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Channel: POETAS SIGLO XXI - ANTOLOGIA MUNDIAL + 20.000 POETAS: Editor: Fernando Sabido Sánchez #Poesía
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NIKOLÁI NEKRÁSOV [17.231]

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Nikolái Nekrásov

Nikolái Alekséyevich Nekrásov, en ruso original Николай Алексеевич Некрасов (Nemírov, Gubernia de Podolia, 1821 - San Petersburgo, 1877), fue un poeta y autor teatral ruso.

Nació en una familia de terratenientes y su niñez transcurrió a las orillas del río Volga, cuyas grandezas y miserias cantó en sus versos. Desde muy niño padeció un ambiente familiar tenso, con las cacerías y ruidosas bacanales que organizaba su padre, y las escenas de castigos, maltratos y desprecios que éste, hombre despótico y cruel, infligía a sus siervos campesinos dejaron honda impresión en la mente y espíritu del futuro poeta. Cursó estudios en distintos internados y en el instituto público de Yaroslavl, donde empezó a escribir algunas poesías satíricas y se interesó por el teatro; pero estudiaba mal y apenas fue capaz de hacer cinco cursos en seis años. En 1838 llegó a Moscú e intentó dos años consecutivos ingresar en la Universidad, pero no logró superar los exámenes de ingreso. Malvivió los tres años siguientes, durmiendo en albergues para vagabundos y escribiendo cartas de encargo en la plaza del mercado a cambio de comida. Su primera poesía, "El pensamiento", se publicó en 1838 en la revista El Hijo de la Patria. Su primer libro de poesías, Sonidos y ensueños, 1840, de aire romántico ya algo trasnochado, pasó desaprcibido.

Buscando su identidad literaria, escribió varios vodeviles que se estrenaron con éxito y buena crítica: Lezna en saco mala es de guardar, moza casadera mala es de cuidar, El actor (1841), El prestamista de San Petersburgo, 1844; Una mañana en la redacción, 1841; Tedio otoñal, 1848 etcétera; pero tampoco era este el camino que quería seguir.

Su verdadera actividad llegó con la adquisición de los derechos de publicación de las revistas El Contemporáneo en 1847 y Anales de la Patria en 1866, donde colaboraron las plumas más importantes de las letras rusas. En la medida que se iba radicalizando hacia la izquierda la postura de la primera de ellas, se fueron saliendo de ella los aristócratas Lev Tolstói, Iván Turguénev, Goncharov, Saltykov-Shchedrín, etcétera y entraron los naródniki o "populistas" y "heterogéneos", hombres más afines a las ideas social-revolucionarias, como Nikolái Dobrolyúbov, Nikolái Chernyshevski, Visarión Belinski, Nikolái Pomyalovski, Fiódor Reshétnikov y otros, amigos y colaboradores de Nekrásov.

La obra poética de Nekrásov es amplia, polifacética y rica, con una temática variada: poesía lírica e intimista, cívica y social y, muy especialmente, de temática campesina, pero siempre con un carácter de denuncia social, protesta e inconformismo. La actitud crítica y negativa ante el estado de las cosas constituye la característica esencial de su creación poética. Entre sus obras poéticas destacan En el camino, 1845; La troika, 1846; El poeta y el ciudadano, 1856; Ayer, a eso de las seis, 1848; Entrada principal, 1858; El ferrocarril, 1864; La mies abandonada, Feliz el poeta sin ira, de 1852; Canción para Yeriómushka, 1858; Año tras año merman mis fuerzas, 1861; Sepelio, 1861; Libertad, 1861; El verde son, 1862; Caballero por una hora, 1860; Niños campesinos, 1861; La curandera, 1860; En el Volga, etcétera, todos ellos de profundo lirismo.

Entre sus poemas extensos destacan Los buhoneros, de 1861, de ambiente campesino; El Señor del Frío, de corte folklórico; El abuelo, de 1870, poema histórico; La mujer rusa, 1872, auténtico canto de amor y exaltación dedicado a las esposas de los decembristas que acompañaron a sus maridos al exilio siberiano. Otros son poemas dedicados a sus amigos, como Belinski, dedicado al gran crítico literario; En memoria de Dobroliúbov, consagrado al crítico y ensayista muerto en la flor de la vida; Chernyshevski, que tiene por tema al ideólogo de los socialistas populistas rusos, No le llores con tanto desespero, dedicado a la escritora María A. Markóvich con motivo de la muerte prematura de Dmitri Písarev, pariente y amigo suyo y, muy especialmente, su obra maestra, el poema-epopeya ¿Quién es feliz en Rusia? (1877), donde el autor, con verso de claro sabor popular, describe un vasto panorama de la Rusia rural, sus tradiciones, las penas y alegrías de sus gentes. Admirador de la mujer de cualquier condición social y edad, le consagró algunas de las más bellas páginas en la poesía rusa tituladas La madre (1877), el poema anteriormente mencionado a las mujeres de los decembristas rusos y algunos pasajes del poema ¿Quién es feliz en Rusia?.

También se ocupó de los niños escribiéndoles una serie de poemas como El abuelo Mazái y las liebres, 1870; Los ruiseñores, 1870; El tío Yúkov, etcétera.

En sus últimos años, cansado de luchar y enfermo, escribió hermosas elegías y poesías líricas intimistas, en las que intenta resumir su vida, próxima a su fin: Pronto moriré, 1867; Cómo se alegra mi enemigo, 1866; ¿Por qué me desgarráis?, 1867; Angustia y Elegía, de 1874, etcétera.

Las Obras completas de Nekrásov, del grupo de poetas populistas y cantor del campo y de las libertades cívicas, ocupan doce tomos. Está enterrado en el cementerio Novodévichi de San Petersburgo.



“Vlas.”

En sacón, con cuello abierto,
Descubierta la cabeza,
Lentamente, pasa por la ciudad
El “tío Vlas,” un anciano canoso.
Sobre su pecho un icono de cobre,
Pide para la construcción del templo de Dios.
Lleva cadenas de penitencia de hierro.
Su calzado es pobre y tiene
Una cicatriz profunda en la mejilla.
Y en la mano un palo largo con punta de hierro.
Dicen, que antes, era un gran pecador.
En el hombre no había Dios.
A golpes llevó a la tumba a su esposa.
Escondía a bandidos y cuatreros de caballos,
Compraba el grano en toda su vecindad pobre.
Y luego en un “año negro” (año de mala cosecha)
No fiaba ni un centavo
Y cobraba por triplicado al indigente.
Despojaba al pariente y al pobre.
Tenia la fama de un gran avaro.
Era de carácter duro y severo.
Al final, cayó el trueno.
Vlas se siente mal. Llaman al curandero.
Pero como puede éste ayudar
Al que sacaba la camisa al campesino
Y robaba la bolsa al pordiosero?
Sólo empeora su salud.
Pasó un año, y Vlas sigue postrado.
Jura de construir un templo
Si se salva de la muerte.
Dicen que tuvo visiones en su delirio.
Veía el fin del mundo
Y a pecadores en el infierno.
Los atormentan los diablos listos,
Los pica la bruja mala,
Etíopes negros de ojos de ascuas,
Cocodrilos, serpientes, alacranes,
Los queman, cortan e incineran.
Aúllan los pecadores en su angustia
Muerden sus cadenas herrumbradas.
Unos están ensartados en largo palo,
Otros lamen el piso caliente.
Allí, escritas en unas tablas
Vlas leyó sus pecados.
Vlas vió las tinieblas totales
Y dió su ultimo voto.
El Señor lo escuchó
Y el alma pecadora
Devolvió al libre mundo.
Donó Vlas su patrimonio
Quedó descalzo y desnudo
Y se fue a reunir medios
Para la construcción del templo.
Desde entonces, Vlas camina
Ya cerca de treinta años.
Come lo que le dan,
Cumple fiel y severamente su voto.
La gran fuerza de su alma
Se centró en la obra de Dios,
Como si nunca, la codícia salvaje
Tuviera incumbencia en él.
Pleno de congoja inconsolable,
De tez oscura, alto y derecho
Camina con paso pausado
Por aldeas y ciudades.
No existe para él, camino largo.
Estuvo en la madre Moscú,
Estuvo cerca del ancho Caspio,
Y a las orillas del imperial Neva.
Camina con el icono y el libro,
Habla consigo mismo,
Y suenan suavemente sus cadenas de hierro.
Camina durante el frío invierno,
Camina en los calores del verano,
Llamando a la Rusia bautizada
A dar según sus posibilidades.
Y dan, dan los transeúntes.
Así, del óbolo del trabajo
Crecen los templos de Dios
Sobre la faz de nuestra tierra.








POESÍA ANÓNIMA AFRICANA -YORUBÁ- (1) [17.232]

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Poesía anónima africana
Selección, traducción y notas de
Rogelio Martínez Furé



De la poesía yorubá  (1)

Vivir con una persona humilde refresca la mente.
Proverbio yorubá

Muchas palabras no llenan un cesto.
Proverbio yorubá



Los yorubá

Los yorubá son un pueblo de más de siete millones de personas que habita principalmente en el sudoeste de Nigeria, Dahomey, Togo y Ghana.

Creadores de una alta cultura urbana medieval cuyo centro se desarrolló, a partir del siglo XIII, en la ciudad de Ilé Ifè –considerada por las leyendas como escenario de la Creación Universal–, este pueblo de agricultores, guerreros y comerciantes se constituyó en un verdadero foco clásico de civilización africana al sur del Sajara por el alto nivel alcanzado en el desarrollo de las fuerzas productivas, las técnicas, la organización política, cosmogonía, usos y costumbres, y por haber creado uno de los estilos artísticos más refinados e importantes de África y del mundo: los “bronces” y terracotas de Ifè.

A partir del siglo XV se inició la expansión militar de Óyó sobre los pueblos vecinos. “Posiblemente Shàngó, el Alãfin deificado, el inventor y estratega que pereció por su propio hubris, pueda ser asociado con esta fase de la historia de Óyó”.

Durante el siglo XVII el imperio yorubá de Óyó llegó a dominar a los otros subgrupos del mismo origen étnico, ejerciendo su poder sobre gran parte de lo que hoy es Nigeria Occidental y partes del Dahomey. “De acuerdo con la tradición de Óyó, hacia fines del siglo diecisiete las fronteras imperiales se extendían hasta el Níger por el norte y el este, e incluían el Dahomey por el Oeste”. Ilé Ifè se mantuvo como capital religiosa, pero Óyó se convirtió en el gran centro político, donde residía el Alãfin,  monarca supremo, considerado por las tradiciones como descendiente del Dios (orisha) del rayo Shàngó.

Maestros en el trabajo de los metales, de la madera, de la piedra dura y la terracota, fueron un pueblo músico y poeta; poseyeron una filosofía profunda y humana. El tráfico negrero que alteró la economía de la Costa de Guinea, las guerras civiles interminables, las luchas fratricidas por la sucesión al trono, la subsiguiente sublevación de los pueblos vecinos sojuzgados y la derrota militar frente a los ejércitos musulmanes de Usmán dan Fodio –el gran conquistador fulani–, determinaron la decadencia de las glorias guerreras y artísticas de los yorubá y el hundimiento del imperio de Óyó a principios del siglo XIX.

Su antigua capital, el viejo Óyó o Katunga, se encontraba mucho más al norte del actual emplazamiento del Óyó nuevo, pero fue abandonada después de ser saqueada por los fulani de Ilorin en 1835, fundándose una nueva capital cien millas más al sur en un territorio más protegido de los ataques de los enemigos norteños.

En la actualidad, la mayoría de los yorubá forman parte del estado africano con más habitantes en el continente, Nigeria –alrededor de 75 millones–, y constituyen uno de los tres grupos étnicos principales del país. Los elementos
característicos de su cultura secular, cuyo origen es situado por algunos historiadores entre los siglos VII y XII d.n.e.1 se conservan hasta el presente, de la misma forma que su religión ha logrado sobrevivir en tierras americanas a los siglos de régimen esclavista.

Entre los yorubá, la poesía cumple una función social de primera importancia e interviene en todas las manifestaciones de la vida de ese pueblo. En las ceremonias religiosas o estaTales, en las bodas, en los ritos funerarios, siempre estarán presentes los bardos profesionales que cantarán el tipo de poema apropiado.

Mientras en la cultura occidental burguesa la poesía ha dejado de desempeñar esta función social para convertirse en goce de minorías, entre los yorubá, tanto los cánticos de alabanza a los dioses (orisha) como los comentarios sarcásticos sobre los sucesos de actualidad dan lugar a la expresión poética. Y no está reservada sólo para las ocasiones solemnes o festivas, sino que forma parte de la vida cotidiana.

Los vendedores poseen poemas especiales para anunciar sus productos en el mercado; los cazadores para cantar mientras marchan por los senderos del intrincado monte o en sus reuniones nocturnas; los niños para acompañar sus
juegos. Mientras los campesinos cultivan sus campos o los herreros ejecutan sus diversas labores, ahuyentarán la fatiga entonando fragmentos de ìjálá; una recién casada camino de su nuevo hogar cantará un rárà; al despertar los niños en la mañana se inclinarán frente a sus mayores y los saludarán con algún oríkì en honor de los antepasados familiares. En los momentos de sosiego y descanso, en medio de las conversaciones, de las risas y la ingestión de bebidas, también estará presente la poesía.





Oríkì,
la poesía de los dioses y los hombres


1. ORÍKÌ DE ÈSHÙ

Cuando está enojado
golpea una piedra hasta hacerla sangrar.
Cuando está enojado
se sienta en la piel de una hormiga.
Cuando está enojado
llora lágrimas de sangre.

Èshù, confundidor de hombres.
El dueño de veinte esclavos está sacrificando,
para que Èshù no pueda confundirlo.
El dueño de treinta ìwòfà1
 está sacrificando,
para que Èshù no pueda confundirlo.
Èshù trastornó a la esposa recién casada.
Cuando ella robó los cauríes
del adoratorio sagrado de Oya,2
dijo que no se había dado cuenta
De que coger doscientos cauríes era robar.
Èshù trastornó la cabeza de la reina,
que empezó a salir desnuda.
Luego la golpeó para hacerla llorar.
_____________________________________________
1 Ìwòfà: Hombre que da su trabajo como crédito a quien le ha prestado
dinero a él o a sus familiares. Deberá trabajar para su acreedor hasta
que el dinero sea devuelto.
2 Oya: Diosa del río Níger, esposa de Shàngó, se la considera orisha de
las centellas, del cementerio y del viento.



¡Èshù, no me confundas!
¡Èshù, no confundas la carga sobre mi cabeza!3

Èshù, amante de los perros.
Si una cabra se pierde en Ogbe,
no me pregunten.
¿Creen que soy ladrón de cabras?
Si una enorme oveja se pierde en Ogbe,
no me pregunten.
¿Creen que soy ladrón de ovejas?
Si algún ave se pierde en Ogbe,
no me pregunten.
¿Creen que soy ladrón de aves?
Pero si un perro negro se pierde en Ogbe,
¡pregúntenme!
¡Me encontrarán comiendo el sacrificio de Èshù
en una bandeja de madera!

Èshù durmió en la casa,
pero la casa era demasiado pequeña para él.
Èshù durmió en la galería,
pero la galería era demasiado pequeña para él.
Èshù durmió en una nuez,
¡al fin pudo estirarse!

Èshù caminó a través del plantío de maní.
Su copete de pelo era apenas visible.
__________________________________________
3 “La carga sobre mi cabeza” es una metáfora que se refiere a los
familiares.




De no haber sido por su enorme tamaño,
no hubiera sido visible en absoluto.

Habiendo tirado una piedra ayer,
mata un pájaro hoy.
Acostado, su cabeza da en el techo.
De pie, no puede mirar dentro de la cazuela.
Èshù cambia lo correcto en incorrecto,
y lo incorrecto en correcto.4

__________________________________
4 Esta naturaleza voluble de Elegba o Èshù lo hace el dios más
peligroso y temible. Las ceremonias de la Regla de Osha se inician
siempre con ofrendas y cánticos rituales en su honor, para aplacarlo y
atraerse su favor; también se le invoca para terminarlas.




2. ORÍKÌ DE ÒGÚN

Ògún mata a su diestra y destruye a su diestra.
Ògún mata a su siniestra y destruye a su siniestra.
Ògún mata de repente en la casa y de repente
en el campo.
Ògún mata al niño con el hierro con que juega.
Ògún mata en silencio.
Ògún mata al ladrón
y al dueño de los bienes robados.
Ògún mata al dueño del esclavo,
y el esclavo se escapa.
Ògún mata al dueño de treinta ìwòfà,
y su dinero, opulencia e hijos desaparecen.
Ògún mata al dueño de la casa
y pinta el hogar con su sangre.

Ògún es la muerte que persigue al niño
hasta que corre a la selva.
Ògún es la aguja que pincha por ambos extremos.
Ògún tiene agua, pero se baña en sangre.

Ògún, no me combatas. Te pertenezco sólo a ti.
La esposa de Ògún es como un tìmtìm:5
No le gusta que dos personas descansen sobre ella.

Ògún tiene muchos trajes. Se los da a los mendigos.
Le da uno a la chocha, la chocha lo tiñe índigo.
_________________________________________
5 El tìmtìm es un cojín de cuero repujado.



Le da uno al cuco, el cuco lo tiñe de rojo.
Le da uno al airón, el airón lo deja blanco.

Ògún no es como el ñame machacado:
¿Crees que puedes amasarlo en tu mano
Y comer hasta hartarte?
Ògún no es como la harina de maíz:

¿Crees que puedes amasarlo en tu mano
Y comer hasta hartarte?
Ògún no es como algo que puedas echar en tu gorro:
¿Crees que puedes ponerte tu gorro y marcharte con él?

Ògún dispersa a sus enemigos.
Cuando las mariposas llegan
donde excreta el leopardo,
se dispersan en todas direcciones.

La luz que brilla en el rostro de Ògún
no es fácil de contemplar.
¡Ògún, no me dejes ver el rojo de tus ojos!

Ògún le sacrifica un elefante a su cabeza.6
Dueño del hierro, jefe de los guerreros,
Ògún, gran jefe de los ladrones.
Ògún lleva un gorro sangriento.

____________________________
6 Todos le sacrifican a su cabeza o buena fortuna.





Ògún tiene cuatrocientas esposas
y mil cuatrocientos hijos.
Ògún, el fuego que barre la selva.
No es broma su risa.
Ògún come doscientas lombrices de tierra
y no vomita.
¡Ògún es un orisha loco que aún hace preguntas
después de 780 años!
¡Si puedo responder o si no puedo,
Ògún, no me preguntes nada!

El león nunca deja jugar con su cachorro.
Ògún nunca permitirá el castigo de sus hijos.
¡Ògún, no me rechaces!

¿Acaso la mujer que hila rechaza un huso?
¿Acaso la mujer que tiñe rechaza un paño?
¿Acaso el ojo que ve rechaza una mirada?
¡Ògún, no me rechaces!7

______________________________
7 Aunque Ògún es un dios temible necesita también adoradores. Ya
que todo dios es producto de la imaginación humana, un dios sin
adoradores desaparece. Su culto lo considera dueño del monte, de los
metales y de la fragua. Es agricultor y guerrero.




3. ORÍKÌ DE ERINLÈ

Es firme y fuerte como una roca antigua.
Claro como la mirada de Dios,
que no hace crecer yerba alguna.
Como la tierra, nunca cambiará.
Apaga la lámpara y deja que sus ojos
brillen como fuego.
Hará de la mujer estéril una que cargue niños.
Es padre de nuestro rey.
Es quien vela por mi hijo.

Desde lo profundo del río nos llama a la guerra.
En el matorral y en la tupida selva halla su sustento.
Pisa por caminos peligrosos,
pero su pie no vacila.
Puede destruir, como las lombrices en el estómago.
Curará la cabeza confundida.
Mezcla las cabezas de los buitres
con las de otras aves.8
El antílope no puede moverse.
La vaca salvaje está hechizada.
No será amistoso con el leopardo
sino por su oreja moteada.

Él conoce los lugares secos de la tierra,
conoce donde los ríos fluyen,
de la pesca y un gran médico.
Donde la yerba es abundante,
donde los grandes árboles sombrean la corriente
Y el aire es fresco como el harmatán.9

Posee algo que no puede hallarse
ni en la casa del rey:
¡Su traje lleno de piojos 10
Rehúsa pagar la cerveza,
rehúsa pagar la kola,
Pero no le pedimos el dinero.

Erinlè repara la olla, como repara la cabeza.11
¡Te ruego vengas y repares mi cabeza!
____________________________________________________________________
8 Este verso y los siguientes describen los poderes mágicos atribuidos
a Erinlè. También se le denomina Inle y es considerado como orisha
9 Harmatán: Viento del desierto
10 En sentido de burla
11 La cabeza significa la buena suerte o fortuna. Es corriente oír
hablar sobre “rogaciones de cabeza”, “darle de comer a la cabeza”
y otras expresiones por el estilo para referirse a ciertas ceremonias
encaminadas a cambiar la suerte de las personas y atraerles la buena
fortuna.





4. ORÍKÌ DE OBÀTÁLÁ

Él es paciente, no se enoja.
Se sienta en silencio a juzgar.
Nos ve aunque no esté mirando.
Permanece en un lugar lejano,
pero sus ojos están sobre el pueblo.

El granero del cielo nunca podrá ser llenado.
El anciano lleno de fuerza vital.

Mata al novicio,
y lo despierta para hacerle oír sus palabras.12
Dejamos el mundo al dueño del mundo.
La muerte obra traviesa, hasta que él
se lleva al niño.13
Él cabalga sobre un jorobado.14
Tiende su mano derecha.
Tiende su mano izquierda.

Se yergue junto a sus hijos y les deja triunfar.
Los hace reír, y ellos ríen.15

Ojojo, el padre de la risa.16
Su mirada está llena de júbilo,
reposa en el cielo como un enjambre de abejas.
Les bailamos a nuestros dieciséis tambores

que suenan “yinguin, yinguin”.
A ocho de los tambores les bailamos doblados,
a ocho de los tambores les bailamos erectos.
Meneamos nuestros hombros, meneamos
nuestras caderas,
munusi, munusi, munusi,
Les bailamos a tus dieciséis tambores.
Aquellos que son ricos le deben sus bienes
a él.
Aquellos que son pobres le deben sus bienes
a él.
Le quita al rico y lo da al pobre.
¡Siempre que quites a los ricos,
ven y dámelo a mí!

Obàtálá, que conviertes la sangre en niños. 17
Tengo tan sólo un vestido que teñir
con índigo.

Tengo tan sólo un tocado que teñir
de rojo.
¡Pero sé que guardas veinte o treinta hijos
para mí,
a los que pariré!

_________________________________
12 En la mayoría de los cultos a los orisha, los iniciados atraviesan un
rito de muerte y resurrección simbólicas. El ìyawó o iniciado renace
libre de las impurezas de su vida anterior. Durante un período de
tiempo (un año) deberá vestir de blanco, el color de Obàtálá, estando
bajo la protección de este Dios.
13 Obàtálá es el más bondadoso de los orisha, pero también puede
matar.
14 Obàtálá es el orisha creador de la tierra y los hombres. Según los
mitos, un día se emborrachó con vino de palma y creó a los jorobados,
los albinos y los ciegos. Desde entonces son sagrados para él.
15 “Les obliga a reír y ellos ríen”: Se refiere a que él le concedió el hálito
vital al hombre después de crearlo con arcilla.
16 Ojojo: Onomatopeya de la risa.
17 Este orisha crea a los niños en el vientre de sus madres





5. ORÍKÌ DE SHÀNGÓ

Cuando el elefante despierta en la mañana,
debe ofrecer respetos a su nueva esposa.
Cuando la guinea despierta en la mañana,
debe postrarse ante el Señor del Bosque.
Si deja de saludarlo,
será muerta por el cazador,
que se la llevará a su casa
sobre la espalda,
la venderá en el mercado
Y usará el dinero
para hacerse resguardos.
Si el antílope despierta en la mañana
Y no se inclina ante el Señor del Bosque,
el cazador vendrá y comerá su cabeza
con ñame machacado.
Shàngó, yo me postro ante ti cada mañana,
antes de partir para hacer algo.

El perro permanece en la casa de su amo,
pero no conoce sus intenciones.
La oveja no conoce las intenciones
Del hombre que la alimenta.
Nosotros mismos seguimos a Shàngó
Aunque ignoramos las suyas.

No es fácil vivir en compañía de Shàngó.
Las patas de los cangrejos son la confusión.
Las patas de las cotorras son torcidas.

Cuando el cangrejo abandona su hueco,
no sabemos qué dirección está tomando.
Shàngó salió para Ìbàdàn...
y llegó a Ilorín.18

La lluvia golpea al enmascarado Egúngún,
porque no puede encontrar refugio.
Él grita:
¡Ayúdenme, muertos del cielo, ayúdenme!
Pero la lluvia no puede golpear a Shàngó,
dicen que el fuego mata al agua.19
Él monta sobre el fuego como sobre un corcel
Relámpago, ¿con qué clase de paño
cubres tu cuerpo?
Con el paño de la muerte.
Shàngó es la muerte que gotea to, to, to,
como el índigo goteando de una tela.

Shàngó es la muerte que mata al dinero
con un gran palo.
El hombre que miente morirá en su casa.
Shàngó le pega al estúpido
Arruga el ceño y el mentiroso echa a correr.20

Aun cuando no lucha, le tememos;
Pero cuando la guerra brilla en sus ojos,
sus enemigos y adoradores corren
todos por igual.
Fuego en la mirada, fuego en la boca,
fuego en el techo.
Camina a solas, pero entra en el pueblo
como un enjambre de langostas.
El leopardo que mató al carnero y se bañó
en su sangre.
El hombre que murió en el mercado
y despertó en la casa.

Cuando tienes dolores de estómago,
comes siete cazuelas de maíz tostado.
Cuando te duele el hígado,
comes seis cazuelas de harina de ñame
con sopa de frijoles.
Tu cuerpo no es fuerte, tu cuerpo no es suave,
aunque comes doce nueces de kola.
Su vientre está redondo por la harina
de maíz caliente,
como el vientre de una mujer preñada.21

Si no compartes tu harina con él,
Se deslizará bajo tu uña
y tomará su parte.
¡Shàngó coge a la fuerza!
¡Si no le ofreces un asiento,
se sentará en la punta de tu nariz!
Él coge los techos de sus vecinos
y se cubre la cabeza.
Presta dinero y no pide que le paguen.
Su ropa es harapienta como la de una viuda.
Shàngó hace lo que quiere.
Si le place, puede hacer harina de maíz
de las bananas.
Si le place, puede usar su traje roto.

El rey que conoce el presente y el futuro.22
El que sabe lo que el blanco habla en secreto.
El que convierte una mala cabeza en buena.
El que da hijos a la mujer de pelo blanco.
Te lo ruego, dame una hija también.
El hombre que se casó sin pagar dote.
Yo pagué mi propia dote antes de casarme con él.
El hombre que compró la vagina a crédito
Y le pidió al jefe que pagara.
Yo sola soy su esposa favorita.
Cuando él duerme con una mujer,
le imparte su belleza.

Shàngó es un animal como el gorila.
Un raro animal en el bosque,
tan raro como el mono curandero.
Shàngó, no me des poco de tu medicina,
¡dámela toda! Para que pueda untarla
sobre mi rostro y mi boca.
Cualquiera que espera el elefante,
espera por la muerte.
Cualquiera que espera el búfalo,
espera por la muerte.
Cualquiera que espera el ferrocarril,
espera por molestias.
Él dice que debemos evitar
lo que habrá de matarnos.
Dice que debemos evitar las molestias.
Él es quien espera las cosas de que huimos.

Se arrodilla como un recolector de vegetales.
Shàngó no recolecta vegetales,
sólo busca la cabeza del campesino.
El campesino fue engañado.

Marchó a la granja sólo para ser muerto.
¡Mi señor, no me sacrifiques a tu ser interior!23

No veneraré a nadie sino a ti mientras viva.
Shàngó, te lo ruego, deja que mi vida sea buena.
Deseo lo que está en tu mano.
Deseo algo bueno de ti.
Entrégame hoy mi presente.
Sólo a ti veneraré.

