árabes a América, es ciertamente evidente. Tal sensibilidad romántica de base se contrarresta o amalgama, sin embargo, con un poderoso aliento realista nacido sin duda de la tragedia de su pueblo, tema prácticamente único de su obra, como decíamos. En realidad, su poesía brinda por ello tanto los hallazgos como los desniveles propios de los fenómenos híbridos y de confluencia. Es autor del himno nacional de Bahrain.




LAS CAMPANAS
(Fragmento primero)


En este país de gentes omnipotentes,
no podemos,
no seguiremos,
ya, tranquilos:
Ni en Gaza
ni en Naplusa
ni en Yanín.


*  


Por Jafa
Por Hayfa
Por Ramla y por Lidda.
Por todos los caminos
de la tierra ocupada,
dicen a voz en grito:

No era un estado...
Este Israel,
no era un estado.




LES CANTO

Les canto, les lloro, les llevo hasta las cumbres,
y de sus lagrimales tejo
la claridad del alba en las tinieblas.
Les he llevado a cuestas a través de desiertos de dolor,
y caminé con ellos sobre espinas,
escombros y carroña.
Sin que mi mano un solo día se cansara
ni por ellos mi pie se fatigase.
Yo les canto los himnos que trazara mi pluma
y que alumbran su noche, entre chozas y tiendas.
¡Amados míos! ¡Hermanos!
¡Compañeros de angustia e infortunio!
¡Yo soy uno de ellos en el fuego del odio,
la venganza, el desquite!




Let It Be Known 

Let it be known:
there will be no peace.
because the lodgers in the tente
have become fed up with humiliation of
living there,
become tired of suffering, misery and illness,
bored with the death creeping in their bones,
sick if life itself,
because they are homeless,
walking in darkness. 






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MUHAMMAD AL‒FAYTURI [19.203]

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Muhammad Al-Fayturi

Sudanés, de padre de la misma nacionalidad y madre egipcia, nació parece que en Alejandría - el año 1930.  Fallecido el viernes 24 de abril de 2015.

Estudió algún tiempo en la Universidad del Azhar. Ha residido también en algunos otros países árabes: por ejemplo, Jordania y Libia, desarrollando en este último, durante algún tiempo, una destacada actividad editorial con soporte oficial. Casó con una conocida artista egipcia. Su obra poética es una cumplida muestra de lo que podríamos llamar negritud árabe, representada en títulos como Canciones de Africa, 1955; Enamorado de Africa, 1964; ¡Recuérdame, Africa!, 1966; Tocata para un derviche giróvago, 1970; La revolución, el héroe y la horca dedicada a Gamal Abdel-Naser -, 1970. Cultiva también el teatro poético: Solara, 1969; La revolución de Omar al-Mojtar el caudillo nacionalista libio contra el colonialismo italiano-, 1974. Fayturi es poeta claramente anti-esclavista, violento denunciador del crimen del colonialismo, apasionado cantor de su raza: Africa, en sus versos, se levanta potente y encendida con su escenario de bosques, chozas, flechas y tambores, también de desiertos y campamentos. Poeta de honda fibra romántica y arraigado sentimiento religioso, en fervor, revolucionario, al que se superpone la tensión del mensaje político.


FRAGMENTOS PALESTINOS

¡Que siga cada héroe en su sitio!
¡Que caiga fulminada la traición!
¡Que enmudezca el cobarde reaccionarismo!
Pues el pueblo la afrenta lavará


*   


Resonó el añafil de la venganza.
¡Raja de veinte años!
La estrella de Israel domina el alminar.
¿Quién, así, patria mía,
se alzará para orar?
Si pezuñas judías pisan el techo
de la mezquita de Aqsa.
Si cascos de soldados hacen sombra
al obispo, al devoto y al diácono.
Encarcelan el nombre de Dios
y cocean la misa.
¿Quién, así, patria mía,
puede cerrar los ojos al desbordarse de las campanas?


*


¿Quién es ese apretado contra el muro
como un castillo armado?
Sus ojos son dos rocas en tu ribera enorme
que luchan desde antiguo contra olas y vientos.
Sus dos manos vigilan una y otra colina.
Ruidosa risotada es su mirada
en lo alto de las cabezas de sus asesinos.
Altivo es como ejército de copiosas banderas.
¿Quién es ese apretado contra el muro
como castillo armado
que resiste a los invasores, obstinado?
¿Qué si se estrecha el cerco
y el humo de la matanza ensangrienta el horizonte
lucha de casa en casa?
Por las divinas calles de Jerusalén
amarillea el viento ceniciento
y el perfume de Raquel la judía.
Por donde caminaron los profetas,
la tierra báñase de sangre.


Muhammad al-Fayturi was born in Sudan – he does not know the year of his birth – in Al-Janina on the western border of Sudan. His father was a Sufi sheikh of Libyan Bedouin extraction while his mother was from a Gulf tribe which traced its lineage back to the Prophet Muhammad.

