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Channel: POETAS SIGLO XXI - ANTOLOGIA MUNDIAL + 20.000 POETAS: Editor: Fernando Sabido Sánchez #Poesía
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BENITO GAMEZ [18.984]

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BENITO GAMEZ

Benito Gamez (Tampico, 1945). Poeta y profesor de literatura. Ha publicado: Asedio al Puerto (1993), Cicatrices luminosas: Un Mediterráneo de la mente (2004) y, Señales en el camino (2012). Estudioso de las relaciones entre educación y literatura, creó el Diplomado en lecto-escritura vivencial de la Universidad de Baja California.

 http://circulodepoesia.com/2016/07/poesia-mexicana-benito-gamez/



ÁLVARO DE CAMPOS

En el café leí un poema de Pessoa en Álvaro de Campos
Pensé que era el mejor poema que había leído
Una larga carajada delirante y terriblemente bella
como el largo y delirante siglo XX mismo.

Un loco cuerdo que me conoce me saludó
llenándome las manos de estampitas
mientras un ojo se le iba
y el sudor le empapaba el rostro entero.

Atravesé la Plaza en la noche húmeda del Puerto
Llevaba en mí el poema como un carbón ardiendo
Y no hubo nadie para extender las manos
y mostrarle las llagas del misterio.



MALCOM LOWRY LLEGA EN BARCO A TAMPICO 

La proa del carguero remonta un río sucio y turbulento
donde la vida desangra con furia su desgano
Esa noche será el alcohol un torrente aún más tenebroso
que lo arrastrará a un mercado viejo rodeado de prostíbulos
de mujeres cansadas y soeces
Un pescador hará brillar entonces la puntilla
y tú comprenderás quién es quien te saluda
en esa forma de aceptación violenta
que sabrás declinar con otro trago
con tu español ganado de pinche en la cocina
No pasa nada
Por vez primera has comprendido que verás volcanes
y morirás en las cantinas.



AL PUERTO

Regalarle un olor
El color de una mañana
Una lúcida melancolía
Regalarle, una pared en ruinas y tras ella
el jardín salvaje, el estallido
de cuervos en el aire.
Regarle, su propio rostro al Puerto
Enseñarle a encontrar gloria en sus miserias
Regalarle, su mismo viejo centro
de arquitectura basta y carcomida
Regalarle  el buen regalo de nosotros mismos
Porteños, herederos indignos del Huapango
y del furor que surge del misterio
-vestigios que sonríen desde las telarañas-
rincones de Tampico Alto
donde las piedras siguen murmurando
Regalarle los ojos que nos corresponden
Ver en el Puerto algo más que viento
Que afanes por el tiempo que se escapa
y no atesora
otra cosa que muertes merecidas
Tener los ojos que ven el alma
El latido que asciende de lo hondo
y que ahora dormita indiferente
en los descascarados edificios
y en el prestigio vano de tiendas incontables
Ver finalmente el Puerto que no vemos
El Puerto que somos sin saberlo



EL GALOPAR DEL CIELO

Con la cabeza en llamas
empuja el Caballo la luz del día
Su cuerpo inmenso
es un galope total que nos incluye
junto con todo lo que pasa.
Cuando lo contemplas levantarse en su manto de fuego
junto con él me elevo
hasta los bordes de su Cuerpo
hasta el centro de su lomo de nubes y de fuego.
Sus ojos oceánicos me dan el río de la vida
y me protegen de su boca de fuego.
Su voz retumba en la totalidad del cielo
y yo soy un tono agudo
un átomo de fuego[1].


Nota
[1] Campbell es la fuente. El Caballo galopa en la fenomenología de la India.






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NAIRA KUZMICH [18.985]

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Naira Kuzmich 

(Nació en Ereván, Armenia) Se crió en un barrio de Los Ángeles designado Little Armenia.  Actualmente vive en Tempe, donde se está llevando a cabo un MFA en la ficción de la ASU y sirve como editora internacional de Hayden's Ferry Review. Su ficción ha aparecido o está próxima en Arts & Letters, Blackbird, West Branch, South Dakota Review, and elsewhere. Su no ficción también se puede encontrar en Guernica and The Rumpus. 


en The Apple Valley Review, 2008.


COMIENZO

A veces sueño con los pechos de mi madre.
En mis sueños, mi madre está desnuda
y me acuna
mientras come semillas de granada,
mientras come semillas de girasol.

A veces sueño sólo con uno de sus pechos.
En mis sueños, mi madre sólo tiene uno
y con él me asfixia a mí y a mis gritos.
Las semillas de granada como sangrientos quistes manchan su pecho.
Las semillas de girasol como secas lágrimas caen a sus pies.

(Traducción del inglés al castellano de Lilian B.)




BEGINNING

Sometimes, I dream about my mother’s breasts.
In my dreams, my mother is naked
and nursing me
While she eats pomegranate seeds,
While she eats sunflower seeds.

Sometimes, I dream only of one breast.
In my dream, my mother only has one
and with it, she smothers me and my cries.
The pomegranate seeds like bloody cysts stain her chest.
The sunflower seeds like dried tears fall to her feet.

https://aidacobos.wordpress.com/2014/09/29/comienzo-naira-kuzmich/









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LUCIE SPÉDE [18.986]

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LUCIE SPÉDE

Lucie Spéde es una escritora y poeta belga en lengua francesa, nacida en Etterbeek el 27 de de septiembre de 1936 y murió en 10 de enero de 2010. 

OBRA:

Poesía y prosa para adultos

Volte-face , poèmes, Grasset, Paris, 1973. Prix de l'Agence de Coopération Culturelle et Technique (France) en 1972.
Inventaire , poèmes, Éditions Jacques Antoine , Bruxelles, 1974. Prix de l'Agence de Coopération Culturelle et Technique (France) en 1972.
La savourante , poèmes, Ed. André De Rache, Bruxelles, 1978. Prix René Lyr en 1979.
Portes , pièce radiophonique, Radio Télévision Belge Francophone (RTBF), Bruxelles, 1979. Prix des Dramatiques de la RTBF en 1980.
Clartés , monologue de Noël en un acte, 1980, RTBF.
Furies douces , nouvelles, Ed. Jacques Antoine, Bruxelles, 1984.
Comme on plonge en la mer , poèmes, Ed. de la Louve, Spa, 1984. Illustrations par Annie Jungers. Prix de la Louve en 1983.
Êves , poèmes, L'Arbre à Paroles, Amay, 1986. Illustrations par Annie Jungers. Prix René Gerbeault 1985.
Contes pour petits et grands , Radio internationale de la RTBF, Bruxelles, 1989.
Le roman presque vrai de Poro le Renne , récit, Radio internationale de la RTBF, Bruxelles, 1990.
100 ans d'eau vive , Compagnie intercommunale des Eaux, Bruxelles, 1991, illustrations photographiques.
Chansons de l'oiseau , poèmes, Tétras-Lyre, Ayeneux, 1993. Illustrations par Anneli Nukarinen.
Les jardins du silence , poèmes, Et in Arcadia Ego, Lommel, 1995. Illustrations par Koen Lemmens.
Dialogues avec toi , poèmes, Et in Arcadia Ego, Lommel, 1995. Illustrations par Koen Lammens.
L'île triangulaire , poèmes, Ed. Ecbolade, Nœux-les-Mines, France, 1996. Illustré par des sculptures d'Aline Bienfait. Prix Robert Goffin en 1996.
Ferveurs , poèmes, nouvelles et théâtre, Les Elytres, Bruxelles, 1996. Illustré par 9 peintres et Aline Bienfait, sculpteur.
Chansons de l'arbre , poèmes trilingues (fr., néerl., all.), Im Wald - En Forêt, Allemagne, 1998. Illustré par des tableaux de Rik Hamblok.
Histoire d'un nez - Nouvelles express - Ode à la paresse , Éd. Chouette Province, Marche-en-Famenne, 1999.
L'Irrésistible , poèmes bilingues (fr., arabe), Tétras Lyre, Ayeneux, 2000. Illustré par le calligraphe Mohamed Ben Hamadi. Édition numérotée.
Richesses , poèmes, Des Mots pour Dire asbl, 2004. Illustrations de Gilles Beyer de Ryke.
Paroles de pommes , poèmes, Éditions ELA, Bruxelles, 2010.

Literatura para niños y adolescentes 

Le livre de tous mes amis , Folio, Paris, 1980.
La poésie comme elle s'écrit , Ed. Ouvrières, Paris, 1979.
Le rire en poésie , Ed. Ouvrières, Paris, 1981.
L'almanach de la poésie et Mon premier livre de poèmes , Ed. Ouvrières, Paris, 1983.
Le jardin secret des poètes et Mon premier livre de comptines , Ed. Ouvrières, Paris, 1984.
Ca rime et ça rame , Ed. Labor, Bruxelles, 1985.
Mon premier livre de poèmes pour rire et Mon premier livre de devinettes , Ed. Ouvrières, Paris, 1986.
Je pars en nuage , Ed. Ouvrières, Paris, 1987.
L'enfance lucide , Unimuse, Tournai, 1989.
Les éléments des poètes, Hachette, Paris, 1990.
Paraphes , Hachette, Paris, 1991.
L'été des pirates , album en collaboration avec Evelyne Wilwerth, Ed. Averbode, 1991.
J'ados , poèmes, chez l'auteur, 2003. Illustrations d'Ariane Tabary.
Lapins, poussins et compagnie (pour 4 à 6 ans), Bêtes pour rire et pour s'instruire (pour 6 à 8 ans), Mon corps et mon cœur (pour 8 à 12 ans), trois recueils de poèmes illustrés, avec commentaires didactiques, chez l'auteur, 1996.



EVAS

Todas las Fedra
las Penélope
y las Pasífae

todas las Sultanas
las Sherezada
las Salomé

todas las Montaigu
las Melisanda
las Montespan
las Melusina

todas las Heloísa
las Agnès
las Juana
las Mesalina

todas las Labé
las Viviana
las Roxana
las Pitonisas
las Emma

todas las Teresa
de Lisieux
Desqueiroux
de Ávila

todas las Sara
las Duncan
las Divas
las Colette

todas las Violeta
Leduc, Violaine
Vivien

todas las Andrómaca
las Blandina
las monjitas
las cortesanas

las llevo todas
en mis muslos de hierro
en mi alma de lino

de Constelación de poetas francófonas de cinco continentes (DIEZ SIGLOS), Editorial Espejo de viento, Dirección de Literatura de la Coordinación de Difusión Cultural de la UNAM/
Selección, traducción y notas de Verónica Martínez Lira y Yael Weiss


Èves

Toutes les Phèdre 
les Pénélope 
et les Pasiphaé

toutes les Sultanes 
les Schéhérazade
les Salomé

toutes les Montaigu 
les Mélisande 
les Montespan 
les Mélusine

toutes les Héloïse 
les Agnès 
les Jehanne 
les Messaline

toutes les Labé 
les Viviane 
les Roxane 
les Pythies 
les Emma

toutes les Thérèse de Lisieux 
Desqueyroux 
d’Avila

toutes les Sarah
les Duncan
les Colette

toutes les Violette
Leduc, Violaine
Vivien

toutes les Andromaque
les Blandine
les couventines
les catins

je vous sais toutes
en mes cuisses de fer
en mon âme de lin.

Èves, Amay: Identités, 1987, s. p.






Le monde à l’envers

Un jour où je dormais les yeux ouverts,
J’ai rêvé qu’après un grand tremblement de terre,
Le monde entier fonctionnait à l’envers,
Les esquimaux se retrouvèrent en paréos et
Les hawaïens dans des igloos,
Les libellules rampaient comme des limaces,
Les tortues fendaient l’air de leur carapace,
Les escargots filaient à toutes pattes et
Les zèbres pesants laissaient passer les mille-pattes,
Les poissons perchaient dans les bois,
Les oiseaux nageant chantaient sous l’eau à pleine voix,
Les crabes marchaient droit,
Les arbres plantaient leurs racines dans l’espace,
Les nuages se roulaient dans la mer et
Les vagues bruissaient dans le ciel,
Et moi, je marchais à travers tout cela,
La tête en bas, et tout émerveillée,
Je souriais de tous mes orteils. 




(de Paroles de pommes )

Fruits

L'enfant
sa joue pomme
fraîche.
Dans ma paume
elle tiédit
au soleil
de la tendresse

Lucie Spède Paroles de pommes cover 2010.



L'Équilibre

S'éveiller
bulle
posée
sur un cerceau
fragilité
sur le mobile
sur l'instable
sur l'équilibre
sur le point de se rompre.
Perfection légère et transitoire
danser
bulle
sur un cerceau.

L Spède la savourante 1978




(tiré de La savourante )

Longtemps
brouillon
déjà
fantôme
qui m'a gommé le temps
du corps et du visage?





L. Spède Comme on plonge en la mer 1984.

(tiré de Comme on plonge en la mer )

À son verre boire
la trace des lèvres
la saveur du souffle
le sel des pensées.






L. Spède L'Irrésistible 2000.

(tiré de L'Irrésistible )

Non plus brûler
mais réchauffer
Non pas briller
mais éclairer.







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SAMANTHA REYNOLDS [18.987]

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Samantha Reynolds 

(Vancouver, Canadá). Poeta. Presidente y fundadora de ECHOSTORIES



NO SOY VIEJA

Yo no soy vieja, me dijo.
Yo soy rara

yo soy la gran ovación
al final de la obra.

Soy la retrospectiva
de mi vida,
como arte.

Soy las horas
conectándose como puntos
en el sentido correcto.

Yo soy la plenitud
de existir.

Tú crees que estoy esperando a la muerte:
pero yo estoy esperando a ser encontrada.

Yo soy un tesoro.
Un mapa.

Estas arrugas son huellas
de mi viaje.

Pregúntame
cualquier cosa.

Traducción al castellano de Carmen Callejo




I AM NOT OLD

I am not old, she said
I am rare

I am the standing ovation
at the end of the play

I am the retrospective
of my life
as art

I am the hours
connected like dots
into good sense

I am the fullness
of existing

you think I am waiting to die
but I am waiting to be found

I am a treasure
I am a map
these wrinkles are imprints
of my journey

ask me
anything.



My why muscle

I remember parents saying
all the whys
will drive you mad
but it’s not the frequency
of the demand
or the upturned pitch
it’s the humility
of how rarely
I have the answer
and the absence
of my wonder at all
like today
when you asked me
why you can’t smile
in a passport photo
I was struck by the fatigue
of my own obedience
my why muscle all dusty and limp
so while we waited for your turn
to have your passport photo taken
and I looked over to see you
grinning defiantly
not understanding
that you’re allowed to smile
in the camera store
just not when the photo is taken
I should have whispered
a reminder about the serious face
we had practiced in the car
but I didn’t say anything
out of a gust of respect
for the way you stood in line
a happy warrior
still full of spirit
for protest.



London Bridges

I am alone with my limbs
and my mind is my own
to leash to anything
like what kinds of rituals I want
and what kinds of shoes
and how to start that letter
I’ve wanted to write to her
for so long
but in this rare moment
of adult quiet
I sit in the café with nothing
but London Bridges Falling Down
playing in my head
like a lunatic
there are more verses
than I ever knew
which my son sings in his sleep
he is that obsessed
making versions of the bridge all day
out of books and forks and post-it notes
and here I am
infected with the melody
unable to take advantage
of this loop of time
to plunge into the crispness of thought
so I sit staring
at the bridge across the water
cars strung up high as birds
and if you think about it
it’s really quite a feat
which suddenly makes me shiver
like my son does
whenever we cross one
as he asks
like he always does
if this will be the time
it falls down.




Maybe it’s not presence but absence 
that we need
  
Traffic was light
and I arrive at the yoga studio
earlier than expected
the island of time
lands on my chest
like a child that wants to play
insistent
joyful
making it hard
for me to breathe
it exists
and erodes
simultaneously
my mind twitches
with the urgency to relax
and savour this rare wedge
of unmarked day
I am aware of the irony
but my synapses continue
to clamor over each other
vying for the right answer
should I daydream
or meditate
write lists
or a letter
to my unborn child
I look up at the clock and slump with the understanding
that I have lost this moment
to the tornado of indecision
that motherhood has made me
a maven of crisis
but my gift for opportunity
has gone flaccid
I file into the yoga class
I am hollow
of anything but breath
waxy cheerless breath
which I climb inside
vacantly
only later realizing
how sweet it was to unmoor from myself for an hour
not with presence
but with abandon
to some absent foggy place.



Sirens

I have forgotten what it feels like
to be so sure
like how you tell me
that zebras like figs
but only for breakfast
and how you will be
one of these zebras
when you grow up
or how one stick can be your granny
but when I pick another stick
and suggest it could be your aunt
you look at me
with pity
these days I am always
asking you questions
just to watch your face
as you sort the possibilities
and announce the winner
but when the ambulance drove past us
and I did my quick ritual
that I always do
to ward off grief
you dropped a rare question
into the air
mama, why do the sirens
take them away
and I thought later how easy
it should have been to answer
if not for my shadow of fear.



A conversation with my housecoat

One day I should take you to work
you have no idea
that I have high heels
and employees
you see me only in the morning
and as I write my poem
before bed
and those first few weeks after I gave birth
after the midwife parted your old pink fleece and said to me
you can push now
do you remember
his little body
you stretched around us both
I never told you this
I bought a new one
planned to get rid of you
it’s been over ten years
and you’re pilly
and so
pink
the truth is
the new one was sexier
but not as warm
and I missed the way I played
with your floppy collar
as I read
and ate my cereal
all of it
nothing much
and at the same time
such a rare
perfect thing.