Lo ruego, lo ruego,
no tengo a nadie más que a ti.
No me pelees.
¡Dame un hijo!

__________________________________________
18 Ciudades de Nigeria que se encuentran en direcciones opuestas.
19 Se cree entre los yorubá que los adoradores de Shàngó controlan la
lluvia. Si los enmascarados de la sociedad secreta Egúngún, dedicada
al culto de los muertos, no mantienen buenas relaciones con ellos,
pueden estropearles sus celebraciones.
20 Aunque los orisha no son arquetipos morales, a la manera de los
santos católicos, por ejemplo, éstas son características de Shàngó: le
disgustan los mentirosos y los estúpidos.
21 La utilización del sentido humorístico es corriente en los oríkì a los
orisha. Las relaciones entre los adoradores y el Dios son complejas,
envolviendo el amor, el miedo, la amistad y hasta el resentimiento.
Un ejemplo lo constituyen los cantos de puyas, en los que hasta
se llega a insultar al Dios para obligarlo a manifestarse entre los
adoradores, “montando” a uno de los creyentes, a quien se considera
como el orisha mismo mientras permanece en estado de posesión,
“subido”.
22 En la Regla de Osha también se considera a Shàngó como un gran
adivino. Según un mito muy extendido, le cambió a Orula su tablero
de adivinación por los tambores, prefiriendo las fiestas y las aventuras
a la vida sedentaria.
23 “Ser interior”: La esencia de su personalidad, a la que el creyente
hace sacrificios propiciatorios.











POESÍA ANÓNIMA AFRICANA -YORUBÁ- (2) [17.233]

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Poesía anónima africana
Selección, traducción y notas de
Rogelio Martínez Furé


De la poesía yorubá  (2)


6. ORÍKÌ DE ÒSHUN

La llamamos y responde con sabiduría.
Puede curar aquellos con quienes ha fallado
el doctor.
Cura al enfermo con agua fría.
Cuando cura al niño, no le cobra al padre.
Podemos permanecer en el mundo sin miedo.
¡Ìyálóde 24 que curas a los niños,
ayúdame a tener un hijo!
Sus medicinas son gratis,
alimenta a los niños con miel.
Ella es rica y sus palabras son dulces.
¡Extenso bosque lleno de alimentos!
Deja que un hijo abrace mi cuerpo.
Es suave el roce de una mano de niño.

Dueña del bronce.
Dueña de las plumas de cotorra.
Dueña del dinero.

Madre mía, eres hermosa, muy hermosa.
Tus ojos brillan como el bronce.

Tu piel es suave y tersa,
eres negra como el terciopelo.
Todos te saludan cuando desciendes a la tierra
¡todos cantan tus alabanzas!
______________________________________
24 Íyálóde: Título de una mujer jefe entre los yorubá. Òshun, la diosa de
la belleza, la coquetería, la maternidad y las aguas dulces y Yemayá
comparten el mismo sitial.




7. ORÍKÌ DEL ALÃFIN DE ÓYÓ

Hijo de la muerte,
Padre de todas las madres,
rey de todos los reyes.
Llevas la negrura del bosque
como una vestidura real.
Llevas la sangre de tus enemigos
como una brillante corona.
Sé misericordioso conmigo,
como la ceiba es misericordiosa con la selva,
como el águila es misericordiosa con los pájaros.
El pueblo descansa en la palma de tu mano,
ligero y frágil.
No lo destruyas:
nuestro destino descansa en tu mano;
empúñalo cuidadosamente
como tu cetro de cuentas.
Los enemigos que desean destruirte,
se destruirán ellos mismos.
Cuando quieran asar maíz
Le prenderán fuego a sus techos.
Cuando quieran vender agua
habrá sequía.
El tamiz siempre será dueño de la paja.
El lirio de agua siempre flotará en el lago.
Hijo de la muerte,
los pelos de tu pecho son tan numerosos
como las palabras de una mujer conversadora
Agarras las cabezas de tus enemigos
y hundes sus rostros en agua hirviente.
Tú cierras la puerta frente a sus narices
y guardas la llave en tu bolsillo.
Hijo de la muerte,
padre de todas las madres,
rey de todos los reyes.





8. ORÍKÌ DEL TIMI DE EDE

Tú que estás destinado a permanecer
en este pueblo.
Tú que embelleces el trono.
El hijo del gobernante poderoso
que compró un esclavo
por cada hijo nacido.
El hijo del rey que poseyó elefantes.
Tú eres hijo de tres reyes.
Óyó pertenece a tu madre.
Ede pertenece a tu padre.
Y Owu perteneció a tu madre.
Akanji, cúbreme con terciopelo nuevo.
Tú que eres hermoso como la rafia tierna
sobre la palmera.





9. ORÍKÌ DEL OGOGA DE IKERRE

Aunque es pequeña la aguja,
la gallina no puede tragársela.
El sapo salta contento en presencia del cocinero.25
Doscientas agujas no igualan una azada,
doscientas estrellas no hacen una luna.
El pelo blanco de un albino no puede ser teñido,26
un buen jinete no será lanzado de su caballo.
Si una mujer ha usado el pelo blanco de un albino
y aún no ha concebido,
¡no hay esperanzas para ella!27
El cazador cree que el mono no es sabio;
el mono es sabio, pero tiene su propia lógica.28
No es la serpiente la que tiene miedo,
sino quien la pisa.
El sapo camina con orgullo en presencia de la serpiente.
Hasta el caballo del rey tuvo ancas gruesas.
Un hombre puede ser molestado,
Dios no puede ser molestado.
La bendición de Dios no puede ser forzada.
El lagarto no puede pretender ser una boa.
Nadie puede ser rey mientras su padre viva.29
Brille la luna o esté muy oscuro,
el hombre poderoso será reconocido
cuando se le encuentre.
Él es el marido de la esposa negra
y de la esposa amarilla,
él es el marido de la esposa gruesa
que vende tabaco en el mercado.
Las hormigas blancas miran a la piedra
sin esperanza.
No debes luchar, no debes pelear,
si quieres ser padre de muchos hijos.
Él saca el aceite de palma rojo
del cuello de los hombres.30
El pájaro òkín sólo tiene una pluma blanca.31

_________________________________

25 El sapo (òpoló) es considerado un animal venenoso entre los yorubá.
26 Es tan imposible deponer al Ogoga (rey de Ikerre) como teñir el
cabello de un albino.
27 El pelo de un albino se considera un medicamento poderoso en la
tradición yorubá. La implicación aquí es: si el rey no puede ayudar,
nadie podrá hacerlo.
28 Es poco inteligente subestimar al rey, porque nadie conoce los
motivos que han guiado sus actos.
29 Existe esta ley entre los yorubá, porque si el padre del rey viviera,
habría alguien que pudiera gobernarlo a él.
30 “Aceite de palma”: Metáfora empleada en lugar de sangre.
31 El pájaro òkín es el símbolo de la realeza por tener una larga y única
pluma blanca en su cola.




Odù de Ifá,
la poesía del oráculo yorubá


10. ODÙ DE IFÁ

Bendigo a dos, no a uno.
Esto fue profetizado al lirio de mar
que se alarga hasta el fango, origen de la creación
¡El momento de la creación ha llegado!32

*
Las mentiras viajan por veinte años
y jamás arriban.
Un mentiroso salió de viaje por seis meses
y jamás regresó.
Pero la verdad dice que es mejor
revelar la verdad y morir.

*
El cielo es inmenso, pero en él no crece yerba.
Esto fue lo que el oráculo
dijo a Obàtálá,
a quien el gran Dios
entregó las riendas del mundo.
Dios del Igbo, yo extiendo mis manos.
¡Dadme las riendas del mundo!33

*

Los musulmanes siguen mintiendo.
Ellos dicen:
hacemos vigilia por Dios cada año.
Un día Èshù fue hasta ellos y dijo:
¿Por qué hacen vigilia por Dios?
¿Creen que Dios está muerto?
¿Creen que está enfermo?
¿O quizás triste?
Odumare nunca se enferma
y nunca puede estar triste.
Nunca oiremos de su muerte,
a menos que los mentirosos mientan.

*

El río corre, el río se va.
Pone su cuello bajo una raíz
y la arranca.
Esto fue lo que el oráculo
dijo a mil iniciados,
quienes pensaron que las nueces de Ifá
no eran más que almendras de palma.
Los mil iniciados que consideraron
las nueces de Ifá cual simples almendras,
¡seguirán, sin embargo, a Ifá! 34

*

Los jóvenes nunca oyen la muerte del paño,
—el paño se convierte en jirones.
Los viejos nunca oyen la muerte del paño,
—el paño se convierte en jirones.
Los jóvenes nunca oyen la muerte de Olódùmarè,
—el paño se convierte en jirones.
Los viejos nunca oyen la muerte de Olódùmarè,
—el paño se convierte en jirones. 35

*

Orifusi, el padre de Elu,
deseaba vencer a la Muerte
para que no pudiera matarlo,
ni a sus esposas e hijos.
Deseó el consejo de Ifá,
y ellos le dijeron:
—si no quieres que la Muerte te mate,
debes ofrendar,
aunque si no agregas buen comportamiento
tu sacrificio será en vano.
Lleva las aves a tu casa y libéralas,
no mates nada a partir de hoy.
Alguien que no quiere que la Muerte lo mate,
que no mate tampoco.


*

¡Qué mañana, cuando el aire no está lleno con el ruido
del machaqueo del ñame!
¡Qué noche, cuando escucho en vano para oírles cernir la
harina!
Cuando las freideras no rebullen con el fricasé
de conejos y aves.
¡Qué perspectiva, cuando el experto se retira bajo la sombra
del hambre!...36

*

Oloirekoire Olorunkorun aplicó el oráculo
a ciento sesenta y cinco palmeras.
Les pidió que ofrendaran para que
sus hijos no fueran robados.
Pero ellas rehusaron sacrificar.
Entonces vinieron los pájaros
y se comieron sus frutos y los dispersaron.
Entonces vinieron las ratas
y se comieron sus frutos y los dispersaron.
Si este odù le aparece a alguien,
muchos de sus hijos morirán.


*
Cuervo y lechuza son los nombres
de Òrúnmilà.37
Protector de la ciudad es el nombre de Èshù.
El dinero se sienta sobre la cabeza.
Las deudas cuelgan de nuestros cuellos.
La desnudez adicta a nuestros traseros
es lo tercero.
Hoy, madre querida, el oráculo nos es favorable.
Déjame tener dinero para sacrificarle a mi cabeza.
Déjame tener dinero para librar de deudas mi cuello.
Déjame tener dinero para cubrir mi desnudez.

*

No hay mujer preñada
que no pueda parir a un padre de los secretos.
No hay mujer
que no pueda parir a Òrúnmilà mismo.
Si un padre se ha olvidado de un hijo,
por mucho que sea el tiempo que le lleve,
el hijo puede todavía implorar al padre.
Si una madre parió un niño,
puede todavía volver a nacer de su hijo.38
Esto es lo que el oráculo dijo a Òrúnmilà,
quien respondió:
—Traeré el cielo a la tierra
y la tierra al cielo.
Le dijeron que sacrificara
dos ovejas, dos chivos y dos aves.
Macho y hembra de cada uno.
Él comprendió y sacrificó.

*

La sabiduría es la belleza más refinada
de una persona.
El dinero no te evita volverte ciego.
El dinero no te evita volverte loco.
El dinero no te evita volverte cojo.
Se te puede enfermar cualquier parte del cuerpo.
Conque es mejor para ti ir y pensar de nuevo
y seleccionar la sabiduría y luego
venir y sacrificar,
para que puedas dar descanso a tu cuerpo,
dentro y fuera.
Ellos preguntaron, ¿qué era el sacrificio?
El sacrificio... un ratón, un pescado, doscientos panes
de frijoles y cinco monedas.
Rehusaron ofrendar.
Se burlaron del padre de los secretos.39
Rieron y se burlaron de él.
Pero la enfermedad llegó hasta ellos.
Sus cuerpos se debilitaron y su tristeza fue grande.
Estaban moribundos, pero se sentían avergonzados
de ir al oráculo.
Al fin fueron implorantes al padre de los secretos
¡desde ese día el oráculo fue respetado!40

*

El Señor del Bosque y el Señor de la Sabana
deseaban seducir a Amada, la esposa del Fuego.
Se les dijo que ofrendaran retama,
una gallina y hojas de Ifá.
Pero el Señor de la Sabana rehusó.
Y dijo:
“¿Por qué debo yo, Señor de la Sabana, sacrificar
sólo por seducir a una mujer?
¿No tengo acaso un ejército de ñames venenosos
y arbustos de espinas
listos para protegerme?”
Pero el Señor del Bosque sacrificó.
Llegó el día en que Amada, la esposa del Fuego,
se marchó a la casa de Sabana.
El Fuego corría abrasador
hasta el Señor de la Sabana y gritaba:
¡Amada, Amada, Amada!
Quemó los ñames venenosos
y los arbustos de espinas.
Toda la Sabana fue arrasada.
Pero cuando el Fuego se volvió hacia el Bosque,
ellos regaron hojas de Ifá sobre él,
y murió.

*

Ogbe estaba cazando en el monte.
Le dijeron que ofrendara, o sufriría allí
Una desgracia.
Cuando estaba cazando de nuevo,
la lluvia empezó a golpearlo con fuerza.
Corrió a refugiarse dentro de un gran hueco.
¿Era el hueco de un árbol?
¿Era el hueco de una hormiga?
No, era el ano de un elefante.
El elefante cerró su ano. Ogbe suplicó,
pero no pudo escapar.
Sus parientes lo buscaron en vano.
Entonces llevaron la ofrenda.
La misma ofrenda que Ogbe había rehusado hacer.
Y el elefante lo dejó salir con su excreta.


*

Nadie desprecia al fuego
y lo envuelve en un paño.
Nadie desprecia a la serpiente
y se la ata alrededor del talle
como un cinto.
Nadie desprecia al rey
y le pega en la cabeza.
¡Hoy el pueblo deberá honrarme! 41

*

Este es el oráculo de un cazador
que fue de cacería al bosque de Onikorogbo.
Le dijeron que ofrendara,
para que no se encontrara con la Muerte.
Que ofrendara huevos,
todos los huevos de su casa.
Pero rehusó hacerlo.
Entró en la selva,
y no halló animales que matar.
Después que había deambulado largo tiempo
se encontró con la Muerte.
Por un tiempo estuvieron cazando juntos.
Al fin hallaron dos huevos.
La Muerte le dijo al cazador:

“Puedes llevártelos a casa.”
Él propuso dividirlos,
pero la Muerte rehusó.
El cazador regresó a su casa solitario.
Poco tiempo después llegó la hambruna.
Coció los huevos
y se los comió con sus hijos.
Entonces la Muerte llegó y dijo:
“He venido por mi parte,
hay hambruna en el cielo,
y no tenemos nada de comer.”
El cazador exclamó: “¡Ay de mí,
ya nos comimos los huevos!”
Entonces la Muerte mató al cazador y a sus hijos.42

*

Iwori Wotura.

Todo aquel que encuentra la belleza y no la mira
Pronto será pobre.
Las plumas rojas son el orgullo del loro.
Las hojas nuevas son el orgullo de la palmera.

Iwori Wotura.

Las flores blancas son el orgullo de las hojas.

La galería bien barrida es el orgullo del patrón.

Iwori Wotura

El árbol erecto es el orgullo del bosque.
El ciervo veloz es el orgullo del monte.

Iwori Wotura.

El arcoíris es el orgullo del cielo.
La mujer hermosa es el orgullo del marido.

Iwori Wotura.

Los hijos son el orgullo de la madre.
La luna y las estrellas son el orgullo del sol.

Iwori Wotura.

Ifá dice:
La belleza y todo género de dicha se aproximan.43

_____________________________________

32 Si este odù le sale a una mujer, pronto concebirá un hijo.
33El que pregunta deberá adorar a Obàtálá.
34 El que pregunta deberá adorar a Ifá.
35 Este odù expresa la eternidad de Olódùmarè, el Dios Supremo
yorubá, también llamado Olórum.
36 Fragmento de un largo poema ritual del oráculo de Ifá.
37 Orúnmilà es uno de los nombres del Ifá, el fundador del oráculo.
38 Los yorubá creen en un ciclo de reencarnación. Los antepasados
renacen en la misma familia. A menudo se consulta el oráculo de Ifá
para identificar al niño recién nacido. El nexo entre los vivos y los
muertos que es creado a través de la reencarnación es semejante al
que Ifá ha creado entre los hombres y los dioses.
39 Padre de los secretos —babaláwo— es el título de los sacerdotes del
oráculo.
40 Numerosos odù describen los efectos nefastos que han sufrido las
gentes que rehusaron ofrendar como les había indicado el oráculo.
41 Se le predicen honores al cliente.
42 Este odù predice la muerte.
43 Iwori Wotura es el nombre del odù que aquí se expone.





Ijálá,
la poesía de los cazadores


11. EL DÍA QUE ÒGÚN VINO DE LOS MONTES

El día que Ògún vino de los montes
yo sé las ropas que usó:
se puso una capa de fuego
y una túnica de sangre.

Ògún protege el hogar de los cazadores
mientras cazan,
Ògún protege el hogar de los cazadores
mientras cazan,
un amo vigila mientras su sirviente sale,
Ògún protege el hogar de los cazadores
mientras cazan.

Es a Ògún a quien adoraré,
no adoraré a un rey mortal,
porque si el rey mortal me mata,
Ògún lo matará en venganza.

Ògún protege el hogar de los cazadores,
Ògún protege el hogar de los cazadores,
un amo vigila mientras su sirviente sale,
Ògún protege el hogar de los cazadores.

Sólo los que están locos
dicen si Ògún va al arroyo.
Que ellos irán a la granja;
pero su ignorancia los ciega
al hecho de que Ògún es un dios,
que puede controlar granja y arroyo.

Ògún, te rogamos, bendícenos con hijos,
Ògún, te rogamos, bendícenos con hijos;
al primer bocado no le falta salsa,
Ògún, te rogamos, bendícenos con hijos.

Le rindo homenaje a Ògún
Para poder disfrutar del acceso al arroyo
Y no ser ahuyentado de la granja.

Ògún, que cruje como la leña seca,
un dios fornido que puede luchar
Con la cabeza y los pies.

Ògún, te rogamos, bendícenos con hijos,
Ògún, te rogamos, bendícenos con hijos;
Al primer bocado no le falta salsa,
Ògún, te rogamos, bendícenos con hijos.

Ire no era el hogar original de Ògún,
si preguntas te explicaré;
Ògún tan sólo llegó allí
para comprar vino de palma,
Onimogún, un aristócrata en Ire.

Ògún protege el hogar de los cazadores
mientras cazan,
Ògún protege el hogar de los cazadores
mientras cazan,
un amo vigila mientras su sirviente sale,
Ògún protege el hogar de los cazadores
mientras cazan.

Cualquiera que prepare ñame machacado,
debe reservarle un poco a Ògún;
si preparas harina de ñame,
también separa un poco para Ògún.

Ògún, mi señor, el que gobierna en Ire.
Ògún, el dios del hierro y del comercio auxiliar.
Ògún, te rogamos, bendícenos con hijos.
Ògún, te rogamos, bendícenos con hijos;
al primer bocado no le falta salsa,
Ògún, te rogamos, bendícenos con hijos.






12. ERIN, EL ELEFANTE

Elefante que traes la muerte,
elefante, un espíritu en el monte.
Con su única mano puede derribar
dos palmas al suelo.
Si tuviera dos,
rompería los cielos como un trapo viejo.
El espíritu que come perro,
el espíritu que come carnero.
El espíritu que come un fruto de palma entero
con sus espinas.
Con sus cuatro patas mortales,
pisotea la yerba.
Por doquiera que marcha,
la yerba tiene prohibido alzarse de nuevo.
Un elefante no es una carga para un anciano,
ni para un joven tampoco.




13. EFÒN, EL BÚFALO

Cuando oigas tronar sin lluvia,
es el búfalo que se aproxima.
Temblamos a su vista.
¡El búfalo muere enloquecido,
y hasta el jefe de la familia trepa
a un árbol!
Cuando el cazador se encuentre un búfalo
prometerá no volver a cazar.
Gritará y dirá: “¡Sólo pedí prestado este rifle!
¡Sólo cuido de él por mi amigo!”
¡El búfalo es la muerte que hace a un niño
escalar un árbol espinoso!
Aun el hombre que posea veinte caballos
no debe intentar acosar a un animal
con una piel tan dura.
Un animal maligno que usa un cuchillo
en la punta de sus cuernos.
¡Qué poco le interesan tus encantamientos de caza!






14. ETU, EL ANTÍLOPE

Hermoso antílope de cuello esbelto.
Tus ancas valen veinte esclavos.
Tus patas son más preciosas
que treinta servidores.
Tu cuello es elegante como una talla
sagrada.
Marchas como un noble,
agitando las yerbas cual campanillas.
Tus marcas faciales son hermosas
y audaces,
hasta como las del rey de Ogbomosho.44
Bañas tu cuerpo de blanco.
Dios te ha honrado con el blanco.
El cazador está contento cuando el dueño
del blanco aparece.
No puedo estar contento cuando te mato,
hasta que no encuentro tu cuerpo en el monte.
La mujer preñada pide tu piel.
Yaciendo sobre ella, tendrá un hermoso niño.45
_______________________________________
44 Los habitantes de Ogbomosho tienen tatuada una marca facial que les
cruza la nariz.
45 Creencia común entre las mujeres yoruba.




15. ÌJÁLÁ

Etu, te saludamos, Etu, te llamamos.
Tus patas son delgadas como varillas
de hojas de palma.
Tu cuerpo es pesado sobre el hombro del cazador.
El cazador mata camino de su casa,
en la granja y en el camino de Owu.
Mencionas el nombre del antílope suavemente,
pero no debes reírte de él,
porque dije que cazaría una guinea,
y cacé una hoja seca.
Dije que cazaría un antílope,
y cacé un hormiguero.
Dije que cazaría un cerdo,
Y cacé una palma seca.
El cerdo rosado vive en el río.
Tiene una azada en su boca.
Todas las palabras dentro de mí
golpean mis labios;
una golpea a la otra
y la empuja afuera.
El oído que pregunta por palabras
las oirá.
Cuando una madre es adúltera,
su hijo la atará con sogas.
¡Ògún, no dejes que me ocurra a mí!

Yo vi un tallo de maíz
que no cargaba hijos sobre su espalda.46
¡Ògún, no dejes que me ocurra a mí!
Ahora volveré a la casa de mi padre,
yo, Asunmo, dueño de un pájaro,
de un pájaro encantador.

Soy el hijo de las hojas del árbol okan
que dicen “kankan” cuando caen.
Soy el hijo de las hojas del árbol ogan
que dicen “ganke, ganke”
cuando caen.

________________________________
46 Generalmente se compara el tallo del maíz con la madre, pues lleva
su mazorca sobre “la espalda” como acostumbran hacerlo las mujeres
africanas con sus niños.




16. ALOGONIGIN, EL VALIENTE

En aquel tiempo,
todo cazador que quería matar un leopardo
seguía al animal por su habitual sendero del bosque,
furtivamente y con paso tembloroso.
El cazador corría un poco, caminaba otro poco,
siempre furtivamente.
Cuando estaba bastante cerca para apuntar sin miedo,
le tiraba al leopardo por detrás, y lo mataba.
Luego, con la piel del leopardo en la cabeza,
regresaba a la aldea con altanero paso,
lleno de vanidad por su pretendida hazaña.
Pero cuando mi abuelo Alogonigin decidía
matar un leopardo en la selva,
bajo el reinado del Oba Abiodun,
sus amigos y parientes le preguntaban, al verlo
abandonar la aldea:
“¡Oh padre!, ¿qué le harás al leopardo?”
Él respondía que iba a luchar con él.
Le preguntaban de nuevo: “¡Oh padre!, ¿qué le harás
al leopardo?”
Él respondía que iba a provocarlo a un combate singular.
Le preguntaban entonces por tercera vez:
“¡Oh padre!, ¿qué le harás al leopardo?”
Él respondía: “El leopardo y yo cambiaremos unos golpes.
Ojo por ojo, diente por diente.”
Así era Alogonigin, el valiente.
No tenía igual en muchas cosas.
Fue el primero en poseer una inmensa mansión
antes de cumplir los treinta años.
Fue en su juventud cuando construyó
su grandiosa residencia.
¿He terminado ya mi historia de la caza del leopardo?
Sean indulgentes conmigo... esta es la conclusión:
Alogonigin regresaba a la aldea
con la pesada y voluminosa piel de un leopardo
al hombro.
¡Pero sin una sola señal visible de bala!




Ofò u ògèdè,
la poesía que cura

17. SORTILEGIO PARA PROTEGERSE DE UN
ENEMIGO

Cuando intentan atrapar un camaleón bajo una estera,
toma el color de la estera y se confunde con ella.
Cuando intentan atrapar un cocodrilo en el lecho del río,
toma el color del agua y se confunde con la corriente
Cuando intenten atraparme a mí, el Hechicero,
que yo pueda adquirir la ligereza del viento
y escapar como un soplo.
La lluvia no azota nunca a las nueces del orisha
en sus cáscaras, nunca.
La tormenta no desaloja nunca a las nueces del orisha
de sus cáscaras, nunca.
El gran pez marino no se atreve a afrontar
al demonio de la selva en las peñas de la orilla.
Si el poderoso cocodrilo se atreve a medirse
en la sabana con el búfalo,
acabará mal eso para él.
Que pueda ser oído mi deseo.
La muerte no golpea nunca una roca.
Un río no corre nunca hacia atrás.
La lengua de mi enemigo no podrá ser
bastante larga para llegarle a los ojos.
¡Que así sea, Criatura de todas las cosas,
me remito a ti para el resto!




Iwi,
la poesía de los enmascarados yorubá

18. EL HAMBRE

El hambre hace a una persona subirse al techo
y agarrarse a las vigas.

Hace a una persona echarse,
pero no sentirse en reposo;
a una persona echarse,
incapaz de moverse.
Echarse
y contar las vigas.

Cuando el musulmán no está hambriento, dice:
“Tenemos prohibido comer mono.”
¡Cuando Ibrajim está hambriento
se come hasta un mandril!
Cuando el hambre golpea
a una mujer en el harén,
ella se echará a la calle en pleno día.

El que está hambriento no se preocupa
por los tabús.
El que está hambriento no se preocupa
por la muerte.
El que está hambriento tomará del dinero
de la ofrenda.
Cuando la muerte cierra la puerta,
el hambre la abrirá.
El “llené mi barriga ayer” no le incumbe.

No hay dios como nuestra garganta,
tenemos que ofrendarle diariamente.
Orisha Oko,47 el Dios de las siembras,
está hambriento.
Corre a sus plantíos de ñame.

El ñame tierno no puede comerse.
Pero cuando se enfrenta con el fuego,
imita a la garganta.
Cuando come un saltamontes:
¡produce tanta saliva!
Orisha Oko le pegó fuego a las siembras.

Todos los ñames se cocieron en el fuego.
Quince mil ñames se cocieron,
¡Orisha Oko no pudo ni comerse uno solo!
Furioso por el hambre.
¡Ha arruinado quince mil ñames!
Luego bajó los ojos apenado.

Que el que coma no se regocije,
que el que esté hambriento
no dé paso a la pena.
La satisfacción sucede al hambre.
El hambre, a la satisfacción.
___________________________________
47 Orisha Oko es el dios de los terrenos labrantíos. Se le representa por
una teja y un pequeño arado.




19. ORÍKÌ DEL PUEBLO ÈRÌN

No hubo día tan hermoso como el día
en que un árbol cayó,
un enorme árbol cayó
a través del camino de Èrìn.
Los jóvenes osados de Èrìn
se pusieron en marcha.
Llevaban sus hachas
para cortar el árbol.
El árbol gritó: “¡ka!”,
el árbol gritó: “¡ko!”
Algo dentro de él sonaba:
“güirin, güirin”.
Ruidos extraños brotaban de su vientre.
Los jóvenes soltaron sus hachas
y corrieron
uno
y todos.
Entonces los ancianos de Èrìn
se pusieron en marcha.
Llevaban sus hachas
para cortar el árbol.

