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Channel: POETAS SIGLO XXI - ANTOLOGIA MUNDIAL + 20.000 POETAS: Editor: Fernando Sabido Sánchez #Poesía
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NANCY TOSELLI [19.164]

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Nancy Toselli

Nací en Río Cuarto, Argentina el 31 de Enero de 1960. Estudié y fui docente en Ciencias exactas de la UNRC. Desde 1990 radicada en Villa Mercedes, poeta y editora. Colaboro en publicaciones on line y en la organización de ciclos de lectura.

Integrante del Grupo de Creación de Textos que funciona en Extensión Universitaria de la FACEJyS (UNSL), coordinado por Patricio Torne.

He publicado el libro Nostalgia es una palabra (2014, Editorial Deacá) y participado en la antología Rutas (2015, Editorial Punto de Encuentro), como así también en diversos blogs (blog del Amasijo, Poetas al Tuntún).

Codirijo Editorial Deacá en Villa Mercedes.



Laberintos

Cómo describir el despojo sin usar las palabras
nombrar silencio para ocultar el temblor
pintar una puerta donde no hay salida
o encender un fuego
donde debiera decir perdón.

Cómo mezclar significados
para calmar el dolor
que si no se dice, tal vez se olvida,
que si no se llama puede ser ignorado.

Despertar a oscuras, paredes ciegas
cómo saber si el tiempo sigue,
si los caminos llegan,
si persiste la lluvia
o si la música aún vive.


Máscaras

Quién puede imaginar 
la furia del viento
cuando la calma de abril
acuna la tarde.

O que la noche
pueda traer malas nuevas
desde el fin de la oscuridad,
a pesar de las luciérnagas
y el olor de los espinillos.



Espejos

I

Un espejo dorado , agua petrificada,
¿quién está mirando desde ahí,
dejará rastro cada reflejo al atravesar la superficie?
¿Tiene alma esa mirada?
Lentamente, uno a uno, han caído los velos.


II

Desde el espejo,
Una imagen que no reconozco.
Es la luz, me miento.
O quizá el frío.
Pero ellos no pueden aniquilar un alma.


III

Miente el espejo,
dice lo que quiere ser escuchado.
A veces miente el agua,
cielo y nubes para ocultar el abismo.


Ideograma

Es tan difícil decir azul
o cruel decir un río,
el invierno o la nieve que no fue.
Nombrar ensueño sin cerrar los ojos,
partir si la función no empezó.

Molinos que nunca dejaron de girar
un campo, al sur, donde te cuidan
para que las lágrimas se sequen,
para que la noche no llegue.

Dentro de tu mirada la mirada de otro
generosidad que comparte el asombro
para seguir estando
como si fuera
un trazo en un ideograma,
casi imperceptible, pero necesario
para otorgar un significado.

Se necesitan tantas palabras para dibujar un sol:
un poema breve, tres líneas,
escalera incompleta
para vencer la ausencia.

Opciones
Una puerta estrecha custodia el Edén.
Un cerco de puñales la rodea.
Sólo los valientes,
o los que gustan sufrir
se atreven a ella.

Para los otros,
los no valientes,
un abrazo cálido es la entrada al Infierno.

A los claustrofóbicos,
los que odiamos puertas, paredes y techos:
la intemperie infinita de la búsqueda…






Nancy Toselli, Nostalgia es una palabra, Editorial Deacá, Villa Mercedes, 2014.



Vuelan hacia el Norte las garzas
huyendo del frío.
Son flechas lanzadas hacia las nubes,
mensaje cifrado sobre una página azul,
para ser develado por un profeta
que anuncia los hechos escondidos
en la eterna espiral del futuro.
Me detengo y te miro.
Es como si no te hubiese conocido nunca,
como si nunca
hubiesen estado juntas
tu sombra y la mía.


...


Sobre el cielo de la mañana 
bandadas escriben historias
jeroglíficos que encierran
el milagro de la palabra.
¿Son ciertos los pájaros
que dicen esas palabras?
¿Es cierto ese cielo
o es el resplandor del agua?
Solo silencio,
murmullo de hojas.
El viento, también calla.



...



te pasás el tiempo
eliminando adjetivos
ripio en un camino
que recorrés con prisa
para que no se oculte
lo que se debe ver
lo que debe ser
cómo se debe hacer
acelerás tu corazón
embestís molinos
perdés el sueño
equivocás la dirección
y empezás a llorar
para anular la derrota
amanecés lejos
un cielo distinto
ayuda a olvidar






cae la lluvia 
lenta 
desdibuja los contornos 
lo real se pierde

cae la lluvia 
limpia 
los espejos mienten 
inventan sombras 
sentís la ausencia 
entre tus manos 
sólo hay preguntas

sigue la lluvia 
triste 
cerrás la puerta 
pesada 
como de piedra 
ojos quietos 
como fantasmas

mirás adentro 
podés partir



...



Quizá la llovizna pueda,
como un bálsamo
calmar la tristeza del frío.

Aquietar el polvo
que desdibuja las casas
abrir las ventanas que cerró el viento
pintar de rojo los malvones
y sacar una canción
de la garganta muda de los sapos.

Quizá la llovizna pueda
achicar la nostalgia de los viejos
traer a la memoria el olor del trigo,
los corderos nuevos, el gallo negro
y la paz del río.

Sólo milagros chicos,
que la llovizna hace,
a pesar del frío.




...


Descubrir entre las llamas
la mirada de un dragón
o en una noche de invierno
encontrar el sitio exacto
en que la estrella más tenue
ilumina el cielo con su temblor.

Calla la voz lo que el cuerpo grita,
si tan sólo un abrazo pudiera
apagar el llanto,
calmar el dolor.

Sed de tierra,
sed de sal,
sed de río que no llega.

Agonizo,
pero no lo nombro.





...



El horror es blanco
y silba, como un zorzal
o una armónica
tirada en la banquina
de un camino polvoriento.

El horror es seda,
blanca,
con pavos reales
y un ojo de Buda
escondido entre las plumas.

El horror,
a veces
llega.



La poeta Nancy Toselli presentó su libro Nostalgia es una palabra (editorialdeacá). Y lo hizo allí, donde reside, en Villa Mercedes, San Luis. 




El acto se realizó en la Secretaría de Extensión (Pescadores 280), en el marco de la "Segunda Muestra de Collage" que el grupo de "producción de textos de los Talleres Literarios de la Extensión" pone a consideración del público lo que viene realizando.




Y fue la poeta Vanesa Cuello quien presentó el libro. 

Transcribimos a continuación  el texto completo con el que la poeta Cuello presentó el libro de Toselli. 

"Presentar el libro de Nancy me pone en un lugar de privilegio. Por varias razones. Primero porque conozco a la autora como persona, más allá de su poesía, de su arte y segundo porque fue por medio de la poesía, justamente, que la conocí hace unos años cuando volví a vivir a Villa Mercedes.

Conocerla, ser amigas, compartir espacios de confidencia, ideas, gustos, hacen que cuente con un valor agregado a la hora de leer su obra, también, de alguna manera, me permite la subjetividad del afecto hallando un lugar confortable en una lectura absolutamente intimista, con la intimidad que la amistad abarca y permite para recorrer esos espacios sensibles al corazón y tener quizá, algunas certezas. 

Encontrarme ahora de este lado de la mesa, habiendo estado del lado del público tantas veces, siendo oyente de alguno de los textos antes inéditos y que hoy están publicados en este libro, me alegra y me hace decir, una vez más, cuán generosa es la poesía. Conmigo y con ustedes, con todos los presentes, porque es hoy la poesía, (la poesía de Nancy Toselli), la que nos convoca. 

Quiero contarles lo que la poesía de Nancy, inspiró, movilizó y conmovió en mí como lectora.

Poesía de una autora dueña de una generosa, muy generosa, sensibilidad. Porque es desde allí, desde esa sensibilidad huidiza al ojo desacostumbrado, de esa que no es evidente, que Nancy escribe este libro, donde pone el cuerpo y dice en cada poema lo que pasa, cuándo pasa, cómo pasa. 

Un libro llamado Nostalgia es una palabra. Según la definición de la R.A. E: “Nostalgia: del griego nostos, que significa regreso y algos, dolor. Sinónimo de melancolía. Pesar que causa el recuerdo de algún bien perdido”. 

Definiciones que pretenden dar un nombre a aquello que se siente en el cuerpo y en la memoria. Nostalgia, un sentimiento que todos hemos sentido y conocemos. 

Esa nostalgia, ahora convertida en palabra anunciándose desde el título y proponiendo una invitación a los sitios desde donde, Nancy habla. La segmenta, la separa, la ordena, la fragmenta, pone su voz y la titula: “de la infancia”, “de los reflejos”, “de las voces”, “de la melancolía”. cuatro partes que componen el libro, y desde donde elige contar y escribir su poesía. 

Desde allí, nos invita a explorar los versos y reconocernos o reconocerla, saber de lo que está hablando, como cuando dice en uno de los poemas de la primera parte del libro: “mirar el sol de frente y después cerrar los ojos, poder por un instante poseer una galaxia”. 

¿Quien no lo ha hecho? Mirar al sol, cerrar los ojos y dejar que estallen los colores, poseer por un instante esa galaxia, ver reducido a nuestros párpados un universo parecido al que habitamos. Verlo. Ver esa invisibilidad que somos, ese punto brillante en el universo. Invisibles. Ínfimos, como esa ráfaga de felicidad de la que habla al final del texto y es apenas un destello. Allí nos lleva Nancy, eso nos muestra y allí nos reconocemos.

Nancy la del agua, la que nombra siempre en su poesía, la que trae en ríos, mar, llovizna, lágrimas… nieve. Nancy, sumergiéndose en ríos de lugares inhóspitos que permitan quedarse horas nadando, fluyendo o en silencio contemplándose las manos.

Así, nos invita en voz baja a sentarnos en la orilla, para ser silenciosos espectadores del momento de una niña tomada de la mano de su padre en el río. Ese río al que siempre vuelve. Esa niña que mira y se subyuga en esa instantánea cuando dice en su poema: “un sonido como de trueno/y sigue corriendo el agua./ Un martín pescador/zambullida y vuelo rápido/una grieta y helechos/el alguacil que se espanta/tan lejano el azul, tan fuerte tu mano/ furia de agua y piedra/ hasta llegar al remanso”.

La misma de la infancia, que en un texto que dedica a sus abuelos, resume en un verso tan impactante como bello: “unas manos que hoy /están dentro de mis manos”. 

La “de los reflejos”. El espectro de la luz que asoma en una introspección profunda de esa nostalgia, cuando dice que su corazón es un espejo trizado y escribe en ese poema: “Transcurren los días, noches, sueños/ un grito, un alarido o beso/esos ojos no se mueven/han perdido los párpados/ sólo son pupilas que brillan/puntos repetidos, fractales/ a la madrugada amenazan con invadirlo todo
y continúa firme pero implorante: “exigir la palabra, la respuesta justa/ el porqué adecuado…” y vuelve a la metáfora del corazón, para llevarlo nuevamente a su estado natural; lastimado, (trizado) como anunció al comenzar el poema, y terminar el mismo, con este verso:

“sobre un espejo roto se entrelazan/ vigilia y sueño”.

También nos lleva al juego laberíntico frente al espejo en un poema que dice:” se me ha vuelto obsesión/ la curiosidad por saber qué sucede/ con las imágenes que atrapa ese espejo ovalado” y convoca mundos paralelos también el el mismo texto: “por las noches escucho murmullos, se que vienen de ahí/hay gente atrapada entre el cristal y el azogue”

Cuando habla “de los reflejos”, reflejos de una luz de luna, donde asoma la reina madre, su madre, en ese poema cuatro, de seis dedicados a ella, poema que incorpora los cinco sentidos y deja la melancolía desenmascarada, Nancy se sienta a su lado y le dice: 

“la luz de la luna que acaricia, una a una, las ramas secas/ el rocío despierta el aroma de las flores que no están”. 

Habla también del lugar “de las voces”, ahora es su voz la que habla … es su voz, son las voces de los otros, voces propias y ajenas que añoran vientos de antes. Cuando escribe: “molinos que nunca dejaron de girar/un campo, al sur, donde te cuidan/para que las lágrimas se sequen, para que la noche no llegue”. Allí, se escucha claramente una voz. Será su voz? Será un eco de otras voces? 

Y la voz divina, la voz omnipresente a la que llama cuando dice: “infinitos murmullos de insectos que claman por una respuesta para encontrar el porqué, especificar el cuándo o decidir el dónde encontrar la razón/ que justifique su existencia” y reafirma: “como un rosario, un ángelus o un vía crucis/una vigilia que sueña amanecer epifanía”. 

Cierra el libro de manera casi esférica, redonda, en la última parte:“de la melancolía” El último lugar desde el que su poesía se declara pública. 

Una poesía que nos invita, como también nos esquiva, dependiendo de cuánto nos acerquemos. Nos hace cómplices, nos desafía, nos recorre, nos sumerge en sus aguas y nos hace leer y releerla para seguir explorando y mirando esas galaxias que mencionaba antes. 
Uno de los poemas, de melancolía casi visceral comienza diciendo: “Hoy han florecido jazmines”. Es una bocanada este verso, una bocanada de aire que toma para continuar diciendo: “y es como si ya no fueran a volver las sombras” Nancy habla de esas sombras, las que nos comen de noche, esas, que no nos dejan dormir. Hay una intención en ese deseo: que ya no vuelvan. Pero no se van. Vuelven y se clavan en el medio ganando la batalla cuando continúa el poema y dice: “un duraznero sangra en frutos suaves/ no puedo olvidar aquel camino”.

La melancolía, la nostalgia que es una palabra que encierra muchas palabras, palabras que nos son reveladas y compartidas en este libro de Nancy Toselli.

Palabras que nos remiten a una noche de verano caliente, de cielo azul y quietud extrema, donde se oye el canto de los grillos y el insomnio de la sutileza amenaza con sus primeros pasos. Esa remembranza que Nancy nos trae en este último poema donde la palabra sueño cierra perfectamente el círculo y permite dejar filtrar las acepciones: 


“Es verano.
Aún a esta hora, el calor es sofocante, asfixia los movimientos, cierra
la entrada de aire a mi pecho. 
El brillo de la luna llena entra por los ventanales, desaparece bajo la
Cama, hace un guiño desde el espejo. 
Ojalá esta luz no se lleve mi sueño” 


Los invito, a que descubran, que encuentren la poesía de Nancy Toselli, una poeta que tiene un compromiso y un nivel elevados por y para la poesía y que sin duda, van a disfrutar (ojalá, tanto como yo lo hice) al leer el tan bello y sentido libro, Nostalgia es una palabra."






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LUCIANO CAVIDO [19.165]

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Luciano Cavido 

Nació en Luján Buenos Aires; es músico compositor y escritor argentino. Fue  publicado tres veces consecutivas en el libro de los "Oyentes de Zona Franca" en los años 2000-2001-2002. Luciano también formó conjuntos floklóricos como "LOS DEL BUEN AYRES" junto con su recordado amigo Pablo Sebastian Isola (gran guitarrista instrumental). Imparte clases de guitarra en los talleres municipales de cultura de la ciudad de Luján. En el presente cursa el Profesorado de Historia en la Universidad Nacional de Luján ( UNLU).

Musicalizó e interpretó poemas de Federico Garcia Lorca. Actualmente escribe para los medios gráficos de Luján: "El Ciudadano de Luján", "El Civismo" y "El Presente". Actualmente prepara un libro de Historia. En 2007 participó en la grabación musical de la obra Romeo y Julieta adaptada por José Iturraht. En 2008, fue jurado de los Torneos Bonaerenses para la 3º edad en el area poesía y narrativa. Compuso la letra de un aire de zamba titulada UNA MUJER IDEAL, Grabada por el grupo lujanense LEGUEROS, con música de Alberto Buzzi, integrante del conjunto folklórico "Sentires". Su primer poemario DIALÉCTICA fue impreso en Luján. Próximamente publicará el segundo titulado BIEN VALE UN VERSO. Actualmente dicta clases en el PLAN JOVENES del ministerio de educación, para la reinserción al ámbito educativo y laboral de cientos de jóvenes del país.




LA VÍCTIMA

Con soberana elegancia y paciencia
De esclava, teje su trampa la araña.
Aguardar a su victima es su hazaña.
Atacar a su victima, su ciencia.

Por el sedoso hilo se despliega
Funámbula a su ritual de muerte.
El desdichado insecto que la advierte,
Acepta su destino y se entrega.

Abdomen artesano y ocho patas.
Veloz desplazamiento, ojo certero,
Le bastan para asirse a su doctrina.

No la creo, por esto, mi asesina.
Ella sabe muy bien por qué me mata.
¿Acaso yo sabré por qué me muero? 




A QUIEN CORRESPONDA

En la cadencia de tu fino trazo
Se transfigura un hondo sentimiento,
De tus palabras brotan, lo presiento,
Un manantial de culpa y de fracaso.

Me dirás que del alba hasta el ocaso
Tu joven corazón está latente.
Dirás que eres feliz, pero me mientes.
Conozco esa expresión, paso por paso.

Contestaré tu carta con mi puño
Para que el pulso de mi sangre sientas.
Y sin decirlo, sepas que comprendo

Que en estas horas crueles y violentas,
No hay un dolor más grande y más horrendo
Que hallarse lejos ya de su terruño.




LA ROSA ARTIFICIAL

La rosa artificial seca la mano,
De aquel que la sostiene y que la observa.
Reluce su belleza entre la hierba,
Pero su vida allí transcurre en vano.

Resiste primaveras y veranos,
Inviernos y el otoño imperdonable.
Más nunca podrá ser flor respetable,
Cual rosa de jardines cotidianos.

El alquimista huye con recelo.
Y Dios en su rincón muerde sus labios.
A nacido por obra de los Cielos,

Para que una mujer mire y se asombre.
No ha sido ni será fruto de sabios.
Se sabe tan bastarda como el Hombre.



A MILTON

Sintiéndose en su hogar, advenedizo,
Como Dante, tal vez, en su Florencia,
Milton pierde y recobra el Paraíso.
Venciendo de sus ojos la impotencia.

Ese Milton leal republicano.
Ese Milton políglota y profeta.
Ese siervo de Dios, ese cristiano.
Ese Gran Dramaturgo, ese Poeta.

No ha querido la gloria de su nombre.
Lo demuestran las líneas que profesa:
“Enciérrase a la vez tanta vileza,

Matándose a un buen libro como a un Hombre”
Se ha llevado un dolor bajo la tierra,
No ver la libertad de su Inglaterra. 




AQUÍ MI CORAZÓN QUE SE DESHACE

Aquí mi corazón que se deshace.
Claudica ya su miserable duelo.
Dieron las puñaladas muerte a Otelo.
Yo aguardo, en cambio, otro desenlace.

Quiero mudar mi voz, palabra y frase.
Dejar caer mi verso por el suelo.
Ondulante y rendido cual pañuelo,
o cual Hamlet, que agónico renace.

Aquí mi corazón, tamaña empresa
No logra sostener. Aunque yo creo,
Que El beso de la muerte de Romeo,

Se halla en todo labio que nos besa.
Procuro resistir, pero el brebaje,
Más ágil que el puñal, cumple su ultraje.




BELLA AFRODITA

¡OH, bella muchacha quién te tuviera,
Para ser a tu lado un hombre hermoso¡.
Si hasta Dulcinea, la del Toboso,
De su ideal primor se arrepintiera.

Qué esconde tu gracia tan lisonjera,
Que todo hombre sueña ser tu esposo.
Darte pretendo un beso tembloroso,
Para que tú lo calmes y me quieras.

Pero vedada estás a los mortales.
Y como tal, mi anhelo se marchita.
¿Que somos ante ti, Bella Afrodita,

Los que amamos a seres irreales?
Nada quizás… o bien yo me equivoco.
¿Ilusos, poetas, ingenuos, locos?




NADA HABRÁ

Cierto es que cada cosa en este mundo,
Con afanoso celo milenario,
Esconde a cada paso su contrario,
Que así como distingo lo confundo.

Mi voz que todo nombra, no evidencia.
Al afirmar certeza afirma duda.
Y ver, tocar, oler y oír, no ayuda
A vislumbrar el fin de la existencia.

Cuánto hay de aquel pájaro en la rama.
De la rama y del pájaro que observo.
De mis sustantivos ojos y del verbo,

Que observa aquel pájaro y la rama?
Nada habrá. O Quizás, habrá lo adverso.
Más…¿cuánto hay de cierto en este verso?.




DÓNDE ESTABAS

Mis hombros son vastos y hondos precipicios,
Que se yerguen tarde, cuando ya el vacío,
Me observa cayendo hacia el negro río,
Donde caen las sobras y los desperdicios.

Cruzo derrotado el umbral del hospicio.
Ese que me brindas y que yo he aceptado.
Hacia él me arrastro con pasos helados,
Pero es tan inútil tanto sacrificio.

Al mirar tu mano hacia mí extendida,
Una extraña queja trepa a mi garganta.
Sorda, mustia, hueca, vana, inexistente.

Que acaso responde, displicentemente,
Al tenaz llamado de mis noches tantas.
¿Dónde estabas, dime... Vida de mi Vida?.




FUEGO

Tus ojos no te permiten
Mirar los ojos del sol.
Pero tu cuerpo palpita,
El calor que necesitas,
Para saber que es el sol.

Entonces venda los tuyos
A la hora de sentir.
Y verás igual que el ciego,
Que al acercarse hacia el fuego
Puede al frío distinguir.

Su Camino Fue La Tierra IX

Fuego, dibujado por el viento.
Eres de la noche rebeldía.
Migaja de sol con que alimento
Al cielo, para eternizar los días.

Padre de las sombras. Cuando el frío
Obliga a callar a las penumbras.
Con tu desnudez de piel de estío
Nos incendias, tanto como alumbras.

Al mendigo errante lo acaricias.
Condenado eterno del infierno.
Autor inocente de injusticias.
Revolucionario del invierno.

Dante, de tu lengua fue testigo,
Al abrirse la boca sepulcral,
Que condena a las llamas del castigo
Al hereje más devoto y más leal.

……………………………

El Agua (tu rival por excelencia),
Esperará la noche más oscura.
Y en férrea lucha de supervivencia
Caerá como aguijón a tu montura

La lucha será cruenta pero en vano,
Así lo indicará la espesa nube,
Que acaso, es el espíritu que sube
Librado ya de su cuerpo inhumano.

El Agua aún reirá con triste encanto,
Pues sabrá dentro suyo que ha elegido
(No sin el frío recio del espanto)
Como rival, a un Ser jamás vencido.

…………………………………

Tras el pañuelo, el ojo ciego advierte
De tres palabras sólo la Tercera.
Aquella que a su vida dará muerte
Con grito de fusil y voz de fiera.

Otros, son los Fuegos divisados
En meandros y ciénagas oscuras,
Por quien Júpiter, Señor de las Alturas,
De horror tiembla al saberse condenado.

Fuiste cómplice de versos de poetas
Que parieron la literatura.
Fuiste puntas de indígenas Saetas
Que lucharon con coraje sus culturas.

Épicas antorchas te elevaron
A lomo galopante de rocines.
Gargantas de dragones te lanzaron
Hacia mitológicos confines.

La nada (sin el merito de un nombre),
Te despertó de un sueño de repente.
Qué dudas y certezas de tu mente
Te igualan y separan de los hombres…




PROMESA PARA MI HIJA

Si hablo de ti, hija mía
Cuando acabar este verso.
El infinito universo
No me lo permitiría.

Es tu rostro el que percibo
En cada letra que trazo.
Y como un loco me abrazo,
Al papel en donde escribo.

Cuando a este mundo entres,
Abandonando el que habitas.
Tendrás lo que necesitas,
El mundo será otro vientre.

El mundo será otro vientre,
Hija mía, te lo juro.
Para ello salto los muros,
Para ello cruzo los puentes.

Para ello beso tu frente,
Para ello pienso en futuro.




DIALÉCTICA

No te busques en mí, mírate antes.
No hallarás un espejo sin el tuyo.
Pues será tu mirada aún capullo
Como ostra aún para el diamante.

Mírate el perfil, mírate de frente
Como Este a Oeste y Sur a Norte.
.Aunque tus ojos no soporte
Evita pestañear…mírate siempre.

Que todo tu rostro se revele a esa
Efímera oscuridad, visión herida,
Que nace cuando el párpado nos pesa,
Vedándonos instantes de la vida.

Peor la noche y su cómplice genuino
Que surca nuestros días como el vidrio;
El Sueño vuelve, es ese su destino.
Cual triste Prometeo a su martirio.

Si pudieras revertir este principio
Reduciéndolo tan sólo al Sueño Eterno
Restarías a tu vida tantos ripios
Que estorban como Seres del Infierno.

Sospecho que en el lapso de los sueños,
Así como del breve pestañeo
Se manifiesta el dios del que no creo
Cuando de mi conciencia aún soy el dueño.

Así le habló aquel Río a su Estudiante:
“En tu reflejo no hallarás al mismo.
Heráclito, soy sólo tu espejismo,
No te busques en mí, mírate antes”.

Mas como Adán, burlando la advertencia
El Aprendiz permaneció impasible
A aquella voz de género imposible.
No obstante, reanudó en esta sentencia:

“No peco de ignorante ni atrevido
al detenerme junto a tu ribera
y divisar mi rostro, cual si fuera,
el otro ser que hoy pude haber sido.

Si bien mi faz (merced de tus hazañas)
Flamea cual corola a la deriva,
No es esa imagen vana y tan nociva
Plausible de la gloria que me baña.

Detengo mi atención en el abismo
Que nunca se detiene. Y me macero
En un segundo río y un tercero,
Juzgándolos a todos como al mismo.

Celebro tu Dialéctica y confieso:
Desde hoy tu nombre está ligado al mío.
Heráclito es sinónimo de Río…
Todo esto aconteció allá en Efeso.




SONETO

No vuelve el corazón a vuestro puerto.
Lo observo ya perderse en lontananza.
Esconde su destino algo incierto.
Grabado lleva un nombre: Esperanza.

El condenado a muerte, desespera.
Y viejo llora su Dorada Infancia.
El sabio, pide a gritos su ignorancia.
Y la semilla sufre ser madera.

Si tú supieras que cada flor que acechas
Con tu mirar, es flor irrepetible,
La vida no sería tan terrible

Como lo es…si acaso tú supieras.
Ni el arco vuelve a ver jamás su flecha,
Ni aquella flecha, a quien, por ella muera.




REMBRANDT

En Van Dick, Jan Van Goyen, Durero,
En Frans Hals y Rubens y Leonardo,
En Velásquez, Lorrain, Caravaggio,
Está el rostro de Rembrandt…¡Miradlo¡.

En Carracci, Poussin, Tintoretto,
Guido Reni, Jan Steen, en El Bosco,
Willen Kalf, Pieter Bloot y en El Greco,
Como a un ser irreal, veo su rostro.

De su Leiden humilde a la cumbre,
Sólo hubo una línea muy frágil.
Ser un hijo de Holanda no es fácil,

Fue una sombra luchando en la lumbre.
Y ya solo, ya frente a su espejo,
Decidió ser el otro… el reflejo.




EL REY POETA

Alegre el Cortesano llama a la multitud:
¡El Rey es un poeta, que viva el Rey, que viva¡
El pueblo fervoroso de pronto se cautiva
al ver al Rey Poeta blandiendo su laúd.

Arpegios delicados preludian su Rapsodia.
Su voz retorna al griego y empieza la batalla.
Sus versos enamoran y el público desmaya.
Lo adora el que lo ama, lo ama el que lo odia.

El pueblo encandilado no escucha lo que dice.
Él habla de la guerra, mas eso no interesa.
El público lo abraza, el público lo besa.
Palabra de Poeta nunca se contradice.

Y cuando el verso acaba, siguiendo el protocolo,
Regresa el Cortesano, volviendo al mismo grito:
¡El Rey es un poeta, que viva el Rey bendito¡
y como acto seguido, el pueblo queda solo.





A UN REINO TÍPICO

Correcto y comedido, sonriente y educado
Cortés, considerado, cumplido y muy cordial.
Son reglas que conviven en este Principado
Donde ser bien tratado es la Ley Principal.

Eso si, ante todo y como ley suprema.
Como es costumbre, escrita en letra pequeñita
Se aclara, respetaos de hito en hito el lema:
“No pagues un centavo, El Rey te lo debita”

Si de ejemplos se trata, el Rey es un encanto,
Su urbanidad rebalsa sus tantas variedades
De copas, que en unción, venera como a un santo.
El Rey es un encanto, no tiene vanidades.

Eso si, el experto en modales y cristales,
Como acostumbra todo anfitrión de buena casa,
Conocerá del huésped sus datos principales:
El monto de su cuenta, lo digno de su raza.

Y gracias a su padre, el Príncipe, con creces
Disfruta el porcentaje de reino que le toca.
La antonomasia nunca pregunta si merece,
Más bien se identifica por cerrarnos la boca.

Pero no piense mal, y no se ponga tenso.
El Rey evita toda molestia a sus vasallos
Pues como dice el dicho “El silencio es consenso”
Y a veces la palabra se cae del caballo.

El príncipe es el típico ejemplar de Cuentos de Hadas
Con los particulares colores que amerita.
Lo azul de su linaje, el rojo de su espada
Que otorgan beneficios que a otros se les quita.

Pero todo se apoya en una causa noble,
Porque no es nada fácil ser Amo de Palacio.
Aunque por fuera el Príncipe se vea como un roble,
Por dentro apaña aspecto de mísero batracio.

Ya veros, mal pensados, el peso que este carga
Negando a duras penas que un soplo lo demuele.
Si el vulgo se le acerca la tristeza lo embarga.
De ver su culpa, al ciego, la mirada le duele.

Así es como disponen los naipes de este juego
Donde el envite sube en gracia de los mismos,
El Rey se ubica al frente en nombre de su ego
Y el príncipe a su sombra en pos del narcisismo.

Correcto y comedido, sonriente y educado
Cortés, considerado, cumplido y muy cordial.
Son reglas que conviven en este Principado
Donde ser bien tratado es la Ley Principal.





HACIA DÓNDE ME LLEVAN…

Hacia dónde me llevan estos firmes renglones,
Cuando poso mi pluma riguroso de ellos.
Y no alterno el descenso sobre sus escalones,
Como brinda el amante su caricia al cabello.

Si soy fiel a la prosa por qué envidio a los versos.
Por qué miro su forma con oculto recelo.
Por qué tiento a mi pulso transgredir ese velo,
Como signo de furia, como juego perverso.

Si la hoja es el blanco, si la pluma el acero,
Si es el arco la Musa y el Poeta el arquero.
Si el amor es el pulso, la palabra es la herida

Y la tinta es la sangre del que entrega su vida.
Hacia dónde me lleva todo el tiempo que resta…
Me pregunto incesante, sin hallar la respuesta.




A MIS POETAS MAYORES

Fue su lecho de muerte unos brazos
Poderosos cual firmes alforjas.
Los del gran San Francisco de Borja.
Donde al fin descansó Garcilaso.

De tu herida el Danubio nacía.
De tu grito, el Latín de Virgilio.
Donde Laura y Petrarca yacían,
Para siempre en su mítico idilio.

Aún Salicio llora por su suerte,
Porque tú le has negado la risa.
Nemoroso clama por su Elisa,
Más allá de tu pluma y la muerte.

Tus sonetos, tus églogas gritan
Lo que oculto llevaste a la fosa;
El amor a Isabel te destroza.
Ya la rosa está helada…marchita.

Si de San Pedro Mártir, regresas
A los pies de esa terrible torre,
¡¡ No la escales por Dios!!, sólo corre
Nuevamente a San Pedro…allí reza.

…………………………

De la Barca bajaron tus sueños
Y llegaron a aquella Madrid.
Donde el viejo Juglar deambulaba
Recitando la gesta del Cid.

Cataluña te vio combatiendo
Y Toledo, del Rey, Capellán.
Con honor diste vida al gran Crespo,
Con honores tu paso inmortal.

Tus villanos brillaron cual rayo,
Segismundo aún clama: Yo sueño...
Tus Mañanas de Abril y de Mayo
Tendrán siempre su sol Madrileño.

...............................

En la misma Madrid de Don Pedro
Donde el Moro en combate se entrega,
Un poeta derecho, cual Cedro,
A nacido, y es Lope de Vega.

Este hombre de amores diversos
Desterrado por sátiras crueles,
Destinó, como Lorca, sus versos
A exaltar a su tierra y sus fieles.

Su carácter complejo e inquieto
Impulsor de su obra de ensueño,
Le valió de Cervantes el reto
De ser, El Fénix de los Ingenios.

Peribánez y La Hermosa Fea,
Rey eterno, os miro, y Ocaña,
El Isidro y La Dorotea,
Dieron su alma a la vieja España.

.................................

No hubo pluma que no se rindiese
Al momento de tallar la piedra,
Ante el gran creador de Entremeses;
Don Miguel de Cervantes Saavedra.

Fuiste hijo de Alcalá de Henares,
Talvez como Arcipreste de Hita.
Más el viento de tantos azares
Te llevó donde el mundo palpita.

De Madrid a Sevilla y a Roma,
Del heroico Lepanto a la ingrata
Ocasión, que por años te toma
Prisionero en Argel por piratas.

Rescatado y al fin decidido
A emprender esa ardua tarea,
De empeñar cualquier forma de olvido,
Diste vida a La Galatea.

Por error del destino eres preso.
Por justicia del mismo, inocente.
y tu impronta de tristes sucesos,
A una triste figura presiente.

En revancha al injusto barrote,
Y a aquel doble arcabuz Otomano,
De la Mancha llegó Don Quijote
A decirte que nada fue en vano.

..........................


A esa misma llanura manchega,
Otro hidalgo ingenioso y valiente
Fue a morir; Don Quevedo y Villegas.
Desterrado cual un penitente.

Poco antes, por mismo motivo:
La Moral. (Que lo iguala a Plutarco),
Terminó varias veces cautivo
En la vieja prisión de San Marcos.

Como Alonso Quijano deseaba,
Deseó ser Don Francisco otro hombre.
Viendo al mundo cual él lo soñaba.
Pero el mundo no cambió de nombre.

Más la humilde palabra en sus labios
Tuvo sed de esa humilde fortuna.
Y apartó de su boca el resabio,
Y bebió de su sangrienta luna.




SONETO

La tímida mañana se enternece,
Al ver sobre tus manos a la luna.
Tus manos, me recuerdan a una cuna
En donde un frágil niño se adormece.

Lo observo con delicado detalle.
Con el ojo de un dios que nunca miente;
Tu pecho, la antesala de tu vientre.
Tu vientre; ese inmenso y alto valle.

Morada que el destino me reserva,
Para aguardar el instante preciso,
En que ya presto de un final feliz,

Con sabia voluntad (fiel a Minerva)
Y la ilusión de Dante y de Beatriz,
Me entregue finalmente al Paraíso.




LA LUNA ( DÓNDE HA HIDO)

Si mis dedos pudieran
Deshojar a la luna…
Federico García Lorca

Por la luna, mujer, que es sagrada
Y platea estos árboles, juro.
Que mi amor es profundo y es puro…
Así habló el fiel Romeo a su amada.

Arto más que ese Disco de Plata
y esa luna Sangrienta Escarlata.
La omnisciente testigo del Hombre.
Voy en busca de aquel vasto nombre.

Esa ostia de la cual Dios comulga.
Ese faro en el mar de la noche.
Ese ojo del gran Polifemo,
Ya segado por obra de Ulises.
Ese rostro de mil cicatrices.
Esa inmensa ceniza del sol.

Baudelaire, la percibe ofendida.
Y Lugones maligna y campestre.
Federico ve un niño en su mano.
Lafontaine, un ratón en su centro.
Blanca piedra es la luna, Vallejo.
Alfonsina le teme al mirarla.
Cielo negro, Rubén. Luna opaca.
Y Neruda la ha anclado en su verso
Casi fuera del cielo…
Entre un par de montañas.

Sueña Banchs que es de mármol la luna.
Y ese mármol es un pozo seco.
Y ese pozo es sonoro y su eco
Espectral, palidece a la luna.

En un río, dos blancas canoas,
Se deslizan sin sus navegantes.
Con sus remos, su popa y su proa,
Me recuerdan a lunas menguantes.

No es la luna empedrada del charco,
Que estalló bajo el pie presuroso.
Ni es aquella del mar escabroso,
Que ilumina a los trágicos barcos.

Yo la busco en el vago ladrido.
Y en el grito de un hombre que muere.
En el llanto de niños, mujeres,
Solo quiero saber… dónde ha ido.




OIGO LA HIERBA MAGRA…

Oigo la hierba magra quebrarse bajo mis pies.
Queja de un herido es, el sonido que consagra,
A los sonidos del mundo, como necesaria ofrenda.
Siempre por la misma senda, más yo de culpa me inundo.

De culpa ante el acto impune mis pies que todo lo besan,
Se detienen de tristeza y a su lamento se unen.
En mi caminar sereno, noctámbulo o matinal,
Avanzaba un criminal tan íntimo como ajeno.

Si el Hombre ignorando peca, su inocencia le libera
De su víctima cual fuera. Más como ahora lo sé,
Que muera no dejaré, la indefensa hierba seca.



RÉQUIEM

Si es que existe el lugar en que moras,
Si esa extraña región es posible,
Si resides en mi alma intangible,
Por qué entonces mis ojos te lloran?

Si además de habitar mi recuerdo,
Puedo oír palpitar junto al mío,
Tu jovial corazón como un río,
Por qué siento a la vez que te pierdo?

Por qué muevo indeciso las piezas
Cuando ya he concluido mi juego?.
Por qué dudo de toda certeza?,

Por qué acepto olvidar y me niego.
Si es que existe el lugar en que moras,
Por qué entonces mis ojos te lloran.



¿NO VES?

¿No ves en la nube mansa lo efímero de la vida?
¿No ves también en la herida su futuro de bonanza?
¿Y que los árboles trinan cuando el ave se deshoja?
¿No ves que la luz te moja y que la lluvia ilumina?

¿No ves que el sol con el viento se comportan como hiedra,
Cubriendo la Inmensa Piedra de un color amarillento?
¿No lees en la mustia Luna un epitafio que expresa:
Aquí yace la belleza que alguna vez fue la Luna?

¿Y no oyes el gemido que viene de las alturas?
Es la tierna criatura que la montaña ha parido.
La vela teme a la llama, más esto el fuego lo ignora.

Él, al verla se enamora y lentamente la ama.
La noche llega a su fin y llora porque se marcha…
¿No te da pena la escarcha dispersa sobre el jardín?.




MARÍA

Palidece la noche al mirarme,
Sólo árido suelo a mis pies.
Quién pudiese de mí rescatarme,
Cual zahorí, a la cuenta de tres.

Ni Jenófanes mismo sabría,
Ni Virgilio, ni el bueno de Horacio.
Definir mi terrible elegía.
De mi idilio abarcar el espacio.

Cada paso en mi viaje es tardío.
Al llegar todo vuelve a estar lejos.
Mi tristeza recurre a Vallejo

Y mi amor se refugia en Darío.
Mas, ni uno ni otro podrían,
Conseguir que regreses…María.





SONETO

Perderse…cual nube en el viento.
Lo mismo que una estrella vaga,
Que entre otras millares se apaga.
Ser uno y a la vez…ser cientos.

Cual rostro en antiguos espejos,
Me pierdo en un viaje sin fin.
Montado al caballo de Odín
Y a todo lo miro de lejos.

Al mar, que una piedra creía.
Al ave, que en lágrima oscura,
Veía caer de la altura,

Creyendo su canto, agonía.
Y a ti, sobre todas las cosas
La espina te vi…no la rosa.




¡QUÉ TRISTES SE VEN LAS FLORES!

¡Qué tristes se ven las flores que de tus ojos derramas!
No están marchitas ni rotas, descoloridas ni ajadas.
Tampoco son como aquellas que en los libros, olvidadas,
Detienen entre dos hojas, quizás por siempre, su trama.

Oh¡, golondrina viajera que lloras en mi regazo.
¡ Que tristes se ven las flores que de tus ojos derramas¡
Colores de primavera sobre tu cuerpo caen en pedazos.
Escoria de mil amores ¿ que no te aman…que no te aman?.

Ni el cielo que te conoce, ni el puño que el verso escribe,
Nadie me dirá quién eres si te lo impide tu llanto.
Sin embargo reconozco, en tu gemir, con espanto,

Que llegas desde muy lejos, de allá Donde Nadie Vive…
Y aunque no sepa tu nombre ni el por qué de tu destino,
Comprendo lo que es morirse, sola, a mitad de camino.




SONETO

Azulados y negros y pequeños.
Sus ojos son el fruto del Endrino.
Belleza que se esfuma como un sueño,
Al áspero sabor y cruel espino.

Sus labios, de morados a rosáceos,
Como la flor de Malva, palidecen.
Tan lejos de aquel brillo de Topacio,
En su propia mudez…desaparecen.

A las hojas de Dalia se asemejan
Sus manos, que al abrazo se resisten.
Y a la lluvia, su rostro bello y triste.

Y al olvido, su sombra que se aleja.
Sabe Dios, cuanto la quise un día.
Como sabe también…que todavía.




SONETO

Me dormí sobre una hoja tan vacía
De palabras, que la noche al observarla,
Sintió pena, y por amor, quiso poblarla,
Con su Gran Constelación de la Poesía.

¿ Me dormí sobre una hoja o ella era
quién dormía y yo velaba su letargo?
¿ O la noche nos soñaba y sin embargo,
a la vez, también la noche un sueño era?.

Todo es cierto…me lo dice la brillante
Creación, que de la Humana es tan distinta.
Como es cierto que asimismo es semejante,

A la vasta creación de Nuestra Tinta.
Me dormí sobre una hoja tan desierta,
Que mi mano decidió quedar despierta.




A LA ENVIDIA

A la envidia ( que es de todos) yo le temo.
A esa envidia de Caín, también de Remo.
Y a esa cólera de un Rómulo tan cruel,
Que ha hecho de su triste hermano, otro Abel.

Quizás seamos, como en cíclica leyenda
De ese misma loba, pronto alimentados.
Y el instinto finalmente nos sorprenda,
Liberándonos de culpa y de pecado.

Pero todo corresponde a un simple anhelo.
Porque ignoro qué ideal la mente trama.
Mientras tanto justifico al noble Otelo,
Que por celos mata y muere como ama.

De una bíblica traición, de un ser ingrato,
Nacerá la envidia como fiel desmedro.
Y una triple negación condena a Pedro,
A mirar las limpias manos de Pilatos.

Tras la envidia, toda admiración se oculta.
Y es la cólera del Hombre un antifaz.
Que asesina nuestro amor y lo sepulta,
Redimiendo de la muerte a un Barrabás.

A la envidia (que es de todos)… yo le temo




AL SILENCIO DE ENRIQUE BANCHS

Porqué ese silencio, preguntan a Enrique,
Cual al joven Rimbaud, los labios te besa.
He hallado una línea que lo justifique:
“ El silencio es grande, lo demás flaqueza”

¿ No es ese silencio acaso el gran reto
que toda palabra se debe a sí misma?
Lo supo tu verso final, tu soneto.
Cruzando el umbral del sólido prisma.

Como la paloma se va de la mano,
En Barcas pobladas de Elogios y Halcones.
Llevando en su pico un eco lejano

Después de haber dado sus cuatro estaciones.
Así se fue Enrique del blanco papel.
Más, oigo el repique de su Cascabel.




BIEN VALE UN VERSO

Bien vale un verso esfuerzo y agonía.
Julietas, Dulcineas, cadalsos y cicutas.
Sentir la frente sangrando por la hirsuta
Corona y recibirlo con alegría.

Bien vale un verso la errática odisea,
De veinte años o la de sólo un día.
En donde ambos Ulises combatían,
Contra las olas del tiempo y sus mareas.

Lo supo Poe y lo supo Tomás Moro:
Bien vale un verso el opio y el cilicio.
Qué pensamientos, Nerón tiene. Lo ignoro,

Viendo impasible su Imperio que se quema;
¿Canjear cordura por pérdida de juicio?
Bien vale un verso arriesgar, todo el poema.




DULCE FRIDA

Hago mío este verso de Lugones:
No está muerta la flor, sino dormida.
Y me basta susurrar tu nombre: Frida…
Para que vuelvan a ti, todos tus dones.

Tus dones, como piedra de alquimista.
Tus dones, como elixir de la vida.
Tus dones son el alma de un artista.
Tus dones, oh, tus dones…dulce Frida.

En un rayo de luz la noche cesa.
En breve el sol inundará tu cama.
Tan poderoso el día que regresa.

Tan débil es mi voz cuando te llama:
Despierta… Frida…. Pero no despiertas.
Mi flor no está dormida, sino muerta




DÓNDE ESTÁN MIS MANOS

Dónde están mis manos que ya no las hallo.
Mis manos son fieles, mis manos leales.
Quizás se cansaron de todos mis males
Y al fin desistieron a ser mis lacayos.

Como en agonía de a poco las pierdo.
Oigo su confuso lejano aleteo.
Dónde están mis manos que ya no las veo.
Dónde, extrañas manos, que ya no recuerdo.

Tal vez, mendigando en algún Camposanto,
Un cuerpo más digno, dichoso y modesto.
O bien, entregadas a brazos impíos,

Que en cruentas batallas son fuertes y diestros.
Algo que jamás hallarán en los míos.
Dónde están mis manos…¡ las extraño tanto¡.




SONETO

Te buscaré por el mundo con desesperada urgencia.
Sabiendo que tú me huyes en los brazos de un Medoro.
Te buscaré como Orlando busca a Angélica y su Moro.
Te buscaré aunque recorra el camino a la demencia.

Te buscaré en el exilio donde nadie nos espera.
Donde pronunciar tu nombre agita el viento con rabia.
te buscaré como busco en el árbol muerto la savia.
Te buscaré eternamente, como quien, una quimera.

Mas, cuando te haya encontrado pasarás inadvertida.
Y buscándote sin tregua iré pagando tu costo.
Porque será ese reencuentro otro punto de partida,

A las ordenes de mi dios, como a la pluma de Ariosto.
No obstante lo cual confieso, que te seguiré buscando.
Siempre en guerra con el mundo, como aquel… Furioso Orlando.




SONETO A BAUDELAIRE

Aquel Hombre – Niño, que Nace – Agoniza,
Con un ojo ciego y un sordo lamento,
Perjura a su madre con su voz de brisa:
“Ya no soy el hijo ingrato y violento”.

Aquel Hombre – Niño derrama su vaso.
Ya sin importarle, librado a su suerte.
Pero antes le advierte tendido en sus brazos:
“No vivirás madre, después de mi muerte”.

Y así con Agosto, París, casi ausente,
Semejando, acaso, todos sus escritos.
Lo ha visto apagarse al Poeta Maldito,

Como a tenue lumbre de triste codal.
Mas, su alma obedece a esa Antorcha Viviente,
Por siempre presente en Las Flores del Mal.




A UNA GUITARRA

Qué trata mi mano derecha o izquierda,
Rindiendo a las cuerdas su culto profano.
Cuál es el sentido que busca el acorde,
Que espera la orden del firme rasguido.

Cuando se ejecutan tus tensas amarras,
Qué sientes, guitarra. Acaso disfrutas?
Un árbol pequeño soñó melodías.
Tú fuiste su sueño. Él, quien hoy serías.

Qué conjuro sombrío a tu especie la rige,
Cuando el Hombre te exige habitar tu vacío.
Que límites trasciendes, OH, bramante alabanza ¡

Cuando oír ya no alcanza ni la mente comprende.
Guitarra, quién eres, aquí entre mis manos.
Y tú, ser humano, contesta…quién eres.




SOY LA SOMBRA

Es el sol el que te nombra
Para que estés a los pies,
De todo aquello que es,
Como si fueses alfombra.

Y hay algo en ti que me asombra,
mucho más que tu existencia,
Es descubrir que en tu esencia,
vida propia tienes… Sombra.

Lo intuyo con vago horror.
Lo sueño con pesadumbre.
Temiendo que el sol me alumbre,
escondido estoy del sol.

En la oscuridad de un pozo,
yago, pienso, como , vivo.
Cual Segismundo cautivo,
cual Funes, el memorioso,

O Dàntes, el Montecristo,
o aquel recóndito Nemo.
Me convertí en lo que temo.
Soy La Sombra… ya no existo.



NUNCA

Nunca niegues el saludo del delirio
Que con su mano exiliada de otras manos,
Te dibuja, tembloroso, su martirio
Tras las rejas que lo alejan de lo humano.

Porque esas rejas son también rancios espejos,
Donde millones de miradas desfilaron,
Ciegas al cuerdo saludar de sus reflejos
Que nos encierra como a ellos encerraron.

Y así barrotes aprisionan carceleros.
Y no hay concepto que defina Libertad.
No llames último lo que es también primero.
No habrá mentira que no pueda ser verdad.

No confundas frenesí con inconciencia.
La ignorancia es la puerta que abre al miedo.
Tu saludo garantiza su existencia.
De tu mano nacerá su nuevo credo.

Y quizás, alguna vez salten murallas,
Para derribar así memorias viles,
Esas siempre a prueba de misiles
que sólo hacen del Hombre un fiel canalla.




EXIJO LIBERTAD… (EN DOS SONETOS)

A Rodolfo Whals.

Exijo libertad para los versos
Porque, para unos pocos, ya se sabe.
Es ella igual al vuelo de las aves
Que tienen como cielo el universo.

Exijo libertad, ya no la pido.
Porque mi petición esconde un ruego.
Y mis rodillas arden como el fuego,
De tanto trajinar por el olvido.