Charles Dickens would have been 
a smashing blogger

I’m with Henry James
who called Charles Dickens
sentimental
although it’s worth noting
that Henry
never married.
As for Dickens
it’s his productivity
I admire.
Not inclined to revise
he pushed his pen fast
and released the need
to be perfect.
He loved his audience
more than his ideas
he was all in favour
of quantity.
My son sits next to me on the stairs
and we share a few dried plums
his hand is warm
on my leg.
The stillness is so rare
with a toddler
I ache for the tenderness to last
but it is me who disrupts it
without even moving
an irrepressible urge
to go back upstairs
call someone
write something
conquer the world.
I want to know
were you kind to your ten children
Mr. Dickens
or did you give it all
to us.



You fall asleep beside me

You fall asleep beside me
that trick you do
the book stays open
your elbow holding your body up
who knows how long you’ve been away
I only notice because it’s been ages
since you turned the page
but now’s my chance
I love these moments
so rare
when I get to look at you this way
slowly
quietly
not to examine you
just to settle into the recognition
of my remarkable good luck.



It makes the scars go away

When I was eight
my neighbour
wore ponchos and drank
loose leaf tea.
She had long grey hair and bunions
and a Croatian name
that I couldn’t pronounce.
One afternoon
a crank call
a pervert
breathing ugly things
into our ears.
My friend and I tossed the phone
back and forth
giggling how gross
but my stomach was thick
with fear.
Afterwards, we asked if we could jump
on my neighbour’s little trampoline
that she said was good
for her lymphs.
I assumed her lymphs
were her pets
but I was secretly scared
of what kind of animal
she would keep
so I never asked to see them.
She must have sensed something
because she lay us down
cracked the leg
of one of her octopus plants
rubbed it on our temples.
Aloe
she said
it makes the scars
go away.
When I was in university
I heard she’d left a note:
cancer.
A list of rare herbs
a hike deep into the local mountains
a final sleep
please don’t come looking
you’ll never find me
smile for me
I am already
gone.
I did try
but a part of me wished
someone had been there
for her
to rub her temples
as she left.







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GABRIELA YOCCO [18.988]

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Gabriela Yocco

Nació en la Prov. de Córdoba (Argentina), en 1968. Estudió música, Periodismo y Letras. Fue becaria del Centro Cultural de la Cooperación en el Departamento de Literatura y Sociedad. Se desempeñó como docente en instituciones públicas y privadas. Actualmente dicta un curso de Literatura Argentina para alumnos universitarios extranjeros en FLACSO (Facultad Latinoamericana de Ciencias y Estudios Sociales). Publicó Las horas del agua, Elogio del Grito y Tabaco y dos terrones. Publicó ficción y ensayos en medios nacionales e internacionales. En el 2006 recibió el 1er. Premio Internacional de Poesía en el II Certamen de Literatura Social  "José María Valverde"- Universidad Nacional de Barcelona por su obra El llano infinito.





en el vasto territorio de la soledad se erigen países y océanos y torres ásperas
como un lamento viejo
en el vasto país de mi soledad se alzan los muros de un sueño
o el prisma infinito de la pesadilla o
ese sabor salobre de la ausencia

en el vasto país de mi soledad
hay cientos de espejos que sólo reflejan los rostro idos idos
como si reflejar pudieran el sentido del viento

hoy no acuno ningún nombre ninguna sílaba
tal vez sólo mueva en el centro vertiginoso de mi entraña la mirada buena del amigo
su mano en mi espalda su voz en medio del sonido de los vidrios roto

hoy no veo el blanco encalado del cielo ni tampoco puedo ver su gris esmalte de
tormenta
hoy cerré los ojos tan fuerte tan duro que sólo puedo ver el interior del vasto país
de mi soledad
lleno de estrellas que multiplican el mareo y la náusea

hoy las plantas las hojas de los libros me miran con sus ojos inexplicables
en el vasto país de la soledad que comprende largos territorios de arena
y amplias montañas y ríos escabrosos yo me muevo
como un alga o un confín

porque el dolor ha tomado el poder
en la pequeña región de mi cuerpo y su bandera oscura
atrapa cada palabra y la vuelve un sonido infértil

porque la bandera oscura del dolor es señora de mi país y de sus fronteras
como si hubieran atrapado con un lazo oscuro a cada ciervo y su osamenta fatal
como si hubieran puesto a cada ciervo contra un alambre para que muriese lento
-pocas cosas más tristes tal vez que esa muerte lenta mansa de los ciervos atrapados-

hoy no sé de nada más que las dimensiones espesas del mapa de mi soledad
que despliego como si fuese ciega y palpo palpo
sangrando los nudillos




Atavismo

no se elige el poema
no se eligen el estilete la daga la cruz
ni la mordaza ni el cuero en el cuerpo ni cada palabra / no
no se elige el poema
nadie te corona con papeles rasgados ni te nombra emperador de la ausencia
no se elige caminar entre sombras y nombrar sin eco
no se eligen la piedra en las palmas o el sudor que carcome como un ácido manso
nadie puede escoger el viento o encogerse ante la palabra mar
ni someterse a la quietud esquiva de la palabra vuelo
no se puede desear la esclavitud del verbo la sustancia pura del insomnio
la oquedad sin fin de las gargantas / no
sería como arriesgar el cuerpo a cada espejo o resignar la especie a la hombría del sol
sería como dejar que la lluvia cayera despiadada con sus miles de agujas
y no guarecer los ojos
no se elige el poema
es el tigre agazapado tras todo aliento con la zarpa pronta
y un único temblor en la boca
como el inacabable parto de los pájaros




Carta primera

Madre, aquí estoy. Libre de sombras y también de luz. Parada como ciega en la penumbra. Estatua de sal. Hoy recordé tu nombre mientras vigilaba los brotes de las plantas, su terco verdor. Es otoño, madre, pero las flores persisten y el color de la tarde es una sangre que cae.

Hay en torno un silencio manso, las cosas se callan y por detrás de ese silencio la misma niña con su llanto espera que amanezca. Sabe que toda noche lleva el fin, en algún rincón del horizonte. El sueño es una manta áspera llena de fotos y en un extremo tiene la mueca del olvido. Yo acaricio el borde de la ausencia para darle calor.

Madre, así parada puedo tocar la palma de dios y todavía ver en tus ojos el extremo de la vida. Pero es otro este camino bajo mis pies y aún no puedo descifrar sus coordenadas. Sos la sombra en el espejo y esta geografía en mí que te repite como la palabra de un loco.

A veces, la memoria me da tregua; espero entonces el llamado, tu voz tajeando la distancia. ¿Por qué el tiempo es mudo, madre?

Corro hacia el dintel de la lluvia. Un párpado de luz cierra las ventanas. Entonces las horas semejan una larguísima espina que encuentra centro en el corazón.

Esta es mi palabra, madre, huérfana de tu nombre. 




en esta fecha

hoy me paro me arrodillo en los altares derruidos de la oscuridad
para que el solo nombre del amigo ampare
su sola luz
es así como me paro a la orilla de antiguos cementerios
porque no soy yo ni mi voz
sino otro canto el que me surca
hoy me arrodillaré frente a las tumbas viejas
porque creo en otra luz que me atraviesa me corrige
me hace serena en la fatal vorágine del tiempo y de los hombres
esos
los absurdos detentores del tiempo
la claridad
es una estepa extensa como la manta del señor de los adioses
la claridad
esconde la daga en la pupila en la concavidad del sexo
la claridad es esta secreta armonía de la muerte y sus cónclaves
hoy
veré pasar el carruaje ostentoso de mi sombra
con su absurdo catálogo de amores
hoy
haré un tamiz con la seda del sol y en su
claridad
se construirá obtusa
la magnífica madera del viento





Mares

No soy Odiseo. No regreso a Ítaca. Miro la espesura del mar sin esperanzas, sin prisa.

En la fábula que yo he creado, alguien me espera en alguna orilla ciertamente lejana. Un fantasma de hielo y ceniza que cambia a mi antojo. Alrededor de mí recogen sogas, esparcen sebo, cruje la madera.

Pero sé que no regreso a isla alguna, que carezco de patria. Que jamás partí de ninguna costa y que nadie hablará de mis hazañas.

Me inclina a veces la decisión del viento. Giro, varea mi vela, acuden sirenas temblorosas sin canto. Conocer los viejos ensalmos es a veces útil cuando arrecian de tal modo las olas.

No soy Odiseo, mas he estado en el Hades y he regresado. Guardo de recuerdo estas marcas de fuego que me acompañarán hasta que el fuego también me devore. Y un sabor a azufre que nunca cede.

Hoy la mirada se licua. Hoy me pesa no regresar ni tener dónde. Pero cada ser lleva el destino escrito en esa implacable telaraña en la palma de las manos.

Entonces perfecciono este simulacro, ajusto la túnica que me aplana los pechos y les grito a los marinos.

Hoy la farsa debe ser casi perfecta.

Se me juegan en ella todos los naufragios y el azote sin piedad de Poseidón.





a veces el aire tiene consistencia metálica
una bala de luz en medio de la frente
el innumerable peso del cuerpo
como miles de agujas o una herida vieja
que dice su nombre en la tormenta

ocurre que el amor
suele poner relojes en todas las paredes
tus ojos en cada habitación
sabor a escarcha entre los dientes
y es como una astilla o un carbón sobre las manos

te vigila la noche con sus ojos innumerables
te vigila la noche amor
te acerca a las fronteras y al caos
confunde los equinoccios / y duele
como los finales y los nacimientos
duele como duele el abismo inminente del placer

a veces el aire y el amor se parecen
el don de respirar y del abrazo son lejanos
son el huerto aquel de la infancia el perfil del padre
una sábana piadosa sobre las heridas inocentes

hace tanto quemé los dudosos artefactos de la memoria
entonces por qué la sombra adquiere semejante consistencia?
por qué soy
la piedra diminuta salvada de la orilla
heroica
para morir después entre tus manos?








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ILAN SHEINFELD [18.989]

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Ilan Sheinfeld

(Israel, 1960) Escritor, poeta y activista gay.
Ilan Sheinfeld nació en Tel Aviv. Es uno de los primeros artistas israelíes gay, Sheinfeld funda y dirige, en su residencia, el primer taller hebreo para escritores gay (1992-1995). En 1998 funda Shufra, la primera editorial Gay y Lésbico de literatura original y traducciones al hebreo. En 2000, abrió el Café Theo, un café Gay y librería en Tel Aviv con el nombre de Theo Mainz, un inmigrante judío alemán a Israel, un trabajador especialista en nutrición y salud pública, uno de los fundadores de lo que se convertiría en la Asociación de Gays, lesbianas, Bisexuales y Transexuales en Israel. El café cerró en 2002, debido a la oposición del vecindario a su presencia. Por sus actividades en el campo de la cultura gay, en 2005 Sheinfeld fue reconocido por la comunidad con el premio Outstanding Citizen'.

Ilan Sheinfeld: tiene un segundo título en Literatura Hebrea de la Universidad de Tel Aviv. Ha dado lecciones en poesía en la Universidad de Tel Aviv y otras instituciones, desarrolló tareas de periodista cultural y coordina talleres de escritura. Se desempeñó como vocero del Teatro Kameri y de la Municipalidad de Tel Aviv. Ha fundado y actualmente dirige una empresa de relaciones públicas. Entre sus numerosas obras, publicó Historia de un anillo(Maasé be taba´at) acerca de la Zvi Migdal, la mafia de judíos polacos que dominó la prostitución en Buenos Aires y otras ciudades argentinas a principios del siglo XX. (fuente: shireshet/poetas israelíes y otros).

LIBROS 

en hebreo 

POESÍA

Enchanted Lizard, [ Leta ʹ a Mechushefet ] Martef 29/ Eked, Tel Aviv, 1981
Making Love with the Tongue, [ Osim Ahava Ba-Lashon: Shirim 1977-1983] Dvir, Tel Aviv, 1984
Lines to a Friend in Parting, [ Turim Le-Re ʹ a Bi-Freda ] Aleph, Tel Aviv, 1987
It Begins with Love, [ Ve-Reshito Ahava ] Hakibbutz Hameuchad, Tel Aviv, 1989
Temporary, [ Ara ʹ i ] Tamuz/ Writers Association, Tel Aviv, 1992
Taschlich, Tag, Tel Aviv, 1994
Karet, Shufra, Tel Aviv, 1997
The Tourist Guide, [ Ha-Madrich La-Tayar ] Shufra, Tel Aviv, 2003
Poetry Treasure, [ Otzar Shirim ] Shufra, Tel Aviv, 2013

PROSA

Poets School: The Writers Manual (non-fiction) [ Beit Sefer Li-Mshorerim: Madrich Ma ʹ asi Le-Sofrim U-Li-Mshorerim ], Shufra, Tel Aviv, 1997
Siedlce (novel), [ Shedletz: Zichronot ] Shufra, Tel Aviv, 1999
Only You (novel), [ Rak Ata ] Shufra, Tel Aviv, 2000
The Poetry Workshop (non-fiction [ Ha-Sadna Le-Shira ]), Shufra, Tel Aviv, 2005
A Tale of a Ring (novel) [ Ma ʹ aseh Be-Taba ʹ at ], Keter, Jerusalem, 2007
When the Dead Returned (novel) [ Kshe-Ha-Metim Chazr u], Kinneret, Zmora-Bitan, Or Yehuda, 2012

NIÑOS

From the Heart of Tel Aviv (youth), [ Min Ha-Lev Shel Tel-Aviv ] Dvir, Tel Aviv, 1984
Peace (picture book), [ Shalom ] Hakibbutz Hameuchad, Tel Aviv, 1989
Margolis' Strange Book, [ Ha-Sefer Ha-Meshuneh Shel Margolis ] Hakibbutz Hameuchad, Tel Aviv, 1991
There is no Such Bird: Kortsipa (picture book), [ Eyn Tzipor Kazo, Kortsipa ] Shufra, Tel Aviv, 1999
A Kingdom Named Collision (picture book), [ Mamlacha U-Shma Kolisya ] Shufra, Tel Aviv, 2007



La primera vez que leí poesía

Abre el libro, hijo, y mira
qué bellos poemas escribieron los judíos
hace miles de años, dijo mi padre
cuando me regaló un devocionario.

Lo abrí y leí con mis propios ojos
las plegarias que entonaba el maestro cantor
y que luego la congregación repetía en murmullos:
un grupo de varones de distintas edades
que, envueltos en mantos, se balanceaban
y sudaban en el ámbito del templo.

Yo repito para mí esas palabras,
las paladeo con placer
como las golosinas que se arrojan
en las ceremonias de confirmación (1),
trato de no apresurarme
para no adelantarme al  jazán (2)
y que el dulzor no se desvanezca en mi boca…

(1) En las ceremonias de confirmación (bar/bat mitzvá) es costumbre arrojar golosinas en señal de alegría.
(2) Nombre hebreo del chantre, el cantor litúrgico que lidera a la congregación en los himnos y plegarias.

Traducción: Gerardo Lewin



Para dormir en paz necesito arrojar 
niños muertos de mi cama

Un niño arrugado, de abultado vientre, yace sobre mi cama.
Sus ojos se derraman, lentamente, con una paz indescriptible.
Las moscas devoran la comisura de sus labios pálidos
y aterrizan en sus cabellos: pegoteados, revueltos, salvajes.

No es sencillo dormir junto a un niño muerto.

Un extranjero niño yace en mi cama;
hay acidez en el ambiente y avanzada pudrición.
Su sangre sobre mi colcha coagula en grandes manchas.

Es una pena arrojar a un niño muerto
para que lo devoren en las calles.
Pero ya es tarde, estoy cansado, necesito mi cama
y de ningún modo sería capaz de dormir
con un muerto, niño y extranjero,
en mis brazos.

Traducción: Gerardo Lewin



DEAD CHILD

There's a child with a bloated belly cowering in my bed. 
His eyes, surprisingly calm, have begun to spill. 
Flies nibble at the corners of his pale lips, forage 
in his tousled brittle curls. 

It's complicated to sleep beside a dead child. 

An unknown child lies here, souring the air with advanced decay. 
And his blood has crusted and stained my linen. 

Its a shame to throw a dead child to be scavenged in the streets. 
Its late, anyway, I need my bed 
and I just can't sleep with some dead child at my breast.

© Translation: 1992, Riva Rubin 



BETWEEN MY HOUSE AND YOURS

We've never walked yet through your past. 
Separating my house from yours are your parents' 
perplexities, your own caution, and the Green Line. Thus, 
you seem to me always a hero coming down 
from Intifada country. 

In addition to your room, I'd most like to see 
the flat rock near the entrance to Ariel, 
where you used to go to be alone, making yourself a world 
removed from the world. With no politics in it. 

I never acknowledged the untamed land you grew up in. 
That boulder-strewn countryside, magic to you, to me 
has always been merely Occupied Territory. Suddenly, 
in loving you, I find myself 
nostalgic for the landscapes of your childhood. 

It's hard to believe it could ever happen. But 
beyond all the killing and the blood we two here together, 
are willing to apply our love to the landscapes of the past. 
Perhaps, in fact, there's no fairer thing we can do.

© Translation: 1992, Tsvi Marmelstein 
First published on Poetry International, 2014



NIGHT OF WAR 6

On the Sabbath I woke in fear. 
A special kind of fear: Petrol-air bombs. Okay, 
to die by gas, but I don't want to burn up in flames. 

I've begun to weigh what to take and save from my home, 
where will I take refuge, and with whom, 
where can I send my writings abroad 
so that they may be saved. 

Then my neighbor Yossef came down. 
We drank a morning toast in honor 
of the continuation of the War of Independence 
and the explosion from the Hassan Bak Mosque. 
I'll hang on here by my fingernails. 

But to be sure I opened the talisman, 
the Bible, the Jewish book of questions and answers. 
Shall I flee, I asked. He answered: 
“Be honored and remain in thy home, Wherefore 
shalt thou tempt in evil and 
fall together with Judah.” In joy I kissed it 
and went out to the pub. 