Soon after his birth his family moved to Alexandria where he spent his childhood except for a brief spell during the Second World War when the family fled to the Egyptian countryside to escape the German bombing. He attended Al-Azhar University in Cairo until 1953 where he studied the Islamic sciences philosophy and history then attended Cairo University where he studied literature for two years. In 1953 he published his first collection of poems entitled 'Songs of Africa.'

Since then Al-Fayturi has published a number of other collections including 'Sunrise and Moonset' and 'Lover from Africa'. He has also lived and worked as a journalist and writer in a variety of different countries including Lebanon Libya and Sudan itself. His poetry particularly draws on his experience as an African living amongst Arabs dealing as it does with issues of race class and colonialism and it is also influenced to some extent by Sufi philosophy.



Sorrows of the Black City

When night casts its net of shadows over the streets of the city
shrouding it in grief,
you can still see them —
slumped in silence, staring at the cracks.
And you think they are calm,
but you're wrong — they're on fire!

When darkness raises its statues of marble
on the streets of the city
then smashes them in fury
then the city will lead all the people
down the spiral staircase of the night
into the deep distant past.
The past with its ambergris shores
is dreaming of memories
too deeply to be roused.
And inside everyone something begins to stir —
a fresh wall made of clay,
stuck with diamonds and desires.
When night sleeps and day wakes
raising its candles in the dark
peace ebbs back to its home in the grave.
At that, the heart of the city
turns futile and wretched —
it is an oven at noon, a lamp for the blind.
Like ancient Africa, the city is truly
an old woman veiled in frankincense,
a great pit of fire, the horn of a ram,
an amulet of old prayers, a night full of mirrors,
the dance of black women, naked,
shouting their black joy.
This coma of sins was kept alive by the master,
ships filled with slave girls,
with musk, ivory and saffron —
gifts, all without joy, despatched by the winds of all ages
to the white man of our time
to the master of all time.
A plantation stretches out in imagination
to clothe the naked, to loosen their clothes,
flowing like its ancestors through the veins of life,
dyeing the water, and dyeing God's face,
its sorrows on every mouth
breeding tyrants and iron and slaves,
breeding chains, every day breeding some new horror….

And yet, on the streets of the city,
when night constructs
its barriers of black stone — they stretch out their hands,
in silence, to the balconies of the future.
They are locked-up cries
in a locked-up land.
Their memories are stab-wounds.
Their faces are sad, like the faces of the blind.
Look, there they are,
heads slumped in silence. And you think they are calm.
But you're wrong. Truth is, they're on fire….

Translation notes

The literal translation of lines 4-7 is problematic because it is not always clear what the subject of the verbs are - e.g. in line 4 the line is literally 'you see her' which would appear to refer to the city, which is a feminine noun. It could even refer to the roads. However, when I studied this poem previously in class we took it to mean the people of the city, which seems to fit better in light of the last stanza, which repeats the same lines, but following on from a description of the people. I imagine the ambiguity is deliberate.

Lines 12-17 also pose a problem as it is hard to show whether 'the darkness' or 'the city' is the subject. In this case the Arabic verbs are clear since darkness takes a masculine verb and city a feminine verb, but it is harder to show this in English.

The final version was produced in the workshop and then finished by Sarah Maguire.



To Two Unknown Eyes

Mistress...
Should these enamored words chance to meet your eyes
Or pass between your lips
The forgive me; it was your eyes
In whose shade one evening I leaned resting
And snatched brief slumber
In their repose I caressed the stars and moon
I wove a boat of fancy out of petals
And laid down my tired soul
Gave to drink my thirsty lip
Quenched my eye's desire.

Mistress...
When we met by chance as strangers meet
My sorrow too was walking on the road
Bare, unveiled
With heavy tread
You were my sorrow.
Sadness and loss
Silence and regret
Were embracing a poet consumed by struggle.
For poetry, mistress, is a stranger in my land
Killed by emptiness and void
My spirit trembled saw you
I felt suddenly as if a dagger delved into my blood
Cleanse my heart, my mouth
Prostrated me with soiled brow and supplicating hands
In the shade of your sweet eyes.

Mistress...
If suddenly we meet
If my eyes see those your eyes
High-set, green, drowned in mist and rain
If on the road by another chance we meet
And what is chance but fate?
Then would I kiss the road, kiss it twice. 



Sad Saturday Night

Tonight . . . tonight, o sad-eyed one
The cactus bloomed
Above our ancient tomb, the title cactus
Lavishing its black shade on our remains
As If not satisfied with our estrangement
It imbibes all our souls distill
And stretches above us its hard branches
Covering with them shroudless corpses
Tonight . . . tonight, o beloved
My eyes were with the clouds
And I behind my wall, a corpse imprisoned by a wall
greater than you perceive, o sad-eyed one
A wall dark by day and night
Buries us, digs our grave twice daily
And we are as two corpses
On the scream of death
Tonight, tears . . . tonight, regret 
A million flowers trampled underfoot
The smile on a murdered face
Blood from a menstruating face
Torment mixed with disgust
A seal on the lips
A whip on the brow 
Even my eternal cup is deface
My sacred cup is ruined
O hideousness of pain 






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