Exijo libertad de vuestra parte,
Como genuino hijo de la misma.
Para salvar al verso del estigma

Y devolverlo al seno de las artes.
Mi voz no se deshonra de arrogancia,
Al pretender la humilde jerarquía;

***

Aquella que permite a la poesía,
Ser libre. Como única ganancia.
Señor Comendador, su boca abra
Y deje en libertad lo que ha comido.

O escupa letra a letra los sonidos,
Devuelva a la Poesía sus palabras.
Soy una voz cualquiera que se erige
Para recuperar siquiera sombras,

De aquella Libertad que no se nombra.
No obstante, y en silencio, aún se exige.
Yo sé que para usted no hay más sonidos

Que aquellos que hoy detiene tras su escarcha.
Aún mientras, dicha voz siga su macha,






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LIDIA ROCHA [19.166]

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Lidia Rocha

Lidia Rocha nació en Trenque Lauquen, Buenos Aires, Argentina. Vive en Buenos Aires. Es Profesora de Literatura y escritora. 

Publicó los libros de poesía Aves migratorias (2006), Roma (con ilustraciones de Ariel Román) en 2010 y Así la vida de nuestra primavera (La Mariposa y la Iguana, Buenos Aires, 2016). 

Formó parte del Plan de Lectura Leer es crecer y realizó el ciclo Poesía en el living de Recoleta. Coordina, con Gerardo Curiá, el ciclo Literatura Viva, café literario.




AVES MIGRATORIAS (2006)



AVES MIGRATORIAS

una canción 
sopla mis alas
cada marzo




Carpe diem

Desde la cornisa de aquel edificio,
en picada, hacia un espacio móvil
entre dos autos,
dos gorriones bajan a buscar un tesoro,
enfrascados
en una conversación aguda
y misteriosa
(¿sabrán ellos de símbolos?)

El calor vuelve el asfalto más gris,
más sucio, y tensa las caras.
Aturden las bocinas,
la insistente alarma a la salida de la cochera,
ruido de frenos, sirenas de ambulancia.
Ellos caminan como si la rueda 
que pasa a centímetros de sus patitas 
quedase tan lejos como el sol de noviembre.
Veloces, 
saltan al cielo urgidos por atender
asuntos importantes.
De su belleza gris y cálida,
de su volumen breve,
queda sólo este eco
que no se apaga en mi memoria.

A unas cuadras de allí, 
asaltaron una estación de servicio.
La electricidad causó estragos
a otros vecinos de acá cerca.
Un poco más allá
un secuestrado exprés grita
por su segunda falange.
Y no tan lejos caen bombas
y edificios. 
Los continentes siguen derivando,
el ozono se extingue una pulgada más
y navega en lo oscuro el meteorito
del último día. 

Ella y yo
nos acomodamos cerca de la puerta,
con el libro abierto, le pregunto
que habrá querido decir 
“carpe diem” y no sabe.
Pero deja el libro sobre sus rodillas,
mira sin ver la calle y los gorriones
deja que el tiempo
se deshaga junto a sus zapatillas.

Menos agudas y tan indescifrables
nuestras voces se pierden
en el constante moverse de las cosas.
Ella desaparece tras la puerta metálica
del ascensor y yo me pierdo
entre las calles superpobladas,
y el smog
pensando en estas cosas
mientras las ruedas pasan
a centímetros
de mis plumas.


Roma
Lidia Rocha

Editorial La mariposa y la iguana, 2010.

ilustraciones de Ariel Muñoz
prólogo de Fredy Yezzed


Por todas las manos que esa tarde

por todas las manos que esa tarde
su noche y su mañana me tocaron
podría jurarte ahora
(como quien hace a los dioses su rendición de cuentas)
que cuando yo nadaba en el líquido amniótico
de tantos cuerpos juntos
en su perfume a sándalo gastado
en esa intermitencia del mirar y el deslizarse
no escuchaba los címbalos sino mi corazón
y mis dedos buscaban bajo una piel y otra
el flujo de tu sangre. 



En principio me imaginé que iba a leer la construcción de Roma, quizá, después de un viaje o bajo la lupa del recuerdo de algún familiar. Dije Roma y me imaginé las fuentes ampulosas, la Capilla Sixtina con sus desnudos, los gladiadores, o los gatos sobre los tejados protestando, como nosotros, por culpa del calor o el olor a basura que nos invade. Pero vas a la bella metáfora de la ciudad-cuerpo, de la ciudad-amor, de la ciudad-deseo. Luego al adentrarme en tu libro me di cuenta que tú, él y todos nosotros somos Roma. Esta ciudad que le hubiese quedado muy bien calzada a Buenos Aires es una ciudad del erotismo: “Nupcial, lujosa, hecha de lluvia eléctrica. Tremenda”; del deseo: “su deseo extendido, esa promesa, que es más intensa porque no se dice”; de la lujuria: “Nos iremos a Roma, a cuando los amantes copulaban en las calles mugrientas, a los templos oscuros, a los cuerpos baratos”.

Hay en tu libro, como en toda ars amatoria, prohibición: “Cada uno a su vida. No la toques“; vivificante sexo:“Solo las bocas que buscan redimirse en la boca del sexo”; deseos oscuros e insatisfacción: “yo nadaba en el líquido amniótico de tantos cuerpos juntos”; lirismo e imágenes bellísimas: “un arco tendido era yo y recibía amor a manos llenas”; metamorfosis y mito griego: “fracasa en su intento de ser planta, liquen, de abrirse contra el muro donde sembraba siemprevivas”; desamor con sus tintes de cursilería:“así es como la magia del amor se termina, sin heridos, ni súplicas”; y desamor con sus pinceladas profundas: “Cansados de empujar este barco, rendidos ante la evidencia. Un fondo negro. Una escena sin gente”; violencia y despecho: “¿Quién le hablará sucio al oído mientras se entrega como a la muerte misma?”.

Preguntas al final del libro:“¿Habrías de este modo abandonado Roma para siempre?”, y me respondo solitariamente: “He vivido toda mi vida en Roma”.

Fredy Yezzed López Barón




(fragmentos)


estos amantes se han ocultado uno al otro su corazón. Se dieron en cambio nubes de colores que se abrían en magnolia o dragón chino y caían lluvia de pólvora dispersa. Perdieron los temblores del alma por una música de cañerías en la noche sola. No sucedió, no sucede, no sucederá. Un amor de artificio, una guarida. Ni intimidad, ni alma trastocada por el goce. Todo por conservar impávida la imagen, el toque de los ojos, un roce de la piel, la fantasía
(…)

lo inalcanzable pagará su precio. Eclipse interminable. Que la tierra no la estrangule con sus capas de reina. Te odia, te ama. No te acerques. No morirá si permanece en esa primavera. No la atarás a tu ciclo de sangre, a la repetición, no harás un nido en su costado izquierdo. Será como el arco siempre tenso, recién disparado. O como la flecha que no tiene rumbo o que lastima, antes de estar dispuesta una cacería nueva. Te ama, te odia. Se irá al exilio hacia ninguna parte. Sólo la vibración desajustada de una melodía que habrá sido posible y no consuela


*


a ella (antes) le gustaba el peligro, o eso dicen. Estrellaba los viernes contra las ventanas. Y se comía la mañana del sábado. Ella (antes) era arriesgada, te hubiese hundido su taco en la garganta. Cortado tu aliento en julianas finitas. Desbocada, dominante. Y vos ahora, de esa miel un recuerdo. Las muñecas tajeadas por no oírla

ella canta sobre la parte alta. La pajarera abierta por lo bajo. Así capturan a los jilgueros sobre los alambrados. Ella se vuela. Te mira desde el trapecio de las hojas, se balancea sobre el mar de pampas. Rebelde contra la tarde que no hinca el pico. No te suelta. Tu corazón en la mira queda seco
(…)



*

por todas las manos que esa tarde, su noche y su mañana, me tocaron, podría jurarte ahora, (como quien hace a los dioses su rendición de cuentas) que, cuando yo nadaba en el líquido amniótico de tantos cuerpos juntos, en su perfume a sándalo gastado, en esa intermitencia del mirar y el deslizarse, no escuchaba los címbalos sino mi corazón, y mis dedos buscaban bajo una piel y otra el flujo de tu sangre

al resplandor de fuego de la orgía, las hebras enroscadas de unos cabellos negros sobre el óvalo, la pulpa de unos labios, la tentación dispersa y mis manos hundidas en un cuerpo que era copia del mío y que temblaba… en el humo dorado de los suspiros de los que Afrodita no se harta (nunca), un arco tendido era yo y recibía  amor a manos llenas, y esperaba tu toque y me iba muriendo convencida que al recibirte así lujuria y castidad eran exactas
 (...)




Así la vida de nuestra primavera,  La Mariposa y la Iguana, Buenos Aires, 2016.


durar tan brevemente

te quedaste, alma, como en blanco
colgada de un sonido del aire
contra un tejido vegetal

si volvieras al cuerpo
y el cuerpo al viaje
cruzaría por el ojo de la aguja
el hilo en suspenso
de la vida

ausente, el corazón
ardía en oscuro

tus manos queman fuerte, sobre todo
esta tarde en que el frío aprieta
y me queda el calor de tus dedos
en la garganta
eras
un envite del sol fuera de época
hilabas
tu piel para los pobres
yo
volvía al mundo,
quieta la cabeza
sobre tu pecho
un cuerpo que se cierne y busca
la vida que le das

ahora
que de tanto ver y ver el mismo paisaje
la ventana se te ha desdibujado
¿dónde estabas?
¿es real esa casa de donde no saliste?
¿verdad el caserío?
la tarde te vuelve silenciosa
invisible, si no fuera por el ojo
y la pantalla
un animal que habla todavía.

y si me obstino así, te escribo
éste es el solo modo del abrazo
la única manera
de tocarte

no era más que un gato
abrigado en el fuego
de la siesta
un animal minúsculo
negándose
a regresar humano
cuando la tarde se perdía
en recuerdo
tedio de sombra
o pensamiento triste

el viaje en que nos vimos
ojo a ojo veníamos de nada
como metidos en los propios huesos
y quemándonos
de demasiado
el cielo te dañaba la pupila
cerrado el párpado al daño de la tarde
y yo veía el alma silenciosa
viajar hacia tus ojos y mirarme
y hacer canción del día

hubiéramos soñado un mundo
un poco menos cruel
pero cansados de la tarde
no queríamos salir de casa
ni cazar soldados, mariposas
y menos niños
lo dejamos así, a su suerte,
por pura somnolencia
en otras manos

y caigo
empujada por tu pulso
abriendo paciente
la hendidura de vida

el día se pierde
en explicaciones, horas
mal empeñadas en no dejar que pase
la sangre, la tinta, el dedo
sobre los muebles
de caoba rojiza donde sueña
un animal en sus esporas
el tan breve durar
ese fueguito
en el silencio fractal del universo



Dulcísimo

Sembrabas para mí semillas secretas
Yo, sin gracia, te confundía
con el delirio y los ensueños.

Como un dios condescendiente
preguntabas.
Ciega, torpe, yo respondía
al desgaire, como si apenas pudiera
despegar mis ojos de las páginas.
De tan hermoso te hacías transparente.

Allí las horas
se contaban en letras.

Te abrí las puertas de mi casa
como quien atiende un llamado equivocado:
“no señor, es el número, pero no soy la persona
que usted busca, se lo habrán dado mal”.

Claro de luna
sólo la luz de la pantalla y
las antenas con sus guiños rojos.

La hora se volvió sobre sí misma
instante concentrado
del así era antes y así será después.

Al traspasar la línea
que separa mi voz de mi silencio
partiste en dos las aguas de los días
como un barco
y te estiraste sobre el horizonte
para marcar mi cuerpo con tu diente.

La noche pierde su virginidad de arena.
Un avión encamina sus luces hacia el río.
Cada ventana se hace isla de tu abrazo.
Un relámpago de fe arde desde tus dedos
donde lengua es verano detenido.

¿Cómo regresaré
después de esta estampida de palabras?
Atónita asisto a tu maestría.
Límbica, como un animal de la prehistoria,
¿Cuándo era antes?
¿Dónde comienza?

Cisne, lluvia de oro,
no sé por qué a mí,
la de los libros
tan displicente
tan resguardada
por qué para mí
se dice este lenguaje de milagro.

Caen las horas como manzanas
puro jugo de dios.

El cielo a veces nos convida una vuelta,
semillas no previstas.



Menhires

No habrá ensueño eterno
lazos de la memoria
sino destino en la ceniza.

El fuego a la madera
desata el aliento de los dioses
demorado
en la raíz del bosque

para que el alma siga
el rumbo ascendente
de las piedras



La tierra y las cosechas

Crecí de frente a una tierra
de cosecha.
Pródiga, sus hijos no la aman
sólo la poseen o la abandonan
fácilmente
Hijos de una misma madre
hablan lenguas distintas:

unos escuchan las voces
de ciudades remotas

otros no perciben
el espejo solar del girasol
sus pesadas semillas
que se inclinan a la hora de Pan

cuentan en dinero la carne de sus pétalos









.

CARMEN PALOMO PINEL [19.167]

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Carmen Palomo Pinel 

Nació en Madrid en octubre de 1980. Doctora en Derecho y profesora de la Universidad San Pablo CEU. Es autora de los poemarios Vigilias y La resistencia, así como del volumen de prosa poética Astrofagia, planteado como una interesante conversación con F. Nietzsche. 

Tiene publicado un libro conjunto (Poemas del tren, 2004) y ha obtenido varios reconocimientos, como el Premio de poesía “Miguel Hernández”, otorgado por el Colegio de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras y en Ciencias de Madrid (1998), el Premio de poesía “Ángel Herrera”, (2001), el 1º Premio Concurso Internacional de sonetos “Memorial Bruno Alzola” (2006). 

‘Glosas al fuego’, obtuvo la primera edición del Premio Internacional ‘Francisco de Aldana’ de Poesía, 2016, que se otorga en Nápoles para poesía en castellano.


PORQUE ERES GIRASOL DE TURBACIONES

Porque eres girasol de turbaciones
que me cerca en su giro indescriptible.
Porque me sube al labio enardecido
un jubiloso pálpito de sangre.
Porque en río de luz te precipitas
por el cauce de mis desolaciones.
Porque te revestí de tinta y pluma
y apuntalé tus ojos con palabras.
Porque los poros de tu piel recuerdan
a ese muro argentino con que sueño.
Porque mi ser sin ti se desdibuja
transformándose en sordas escaleras.
Porque me salvas. Porque me destrozas.
Porque eres nido de interrogaciones.
Porque eres barco y mar de mis naufragios.
Porque sin ti se estrechan las colinas
y me asalta un terror de carretera
si no te tengo, amor, si no te tengo.
Porque me arrastras. Porque estás dormido
y en tu sueño levantas un imperio
de hojas de té y páginas de asombro.
Porque te he escudriñado hasta la rabia.
Porque la rabia no se estrella en ti.
Porque de madrugada eres venero
que brota de mi sueño en lo escondido,
voy a empapar en savia de tus ojos
el pájaro fugaz de mi existencia.




AMO A VECES LAS COSAS SIN PALABRAS

Amo a veces las cosas sin palabras,
la cristalización de la tormenta, Moisés temblando,
abscesos en las piedras, sangrantes cuarzos,
geodas de la ley incandescentes.

Aguardo ansiosa la leva de los ejércitos bárbaros.

Amo a veces en cambio las palabras sin cosas,
el soplo de la brisa que susurra tu nombre
al borde de mi nombre
y es casi nuestro nombre.
Las estructuras vacías de la luz y de la sombra,
los pozos a los que no nos asomamos
pues somos a la vez visión y pozo,
cosa y palabra,
el filo entre la culpa y la inocencia.

Espero que frunzas mi destino sin rozarlo siquiera.



AMAR EL GOLPE QUE NOS 
ENGENDRA AUSENCIA

Amar el golpe que nos engendra ausencia y agujero
que nos pare vacío, que nos nombra carencia
y nos crea llamada.

Amar sin ver
para que la visión
suceda.

Un susurro avanza al fin colándose entre las rendijas,
como trapecio del alba: alguien está trabajando
la madera.



LETANÍA IMPOSIBLE

Letanía imposible: quiero que un tiempo vuelva.
Me recompongo en vértigo para desaprenderme
me hundo en libros sin fondo para desaprenderme,
piscinas donde nadan fluorescentes sirenas.
Este, este es el tiempo de la desolación.
Y daría mi vida porque me desnortara
un despiste de golondrinas
o el furor de la guerra y de la caza
con su sangre olorosa
que me alivie esta necesidad de esferas.
Una doncella viene hacia mí con los brazos cortados,
su abrazo de carencia me acordona la vida.
El concepto es un sepulcro confortable para una tarde sin hojas
y amo a veces
sus dientes blancos que devoran sin daño
y otras veces los odio
y busco que inhibir mi sangre sea, en la tuya,
el rugido de una recreación.



MALOS ENCANTADORES: 
EL MAR QUE NIEGA EL MAR

Malos encantadores: el mar que niega el mar,
la mañana que oculta la mañana, tatuajes
de sombra en que sobre mi propia espalda estoy escrita
al borde del brocal en que velo mis armas
y tú velas –terciopelo- mi gigante sin noche,
sin aguijón, luciérnagas.
Nuestra cordura vale la moneda incendiada
de cuánta locura la limita,
pesa lo que dos tórtolas,
se adorna como altar del sacrificio.
Tu pluma es el amor de una génesis sin mitos:
el fuego es nuestro, memoria, molino,
Europa en la ceniza. El fuego es nuestro.
Candeal será el vientre, lomo de clavileño
la balsa que nos alcance el puerto.
Vetas y nudos el entramado de nuestra salvación.
Pero nuestro es el Dios de la triste figura,
y el alma nos la envuelve en Dulcinea
que bien merece un lance,
y el cuerpo lo enjaeza como corcel de agua y de berilos.
Miniatura del hombre, inmensidad.
Míranos, Dios, con ojos de Quijote,
cuando arañemos bárbaros los tornos de este mundo
y el último afán de la noche sea una muerte de encaje

sin honor, sin batalla.


Ciencia Exacta

Huérfana del recuerdo del poeta,
negador de la aurora que en ti anida,
que ignora que eres canto y fe de vida,
que eres del infinito la pirueta,

que eres reloj de sol y no veleta,
que eres estrella a la verdad prendida,
impulso vertical que nos convida
a medir el amor de alfa más beta.

Aunque el verso fugaz te desherede
la belleza en tu seno es un axioma,
una palpitación de lo enigmático

y el canto de un poeta nunca puede
descomponer la perfección que asoma
por tu limpio horizonte matemático.





Carmen Palomo 
GLOSAS AL FUEGO / GLOSSE AL FUOCO 
POESÍA HEBEL


Amigo, y en tus ojos
la parvedad de la semilla humana.
Aún no estamos volando y ya nos cerca
el miedo a no haber sido, el vértigo indecible de volar.
Enemigo, espero aún
que vengas y vivamos.
Vivir sobre la lengua del peligro
que lentamente va pronunciando el mundo.
Verás, hay enumeraciones
y hay manos amputadas que no saben contar,
pero ninguna triunfa del deseo inerte.



*


Apóstol de fragores, cortador de leña. 
Nunca calle la letanía del que se atreve a hombre. 
Hay un tiempo que tú no conociste. 
Hay un tiempo donde no había tiempo, y tu tiempo y el mío, 
y una ausencia tras todos los segundos. 
Diez segundos para que llegue el metro. Camino del trabajo, en el vagón 
todos los rostros son hermosos. Todos deslumbran. 
A todos me he rendido: los hombres, las mujeres, los viejos y los niños. 
Las ojeras florecen, las arrugas celebran, 
los tacones de aguja saltan como ciervos. 
¿Lo llamaremos vida?




*



Mira. El mundo inteligible
con su rostro de cera. El mundo inteligible
en el carmín de las muchachas nuevas,
en la lluvia que no fecundará
la calva de las gárgolas. Una espera de siglos
quebró al ajedrecista
sus lentes frente al tablero yermo.
El blanco frente al negro, y del blanco y del negro nos salvará la sangre.
Que es roja como el cajón que nunca se nos abre.
Como el tirador de la campana rota.
Como el campo de batalla que escondemos todos bajo las uñas.



*



Un sueño, las cadenas, las necesarias cadenas. 
Para sujetar los cerberos de todo. Para sujetar los dientes 
que ya abandonan sus encías, 
las cascadas que arrastran al mundo submarino 
donde jamás hubo ciudades 
por más que las buscáramos. 
Un hombre es, ante todo, sus preguntas. 
De dónde viene, adónde va la música. 
Tras ella sólo quedan el llanto y las cadenas. 
Un pájaro las hará saltar 
con su pico diminuto.




*


En el comienzo estaba el sacrificio 
y en la prosecución, pellejos de la aurora. 
Dice el hombre de mundo 
calla, calla, por Dios, 
que en el silencio estamos a resguardo, 
que el alfiler de corbata será nuestra arma blanca 
y el impecable corte la defensa. 
Pero tú viste y no lo negaré. 
El gorrión y la hormiga 
y el hongo y la violeta 
son soldados. 
Vivir es devorar. La vida, 
un traficar de dientes. 
Creían que era música de astros 
pero es sólo, el espacio, 
sonar de un deglutir.




*



Vientos, vientos, barred las hojas muertas 
sobre el patio de armas. Barred 
la piel lunar de las cariátides. 
No consintáis al olmo primavera ninguna. 
Hurtad su epílogo. Un brote quiere resumir la vida. 
¡No se lo permitáis! Sed crueles 
en vuestra ausencia de ira, 
en vuestra venerable sinrazón. 
Sólo en vosotros se abrirán mis ojos.




*



Lo contemplaste, cierto. Vivir es devorar 
y el hambre es ciega. 
Por qué no darse 
y hacer del expirar bello banquete. 
Aspiro madrugadas y lo llamo deseo. 
¿Dónde reposaré, lecho de ausencias? 
Tengo el alma al borde de los labios 
dispuesta a dar su salto más vehemente y mortal: 
morirse hacia la tuya.




*


Quieres huir del puro de canela, 
de un tierno calor de axila femenina, 
del mármol sobre el que los zapatos marcan 
el compás binario de la pulcritud. 
Mas ¿dónde ir a buscar rosas de sangre coagulada? 
¿Qué siglo, qué puerto las comercia? 
Somos reyes de un mundo conquistado 
pero al final, 
amamos y morimos siempre en Roma.




*



La tarde no es más que un aleteo pardo 
que se lleva los fósiles de pan. 
Todo está consumado.



*



Tedio, rosario de anillos de oruga. 
Reza el polvo que flota en las horas idénticas. 
Soslayo, luz del día, dormirás hasta el fin 
sobre la carne abierta de los vetustos muebles. 
La tragedia es que no suceda nada. 
La tragedia es siempre que no suceda nada. 
Nada en la singladura de los barcos fantasma. 
Nada en el crepitar del sol en el oriente. 
Porque el arco no fue disparado todavía. 
Belleza, columna de los párpados 
que viven y se asombran. 
¡Benditas las heridas que sangran y no cierran! 
La vida las abrió por cuenta de la vida.




*



Los dos habitamos en la guerra porque la somos
la escondemos
en esta maraña pájaro
que lleva nuestro nombre.
Rugimos
nos despeñamos
sin que nadie lo sepa
porque los cataclismos suenan a seda y nieve.
Después resoplando nos miramos tú y yo
dos animales tiernos de piel hemoflorida,
y nos compadecemos
porque el lugar de la compasión somos nosotros
es la guerra.




*



En el beso que te doy toda una infancia se venga 
con la carga de dolor que sólo se puede soportar de niño. 
Sólo los puros pueden mirar el abismo cara a cara 
y no morir de abismo, 
y regresar con sus ojos, sus mismos ojos 
y no con dos cuencas vacías y abismadas 
a esa infancia doliente que se elonga 
en esto que hemos dado en llamar vida 
y no es más que un recuerdo de la vida. 
Y vivirla de veras.




*




Qué estragos causa la luz en las almas oscuras 
cuando se empeña en aparecer 
y toma forma de mujer, de hijo, 
de pájaro de ala rota que amanece de pronto en el jardín, 
y se empeña en nacernos, 
en volvernos al útero de las miradas simples 
y nos abre el cajón que nunca se nos abre 
y en el cajón abierto un corazón 
nos vive en lo secreto.







.



GISELE WOLKOFF [19.168]

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GISELE WOLKOFF

Gisele Giandoni Wolkoff  (São Paulo, Brasil 1970). Poeta y profesora, ha publicado los poemarios Partidas (2012), Rumo ao Sol (2014)) y Ar (2016). En 2011, editó la antología bilingue Poem-ando Além Fronteiras: dez poetas contemporâneas irlandesas e portuguesas//Poem-ing Beyond Borders: ten contemporary Irish and Portuguese women poets y en 2015, editó la antología trilingüe Plurivozes Americanas/American Plural Voices/Plurivoces, una mirada en paisajes literarios de las Americas hoy. Su obra ha sido publicada en diversos medios como el blog conversasnadafiadas.blogspot.com y gorduradi-s-soluta.blogspot.com.br, entre otros. Ganadora del Premio Machado de Assis, 2002, participa en varias publicaciones marginales brasileñas. Cree en las palabras como el color que se ve en las flores de los árboles.



FADO

Así yo quisiera mi último poema:
Que fuese rojo como un clavel en solapa pos-revolución
Que fuese sencillo como la luz nada obstinada de la canción
olvidada
Que albergase toda la pasión reprimida y con las lágrimas
de todas las saudades
que atravesase el océano, en cualquier pensamiento, tan solo
en la lascivia de una noche
que sonase a Drummond y a Bandeira
Y que fuese breve, convertido en haiku.



DONDE NO HABITO

Escondo
el hambre
que hay en mí
engañándome
del atributo
de la pobreza.

Y esta misma hambre
-oro de la miseria-
se expande
hecha fétida
herida en el féretro
de grava ocre

– escondrijo-buitre,
profundo sentido
del no-ser.



COMUNIÓN

la palmera ante mí tiene muchos pies:
cinco en cada brazo;
diez brazos en cada lado
y, más allá de la cabeza vuelta abajo
(con muchos ojos que quedan en lugar de los pies)…
entre la Luna y el haz de luz
de tu corazón
este hilo
– entre cielo y mar –
ya siendo lo que no vivimos
y el Sol derritiéndose
verde
que siempre seremos
el fuego del aire
Sol cielo y el azul
que no fuimos…
Tierra convirtiéndose Luna
haciéndose estrella-día
despuntando nube…



CONJUGANDO TODO LO QUE NO SEA MIEDO…

Transformar la consonante en vocal
y la vocal en sinfonía,
aproximar ambas
como si fuesen guijarros cubiertos por el mar
en día de sol sin lluvia o cuando la lluvia es sólo nube
en nudo
de no querer noche oscura o día ceniciento

Hacer trasvasar las gotas del rocío del alma
por la piel oscura y colorear de sonrisas la tez pálida

acercar lo que sea de fuego
sin miedo de incendio
porque la tempestad de la palabra solo debe ser fonema arisco
templando sabiduría, calando miedos, haciendo poesía
de los faros que quedan muy distantes de la tierra plana y oscura
donde brotan los deseos desconocidos y silenciosos
que hacen de esta página algo más allá del espacio en blanco
de la voz en silencio
del tiempo en secreto
(historia)
Armonía




FÓRMULA DE LA MANCHA

Al poeta Miguel de Cervantes
Para ser ingenioso hidalgo
basta


colorear los rostros de las señoras-ruiseñores
– primas lejanas de Byron –
de pómulos rojos

poner botas en los dedos andrajosos
de los pies que sólo saben estar descalzos

hacer palpitar la sangre-Visir
en la piel-Rocinante-Emperatriz

y salir sintiendo
los colmillos de los leones
vociferantes

– ¡Ah, mi Sancho alucinante!

Para ser ingenioso hidalgo
basta
trans-
formar la falta
de la plegaria
en canción
de festejo milanés
– cortejo lusitano –
y
después
reconocer

Pintar la resurrección de la vida
en las páginas de los libros

http://www.crearensalamanca.com/poemas-de-gisele-wolkoff-xix-encuentro-de-poetas-iberoamericanos/





Gisele Giandoni Wolkoff nasceu em São Paulo de pais alegres e divertidamente bizarros, mais um irmão e uma irmã que sempre "botaram pra quebrar"! É tradutora e pesquisadora, tendo sido professora universitária (na área de Letras e Comunicações, por onze anos), escreve por paixão e profissão.

Vencedora dos Prêmios LiteraCidades (2010), Acesc de Poesia (2009), Machado de Assis (Poesia) em 1998, Prêmio Castro Alves (1990), Gisele publicou na Revista da Oficina de Poesia, na Antologia Literária Cidades, no Diário de Coimbra, no Jornal de Notícias (Portugal)

Integrante da “Oficina de Poesia” do Centro de Estudos Sociais da Universidade de Coimbra, onde também desenvolve investigação sobre Mulheres e Poesia, Gisele acredita que poetar é existir. Se respirar significa poetar, poetar é respirar com todo o fôlego e dizer ao mundo a que viemos, nós, mulheres.


Psicodelica-da-mente


Retrato

De todas as imagens
ficou este gesto:
tuas mãos
a me fazer eterna.

Por certo

o tacto
apazigua
me
o fato
simples
de roçar-lhe
as testas
suaves
até as sombrancelhas



Ipanema-me

o caminho
aos teus ombros
uma relva inacabável de desejo



Jaraguá em névoa

bordos úmidos na esfera do rio
barco de pedra
enrascado nas rochas
de nossos corpos
e o despiste:
a água que não flui
a palavra que não cessa
e perfaz o discurso
rio raso raspando riso reticente
com que pintamos os bordos
no leito de nosso amor-eleito-efeito-intento
bordos, úmidos, que foram rio raso
na rua derrapando riso
reticente
rotina
transparente
deste Jaraguá em névoa
trégua de silêncio



Matrimônio

enlaçamos as mãos
e  nos perdemos
em contágio
a-braço



Samba

ouriço
em  grito
porque só sabemos  tango
(que não é argentino)
mas é o bolero
a que assistimos
do alto do monte pálido
de São Francisco
que risca-e-pisca:
tiquidundundun tiquidundundundundun
- e, assim, nos fantasiamos:
Margarida e Eurico
em flor
 amor  temor  ardor
tiquidundundun tiquidundundundundun



(S)em ti

Reconheço-te
em mim
e no teu silêncio
brinco de trovadora
brinco de soldado-intérprete
em pé de guerra…

Estranho-te
em ti
nesse teu profundo e longo silêncio
- pausa de nós –
e tanto nosso barulho!

Estrondosa essa tua falta



Onda na areia

Você me trouxe a infância
a doce lembrança
de ser-me
e eu te fiz esquecer
o não ser-te
e juntos
reaprendemos
a ser(mos)
até que esta onda chegou
e este onde
inquietante
agora
continuamente
questiona
quem somos?



Depois de Crediting Poetry

                                      Às mulheres da(s) minha(s) terra(s)

Crer nas palavras
existi-las
como o sol incessante
nas ondas em que dançam as flores
Afiná-las
ao destino dos tempos
agarrá-las ao último instante
em que desejamos o isso e ontem
serem sentidos nossos

é um dizer menos dizer
é fazer calar
os silêncios todos
do amanhecer ao fim dos tempos

e, só assim, ser.



Amor caracol: desdobramentos

Amor caracol é desses que a vida (um dia e outro e mais outro) toma e rememora depois na escala infame do tempo e de todas as desgraças. Amor caracol são todos os amores e mais até os desamores. É o que, ao partir, nunca parte; só abate aqui e acolá a alma em desespero. É o amor no inferno da existência, a areia que capota na estrada. Sentimento (menos) pensamento. Amor caracol é o que não está no vão da escrita, mas se aloja nas tentativas do discurso. Amor caracol é o sentimento menos o tempo todo que nos dita. Menos o tempo, qualquer que ele seja. É o disfarce que esquece de conferir a máscara que perdemos quando nos entregamos por completo. Amor caracol não é este intento, que de palavras se fantasia e nos faz perder a batalha da vida, em linguagem, linguagem, linguagem – desalento!

http://triplov.org/letras/gisele_wolkoff/psico/index.htm





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JOSÉ LUIS NAJENSON [19.169]

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JOSÉ LUIS NAJENSON

José Luis Najenson (Córdoba, Argentina, 1938). Reside en Israel desde 1983. 

Nacido el 17 de Mayo de 1938, en Saturnino María Laspiur (Pcia. de Córdoba), Argentina.Reside en Jerusalén, Israel, desde 1983.

Escritor y poeta, ha publicado los siguientes libros de literatura:

Nocturnas -poesía- (Rosario, Argentina, 1959). Tiempo de arrojar piedras: cuentos de ficción política y religiosa (Ed. Universidad Autónoma del Estado de México, 1981).

Cultura nacional, cultura subalterna - ensayo- (Ibid., México, 1980).

 Memorias de un Erotómano y otros cuentos (Ed. Monte Avila, Caracas, Venezuela, 1991). Pardés-Sefarad -poesía- Premio "Villa de Martorell" 1995. (Editorial Seuba, Colección "El juglar y la luna", Barcelona, 1995). Diario de un Voyeur -novela-  (Ed.”Trymar”- "Kékeres, Vigo, España, 2002. "El suspiro del moro"-cuentos- (Ed. "Certeza", Zaragoza, España, 2003)."Licantropía y otros cuentos sublunares" (Editorial de los Cuatro Vientos, Buenos Aires, 2003). Premio "Narradores y Poetas Contemporáneos" 2003, convocado por dicho Editorial. El arrepentimiento del filósofo   (Cuento. Ed. Hojas de Zenobia No. 3 -2ª Ëpoca- Diputación de Huelva, 2005)."El juego ha terminado"(novela que obtuvo la Recomendación para su publicación en el Primer Concurso Internacional de Literatura Juvenil, Editorial "Libresa", Quito, Ecuador.

Cuentos con el Otro Borges y otros escritos (E-Book) Ed. Casa Argentina en Israel Tierra Santa &The International Raoul Wallemberg Foundation, Buenos Aires, 2010.
“Cuentos con el Otro Borges y otros escritos”. (E-Book) Ed. Casa Argentina en Israel Tierra Santa – The International Raoul Wallemberg Foundation, Buenos Aires, 2010.
El Secreto del General (novela) E-Book Ed.Argerust, Madrid, 2010.
El traje de novio embrujado (ganador del Premio I Certamen “Protocolo-Novios, 2009”) Ed. Protocolo-Novios, Zaragoza, 2010.
¡Aquí hay gato encerrado! Y otros cuentos de horror y de coraje! (Kindle Book, Ed. EMOOBY, Portugal, 2011)

Ha recibido más de 90 premios literarios, entre ellos: Primer Premio “Arturo Capdevilla”de Narrativa (Argentina, 1987); Primer Premio “Baeza” de Poesía (Baeza, España, 1996); Primer Premio Internacional de Poesía, “Ciudad del Che”(UNEAC, Santa Clara, Cuba, 1999); Primer Premio en la categoria de Poesía, del II Concurso Internacional de Relatos y Poesía de Temática Mitológica, de “La Revelación”,(Madrid, 2008); Primer Premio Certamen de Relatos Breves “Bellver”(Diario de Mallorca, 2008).

Grados Académicos y otras distinciones:

Doctor en Filosofía ( Ph.D.- Doctor of Philosophy), University of Cambridge, England, 1980. 
M.A. (Master of Arts)  Maestro en Ciencia Política, Facultad Latinoamericana de Ciencia Sociales, FLACSO, Santiago de Chile, 1973.
Profesor y Licenciado en Historia y Antropología, Universidad Nacional del Litoral, Rosario, Argentina, 1964. 
Miembro Correspondiente en Israel, de la Academia Norteamericana de la Lengua Española, ANLE (Nueva York, USA, desde el año 2000).
D.Litt. (Honorary Doctoral Degree in Literature), World Academy of Arts & Culture, San Francisco, Ca. USA, 1987.
Fue Director Literario del Instituto Cultural Israel-Ibero América, de Jerusalén, Israel, y Editor de su Revista Cultural "Carta de Jerusalén" durante 15 años, habiéndose jubilado recientemente. En la actualidad es Director del “Capítulo de Jerusalén”, asociado a la Academia Iberoamericana de Poesía (AIP), de Madrid.



BARRIO ADENTRO

Alejandrinos para Homero Manzi 

I.  Esquina amada

                                       "San Juan y Boedo antiguo, y todo el cielo…”      
                                                    (Homero Manzi: Tango “Sur”).


Los trenes de Pompeya llevaban tu mirada
de vuelta a Añatuya por la fugitiva vía
y allí dejaste el corazón. Pero tu alma anclada
para siempre en Buenos Aires, vibra todavía,

y busca sin descanso la luz estrangulada
de los furtivos almacenes, o se desvía
subida en el espectro del último tranvía,
hacia su réplica de luna, ya encaramada

en el más allá. Y Malena, con voz sombría
te canta aún tras la tapia de Borges, rosada
como las noches del Edén. Un ángel espía

detrás de tu fuelle azul, y la nube olvidada,
donde el remoto Jardín de Oriente estar solía,
se corre al Sur, bien al Sur, sobre tu esquina amada.


II. PIEDAD POR EL ROSEDAL

                                                    "Rosedal
                                                    Parnaso decadente
                                                    Donde duermen las musas
                                                    Cien veces benditas de los intendentes.”
                                                    (Homero Manzi: “Rosedal”.

Vos quisiste, como una redención, traerlo al barrio,
llenarlo de zaguanes y secretos suspiros,
de barriales, faroles, boliches y organitos;
sacarle esa pinta antigua de bacán foráneo,

un poco venido a menos, un poco engreído
de no ser tan pobre, o de no estar tan abajo
como esos arrabales orilleros, perdidos
entre el río y la pampa, zanjones y milagros.

Pero ha pasado sobre él ya mucho tiempo, tanto
que no quiero contarlo, y el pobre ha envejecido
junto a su lago rancio, los árboles de antaño…

Recordémoslo por cada beso florecido
bajo sus pérgolas, y ese aire heleno, soñado
de vagas columnas o versos alejandrinos.



CARNESTOLENDAS

I. CENICIENTA DE CARNAVAL

Un martes de carnaval
en el baile de Arroyito
la vi queriendo atracar.

No le quise cabecear
y me arrimé despacito
como quien entra en el mar.

"Es un tango del Zorzal",
le chamuyé muy bajito,
"¿querés salir a bailar?"

Ella me miró a los ojos,
sonrisa para matar,
arqueando sus labios rojos.

Y yo me puse a silbar
para tapar el sonrojo
que no podía evitar.

Salió a la pista sin más,
el aire lleno de antojos
imitaba su compás.

Al moverse, su cintura
sueño de junco y percal
era una marea oscura.
Bailaba como un andar
sin negarme su ternura,
sabiendo cómo amurar.

La sombra del antifaz
ocultaba su hermosura
que no pude contemplar.

Y cuando dieron las doce,
entierro del carnaval,
me vino a buscar un coche

hecho de niebla y cristal,
y todo se hundió en la noche
desnuda, del arrabal.

Como que soy un fantoche
lo digo sin pestañear,
"Cenicienta de una noche"...

Pero al revés, pa´variar.



II. CARNAVAL SINIESTRO

                                                    “No nos une el amor, sino el espanto...”
                                                    (Jorge Luis Borges).

                                                    
Bailaba con el otro en un rincón.
de la pista sombreada de percal,
un hada azul, vestida de ilusión,
la falsa ilusión del carnaval.

Por la noche turbia del arrabal
ya crecía el rumor de su traición,
buscando como busca al corazón
la ciega estocada del puñal.


                 ***


Carnaval, triste y falaz,
pendenciero y burlón...
La muerte se oculta en tu disfraz,
y bajo el antifaz,
la perdición...
       
Un tango rezumaba el bandoneón,
otra mentira de amor sin igual,
y Momo con la flor en el ojal
reía en su cielo de cartón.

Al fin, no pude más, saqué el facón
y se lo hundí en el pecho desleal,
flores de sangre para el cotillón,
“¡que toda la vida es carnaval!”


                   ***


Carnaval, triste y falaz,
pendenciero y burlón...
La muerte se oculta en tu disfraz,
y bajo el antifaz,
la perdición...



Los Versos Idos

Quizá los mejores versos
son aquellos que soñamos
y que nunca hemos escrito,

los cómplices del silencio,
hijos perdidos, nonatos,
pasajeros del olvido.

Nadie se asombre por ello.
El Gran Poeta de Arriba
siempre exige un sacrificio.



A DON MIGUEL DE CERVANTES,
SOL DE LA LENGUA HISPANA

 “… una olla de algo más vaca que carnero, salpicón
las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lentejas
los  viernes y algún palomino de añadidura los domingos
consumían las tres partes de su hacienda.”
(Primera página del Quijote)


-Decidme Madre, Madre mía,
¿qué son los duelos y quebrantos?
-Pues…Huevos revueltos con torreznos,
hijo mío, ¿a qué se debe tu interés por ellos?
-¿Y por qué Don Miguel de Cervantes,
en el inicio de su libro eterno,
los menciona? ¿Y por qué los sábados?
-Mejor pregúntele a su Abuela, ella sabe
muchas cosas de antaño, los secretos
que nosotros ya hemos olvidado.
La Abuela frunce el ceño
y al cabo de un buen rato
le dice, bajando la voz como en sus cuentos:
-Ahora que has cumplido trece años
te puedo revelar ese misterio.
 
Nuestros antepasados,
que cambiaron de fe para salvarse
y que amaban esta tierra con denuedo,
no quisieron dejarla, y por eso
debían mostrar que eran buenos cristianos
comiendo la prohibida carne de cerdo
justamente los sábados
para que los viese el pueblo,
y con las puertas abiertas,
lo que fue para ellos un quebranto.

-¿Y el duelo?
-Era por muchos otros de sus hermanos
que por no pecar perecieron
o fueron desterrados de su patria,
Sefarad, al exilio incierto.
-¿Acaso Don Miguel y el Caballero Andante
no eran buenos cristianos?
-No lo sé, pero por algo
escrito está y para siempre.
 ¡Dios sea loado!

En ese instante entró el Abuelo,
que había estado escuchando
detrás de las cortinas tutelares,
y le dijo: -Ya eres lo bastante
mayor, para oír el resto del legado.
Si lees entre líneas ese párrafo
verás lo que no ha visto casi nadie:
en la mesa de Don Alonso Quijano,
el resto de los días, del primero al sexto
reinaba el más puro kasher*, y ¡Dios mediante!

* Kasher: acorde con la dieta ritual hebrea. Aparte del cerdo, los demás alimentos mencionados en el texto del Quijote  están dentro de dicha dieta, que no mezclaba, tampoco, los lácteos con las carnes.

Este poema se inspira en una anécdota transmitida oralmente de generación en generación, como un tesoro, por una familia de estirpe sefardí que me la ha confiado. (N. del A.)

 

CON EÑE

(Contribución a la “guerra por la eñe”)

Si no he de escribir sueño ni cariño
ni mañana, ni antaño, ni retoño
si no puedo nombrar a todo niño
ni  restañar las tardes del otoño;
 
si ni siquiera he de añadir a España
donde el mapa de Europa se despeña
en colombino mar, ninguna hazaña
podré contar con la debida seña.

Si algún tacaño oidor, de puro ñoño
ha querido ensañarse con la eñe,
ceñuda y señorial, de cinta y moño,
le diré que es al ñudo* que se empeñe
pues nadie que escriba en español, ¡coño!
Puede abjurar de la pequeña eñe.

* al ñudo: en vano


 

ROMANCE  DEL REY SALOMÓN 
Y LA REINA DE SABA

 
                                          “Morena  soy, oh hijas de Jerusalén, pero
                                          codiciable, como las tiendas de Cedar, como
                                          las cortinas de Salomón…”   
                                    
                                                        (Cantar de los Cantares I-5)


De día, la Reina brilla
como el cobre en las espadas,
de  noche se vuelve sombra
entre  las sombras hurtada.
El Rey la busca, sereno
sin  prisa pero sin pausa,
como la noche anterior
como las noches que pasan,
entre las horas furtivas
sobre su lecho de acacia,
porque la Reina es la noche
y como la noche aguarda.

No es sólo su piel, el roce
de su nocturna mirada,
la oscuridad de su vientre,
la negra luz de sus nalgas,
el suave vello que esconde
entre sus piernas delgadas,
el  rocío de su cuello
o su voz, grave y alada,
sino  el encanto que ronda
la magia de su palabra,
una sapiencia profunda
que  trae en su sangre brava.

El Rey la mira, admirado
la escucha, aun si calla,
espera por sus preguntas
que son como perlas raras,
ofrendas de medianoche
manjares de madrugada,
que  alegran el entrevero
de  los cuerpos en la cama.
Y cuando el Rey le responde
con su magnífica calma,
brilla en sus ojos el fuego
de las panteras de Saba.
 
No hay amor como el amor
que en el ingenio se ampara,
la inteligencia es un sexo
que en el sexo se derrama.
Cuando ella partió, por fin
a su tierra, tan lejana,
el Rey extrañó esas noches
de  juegos y adivinanzas,
mezclados con los fervores
de  la alcoba soberana.
Siempre soñó el Rey con ella,
y que ella con él soñaba.

 

EL ÁNGEL EMBARRADO

(A León Felipe, gran poeta exiliado, boticario de todos
los niños, de todos los pueblos. In Memoriam)
 

                             
I

En Saturnino María Laspiur* 
Cayó el ángel. Lo rastrearon de cerca
Por el laberinto de la cañada,
Con sus alas plegadas en la siesta
 
Y en los ojos, incandescentes lágrimas.
Entre plumas encostradas de tierra
Se le escapaba, sin cesar, el aura.

Era un nueve de julio, dos jinetes
Que corrían sortijas en las chacras,
Lo alzaron en vilo, siendo tan leve
Con la mera punta de sus tacuaras.
Y asido a ellas retomó su vuelo
Como ave estrafalaria, o barrilete
De papel transparente y cola blanca.

 
II

Ya por encima del Quebracho Herrado**
Y sus osamentas  mal  enterradas
De guerreros caídos, derrotados
Que el tiempo convirtiera  en “luces malas”,
 
“Fuegos de San Telmo”, o “almas en fuga”,***
El ángel zigzagueó, perdiendo altura
Y se quedó enredado entre las ramas.
 
Al verlo con sus alas lastimadas,
Los niños todos fueron en su auxilio
Y después lo levantaron en vilo
Para que el boticario lo curara.

Y León Felipe puso en las heridas
Cristales de oro y una de las lágrimas
Del ángel mismo, siesta derramada.


*Saturnino María Laspiur: pueblo natal del autor de estos versos, en la Provincia de Córdoba, Argentina.   

** Quebracho Herrado: Paraje de dicha provincia, cercano a Laspiur, donde hubo una gran batalla en el siglo XIX, alrededor de un bosquecillo de quebrachos. En ella fueron vencidos el bravo General Lavalle y sus fieles soldados.

** Términos que aluden a la creencia campesina en que los huesos humanos a la intemperie se convierten en “almas en pena”.

 



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EVA VEIGA [19.170]

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Eva Veiga

Eva Veiga Torre es una poeta y periodista gallega nacida en Ombre (Puentedeume) el 22 de octubre de 1961. Licenciada en Filología Inglesa por la Universidad de Santiago de Compostela, ha trabajado en El Ideal Gallego y en la TVG, donde desenvolvió una polifacética e intensa actividad profesional, sobre todo en la dirección y presentación de programas culturales. En este campo fue dos veces Premio TP y Premio Galicia de Comunicación. Así mismo, presentó y dirigió para televisión la serie documental sobre la historia del arte gallego “Galicia no Tempo”, programa que fue galardonado con el Premio del Colegio de Arquitectos de Galicia y con el Premio de Honor de la Unesco.

Obras

Fuxidíos (Sociedad de Cultura Valle-Inclán, 1993). Accésit del XII Premio Esquío de poesía.
Paisaxes do baleiro (Edicións Xerais, 1999).
A luz e as súas cicatrices (Sociedad de Cultura Valle-Inclán, 2006).
Desconcerto (Biblos Clube de Lectores, 2006).




Agardo e non vés
o teu silencio avanza
esférico cempés



(Espero y no vienes
tu silencio avanza
esférico ciempiés)

                      (’Paisaxes do baleiro’)



2

non saber nunca como foi

que escuras

Eva Veiga
relacións traman
a nosa lingua

inventamos un xogo
co propósito máis ou menos firme
de comprender a súa infinda
complexidade

ou se cadra é o propio xogo
o que deseña as formas
que somos ti e máis eu

a imprevisión de cada instante
a sorprendida apertura desa pálpebra
a gran Necesidade

así todo queda sempre por dicir
mentres se di

lemos
simplemente lemos
as liñas da nos aman
no empeño suicida
de acertar


4

(infancia, ese lugar)

Estás aí.
Acaso aínda,
para sempre,
en min?
Sol irradiándose.
Por que persistes
así, luz
como se a dor
non te presenciara?


34

por riba das nosas cabezas
un corazón libre avanza
entre disparos



55

NALGÚN  lugar agochado
dos teus ósos
os vales láianse dunha lingua
esquecida. Un horizonte
de aves lilas esváese
sen contemplación. A terra parece
voltar á súa antiga soidade
como un animal repregado sobre si.
Da súa propia dureza aliméntanse
eses pasos que non se oen,
a alancada que nos deixa
caendo con todo o corpo cara atrás
e a esperanza cega e cara adiante
como sempre.

(Do libro Silencio percutido, publicado por Espiral Maior, 2016. XXXI Premio de Poesía Cidade de Ourense)



Se os soños baixan como estrelas

SE os soños baixan como estrelas
a beber do día.
Se a verdade máis fonda se atopara
na incerteza.
Se sempre a luz deixa
o seu segredo sobre as cousas.
Se arrola a noite aínda máis dentro
a tenrura do volcán.
Se me ollas en silencio e o mundo
deixa de dar voltas.
Se se abrise a chuvia
nos teus labios.
Se da nube me derrota
a súa beleza.
Se o amor nos ergue
sobre a cinza.