I ate and drank. But through the haze 
of alcohol no one noticed 
that I said “Shechiyanu” and added in my heart, 
“The Lord, Neve Tsedek, and the hope of my fathers, the Lord.” 

© Translation: 1992, Karen Alkalay-Gut 
Translator's Note: Neve Tsedek, the name of the poet's neighborhood, can be translated as the Oasis of Righteousness. 



NIGHT OF WAR 10

A silver-haired commander came and took me to the firing zone. 
I cuddled in his warm hairy chest. “David'” 
I whispered, “I've always feared you. But now you're 
all there is.” “My name isn't David,” he grinned back. 
“To me you're David,” I laughed. 

“Come,” he said, and pulled me into his arms. “Here, 
you see this slope, it is the front of the outpost. 
No one can conquer so fortified a place.” 
I kissed his cheeks. “You're a hero. Will you watch over me?” 
“Of course,” he smiled and fed me with an orange delicacy, warm squash. 

I woke with the taste of puree melting in my mouth. 
All day long I wondered if I been graced with the Messiah, 
or had I just slept with an heir of Jesse.

© Translation: 1992, Karen Alkalay-Gut 
First published on Poetry International, 2014




NIGHT OF WAR 14

For two weeks already I haven't heard from you. 
You're probably skipping between the craters in Tel Aviv, 
documenting the human interest in the area of destruction. Did you 
think I'd phone? 

I hoped you'd be back here, with the shine of your perverted eyes, and seduce me. 
I mean after all, in the moment before you left, you bit me. 
But when I tried to press you to the wall, you withdrew 
to the secure borders you drew in advance, 
leaving me waiting, idiotic, with the waving flag of an erection. 

After two weeks of the moaning of sirens 
there are no signs of you. What, are you carousing with death? Were 
you insulted? 
I'm thirsty for a portion of translucent liqueur from the vineyards of your womb. 
Here, my pink tongue licks the air. 

Sweet, let us lie under a canopy of nape kisses. 
If you don't bring me your hairy mound, out of hunger I am liable
once again to inhale Rose from the orchard of testicles. 

As you know, there's no harm in it, 
but lately, my dear, I desire only 
to nip the berries of your nipples.

© Translation: 1992, Karen Alkalay-Gut 
First published on Poetry International, 2014








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ALFREDO BENIALGO [18.990]

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Alfredo Benialgo 

Nació en La Plata en 1951. Es  Licenciado en Geología y trabaja en el Centro de Investigaciones Geológicas (CIG, CONICET - UNLP). Escribe novelas, cuentos y poemas. Su obra narrativa publicada incluye: Cuentos dañinos y maledetto amor (2006), Calculando con Gloria (2012) y ¡Mamá Boom Boom, tire ese avión! (2012). Relatos suyos fueron recogidos en varias antologías, entre ellas: Diez Narradores Regionales (1996), Juegos Florales Nacionales San Francisco (1998), Letras de Oro (2001), Certamen Literario Nacional del Inmigrante (2002), Primer Concurso Nacional de Cuentos Históricos (2003), Antología del Club Platense del Horror y el Misterio (2003), Colección Negra I (2007) y Colección Negra III (2012). Su novela Una mujer somalí fue seleccionada finalista en el Certamen Internacional de Novela Clarín 2015. Algunos de sus cuentos se hallan publicados en la página web de la Embajada Argentina en Francia (http://www.efran.mrecic.gov.ar/node/19086). Dirigió la revista 1000 Palabras y, actualmente, dirige la editorial La Terminal Gráfica. Los poemas publicados en esta página son inéditos.




Taller de Alicia

Escribo una novela.
Releo otra.
Escribo un cuento.
Corrijo el de la semana anterior.
De este pantano de palabras
se levantan columnas de vapor
de vez en cuando.
Algunas, me dicen, son poemas.


Sara

Vi, de la ventana,
cuatro luces titilando.
Volaban en la ribera de la noche.
Orlaban el cuerno de la luna,
la oquedad de la piedra,
la espuma de la fronda.
Dije: son cuatro luciérnagas
escapándole al frescor de la noche.
Dije: son cuatro rubíes
replicando el fulgor de la luna.
Dije: son las lágrimas
de un ángel.
Dije: son las cuatro letras
que forman tu nombre.


V

Había un cerco de madreselvas.
Parece un invento tanguero decir
que en la casa de mi madre
había madreselvas.
Pero las había.
Y una pileta de lavar la ropa
como en un verso de Carriego.
Pero la había.
Y macetas con malvones.
Y ella, mi madre,
que se secaba las manos
en el delantal.


VI

En el patio de mi casa había una parra de uva chinche
que mi viejo cuidaba como una tejedora.
Trenzaba las ramas en la época precisa.
Lo que sobra se corta, me decía.
Que los racimos nunca se malogren,
que la sombra jamás se despareje.


VII

¿Qué pedazo de mármol griego, qué hoja de laurel,
qué jirón de toga, que gota de hidromiel,
vino a caerse del Olimpo y pegarme justo en la cabeza
para decirme que ya no tengo miedo?


Tía Blanca

Todos tenemos algo que callar, querido,
me dijo con el mate en la mano.
Nadie hizo nada por hacerme feliz.
A nada dije que no,
a todo dije que sí.
Como dice esa canción estúpida de Julio Iglesias:
me olvidé de vivir.


VIII

Hoy, sábado cinco de marzo, km 214, ruta 226,
un auto rojo en la banquina partido al medio,
un camión atravesado en la ruta,
una mujer rubia hasta el destello
sentada en el borde del asfalto con la cara
roja de sangre,
un tumulto de brazos deteniendo a una criatura de ocho años
que grita y quiere sacar del auto rojo
el cadáver desbaratado de su padre.
Imágenes de una tarde horrible,
a cincuenta kilómetros de una ciudad llamada Azul.


IX

Diestro,
arma un cigarrillo frente a mí.
Es mi hijo.
Es jueves.
Es un octubre quebrado de revelaciones.


X

Sobre la mesa estaba aquel vino
que palpitaba en la copa como el sexo de una mujer.
Antes de beberlo había que aguantar el discurso de un experto.
Yo no recuerdo otra cosa que el sabor.








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VLADIMIR JANTUS CASTELLI [18.991]

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Vladimir Jantus Castelli 

Nació en La Plata el 26 de septiembre de 1975. Es poeta, escritor y periodista.  Tiene cuatro libros de poemas publicados: Poesía para beber (1997), El grito (1999), En el borde (2005) y Venérea (2015). Este último incluye el poema homónimo con el que obtuvo en 2014 el primer premio del Concurso Internacional de Poesía organizado por la revista Guka, que edita la Biblioteca Nacional. A propósito de Venérea, señala Alejandra Varela en la contratapa del libro: “Una voz extraña, como de otro tiempo precipita al lector de Venérea a un estado abismal, como si el fin del mundo tuviera lugar ante nuestros ojos. La muerte parece hablarnos directamente, convertida en palabra poética, encarnando a un dios fantástico. La letra es la herida de esa muerte, la que adquiere formas criminales porque la dimensión poética que tiene lugar está sostenida en acciones que trazan locuras en el texto, como un albatros que planea tragándose a los vivos. La poesía se construye en un lugar que se aleja del realismo, de la enumeración de lo inmediato para pensarse como imágenes que cruzan temporalidades mientras un agente descomunal de un orden lejano nos dicta un mensaje secreto”.




Venérea

Venérea huele a rojo de invierno
resplandeciente
a sutiles surcos de hierbas
hundidos en el bosque
se esconde entre las sombras
dejando pequeños indicios púrpura
que marcan su presencia
en el espacio

tiene una voz muy dulce
tan dulce que cuando habla
parece que cantara dentro de ti
una canción de cuna

son canciones de soledades
y ecos del tiempo

afiebrada
se recuesta y observa
desde la ventana
la encrucijada del viento
su refugio



II

Venérea cobija sustancias que provienen del fuego
las oculta en su pecho
las mantiene secretas
a sangre
saben sus labios
el trance se palpa en su piel
sus besos son el veneno de las víboras
rojas y chispeantes
en sus ojos se reflejan
las hogueras de la noche
las toxinas que incendian las ciudades y sus muros
que envilecen a los vagabundos
que la veneran

ellos veneran a Venérea



III

Venérea posee los hechizos
el secreto de las brujas
la magia negra que ocultan los profetas
ella
los seduce y embriaga
con drogas oscuras
los domina
ellos permanecen callados
observándola
sumisos

a veces
su palidez ha calcinado espejos
ese concierto de imágenes
que componen su cínica sonrisa
pero
siempre ha buscado lo inalcanzable
las bestias hambrientas han seguido su rastro
en mapas de huesos brillantes
siempre han intentado seguirla
aunque sus huellas se pierdan
en la inmensidad del tiempo

ellos veneran a Venérea



IV

Venérea habla en lenguas
que parecen llegar del mas allá
conjuros de sortilegios antiguos
leídos por un druida ante la multitud
trafica sacrificios
niños que le entregan como ofrenda
tiene dientes de oro colgando de su cuello
regalos que le han dado los espíritus viejos
los brujos de las tribus perdidas del norte

a la muerte ha sentado en sus rodillas
ha hamacado a la desgracia.
desnudado a la locura.
dormido al Miedo

ellos veneran a Venérea



V

Venérea ha intentado morir varias veces
ha intentado suicidarse
pero no ha podido ser su víctima
no ha sabido
sobornar a sus verdugos
igual
continúa sus huidas
con pupilas ardientes
se mueve como un Pueblo Gitano
en el desierto
busca con apetito feroz
el tiempo de las mareas
las playas ocultas
el instante final de todas las cosas

ellos veneran a Venérea



VI

siendo niña asesino a las Ninfas.
y nadó desnuda sobre el Lago de Flujo
donde dormían las Vírgenes.
se masturbó con flores ígneas
hasta estallar en lavas

tocándose despacio
con dedos cortantes
fue excitando sus caderas
poco a poco
fue llamando al orgasmo del clítoris danzante
de hermandades orgiásticas
allí hizo su templo
entre músicos enloquecidos
con sangrantes melodías
que apagaron la sed de todas las criaturas

allí descansó
luego de una interminable
peregrinación de ausencias

ellas veneran a Venérea



VII

a sus amantes
ha perdonado cien vidas
los ha cobijado de su acero
los ha protegido de sí misma
ha guardado los secretos
más oscuros
por los amantes
ella ha sangrado siglos
aun así la traicionaron

ella igual los ha salvado
ellos veneran a Venérea



VIII

inundó todo con su furia
bebió el vino de los muertos
para apagar sus espantos
se vistió de Noche
y salió a cazar vampiros
regresó
a los senderos que la habían visto nacer
hace ya muchos
muchos siglos.

Fuente: Venérea, Vladimir Jantus Castelli, Malisia Editorial, La Plata, 2015.




Partida

Se disfrazo de viento y forzó las luces 
en esa escala de grises estaba su sonrisa 
mucho mas distante que la lluvia 

La tarde había sido oscura 
el verano ya no latía 
¿ quien podría darle la pregunta? 
la certeza de que había respuestas 
la razón suficiente para estallar en un abrazo 

se dejo llevar en su disfraz 
se dejo reducir por las sombras 
Colgó algunos tapices en la avenida desierta 
se desnudo y corrió por las plazas 
huyo por lo techos 
se detuvo un largo rato 
en un paisaje de otoño 

cuando el Tren estaba saliendo 
llego a despedirse 
de si mismo 
como siempre lo había hecho 
de frente 
viéndose ir en el tren 
a un lugar donde no se encontraría 

seria otro el que vería las casas 
los poblados 
la inmensidad que se avecinaba 

levanto la mano 
y se despidió 
de espaldas adonde iba




Los senderos del silencio

Hace un siglo cuando desperté 
intente recorrer la espesura de los bosques musicales 
ocultos en el corazón de la tierra 
en las inmediaciones de la calma 
aguarde que el sol devorara a la noche 
y me adentre en las playas de la tristeza 
en la arena roja me recosté 
a meditar sobre mis crímenes 

cree un lenguaje . 
que tradujo a todos los lenguajes 
En sus silabas de carne 
coloque a cada letra un sonido 
compuse una sinfonía lingüística 
una canción perfecta 
e intente deletrear las noches 
como un mago borracho 
transforme en hombres 
a las pocas bestias que quedaban 
para el trabajo 
en el jardín antiguo 

establecí una regla 
que sintetizo en ella 
todas las químicas y las alquimias 
investigue todas las magias 
( de ellas me adueñe) 
A la locura, 
le robe su secreto más preciado (el más endeble) 
su alma 

me deshice de todo indicio de moral o ética 
arroje muy lejos de mí 
todo vestigio de humanidad occidental 
queme mis ropas y mis disfraces 
queme al pasado. 
Al recuerdo asfixie 
reordene mis fugas y mis muertes 
diseque las últimas gotas de mi nostalgia 

Tiempo mas tarde por la espalda 
asesine a la esperanza 
en lo alto de las azoteas me vi 
cogiendo al fuego y a sus hijos. 
pariendo aullidos amarillos 
en la respiración verdosa de la mañana 

Anduve por calles pestilentes 
hasta perderme. 
Y con los enanos hambrientos 
me arrastre embrutecido a los pies de la desgracia 

había estatuas rotas y desoladas 
en la estación en me halle 
solo 
aguardando mi llegada 

antes de irme incendie la ciudad 
y estremecí las calles 
me fui 
en mi voraz vuelo de pájaro borracho 

por los senderos del silencio




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MARIANA FINOCHIETTO [18.992]

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Mariana Finochietto

Mariana Finochietto nació en General Belgrano, Provincia de Buenos Aires, Argentina el 24 de enero de 1971. Desde hace 15 años vive en City Bell, Partido de La Plata. Tiene cuatro hijos. Estudió Letras y luego derivó hacia la bibliotecología y la filosofía. Según confiesa, pasó su primera infancia rodeada de animales, árboles y libros. Dice también que ama las playas solas y los libros usados, todo lo cual se refleja claramente en su poesía, que no necesita apelar a recursos complejos para seducir y conmover. El año pasado publicó su primer poemario: Cuadernos de la breve ceguera.




Cada mañana
cumplo
el rito.

Frente al espejo
pronuncio
tu nombre.
La soledad
se esfuma
tras la niebla.

Dibujo
sobre el vidrio
el signo urgente.
Y nace el día.




*

Sucede
que a veces,
me fastidian
la medida
prolijidad del césped,
las cortinas
vigilando las ventanas,
los peines
de trenzar las tardes.

A veces,
me gustaría
ser
esa mujer,
descarada y algo ruin,
que me espera
cada noche
detrás de las puertas
mientras apago,
una a una,
las luces de la casa.



*

Una
y otra vez,
nombro
a las cosas
para darles
alma.

Las sillas,
las ventanas,
la sombra
difusa del sauce
son
porque las digo.

A veces,
las cosas
se resisten
a entrar
en el juego.

Y me quedo
como un dios
confuso
a solas
con un puñado
de palabras.




*

Llueve
desde
hace siglos
sobre el mundo.

Llueven
mares de cansada
inmensidad
marina.

El patio
se deja estar
hastiado
bajo el diluvio.

Ella
construye
barcos
para salvar
lo que quede
del día.

*

Algunas veces,
quisiera haber nacido
con el don
del equilibrio.

Extenderme
coherente
como un alambre
de pensamiento
a pensamiento.

Ser
razón
en tensión.
Clara.
Impoluta.

Pero
suelen arrastrarme
las pasiones,
me distraen
los pájaros,
el viento,
la soledad
de la hoja
que desprende
un roble.

Me pierdo
cada tanto en la tristeza.
Y me río
de mí
cuando vuelvo
a encontrarme
en los espejos.



*

Ha dejado de llover.
El patio
atravesado por la luz
es una imagen
en sepia,
como los paisajes
donde se
durmió la infancia,
que sólo
resplandecen
alumbrados
por el recuerdo.

Una imagen
hecha de memoria
y fragilidad,
apenas
lo que puede
dejar sobre las cosas
la mirada
del hombre.

*

A cierta edad
las mujeres
caminamos
a la orilla
del sarcasmo
con equilibrio
natural.

Con la tajante
sabiduría
del lenguaje
mantenemos
la distancia
exacta,
imprescindible.

Ya lo sabemos.
Hay que proteger
al corazón
y sólo tenemos
esta sólida
pared
hecha de lágrima
y palabra.



*

Vengo
de una tierra
dominada
por el agua,
donde
el hombre
aún
le teme al viento.

Aún
late en nosotros
el corazón
asustado
del ser
en la caverna
deslumbrado
por el rayo.

Amamos
con sordo temor
al río,
como los hijos
aman,
inevitablemente,
a los padres
implacables.





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HARUKO TATSU [18.993]

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Fotografía: Tim Evanson (CC)

Haruko Tatsu

Nació en la pequeña ciudad castillo de Hida-Takayama, en la Prefectura de Gifu, Japón, el 8 de febrero de 1922. El 14 de diciembre de 1986, Haruko Tatsu moriría solo en su modesta cabaña, a la edad de sesenta y cuatro años.


El kamikaze poeta

por Rafael Vives

Cuando hablamos de poetas malditos, aquellos genios alienados y autodestructivos cuyo verso decadente suponía un soplido infecto en el engreído aliento de su generación, viajamos mentalmente a la vieja Europa y, concretamente, a Francia. Nombres como Arthur Rimbaud, Tristan Corbière, Auguste Villiers, Paul Verlaine, Stéphane Mallarmé o el encumbrado Charles Baudelaire, ocupan en nuestra memoria las celdas destinadas a enumerar a estos réprobos creadores. Pero, como es lógico, poetas malditos existieron muchos más y mucho más allá de las hediondas orillas de aquel Sena de la segunda mitad del s. XIX. Entre todos ellos, sobresale un caso que llama la atención por su tortuosa biografía, su idiosincrasia y su inmerecida caída en el olvido. Hoy peregrinaremos hasta el místico Japón para conocer a la vez que honrar la historia y el legado del gran Haruko Tatsu.