Descargaron sus hachas contra el árbol
Que de nuevo dijo: “ka”
y de nuevo dijo: “ko”.
Los ancianos soltaron sus hachas
y también todos huyeron.

Pero la esposa del rey,
más sabia que el rey,
dijo: “Unan dos a tres,
pónganse en camino
Y vean al babaláwo
en su granja.”
Unieron dos a tres,
fueron hasta el padre
de los secretos,
y el sacerdote aconsejó:
“Escojan a un sordo
y a un ciego también.
Y pongan las hachas en sus manos,
porque ellos cumplirán el trabajo.”
Cuando el sordo empezó
a cortar el árbol,
el árbol gritó: “ka”
y el árbol gritó: “ko”,
pero él no tenía oídos para oír.
El ciego también vino.
Y descargó su hacha contra el árbol,
y el árbol dijo: “ka” y el árbol dijo “ko”,
Pero él no tenía ojos para ver.
Cortaron el árbol,
ellos cortaron el árbol.
¡Y de repente fue transformado
En bronce precioso y en corales!





20. HAMBRE

El dueño del ñame pela el ñame en su casa.
Un vecino toca a la puerta.
El dueño del ñame oculta su ñame
en el dormitorio.
El vecino dice: “Acabo de oír
un sonido ‘kerekere’
y por eso he venido.”
El dueño del ñame responde:
“No era nada, estaba afilando
un cuchillo con otro.”
El vecino dice: “Todavía oigo
algo que suena ‘bi’ detrás de tu puerta.”
El dueño del ñame contesta:
“Tan sólo probé la puerta con un mazo.
El vecino pregunta de nuevo:
¿Y ese gran fuego en tu cocina
para qué es?”
“Caliento agua para bañarme.”
Otra vez pregunta el vecino:
“¿Por qué está tu piel blanca
como si hubiera harmatán?”48
“Me tiré en el suelo y rodé por el piso
cuando supe la muerte de Agadapidi.”
El vecino exclamó: “Salaam Alekum.”
El dueño del ñame empieza a gritar:
“¡No hay Salaam Alekum que valga
a menos que dejes al dueño de la comida
comerse su alimento!”

_________________________________
48 El harmatán deja una película blanca sobre las pieles negra.






21. LOS HIJOS

Un hijo es como un ave rara.
Un hijo es precioso como el coral.
Un hijo es precioso como el bronce.
No puedes comprarlo en el mercado,
ni por todo el dinero de la tierra.
El niño que puedes comprar con dinero
es un esclavo.
Podemos tener veinte esclavos,
podemos tener treinta trabajadores;
sólo un hijo nos traerá felicidad.

Nuestro hijo es nuestro hijo.
El trasero de nuestro hijo no es tan liso
que debamos atar las cuentas
en las caderas de otro.
Nuestro hijo es nuestro hijo.
Puede tener una cabeza insulsa
o una cabeza cuadrada.
Nuestro hijo es nuestro hijo.
Es mejor dejar detrás un niño,
que permitir a los esclavos
heredar nuestra casa.
Un hijo es el principio
y el fin de la felicidad.

No debemos alegrarnos muy pronto con un niño.
Sólo el que ha sido enterrado por su hijo,
es quien ha tenido de verdad un hijo.
El día de nuestra muerte,
nuestra mano no podrá
Sostener ni un solo cauri.
Hace falta un hijo que herede nuestros bienes.





La poesía de los niños


22. CANCIÓN DE CUNA, I

¿Dónde está Taiwo?
¿Dónde está Taiwo?
Taiwo está en casa.
Que no tenga demasiado calor,
que no tenga demasiado calor.
Modales de príncipe,
modales de príncipe
Taiwo tendrá.




23. CANCIÓN DE CUNA, II

Duérmete mi niño y no llores.
Te traeré un sapo
de nuestra granja en Awututu.
Duérmete mi niño y no llores.
No llores mi niño,
tu madre fue a la granja,
con su gran pecho.
No llores mi niño,
pronto ella vendrá,
con su gran pecho.
¿Por qué debes llorar, Olukorondo?
Una espina nunca pincha el pie de un niño.
¿No te cargo siempre sobre mi espalda?
¿Por qué debes llorar, Olukorondo?



24. POPULARIDAD

Tú no puedes disputarte la sabana con el búfalo.
Tú no puedes disputarte la selva con la rata.
Un niñito no puede golpear a su madre.
Un viejo no puede enojarse con su mierda.
¿Por qué tendría alguien que estar enojado conmigo?
¿Puede acaso una mujer ver un pene sin alegrarse?
¿Por qué no estás contento cuando me ves?
Los niños se divierten con los pájaros.
Niños de la casa, mayores de la casa,
hombres, mujeres, jóvenes y viejos,
Cualquiera que vea un bebé recién nacido debe estar contento
Yo soy ahora un bebé recién nacido:
vengan y bailen conmigo.




25. CANCIÓN

Cuando vamos al río Oya,49
Ayifenike lleva el jabón,
Ojinowe lleva la esponja
y mi esposa más antigua
lleva el cayado de metal blanco.
El cayado suena “suish, suish, suish”.
Aleja la muerte y aleja la enfermedad.
Uno vende especias.
Uno vende sal.
El otro suplica:
no dispares la flecha en mi boca,
la gruesa boca,
la protuberante boca,
la boca vacía.
Él vende bananas verdes
en el bosque.
¿Quién es el dueño de la hoja amarga?
No puedo comer hojas de quimbombó,50
me picaría la boca.
No puedo comer bananas,
me llenaría mucho.

En los tres próximos años,
en los seis próximos meses,
limpiemos la casa
convenientemente.
Carguemos al esposo sobre nuestro muslo,
sigamos comiendo ñame machacado.
¡Oh mi machete!
Tú puedes matar a un buitre.
Tú puedes matar como un hombre valiente.
Tú puedes matar a un tucán.
Tú puedes matar como el cuchillo de un blanco.
Llámalo como quieras,
¡mi machete tiene ojos de pájaro!

_____________________________
49 El río Níger
50 Hibiscus esculentus: Ilá en yorubá.





26. EL PÁJARO MALO

Yo maté al pájaro malo.
Maté a Atekate.
Se lo di a comer a mi padre.
Él dijo:
—este es alimento prohibido.
Se lo di a comer a mi madre.
Ella dijo:
—este es alimento prohibido.
Se lo di a comer al rey.

Él probó y comió.
Al tercer día me enviaron un mensajero.
Pregunté: —¿qué ha ocurrido?
Dijeron que el rey había muerto.
—¿Con qué clase de paño lo enterraron?
—Fue enterrado con antílope de cuernos largos.
Compré muchos tocados y telas
en los días de Abíódún.
Abíódún, el hijo de Shàngó,
que poseyó dinero y paños.





27. CANTOS DE BURLA

Quien no me quiera,
se volverá una rana
y saltará
saltará
saltará.
Se volverá un mono
de una sola pata
y cojeará
cojeará
cojeará.


*


Vuela, vuela, vuela,
vuela como todas las aves.
Pero la mala fe no deja
que el gallo vuele.
El gallo con su cresta roja,
testa coronada de todas las aves.




28. LA GALLINA

Gallina, tú eres un guerrero.
Gallina, tú eres un guerrero.
Gallina, eres el vengador
que acaba con la arrogancia
de la cucaracha.




29. EL HARAGÁN

Los pantalones del haragán
no llegan al suelo.
Los pantalones del haragán
ni siquiera le llegan a las rodillas.




30. JACTANCIA

Soy el dueño de mi brazo:
si se rompe, que se rompa.
Soy el dueño de mi ojo:
si se queda ciego, que se quede.
Soy el dueño de mi barriga:
si me estalla, que me estalle.



31. UN JUEGO

¿Quién tiene sangre?
Coro:—Sangre, sangre.
¿Tiene una cabra sangre?
—Sangre, sangre.
¿Tiene una oveja sangre?
—Sangre, sangre.
¿Tiene un caballo sangre?
—Sangre, sangre.
¿Tiene una piedra sangre?...



32. ADIVINANZAS (ÀLÓ)

I. Una escalera que desciende
de los cielos a la tierra...
—La lluvia.

II. El gallo de mi padre
no se alimenta de granos
sino de monedas...
—La alcancía.

III. ¿Quién cena con un oba51
y deja que sea este el que limpie los platos?
—La mosca.

IV. ¿Qué es lo que pasa por delante del palacio del oba
sin hacerle reverencia?
—La corriente del aguacero.

V. Camino de Óyó, su rostro está hacia Óyó;
al regreso de Óyó, su rostro aún está hacia Óyó.
¿Qué es?
—Un tambor de doble parche.52

VI. Llamamos a los muertos,
ellos responden.
Llamamos a los vivos,
no responden...
—Las hojas.53

______________________________________
51 Oba: Rey yorubá.
52 Por el estilo de nuestros tambores batá e iyesa.
53 Las hojas secas crujen cuando se pisan. Las verdes, no.




Cantos funerarios

33. CANTOS FUNERARIOS

I

Ven más cerca de casa,
madre de Ainá.
Oh madre,
sabías cómo parir hijos
pero nunca aprendiste a reprenderlos.
Ven y recibe el sacrificio
de tus queridos hijos.
¿Vosotros, gentes del camino,
dónde la encontrasteis?
Madre de Kujusola,
madre de Alawede,
ellos la encontraron en el camino de Ede.
Gracias les doy a los árboles
que no cayeron sobre ella,
gracias le doy al río54
que no la arrastró.
Con la cabeza y los pies cubiertos,
como una novia recién casada,
mi madre viaja por el camino subterráneo
y nadie puede obstruir su camino.


II

Lentamente la charca cenagosa se convierte en río,
lentamente la enfermedad de mi madre se convierte en la
muerte.
Cuando la madera se rompe, puede ser reparada.
Pero el marfil se rompe para siempre.
Un huevo cae para revelar un sucio secreto.
Mi madre marchó y se llevó su secreto con ella.
Ella ha marchado lejos:
la buscamos en vano.
Pero cuando veas el antílope kob en el camino de la granja,
cuando veas el antílope kob en el camino del río,
deja tus flechas en el carcaj
y deja a los muertos marchar en paz.


III

Voy al mercado, está lleno.
Hay mucha gente allí,
pero él no está entre ella.
Espero, pero él no viene.
¡Ay de mí!
Estoy sola...


IV

Yo tenía tres amigos.
Uno me pidió que durmiera en la estera.
Uno me pidió que durmiera en la tierra.
Uno me pidió que durmiera en su pecho.
Dormí en su pecho.
Me vi cruzando un río.55
Vi al rey del río y al rey del sol.
En aquel país había palmeras
tan cargadas de fruto,
que se doblaban bajo su peso
y los frutos las mataban.56


V

No puedo cargarlo,
no puedo cargarlo.
Si pudiera cargarlo,
lo cargaría.
Cuando el elefante muere en la selva,
algo se lleva para casa.
Cuando el búfalo muere en el bosque,
algo se lleva para casa.

Pero cuando el ratón muere en la casa,
¡algo es lanzado a la selva!57


VI

Los ojos del leopardo son de fuego.
La cola del leopardo nunca duerme.
Pero más poderosas son sus garras,
las ocultas.58


VII

La muerte es feroz,
la muerte es cruel.
Si la muerte fuera guerrera,
los miembros de la familia
ya habrían disparado su fusil.
La muerte es feroz,
la muerte es cruel.
¿Dónde están nuestros bienamados?
Ya aquí no los encontramos.


VIII

Que la muerte es feroz,
y no hay escalera para descender del cielo.
Si el cielo fuera un mercado,
ya lo hubiera visitado.
Las lágrimas se convierten
en un río sobre mi pecho.
Ya lo hubiera visitado.


IX

Mejor sería adorar a la muerte
y abandonar a nuestros dioses.
Cuando la muerte mata a la gente,
¿en qué están ocupados nuestros dioses?


X

La muerte no hace nunca amistad con nadie.
Así que sigue comiendo todo lo que poseas.
La muerte no hace nunca amistad con nadie.


XI

Cuando la muerte todavía no está lista,
es que sirve propiciar a Osun;59
cuando la muerte todavía no está lista,
es que sirve propiciar al orisha;
cuando la muerte venga de verdad,
la muerte no aceptará ofrendas.

_____________________________________

54 El difunto debe atravesar un río para llegar al país de los muertos.
55El cruce del río en este poema simboliza la muerte, como en muchas
otras mitologías del mundo.
56El “árbol doblado por sus frutos” es el anciano que muere dejando
tras sí muchos hijos. No es un suceso aciago, porque murió bajo
“peso de sus propios frutos”.
57Las alusiones de este poema no pudieron ser explicadas por el
cantante de quien se recogió en Nigeria.
58 Los muertos son más poderosos que los vivos, de la misma forma
que las garras ocultas del leopardo son sus armas más poderosas.
59 Los osun “son especie de bastones de hierro que representan a un
antepasado y que sirven igualmente de altares portátiles para honrar
a la muerte” (Verger, Pierre: Dieux d’Afrique. París, Paul Hartman
Editeur, 1954, p. 191).












POESÍA ANÓNIMA AFRICANA -POESÍA FULBE- [17.234]

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Poesía anónima africana

Selección, traducción y notas de
Rogelio Martínez Furé


De la poesía fulbe



Tres cosas sin remedio: la vejez,
la muerte, la necedad
(Tati walaa safare: maangu, saate,
ndaabu)
Proverbio fulbe

Todo no se sabe. Todo lo que se sabe,
es una parte de todo
(Kala’andata ko. Ko’anda kala,
yo yoga kal)
Axioma fulbe


Los Fulbe

Entre el casi centenar de grupos y subgrupos africanos llegados en cautiverio a América durante la época colonial, encontramos a los fula; una de las más importantes etnias del occidente de África, protagonista de grandes acontecimientos históricos en esa parte del continente durante los últimos cuatrocientos años. ¿Quiénes eran? ¿De dónde procedían estos hombres, que también aportaron su sangre a la formación del pueblo cubano y de otros pueblos de nuestra América? ¿Cuáles fueron los logros culturales de esos antepasados nuestros?

Los llamados en Cuba fula se designan a sí mismos con el nombre de fulbe (sing. pulo); pero sus vecinos y los europeos los llaman de diversas formas: los yolofe y serere les dicen tukulor o tuculer; los árabes, fulata o felata; los jausá, los moros y los ingleses los conocen como fulani; los tuareg, afuli; los alemanes, ful; los malinké, fula; los mossi, tsilmigo (plural, silmissé); los franceses, peul o peulh, etc.

En la actualidad los Jalpularen, “los que hablan peul”, son más de cinco millones de personas que habitan toda la llanura sudanesa y sajeliana desde el Atlántico hasta el Chad.

El origen de este pueblo ha sido objeto de grandes discusiones entre los especialistas.

Para unos, a pesar de su color, no eran verdaderos negros, sino un pueblo blanco de origen asiático ennegrecido a lo largo de siglos de mestización con los pueblos vecinos, entre los que convive.

Otros sostenían que eran producto de un antiguo mestizaje  entre bereberes y negros, o que eran gitanos, o malayos, o hasta judeo-sirios. Sin embargo, estas afirmaciones correspondían a la óptica colonialista, interesada en buscar un origen extra africano, o blanco, a todas las manifestaciones culturales de importancia surgidas de África o a la génesis de cualquiera de sus estados altamente organizados. La ideología reaccionaria del colonialismo no podía admitir el reconocimiento de ningún valor positivo y de originalidad en los pueblos que sojuzgaba.

Las investigaciones antropológicas más recientes han echado por tierra todas esas lucubraciones seudocientíficas, llegando a conclusiones categóricas:
los fulbe pertenecen al subgrupo etiópico de la raza negra, y tras varios siglos de convivencia entre poblaciones pertenecientes al subgrupo sudanés, se han mestizado profundamente con ellas, por lo que en la actualidad resulta casi imposible distinguir en la mayoría de ellos su tipo del resto de los negros sudaneses.

No obstante, en los grupos que se han mantenido con mayor pureza étnica, y relativamente libres de mezcla con sus vecinos, los rasgos que los caracterizan son apenas diferentes del tipo etiópico encontrado en África Oriental:
miembros delgados, ausencia de prognatismo, tez carmelita cobriza, nariz y labios finos, cabello no siempre lanudo, etc.

Sus mujeres están consideradas como las más hermosas de África Occidental. Son famosas entre todas las nobles del Futa Dyalon, Guinea, con sus altos peinados en forma de cascos, “una de las más bellas realizaciones capilares”,
según Mercier.

Los fulbe se subdividen en dos grandes grupos: los nómadas, o mejor, trashumantes, (llamados burure, y el único  pueblo exclusivamente ganaderodel Occidente africano), celosos conservadores de sus costumbres tradicionales y su religión ancestral, y los sedentarios (agricultores y criadores de bovinos), profundamente islamizados.

El país de los pastores trashumantes es la sabana sajeliana, donde dominan las acacias, crecen tipos especiales de palmas como las llamadas dum y roniero, y germina la hierba cram-cram.11 Los sedentarizados habitan en las llanuras sudanesas, donde reinan los baobab y los tamarindos.

II

Algunos historiadores12 sostienen que es probable que los fulbe procedan del Alto Nilo y que emigraran en la época prehistórica a través del Sajara (Tibesti-Tassili-Adrar), que entonces era más húmedo, hasta el sur de la actual Mauritania, en busca de nuevos pastos para sus rebaños. Las pinturas rupestres sajarianas, que datan de varios milenios a.n.e60., serían en tal caso obra de estas poblaciones, pues los tipos de hombre y mujer representados, sus hábitos de vida, su vestimenta y tocado, presentan grandes semejanzas con los de los fulbe “nómadas”. Sin embargo, aún faltan pruebas arqueológicas definitivas que confirmen esta hipótesis, y ni las tradiciones orales del propio pueblo hacen referencia alguna a esa gran emigración transajariana prehistórica.

Otros historiadores sostienen que durante el siglo XIV los fulbe iniciaron su emigración desde las márgenes del río Senegal hacia el este, pero Labouret considera que ya desde finales del XI, probablemente bajo la presión de los almorávides, que descendían entonces hacia el sur, algunas fracciones abandonaron los pastos del Senegal medio para remontar hacia el nordeste, tomando de nuevo así la ruta seguida en otra ocasión por sus antepasados, pues según tradiciones locales eran originarios del sur mauritano (Termés y el Hodh) y la aridez creciente del Sajara los obligó a abandonarlo.

A partir del siglo XV, y sobre todo del XVIII, algunas secciones de los fulbe lograron fundar poderosos reinos e imperios en muchos de los territorios donde se habían establecido como simples ganaderos, tras obtener autorización de los agricultores, “dueños de la tierra”.

La dinastía de los Dialube (1400-1810) en la región del Kaniaga, el reino de los Denianke (XVI-XVIII) en el Futa Toro, los estados teocráticos del Futa Dyalon (1715), Futa Toro (1776), del Bondú, y los imperios de Mácina (1810), Sokotó (1804), Adamawa y otros, dominaron la historia del Sudán Occidental y Central hasta la llegada de los invasores europeos a fines del siglo pasado. En otras zonas permanecieron unidos a sus formas de vida trashumantes y adorando a sus dioses ancestrales.

Entre los conquistadores y grandes políticos fulbe se destacaron: Kole Tenguila Ba, Ardo Magan Dyalo, Karamoko Alfa, Ibrajima Sori; el famoso reformador religioso Usmán dan Fodio (1754-1810/15), iniciador de la Guerra Santa (Yijad)15 en Nigeria del Norte, en 1804; su hermano Abdalá (1766-1829), Mojamed Belo (1781-1837), hijo de Usmán; Seku Jámadu Bari (¿-1844), Adama (¿-1847), y Alfa Yaya Dyalo, el gran héroe de la resistencia guineana  frente a la penetración colonialista francesa.



34. CÓMO EL MUNDO FUE CREADO DE UNA GOTA
DE LECHE

En el principio había una enorme gota de leche.
Luego Doondari vino y creó la piedra,
luego la piedra creó el hierro,
y el hierro creó el fuego,
y el fuego creó el agua,
y el agua creó el aire.

Luego Doondari descendió por segunda vez.
Y tomó los cinco elementos.
Y los modeló en hombre.
Pero el hombre era orgulloso.
Entonces Doondari creó la ceguera, y la ceguera
venció al hombre.
Pero cuando la ceguera se volvió demasiado
orgullosa,
Doondari creó el sueño, y el sueño venció
a la ceguera.
Pero cuando el sueño se volvió demasiado
orgulloso,
Doondari creó la zozobra, y la zozobra
venció al sueño.

Pero cuando la zozobra se volvió
demasiado orgullosa,
Doondari creó la muerte,
y la muerte venció a la zozobra.
Pero cuando la muerte se volvió demasiado
orgullosa,
Doondari descendió por tercera vez,
y vino como Gueno, 1
el eterno,
y Gueno venció a la muerte.
_____________________________
1 Gueno: Dios



35. CÁNTICOS DE LOOTARI

Baño sagrado: Bañémonos en el estanque del pastor.
Baño sagrado: ¡Para disipar el mal y que no enmohezcan
nuestros corazones!
Baño sagrado: ¿Quién había dicho que no amanecería más?
Baño sagrado: Hace un día bañado de luz.
Baño sagrado: Nuestras cabras volvieron para hacerse
ordeñar.
Baño sagrado: Nuestros corderuelos descienden hacia el
abrevadero.
Baño sagrado: El gran bovino blanco muge avanzando.
Baño sagrado: El gran bovino amarillo tiene cuernos que
matan.
Baño sagrado: El gran bovino negro muge ruidosamente.
Baño sagrado: El bovino rojo escarlata no está famélico.
Baño sagrado: Vayamos al baño sagrado.
Baño sagrado: Donde una estaca de oro cilíndrica está
clavada.
Baño sagrado: ¡Arranca la estaca de plata y vete!
Baño sagrado: El día del baño sagrado, el avestruz vuela
por los aires.



36. NAIINKOYI, I

La indolente marcha de los bueyes que vuelven
cebados de la trashumancia provoca entre las mujeres fulbe
un entusiasmo que arranca a sus pulmones ¡yu! ¡yu!2
de admiración dignos de los héroes que regresan de la batalla.
En cuanto a mí, su pastor, que los llevó al pasto, esta marcha
me inspira un poema...

Que se ría de él quien quiera. La burla no me impedirá
decirlo: la más encantadora de mis enamoradas, aquella por
la cual mi corazón no cesa de latir, es, creedme, la vaca.
Bella dama que, en el Borgu, se adorna con flores amarillas
de oro y blancas de plata de nenúfar...

¿Puede compararse conmigo el hombre que lleva una
vida voluptuosa, arrastrándose durante el día de una estera
lisa a otra, y adormeciéndose por la noche en los brazos de
aquellas cuyos muslos se pusieron gordos y blandos por la
leche y la mantequilla producidas por la vaca?

Cantando, el descanso que procuro en mi trama está
justamente hecho para permitir al coro acoplar su cadencia.
Mis rechazos no son torpeza accidental. El mugido de la vaca
es bastante elocuente para inspirarme un feliz pensamiento
y terminar mi canción.
___________________________________
2 Yu-yu: Gritos prolongados de alegría que lanzan las mujeres.




37. NAIINKOYI, II

¡Ohé!, alegre noche, apareces antes que el sol despunte,
brille, ascienda. Tú empañas y luego eclipsas su luz.
Mientras dura, los becerros permanecen con sus trabas
y los más jóvenes de ellos permanecen echados.
¡Ohé!, alegre noche, eres ocasión para hacer resonar los
tambores y estremecer los costados de los negros.
Tú eres mi momento preferido: tiempo en que gusto de
apoyar en el hombro mi lanza y mi cayado, inclinar
ligeramente la cabeza para impedirles caer, y coger y
puntear las cuerdas de mi guitarra.
Me interno por los pequeños senderos, correteo por los pastos de noche.
¡Ohé!, negra noche, voy por ti a la alta selva, a cantarte allí
un canto que transporte.

Mi ropa extiendo sobre una termitera. Mis bueyes, que
franquearon el seto del corral, se dispersarán por las altas
hierbas. No hay moscas ni espigas de mijo, ni enjambre
de insectos picadores.
El ruido de la aldea perdióse en lontananza; es entonces
cuando se vuelve agradable escuchar la guitarra.
No apareció la luna. Su resplandor no incendió el cielo, ni
borró la belleza de las estrellas.

Mis bueyes se mueven y pastan. Por encima de mí, las
estrellas brillan, relucen en la oscuridad. Se lanzan por
el espacio, rayan el cielo y lo iluminan.
El que hace pastar al raso, engordará, sin duda, su ganado.
El deseo de engordar el mío es el único motivo que pudo
hacerme interrumpir mi sueño junto a Dikko, la de tez
clara,3
la de cabellos largos y lisos. Ella exhala un suave
olor y nunca hiede a pescado. No exhala olor a sudor,
como las recogedoras de leña seca. No tiene en la cabeza
la placa sin cabellos causada por los haces de leña.

Sus dientes son blancos, sus ojos se parecen a los del cervatillo
recién nacido de la gacela mojor, atiborrado de leche de
una ubre que la deja manar por vez primera.
Ni su talón, ni la palma de su mano son rugosos sino suaves
al tacto como el hígado; y aun mejor, como el liso vellón
del kapok.4
Mi buey, que camina al frente, ha mugido. Sale bruscamente
del rebaño y se detiene, alza la cola, la cabeza baja.
Salta y golpea la tierra con sus patas; avanza, retrocede
luego, mira ora a diestra, ora a siniestra, y a veces,
caminando de lado, se desplaza.
Con la palabra “dial” lo halagan, y horada entonces la tierra
con sus pezuñas.

Durante este tiempo mi pequeña guitarra difunde un sonido
muy suave, que el eco nocturno hace repercutir.Una
agradable brisa desgreña mis cabellos.
Ningún ser humano está a mi lado. Enfrente, distingo el domo
de un baobab, que me da la impresión de un genio
acurrucado.

El de corazón fácil de sorprender no hace pastar de noche
por no recibir visitas...
Pero el que a las visitas no teme obtiene los favores
femeninos: coquetería, cantos y regalos de bienvenida.
Para él tocarán las guitarras. Las mujeres fulbe le cantarán
alabanzas, y también a los animales de húmedas narices
que se pavonean caminando y balancean encabritándose
una giba grasienta y carnosa.

_______________________________
3 La tez carmelita cobriza de los fulbe es con frecuencia exaltada en sus
poemas como atributo de la más pura estirpe y nobleza.
4 Especie de ceiba africana (Eriodendron orientale).




38. CANTATA DE LAS VACAS

Yo llamo: ellas responden. Helas ahí...
Avanzan sobre mí, me cubren,
llegan como un río en crecida,
como ríos ávidos por mezclar sus aguas;
el Kúnkure, el río Negro y el Dyóliba confluyeron,
sus ondas corren: mis vacas me inundan, me sumergen,
me he ahogado en mi rebaño...

La cuerda me falta para atar mis becerros.
Mis vacas llegan:
ellas entran, pisoteo;
salen, atropello;
pastan y ramonean;
resoplan en la sombra;
se levantan y se desperezan, bufan;
van a beber el agua tranquila: ¡Oh paz!
Pasan el día en las montañas,
descienden a los valles,
y regresan, ¡oh las bienvenidas!...

Se acoplan:
helas ahí que están preñadas, que se redondean.
Pastan y mugen de ternura,
la leche rezuma de sus ubres demasiado llenas,
gota a gota:
la leche es ordeñada con gran ruido.
Mis vacas se multiplican como babuinos.
Se arremolinan como pájaros...
Oh, mis toros, mis terneras, mis becerros...

Oh, mis vacas: corredoras, dispersas, reunidas.
Por la falda de los montes, por las crestas, trepáis,
descendéis, coméis, os saciáis.
De hierba tierna, de hierba corta, de alta hierba de primavera
y de otoño, de hierba que brota tras el fuego: ¡Oh bella
hierba de las praderas, caña, hierba de las flautas!
Os abreváis con agua pura, entráis en el redil;
yo os encierro, le doy vuelta al redil, estáis guardadas.