A DISTANCIA DO TAMBOR

Hoxe, traído xa por un vento de verán, chegou o novo libro de Eva Veiga, A distancia do tambor, gañador da edición 2013 do premio Fiz Vergara Vilariño que a asociación cultural Ergueitos convoca cada ano, co apoio do concello de Sarria. Como é tradición do Fiz, o libro sae na colección de Poesía da editorial Espiral Maior que dirixe Miguel Anxo Fernán Vello. A imaxe de cuberta, suxestiva e poderosa, é do pintor Alfonso Costa.

Traballa Eva no silencio, con teimosía e con sosego, na nudez do poema que por veces desacouga. Traballa na procura do significado que non limite, senón que abra; na imaxe ou no lampo esencial, que alumee a consciencia do lector e que o emocione.

Quizais non exista máis camiño que a pureza da palabra e o prescindir de artificios, para tentar expresar e compartir o que sendo escrutable resulta inasible, acceder ao que en nós hai de certo e de misterio.

Ningún libro en Eva é estanco con respecto aos outros. Tampouco este que fonde as súas raíces na mesma terra que o anterior A frecha azul do teixo, para logo, tras beber da auga e da beleza que doen e que tremen, avanzar por outros horizontes que teñen que ver co compromiso e coa solidariedade, dos que Eva é militante implicada e comprometida.

Con emoción, deixo aquí estes poemas como mostra:



Son
o ave
que se retorce
no seu propio páramo
entre o sangue
e a palabra
por cada verso
que ascende
a vida
afonda o seu baleiro
de rancor
divídese
entre fame
e horizonte
aperta
o seu brazal
de distancia
bebe do que non hai




Ser en
ti
puro instante
que expira e abre
a un tempo
a flor do mundo




Na cicatriz
dunha pinga de auga
sobrevivir






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ELIES BARBERÁ [19.171]

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Elies Barberà Bolinches

Elies Barberà Bolinches (Xàtiva, 1 de mayo de 1970) es un poeta y actor valenciano.

Licenciado en Filosofía, después de trabajar en Valderrobles y Alcoi como profesor, abandonó la enseñanza y marchó a Barcelona donde estudió y se licenció en Arte Dramático, por el Instituto del Teatro de Barcelona.

Obras

Elies ha trabajado tanto la poesía como la narrativa, aunque las publicaciones en este último género han sido mucho menos numerosas, así tenemos que como narrador ha publicado Quaranta contes breus i un llarguíssim poema d'amor (2000) y la novela humorísticoeròticofallera In Faculis (2013), que fue galardonada con el premio Jaume Maspons.

Como poeta ha publicado Mata-rates (i altres vicis) (2003), Equilibrista (2004), Zoo (2006), Aixàtiva, Aixàtiva (2008), Allà on les grues nien (2009) y el libro-cd "Ulls, budells, cor" (2013). Y como dramaturgo, En la Primavera perpètua i 99%.

Carrera como actor

Como actor, entre otras obras ha participado, en Phöebon y El Grande Paulo de Tadeus Calinca; Cuentos estigis o el cabaret de los muertos de Albert Maestros y dirección de Iban Beltran (2004); La vuelve de la vuelve (2005) dirección de Albert Boadella; varias producciones del colectivo ÀreaTangent; Otro Wittgenstein, por favor, texto y dirección de Albert Maestras (2009); Músicas del Holocausto, con Brossa Cuarteto de cuerda; El casamiento de en Terregada de Juli Vallmitjana y dirección de Joan Castells (2009). Forma parte de las compañías La Soga y Teatro del Enjòlit. En las dos ha participado como actor en todos sus montajes. destacan: Corrüptia, de Josep Lluís Fitó; Si no nos pagan, no pagamos!, de Dario Fo; El séptimo cielo, de Caryl Churchill; y 99%, coescrita con el autor luxemburgués Ian De Toffoli.

Premios

La obra poética de Barberà ha sido reconocida cosa que queda clara por los premios que ha  obteniendo a lo largo de su carrera como escritor. Podemos destacar los siguientes premios:

Premio Ibn Hafadja, 2006 por la obra "Zoo"
Pulse Señorío de Ausiàs March, 2002 por la obra "Mata-rates (i altres vicis)"
Premio Las Talúries, 2004 por la obra "Equilibrista"
Premio Ciutat de Xàtiva, 2007 por la obra "Aixàtiva, Aixàtiva"
Premio Ausiàs March de poesía de Gandia, 2009 por la obra "Allà on les grues nien"
Premio Jaume Maspons, 2013 por la obra satírica con el título provisional d"'In faculis".



Elies Barberà 

Elies Barberà (born Xativa, 1970) is an actor and a poet. His written works include Quaranta contes breus i un llarguíssim poema d'amor (Forty Short Stories and a Long Love Poem, 2000), and the poetry collections, Mata-rates (i altres vicis) (Rotgut (and other vices), 2003), Equilibrista (2004), Zoo (2007), Aixativa, Aixativa (Ah, Xativa, Xativa, 2008) and Alla on les grues nien (Where the Cranes Nest, 2009). His most recent publication is entitled En la Primavera perpetua (In Perpetual Spring, 2010), a play made up of poetic texts. In 2008 he participated in the 'Parallel Voices' exchange program, as a result of which the Institute of Catalan Literature published the anthology De l'Atles a Formentor (From the Atlas Mountains to Formentor), and in 2011 he participated in the twentieth Seminar in Poetic Translation, held in Farrera de Pallars and Marseilles, also organized by the Institute of Catalan Literature. Other collaborations towards which he has contributed include: 100 son 100 (100 is 100, 2007), For Sale o 50 veus de la terra (For Sale or 50 Voices of the Earth, 2010), and the anthology Tibar l'arc (Drawing the Bow, 2012) published by Tria Llibres.




PÒNTING

Va a produir-se el salt des del pont gòtic:
ple de cavalls el cor,
els peus a la barana...
 s’obri l’escletxa de la por,
de res, de fi,
de mort de joc.
I t’imagines si...?
Instant d’un àngel,
com si unes ales...
i el buit, el crit.
La tibantor
de la corda. Jugar-s’hi
la vida. El risc
a tocar de les aigües
amb la punta dels dits.
Salvació.
Balandreig, balancí,
xipolleig xiscladís.
Només se senten ja
aplaudiments i clams,
l’ovació
dels que han quedat a dalt.

No per passar, el pont;
no per salvar el pas, el pont,
sinó per tot el contrari, cada diumenge.

Diversions,
perversions
del nostre segle.



Puenting

Va a producirse el salto desde el puente gótico: 
corazón lleno de caballos,
pies en barandilla...
se abre la grieta del miedo,
de nada, de fin,
de muerte de juego.
¿Tú te imaginas si...?
Instante de un ángel,
como si unas alas...
y el vacío, el grito.
La tirantez
de la cuerda. Jugarse
la vida. El riesgo
acariciando las aguas
con la punta de los dedos.
Salvación.
Balanceo que mece,
chapoteo cantarín.
Sólo se oyen ya
los aplausos y el clamor,
la ovación
de los que arriba quedaron.

No para cruzar, el puente; 
no para salvar el paso, el puente, 
sino para justo lo contrario, cada domingo. 

Diversiones,
perversiones
de nuestro siglo.



LEUCÈMIA

Amàvem la perícia, l’inconegut:
«La vida per davant. Juguem-nos-la. Tot és possible», dèiem.
El riu fluent de brau cabal,
la sang bullent dels somnis, vèiem.
Volíem ser com Strogoff, correus del Tsar:
creuar l’estepa, amb una missió al sarró.
¡5.200 verstes per davant!
Els faldons de l’abric de pell batent a gropa,
el vent pegant, l’anhel en l’horitzó.

Crèiem en l’aventura i el viatge,
en les grans serralades que conqueriríem,
en els boscos d’avets de la terra dels huskies
on viuen els trampers de barret de mapatxe

Ens prometérem tots els èxits, sí.
¡Malaguanyada aquella sang de vida!
¿On és la vidriola encesa de desitjos?
¿En quins valors l’hem invertida?

«¡Ei, taxi!» Amb l’ai al cor i l’informe a la mà
maldem per arribar a l’hora. Al fons, la meta:
la sala del Consell. No ser els últims. 
―No ser els últims, ¡mala niciesa!―
La taula oval. Llucar seient.
Nadant amb els taurons, sense cotilla,
amb un punyal entre les dents
i un bell posat de missió complida. 


Leucemia

Amábamos la pericia, lo desconocido: 
“La vida por delante. ¡Nos la jugamos! Todo es posible”, decíamos. 
El río de bravo caudal fluyendo,
la sangre ardiente de los sueños, veíamos.
Queríamos ser como Strogoff, correos del Zar: 
cruzar la estepa, con la misiva en el zurrón.
¡5.200 verstas por delante!
Los faldones del gabán batiendo en la grupa,
el viento dando, los anhelos en el horizonte.

Creíamos en la aventura y el viaje,
en las cordilleras aún por conquistar,
en los abetales de la tierra de los huskies
donde viven tramperos de gorro de mapache.

Nos prometimos todos los triunfos, sí.
¡Malograda aquella sangre de vida!
¿Qué fue de la hucha encendida de deseos?
¿En qué valores los invertimos?

“¡Taxi!” Con el alma en vilo y el informe en mano
procuramos llegar a la hora. Al fondo, la meta:
la sala del Consejo. No ser los últimos.
—No ser los últimos, ¡qué necedad!—
La mesa oval. Pillar asiento.
Nadando con tiburones, sin chaleco,
con un puñal entre los dientes
y el ademán de misión cumplida.





LLIMACS

I mira que és fotudament desesperant
ser ciutadà del XXI,
t’he sentit dir de tant en tant.
¡Mira que és avorrit!, dius de retruc.
I t’has girat a una banda i a l’altra
cercant la pedra, la ferralla
amb què rebentaries
el vidre de seguretat
de la peixera on som.
I no hi ha hagut manera,
car tot segueix el ritme
de les broques dels mecanismes:
va la peça en la peça,
la cançó en la cançó.
I també el vent entre les branques
xiula que xiula unes tonades
conegudes, em dius.
Res no ens sorprèn avui.
¿D’on prové la desídia
del mollet de l’ànima dels dies?,
preguntes.
La desídia, el cansament,
incúries,
rastres de bava de llimacs mutants,
afirmes.

Amic, et dic, no es tracta d’aquest segle,
no es tracta d’aquests dies. ¡Ni molt menys!
Ni que hagueres viscut a Atenes
el segle d’or de Pèricles sencer.
Ni que hagueres viscut amb Miquel Àngel
els cicles de Roma i Florència.
Ni que hagueres lluitat amb l’Encobert
a braç i a pit fins entrar a València;
ni enrolat pel Carib
en la goleta fantasma de Juan Lafitte,
ni passejant-te l’Àfrica amb Arthur Rimbaud
traginant armes, buscant compradors
evitaries la desídia,
l’avorriment que et fa la guitza,
perquè la pesantor t’és al mollet de l’ànima
i per on passes deixes, com bé dius,
dels teus llimacs mutants, rastres de bava.



Babosas

Y mira qué es jodido y desesperante 
ser ciudadano del XXI,
te he oído decir algunas veces.
¡Mira que es aburrido!, insistes.
Y te has vuelto de un lado a otro
buscando la piedra, la chatarra
con que reventarías
el cristal blindado
de la pecera en que vivimos.
Y no ha habido manera,
pues todo sigue el ritmo
de las brocas de los mecanismos:
va la pieza en la pieza,
la canción en la canción.
Y también el viento entre las ramas
silba que silba melodías
conocidas, me dices.
Ya nada nos sorprende.
¿De dónde nace la desidia
del tuétano del alma de los días?,
preguntas. 
La desidia, el cansancio, 
incurias,
rastros de baba de babosas mutantes, 
afirmas.

Amigo, te digo, no se trata de este siglo,
no se trata de estos días. ¡Ni mucho menos!
Aunque hubieras vivido en Atenas
el siglo de oro de Pericles.
Aunque hubieras vivido con Miguel Ángel
los ciclos de Roma y Florencia. 
Aunque hubieras luchado con el Encubierto
a brazo y pecho hasta entrar en Valencia; 
o por aguas del Caribe 
en la goleta fantasma de Juan Lafitte, 
o paseándote por África con Arthur Rimbaud 
trajinando armas, buscando compradores,
aun así no evitarías
la desidia que te carcome, 
pues ese hastío radica en tu alma
y por donde pasas dejas, como bien dices, 
de tus babosas mutantes, rastros de baba.


Todas las traducciones de Elies Barberà a cargo de Tadeus Calinca y del autor.





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RODOLFO DEL HOYO [19.172]

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Rodolfo del Hoyo

(Barcelona, 1953). Tiene estudios de Derecho y de Arte Dramático aunque nunca se ha dedicado profesionalmente ni a una cosa ni a otra. Empezó publicando poesía en castellano en el año 1994, pero desde 1996 escribe principalmente en catalán.


Nací un día de otoño de 1953. Mientras las calles se arropaban con una manta de hojas de plátanos y se anunciaban vientos y lluvias, yo cantaba ópera en la sala de partos de la Maternidad Provincial de Barcelona, al lado del campo del Barça. Mi familia, originaria de la Mancha, de Andalucía y de Extremadura, era vecina de Montcada i Reixach, pero enseguida se trasladaron a Santa Coloma de Gramenet, donde siempre he vivivdo.

Estudié primer ciclo completo y algo más de Derecho y empecé estudios de Arte Dramático en el Institut del Teatre de Barcelona, pero nunca me he dedicado profesionalmente ni a una cosa ni a otra, aunque trabajé una temporada como funcionario de justicia y durante más de veinte años formé parte de diversos grupos de teatro de aficionados.

Desde 1990 he ejercido como gestor cultural, y he sido director del Centro de Arte Contemporáneo Can Sisteré en mi ciudad. En 1996 fundé la Associació Colomenca de Literatura (Acolite).

Desde que tenía doce años no he parado de escribir. Empecé a publicar poesía en la lengua de mis padres, el castellano, pero desde 1996 solo escribo en catalán. He publicado una veintena de libros, principalmente de literatura infantil y juvenil, pero también de poesía y de narrativa. Para niños y jóvenes cabe destacar El secret del planeta Moix (2000), La colla del fantasma Barruf (2004), La Banda dels catòdics enfurismats (2004), La vaqueta Queta (2004), El talismà de l'Ariadna (2005), La font del cedre (2005), El capità Barruf i els caçafantasmes (2009), Un pingüí damunt del televisor (2010), El somriure de la Natàlia (2011), El bosc dels somnis perduts (2015) o La Lea i el cargol (2016). En el ámbito de la poesía Asuntos interiores (1995), Els dits de l'intèrpret (2003) y El caminant a la deriva (2007). En el campo de la narrativa he publicado Els amors furtius (2000). He recibido el premio Recull-Joaquim Ruyra de Narrativa 2012, por el libro Llegir al metro.

Soy socio y vocal de la Junta de Cataluña de la Associació d'Escriptors en Llengua Catalana.

Obres

Literatura infantil i juvenil

El secret del planeta Moix, Barcelona, Barcanova, 2000
La banda dels catòdics enfurismats, Barcelona, Cadí, 2004
La colla del fantasma Barruf, Barcelona, Barcanova, 2004
La vaqueta Queta, Barcelona, Cadí, 2004
Elisa (adaptació literària), Vic, Eumo editorial amb la col·laboració de l'IREF i de la Universitat de Girona, 2004
El talismà de l'Ariadna, Barcelona, Barcanova, 2005
La font del cedre, Barcelona, Baula, 2005
De tot cor (amb altres autors i autores), Barcelona, Barcanova, 2007
El capità Barruf i els caçafantasmes, Barcelona, Barcanova, 2009
Un pingüí damunt del televisor, Barcelona, Alfaguara - Grup Promotor, 2010
El somriure de la Natàlia, Barcelona, Animallibres, 2011
Quin niu més bonic!, Barcelona, Barcanova, 2013
El bosc dels somnis perduts, Barcelona, Animallibres, 2015

Narrativa

Un gramet d'amor a Santa Coloma i altres relats (amb altres autors), Ajuntament de Santa Coloma de Gramenet, 1996
Els amors furtius, Lleida, Pagès editors, 2000
Salou 6 pre-textos VII (amb altres autors), Barcelona, Salou, Meteora, Ajuntament de Salou, 2011
Llegir al metro, Lleida, Pagès editors, 2013

Poesia

De miradas imprecisas, Barcelona, Seuba, 1994 (en castellà)
Asuntos Interiores, Madrid, Huerga & Fierro, 1995 (en castellà)
Els dits de l'intèrpret, Santa Coloma de Gramenet, L'Esguard, 2003
El caminant a la deriva, Barcelona, Comte d'Aure, 2007

Obra Traduïda

Il viandante alla deriva / El caminant a la deriva. Venafro (Itàlia), Edizioni Eva, 2014

Premis

Premi Recvull de Narració "Joaquim Ruyra" 2012 per Llegir al metro





Todas las traducciones a cargo del autor.



Autorretrato

Busco el silencio para encontrarte 
pero has desaparecido
bajo el vaho del espejo. 
Una imagen distorsionada
me devuelve quien eres y no eres. 
No quieres reconocer que somos los mismos ojos 
y me absorbes con una mirada
que no es la mía.




AUTORETRAT

Cerco el silenci per trobar-te
però has desaparegut
sota el baf del mirall.
Una imatge distorsionada
em retorna qui ets i no ets.
No vols reconèixer que som els mateixos ulls
i em prens amb una mirada
que no és la meva.




Cuerpos de aire

Seguíamos a nuestra madre por el camino polvoriento 
hasta la fuente. 
Ella dejaba el barreño en el suelo 
y empezaba la faena 
de lavar la ropa. 
No recuerdo la presencia de mi hermano. 
Sé que estaba
porque en aquel tiempo no podía ser de otra manera. 
Y sin embargo, recuerdo intensamente como los cuerpos de aire bailaban sobre la hierba. 
Y la llanura de sábanas blancas
contrastaba con el silencio oscuro 
de la cabaña de celosías rotas 
donde años atrás los viejos habitantes del pueblo 
pasaban los días de fiesta.
Ahora les molestaba
porque los emigrantes habíamos destrozado 
con nuestras barracas
el paisaje idílico de olivos y madroños. 
La naturaleza era substituida por harapos. 
Los niños con mocos y legañas 
éramos los amos de la montaña
de la pequeña explanada 
al final de la calle.



COSSOS D’AIRE

Seguíem la mare pel camí de pols
fins a la font.
Ella deixava el gibrell a terra
i començava la feina
de rentar la roba.
No recordo la presència del meu germà.
Sé que hi era
perquè en aquell temps no podia ser d’una altra manera.
I tanmateix, recordo intensament com els cossos d’aire ballaven
damunt l’herba.
I la planura de llençols blancs
feia contrast amb el silenci fosc
de la cabana de gelosies trencades
on anys enrere els vells habitants del poble
passaven els dies de festa.
Ara els feia nosa
perquè els emigrants havíem destrossat
amb les nostres barraques
el paisatge idíl·lic d’oliveres i d’arboç.
La natura era substituïda per parracs.
Els nens amb mocs i lleganyes
érem els amos de la muntanya
i de la petita esplanada
al final del carrer.




Ladrillos de humo

Mi madre nos cogió de las manos 
y nos llevó a los huertos frente a casa. 
Arañábamos la piel de la tierra, 
nos llenábamos las uñas de ella 
para descubrir el tesoro que encerraba. 
Estaba tan emocionado que no veía a mi hermano
desmenuzando terrones junto a mí. 
Levanté la vista un momento.
Una muchedumbre de mujeres y niños llenaba 
aquel campo enorme a la orilla del río. 
Las mujeres acumulaban patatas en los delantales. 
En el comedor de casa hicimos una pila 
que duró mucho tiempo.
Mientras comíamos patatas cocinadas 
de mil maneras diferentes,
iba creciendo la fábrica de cervezas. 
Cada fruto de la tierra era un ladrillo de humo.



MAONS DE FUM

La mare ens va agafar de les mans
i ens va portar als horts del davant de casa.
Esgarrapàvem la pell de la terra,
ens n’omplíem les ungles
per descobrir el tresor que amagava.
Estava tan emocionat que no veia el meu germà
esmicolant terrosos al costat.
Vaig aixecar la vista un moment.
Una gernació de dones i nens omplia
aquell camp enorme a la vora del riu.
Les dones arreplegaven patates als davantals.
Al menjador de casa vàrem fer una pila
que va durar força temps.
Mentre menjàvem patates cuinades
de mil maneres diferents,
anava creixent la fàbrica de cerveses.
Cada fruit de la terra era un maó de fum.




Cuna de agua

Un niño caminaba con las sombras
por la orilla del río.
Recuerdo que era una mañana de sol y de frío.
Las piedras se estremecían
con el misterio de su mirada.
Guardaba un secreto hecho de luz blanca
y un deseo impronunciable
porque contenía el nombre de todos los nombres.
La mano sobre el hombro era un látigo
que golpeaba la esperanza.
Las sombras se apiadaban y besaban
su piel tierna.
Él las envolvía con una sonrisa 
y les escribía palabras de amor 
con los labios.
No tengáis miedo de la noche 
que las aguas me acunan.



BRESSOL D’AIGUA

Un nen caminava amb les ombres
per la vora del riu.
Recordo que era un matí de sol i de fred.
Les pedres s’estremien
amb el misteri de la seva mirada.
Guardava un secret fet de llum blanca
i un desig impronunciable
perquè contenia el nom de tots el noms.
La mà damunt l’espatlla era un fuet
que colpejava l’esperança.
Les ombres s’apiadaven i besaven
la seva pell tendra.
Ell les embolcallava amb un somriure
i els escrivia paraules d’amor
amb els llavis.
No tingueu por de la nit
que les aigües em bressolen.




SACRIFICI 

Sacrificat pel pare a un déu sense nom 
el caminant va penetrar dins el caos 
a la recerca de l'instant etern 
on pensava trobar la cambra de l'origen 

l'úter que obriria l'escletxa pe a l'aparició de l'ombra. 

I el caminant, 
vertigen entre el caos i la presència, 
va anar a la deriva 



PERÒ NO POTS VEURE EL MEU NOM 

per a en Màrius Sampere 

Jo sóc l'origen, 
però no pots veure el meu nom- 

T'he cridat 
per obrir al silenci 
la teva carn desolada 
i he ofert la ferida 
al tremor càlid de la llum 
(malenconia blanca). 

Però no pots veure el meu nom: 
el meu nom 
llavor de dolor 
en les teves preguntes. 

Però no pots veure el meu nom: 
el meu nom substància 
en les teves preguntes 
sense jo 
que sóc l'origen 
i he plantat en la teva sang 
el sabor corporal del buit. 

(D'Els dits de l'intèrpret, 2003) 






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CLARA COMAS BARENYS [19.173]

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Clara Comas Barenys

(Barcelona, 1984). 
Licenciada en Periodismo y Lingüística, está cursando un Máster en Formación e Investigación Literaria. 

Comenzó escribiendo en revistas (Nova Ciutat Vella, Revista NAT) y locutando en radios (Sants-Montjuïc, FlaixBack), pero poco a poco la poesía acabó pesando tanto que escogió, felizmente, dedicar su día a día a vivir rodeada de poetas. 

Y eso es lo que ha hecho los últimos años: trabajar en el Aula de Poesia de Barcelona en la organización de actividades poéticas, y en la empresa Faerfeitcreant y coordinando actividades literarias y otras disciplinas artísticas. Por lo que se refiere a publicar, aparece en la antología Quàntiques. 10 poetes en diferencial femení [Cuánticas. 10 poetas en diferencial femenino] (Quark Edicions, 2008) y en la revista electrónica Auna. Ha participado en diversos recitales y fue finalista del II Premi de Poesia Maria-Mercè Marçal, convocado por el Centre de Dinamització Lingüística de la Universitat de Barcelona. 

Es vocal de la junta del Aula de Poesia de Barcelona.



Llicenciada en Periodisme i Lingüística, està cursant un Màster en Formació i Investigació Literària.

Va començar escrivint en revistes (Nova Ciutat Vella, Revista NAT) i locutant en ràdios (Sants-Montjuïc, FlaixBack), però poc a poc la poesia va acabar pesant tant que va escollir, feliçment, dedicar el seu dia a dia a viure envoltada de poetes.

I això és el que ha fet els darrers anys: treballar a l‘Aula de Poesia de Barcelona en l’organització d’activitats poètiques, i a l’empresa Faerfeitcreant i coordinat activitats literàries i d’altres disciplines artístiques. Pel que fa a publicar, ha estat recollida a l’antologia Quàntiques. 10 poetes en diferencial femení (Quarck Edicions, 2008) i a la revista electrònica Auna. Ha participat en diversos recitals i va ser finalista del II Premi de Poesia Maria-Mercè Marçal, convocat pel Centre
de Dinamització Lingüística de la Universitat de Barcelona.

És vocal de la junta de l‘Aula de Poesia de Barcelona.




Hacerse la cama

He intentado poner el mar en el balcón,
de meter también la infancia.

Pero ni dejando los pies fuera,
meciéndose en el aire,
ni saliendo yo,
cabemos los tres.

Bajo pues a allanar el mar,
antes de llevármelo.

Es como hacerse la cama,
con un poco de maña no te mojas.

Ahora no despunta ola alguna:
reposa en el balcón la infancia.

Pasan los años
el mar vuelve a encresparse. 

Me he empachado de recuerdos. 
Las macetas se estrellan contra el suelo.

(Trad. Mateo Rello)




FER-SE EL LLIT

He provat de posar el mar dins del balcó
i d’encabirhi també la infància.

Però ni deixant els meus peus fora,
gronxantse en l’aire,
ni sortinthi jo,
no hi cabem tots tres.

Baixo doncs a aplanar el mar,
abans d’endurme’l.

És com ferse el llit,
i si tens traça no et mulles.

Ara ja no hi despunta capona:
la infància reposa dalt el balcó.

Passen els anys
i la mar comença de nou a encresparse.

M’he empatxat de records.
Els testos s’estavellen contra el terra




Siempre la inquietud de haber dado la vuelta

Siempre la inquietud de haber dado la vuelta,
de haber atrancado la voz con un sólo vidrio.

Suerte que el humo no se ve,
pero sí el fuego y el aliento que queman.

Una cortina demasiado alta puede dejar entrever un beso fugaz?
y los ruidos de platos de cocina que oyes
son proporcionales a los gemidos que ellos oyen.

Eres consciente,
pero en pleno acto te dices que no.

No hemos domado la mala leche,
pero hemos aprendido a hacer el amor en silencio.

El verano, no obstante, siempre juega en contra nuestra.

(Trad. Salvador Redón y Mateo Rello)




SEMPRE EL NEGUIT D’HAVER DONAT EL TOMB

Sempre el neguit d’haver donat el tomb,
d’haver barrat la veu amb un sol vidre.

Sort que el fum no se sent,
però sí l’alè i el foc que cremen.

Una cortina massa alta pot deixar entreveure un petó fugisser
i els sorolls de plats de cuina que tu sents
són proporcionals als gemecs que ells senten.

I n’ets conscient,
però en ple acte et dius que no.

A la mala llet no l’hem domada,
però hem après a fer l’amor en silenci.

L’estiu, però, sempre juga en contra nostre




La cama de invitados

Hay camas, aparentemente alineadas,
que de noche se solapan.

No hay sábana que esconda 
dos cuerpos desnudos.

(Trad. Mateo Rello)]

(De Celobert (2006-2007)





EL LLIT DE CONVIDATS

Hi ha llits, aparentment arrenglerats,
que de nit se solapen.

Cap llençol no amaga dos cossos nus.




(No hay nada que no hayas hecho)

No hay nada que no hayas hecho, 
hasta en quererme así
tú eres la primera.

En pedirme que te lea poemas
que no entiendes,
en querer oír mi voz
y en respirar tan fuerte,
con la misma intensidad
con que lo vives todo,
como a un paso del orgasmo.

Me gusta tu gente,
los bares de tu barrio, 
tan distintos a los míos 
donde nadie grita
y la gente pide permiso
para pasar, 
para fumar, 
para sentarse… 
Para todo. 

Vienes de una tierra dura y libre, 
igual es eso lo que puede llevarte
a ser mala.

Tus palabras 
son puñales 
que no vienen de ti,
sino de mi otra vida.

(Trad. de la autora)]




[NO HI HA RES QUE NO HAGIS FET]

No hi ha res que no hagis fet,
fins a estimar-me així
tu ets la primera.

En demanar-me que et llegeixi poemes
que no entens,
en voler escoltar la meva veu
i en respirar tan fort,
amb la mateixa intensitat
que ho vius tot,
com a un pas de l’orgasme.

M’agrada la teva gent,
els bars del teu barri,
tan diferents dels meus
on ningú crida
i la gent demana permís
per passar,
per fumar,
per seure …
Per a tot.

Véns d’una terra dura i lliure,
potser és això el que et pot portar
a ser dolenta.

Les teves paraules
són punyals
que no venen de tu,
sinó de la meva altra vida. 



Ensinistrament lent

És un ensinistrament lent,
fet de missatges subtils,
com els sermons de la mare
o les cleques del pare.
Però el missatge és contundent:
“Estima’m a mi,
no estimis a cap altra”.
I com qui espera la valentia
per insultar al germà,
ara cerco la foscor,
però no en tinc prou amb la nit,
em calen més excuses.
Si te’n dono a tu, d’amor,
no en puc donar a cap altra?
He canviat de mestres,
dicto unes noves regles:
“Estima’t a tu,
no estimis a cap altra”.




Trobaré la pau

Trobaré la pau
quan esculli una
de totes les vides 
que estic vivint.
Tranquil·la, amor, 
tu hi ets en totes.
La que no hi sóc tota sóc jo!





Descric l'ascens

Descric l’ascens 
cap aquella inseguretat 
humida, 
com qui puja a les golfes 
una nit d’hivern 
i sent damunt la pell 
el crit d’un veí.
De res no em serviran 
les paraules d’ànim,
quan arribi 
al llindar de la porta 
m’hauré d’encarar 
el que sóc.
Ningú pot viure 
ni parlar per mi.




Bruna

Clara, on ets?
Un altre cop t’he perdut.
La poesia 
sempre fa aflorar la pell més bruna.
Algú va provar d’escriure 
sobre la meva pell 
però negre sobre negre 
no es veu.









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ÓSCAR LATAS ALEGRE [19.174]

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Óscar Latas Alegre

Óscar Latas Alegre (Sabiñánigo, Huesca 1968), es un autor español en lengua aragonesa. Licenciado en Geografía e Historia y diplomado en Magisterio (especialidad de Ciencias Humanas) por la Universidad de Zaragoza. En la actualidad trabaja como técnico de cultura. 

Obra

Es autor de varios libros premiados y publicados en aragonés. Entre su obra poética destaca Ortensia de Chudas, poemario que mereció una valoración positiva del jurado "por el dominio lingüístico, por su ritmo poético y por el tono intimista". En novela ha escrito Petalos de febrero en Bordeus (2007), con el que ganó el Premio Arnal Cavero en 2011 con Chuegos Florals "por la variedad de estilos, registros y temas que se aúnan en una obra narrativa de gran sensibilidad y modernidad, donde lo paródico y la riqueza de matices contribuyen a cuajar una obra fresca y original".

Como ensayista ha publicado Misión lingüística en el Alto Aragón de Jean-Joseph Saroïhandy (2005), así como numerosos artículos en las revistas Alazet, Fuellas, Luenga & Fablas y Rolde, sobre la historia del aragonés como: Enrebesatos istoricos d'o toponimo Samianigo (1999), Tres nuebos poemas de Cleto Torrodellas (2000), Clases de aragonés en a Unibersidá de Barzelona: Odón Apraiz, 1933 (2000), Joaquín Costa e a Pastorada de Capella (2001), Repui d'un atro bocabulario aragonés d'o sieglo XIX: Moner y Siscar (2002), R. Mª Azkue e l'aragonés en 1930: literatura popular chesa e o bocabulario ansotano d'Aznárez (2004), Os bocables recullitos por J. Saroïhandy en Zanui (2005), Bocabulario de pastors sobrarbencos, seguntes A. Schmitt (2006), Bozes de Torla, seguntes l'Atlas Linguistique et Ethnographique de la Gascogne (2007), El filólogo Jean-Joseph Saroïhandy en busca del aragonés (2008), Un villancico en aragonés del siglo XVII: «Escuchen al montañés», de Francisco Solana (2010), Cartas d'Antoni Badia i Margarit con Veremundo Méndez Coarasa (2010), Los inicios de la dialectología aragonesa: la relación epistolar entre Joaquín Costa y Jean-Joseph Saroïhandy (2013), Los primeros estudios desde Cataluña sobre el aragonés (2014) o Enrique Bordetas Mayor (1867-1938): cuatre lletras inéditas en fabla rivagorzana (2015).

Publicaciones

Ensayo

Los orígenes de Sabiñánigo (1893-1932), Ayuntamiento de Sabiñánigo-Instituto de Estudios Altoaragoneses, 1996
Guía del Museo Angel Orensanz y Artes de Serrablo, Ayuntamiento de Sabiñánigo-Instituto de Estudios Altoaragoneses, 1998
Guía turística de Serrablo (Ó. Latas & Chusé Miguel Navarro), Prames, 1999
Misión lingüística en el Alto Aragón, de Jean J. Saroïhandy, Xordica-Prensas Universitarias de Zaragoza, 2005
Modismos Dialectales de Calatayud, Consello d'a Fabla Aragonesa, 2007
Foratata. Antolochía de testos en aragonés de l'Alto Galligo (Ó. Latas & F. Nagore, editors), Consello d'a Fabla Aragonesa, 2007
Informes sobre el aragonés y el catalán de Aragón (1898-1916) de Jean-Joseph Saroïhandy, Aladrada-Prensas Universitarias de Zaragoza-Gobierno de Aragón, 2009
José Pardo Asso (Ó. Latas & Chaime Marcuello), Aladrada-Instituto de Estudios Altoaragoneses, 2015
Encuestas lingüísticas en el Alto Aragón (1922), de Josep Maria de Casacuberta, Aladrada-Institut d'Estudis Catalans, 2015

Poesía

Berari (Premio literario Villa de Siétamo, 2003)
Sísolas (Aczésit Premio Lo Grau, 2004)
Ortensia de Chudas (Mención del Premio Arnal Cavero, 2004)
Postaletas (Premio literario Villa de Siétamo, 2009)
Ya s'ha dispertato Guara (Aczésit Premio Ana Abarca de Bolea, 2009)

Novela y relato corto

Pétalos de febrero en Bordeus (2007)
Ablandindo gotez de soledá (Publicado también en catalán como Ablanint golpets de soledat 2008)
L'ombre choto de Sobrarbe (2009)
Chuegos florals. Repuis d'asperanza y malinconía (2012)1
1911. Cartas dende Uesca (2014).



(Traducciones a cargo del autor).



A CASA D’OS POPIELLOS

Güerfanos de patria,
embaxadores de remenches e d’escais,
fendo camín enta atras tierras,
camina ra menudalla,
notarios d’o secresto
d’una luenga borde.

(De Mortichuela/ Párvula difunta)



El orfanato

Huérfanos de patria,
embajadores de restos y de sobras, 
marchando hacia otras tierras,
camina el conjunto de críos,
notarios del secuestro
de una lengua expósita.




PANIQUESA

Plena de ploros, pobra
sin de podé plená-se a pocha,
plena de plagas, plebendo.
En un poliu plano, pilla
a puyadeta o puenterrón, n’o paco.
Se posa a punto d’o día
plena de postemas e un potrón
e una puncha en a punta peito.
Pro patarieca, pega,
sin permudá os perreques.
Pintorrutiada a pelleta d’o peitoral, pecatuda;
parixe un paxarico.

Plebida e pedregada,
pobra paniquesa
poncha
e o peó, sin pon d’amó
—purnas de un pentecuch—.

(De Hortensia de Chudas, 2004)



Comadreja

Llena de lloros, pobre 
Sin poder llenarse el bolsillo, 
llena de heridas, lloviendo. 
En un bonito llano, coge 
la subida al puente, en umbría. 
Se sienta al amanecer
llena de pus y un chichón
y una espina en el esternón
bastante patán, tonta,
sin mudar los harapos.
Pintarrajeada la piel de la pechera, pecosa; 
parece un pajarito. 

Lluvia y granizo,
pobre comadreja 
entumecida
y lo peor, sin nada de amor 
 —chispas de un afán caprichoso—.






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PEDRO LUIS CANO [19.175]

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PEDRO LUIS CANO MORENO

Nació en Jaén en 1955. Hijo de emigrantes, reside desde 1964 en Santa Coloma de Gramenet, en Cataluña.

Autodidacta y fiel observador de lo que le rodea, Pedro ha ejercido diversos oficios, destacando en los últimos años como productor musical y letrista.

Ha publicado los poemarios Cosas y casos que no cotizan en bolsa (plaquette que ganó el Premio Cuidad de Badalona en 2002), Viaje al estanque de los peces dorados (Premio PACSA 2000) en la colección l’Esguard de La Garúa, en 2003 y La sombra prestada (2006), El carnaval de los hombres grises (2008), Monegros (2012), Historias de Depoyas (2015) y la novela El sueño de Ángela (2009) en Paralelo Sur.



CRÓTALOS 1

Mis presentes:
un fuego.
El negro de la tinta.
Los caballos en desbandada y sus sombras.
Juan Rulfo, cacofonía... las moscas contra todo destino. La salvaje “soleá” de
Talegas emergiendo de las tripas. Mi ignorancia, que me ata a lo inesperado...
Beber algo de vino una vez más con los presentes y los ausentes.




CRÓTALOS 2

Mi túmulo:
unas piedras junto al lago salado. El sol y el viento nómada con sus gemidos.
Yo, echado a un lado sin flores y las olas en el espacio sin orilla...
Ahí mismo, rodeado de gaviotas enloquecidas, negras rocas que ciegan y mis
innumerables vidas... Aquí, todo lejos como si nada... Aquí, nada más.




CRÓTALOS 4

Mi ego:
Salir a tomar el aire como meta, ser árbol donde duermen los pájaros o el perro
ovejero con su perdón...y tú la lengua húmeda de un macho cabrío que lame
las fisuras de la roca desnuda.
Misterio de cualquier racimo de uvas, luz y sombras en mis bolsillos rotos o en
los pies que me invitan a andar...Vibraciones de manchas brillantes en los ojos
que miran el horizonte.
Así esa máscara extrañamente ajena... Recuerda, la luz no tiene dueño.





MONEGROS 69079

Cuando era niño ayudaba a matar corderos de madrugada.
La matanza empezaba a las cuatro del día, pero antes los operarios bebían coñac y cazalla.
Mientras, los aprendices afilábamos los cuchillos y los repasábamos de forma sensible para que ejecutaran con eficacia.
En aquel lugar siempre hacía frío, un frío terrible de callada verdad.
Un timbre anunciaba el comienzo. Autómatas y sumisas, las reses eran conducidas a las pilas de mármol donde se dejaban hacer.
Leves gemidos, aquella extraña luz en sus ojos y la calidez de la sangre.
La muerte cargaba sus alforjas con sed de siglos.
El suelo quedaba empapado de un rojo caliente y yo me leía en él, ignorante del por qué…
Después, bajo unas bombillas grisáceas recogíamos los restos, tibios aún, de la decrepitud final.
Cumplidos, nos íbamos al bar dejando parte de nuestra inocencia en cada desuello.
Yo también bebía coñac y cazalla, bebía por el frío y creo que por ese final que nunca se ve…
Una madrugada vomité y aquello fue mi grieta en el aire para gritar.




MONEGROS 28

Ella se hunde en mi respiración desde hace cuarenta años.
Ella es el centro que atraviesa la sangre, abatiendo la sal de mis ojos.
1964. Unas mujeres lloran arrodilladas en torno a una cama, sus lágrimas pudren sus rezos… Grita la noche invocando lo imposible.
Condenso imágenes que de pronto se funden… Siempre solo.
Ella se hunde en mi respiración, pues habité en sus entrañas.
Me embriago de recuerdos mientras entierro tu silencio lleno de cansancio…
De vez en cuando, cuando la casa está en penumbra y todos duermen, abro la ventana y dejo entrar a la luna.

(De Monegros, inédito)




Para todos

La vida:
a puerta gayola la luz.
Esa es la cara.
Un resplandor lleno de voces
que se dividen despertando el palpitar de los sueños.
(Narciso mira al agua pero qué ve)
Aunque para qué reflexionar cuando se pueden
barajar las cartas.
Es el recuerdo quien evoca la ilusión de la existencia.
(Hay que buscar el talismán)
Oíd:
un gallo canta en la madrugada.

De "Con ojos de perro" ( "La sombra prestada": Paralelo Sur Ed. 2006)





Tabaco, alcohol y líneas blancas
para el hijo de la grandísima.
Oscuridad atea.
Unos perros fornican mientras alguien sueña con su presa.

Soy feliz sin paredes y con mis amigos muertos.
Todos juntos
caminando descalzos sobre lagunas de luces.

Nunca estoy solo
pues soy el prisionero de un perro que lame mi sangre.

De "Perros" ( "La sombra prestada": Paralelo Sur Ed.2006)





A Georg Trakl

Tus pertenencias. Las alas de los insectos.
Aprender a hacer la guerra con una pluma en la mano.
Cuídate, te diría alguien...La vida sigue delante
de la palabra.
Cuídate. Todavía silba la hierba silvestre. El aire sigue
soleado. Se asignan espacios para los papeles
en los estantes ataviados de palabra,
donde están los gritos moribundos de los
hombres torturados.
Cada día los niños apedrean las estrellas ( pasa una
mariposa violeta) Todo se concierta en un vacío
lleno de voces perdidas. Hay ahogados antes de
nacer, pero qué importa el armazón de alambre.
El cielo sigue imperturbable en su juego de luz y
sombras, burlándose de los profetas.
Cuídate...

De "El carnaval de los hombres grises" (Paralelo Sur Ed.2008)




El gran carnaval

Harto ya de formar parte
del carnaval de los hombres grises
he decidido llenar mi boca de tierra.
No tengo pertenencias: anduve el tiempo y presté
mi voz.
Perdedor perpétuo. Parido en cuclillas un dia
cualquiera.
Elegí saltar sin mirar el abismo asido a la nada.
Amigo de muertos y vivos
me enemisté con los números
pues mi ropa siempre estuvo gastada.
Intenté atesorar palabras más nunca lo conseguí
aunque cincelé alguna.
A nadie dije que esperara ya que jamás me encontré.
Me interesó lo inútil
y así siempre cuesta arriba
dejé la canción de mis albarcas.
Una vez oí respirar un árbol
antes de unirse al fuego.

De "El carnaval de los hombres grises" (Paralelo Sur Ed.2008)










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JOAQUINA GARCÍA BALMASEDA [19.176]

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Joaquina García Balmaseda

Joaquina García Balmaseda de González (Madrid, 17 de febrero de 1837 - 1911), actriz, periodista, poeta, comediógrafa y escritora española, que usó los pseudónimos de Baronesa de Olivares, Aurora Pérez de Mirón, Adela Samb y Condesa de Valflores.

Era hija de una familia humilde formada por Dámaso García Fernández y Francisca Balmaseda Olivares. Estudió Declamación en el Conservatorio de Madrid. Su carrera literaria empezó en 1860 a los 23 años. Compuso tres obras teatrales, tres libros de consejos para mujeres, un álbum para señoritas (subtitulado Tratado de las labores frivolité y malla), tres libros de poesía, un libro de utilidad para niñas y seis traducciones, algunas de ellas "como regalo" a los suscriptores de La Correspondencia de España y artículos periodísticos. Sus tratados de educación de la mujer y de labores femeninas fueron muy leídos (los "diálogos instructivos" titulados La madre de familia, publicados por primera vez en 1860, habían alcanzado en 1919 la duodécima edición), pues no en vano fue declarado oficial para las escuelas de primera enseñanza. Empezó su carrera periodística colaborando en La Educación Pintoresca y en La Floresta (1857) de Barcelona y a partir de ahí en numerosas revistas y periódicos durante más de treinta y cinco años: en La Correspondencia de España (1860), para cuyo folletín o novela por entregas tradujo innumerables novelas del francés, del italiano y del inglés, fuera de llevar la crítica literaria desde 1864 y escribir también las crónicas de modas; El Museo de las Familias (1861), en La Aurora de la Vida (1861), en La América (1861 y 1867), en La Educanda (1862-1865), en El Museo Literario (Valencia, 1863-1866), en La Violeta (1864). Fue nombrada directora de El Correo de la Moda (octubre de 1883) sucediendo a Ángela Grassi de Cuenca, y en ella mantuvo una sección escrita por ella, "Revista de Modas", durante más de veinte años (1866-1886); también, bajo diversos pseudónimos, se multiplicó como redactora. Poseía una rica erudición, cual demuestra en su ensayo La actriz española, en que refiere una detallada historia del teatro desde sus raíces griegas hasta su estado actual en España. Su artículo periodístico «La mujer artista», el que sale tan solo un año después de la publicación de su tercera y última obra teatral, Un pájaro en el garlito, contiene una defensa tanto de la artista como de la mujer en general que sirve de trasfondo ideológico en su producción dramática: «No por esto creáis que la naturaleza la hizo inferior [a la mujer]: su docilidad subyuga, su abnegación interesa, su carácter dulce domina, porque la naturaleza que dio distintas armas para luchar al hombre y a la mujer, no hizo las de ésta inferiores por fortuna». En su juventud García Balmaseda fue actriz durante cuatro años en la compañía de Joaquín Arjona, por lo que el artículo se puede convertir en mucho más que un tratado sobre las consecuencias de la vida pública de una actriz. El motivo del artículo en estas palabras de la autora: «Sin negar que la felicidad doméstica sea compatible con la celebridad de la mujer, debo haceros comprender que en muchas ocasiones sacrifica la primera a la segunda».1 En efecto, en sus tres cortas piezas teatrales desarrolla el tema del antagonismo entre los sexos y en ellas la mujer lucha por afirmar su independencia, aunque al final se deje convencer para aceptar el amor que se le ofrece.

Aunque vivió inmersa en el neocatolisicmo imperante durante la época de Isabel II, la escritora abrió importantes brechas, todas ellas relativas a la educación de la mujer como pilar de la célula familiar, pero también como medio para garantizar a la mujer soltera buenas condiciones de vida, su independencia y su libertad.

Obras

Teatro

Donde las dan..., Madrid, Establecimiento tipográfico de Eduardo Cuesta, 1868.
Genio y figura, Madrid, Imprenta de José Rodríguez, 1861.
Un pájaro en el garlito, Madrid, Imprenta de José Rodríguez, 1871.

Lírica

Entre el cielo y la tierra, 1868, con prólogo de Manuel Cañete.

Traducciones para La Correspondencia de España

La dicha de ser rico, de Hendrik Conscience
El Crimen de Orcival, El dinero de los otros, El legajo núm. 113, El proceso Lerouge, La canalla dorada, Los esclavos de Paris y Los secretos de la casa Champdoce, de Émile Gaboriau
Amada, El caballero Fortuna, El paraíso de las mujeres y El pretil de aventureros, de Paul Feval
Dos madres, El conde de Coulange, La encantadora, y La hija maldecida, de Jules Émile Richebourg
Cesarina Dietrich, El marqués de Villemer y Flamarandre, de George Sand
El coche número 13, El médico de las locas y El secreto de la Condesa, de Xavier de Montepin.
La hada de Auteuil, Los amores de Aurora, y Los misterios de una raza, de Pierre Alexis Ponson du Terrail
La muerta viva, Marido y mujer, y Pobre Lucila, de Wilkie Collins
Cecilia y Creación y redención de Alejandro Dumas
Diario de una mujer de Octave Feuillet
Dos miserias de Émile Souvestre
El abismo, de Charles Dickens
El beso de la Condesa Sabina, de Antonio Gaccianiga.
El caballero de Pampelonne, de Henri Ange Aristide de Gondrecourt
El capitán del buitre, de Mary Elizabeth Braddon
El padre de Marcial, de Albert Delpit
El prometido de Simona, de Víctor Cherbulier
El renegado, de Jules Claretie
El vampiro de Valdegracia, de León Gozlen
Fremont joven y Risler mayor, de Alphonse Daudet
La novia, de Enmanuel González
Los amores de una gran señora, de Alfred de Bréhat
Los malvados, de Fortuné du Boisgobey
Madama Frainex, de Roberto Halt
Santiago Broneau, de Madame de Clesinger
Sergio Panine de Georges Ohnet
Un estreno en la Opera, de Ernest-Aimé Feydeau.

Ensayo

"Lo que toda mujer debe saber", 1877, en La mujer en los discursos de género: textos y contextos en el siglo xix, Catherine Jagoe, Alda Blanco y Cristina Enríquez de Salamanca, eds., Madrid, Icaria, 1995, pp. 95-99.
«La actriz española», en Las mujeres españolas, americanas y lusitanas pintadas por sí mismas, Faustina Sáez de Melgar, ed., Alicante, Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2006.

Varios

La madre de familia: diálogos instructivos sobre la religión, la moral y las maravillas de la naturaleza, Madrid: D. A. Santa Coloma, 1860.
Tratado de las labores frivolité y malla
Lo que toda mujer debe saber, 1877.