Carpa de luto plañe tu kimono gris
Uña larga en primavera

Como la mayoría de los autores pertenecientes a su género, Haruko Tatsu fue un alma atormentada, carente de esperanza y víctima de terribles coyunturas que moldearon a golpes su oscura naturaleza. Nació en la pequeña ciudad castillo de Hida-Takayama, en la Prefectura de Gifu, el 8 de febrero de 1922. Casualmente, vio la luz dos días después de que japoneses, británicos, americanos, franceses e italianos, vencedores en la Gran Guerra, firmaran el Tratado de Washington. Dicho acuerdo estaba destinado a delimitar el potencial de las fuerzas navales de cada uno de ellos en un intento por evitar una nueva contienda. Como la cronología atestigua y como el bueno de Haruko padecería en sus propias carnes, el tratado resultó un fiasco. Pero sigamos con lo que nos ocupa. Tatsu se crió al pie del Monte Hotaka, en el idílico paisaje conocido como «los Alpes japoneses», en el seno de una familia humilde. Su padre, como la mayoría de convecinos en aquella ciudad establecida como fuente oficial de madera del país, era carpintero. A los dieciséis años y tras una obligada instrucción como aprendiz de ebanista, Haruko decidió que aquello no iba con él y se mudo a Nagoya en busca de un futuro. En la cuarta ciudad del imperio, a orillas del Pacífico, conoció a Nanami, una enfermera tres años mayor que él de la que se enamoró perdidamente y cuyo influjo marcaría más tarde la totalidad de su obra, trufada de tintes eróticos. Un claro ejemplo lo encontramos en su poema «Grulla de primavera» (1962). Pido disculpas de antemano por la posible inexactitud de las traducciones y obligadas adaptaciones fruto del uso de traductores automáticos on-line.

Como una piedra preciosa
Tu sexo entre algodones
Húmeda pero distante
Receptiva pero distante
Cercana al tacto en tu lejanía
Deja que te posea como dragón afónico*
Deja que mis manos te paladeen
Goza, mi grulla de primavera
Goza entera

*Según una antigua leyenda, cuando un dragón se quedaba afónico creía erróneamente que su muerte era inminente y desarrollaba un mayor ímpetu sexual en su intento por asegurarse descendencia.

Fue precisamente en mitad de aquel apasionado idilio con su eterna musa Nanami que estalló la Segunda Guerra Mundial, conflicto que llegó en mal momento ya que Japón estaba centrado de nuevo en su habitual asedio sobre China. En plena ofensiva de invierno, tras dos años de asedio doméstico, los nipones controlaban Manchuria, el norte y una importante franja del centro del titánico país vecino. A pesar de no ser todo lo premioso que se deseaba, el avance resultaba efectivo y fértil para el Imperio. Pero el pueblo chino resistió más de lo esperado, como tiende a hacer, y el escenario sufrió un contundente giro a finales de 1941 cuando el emperador Hiro Hito decidió meter a su pueblo en el gran fregado y el almirante Yamamoto trazó su genial ataque preventivo para amedrentar al diablo capitalista. Como era de suponer, a Roosevelt no le hizo excesiva gracia lo de Pearl Harbour y Estados Unidos se unió oficialmente a la fiesta. La llegada masiva de soldados americanos al Pacífico frenó el avance japonés en seco y convirtió la entretenida acometida en suelo chino en una verdadera carga. Fue entonces cuando Haruko Tatsu, activo patriota y soñador en paro, vislumbró una solución a sus acuciantes problemas de sustento y, aun siendo portador de una notable miopía, logró alistarse de forma voluntaria en el Ejército Imperial. Su objetivo no era otro que el de medrar, hacer carrera en el ejército, regresar como un héroe y formar una familia junto a su amada.

Tras apenas siete meses de preparación, Tatsu alcanzó el sueño de la mayor parte de los jóvenes de su generación y se convirtió en aviador naval. Sus primeras incursiones en combate coincidieron con el inicio del declive japonés. Aun así, participó y sobrevivió a las campañas de Nueva Guinea, islas Salomón e incluso al desastroso intento de invadir Midway, derrota que supuso un punto de inflexión y el fin de la imbatibilidad nipona. A partir de ese instante, considerado ya como uno de los pocos pilotos experimentados restantes, se centró en la contención del avance de las tropas del general MacArthur sobre suelo japonés. Las islas Marianas, Saipán, el mar de Filipinas, el golfo de Leyte, Guadalcanal y, finalmente, Iwo Jima, fueron los últimos escenarios del Teatro del Pacífico en los que Haruko intentaría evitar la victoria aliada. Con la mayor parte de su armada convertida en pecios y pocos visos de sacar la guerra adelante, el primer ministro Hideki Tojo había ordenado crear una unidad especial de pilotos suicidas encargados de retrasar el avance americano propiciando una reagrupación de las tropas imperiales. Así, en una emotiva mezcolanza de la tradición de sacrificio samurái con las nuevas tácticas belicistas, nacieron los kamikazes («viento divino»). Haruko Tatsu, convertido en alférez, fue uno de los elegidos y aceptó tan heroica tarea anteponiendo los intereses patrios a su futuro, a su anhelado reencuentro con Nanami y, en definitiva, a su vida. Su gran momento llegaría el 11 de mayo de 1945, en uno de los coletazos finales de la guerra. Tres aviones se lanzarían, con menos de treinta segundos de diferencia, contra el portaaviones USS Bunker Hill mientras este apoyaba la invasión de Okinawa. El plan era dejar caer una bomba de 250 kg sobre el buque y acto seguido impactar contra su torre de control causando el mayor estropicio posible. Haruko subió a su caza A6M «Zero» en el que la bandera del sol naciente engalanaba su último viaje, voló hasta el objetivo, descendió, lanzó la bomba y, culpa de su malograda visión, erró a la hora de alcanzar la torre y cayó al mar con la mala fortuna de sobrevivir. Ese episodio se convirtió en uno de los momentos más dolorosamente rememorados en su posterior obra, como queda patente en «Floto» (1968).

Mi pájaro de metal y origami
Se acerca el hostiazo de Dios
Esquivo la gran ballena Sam
Y floto. Floto
Floto entre sangre, fuego y recuerdos
Las nubes dibujan tus pechos
Tus pezones de cereza
Me empalmo en mi ataúd
Y floto en mi vergüenza

Tras varios días navegando a la deriva sobre los restos de una de las alas de su aparato, Tatsu acabó exhausto e inconsciente en una playa de Minna-Jima donde fue capturado por el cabo de origen puertorriqueño John Medina y enviado a un campo de prisioneros ubicado en Hawái. Durante su cautiverio pensó en suicidarse, llegando incluso a extender una petición formal en tal dirección a los mandos estadounidenses, súplica que fue rechazada. Humillado por el fracaso de su misión, carente de honor, convertido en una vergüenza de guerra y hastiado por el hecho de seguir vivo, Haruko encontró en la poesía una vía de escape a su insoportable enajenación. Fue a lo largo de aquel internamiento cuando empezó a plasmar sobre el papel sus miedos, su desasosiego y su enfermizo deseo carnal, fruto del constante recuerdo de Nanami.

Mi sable de samurái oculto en tu arbusto
Mi sable de samurái perdido en tus nalgas
Cabalgas. Cabalgas
Mi sable de samurái custodia tus muslos
Mi sable de samurái remonta tus senos
Serenos. Serenos
Mi sable de samurái se mece en tus manos
Mi sable de samurái de carne y deseo
Jadeo. Jadeo.

«Mi sable de samurái» (1946)

Su ejemplar conducta durante aquellos meses le valió la estima de sus guardianes. Así, en febrero de 1947, en plena ocupación americana tras la capitulación del imperio, fue enviado hacia Yokohama donde fue oficialmente desmovilizado y liberado. En su tierra natal, donde ya conocían los pormenores de su fracaso y posterior detención, no fue recibido con estima por parte de las autoridades militares. Lo expulsaron del ejército aunque no lo juzgaron ni presentaron cargos contra él. Al fin y al cabo, no era un traidor sino solo un miope al que tal vez habían sobrevalorado debido a su longeva supervivencia en combate y a su imprevista suerte en el frente. Apestado, alienado y desquiciado por su fracaso, transformado en un antihéroe, regresó a Nagoya donde el círculo de miseria se cerró al comprobar que, al igual que los demás, también Nanami lo repudiaba. Aquello minó de forma definitiva su juicio y lo arrojó en una sima de trastorno y soledad de la que ya jamás emergería. Con tan solo veintiséis años, consumido, perturbado por la guerra y extraño en su propio hogar, se mudó a una pequeña aldea en el norte del país, cerca de Sendai, en la prefectura de Miyagi. Allí, amparado por el anonimato, dio rienda suelta al torrente de decadencia y melancolía que inundaba su cerebro. Desde entonces y hasta su muerte se dedicó a malvivir y a plasmar en cuartillas de papel sus lóbregos pensamientos, confeccionando una de las antologías poéticas más destacables de todo el siglo XX. Finalmente, el 14 de diciembre de 1986, mientras en Tokio se celebraba la final intercontinental entre River Plate y Steaua de Bucarest, Haruko Tatsu moriría solo en su modesta cabaña, a la edad de sesenta y cuatro años, pocos minutos antes de que Antonio Alzamendi marcara el tanto que daría la victoria a los argentinos.

El modo en el que la obra de Tatsu logró ver la luz resulta tan misterioso y rocambolesco como su propia vida. Tras su fallecimiento, sin familia conocida ni herederos, su vivienda fue subastada y sus escasas pertenencias se alojaron en el sótano de un edificio gubernamental del distrito de Aoba. Allí reposaron durante años hasta que en 1991 Yasunari Oki, un funcionario local encargado del archivo, descubrió los manuscritos. La curiosidad que despertaron en él esos hipnóticos versos hizo que los remitiera a Natsume Kawata, antiguo compañero de filas y por entonces profesor de literatura en la Shinsu University de Nagano. Fue Kawata quien, tras indagar en la misteriosa figura de Tatsu, decidió dos años más tarde publicar un primer poemario titulado Haruko Tatsu. Versos desde la nada. Aunque el reconocimiento y el interés por la obra y la figura del kamikaze poeta no han alcanzado las cotas que sin duda merece, a partir de aquel momento el mundo fue consciente de su existencia. La de un genio martirizado por su memoria. La de uno de los mayores referentes poéticos de todos los tiempos.

Si lo hacemos como los perros
ambos podremos contemplar el horizonte


http://www.jotdown.es/2014/07/rafael-vives-el-kamikaze-poeta/






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ALMA PAGÈS [18.994]

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ALMA PAGÈS
         
Alma Pagès (Madrid 1949) es licenciada en Filología Hispánica por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado poemas y relatos en varias revistas literarias de España (Alba Literaria, La Hamaca de Lona, Ágora, papeles de arte gramático, Contrapartida, El Alambique, Mester de Vandalia) y México (La Palabra y el Hombre, Contrapunto). Ha sido antologada en Relato español actual (Fondo de Cultura Económica, 2003) y en la antología poética Donde el olvido no habite (Legado Ediciones, 2011).
         
En poesía, es autora de los libros Cuaderno de Aro / Trobar clus (Caliban Ed., 2007) y Laietana / Poemas que olvidé escribir de joven (Ed. Crusoe, 2011), una colección que recoge dos series poemáticas diferentes y complementarias. También ha participado en el libro colectivo Madrid a Miguel Hernández (desde el Café Gijón), Ed. De la torre, 2012.
      
Ha publicado la novela A la manera de James (Ed. Poeta de Cabra, 2012) y  ha  colaborado en el volumen Vivir el cine (PIGMALION EDYPRO, 2013).
    
Ha participado con lecturas poéticas en distintas tertulias madrileñas, como la del Círculo de Bellas Artes, la tertulia Gerardo Diego del Café de Oriente y la Tertulia Literaria Hispanoamericana Rafael Montesinos y actualmente en la Tertulia Rascamán.

Socia del Ateneo de Madrid desde hace años, ha organizado, presentado y participado en diversos actos culturales, presentaciones de libros, recitales poéticos y conferencias. Ha sido Vicepresidenta de la Sección de Información y Comunicación y ha formado parte de las de Artes Plásticas y Medio Ambiente.


                   
El viento va enfriando la ciudad y sus miedos                  
en un otoño largo, cargado de palabras,                   
traídas por la vida en milagroso frescor                   
a pesar del tiempo y sus silencios                          
Es un otoño cálido       
donde el amor se aferra y te construye                       
Indómito, inopinado, inextinguible


                                            
MENSTRUACIÓN
                             
Son esos días con sabor a lana y a lluvia      
limpios como el aire después de la tormenta
                     
De mi vientre liberado mana sangre de vida                                   
despertando un saber antiguo                                    
que pervive oculto, extraviado
                                           
En la habitación vacía                        
recupero la memoria primigenia                                                
de mi cuerpo                                 
y me fundo en la esencia misma                                                
de la Tierra
                                        
Nuevamente Una                            
purificada en mi integridad                            
exhalo la energía total del Universo                       
y me cierro, como un loto, en oración



AMAR

Sentir la plenitud del pájaro en su nido.
Escribir en el pálpito de la vida
Con la caligrafía de la muerte




¿Por qué en este momento las palabras pugnan
por tejer un tapiz sin propósito?
¿Qué corriente extraña las impulsa,                                                               
obliga a la mano a realizar                                                                               
un alocado ir y venir sobre la hoja,
turbando su impasible blancura?                                                                       
Ya nada será igual.                                                                                             
Lo escrito ha alterado el orden de las cosas.                                                         
El despertar traerá de nuevo                                                                             
el rítmico fluir de la existencia                                                                    
y querrá olvidar la irrupción de otros mundos                                                     
que han habitado, a su pesar, la página.             

            
               
BANDERA REPUBLICANA

Eres el sueño tricolor y amado
de un país que no dejaron ser
Roja fuente de sangre viva
para detener una agonía de siglos
Oro de inteligencia en libertad
que deshaga infiernos de ignorancia.
Morado de transformación,
ley incumplida en una tierra
gangrenada de sí misma.
Ondeaste brevemente
Pero llevas en tu esencia
la dignidad de este pueblo.



Visió

Veig fugir la flama
Cap a l’absència.
La veu tranquil·la de l’aigua
Entona un càntic virolat
Mentre la mort fa el mandra
I fou aleshores que
Es va sentir una rialla
Per sobre el llit de riu
Sedegós de somnis



Visión

Veo la llama huir
Hacia la ausencia.
La voz tranquila del agua
Entona un canto chillón
Mientras la muerte holgazanea
Y fue entonces cuando
Se escuchó una carcajada
Sobre el cauce del río
Sediento de sueños




                            Com podria dir-te les raons de l’aigua?
                            Veus que tinc les mans mullades
                            Voldria tant agafar les teves!
                            La teva pell ardent i tremolosa
                            Beu. Com beu la terra

                  


                            ¿Cómo decirte las razones del agua?
                            Ves que tengo las manos mojadas
                            ¡Querría tanto agarrar las tuyas!
                            Tu piel ardiente y temblorosa
                            Bebe. Como bebe la tierra

                                                


POEMAS PUBLICADOS EN LIBRO

de Laietana


                                 
Desde el borde la locura te hablo
a ti, huida en sus oquedades
Hemos nadado en el terror de
los monstruos del abismo
y en lavas sangrientas
doloridas
donde la razón agonizaba
Oigo tu voz, tu grito
Acero despiadado
que secciona mi rostro
Siento estallar tu mirada
espejo salvaje
desgarrando mis palabras
Mi silencio se pregunta
en qué lado
de tan perdida frontera
puedo encontrarme




de Poemas que olvidé escribir de joven



Hoy daría mi vida por la Vida
Por la dignidad en el mirar de las mujeres
Por la ternura en las manos de los hombres
Por el eterno reír de la infancia




ATALANTA

Tres bolas de oro marcaron el ritmo de mi carrera. Invicta, las cimas coronaron mi subida, los valles acogieron mi descenso. Pasé por pueblos donde el aedo cantaba tu victoria, tu conquista de algún trono y de su reina. Seguí mi marcha, iluminada por el claror de tu engaño. Vadeé ríos. La hierba me acarició los pies. Las esferas refulgieron contra el plácido sestear del lago. Sudorosa, jadeante, me detuvo el dulce sonar de un caramillo. Con sigilo de leona me deslicé por el boscaje. Divisé a un joven amado por el sol. Bebí el azoramiento de sus ojos. Reí el asombro de su boca. Lo tomé de la mano. Nos zambullimos en el áureo y triple resplandor del agua.



de Cuaderno de Aro



Cementeri vell
a la vora del mar
tot ple de records
Ara es la nit
i somniem
els meus morts i jo



Cementerio Viejo
a la orilla del mar
lleno de recuerdos
Ahora es de noche
y soñamos
mis muertos y yo




de Poemas que olvidé escribir de joven


Ferit, com el drac
D’un conte amb lletres tancades
Cançó de bressol en la veu del vent

Sedegós, com el drac
A la vora del riu
Sense dones d’aigua
Boca oberta a la buidor

Rendit, com el drac
Davant la cova amagada
El meu amor te’n dona
El seu tresor de llum



Herido, como el dragón
de un cuento con letras cerradas
Canción de cuna en la voz del viento.