¡Oh madres!
Se acuestan, rumian, mugen,
peen, mueven la cola, levantan polvareda,
se lamen, estiran sus flexibles cuellos,
vuelven la cabeza hacia mí: sueñan con la dicha
Y en la dicha despiertan.

Oh, prosperidad, abundancia...
Llena las escudillas de ordeñar,
llena las tazas de cuajar,
llena las tazas de mantequilla...
Oh, las manos grasientas de crema,
los vientres llenos, las bocas satisfechas...
Oh, mi reposo, mi ocio; mis mujeres numerosas,
mis hijos numerosos, mis campamentos numerosos, mis
esclavos
Numerosos...
El suelo resuena bajo el paso de mis vacas, el monte retumba,
los valles mugen con sus mugidos... Mi rebaño se alza,
parte, estremece la tierra, sacude las arboledas, desfonda
los pantanos, desvía los arroyos, desenmaraña los bosques,
traza senderos; el ruido de mis rebaños hace temblar la
tierra, el suelo vibra; delante de ellos huyen los búfalos
y los antílopes, la polvareda se levanta, los babuinos
ladran, las fieras se apartan; la miseria se aleja...

Tengo vacas
Como las riquezas de Dios:
como el farallón tiene monos,
como la montaña tiene fuentes,
como la landa tiene antílopes,
como el río tiene peces,
como el bosque tiene pájaros,
como la gran selva tiene elefantes,
tengo vacas...

Henchíos, henchíos, oh, mis rebaños,
como las olas del río bajo el viento,
alrededor mío, como las ondas alrededor
de un leño sumergido, ahogado...



39. POEMA DE AMOR

Con mis ojos grandemente abiertos
la distinguí a través de un ligero velo,
el velo de la aurora.
No podía creerles a mis ojos
que fuera ella.
Y sin embargo era bien ella,
y no otra sino ella misma.
Ella que me ama tanto,
ella que yo amo mucho.
La reconocí por su esbelto talle,
esbelto a la manera del talle de una mujer-avispa.
La reconocí
por su grupa firme y redondeada en media luna.
Grupa que balancea caminando
y que balancea todo su menudo cuerpo;
la reconocí por su fina boca,
guarnecida de blancos dientes
y cerrada por dos labios sin espesor,
dos labios delgados,
teñidos de azul como un puro cielo,5
dos labios que se abren
y se cierran con una cautivante gracia.
En el momento en que la complicidad de la luz,
la luz emitida por la boca amarilla del sol,
del naciente sol, allá en el horizonte oriental,
de azul. También ennegrecen sus párpados y cejas con antimonio, y
se pintan las uñas de rojo con alheña.
iba a permitir a mis ojos
embriagarse con sus puras formas,
como un bebé se embriaga con la leche de los senos
henchidos toda la noche,
¡la púdica!,
calificarla no puedo de otro modo,
me dijo: “Adiós”.
Se escabulló mimosa,
más graciosa que nunca.
Me dijo:
la luz del sol traiciona a los enamorados,
excúsame,
te amo.
Me abandonó en la llanura
y su ausencia incendió la llanura de tristeza.
Y mi corazón y mis entrañas cogieron fuego,
se consumían
y yo moría
viendo la silueta esbelta de mi amada
esfumarse en la llanura,
llanura inmensa que desciende
y la traga.6
Ella partió como parte un espejismo.
Me dejó todo jadeante, en las cenizas,
muriendo de crueles desesperos.
No puedo dirigirle palabra dura alguna
por respeto a ella,
por respeto a la mujer.
Mi mujer,7
 mi tía y mi hermana son mujeres.
Espero que en los próximos crepúsculos,
cuando el gran cielo esté engastado de estrellas,
centelleantes como preciosas perlas,
mi amada volverá.
Volverá a rociar mis cenizas
con una fina lluvia, hecha de sus lágrimas y de su saliva,8
cuya virtud me resucitará.

___________________________________

5 Las mujeres fulbe realzan su belleza tiñéndose las encías y los labios
6 Se refiere a un declive del terreno.
7 La poligamia es permitida por el Islam y por las religiones africanas
preislámicas.
8 La saliva de los morabitos (santones) y de las personas virtuosas se
considera cargada de baraka (gracia divina). (La saliva de los posesos
por los dioses tiene ashé).




40. LELÉ

No me pegues, no me pellizques.
Si me tratas brutalmente, ¿quién me vengará?
Si me pellizcas, ¿a quién me quejaré?
Evita cada noche ver mis lágrimas.
Lava mi ropa, échale añil,
dóblala toda, perfúmala con incienso,
plancha la ropa, extiende ahí la estera,
y ven a conversar.
Acércate, y frótame el cuerpo,
¡pequeñita!
¡Que Dios te dé vida!
Yo te amo, te quiero,
te felicito y espero de ti.
Has sazonado la comida insípida.
Huraño cuando estoy cerca de ti;
Lejos de ti vivir me es imposible.



41. EL AUSENTE

Tú sabes que después de haberte abandonado no te he vuelto
a ver;
mis ojitos se volvieron lagos a fuerza de mirar
a lo lejos; mis piececitos se hundieron en el suelo
poco a poco.
Estoy loca por mi pequeño Samba Dyalo.
El que era mi tintura roja se bate:
que Dios tome partido por él.




42. NOCTURNO

El cielo se oscureció con el azul intenso
de las telas de algodón teñidas con índigo;
la niebla se escurrió en goticas
de leche fresca.
La hiena rugió; el señor de la selva
ha respondido...
Es entonces cuando con una persona
de tez clara es dulce cambiar
secretos.




43. DESDOBLAMIENTO

El Buen Dios creó ocho cosas, por pares, que se han
desdoblado:

ganancia y satisfacción,
ciencia y educación,
amor y confianza,
casa y seguridad.

Se gana, sin estar nunca contento;
Se instruye uno, sin mejorarse;
Se ama, sin tener confianza;
La familia ya no es un hogar.




44. LAS SEIS DIFICULTADES

Seis cosas son difíciles en este mundo:
hablar a la vez y ponerse de acuerdo;
emprender algo juntos y seguir juntos;
obtener y contentarse (o compartir);
estar en una situación crítica y tener buena cara;
poder y contenerse;
haber maldecido y honrar.




45. CINCO MALES, CINCO REMEDIOS…

Yo no gustaba de la mala mujer:
la casa vacía me la ha hecho amar.
Yo no gustaba de la cena tardía:
la noche sin comer me la ha hecho añorar.
Yo no gustaba del campo alejado:
el precio del grano me lo ha hecho querido.
Yo no gustaba de quien daba poco:
he gustado de él, viendo a quien nada me daba.
Yo no gustaba del murmurador:
el hombre brutal me ha hecho que guste de la
mala lengua...




46. LOS TRES BOCHORNOS…

Hay tres circunstancias bochornosas en este mundo:

—ser sorprendido acostado con una mujer
antes de haber satisfecho el deseo;

—ver una declaración de amor rechazada
por una mujer fea;

—acostarse al lado de una mujer que os deja con el deseo
para irse a acostar con el hombre que ella prefiere.




47. LA MUERTE DEL VALIENTE

Elefante sin pastor,
el valiente es el que impide a los valientes
poner pie en tierra.
Aquel cuya punta hiere pecho
y espalda.
El día en que el valiente muere, las lágrimas no
convienen,
¡oh madre mía! ¡Oh padre mío!
Que Dios no me mate de una miserable
muerte que deshonre,
de una miserable muerte en un lecho,
con las lágrimas de los jóvenes y los gemidos
de los viejos,
las súplicas en nombre de Dios, de la madre
y del padre,
el morabito de ganchudos dedos,
que, todos, dinero es lo que codician.
¡Pero que Dios me dé la muerte del valiente!
Cuando la pólvora ha sido repartida en cargas,
las balas puestas en reserva en la boca,
las almas confiadas a Dios,
sobreviene entonces la muerte del valiente.
El gran buitre9
 se posa en tierra
Y dice balanceándose:
“ese, es el cadáver hinchado de un
caballo de raza;
ese, es el cadáver tendido de un
valiente.”
Y sucedió que la madre del valiente
no fue informada.
_________________________________________
9 El buitre es considerado un animal sagrado por casi todos los pueblos
africanos desde la antigüedad faraónica: “no come el corazón de los


valientes muertos en combate” (Bámbara).




48. CANTO FÚNEBRE

El día en que suenen las trompetas de guerra,
el día en que se toquen los grandes tambores de los jefes,
el día en que se eleven las lamentaciones de las plañideras,
en que las bridas se toquen,
en que los jóvenes se ciñan,
en que la mano izquierda sujete las riendas
y la derecha coja el sable.
¡Ese día!

Cenará el palafrenero con un puñado
y los caballos cenarán con sus frenos;
el valiente, con una nuez de kola,
y el cobarde, con malos pensamientos.

Por Dios, si el Incomparable es muerto,
su madre llora, detrás de la cabaña,
su padre llora y se acaricia la barba,
El adulto llora y se golpea el pecho.
Y se ve a los heridos arrastrar a los muertos

El caballo negro mojada tiene la grupa
por el sudor del celoso enfurecido,
está mojado igual que un orador.
Las lanzas rozan los cabellos demasiado largos,
y si la bala queda en la cabeza,
el humor por el cerebro se esparce.
El valiente no le teme a la pólvora ni a sus quemaduras,
el valiente no tiene miedo de romperse los huesos,
no teme a las balas ni a sus heridas,
mientras que el cobarde huye, maldice a su madre
y no vuelve en sí más que con los talismanes.
Pero he aquí que abaten a los que obstruyen las brechas:
¡Ya no es el momento de lustrar la lanza!

Nuestra mano izquierda es la de las larguezas,
y nuestra derecha es la de las cestas de kola.
Si nuestros muslos están hechos para las estriberas,
nuestros pies están formados para los estribos.
Yo amaba las muchachas, los conciliábulos,
el choque de los brazaletes y la vergüenza nocturna.
Y yo sabía hacer chasquear mis dedos
y yo sabía disputarme los paños...
¡Humillación! ¡Es a mí a quien han herido!

¿Conocéis nada más lastimoso
que la muerte de un muchacho que no estaba enfermo,
que la muerte de un potro que no estaba resfriado?
Helos ahí enterrados en el fondo de los hormigueros,
con sus pies se construirán las termiteras
y los huesos de sus manos aplaudirán sus bravos.
He aquí que viene, brincando, el buitre macho,
seguido de su hembra, sobre el cuerpo
de este muchacho que no estaba enfermo.

“Aun si él actuó mal, es lástima”,
dice ella, “¿no le echarían acaso un daño?
¿O bien falló su golpe?” El macho
le responde: “¡Líbranos del mal!”
Y agregó: “No es un pariente,
es un jovenzuelo, no es tu joven...
¡Arráncale la nariz, el vientre, yo lo cojo!
¡Tiremos bien fuerte, que las entrañas salgan!”

Era uno de los galanes favoritos de las aldeas,
un joven cabal, con instrucción,
que frecuentaba las callejuelas en las citas veleidosas,
a quien se ofrecían las muchachas con pasión.

Y he ahí todo lo que Wordu Gooro cuenta,
mientras que el relato de Baamu nada vale:

Él mismo ignora lo que dice: ¡cuidado!
Si le inmola a su huésped, es duro y avaro...
Nunca probó si era vulnerable.
Nunca hubo que curarlo de un lanzazo,
que extraerle pedazos de carne de su cuerpo.
En nadie, ni siquiera en él, tiene confianza.

Pero yo canto las alabanzas de mi pulo10,
y teñiré de oscuro los dedos de mi pulo.
________________________________
10 Pulo: Singular de fulbe




49. SILAMAKA DEL MÁCINA

Silamaka fue a buscar un adivino.
Le preguntó: “¿Dónde está el mago que puede volver
mi cuerpo invulnerable y mi mirada insostenible?”
El vidente lo miró: “Eso sólo lo obtendrás
atrapando cierta víbora,
el grueso negro11 del bosquecillo de Galamani.”
Ese reptil era el rey de los genios.
El adivino también dijo: “Hay que cogerla viva
y completamente viva cubrirla con signos mágicos,
y completamente viva recubrirla de cuero
y hacer con ella un cinturón para tu talle;
si lo consigues, nadie, hombre o genio,
podrá en lo sucesivo mirarte de frente.”

Silamaka regresó a su casa.
Hizo sonar los tambores de guerra,
todos los notables y los jefes de guerra
de los estados de su padre se reunieron.
Entre todos escogió cien caballos,
pero montados por valientes, y les dijo:
“Id a buscarme la serpiente de Galamani.”
Ellos aceptaron esta peligrosa misión.
Cuando estuvieron en el lindero del bosquecillo sagrado
la víbora desenroscó sus anillos,
se sentó sobre la cola y escupió su saliva.
Los jinetes quisieron penetrar en su antro,
pero vieron que una horrible muerte les esperaba.

La serpiente de Galamani hizo huir a los cien jinetes.
Atrapó al último, lo apretó fuertemente y lo asfixió.
Los noventa y nueve restantes regresaron junto a Silamaka.
le dijeron: “Hemos encontrado
El bosquecillo de Galamani ardiente y rugoso.”
Silamaka dijo: “¿Es más ardiente que el fuego?”
Quedó sin respuesta su pregunta.
A la siguiente mañana envió otros cien jinetes.
El grueso negro procedió exactamente como el día anterior.
A la tercera, Silamaka decidió:
“Esta vez seré yo quien conducirá el ataque.”
Hizo ensillar a Soperekañe.
Soperekañe es un caballo todo blanco.
Silamaka pisoteó al herrero,12
agarró al zapatero,
se sentó sobre el leñador,
espoleó su montura,
la hizo encabritarse,
su cola golpeó la arena,
y los cien caballos se pusieron en marcha.
Ved esos sementales, esos vigorosos machos,
tan hermosos cuando están ocupados en pastar
¡pero que en el ataque se vuelven asesinos!
Se pusieron en marcha, rugiendo como el trueno;

lo que era alto, lo aplanaron,
lo que era corto, lo saltaron,
lo que era verde, lo arrancaron,
lo que era seco, lo quebraron;
galopaban, kerbekebe,13
las briznas de hierba se doblaban,
era Silamaka quien se desplazaba.
Los animalitos salvajes, adivinando
que un gran acontecimiento se preparaba,
enloquecidos se refugiaban junto a sus madres.

Un griot14 recitó la divisa de Samba:15
“Samba, si un hombre osa decirte que tu ojo es blanco,
le abres el cráneo sin tardar.
Invisible es el cartílago
que separa la nariz del hipopótamo;

Invisible es Samba Gueladio
¡cuando ataca al hipopótamo!”
Cuando llegó Silamaka delante del bosquecillo
vio la serpiente en su posición favorita,
porque ya había adquirido la costumbre
de matar un hombre cada vez.
Silamaka dijo: “Detengamos los caballos.”
Desmontó y le pasó el animal

A su fiel cautivo Puloru;16
La serpiente estaba de frente al grupo,
Silamaka dio la vuelta al bosquecillo;
avanzó a pasitos discretos,
agarró de pronto al animal por el cuello,
el reptil se enredó alrededor de su brazo
y le golpeó con la cola en la axila.
Entonces Silamaka se reunió con sus jinetes
y estos se desbandaron, todos salvo Puloru;
El valiente pulo montó a horcajadas su montura
con el cuello del grueso negro todavía apretado en su puño.

Puloru sólo tuvo que anunciar a los otros
que Silamaka había capturado a la serpiente de Galamani.
El hijo de Jámmadi regresó a la casa del adivino.
Hizo buscar al hacedor de signos mágicos.
Silamaka seguía sosteniendo la cabeza de la serpiente.
Puloru vino a agarrarle la cola,
el mago la recubrió completamente de diseños,
luego el zapatero enfundó la serpiente con cuero
y la dejó secar a pleno sol;
Cuando todo estuvo terminado, Silamaka se la ciñó al talle
Y pagó al zapatero diez mil cauries.
El mago le dijo entonces:

“Ve al mercado con ese cinturón.”
Dirigióse el pulo a la aldea de Tena.
Estaba la feria en su apogeo.
Sujetó el cinturón para juzgar su efecto.
Todo el mundo echó a correr en todas direcciones,
hombres y mujeres gritaban sin poder contenerse;
cuatro veces Silamaka recomenzó,
cuatro veces las gentes se desbandaron;
entonces, Silamaka saltó sobre su caballo
y a Kekei, su aldea, regresó.

Silamaka abandonó su residencia.
Se dirigió a casa de Jambodedio.17
Cuando hubo llegado, hizo anunciar
la visita amistosa y fraternal de un extranjero,
pero tuvo cuidado en no precisar
que se trataba de Silamaka en persona.
Silamaka estaba acompañado
de Puloru, su cautivo de choza.

Jambodedio ordenó que lo hicieran entrar
y adivinó18 que era Silamaka.
Puloru habló por su amo: “He venido como hermano
a hacerte una visita de paz.”
Jambodedio respondió: “Especie de aborto de tu madre,
si hubieras venido para hacer la guerra

Ni tiempo hubieras tenido de ver el hueco de Kunari.19
No te doy, pues, las gracias por haber venido en son de paz.”
Ofendióse tanto Silamaka
que sobresalieron sus costillas de su torso,
tragó en seco,
y un chorro de sangre brotó de su pecho.
Los cortesanos de Jambodedio ironizaron:
“Si estás acatarrado hasta el punto
de moquear sangre en vez de mucus,
ve a hacerte una fumigación de albarcadyi.”20
Silamaka tomó a Puloru por la mano:
“Vamos”, dijo. Al salir preguntó:
“¿Dónde están los bueyes rojos de Jambodedio?”
Se cruzó con un mendigo, pero éste
meneó solamente las orejas
y huyó a todo correr.
Pero Silamaka le tiró una bolita de oro:
“Muéstrame dónde van a pastar los bueyes”;
el mendigo se contentó con ocultar su oro.
Silamaka le tiró otra;
entonces el pobre guió a Silamaka
hasta la charca junto a la cual
pastaban los bueyes rojos de Jambodedio.

Eran cuidados por cuatro pastores aguerridos.
Silamaka les dice: “Salud, fulbe, hemos venido
a robar los bueyes de Jambodedio.”
Los pastores respondieron: “¡Suponiendo
que Puloru y Silamaka en persona
acudieran armados con sus lanzas de fuego,
en verdad, no podrían robar estos bueyes!
¡Mucho menos vosotros!”
Silamaka dijo: “¡No somos ni Puloru
ni Silamaka, pero nos los robaremos!”

Hay entre los pastores uno tan temerario
que se dejó crecer en su cráneo
un mechón de pelos llamado “Refugio de arrogancia”;
cuando habla, ruge de fanfarronería su pecho.
Dice: “¡Nunca las jovencitas ferobe21
oirán contar que los bueyes de Jambodedio
fueron robados por gente de vuestra especie!”

“¡Uujúu!”, lanza Silamaka el grito de razzia,
y dócilmente los bueyes rojos lo siguieron.
El joven pastor sostenía tres lanzas
anchas como telapias abiertas:
le tiró una a Silamaka,
pero la lanza volvió a caer por tierra.
Silamaka era invulnerable.
Los tres pastores y Puloru contemplaban
al joven en lucha con el guerrero.
Logró de repente interponerse
entre el rebaño y Silamaka,
pero éste le dio la vuelta, y el pulo
Le lanzó su segunda telapia:
Silamaka la evitó; le lanzó la tercera;
el Ardo dijo: “Joven pulo, me has enviado tres lanzas
y nada he dicho, porque no acostumbro
responder a una provocación, ni a dos, ni a tres;
mas nadie me provoca cuatro veces.
Es, pues, mi turno, en fin, de responderte.”
Se enderezó Silamaka sobre sus estribos;
Soperekañe se encabritó tanto que su grupa
rozó ligeramente el suelo y su cola barrió la arena;
meneó la cabeza, batió el aire con sus patas,
su cuerpo se volvió tirante como una viga entre dos horcones,
y Silamaka se mantenía sobre el caballo
como una canal fijada a un muro
¡Tan diestro jinete era!
Tiró de las riendas, que se tensaron
como el hilo de la trama del tejedor;
manejó al animal como a un resorte que sueltan,
lo espoleó y lo lanzó
como un terrón de tierra con una honda.
Topó la bestia con el pastor, lo lanzó por el suelo,
su cráneo se abrió y sus huesos se redujeron
como tiestos de termitera rota.
Silamaka se puso a pilar el resto del cuerpo
bajo los cascos de Soperekañe,
¡así murió varias veces el pobre pastor!22

Luego se dirigió hacia el segundo guardián.
Este gritó: “¡No nos mates,
somos tus servidores!”
El Ardo dijo entonces: “Conducid, pues, estos bueyes a mi casa
y seréis mis fieles pastores”.
Después se volvió hacia Puloru:
“Tú, acompáñales, Puloru,
porque no puedo ser un bandolero;23
Tengo que quedarme aquí para esperar
todas las consecuencias de mi acto:
¡si las treinta y tres aldeas de Kunari
se unieran para formar una sola mano,
yo las trabajaría como el zapatero el cuero,
como el albañil trabaja el muro,
como la alfarera trabaja las ollas!”

Cuando los animales desfilaron
por detrás de la aldea de Gundaka,
la mujer de Jambodedio los vio por encima de las murallas
y gritó: “¡Hombre de cuello blanco, hijo de Jámmadi,
has robado mis bueyes rojos para que yo beba del negro!”24
Mientras Puloru conducía el rebaño,
Silamaka sacó su sable y lo lanzó hacia la mujer pulo:
“¡Dale eso a tu marido, dijo,
como signo de agradecimiento!”25
Jambodedio hizo sonar el tam-tam de guerra.
Púsose a contar los caballos
que iba a enviar contra Silamaka.
Un anciano de la aldea preguntó entonces:
“¿Es que un viejo podría decir una palabra?”
Jambodedio respondió: “Sí, si no es una palabra que le cueste la cabeza.”

Dijo el viejo: “Ha llegado a mis oídos que los razziadores
no son sino Silamaka y Puloru,
¡y esos no son fulbe vulgares!”
Jambodedio regresó a su morada
y sacó su fetiche hablador, Saneru;
lo agarró, lo sacudió, lo interrogó.
Saneru dijo: “No atrapes lo que no se puede atrapar,
Jambodedio, no agarres lo que no hay que agarrar;
¡porque quien le ponga la mano encima no lo contará!”26

Jambodedio reunió mil caballos
para lanzarse en persecución de Silamaka.
Este no se había alejado mucho de Gundaka.
Esperaba tranquilamente, cruzando los pies,
con su lanza en la mano y de frente al Kunari.
Los caballos de Jambodedio se abalanzaron,
hicieron crujir la tierra bajo sus cascos,
pero esos crujidos ni siquiera han hecho
crujir27 los dedos de Silamaka;
permanece sentado, con las piernas cruzadas,
mira llegar los caballos,
Soperekañe está de pie a su lado,
todavía con la traba, lavando su freno con la boca.28
Una nube de polvo había precedido
al ejército de Jambodedio; Silamaka fue cubierto por ella
antes que estuviera cerca la cabalgata;
se incorporó entonces, sacudió su bubú,
apretó las cinchas de la silla,
desató su caballo, pisoteó al herrero,
agarró al zapatero, se sentó sobre el leñador,29
y lanzó la bestia aflojando las riendas;
Soperekañe se curvó como un arco,
se encogió como una fiera lista a saltar,
cavó la tierra como el cultivador
cava huecos para después sembrar.
Silamaka gritó entonces: “¡Jambodedio,
no se lanza uno sobre el enemigo sin prevenirle;
pero es uno de los rasgos del carácter30 de mi caballo
no poder soportar la vista de una cabalgata
sin correr a su encuentro, no puedo retenerlo!”
En ese momento, el viejo de buen consejo
dijo a Jambodedio: “Vale más abstenerse
de atacar a un hombre de esta envergadura
cuando está furioso, porque somos numerosos
y si por desgracia nos hiciera huir,
la vergüenza sería para nosotros indeleble”.

Jambodedio ordenó acampar a sus hombres;
Silamaka detuvo su impulso y puso pies en tierra.
Aconsejado por el anciano, Jambodedio
cogió una yegua vieja, vistió un bubú
arrugado y harapiento, y guiado por un niño31
dirigióse a Silamaka; le dijo:
“Ardo hijo de Dikko, tú, jefe de cuello blanco,
mi lengua pronunció una palabra por otra, te presento mis excusas.
Vengo a rogarte que mis bueyes me devuelvas”.
Silamaka dio media vuelta y galopó hacia Puloru,
a quien le había dicho que no se alejara demasiado.32
Mandó restituir sus bueyes a Jambodedio.
Entre Welingara y Ngurema esto sucedió...

_______________________________
11 “El grueso negro”: Así se designaba a la serpiente sagrada de


Galamani, isla próxima a Sanssanding.
12 “Pisó el estribo, cogió las riendas, se sentó en la silla.” El poeta se
refiere al objeto nombrado a su fabricante.
13 Onomatopeya.
14 El griot acompañaba a su señor a los combates para presenciar sus
hazañas y componer su pui o epopeya.
15 Uno de los héroes legendarios de los fulbe; se canta su divisa en los
momentos heroicos.
16 Siervo muy querido por su amo Silamaka. Inseparables
compañeros de aventuras, han pasado juntos a la inmortalidad.
“Se le consideraba como un gran héroe y la leyenda cuenta
que cuando en la pelea Sira Maga Ñoro [Silamaka] por un
lado mataba a un hombre, Polor [Puloru] por el otro tumbaba
al suelo a un enemigo.” Frobenius, Leo: El decamerón
negro. La Habana, Instituto Cubano del Libro, 1972, p. 62.
17 A Gundaka, aldea entre Mopti y Bandiagara, capital del Kunari, lugar
de residencia de Jambodedio.
18 Porque nunca se habían encontrado.
19 Hueco lleno de agua, en medio de la villa, donde precipitaban a los
indeseables.
20 Árbol cuya resina se quema y que posee propiedades medicinales y
“mágicas”
21 Tribu de Sow, Sídibé, etc. Jambodedio y Silamaka pertenecen, como
casi todos los jefes fulbe de esa región, a la tribu de los Dialo o Dikko.
22 Literalmente: murió y remurió.
23 En efecto el acto de Silamaka es venganza y no rapiña. Es una
 provocación que responde a la provocación de Jambodedio.
24 Las mujeres de Jambodedio sólo bebían leche de esas vacas rojas, y
 nunca de las negras.
25 Para que el marido reconozca quién se apoderó de sus bueyes y salga
a batirse con él.
26 Porque morirá.
27 Los fulbe adoran estos juegos de palabra.
28 Con su saliva.
29 Imagen para decir que el jinete hincó sus espuelas, agarró las riendas,
y se sentó en la silla; formas estilísticas muy frecuentes
30 Silamaka ironiza para vejar aún más a su adversario.
31 Jambodedio se reviste de los símbolos de la humildad. Eso expresa
su arrepentimiento tan claramente como sus palabras.
32 Silamaka sólo esperaba esta reparación y este bálsamo para satisfacer
su amor propio. Salvado su honor, no se obstinará, pues la clemencia
es señal de nobleza.





50. BALADA TUCULER DE SAMBA-FUL

¡Se ha marchado Samba!

Samba era de raza noble, descendía de Koli Satiguy, que
era un santo hombre al mismo tiempo que gran guerrero
y que poseía, a causa de su fervor místico, un talismán
precioso que lo hacía invulnerable. El talismán le permitía
adquirir todas las formas posibles de animales para vigilar
los manejos de sus enemigos y lo volvía invisible a los ojos
de su antagonista en los momentos de peligro.

¡Se ha marchado Samba!

Samba era noble y generoso, poseía todas las cualidades
para reinar, pero su padre murió mientras él era muy
pequeño, y su tío, Abú Musa, le arrebató el mando. Abú
Musa hasta buscaba hacerlo perecer. Pero Samba se escapa
y marcha día y noche para sustraerse a sus emboscadas.
Todos lo abandonan, los partidarios de su padre están
desalentados, sólo tiene en su séquito a su griot y a su perro,
que le permanecieron fieles.

¡Se ha marchado Samba!