Entre el cielo y la tierra

Hay días de grata calma,
De tan dulce desvarío,
Que flores hasta el vacío
Presta a nuestro corazón;
Y entre vagas armonías,
Y entre sueños de dulzura,
Siente el alma de ventura
Desconocida emoción;
Y busca un sol más brillante
Y otro suelo y otras flores,
Y más risueños colores
Y otro cielo que admirar,
Y otro lenguaje que exprese
Lo que el suyo en vano trata
Que sólo su afán retrata
Con incierto suspirar...
Mas ¡ay! que en cada suspiro
El alma al espacio vuela,
Y nueva vida recela
Que no acierta a definir,
Y llorando de ventura

Por delicias no esperadas,
Siente dichas ignoradas
Y pide en ellas morir!
Y pasan las horas
En rápido vuelo,
Y el alma levantan,
Levantan al cielo...
Mas ¡ay! que ni a él llega
Ni en la tierra está.
Y es que, hay otro mundo
Latente, escondido,
De castas delicias
Purísimo nido,
Y el alma que siente
A ese mundo va!

Y vienen horas en cambio
En que sin razón segura,
Nos envuelve la amargura
Con su fúnebre crespón;
Y sin saber por qué lloran,
Lloran sin tregua los ojos,
En tanto que los enojos
Rebosan del corazón;
Y ni matices las flores
Nos muestran en su corola,
Ni la luna su aureola,
Ni vemos el sol brillar;
Ni los cantos escuchamos
Con que las aves se entienden,
Y hasta sus ecos ofenden
Y doblan nuestro pesar.
Y huyendo de cuanto bello
El alma en su torno mira,
Por otro mundo suspira
Y a otro mundo quiere ir,
Mundo en donde su amargura
Más alta y más ancha viva,
Buscando a su pena vida
Y ansiando en ella morir!
Y pasan las horas
En amargo duelo,
Y el alma levantan,
Levantan al cielo...
Mas ¡ay! que ni a él llega,
Ni en la tierra está.

Y es que hay otro mundo
Latente, escondido,
De santos dolores
Purísimo nido
Y el alma que siente
A ese mundo va!

En alas del sentimiento
Más que de la fantasía,
Volé un día y otro día
A esa ignorada mansión;
Y en sus espacios perdidos
Estas hojas se trazaron,
Y una tras otra brotaron
De mi pobre corazón.
Por eso hoy al darles nombre
Con que entrar en este mundo,
Las llamo, como al fecundo
Mundo en que las vi nacer;
Y aunque aparezcan desnudas
De galas del pensamiento,
Tendrán las del sentimiento
Del mundo que los dio ser!



María Inmaculada

Sólo se alzó hasta Ti mi pobre acento
En oración cristiana:
Nunca osó temeroso el pensamiento
De humilde inspiración bajo el amparo,
Llegar hasta tu asiento,
Que cercan los querubes
y sostienen las nubes
Sobre el ropaje azul del firmamento.
Nunca, nunca pulsé la lira mía
Al nombre de María,
Porque juzgué, Señora, que cantarte,
Sólo aquellos debieron
Que del cielo la dulce melodía
Para sus tiernos cantos recibieron
Y robaron al arte sus primores
Su cadencia a los suaves ruiseñores,
Y la arrogancia para alzar su canto
Al águila altanera,
Que rauda tiende el vuelo,
La tierra deja, por la nube rompe,
Y el sol mismo amenaza en su carrera,
Y va a perderse en la celeste esfera
Por temor a lo pobre de mi canto
Hasta tu trono santo
Mi lira no elevó tímidos ecos,
Pero ya de mi pecho alborozado
Se escapa el sentimiento
Que estuvo hasta hoy callado,
Y a Ti vuela mi acento,
Y en pos de Ti se lanza,
Y ya temor no advierte,
Que en Ti miro la vida de mi muerte,
Mi norte y mi esperanza.
Oh! Salve en Ti, María
A la casta doncella
Que la cabeza del dragón impío
Holló bajo su huella;
La que inclinó su frente
De su Dios a la voz, y humilde dijo
Con labio reverente:
«He aquí, Señor, tu esclava:
Hágase en mí según tu amor contaba.»
Bendita en Ti la esposa, que su nombre
Enlazó con el hombre,
Por ser su madre nueva
Borrando el crimen que aún el mundo llora
De la Eva pecadora,
La inmaculada, la cristiana Eva!
Si una mujer el mundo
Pudo lanzar de un golpe en el profundo
Abismo de los males,
Otra de santa abnegación ejemplo,
Abrió a los fieles el cerrado templo
De gracias celestiales...
Raro contraste, singular misterio,
Que el ánimo suspende, el alma eleva,
Y hasta su Dios la guía
Él con liberal mano
Los males atajó, y augusto quiso,
Si una mujer la humanidad perdiera,
Que otra mujer viniera
Y con su amor la humanidad salvara!
Gloria a la Madre que apuró hasta el fondo
El cáliz de amargura,
Y en su propio dolor encontrar pudo
Tesoro tal de maternal ternura,
Que acoger le dejó en su amor al hombre,
Que con feroz, sangriento regocijo,
Enclavado en la cruz le dio a su Hijo!
Tan sólo quien tuviera
Origen celestial, y Dios criara
Para madre del Verbo, y la eligiera
Para que al hombre mísero salvara,
Ejemplo tal de amor al mundo diera!
Aunque necia e impía
La humanidad por madre te negara
Yo tu gloria cantara,
Tu piedad implorara el labio mío,
Por Ti mi frente al polvo se humillara,
Y con ojos que viven
Dentro del pensamiento
Y la luz solo de la fe reciben,
Sobre el azul del cielo
Buscárate con fervoroso anhelo!
Oh! Si un día perder debiera el alma
La venturosa calma,
Que por mares tranquilos hoy la guía,
Para lanzarse en mar ¡ay! borrascosa,
No me quites jamás, Señora mía,
La fe que en Ti reposa,
Que con ella mis penas
No han de creerse de consuelo ajenas.
Mi fe me hizo volver a Ti los ojos,
Ya por el llanto rojos,
En esas horas de mortal quebranto
En que el alma, en aislado sufrimiento
Y callado tormento,
Quiere huir de sí propia con espanto;
Y al volverlos a Ti, cual la tormenta
Que alborota los mares,
El iris calma, la bonanza advierte,
Y al navegante alienta;
Así en el alma mía
Huyeron los pesares
Al invocar el nombre de María!
Qué fuera de los míseros mortales
Si en tu amor no vivieran y esperaran?
Quién calmará sus males?
Quién sus quejas oyera,
Y por ellos, Señora, intercediera?
Oh! no; el pesar humano.
Límite de dolor mayor no alcanza
Que a perder su esperanza,
Y eres Tú la esperanza del cristiano.
Nunca, nunca te pierda el alma mía!
Sé Tú mi escudo, sé Tú mi consuelo,
Y el alma acoge y guía
Cuando deje este suelo,
Y a más perfecto mundo tienda el vuelo!
Deja que en mis placeres te bendiga
Y en mi dolor te implore
Deja que a tus pies llore
Y mis penas te diga;
Deja en fin elevar mi pobre canto
Hasta tu trono santo,
Y ve, Señora mía,
Que a falta de ecos de la lira mía
Te ofrece el pecho, con su fe escudado,
Un corazón en lágrimas bañado,
Que a Ti reza, a Ti acude y en Ti fía.




A mi madre

He llegado a comprender
Que al sentir aproximar
lloras de dulce soñar
Y de vago padecer;
Horas en las que esconder
Ve sus reflejos el día,
Pidiendo a la noche umbría
Sin su fúnebre capuz
Misteriosa, incierta luz
De tierna melancolía:

En esas horas que son,
Para quien sabe sentir,
Horas en que deja oír
Verdades el corazón,
Lamentas, no sin razón,
Que yo, que tanto canté,
Yo, que al papel trasladé
Cuanto en el alma sentía,
Tan solo a ti, madre mía,
Un canto no consagré.

Mucho has debido sentir,
Mucho has sabido callar,
Mucho has podido envidiar
Mis conceptos al oír,
Si llegaste a presumir
Que iba en ellos de partida
El alma entera escondida,
Sin decirte nada a ti,
Cuando eres tú para mí
Otra mitad de mi vida.

Mas no es así, no te azores;
Deja que cante a la flor,
De la aurora el esplendor,
Del ruiseñor los primores;
Deja que entre mis dolores
Quejas a los vientos dé,
Ve que si no te canté
Es que por ti tanto siento,
Que ni aun poniendo en tormento
La razón, decirlo sé.

Tú, que de mi pobre gloria
Tierno vigilante fuiste,
Tú, que en el seno escribiste
De mis desdichas la historia,
Tú, en cuya amante memoria
Van impresos mis pesares,
Mis venturas, mis cantares,
Cuanto el pecho guarda en calina,
Qué puede decirte el alma
Que en ti misma no encontrares?

¿Anhelas mis cantos, di,
Pobres de ingenio y de arte?
Ellos no pueden pintarte
Lo que guardo para ti.
Por eso siempre temí
El silencio quebrantar,
Porque antes de profanar
La santidad del querer,
Dejo al labio enmudecer,
Sólo al corazón hablar.

Busca el alma que te llama,
Todo día, en toda hora,
En el fuego que atesora
De mi pupila la llama;
En mi aliento que se inflama
Si el tuyo débil advierto
En mi respirar incierto
Sino estás al lado mío;
En el beso que te envío
Cuando a tu lado despierto.

Búscala al verme luchando
Víctima de ensueño triste,
Si a mi lado sonreíste
Mi espíritu serenando
Cuando padezco callando
Por no turbar tu contento
Cuando elevo al firmamento,
Mi mente y mi corazón,
Pidiendo a la Inspiración
Gloria, que en tu frente asiento

Recoge, en fin, con anhelo
Los pedazos de mi alma
En esas horas sin calma,
De tan triste desconsuelo,
Que ya no encuentro en el suelo,
Esperanza ni alegría,
Y a otro mundo volaría,
Si, cuando el dolor le ahogara,
El corazón no estallara
Exclamando: «Madre mía!»

No hay canto que valga, madre
Lo que tal exclamación,
Ni pidas al corazón
Lenguaje que más te cuadre:
Deja que el pecho taladre
Con mi propio razonar,
Y cuando le oïgas cantar,
Falto de arte, pobre de estro,
Piensa que sólo maestro
Ha sido en saberte amar!

Noviembre del 66



La esperanza

Misterio incomprensible, que sostienes
La fortaleza, la virtud del alma,
Que la recibes cuando viene al mundo,
Siempre la amparas:
Faro consolador del afligido,
Iris que calma siempre la borrasca,
Apoyo del espíritu cristiano....
¡Salve, esperanza!
Eres del niño peregrina estrella,
Que guías hacia el bien su débil planta,
Haciéndole entrever gloria y ventura
En el mañana:
Eres del hombre espíritu intranquilo
Que le despiertas y hacia ti lo arrastras,
Le encadenas, le ofreces, le ilusionas,
Audaz le engañas;
Y vuelves luego a interesarle, y vuelves
Siempre a jugar con sus mortales ansias,
Sin que él reniegue de tu dulce imperio
Dicha del alma!
Eres de la mujer más que la vida;
Eres la fe que la sostiene y salva!
Niña, doncella, madre, en ti constante
Sus ojos clava:
Y si reza, es que tú le dices «ora,
Que Dios oye clemente tu plegaria:»
Si sentir deja al corazón, comprende
Que tú le dices «ama.»
Y si un ángel lo da sobre la tierra
La bendición de Dios, estas palabras
Son las primeras que a decir le enseña:
«¡Fe y esperanza!»
¿Cómo no bendecirte el labio mío,
Si fuiste por el mismo Dios formada,
Y eres de nuestra madre cariñosa
La primera palabra?
¿Qué fuera del amor sin tu alimento?
¿Sin ti, cómo hacia el bien bogara el alma?
La virtud, el amor, ¡cómo vivieran
Sino esperaran!
No se padece pena más aguda,
Ni se inventó palabra más amarga
Que ésta que mata, que aniquila el ánimo:
«¡Sin esperanza!»
¡Es recibir la muerte y no morirse!
Es quedarse con vida y no gozarla!
Es no tener sonrisas, ni oraciones,
Ni fe, ni lágrimas
Dichoso aquel que sus pesares llora
Y llorando su vista a Dios levanta,
Tendrá el consuelo que al que en Dios espera,
Dios siempre manda.
Virtud que al alma vacilante enseñas
Que hay siempre un mas allá de paz y calma,
Que sobre las miserias de este mundo
Dios nos aguarda;
Bendito tu fulgor que el alma eleva!
Tu poderosa, inextinguible llama,
Del nacer al morir siempre la vemos,
Nunca se apaga;
Y ni en ese momento en que la muerte
Nos acaricia con sus negras alas,
Supremo instante en que se pierde todo,
Todo se acaba,
Y ni el beso del padre nos conmueve,
Ni el acento del hijo que nos llama,
Ni nos arranca el mundo que dejamos
Una mirada;
Cesa la mente de esperar, que entonces
Se eleva, y más creyente, más cristiana,
Espera que en un mundo más perfecto
Vivirá el alma!



A la luna en la playa 
de Valencia

Si es tu pálida blancura,
Si es tu mágica dulzura
La que infunde
Paz y calma,
Y difunde
Dentro el alma
Ignorado bienestar;
No huyas tan rápida, espera,
Plácida y fiel compañera
Del que llora;
Deja ruegue
Que la aurora
Nunca llegue
Tu claro brillo a matar.

No adviertes cómo esta noche,
Cual flor que rompe su broche,
Renaciendo
El alma mía,
Ya sintiendo
De alegría
Bálsamo consolador?
No adviertes cómo mis ojos,
Por el llanto siempre rojos,
Al mirarte
Se serenan
Y al nublarte,
Tú, se llenan
De lágrimas de dolor?

Solitaria mensajera,
Bienhechora compañera
De quien no ama
Sol ni día,
Y te llama
Y te confía
Secretos del corazón:
Confidente de las flores
Y de los castos amores!
Yo daría
Del sol bello
La alegría
Y el destello
Por tu luz de bendición!

Yo te vi alumbrar hermosa
Entre la enramada umbrosa,
Arroyuelo
Que de día
Sin anhelo
Visto había,
Y hermoso me pareció:
Vi al sol iluminar montes
Y lejanos horizontes,
La alta cresta
La hondonada,
La floresta
Ponderada...
Y el alma no impresionó:

Pero los vi a tu luz vaga,
Y cual misteriosa maga
Les prestaste
Tal grandeza,
Que animaste
Mi tibieza,
Y el poder de Dios sentí;
Y hasta humilde florecilla
Olvidada por sencilla,
No encontrara
Mi deseo
Flor más cara
Si la veo
Iluminada por ti.

Hoy te contemplo a la orilla
Del mar, y en sus ondas brilla
Aún más vivo
Tu reflejo,
Y apercibo
En su espejo
Tus cambiantes rielar:
Y tu misterioso encanto
Impresiona el pecho tanto,
Que a grabarte
Ya la mente
Por mirarte
Eternamente
Reflejada en ese mar.

Nunca lo hallé tan hermoso!
Nunca el jardin tan frondoso,
Ni su esencia
Tan fragante,
Ni a Valencia
Tan gigante
Como al verla a tu fulgor!
Que sus torres elevadas,
Sus campiñas dilatadas,
Cuanto ostentan
Sus vergeles,
Que aún lamentan
Los infieles
Cual su pérdida mayor;

Encuentro hoy más atrevidas,
Y sus llanuras vestidas
Más de fiesta
Portentosa,
Porque en esta
Noche hermosa
Les da más valor tu luz:
Y no diera en este instante
Por un alcázar brillante
Que alboroza
Y maravilla,
Una choza
De esta orilla
Coronada por la cruz!

Solitaria mensajera,
Bienhechora compañera,
De quien no ama
Sol ni día,
Y te llama
Y te confía
Secretos del corazón:
Confidente de las flores
Y de los castos amores:
Dios bendiga
Tu incolora,
Luz amiga
Que atesora
Bálsamo de bendición!




A Don Pedro Calderón 
de la Barca

Era yo niña: entre el rumor primero
Que al pecho llega en plácida armonía
Cuando de la inocencia prisionero
Vislumbra ya de la razón el día,
Tú llegaste hasta mí; dulce y severo
Lograste conmover el alma mía,
Y te busqué, y tu nombre aún ignoraba
Y ya el labio tus versos murmuraba.

Y ellos mi entendimiento iluminaron,
Santas delicias a mi infancia dieron,
Y poco a poco levantar lograron
Mis sentidos, que al fin te comprendieron:
Mis labios que a cantar tu gloria osaron,
Entonces para siempre enmudecieron.
¡Hoy, que de tu valor mide la talla,
Admira la razón, la lengua calla!

Grande tu misión fue: la patria mía
Con santo orgullo y con amor te nombra,
Y el estro de la hispana poesía
Se alza gigante con tu augusta sombra.
Sirviéronle a tu rica fantasía
Del arte los obstáculos de alfombra,
Y el arte por primero te proclama,
Y es pedestal el Mundo de tu fama.

Con tu Secreto agravio y tu Venganza
El alma llenas de mortal pavura,
De tu Médico admira la templanza,
De tu Duende mujer la donosura,
No halla en la primavera semejanza
Con tus Mañanas de sin par dulzura,
Y se crece el espíritu, y no es dueño
Aun así, de alcanzar tu Vida es sueño!

Nadie hasta ti llegó: Lope fecundo
Camino te abre con su rica vena;
Tirso, ya picaresco, ya profundo
Su musa ostenta de donaire llena
Otros cien tras de aquestos dan al mundo
Joyas que ensalzan la española escena;
Mas sólo tú hermanaste sutileza,
Heroísmo, pasión, arte, grandeza!

No debes a la patria agradecida
Un humilde recuerdo a tu memoria;
Una losa entre ruinas confundida
Hoy nos habla tan sólo de tu gloria.
Olvidote tu patria a quien das vida,
Cuál página más rica de su historia,
Mas monumento firme y duradero
La admiración te da del mundo entero.

No necesitas que unas pobres flores
Agrupándose al pie de tosca piedra,
Rindan a tu valer pobres loores,
Cual débil luz a quien la fuerte arredra.
Tú las creaste dignas y mejores,
Que a ti se enlazan cual al tronco yedra,
Y éstas, que vida del sabor reciben,
De unos en otros van, y eternas viven.

Quédate, así; y pues sólo en la memoria
De los que viven, sienten y te admiran
Debes vivir, justo es si hacia tu gloria
Mi mente el alma en su entusiasmo giran:
Tú los llamaste, tuya es la victoria
Si hoy sienten, piensan y a lo bello aspiran,
Que otra senda jamás seguir pudiera
Quien te ha debido su impresión primera.



Nocturno

Ya huyó el sol por occidente,
Ya va mostrando la luna
Su aureola;
Ya la flor dobla su frente
Por mirar en la laguna
Su corola:

Ya los pájaros murmuran
Dulces trinos de amorosa
Despedida;
Ya las estrellas fulguran
Sobre la natura hermosa
Dormecida:

Ya es todo calma y descanso;
Ni el aura en la selva umbría
Vuela leve...
Hasta el arroyuelo manso
A murmurar cual solía
No se atreve!

Acuda, pues, el que anhela
Consuelo, expansión, reposo
Para el alma,
Que libre al espacio vuela
Cuando todo silencioso
Duerme en calma!

No tema si ríe o llora:
Nadie escucha sus canciones
Ni su duelo...
Implore a Dios, que a tal hora
Seguras las oraciones
Van al cielo!

Ven joven, tú que trocaste
Por mil ensueños de rosa
Mil engaños;
Ven anciano, tú que hallaste
Experiencia dolorosa
Con los años,
Ven niña, si de amor lloras
Dicha pasada o presente
Desventura;
Ven madre, tú que las horas
Cuentas ante una reciente
Sepultura!

Venid cuantos en el alma
Guardáis dichas o tormentos
Recatados;
Ya la noche en santa calma
Os manda dulces momentos
Codiciados.

Ella acoge vuestra queja,
Ella enjuga vuestro lloro
De amargura,
o al menos correr lo deja
Entra su inmenso tesoro
De dulzura.

Feliz quien busca tal hora,
Que impregna los corazones
De consuelo!
Feliz quien entonces ora,
Que entonces las oraciones
Van al cielo!



La flor del olvido

Es el olvido una flor,
Que dentro del alma vive,
Cuyo influjo bienhechor
Borra cuanto el tiempo escribe
Con risa, llanto y amor.

Por ella el perdido bien
No da dicha ni congoja;
Ella hace pasar también
Del alma el rudo vaivén
Que la ilusión ¡ay! deshoja.

No siempre al alma va unida
Esa flor, dichoso don
Que a gozar del hoy convida,
Cicatrizando la herida
Del llagado corazón.

Hay almas que por correr
Tras del bien que vieron ir,
Halagan su padecer,
Y en los recuerdos de ayer
Se van dejando morir.

¿Sabéis lo que queda al ciego
Corazón que nunca olvida?
Una vida sin sosiego,
Y allá en su fondo escondida
Una lágrima de fuego.

Mas no podéis comprender
Los que sabéis olvidar,
El puro, inmenso placer,
Que hace el alma estremecer
Esa lágrima al brotar!

No vale todo el reposo,
Con que nos brinda el olvido,
El suspiro misterioso
Que del corazón medroso
Lanza el recuerdo escondido!

Es este mundo dejar
Por el mundo del sentir!
Es al pasado tornar,
Y con su pena gozar,
Y con su dicha sufrir!

Es del tiempo la medida
Cortar con ánimo fuerte!
Es la impresión recibida
Dilatar toda una vida
Buscando en ella la muerte!

Mas qué digo? No hay placer
En donde anida el dolor!
No dejéis llanto correr,
Aunque el alma a su calor
Se estremezca de placer.

Olvidad! Fresca y lozana
Se alza la flor del olvido,
Brindando altiva y galana
El bien que su cáliz mana
Al corazón dolorido.

Y si el alma al abrigarla
Se hace digna de obtenerla...
Vale el bien de disfrutarla
La vergüenza de alcanzarla
Y el baldón de merecerla!

Buscad la dichosa flor
Que dentro del alma vive,
Cuyo influjo bienhechor
Borra cuanto el tiempo escribe
Con risa, llanto y amor.

Sabéis lo que alcanza el ciego
Corazón que nunca olvida?
Una vida sin sosiego,
Y allá en su fondo perdida
Una lágrima de fuego!


La niña y la flor de azahar

Apólogo

-De dónde vienes? la niña
Preguntó a la blanca flor.
Vengo en alas de tu amor,
De muy lejana campiña.
Tu dicha vengo a sellar
Tu ser uniendo a otro ser,
Y en ello, de tu deber
Ejemplo te vengo a dar.
-Te trajo mi amor?
-Sin él
Nunca a tu lado viniera,
Que soy de amor mensajera,
Y del tuyo emblema fiel.
-Puro es mi amor.
-Como yo.
-Dios le creó.
-Como a mí.
Va a gozar la dicha.
-Sí.
-Que será eterna.
-Eso no.
Nada eterno puede ser,
Y en el mundo en que vivimos
Todos a inmolar nacimos
Nuestra ventura al deber.
Yo flor, de tu amor emblema,
Gocé los bienes mayores
Que Dios otorga a las flores
Con su voluntad suprema.
Me daba el aura su arrullo,
Los pájaros su armonía,
Y hasta a besar descendía
El céfiro mi capullo;
Y orgullosa me miraba,
Y satisfecha en mi anhelo,
Cual santa oración, al cielo
Mi perfume se elevaba.
-Por qué el sitio abandonar
Donde eras tan venturosa?
-Fue a buscarme aquel que esposa
En breve te va a llamar.
Cortome para ofrecerte
La nupcial diadema en mí,
Y sacrificar debí
La suerte mía a tu suerte:
Mi vida inmolo a los dos,
Y muero por ti sin pena,
Que al que labra dicha ajena
La suya le guarda Dios.
-Ven, pues, y del amor mío
Emblema y corona sé;
Fuerzas en mí encontraré
y seguir tu ejemplo fío.
-Sí, procura con tu amor
Tu abnegación hermanar,
Que eso niña es levantar
El espíritu al Señor.
Y esposa que en su conciencia
Halla unión de tal valer,
A su esencia de mujer,
Une del ángel la esencia.
Desde hoy seréis uno en dos,
Sacrifícate sin pena,
Que al que labra dicha ajena,
La suya le guarda Dios.
Calló la flor, que la hermosa
En su frente colocó,
y en su mirada brilló
Revelación misteriosa;
Que si el alma del mortal
Camina del bien en pos,
Baja un destello de Dios
A su frente virginal.



A mis alegrías

Soneto

No os busqué, me buscasteis, y en mi pecho
Apenas un momento os detuvisteis,
Porque encontrar sin duda le debisteis
Para vuestro valer, recinto estrecho.

El corazón en lágrimas deshecho
Desde que el bien a conocer le disteis,
No llora el mal que con huir le hicisteis,
Llora el que al acercaros le habéis hecho.

Avezado al dolor de aciagos días
Ignoraba el placer de horas serenas,
Vinisteis, y tan sólo por ser mías

Mostrasteis condiciones tan ajenas,
Que tuve, al disfrutar mis alegrías,
En conocerlas mis mayores penas!


Despedida al año 1865

¡Un año más! Con dolor
Casi te miro partir,
Si te pude recibir
Con impresión de temor:
Nunca esperé que mejor
Me hicieses pasar tus días,
Mas hoy que las penas mías
Se quedan, y tú te vas,
Creo que llevas detrás
Mis soñadas alegrías.
No te quedo año a deber
Dichas, amores, ni gloria;
No deja en mi tu memoria
Ni un recuerdo de placer,
Mas si te vengo a perder
Sin más penas que contar,
No extrañes que al ver llegar
Otro, que más que sentir
Me deje acaso al morir,
Quieran mis ojos llorar!
Sin tener que agradecerte
Anhelara conservarte,
Que siento que he de llorarte
Después, de perdido verte;
Fue de tu vida la suerte
Derramar luto y pesares,
Pero en tanto sin azares
Mi vida arribó a esta orilla
Como la frágil barquilla
Que surca revueltos mares.
En otros años, yo vi
Trocarse en borrasca fiera
La existencia placentera,
Que al Ser Supremo debí
No se borran para mí
Aquellos años de afán,
Que no pasa el huracán
Sin tronchar ramas y flores
Ni del alma los dolores,
Sin dejar huella se van.
Adiós, pues, tú que trajiste
Contra la desdicha mía
La dulce melancolía,
Sola ventura del triste:
Nunca olvidaré que diste,
Reposo a mi corazón,
Que a tan dura condición
Un día pudo llegar,
Que dicha llegó a encontrar
El mantener su aflicción.
Ve en paz año de venturas
Para otros, ¡ay! de dolores!
A los que en bienes y amores
Diste dichas más seguras,
Tras de nuevas aventuras
Irán de tu olvido en pos...
No temas que entre los dos,
Alce el olvido su palma:
Me diste la paz del alma,
Que es la sonrisa de Dios!



A Santander

Despedida

Si hay dichas que no se acaban,
Si hay bienes que son eternos,
Y alegrías que carecen
De pesar por el reverso;
Son aquellas que tranquilas
Blandamente nos mecieron,
Dándonos gratas dulzuras,
Dándonos puros contentos.
Estos bienes no se acaban
Ni borrarlos puede el tiempo,
Que los conserva lozanos
El rocío del recuerdo!
Por él vivirán presentes
A mi agradecido pecho
Los días que, venturosa,
Vi deslizarse en tu seno.
Adiós, Santander, te queda
Con tus encumbrados cerros,
Tu coronado follaje,
Tu melancólico cielo,
Tus noches de blanca luna,
Y tu mar ancho y soberbio,
Que cien naciones distintas
Arrastra a tu hermoso puerto.
Dios te guarde reclinada
Con indolente sosiego
A la sombra de los montes
Que alzan su cresta soberbios
Coronados por los árboles
Que el cuadro forman completo
De tu hermosura, y les sirve
De lejano fondo el cielo.
Queda en paz: y si en la noche,
Cuando duerme el marinero,
Cuando ni se oyen sus cantos,
Ni azota el agua su remo;
Cuando a gemir no se atreve
Entre las hojas el viento,
Por no turbar de tus hijos
El blando apacible sueño,
Oyes un débil suspiro,
Escúchale, es mi recuerdo.
Es la tierna despedida
De un agradecido pecho
Que a tu halagüeño hospedaje
Debió paz, calma y consuelo
Dando tregua a sus pesares,
Que ¡ay! por breve espacio huyeron.
Triste llegué a tus umbrales:
Si venturosa no vuelvo,
Se adurmieron mis tristezas
Mientras que viví en tu seno:
Por eso tu puro nombre
Pronunciará con respeto
El labio; nombre de amigo
Que llega en triste momento
Y nos ofrece amoroso
Ternura, calma y consuelo.
Adiós, Santander, te queda
Con tus encumbrados cerros,
Tu corona de follaje,
Tu melancólico cielo,
Tus noches de blanca luna,
Y tu mar ancho y soberbio
Que cien naciones distintas
Arrastra a tu hermoso puerto.
No te olvides de quien triste
Vino a ti y halló consuelo,
Que si las dichas pasadas
Viven en el pensamiento,
Si para el bien fugitivo
Dios nos otorgó el recuerdo,
Vivirán siempre en el mío
Los días que vi en tu seno
Deslizarse, y mis pesares
Adormecidos vivieron.
Por eso tu puro nombre
Pronunciaré con respeto,
Y adonde quiera llevarme
De mi aciaga suerte el viento,
Bendeciré tus montañas,
Tu melancólico cielo,
Tus noches de blanca luna,
Y tu mar ancho y soberbio
Que cien naciones distintas
Arrastra a tu hermoso puerto!


En el álbum de una niña

No es verdad, niña hechicera,
Que en tu edad de dulce calma,
Atormenta ya tu alma
Desconocida inquietud;
Por qué sin cesar escuchas
Que perderás la alegría,
Cuando tu niñez un día,
De paso a tu juventud?
No te dicen de continuo
Que sólo en los tiernos años,
No hay que llorar desengaños,
Ni nos aflige el dolor;
Y mil pesares te auguran
En tu bella adolescencia,
Marchitando tu inocencia,
Que es hoy tu más bella flor?
Te engañan pobre alma mía!
Dios, que desde el alto cielo
Cubrió de galas el suelo,
Y el sol permitió brillar,
Y otorgó a la flor perfume,

Y a la luna su luz suave,
Y mágico acento al ave,
E inmensa grandeza al mar;
Al formar la criatura
Le dio un corazón dichoso,
Y su perpetuo reposo,
Conservar lo permitió:
Sólo, niña, aquel que deja
De la virtud el camino,
Trueca su feliz destino,
Pierde el bien que a Dios debió!

Mira esa cándida joven,
Junto a su madre velando,
Su santa misión llenando
Cual el ángel del deber;
Para su madre sonríe,
Para ella dicha procura,
Y esto, celeste ventura
Derrama en todo su ser.

Observa a ese noble anciano,
Cuyas tranquilas miradas,
De sus acciones pasadas,
Te revelan la bondad;
Y al ver que todos le admiran,
Le respetan, di con ellos:
«Bajo esos blancos cabellos
Reina la felicidad.»

Mira en fin, aquella dama
Que olvidando su hermosura,
Pasa una existencia oscura,
Sin pesares ni dolor;
Sonríe a su hija en los brazos,
Al tierno infante en la cuna,
Y no ansía otra fortuna
que los lazos de su amor.



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FANI PAPAGEORGIOU [19.177]

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FANI PAPAGEORGIOU

Fani Papageorgiou, (Atenas, Grecia 1975) fue galardonada con el Premio de Poesía Hong Kong 2013 (la versión en inglés) por su primer poemario, Cuando dijiste no, ¿querías decir nunca?, traducción de Luis Ingelmo y prólogo de Agustín Fernández Mallo (Bartleby Editores, 2014), edición bilingüe. En 2009 resultó finalista de la prestigiosa MsLexia Women’s Poetry Competition, en Reino Unido, y nominada al Pushcart Prize, en EE.UU. Su segundo libro, Not So Ill with You and Me ha sido publicado en 2015 por la editorial inglesa Shearsman Books. Los poemas de Papageorgiou han aparecido en diversas revistas de EE. UU. y Reino Unido. Actualmente vive en Londres.



Dice Agustín Fernández Mallo en el prólogo de este primer libro de Fani Papageorgiou en España, traducido por Luis Ingelmo, con portada de Cristina Morano, e impecablemente editado por Bartleby editores: “Fani Papageorgiou recoge [un] pulso [que] suma a la complejidad de nuestra época: conjunción de discursos que van de los cuentos clásicos a las teorías acerca de la materia, de los instrumentos domésticos a los materiales propios de la sublimación. Para ello se vale de un estilo sintético, nada sobra y nada falta, y al mismo tiempo una sensación de despreocupación que, por paradoja, acerca lo abstracto a la escala humana. En los poemas de Cuando dijiste no, ¿querías decir nunca? ‒primer poemario de la autora‒, se concitan multitud de elipsis conceptuales que no llaman a la fractura sino todo lo contrario, a su entrelazamiento en una vasta red, a la visión de una complejidad: como un De rerum natura en miniatura, o como si de La soñadora materia que nos dejó Francis Ponge se tratara.

Como toda buena poesía, no busca cosas extrañas sino lo que de extraño hay en las cosas. Una intención de narrar la sentimentalidad del mundo desde el punto de vista de la anomalía, intención que por un breve instante de tiempo une la intención de la poeta con la del científico.”





Portada del poemario de Fani Papageorgiou. / Bartleby editores.

Y aquí tienen algunos poemas.



EL ACERTIJO

Allá por la década de 1840, un viajero danés, el Conde Schimmelmann, se topó de camino a Hamburgo con una pequeña colección itinerante de animales salvajes y quedó prendado de ella. Un día, el Conde Schimmelmann se hallaba absorto contemplando la hiena, cuando el dueño de la colección se le acercó para hablar con él:

  ‒Su Excelencia hace bien en mirar la hiena ‒le dijo‒. Es extraordinario contar con una hiena en Hamburgo, donde hasta la fecha no se había disfrutado de ninguna. Ha de saber que las hienas son hermafroditas y que en África, de donde proceden, en las noches de luna llena se agrupan y ayuntan formando un círculo en el que todas copulan, adoptando cada individuo el doble papel de macho y hembra. ¿Lo sabía usted?

  ‒No ‒dijo el Conde Schimmelmann con cierto gesto de disgusto.
  ‒¿Consideraría su Excelencia, así pues ‒dijo el empresario‒, que, de acuerdo con estos hechos, debería resultarle menos soportable encontrarse enjaulada en soledad a una hiena que a otros animales? ¿O por contra, ya que reúne en sí misma las cualidades complementarias de la creación, se satisface consigo misma y se encuentra en armonía?
  
“En otras palabras, puesto que no somos sino prisioneros en vida, a mayor número de talentos que disfrutamos, ¿somos más felices o más desgraciados?


OVIDIO

Se cuenta la historia
de que un día le visitaron sus amigos
para suplicarle que borrara
tres versos infames de su extensa obra.

“Así haré”, les dijo,
“mas hay tres versos
que jamás borraré”
y los que escogió,
por descontado, fueron los mismos.

No preguntes cuánto camino has recorrido.
En su lugar, pregunta cuánto te resta.



HÁPAX

Una palabra que aparece una sola vez
en los registros escritos de una lengua
o en el conjunto de la obra de un autor.

“Estoy a la espera de que algo suceda”,
pensó Cordelia,
y entonces sucedió.
Lear menciona un bosque umbrío y ríos en abundancia
mas nunca revela dónde encontrar su palacio.
Nos imaginamos la leña recién cortada,
un cielo azul de porcelana.

Siempre hay alguien que busca tu rendición,
pensó Cordelia,
siendo ella incapaz de abandonar su caminata.

Oh cielos, dadme paciencia,
tanta como sea preciso, dice Lear,
todo un rey de los pies a la cabeza.
“Venga, hagámonos la vida imposible”,
dice Cordelia.



SEÑALAR LO EVIDENTE

El cielo es de color azul durante el día debido a un proceso conocido como dispersión de Rayleigh. Llega hasta nosotros mayor cantidad de luz azul que de cualquier otro color del spectro.

La gente ve lo que siente reflejado en aquello que les rodea: en las casas y los árboles y los postes y los cables de la luz y sobre todo en el cielo.

Casi todo ocurre en el lenguaje.



MANCHAS DE TÉ EN LAS TAZAS

Sal espolvoreada en un trapo,
eso es todo lo que necesitas,
le dijo a la chica su abuela.
Algún día tendrás que aprender a limpiar la casa.

No dejes manchas en los objetos.
Recuerda Virgilio, le dijo su madre,
que hay lágrimas en las cosas.



RAZONAMIENTO VERBAL

¿Qué es lo que va cuesta arriba y cuesta abajo
pero no se mueve?
Vamos, no te des por vencido tan pronto.
Un camino.

Los puentes se alargan ligeramente
al calentarlos la luz del sol.
El calor puede volvernos locos.
Los que tienen ojos marrones
pueden tener hijos de ojos azules.

Este es el dolor que nos saca a todos de quicio.
Una vida es una vida es una vida.



REDUCCIÓN

En química sucede
cuando una sustancia pierde oxígeno.
En cualquier otra circunstancia
se da cuando algo disminuye en tamaño
o en cantidad.

Al amor se le aplican los dos.



CÓMO PLANCHAR UNA CAMISA

Cuello, canesú, puños, mangas, espalda y pecho.
Cuándo aprenderás a ser una buena esposa, le preguntaron.

Tenemos un riñón de más,
un pulmón de más,
dientes de más
pero una sola
forma de ser.



MEJOR CON LAS GRIETAS

Los virus de la gripe proceden de las aves, no de los humanos;
incluso los lagos helados enferman por su culpa.

El hombre que fue por el periódico
y ya no regresó a casa
vive en nuestro interior.



LA MANIOBRA DE HEIMLICH

Ponte detrás de la persona
y rodéale la cintura con los brazos.
Cierra un puño y ponlo por la parte del pulgar
contra la región superior del abdomen de la persona,
por encima del ombligo y por debajo de la caja torácica.
Es entonces cuando puede pasar de todo.

Agárrate el puño con la otra mano
y dale un fuerte empujón ascendente.
Repítelo hasta que expulse el objeto que le bloquea
las vías respiratorias.

La única forma de ir a casa es anhelándolo
así que bien podría ser de este modo

No nos invaden confusión y desorden
hay un lugar que nunca abandonamos
nada de esto nos agota
y estás hablando conmigo.



¿CÓMO TERMINA EL AMOR?

Con cientos de bolsas de la compra llenas de aire.

El aire helado que dicen que las ballenas llevan en la cola,
arrastrando el frío con ellas desde el océano Ártico.
El apretar de una mano,
la rodilla que no se aparta.

Demócrito de Abdera se arrancó los ojos en un jardín
para que el espectáculo de la realidad no le distrajera.

La lluvia
guardar la bicicletas
cerrar la puerta del garaje
llamar a los niños para que entren.
Todo lo que sucede pero no permanece.



LA CICATRIZ

Juntos buscamos oro en el lecho del arroyo.
Me dijiste que en invierno no hay truenos,
que los baobabs almacenan agua en el tronco
yo dije que veo una hondura alicatada en los sentimientos,
de un azul muy intenso.

Dijiste que el calor hace crecer el maíz y yo dije
que dedicaría el resto de la vida
a observar cómo crecían las cosas
y porque estaba contenta
dijiste que el ahogo me abultaba
en los ojos hasta hacerse un adusto pinar.

Cuenta los días de mi ausencia, replicaste.
Traté de deshacer el tiempo
mientras la luz caía sesgada sobre el hielo.

Estos días has estado diciendo
que tú y yo somos imperfectos
que haremos lo que sea para seguir viviendo
y eso me anima, cariño,
eso me anima.



ADIÓS, KAREN

Óscar, Yanqui, Eco
Charlie, Alfa, Romeo, India
Yanqui, Alfa
Noviembre, Óscar
Papa, Uniforme, Eco, Delta, Óscar
Sierra, Eco, Golf, Uniforme, India, Romeo
Charlie, Óscar, Noviembre
Eco, Sierra, Tango, Óscar



Materia oscura

En física se la llama oscura
porque no irradia.

En Grecia puede ser nidos de cigüeñas en el campanario,
musgo en las losas,
un dolor lánguido en el cielo.



Abrir un tarro

Insértese una cucharilla
entre la tapadera y el tarro
para que entre aire.
No es raro que la gente lo haga.

No habría ir y venir en la vida de ella
ni quedarse en un sitio sin propósito
ni dos zapatos de pares distintos.

El Sr. Crusoe le pidió a su hijo
que conservara su contraseña;
Un sitio para las cosas
y cada cosa en su sitio.

La mayoría de los jóvenes parece
que fuera a hacer algo
para cuando llegue a los treinta.
Sin huesos, ella se podía deslizar bajo la puerta.



1 de septiembre de 1923

Para mostrarte el mundo, deja que te lleve de la mano un día claro de septiembre por Tokio en 1923, a media mañana,  cuando la gente se apresura por llegar a comer a casa.

Para contestar a  la pregunta de si hay algo que jamás se desharía, deja que apunte al suelo, que ya empieza a temblar y a agitarse, a las grietas que lo están destrozando.

Para disipar tu incredulidad, debemos mezclarnos con la gente que corre en busca de refugio, algunos ya enterrados mientras las casas se derrumban, las tuberías del gas se abren, el fuego se propaga por toda la ciudad.

El pasado es un lago desaliñado tras una tormenta de verano. Claro en la superficie mas, en lo hondo, en lo turbio y en lo tenebroso.

Para no asustarte, he llamado a las aguas del lado, glaciales y fantasmagóricas, el paso del tiempo.

Papageorgiou, Fani. Cuando dijiste no, querías decir nunca? (Trad. Luis Ingelmo). Madrid; Bartleby editores, 2015.



Cuando dijiste no, ¿querías decir nunca?, 
un poemario de Fani Papageorgiou

La poesía de Papageorgiou transciende la realidad a partir de la búsqueda de esos matices, aparentemente nimios, que nos reconcilian con la belleza primigenia del Universo.

Por Manuel García Pérez

No conocía la poesía de Fani Papageorgiou, pero su obra Cuando dijiste no, ¿querías decir nunca?, publicada por Bartleby editores, es una propuesta innovadora que basa su efectismo en la búsqueda de anécdotas cotidianas o históricas que acaban convirtiéndose en asuntos universales.

Lo que la Papageorgiou introduce en sus poemas son curiosas escenas descriptivas que refieren fenómenos científicos, breves elucubraciones filosóficas o cuadros costumbristas, pero a los que se añade algún aforismo o verso que rompe con el significado ordinario de lo que se muestra, pues lo ubica en otra dimensión semántica, ajena a la propia realidad, pero sin desligarse nunca de ella; un significado espiritual y transcendente que proviene de situaciones que aparentemente carecen de ese animismo, de esa idealización.



El hielo de la acera es veteado
la niebla es una nube cercana al suelo.
No es fácil amar las cosas.
El modo en que se forman manchas de agua en el techo
no hay dos personas que se desgasten en el mismo sitio (...) (pág. 85).



Ahí es donde reside la proeza de esta poetisa, en esa búsqueda del contraste entre lo mundando y las leyes que lo gobiernan, donde no es descartable ni la acción del caos, ni la del azar. Curiosamente sus poemas reparan en la necesidad de recurrir a la ciencia como expresión de un pensamiento poético, pues la propia naturaleza de las leyes, su compleja arquitectura, es ya también un recurso literario en sí mismo.

La traducción de Luis Ingelmo respeta al máximo la estructura y el léxico de la autora, lo que pone de relieve ese carácter paradójico, ambiguo y lleno de espejos que cada poema nos presenta como una forma de recelar de cada acción cotidiana, de la disposición de los objetos, de los silencios, de todos los elementos que conviven con nosotros. Detrás de ellos, de su esencia, de su corriente y ordinaria levedad, reside un microcosmos, una razón legítima que solamente el universo es capaz de pergeñar.



Los puentes se alargan ligeramente
al calentarlos la luz del sol.
El calor puede volvernos locos.
Los que tienen ojos marrones
pueden tener hijos de ojos azules. (pág.39).



Papageorgiou cultiva un hiperrealismo que nos lleva a emocionarnos desde el acertijo, desde la distopía, pues los significativo no es pertenecer a este mundo, sino saber que nosotros somos parte de ese espacio indescifrable que conduce inexorablemente al universo en una nuez.



En química sucede
cuando una sustancia pierde oxígeno.
En cualquier otra circunstancia
se da cuando algo disminuye en tamaño
o en cantidad.
Al amor se le aplican los dos. (pág. 47)




Road Trip

Pick an exit, you say
gas stations in your eyes,
the impact of the camel on the volume of trade.
Keep driving
unhook my bra with your right arm
your left one on the steering wheel
no wonder people do this.
While you’ve been sitting too long in hotel bars
the air is taking on an evening chill
dark trees and rare minerals are pressing you in from all sides,
you stay unnerved
as vertebrae are coming apart.
Come on, stay with problems longer
heat can make a person crazy
wake-up, make the bed, grind coffee.
Can you do this?
Knock once for yes, twice for no.

Yearning is an airshaft coated in wet sand
cleaning the eaves trough doesn’t help.
Do you want to keep going
I can’t hear you
did you grind the beans to brew the coffee,
knock once for yes, twice for no.

My hair smells of gasoline
and I want to be broken to bits.
Practice waiting then
exercise your Miranda rights
be solemn
let the iron in your blood be the dowser’s twitch
press your hands hard on the uncushioned bones on my back or else
this is less than life. 



Linear B

I am up here
It is raining
I see a cistern with a turtle in it.
This is our life.

So tell me
what is most important to you
you have a blade of grass in your mouth
I think I know what you want.

I slip down a rung
Then another
This is when accidents happen.

I am testing the air
the air which runs down your spine
to check if it’s crooked.
Do tell me what is most important to you.

The cistern rotates and departs in a slow canter.
Head, limbs and tail withdraw into the leathery shell of the turtle
There is rain on my hands.

I run towards the sea
Now there is nowhere to go.

The tide ebbs and the tide flows
keeping still
we feel less harassed.



The Man in Chamonix

It is a long time after dinner in our hotel
My father and his friends are in the billiard room, playing pool
My brother is learning
There are more children playing board games in the lounge

I have just finished scanning the bookshelves in the next room and I am staring out of the window at the snow burdening the trees in the blue moonlight, the thatched roofs, wondering if this is a place where people don’t lock their doors at night.
Why, are roofs always like that in the Alps?
But why, for the snow to drip easily once it melts, according to my book Houses of the World

I have been standing in a nook designed to catch the sun
But it is dark and a man comes over and talks to me
I reply politely in what I hope is correct French
I don’t know how old he is but I’ve never talked to an adult who is not a teacher, a doctor or a friend of my parents
He asks me how old I am and where I am from
He looks like a man who keeps his own counsel.

He asks if I like skiing, why I am standing all alone
And my head is starting to leak.
Almost everything happens in language

He wonders if I would like to join him for a walk
Life is accident and organic matter my father always said
And then suddenly there is an ache under my breastbone
And I feel something is ending right that minute.

This is the hurt which drives everyone mad in books and although I don’t feel it yet
I am being in the know
Life will be tenuous and always in faded pale blue—the color of ice.
Write down what you love.

I say goodnight in terror and run back to the other room
my father is putting an arm around my shoulders
his other hand gripping the billiard cue
and the pockets at the corners of the table
become a piece of the ocean
and there is glassware in my chest.

The air is full of tobacco and cognac
the room goes away and the room comes back.
My brother is keeping a keen eye on the white cue ball
He is determined to master the game
Everybody has a plan but if you want one thing too much, sometimes you end up with the opposite.

With nothing decided yet
With the love that I have got still in me
And because I am twelve, I know nothing of
The terrible isolation of the head, of
The burden of many waters.

Goodbye my love, someone will write on my chemistry book and I will read it before I go to bed and it will go straight on my solar plexus and stay there
Click … click
You give away your power too easily, someone will say under a corrugated pink sky, on a tiny island off the West Coast of Scotland and I will have nowhere to go
Click … click
I must not see you again under the circumstances, someone will say looking at the carpet and I will start bleeding into my own brain
Click … click
Come here, you
someone will say at a party
You and I robbed a bank together in another life
and like the growth rings on a tree, my adult life will begin without me knowing it and it will proceed in circles, from within outwards
But first I will have to find a voice.












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TED HUGHES [19.178]

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Ted Hughes

Edward James Hughes (West Riding of Yorkshire, 17 de agosto de 1930 - Londres, 28 de octubre de 1998 ), más conocido como Ted Hughes, fue un poeta inglés y escritor de libros infantiles. Considerado por la crítica como uno de los mejores poetas de su generación.

Contrajo matrimonio con la poetisa estadounidense Sylvia Plath en 1956 y permaneció casado con ella hasta su muerte por suicidio en 1963, a la edad de 30 años. Su relación se tornó polémica por algunas disputas con feministas y, especialmente, con admiradoras estadounidense de Plath. Su último trabajo poético, Cartas de cumpleaños (1998), explora sus complejas relaciones matrimoniales. Los poemas hacen referencia al suicidio de Plath, pero de ninguna manera se dirige de forma directa a las circunstancias de su muerte. Un poema descubierto en octubre de 2010, Última carta, describe qué pasó durante los tres días que condujeron al suicidio de su esposa Sylvia.

En 2008 la revista The Times clasificó a Hughes como cuarto en su lista de "Los 50 mejores escritores británicos desde 1945". El 22 de marzo de 2010, se anunció que Hughes sería conmemorado con un monumento en el Rincón de los Poetas en la Abadía de Westminster, a instalarse a principios del 2011.