Sediento, como el dragón
a la orilla del río
sin ninfas
Boca abierta al vacío.

Rendido, como el dragón
ante la cueva oculta
mi amor te da
su tesoro de luz




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TONE HØDNEBØ [18.995]

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TONE HØDNEBØ 

(Nació en Tønsberg, Noruega, en 1962). Vive en Oslo. 
(5 de noviembre de 1962) es una poetisa y académica noruega que debutó en 1989 con Larm og.1

Fue coeditora de la revista literaria Vagant entre 1990 y 1997, mientras que formó parte de la plana ejecutiva de la Asociación de Escritores de Noruega en 1995. Ha recibido varios reconocimientos, entre ellos el Premio Dobloug de la Academia Sueca en 2005.2

Obras

1989: Larm — poesía
1994: Mørk kvadrat — poesía
1995: Skitne lille hjerte — traducción/reescritura de poemas de Emily Dickinson
1997: Pendel — poesía
2002: Stormstigen — poesía
2004: Skamfulle Pompeii — poemario
2005: Et lykkelig øyeblikk — selección de poemas
2008: Nedtegnelser — poesía





“Son perspectivas fantásticas las que Hødnebø nos presenta, con sus excursiones en lo cósmico y con la tierra vista desde el aire. Como la arquitectura más experimental, a menudo irrealizable, esta es una poesía especulativa. Ella es como un absurdo Leonardo da Vinci. Es la ruptura inclinada, es lo no planificado, es la lógica del sentimiento, la de la investigación, la del experimento. Así como el niño crea todo el tiempo nuevas cosas, libremente y sin censura, creo que esta poeta se ocupa de construir o crear algo para comprobar que es posible, para comprobar que aquello puede ser creado. El “¡Aire feliz!” de Dickinson se vuelve aquí un credo". Janike Kampevold Larsen.





El cielo es una central energética
que estalla atravesando todo el día,
el cielo construye un sistema
que atrapa el más pequeño movimiento
de hojas, insectos y humanos
Una industria se expande, década
tras década, copiándose a sí misma


*


A través de la pared de luz ves
una pared de luz una pared gris con dibujos
de rosas a través de una pared gris
ves una pared blanca y un dibujo blanco
y uno nuevo y uno nuevo
que se dibuja en el cielo nocturno


*


Una ciruela cae del árbol
y las hojas del árbol
se insinúan a través de los rayos del sol
Se pudre desde la mitad hacia abajo,
se devora a sí mismo
En el aire gira el polvo hacia arriba,
ya es sombra en una extraña oscuridad
Las rosas se abren, sin embargo,
parecen vidrio, todo se agranda,
pero la luz y el brillo de alrededor
obliga a todo a volver sobre sí mismo


Traducción del noruego de Roberto Mascaró
Roberto Mascaró (Montevideo Uruguay, 1948) Poeta y traductor. Reside en Suecia.
http://alpialdelapalabra.blogspot.com.es/



*

HIMMELEN er et kraftverk
som durer hele døgnet igjennom,
himmelen konstruerer et system
som fanger opp hver minste bevegelse
fra blader, insekter og mennesker.
En industri ekspanderer, decennium
etter decennium, kopierer seg selv.




THE SKY is a generator
humming night and day
The sky builds a system
catching every little movement
from leaves, insects and people.
Industry expands, decennium
after decennium, reproducing itself.

From: Mørkt kvadrat
Publisher: Aventura forlag , Oslo, 1994
© Translation: 2013, Cecilie Dahl and Tone Hødnebø





IKKE den susende greinen,
ikke den svale vinden,
ikke det syke hjertet

men en stemme som sier: gå hjem, gå hjem
Og hjem er et sted i et lite sovjet
Ett sekund står du forvandlet
Tanken på stedet forviste deg dit
Du skal gi fra deg alt og aldri angre
Du åpner hodet. Du tenker at tankene rører seg
som en opprømt skog, og skogen hugges, tre for tre.



NOT the whispering branch,
not the cool wind
not the weak heart

But a voice saying: go home, go home
and home is a place in an insignificant soviet
A second later you are transformed
as you imagine the scenery you are deported
turn your back and never regret.
Your mind open thinking how your thoughts move
like a forest aroused, and the tree-trunks cut down, one by one.

From: Mørkt kvadrat
Publisher: Aventura forlag , Oslo, 1994
© Translation: 2013, Cecilie Dahl and Tone Hødnebø





ET er høst
og en plomme faller, epler,
frukten faller
og sjelens ingeniør
måler universet med teskje
Det snør i snøen, snør i regnet,
det snør i ryggen
Stjernene faller.



IT is autumn
a plum is falling, apples,
the fruit falls
and the soul's engineer
is measuring the universe with a teaspoon
It snows in the snow, snows in the rain,
it snows in your back
Stars falling.

From: Mørkt kvadrat
Publisher: Aventura forlag , Oslo, 1994
© Translation: 2013, Cecilie Dahl and Tone Hødnebø






SØYLER, trapper, et dusin
lysende lamper
og duren fra kontormaskinene
et tungrodd arbeid
ligger foran oss

Skrittene går og går
mot den man ikke burde bli,
den man allerede er
som griner og griner seg
til et kyss.



COLUMNS, stairs, a dozen
luminous lamps
and the sound from the office machines
cumbersome tasks
lined up ahead of us

The steps walk and walk
towards someone you must not become
who you already are
weeping and weeping,
begging for a kiss.

From: Pendel
Publisher: Kolon forlag, Oslo, 1997, 82-05-25337-4
© Translation: 2013, Cecilie Dahl and Tone Hødnebø







SOM ARCHEANASSA i Sapfos dikt
ser jeg på meg selv som en forbryter
og begynner å bli alene

Hva betyr det å være en kilde til historier
en ariadnetråd til de levende.
Jeg går, spiser, sover og vil ikke være her

I natt drømte jeg ikke om deg;
kjære er et personlig ord
en reise fra død til dødelighet.



LIKE ARCHEANASSA in Sappho’s poem
I see myself as an offender
and my solitude begins

What does it imply to be a source for stories
Ariadne’s thread to the living
I walk, eat, sleep and don’t want to stay

Last night I didn’t dream of you
dear is a personal word
traveling from death to mortality.

From: Nedtegnelser
Publisher: Kolon forlag, Oslo, 2004, 978-82-05-30756-8
© Translation: 2013, Cecilie Dahl and Tone Hødnebø
First published on Poetry International, 2013












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HERBERT TORANZO FALCÓN [18.996]

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Herbert Toranzo Falcón 

(Ciego de Ávila, Cuba  1972). Licenciado en Lengua y Literatura Inglesas y graduado del quinto curso de técnicas narrativas del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso. Ha recibido numerosos galardones por su obra en narrativa y en versos. Mereció el tercer premio en el XI concurso nacional de poesía Regino Pedroso (2007) por su poema en versos libres Circunstancias que ayudan y todo eso. Fue ganador en la especialidad de décima en el concurso Fundación de la Ciudad de Santa Clara, en el año 2008, con su libro Al revés de lo contrario, lauro que repitió en la edición del 2012 con su cuaderno El aeroplano amarillo. Con su obra Flower Power conquistó el segundo puesto en el Premio Iberoamericano Cucalambé 2010. Mereció el Premio Iberoamericano Cucalambé 2014 con su libro Aspavientos. Antes de esos premios, había publicado los poemarios Puente sobre el Estigia (Ediciones Ávila, 2002) y Poemas casi humanos (Editora Abril, 2006). En el 2016, conquistó el Premio Ala Décima en su edición decimoasexta, con su cuaderno La región incidental, galardón que se entregó en el XVI Encuentro Nacional Ala Décima.



La región incidental
(Premio Ala Décima 2016)


[…] la angostura del hombre acorralado
en las calvicies del despeñadero,
sombra de las metálicas gargantas,
promontorio amarillo de la muerte.

Pablo Neruda



Lo lindo es saber que uno puede cantar pío-pío
en las más raras circunstancias […].

Juan Gelman



CULTURA DEL DEBATE

La plaga [¿el qué?], las hormigas,
pueden estarse moviendo
incluso detrás [no entiendo]
de las líneas enemigas;
pueden haber [no me digas…]
creado un segundo frente
[no te escucho]. De repente
siento esa corazonada
[pamplinas]: la lucha armada
no es un proceso consciente,
devorador [no te creo];
ni siquiera perceptible.
[Qué más da…]. Lo más terrible
no es la sangre, el bombardeo
[¿cómo?], sino el redondeo
[te oigo muy mal] de emociones
[demasiadas explosiones],
de inequívocas batallas.
[¡Sigue hablando!]. [¡No te vayas!].
[¿Dónde estás?]. [¡¡No me abandones!!].



EL BUENO, EL SUCIO Y EL MALO

Sube el telón: aparece
de espaldas Giorgio de Chirico
pintando al sujeto lírico
de un poema de Pavese.
Baja y sube: me apetece
gritar que el barco zozobra.
Tercer acto: hay una cobra
que rodea el corazón
de un ángel. Baja el telón.
¿Cómo se llama la obra?



NOVELA EPISTOLAR

«Sábado 24 de noviembre».
Vaya talento para escribir fechas,
alguna que otra cita, frases hechas,
la oscuridad que el pánico no siembre.
Vaya oración mezquina y unimembre
para dejar el tiempo registrado
como un bolso a la puerta del mercado,
como la firma de un analfabeto,
como la ansiada muerte por decreto,
como el único asfódelo en el prado…



JUEGO PERFECTO

Pedazo de mente masticado,
devuelto por el catador;
cuerpo a través de un colador,
sumiso y descalificado.
[Cruzar el magma del cerebro a nado
será todo lo equivalente
que quieras a alejar el lente
para no engrandecer la oscuridad].
Trepanación ilícita de la otra mitad
[Pero no cicatriza con la mente
la insinuación del cuchillo,
no es agua al tiempo que provoca el vómito];
caballo de ajedrez indómito
que Bobby Fischer guarda en un bolsillo
[Subir el puente del castillo
con seguridad no es el remedio,
no va a impedir el asedio
de la tierra que Nadie aún reclama];
fuego para volcar sobre una llama,
para quitarnos del medio.
Yo no estoy bien de la cabeza
si he pensado semejante cosa
[Solo temo a la muerte si es gloriosa],
si a cambio de alguna pieza
disfruto de una sangre más espesa,
me consuelo con el desempate.
[Fischer no estaba loco de remate,
y eso es lo que nos preocupa].
Deberías cambiar el lente de la lupa.
[Fantástico]. No entiendo. [Jaque mate].



GANDALF EL GRIS

Desafortunadamente,
puedo hacer que no reviva
la flor; que caiga hacia arriba
la manzana; que reviente
la bombilla incandescente,
luminaria del cerebro.
Nada pasará si quiebro
mi varita. A lo mejor
hay algo más que una flor
en esa rama de enebro.



SOBREVIVIR POR DEBAJO

Hay una esquina, un saliente
que me llama la atención;
un espejo en la razón;
un vidrio opaco en la mente.
Hay una rara tangente
y un baluarte que se encorva
cuando la mirada torva
lo empuja, y una señal
que, por regla general,
me alivia pero me estorba.

No hay arpegio en el laúd
ni descanso en el respiro
ni memoria en el vampiro
que profana ese ataúd.
No hay riesgo en la multitud
ni sofisma en el teorema.
No es sucia la estratagema
ni urgente la manïobra.
Nada falta; nada sobra.
Creo que ese es el problema.



PUENTING

Esta es la misión. Comprendo
en qué principio se basa:
conservación de la masa
propensa al flujo, el remiendo.
Si continuamos cayendo
al terminar la caída
común, tal vez nada impida
que se estrelle el ascensor.
Sé que me escuchas, Señor.
Au revoir. Misión cumplida.



TESTIGO NO PRESENCIAL

Una linde, un ecuador
que, más que cruzar, transgredo
todos los días; un credo
sorpresivo, aterrador.
Un revólver sin tambor;
un ánima que se enfría.
Fobia, complejo, manía
de la conciencia en remojo.
Sátiro que cierra un ojo
para tomar puntería.

Los hechos tienen que ver
espuria, tangencialmente,
con la historia y con la gente,
con la mañana de ayer.
Soy yo quien tiene el poder
de escuchar tras la cortina
mientras otro yo propina
sus golpes y se aglomera
más gente, como a la espera
de la intervención divina.




LA REGIÓN INCIDENTAL

Supuestamente el cielo está nublado,
tiene forma y color, y no hace ruido.
Supuestamente es un malentendido
y un cargo de conciencia y un pecado.
Quiere decir que hay otro cielo al lado
que se derrumba sobre tu cabeza.
Supuestamente un barco lo atraviesa
por la misma razón intrascendente
que lo quiero abordar: supuestamente,
retórica, delirio de grandeza.

De tales conjeturas se desprende
que Moby Dick no va a salir a flote;
que hay un bote aledaño a nuestro bote
dentro del cual la vida no depende
solo del cuerpo físico; también de
cierta animosidad, ciertos fracasos,
como el no movimiento de los brazos,
la lucha por la pérdida del habla…
Buscar la salvación sobre una tabla
no es muy recomendable en estos casos.



Al revés de lo contrario
(Premio Fundación de Santa Clara 2008)

(Fragmento)



EPÍLOGO

De modo que es posible cobrar por lo que debes,
y no pienso tomarme siquiera la molestia
de vigilar el pulso fallido de la Bestia.
Nadie se canoniza por milagros tan leves.
Que en París cualquier día lluvioso sea jueves
o haya un charco de frío sobre mi corazón
no es la prueba —y en esto me darás la razón—
de que exista la lluvia sin París otro día.
(Yo, en mi lugar, a falta de leña, encendería
la esperanza que otorga la desesperación).

Nos veremos en una de esas caras adversas
que intuyo en ocasiones al volverme de pronto
y arreglar mi perfil —el clásico, el más tonto—
si luego del suicidio me abandonan las fuerzas.
Nos veremos en cada síntoma que dispersas
—la negrura del ángel, su corrosivo aroma—,
siempre que no me salves del estado de coma.
Cuando llegue hasta Ulises la fama de Odiseo.
Cuando el susto devenga su propio mausoleo
y en el aire se escuchen los gritos de Sodoma.




EL BELLO ANATEMA

Déjame ver si lo entiendo:
primero es algo infinito,
subo hasta mí, doy el grito,
respondo y sigo durmiendo.
Mi insinuación, my innuendo,
tendrá que ver con la espada
de Damocles, con La strada,
los ojos de Gelsomina
o el pálpito que adivina
mi sombra decapitada.

Luego no vendrá tampoco
la maldición. Luego existo
fuera de Brahma y de Cristo,
me dejo atar, me hago el loco.
Se oyen truenos. Hace poco
la luz me era suficiente,
relámpagos de la mente
resucitaban el día.
Yo era eterno y me moría
sabia y rencorosamente.

Y esa deidad, ecce homo
yacen en mi desventura;
cierran de golpe la oscura
bóveda por donde asomo.
Luego basta: me desplomo
sin caer de vez en cuando.
La estrella bajo mi mando
cruza conmigo en el centro.
Vuelvo a gritar. Y me encuentro
muy simpático gritando.




CON V DE BURRO

A beses no me pregunto
quién no e cido (pa bariar).
Me ago el chistozo en el var,
me matan (ece ej el punto).
Luego le ecsijo al difunto
que regrece a lo que fue,
mas sin envargo ej usté
quien suve onde me abajo.
Soy, pero nadie me trajo.
Toy aquí, pero ¿pa qué?



NADIE ERIGIÓ LA ESTATUA DE MI 
HERMANO GEMELO

Esto que llaman forma de alambicadas ruinas,
que separó del hueso la escritura y el gozo,
no es diámetro del frío ni la muerte en reposo;
mucho menos la nada con que te me avecinas.
Ya que Dios fue creado por las manos divinas
y entre pecho y espalda lo oscuro se endereza,
deberías colarte sin ruido en tu cabeza
y averiguar quién éramos ayer, quién se perdió.
Porque, de ti y de mí, ¿cuál de los dos soy yo:
la piedra o la caída, la savia o la corteza?

Dichoso tú que has visto la cara del verdugo,
que sigues pareciéndote con vago repertorio.
Pobre de mí, sosiego de Kafka y del Tenorio;
medio hermano del Cid; chozno de Víctor Hugo.
Ya sé que no ambicionas ni la estrella ni el yugo,
pero acaso podrías agenciarte el veneno
que amenaza al olvido cuando soy yo el ajeno.
Traigo flores marchitas para mi sepultura.
Como ves, algo estúpido me acerca y te inaugura:
también la perfección tiene su lado bueno.




CANTINFLER

Vaya qué cosa. Ni tanto.
Pos bien, ¿no se los decía?
No es que hoy no fuera el día.
Pero es bello, ¿no? Qué espanto.
Nomás porque me levanto,
cierro el dolor y abro el pico.
¿Qué les cuesta? Si soy rico,
pago, me confieso y todo.
No es justo, güey. Pos nimodo.
La muerte es sabia. ¿Me explico?




CUADRO DE MAGRITTE MIRANDO 
A UN HOMBRE

Ese detrás de mí también soy yo
con el fatuo resumen de mi espalda
y el broche y el anillo de esmeralda
que jamás el espejo devolvió.
Se dice que estoy dentro del que no,
del que tal vez oímos santo y seña.
Yo prefiero una duda más pequeña,
decir: «tan poco valga conocerme»,
o el sueño inquisidor del que no duerme
o la vigilia infame del que sueña.

Pero, vamos a ver, ¿acaso el tipo
sin rostro se ocultaba en mi presagio?
Y, a la luz de la muerte, ¿no es un plagio
mi cuerpo, no es verdad que soy Edipo?
¿De qué malaventura participo
releyendo el cristal de la zozobra?
Junto a lo que borró, mi mano cobra
cierto matiz heroico (cierta nada);
recorre la doblez de su coartada;
promulga la existencia y lo que sobra.