Samba llegó a casa del Tunka de Uandé, en el Futa Damga. Se
identifica y es agasajado. Pero su tío es poderoso y el Tunka
es débil, de manera que no puede recibir ayuda alguna en
hombres para hacer la guerra. Le confía al Tunka su madre y
sus hermanas, a quienes salvó de la animadversión de su tío.

¡Se ha marchado Samba!

Samba no se deja desalentar por la adversidad. Al no
encontrar apoyo para su venganza en casa del Tunka de
Uandé, atraviesa el Río y va en busca de El-Kebir, el Emir
de los Moros, que tiene mil guerreros siempre dispuestos
a batirse. El-Kebir está en su campamento, rodeado de sus
mujeres, de sus rebaños, de sus camellos.

¡Se ha marchado Samba!

“Yo soy Samba”, le dice, “dame un ejército para combatir
a mi tío y recobrar el poder que me robó. Habrás defendido
la justicia al darle ayuda al débil contra el opresor, y todos
dirán que eres un gran jefe, sabio, valiente, equitativo.”

¡Se ha marchado Samba!

El-Kebir dice: “Bienvenido seas.” Le brinda hospitalidad,
pero no quiere intentar la lucha contra Abú Musa, que es
poderoso; y sin embargo Samba quiere vengarse. Samba
come el cuzcuz de la hospitalidad, pero el agua del desierto
es infecta y salada. Samba le dice a la cautiva del Rey:
“Dame agua dulce y fresca como la de mi país.”

¡Se ha marchado Samba!

“Bien que me gustaría”, le responde la cautiva; “pero sólo
podría dártela al precio de mi vida, porque la fuente de
agua dulce es la posesión del león M’Bardidalo, que la 
cuida celosamente y sólo deja cogerla a los que consienten
en darle una doncella como sacrificio cada año. Las pobres
cautivas como yo son muy desgraciadas: le sirven de pasto”.

¡Se ha marchado Samba!

Samba coge el odre de la cautiva y va directo a la fuente
donde se encuentra M’Bardidalo. El monstruo quiere
devorarlo; pero Samba es un gran guerrero y la lucha se
entabla entre los dos. Los rugidos del león provocan pavor en
los alrededores. Todos están aterrorizados durante aquella
negra noche. Sólo Samba ha conservado su coraje y al león
mata. Clava su lanza en la arena, amarra a ella su perro y
deja sobre su enemigo ya muerto una de sus sandalias.

¡Se ha marchado Samba!

La noticia del formidable combate se propaga por el
campamento. Todos quieren ver al monstruo abatido y las
doncellas están radiantes por la derrota de su enemigo. ElKebir
dice: “Que quien obtuvo la victoria se de a conocer
para que lo admiren”. El griot de Samba le responde: “El
que mató al león será el que sepa desatar al perro, blandir la
lanza y calzar la sandalia”.

¡Se ha marchado Samba!

Todos los guerreros de El-Kebir vienen uno a uno, llenos
de ardor y de confianza, para desatar al perro, pero el fiel
animal les muestra los dientes con furia. Nadie puede 
arrancar la lanza, que queda plantada en la arena como
un árbol inconmovible. Nadie puede calzar la sandalia.
¿Cuál es, pues, el guerrero temible que ha vencido al león?
Ninguno de ellos puede decir: “Yo”.

¡Se ha marchado Samba!

Samba se aproxima por último. El perro lo llena de caricias,
se deja desatar por él. Samba blande la lanza, que nadie
había podido arrancar del suelo. Samba calza la sandalia,
que es semejante a la que tiene en el otro pie. Todos dan
muestras de viva alegría. Las doncellas lo bendicen, ElKebir
le dice: “Eres un gran guerrero”.

¡Se ha marchado Samba!

El-Kebir está encantado y le dice a Samba: “Mi hija y mis
riquezas te pertenecen desde este momento”. Pero Samba
sólo tiene un pensamiento, vengarse de su tío, y responde:
“Dame un ejército”. El-Kebir vacila de nuevo; sólo se lo dará
si Samba le presta otros servicios. El rey de los fulbe posee
bueyes blancos que jamás nadie ha podido sorprender; es
preciso que Samba se los robe para entregárselos a él.

¡Se ha marchado Samba!

Samba no es un ladrón, él ataca a los hombres como los
leones: de frente. Los moros, que son cobardes, sustraen
con astucia algunos miserables bueyes. Pero Samba, el
descendiente de Koli Satiguy, se bate cuerpo a cuerpo, a 
pleno sol, contra sus enemigos. Monta en un caballo fogoso,
al sonido del tam-tam de guerra y de los cantos de los griot.
Le hace decir al rey de los fulbe: “Voy a hacerte la guerra,
defiéndete”.

¡Se ha marchado Samba!

El combate es formidable, Samba es vencedor. Biram Gurur,
el rey de los fulbe negros, es su prisionero; sus riquezas, sus
rebaños están a merced de Samba. Pero el vencedor es tan
generoso después de la victoria como valiente durante el
combate. Sólo coge la mitad de los bueyes blancos de los
fulbe, y le devuelve a Biram sus riquezas, impidiendo que
los moros, que no combatieron, le roben cualquier otra cosa.

¡Se ha marchado Samba!

Los ladrones moros, que habían partido para robar después
de la batalla, regresan con las manos vacías y gritan traición.
El-Kebir, que es insaciable, no está contento con tener
solamente la mitad de los bueyes blancos, cuando pudiera
tener el rebaño completo, y dice: “Muerte a Samba-eltraidor”.
Su cabeza rodará por la arena, su cuerpo le servirá
de pasto a los buitres y a las hienas del desierto.

¡Se ha marchado Samba!

Las hijas de El-Kebir no quieren que quien las libró del
león M’Bardidalo perezca, saltan sobre los caballos del
campamento, que pastan en libertad, y van a decirle: 
“Nos quedamos contigo; si abandonas el campamento,
no regresaremos más”. La esperanza de la nación parte
con ellas. Si Samba no regresa, El-Kebir no tendrá más
descendientes.

¡Se ha marchado Samba!

Al verse El-Kebir abandonado por sus hijas, se desespera;
lamenta lo que ha hecho contra Samba. “Regresa”, le dice,
“regresa con las muchachas del campamento, la esperanza
del futuro; regresa sin demora con esas imprudentes,
esas locas, que nos abandonarían a todos, sin pena, por
seguirte. Regresa, yo te colmaré de riquezas, mandarás mis
guerreros”.

¡Se ha marchado Samba!

Samba que es tan bueno como generoso, regresa al
campamento y le dice a El-Kebir: “Dame un ejército para
vengarme del bárbaro de mi tío y reconquistar mi reino”.
El-Kebir no se resiste más esta vez, hace tocar al fin el tamtam
de guerra; los guerreros se reúnen, a los juramentos de
venganza de Samba prestan atención.

¡Se ha marchado Samba!

Los guerreros, contentos e impacientes por combatir, se
apretujan a los lados del valiente, que es invencible y que ya
ha dado muchas pruebas de su valor. Sus armas relucen al
sol, los gritos de las mujeres los acompañan; y Samba, lleno 
de alegría por mandar un gran ejército, quiere ir primero a
Guelé a darle gracias al viejo Tunka por los cuidados que ha
brindado a su madre y a sus hermanas.

¡Se ha marchado Samba!

Los guerreros están en marcha, Samba no se siente contento;
piensa en su madre y sus hermanas. Una vieja mendiga se le
aproxima, le pide que se detenga para escuchar sus quejas.
Samba la empuja suavemente, diciéndole: “¡Déjame!, tengo
prisa por ver de nuevo a mi madre, que se pondrá muy
contenta de saber que voy a reconquistar mi reino robado
por un tío bárbaro”.

¡Se ha marchado Samba!

Pero la vieja le responde: “¡Samba!, yo soy tu madre. ¿Por
qué no me reconoces? Si soy tan pobre, si estoy tan cambiada,
es porque el Tunka de Uandé no fue generoso; no cumplió
la promesa que te hizo; tuvo miedo de las amenazas de tu
tío, y nos echó. Tus hermanas son cautivas y yo carezco de
todo”.

¡Se ha marchado Samba!

“¡Oh Dios, es posible? Madre, serás vengada”. Los guerreros
atraviesan el Río, el tata de Uandé es tomado por asalto.
Al Tunka matan. A sus hijos matan. Sus hijas son hechas
cautivas. La madre de Samba, que fue la más pobre, la
más desgraciada del país, es desde entonces la soberana de 
Uandé.

¡Se ha marchado Samba!

Los guerreros se aproximan a los estados del tío de Samba,
Abú Musa, el usurpador, el hombre de malos designios, está
en el palacio que le robó a su legítimo soberano. Está lleno
de orgullo, nadie osa mirarle de frente. Samba detiene su
ejército sin que nadie se lo haya anunciado a Abú Musa, que
ve un perro flaco aparecer.

¡Se ha marchado Samba!

“Perro, dime quién eres. Ya seas un simple animal o un genio,
apresúrate a desaparecer de ante mis ojos o teme mi cólera”,
dice Abú Musa. El perro desaparece, pero haciéndole frente
a Samba, que aparece con el rostro enfurecido. Muestra
el talismán de Koli Satiguy y le dice a su tío: “Vengo a
castigarte por tus maldades”.

¡Se ha marchado Samba!

El ejército se aproxima en la noche y ataca la villa por
sorpresa; el combate es formidable. Los partidarios de Abú
Musa son numerosos, pero los guerreros de Samba son
valientes. Samba es un rayo de guerra: mata a su alrededor
todo lo que se le resiste, le da muerte al tirano Abú Musa.

¡Se ha marchado Samba!

Samba, victorioso, se identifica; lo aclaman con amor como
soberano del país. Cada uno dice: “He aquí al grande, he
aquí al noble, he aquí al verdadero rey”. Samba va a reinar
con bondad. Samba hará la felicidad de su pueblo. Samba
colmará a sus griot de grandes riquezas para que canten,
todos los días y delante de todos los guerreros, las gestas
de Samba, para que conserven, por siempre, el recuerdo de
sus proezas.





51. KAÏDARA

He comido pollo antes que el piojo me comiera.
Tira mi “comedor” a tierra.
Un día cercano, la tierra se lo comerá.
La vida así está hecha.
La termita roe las raíces, las come.
En cuanto a la gallina, se traga la termita.
El hombre se alimenta de la gallina
y la fiera se come al hombre.
La tierra paciente espera.
Sin ojos, contempla y ve.
Observa al escarabajo.
Se ríe de él, sin boca.
El escarabajo sin palabras le dice:
“¡Oh tierra!, yo imito a Gueno tu Creador,
que te da vueltas durante el día,
te da vueltas de nuevo por la noche,
te hace rodar en todos los sentidos
y te hace danzar en la eternidad”.
En verdad, la vida consiste en contemplarse.
Nosotros nos comemos, nos comemos de nuevo
y, finalmente, la tierra nos come a todos.















POESÍA ANÓNIMA AFRICANA -PROVERBIOS- [17.235]

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Poesía anónima africana



De la sabiduría de los
antepasados


Selección, traducción y notas de
Rogelio Martínez Furé




“El proverbio es el caballo de la Palabra;
cuando la Palabra se pierde es con ayuda
del proverbio como se la vuelve a encontrar”.
Proverbio yorubá

“¿Quién sabe la verdad?... El que golpeó...
y el que recibió los golpes”.
Proverbio kabila


Sobre los proverbios

Los proverbios son pequeñas joyas de la sabiduría popular transmitidas de generación en generación, tan antiguas como la experiencia humana. Bajo el lenguaje simbólico, o abriéndose paso directo, como un puñal, se ocultan meditaciones profundas, valores abstractos. Son la larga experiencia vivida por los antepasados que la tradición trae al presente concentrada en una frase breve.

La poesía del proverbio radica no sólo en sus imágenes concisas, sino en su permanencia, en ser el verbo del pasado que se niega a morir. Ayudando a encontrar la palabra perdida, como dicen los yorubá, en las charlas cotidianas, en las narraciones nocturnas, en los estribillos de los cantos, el proverbio mantiene la presencia de aquellos que nunca han partido y que, según el poeta senegalés Birago Diop, no están muertos.

Así se transmiten, de boca de los viejos a los jóvenes, valores esenciales de las sociedades africanas, su profundo humanismo.



A los que se aman, les basta un vistazo para reconocerse.
Congo.

Ama a quien te ame y no a quien te guste.
Fulbe, Guinea.

Ama y proclámalo; odia y ocúltalo.
Egipto.

Mejor caminar con quien te ame que descansar con quien
te odie.
Tigrai, Etiopía.

La cabaña del que se ama nunca está lejos.
Bantú.

Si no amas a alguien, aunque se mate por ti, no sentirás su
fatiga.
Mandinga/Diola/Fulbe, Guinea.

El amor de Imizi son los puñetazos.
Kabila, Argelia.

Ama a tu mujer, pero no te fíes de ella.
Wolof, Senegal.

El amor que tiene por su esposo no le impide a la mujer
hacerlo sufrir, pero la vida en compañía de una mujer que te
odie es peor que el infierno.
Malí.


Cuando el amor se desgarra, no se le puede recoser las
orillas.
Malgache, Madagascar.

Hay algo peor que la muerte, el miedo a la muerte.
Bantú.

Todo hombre huele a cadáver.
Wolof, Senegal.

El accidente que mata no se anuncia.
Sesuto, África del Sur.

El exilio es hermano de la muerte.
Kabila, Argelia.

La muerte es siempre algo nuevo.
Yorubá, Nigeria.

No queriendo morir, se ha hecho matador.
Amhárico, Etiopía.

El temor a la muerte no hace morir a la muerte.
Malinké/Bámbara, Malí.

La muerte es la esquina de la obra del Creador que
permanece inacabada.
Bantú.


La muerte es un pantalón que todo el mundo usará.
Mandinga/Diola/Fulbe, Guinea

La muerte está en los pliegues de nuestro manto.
Sesuto, África del Sur.

Quien disfrute que se apure
la vida no dura,
la muerte alarga su mano.
Kabila, Argelia.

Somos los habitantes de aquí abajo,
somos también los de otra parte.
Banya, Ruanda.

Los asuntos de un muerto nunca marchan bien.
Sesuto, África del Sur.

La vida separa,
la muerte separa,
¡que esté avisado el hombre de bien!
Kabila, Argelia.

Cuando la muerte no está lista para recibir a un hombre,
envía a un médico experto en el momento preciso.
Yorubá, Nigeria.

La flecha mortal sólo alcanza al elefante una vez.
Pigmeos, Gabón.


Los hombres mueren pero sus palabras u obras pueden vivir
por siempre.
Akan, Ghana.

El sueño prolongado se convierte en la muerte.
Mandinga/Diola/Fulbe, Guinea

El cuchillo del sueño no te corta, su fusil no te mata.
Pigmeos, Gabón.

Es durmiendo como mejor se come.
Pigmeos, Gabón.

Tiene el fondillo en un charco y sueña con melones.
Bereber.

Es en el agua dormida donde se ahogan.
Camerún.

Se inquieta respecto a la tumba que habrá de cavar para un
hombre de alta talla, y resulta que éste se ahoga en el río.
Bámbara, Malí.

Si has oído decir a alguien que el sol seca siempre todo lo
que se muestra, pregúntale dónde está el río.
Fulbe.

El río arrastra a la persona adulta que no conoce su propio
peso.
Yorubá, Nigeria.


El agua del río corre sin oír al hombre que tiene sed.
Kikuyu, Kenia.

El rey de la partición es Dios.
Bámbara, Malí.

Dios, cuando quiere dar,
conoce la casa.
Kabila, Argelia.

Dios es proveedor del buitre ciego.
Bámbara, Malí.

Dios fue clarividente y no le dio cuernos al asno.
Kabila, Argelia.

El río se vanaglorió, y Dios le puso un vado.
Malinké.

A lo que Dios hace, nadie puede oponerse.
Mandinga/Diola/Fulbe, Guinea.

Dios le da a todos la vida, pero no el mismo espíritu.
Mandinga/Diola/Fulbe, Guinea.

Dios es quien asea a los leprosos.
Fulbe.

Al sapo que no tiene rabo, Dios le echa fresco.
Bámbara, Malí.


Alá le da fortuna a todo el mundo, menos al que se pasa la
vida durmiendo.
Malinké, Malí.

Dios no le muestra su camino al huérfano.
Kabila, Argelia.

El dios se pone de acuerdo con los grandes.
Mandinga/Diola/Fulbe, Guinea.

No le des vuelta en el aire a una serpiente que hayas matado:
las que están en sus agujeros te observan.
Tsonga, África del Sur.

Si una serpiente muerde a un joven, éste se asusta cuando
ve una lombriz.
Efik, Nigeria.

La pequeña serpiente que se entierra alcanzará la mayoría
de edad, pero el débil que gusta de revelar los defectos y
taras de los grandes no nació para vivir mucho tiempo.
Malí.

Cuando un mono ha probado la miel en un árbol ya no
quiere poner su mano en la arena.
Tsonga, África del Sur.

Los monitos se burlan mutuamente de sus órbitas profundas.
Tsonga, África del Sur.

El mono se puso la piel del jabalí, pero murió mono.
Pigmeos, Gabón.

El mono tenía una espina en el fondillo y otra en la pata;
cuando le preguntaron cuál quitarle primero, respondió: ¡la
de la nalga!
Amhárico, Etiopía.

Despacito, despacito, acabarás por atrapar al mono en el
palmar.
Wolof, Senegal.

Si el mono rojo no ha podido alcanzar los frutos de la liana
de caucho, dice que están podridos.
Malinké/Bámbara, Malí.

No hay lugar para dos machos viejos en una misma manada
de monos.
Malí.

Cuando el mono siente amistad por ti, tu gancho de trabajo
nunca permanece en un árbol.
Akan.

Un perro que tiene un hueso en la boca no puede aullar.
Tsonga, África del Sur.

Las lágrimas del perro corren por dentro.
Tsonga, África del Sur.

Donde el perro meó, también mea su hermano perro.
Pigmeos, Gabón.

Cuando se quiere a un perro, se soportan sus pulgas.
Pigmeos, Gabón.

Perro mojado no tiene dueño.
Tsonga, África del Sur.

Perro grande no cambia de manera de sentarse, aunque esté
de visita en casa de su madrastra.
Malí.

Cuando un hueso ha resistido a la hiena adulta, el perro no
puede roerlo.
Malinké, Malí.

A pesar de sus cuatro patas, un perro no coge nunca dos
caminos a la vez.
Congo.

Nadie tiene consideración por el perro que sólo sabe cazar
iguanas; sin embargo, raramente falta carne a las salsas de
su dueño.
Malí.

Cuando la pantera está muerta, los perros se burlan de ella.
Bantú.

El que es víctima de la pantera no debe esperar buen trato.
Akan.

Dos panteras no pueden cohabitar en la misma guarida.
Malí.

Un príncipe no sale para admirar una pantera capturada.
Akan, Costa de Marfil.

Cuando el ratón sabe bien a dónde fue el gato, baila.
Malinké/Bámbara, Malí.

Como el gato no está en la casa, los ratones juegan.
Jausá.

Cuando el gato no está, las ratas son las jefas del granero.
Mandinga/Diola/Fulbe, Guinea.

El ratón que busca la muerte, va a olerle la nariz al gato.
Amhárico, Etiopía.

El ratón de casa llama al ratón de campo a comer con él.
Efik, Nigeria.

En la casa del avaro los ratones están más gordos que él.
Bámbara, Malí.

Un elefante no cede bajo el peso de sus colmillos.
Tsonga, África del Sur.

El conductor de elefantes debe tomar en cuenta el sentido 
en que marchan.
Bantú.

Es peligroso que te creas elefante porque la vista de un
guayabito te haga sudar de miedo.
Malí.

El elefante es su trompa.
Tsonga, África del Sur.

El elefante, por conocer la medida de su trasero, no se traga
los troncos.
Amhárico, Etiopía.

El oso hormiguero en su agujero, la tortuga en su casa.
Pigmeos, Gabón.

A la jicotea le gusta bailar, pero no tiene cintura.
Mandinga/Diola/Fulbe, Guinea.

¡Si jicotea se obstina en querer peinarse como la cierva, la
falta de cuerno y de pelos contrariará su proyecto!
Bámbara, Malí.

No embarques nunca al cocodrilo en tu piragua.
Congo.

Es el agua la que lleva lo que hace la fuerza del cocodrilo.
Bantú, Congo.

Quien pasa la noche en la charca despierta primo de las 
ranas.
Bereber.

De noche todas las vacas son grandes vacas negras.
Bámbara, Malí.

Quien agarre a dos vacas por la cola no atravesará el río.
Amhárico, Etiopía.

Es al toro a quien le sienta la barba, pero es al chivo al que
Dios se la dio.
Serere, Senegal.

Dos toros no pueden vivir juntos en el mismo corral.
Tsonga, África del Sur.

Para el asno, la miel no tiene gusto.
Amhárico, Etiopía.

La gracia del burro es morder.
Bereber.

La abeja no pica a la abeja.
Pigmeos, Gabón.

El que quiere miel tiene valor para afrontar las abejas.
Wolof, Senegal.

Hay que reconocer que la liebre es rápida corriendo aunque 
sea nuestra enemiga.
Malí.

Mosca acostumbrada a leche cuajada y a queso entra en el
puré caliente.
Amhárico, Etiopía.

Dos gallos no cantan en el mismo techo.
Efik, Nigeria.

Si el gallito abandona el camino de sus padres, los retoños
de la grama le atravesarán el pecho.
Bámbara, Malí.

La aguja puede ser un objeto pequeño, pero, sin embargo, la
gallina no puede tragársela.
Yorubá, Nigeria.

El que come el huevo no piensa en el dolor que le costó a la
gallina.
Yorubá, Nigeria.

El pájaro canta alabanzas de los lugares donde pasó la
estación calurosa.
Fulbe.

El antílope sólo pasa por el mismo sendero una vez.
Pigmeos, Gabón.

Si el león está ausente, los antílopes bailan.
Mandinga/Diola/Fulbe, Guinea.

Dos leones se respetan mutuamente sus melenas.
Tsonga, África del Sur.

Más le valen tres patas a un tigre en la selva que cuatro en
una trampa.
Pigmeos, Gabón.

Si quieres darle la realeza a la hiena, deja que los que la
conozcan se alejen de ella.
Bámbara, Malí.

La hiena se pasó el día orando, se pasó la noche orando; sin
embargo, las cabras no se fiarán de eso.
Fulbe.

La leche de cabra puede gustarle a cualquiera sin que por
ello tenga que llamar tío al chivito.
Bámbara, Malí.

El pensamiento de un lobo basta para matar una oveja.
Yorubá, Nigeria.

La cebra no se deshace de sus rayas; la corteza de un árbol
no se adhiere a otro.
Masai, Kenia.


Allí donde haya carne muerta, el buitre descenderá.
Bámbara, Malí.

Cuando el puerco espín es llevado a un trabajo forzado, el
erizo no debe alzarse y decir: ¡hasta luego!
Akan.

Cuando el pez sierra corta a otro pez, nunca se ve la cola de
su víctima.
Akan.

Algunos animales serán siempre capturados.
Swajili.

El cazador no corre más rápido que el antílope.
Pigmeos, Gabón.

No hay necesidad de maldecir a un cazador que tosa, pues él
mismo contribuye a alejar la caza de su camino.
Malí.

Si al cazador la vejez le impide cazar, no le queda más que
hablar de sus antiguas hazañas.
Fulbe.

Si hoy la hiena ha encontrado una yesca, mañana el monte
estará grandemente iluminado.
Fulbe.


El fuego engendra la ceniza.
Kabila, Argelia.

Al que riega cenizas, las cenizas lo siguen.
Efik, Nigeria.

Mientras más leña eches, más la llama crece.
Jasaniya, Mauritania.

El que tiene un trozo de carne va a buscar al que tiene fuego.
Bámbara, Malí.

Decir “fuego” no quema la boca.
Fulbe.

Destruyes la sombra espesa del árbol mafurere en tu aldea
y buscas nubes para que te den sombra fresca.
Tsonga, África del Sur.

La piedra sigue siendo piedra, el árbol sigue siendo árbol.
Pigmeos, Gabón.

Cuando el gran baobab cae, las cabras escalan sus ramas.
Malí.

El árbol sigue a su raíz.
Kabila, Argelia.

La hormiguita blanca roe los árboles más gruesos.
Pigmeos, Gabón.

Por grande que sea un árbol, no iguala a un bosque.
Malinké, Malí.

Es la rama desdeñada la que ciega.
Kabila, Argelia.

¡Cuando se sacude sin cesar el árbol, pierde todos sus frutos,
los verdes y los maduros!
Pigmeos, Gabón.

Porque uno tenga dos pies, no puede subirse a dos árboles.
Amhárico, Etiopía.

El grano de ayer no será árbol mañana.
Pigmeos, Gabón.

La yerba seca hará arder a la yerba húmeda.
Wolof, Senegal.

Si el quimbombó afirma tener más sabor que el maní, es que
hubo acuerdo entre él, el pimiento y la sal.
Akan, Costa de Marfil.

Por donde pasa el lenguaje del tambor, ningún camino pasa.
Akan, Costa de Marfil.

El tambor, en la mano de otro, no satisface; cuando se le
coge, incomoda.
Amhárico, Etiopía.

Cuando la música cambia, la danza debe cambiar.
Jausá.

Quien pide cambiar sabe que es para obtener lo mejor.
Amhárico, Etiopía.

Nunca intentes pedir prestada la posesión más querida de
un hombre. Él inventará cualquier cosa para conservarla.
Swajili.

Aunque salidos del mismo seno, cada uno de nosotros
piensa distinto.
Akan.

Está bien tener madre noble y padre noble: es mejor ser
noble uno mismo.
Wolof, Senegal.

No sólo una madre puede preparar una buena sopa.
Efik, Nigeria.

Un muchacho malo es bueno con su madre.
Efik, Nigeria

El adorno del matrimonio es el hijo.
Fulbe.

A la hija a la que tus palabras no impidieron que vaya a casa
de su marido, deséale una feliz llegada.
Bámbara, Malí.

Si ves la barba de tu hermano arder, riega con agua la tuya.
Jausá.

No le preguntes al huérfano si conoce las lágrimas.
Kabila, Argelia.

Comenzó por ser adulto, habiendo olvidado ser niño.
Kabila, Argelia.

El que está impaciente por tener un hijo desposará a una
mujer encinta.
Fulbe.

La mujer bonita tiene otros admiradores además de su
marido.
Malinké, Guinea.

La mujer es como el sendero que tú sigues: no te ocupes de
los que te precedieron; no te ocupes de los que te seguirán.
Wolof, Senegal.

La mujer es una espiga de maíz seco: cualquiera que tenga
dientes, la muerde.
Fang, Gabón.

El que desposa una bella, desposa tormentos.
Engonda.

Las mujeres hallarán noventa y nueve historias, pero se
traicionarán con la centésima.
Jausá.

Una mujer no conoce jefe.
Tsonga, África del Sur.

La mujer es como los hollejos de la naranja: por fuera, es la
misma envoltura; por dentro, los gustos son distintos.
Malgache, Madagascar.

La mujer es una fuente donde se rompen todas las calabazas.
Bamileké, Camerún.

La mujer es un agua fresca que mata, un agua poco profunda
que ahoga.
Fulbe.

La noticia perdida búscala entre las mujeres.
Tigrai, Etiopía.

Las mujeres levantan las canastas y también levantan los
chismes.
Efik, Nigeria.

Por fea que sea una mujer, siempre encontrará un amante.
Mandinga/Diola/Fulbe, Guinea.


Mujer sin marido: mujer de todo el mundo.
Mandinga/Diola/Fulbe, Guinea.

Aunque una mujer te haya amado, no es tu madre.
Mandinga/Diola/Fulbe, Guinea.

No todas las mujeres cargan niños.
Mandinga/Diola/Fulbe, Guinea.

La alegría de una mujer está colmada, no cuando muere su
rival, sino cuando ésta se cubre de ridículo.
Malinké, Guinea.

Cuando le entregas su rival a una mujer para que la venda en
el mercado, si no consigue venderla al contado, la venderá
fiado.
Malinké, Guinea.