Ted Hughes nació el 17 de agosto de 1930 en Aspinal Street, en Mytholmroyd, West Riding of Yorkshire como hijo de William Henry y Edith (de soltera, Farrar) Hughes6 y creció entre las granjas locales del valle de Calder y en los páramos de Pennine. Olwyn, la hermana de Hughes, era dos años mayor y su hermano Gerald, diez años mayor que él. La familia de su madre podía rastrear su genealogía hasta William de Ferrières, quien llegó a Inglaterra con Guillermo el Conquistador en el siglo XI. Su propio padre fundó la comunidad religiosa de Little Gidding. La mayoría de las más recientes generaciones de su familia habían trabajado en el área en la industria del vestuario y la molienda. El padre de Hughes, un carpintero, se incorporó a los Fusileros de Lancashire y peleó en Ypres. 30 000 se incorporaron; cerca de la mitad fueron muertos en acción. Una bala estuvo cerca de matar a William Hughes cuando se incrustó en su libreta de cuentas que tenía metida en el bolsillo del pecho. Él fue uno de los solo 17 hombres de su regimiento que volvió de la Campaña de los Dardanelos (1915-1916). Las historias paternas de los campos de Flandes llenaron la imaginación infantil de Hughes (más tarde descritos en el poema "Out"). Hughes narró, "mis primeros seis años perfilaron todo."

Hughes hijo amaba cazar y pescar, nadar e ir de picnic con su familia. Iba a la Burnley Road School hasta que cuando tenía siete años su familia se mudó a Mexborough, South Yorkshire, en donde fue a la escuela primaria de Schofield Street. Sus padres tenían una agencia de diarios y una tienda de tabacos. En Poetry in Making el rememora haberse fascinado con los animales, coleccionar y dibujar criaturas para juegos. Participaba como recolector cuando su hermano mayor, que era guardabosques, disparaba a urracas, búhos, ratas y zarapitos, creciendo rodeado por las rigurosas realidades de las granjas de trabajo en los valles y en los páramos. Durante su estadía en Mexborough el exploró Manor Farm at Old Denaby, de la que llegó a decir que el conocía "mejor que cualquier otro lugar en la tierra". Su primer poema "The Thought Fox", y su primer cuento "El caballo de lluvia" fueron recolecciones del lugar. John Wholey, un amigo cercano en ese tiempo, llevó a Hughes al estado de Crookhill sobre Conisbrough, donde los niños ocupaban grandes ringleras de tiempo. Hughes se convirtió en allegado de la familia y aprendió mucho sobre la vida silvestre del padre de Wholey, un guardabosques. El venía a ver pescar casi como una experiencia religiosa.

Hughes iba a la Escuela de Gramática de Mexborough, cuando una serie de profesores lo alentaron a escribir, y desarrollaron su interés en la poesía. Los profesores McLeod y Mayne lo introdujeron en los poetas Hopkins y Eliot. Hughes fue tutoreado por su hermana Olwyn, quien era muy versada en poesía, popy por su profesor John Fisher. El poeta Harold Massingham también fue a su escuela y también fue tutoreado por Fisher. En 1946 uno de los primeros poemas de Hughes, "Wild West" y un cuento corto fueron publicados en la revista de la escuela de gramática, The Don and Dearne, seguidos por otros poemas en 1948.7 A la edad de 16 ya solo pensaba en ser un poeta.

Durante el mismo año Hughes se ganó una beca en Inglés en Pembroke College, Cambridge, pero prefirió hacer primero su Servicio Militar. Sus dos años de Servicio Militar (1949–51) pasaron comparativamente fácilmente. Hughes fue asignado como mecánico inalámbrico en tierra en la Real Fuerza Aérea (RAF) en una aislada estación de tres hombres en el este de Yorkshire, durante cuyo tiempo el no tuvo nada más que hacer que "leer y releer a Shakespeare y ver crecer el pasto".7 Se aprendión muchas de las obras de memoria y memorizó grandes cantidades de la poesía de Yeats.

Carrera

En 1951, Hughes estudió Inglés inicialmente en el Colegio Pembroke bajo M. J. C. Hodhart, una autoridad en la métrica de baladas. Hughes se sintió alentado y apoyado por la supervisión de Hodhart, pero asistió a pocas lecciones y no escribió más poesía en ese entonces, sintiéndose almidonado por la academia literaria y el "terrible, sofocante, maternal pulpo" de la tradición literaria. Escribió: "podría decir que tenía tanto talento para el estilo de Leavis de desmantelar los textos como cualquier otro, e incluso tenía una inclinación especial para ello, cercana a una veta sádica en eso, pero me parecía que no solo era un juego tonto, sino profundamente autodestructivo." En su tercer año se cambió a antropología y arqueología, ambos de las cuales referiría en su poesía. No destacó como escolar. Su primera poesía publicada apareció en Chequer. Un poema denominado "Los niñitos y las estaciones", escrito en esta época, fue publicado en Granta, bajo el pseudónimo de Daniel Hearing.

Después de la universidad, viviendo en Londres y Cambridge, Hughes continuó teniendo muchos y variados trabajos, incluso como jardinero de rosas, vigilante nocturno y lector para la compañía británica de películas J. Arthur Rank. También trabajó en un zoológico local, un puesto que le ofrecía innumerables oportunidades de observar animales en espacios estrechos. El 26 de febrero de 1956, Hughes y sus amigos hicieron una fiesta para lanzar St. Botolph's Review, que duró un solo número. En él Hughes tenía cuatro poemas. En la fiesta el conoció a la poetisa americana Sylvia Plath, que estaba estudiando en Cambridge a través de una beca Fulbright. Ella ya había publicado extensamente, habiendo ganado varios premios, y había venido especialmente para contactar a Hughes y su compañero poeta Lucas Myers. Hubo una gran atracción mutua pero ellos no volvieron a verse hasta un mes después, cuando Plath estaba pasando por Londres, camino a París. Ella lo visitó de nuevo a su vuelta, tres semanas después.

Cold, delicately as the dark snow,
A fox’s nose touches twig, leaf;
Two eyes serve a movement, that now
And again now, and now, and now

Fría, delicada como la nieve obscura
una nariz de zorro toca ramilla, hoja;
Dos ojos sirven un movimiento, que ahora
y de nuevo ahora, y ahora, y ahora

Sets neat prints into the snow
Between trees, and warily a lame
Shadow lags by stump and in hollow
Of a body that is bold to come

Estampa claras huellas sobre la nieve
entre árboles, y cautelosamente un cojo
Sombras retrasadas por muñón y en hueco
de un cuerpo que es seguro que vendrá

Across clearings, an eye,
A widening deepening greenness,
Brilliantly, concentratedly,
Coming about its own business

A través de claros, un ojo,
un verdor amplio y profundo,
brillantemente, concentradamente,
viniendo por sus propios asuntos

Till, with a sudden sharp hot stink of fox
It enters the dark hole of the head.
The window is starless still; the clock ticks,
The page is printed.

Hasta que, con un repentino afinado fuerte hedor a zorro
entra en el obscuro hoyo de la cabeza.
La ventana está aún sin estrellas; el reloj tictaquea,
La página está impresa.

Hughes y Plath salían juntos y luego se casaron en St George the Martyr Holborn, el 16 de junio de 1956, cuatro meses después de que se vieron por primera vez. La fecha, el Bloomsday, fue intencionalmente elegida en honor a James Joyce. La madre de Plath fue la única invitada a la boda y los acompañó también en la luna de miel a Benidorm en la costa de España. Los biógrafos de Hughes describen que Plath no le mencionó su historia de depresiones y suicidios hasta mucho después.8 Reflejándolo posteriormente en Cartas de cumpleaños, Hughes comentó que tempranamente el pudo ver abismos de diferencias entre si mismo y Plath, pero que en los primeros años de su matrimonio ambos se sintieron felices y apoyados, ávidamente sumergidos en sus carreras de escritores. A la vuelta a Cambridge, ellos vivieron en 55 Eltisley Avenue. Ese año ambos tuvieron poemas publicados en The Nation, Poesía y The Atlantic. Plath tipeó los manuscritos de Hughes para su colección Halcón en la lluvia que llegó a ganar una competencia de poesía organizada por el centro de poesía de la Young Men's and Young Women's Hebrew Association de Nueva York. El primer premio consistía en la publicación por Harper y Hughes se granjeó un amplio aplauso de la crítica con el lanzamiento del libro en septiembre de 1957, ganando el Premio Somerset Maugham. El trabajo prefería muy afectados troqueos y espondeos, reminiscencias del Inglés de medioevo sobre los gentiles sonidos latinizados; un estilo que el usó a través de toda su carrera.

La pareja se trasladó a Estados Unidos de modo que Plath pudiese ocupar una posición docente en su alma mater, Smith College; durante este tiempo Hughes enseñó en la Universidad de Massachusetts, Amherst. En 1958 ellos conocieron a Leonard Baskin quien más tarde ilustraría muchos de los libros de Hughes, incluyendo Cuervo. La pareja retornó a Inglaterra, quedándose un breve tiempo en Heptonstall y luego hallando un pequeño departamento en Primrose Hill, Londres. Ambos estaban escribiendo, Hughes trabajando en programas para la BBC así como produciendo ensayos, artículos, críticas y conversaciones. Durante este período el escribió los poemas que serían publicados en Wodwo (1967) y Recklings (1966). En marzo de 1960 salió Lupercal y ganó el Premio Hawthornden. Hugues encontró que estaba siendo rotulado como el poeta de lo salvaje, escribiendo solo sobre animales.8 Comenzó a explorar seriamente sobre el mito y las prácticas esotéricas dentro del chamanismo, el Budismo y la alquimia, percibiendo que tal imaginación podría curar bisecciones dualísticas en la psiquis humana y que la poesía era el lenguaje de trabajo.

Hughes y Plath tuvieron dos hijos, Frieda Rebecca (1960) y Nicholas Farrar (1962) y en 1961, compró la casa de Court Green, en North Tawton, Devon. En el verano de 1962 Hughes comenzó una relación con Assia Wevill quien había subarrendado el departamento de Primrose Hill con su marido. Bajo la nube de su affair, Hughes y Plath se separaron en el otoño de 1962 y ella reinició su vida en un nuevo piso con los niños.

La muerte de Plath

Abrumada por la depresión, y con un historial de intentos de suicidios, Plath se quitó la vida el 11 de febrero de 1963, aunque no ha quedado claro si ella quería finalmente lograrlo. Hughes estaba devastado. En una carta a una antigua amiga del Smith College, le escribió, "Este es el fin de mi vida. El resto es póstumo." Algunas feministas arguyeron que Hughes llevó a Plath al suicidio. La lápida de Plath fue vandalizada repetidamente por aquellos agraviados que "Hughes" estuviese grabado en la piedra e intentaron sacarlo a cincel, dejando solo el nombre de "Sylvia Plath." En 1970, la poetisa feminista radical Robin Morgan publicó el poema "Arraignment"(lectura del acta de acusación), en el cual ella acusa abiertamente a Hughes de palizas y asesinato de Plath; otras feministas amenazaron con asesinarlo en nombre de Plath. En 1989, estando Hughes bajo ataque público, se libró una batalla en la página de cartas del diario The Guardian y del The Independent. En el The Guardian del 20 de abril de 1989 Hughes escribió el artículo "El lugar donde Sylvia Plath debiera descansar en paz":

En los años siguientes a la muerte de Plath, cuando los estudiantes se me acercaban, yo trataba de tomar sus aparentemente serias preocupaciones por la verdad sobre Sylvia Plath seriamante. Pero aprendí la lección tempranamente... Si trataba esforzadamente de explicar como ocurrió alguna cosa, en la esperanza de rectificar alguna fantasía, era muy probable que yo fuese acusado de intentar suprimir el Libre Discurso. En general, mi rechazo a tener algo que ver con la Fantasía Plath ha sido considerado como un intento de suprimir el Libre Discurso...La Fantasía acerca de Sylvia Plath es más necesitada que los hechos. Si ello permite el respeto por la verdad de su vida (y de la mía), o de su memoria, o por la tradición literaria, yo no lo sé.

Como viudo de Plath, Hughes, controversialmente, se convirtió en el ejecutor de los bienes personales y literarios de Plath. El supervigiló la publicación de sus manuscritos, incluyendo Ariel (1966). Algunos críticos estuvieron insatisfechos por su elección del orden de los poemas y por omisiones en el libro y algunas feministas arguyeron que Hughes esencialmente la condujo a ella al suicidio y por lo tanto no debiera ser responsable por su legado literario. El denunció haber destruido el último volumen del diario de Plath, en que detallaba sus últimos meses juntos. En su prólogo de los diarios de Sylvia Plath, defendía sus acciones como una consideración para con los jóvenes hijos de la pareja.

A continuación del suicidio de Plath, él escribió dos poemas "El Aullido del los Lobos" y "Canción de una Rata" y luego no escribió poesía durante tres años. Actuó como locutor extensivamente, escribió ensayos críticos y se vio involucrado en organizar festivales internacionales de poesía en la esperanza de conectar la poesía inglesa con el resto del mundo. En 1966, el escribió poemas para acompañar las ilustraciones de cuervos de Leonard Baskin, que devino en la narrativa épica La vida y canciones del cuervo, uno de los trabajos por el cual Hughes es más conocido.8

El 23 de marzo de 1969, seis años después del suicidio de Plath por asfixia del gas de una estufa, Assia Wevill cometió suicidio del mismo modo. Wevill también asesinó a su hija, Alexandra Tatiana Elise (denominada Shura), la hija de cuatro años que había tenido con Hughes, nacida el 3 de marzo de 1965. Sus muertes llevaron a denuncias que Hughes había sido abusivo tanto con Plath como con Wevill. En estado de shock, Hughes no pudo terminar la secuencia del Cuervo y permaneció inconclusa hasta que se publicó la obra Pájaros de cueva en 1975. Cuervo y el timing de su publicación, parecieron destacar la predisposición de Hughes hacia la violencia solapada, un ejemplo de la naturaleza sobre lo que escribió, rojo "con dientes y uñas". No ayudó a su causa.

1970-1998

Lumb Bank

En agosto de 1970 Hughes se casó con Carol Orchard, una enfermera, y ellos permanecieron juntos hasta su muerte. El compró la casa de Lumb Bank cerca de Hebden Bridge, West Yorkshire, y mantuvo la propiedad en Court Green. Comenzó a explotar una pequeña granja cerca de Winkleigh llamada Pueblo del páramo, que después quedó embebido en el título de una de sus colecciones de poesía. Posteriormente llegó a ser Presidente de la institución de caridad Granjas para niños de ciudad, fundada por su amigo Michael Morpurgo en Iddesleigh. En octubre de 1970 se publicó Cuervo. Fue nombrado Poeta Laureado en 1984, a continuación de Sir John Betjeman. Hughes publicó muchos trabajos para niños y colaboró estrechamente con Peter Brook y la National Theatre Company. Se dedicó a la Fundación Arvon que promueve la educación en escritura, impartiendo cursos residenciales de escritura en la casa de Hughes en Lumb Bank, West Yorkshire.


Lumb Bank en Colden Valley

Hughes fue nombrado miembro de la Orden al Mérito por la reina reina Isabel II justo antes de su fallecimiento. Hughes continuó viviendo en su casa de Devon, hasta su fatal infarto de miocardio en un hospital de Southwark, Londres el 28 de octubre de 1998, mientras estaba bajo tratamiento por un cáncer al colon. Sus funerales se realizaron el 3 de noviembre de 1998, en la iglesia de North Tawton, y fue cremado en Exeter. Hablando en el funeral, su colega poeta Séamus Heaney, dijo: "Ninguna muerte fuera de mi familia directa me ha dejado más desposeído. Ninguna muerte en mi vida ha herido más a los poetas. Él fue un torre de ternura y fuerza, un gran arco bajo el cual el menor de los niños poetas podía entrar y sentirse seguro. Sus poderes creativos eran, como dijo Shakespeare, aún crecientes. A su muerte, el velo de la poesía se ha desgarrado y las paredes del aprendizaje se han roto."

Obra

Homenaje a Ted Hughes por Reginald Gray. Propiedad de Bankfield Museum, Yorkshire
La primera colección de Hughes, Halcón en la lluvia (1957) atrajo considerables aplausos de la crítica. En 1959 ganó el premio Galbraith que consistía en $5,000. Su trabajo más significativo es tal vez Cuervo (1970), que mientras que ha sido ampliamente elogiado también ha dividido a la crítica, combinando una visión apocalíptica, amarga, cínica y surrealista del universo con lo que a ratos aparece como verso simple e infantil.

En una entrevista dada a London Magazine en 1971, Hughes citó como sus mayores influencias a Blake, Donne, Hopkins y Eliot. También mencionó a Schopenhauer, los libros de Robert Graves La diosa blanca y El libro tibetano de los muertos.

Hughes trabajo durante 10 años en un poema en prosa, "Gaudete", que el esparaba que se convirtiese en una película. Cuenta la historia del vicario de una villa inglesa que es carried off por espíritus elementales, y sustituido en la villa por su doble enantiodrómico, un desafiante, fashioned from a log, quien a pesar de todo tiene las mismas memorias que el vicario original. El doble es una fuerza de la naturaleza que organiza a las mujeres del villorio a un "aquelarre de amor" en orden a que el pueda apadrinar un nuevo Mesías. Cuando los miembros masculinos de la comunidad descubren que es lo que está pasando, ellos lo matan. El epílogo consiste en una serie de líricas dichas por el restaurado presbítero en alabanza a la diosa de la naturaleza, inspiradas en la Diosa blanca de Robert Graves. Fue impreso en 1977. Hughes estaba muy interesado en la relación entre su poesía y los libros de arte y muchos de sus libros fueron impresos por destacados impresores y en colaborativas ediciones con artistas, como por ejemplo con Leonard Baskin.

Adicionalmente a su propia poesía, Hughes escribió una cantidad de traducciones de obras europeas, principalmente clásicas. Sus Cuentos de Ovidio (1997) contienen una selección de traducciones en verso libre de Las metamorfosis de Ovidio. También escribió tanto prosa como poesía para niños, siendo uno de sus libros más exitosos El hombre de acero, escrito para reconfortar a sus hijos después del suicidio de Sylvia Plath. Más tarde se convirtió en la base de la ópera rock de Pete Townshend del mismo nombre, y de la película animada The Iron Giant.

Hughes fue designado como Poet Laureate en 1984 tras la muerte de John Betjeman. Más tarde se supo que Hughes era la segunda opción a la designación. Philip Larkin, el nominado preferido, declinó, por estar mal de salud y bloqueado para escribir. Hughes sirvió en su posición hasta su muerte en 1998.

En 1992, Hughes publicó Shakespeare y la diosa del Ser Total, un trabajo monumental inspirado en La Diosa Blanca de Graves. En Cartas de cumpleaños, su última colección, Hughes rompió su silencio acerca de Plath, detallando aspectos de su vida en común y de su propio comportamiento en aquella época. El arte de la portada pertenece a su hija Frieda. Los definitivos póstumos Collected Poems de Hughes, de 1333 páginas (Faber & Faber) aparecieron el 2003. Un poema descubierto en octubre de 2010, "Última carta", describe que ocurrió durante los tres días que conllevaron al suicidio de Plath.3 Fue publicado en New Statesman el Día Nacional de la Poesía, en octubre de 2010.

En 2011 diversas cartas, que no habían sido editadas previamente, dirigidas por Hughes a Craig Raine fueron publicadas en la revista literaria Areté. Principalmente, ellas relatan el proceso de editar Shakespeare y la diosa del ser total, y también contienen una serie de borradores de cartas en las cuales Raine intenta explicar a Hughes su desinterés en publicar el poema de Hughes El elenco en una antología que él estaba editando, sobre la base de que podría conducir a nuevos ataques contra Hughes con respecto al asunto de Sylvia Plath. "Estimado Ted, Gracias por el poema. Es muy interesante y podría causar una pequeña sensación" (4 de abril de 1997). El poema fue eventualmente publicado en Cartas de cumpleaños y Hughes hace una referencia al pasar de su hasta el momento inpublicada colección: "Tengo una pila entera de piezas que son todas - de un modo u otro - pequeñas bombas para los estudiosos e interesados en tirármelas a mi." (5 de abril de 1997).

Temas

This house has been far out at sea all night,
The woods crashing through darkness, the booming hills,
Winds stampeding the fields under the window
Floundering black astride and blinding wet

Esta casa ha estado lejana en el mar toda la noche,
Los bosques estrellándose a través de la obscuridad, los resonantes cerros,
Los vientos desbandándose por los campos bajo la ventana
revolcando horcajadas negras y enceguecedora humedad

Till day rose; then under an orange sky
The hills had new places, and wind wielded
Blade-light, luminous black and emerald,
Flexing like the lens of a mad eye.

Hasta que el día afloró; entonces bajo un cielo naranja
Los cerros tuvieron nuevos sitios, y el viento manejó
luz cortante, luminosidad negra y esmeralda,
flectándose como el lente de un ojo loco.

El trabajo poético inicial de Hughes está enrraizado en la naturaleza y, en particular, en la inocente salvajedad de los animales, un interés suyo desde su temprana edad. Escribió frecuentemente acerca de la mezcla de belleza y violencia en el mundo de la naturaleza. Los animales sirven como metáfora para su visión de la vida: los animales viven una lucha por la supervivencia de los más aptos del mismo modo que los humanos luchan por la ascendencia y el éxito. Ejemplos pueden ser vistos en los poemas "Hawk Roosting" y "Jaguar".

El dialecto juvenil de West Riding de Hughes se mantuvo engrapado en su poesía, llevando su vocabulario a una textura concreta, tersa, enfática, económica pero poderosa. El modo de discurrir interpreta los hechos duros de las cosas y rechaza la autoindulgencia.

El trabajo tardío de Hughes está profundamente relacionado con el mito y la tradicíón barda inglesa, inflectada fuertemente con un punto de vista modernista, Jungiano y ecológico. El retrabajó el mito clásico y arqueotipado con una concepción de la obscura subconciencia.

Conmemoración y legado

Un camino peatonal fue inaugurado en 2005, saliendo de la villa de Devon en Belstone hasta la piedra conmemorativa de Hughes sobre el Río Taw, en Dartmoor.

El 28 de abril de 2011, una placa azul en conmemoración a Hughes fue desvelada en North Tawton por su esposa Carol. En Lumb Bridge cerca de Pecket Well, Calderdale hay una placa, instalada por The Elmet Trust, conmemorando el poema de Hughes "Seis hombres jóvenes", que se inspiró en una antigua fotografía de seis jóvenes retratados en ese lugar. La fotografía, tomada justo antes del inicio de la primera guerra mundial, era de seis jóvenes que pronto perderían la vida en la guerra Un festival Ted Hughes es realizado cada año en Mytholmroyd, dirigido por Elmet Trust, un cuerpo educacional fundado para apoyar el trabajo y el legado de Hughes.

En 2010, se anunció que Hughes sería conmemorado con un memorial en el rincón de los poetas en la Abadía de Westminster. La piedra conmemorativa será pizarra verde de Kirkstone y será coloca a los pies del memorial conmemrando a T. S. Eliot. Lecturas serán impartidas por el poeta Seamus Heaney y la actriz Juliet Stevenson, y también atenderá la ceremonia la viuda Hughes, Carol Orchard y la hija Frieda. La ceremonia tendrá lugar el 6 de diciembre de 2011.

Archivo

El material de archivo de Hughes es guardado por instituciones tales como la Emory University, Atlanta, Exeter University. Biblioteca Británica también tiene una vasta colección que comprende más de 220 archivos que contienen manuscritos, cartas, diarios, diarios personales y correspondencia. A partir de 2010 la biblioteca está accesible a través del sitio de la Biblioteca Británica.48 Inspirado en Cuervo de Hughes, el pintor alemán Johannes Heisig creó una gran serie de cuadros en blanco y negro que fueron presentados por primera vez al público con ocasión de la noche larga del Museo de Berlín en agosto de en el SEZ Berlín.

Premio Ted Hughes

En 2009 se estableció el Premio Ted Hughes para nuevos trabajos en poesía con el permiso de Carol Hughes. La Sociedad de Poesía explica que "el premio es nombrado en honor a Ted Hughes, Poet Laureate, y uno de los más grandes poetas del siglo veinte, tanto para niños como para adultos”. Miembros de la Sociedad de Poesía y Sociedad de Libros de Poesía recomiendan un poeta que esté viviendo en el Reino Unido que haya completado el más nuevo y más innovativo trabajo ese año, "destacando relevantes contribuciones hechas por poetas a nuestra vida cultural." Las £5,000 de premio se obtienen de los honorarios anuales que la Poet Laureate Carol Ann Duffy recibe como Laureate de la Reina.

Alice Oswald fue la ganadora inaugural en 2010 por su colección Hierbas y Flores salvajes (grabados al aguafuerte de Jessica Greenman). En 2011 los jueces Gillian Clarke, Stephen Raw y Jeanette Winterson otorgaron el premio a Kaite O’Reilly por su sitio que específicamnete recuenta la obra de Esquilo, Los persas (producida por primera vez en 472 a.C.). Los otros tres poetas preseleccionados fueron Christopher Reid que trabajó con el director Niall MacCormick para adaptar su poema narrativo La canción del almuerzo en una película de 50 minutos de la BBC2. El privilegio de la lluvia de David Swann, (publicado por Waterloo Press, con grabados en madera por Clare Dunne), es una colección compilada después de un año como Escritor Residente en HMP Nottingham (prisión). El hombre flotante, de Katharine Towers, es una colección debutante publicada por Picador.

Obras selectas

Colecciones de Poesía

1957 The Hawk in the Rain
1960 Lupercal
1967 Wodwo
1970 Crow: From the Life and the Songs of the Crow (en español: Cuervo, trad. Jordi Doce, Hiperión, Madrid, 1999)
1972 Selected Poems 1957-1967
1975 Cave Birds
1977 Gaudete
1979 Remains of Elmet' (with photographs by Fay Godwin)
1979 Moortown
1983 River
1986 Flowers and Insects
1989 Wolfwatching
1992 Rain-charm for the Duchy
1994 New Selected Poems 1957-1994
1997 Tales from Ovid
1998 Birthday Letters — winner of the 1998 Forward Poetry Prize for best collection, the 1998 T. S. Eliot Prize, and the 1999 British Book of the Year award.
2003 Collected Poems (en castellano, la antología El azor en el páramo, traducción, introducción y notas de Xoán Abeleira, Bartleby Editores, Madrid, 2010)
Volúmenes de traducción[editar]
Despertar de primavera por Frank Wedekind
Bodas de Sangre por Federico García Lorca
1977 Amen by Yehuda Amichai, Amen, Harper (New York, NY)
1968 Yehuda Amichai, Poemas selectos Cape Goliard Press (Londres, Inglaterra), edición revisada publicada como Poemas, Harper (Nueva York, NY), 1969.
1997 Cuentos de Ovidio por Ovidio Farrar, Straus, y Giroux (Nueva York, NY)
1999 The Oresteia por Esquilo, Farrar, Straus, y Giroux (Nueva York, NY)
1999 Fedra por Jean Racine, Farrar, Straus, y Giroux (Nueva York, NY),
1999 Alcestis por Eurípides, Farrar, Straus, y Giroux (Nueva York, NY)
Antologías editadas por Hughes[editar]
Poemas selectos de Emily Dickinson
Poemas selectos de Sylvia Plath
Versos selectos de Shakespeare
Una elección de versos de Coleridge
La bolsa de traqueteo (editado con Séamus Heaney)
El bolsón escolar (editado con Seamus Heaney)
De memoria: 101 Poemas para recordar
Colecciones de cuentos cortos[editar]
1995 El luchador de sueños, y otros cuentos creativos. Faber and Faber (Londres, Inglaterra)
1995 Dificultades de una novia: Pequeños cuentos selectos. Picador (New York, NY)

Prosa

1967 "Poetry Is," Doubleday (New York)
1967 Poetry in the Making: An Anthology of Poems and Programmes from "Listening and Writing. Faber (London) 1967.
1992 Shakespeare and the Goddess of Complete Being Farrar, Straus, and Giroux (New York)
1993 A Dancer to God Tributes to T. S. Eliot. (Editor) Farrar, Straus, and Giroux (New York)
1994 Winter Pollen: Occasional Prose. (Essay collection). Edited by William Scammell, Faber (London). Picador USA (New York) 1995.

Libros para niños

Meet my Folks! (Illustrated by George Adamson, published 1961)
How the Whale Became (Illustrated by George Adamson, published 1963)
The Earth-Owl and Other Moon-People (Illustrated by R.A. Brandt, published 1963)
Nessie the Mannerless Monster (Illustrated by Gerald Rose, published 1964)
The Iron Man (Illustrated by George Adamson, published 1968)
Coming of the Kings and Other Plays (1970)
Season Songs (Illustrated by Leonard Baskin, published 1976)
Moon-Whales and Other Moon Poems (Illustrated by Leonard Baskin, published 1976)
Moon-Bells and Other Poems (Illustrated by Felicity Roma Bowers, published 1978)
Under the North Star (Illustrated by Leonard Baskin, published 1981)
Ffangs the Vampire Bat and the Kiss of Truth (Illustrated by Chris Riddell, published 1986)
Tales of the Early World (Illustrated by Andrew Davidson, published 1988)
The Iron Woman ( 1993)
Collected Animal Poems: Vols. 1–4
The Mermaid's Purse (Illustrated by R.J. Lloyd, published by Sunstone Press, 1993)
The Cat and the Cuckoo (Illustrated by R.J. Lloyd, published 1987)
Obras[editar]
The House of Aries (interpretada en radio), transmisión, 1960.
The Calm producida in Boston, MA, 1961.
A Houseful of Women (interpretada en radio), transmisión, 1961.
The Wound (interpretada en radio), transmisión, ver también abajo), 1962
Difficulties of a Bridegroom (interpretada en radio), transmisión, 1963.
Epithalamium producida en Londres, 1963.
Dogs (interpretada en radio), transmisión, 1964.
The House of Donkeys (interpretada en radio), transmisión, 1965.
The Head of Gold (interpretada en radio), transmisión, 1967.
The Coming of the Kings and Other Plays (juvenil)
The Price of a Bride (juvenil; interpretada en radio), transmisión, 1966.
Adaptada de Edipo de Séneca (producida en Londres, 1968)
Orghast producida en Persépolis, Irán, 1971.
Eat Crow Rainbow Press (Londres, Inglaterra), 1971.
The Iron Man (basada en su libro juvenil; televisada, 1972).
Orpheus 1973.



Alas

I
                          El señor Sartre medita sobre asuntos de actualidad

     Encogido, en la enorme ala rota de su sombra,
recrea el mundo en el interior de su cráneo, como el espectro de una flor.

     Sus ojos son prisioneros del hecho
de que sus manos se han convertido en moscas.

     Con sonrisas calaverales, las poblaciones de la tierra
deambulan entre tumbas, como el hoguera apagada por la lluvia.

     Bosteza, ladeando un ojo extinto
hacia la mosca dormida en la tulipa.

     Pero su corazón sigue impertérrito...

     El pólipo fragmentador de cráneos de su cerebro, sobre su diminuta raíz,
se cierne irónico sobre él:

los ángeles, susurra, son metáforas, a imagen del hombre,
para diversión de la amiba.

     Sigue sentado en la estancia doblemente oscura,
meditando en la raya carroñófaga.

     Y en sus alas, leves, blancas, como de ángel,
y en los labios cupídicos del vientre nefasto.

     Y en el mar, esta lengua en su oreja, lamiendo la última página.




II
                                                                 Kafka escribe

     Y él es un búho
es un búho, «hombre», tatuado en el sobaco
bajo el ala rota
(aturdido por la luz cayó aquí mismo)
bajo el ala rota de inmensa sombra que se agita sobre el suelo.

     Un hombre de impotentes plumas.



III
                                                                 Einstein toca a Bach

     Y cayó finalmente. Y la gran ala en trizas
de sombra sobre el suelo.
Su memoria eleva cuanto recuerda
de ambos mundos, y unas pocas palabras.

     La fatigada máscara de arrugas, los ojos de luto,
la tristeza del mono en su jaula.
Estrella que mira estrellas a través de las paredes
de una jaula llena de nada.

     Y ninguna perdiz cae
de la nube. Ni maná
para ángeles.
Sólo la columna de fuego contrae su fuerza en una mota estelar.

     Ahora el sargazo de un solo grano de arena
sería más dulce que un arroyo roquero
e a una boca
hendida por vapores estelares.

Un petirrojo le vio andar...  ¡Emocionantel
Pero las lágrimas casi vertidas fuéronse,
una nube grande como su mano,
una corona arrugada de relámpagos que no encontraban la tierra.

     Se inclina, orante, sobre música, como sobre un pozo.
Pero es el calderón del átomo.
Y es el ojo de Dios en el tifón.
Es un horno, rugiente de llamas.

     Es una cuenca quemada y sin fondo
llena de moscas
en fugas
y reza

«¡Madre! ¡Madre!
                                    Oh madre

mándame amor.»

                                    Pero las moscas
las moscas se elevan en nube.

Versión de Jesús Pardo
Antología poética Plaza & Janés, S.A., Editores 1971



Canción

     Dama, cuando la punta lunar te bendecía
te hiciste fuego suave grácil como una nube;
difíciles estrellas te nadaron el rostro;
erecta estabas y era tu sombra mi lugar:
te volviste y volvióse tu sombra entonces hielo,
                                   Oh, mi dama.

     Dama, cuando las aguas del mar te acariciaban,
eras mármol de espuma, mas guardabas silencio.
¿Cuándo nos abrirá la lápida su tumba?
¿Cuándo nos cederán sus espumas las olas?
Tú no perecerás ni volverás a casa,
                                  Oh, mi dama.

     Dama, cuando los vientos te besaban,
música les volviste pues eras caracola.
Yo sigo en pos del agua y de los vientos desde
que los oyó mi alma rompiéndose en pedazos
hurtados por vosotros, amantes desalmados,
                                 Oh, mi dama.

Dama, piensa en el día cuando te habré perdido,
la luna a manos llenas esparcerá sus sobras,
las manos del mar, sucias del pecho de la tierra,
la herrumbre del planeta bajo el tacto del viento,
y mi cabeza, rota de amor, por fin tranquila
entre mis manos que estarán llenas de polvo,
                                 Oh, mi dama.

Versión de Jesús Pardo
Antología poética Plaza & Janés, S.A., Editores 1971



Cómo empezó a jugar el agua

     Agua quería vivir
fue al sol y volvió llorando
Agua quería vivir
fue a los árboles la quemaron volvió llorando
La pudrieron volvió llorando
Agua quería vivir
fue a las flores la pisaron volvió llorando
Quería vivir
fue al vientre encontró sangre
volvió llorando
fue al vientre encontró cuchillo
volvió llorando
fue al vientre encontró gusano y podredumbre
volvió llorando quería morir

     Fue al tiempo fue por la puerta de piedra
volvió llorando
fue por todo el espacio buscando nada
volvió llorando quería morir

     Hasta que no le quedó lloro

     Yacía en el fondo de todas las cosas

completamente    agotada     completamente    claro todo

Versión de Jesús Pardo
Antología poética Plaza & Janés, S.A., Editores 1971



Cuervo Ego

     Cuervo esperó a que Ulises se volviera
gusano, y Cuervo lo comió.

     Luchando con las dos víboras de Hércules
asfixió sin querer a Deyanira.

     El oro que rindieron las cenizas de Hércules
es ahora electrodo en los sesos de Cuervo.

     Bebiendo sangre de Beowulfo y abrigándose
con su piel, Cuervo alterna con fantasmas.

     Sus alas son el lomo rígido de su libro,
él mismo única página, toda ella de tinta.

     Por eso mira al fondo del pasado
como un gitano el vidrio del futuro,

o un leopardo la selva pingüe.

Versión de Jesús Pardo
Antología poética Plaza & Janés, S.A., Editores 1971



El salmo de los jejenes

El jején es de linaje más antiguo que el hombre
                                                                           
Proverbio

     Cuando los jejenes danzan en la tarde
luchando en el aire, garabateando,
y deshilachando su léxico loco,
agitando su muda cábala
bajo la sombra de las hojas

     Hojas sólo hojas
contra las espesas saetas del sol
contra las saetas del tardío sol
a sus ojos frágiles y su ánimo oscuro

     Danzando
     Danzando
en el aire escriben, lo que escriben borran
anudan las letras, las hacen maraña
y todo son yoyo de todos los otros

Inmensos imanes en redor de un centro

     Ni escriben ni luchan pero cantan cantan
que no son materia sus ciclos vitales
que no tienen miedo del sol y que el único
sol que tienen vive demasiado cerca
rompe su canción de todos los soles
que son ellos mismos soles de sí mismos
su propio residuo
suelto por la nada
sus alas la llama van des dibujando
cantando
cantando

que ellos son los clavos
en los miembros ágiles del jején divino
que el sufrir sonoro del viento ellos oyen
por entre la hierba
y de la colina nocturna el dolor
y las poblaciones junto al cementerio
vanse ensombreciendo más y más oscuras

     El viento se inclina con gritos raspantes
y los aeropuertos y los tierrapuertos
danzando en el viento
la danza del viento, la danza mortal,
en marjales húndense y entre la maleza
y en ciudades como boñigas en polvo

     No así los jejenes, cuya agilidad
ha sobrepasado ya estos umbrales
y les pone a salvo de la hambrienta hierba
danzando
danzando
a la sombra amiga de los sicómoros

una danza que nunca cambia
que da sus cuerpos a la hoguera

sus rostros de momia no serán usados

sus pequeños rostros barbudos tejiendo
y sobrenadando en la nada, agítanse
en el aire agítanse, agítanse
y sus pies colgantes como pies de víctimas

     ¡Oh pequeños santos
muertos de fatiga por sus propios cuerpos
matando a fatiga a sus propios cuerpos
sois vosotros ángeles del único cielo!

     ¡Dios es un jején todopoderoso!
¡Sois la más potente de las nebulosas!
Mis manos al aire vuelan, son locuras
mi lengua en las hojas arriba
y mis pensamientos se esconden

     Vuestra danza
vuestra danza

rodea mi cráneo lentamente aléjalo   al   espacio abierto.

Versión de Jesús Pardo
Antología poética Plaza & Janés, S.A., Editores 1971



Estaciones

I

     De pronto su pobre cuerpo
se quedó sin la defensa
de su mente adormilada.

     Antes de que el funeral se diluyera,
el féretro, como una lancha, se rompió a fuerza de sacudidas
entre las grandes estrellas que nadaban por su ruta.

     Un rato

el tallo del tulipán a la puerta superviviente
y su chaqueta, y su esposa, y su última almohada
cogidos unos a otros.


II

     Comprendo los ojos hundidos
de los viejos

secos residuos

rotos por mares que no podían vivir.


III

     Eres extraño, sales de un huevo
puesto por tu ausencia.

     En el gran vacío te sientas contento,
mirlo entre nieve húmeda.

     Si pudieras hacer sólo una comparación:
tu situación es tan triste que desistirías.

     Pero tú, desde el principio, rendido al vacío total,
luego a él se lo dejas todo.

     Ausencia. Tu propia
ausencia

llora su reposo a través de tu música consumada,
su capa oscura sobre tu alimentar.


IV

     Ya digas, pienses, sepas
o no, así es, así es, como
sobre raíles sobre
el cuello que dejan sus ruedas
la cabeza con su vocabulario inútil,
entre los plátanos azotados.

Versión de Jesús Pardo
Antología poética Plaza & Janés, S.A., Editores 1971


Examen a la puerta del útero

     ¿De quién son estas patas huesudas?
De la Muerte.
¿De quién este rostro quemado e hirsuto?
De la Muerte.
¿De quién estos pulmones que aún funcionan?
De la Muerte.
¿De quién esta capa de músculos utilitarios?
De la Muerte.
¿De quién estas entrañas increíbles?
De la Muerte.
¿Y toda esta sucia sangre?
De la Muerte.
¿Estos ojos que apenas ven?
De la Muerte.
¿Esta lengüecilla aviesa?
De la Muerte.
¿Esta atención arbitraria?
De la Muerte.

¿Dado, robado o en espera de juicio?
Asido.

¿De quién es esta tierra pétrea y lluviosa?
De la Muerte.
¿De quién es todo el espacio?
De la Muerte.
¿Quién es más fuerte que la esperanza?
La Muerte.
¿Quién es más fuerte que la voluntad?
La Muerte.
¿Más fuerte que el amor?
La Muerte.
¿Más fuerte que la vida?
La Muerte.
¿Pero quién es más fuerte que la muerte?
                                                           Está visto que yo.
     Cuervo, pasa.

Versión de Jesús Pardo
Antología poética Plaza & Janés, S.A., Editores 1971


Los compañeros de juegos de Cuervo

     Cuervo, solitario, creó a los dioses para sus juegos:
pero el dios de la montaña se liberó de él

y cuervo cayó de la pared pétrea de los montes
con lo que se vio muy reducido.

     El dios fluvial sustrajo los ríos
a sus líquidos vivientes.

     Un dios tras otro: y todos fuéronse liberando de él
robándole su hogar y su fuerza.

     Cuervo vaciló, sus restos, inertemente despojados.
Era residuo de sí mismo, escupitajo de sí mismo.

Era lo que su mismo cerebro no alcanzaba a comprender.

     Y así, el mínimo, el menos vivo objeto existente
fue merodeando sobre su grandeza inmortal

más solitario que nunca.

Versión de Jesús Pardo
Antología poética Plaza & Janés, S.A., Editores 1971


Montañas

     Soy una mosca si éstas no son piedras,
si no son piedras éstas soy un dedo.

     Dedo, hombro, ojo.
El aire las rodea como atento.

     Allí estaban ayer y el mundo anteayer,
contentas todas de su herencia,

no hacía falta trabajo, sólo poseer el día,
sólo poseer poder y su presencia,

sonriendo a distancia, luminosas las faces
de la paz del paterno testamento,

flores en el cabello, decorando sus miembros
el dolor del amor y el dolor del temor y el dolor de la muerte.

Versión de Jesús Pardo
Antología poética Plaza & Janés, S.A., Editores 1971


Pibroch

     El mar aúlla con su voz vacía 
tratando por igual vivos y muertos,
cansado de la bóveda celeste
después de innumerables noches faltas
de sueño, de objetivo, de autoengaño.

     Como piedra. La piedra es prisionera
como ninguna cosa muerta o viva.
Universo de ovejas negras. Crece
consciente a veces de la mancha roja
del sol, soñando que es de Dios el feto.

     Sobre la piedra el viento se apresura
y sabe penetrar en nada, como
la oreja de la piedra ciega misma,
que se da vuelta como si sintiese
su mente una explosión de direcciones.

     Bebiendo el mar, la roca devorando,
el árbol lucha por abrirse en hojas:
una vieja caída del espacio
que desconoce nuestras circunstancias.
Sigue asiéndose, enteramente loca.

     Minuto tras minuto, evo tras evo,
nada se frena ni se desarrolla.
Y no es tanteo ni frustrada prueba.
Aquí ojiabiertos ángeles penetran.
Aquí todos los astros se arrodillan.

Versión de Jesús Pardo
Antología poética Plaza & Janés, S.A., Editores 1971


Rosa del alba

     Está fundiéndose una vieja luna helada.

     Agonía bajo agonía, el silencio del polvo,
y un cuervo que conversa con los cielos de piedra.

     Desolado es el grito recortado del cuervo
como boca de vieja
cuando los párpados terminan
y las colinas persisten.

     Un grito
sin palabras
como el quejarse del recién nacido
en la balanza metálica.

     Como el sordo fogonazo y su estertor
entre coníferos, a la media luz lluviosa.

     O como la estrella de sangre repentinamente caída,
pesadamente caída sobre la hoja suculenta.

Versión de Jesús Pardo
Antología poética Plaza & Janés, S.A., Editores 1971


Secretaria

Si alguien la toca llora, da un chillido,
se esconde, oculta la terrible herida:
como un gorrión se pasa el día entero,
entre hombres, mirando de reojo,

al menor ruido sale disparada.
Por la noche sortea los piropos
como un ratón. Por fin, segura, en casa,
cose camisas, zurce calcetines

al padre y al hermano, hace la cena,
se acuesta pronto y cierra, con la luz,
sus treinta años. Duerme nalguiprieta,
cierra sus bellos ojos hasta el día.

Versión de Jesús Pardo
Antología poética Plaza & Janés, S.A., Editores 1971



Setiembre

     Vemos la oscuridad cernerse lenta:
no la miden relojes.
Cuando besos y abrazos se repiten
desaparece el tiempo.

     Es verano. Las hojas cuelgan quietas:
a mi espalda una estrella,
bajo un brazo sedeño un mar me dice
que ya no existe el tiempo.

     Las hojas no midieron el verano
ni hacen falta relojes,
sólo tenemos lo que recordamos:
minutos que nos llenan la cabeza

como a esos reyes desafortunados
que el populacho acosa,
mientras, lentos, los árboles reflejan
sus copas en el charco.

Versión de Jesús Pardo
Antología poética Plaza & Janés, S.A., Editores 1971




El azor en el páramo (Trad. Xoán Abeleira). Madrid; Bartleby editores, 2010.


EL PENSAMIENTO-ZORRO

Imagino este momento del bosque a media noche:
Algo más está vivo
Junto a la soledad del reloj
Y esta página en blanco que recorren mis dedos.

A través de la ventana no se ve ni una estrella:
Algo más cercano
Aunque más profundo en el interior de lo oscuro
Se adentra en la soledad:

Fría y delicadamente como la nieve oscura
El hocico de un zorro roza rama, hoja;
Dos ojos propician un movimiento que ahora
Y de nuevo ahora, y ahora, y ahora

Imprime sus nítidas huellas en la nieve,
Por entre los árboles, y cautelosamente una sombra
Débil se rezaga junto a un tocón, y en la cavidad
De un cuerpo que se atreve a avanzar

Cruzando claros, una mirada,
Un profundo, dilatador verdor,
Brillante y concentradamente
Yendo a lo suyo, hasta que

Con un repentino, caliente y penetrante hedor a zorro
Se interna en el oscuro hueco de la cabeza.
Ni una sola estrella aún en la ventana; suena el reloj,
La página está impresa.



EL JAGUAR

Los monos bostezan y adoran sus pulgas bajo el sol.
Los loros chillan como si ardiesen, o se contonean
Como fulanas para que el paseante les dé una nuez.
Cansados de pura indolencia, el tigre y el león

Yacen quietos como el sol. La cola de la boa es un fósil.
Una tras otra, las jaulas parecen vacías, o bien
Cargadas del hedor que rezuma la paja de los que duermen.
Una escena ideal para decorar la pared de una guardería.

Pero, una vez pasadas éstas, quien corre como los demás llega
A otra jaula donde la multitud se detiene, observa hipnotizada,
Igual que un niño un sueño, un jaguar circulando rabioso
Por la oscuridad de su prisión, taladrándola con sus ojos

A punto de estallar. No aburrido —
La mirada satisfecha de que el ardor la ciegue,
Los oídos ensordecidos por el estruendo de la sangre en su cerebro —
Gira junto a los barrotes, aunque no hay jaula que pueda con él

Como no hay celda que aprese al visionario:
Su zancada es el páramo de la libertad:
El mundo rueda bajo el largo impulso de su talón
Que allega los horizontes al suelo de su jaula.


LOS CABALLOS

Escalé por entre los bosques, sumido en la oscuridad de la hora anterior al alba.
Un aire maligno, una quietud heladora,

Ni una sola hoja, ni un solo pájaro —
Un mundo fundido en escarcha. Salí por la corona del bosque

Donde mi aliento dejaba estatuas retorcidas en la luz de acero.
Pero los valles fueron drenando la oscuridad

Hasta que la linde del páramo —heces ennegrecidas del gris resplandeciente —
Partió en dos el cielo. Entonces vi los caballos:

Enormes en aquel gris espeso — diez megalitos juntos,
Quietos, Respiraban sin moverse un ápice,

Con las crines alisadas y las patas traseras ladeadas,
Sin emitir ningún sonido.

Pasé junto a ellos: ninguno bufó ni agitó la cabeza.
Grises fragmentos silentes

De un silente mundo gris.

En el alto del páramo me paré a escuchar el vacío.
La rabia del zarapito rajó el silencio con su filo.

Lentamente, algún que otro detalle comenzó a brotar de la oscuridad,
Justo cuando el sol anaranjado, rojo, rojo irrumpió

En silencio, y astillando hasta su cerne una nube rasgada y expelida
Con fuerza, sacudió la sima abierta, reveló el azul,

Y los grandes planetas colgantes.
Yo volví,

Tambaleándome en un sueño febril, abajo, hacia
Los bosques oscuros, desde aquellas alturas encendidas,

Y me acerqué a los caballos.
                                                   Allí seguían aún,
Aunque ahora humeando y fulgurando bajo el flujo de la luz,

Sus alisadas crines pétreas, sus patas traseras ladeadas,
Agitándose bajo el deshielo mientras a su alrededor

La escarcha mostraba sus fuegos. Pero ellos siguieron callados.
Ninguno bufó ni piafó,

Con las cabezas colgando, pacientes como los horizontes
En lo alto, por encima de los valles, bajo los rojos rayos niveladores…

Ah, ojalá que en el estruendo de las calles abarrotadas, caminando en medio de los años, de los rostros,
Pueda recordarme tal y como fui en aquel lugar tan solitario,

Entre los arroyos y las nubes rojas, oyendo a los zarapitos,
Oyendo persistir a los horizontes.



UNA NUTRIA

I

               Los ojos subacuáticos, el cuerpo de una anguila
Toda de aceite de agua, la nutria no es ni un pez ni un bicho:
xxTiene cuatro patas, pero dotadas para nadar mucho mejor que un pez;
Los pies palmeados, una larga cola a modo de timón
               Y la cabeza redonda como un gato viejo.