Sufro envidia de mí, remordimientos
que me protegen o que a la ligera
retardan la emoción, como si fuera
víctima de ancestrales hundimientos.
Fíjense en estas cosas; bien atentos
al famoso lunar, el brillo amargo
de súplica o desdén, ese letargo
de los ojos que acercan el olvido.
(Y si aún no bastara el parecido,
pueden mirar de frente. Yo me encargo)



El aeroplano amarillo
(Premio Fundación de Santa Clara 2012)

(Fragmento)



REGISTRO DE ABONADOS

«Siga en línea». Me molesta
que no fuese de otro modo.
Quiero pensar; eso es todo.
Miro en dirección opuesta;
lleno el margen de la encuesta
(siempre hago la cruz en «no»).
Me interrogan: «¿Quién es Yo?».
Con gusto respondería.
Busco mi nombre en la guía.
No puedo: se me olvidó.








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DAN DĂNILĂ [18.997]

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Dan Dănilă

Dan Dănilă es un poeta, traductor y artista rumano, nacido el 28 de julio de 1954 en el pueblo de Sura Mica, cerca de Sibiu. Desde 1990 vive en Alemania. Es miembro de la «Unión de Escritores de Rumania» y de «LITERART XXI» la Asociación Internacional de los escritores y de los artistas rumanos además de la asociación «Exil P.E.N.» en Alemania.

Publica lírica, ensayos, prosa y gráficos en revistas de Rumanía, Alemania, Dinamarca, Estados Unidos, Francia y Canadá. Sus obras de pintura, escultura y artes gráficas han sido expuestas en diferentes exposiciones en Sibiu.

Obra

Poesía

De un cajón – Thausib Publisher, Sibiu, 1993 ISBN 9739585507
Parque guardado – Hermann Publisher, Sibiu, 1994 ISBN 9739590195
Falso Tratado de noche – Hermann Publisher, 1998 ISBN 9739590128
Poemas – Edición propia, Leonberg, 2000
La ansiedad de palabras – Galateea Publisher, Königsbrunn, 2004 ISBN 3980935817
Calendario poético – BrumaR Publisher, Timișoara, 2006 ISBN 9736022153
50 poemas – Timpul Publisher, Iași, 2009 ISBN 9736123481
Atlantis existe – Limes Publisher, Cluj, 2011 ISBN 9789737266026
Los sonetos de Suabia – Limes Publisher, Cluj, 2012 ISBN 9789737267873
Mañana tarde – Limes Publisher, Cluj, 2013 ISBN 9789737267313
La tentación del laberinto – Karth Publisher, București, 2014 ISBN 9786069365762
El aire de los viajes – Cenaclul de la Păltiniș Publisher, Sibiu, 2015, ISBN 9786068607108
Ciudades ocultas – Armanis Publisher, Sibiu, 2016, ISBN 9786068595436

Traducciones

Wolf von Aichelburg – Gedichte / Poemas Hermann Publisher, 1996 ISBN 9739728545
François Villon – Baladas, Hermann Publisher, 1997 ISBN 9739781551
Georg Scherg – Sommerliches Divertimento / Entretenimiento de verano, Edición propia bilingüe, Leonberg, 1998
Rainer Maria Rilke – Poesía, Hermann Publisher, Sibiu 1999
Rainer Maria Rilke – Poemas seleccionados, SÆCULUM Publisher, Sibiu 2002 ISBN 9739949940
Walter Roth – El canto de los pescadores. Doctor en el Delta de Danubio, Dacia XXI Publisher, Cluj 2011, ISBN 9786066040891
Wolf von Aichelburg Gedichte-Poemas, (segunda edición, bilingüe, con un prólogo de Hans Bergel) InfoArt Media Publisher, Sibiu 2011, ISBN 9786068341118
François Villon - Le Lais ou le Petit testament / Diata sau Testamentul mic, Eminescu Publisher, București, 2015 ISBN 9789732211663


EXIL

Cu spaimă în fața paharului cu fiertură de cucută
ai jurat că nu te vei opri în prezentul meschin,
că vei părăsi vechea cetate – femeia infidelă
care te obosește și te adoarme ca să te contemple
ca pe un mort iar dimineața descoperi desenele
vrăjilor ei pe brațe și piept, ai cearcăne albastre
de parcă te-a supt vampirul mare din pampas –
a plecat iar cuvântul acela nespus este melcul
care nu se va mai trezi în nici o primăvară,
e coaja albă care-i închide spirala înghețată

Precum somnul în zăpadă, insinuarea unui vis
în fibrele trupului cu dulci ace de gheață:
povestea timpului revolut, spusă cu teamă,
ultimul oftat ține cât odiseea sau drumul uitat
al lui Ghilgameș-omul – aurora boreală iarăși
își taie venele peste tine, învelindu-te strâns
ca pe o gogoașă de mătase neagră, de neprețuit,
păstrată pentru a doua depănare a firului
pe un alt miez, pe sosia mumificată cu grijă.


EXILIO

Horrorizado enfrente del vaso de cicuta
juraste no volver al presente mezquino,
dejar la ciudadela – esa mujer infiel
que, para contemplarte, te agota y te adormece;
exánime, al alba, descubres sus dibujos
hechizantes en brazos y pecho, tienes
ojeras azuladas, como tras un ataque
del gran vampiro de la pampa – Se marchó
y esa palabra no dicha es el caracol
que no volverá a despertar otra primavera,
es la cáscara blanca que cierra su espiral helada

Como el sueño en la nieve, la insinuación de un soñar
en las fibras del cuerpo con dulces agujas de hielo:
el cuento del tiempo cumplido, relatado con temor,
el último llanto dura como la odisea o el camino olvidado
del hombre-Gilgamesh – de nuevo, la aurora boreal
corta sus venas sobre ti, recubriéndote firme
como a una rosquilla de seda negra, inestimable,
reservada para devanar nuevamente el hilo
encima de otra pulpa, del mellizo bien momificado.



TĂCERE

Care e limba cea mai potrivită a tăcerilor,
care dintre cuvinte se pot mântui pe sine?
Rimele au decăzut din vremea lăcustelor
în zenitul însângerat, aplecat ca un steag,
în războaiele vechi, imposibil de tradus
pe gustul soldaților asurziți de tunete, apoi
strigătul barbar al imnului de luptă:
o liniște de ceară artificială în urechi, ecou
al ultimului cuvânt din vreme de pace
stins fără glorie în praful drumului secret
și prea sinuos de întoarcere acasă

Prin amfiteatrele arse dansează acum corbii,
Orfeu e o statuie afumată cu nasul spart,
în gura lui nu e nici măcar loc pentru un cuib
de pasăre obosită, asta a ajuns cântărețul
din liră – foșnet de trestie deasupra cascadei,
bocet surd fără mort în cimitirul părăsit,
un refren adormit, spărtură adâncă
într-o inimă prea bolnavă de piatră.

  

SILENCIO

¿Cuál es la mejor lengua para los silencios,
qué palabras pueden bendecirse a sí mismas?
Las rimas decayeron en la edad de las langostas
sobre el cénit ensangrentado, tendido como una
bandera de esas antiguas guerras, imposibles de
traducir al gusto de los soldados ensordecidos
por el fragor, después, el grito bárbaro del himno
de lucha: un silencio de cera artificial en los oídos, eco
de la última palabra de una edad pacífica,
apagada sin gloria en el polvo del camino
de vuelta al hogar, secreto y sinuoso

Por los anfiteatros calcinados bailan los cuervos,
Orfeo es una estatua achicharrada con la nariz rota,
en su boca no hay sitio siquiera para un nido
de pájaro cansado; así ha acabado el que tocaba
la lira – rumor de abismo sobre la cascada,
sordo gimoteo sin muerto en el cementerio vacío,
un estribillo dormido, desgarro profundo
en un frágil y enfermo corazón de piedra.



PARIS

În anii ocupaţiei, Cioran pe bicicletă
prin Place de la Concorde – printre maşini blindate,
invalizi, megafoane cu Edith Piaf,
şi cărucioare cu înghetată roz – alb – albastră,
forme subtile ale rezistenţei

Prin cafenele se tăcea provocator,
se tăcea filozofic – sertarele se goleau,
manuscrisele erau paraşutate
peste păşunile alpine ale Elveţiei,
dar nimeni nu părăsea
oraşul camuflat al absurdului,
al şampaniei şi al coniacului,
al ciorapilor de mătase

În beciurile Gestapoului
se aplicau torturile cele mai cumplite:
interzicerea somnului, porunca de a scrie,
despre tot şi toate – nici nu se ştia pe atunci,
că nu departe,
într-o mansardă din Cartierul Latin,
acestea erau un modus vivendi.



PARÍS

Durante la ocupación, Cioran en bicicleta
por la Plaza de la Concordia – entre coches blindados,
inválidos, megáfonos con Edith Piaf
y carritos con helado rosa – blanco – azul,
sutiles formas de la resistencia

En los cafés todos callaban de modo provocador,
de modo filosófico – se vaciaban los cajones,
los manuscritos iban en paracaídas
sobre las mesetas alpinas de Suiza,
pero nadie dejaba
la ciudad del absurdo, camuflada,
la ciudad del champán y del coñac,
de las medias de seda

En los sótanos de la Gestapo
se aplicaban las torturas más crueles:
la prohibición de dormir, la orden de escribir
acerca de todo y de todos – ni siquiera se sabía entonces
que, no muy lejos,
en una buhardilla del Barrio Latino,
todo eso era un modus vivendi.




MOTIVE

Există întotdeauna un motiv să disperi,
să dispari – lumea ca o iubită care uită
prea repede sau fântâna pe care toate
gurile însetate o părăsesc. Poate aerul
necredincios care ne respiră sau o furtună
iscată din senin. Prăbuşirile inevitabile,
aproape dorite, din anotimp în anotimp.
Altfel bucuriile simple, reveria zilnică,
naivitatea tainelor (firul de iarbă, pasărea,
carnea vegetală). Viaţa, drumul printre ele,
mersul pe această sârmă. Şi uneori timpul
suspendat al iubirii. Atunci parcă înţelegi,
racordat la reţeaua aceea ultrasecretă. Sau
te miri de orice şi constaţi că unul a scris
în alt secol despre acestea. În altă limbă,
pe alt continent, iar apoi cineva a tradus
aceste mesaje esenţiale. Dar nimeni încă
nu a descris parfumul femeii părăsite în zori,
o umbră acum de prisos pe care o lepezi
după ce i-ai deznodat toate sforile. Iar părul
ei tace, fără memorie, ca un arcuş ciufulit
şi e prea târziu să mai cauţi partitura.



MOTIVOS

Siempre hay un motivo para desesperar,
para desaparecer – el mundo, esa amada
olvidadiza o el pozo a la que todas
las bocas sedientas abandonan. Quizá el aire
incrédulo que nos respira o una tormenta
surgida de repente. Las caídas inevitables,
casi deseadas, una estación tras otra.
Cambiantes, las alegrías simples, el diario ensueño,
la inocencia de los misterios (la brizna de hierba, el ave,
la carne vegetal). La vida, la senda que los recorre,
el camino por esta cuerda. Y, a veces, el tiempo
suspendido del amor. Entonces pareces comprender,
conectado a aquella red ultrasecreta. O
te asombras por todo y constatas que uno escribió
siglos atrás sobre lo mismo. En otra lengua,
en otro continente y, después, alguien tradujo
estos mensajes esenciales. Pero nadie aún
ha descrito el perfume femenino tras la partida temprana,
una sombra ahora inane a la que ahuyentas
después de desatarle las sogas. Y su cabello
calla, sin memoria, como un arco encrespado
y es tarde ya para buscar la partitura.



GURA  ADEVĂRULUI 

Deschid cartea cam pe la jumătate
şi îmi aşez palma în gura ei – însă
nu mă muşcă niciodată, deşi mint
uneori că numai pe ea aş iubi-o.
Un oracol omnivor poate fi ştirb,
sau poate posti, sătul de carne de om,
de mâini rătăcite prin foi? Adevărul
e probabil la mijloc, cartea se trezeşte
şi după un secol dacă simte căldura
degetelor care o frunzăresc. Îşi mişcă
foile, foşneşte precum o ploşniţă ce
părea uscată. Noi auzim ce vrem să
auzim, ce putem să auzim cu simţul
acesta imperfect de fiară îmblânzită.
Gura adevărului vorbeşte în parabole.
Iar tăcerea ei, tot în parabole tace şi
ne terorizează cu gustul infinitului.


  
LA BOCA DE LA VERDAD

Abro el libro hacia la mitad
y pongo mi palma sobre su boca – pero
nunca me muerde, aunque a veces
yo mienta diciendo que mi amor es solo suyo.
¿Podría ser desdentado un oráculo omnívoro,
podría ayunar, harto de carne humana,
de manos perdidas por las hojas? Quizá
la verdad esté en medio; el libro se despierta
y un siglo después siente apenas el calor
de los dedos que lo hojean. Mueve
sus páginas, cruje como una chinche que
parecía exánime. Nosotros escuchamos
lo que queremos, lo que podemos escuchar
con ese sentido imperfecto de fiera amansada.
La boca de la verdad habla con parábolas.
Y su silencio también calla con parábolas y
nos aterroriza con el sabor de lo infinito.

  

TRECEAM  AȘA

Eram grăbit iar copacii alergau după mine
ca să-mi povestească viaţa lor ultrasecretă
sau să-mi pună două frunze pe umeri. Stai
să nu se supere vântul că am plecat fără el,
stai că ne dor rădăcinile. Eram grăbit, râul
se ţinea după mine, îşi cam ieşise din matcă.
Stai că îmi pierd firul, mai ascultă-mi orga
de apă curată. Apoi am împlinit cincizeci.
M-am oprit, eram deja obosit iar preajma
încremenise toată. Nu mai aveam motive
de zor, dintr-o dată m-am ruşinat. Vă aştept,
copaci. Şi pe voi râuri. Încep să-mi crească
tuleiele rădăcinilor, iar pe dinăuntru o floră
secretă de capilare care inventează cuvinte.
Câteodată mă citesc singur, când neonul
din baie începe să ţiuie ca un greier rătăcit.
Nici în bucătărie nu e linişte, deşi femeile
care îmi ghiceau în cafea au plecat demult
iar eu mi-am pierdut încrederea. Deschid
cărţile şi uneori fotografiile iubitelor îmi cad
pe genunchi. Niciodată bancnote, niciodată
bilete de avion înspre nisipurile de aur.

  

PASABA ASÍ

Tenía prisa y los árboles me perseguían
para hablarme sobre su vida ultrasecreta
o para colocarme dos hojas en los hombros.
Espera, no vaya a molestarse el viento,
por haberme ido sin él; espera, nos duelen las raíces.
Tenía prisa; el río iba detrás de mí, sobrepasando
su caudal. Espera, voy perdiendo mi hilo, escucha
mi órgano de agua limpia. Después cumplí los cincuenta.
Me detuve, estaba ya exhausto y todo alrededor
quedó consternado. Ya no tenía motivos
tenaces; de repente, me avergoncé. Os espero,
árboles. También a vosotros, ríos. Empieza a crecer
el bozo de mis raíces y, por dentro, una flora
secreta de capilares que inventan palabras.
A veces me leo a mí mismo en soledad, cuando
el neón del baño comienza a chirriar como un grillo
perdido. Tampoco hay silencio en la cocina, aunque
las mujeres que leían mi porvenir en la taza de café
hace mucho que se han ido y mi fe anda perdida.
Abro los libros y en ocasiones caen fotos de amadas
sobre mis rodillas. Jamás cae dinero, jamás
caen billetes de avión hacia arenas doradas.



DAN DĂNILĂ is a poet and painter living in Leonberg, Germany, since 1990. He was born in 1954 in Romania, where he graduated the Arts High School of Sibiu.
His poems, short stories, translations and graphics have been published by leading literary magazines in Romania, Germany, Denmark, Canada and the USA.
He has published five books of poems in Romanian, and has also translated into Romanian five book-length selections of French and German literary works by François Villon, Rainer Maria Rilke, Wolf von Aichelburg and Georg Scherg.
For his translations of Rilke's poetry, he won in 2000 the LITERART XXI Award. He is a member of the Romanian Writers' Association. 




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BEATRIZ PÉREZ SÁNCHEZ [18.998]

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BEATRIZ PÉREZ SÁNCHEZ

(Barcelona, España, 1974). Licenciada en Pedagogía y Diplomada en Educación Social por la Universidad de Barcelona. Formada en técnicas de expresión y movimiento, compagina su labor profesional como co-fundadora de una entidad de Servicios Sociales en la que investiga la mejora de la salud mental en relación al cuerpo, el arte, la palabra y el movimiento. Ha sido miembro del grupo poético Laie de Barcelona. Ha publicado un poemario De perfiles, vértices, planetas, cuerpos, árboles y escenarios y Numb, la espera sostenida (2016). Colaboradora  de las revistas Poesía Digital, La Nausea2000, RES y la Editorial Graó. En 2009 su poemario De perfiles, vértices, planetas, cuerpos, árboles y escenarios fue  finalista del Premio de Poesía Concursalia “Luis Cernuda” de Barcelona.




De perfiles, vértices, planetas, cuerpos, árboles y escenarios y Numb, la espera sostenida.  El prólogo ha sido escrito por la poeta y Licenciada en Filóloga Hispánica, Juliana Mediavilla.

Selección de poemas DE PERFILES, VÉRTICES, PLANETAS, CUERPOS, ÁRBOLES Y ESCENARIOS



Dispares

Dispares,
así son tus ojos-
entre el ángulo del espacio esférico y 
el vértice que se genera cuando tu mirada
baja a las profundidades del cielo.