Las mujeres nunca están satisfechas.
Swajili.

Las palabras más tiernas surten sobre las mujeres menos
efectos que las silenciosas joyas.
Bereber.

Nunca se sabe cuándo una mujer peca ni cuándo un grano
de mijo cae.
Amhárico, Etiopía.


Está permitido tener lástima de una mujer que ha perdido a
su marido, pero nunca de la que rechaza al suyo.
Malí.

Un viejo sin mujer es un niño.
Mandinga/Diola/Fulbe, Guinea.

Si quieres la paz, abre los oídos a las conversaciones de tus
mujeres.
Fang, Gabón.

Es inútil para una casada alabar sus atractivos la primera
noche de bodas; habrá muchísimo tiempo de hacerse idea
cuando tome el camino de las fuentes y de los campos.
Malí.

El marido es un bastón que echa a los perros,
una barrera que detiene a los ladrones.
Kabila, Argelia.

¡Cuántas se encuentran en un cofre
y su honor está en la plaza del mercado;
cuántas se dirigen al mercado
y su honor está en un cofre!
Kabila, Argelia.

El que comete adulterio con la esposa de un hombre, no
tiene buenas intenciones hacia él.
Yorubá, Nigeria.


Cuando no hay ancianos, el pueblo se echa a perder.
Yorubá, Nigeria.

Los jóvenes se tragan la carne,
los viejos la mastican largo tiempo.
Pigmeos, Gabón.

La sabiduría de los ancianos es como la arcilla mojada:
cuando uno salta sobre ella, corre el riesgo de resbalar y
romperse los huesos.
Bámbara, Malí.

Más vale un viejo letrado que un joven inculto.
Amhárico, Etiopía.

El caballo del joven galopa más aprisa, pero el del viejo
sabe maravillosamente evitar y sortear los obstáculos.
Malí.

Cuídate de los animales, y sobre todo de los hombres, y
vivirás.
Pigmeos, Gabón.

Quien tiene confianza en el hombre es como el que ha
agarrado la niebla.
Amhárico, Etiopía.

Si el hombre de bien está inquieto,
¿qué será del hombre de mal?
Kabila, Argelia.

Los hombres mezquinos son tan comunes como los árboles
en el bosque.
Yorubá, Nigeria.

Hay gentes en las que nunca se puede confiar.
Swajili.

El hombre se hace hombre por los otros.
Tsonga, África del Sur.

El hombre paciente sigue cociendo una piedra hasta que
bebe su caldo.
Fulbe.

Si no conoces el carácter de un hombre, no vivas con él.
Fulbe, Níger.

Gran vicio del hombre es traicionar al que en él confía.
Amhárico, Etiopía.

El remedio del Hombre es el Hombre.
Wolof, Senegal.

El hechicero puede olvidar, pero aquel a quien le comió el
hijo, no olvida jamás.
Malí.


La noche cerrada se aclara, el estanque profundo se
sondea, la gran zanja se colma, pero irreparable es el mal
realizado.
Malgache, Madagascar.

Las personas perversas no pueden escapar a la retribución.
Akan, Ghana.

Si alguien te ha mordido, te ha recordado que tenías dientes.
Fulbe.

Nunca le hagas daño a un hombre pícaro.
Swajili.

Por pícaro que seas, te llegará el día en que compres un
pollo enfermo en la feria.
Malí.

El malvado observa los ojos del malvado.
Amhárico, Etiopía.

Puesto que nos conocemos, no luchamos.
Amhárico, Etiopía.

Nunca apuestes con un mentiroso.
Swajili.

Un mentiroso debe cambiar a menudo de lugar.
Congo.

Sí y paja no pesan.
Amhárico, Etiopía.

La verdad no mata.
Mandinga/Diola/Fulbe, Guinea.

Más vale una verdad que duela,
que una mentira que dé placer.
Kabila, Argelia.

El que ha sembrado cien pedazos de ñame y dice que sembró
doscientos, tendrá que comerse sus mentiras cuando el
ñame se le acabe.
Yorubá, Nigeria.

La mentira da flores pero no frutos.
Jausá.

La mentira puede correr un año, la verdad la alcanza en un
día.
Jausá.

¡Es la grandeza del corazón lo que cuenta!
Tsonga, África del Sur.

No es posible fundir un corazón con otro.
Tsonga, África del Sur.

El corazón no es una rodilla para que pueda ser doblado.
Tuculer, Senegal.

Cuando el corazón es capturado, el cuerpo es esclavo.
Jausá.

La muerte del corazón es algo no compartido.
Bantú.

El corazón humano no es un saco en el que se pueda meter
la mano.
Bakongo, Congo.

Pon tu mano sobre tu corazón: él te hablará y tú comprenderás.
Kabila, Argelia.

Hablar recíprocamente es quererse recíprocamente.
Kenia.

Si la igualdad no es agradable, la superioridad es todavía
más penosa.
Serere, Senegal.

Muestra tu fuerza para que puedas mantener tus amistades.
Swajili.

Se juzga al hombre según su fuerza; al grano, según la
espiga.
Amhárico, Etiopía.

Al que está de pie, todo el mundo lo rodea; al que está caído,
nadie lo conoce.
Kabila, Argelia.

Un amigo íntimo puede convertirse en un enemigo íntimo.
Amhárico, Etiopía.

Si has tomado pocas provisiones, sé amigo de gentes que
tengan muchas.
Amhárico, Etiopía.

Uno no puede escapar de ciertas obligaciones con sus
benefactores.
Akan, Ghana.

Estar sin un amigo es ser pobre de veras.
Somalia.

Las tres cosas mejores que existen en la tierra: salud del
cuerpo, armonía con tus vecinos ¡y que todos te quieran!
Wolof, Senegal.

El que es más hábil que tú con la lengua, te comprará por
un perro si quiere.
Fulbe.

La sangre que corre de la lengua, se escupe o se traga.
Akan.


Tu lengua es tu león: si la dejas, te devora.
Fulbe.

El que tiene buena lengua, tiene más que un campo de
olivos.
Kabila, Argelia.

No hables, y no te morderás la lengua.
Pigmeos, Gabón.

La boca que exalta, a menudo censura, y la mano que
acaricia, a menudo mata.
Malgache, Madagascar.

El hombre puede equivocarse sobre su parte de alimento, no
puede equivocarse sobre su parte de palabra.
Malinké, Malí.

Las palabras vuelan como flechas, pero las escrituras quedan.
Mandinga/Diola/Fulbe, Guinea.

Considera no a quién alaban sino quién alaba.
Fulbe.

Quien se hiere a sí mismo no se falta.
Bereber, Argelia.

A quien te saque lágrimas, sácale sangre.
Bantú, Uganda.

Quédese callado hasta que su enojo haya pasado.
Kipsigis, Kenia.

Más vale pasar la noche irritado por la ofensa, que
arrepintiéndose de la venganza.
Tuareg, Sajara.

Loco mediador, distribuidor de sables.
Amhárico, Etiopía.

Un pendenciero es como la partida de un tuerto por la noche.
Fulbe.

El tirador no tiene necesidad de enojarse, su bala hará
siempre más daño que su cólera.
Congo.

Vale más una pequeña habilidad que mucha fuerza.
Amhárico, Etiopía.

La lluvia no cae solamente en un techo.
Efik, Nigeria.

Un solo dedo no puede recoger un grano del suelo.
Malinké/Bámbara, Malí.

Un solo dedo no basta para meter los granos de maíz cocidos
en la boca.
Tsonga, África del Sur.

Un solo hombre no puede juzgar; un leño solo no puede 
arder.
Amhárico, Etiopía.

El mijo separado de la espiga no acepta ser puesto en gavilla.
Tuculer, Senegal.

Una mano lava la otra.
Toma, Guinea.

Un solo pie no traza un sendero.
Malinké/Bámbara, Malí.

Ciertas cuchillas cortan otras cuchillas.
Akan.

Por muy afilado que esté un cuchillo, no raspa su propio
mango.
Bámbara, Malí.

Aunque tu cuchillo te corte, lo guardas siempre bajo el
brazo.
Akan, Costa de Marfil.

Si el pastor tiene el cuchillo fácil, su rebaño no aumentará.
Fulbe.

Dos hojas de cuchillo no entran en una sola vaina.
Malí.

El cuchillo destruye su propia casa, y piensa que destruye
una vaina vieja.
Yorubá, Nigeria.

Un vagabundo sin necesidades es una afrenta para los
generosos.
Akan, Ghana.

Más que encenderle una lámpara al ciego, pon el aceite de
karité de la lámpara en los frijoles y dáselos.
Bámbara, Malí.

Es poco sabio rehusar la ayuda que uno necesita.
Akan, Ghana.

Pedir, es honrar; dar, es amar.
Warundi, Burundi.

A un visitante no se le juzga por el rostro, sino por el
estómago.
Ila, Zambia.

El huésped es primero oro, luego plata y finalmente hierro.
Amhárico, Etiopía.

El forastero nunca se lleva la casa.
Akan, Ghana.

Haz bien a una piedra, y ella te lo devolverá.
Kabila, Argelia.

La dulzura camina con la amargura.
Efik, Nigeria.


Los espíritus malvados mueren frente a la virtud y el coraje.
Swajili.

¡En la selva ten firme tu lanza y tu corazón!
Pigmeos, Gabón.

El hombre valiente combate en medio de su tropa, no se
arriesga solo.
Sesuto, África del Sur.

El valiente llora, pero sus lágrimas no corren.
Congo.

Un jefe nunca come un cochino que tenga una sola oreja.
Congo.

Un buen jefe comienza por hacer las pruebas en su hogar.
Kikuyu, Kenia.

La sabiduría de otros previene al jefe de ser llamado tonto.
Yorubá, Nigeria.

Cuando el jefe cojea, todos sus súbditos cojean detrás de él.
Tsonga, África del Sur.

Mosca de rey es rey.
Fulbe.

Cada hombre quiere ser rey en su propio castillo.
Akan, Ghana.

Diez reyes, diez épocas.
Yorubá, Nigeria.

Que el rey tenga razón o no, siempre tiene razón.
Malinké, Malí.

Quien tiene el vientre abierto, no se preocupa en saber si el
mijo será bueno este año.
Bámbara, Malí.

Si yo hubiera sabido lo que sucedía a mis espaldas...
Akan, Costa de Marfil.

Se conoce la tierra por el barro; el cielo, por la luna.
Amhárico, Etiopía.

O bien congelarse, o bien incendiarse.
Amhárico, Etiopía.

El que sigue dos caminos a la vez tiene las piernas
descuartizadas.
Bámbara, Malí.

No se puede detener el mar con los brazos.
Wolof, Senegal.

Para coger lo que llevaba en la cabeza, dejó caer lo que
llevaba bajo el brazo.
Amhárico, Etiopía.

Acostarse en una pequeña estera vale más que acostarse por
tierra.
Fulbe.

Tres cosas sostienen al hombre en este mundo: sembrar,
recolectar, comer.
Wolof, Senegal.

Ayer fue ayer, mañana será mañana; hoy, bebe y come.
Fang, Gabón.

El hambre hace de un joven un viejo; un vientre lleno hace
de un viejo un joven.
Fulbe.

No protestes contra lo inevitable.
Akan, Ghana.

Los obstáculos inevitables no deben ser usados como excusa
para la inactividad o la haraganería.
Akan, Ghana.
Si oyes decir que algo no pasa a través de las finas mallas de
la red, recuerda que la aguja que la tejió ha pasado.
Bámbara, Malí.

Nunca codicies una favorita del emperador: no puedes
ganar.
Swajili.

La palabra del hombre poderoso es verdad.
Bámbara, Malí.

Cuando los grandes se disputan, los pequeños pagan a
menudo los gastos; lo más sabio es mantenerse apartado
mientras dure la pelea.
Bámbara, Malí.

El pobre ha venido a este mundo para asistir, como
espectador, al despedazamiento y reparto entre los grandes
de la felicidad terrestre.
Malí.

Lo mejor que existe es tener, poder y saber.
Wolof, Senegal.

El ojo no mata al pájaro.
Camerún.

Un ojo hábil llora antes.
Amhárico, Etiopía.


El que tiene miedo a los ojos no debe despellejar cabeza.
Fulbe.

El mercado está bueno si el propio ojo lo ve.
Efik, Nigeria.

Ir uno mismo vale más que enviar a alguien.
Fulbe.

Saco vacío no se para.
Malinké/Fulbe, Malí.

Inútil mostrar argollas de oro al desorejado.
Malinké.

En presencia de la cabeza, el sombrero no se lleva en la
rodilla.
Akan.

Hay diferencia entre la hueca cabeza de un esqueleto y una
cabeza hueca.
Akan.

Es mejor no ser demasiado hermoso.
Swajili.

La mano que no puedas cortar, bésala.
Tuareg.

Sólo se mete la mano una vez en la alforja de un imbécil.
Congo.

No enseñes a un tonto.
Swajili.

El ignorante nunca está falto de respuesta.
Amhárico, Etiopía.

El vanidoso se vuelve pasa antes de haber sido uva madura.
Bereber.

Más vale el demonio que se conoce, que el ángel desconocido.
Amhárico, Etiopía.

El vientre sabe lo que ha comido; el codo sabe lo que ha
golpeado.
Amhárico, Etiopía.

Ir aprisa tiene sus ventajas; ir despacio tiene igualmente sus
ventajas.
Akan.
Cuando se viaja se ven países; cuando se descansa se
encuentran ideas.
Amhárico, Etiopía.

Vivamos juntos, y si es necesario, perezcamos juntos.
Kikuyu, Kenia.

La unión hace la fuerza; la libertad aumenta el saber.
Amhárico, Etiopía.

El abuelo del saber es profundizar.
Amhárico, Etiopía.

Quien no comprenda a la centésima vez, sólo comprenderá
en la tumba.
Camerún.

La iniciación comienza en el redil y termina en la tumba.
Fulbe.

El trabajo bueno y útil sólo puede ser reconocido por los que
ven su valor.
Akan, Ghana.

Ninguna organización puede sobrevivir sin una firme
dirección.
Akan, Ghana.

Nada bueno se obtiene sin esfuerzos.
Akan, Ghana.

Para nuez dura, guijarro duro.
Camerún.

Las leyes de la naturaleza o de la sociedad deben ser
obedecidas para triunfar en la vida.
Akan, Ghana.

Todo ha sido producido por una causa.
Fulbe.

Una sólida base contribuye a una buena superestructura.
Akan, Ghana.

Las cosas se juzgan cuando comienzan; el grano, cuando
está puesto en la muela del molino.
Amhárico, Etiopía.

Es poco sabio proseguir un proyecto que no ofrece
perspectivas de éxito.
Akan, Ghana.

Nunca es demasiado tarde para aprender o rectificar un
error que se ha cometido.
Swajili.

Una causa meritoria debe ser proseguida hasta el final.
Akan, Ghana.

¡No olvidemos jamás nuestros orígenes, el futuro está tan
lleno de imprevistos!
Malí.









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MARY KARR [17.236] Poeta de Estados Unidos

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Mary Karr

Mary Karr (nacida el 16 de enero 1955) es una poeta americana, ensayista y memorialista. Saltó a la fama en 1995 con la publicación de sus memorias The Liars' Club. Es la Truesdell Jesse Peck Profesor de Inglés Literatura en la Universidad de Syracuse. El 10 de mayo de 2015, Karr pronunció el discurso de graduación en Carrier Dome de la Universidad de Syracuse. 

Premios y honores 

1989 Premio Whiting
1995 Premio Albrand PEN / Martha para El Club de los Mentirosos
2005 Beca Guggenheim

Bibliografía 

Memorias 

The Liars' Club , Viking Adult; (1995) ISBN 0-670-85053-5
Cherry: A Memoir , Penguin Books; Reissue edition (2001) ISBN 0-14-100207-7
Lit: A Memoir . Harper Collins. November 3, 2009. p. 400. ISBN 978-0-06-059698-9 .

Poesía 

Abacus , Wesleyan (1987)
The Devil's Tour , New Directions (1993) ISBN 0-8112-1231-9
Viper Rum , Penguin (2001) ISBN 0-14-200018-3
Sinners Welcome , HarperCollins (2006) ISBN 0-06-077654-4

Historias 

"Learner's Permit" . Nerve . 23 April 2015.



UN CAOS PERFECTO

Para David Freedman

Leí en alguna parte
que si los peatones no rompieran las normas de circulación para cruzar
Times Square en el momento que fuera o por cualquier razón posible, se detendría
toda la ciudad, se detendría.
Los coches darían marcha atrás hacia Rhode Island,
un atasco tan épico que ni siquiera un gato
conseguiría escurrírsele. No es la ley, sino lo extenso
de nuestras voluntades separadas lo que nos mantiene en marcha. Hoy adoré
la nunca vista bilis
de los trasladadores de pianos, levantando a polea uno de media cola
en la Novena Avenida antes de una tormenta.
Eran una pareja fornida y ceñuda, cínicos
como cualquier eventual. Sabían que venía:
el instrumento lacado de blanco, el cielo deformado y negro
como un mal globo de agua y, en el punzón de un solo instante,
su estallido. Un aguacero como una manguera de incendios.
Durante unos latidos, la ciudad al completo se gripó,
pausada, un golpe de miocardio, y después avanzó hacia el staccato.
Y fue un placer ser el testigo de un milagro no
insignificante: en un momento todos los paraguas
negros de Hell’s Kitchen se abrieron al unísono, mientras
continuaba el movimiento general. Era la escena de una ópera no escrita,
las velas de una vasta armada.
Y cuatro ancianas señoritas interrumpieron el progreso de su lentitud
para seguir a los trasladadores de pianos,
cada una sosteniendo lo que pudo haber sido, alguna vez,
un parasol de tela encima de los hombres resollantes. Pasé junto
a la multitud pastel de bailarinas apiñadas
bajo el alero de la esquina,
haciendo cola para una audición pública — con sus patas de cigüeña,
sus tobillos
zigzagueados de cintas; algunas pasándose un cigarro
encendido. La ciudad se alimenta de belleza, se muere
de su hambre, y la engendra. Volviendo a casa tras la medianoche,
a mi bloque desierto con su famoso y elevado número
de ratas subterráneas, oi a un tenor exhalar puro
ahondando en los cañones de ladrillo; la luna humeante
abrió su boca para beber desde su altura…

Extraído de Poetry, 2012. (C) Mary Karr.
Versión de J.F.R.
https://sevencrossways.wordpress.com/2014/04/page/3/




A PERFECT MESS

For David Freedman

I read somewhere
that if   pedestrians didn’t break traffic laws to cross
Times Square whenever and by whatever means possible, the whole city
would stop, it would stop.
Cars would back up to Rhode Island,
an epic gridlock not even a cat
could thread through. It’s not law but the sprawl
of our separate wills that keeps us all flowing. Today I loved
the unprecedented gall
of the piano movers, shoving a roped-up baby grand
up Ninth Avenue before a thunderstorm.
They were a grim and hefty pair, cynical
as any day laborers. They knew what was coming,
the instrument white lacquered, the sky bulging black
as a bad water balloon and in one pinprick instant
it burst. A downpour like a fire hose.
For a few heartbeats, the whole city stalled,
paused, a heart thump, then it all went staccato.
And it was my pleasure to witness a not
insignificant miracle: in one instant every black
umbrella in Hell’s Kitchen opened on cue, everyone
still moving. It was a scene from an unwritten opera,
the sails of some vast armada.
And four old ladies interrupted their own slow progress
to accompany the piano movers.
each holding what might have once been
lace parasols over the grunting men. I passed next
the crowd of pastel ballerinas huddled
under the corner awning,
in line for an open call — stork-limbed, ankles
zigzagged with ribbon, a few passing a lit cigarette
around. The city feeds on beauty, starves
for it, breeds it. Coming home after midnight,
to my deserted block with its famously high
subway-rat count, I heard a tenor exhale pure
longing down the brick canyons, the steaming moon
opened its mouth to drink from on high …




Entrando en el reino

Mientras los huesos del chico crecían
y su cabeza y su corazón se alargaban,
un día su madre no pudo

verse a sí misma en él.
Era un hombre ya, irradiando
la innata soledad de los hombres.

Su expresión estuvo a partir de entonces
más allá de ella. Cuando él estaba a punto de dormirse
y sus rasgos se acercaban a la infancia,

duraba poco.
Ella sólo podía apretar
sus anchos hombros. ¿Qué podía

enseñarle acerca
de las pérdidas, a quien ahora las infligía
entrando en el reino

de su propia voluntad?

Versión de Tom Maver




Entering The Kingdom

As the boy's bones lengthened
and his head and heart enlarged,
his mother one day failed

to see herself in him.
He was a man then, radiating
the innate loneliness of men.

His expression was ever after
beyond her.  When near sleep
his features eased towards childhood,

it was brief.
She could only squeeze
his broad shoulder.  What could

she teach him
of loss, who now inflicted it
by entering the kingdom

of his own will?

from Sinners welcome, Harper Perennial, New York, 2006.





SINCRONÍA

Leí en alguna parte
que si los peatones no quebrantaran las leyes de tránsito para cruzar
Times Square cuando sea y por cualquier medio posible,
        la ciudad toda
pararía, se pararía.
Los autos se amontonarían hasta Rhode Island,
una épica malla tupida que ni siquiera un gato
podría enhebrar. No es la ley sino el esparcirse
de nuestras distintas voluntades lo que nos hace fluir. Hoy amé tanto
el descaro sin precedentes
de unos cargadores de pianos, aupando a un grandioso bebé bien
amarrado en la Novena Avenida antes de una tormenta. 
Eran un par hosco y vigoroso, cínicos
como cualquier jornalero. Sabían lo que se avecinaba,
el instrumento laqueado en blanco, el cielo negro henchido
como un mal globo de agua y en un instante de aguja
explotó. Una ducha como manguera de bombero,
durante algunos latidos, todo la ciudad se paró,
pausó, el golpe de un corazón, y luego todo continuó en staccato.    
Y fue un gozo ser testigo no de un
milagro cualquiera: en un solo instante todas las negras
sombrillas en Hell’s Kitchen se abrieron como a una voz, todo el mundo
aún en movimiento. Fue una escena sacada de una ópera no escrita,
la zarpa de una vasta armada.
Y cuatro damas interrumpieron su propio lento caminar
para acompañar a los cargadores del piano, 
cada una sosteniendo lo que alguna vez habían sido
parasoles de encaje por sobre el refunfuño de los hombres. Pasé
por el corrito de ballerinas en pastel acurrucadas
bajo la marquesina de la vuelta
en fila para una convocatoria abierta… extremidades de cigüeña, talones
zigzagueados de lacitos, algunas pasándose un cigarrillo encendido
entre sí. La ciudad vive de la belleza, muere de hambre
por ella, la cría. Viniendo a casa después de medianoche,
a mi barrio desierto con su famosa excesiva
estadística de ratas en el subterráneo, oí a un tenor exhalar puro
anhelo a través de los cañones de ladrillo, la luna humeante
abrió su boca para beber desde allí arriba…

FUENTE ORIGINARIA: http://unlectoramateur.blogspot.com/




CAMPO DE CALAVERAS.
(Field of Skulls)

Mira a el tejido de la noche, lo suficientemente estricto
y si estás predispuesto a lo sombrío, digamos
la ventana que has elegido es un oscuro
sello de correos que al paso de las horas,
sin dormir, bebiendo ginebra después la Amada
Lucy se ha repuesto y se marcha, mira

al igual que sus ojos tienen la fuerza, y tras
cualquier tensa cortina de la noche vendrán las formas
que tu esperas presionando desde el otro lado.
Para ti: un campo de calaveras, mandíbulas angulosas
y cuencas de ojos, sacas enemil cráneos.
Son claros una vez que piensas mirarlas.

Sabes esos campos existen, por los criminales
que deambulan por tu mismísima calle, e incluso en las listas de la historia
monstruos como Adolf y el tío Joe
que acechan la esfera de la tierra, además de bebés menores comelones 
no identificados, probablemente en el mismo medio. Quizá
ese empleado del correo descontento de su trabajo

ya ha arañado su nombre en una bala, que es de él
susurrando en las azaleas. Acaricias el pensamiento,
para probar que no hay lugar mejor para ti
que aquí, su patio plaza de sofá de cretona, escuchando 
las señaladas malas noticias estables en su cabeza. La noche
es de color negro. Miras y su mirada furiosa,

seguro que no hay dioses allí afuera. De esta manera,
estás ciego de tu propia máquina intrincada del ojo
y a la luz por la que ves, a la suerte del nacimiento y a todos los
recuerdos de tus amores. Si las calaveras están ahí-
digamos que te presionan
contra el entelado de la noche -podrían no mirar
con envidia y ¿con flojedad de las mandíbulas a la carne fina
que cubre el cuero cabelludo, los cabellos numerados
con la fuerza con que tus manos los sostienen?

Fuente: Fundación para la Poesía (U. S.)






Encuentros: Mary Karr, «La poesía es para mí Eucaristía»

Mary Karr, famosa poeta y escritora americana.

En su último libro autobiográfico -ha publicado tres- titulado “Lit” Mary Karr confiesa: «Si me hubieran dicho un año antes que comenzaría a llevar a mi hijo a la Iglesia, que acabaría susurrando mis pecados en un confesionario o que terminaría rezando el rosario, me habría reído a carcajadas».

Después de treinta años dedicada a la poesía, cautiva a los críticos literarios y al público en general con dos volúmenes en los que relata sus memorias de infancia y juventud (en 1995 The Liars´Club y en el 2000 Cherry), en el primero cuenta cómo logra sobrevivir a la locura de su madre, alcohólica y aficionada a las armas y en el segundo narra las aventuras de su adolescencia, sus escarceos con las drogas y su paso por decenas de identidades, buscando su lugar en el mundo. Tras el éxito de estos dos libros le pidieron a Karr un tercero, pero le asustaba seguir contando su vida, por el callejón sin salida en el que se encontraba metida, resultaba duro contar dos décadas de su vida supeditada al alcohol, ya no se trataba de inocencias y excesos de juventud, había tocado fondo era su decadencia y culpabilidad.

Un día siguiendo el consejo de un amigo invocó una plegaria «al ser superior»: «mantenme sobria hoy». Y por la noche después de haberlo conseguido decía: «Gracias por mantenerme sobria hoy». Pocos días después fue su hijo quien le pidió que visitaran una iglesia, extrañada le preguntó: «¿Para qué?». «¿Para ver si Dios existe?». El chico entraba a las iglesias a “buscar a Dios” y ella permanecía fuera esperándolo mientras leía y tomaba café. Su vida transcurría así, entre el agnosticismo militante y sus asiduas plegarias. Un día en Siracusa se detuvo ante una iglesia católica, donde le llamó la atención el cartel de la entrada: «Bienvenidos pecadores» . Ante aquella frase se quedó atónita, era el primer signo de aprecio que recibía en muchos años, entre tanto desprecio. Por eso decidió entrar en la iglesia católica y asistir a misa, experiencia que califica como «un viaje asombroso» le sorprendió «la sencillez» de los fieles y la «carnalidad de la iglesia: había un cuerpo en la cruz». Karr comprendió ante el crucifijo que el cristianismo no es la religión de los que no pecan, sino de los pecadores. Aquel encuentro cambió su vida.

En los últimos veinte años Karr no ha probado ni una gota de alcohol, pero reza a diario para no caer en la tentación; se pregunta por qué le ha tocado a ella la suerte de salir del pozo del alcoholismo, cuando ve a tantas personas sucumbir a la adicción, esta reflexión le sirve para dar constantemente gracias a Dios. Mary Karr dudó de publicar su tercer volumen llamado “Lit”, más decidió hacerlo pensando que su experiencia podría serle útil a alguno de sus lectores: «Mi objetivo al escribir sobre mi fe no era hacer proselitismo, sino tender un puente a las personas que, como yo, habían vivido completamente sin bautizar, sin fe, para ponerlas ante la experiencia de fe».

En la actualidad Mary Karr a pesar del éxito de sus memorias, no ha dejado de escribir poesías. Ahora utiliza sus poemas como un vehículo para hacer oración «La poesía es para mí Eucaristía» . Su última obra es el poemario: «Bienvenidos pecadores».