               Arrastra consigo su propia leyenda
Desde antes de las guerras y los entierros, a pesar de los sabuesos y las horcas;
       Nunca echa raíces como el tejón. Vaga, chilla;
            Galopa por la tierra a la que ya no pertenece
                  Y se re-interna en el agua fundiéndose con ella

           Aunque ya no es de la una ni de la otra. Buscando un mundo
Que perdió al zambullirse por primera vez y al que desde entonces ya no logra regresar,
    Introduce su cuerpo modificado en los cubiles de los lagos;
             Como a ciegas,surca la contracorriente hasta lamer
             Los guijarros del manantial; cruza de un mar a otro
             En apenas tres noches como un rey a escondidas.
Chillando a la vieja silueta de la tierra iluminada por los astros,
    Por encima de los casales derruidos donde los murciélagos vuelan en círculo,
         Sin obtener respuesta. Hasta que la luz y el canto del pájaro llegan
Matraqueando los caminos con el carro del lechero.



II

La jauría ha perdido su rastro. Las almohadillas en el fango,
Entre las juncias, la nariz un abalorio en la superficie,
La nutria permanece quieta durante horas. El aire,
Circulando alrededor de la esfera, contaminado pero necesario

Mezcla de humo y tabaco, sabuesos y perejil,
Llega cuidadosamente a los pulmones sumergidos.
Igual que yace bajo los ojos su yo,
Atento y retraído. La nutria es ducha

Tanto en robar como en ocultarse —
En el agua que la nutre y la cubre, y en la tierra
Que le dio su longitud y ese morro de sabueso.
Se mantiene gruesa en los reflejos del límpido

Integumento bajo el que vive. Su corazón late profuso, a toda
Máquina, enorme músculo de trucha libre del frío letal.
La sangre es el vientre de la lógica;  la nutria proseguirá
Lamiendo el hueso desnudo del pez. Puede coger y cubrir

Ardientemente a una hembra en un campo repleto
De caballos nerviosos, pero no morar ni demorar en ningún sitio.
Arrancada de los dientes de la jauría, ya no es nada de nada
Salvo este largo pellejo que cuelga del respaldo de una silla.



HELECHO

He aquí la fronda del helecho, desplegando un gesto,
Igual que un director de orquesta cuya música fuese ahora una pausa
Y la única nota de silencio
Con la que la tierra entera baila solemnemente.

La oreja del ratón despliega su confianza,
La araña recoge su legado,
Y la retina
Refrena la creación con una brida de agua.

Y, entre ellos, el helecho
Baila solemnemente, como el penacho
De un guerrero que vuelve, bajo las pequeñas colinas,

A su propio reino.



EL OSO

En el inmensamente abierto ojo durmiente de la montaña
El oso es el destello de la pupila
Pronta a despertar
Y enfocarse al instante.

El oso está pegando
El principio al fin
Con cola hecha de huesos
Humanos en su sueño.

El oso está horadando
En su sueño
El muro del Universo
Con el fémur de un hombre.

El oso es un pozo
Demasiado profundo
Como para brillar
Allí donde digiere tu grito.

El oso es un río
En el que la gente
Cuando se inclina a beber
Ve sus yos difuntos.

El oso duerme
En un reino de muros
En una red de ríos.

El oso es el barquero que nos lleva
A la tierra de los muertos,

Y el precio que exige por ello es todo.



HEPTONSTALL

Negra aldea de lápidas.
Calavera de un idiota
Cuyos sueños mueren de nuevo
Allí donde nacieron.

Calavera de una oveja
Cuya carne se funde
Bajo sus propias vigas.
Sólo las moscas la dejan.

Calavera de un pájaro,
Las vastas geografías
Desecadas hasta devenir suturas
De alféizares rajados.

La vida lo intenta.

La muerte lo intenta.

La piedra lo intenta.

Tan sólo la lluvia jamás se cansa.



MONTAÑAS

Si ésas no son piedras, entonces yo soy una mosca,
Si ésas no son piedras, entonces son un dedo —

Dedo, hombro, ojo.
El aire viene y va sobre ellas atenta, cortésmente.

Ayer ya estaban ahí, y antes del mundo de antes de ayer,
Contentas con su herencia,

Sin otra labor por realizar que la de ser dueñas de los días,
Tan sólo ser dueñas de su poder y su presencia,

Sonriendo a lo lejos, con el rostro iluminado por la paz
De la voluntad y el testamento del padre,

Luciendo flores en el pelo, adornando los ramales de su cuerpo
Con la agonía del amor y la agonía del miedo y la agonía de la muerte.



EL AULLAR DE LOS LOBOS

No tiene mundo.

¿Qué manifiestan, qué arrastran una y otra vez con esas largas traíllas de sonido
Que se disuelven en el silencio del aire?

Luego, el llanto de un niño, en este bosque de silencios famélicos,
Atrae a los lobos corriendo.
La nota de una viola, en este bosque tan fino como el oído de un búho,
Atrae a los lobos corriendo — atrae los cepos de acero batiendo y babeando,
El acero forrado de pellejo para no crujir de frío,
Los ojos que no comprenden por qué razón han llegado
A tener que vivir así,

A tener que vivir

La inocencia infiltrada sigilosamente en los minerales.

El viento barre todo y el lobo aterido tirita.
El lobo aúlla, pero quién sabe si es de agonía o de gozo.

La tierra yace bajo su lengua,
Un peso muerto de oscuridad, intentando ver algo a través de sus ojos.

El lobo vive para la tierra.
Pero el lobo es muy pequeño, y comprende muy poco.

Va de aquí para allá, arrastrando sus ancas y gimoteando horriblemente.

Tiene un pellejo que alimentar.

La noche nieva estrellas y la tierra cruje.



CUERVO MÁS NEGRO QUE NUNCA

Cuando Dios, asqueado del hombre,
Se volvió cara al cielo,
Y el hombre, asqueado de Dios,
Se volvió cara a Eva,
Todo pareció desmoronarse.

Pero Cuervo Cuervo
Cuervo los juntó clavándolos,
Juntó el cielo y la tierra clavándolos —

Y entonces el hombre gritó, pero con la voz de Dios.
Y Dios sangró, pero la sangre del hombre.

El cielo y la tierra crujieron por la juntura
Que empezó a gangrenarse y a heder —
Un horror imposibe de redimir.

La agonía no disminuyó.

El hombre no podía ser hombre, ni Dios, Dios.

La agonía

Se intensificó.

Cuervo

Sonrió burlonamente

Gritando: “Ésta es mi Creación”,

Enarbolando la bandera negra de sí mismo.


FUERA

I. La época del sueño.

Mi padre sentado en su silla recuperándose
De aquellos cuatro años en los que fue masticado, carne de cañón y de fango,
El cuerpo lacerado, silenciado, enajenado por el tiempo que pasó empapándose
De los colores de la mutilación.
                                 Ya había curado valerosamente
Sus perforaciones externas, pero él y la lumbre del lar, su resplandor color sangre
En el cuenco de amasar galleta, en el piano, en la pata de la mesa,
Cada vez eran más y más presa del minuto a minuto
Que se adueñaba de ellos, mientras el minúsculo engranaje del reloj
Trabajaba sin descanso y, al hilo de su escucha,
Sacaba a rastras, físicamente, a mi padre de debajo
De los estratos encajados durante cuatro años de los ingleses muertos
A los que él estaba ligado. Él sentía que sus miembros se despejaban
A cada ínfimo, estimulante movimiento. Mientras yo, un niño de cuatro años,
Yacía en la alfombra como su doble infortunado,
El ancla de su memoria sepultada, inamovible,
Entre mandíbulas y botas voladas a pedazos, tocones de árboles, casquillos de obuses y cráteres,
Bajo la lluvia que aún hoy continúa golpeteando sus varas y espesando
Su reino, al que el sol ha abandonado, y donde nadie
Puede ya volver a salir del refugio.


II

El hombre muerto en su cueva empezando a sudar;
La visera de carne de bronce fundido
De la madre en el horno del bebé —
Nadie da crédito, aquello
Tal vez no sea nada, todos
Aguantan sonriendo al notar
Cómo la sangre deja de resonar por un instante en
Sus oídos, sus oídos, sus oídos, sus ojos
Tan sólo son gotas de agua e incluso el hombre muerto de repente
Se incorpora y estornuda — ¡Achís!
Entonces la enfermera lo arropa, sonriendo,
Y, aunque muy débilmente, aunque aquello no es más
Que otro nuevo bebé, la madre también sonríe.

Así, igual que tras haber sido volado en pedazos,
El soldado de infantería reensamblado
Sale a tientas, bamboleándose, mirando a su alrededor con los ojos
De un oficinista exhausto.


III. Día del Armisticio

La amapola es una herida, la amapola es la boca
De la tumba, quizá del útero buscando —

Una hermosura, una muñeca sobre un alambre,
Prostituyéndose hoy en todas partes. Hace años que luzco una.

Hace más años aún,
La metralla que hizo trizas la libreta de paga de mi padre

Me alcanzaba, y todos sus muertos lo alcanzaban a él
Devolviéndolo a una época

Que ni él ni ellos lograban superar, sino que, fundida en masa, como el acero,
Pesaba más en su ánimo que el trueque de los arados

En la pena negra que afloraba tras los ojos de mi madre —
Un ancla

Doblegando mi cuello juvenil hasta sumergirlo en aguas del Atlántico.

Así que adiós a esa flor de recuerdos sangrientos.

Y vosotros, muertos, enterrad a vuestros muertos.
Adiós a los cenotafios en los pechos de mi madre.

Adiós a todos los encantos residuales del hecho de que mi padre haya sobrevivido.

Dejemos que Inglaterra se cierre. Que se cierre la verde anémona marina.


EL GRITO

El sol en la pared — el cuadro del cuarto
De mi niñez. Y allí mi lápida
Compartía mis sueños, comía y bebía conmigo feliz.

Durante todo el día el azor perfeccionaba su arte
E incluso de noche persistía el milagro.

Las montañas holgazaneaban en su humeante campamento.
Los gusanos bajo la tierra hacían bien su trabajo.

La carne de bronce, excitada por una sed de bronce,
Como un recién nacido amamantado por un pecho,
Dormía bajo la luz de la piedad solar.

Y los inanes pesos de acero
Que, surgiendo de ninguna parte, chafan a la gente,
Tan sólo me hacían sentir tan bravo como las criaturas.

Cuando vi aquellas crías de conejo con la cabeza aplastada contra la carretera
Supe que iba montado en la rueda de la galaxia.

Las cabezas de los becerros, erizadas de rocío, sangrando en los mostradores,
Sonreían como máscaras bufas donde el sol y la luna danzaban.

Entonces mi compañero con la cara cosida
Justo allí donde se la habían abierto para extraerle algo
Alzó una mano —

Sonrió, medio en coma,
Una sonrisa de templo pétreo.

Luego, yo también abrí la boca para alabar —

Pero un silencio en forma de cuña se me atragantó.

Como un puñal de obsidiana, seco, con la punta afilada,
Un cacho callado de cristal volcánico,

El grito
Se vomitó a sí mismo.


DOS

Dos salieron, descendieron de la estrella de la mañana,
El urogallo coruscó, transformándolos en rescoldos robados.
El rocío escindió el color.
Y una mano ahuecada rebosó cantos de gallo.

Dos bajaron acompañados por inmensas sombras
Entre los dedos del alba,
Por los cuerpos cimbreantes de las liebres,
Y la agachadiza les hurtó sus joyas.

La corriente pronunció un oráculo sobre lo que no tiene fin,
El sol extendió una tierra a sus pies.

Dos cayeron de los bosques que colgaban del cielo
Trayendo los pies chamuscados de los cuervos carroñeros.

Y la guerra estalló —
                         alarido repentino
Rebotó entre las azoteas apiñadas.

El guía alzó el vuelo desde el sendero.

El otro se tambaleó.

La pluma que lucía en la cabeza se cayó.
El tambor que llevaba en la mano se calló.
La canción que traía en la boca se murió.

*

Un gesto

     He aquí este gesto escondido.
Buscaba un hogar. Tanteó rostros
distraídos, por ejemplo, el rostro
de una mujer que se sacaba un niño de entre las piernas
pero en aquel rostro duró poco tiempo el rostro
de un hombre preocupadísimo
con el acero volador en el instante
de un choque de automóviles se fue de su rostro
dejándolo solo eso duró menos tiempo incluso, el rostro
de un soldado disparando ráfagas de ametralladora no mucho tiempo y
el rostro de un jinete en el segundo
en que chocaba contra la tierra, los rostros
de dos amantes en los segundos
en que tanto se penetraban que olvidáronse
completamente uno de otro yeso estuvo bien
pero tampoco duraba.

     Así pues el gesto probó el rostro
de una persona perdida en sus gemidos
un rostro de asesino y el momento áspero
en que el hombre rompe todo
lo que se le pone a tiro y es capaz de romper
luego se fue de aquel cuerpo.

     Probó el rostro
en la silla eléctrica buscando una permanencia
de muerte eterna pero era demasiado plácido aquello.

     El gesto
volvió a hundirse, desconcertado por el momento,
en el cráneo.

Versión de Jesús Pardo
Antología poética Plaza & Janés, S.A., Editores 1971





El último poema de Ted Hughes a Sylvia Plath.

El 8 de febrero de 1963 Sylvia Plath escribió a su marido Ted Hughes, con el que ha comenzado trámites de separación, una carta. En un principio se pensó que era una nota de suicidio que había llegado antes de tiempo, pero lo que la carta contenía no tenía nada que ver con el suicidio. En 2010, póstumamente, apareció un poema de Hughes  titulado «Última carta», que rememora los días anteriores al suicidio de su esposa Sylvia Plath (1932-1963).



Se conocieron en una fiesta celebrada en la Universidad de Cambridge a mediados de la década de los cincuenta. Cuatro meses después contrajeron matrimonio. Tras varios años de relación atormentada, Ted Hughes abandonó a su mujer y a los dos hijos pequeños del matrimonio para irse a vivir con una mujer casada, la también poetisa Assia Wevill. Sola, en medio de un invierno durísimo, con escasos medios económicos, Sylvia Plath, que era proclive a la depresión, se levantaba a las cuatro de la madrugada para dar forma a sus poemas antes de que se despertaran sus hijos. Un día, la poetisa, que había intentado suicidarse en otras ocasiones, perdió la batalla con sus demonios. El 11 de febrero de 1963, tras dejar el desayuno preparado para sus hijos, Frieda y Nicholas, abrió la espita de gas e introdujo la cabeza en el horno.

Dio así comienzo un mito en el que nunca ha sido fácil discernir el papel desempeñado por Hughes. Como todavía estaban legalmente casados en el momento de la muerte de su esposa, Hughes se hizo cargo de sus manuscritos. Sucedieron dos cosas. Las composiciones que dejó Plath tras suicidarse eran muy superiores a cuanto había publicado en vida. El poemario titulado Ariel es uno de los mejores de la segunda mitad del siglo XX. Hughes lo editó con sumo cuidado, junto a otros títulos de Plath, pero hizo algo que se juzgó imperdonable: destruir una parte importante de los diarios de su esposa. Poco proclive a defenderse, Hughes se limitó a decir que su lectura hubiera infligido a sus hijos un daño irreparable.

Durante los años que siguieron, Hughes fue acumulando una obra personal de gran altura, a la vez que siguió editando de manera ejemplar los escritos de su esposa, pero nunca consiguió deshacerse del estigma que lo convirtió en el causante de su suicidio. Sus lecturas y conferencias se veían habitualmente interrumpidas por el grito de asesino. De la tumba de su mujer, en la que el nombre que aparecía inscrito era Sylvia Plath Hughes, manos desconocidas arrancaban sistemáticamente su apellido, que él siempre volvía a reponer. En 1981, Hughes publicó los Poemas reunidos de Sylvia Plath, cuidadosamente editados, como siempre, por él. El libro obtuvo el Premio Pulitzer con carácter póstumo. En 1998, enfermo de cáncer y sabiéndose cercano a la muerte, Hughes publicó Cartas de cumpleaños, un diario poético dirigido a su mujer en el que había trabajado de manera continuada desde el día en que se suicidó. Considerado su mejor libro, se vendieron medio millón de ejemplares, caso insólito para un libro de poesía, aunque no sirvió para borrar el estigma que pesaba sobre él. El hecho de que la mujer por la que había abandonado a Sylvia Plath se suicidara recurriendo a la asfixia por gas tras haber dado muerte a la hija que había tenido con Hughes contribuyó a ennegrecer aún más su imagen. Sin embargo, el poeta se volvió a casar.

Su viuda, Carol, recibió de manera positiva el hallazgo del poema. Con él se da una vuelta de tuerca al mito. Mientras investigaba en la Biblioteca Británica, lord Melvyn Bragg encontró entre los cuadernos de Hughes un poema titulado Última carta. De una dureza insoportable, el poema es un testimonio trágico de la obsesión de Hughes por tratar de fijar la noche del suicidio de Sylvia Plath. Murió sin conseguirlo, por eso no lo incluyó en Cartas de cumpleaños. La noticia del hallazgo causó conmoción en Inglaterra. Un actor profesional leyó el poema, que había sido publicado en el New Statesman, durante la emisión de noticias del Canal 4 de Televisión. Según su descubridor, es el mejor poema de Hughes, aunque es difícil suponer que este sea el cierre final de una tragedia que ha perseguido al poeta más allá de su muerte. En marzo de 2009 uno de los hijos que tuvo con Sylvia Plath, Nicholas, también se suicidó.



Última carta

¿Qué ocurrió aquella noche? Aquella última noche
En que todo fue expuesto dos veces,
Tres. Te vi viva por última vez
Al caer la tarde del viernes
Quemando en el cenicero con una extraña sonrisa
Esa última carta a mí. ¿Había yo estropeado tus planes?
¿O me había sorprendido antes de lo que tenías previsto?
Una hora más tarde y ya te habrías marchado
Donde yo no pudiese encontrarte.
Yo, con tu carta en la mano,
Un rayo que no podía llegar a la tierra,
Me habría alejado de tu puerta cerrada y roja
Que ya nadie abriría.
Eso para mí
Hubiera sido un tratamiento de choque
Que se repetiría una vez y otra, todo el fin de semana,
Cuando la leyera o simplemente al pensarla.
Eso hubiera ordenado mis pensamiento y mi vida.
El tratamiento que planeabas necesitaba tiempo.
No puedo imaginarme cómo
Hubiera podido soportar ese fin de semana.
No puedo imaginarlo. ¿Lo tenías ya todo planeado?

Tu nota me llegó demasiado pronto. Ese mismo día,
Viernes en la tarde y la habías mandado en la mañana.
La adelantaron los demonios que siempre prevalecen.
Esa fue una más de las pajas de la mala suerte
Que contra ti quiso poner el servicio postal
Y que se añadió a tu carga. Salí rápido por entre la nieve
Ya azulada en Febrero. Anochecía en Londres.
Lloré de alivio cuando abriste la puerta.
Mil y un acertijos a solucionar. Lágrimas precoces
Que no pude interpretar, que fracasaron al comunicar
Su verdadera importancia. Pero lo que dijiste,
Sobre las cenizas aún humeantes de esa carta
Destruida con tanto cuidado, con tanta calma,
Me dejó dejarte, marcharme
Para que quitaras las cenizas de tu plan, del cenicero
En el que apoyaste para que yo leyera
El número de teléfono del doctor.
Mi huida
Se había convertido en un hechizo,
Desesperanzado e insomne, con todos sus sueños gastados,
Y yo sólo quería volver a capturarlos, sólo quería
Caer en algún sitio fuera de ese vacío.
Dos días de no hacer nada. Dos días gratis.
Dos días sin calendario y robados
De un mundo sin nombre
Más allá de lo del día, de sentimientos y de nombres.

El amor de mi vida lo agarró. El desmayado amor de mi vida
Con sus dos agujas locas,
Esas que tejían su rosa, esas que atravesaban y anudaban
En el tapete su tatuaje sangriento
En algún sitio y adentro de mí,
Anudando ese embrollo blasonado,
Dos agujas locas, pespuntando sus pespuntes,
Eligiendo
De mis nervios sus colores,
Rehaciéndose adentro de mi piel, rehaciéndose
La una a la otra como una caricatura.

Su obsesionado entrar y salir. Dos mujeres
Cada una con una aguja.

Esa noche
Mi Susan de De la Robbia. Me moví
Con la circunspección
De una llama en la mecha. Toda mi furia
Era un esfuerzo abandonado de volar
El viejo globo sobre el que las sombras doblaban
Mi delator rastro de ceniza. Corrí
De un lado a otro, corrí mirando atrás, una película al revés.
¿Corrí hacia dónde? Fuimos a Rugby Street
Donde tú y yo comenzamos.
¿Por qué fuimos allí? ¿De todos los lugares donde pudimos ir,
Por qué fuimos allí? La perversidad
En el arte de nuestro destino
Ajustó sus refinamientos para ti, para mí,
Para Susan. Un solitario
Que jugaba a ser el minotauro de ese laberinto
Que incluía hasta a Helena en la planta baja.
Tú te habías fijado en ella: una chica para un cuento.
Nunca la conociste. Pocos la conocieron
Si no era a través de los oídos y la máscara hambrienta
De su perro alsaciano. Tú ni siquiera la habías visto.
Tú tan solo te encogías
Cuando el demente animal se impactaba contra la puerta
Mientras atravesábamos el pasillo
Y la oíamos ahogarse en un infinito odio alemán.

Aquel sábado en la noche abrió su puerta
Apenas unos centímetros.
Susan se encontró con sus ojos negros, con el triste
Sobrepeso y la cara amorosa que se veía
Al otro lado de la cadena. Se cerró la puerta.
La oímos consolar al carcelero en su celda,
En su guarida, esa en la que apenas unos días después,
Lo ahogaría en gas, se ahogaría ella misma.

Susan y yo pasamos esa noche
En la cama de nuestra primera noche. No lo había vuelto a ver
Desde que nos tumbamos en ella la noche de bodas.
No me la llevé a mi propia cama.
Se me ocurrió que con el fin de semana
Pudieras aparecer en una visita sorpresa.
¿Apareciste para tocar en mi ventana oscura?
Por eso me quedé con Susan escondiéndome de ti
En nuestro lecho conyugal, el mismo
Del que en tres años se la llevarían a morir
Al mismo hospital en el que,
En doce horas,
Yo te encontraría muerta.
El lunes en la mañana
La llevé al trabajo, a la City
Y después estacioné el auto al norte de Euston Road
Y volví a donde mi teléfono me esperaba.

Lo que pasó esa noche, en tus horas,
Nadie lo sabe, como si nunca hubiera ocurrido.
La acumulación de toda tu vida,
Como en un esfuerzo inconsciente, como en el nacimiento
Que pasa lento, que atraviesa la membrana de un segundo
Hasta el siguiente, ocurrió
Sólo como si no pudiese ocurrir,
Como si no estuviera ocurriendo. ¿Cuántas veces sonó
En mi habitación vacía el teléfono
Contigo en el tuyo oyendo el tono
Y a ambos lados una memoria que se desvanece
De un teléfono sonando
En una mente que ya estaba muerta.
Cuento las veces que fuiste hasta la cabina
Al final de Saint George.
Ahí estás siempre que miro, apenas
A la salida de Fitzroy Road, cruzando
Entre los montículos de azúcar sucio.
Con tu largo abrigo negro,
Con la coleta a tus espaldas,
Con tu andar que no se mueve ni despierta
Y nadie más anda,
Andando por las escaleras de Primrose Hill
Hacia la cabina de teléfono a la que nunca llegas.
Antes de medianoche. Después. Otra vez
Y otra y otra vez. Y, ya cerca del alba, otra.

¿En qué posición de las manecillas de mi reloj hiciste
Tu último intento,
Ya más allá de mí capacidad de escucharlo
Y agitaste la almohada
De esa cama vacía? ¿Una última vez
Que rozó apenas mis papeles y mis libros?
Cuando llegué el teléfono ya estaba dormido.
La almohada inocente. Dormía mi habitación
Henchida de la nevada luz matutina.
Encendí el fuego y saqué los papeles.
Y apenas había comenzado a escribir cuando el teléfono
Se despertó como alarmado,
Como recordando todo. Tomó vida de nuevo en mi mano.
Y después, como un arma elegida cuidadosamente
O como una inyección,
Depositó con frialdad sus cuatro palabras
En lo más profundo de mi oído: “Su esposa ha muerto”.

— Ted Hughes.

https://algundiaenalgunaparte.com/2015/10/29/el-ultimo-poema-de-ted-hughes-a-sylvia-plath/


*


Ted Hughes: cinco poemas
La traducción es de Sergio Eduardo Cruz (Estado de México, 1994).



Halcón anidando

Me siento en el cénit del bosque, mis ojos cerrados.
No hay acción mientras el falso quehacer del sueño
no existe entre la cabeza arqueada y las arqueadas patas;
al soñar ensayo perfectas muertes:
las que devoro.
La conveniencia de los altos árboles,
el flotar del aire y el rayo solar
son mis ventajas
y el rostro de la tierra yace para que lo inspeccione.
Mis patas están atadas a la corteza áspera del árbol.
Tardó toda la Creación
producir estas patas, cada pluma:
ahora sujeto a la Creación con mi garra
o vuelo hacia arriba, y lentamente todo macero.
Mato donde quiero porque todo esto es mío.
No hay filosofadas en mi cuerpo:
mis modales son el arrancamiento
de cabezas –
el vivero de la muerte.
Para el camino único mi vuelo es directo
entre los huesos de quienes viven.
Ningún argumento defiende mi realeza:
llevo al sol detrás de mí.
Nada ha cambiado desde que empecé.
Mi ojo no ha permitido cambio alguno.
Mantendré las cosas como están.


Hawk Roosting

I sit in the top of the wood, my eyes closed.
Inaction, no falsifying dream
Between my hooked head and hooked feet:
Or in sleep rehearse perfect kills and eat.
The convenience of the high trees!
The air’s buoyancy and the sun’s ray
Are of advantage to me;
And the earth’s face upward for my inspection.
My feet are locked upon the rough bark.
It took the whole of Creation
To produce my foot, my each feather:
Now I hold Creation in my foot
Or fly up, and revolve it all slowly –
I kill where I please because it is all mine.
There is no sophistry in my body:
My manners are tearing off heads –
The allotment of death.
For the one path of my flight is direct
Through the bones of the living.
No arguments assert my right:
The sun is behind me.
Nothing has changed since I began.
My eye has permitted no change.
I am going to keep things like this.


La teología de Cuervo

Cuervo se dio cuenta de que Dios lo amaba-
de otra manera, él hubiera caído muerto;
así que eso estaba probado.
Cuervo se tendió, maravillado, en su propio pulso

y se dio cuenta de que Dios dijo Cuervo-
el hecho de que existiera era Su revelación.

Pero, ¿Qué amaba a las piedras y dijo piedra?
Ellas, también, parecían existir.
¿Y qué dijo a ese extraño silencio
después de que un clamor de pezuñas se extinguiera?

¿Y Qué amaba al plomo
chorreando de esos cuervos atados, embalsamados?
¿Y Qué dijo al silencio del plomo?

Cuervo se dio cuenta de que había dos Dios-

Uno de ellos era más grande que el otro
amaba a sus enemigos
y poseía todas las armas.


Crow’s Theology

Crow realized God loved him-
Otherwise, he would have dropped dead.
So that was proved.
Crow reclined, marvelling, on his heart-beat.
And he realized that God spoke Crow-
Just existing was His revelation.
But What loved the stones and spoke stone?
They seemed to exist too.
And What spoke that strange silence
After his clamour of caws faded?
And what loved the shot-pellets
That dribbled from those strung-up mummifying crows?
What spoke the silence of lead?
Crow realized there were two Gods-
One of them much bigger than the other
Loving his enemies
And having all the weapons.


Luz

Ojos abiertos e inocentes, a quienes mostraron hojas.

Ojos riendo infantiles
corrían entre flores de hojas
y miraban al puente de luz
que se formaba en una, hacia arriba, y en otra hacia abajo.

Ojos inciertos
probaron cada apariencia
y la luz parecía sonreír.

Ojos corrieron al límite
de la última hoja
a la última vena de la última hoja de flor.

La luz sonreía
y sonreía y sonreía

Ojos
oscurecieron
de repente aterrados
y nada más pasó.



Light

Eased eyes open, showed leaves.

Eyes laughing and childish
Ran among flowers of leaves
And looked at light’s bridge
Which led from leaf, upward, and back down to leaf.

Eyes uncertain
Tested each semblance
Light seemed to smile.

Eyes ran to the limit
To the last leaf
To the last vein of the least flower-leaf.

Light smiled,
And smiled and smiled

Eyes
Darkened
Afraid suddenly
That this was all there was to it.




Marido y mujer yacen ocultos por tres días
Ella entrega los ojos de Él; los encontró
entre piedras fragmentadas y escarabajos

Él entrega la piel de Ella;
parece que nada más la arrancó del aire y se la echó encima
Ella plañe repleta de dolor y asombro

Ella encontró manos para Él, y las colocó frescas en sus muñecas
y ellas, encantadas por sí mismas, viajan sintiéndola

Él ha construido su columna, limpió cada vértebra con tacto
y las ha puesto en perfecto orden
rompecabezas sobrehumano, sí, pero ella lo inspira
Ella se acuesta retorciéndose hacia acá y hacia allá, usando la columna y riendo
incrédula.

Ahora ella trajo pies para Él, que los está conectando
para que su cuerpo entero se ilumine

y Él le ha armado nuevas caderas
con las encajaduras enteras y nuevos tornillos, todo perfectamente aceitado
Está puliendo cada parte, Él mismo no lo puede creer

se llevan el uno al otro al sol, saben que pueden fácilmente
probar las nuevas cosas a cada paso

y ahora Ella pule los trozos del cráneo
para que sus costuras no sean visibles

y ahora Él conecta una garganta, unos pechos, y el pozo del estómago
con un sólo cable

Ella le regala dientes, atando raíces al centro del cuerpo.

Él graba tiaras pequeñas en cada dedo

Ella cose el cuerpo aquí y allá con seda metálica

Él aceita los torniquetes delicados de su boca

Ella rellena con papiros cortados el verso de su cuello

Él hunde en su lugar al interior de los muslos

y así, gimiendo con alegría, con gritos de encanto
como dos dioses mal colocados
en el lodo, pero con infinito cuidado
se llevan, el uno al otro, a la perfección.




Bride and Groom Lie Hidden for Three Days
She gives him his eyes, she found them
Among some rubble, among some beetles

He gives her her skin
He just seemed to pull it down out of the air and lay it over her
She weeps with fearfulness and astonishment

She has found his hands for him, and fitted them freshly at the wrists
They are amazed at themselves, they go feeling all over her

He has assembled her spine, he cleaned each piece carefully
And sets them in perfect order
A superhuman puzzle but he is inspired
She leans back twisting this way and that, using it and laughing
Incredulous

Now she has brought his feet, she is connecting them
So that his whole body lights up

And he has fashioned her new hips
With all fittings complete and with newly wound coils, all shiningly oiled
He is polishing every part, he himself can hardly believe it

They keep taking each other to the sun, they find they can easily
To test each new thing at each new step

And now she smoothes over him the plates of his skull
So that the joints are invisible

And now he connects her throat, her breasts and the pit of her stomach
With a single wire

She gives him his teeth, tying the the roots to the centrepin of his body

He sets the little circlets on her fingertips

She stitches his body here and there with steely purple silk

He oils the delicate cogs of her mouth

She inlays with deep cut scrolls the nape of his neck

He sinks into place the inside of her thighs

So, gasping with joy, with cries of wonderment
Like two gods of mud
Sprawling in the dirt, but with infinite care
They bring each other to perfection.




Luna terrestre

Érase una vez una persona
que caminaba por ahí
y conoció a la luna llena hirviente
que giraba hacia él muy, muy lento
resquebrajando piedras y hogares por el camino.
Ella lo cegó con su brillo
Él tomó su daga
y apuñaló apuñaló apuñaló;
el ruido que salió de las heridas lunares
dio vuelta a la tierra.
La luna empequeñeció, como dirigible agujereado
se hundió, haciéndose cada vez más pequeña
hasta que no era nada
más que un pañuelo, destrozado
y húmedo como lágrimas.
La persona la levantó. Caminó hacia adelante
dentro de la noche sin luna
cargando su extraño trofeo.



Earth-Moon

Once upon a time there was a person
He was walking along
He met the full burning moon
Rolling slowly towards him
Crushing the stones and houses by the wayside.
She shut his eyes from the glare.
He drew his dagger
And stabbed and stabbed and stabbed.
The cry that quit the moon’s wounds
Circled the earth.
The moon shrank, like a punctured airship,
Shrank, shrank, smaller, smaller,
Till it was nothing
But a silk handkerchief, torn,
And wet as tears.
The person picked it up. He walked on
Into moonless night
Carrying his strange trophy.

N. del T.: Dedico estas versiones a Argel Corpus




*



TED HUGHES. DOS POEMAS CON PARTOS DE ANIMALES.



17 DE FEBRERO

Un cordero no podía nacer. Venía un viento helado 
de un horizonte matinal que parecía un trapo mojado. La madre 
yacía en la ladera embarrada. Se levantó al sentirse acosada
y aquel bulto oscuro se le meneó en el trasero, 
debajo del rabo. Después de mucho galopar, 
de maniobrar un poco, de que ondeara mucho aquel bulto 
que era la cabeza expectante del cordero,
la atrapé con una cuerda. La tumbé cabeza arriba 
y examiné al cordero. Una pelota hinchada y ensangrentada 
cubierta de fieltro negro. Tenía la boca torcida 
y aplastada. La lengua fuera y negra.
Su madre lo había estrangulado. Toqué por dentro,
la soga de carne materna, dentro del túnel de músculo 
resbaladizo. Busqué alguna pezuña con los dedos. 
Miré otra vez el hueco de la pelvis.
Pero no había pezuñas. Había sacado la cabeza muy pronto 
y las patas no habían podido salir. Tendría que haber 
palpado el camino, de puntillas, con las pezuñas 
bien colocadas debajo de la nariz, 
para aterrizar bien. Me puse de rodillas y forcejeé.
Ella gemía. No pude pasar la mano 
junto al cuello del cordero para meterla dentro
y agarrar una rodilla. Até la cabeza infantil 
y estiré hasta que ella gritó y trató de 
levantarse. Vi que todo era inútil. Recorrí dos millas 
en busca de una navaja y la inyección.
Corté la garganta del cordero, hice palanca con un cuchillo 
entre las vértebras, arranqué la cabeza y la dejé 
mirando a su madre. La traquea apoyada en el barro.
Toda la tierra era su cuerpo. Empujé 
el muñón del cuello otra vez adentro, y mientras tanto 
ella empujaba también. Ella empujaba chillando y yo tragando saliva.
Y la fuerza que ella hacía para parir y el impulso de mi pulgar 
contra aquella vértebra suelta se contrarrestaban, 
era un estúpido tira y afloja. Hasta que logré 
meter una mano y cogí una rodilla. Entonces fue como 
hacer fuerza hacia el techo con el dedo 
tirando de un lazo. Coordiné mi esfuerzo 
con el que ella hacía para parir. Tiré 
de aquel cadáver que no quería salir. Hasta que salió. 
Y detrás de sí, la bolsa de la vida, larga y amarilla 
como la yema de un huevo,
en medio de una gelatina de caldos, aceites y pringues.
Así nació el cuerpo y quedó junto a la cabeza cortada. 




FORCEJEO

Estábamos esperando que pariera 
y al final lo hizo, poco después del alba.
En privado, detrás de unas ramas podadas, en un humilde rincón.
Acercarse a ella era acercarse al peligro. 
Era su primer ternero y la enclenque vaquilla blanca y negra 
lo estaba pasando mal. Levantó la cabeza, 
nos buscó con una mirada furibunda
y se tendió de nuevo. Allí estaba el ternero,
de color leonado, con la cara blanca, enorme, atrapado 
por la cintura en el tejido elástico y purpúreo de su madre.
Dobló las largas patas fingiendo un galope que todavía no había aprendido.
Giró la cabeza hacia arriba y atrás, buscando la ubre 
que aún no había aparecido. Se había arañado la nariz 
con un montón de juncos mordidos y fuera de sitio.
Tenía el pelo seco como si llevara 
horas a medio nacer y seguramente era así.
Entonces tiramos de él de las patas delanteras 
y el cuello; él mugió sin acabar de nacer,
quejándose de todo. Luego lo doblamos hacia abajo, 
entre las patas de ella y metimos la mano 
por el túnel caliente, intentando ayudar
a que las caderas huesudas pasaran por la pelvis.
Luego lo doblamos más, casi parecía 
que se le iba a salir la columna.
Uno tiraba de las patas; otro abrazaba la cintura mojada, 
parecía que sacábamos a alguien de una ciénaga.
Uno de nosotros ayudó con las manos a que las caderas salieran 
del túnel materno y así se movieran un poco.
La madre sacudió la cabeza y levantó la pata trasera 
para que estiráramos, y algo se movió 
con una especie de chasquido.
Y los enormes flancos, llenos de rozaduras, se deslizaron fuera, 
tenían un color chillón y las larguísimas patas traseras 
salieron de la bolsa roja palpitante y fláccida, 
seguido de un borbotón de colores, un revoltijo 
de tejidos encharcados y pulpas.
Mugió sin fuerzas y yació como Cristo en una pietá
bajo la fría luz matinal que venía del este. Lo arrastramos 
junto al morro y la cabeza exhausta de su madre 
para que ella pudiera reconocerlo con lametones. 
Yacieron cara a cara como dos duelistas heridos de muerte.
Nosotros retrocedimos para que ganaran fuerza.
A la madre le dimos agua y heno. El ternero 
inició su convalecencia
después del penoso viaje. Yació el día entero 
vencido por el cansancio y la gravedad.
Le dimos  leche de su madre,
pero no tenía fuerza para tragar. 
Dio unos sorbos torpes y siguió tumbado, 
ocupado solamente en respirar. 
Lo llevamos adentro. Lo arropamos 
delante de un fogón y quisimos darle 
leche caliente y whisky sin que se le metiera en los pulmones. 
Pero su mirada seguía soportando el peso monstruoso de su cabeza
y el esfuerzo imposible de sus enormes patas. 
No lo consiguió. Cuando murió lo llamamos Forcejeo. 
Hijo de Paciencia.

Traducción de Javier Calvo








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LUCÍA PLAZA DÍAZ [19.179]

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LUCÍA PLAZA DÍAZ

Lucía Plaza Díaz (Albacete, 1977). Ingeniero Técnico Forestal por la Universidad de Castilla-La Mancha, e Ingeniero Superior de Montes por la Universidad de Córdoba. He asistido a distintos talleres y cursos literarios con Pablo García Casado (Córdoba) y Manuel Rivas (Universidad Menéndez Pelayo, Santander). Eventualmente colaboro con algunas publicaciones: La rosa profunda, Blub, Barcarola...; también he participado en las muestras literarias "Un paseo en verso" (Ed. Pasos en la azotea, México) y "Bar Sobia" (La Bella Varsovia, Córdoba). He colaborado en la muestra de creación joven "Incomunicación", dentro del "I Festival Europeo de la Creación Joven: EUTOPÍA 2006" (Córdoba). 

En el 2004 fui accésit de poesía del "Certamen Arte Joven Latina" (Madrid, 2004). En 2005, Tercer premio de poesía del "Certamen de Jóvenes Artistas de Castilla-La Mancha" (Castilla-La Mancha, 2005) y, en 2006, primer premio de poesía del "XXV Certamen Literario para jóvenes del Ayuntamiento de Albacete". Una selección de mis poemas ha aparecido en la Antología de jóvenes escritores de Castilla-La Mancha (Inmaduros 26). 

En 2007, gané el Primer premio del XII CERTAMEN DE POESIA "ANGEL URRUTIA ITURBE" (Navarra, 2007), y en 2008 el Primer Premio de Poesía del "Certamen de Jóvenes Artistas de Castilla-La Mancha 2008". En 2009 fui seleccionada para el ciclo de lecturas "La Voz + Joven" en "La Casa Encendida" (Obra Social Caja Madrid, Madrid), y en 2010, finalista del "Certamen de relato del Museo Arqueológico de Córdoba", ganadora del "VIII Premio literario Alcandora" (Ateneo de Albacete) y "Premio del XXVI Certamen de relato Barcarola del Ayuntamiento de Albacete".

OBRA:

- Piso piloto. Albacete; Ediciones Quevayanellos, 2009.
-"64º 04’ N", 2009
- Lonely Planet (Planeta solitario), con prólogo de Matías Miguel Clemente e ilustraciones de Chema Arake, Fractal Editora, 2015. 



KIRSTEN 

Y otra vez me despierto dentro de mi cuerpo/ 
Y otra vez el techo es otro distinto/ 
A 90º queda la ventana/ 
Y los metales que aún creen en Dios no dejan de gritar/ 
Cierro los ojos/ sueño con mi almohada/ 
Sueño con que es sábado o fiesta o domingo/ 
Sueño con verdes campos/ con el azul del mar/ 
Y despierto en otra cama a  200 imágenes por segundo/ 

A 270º debería aparecer tu cara/ 
Y no esta ausencia gris que se empeña en reemplazarte/ 
Parece que este reloj sólo recuerda las 7:00/ 
Cuando mi vida al cambio vale/ una taza de café/ 

No recuerdo el pasillo pero estoy en la cocina/ 
Con la cabeza gacha con los dedos hirviendo/  
Mirando hipnotizada el congelador/ 
Repitiendo en voz baja: intenta controlarte/ 
Aprieto los labios/ aprieto los puños/ 
Contraigo el vacío que respira en mi abdomen/ 
Me automatizo en el trabajo/ cuento calorías/ 
Salgo y entro de este coma/ pierdo el autobús/ 

He cumplido esta misión:/ 
Destrucción masiva de recuerdos/ 
Ahora busco la felicidad en el estribillo fácil de las canciones/ 
En la sombra de edificios construidos en technicolor/ 
En los souvenir de las exclusivas tiendas de museo/ 

He decidido conservar sólo los buenos momentos/ 
Los he guardado en burbujas temporales/  
En suaves cápsulas de goma coloreada/ 
Que escondo en el cosmos oblicuo del ombligo/ 

Las dejo ir/ y se elevan suavemente hacia el cielo/ 

Las miro viajar/ 
Hasta que se pierden en el infinito/


"64º 04’ N"


64º 04’ N*

Despiertas una mañana/ en la capital más septentrional del mundo/
Envuelto en una piel metálica/ en una clausura de luz/
Que habla de párpados sin persianas/ de ropa sin lavar/
De azufre caliente lamiendo las tuberías/
Cierras los ojos/
Despiertas/
En una amplia gama de grises/
Sin sonido/ a miles/
De kilómetros de casa/
Ante un mar humeante/ante un alfabeto nuevo/
Cierras los ojos/
Y descubres/
Que tu corazón es una isla de lava y hielo/
Boreal/ Perdida/
En medio de un océano que arde/


BRENNIVÍN**

Quiero que vuelvas a pronunciar mi nombre/
Como si escribieras Septiembre/o cualquier otra cosa/
Que pase somnolienta y sin prisa/
Cualquier cosa que deje/
 Horizontes limpios a su paso/
Y un racimo de nuevas sensaciones/
Palpitando en las puntas de los dedos/
Quiero que vuelvas/ regresar/
A esas tardes de líneas horizontales sobre mesas de cristal/
De cigarrillos mojados y helados besos/
Con aliento cítrico a 40 grados/
Esperarte desnuda/
Con el atardecer recortándome contra las paredes/
Con nubes blancas en los pulmones/ en las sombras del
techo/
 Y en el suave cielo de la boca/
Quiero que vuelvas a soñar/
Con ver amanecer a través del cristal de mi ventana/
Que sufras conmigo este síndrome invernal/
Que me cambies tu corazón/
Por un puñado de alfileres/
Que te quedes con lo que buscas/
Y no/ con lo que encuentres/


ISLENSKA***

Yo he estado soñando/
Con los ojos abiertos/ con un bolígrafo en la mano/
Registrando en el libro en blanco de mi cuerpo/
Las vueltas de campana que daba la vida/
 Las órbitas elípticas/ los desfases cíclicos/
Sus radioactivas consecuencias/
Sobre cada uno de mis días/
Yo he estado escribiendo/
Sobre el corazón de papel de una servilleta/
Con el cerebro en la mano y los labios sin pintar/
Con la memoria de los ojos aireándose en youtube/
Y dispersas partículas de mí/ llorando/
En varios aeropuertos internacionales/
He estado robando/
Las conversaciones ajenas/
Las palabras arrugadas/ junto a tazas de café/
Heridas por un idioma/ más antiguo que el mundo/
Traspasadas por un crudo/ acento ártico/
He estado mendigando un trozo de rutina/
Mi sitio/ en esta arista circular del mundo/
Y he encontrado que estoy perdida/
Que he establecido un vínculo maternal con el teléfono/
Que sobrevivo a base de yogur y bocadillos de sopa/
Que no he ahorrado suficiente corazón para desterrarte/
Que no tengo fuerzas para volver/ que me he ido/
Y sin embargo sigo aquí/
Crionizada/ para siempre/


EDDA****

Ahora sé/
Que el corazón humano ama/
A los dioses que se quedan/
- Los pequeños destellos dorados que acarician/
El temblor de las hojas al caer de la tarde -/
- Las luminosas sombras verde-violáceas/
Que insinúan algo más/
Tras el cielo petroquímico -/
El corazón humano ama/
A los que no tienen miedo/ a los que luchan/
A los que atesoran caos interno suficiente/
Como para estallar en una nueva estrella/ en una supernova/
Como para dar forma/ a mil y un cúmulos imposibles/
Ama/
La esperanza primigenia/ las voces antiguas/
Los misteriosos círculos de piedra apuntando al infinito/
Los cristales de resina/ la hierba irradiando verde/
El pulso de la savia en los capilares del liquen/
La runa protectora/ bajo el brazo izquierdo del guerrero/
El martillo del trueno/ el fragor de la batalla/
Toda aquella magia/
Que nos fue arrebatada/ 


ICELAND EXPRESS*****

He quemado el pasaporte/ los billetes de vuelta/
Los días rodeados con un círculo rojo en el calendario/
Las fotos donde sonríes bajo el blanco sol de España/
La guía Lonely Planet / y todos los mapas callejeros/
Ahora todo lo demás no existe/
Sólo esta isla/
Sus acantilados son/
El fin del mundo/


ICELAND POST******

A veces busco tu letra/ escrita en el dorso/
De un sobre ocre al fondo de mi buzón/
Y entonces la hallo/ mayúscula/
En la tipografía de los cuatro puntos cardinales/
A veces busco algún hilo/
De esa telaraña de plata en la que te fue
envolviendo la vida/
Y hallo mi corazón/
Enredado de amor/ en ella/
Junto al futuro del que hablaban las líneas de tus
manos/
 Y todos los pasos que no
dieron/
Las plantas de mis pies/
A veces te busco a ti/ para intentar encontrarme/
Para olvidar que soy/ un hueco reloj que canta/
Viejas horas antiguas/
Una sombra que no tiene nombre/
Y que lo busca escrito/
De tu puño y letra/ al dorso/
De un sobre ocre/
Al fondo de mi buzón/


64º 04’ N* Es la ubicación geográfica de la ciudad de Reikjiavík. Reikjiavík significa “bahía humeante”.
BRENNIVÍN** O también “Muerte negra”, es el nombre de una bebida alcohólica típica islandesa.
ISLENSKA*** Es el nombre del idioma islandés, el cual ha evolucionado muy poco, siendo prácticamente el mismo que hablaban los antiguos vikingos.
EDDA**** Colecciones de historias relacionadas con la mitología nórdica. Con este nombre se conocen dos recopilaciones literarias islandesas medievales que juntas forman el corpus más importante para conocer la mitología nórdica.
ICELAND EXPRESS***** Es una compañía aérea islandesa de bajo coste.
ICELAND POST****** Es la oficina de correos islandesa.




PISO PILOTO
Poesía, 46 páginas

“…A lo largo de este libro recorremos las habitaciones de una casa que es a la vez paraíso y prisión. Una visita incómoda, porque de alguna manera estos poemas son espejos de nuestra propia vida. Con la misma incomodidad en que visitamos, como intrusos, las casas ajenas, por motivos de trabajo. Y hallamos a sus habitantes en bata o zapatillas, un minuto antes o un minuto después de que la tormenta se desencadene. O la lluvia de besos…” Pablo García Casado.


SI LAS PAREDES HABLARAN

El atrezzo determina. Afila el significado de las palabras y las dirige hacia un estado de ánimo. Los objetos, su desorden, la manera en que la luz se filtra por las rendijas de las persianas. En cómo ilumina, a través del poema, las regiones oscuras, los perfiles desconocidos de las cosas.

No existe neutralidad en la escritura. Cada elección de elementos supone renunciar a todos los demás: todo es ideología. Los personajes necesitan ocupar un espacio, y quien escribe es responsable de situarlos en su justa medida para que puedan existir por sí mismos.

Mucho de esto ocurre en Piso Piloto. A lo largo de este libro recorremos las habitaciones de una casa que es a la vez paraíso y prisión. Una visita incómoda, porque de alguna manera estos poemas son espejos de nuestra propia vida. Con la misma incomodidad en que visitamos, como intrusos, las casas ajenas, por motivos de trabajo. Y hallamos a sus habitantes en bata y zapatillas, un minuto antes o un minuto después de que la tormenta se desencadene. O la lluvia de besos.

Tan presente está el espacio en estos versos que no sería exagerado decir que la casa es también el tercer personaje de la trama. Alguien que respira y significa cuando todos duermen: la única compañera en la desesperación. Este libro de Lucía da voz a esas paredes que amenazaban con hablar algún día.