Decidiste huir sin la palabra construida.
Palabra marginal y ecos surcando la velocidad del tiempo.



Impares

Impares,
así son tus dudas-
desde el extremo opuesto de la decisión
que se prolonga hasta el límite cercano
del error permanente de tu infierno.

Decidiste quedarte dentro
de una única palabra conocida por ti.
Allí puedes vivir eternamente.



La vida artificial

Y es cuando estalla la vida artificial
que pienso sin mentirme.

Te has introducido en la cabeza absorbida
y faltan tres ramas por podar en tu árbol flaco.

Solíamos correr entre los escombros,
mientras éramos niños soñadores con los ojos cerrados-
penumbras de colores entre tú y yo.

Creo de manera distinta a ti.
Nuestro código dejó de existir
el día que el descampado
fue convertido en edificio de cristal.
El árbol flaco necesitó atenciones pasadas.
La cabeza absorbida desescribía la historia de aquellos objetos.

¿Recuerdas el brillo de los escombros?

Ahora me detengo antes de llegar a él.
Las carreras serían diferentes sin ti.

Me resulta complicado aparecer con las fantasías bajo los pies.

Y, sin embargo, es cuando estalla la vida artificial que vuelvo a pensar sin mentirme.



Tu cabeza

Eras tu propio director,
productor y guionista de cine.
Tu cabeza –
allí donde las nubes hubieran sido
altas, altas y heladas para Sylvia Plath-
era una gran creadora de películas
y yo actuaba para ti sin haber firmado
el acuerdo sobre mi papel en la obra.

En el reparto,
raramente,
me tocaban escenas fuera de los bombardeos.
Provocabas fusilamientos cotidianos
que después proyectabas a un único espectador:
yo, actriz y protagonista de tu drama.

Una vez me encontré con imágenes
de mi misma en blanco y negro.

Siempre corría a los vestuarios en el momento preciso. 


 
Confusos

Eternos letargos enmarañados,
confusos,
mezclados en la nebulosa blanca de las separaciones.



Selección de NUMB, LA ESPERA SOSTENIDA


Sin la lectura de los símbolos

Es una noche muy sola.
Rumor de una brisa fresca, alta, alta,
allí adonde los gigantes buscaban tu perfil.

Voy a creer en ti.
Un acto muy noble,
un brillo preciso.
¿Puede que no?

Sí.

No leí los símbolos,
las señales.
¿Acaso tenía que interpretarlos?
No tenía que ver con mi mundo,
aquí donde creaba jardines de un rincón.
Siempre, siempre…
No podía imaginar que tu interior estaba repleto de heces.

 

Las tinieblas volaron

Y tiro la noche,
ángel de sed,
tal espuma del tiempo.
Las tinieblas volaron.
El ataúd quemó el suspiro.

Pronto, pronto y un azul ocre.
Eres un espejo o un llanto,
pero las deudas de tu dolor magentan
en gris, en plata o en amor.

Tengo una idea.
No la cuentes, es un secreto.

Hemos llegado a la faz de la mañana soberbia.



Aún es pronto

Me gustaría publicarte.
Me gustaría hacerte crecer:
Árbol de invierno.

Aún es pronto.
Cuando algo muere, algo ganas.



RESEÑA DE "DE PERFILES, VÉRTICES, PLANETAS, CUERPOS, ÁRBOLES Y ESCENARIOS"

"Buenos días, las hojas en blanco te esperan aquí."

Beatriz Pérez no precisa  definiciones o preámbulos o aclaraciones porque su voz es definitoria en sí misma, sin alardes semánticos, sin estructuras de ingeniería poética, sin más puente que el que se establece entre los versos y el lector.

¿Entrañable? Sí. ¿Sinceramente desnuda? Sí. ¿Obra pictórica? Sí. ¿Fotogramas de una o mil vidas? También, pero sobre todo, para mí es sencillamente honesta. Y bajo el auspicio de esa honestidad primigenia, el lector se encuentra abrazado a singularidades tan directas como esta:


“Sigue olvidando,
puede que amanezca la luna
desde el suelo de una noche transpirada”.

Y la magia impregna, como lo hace siempre con la buena poesía, todo átomo, toda capacidad sensorial y toda atención. Su voz poética rapta los ojos del lector, es un hecho.

“A veces, te despedías de todo para siempre”, dice la poeta en “La gravedad”, y la gravedad se hace más grave si cabe, se agranda el vacío y la página, de repente, es inmensa. Así de llano es el camino de Beatriz, así de palpitante, con la rotundidad de las palabras justas para decirlo todo sin aspavientos.

Nebulosas, universo, planetas, son continentes que subrayan los versos de Beatriz Pérez, como si la palabra pudiera reinventarse en los silencios, en los espacios sin tiempo, y tras la experiencia de la lectura de De perfiles, vértices, planetas, cuerpos, árboles y escenarios  puedo asegurar que sí se puede.

Por supuesto hay códigos personales de la autora en los poemas.  En Numb, la espera sostenida por ejemplo, toda una ciudad interior repleta de espacios flotantes que se interrelacionan, suben, bajan, se hablan y susurran, conforman una suerte de fluidos que nos visten, o mejor dicho nos desvisten, permitiendo al lector hacer de ellos sus paisajes particulares, emprender con ellos nuevos viajes o pintar escenarios diversos. Esa es, justamente, la virtud necesaria para que un poema abandone a su progenitor y trascienda, crezca y se convierta en un adulto universal, es decir en poesía.

Marian Raméntol







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NICOLE ESPAGNOL [18.999]

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Foto © ROBERT LAGARDE

NICOLE ESPAGNOL 

(París, Francia, 1937-2006). Fue organizadora de exposiciones, fotógrafa y poeta, miembro activo del grupo surrealista al que se adhirió en los años cincuenta. Allí conoció al que sería su compañero durante cincuenta años, Alain Joubert. Junto a él y bajo el ala del gran patriarca Breton, vivió la disolución de aquella excepcional revolución artística que terminó asfixiándose entre la fatiga creativa y los humos tóxicos de sus extremismos políticos. La editorial canadiense L’Oie de Cravan publicó en 2015 sus obras completas, que apenas sobrepasan las cien páginas. 


El primer texto traducido en esta reseña apareció en el catálogo de la exposición Armes & Bagages (Galerie Verrières - Lyon, marzo de 1975) bajo el pseudónimo de Sophie Des. 


El segundo, en el libro de poética-ficción titulado Huit mois avec sursis (Éditions du Dauphin, 1978) dirigido por A. Joubert, M. Pierret, G. Sebbag y P. Virilio.


BOSQUES A FLOTE

Tiempo atrás, en lo agrio de una arcada, mi madre descubrió limaduras de uñas en una de mis cajitas secretas; con sus ojos perdidos en la lejanía, ignorando que era observada, se dejó invadir por la turbación. Me pregunté a mí misma si su inquietud le sugería esas limaduras como propias, crecidas en su carne.
         
En la comida, su silencio resbalaba sobre los platos y ocelaba de vez en cuando nuestros intercambios de bolas y de burbujas, tan huecas unas como otras. En cuanto a mí, sin habla y con la mirada baja, vivía en la emoción; sofoqué una respiración demasiado rápida y dejé la mesa la primera para retirarme con mi gozo y mi esperanza al fondo de mi lecho en la noche completa.
          
Durante varios días observé el lentísimo crecimiento de sus uñas. Cuando rebasaron la modesta longitud en las que las mantenía por costumbre, una mañana, me corté las mías y fijé con rapidez mi mirada en la suya. Ella empequeñeció súbitamente y salió estremeciéndose.
          
Días más tarde, sus garras abombadas empezaron a curvarse. Repulsión...
         
El silencio suplió a las jeremiadas y esa anormalidad «distinta» se acentuó por los pasillos, en la cocina, a la mesa. Atenta, yo espiaba a través de la pared de su habitación el más negro silencio.
           
(La crispación de Louis. Louis el ausente, el plano, el sordo, el blando, su crispación.)
       
Yo serenaba, controlaba mi excitación. Maniática, matemáticamente, el día de su violación había disimulado, virginizado mis tesoros y, desde entonces, el alejamiento había hecho más fácil mi mesura.
           
Quería gozar de todo ello largo tiempo, muy largo tiempo.
          
Por eso me cuidaba de cualquier señal, plenamente satisfecha con ver, con ver ojeras excavar agujeros alrededor de sus ojos, su piel terrosa y sus bolsillos siempre llenos de puños cerrados.
           
Pronto, para no dejar escapar nada, para no sacar esos puños, permaneció inmóvil en un sillón a mi regreso.
          
(Louis, agarrotado, deploraba  las jeremiadas.)  
El aire se volvía espeso como el de la habitación de un moribundo.
          
Luego, la revelación... en una de sus múltiples cajas de botones, mi vieja muñeca, a la que exhumé, estaba traspasada por agujas de parte a parte; en su ojo izquierdo, solo un alfiler de cabeza pequeña, redonda y roja.
          
Conmocionada, calma, se la llevé a mi madre. Sin una palabra (ella la tomó desde lo alto), tensa, agarró mi muñeca y fue a tirarla inmediatamente al cubo de la basura. Reí nerviosamente y mi vientre sollozó.
          
El duelo hipócrita, inaugural, se había ineluctablemente iniciado.
         
Al día siguiente, esperé su llegada al cuarto de baño para recortar ostensiblemente las uñas de mis pies. Petrificada, ella miró sus chinelas (¿cómo podía haber olvidado ella eso?). Yo la empujé levemente para salir.
          
Había decidido desenterrar mis cajitas: una de ellas...  
Dulcemente, me dejé ahogar por el placer.  
Desde entonces, ya no volví a encontrar su mirada.
          
Ella todavía no había adivinado sus cabellos en mis costuras henchidas.
          
Eso, en un momento de mi pesadilla.      
En su sueño, la navaja de afeitar, como un vals en Viena, se deslizó amorosamente y me entregó el veneno.
        
Ese lunes, sale. Toma su sombrero y busca, busca cada vez con más lentitud, retenida poco a poco por el miedo: busca el alfiler de su sombrero.        Pero sale.
          
Yo hundo el alfiler por el lado del corazón.
        
Ella se quiebra y yo me desplomo. Niebla. La bruma baila. Pavesas ardientes. Giro y me hundo. Profundamente. Zozobro.
          
Aquella tarde, mi madre regresó puntual, rejuvenecida.

          


SÁBADO, 2 DE DICIEMBRE

          Rueil, 16h15.
          
En el andén, a la espera del directo a París y esa corriente de aire que siempre hiela la estación sobre elevada.
        
Precediendo al cortejo, un rumor de risas ordinarias sube por los peldaños de la estación. Algunas cabezas rizadas con gomina aparecen, seguidas de cuerpos endomingados. Es una boda; una boda desplazada, fuera de lugar, de campesinos extraviados en la periferia. La novia, de uniforme, colorete en las mejillas, un poco borracha, ríe y se pliega hacia el suelo para ocultar sus dientes. Los hombres apretados en su negrura alzan palabras sórdidas, relieves enfriados de un banquete que se eterniza. Una chiquilla en triste vestido largo, pastel de honor, se aburre, lloriquea porque la tratan mal. El escándalo es deliberadamente alto, confirmado, expuesto a los cuatro vientos (no nos casamos nada más que una vez). Siniestra visualización del pregón del horror. El malestar y el asco suben en diapasón con gritos vulgares y una excitación de circunstancias.
          
Muy a lo lejos se oye la ferralla del tren que llega. Alivio... y luego un grito dislocado quiebra el aire, aúlla la muerte en un silencio inaudito. Una punzada lumbar, nos damos la vuelta: la novia sostiene del brazo a un hombre mayor (¿su padre?), lo sacude con brusquedad; y él, en un movimiento pausado, se desploma, marioneta de trapo cuyo traje ajustado se derrumba por los suelos. En su cuello helado, el rostro se le vuelve azul, los ojos inmóviles, agrandados, la boca abierta. El cortejo, con un sollozo de pánico, se estrecha alrededor del ya muerto, una muralla desmoronada de lamentos horrorizados.
          
El absurdo, la risa ordinaria, el pánico, el silencio de la muerte: todo está dicho.
          
El tren frena, se detiene: la multitud sube.


Traducción y nota: Manuel Ángel Gómez Angulo





Nicole Espagnol

Nicole Espagnol y Alain Joubert en el Palais del Facteur Cheval, 1974


Il était une dame es una preciosa publicación que reúne todos los escritos de la maravillosa Nicole Espagnol. Edita en Montreal L’Oie de Cravan, e incluye también fotografías, a las que Alain Joubert, compañero de toda su vida, ha puesto títulos.

Nicole Espagnol nació en 1937, y fue lectora juvenil de Jarry, Lautréamont, Sade y Breton y los surrealistas. Determinante fue su encuentro con Alain Joubert en 1958, ya que además la llevó a integrar el grupo surrealista, hasta la ruptura de 1969.

Il était une dame lleva como presentación un bello texto escrito por Marie-Dominique Massoni en 2006, año en que Nicole Espagnol desaparecía. Recordemos que Alain Joubert escribió entonces el emotivo libro Une goutte d’éternité, dedicado “a ti, Nicole, mi heroína, porque viva o muerta, tú eres la que yo amo”, y donde se relata su encuentro ineluctable, inicio del “amor absoluto” entre ambos, prolongado durante cinco décadas.

André Breton es quien publica por primera vez sus poemas, en el n. 7 de La Brèche (1964). Otros aparecen en las décadas siguientes en Le Désir Libertaire, Camouflage, Homnésies y Cahiers de l’umbo (el poema “Mimi écart”, dedicado a Mimi Parent), publicaciones en que se seguía expresando el surrealismo. De 1983 es Little magie, septenario poético con cuatro litografías de Jorge Camacho, que han sido también reproducidas aquí, en todo su color. Cierran el conjunto dos poemas inéditos.


Nicole Espagnol, El sueño de Fantomas


La serie de “Textos varios” comienza para mí con una sorpresa, al descubrir que un precioso texto del catálogo “Armas et bagages” publicado en Lyon en 1975 y firmado por Sophie Des, pertenece a Nicole Espagnol. Como Sophie Des participa también, tres años después, en Huit mois avec sursis, obra de “poética-ficción” en que intervenían Joubert, Georges Sebbag y Paul Virilio, entonces en el colectivo Quando. El catálogo de “Armes et bagages” es una de las más magníficas demostraciones del surrealismo que proseguía, pese a los intentos por enterrarlo de Jean Schuster, quien, escoltado por su par de guardaespaldas, no soltaba la pala en la mano. Precisamente le cabe el honor a Nicole Espagnol de publicar en 1990 un soberbio panfleto contra Jean Schuster, motivado por sus ignominias en un libro de intercambio de cháchara en que se intentó poner a la altura de Michel Leiris, titulándolo Entre augures; definiéndolo como un “impostor”, Nicole concluye: “La única traza que dejará Monsieur Jean Schuster es la tentativa de erradicación del Surrealismo –uno de los movimientos más exaltantes del siglo– por los medios más viles”.

Otros textos son los de Je suis-bête, que publicó también L’Oie de Cravan, en 2003, historias y anécdotas sobre animales, dedicadas a François-René Simon, y las vivaces intervenciones en Le Cerceau, la publicación periódica que entre 1994 y 1998 animó una época particularmente miserable, y cuya originalísima maquetación y título se debieron a ella. En sus artículos y notas, Nicole Espagnol habla de Arno Schmidt, Jean Paul, Ladislav Klima, Robert Walser, Mervyn Peake, etc., con suma inteligencia y suma finura.

Las fotos, que es una pena no sean más, “dan todos sus poderes al azar, al encuentro, a lo insólito que revela lo que palpita en lo más cotidiano, lo más común” –escribe Alain Joubert, quien, al ponerles título, no ha hecho sino seguir un hábito muy del surrealismo. La de portada, en cambio, es un detalle de la que le hizo Robert Lagarde a Nicole con un cuervo en las manos y que inspiró una caja de Alan Glass, reproducida al final del n. 2 de L’Or aux 13 Îles.

He aquí un libro que es bueno que exista. Honra le sea hecha a L’Oie de Cravan.

*


Nicole Espagnol, ¿A quién tengo el honor?

Si la foto del cuervo me recuerda el río Erges a su paso fronterizo por la villa portuguesa de Segura –similares piedras graníticas y sobrevolado por cuervos, aparte águilas y cigüeñas negras–, el caballero balzaquiano me hizo pensar de inmediato en el aldeano miñoto de grandes bigotes que me sorprendió dándole la vuelta a la señorial Casa do Bairro de Moure, pero detrás de un muro y más divertido que risueño. Creo que Nicole Espagnol se hubiera deleitado con él.



*

En estas dos lujosas páginas del n. 2 de L’Or aux 13 Îles tenemos el texto y la foto de Suis-je bête, junto a la caja de Alan Glass y el comentario de Alain Joubert.







http://surrint.blogspot.com.es/2015/11/nicole-espagnol.html



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JORGE RODRÍGUEZ-MIRALLES [19.000]

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JORGE RODRÍGUEZ-MIRALLES 

(Miami, EE.UU.  1977) es poeta, crítico literario, traductor y activista por la paz y el medio ambiente. Se graduó en escritura creativa por la Jack Kerouac School of Disembodied Poetics de la Universidad de Naropa (Colorado) y ha publicado sus trabajos en importantes revistas como Ragazine, The Cimarron Review, Osiris Literary Review, Battersea Review, Danse Macabre, TheThePoetry, Bombay Gin, Big Bridge o Metropolis. Actualmente ejerce la docencia en un instituto de educación secundaria, en el Miami Dade College y en la Universidad de St. Thomas (Florida). En 2014 apareció su libro de poemas Todo/Nada (Everything/Nothing).