All This and More

The Devil’s tour of hell did not include   
a factory line where molten lead   
spilled into mouths held wide,

no electric drill spiraling screws
into hands and feet, nor giant pliers   
to lower you into simmering vats.

Instead, a circle of light
opened on your stuffed armchair,
whose chintz orchids did not boil and change,

and the Devil adjusted   
your new spiked antennae
almost delicately, with claws curled

and lacquered black, before he spread   
his leather wings to leap   
into the acid-green sky.

So your head became a tv hull,
a gargoyle mirror. Your doppelganger   
sloppy at the mouth

and swollen at the joints   
enacted your days in sinuous   
slow motion, your lines delivered

with a mocking sneer. Sometimes   
the frame froze, reversed, began   
again: the red eyes of a friend

you cursed, your girl child cowered   
behind the drapes, parents alive again   
and puzzled by this new form. That’s why

you clawed your way back to this life.





County Fair

On the mudroad of plodding American bodies,
         my son wove like an antelope from stall   
to stall and want to want. I no’ed it all: the wind-up
         killer robot and winged alien; knives   
hierarchical in a glass case; the blow-up vinyl wolf
         bobbing from a pilgrim’s staff.
Lured as I was by the bar-b-que’s black smoke,
         I got in line. A hog carcass,
blistered pink on a spit, made its agonized slow roll,   
         a metaphor, I thought, for anyone
ahead of me—the pasty-faced and broad. I half-longed   
         for the titanium blade I’d just seen
curved like a falcon’s claw. Some truth wanted cutting   
         in my neighbors’ impermanent flesh.
Or so my poisoned soul announced, as if scorn   
         for the body politic
weren’t some outward form of inner scorn,
         as if I were fit judge.
Lucky my son found the bumper cars. Once I’d hoped   
         only to stand tall enough
to drive my own. Now when the master switch got thrown   
         and sparks skittered overhead
in a lightning web, I felt like Frankenstein or some   
         newly powered monster.
Plus the floor was glossy as ice. Even rammed head-on,
         the rubber bumper bounced you off unhurt
and into other folks who didn’t mind the jolt, whose faces
         all broke smiles, in fact,
till the perfect figure-eight I’d started out to execute
         became itself an interruption. One face   
after another wheeled shining at me from the dark,
         each bearing the weight of a whole self.   
What pure vessels we are, I thought, once our skulls
         shut up their nasty talk.
We drove home past corn at full tassel, colossal silos,   
         a windmill sentinel. Summer was starting.
My son’s body slumped like a grain sack against mine.   
         My chest was all thunder.
On the purple sky in rear view, fireworks unpacked—silver   
         chrysanthemum, another in fuchsia,
then plum. Each staccato boom shook the night. My son
         jerked in his sleep. I prayed hard to keep   
the frail peace we hurtled through, to want no more
         than what we had. The road
rushed under us. Our lush planet heaved toward day.   
         Inside my hand’s flesh,
anybody’s skeleton gripped the wheel.







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IMRU'L QAYS [17.237]

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Imru'l Qays

Imru' al-Qays ibn Hujr (árabe: إمرؤ القيس ابن حجر الكندي) (fl. primera mitad del siglo VI), cuyo nombre podría traducirse como “esclavo de Qays”, siendo Qays una divinidad local masculina de la región de Hegra (Medain-Salih) que se encargaba de la conservación de archivos legales, fue el poeta preislámico más conocido y autor de la primera Mu'allaqa o poema colgado, en alusión a aquellas casidas que en la etapa de la poesía árabe oral, gozaban del honor de ser escritas para su permanencia en letras de oro y pender en el recinto de la Kaaba por haber vencido en la célebre competición poética de Ukaz.

Biografía

La vida de Imru' al-Qays ibn Hujr está rodeada de misterio y su biografía se ha narrado con muchas variantes y siempre se ha rodeado de circunstancias legendarias y extraordinarios acontecimientos. Nació en Kinda, en pleno corazón de Arabia, siendo el hijo más joven de Hujr, rey de la tribu Kinda, éste resultaría ser el último rey de los Kinda. Gracias a esa circunstancia pudo dedicar su juventud a una vida licenciosa, aficionándose a la poesía, al placer, al vino y a las mujeres. Esta vida y su afición a componer poesía erótica llevaron a su padre a expulsarlo dos veces de la tribu, convirtiéndolo en un simple vagabundo, que mientras vagaba por el desierto se dedicaba a la caza, a beber y a la composición de canciones.

Bajo el dominio de los kinda, que se extendía por gran parte de Arabia, estaban los Banu Asad, un clan beduino de Kufa perteneciente a la tribu de los Quraish. A este clan pertenecería posteriormente Hadrat Khadijah, la primera esposa del profeta. Este clan de los banu Asad llegó a rebelarse contra el poder de los Kindah y Hujr, padre de Imru' al-Qays fue asesinado por los rebeldes. 'Abid ibn al-Abras, autor de otra Mu'allaqa (en la que compara a la yegua con el águila precipitándose hacia una presa), llegó a vanagloriarse de ser el autor material del asesinato del padre de Imru' al-Qays.

Tras la muerte de su padre huyó de los territorios de los Kindah y juró dedicar su vida a vengar a su padre y a recuperar el poder perdido por el clan. Recorrió prácticamente toda la Península Arábiga en busca de aliados para su empresa, solicitó ayuda a otras tribus, aunque tuvo escaso éxito. Este vagabundeo por Arabia le valió el sobrenombre de al-Malik al-dillil, el Rey errante. Al llegar a las fronteras de los lajmíes fue expulsado de manera muy poco amistosa por al-Mundhir, rey de al-Hira, que mató a la mayoría de sus seguidores. Tras la derrota se vio obligado a refugiarse en el castillo de al-Ablak, cerca del oasis de Tayma', bajo la protección de al-Samaw'al. Éste posiblemente judío y que también se dedicaba a la poesía, con un talento notablemente inferior al de Imru' al-Qays, lo acogió en su castillo con gran hospitalidad. Cuando Imru' al-Qays abandonó el castillo de al-Samaw'la dejó a su cuidado a su prima y su hija, e incluso su valiosa armadura y el resto del legado de su padre. Al-Samaw'la tuvo la ocasión de demostrar su gran lealtad hacia Qays cuando un ejército lajmí asedió su fortaleza para conseguir las pertenencias del poeta, al-Samaw'la se negó a entregarlas a pesar de que los de al-Hira tenían a uno de sus hijos como rehén, prefirió ver morir a su hijo ante sus propios ojos a traicionar a su amigo. Su tenacidad en la defensa hizo retirarse a los enemigos del poeta. Este gran sacrificio lo hizo ser considerado un tópico en cuanto a lealtad.

Viaje a Constantinopla y muerte

La falta de apoyos en la Península Arábiga lo llevó a solicitar ayuda del exterior para combatir a sus hermanos árabes, lo que no estaba bien visto en la sociedad de la época. Esta ayuda provenía de Justiniano, emperador de Bizancio, al que visitó en su corte de Constantinopla. El emperador lo recibió muy bien, probablemente porque ya había tenido tratos con su padre, lo había nombrado gobernador de Palestina antes de su ascenso a la monarquía de los Kindah. Le ofreció a Imru' al-Qays el anterior cargo de su padre y lo aceptó en su corte como un noble más. Se dice que la hija del emperador se enamoró de él, y que los escarceos amorosos entre su hija y el poeta provocaron la ira de Justiniano, lo convenció para que volviera a Arabia a vengar a su padre y lo obsequió con una “camisa de Nessus”, una capa envenenada, que le provocó la muerte el año 550 cerca de Angora. La leyenda dice que cuando se puso la capa se le empezó a caer la carne, viendo que iba a morir se bajó del caballo decidido a cavar su propia tumba, pero la casualidad quiso que muy cerca de donde estaba encontrara la tumba de una mujer. Entonces decidió introducir su cuerpo en la misma fosa, y justo antes de morir le dedicó unos versos a la que iba a ser su compañera en la muerte. De esta muerte horrible se deriva su otro apodo, Dhu al-Quruh “El hombre cubierto de úlceras”.


Imru-l-Qays: Mu’allaqat

      Imru-l-Qays, امرؤالقيس, está considerado desde hace siglos el representante más importante de la poesía árabe preislámica. Su obra es sinónimo de perfección, elegancia y pureza y, de hecho, le ha valido el sobrenombre honorario de “Príncipe de los Poetas”. Hijo del rey de Kinda, se dedicó a una vida de placeres y derroches hasta el momento en que su padre fue asesinado y él quedó despojado de su herencia. Fue entonces cuando renunció a toda una vida de comodidad, marchándose hacia el desierto en busca de venganza. Durante esta etapa ganó fama y comenzó a ser seguido por muchos beduinos y guerreros. Tras cumplir su venganza, Justiniano lo nombró filarca de Palestina, pero unos años después sería asesinado por orden expresa del mismo emperador.

El término Mu’allaqat significa “colgadas” y hace referencia a la costumbre de colgar los poemas ganadores de certámenes y justas literarias del velo del templo de la Kaaba, en La Meca. Todas pertenecen a la época preislámica y fueron recogidas en compilaciones hechas dos o tres siglos más tarde por estudiosos de este periodo. El fragmento que os presentamos hoy corresponde a los primeros veinte versos de la primera de las casidas recogidas en la compilación de Hammad al-Rawiyya.

MU’ALLAQAT (I)
[fragmento]

Mu'allaqat
Mu'allaqat (II) 

“¡Deteneos!, y lloremos el recuerdo de una amante, de su campamento,
allí, en el horizonte del arenal donde las arenas ondulantes, entre Dajul y Yaumal,
entre Tudih y Miqrat, cuyas trazas no han sucumbido
urdidas por Shamal y Yanub,
se ve el estiércol de gacela blanca en el llano
y la planicie como si fuese grano de pimienta.”
Al alba de la separación, el día de la marcha, iba yo
por las acacias de mi tierra como machacando el grano de la tuera.
Mis guerreros se detuvieron ante mí,
me encomendaron sus palabras: ¡no perezcas por el dolor, muestra tu valor!”.
Mas para sanar nada como las lágrimas derramadas,
pues, ¿acaso hay consuelo en las ruinas ininteligibles del amor?
Tal como solía hacer con Umm al-Huwarith
y con su vecina, Umm al-Ribab, la masalí,
que cuando se erguían emanaban almizcle
y el soplo de levante llevaba con él el aroma del clavo,
ahí las lágrimas apasionadamente afloraban de mis ojos,
desde mi garganta hasta mojar mi fuerte tahalí,
¡qué plácidos días tuve de ellas,
principalmente, los de Darat Yulyul!
El día que sacrifiqué mi montura para las doncellas,
qué maravilla de albarda la que dañé,
y ellas lanzábanse la carne
y la grasa, cual seda enlazada.
El que entré al palanquín, al palanquín de mi Unayza
me dijo: “¡sobre ti la desdicha! pues me harás ir a pie”,
mientras lo decía bajo nosotros la montura se escoraba,
“tú has herido a mi camella; baja, Imru-l-Qays”.
Entonces le dije: “Camina, suelta las riendas
y no me alejes de tu fruto ya servido,
que como a otras antes que a ti, he ido en su encuentro al crepúsculo, y embarazadas o amamantando
las he distraído de sus primerizos con amuletos
y cuando lloraban tras ellos se giraba una parte,
pues la de abajo no se tornaba y por mí vibraba”.

   Arabia preislámica (Siglo VI de nuestra era)
   Versión de A.F.
https://sevencrossways.wordpress.com/2014/02/page/2/




1

Errar

He recorrido tantos horizontes
Que me contentaría con el botín del retorno



Prefiero la cansada noche del hombre proscrito
Que noches de sosiego.


3

Temible arma

La herida que provoca la lengua es como la que la mano provoca.


4

Aroma

¿No ves que siempre que la solicito,
Hallo en ella aroma aun sin haber perfume?
Fulgor
Amigo, ¿conoces un relámpago
A cuyo resplandor quedes reflejado
Como en el brillo de las manos bajo la nube coronada?


5

Lo que queda

Cuánto certero golpe de sable,
Cuánto párpado pasmado,
Cuánta qasîda escogida
Serán hueros mañana.

Josefina Veglison Elías de Molins, La poesía árabe clásica, Hiperión, Madrid, 2009.



La poesía pre-islámica o al estilo de los antiguos

Por  M.ª Jesús Rubiera Mata

La poesía pre-islámica reflejaba los sentimientos -es siempre lírica- del árabe beduino, nómada, pastor de camellos, en un medio físico hostil, con los rígidos códigos tribales que le permiten sobrevivir al conservar un mínimo equilibrio con su medio. El sentimiento amoroso se manifiesta natural, sin sofisticaciones, reflejando unas relaciones entre los sexos bastante libres, en comparación con la sociedad islámica posterior. Puede ilustrar estas afirmaciones una historia o jábar, que explica cómo el poeta pre-islámico Imru-l-Qays compuso su más célebre casida. Nos lo relata un autor andalusí, Ibn ‘Abd Rabbih13, poniéndolo en boca del poeta del siglo VIII, al-Farazdaq:

Me contó mi abuelo, cuando yo era un joven estudiante del Corán, que Imru-l-Qays se había enamorado de su prima paterna, ‘Unayza, y que la había pedido en matrimonio, pero no la vio hasta el día que ocurrió el suceso de la charca llamada Dārat  GrafíaulGrafíaul. Esto es que la tribu se había puesto en camino, los hombres delante, las mujeres y los criados detrás, con los fardos. Imru-l-Qays los siguió, dejando pasar a los hombres escondido entre las dunas, hasta que pasaron las mujeres, entre las que iba ‘Unaiza.

Al pasar por la charca, las mujeres dijeron: «Vamos a desmontar y nos bañamos en esta charca para que se nos vaya un poco el calor». Así lo hicieron y, tras alejar a los esclavos, se desnudaron y se metieron en la charca. Entonces salió Imru-l-Qays, cogió sus vestidos, hizo un montón con ellos y se sentó encima, diciendo: «¡Por Dios! No le daré a ninguna de vosotras su vestido hasta que salga desnuda a recogerlo!» Ellas se negaron a hacerlo, pero como fueron avanzando las horas y vieron que él no se los daba, fueron saliendo todas, menos ‘Uzayna, que le suplicó que le diese su vestido y como él siguió negándose, salió finalmente y él la vio, por delante y por detrás.

Las muchachas le dijeron entonces: «Nos has fastidiado y retrasado. Ahora estamos muertas de hambre», y les contestó: «No tengo otra cosa que daros que mi camella. ¿Os la comeríais?» Ellas dijeron que sí y él desenvainó su espada, desjarretó, degolló y desolló al animal, mientras los criados recogían leña y hacían un gran fuego. Despedazaron a la camella y la asaron a las brasas. Todas comieron con él y bebieron de un vino que traía. Las sobras fueron para los criados.

Cuando llegó la hora de partir, una de las mujeres dijo a Inru-l-Qays: «Yo llevaré tu silla», y otra: «Yo te llevaré los arreos», y así se repartieron sus objetos y equipaje. Sólo quedó ‘Uzayna sin llevar nada e Imru-l-Qays le dijo: «Tú me llevarás a mí, porque no tengo montura», y le subió delante de la giba de su camello. Desde allí, se inclinó hacia ella, metió la cabeza en su palanquín y la besó. Al intentar evitarle, la giba se torció y ella le gritó: «¡Has herido a mi camello!», y él recitó:

El día que desjarreté mi montura a las doncellas
¡qué maravillosamente fueron transportados mis arreos!
Las doncellas se lanzaban a la carne y a la brasa,
como si fuesen flecos de trenzada seda.
Fue el día que entré en el palanquín de ‘Uzayna
y dijo: «¡Mal haya contigo! Tendrás que ir a pie»
Cuando se inclinaba la base del palanquín, con nosotros,
decía: «¡Has herido a mi camello, apéate!»
Mas le dije: «¡Vamos, suelta las riendas y no me impidas
recoger tan interesante cosecha!»


Este relato ilustra además uno de los mecanismos de creación de la literatura árabe: la creación de un jábar o historia que explica la ocasión y motivo por el que se compuso un poema -curiosamente en la poesía provenzal hay también estas explicaciones que se llaman «razón»  y es una coincidencia más entre las dos líricas-. Estos jábar van configurando las biografías de los poetas pre-islámicos, de dudosa autenticidad histórica, hasta que se convierten en arquetipos: así, Imru-l-Qays será el príncipe hedonista, ‘Antara, el caballero por antonomasia, al-Sama‘wal, la lealtad, etc., y los filólogos les atribuirán los poemas anónimos que corresponden a su personalidad. Los poemas, noticias, personajes y escenarios de la poesía pre-islámica constituyen la mitología literaria del mundo arabigomusulmán de la Edad Media y también el modelo humanístico de la arabicidad frente al modelo religioso del Islam, aunque Mahoma reúna ambos modelos en su persona.

A pesar de ello, es evidente que este modelo literario y estético beduino se adaptará mal a la sociedad post-islámica convertida en una auténtica civilización que, como su nombre indica, será urbana y no beduina. Aunque la casida conservará su forma a lo largo de toda la Edad Media, sufrirá también continuas evoluciones especialmente en su contenido para servir de vehículo a los poetas de un medio cultural muy diferente al de los pastores de camellos de las altiplanicies arábigas.

Sin embargo, la casida beduina conserva sus características en la época mahomética y del emirato omeya, hecha excepción la poesía del Hiŷāz, de la que hablaremos a continuación. Como consecuencia, esta poesía pre-islámica, al estilo antiguo, llega a resonar en el al-Andalus conquistado por los musulmanes a principios del siglo VIII.





ISABEL DE LA CRUZ [17.238]

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ISABEL DE LA CRUZ

He nacido en Madrid, donde he vivido prácticamente toda la vida. Educadora de vocación, cursé estudios de Derecho y Ciencia Política en la Universidad Autónoma de Madrid. A estas alturas de la vida compagino mi tiempo en diversos artes, principalmente la pintura y la escritura. Escribo poesía, cuentos, novelas, novelas románticas (en colaboración con Blanca Villalba, y pendientes de publicación), algún que otro guion para cortos cinematográficos, y alguna otra cosilla que me guardo para mis memorias. He participado desde hace ya algunos años, en varios programas radiofónicos como el emitido desde California “La-Hora-Del-Poeta”, en revistas literarias tanto de tirada tradicional como de soporte informático. Algunos de mis poemas han sido publicados en Blogs con gran repercusión internacional como Ser siendo, de Nadir Chacín, o en antologías como las de la serie Grito de Mujer, dónde también compartieron algunas de mis obras pictóricas. Actualmente soy una de las coordinadora del Club de Poesía Carmen Conde que se reúne en la Biblioteca Miguel Hernández de Collado Villalba junto a Emilio Muñiz y su esposa, la traductora y poeta Emma Fondevila, y hago labores de fomento de la Poesía en la sierra noroeste de Madrid. 

Entre mis poemarios terminados y pendientes de edición se encuentran: 

EN EL NOMBRE DE LA LUZ
PURO AMOR, AMOR PURO 
LA NOSTALGIA DE LAS HORAS (impreso en papel)
EL PULSO DEL RIO
DE LA FE INMISERICORDE Y OTROS ENSAMBLAJES
EL ALMA DE LAS PIEDRAS
KEMAL o LA MUSICA DEL AMOR




                   
“! Mujer tenías que ser !”

                                 Desde este rinconcito,
            que se me ha quedado pequeño,
os quiero escribir mi carta
                             con mucho amor,
     el que tengo 
         y el que pongo 
                                  en cada cosa que hago:
¡Soy mujer y a mucha honra!
Y aunque a veces me arrepienta de serlo tanto
no he perdido nunca 
                                      ni la memoria 
                                      ni el sueño 
                                      por lo que pudo ser.

                 Ya no leo ni a Lorca ni a Garcilarso.
                  Los desengaños me han hecho ser
                  más valiente y menos puntual.
                  Ahora escucho a Melendi y a Jarabe de Palo,
y algunas tardes,
                  cuando estoy tan cansada 
                                            que apenas si vivo en mí, 
                       León Felipe es mi único espejismo.

Soy mujer
y no pierdo el sentido ni el conocimiento
de lo que me espera. 
Mujer polivalente. Mujer rotunda.
Me vendo por un precio razonable al mejor amor,
             pero no me agotéis 
                                        con demasiadas estupideces
                     que a partir de los cuarenta
                                         si hay que ir
                                              se va
               pero ya no se inquieta una si es innecesario.

                      Ya no sé si odio o amo a Gala
porque ya no me hacen sombra sus hembras poderosas.
       Porque ya no me hace falta 
                                 ni que me midan,
                                 ni que me tallen, 
                                 ni que me den de comer.
        Porque tendríais que verme ser. 
Verme por un agujerito como yo me veo
cuando nadie me mira ni me reconoce,
completamente anónima,
invadiendo la calle con mis bolsas y mi esencia,
ajena a los desplantes de los que no saben nada,
combativa para ser mejor persona,
y orgullosa, orgullosa siempre
cuando oigo que me gritan:
                              ¡Mujer tenías que ser!

Premiado por la “Concejalía de la mujer de Collado Villalba en el 2007;”  





Cúbreme
que está la noche fría e inmisericorde
y necesito tu amor a dentelladas
Envuélveme en tu abrazo Cúbreme de paz
sin compasión
que necesito escucharme en tu aliento otra vez hembra
No son nuestros cuerpos empedrados
los únicos que temblarán para hacer que esta noche unívoca
vuelva a sangrar mar
Mira latir la noche que me consume
y dime que
 no ves
una transfusión de luz en la negrura
Hazte dueño de la memoria que perdí 
Arranca de mi garganta el placer que no grité
Quiero
tu olor
hasta en mis huellas

(EN HORA NUEVA, 2012)






Otro silencio. Como llaves desterradas
en un fondo olvidado, yace una rosa.
Está mustia: de su color conserva el borde,
de su anterior frescura, el aroma.
Allí, regalando sus últimos latidos
a un aire de siempre, tiembla de esperanza.
Aún busca su gota de rocío
en una tierra desértica, árida.
Su cielo se está tornando sombrío,
se estrechan las paredes frías que la cercan.
Todo se está haciendo noche oscura
y en su techumbre ni siquiera una estrella.
Se apaga; desflorece. Esta muriendo una rosa
para siempre. Otro silencio

(ESCRITO EN MAYO DE 1981)





No me preguntes
cómo es posible que lo tenga tan claro 
Hay un murmullo de fondo que a veces no me deja ver
y me hace recordar 
en orden riguroso
el cuco del reló y la corona de sarmientos 
El poeta canta su vida primero y luego 
se para a contemplarla
Cuando 
a veces 
ya es tarde 
Pero no le importa 
Y creo que       a mí          tampoco 
El poeta canta su vida ufano y bobo 
como si fuera un sabio que endereza los entuertos 
para defender su derecho al verso,
su espacio de responsos, 
como si su sangre
        valiera todavía 
No sé. Si tú pudieras abrazarme desde tu abismo 
y explicarme sencillamente
cómo alimentas 
sin besarme
mi barro de diosa sin raíces 
podría cantarte 
como tú quieres 
Podría ser la sombra exacta 
del cuerpo que sueñas y precisas
Sin esfuerzo
Pero no sé
Ando buscando mi destino 
dentro de ti
para decir todo lo que tengo que decir 
como tengo que decirlo 
con un ademán de oda 
que me desahucia 
Vengo vestida de poeta con un gran saco de lágrimas 
que no me atrevo a soltar 
porque no he venido aquí a hacer llorar a nadie 
No he venido aquí 
a afirmar quien soy y en quien he de convertirme
Yo he venido a amarte para que me prolongues,
para que me devuelvas el camino que a Eva le expropiaron desde el principio de los tiempos 
en nombre de una traición que nunca llego a ser más que una travesura ridícula 
de la que sólo da fe un cuento convertido en libro sagrado
No pretendo más
Por eso ando buscando tu nombre por encima de todas las cosas
Tu nombre exacto y verdadero 
El nombre que Dios te ha prestado para que yo te encuentre
Ese nombre que se tiende frente a mí 
para tentarme fingiéndose tentado 
El nombre que pone duros mis pezones y abre mi sexo expectante y totalitario 
arrollando mis prejuicios como no sabía que fuera posible
No quiero otra cosa para vivir orgullosamente doblegada 
Tu nombre 
tatuado en mi cuerpo 
no, 
repujado en mi alma 
sin más aspavientos ni más florituras 
Para eso estoy trabajando en sobrevivirme
Porque ya no quiero vivir sin que alguien me bendiga y me aniquile 
No quiero sentirme sucia por fingir mis huellas
Estoy preparada para entregarme sin retorno 
Sé muy bien 
lo que reclama mi carne ignorante
Voy caminando como un poeta laborioso y estúpido a la sombra de mi corazón con paso firme y acompasado
Sin titubeos
Porque estoy de regreso 
Así de simple
Y debo confesar 
que, aún así, juego con ventaja 
De dónde yo vengo 
la vida no se cuenta en ciclos 
De dónde yo parto 
la vida no es una palabra escueta que nos llena de cosechas anodinas 
Mi historia está llena de un dolor inservible que me ha preparado para no temer ser luz pensante
Es tan fácil como eso
Estoy amaestrada para fingirme sólida 
Estoy amaestrada para tragarme todos los juicios existencialistas y metafísicos 
y trastocarlos en un barro menos indecente 
No tengo otra memoria que me apacigüe
ni deseo otra cosa que tu amor, 
tu amor humano
visceral
intransferible





Al amparo de la noche
viene el hombre robando nuevas sombras
que no le acontecen
No le es suficiente el tiempo que le queda tras el rito sexual
No le complacen los cuerpos extasiados
ni el rifirrafe que la noche poderosa le brinda
Busca otras armas para dominar un mundo que no entiende
Armas de papel con insignias de oráculos que le persiguen haciéndole verdugo de si mismo
Que compran otra dignidad que le señala ajeno
Su prioridad discurre giratoria hacia ninguna parte
Cae en la otra noche
La soledad le consume
empeñada su alma en no volver los ojos donde caduca su infancia
Adopta un cansancio entumecido
amargado el amor por la incertidumbre de los signos
Y observa tu obra
Y escupe al cielo
porque su dinero no es suficientemente bueno para comprar la esencia de tu arte

(LA NOSTALGIA DE LAS HORAS)





Cierra los ojos
No mires como sangra la tierra
No mires como vomita el mar tus escombros
¿Acaso son hermanos tuyos los que lloran?
¿Acaso respiran como tú?
¿Comen como tú? 
¿Paren hijos con el pan incierto bajo el brazo?
¿Acaso no sabes
que nacer con una frontera en las venas 
los hacen menos dignos?
No tienen derecho a pedir justicia
No tienen derecho a reclamar mejoras en sus sueños
No pueden llenar la barriga de la tierra de más remordimientos 
¿Por qué no habrían de doblegarse para que respires más cómodo este aire 
de a mí no me incumbe?
Eso mismo:
Preocúpate de ti
Preocúpate de hundir los dientes en los yates
De acabar con los castaños centenarios
Preocúpate de recubrir tu tejado con materiales que puedas sobornar
para que tu conciencia 
dé menos 
repugnancia
No te voy a condenar por ser cobarde
No te voy a condenar por no saber transitar el mundo que encangrenas
Pero no me pidas que comulgue con tanta hipocresía
Que enmerde mis ojos con tu olor a rosa inexistente
No me pidas que me calle
porque llegado el caso tú estás más loco y eres más salvaje 
No hay suficientes razones para que no me sienta humillada en esta orilla
y me olvide de que también tienen mi mismo padre y mi misma greda
No me pidas que me abra a tu embestida sin cuestionarme quienes somos hoy
y a qué podredumbre huele
No podría volverme a mirar en los espejos ni en los ojos de mis hijas
Haz lo que te pese menos
Comprenderé que cada vez seas menos humano y más inhóspito 
Comprenderé que no soy cómoda
Comprenderás que a tu precio no me vendo
Quizá solo sea una mujer insignificante y estúpida
Quizá sólo tenga la palabra como arma arrojadiza
Pero recuerda que ya hubo un David venciendo a Goliat
Recuerda que ya 
una vez 
el Verbo salvo al hombre del hombre





DECÁLOGO DE UNA VIDA PLENA

Moriré de vieja a los años que tenga que morir
-nada sabemos-
pero moriré
enamorada de la vida

Moriré con una leve sonrisa satisfecha
y acaso
 una lagrima de perdón por las culpas que no tuve
                                             testigo de que habré vivido
todo lo que me tocaba vivir
y un día

Mis huesos darán fe de que fui alta   grande   y valiente
Que tropecé
Y caí
Y me recompuse
Y me reconstruyeron

Que mi sangre
fue hermana de sangre de cualquiera de mis congéneres
sin azules ni aspavientos ni trofeos
que me hicieran
 ni mejor
                              ni peor     
                                                                ni distinta

Me guardaré mi infancia para que me sea útil cuando esté triste
Y pensaré en las grandes frases de los grandes hombres para olvidar cualquier soberbia
Adoraré a mi padre y a mi madre
y a los padres de mis padres hasta llegar al primer átomo
porque es la única forma de ser agradecida que conozco


Me quedaré mirando con los ojos atónitos
las nebulosas planetarias y la primera camada de mi perra
por igual
porque polvo soy y en polvo cósmico descansaré algún día

No envidiaré  la luz del sol ni las cosas bellas
ni a los que tengan menos años o más dones
porque a fuerza de empellones he aprendido
que el corazón no necesita mezquindades para latir sin aburrimiento

No ansiaré fronteras, ni peculio o alabanzas
con las que ahondar mis anónimas huellas cotidianas
porque solo quiero ser feliz de un modo chiquitito

Con eso me conformo
Y si la vida opina que hice bien lo que me tocó hacer que no me lo diga
Que ya bastante premio tengo con hacer camino al andar y en el camino
estrechar la mano del amigo y llenarme el corazón de rosas blancas.