Pablo García Casado



PRIMER PELDAÑO

Pones un pie en el primer peldaño
Y ya empiezas a notar en el estómago
Las diez mil mariposas asociadas
A esta caída libre hacia arriba

Demasiado pronto para hacer cualquier cosa
Que no sea
Leer poemas en el sofá de tu casa
Y demasiado tarde
Como para no saber
El precio de cada caricia

Con la intuición de un compromiso
De la ausencia
                                   De un seguro a todo riesgo
Viviendo con la sorpresa de encontrar tu nombre
Detrás de la etiqueta del agua mineral
Respirando sin más futuro
Que la carencia de pasado
Sin más pasado que este presente
Ni más presente que otro peldaño


V.P.O.

La vida podría haber experimentado
Otra clase de giros

Sin embargo
Elegimos este cruce de caminos
Para cogernos de la mano y pasear
—Con los ojos cerrados—
Por la cuerda floja

Con las pupilas a medias fuimos eligiendo
Los muebles del Ikea y el color pastel de las paredes
Una dirección
Y un número de cuenta
Con el que unir nuestros nombres
                                                          En santo patrimonio

La vida dibujaba ese final
Con el que sueñan todos los cuentos de hadas
Y que es solo el principio

De las historias reales


CAMA

He aquí nuestro error:
Buscar a Dios en unos ojos humanos

Emprender una cruzada que siempre se decide
Con un combate en la cama
Con nuestros cuerpos tumbados
                                                        Espalda contra espalda
En un suelo del que cada vez
Es más difícil levantarse

Adoptar rituales que nos ayuden
A prolongar el misterio
A mitigar
                     El dolor de las heridas
A disfrazar que el amor
Siempre acaba
                     En Harakiri


V

Con la luz apagada y de espaldas al espejo
Soy capaz de reconocer
Que me perteneces / Que te pertenezco
Menos que nunca

Que el amor desmedido se estrella
En mil añicos contra la piel
Y que nuestro destierro no es otro
Que permanecer abrazados

Con la barbilla rozándome los talones
Soy capaz de admitir
Que soy tan extranjera aquí
Como en cualquier otra tierra
Que nuestra vida continúa en un tiempo
                                                                       Extinguido
Y que son otras las personas
Que pusieron el pie

En el primer peldaño de la escalera


BAÑERA

Asumir mi culpa
                              Aceptar
Los cargos que se me han imputado

Cargar con el muerto que no he asesinado

Con el cadáver del amor
Que hay flotando en la bañera




 Lonely Planet. Albacete; Fractal Poesía, 2015.


GOD SAVE THE QUEEN
(51º 30,43′ N/ 0º 5,17′ W / LONDRES)

Soy la princesa de los bajos fondos

Pantalones pitillo ciñendo mis rodillas huesudas
Boca pequeña pómulos que escalabran
Ritmo
                Al caminar

Los mismos pasos que hacían girar cabezas en las callejas de Surrey
Hoy sitúan la delicada curva de mis tobillos
A la altura de los ojos de la Jet

Londres París Milán Nueva York

Noches politóxicas viajando
A través de blancas autopistas
Pasarelas de cristal adicciones químicas
Besos
                Con sabor a vodka

Septiembre 2005
Portada de la prensa sensacionalista: Clínica Betty Ford
Y mi caché se dispara
Contratos multimillonarios que no pueden comprar
Un lugar
                Donde poder llorar a solas
Donde nadie pueda ver
La pena hirviendo en mis ojos enrojecidos

Insuficiente dinero
                                     Para poder entender
El mensaje cifrado en las cicatrices desnudas
O de dónde proviene esta tendencia a caer
A dejarme deslizar
                                   Entre sábanas prestadas


NO LIFE VEST UNDER YOUR SEAT
(27º 06′ N/ 13º 25′ W/ LAAYOUNE)

Señores Pasajeros
–o más bien sombras–
Recuerden deslizarse en silencio bajo noches sin luna
Recuerden ocupar el mínimo espacio respirar lo justo
No proferir ningún sonido
Aun siendo de dolor miedo o amenaza

Recuerden también pagar con su vida
Este billete sin retorno hacia una herida abierta
Viajando a una velocidad
                                          De unos pocos nudos
A merced de los vientos y corrientes submarinas

Sin salidas de emergencia
                                                  Sin ventanillas
Burlando todo tipo de normas internacionales

Señores pasajeros
                                       No olviden
Que viajan con sus sueños como único equipaje
No haciéndose responsable la sociedad ni la empresa
Si éstos aparecen rotos o mojados
Flotando en alta mar
Bajo el amanecer violeta


HOSPITAL CENTRAL
(43º 28′ N/ 3º 48′ W/ SANTANDER)

Contemplo la vida a través de mis pies
–de un tiempo a esta parte– contemplo la vida
Por encima de mis dedos desalineados
Más allá de esta cama a voluntad reclinable
Y de las cánulas elásticas que aguijonean mi cuerpo

A partir de este postrado abismo la vida se extiende
Como un vapor luminoso de antiséptico y batas blancas
Como un rumor eléctrico de constantes vitales
En una autopista artificial de desdentados días

Mientras
                      En la cama de al lado
–como en un rancio motel–
Se sucede la gente en un caos de neuronas fundidas
Tristes sombras que no piensan quedarse
Que vienen y van
                                     Deshilachando sus vidas

A veces cuando despierto
Seguimos la conversación
                                               Otras
Las palabras amanecen cubiertas
Con una sábana blanca


MIND THE GAP
(51º 30,43′ N/ 0º 5,17′ W/ LONDRES)

Así que esto es Londres

Un cúmulos de luces ámbar sobre fondo negro
–que se va concretando–
En edificios de ladrillo rojo bautizados con espuma de cerveza
Y un río ahogado por el “Dolby surround”
Del tren de aterrizaje

Así que era esto
“Look right-Look left” en cada paso de cebra
Flashes para el Big Ben
Té con pastas a las cinco

Así que este es el escenario de tu nueva vida
De los besos que repartes en horario nocturno
Sobre cualquier par de labios capaz de recitar
Las canciones de Franz Ferdinand con acento perfecto

Puertas refugiadas en colores
Custodian las especies más exóticas de este zoo cosmopolita
Ventanas sin persianas reflejan hortensias
En los restaurantes “cool” de “Covent garden”

Espérame a las 12 en “Trafalgar Square”

Y a las 12:30
Regresa mi corazón derrotado
–comprimido de dolor–
En la planta superior
De un sarcófago móvil de dos pisos

Así que es aquí donde mueren mis sueños
Donde se vuelven de piedra y forman círculos
Que nadie sabe qué significan
Y se conoce como “Stonehedge”




.


RAY LORIGA [19.180]

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Ray Loriga

Jorge Loriga Torrenova conocido como Ray Loriga, (Madrid, 5 de marzo de 1967), escritor, guionista y director de cine español.

Representa el realismo sucio español con influencia de William Burroughs y Jack Kerouac.

Es hijo del ilustrador José Antonio Loriga y de la actriz de doblaje Mari Luz Torrenova. Tras trabajar en diversos oficios y publicar relatos en diferentes publicaciones como Underground o El canto de la tripulación, debutó en 1992 con su novela Lo peor de todo. Ésta tuvo gran éxito de público y crítica y fue publicada en toda Europa, como ejemplo de la literatura de la llamada Generación X, término que al autor le ha resultado siempre más que dudoso.

Su novela Héroes, inspirada en el rock y cuyo título procede de un disco de David Bowie, le acercó estéticamente a la Beat Generation, sobre todo a autores como Carver, Kerouac y Bukowski. Muy relacionado con el cine, debutó como director en 1997 con La pistola del hermano, adaptación de su novela Caídos del cielo y en la que además de su entonces pareja sentimental, la cantautora Christina Rosenvinge, aparecían Daniel González, Viggo Mortensen, Karra Elejalde y Nico Bidasolo. En 2006 ha rodado Teresa, el cuerpo de Cristo, que aborda la vida de Teresa de Jesús, interpretada por Paz Vega, junto a Leonor Watling, Geraldine Chaplin, José Luis Gómez y Eusebio Poncela.

En 1997, colaboró en el guion de la película de Pedro Almodóvar, Carne trémula. Asimismo escribió en 2004 el guion de la película El séptimo día de Carlos Saura y en 2005 escribió junto al director y Elio Quiroga el guion de Ausentes de Daniel Calparsoro.

En 2007, se editó la continuación de Días extraños, bajo el nombre de Días aún más extraños, un libro compuesto por varios artículos, una carta a Rodrigo Fresán y un par de relatos.

En 2008 publicó Ya sólo habla de amor (2008), y los relatos "Los oficiales y El destino de Cordelia" (El Aleph, 2009).

En 2011 publicó la novela juvenil El bebedor de lágrimas (2011), primera de una saga de Alfaguara. El autor declaró públicamente que la escribió "porque necesitaba dinero".1

Su última novela, también publicada en Alfaguara, es Za Za, emperador de Ibiza (2014).

Bibliografía

1992Lo peor de todoNovela
1993HéroesNovela
1994Días extrañosRelatos
1995Caídos del cieloNovela
1997Carne trémulaGuion cinematográfico
1997La pistola de mi hermanoGuion cinematográfico
1999Tokio ya no nos quiereNovela
2000TríferoNovela
2001Todos los aviones del mundoGuion cinematográfico
2004El séptimo díaGuion cinematográfico
2004El hombre que inventó ManhattanRelatos
2005AusentesGuion cinematográfico
2006Los indios no hacen ruidoCuento infantil
2007Teresa, el cuerpo de CristoGuion cinematográfico
2007Días aún más extrañosRelatos y artículos
2008Ya sólo habla de amorNovela
2008La mujer del anarquistaGuion cinematográfico
2009Los oficiales y El destino de CordeliaRelatos
2010Sombrero y MississippiNovela
2011El bebedor de lágrimasNovela
2014Za Za, emperador de IbizaNovela

Filmografía

AñoTítulo
1997La pistola de mi hermano
2007Teresa, el cuerpo de Cristo





“No necesito contarte que un cuchillo en la carne
no duele tanto como nada en la carne”.

Loriga




Ray Loriga. Días extraños. Madrid; Ediciones Detursa, 1994.



NO ME GUSTARÍA QUE ME VIERAN AHORA. Ni mis amigos, ni mi mujer, ni por supuesto mi editor. Porque ahora sencillamente no sé qué coño hacer. No sé por dónde ir. No sé cuánto he andado y no sé lo que me queda.
   No sé si se puede decir algo acerca de los sitios o las personas que no sea un juego al que ya hemos jugado todos.
   No sé si tratar de dejar de beber sirve para algo.
   No sé si beber era un asunto serio o sólo una de esas cosas que hago, como vestirme de estrella del rock and roll, por ejemplo.
   No sé por qué hasta hace nada estaba tan seguro de acertar, ni sé por qué ahora estoy absolutamente convencido de haberme estado equivocando.
   Sólo estoy seguro de una cosa.
   Dos días distintos te convierten en una persona diferente.

*

NO CREO QUE TENGA NADA QUE VER con el amor cuando vienen todas esas ideas a mi cabeza acerca de mi propia mujer. Y algunas, las mejores, traen pollas que no son la mía y todo se vuelve complicado y, por qué no decirlo, un poco sucio, bastante sucio en realidad, aunque es algo de lo que no quiero hablar aún, a lo mejor porque es un tema sobre el cual no tengo control o a lo mejor es por esa vieja idea de pudor que convierte a muchos escritores en escritores menores pero felizmente casados. En discretos contadores de historias ajenas que aún reciben regalos de sus madres por Navidad y que bajan la cabeza cada vez que Celine se baja sus propios calzoncillos.

*

POR SUPUESTO QUE QUISIERA SER MEJOR ESCRITOR. Lo intento todo el tiempo. ¡No te jode! Tiene que ver con algo que me dijo una chica, una chica fea, ya lo he contado en otro sitio, pero es igual, sigue aún por aquí, dando vueltas; ella, la fea, me dijo: “¿No puede usted escribir mejor?”
   Dios, te juro que lo estoy intentando.

*


VOY A INTENTARLO como si fuera el que ya no recuerda las veces que no ha podido. Lo que no tenía sentido puede tenerlo subido a una torre más alta, mirando desde un campanario mejor, cambiando la hora del reloj con las manos, escribiendo mi nombre en sus posos de café.
   Por las mañanas, si no has dormido, puedes salir de casa muy temprano y dar una vuelta por la calle con la extraña sensación de tener alguna posibilidad. Cuando amanece, si no has dormido, tienes la sensación de que aún están escribiendo las reglas. Puedes tener cierta influencia en el orden de las cosas.
   Luego vuelves a casa, duermes una hora y te levantas con la tranquilidad del que ya sabe qué pinta tiene el día.




HARTO

ESTOY HARTO DE LOS DESAFÍOS, de los retos, de las mujeres que se mueven como ciervos delante de un fusil, harto del esfuerzo, del empeño, de los castillos, los fosos y las trampas para ratones.
   Enséñame un camino fácil que me lleve donde he querido estar desde el principio.
   Sácame de encima todo el peso que podría hundirme en el río.


*


UNO NO TIENE PORQUÉ SENTIR NADA mirando las fotografías de sus viajes, las fotografías de los suyos o las fotografías de si mismo.
   No estás obligado a sentir nada cada vez que la memoria reconozca una imagen o un olor. No hay porqué emocionarse, no hay porqué llorar o alegrarse, no hay porqué cambiar de ánimo con las cartas guardadas ni con las comidas que se repiten, con el mismo sabor, durante años. Uno no tiene porqué acordarse de los niños al mirar a los hombres. No hay ninguna buena razón para que una playa nos recuerde a otra playa, y esto sirve igual para dos autobuses o dos trenes.
   Es mejor aceptar que algunas cosas sencillamente se pierden.


*



MIENTRAS VENÍAMOS EN EL TREN, más y más hacia el sur, el calor iba aumentando, como si el verano viajase en nuestro mismo vagón.
  Bebíamos a morro de una botella de whisky para no olvidar nuestros orígenes, Born to run, la Velvet y todo lo demás y no decíamos en voz alta nada de lo que pensábamos por miedo a parecer estúpidos.
  Cada media hora pasaba un tío empujando un carro lleno de bocadillos que podían andar solos. Miraba por la ventanilla los poblados de las casas de adobe y me sentía como si estuviera andando por encima de postales. Muy a mi pesar tenía toda esa lista de pensamientos extranjeros como: dios mío qué pobre es esta gente, y hay que ver qué bonitos son los niños y también: ese hijo de puta no deja de mirarme la cartera. Para disimular nos dábamos besos y bebíamos más whisky.
  Todos los libros de viajes deberían titularse DIARIO DE UNO QUE YA NO SABE POR DÓNDE SE ANDA.


De libros



Héroes

"Cualquier idiota puede herir a una mujer, pero sólo un hombre grande se la lleva para siempre."

"La gente le hablaba de aeropuertos y lavadoras, pero él sólo podía pensar en huracanes."

"Me gustaría querer abrazar a la misma mujer que me quiero follar."

"Puedo tatuarme un dragón en la espalda, pero el día del cumpleaños de cualquiera pensaré que de todas las cosas que nunca he tenido, ella es la que más echo de menos.."

"Olvídate del mapa pero no te olvides del tesoro."

"Las niñas bonitas siempre son las que están más tristes porque saben que hay más tíos dispuestos a hacerles daño."

"En mis sueños Dios me la chupa.."

"Se está volviendo todo tan aburrido que cualquier pequeño asunto doloroso con un chico de otro edificio parece bueno. Después se da cuenta de que todos los dedos dejan huella y entonces llora, y se pone a buscar a alguien que de verdad se lo mereza, y después de mirarse desnuda y después de recordar todos los nombres de hombres que conoce se pregunta: ¿Hay vida en Marte?"

"Salta del tejado y aplasta mis flores, estaré contigo cada vez que te acerques a lo que eres, seas lo que seas.."

"Me dijo: 'El ruido de todas las ciudades del mundo no pueden tapar el sonido de mis tacones', y yo no supe qué coño contestar a eso."

"Dicen que todo lo que sube baja, dicen que todo puede remplazarse y bueno, en general dicen todo tipo de tonterías.."

"Nos sentábamos en la cama mirando la televisión. Ella decía: Cariño, cuando todo lo mío se derrumbe algún pedazo acabará dándote a ti."


Canta las canciones que te llevan tan lejos que ya no puedes ver cómo crecen las uñas de tus propios pies. Quédate ahí y olvídate de todo lo demás. He hecho una lista de todos los agujeros en los que no quiero meter la cabeza.
No hay nadie que sea tan guapo como para no enamorarse, si no lo crees, pregúntale a Bowie. Quiero estar solo porque no confío en los que tengo alrededor, lo que no quiere decir que vaya a estar solo para siempre. Tengo algunos amigos muertos que siguen siendo mis amigos. Estoy empezando pero ya he perdido un poco de mi parte. Lo peor ya ha pasado.
Desde que dejé el colegio y a mi familia no he vuelto a comer el espeso puré del aburrimiento absoluto y la pena negra absoluta escondida debajo de la cama. No creas todo lo que te dicen, no creas nada de lo que te dicen. Si no te gusta esta fiesta no vuelvas por aquí. Yo podría transformarme en una estrella del rock and roll y desaparecer mientras te lo piensas.


****

Hay que decir, en honor a la verdad, que mis padres eran buenas personas. Mi padre murió, el pobre. Nos compraba cómics, le gustaban los cómics.
Un padre que compra cómics no puede ser un mal tío. Mi madre también era buena mujer. Nos abrazaba a todos los hermanos. Cuando éramos pequeños, claro. Eso está bien, hay que abrazar mucho a los hijos si no quieres que terminen atracando gasolineras. Mi padre conducía bien, muy tranquilo. Mi madre no conducía tan bien, era demasiado nerviosa.
Había una canción de la Velvet Underground que decía: “Mis padres van a ser la muerte de todos nosotros.“ Claro que también había una canción de la Velvet que decía: “Ninguna nariz es una buena noticia.“ Nico era una chica preciosa, pensé en casarme con ella dos o tres milveces, aunque no creo que ella pensase nunca nada parecido. Escribí una canción que decía: “Si Nico durmiese conmigo los viernes, yo no pasaría los sábados disparando al aire.“
****

Antes tenía amigos, me refiero a mucho antes, cuando era un niño.
Ahora no sabría decir si eran los mejores amigos del mundo pero estaban siempre alrededor. La primera gran pérdida de la vida adulta son los amigos. Puede que consigas un amigo con quien hablar, pero no vuelves a dar con uno que se deje abrazar. El periodo de tiempo que transcurre entre que pierdes los abrazos de tus amigos y encuentras los abrazos de las mujeres puede alargarse tanto que a veces parece eterno. Recuerdo a los amigos mientras imagino a las mujeres. Puedes tocar a mil mujeres sin llegar a agarrar ninguna, aunque siempre es mejor que no tocar nada de nada. Una mujer con sus tetas y su culo y su coño oscuro como uno de esos túneles del terror en los que te metías de niño, para sufrir antes de entrar y durante casi todo el trayecto y de los que salías con una estúpida sonrisa de satisfacción, como diciendo: Sabía desde el principio que podría con ello, una mujer, decía, es siempre una realidad de algún tipo. Una mujer, nunca es nada. Como un tren nunca es nada. En cualquier caso uno a veces persigue ángeles y otras veces, media hora después, se saca la polla y se la machaca. No voy a escribirle un poema al coño de la chica de las páginas centrales, pero lo cierto es que tampoco me la ha puesto nunca dura ningún poema. También trataba de acordarme de eso en el cuarto.
El cerdo hijo de puta que eres, el que persigue culos con la polla afuera, como un contador Geiger, el que mentirá a la mujer que ames, también vive dentro. Acostúmbrate a él, Santo gilipollas, porque es el único que vuelve siempre a visitarte y a ése se la traen floja los abrazos.
No aparece nunca en las canciones, no sabe bailar, confunde la luna con un queso, nunca miente y volverá siempre a visitarte, no tiene madre y se la traen floja los abrazos.

****

Me pregunto qué coño hacía Jim Morrison para que su bicicleta volase. He estudiado a fondo la vida de algunas de mis estrellas de rock favoritas esperando encontrar en sus armarios algún zapato de mi número, y aunque es cierto que en las noches buenas todos los pies son un 42, no lo es menos que en las noches malas todos los pies corren lejos de tu casa y te quedas solo con esa cara de imbécil que aterriza sobre tus ilusiones cada vez que los invitados se van todos juntos demasiado pronto de la fiesta. A lo mejor tenía razón Bowie y no es más que un sueño ocasional, entonces no tendría que preocuparme ni tendría que seguir esforzándome, sólo tendría que tumbarme en la cama y soportar el peso de todo lo demás.
Si pudiera vivir dentro de una canción para siempre todas mis desgracias serían hermosas. Y eso le daría a las desgracias otro sentido. Igual que las desgracias de Billie Holliday consiguen ahuyentar las mías, mis desgracias pasarían a ser el quitanieves de la puerta de otro.
¡Qué bonito! Llegado a este punto es cuando siempre me pregunto qué coño hacía Jim Morrison para que su bicicleta volase. Supongo que en el fondo los Kamikazes son los primeros en recibir aviones. Los que después de Lindberg y aquellos tres que se fueron a la luna seguimos dudando de que esas cosas realmente vuelen, estamos los últimos en la cola. Aunque para mí no es siempre así, me refiero a que pienso muchas veces que todos los incendios son hermosos.

****

¿Has oído la misma canción quince o veinte veces seguidas? por ejemplo. ¿Has oído a Nico cantar Femme fatale veinte veces seguidas?, o cualquier otra. Da lo mismo. ¿Has oído Space Odity cien veces? ¿Has perdido alguna vez el hilo, como si te quedases colgado de alguna pregunta en medio de un programa de televisión? Las cámaras encima de tu cara y el público del estudio mirando y cada uno en su casa esperando la respuesta, pero tú ya no estás allí, estás colgado en otro sitio. Atascado con alguna canción. Estás escuchando cada palabra de la canción y te parece que no hay mucho más después. Como si le estuvieras leyendo las intenciones al cartero. Antes de que pare la moto ya sabes que trae una carta para ti y antes de que la meta en el buzón ya sabes lo que dice la carta. Estás colgado de una canción y te crees que lo puedes adivinar todo a distancia. Por un segundo parece que lo sabes todo, te sientes jodidamente bien, es la misma canción una y otra vez, puedes sentir lo mismo diez o doce veces, tienes todas las sensaciones controladas como en uno de esos laboratorios en los que aíslan algún virus, tienes alguna sensación acorralada, a algo que puedes reconocer y que ya no se mueve. Y viene de una canción. Una canción repetida cien veces ilumina tanto como una de esas bengalas que utilizan en la guerra para disparar sobre los enemigos. Una sola canción como una sola bengala puede hacer que todos disparen al mismo tiempo en cien direcciones distintas.
¿Has oído Starting Over cien veces seguidas?
¿Sabes de qué coño estoy hablando?

****

Cuando por fin encontré a Bowie estaba sentado debajo de un ángel de bronce. Sabía que estaría debajo de un ángel desde el principio, pero Berlín está lleno de ángeles.
Llevaba los ojos pintados de azul y el pelo rojo. Sabía que había llegado hasta allí por él y por eso apenas me miraba. Empezó a llover, pero no nos movimos. Ni el ángel, ni Bowie, ni yo. Cuando ya era casi de noche me dijo: No tienes por qué preocuparte, aún eres demasiado joven para elegir.

****

A veces me imagino con una mujer y un niño corriendo por la casa. Un niño al que abrazar y dar besos, tan pequeño que todavía no esté lleno de nada. ¿Quién voy a ser entonces? ¿Qué cosas podré coger con las manos y cuáles no? ¿Mediré lo mismo? ¿Tendré una cara parecida a la que tengo ahora? ¿Qué pensará mi mujer de lo que era antes? ¿Mi mujer será la chica rubia o tendré que ocultarle a ella que no lo es? ¿Qué pinta tendré follando? Cuando pase todo ese tiempo, ¿dónde estará éste de ahora y dónde estará el de después y dónde estaré yo en medio de todo esto? ¿A qué me pereceré cuando sueñe? ¿Qué pasa con lo que has hecho? La responsabilidad sobre todas las cosas que hacías debería caducar, como las latas. ¿Cuánto voy a durar tal y como soy ahora? Me siento como un negocio que va cambiando de dueño.




La pistola de mi hermano

"Yo no me creo nada, sólo digo que los perros apaleados son los que muerden. - Sí, pero casi nunca a su dueño."



Tokio ya no nos quiere

"Dios no sabe que este lugar existe."

"El amor es realmente una tormenta de la imaginación."

"El amor es un millón de enfermedades distintas."

"El cuerpo sin vida me parece la manera perfecta de describirnos a todos nosotros."

"El miedo es como el frío. Una vez que se ha sentido nunca se va del todo."

"En cualquier caso, no esta de más revisar la dosis y la calidad de mis estimulantes, porque me estoy quedando sin respuestas para tantas preguntas siniestras."

"Es el recuerdo, no el olvido, el verdadero invento del demonio."

"Es mucho mejor si no sabes lo que has perdido.."

"Flores para los muertos y tranquilas sonrisas de opio para los vivos."

"La memoria es el perro más estúpido, le lanzas un palo y te trae cualquier cosa."

"La tristeza no tiene fin. La felicidad si." (realmente es de Antonio Carlos Jobim)

"La vida es un mall que solo cierra una vez y para siempre."

"Los días son a veces tan tristes que sencillamente no merecen la pena. No merece la pena correr, ni esperar, ni vigilar. Días tan tristes que no merecen ni un esfuerzo, ni el más pequeño movimiento. Los días así hay que dejarlos correr, como los trenes nocturnos."

"Nada de agujas, por favor, odio las agujas. Soy un adicto cobarde. Capaz de cualquier daño definitivo, pero temeroso de cualquier daño intermedio."

"No hay dos vidas iguales, ni dos dolores distintos."

"Que alguien conozca el futuro no quiere decir que sea capaz de cambiarlo.."

"Una sola raya (de coca) no sirve de casi nada. Te deja como un cristo sujeto de un solo clavo."

"Un dolor es una ocupación, puedes abandonarte a el sin ningún resentimiento. Es todo lo que tienes que hacer. Perseguir el dolor que viaja entre los nervios hasta el cerebro. Aislarlo ahí y vigilar después cualquier movimiento. Perseguir el efecto de los calmantes también, como la lluvia. Ver que se lleva a su paso y ver que queda."

"Y dicen las canciones que después de la lluvia viene el sol y luego la lluvia. Mentira. Después de la lluvia sigue la lluvia..."

"[La gente cambia] No, la gente empeora."

"...aparte de eso me siento bien, ligeramente preocupado ante la idea de volver a los estimulantes y la música infinita de las discotecas, a las quinceañeras desquiciadas y a los torpes pequeños fascistas borrachos."

"En noches así siempre se anda uno preguntado cuánto ha olvidado y cuánto de todo esto va a recordar en el futuro. Después los antidepresivos detienen todos esos malditos neurotransmisores y uno ya no se pregunta nada."

"Por alguna razón, cuando uno se sienta en el sillón de un despacho, al otro lado de la mesa o en el asiento del conductor de autobús, o cuando sencillamente se preuba uno la gorra de un policía o sujeta el cuchillo de un carnicero, se siente por un segundo como si fuera esa persona, como si pudiera ser ese otro durante toda una vida. Así es como me siento, sentado en la cama, pensado qué clase de vida es ésta. Cuando el viejo sale del baño, la cama, la habitación, todo vuelve alrededor, vuelve a ser suyo."

"Sólo después de olvidar eres completamente inocente y por eso mismo, definitivamente culpable."

"Cuando el cielo se oscureció y aunque no eran más que nubes, tuve la sensación de que todo se terminaba y la sensación de haber sentido lo mismo un millón de veces antes."

"Y llueve y se hace tarde y toda la tristeza del mundo no cambia nada."

"Cuando uno barre las hojas muertas del jardín, es el jardín lo que importa."

"Todo poco a poco se va a ir volviendo normal, o sea, peor."

"Dios no nos quiere ahí arriba."

"Qué tremendamente aburrida es la enfermedad y cuánto le ocupa a uno la cabeza al mismo tiempo."

"Cuando alguien te mira y mira también las cosas que tú miras, desaparece el terror de las cosa imaginadas."

"Quiero que mi mente vuelva. Que construya algo que no se derrumbe a cada instante."

"Dios es un enano con un cuchillo escondido en algún rincón de mi cabeza."

"En mi cabeza se enciende una bombilla por cada bombilla que se apaga."

"El médico dice que todo lo que está escondido está esperando, precisamente, ser encontrado."

"Por más que pueda recordar con absoluta facilidad muchas de las noches de los días y muchos de los días de las noches antiguas, no consigo guardar las noches de los días ni los días de las noches recientes."

"He olvidado el día de ayer, completamente, como olvidaré el de hoy y después el de mañana."

"No estoy dispuesto a cargar con los años que no recuerdo."

"A pesar de mi resistencia, progreso, lo cual es una traición de los sentidos. Igual que en el colegio, donde por mucho que te empeñes en evitarlo, el final, aprendes."

"Tu miedo comienza cuando despegan los aviones y el mío cuando los aviones aterrizan."

"Me imagino dejando que pasen las horas sentado en la misma cama. Mirando la televisión sin mover un dedo, sólo por curiosidad de saber qué hace el tiempo con uno cuando uno no hace nada con el tiempo."

"Ella es un ejército y yo soy un hombre desarmado."

"El ruido de mi miedo es como siempre demasiado grande y por eso no la escucho."

"¿No es, en medio del amor, el amor mismo lo que uno más teme?"

"Cuando uno está en Tokio, Tokio está por todas partes.."

"Todas las oraciones, las que uno conoce y las que no entiene, están hechas de la misma fe. No la fe en uno mismo, sino la fe en todo lo demás. La fe en el poder de lo ajeno."

"¿Qué demonios mantienen a España clavada en la fe del pasado? La falta de fe en el futuro seguramente."

"Me dan una pena tremenda las mujeres que tienen un solo marido, porque sólo tendrán un recuerdo."

"Las horas de niño son eternas. Las horas de hombre, en cambio, caen del cielo como la lluvia y no hay nada que pueda uno hacer para detenerlas. Las horas de viejo son aún más rápidas, te atraviesan a la velocidad de la luz. Se va un día en un pestañeo."




Trífero

"A la luz de la gloria todos los vicios son pequeños y, en cambio, a la sombra de la derrota las más corrientes debilidades se vuelven fallas imperdonables."

"Cada vez que alguien abandona un vicio el demonio gana un alma."

"El ruido es la consecuencia directa del esfuerzo de la gente por luchar contra la naturaleza de las cosas."

"La impertinencia no está del todo mal vista en según qué fiestas y es, en cualquier caso, un pecado perdonable. Seguramente porque la impertinencia, como el ping pong, es una actividad insignificante que jamás ha matado a nadie."

"La lealtad es un regalo envenenado que jamás he pedido y jamás he prometido devolver."

"La teoría del caos se desmoronaba ante la perfecta maquinaria de fatalidades que regía su vida, “nada es casual”, se decía. Por más que agite el puzzle, todas las piezas vuelven a encajar con demoledora exactitud en el mapa de mi fracaso."

"Lo que solemos elevar a la categoría de meditaciones no es más que el ruido de un motor encendido. Saúl había aprendido con el tiempo a no sublimar la torpe mecánica de su nada ilustre cabeza y, al contrario que muchos de nosotros, despreciaba sus propios pensamientos, y con frecuencia los ajenos, tanto como desprecia las lagrimas, las medias sonrisas y las gotas de lluvia."

"Los criados sólo respetan al amo. El temor una vez más marca la medida exacta del respeto. Muéstrales una simpatía excesiva, y enterrarán tus huesos en el patio. Mantén el cuchillo de la cortesía bien afilado y se doblarán como bisagras."

"Los muertos no debería escribir cartas, sobre todo teniendo en cuenta que no hay manera humana de responderlas."

"No hay obligación más inquebrantable que la de un hombre para con su martini."

"No se juzga a un hombre por sus actos, sino por su condición."

"Se perdonan los sombreros más extravagantes en las mujeres bellas, y en las feas resulta inaceptable un solo paso más allá de las más aburrida discreción."

"Se pierde la fe, pero nunca el peso de la culpa."

"Una negación necesita de un muro, una afirmación apenas precisa un momento de debilidad."

"Vivir es suficiente, había sido su lema en los días apresurados de su juventud, pero ahora, de pronto, por culpa de la edad, que otra cosa podría ser, sentía a menudo la necesidad de poner su pasado en orden."

"¿Acaso no debe uno llevar hasta el final las riendas de su propia existencia?"



Lo peor de todo

"No hay que pegar fuerte, sino donde más duele."

"En algunas películas se muere la gente y en otras no. A mí me gustan las que tiene muertos y gente odiándose a conciencia los unos a los otros."

"Las cosas en general van siendo peores según creces, por eso resulta especialmente cruel que te amarguen la vida de pequeño, cuando aún tienes posibilidades."

"Odio los detalles, me aburren. Podría decir que me duelen, pero lo cierto es que me aburren."

"Si vives en Puerto Rico tienes que andar con cuidado porque de pronto llega un ciclón y te barre del mapa. Como suena, te barre del mapa y nadie, ni tu mejor amigo, vuelve a saber nada de ti."

"Un tiburón puede comerte una pierna o puede comerte entero, eso depende del hambre que tenga."

"Cuando eres niño no quieres ser buena persona por nada del mundo, quieres tumbar a los pesados, ser expulsado de dos de cada tres clases y hacerte pajas hasta que te den calambres en las manos. Cuando eres niño quieres quemarte en el infierno y ver cómo todo el jodido colegio te admira por ello."

"Si te pones a pensar en los sitios donde has estado y la gente con la que has andado, y todas las tonterías que no debías de haber dicho, te mueres."

"Imagino que pensaron que era lo mejor para mí. Lo que a los demás les parece lo mejor para ti, al final no lo es. Ni lo mejor, ni lo segundo mejor siquiera."

"A T le gusta mucho el nombre y a mí me gusta mucho T, así que estamos todos contentos."

"Uno no puede pasarse la vida preocupándose por no contrariar a su madre."

"Se puede ser un cielo en la vida y un pedazo de mierda en el campo, también se puede ser gloria bendita en el campo y un pedazo de mierda en la vida, pero esto último es mucho más perdonable."

"De todas formas, creo que lo que uno se inventa es más real que lo que a uno le pasa. al fin y al cabo, lo que a uno le pasa no deja de ser un accidente."

"Como no pensaba querer mucho más a mi loro, se me ocurrió soltarlo para que fuese en busca de algo mejor, pero lo único que encontró fue el perro del vecino. Uno puede querer mucho a su loro pero luego va un perro y se lo come. Por otro lado, uno puede no querer nada a su loro, pero luego va un perro y se lo come. Así que da igual cuánto quiera uno a su loro, porque eso no va a servirle de gran ayuda si anda un perro cerca."

"Ser pequeño significa ser MÁS pequeño que la mayoría de las cosas y eso no te anima mucho. Ser pequeño es siempre ser menos y eso no hay dios que lo cambie."

"En casa de Pablo Mendoza no tenían dinero para comprarse un televisor, pero tenían tanto tesón que probablemente terminarían por conseguirlo. Tal y como yo lo ví no creo que llegasen a construir un televisor, pero una radio o una lavadora seguro que terminaba por salir."

"A veces las cosas son tan raras que hacen gracia, aunque se mate la gente."

"A veces la gente es feísima y aún así te manda y te grita como si nada."

"Las cosas que parecían más graves, eran precisamente las que menos importancia tenían."

"La gente buena no se conforma con lo buena que es y tiene que estar mirando lo malos que son los demás."

"La mayoría de las veces las cosas no salen como uno espera, salen mucho peor."

"Los niños no tiene nada de mágico la mayoría de las veces, son la misma mierda en dimensiones reducidas."

"Personalmente creo que uno no debe comer nada que no pueda pronunciar con facilidad."

"Cuando todo va bien cualquiera puede ser una persona hermosa llena de buenos sentimientos y esperanzas y deseos para el mejor de los futuros. Despues cuando a tu novia se la está atorando algún memo ya no resulta tan fácil."

"Cualquiera que piense que tiene algo que enseñar es por lo menos sospechoso."

"A veces la porquería se te amontona alrededor y se te quiere meter por las orejas."

"Lo que a los demás les parece mejor para ti, al final no lo es. Ni lo mejor, ni lo segundo mejor siquiera."




Ya sólo habla de amor

"Tu problema, querido, es que te imaginas que las mujeres son lo que te imaginas que son y no ves lo que son. - ¿Y qué son ? - Tractores, mi vida, tractores, mira los surcos que dejan. Mientras tú lloras ellas ya le están haciendo llorar a otro."

"Al borde de la locura hay muchas cosas, un mundo entero que se extiende hasta el infinito."

"Esperar a ser querido por una mujer que no te quiere es uno de los placeres más grandes que este mundo puede regalarnos."

"La ficción puede muy bien instalarse en el alma de un hombre hasta destruirla."

"Un hombre que celebra solo su cumpleaños se regala lo que quiere."






Ray Loriga. Incluido en Días extraños

Un texto de Ray Loriga sobre Bukowski

HACE ALGUNOS AÑOS, dos creo, alguien me ofreció la oportunidad de entrevistar a Charles Bukowski en su casa de Los Ángeles. No pude. Me asustó la idea de ponerme delante de un hombre a quien quería realmente sin que él tuviera ni la menor idea. Había algo ilegítimo en ello. Y sobre todo, me dio miedo que pudiera darse cuenta de todo lo que le había robado. Supongo que él sentía algo parecido cuando pasaba de puntillas por debajo de la pensión en la que había vivido John Fante. Todos los escritores reconocemos miles de influencias, pero siempre le tememos al verdadero padre. Ahora que ya casi no me queda nadie, muerto Bukowski y muerto Carver, tengo la obligación moral de abrir mi maleta y empezar a sacar de ella todos los trajes que no son míos. No para devolverlos, sino para enseñarlos con orgullo antes de robarlos para siempre.

La muerte es algo tan idiota que no merece mayor comentario. La ausencia es un sentimiento egoísta que presupone posesión y la sola idea de poseer a los tuyos es tan ridícula como necesaria. Morirse es la última tontería, la más grande, algo tan estúpido como que las cosas tengan que ser redondas para rodar. La muerte es innecesaria como todo lo inevitable. Ahora sé que la muerte de Bukowski no me hacía ninguna falta. Teniendo en cuenta que era uno de los escritores peor leídos de todos los tiempos no estaría de más hacerse una pregunta: ¿de qué coño escribía Bukowski?

La respuesta es sencilla y es siempre la misma cuando se trata de grandes escritores.

Bukowski sólo escribía acerca de lo que verdaderamente importa.

El amor o la falta de amor y el miedo a casi todo. El miedo a quedarte mirando las palmas de las manos cuando ya no queda nada.

El miedo a los destinos que conocerán los trenes cuando uno ya no esté dentro.






Héroes (fragmento). Ray Loriga

Cuando tenía catorce años todavía rezaba y le pedía a Dios una chica bonita. Jugábamos al fútbol todos los fines de semana y no siempre ganábamos. En realidad nunca ganábamos. Bebíamos cerveza y le pedíamos a Dios una chica bonita. Teníamos corbatas pero no las usábamos, sabíamos muchas oraciones pero no las rezábamos. Sólo nos acordábamos de Dios para pedirle una chica bonita. A los dieciocho entré a trabajar en una tienda. Nada más verle la cara al encargado perdí la fe. Era el chico de los recados y aunque era un trabajo mal pagado, Dios sabe que nunca me quejé y que todo lo que quería era una chica bonita. Un día pedí permiso para ir al funeral de mi abuelo y me lo negaron. Un día pedí permiso para ir a vomitar y me lo negaron. Trabajaba cuando estaba enfermo porque decían que había muchos esperando mi puesto. No era divertido pero yo no pedía nada. No pedía nada más que una chica bonita. No me gustan los concursos pero he llamado a uno que se llama “Llame y pida”. Sé que parece un juego de palabras pero no importa. He llamado y sólo he pedido un poco más de lo que pedía antes. Lo único que he conseguido es una batería de cocina mandada a la dirección equivocada. No acabo de entender por qué es todo tan difícil. Nunca he pedido nada. Nada que no sea una chica bonita.

Ray Loriga, Héroes



Ya sólo habla de amor, de Ray Loriga
Por Roberto Valencia 

Ray Loriga (Madrid, 1967) no es un escritor hiperrealista al estilo de Coetzee o de Houellebecq, que conciben la escritura como un quirófano donde a la realidad se la abre en canal sin recurrir a la anestesia. Loriga ha sido en todos estos años más un estilista que un cirujano. Más un trenzador de imágenes que un sociólogo con tino para las metáforas. Determinadas novelas suyas –Tokio ya no nos quiere, su mejor obra– funcionan como acertadas exploraciones de un tipo de frivolidad moderna porque están pobladas de esa estética urbana que conforma nuestra mitología contemporánea, a medio camino entre el pop y la angustia consumista. En sus ficciones, el imaginario neoyorkino, las drogas o el rock han predominado siempre sobre esa descripción al desnudo de la condición humana que todo gran escritor termina ensayando tarde o temprano. En este campo, Loriga se ha movido siempre como pez en el agua, muñendo artefactos solventes, hermosos, pertinentes, novedosos por estos lares y sumamente logrados en su musicalidad. Sin embargo, en algunas ocasiones a los que le profesamos estima literaria nos han quedado ganas de exigirle más. De demandarle que, de acuerdo, siguiera sirviéndose de este imaginario que a veces condiciona el tono de su escritura hasta extremos cuestionables, que lo siguiera rentabilizando, pero que, cercana ya su madurez, lo hiciera explosionar con un buen descenso a los infiernos de este planeta posmoderno.

De hecho, parecía que la cita de Pavese que abre Ya sólo habla de amor –“El sentimentalismo no se corrige volviéndose cínico sino volviéndose serio”– prometía algo en esta dirección. Daba la impresión de que Loriga se había propuesto un salto cualitativo con el que cuestionar sus escenarios cinematográficos –esos que a los lectores de este lado del Atlántico les suscita más ensoñación que dramatismo–, y nos iba a servir un auténtico desgarrón emocional. Algo con unos gramos de carne cruda y la dosis necesaria de gravedad. Pero no. Ya sólo habla de amor se deshace de parte de su mitomanía a cambio de olvidar ciertos principios no escritos del oficio de componer ficciones. ¿Qué es lo que ha hecho el escritor madrileño? Pues poner en funcionamiento a un personaje apocado y anodino, ni frívolo ni atormentado por una pasión que verdaderamente merezca la pena compartir. Ha creado un figurante cuyo regodeo en la autocompasión, por más páginas que emplee en hacernos creer digno de lástima, suscita indiferencia. Además, Loriga –y aquí radica su principal olvido– ha compuesto tal personaje de una manera torpe: empleando muchas páginas de prosa explícita diciéndonos qué sentimientos ahogan su yo más íntimo en vez de hacer lo que se suele en estos casos: inventar movimientos o contextos que los representen. Se trata probablemente de un error de concepción. Y salvo que nos hallemos ante una vía experimental aquí abierta, su principal consecuencia es que la novela hace aguas desde el principio.

Dos son las manifestaciones de esta torpeza: la ausencia de una acción solvente y un lenguaje que parece gastado y trivial. Despojado de su clásico deje norteamericano a lo Carver, parece que Ray Loriga no ha hallado algo valioso con que sustituirlo, dejándonos a cambio restos de tiempos pasados –esa recurrencia en emplear la lluvia como metáfora de la melancolía, por ejemplo– así como un tono plano, redundante, incapaz de aludir significaciones profundas. Por este cauce desfilan varios lugares comunes del lenguaje –las reiteradas alusiones a la guerra cuando se habla de amor–, se evidencia la desgana con que la prosa trata en ocasiones de corregir sus propias contradicciones y hasta aparece un ritmo de castellano clásico –¿renacentista?– que tan raro le sienta a la acción. Respecto a ésta, digamos que resulta insuficiente. Se centra en la parálisis del protagonista en mitad de una fiesta, donde una bella mujer le espera para bailar. Aislado del contexto literario, este argumento no parece bastar para sostener toda una novela de pérdidas y deudas, de replanteamientos vitales y de derrotas. Pero es que, además, a su desarrollo le falta fuerza para dibujar la angustia que debiera serle traspasada al lector.

Los escritores desaprenden. Ocurre porque la necesidad de reinventarse nunca configura un camino señalizado, o porque el talento, sencillamente, se agota. Aunque no parece que el depósito de Loriga se haya vaciado, se entiende mal que un autor con su oficio haya concebido una novela de tan escasa eficacia narrativa. Tal y como ha sido planificado, este texto responde a una estrategia poco acertada si lo que se buscaba era servir de revulsivo a una prosa, la suya, a la que acababa de llegarle la hora de la reinvención. Quizás no sea una buena idea preguntarse por qué ha desaprendido Ray Loriga. A pesar de los equívocos que su figura suscita, estamos ante un escritor de talento. Sutil, poseedor de buen oído para el lenguaje y con un universo valioso. Deseamos que este desliz conforme un paréntesis necesario en su crecimiento. Ahora que Alfaguara se ha lanzado a reeditar la casi totalidad de su obra –con ediciones de Tokio y Lo peor de todo–, quizás el accidente tenga menos importancia de lo que parece, y pronto reanude la tarea de seguir creando una obra coherente y a la altura de sus capacidades. ~





Diez canciones de amor y siete caminos distintos de vuelta a casa

Cuando tenía catorce años, todavía rezaba y le pedía a Dios una chica bonita. Jugábamos al fútbol todos los fines de semana y no siempre ganábamos. En realidad, nunca ganábamos. Bebíamos cerveza y le pedíamos a Dios una chica bonita. Teníamos corbatas pero no las usábamos, sabíamos muchas oraciones pero no las rezábamos. Sólo nos acordábamos de Dios para pedirle una chica bonita. A los dieciocho entré a trabajar en una tienda; nada más verle la cara al encargado, perdía la fe. Era el chico de los recados, y aunque rea un mal trabajo, mal pagado, Dios sabe que nunca me quejé y que todo lo que quería era una chica bonita. Un día pedí permiso para ir al funeral de mi abuelo y me lo negaron. Un día pedí permiso para ir a vomitar y me lo negaron. Trabajaba cuando estaba enfermo, porque decían que había muchos esperando mi puesto. No era divertido, pero yo no pedía nada. No pedía nada más que una chica bonita. Ahora que te has ido, paso el día viendo la televisión. No me gustan los concursos, pero he llamado a uno que se titula Llame y pida. Sé que parece un jodido juego de palabras, pero no importa. He llamado y sólo he pedido un poco más de lo que tenía antes. Lo único que he conseguido es una batería de cocina mandada a la dirección equivocada. No acabo de entender por qué es todo tan difícil. Nunca he pedido nada. Nada que no sea una chica bonita.

*


He visto a un tío disparar dentro de un supermercado con una recortada. No era una gran película, pero los disparos hacían buenos agujeros y las caídas eran buenas también. Había una chica. Una pelirroja que trabajaba de camarera. Casi todo el tiempo estaba el tío de la recortada disparando sobre todo lo que se movía y sobre lo que no se movía: botes de tomate frito y cajas de spaguettis. Pero a ratos aparecía la chica, y bueno, ella sabía que aquello no estaba bien, pero aún y así le quería. Él era un tipo duro, con la cara picada, y ella era una de esas camareras de película. Cuando no estaba disparando, el tío iba a recogerla al bar. La subía en su coche y la llevaba a la playa. Ella sabía que no era un santo, pero también sabía que él nunca iba a apuntarla con la recortada. Así que lo pasaba bien. Se tumbaban en la arena. Entraban y salían del agua. Se daban besos y follaban. Ella era todo lo feliz que puede ser una preciosa camarera. Cuando al tío le pillaron, ella estuvo siempre a su lado. Había disparado a niños y a mujeres. El jurado no podía ni mirarle a la cara. Dijeron que era un animal salvaje, pero ella siguió queriéndole. Sabía que lo de la recortada no iba con ella. Siguió queriéndole después de que le frieran en la silla. No era una gran película, ¿sabes?, pero era un gran amor.


*


Tal vez he confiado demasiado en la buena suerte, pero veía todos esos concursos de la televisión y parecía fácil ganar todo el dinero necesario. Soñaba con ganar suficiente para arreglar mi moto y para comprarte un anillo de diamantes. Viendo lo que hay, supongo que no he tenido mucha suerte. La gente piensa que soy un vago, pero tú sabes que no es cierto. Estoy trabajando duro en mi sistema. Es un sistema para acertar quinielas. Tengo todos los datos y sé qué jugadores están en forma y cuáles no. Sé cuántos goles de media está metiendo cada equipo por jornada, y hasta sé cuál es el portero que recibe más tiros en los palos. Lo tengo todo controlado, pero no estoy teniendo mucha suerte. Tú decías que si de verdad te quisiera, trabajaría para darte algo, una casa, o al menos un coche, o al menos dinero suficiente para pagar la luz y el agua. Decías también que un hombre de verdad no aguantaría que su mujer lo pagase todo. Puede que tuvieses razón todo el tiempo, pero también puede ser que no. A lo mejor yo soy un hombre de verdad, sin toda la suerte que se merece.