MANDALA

Crear un gesto, un arte
de celebrar y decir,
e inclinarme hacia fuera,
retrayendo cada palabra,
hacia la nada, silencio,
el primer potencial, terreno
del cual todo viene/va.
Eso, y por eso, mi vida,
estrategias, energías, enfoque;
un sondear, un dibujar,
y, después, un barrer.


MANDALA

To make a gesture, an art
of celebrating and saying,
then gracefully bowing out
and taking every word back
toward nothing, silence,
the first potential, ground
from whence all came/goes.
That, and for that, my life,
strategies, energies, focusing;
a sounding out, a drawing,
then a sweeping away.



Tarde o temprano,
uno aprende
que los colores,
hasta los más intensos,
engañan;

que la luz
de una estrella
puede ser falsa,
a lo mejor
se ha fundido;

que la brillosa
claridad de la luna llena
es oscuridad total,
disfrazada;

y que la ola
que te besa los pies
en la orilla del mar
o un río vago,
será infiel,
ofrecida a todos,
también a nadie.

Tarde o temprano,
uno aprende
a querer por querer,
a llorar por llorar;

que lo que cuesta
de lo mejor
cuesta
no por verdadero
o permanente,

sino porque
brindado gratis,
honestamente,
sin diseño,

dado por
lo que fue,
es, o será,
tarde o temprano.



Late or soon,
one learns 
that colors,
even the most intense, 
deceive;

that the light 
of a star 
may be false,
has perhaps 
already 
gone out;

that the 
bright clarity of a full moon 
is total darkness, 
disguised;

that the wave 
that kisses one's feet
at the edge of the sea 
or a lazy river, 
will prove unfaithful,
given to all,
also to none.

Late or soon,
one learns 
to love just to love,
to cry just to cry;

that what costs one's best
costs so 
not because true,
or even permanent, 

but because 
given freely,
honestly, 
without design;

given for 
what it was, 
is, will be,
late or soon. 



SONETO

Cada año trajo nada,
después, paciencia.
Después, un día,
en un bosque,
un meditar iluminado,
un desear más maduro,
la visión más amplia,
ardiente, de un hombre sereno,
la creación de versos
para un libro
que nunca se publicará,
con nada que 
leer, recitar, citar,
criticar o recordar.



SONNET

Each year brought nothing,
then patience.
Then, one day, 
a light-touched 
musing in the woods,
a maturer want,
a serene man's
far off, burning look,
the making of verses
for a never-to-be
published book 
with not a thing
to read, recite, quote, 
critique or remember.


Traducción: JORGE RODRÍGUEZ-MIRALLES






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KIM M. MELHUISH [19.001]

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KIM M. MELHUISH

Kim M. Melhuish. Nueva Zelanda. Poeta. Diplomada en periodismo, licenciada de Estudios Políticos por la Universidad de Auckland y maestra en Trabajo Social por la Massey University. Describe su trabajo como los conflictos internos de la vida moderna. Se encuentra trabajando en su primer libro, “en medio del frenético calendario entre ser madre de una camada maravillosa pero exigente y tener un marido músico”.

 
Traducción por Andrea Rivas, 
http://circulodepoesia.com/2016/07/poesia-de-nueva-zelanda-kim-m-melhuish/


Cazando espíritus

Qué tal esto,
dos palabras
pescando amor
orquídeas rosas
pintura dactilar
la noche por delante.
 
Qué tal esto,
por amigos de la niñez,
cuero magro
rostros relucientes
el abuelo
en el lomo de un caballo
cazando espíritus
a través del cielo Upolu.

Qué tal esto,
mujeres en brillantes labios rojos
grandes hibiscos
detrás de sus orejas
hormigas chasqueando al viento.
 
Qué tal esto,
los pequeños lloran
ondean las manos desde Cortina
papá gobernando en la noche,
Miles en el porche
esperando.

Qué tal esto,
coca cola y ron
con un cigarro
y las chicas fuera
esperando donde los otros no pueden mirar,
riendo como adolescentes
antes de que las luces se enciendan.

 

Baile de Sina

Eres un breve aleteo
caléndula en el agua
lanzada para llamar a los muertos.
Eres el Tui[1]
por los cuatro vientos
una armadura de plumas
de hueso y luz,
planeando sobre las montañas
escalando el día.
Eres el núcleo
que derraman las semillas.
Eres el azul más profundo
encabezando al alma.
Eres sangre
tejida en la seda
perforando la noche hacia el sol.
Eres una niña,
una niña
perdida en el mar,
anclada
a los labios de tu madre.
Una joven
fracturada en una mujer,
coral mellado
sujetando la orilla,
dedos acariciando
el río Tamaki
desplegándose en el Waitemata,
eres la canción
de tus ancentros
cantando a la existencia.
 
 

Postales de casa

Estás en casa
pero lejos de casa,
en el sur
donde las gaviotas gritan
 
trenes de carga
llamando a través de la noche,
caminos sellados
que llevan sueños
hacia la hora pico.
La luna se alza al este
sobre Auckland
estoy en casa,
pero lejos de casa.

 

Samoa

El pasado
cayendo
a su lado
suplicando
con mi madre,
alcatraces
dentro
floreciendo
mirando,
su machete
alzado hacia el sol
cuerpo ligero
osos de peso completo
a través de trecientos años.

 

Lengua madre

Palabras
abatidas
desiguales
de breve vida
hacia el suelo.
 
En la distancia
el taniwha[2]
exclama auē, auē[3].

 
Notas de la traductora

[1] Ave endémica de Nueva Zelanda.

[2] Taniwha en lengua maorí significa espíritu de agua, monstruo, criatura poderosa, jefe, líder poderoso, algo o alguien asombroso. El taniwha toma diversas formas y a menudo vive en lagos, ríos y el mar. Usualmente son referidos como guardianes.

[3] Auē es un verbo maorí que significa llorar, aullar, lamentarse o gemir. También es usado como interjección de angustia y estupor.






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LOUKY BERSIANIK [19.002]

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Louky Bersianik 

Es el seudónimo de la escritora feminista canadiense Lucile Durand, nació el 14 noviembre de 1930 y falleció el 3 diciembre de 2011. 

Autora de L’Éuguélionne, La main tranchante du symbole, Pique-Nique sur l’Acropole... (novelas). Es también poeta, ensayista y au- tora de textos dramáticos y de cuentos para niños. V. ARANCIBIA, B. (1995). Posmodernidad y escritura femenina en la narrativa canadiense actual. Cuad. N° 4 del Centro Cuyo Canadá. La revista Voix et images le dedicó el N° 49, otoño de 1991.

La primera sección de la película Firewords / Les Terribles vivantes (Dorothy Todd Hénault, 1986) está dedicado a entrevistas con Bersianik y extractos dramatizadas de L'euguélionne.

Premios

1966 - Prix de la Province, for Togo apprenti-remorqueur
1997 - Prix du Gouverneur général

Obras 

L'Euguélionne: roman triptyque , La Presse, 1976, ISBN 978-0-7777-0126-3
The Euguélionne: a triptych novel , Press Porcépic, 1981, ISBN 978-0-88878-192-5 ; Translator Howard Scott, Alter Ego Editions, 1996, ISBN 978-1-896743-01-1
Le pique-nique sur l'Acropole , VLB éditeur, 1979
La page de garde , Editions de la Maison, 1978
Maternative: les pré-Ancyl , VLB Éditeur, 1980
Au beau milieu de moi: photographies de Kero , Nouvelle Optique, 1983
Axes et eau: poems , VLB éditeur, 1984, ISBN 978-2-89005-200-0
Kerameikos , Éditions du Noroît, 1987, ISBN 978-2-89018-158-8
La Théorie, un dimanche , Éditions du Remue-ménage, 1988
Femmes, corps et âme , Musée de la civilisation, 1996, ISBN 978-2-89261-156-4
Permafrost, 1937-1938: roman , Leméac, 1997, ISBN 978-2-7609-3195-4

Ensayos

La Main tranchante du symbole. Éditions du Remue-ménage, 1990, ISBN 978-2-89091-099-7
L'archéologie du Futur , Sisyphe, 2007, ISBN 978-2-923456-07-2




EL CANTO DE LA INCONSOLABLE

No quiero volarme los sesos
No quiero cortarme las venas
No quiero meterme un plomazo
No hay holocausto en mis proyectos

No quiero arrojar mi esqueleto
Desde el monumento al suicidio
Ni dormirme sin dejar huella
No quiero colgarme de un clavo

No quiero cortocircuitos en la bañera
No quiero beberme el tanque del gas
Pero amo el agua

Avertine decía

¡Y soy la inconsolable!
Sabías tú sabías tú
Que no he NACIDO
Y estoy inconsolable
Pero amo el agua

Avertine decía

Me envuelve toda
Por todos lados me toca
Me conmueve
El agua es mi cuna

No me gusta la balística
Ni las tomas eléctricas
Ni las agujas mágicas
Ni los barbitúricos

No me gustan las armas
Ni los nudos ni las cuerdas
Ni las navajas de rasurar
Ni las píldoras de esperanza

No me gustan las bodas de sangre
No me gustan los baños de tumba
Ni la idea de ser aplastada
Por un vagón de metro
Pero amo el agua

Avertine decía

Y soy la inconsolable
el agua es mi aro de juego

Y arremolinándose
Y respirando un aire
Cargado de nervios y rosas
Avertine parte hacia la mar
Prematuramente embarazada
De sus huesos


de Constelación de poetas francófonas de cinco continentes (DIEZ SIGLOS), Editorial Espejo de Viento, 
Dirección de Literatura de la Coordinación de Difusión Cultural de la UNAM. Selección, traducción y notas de Verónica Martínez Lira y Yael Weiss.


https://issuu.com/mexking/docs/constelacion/






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MEKEEL McBRIDE [19.003]

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Mekeel McBride

Mekeel McBride. Poeta de EE.UU.
Mekeel McBride es autora de seis libros de poemas, profesora de inglés en la Universidad de New Hampshire. Ha recibido dos becas NEA.



CALDERO

Una vieja se cansa de su rostro triste
así que llena su tazón de sopa con agua fresca
y mira entonces el pequeño lago hasta que ve
su reflejo flotar allí pero suavizado.
Sonríe, y cuando lo hace,
su tristeza se tropieza en el tazón,
con la sorpresa de verse por fin aligerada un poco.
Luego lleva el tazón a lo alto en la maleza
y lo deja allí para que las lenguas ásperas
de los gatos callejeros lo rasguñen;
para que la luz de las estrellas se repare en él.
Ahora bien, quién sabe si ella es vieja,
o joven, esta mujer que conjura la desesperanza.
Que ríe cuando pela las pieles arrugadas
de las patatas rosadas, las echa luna
a luna en el caldero de la noche: nueva sopa de raíces.



KETTLE

An old woman gets tired of her sad face
so she fills her soup bowl with fresh water
then stares into that small lake until she sees
her reflection floating there but softened.
She smiles and when she does that,
her sadness gets tricked into the bowl,
surprised to be lightened a little at last.
Then she takes that bowl into high grass
and leaves it there for the rough thongues
of homeless cats to scratch across;
for starligth to men itself in.
Now, who knows whether she is old
or young, this woman who tricks away despair.
She's laughing as she peels the wrinkled skins
from red potatoes, drooping them moon
by moon into evening's keetle: new root soup.

Líneas conectadas, Nueva Poesía de los Estados Unidos,
Sarabande Books, 2006 / Editado por April Lindner
Traducción de Zulai Marcela Fuentes



Friend Blue Snake

Light, far away, faltering like a votive at the feet of a blue saint 
who blesses only the most lost of causes. 
The man and woman on a dark path walk home wordlessly 
as if it were an ordinary evening.

But it is the time of the moon fat with maggots; no pearls! 
no pearls! sticky shellac-light calls, falling. 
The time of the starving underground animals up for a feed. 
Time of the masks of sequins cut from the dresses of old dolls,

sewn onto human skin. Something only as evident 
as wind is tracking the humans. Tree-top leaves, 
under its weight, treble and click 
trying to rid themselves of its sour body.

Allowed any power but to touch the earth, what it wants 
is everything—the books 
in the man's bag, pages black and rich as loam, 
secrets written there roots teach the burrowers:

vole, five-hearted earthworm and mouse 
who carries the entire meadow underground 
in memory every time it descends 
into the fragrant dark: bone, seed, star, stone.

Wants the hourglass the woman uses to measure time; sand 
she allowed to slip back to sea, then made another kind 
of ocean in the emptiness. Pollen and saifron 
now sifting back and forth in the glass house no bigger than an egg.

It wants the bees that float behind them night and day 
in disorderly, obedient veils, whispering what 
has been translated 
from lost libraries hidden deep in living flowers.

This shudder through dying leaves, this animal of string 
and rotten meat, this beast 
who dips its tongue in corpse entrails delicately 
as a hummingbird might feed at a fuchsia bloom 
wants to swallow the man and woman

walking home whole: hangnail, finger clipping, heartbeat, soul. 
Says so in a sound like a child's flute, oasis, mesmerizing, 
go to sleep now, it is safe, look,

the ocean, sea glass white and blue tumbling into gems at the edge;
take off your heavy coat, abandon yourself to the azure palace 
of god's first water. Bells in the distance, goat bells, bells 
braided into the shaggy manes of old ponies,

wind chimes chanting away in gold laughter the hungry ghosts. 
But behind it all, the man and the woman hear the whistle, 
decades old, of the death camp trains. Dust falling 
through still air. They hear and turn to each other,

baring the truth of it between them in one look—book of fire, 
then they fall to the ground in one body, 
blue snake, 
every part of that body touching earth, swum forward by earth;

first light, faraway light, a library older than Alexandria 
cool stone corridors welcome blue snake in as desert welcomes 
water 
and because of this, the child tortured then slaughtered, 
left stinking at the side of the road is now carried

into the green breath of the meadow of the oldest story 
and is rinsed there and restored; where tears 
on the cheeks of the late night reader leave no scars, only a slight 
trace of pollen and the black pages of the night books burn with aurora 
borealis.




Some Kisses for Bill

A shooting star-that spine of light- 
sudden in darkness. The lost child starting 
its search for the body grief robbed it of. This kiss, 
the abandoned body 
returned whole.

*

A kiss as gold and clumsy and glad 
as the way tubas 
woo wind through Sousa marches.

*

Rivers spangled with the mystery 
every explorer has bequeathed to deep water.

*

Blissful as a statue's secret gulping of meteors 
the moment after the preoccupied human 
has passed.

*

A kiss like the names carved 
on an old gravestone, filled in with moss. 
From loss, summer 
starting its green territories again.

*

Blue-grey of a heron folding itself 
into the monastery of the estuary; this kiss, how it feels 
to have its solitude fill your body 
with love from the necessary 
invisible ocean.

*

Kisses that touch you the way the symphony 
conductor's hands make love 
to music's body.

*

A kiss that loves you the way a telescope loves starlight.

*

Kiss for the part of you hopeless 
as the suicide who steps off the bridge into an abyss 
that fills quickly with the flat slam of water 
black as your father's anger. No choice 
but to give in to this. The letting go. The failing. 
Then something small, impossible begins 
to happen, just enough wing to hold you. This kiss 
opening.

*

After talking to a woman you once loved, 
who did not, I think, love you, you found a rock 
in a shopping center parking lot. 
“It had been run over a lot,” you said. “It didn't want 
to be run over anymore.”

And you took the stone to a small stream 
where water in one long kiss covered it and kept 
kissing. This is for you, all these kisses 
that know how the stone is just water that stopped itself 
in order to survive. That know how it feels 
to take the unbearable weight 
of such heavy machinery bearing down over and over. 
Then nothing.

A kiss 
like the water you put that stone in, water 
that is a kind of weeping, not just for the loss 
of the woman, whoever she was, but for all of it, 
for what was unspeakable. 
Water like love that doesn't change 
the stone, wear it down or carry it away. Just touches it. 
That's all. Touches it.


Jimmy, Jesus and the Japanese Beetles

The five kids, their parents, the grandmother 
and Jesus sit down to dinner. Pink, dry flakes 
of canned salmon lie on the plastic plates 
like eczema. New burns, from the day's ironing 
rise like small roses on the grandmother's wrists. 

Because they have never seen Jesus eat, they've stopped 
setting his place. He always wears the same outfit, 
the one showing his heart all wrapped in barbed wire. 
Jimmy, who has just turned eleven thinks it looks 
like liver wrapped in bacon and says so. 

His father slaps him across the face then sends him 
out to the darkest part of the yard to say Hail Marys 
and Our Fathers. Sometimes all he has to do is ask 
for the bread. Or decorate his mashed potatoes with peas. 
And he's smacked, shoved off into the dark, 

to undergo penance, he's come to think, for hunger itself. 
He doesn't mind the yard though. Tonight it's quiet. 
Once in awhile a stray dog runs down the alley. 
By street lamp light he notices that Japanese beetles 
have nearly chewed away the leaves of his mother's roses 

and that greenery all gone to rotten lace fills him again 
with a desperate, small sadness. He will not be allowed 
back in to finish his dinner. He thinks of Jesus, 
his beautiful long brown hair, his kind eyes, 
his body that is a body. And Jimmy wonders 

if the point isn't that Jesus has come to the table 
every night wanting someone to remove the thorns 
from his heart and offer him a full plate 
of lamb chops, gravy, peas and potatoes. 
Wanting someone to see him for who he really is. 

And then Jimmy slips his thin hand into his pants 
and touches himself and that pleasure is the only prayer 
he has to offer because for a little while, he is really there, 
like Jesus with a healed heart, like small weeds 
trying to fill the empty yard with any kind of green.





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