*



Hay un millón de mujeres en la televisión, pero ninguna es la mía. Antes, no sabía nada de esto. Pensaba, simplemente, que entre dos piernas siempre hay una fiesta parecida, pero ahora ya no pienso eso. Lo juro. Tenía algo que marchaba. Ahora, ni siquiera puedo ser tan estúpido como antes. Tenía algo que andaba en dos direcciones y todo el combustible necesario. No siempre era bueno, claro. Había días en los que hubiera querido hacerte daño y días en los que de verdad te lo hice. Pero tú también pegabas, así que las cosas no estaban muy desequilibradas.

Sólo quiero que sepas que ahora daría una mano por no haberte pegado. Pero ya sabes cómo son las cosas. Este mundo empuja por todos los lados, y a veces no queda mucho sitio. En cualquier caso, teníamos algo que andaba en dos direcciones, ya hora me paso el día viendo la televisión, y nada funciona, y hay un millón de mujeres, y muchas están muy buenas, pero ninguna es la mía. Un jodido millón de mujeres, pero ninguna es la mía.


*


Antes de conocerte, conducía dormido. Conducía borracho por la autopista y me despertaba con las chispas que saltaban al rozar la estribera contra la mediana. Nadie puede decir que no he cambiado. Sé que algunas veces lanzaba la moto contra los semáforos en rojo, pero sólo al principio, cuando pensaba que el amor era cuestión de vida o muerte. Sé que no te gustaba cuando me caía, pero también pasamos buenos ratos, y aunque es cierto que pagaste muchas averías y hasta algunos plazos, nadie dirá que esta no es mi moto. Sé que, hagas lo que hagas, no vas a olvidar los buenos ratos, corriendo por la carretera de la costa, saludando a los camioneros en la autopista. Las cosas no van demasiado bien ahora, y puede que el banco aparezca uno de estos días para llevarse la moto. Los bancos eligen con cuidado el momento para pegar, y siempre pegan bajo, y en el fondo sólo son un montón de hombres y mujeres metidos en un edificio pensando: «Es él o yo». Si vuelves deprisa, aún podremos dar algunos paseos antes de que empiece a llover o vengan los del banco. En cualquier caso, voy a intentar que no me cojan. Si lo hacen, acuérdate, nadie podrá negar que era mi moto.


*


La otra tarde pusieron un documental de animales. Ya sabes que no e gustan esas cosas, pero estaba solo y no andaba sobrado de energía. Así que me senté con unas cervezas y lo estuve viendo. Era bueno. Había una serpiente que se zampaba un ratón. Primero le pegaba un buen mordisco y el ratón luchaba por salvarse, pero no había nada que hacer. Siglos de evolución soplaban en su contra. Después, la serpiente abría su gran boca y se lo tragaba entero. No puede decirse que la serpiente fuera mala. Supongo que éste es un mundo cruel. Había otra serpiente que agitaba la cola para que las ranas la confundieran con una lombriz. Ya sabes que las ranas no son muy listas. La rana tenía medio cuerpo metido en la boca de la serpiente, y aún agitaba las patas. Puede que parezca duro, pero a las moscas no les daba ninguna pena. Tú siempre le has tenido mucho miedo a las serpientes, pero no puede decirse que sean malas, ¿sabes?, es sólo que éste es un mundo cruel. Salían también unos niños y jugaban con las serpientes, y las serpientes no les hacían nada. Las serpientes y los niños eran buenos amigos. Sé que tú odias las serpientes, y puedo decirte que a mí no me caían muy simpáticas, pero qué quieres, la otra tarde las serpientes estaban allí y tú no. No sería justo decir que eres mala, supongo que éste es un mundo cruel.




Me he comprado un mapa de carretera. Lo he estudiado cuidadosamente, y sé que hay al menos siete caminos distintos por los que podrías volver a casa. Si me llamas, puedo decirte cuáles son los más seguros. Ya sabes que la mitad de las carreteras están en obras, así que hay que andarse con cuidado. Cuando te fuiste, estabas sola, pero puedes contar conmigo para el viaje de vuelta. Ten cuidado con las ruedas, porque las llantas han perdido el dibujo y en esta época del año llueve mucho. No conduzcas de noche, porque la música de la radio puede dejarte dormida, y sobre todo vigila la temperatura del agua, porque tu coche se calienta demasiado. Ahora me arrepiento de haberte aconsejado un coche usado, pero nos iban tan mal las cosas que me parecía lo menos arriesgado. Me gustaría que tuvieras un coche nuevo y que viajases siempre por carreteras bien iluminadas y que no lloviese todos los jodidos días, porque hay al menos siete caminos distintos por los que podrías volver a casa, y me gustaría que pudieses encontrar alguno.


*


Puede que el amor verdadero se haya roto, pero podemos tratar de conseguirlo con los trozos que quedan. Mi padre me dijo: «Hijo mío, no te fíes de las mujeres». Pero mi padre no era uno de esos tipos con pinta de dar buenos consejos. Cuando éramos pequeños, subíamos todos en el coche. Mi padre, mi madre, mis dos hermanos y yo. Mi padre y mi madre iban delante y no paraban de discutir durante todo el viaje. Discutían de cualquier cosa. Mi padre decía que los caracoles eran carne, y mi madre decía que eran pescado. Discutían, aunque el mar se viese ya por las ventanillas del coche.

Puede que no lo haya hecho muy bien, pero tienes que comprender que todas esas discusiones me deben haber afectado de una manera u otra. Esta mañana han dicho en la televisión que saldrá el sol durante todo el fin de semana. Ya sabes cómo son estos días soleados de invierno, con el aire tan limpio y las carreteras casi vacías. Podría sacar la moto y podríamos bajar hasta la costa. Puedo recogerte donde quieras. Puede que no lo haya hecho muy bien hasta ahora, pero ya sabes que cuesta abajo ando más deprisa. Podríamos sacar la moto y bajar hasta el mar, o podríamos hacer cualquier otra cosa que tú quieras.


*


He pasado la tarde viendo una película sobre unos tíos que volvían al pasado dentro de algo muy parecido a una lavadora. Después ha salido un tío que se ponía un arado en la nariz. Algo increíble, sujetaba el arado en la punta de su nariz como si fuera un lápiz. Cuando veo a esos tíos haciendo esas cosas tan increíbles, no entiendo cómo no he conseguido que te quedaras en casa. Aunque, quién sabe, a lo mejor todo vuelve. A lo mejor las cosas corren en todas las direcciones antes de lograr mantener el equilibrio sobre la punta de la nariz. Ahora bebo demasiado y no rechazo una buena pelea a puñetazos. Hasta he vuelto a jugar al fútbol, aunque sin mucho éxito. No he podido encontrar mi antiguo regate, y cuando me ha tocado de portero he hecho el ridículo. Era un balón fácil a las manos, que venía de mi defensa, pero se me ha escurrido entre los dedos. Le ha hecho mucha gracia a todo el mundo. Lo cierto es que no me están saliendo muy bien las cosas, pero, quién sabe, a lo mejor todo vuelve. Echo de menos tus canciones, y la pandereta que te has dejado me parece a veces una luna. Me levanto por la tarde y bebo tantas cervezas que no me da tiempo ni a enfriarlas. No puedo creer que no vayas a volver nunca. Prefiero pensar que todo vuelve. Aunque sea como apostar más de lo que tengo a un caballo cojo.


*


Los chicos del viernes hablan de mujeres en voz alta, pero no tienes que creer todo lo que dicen. Todas las chicas tienen el corazón roto. Las carreteras están atascadas durante el fin de semana. Todo el mundo quiere estar lejos de donde ha nacido. Al menos el viernes por la noche. Los bares ya no dan dos por una, y en esta ciudad tienes que ganar mucho para poder beber en el centro. Los camareros han enterrado su sonrisa, porque es viernes por la noche y la gente coge todo lo que brilla. Con o sin permiso. Las niñas bonitas siempre son las que están más tristes, porque saben que hay más tíos dispuestos a hacerles daño. Las niñas feas se dejan ir y bailan toda la noche solas, o unas con otras, y no tienen suerte ni atrayendo las desgracias. Los tíos con coche juegan con los dardos trucados, y los que tienen dinero nos están viendo a todos las cartas. Las madres no duermen en toda la noche, porque saben que duele, pero también saben que no hay nada mejor y no acaban de decidir qué es lo más peligroso. No hay nadie que no dispare el viernes por la noche, ni hay quien esquive los disparos. Sé que las cosas no nos iban demasiado bien y sé que no era el hombre perfecto toda la semana, pero tendrás que reconocer que no había muchos como yo para un viernes por la noche. Sé que no puedo esperar que estés siempre sola, pero te pido que no te lo creas todo. No te fíes de los anillos de oro ni de las carrozas de plata. Recuerda lo bien que mentía yo los viernes por la noche.




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LUIS PASTOR [19.181]

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Luis Pastor

Luis Pastor Rodríguez (Berzocana, Cáceres, 9 de junio de 1952) es un cantautor  y poeta español.

Llegó a Madrid a principios de los sesenta, a la colonia Sandi (barrio de Vallecas).

Desde pequeño quería ser cantante. A los catorce años, dejó el colegio y entró a trabajar de botones en una compañía de seguros. A los dieciséis años compró su primera guitarra. A los diecisiete escuchó un disco de Paco Ibáñez y descubrió la poesía.

Comenzó cantando en la iglesia de su barrio, en centros juveniles, en casas particulares y en reuniones de amigos. Estos locales no tenían la infraestructura mínima, y sin embargo lograba llenarlos a causa de la temática de protesta que sus canciones transmitían al colectivo español desasistido de entonces y que elevaba desde cualquier lugar donde pudieran reunirse, con cualquier pretexto, unos centenares de personas.

En el verano de 1970 sale a Europa, recorriendo con su guitarra los centros de emigrantes en Alemania, Francia y Bélgica. A punto de cumplir los veinte años, en la primavera de 1972, abandona su empleo en la compañía de seguros y decide dedicarse profesionalmente a cantar, oficio en el que permanece hasta nuestros días.

Famosa es una frase que dijo en un momento determinado y que hizo pensar a muchos: "la música es el modo de hacer volar las palabras hacia los corazones, tanto los más lejanos como los más cercanos".

Carrera

La censura franquista hizo que sólo vieran la luz cuatro canciones de su primer disco.

El sello discográfico catalán Als 4 Vents le da una oportunidad pese a cantar únicamente en castellano, decidiéndose a editar sus primeras grabaciones. Es en 1972 cuando un sencillo que contiene "La huelga del ocio" y "Con dos años" le hace comenzar a ser apreciado en los círculos de protesta social y política.

En 1973 aparece un nuevo single que incluye una versión musical de "El niño yuntero" de Miguel Hernández junto al tema "Hace falta saber" .

La compañía Movieplay le rubrica un nuevo contrato discográfico en abril de 1975, meses antes del final de la dictadura franquista o franquismo. De esta unión nace su primer LP con el título de Fidelidad, reafirmando así su postura combativa y comprometida pese a haber firmado con una compañía grande.

Vallecas aparece en 1976, cuando aún corren tiempos difíciles. Carlos Arias Navarro es el Presidente del Gobierno de un país ingobernable que no se decide a abrirse a la democracia.

En 1977 aparece su tercer disco, Nacimos para ser libres, que resulta ser todo un éxito para un artista de estas características: tres LPs en tres años era el ritmo habitual de los solistas y grupos de música pop de la época, no el de un cantautor minoritario que no buscaban el éxito fácil. La situación política seguía crispada, siendo buena prueba de ello el escándalo que generó el propio Pastor desde el programa de televisión que dirigía Alfonso Ungría y que, dentro de la serie Yo canto, dedicaba el reportaje del día al barrio de Vallecas. Este suceso terminó con la dimisión del director de los programas musicales de TVE.

Después de estos tres primeros discos comenzó a colaborar con la Sala El Gayo Vallecano, componiendo música para algunos de sus montajes. Por aquel entonces, el mundo de los cantautores había entrado en crisis: votada y aceptada la Constitución y con un Parlamento en el que se podían expresar las diferentes opiniones, el papel de los cantautores como voz de los sin voz pierde una de sus razones de ser. Tras cuatro años de silencio, vuelve a los estudios de grabación para dar forma a su cuarto disco, titulado Amanecer.

El Ente Público de Radio y Televisión Española le contrata en 1983 para desempeñar el papel de ciego. Las coplillas que allí cantaba, siempre alusivas a la realidad cotidiana, sirvieron para que una nueva compañía de discos, la RCA, le ofreciera grabar su quinto álbum Coplas del ciego.

En 1985 edita con la compañía Fonomusic Nada es real, disco en el que empieza a notarse el cambio hacia los modos musicales de cantautor urbano que experimentaría a partir de entonces. La llegada de 1986 da lugar a la aparición de Por la luna de tu cuerpo.

En 1988 edita con una nueva compañía, Polygram, Aguas Abril. Es éste uno de sus álbumes más personales, ya que excepto en dos canciones en las que aparece como coautor con Pablo Guerrero y Cástor, el resto lleva sólo su firma.

En agosto de 1991 graba en directo un LP doble en el Teatro Romano de Mérida (Directo), que se editará el año siguiente con una nueva casa discográfica, Pasión. El concierto tuvo dos invitados de honor: la voz de Pablo Guerrero y la guitarra de Raimundo Amador.

Demostrando una gran capacidad de supervivencia graba su décimo álbum en 1994, ya directamente en formato compacto: La torre de Babel, que edita Fonomusic y que tiene su base en un recital en directo en un local de Cáceres llamado precisamente La Torre de Babel.

En 1995 crea su propio sello musical dentro de la discográfica independiente extremeña Jammin con el nombre de Flor de Jara, editando un nuevo CD triple, Flor de jara, que reúne el doble de Mérida y el directo acústico La torre de Babel.

En 1996 edita, adjunto con la revista El europeo, un discolibro con el título de Diario de a bordo. Ya en 1998 y de nuevo en doble formato, la misma publicación edita Por el mar de mi mano, llevando el número 11 de la colección de El europeo. Posteriormente, El europeo sacaría como número 25 de su colección en mayo de 2002 el discolibro Soy.

Piedra de sol es el primer volumen de una trilogía, iniciada en 2000, de nuevas versiones dedicadas a recuperar las canciones históricas de Luis Pastor.

Realiza una incursión en el mundo de los documentales bajo la dirección de Moncho Armendáriz en agosto de 2003, titulando a la producción Escenario móvil.

Recibe la Medalla de Extremadura en septiembre de 2003.

En marzo de 2004, Chico César le graba y produce Pásalo en marzo de 2004 en Brasil.

En marzo de 2006 publica una recopilación de dúos junto a compañeros suyos como Pedro Guerra, Javier Álvarez, Miguel Ríos, Leo Minas, João Afonso, Luis Barbería, Lourdes Guerra, Dulce Pontes, Bidinte, Martirio, Leo Minax y Chico César. El álbum lleva por título Dúos e incluye una canción inédita cantada a dúo con Bebe que tiene el nombre de Aguas abril.

En noviembre de 2006 se edita el discolibro En esta esquina del tiempo / Nesta esquina do tempo, donde canta a José Saramago y que se presenta en doble versión: español y portugués. Está acompañado de artistas como Pasión Vega, João Afonso y Lourdes Guerra.


Libro de Poesía

De un tiempo de cerezas. Madrid; Bartleby editores, 2016.

Discografía

Estudio

Sencillos

La huelga del ocio / Con dos años (Als 4 Vents, 1972)
El niño yuntero / Hace falta saber (Als 4 Vents, 1973)

Larga duración

Fidelidad (Movieplay, 1975)
Vallecas (Movieplay, 1976)
Nacimos para ser libres (Movieplay, 1977)
Amanecer (Movieplay, 1981)
Coplas del ciego (RCA, 1983)
Nada es real (Fonomusic, 1985)
Por la luna de tu cuerpo (Hispavox, 1986)
Aguas abril (PolyGram, 1988)
Diario de a bordo (El Europeo, 1996)
Por el mar de mi mano (El Europeo, 1998)
Piedra de sol (El Europeo, 2000)
Soy (El Europeo, 2002)
Pásalo (52PM16, 2004)
En esta esquina del tiempo (Ariola, 2006)
¿Qué fue de los cantautores? (Sony, 2012)

Directo

Directo (Pasión, 1991)
La torre de Babel (Fonomusic, 1994)

Recopilatorio

Flor de jara (Flor de Jara, 1995)
Dúos (Ariola, 2006)


Estas letras geniales, son canciones de Luis Pastor      
             
                             
Yo vengo de un tiempo de cerezas 
  
Yo vengo de un tiempo de cerezas
De la espiga del viento y de la hoz
Mapa que retiene la memoria
Como una fotografía en blanco y negro
Yo vengo de un tiempo que me nombra
Con espada de madera y crucifijo
En la escuela se cantaba el cara al sol
Y en la calle a Molina y Joselito.
Era el tiempo de ser niño.
Por la dulce voz, por el agudo grito
La calle una plaza abierta.
La plaza un planeta unido.
Con calles a muchas puertas.
Casas de abuelos y de primos
Era el tiempo del caballo y de la yegua
De los cerdos, las gallinas y los nidos
Y el huerto con todos sus manjares, olores y sabores
Que mi padre labraba, artesano del surco.
Escultor del manzano y de la higuera.
Sabio en su oficio, dueño de la hazada y la guadaña
Gigante humano domando la tierra
Era el tiempo de la era y de la trilla.
Campanas y cigüeñas. Paraíso del pobre.
Pan y espigas
Era el tiempo del trino y el jilguero
Cantaor de coplas, ruiseñor de sueños
Era el tiempo de la radio y de los rezos
De las tristes procesiones para muertos
De los muertos tan cercanos a la era
De los lobos y bandidos por la sierra
Era el tiempo de los juegos en pandilla
De la comba, de la piedra,
Del pinchete, de la pídola
Y el verano, como un año al sol entero
Con siestas en la manta por el suelo
Era el tiempo de la madre y sus caricias
De su dulce voz, de sus ojos dulces,
De su tierna risa
Del abuelo y su secreto de tristeza
Que ahogaba cada noche con vino de taberna
Era el tiempo de la pana y los remiendos
Del café de estraperlo,
De la sopa de tomate y de patata
Del pecado que mata. 
Del miedo, del castigo y del perdón
Era el tiempo de temer a dios

                                                                     
Soy 

Soy un rayo
nacido del grito,
feliz meteorito,
de alguna explosión.
Soy la unión
de dos cuerpos celestes,
mi madre y mi padre
en el ojo de Dios

Vine al mundo 
con la sementera,
el trigo en la era, 
el fruto en la flor. 
Arrancado del 
surco del huerto,
tomate, pimiento, 
patata y melón

Soy un viejo 
pupitre de escuela,
pizarra, tintero, 
cartera y catón

Yo también 
comí queso amarillo,
bebí leche en polvo 
y canté el Cara al sol
Soy el cuerpo
sagrado de Cristo,
rosario, novena, 
pecado y perdón
Soy un pobre
corral de gallinas,
castaño y encina, 
oveja y pastor

Soy lo que fuimos ayer,
soy lo que está por venir,
soy un deseo de ternura,
un canto de cuna,
soy parte de ti

Un marinero sin mar,
un extremeño en Madrid,
un árbol de Berzocana,
la flor de jara
de tu jardín
Soy un leve 
murmullo del viento,
caricia del tiempo, 
diciéndome adiós
Soy recuerdo 
de un largo viaje,
familia emigrante 
a una vida mejor

Soy memoria 
de un tiempo de barrio,
ciudad de extrarradio 
de lata y cartón
Soy un verso 
lanzado al futuro,
proyecto seguro, 
guitarra y canción






De un tiempo de cerezas. Madrid; Bartleby editores, 2016.

De un tiempo de cerezas es la primera obra íntegramente poética de Luis Pastor: voz de sonidos humanos, acentos extremeños y madrileños, colores portugueses y caboverdianos, aguas atlánticas y mediterráneas, y ahora, más que nunca, cantar de pájaro poeta. Hay en la poesía de Luis Pastor, exactamente igual que en su música, un compromiso por partida triple: la responsabilidad con la dignidad del ser humano, el deber con la memoria histórica y la búsqueda de la felicidad a través de la libertad. Una delicia.



DE ISLA A ISLA

De isla a isla:
corazón que tiembla,
faro que brilla.



ODA A MOSCÚ

Cantamos en Moscú,
prehistórico gigante de nieve.
Visitamos las ruinas de un imperio
que se hundió en su grandeza.
Entre vodka y cerveza, la calle
es un ir y venir, entre la nieve, de gentes,
coches y carteles, carteles, carteles.

Edificios con patios interiores
que conducen a otros patios, callejones
donde la revolución construyó estatuas,
monumentos, torreones,
catedrales, estaciones,
avenidas, edificios, devociones,
santos de una nueva religión de líderes tiranos
que en nombre del pueblo levantaron estados
de miedo y hormigón, de huesos congelados.

Voluntad de trabajo voluntario,
colectivo, solidario.
El sueño de una noche de verano
donde el verso y la traición
construyen su discurso encadenado
y el bien y el mal
tienen la misma cara para quienes la sufren.

Catedrales en los túneles del metro,
iglesias a las puertas del Kremlin,
donde Lenin descansa de un atracón en McDonald’s.
¡Abajo la igualdad!
¡Viva el capitalismo y las nuevas mafias!
Y la ex K.G.B.
y el mismo estado policial.

Libertad de poder
pasearse con dinero y comprar,
pagar, sobornar, caerse,
levantarse y volver a empezar.
Y morirse de frío y soledad.

Stalin se ha hecho un lifting, se ha quitado el bigote,
ha comprado un traje de Armani
y ha cambiado su bandera por pancartas
del nuevo dios globalizado.

De la dictadura del partido
a la dictadura del capital.



DIALÉCTICA DE LA VERBORREA

El verbo con diarrea,
el arte del engaño,
la argucia, la mentira,
la estrategia.

La vieja moraleja
del bueno y el malo.



OTRO AÑO

Como cada mes de enero
prendo fuego al descontento,
renuevo las energías
y las ganas de vivir,
hago planes de futuro,
desempolvo la tristeza,
los poemas, las canciones
que febrero cantará.
En marzo, las melodías
anidarán primaveras
y abril brotará en mis labios.
Grândola Vila Morena.
Mayo vestido de rosas
florecerá en el deseo,
capullo de mariposa
que en junio rompe a volar.
En julio seré cangrejo,
lagarto al sol de mi roca,
flor de cardo deseando
que agosto llegue a su fin.
Y otra vez vuelta a empezar,
septiembre de las promesas,
de las buenas intenciones
que octubre no cumplirá.
Noviembre, ya es navidad
por las luces de los árboles,
Diciembre se quemará
con otro año que arde.



ASTILLITAS DEL QUERER

                           Homenaje a Camarón de la Isla

Astillitas del querer,
Camarón comiendo fresas,
malhaya muerte cruel,
corazón de mi tristeza.

Caño roto de la fuente,
manantial de los misterios,
donde se van a vivir
los que cantan a degüello.

Caño roto de la fuente
de tu voz y de tu arte,
donde vamos a beber
los que adoramos tu cante.

Astillitas del querer,
Camarón por bulerías
hace brotar la pasión
y florecer la alegría.



DIOS DISFRAZADO DE MENDIGO
                   
                         Homenaje a Pablo Guerrero

El alma que funde su dolor en poema
es un dios disfrazado de mendigo
en los parques de muchos corazones.
Altar de la palabra, alquimia de los sueños,
el milagro del verso hecho canción,
el hombre que vendió el desierto,
ese eres tú, Pablo Guerrero.
Soledad que renace
en el mismo universo de galaxias
donde el ser fue latido.

Tú inventaste el sonido de la lluvia
en cántaros de esperanza,
emigrante de todos los inviernos,
amaste el fuego como días de nubes.
Tu mirada desnuda el traje de las flores,
en el surco del verso germina tu poesía
en espiga de sangre.
Ese eres tú, Pablo Guerrero,
universo que endulza la mirada
y enternece el corazón del que te mira,
piedra de silencio donde florece el canto.



MADRID AMANECE

                                 Homenaje a Hilario Camacho

Madrid amanece sin saber que te has ido,
ave de ciudad, gorrión herido.

Se fueron los cuatro luceros
con la niña de los ojos negros.

Tristeza de amor, destino cruel,
en otra canción habrás de nacer.



ROSAL DE LA ALHAMBRA

                                Homenaje a Enrique Morente

Enrique Morente:
la pena en el alma,
la sangre en el grito,
la voz diferente.

Enrique Morente:
rosal de la Alhambra,
tesoro encendido
que alumbra Granada.

Te cantan bajito
por el Sacromonte,
y por la Latina
repiten tu nombre.

Enrique, maestro,
amigo Morente,
tu cante ya es grande
ahora y por siempre.



SE AGITA EL MAR

Se agita el mar, también las olas,
ha volcado la barca del amor.
Llegué a tu isla, soy primavera,
soy la esperanza y la pasión.

Se agita el mar de tempestades,
ha varado la barca del amor.
Donde se pierden dos soledades
nace otra vida y otra canción.




MAR DE PLATA

Que hablen las arrugas de mi frente,
los surcos de mi cara,
los montes de mis ojos,
las calles de mis mapas,
los besos de mi boca,
el sol de mis espaldas,
la luz de mi sonrisa,
el río de mis lágrimas.

Que hablen las canciones que no hice,
las noches sin guitarra,
la aurora en mis pupilas,
la arena en mi garganta,
ceniza en los cabellos,
mar de plata.




ÁRBOL CAÍDO

Soy un árbol caído
a la orilla de tu río.

Un hongo
conquistó mi estatura,
secó mi alma
y abrazó mi ternura.

Mis ramas cobijaron
muchos cantos.

Fui brisa, sombra, viento
y tempestad.
Fui mar
en los otoños de tu edad.


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PEDRO MATEO [19.182]

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PEDRO MATEO

Pedro López Mateo
Fecha y Lugar de nacimiento: 14/05/76 Albacete
Programador cultural / Realizador audiovisual / Redactor / Radio y TV

Radio, TV, cortos, publi, monólogos y, ahora, un libro publicado con Fractal poesía. Esto es lo próximo que nos propone el también programador de Abycine Pedro Mateo. Funeral Tropical es el título, una compilación de textos en forma de prosa poética o, como él prefiere llamarlo, Prosa Descuartizada, en el que locura, psicodelia y razonables dosis de humor y violencia inundan, cual tsunami, cada una de sus páginas.

Ha publicado el poemario Funeral tropical. Albacete; Fractal poesía, 2015.


“Funeral Tropical” es mi primer libro, mi primer salto sin red, atrás quedan años de trabajo y experimentación materializados en esta pequeña colección de textos. Una propuesta a caballo entre la prosa y la poesía que he bautizado con el término “Prosa Descuartizada”. Textos plagados de imágenes pop, espacios paradisíacos, atmósferas perturbadoras y sucesos extraños. Humor, provocación, psicodelia y violencia inundan cual tsunami cada uno de los textos de este tour de force playero-funerario. Paraísos idílicos en los que la amenaza de algo inquietante y perturbador se apodera de todo. Esta es la esencia del concepto, el juego existencial, la contraposición, la paradoja, muerte VS vida, funeral VS tropical. El libro ha sido editado en colaboración con el colectivo Fractal, y dentro, a modo de segunda portada, un regalo del cómico y dibujante Miguel Noguera, quien ha realizado una ilustración ex profeso para el libro en la que consigue sintetizar con una sola imagen toda la potencia, poética y sentido de lo que hay dentro. 




Funeral tropical. Albacete; Fractal poesía, 2015.



VACACIONES

Hordas de despedidas de solteros
zarandean muñecas hinchables en la orilla de la playa,
hordas de despedidas de solteras
sacuden los penes de sus cabezas en la orilla de la playa.

Bolas, raquetas, gente divirtiéndose,
niños persiguiéndose en la orilla de la playa,
besos, masajes, parejas magreándose,
niños sepultándose en la orilla de la playa.

El sol, el mar, las olas rompiendo,
los gritos, las risas, las huellas jugando en la orilla de la playa,
los padres, las madres, los hijos, los jóvenes, los viejos,
comen, beben, fuman en la orilla de la playa.

La Policía, el Samur, los socorristas,
silencios, murmullos, tumultos en la orilla de la playa,
gente corriendo, una camilla escoltada,
un cuerpo en el interior de una bolsa en la orilla de la playa.




BENIDORM

I love New York, I love NY, qué más da.
Infinitas camisetas cubren los infinitos torsos
de quienes al menos una vez estuvieron allí,
pero la palabra love no existe, existe el símbolo, el corazón, el bombeo,
la palpitación congelada en esa camiseta plagada de flashbacks y lavadoras que borran su memoria al igual que la tuya.

Rascacielos, olas, el asfalto casi interminable que las rodea,
coches sin rumbo y gente sin rumbo abarrotan las olas y los rascacielos.
La compra-venta de todo es el laboratorio sónico diurno y los bombos y cajas el paisaje estroboscópico nocturno.
El sudor amamanta a los fieles en la más imparable de las sectas dionisíacas mientras el dinero fluye como la sangre y la sangre como los fuegos artificiales.
Vieja y nueva escuela frente a frente fusionándose como el alcohol y el tabaco, Eros y Tánatos, fármacos y cocaína, todos caminando hacia el mismo túnel de luz.
Allí siempre es Halloween, siempre es Nochevieja,
siempre es la fiesta de graduación o el cumpleaños de todos.
Los caricaturistas, los arquitectos de arena, las vedettes, las gogós,
los vendedores de humo, los cmareros vintage, los magos,
y Mª Jesús… ser tallado en piedra invisible que observa imperturbable
el marchitar y muerte de cuantas generaciones la contemplaron y contemplan a través del cristal o desde las crujientes sillas del anacrónico bar Arenas poniendo banda sonora con su inseparable y ornitológico acordeón a cuantos rituales y pre-funerales que allí se celebran.

El kitsch, ese icono magnético de la ciudad que nunca duerme,
de la urbe autoparódica, suave y despiadada como un jacuzzi cuando se acaba.
La vieja Supernova luce su skyline como un traje de noche
y abre los ojos a los millones, quizá billones de almas
que aterrizan en este mega-terrario de hamacas, sombrillas, colillas,
revistas, kleenex, tuppers y basura en general.
El efecto dub de quien un día fue Julio Iglesias resuena casi opaco
en las cajas de resonancia de Poniente a Levante,
un delay fantasmagórico que recorre las calles, un eco, un aliento, un escalofrío,
puedes sentirlo, es el deambular de las sombras de antepasados olvidados que glorificaron
este país de Nunca Jamás, esta Ciudad Esmeralda, este Xanadú, Twin Peaks en Invierno.
Una fantasía, un estado mental, un paraíso multidimensional, un vórtice espacio-temporal,
todos los coches que allí aparcan son DeLoreans,
todos los viajeros Jack Sparrow y Alfredo Landa.
Allí siempre hay alguien solo sentado en un banco
dispuesto a decirte que la vida es como una caja de bombones,
o un hombre Darth Vader, o una mujer Darth Vader
en el porche de alguna terraza implosionando con cada vodka y cada calada.
Criaturas hechizadas por la utopía de un futuro que va y viene con cada ola, criaturas lisérgicas que un día fueron humanas y que ahora dicen hola y adiós a las ráfagas de turistas desde Innsmouth hasta Dunwich pasando por Arkham, ráfagas de peregrinos que atraviesan el paseo marítimo en una Babel de camisas pseudohawaianas, selfies y tarjetas de crédito.

Y en la maleta, un imposible Tetris de souvenirs y una camiseta ahogada al fondo, una camiseta en la que no pone I love New York o I love NY, sino I love Benidorm.



NEVERLAND BEACH

Al alba, un coche recorre la ciudad.
Las calles vacías, los primeros pájaros, las tiendas cerradas, los cafés abriendo y algún zombie etílico durmiendo bajo las farolas semiencendidas.
Al alba, cuatro hombres recorren la ciudad, cuatro niños, cuatro adolescentes, ropa interior limpia, tarjetas de crédito rasuradas, nostalgia sonora en la guantera y diálogos flashback rebotan en las paredes del improvisado Delorean.
Los hermanos Marx, los Cuatro Fantásticos, el Equipo A, los Chicos de Oro, Mikey, Bocazas, Gordi y Data, los cuatro jinetes cabalgan de nuevo
hacia un paraíso efímero sin mujeres, hijos, hipotecas o contratos basura.
Superfumados, supersalidos y supervitaminados aparcan a las puertas del hotel.
Ya dentro, el aire acondicionado y el escote de la recepcionista
les proporcionan el primer chute antes de entrar al ascensor,
dejar las maletas en la habitación, volver al hall y comprobar, una vez más, la influencia del aire acondicionado en los pezones de la recepcionista.
Un bingo abarrotado de guiris es su primera parada.
Una ronda, dos rondas, tres rondas, cuatro rondas de pintas
les bastan para precipitar su salida del Bingo.
Una línea, dos líneas, tres líneas, un bingo,
sus carcajadas, balbuceos y gritos impiden la correcta lectura de los números y un grupo de bárbaros y vikingos les amenazan e invitan a abandonar el pub con los puños cerrados y espuma en la boca en forma de indescifrables insultos.
Ya en la calle, dirigen sus miradas hacia la zona de discotecas,
no las ven pero las oyen, un zumbido lejano, una Ciudad Esmeralda,
oscura y perversa, todo lo oscura y perversa que su imaginación les permita.
Alex y sus cuatro drugos intentan no desviarse del camino de baldosas amarillas, persiguen un sueño, un flash, una quimera, un mosquito atrapado en ámbar,
cientos de Dorothys en cada esquina sin prisa por volver a Kansas,
cientos de pócimas secretas esperando a ser comidas, bebidas, fumadas y esnifadas.
Ahogados en sudor y rodeados de gogós, las horas se suceden como en un timelapse.
Bacanales de drogas y neuro-drogas, orgías de espejismos tridimensionales,
la última juerga, el último Shambala, fundido a negro.
Exterior, día, una zombies party de cafés, botellines de agua y bebidas isotónicas preside la entrada a una terraza, y bajo la sombra de un toldo con vistas al mar los rostros deformados por la resaca, inmóviles, con la mirada perdida en algún Topless lejano o en un crepúsculo cada vez más cercano.
Hoy toca relax, hidratarse, comer, coger fuerzas, dormir,
comprarse un helado y caminar, perderse por entre la marea humana,
maridos, mujeres, hijos, hipotecas, contratos basura…
Al día siguiente, una nueva ronda de pintas, otro karaoke virgen del que escapar, un nuevo fajo en el tanga de alguna stripper, otra discoteca por conquistar…
El tiempo se acaba, el dinero se acaba,
la agenda, los compromisos, las obligaciones, los horarios, la rutina,
el asfalto, la oficina, el estrés, los jefes, las broncas,
el colesterol, el insomnio, la banca, la familia, las broncas,
y como no, el despiadado, insobornable, implacable, caníbal e inhumano
sonido del despertador arrebatándoles, vomitándoles
delo que por un momento creyeron podría haber sido un sueño eterno.



PLAYA RADIOACTIVA

Cientos de miles de gaviotas mutantes escapan de playas saturadas por
cientos de miles de gaviotas mutantes que invaden las playas de los resorts y hoteles.
Allí hay demasiada poca basura y demasiadas pocas opciones que llevarse a la boca, así que inmigran y emigran como homeless de una playa a otra, ultrajadas y sangrantes, hambrientas y fluorescentes.
Todo empezó aquí, en este falso oasis,
atraídas quizá por el aparente azul del cielo quizá por el aparente azul del mar, quizá por el aparente olor a crustáceos quizá por la aparente fertilidad terrenal: volar, comer, beber, anidar…
Lo que estos láridos no saben es que esta playa está habitada desde hace ya mucho tiempo por un antiguo inquilino, por un asesino invisible, por un depredador letal cuyo castillo se esconde, en forma de central nuclear,
más allá de las palmeras, en las viejas colinas, cerca de los bungalows vacíos, bungalows en los que una vez hubo vida, antes de los rayos X y los rayos gamma, antes de que los contadores Geiger trajesen consigo a los nuevos turistas:
protones, neutrones, electrones, átomos enfermos,
nuevas familias radiactivas nacen, crecen, se reproducen y mueren
sobre las playas de uranio y bajo el sol de plutonio.
Todas esas miles de gaviotas regresan de nuevo dejando tras de sí un rastro de polen mutante
en cada uno de los resorts y hoteles, estambres y estigmas,
nuevas polinizaciones, nuevas aventuras radiactivas
con niños jugando entre semen, sangre y heces de aves subatómicas
que propagan su estela como el ébola en cada grano de arena y en cada gota de agua.
Papeleras colapsadas por enormes pájaros blancos que pelean a muerte
por una nueva porción de basura cuyos intestinos reciclarán en nuevas heces, heces succionadas por ejércitos de insectos coprófagos que más tarde se posarán sobre sandwiches y terrícolas cuyos intestinos reciclarán en nuevas heces.
Un bucle, una espiral, una pandemia, el ciclo de la vida.
Bandadas de criaturas nucleares atraviesan el cielo hipnotizadas por el canto de las sirenas,
un nuevo festín de manjares luminiscentes les espera al llegar a casa,
una nueva sobredosis de residuos y vertidos les espera al llegar a casa.
Pero las dosis se agotan, los ojos rojos, el sudor frío, las fauces sangrantes,
yonquis con alas, ángeles enfermos, embriones deformes,
nuevas especies, hijos del cáncer, grifos, hipogrifos, pterodáctilos,
pájaros de fuego en busca de nuevos paraísos artificiales.







 .

SERGIO GADEA ESCUDERO [19.183]

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Sergio Gadea Escudero

Sergio Gadea Escudero nació en Alicante, en 1971. Estudió Filología Hispánica y Humanidades. En 2003 publicó su primer libro de poesía: Poemas del corazón negro. Con el poemario Aquel instante en que la noche obtuvo el Premio Nacional de Poesía «Mariano Roldán» 2005, en 2016 publicó Peligroso cocktail.

Es colaborador de diversas revistas literarias.

BIBLIOGRAFÍA 

Poemas del corazón negro, 2003
Aquel instante en que la noche, 2005
Peligroso cocktail, 2016

PREMIOS

Premio Nacional de Poesía «Mariano Roldán» 2005.



Love in vain

Cuando la noche entra
con sus fulgores tétricos
y te sientes
sola y con frío
y apuras
esa copa del zumo de mis sueños,
sabes que todo el amor,
todo el amor
ha sido en vano.
Y suena la amarga melodía
que nos desenlaza en hiriente luz,
y luego
te revitalizas
alacre
y subes hacia las cumbres
celestes
y bajas otra vez
a los fulgores rojos,
y entonces comprendes,
tan sola,
y con el frío de la noche,
que todo tu amor ha sido en vano. 




Poemas del corazón negro, colección Lunara Poesía 2002.

     

“a veces viene la tristeza…”
J. A. Valente.


A veces viene la tristeza
con una caravana de acontecimientos
que no localizo en el tiempo,
pero que me causa dolor.
Y no me avergüenzo
-por intolerable que sea-
de darle cobijo en mi cerebro.
Ella establece la nostalgia
de nombres, rostros, y canciones
que van surcando mi cuerpo.
Ella me va dejando seco y sediento
de palabras.
A veces viene la tristeza
como un murmullo que crece
como los brazos de la hiedra.



SOLEDAD

Se queja la noche de mi lamento,
comienza el frío de tu caricia,
se encienden los ojos de tanta espera.
Solo de ti muero,
solo de ti escribo.
Lame mi lengua las calles del vicio,
comienza el fuego que ya no temo.
se queja de mi lamento la noche.
solo por ella muero.


TRISTEZA DE TI

Tus ojos me capturaron
En el vuelo de la timidez,
Cundo sonaba aquella balada de los desterrados;
Pero no quiero ponerme cursi, niña mía,
Carezco de edad y de ingenuidad para eso.
Tú eres mi Severine cuando te beso
Y suenan los vientos del pecado.
Si hubieras parecido en otro lugar en otro tiempo,
Quizá te hubiera amado como se ama lo
(lo inalcanzable.
Sin embargo es tarde pese a tus redes, y tu
(luz blanca
Solo me ciega , pues vengo de algún submundo,
Y del frío de tantas noches sin estrellas.




Aquel instante en que la noche

Poesía

Evidentemente nocturno y trasnochado, este libro con registros de jazz, nos muestra una galería muy atractiva de personajes nocherniegos que transitan la madrugada y se ofrecen, como diría Huysmans, «como una tajada de vida cortada al natural». En él aparecen personajes nictálopes del mundo de la música, del cine, de la literatura, que cohabitan y comparten escenario con personajes reales de la vida del autor, que, a veces se funden con ellos creando una ficción. Así, encontramos estrellas del jazz como Lee Morgan, Eric Dolphy, o Thelonius Monk; referencias al cine protagonizadas por Grace Kelly a la que se compara con una vecina del barrio, o a películas como Belle de Jour, una amante que desaparece en la noche, La invasión de los ultracuerpos, un guiño al gran cine de Woody Allen… Y referencias a obras literarias y sus personajes como el Trimalción de El satiricón de Petronio, o la evocación del Marqués de Sade en una noche deseo… Todo esto aderezado con motivos pictóricos y palabras honestas de amor y de amistad.

Esta es la poesía que da título al libro:


Aquel instante en que la noche

Aquel instante en que la noche
posó sus labios en la expresión
de tu rostro
aquella nota que en disonancia
exponía dudas en la madrugada gris
aquel instante del seno enaltecido
de la negra rosa fenecida en tus sueños
aquel acorde desafinado y azul
que unía mi altivez a tu odio
aquella noche mostrándose elegantísima
con sus labios de hielo…
nevaba copiosamente en la avenida
del cabaret.



-


Dormí un largo sueño,
un sueño profundo,
de explosión e irrealidad.
Habitado por nereidas
y flores y monstruos
y seres deformes
proyectados en pantallas
de televisión.
También hubo mujeres hermosas
que cubrían sus cuerpos de seda…
dormí un largo sueño,
un sueño profundo,
de magma, locura, y hastío.
Ahora me desnudo en la vigilia.
Ahora me cubro con la piel de la noche.
Dormí un largo sueño y profundo,
¡despertadme cuando arribe el día!


Vieja compañera

Desde el principio
de mi consciencia
nadé en tus vastos mares,
tratando de encontrar
sentido a tanta perfección,
mezclada con tanta falacia
y tanto caos.
Vieja compañera, a veces,
te llevo a cuestas sobre mi espalda,
mas mi paso es certero,
firme y caudaloso.

He percibido los aromas
de algunas de tus más selectas flores;
pero quizá los frutos
que me has ido ofreciendo
no he sabido degustar.
Vieja compañera, hoy
siento tu luz apaciguada
y el calor en tus labios.
¡Tantas veces te traicioné!
Tantas te puse sobre el tapete,
farol imperdonable.
Otras veces fui temeroso
o no comprendí, ingenuo,
el guiño de tu picardía.

Amiga,
he apreciado tu valor
cuando el último ferry de la tarde,
ya había zarpado,
mas volverá la luz de la mañana.
Vieja compañera, has tenido a bien mostrarme
los rincones viciados de tu geografía,
ahora muéstrame
tus regiones más puras,
tus silencios más fértiles,
tu urdimbre más sana.

Desde el principio hasta ahora,
todo compensa.





Peligroso cocktail, publicado por Letradepalo, 2015.


Venezia ante el mar de los simulacros

La Belleza absoluta de Venezia muriéndose
JOSÉ MARÍA ÁLVAREZ

Vaporosa mi Memoria,
te recuerda en el Palazzo Ducale…
Yo iba a comerme el mundo
y tú eras mi postre.

¡Cuánto glamour vivimos,
il rimembrar delle passate cose!
Tus senos endurecidos en el catre del palacete.
La vieja Noche, el tinto dulce.
La Historia recitando nuestros nombres…
¿Qué más pedir,
qué más gozar?

Tenerlo todo
en un segundo de derroche:
el cristal bien labrado,
seda ambarina,
Máscaras, perlas,
la Luna romántica
sobre telas de Canaletto,
azules de Tiziano,
caricias de Palestrina,
Vivaldi,
Rio di Palazzo,
Sacra música; Mp3
en el Canal…

Y tú llorando, porque todo es una ilusión,
porque estás en Paro
y el viento es frío,
y yo soy un invento de la noche
de tu mente alterada.



AUTENTICIDAD

As I began to love myself I found that anguish and emotional
suffering are only warning signs that I was living against my
own truth.

Today, I know, this is “AUTHENTICITY”
Charlie Chaplin



Se hace la vida
de otras formas,
vapor que flota
desde el Pasado
‒todo tiene uno‒
todo es pasado.

Helados jardines
que sin color
muestran un rostro,
unos ojos caoba
que leen a Camus
‒¿cómo decirlo?‒
con la luz de aquel octubre ingenuo
en que decidí apearme
de la Realidad.




EN LA SOLEDAD DEL CAFÉ

En los poemas del siglo XVI nunca llovía
Juan Andrés García Román


¿Eres mi rehén o amiga
en la soledad del Café?

Nada quiero contigo
si no estás bien,
hablar me agrada,
saber que no te drogas,
que te gusta leer.

Has pasado los 30,
tu vida es un remake,
el eco de otra vida
que quedó en el ayer.

Te place hablar conmigo,
contigo es un placer…

Susurras gratamente
en el eco vacío del Café…

¿Te gusto
o me hablas robotizada
porque está lloviendo a mares,
se ha ido la luz,
me aceptas como amigo,
cito a Cohen
y han dado ya las tres?




LA CIUDAD OLVIDADA

En mal instante descargó la lluvia
y un piano se oía,
una voz negra azulaba,
un portazo rompió el corazón
de la tristeza.
      Huía un taxi
      del ruido de la soledad
      con la fragancia del miedo.
      Una mujer gritaba sobre la Libertad
      entre las notas de un Saxo
      Desesperado…

El olvido es la lluvia.




Dylan en Edimburgo

Llora en la ciudad como llovía en Edimburgo
aquel estío, ¿recuerdas…?

La rubia de mi hogar,
las chicas italianas
tragando carretera
en coche alquilado
y su pasión por Zimmerman
(Dylan dejando su palacio púrpura…)

Llora el cielo: il pleut doucement sur la ville
y –dulcemente– te rememoro en mi Noche,
junto a la tumba de Thomas de Quincey…

Llueve, Stefania, y pienso en ti,
en los alrededores del castillo,
en cementerio de perros,
y en Princess Street…

Regresabas,
era la hora última,
y me espetaste (toda labios):
–I will do what you want…
y yo te amé, en el coche,
con la infinita música de Dylan…


Gadea Escudero, Sergio. Peligroso cocktail. Alicante; Letra de palo ediciones, 2015.

'Peligroso Cocktail'

El poeta Sergio Gadea Escudero vuelve al panorama literario con su nueva obra

por MARÍA DOLORES PRATS

Conn un trazo poético muy personal y característico, el escritor español Sergio Gadea Escudero vuelve a la senda de la poesía, después de un largo silencio, con su nuevo trabajo Peligroso Cocktail – Ediciones Letra de Palo-.

Un poemario que recoge la visión más personal y sentida que el poeta alicantino tiene del arte y de los artistas que le han influido de lleno en su obra. Peligroso Cocktail es la memoria sentimental de su autor, en la que regresa a algunos de los temas que han marcado sus versos: desde los clásicos grecolatinos hasta las diferentes referencias musicales y cinematográficas.

Referencias que ya se dibujaban en su anterior obra, la galardonada Aquel instante en que la noche, que le mereció al autor el XVI Premio Nacional de Poesía Mariano Roldán y que le puso en la órbita del todavía minoritario universo poético en España. “Los premios ayudan en un principio, luego se olvidan y queda la poesía...ejem...si es que queda algo...”, ironiza Sergio Gadea cuando WSI le roba unos minutos en la presentación de Peligroso Cocktail.

Catulo, Baudelaire, Octavio Paz... son algunas de las referencias que guían los trazos poéticos de este autor. No se olvida tampoco de los poetas Novísimos, Luis García Montero, Luis Alberto de Cuenca... Desde el primer verso de Peligroso Cocktail, titulado ' Primavera de la vida', donde rinde homenaje a los clásicos grecolatinos, hasta citas de Gustavo Faverón, Hölderling, Chaplin, Manuel Machado, Borges, Sartre, Joaquín Sabina, Hegel o Leopardi... toda la obra es un 'gracias' mayúsculo al alma artística humana.

“El arte en general influye en la emoción estética que, en mi opinión, es la misma en todas las Artes”, explica el poeta. Y a esa emoción estética va dedicada su nueva obra. “Sartre incluía en el mismo gremio a todos los artistas. Bob Dylan ha sido candidato a Premio Nobel de Literatura; Cohen recibió el Príncipe de Asturias. O piensa por ejemplo en los Modernistas hispanoamericanos, que gozaban fundiendo y confundiendo todas las Artes, desde la Ópera hasta el cine”, subraya Sergio Gadea. De ahí que sus poemas dialoguen a la vez con la realidad y el arte, como si invitaran a vivir la vida a través de realidades alternativas. ¿Y quién no lo hace, digamos, unas cien veces al día? ¿Y quién, si no los poetas?

Los poetas... La poesía. Sergio Gadea insiste en que este género “está ciertamente de moda, pero sigue perteneciendo a una inmensa minoría” ¿Y las editoriales? “Solo buscan al dios dólar”, sentencia. Dentro de la 'inmensa minoría' a la que pertenece la Poesía, Gadea cita a Cernuda, Caballero Bonald y Jaime Siles como algunos de los poetas de lengua española que le emocionan realmente.

En esta autobiografía intelectual que es Peligroso Cocktail, Sergio Gadea desgrana, con el erotismo tan particular que le caracteriza y que impregna toda su obra desde Poemas del Corazón Negro hasta la conocida Aquel instante en que la noche, toda la poesía que tiene dentro. Minoritaria o no. el arte de todas las artes goza de muy buena salud con autores como Gadea Escudero.








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