         


LXVI Sí, te quiero 
Sí, te quiero. Te quiero más allá de la leyenda de la que todos hablan 
Más allá del mito que sólo los más afortunados rozan
Te quiero sin orillas, sin murallas, milagrosamente
En la intimidad de tus entrañas sientes crecer mi nombre
como una semilla que no elegiste
y te hace sentirte hombre de un modo que no conoces
No temas. Es la fiesta del amor 
El reconocimiento de un amor que ha venido a verte
como al hijo de un dios hecho carne de dios, dios mismo
Arrojados a esa playa que desbarata toda la ficción del tiempo
te amo sin memoria ni costumbre
ni misterio. Te amo con una dicha que mi cuerpo no elige
traspasado por tu amor más allá de nosotros
La noche se tiende y respira cabeza abajo resplandeciente y pura
Pausada en la sangre con estigma de estrella
Sueño de viento convertido en amor de hombre
dime porque tu boca me ha devuelto la clave de los sueños
Dime porque es tan fácil sonreír en este espacio donde yo sé que existo
y ya no duele ni el norte ni el sur del mundo
Sí mi amor, puedes proclamar en cien idiomas que yo te amo. 
Te amo sin reservas
detenida sobre tu eje en una esperanza gozosa
Te amo con todas las palabras que heredé y las que me heredaron
Te amo y nada es revuelo en mis redondas ansias
El amor es una larga lengua que lame nuestros cuerpos
embriagando nuestros sexos de tanta ternura 
que ni la muerte podrá secar el mar que nos desborda






Tropiézame

Tropiézame
El destino es mudo
en la memoria del mar
En su orilla se me ha quedado clavada la pupila
Tropiézame
Hacia donde tú quieras
haré historia
Cambiaré niebla, religión, conocimiento
Tu sangre teñirá mi voz y mi palabra
El mundo inundado
se levantará en ofrenda
de amor a tu amor único
Dios te dio el color que mi beso ansía
La pincelada que me ancla
La pasión que me pierde
Tropiézame hasta hacerme tuya
y clávame en ti
por los siglos de los siglos

(DIALOGOS CON UN DIOS DE BARRO, 2011)






JULIO SESTO [17.239]

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Julio Sesto

Nació en Rosal, Pontevedra, España, en 1871 y murió en la Ciudad de México en 1960. Escritor, radicado en el país desde 1899. Vivió en Veracruz, Tlacotalpan, Puebla y en la Ciudad de México, donde se dedicó a la carpintería, al periodismo y a las letras. Fue profesor de literatura en la UNAM. Colaboró en El Hijo del Ahuizote; Diario del hogar; El Imparcial; El Universal; Excélsior; Hoy, mañana y siempre.

Notas: Sesto nunca dejó de ser un escritor romántico costumbrista del siglo XIX aunque rebasó la primera mitad del siglo XX.

Obras

Poesía

Azulejos: poesías, 1914.
Cactus, 1921.
Cálices: poesías, 1940.
El libro que canta: poema, 1949.
Alboradas: o libriño da i-alma: poesía gallega y castellana, 1958.

Narrativa

¡Mamacita linda...! (las divorciadas): novela mexicana, 1927.
La reina de Acapulco, 1935.
La sangre de España: novela heroica, 1937.
Como ardían los muertos: novela mexicana, 1947.
La casa de las bugambilias: novela romántica, 1947.
La tórtola del Ajusto: novela mexicana, 1951.
La emperatriz morena, 1957.
La ciudad de los palacios, 1958.

Ensayo

Las abejas del Rosal, 1928.
La bohemia de la muerte, 1929.
Historia del pensamiento mexicano: desde las siete peregrinaciones de Aztlán hasta nuestros días, 1942.
Historia pasional del amor en América, 1959.
El México de Porfirio Díaz.



Las abandonadas

¡Cómo me dan pena las abandonadas,
que amaron creyendo ser también amadas,
y van por la vida llorando un cariño,
recordando un hombre y arrastrando un niño!...

¡Cómo hay quien derribe del árbol la hoja
y al verla en el suelo ya no la recoja,
y hay quien a pedradas tire el fruto verde
y lo eche rodando después que lo muerde!

¡Las abandonadas son fruta caída
del árbol frondoso y alto de la vida;
son, más que caída, fruta derribada
por un beso artero como una pedrada!

Por las calles ruedan esas tristes frutas
como maceradas manzanas enjutas,
y en sus pobres cuerpos antaño turgentes,
llevan la indeleble marca de unos dientes...

Tienen dos caminos que escoger: el quicio
de una puerta honrada o el harem del vicio;
¡y en medio de tantos, de tantos rigores,
aún hay quien a hablarles se atreve de amores!

Aquellos magnates que ampararlas pueden,
más las precipitan para que más rueden,
¡y hasta hay quien se vuelva su postrer verdugo
queriendo exprimirlas si aún les queda jugo!

Las abandonadas son como el bagazo
que alambica el beso y exprime el abrazo;
si aún les queda zumo, lo chupa el dolor;
¡son triste bagazo, bagazo de amor!

Cuando las encuentro me llenan de angustias
sus senos marchitos y sus caras mustias,
y pienso que arrastra su arrepentimiento
un niño que es hijo del remordimiento...

¡El remordimiento lo arrastra algún hombre
oculto, que al niño niega techo y nombre!
Al ver esos niños de blondos cabellos
yo quisiera amarlos y ser padre de ellos.

Las abandonadas me dan estas penas,
porque casi todas son mujeres buenas;
son manzanas secas, son fruta caída
del árbol frondoso y alto de la vida.

No hay quien las ampare, no hay quien las recoja
mas que el mismo viento que arrastra la hoja...
¡Marchan con los ojos fijos en el suelo,
cansadas en vano, de mirar al cielo!

De sus hondas cuitas, ni el Señor se apiada,
porque de estas cosas... ¡Dios no sabe nada!
Y así van las pobres, llorando un cariño,
recordando un hombre y arrastrando un niño.





LA AGONÍA DEL BARDO

¡Qué duro, qué amargo recuerdo
quedome de aquella desgracia...
si a solas en ella medito,
aún suelen saltarme las lágrimas!

...Dejé mi chambergo en la percha;
crucé sigiloso la sala;
(hallando la casa en silencio,
me dio una corazonada...)
Alzando la verde cortina,
miré receloso a la estancia
en donde tranquilo, sonriente,
mi amigo el poeta, expiraba.
¡Qué cuadro! La mesa de noche,
en donde hacía guiños la lámpara,
cubierta de drogas acerbas
que no le sirvieron de nada;
con heces de medicamentos,
pocillos, goteros, cucharas,
cucharas que vi que aún tenían
la huella del labio marcada,
de un labio tedioso, pasivo,
que el líquido aquel desdeñara,
de un labio que, ya medio muerto,
sintiendo las drogas amargas,
por ser obediente, sorbía,
por falta de fe, no apretaba,
dejando su hastío en las heces
de aquellas vasijas untadas.
La pobre mujer de mi amigo,
al lado del lecho, espantaba;
los niños también allí junto,
haciendo la escena más agria:
la niña, de tres primaveras,
absorta a los pies de la cama,
asiendo a la madre el vestido
y viéndola fijo a la cara,
y el niño más pequeñuelo, divino,
e irónico ser que no andaba,
cruzando la alfombra, sonriendo,
¡y echando carreras a gatas!

Yo estaba perplejo en la puerta
de aquella tristísima estancia;
no pude, no pude moverme,
¡aquello partíame el alma!
De pronto la faz del enfermo
se puso ojerosa y opaca,
la pobre mujer lanzó un grito:
¡Hijitos, papá se nos marcha!...
Y nada los niños dijeron,
¡decir qué podrían sus ansias
si aún la mayor no entendía
y aún el pequeño no hablaba!
Mas, viendo los dos al enfermo,
en sus inocentes miradas,
qué bien comprendí qué decían
ingenuos: ¡Papá... no te vayas!
Yo quise auxiliarlos entonces
mas vi que mi amigo, con calma,
después de moverse, esforzado,
y como si reaccionara,
tomando la mano a la esposa,
le dijo a intervalos:

                        Amada:

La muerte se acerca... no temas,
no llores, enjuga tus lágrimas,
la muerte de ti tuvo celos,
y viene a pedir que compartas
con ella mi ser, que era tuyo,
mis penas, mis dichas, mis ansias.
La muerte también es mujer:
no riñas con ella, me ama,
verdad que se lleva mi cuerpo
mas queda contigo mi alma,
la muerte va a ser... mi querida,
mas tú sigues siendo la casta
Señora que manda en mi espíritu,
de todo mi amor Soberana.

Yo siento dejarte tan bella,
y siento dejarte enlutada,
y siento dejarte a los hombres
vulgares expuesta mañana,
que van a prender en tu veste
de luto, pasando sus garras...
¡Vampiros de espíritus tristes,
vampiros de carne enlutada!
¡Ah... son las viudas hermosas
manjar con que muchos se sacian;
no sé cómo así la engullen,
no sé... cuando saben a lágrimas...!

¡Cuán vas a extrañar mis caricias;
mis rimas, cuán vas a extrañarlas,
y cuando por mi te pregunten
los niños pasado mañana
¡oh angustia! qué vas a decirles,
qué vas a decirles, cuitada!

¡Los niños!... Acércalos llámalos,
que quiero llevarme grabadas,
a flor de mis frías pupilas
tu cara amorosa y sus caras;
serán en mi tumba dos dijes
mis ojos cerrados, amada!

La pobre mujer aún tenía
oyéndolo hablar, esperanza
mas viendo ponerse por grados
aquellas mejillas más pálidas,
y viendo que aquellas pupilas
tornábanse tristes y vagas,
alzando los ojos al cielo
en son de reproche y plegaria,
¡Dios mío!...-clamó ¿por qué injusto
te llevas el pan de esta casa?
Y el cielo, por toda respuesta,
al bardo inspiró que gritara,
con voz de una angustia infinita,
con voz que los huesos helaba:
¡Qué abismo... me hundo... me hundo,
tus brazos... tus brazos... amada!
Tomolo aquel ángel en brazos;
logró también él abrazarla;
vibraron los nervios de bronce
del lecho vibró el que expiraba:
tomó ella en un beso el aliento
postrero que el bardo exhalara;
quedáronse así un instante
la muerte y la vida enlazadas...
y entonces creí que se oía,
moviendo la oscura ventana,
y como rozando los vidrios,
un suave ruido de alas,
tal cual si pasase por ellos,
en vuelo magnífico, un alma...

¡Oh, cuando yo quise prestarle
socorro a la esposa, se hallaba
opresa en los brazos del muerto,
tal cual si quisiera llevársela!
¡Qué esfuerzo inaudito hice entonces
y cómo he podido arrancarla
al fin de los rígidos brazos
llorosa sin fuerzas y flácida!
Y cuando después de mi esfuerzo
volví hacia el muerto la cara,
lo vi con los brazos en círculo,
cual si me pidiese abrazarla,
y como diciéndome, mudo,
con una sonrisa macabra:
!Si es mía... ¿por qué te la llevas...?
Si es mía por qué me la arrancas...!

La noche llegó a los cristales
muy negra, muy triste, enlutada,
y como una madre amorosa,
fue ella quien trajo a la cámara
el cirio más grande: la luna
un cirio de luces muy blancas.
En tanto, lloraban los niños;
los perros, en torno, aullaban;
la triste mujer, en mis brazos,
lanzaba suspiros con ansias;
el muerto, los brazos en círculo,
sonriendo, la esposa esperaba...
¡Señor! ¿Por qué el muerto reía
en tanto los vivos lloraban?

¡Qué duro, qué amargo recuerdo
quedome de aquella desgracia:
si a solas en ella medito,
aún suelen saltarme las lágrimas!






ENCUENTRO

Hola…

Por fin te encuentro en mi camino.
Ha mucho tiempo ya que te buscaba.
¡Que has hecho de mi vida y de la tuya?

¡Respóndeme malvada¡

¿Por qué dejaste abandonado el nido
cuando mas tu calor necesitaba?

Como escapaste aquella noche fría,
en que espere con ansia a que volvieras
antes de extinguirse
el calor de tu cuerpo entre las sabanas…

Aquella noche que empezó con duda 
y termino con rabia.
¡Alza la vista¡ ¡veme fijamente¡
¡Mírame cara a cara¡

Ya la niña murió, murió en mis brazos,
y al morir te llamaba…

¡No vayas, indiscreta, a preguntarme
en donde esta enterrada¡
Tiene una tumba entre otros niños muertos,
con una cruz muy blanca..

Que no se te vaya a ocurrir llevarle flores.
¡Que nunca se te ocurra profanarla¡
Pudiera suceder si tal tú hicieras
que se abriera la tierra y te tragara.

¡Ah¡ que castigo por muy cruel que fuese
podría borrar tu falta.
No encuentro uno lo bastante cruel,
no encuentro uno que me satisfaga.

Seria preciso…que yo fuera…lumbre,
que pudiera envolverte en una llama
y que fueras ardiendo por el mundo
como una antorcha humana.

Seria preciso que yo fuera nube
que te llevara a una región muy alta,
y al dejarte caer desde la altura
que en un montón de espinas te clavaras.

Yo quisiera ser ave de rapiña,
buitre, cóndor o águila,
y sacarte los ojos con el pico
y el corazón sacarte con las garras.

Seria preciso que yo fuera rió,
que en mi profundo cauce te ahogaras,
que tu cadáver en vaivén macabro
en mis hondas flotara,
y que fuera azotándolo mi furia
de cascada en cascada,
hasta arrojarlo sobre alguna orilla
en donde algún chacal te devorara.









CHICO BUARQUE [17.240]

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Chico Buarque

Francisco Buarque de Hollanda (Río de Janeiro, 19 de junio de 1944), más conocido como Chico Buarque, es un poeta, cantante, guitarrista, compositor, dramaturgo y novelista brasileño.

Se le conoce principalmente por sus canciones de refinada armonía, deudoras en parte de Antônio Carlos Jobim[cita requerida], y por sus letras, que oscilan entre una temática de carácter intimista, hasta cuestiones como la situación cultural, económica y social de Brasil. A lo largo de su vida ha ido alternando su carrera musical con la de novelista y dramaturgo. Su dos últimas novelas, Budapeste (2005) y Leite derramado (2009), han sido muy aclamadas y merecedoras del importante Premio Jabuti.

Nació en el seno de una familia intelectual y privilegiada. Su padre, Sergio Buarque de Hollanda, era un conocido historiador y sociólogo. Buarque fue un niño estudioso con un interés precoz en la música y la escritura. Desde temprano le impresionó la música, sobre todo la bossa nova y en especial el trabajo de João Gilberto.

Se casó con la actriz Marieta Severo, con quien tiene tres hijas.

Su obra

El debut público de Buarque como músico y compositor ocurrió en 1964 y pronto se hizo una reputación a través de su participación en festivales musicales y programas de televisión. Su primer álbum, Chico Buarque, mostraba el trabajo por venir, con sambas pegadizos, caracterizados por juegos de palabras creativos y un trasfondo de nostalgia trágica.

Su cada vez mayor actividad política contra la dictadura militar de Brasil le valió ser arrestado en 1968 y lo movió al exilio a Italia en 1969. Chico Buarque regresó a Brasil en 1970, donde empleó su fama y habilidad para escribir canciones como protesta contra la dictadura. En esta época su sencillo de protesta (ligeramente disimulada) "A pesar de você" pasó desapercibido de alguna manera por los censores militares y se convirtió en el himno del movimiento democrático. Después de vender 100.000 copias, el sencillo fue finalmente censurado y todas las copias fueron retiradas del mercado. A pesar de la censura, canciones como "Samba de Orlý" (1970), "Acorda amor" (1974) y "Vai passar" (1983) hicieron patente la continua oposición de Chico.

Durante los años setenta y ochenta, Chico colaboró con cineastas, dramaturgos y músicos en trabajos que protestaban contra la dictadura.

En el año del golpe militar de Brasil, 1964, Chico escribió sobre la situación y evitó la censura al usar analogías crípticas y juegos de palabras. Por ejemplo, en la canción "Cálice" juega con las palabras portuguesas para "cállese" y "cáliz" para cantar sobre la opresión militar bajo la apariencia de relato bíblico. También es cierto, sin embargo, que sus letras abordan temas de carácter más personal, con un aire sutil, y en un contexto musical hondo y refinado.

Silvio Rodríguez lo nombra en su canción "Quién Fuera (Corazón)", también Fito Páez lo menciona en su canción "Carabelas Nada". En 1998, la escuela de samba de Mangueira ganó el primer lugar del carnaval carioca con un tema de homenaje a Chico Buarque.

Discografía

Chico Buarque, en concierto.
Chico Buarque de Hollanda (RGE), 1966)
Morte e vida Severina (RGE, 1966)
Chico Buarque de Hollanda, vol.2 (RGE, 1967)
Chico Buarque de Hollanda, vol.3 (RGE, 1968)
Chico Buarque de Hollanda (Philips, 1968)
Umas e outras (Philips, 1969)
Chico Buarque de Hollanda (Philips, 1969)
Chico Buarque na Itália (Philips, 1969)
Apesar de você (Philips, 1970)
Per un pugno di samba (Philips, 1970)
Chico Buarque de Hollanda, vol.4 (Philips, 1970)
Construção (Media:Philips, 1971)
Quando o carnaval chegar (Philips, 1972)
Caetano e Chico juntos e ao vivo (Philips, 1972)
Chico canta (Philips, 1973)
Sinal fechado (1974)
Chico Buarque & Maria Bethânia ao vivo (Philips, 1975)
Meus caros amigos (Philips, 1976)
Cio da Terra compacto (1977)
Os saltimbancos (Philips, 1977)
Gota d'água (1977)
Chico Buarque (Philips, 1978)
Ópera do Malandro (Philips, 1979). Versión de "La ópera de los tres centavos", de Bertolt Brecht y Kurt Weill.
Vida (Philips, 1980)
Show 1º de Maio (1980)
Almanaque (Philips, 1981)
Saltimbancos trapalhões (Philips, 1982)
Chico Buarque en espanhol (Philips, 1982)
Para viver um grande amor (1983)
O grande circo místico (Barclay, 1983)
Chico Buarque (Philips, 1984)
O corsário do rei (Philips, 1985)
Ópera do malandro (Philips, 1985)
Malandro (Philips, 1985)
Melhores momentos de Chico & Caetano ( Globo, 1986)
Francisco (RCA, Ariola, 1987)
Dança da meia-lua (RCA, Ariola, 1988)
Chico Buarque (RCA, Ariola, 1989)
Chico Buarque ao vivo Paris Le Zenith (RCA, 1990)
Paratodos (RCA, 1993)
Uma palavra (RCA, 1995)
Terra (1997)
As cidades (BMG, 1998)
Chico ao vivo (BMG, 1999)
Cambaio (BMG, 2001)
Duetos (2002)
Carioca (Biscoito, 2006)
Chico (2011)
Obra literaria[editar]
Novelas[editar]
A banda (1966)
Fazenda Modelo (1974)
Chapeuzinho Amarelo (1979)
A bordo do Rui Barbosa (1981)
Estorvo (1991)
Benjamin (1995)
Budapeste (en español Budapest, 2003)
Leite derramado (2009)
O Irmão Alemão (2015)

Teatro

Roda viva (1967)
Calabar (1973)
Gota d'água (1975)
Ópera do malandro (1978)
O grande circo místico (1983, con Edu Lobo)
Cambaio (2003, con Edu Lobo)

Filmografía

Participación en películas de ficción[editar]
Quando o carnaval chegar (1972)
Os saltimbancos trapalhões (1981)
Para viver um grande amor (1983)
Ópera do malandro (1985)
Estorvo (2000)
Benjamin (2003)
Actuaciones registradas en DVD[editar]
Chico e as cidades (2001)
Chico ou o país da delicadeza perdida (2004)
Carioca ao vivo (2007)
Na Carreira (2012)

Bibliografía

Gildo De Stefano, Il popolo del samba. La vicenda e i protagonisti della storia della música popular del Brasil, Prólogo de Chico Buarque de Holanda, Introducción de Gianni Minà, RAI Ediciones, Roma 2005, ISBN 8839713484


Construcción

Amó aquella vez como si fuese la última
Besó a su mujer como si fuese la última
Y cada hijo suyo como si fuese único
Y atravesó la calle con su paso tímido
Subió a la construcción como si fuese máquina
Levantó en la altura cuatro paredes sólidas
Ladrillo con ladrillo en un diseño mágico
Sus ojos embotados de cemento y lágrima
Se sentó a descansar como si fuese sábado
Comió feijao y arroz como si fuese un príncipe
Bebió y sollozó como si fuese un náufrago
Bailó y carcajeó como si oyese música
Y tropezó en el cielo como si fuese un ebrio
Y flotó en el aire como si fuese un pájaro
Y acabó en el suelo como un paquete flácido
Agonizó en el medio del paseo público
Murió a contramano entorpeciendo el tránsito

Amó aquella vez como si fuese lo último
Besó a su mujer como si fuese única
Y a cada hijo suyo como si fuese pródigo
Y atravesó la calle con su paso ebrio
Subió a la construcción como si fuese sólido
Levantó en lo alto cuatro paredes mágicas
Ladrillo con ladrillo en un diseño lógico
Sus ojos embotados de cemento y tráfico
Se sentó a descansar como si fuese príncipe
Comió feijao y arroz como si fuese máximo
Bebió y sollozó como si fuese máquina
Bailó y carcajeó como si fuese el próximo
Y tropezó en el cielo como si oyese música
Y flotó en el aire como si fuese sábado
Y acabó en el suelo como un paquete tímido
Agonizó en el medio del paseo náufrago
Murió a contramano entorpeciendo al público

Amó aquella vez como si fuese máquina
Besó a su mujer como si fuese lógico
Levantó en lo alto cuatro paredes flácidas
Se sentó a descansar como si fuese un pájaro
Y flotó en el aire como su fuese un príncipe
Y acabó en el suelo como un paquete ebrio
Murió a contramano entorpeciendo el sábado

Por el pan para comer, por el suelo para dormir
Un certificado al nacer y una concesión para sonreír
Por dejarme respirar, por dejarme existir,
Dios se lo pague
Por la cachaza de grasa que la gente tiene que engullir
Por el humo y la desgracia que la gente tiene que toser
Por los andamios colgantes que la gente tiene para caer,
Dios se lo pague
Por la mujer plañidera para alabarnos y escupir
Y por las moscas gusaneras que nos van a besar y a cubrir
Y por la paz duradera que al fin nos va a redimir
Dios se lo pague

disco Construção, Media Philips, 1971
Versión J. Aulicino


Construção

Amou daquela vez como se fosse a última
Beijou sua mulher como se fosse a última
E cada filho seu como se fosse o único
E atravessou a rua com seu passo tímido
Subiu a construção como se fosse máquina
Ergueu no patamar quatro paredes sólidas
Tijolo com tijolo num desenho mágico
Seus olhos embotados de cimento e lágrima
Sentou pra descansar como se fosse sábado
Comeu feijão com arroz como se fosse um príncipe
Bebeu e soluçou como se fosse um náufrago
Dançou e gargalhou como se ouvisse música
E tropeçou no céu como se fosse um bêbado
E flutuou no ar como se fosse um pássaro
E se acbou no chão feito um pacote flácido
Agonizou no meio do passeio público
Morreu na contramão atrapalhando o tráfego

Amou daquela vez como se fosse o último
Beijou sua mulher como se fosse a única
E cada filho seu como se fosse o pródigo
E atravessou a rua com seu passo bêbado
Subiu a construção como se fosse sólido
Ergueu no patamar quatro paredes mágicas
Tijolo com tijolo num desenho lógico
Seus olhos embotados de cimento e tráfego
Sentou pra descansar como se fosse um príncipe
Comeu feijão com arroz como se fosse máquina
Dançou e gargalhou como se fosse o próximo
E tropeçou no céu como se ouvisse música
E flutuou no ar como se fosse sábado
E se acabou no chão feito um pacote tímido
Agonizou no meio do passeio náufrago
Morreu na contramão atrapalhando o público

Amou daquela vez como se fosse máquina
Beijou sua mulher como se fosse lógico
Ergueu no patamar quatro paredes flácidas
Sentou pra descansar como se fosse um pássaro
E flutuou no ar como se fosse um príncipe
E se acabou no chão feito um pacote bêbado
Morreu na contramão atrapalhando o sábado



A Banda
                
Estava à toa na vida 
O meu amor me chamou  
Pra ver a banda passar 
Cantando coisas de amor
A minha gente sofrida 
Despediu-se da dor 
Pra ver a banda passar 
Cantando coisas de amor

O homem sério que contava dinheiro parou 
O faroleiro que contava vantagem parou 
A namorada que contava as estrelas parou 
Pra ver, ouvir e dar passagem 
A moça triste que vivia calada sorriu 
A rosa triste que vivia fechada se abriu 
E a meninada toda se assanhou 
Pra ver a banda passar 
Cantando coisas de amor

O velho fraco se esqueceu do cansaço e pensou 
Que ainda era moço pra sair no terraço e dançou 
A moça feia debruçou na janela 
Pensando que a banda tocava pra ela 
A marcha alegre se espalhou na avenida e insistiu 
A lua cheia que vivia escondida surgiu 
Minha cidade toda se enfeitou 
Pra ver a banda passar 
Cantando coisas de amor

Mas para meu desencanto 
O que era doce acabou 
Tudo tomou seu lugar 
Depois que a banda passou

E cada qual no seu canto 
Em cada canto uma dor 
Depois da banda passar 
Cantando coisas de amor



EU TE AMO

Ah, se já perdemos a noção da hora
Se juntos já jogamos tudo fora 
Me conta agora como hei de partir

Se, ao te conhecer, dei pra sonhar, fiz tantos desvarios 
Rompi com o mundo, queimei meus navios 
Me diz pra onde é que inda posso ir

Se nós, nas travessuras das noites eternas 
Já confundimos tanto as nossas pernas 
Diz com que pernas eu devo seguir

Se entornaste a nossa sorte pelo chão 
Se na bagunça do teu coração 
Meu sangue errou de veia e se perdeu

Como, se na desordem do armário embutido 
Meu paletó enlaça o teu vestido 
E o meu sapato inda pisa no teu

Como, se nos amamos feito dois pagãos 
Teus seios inda estão nas minhas mãos 
Me explica com que cara eu vou sair

Não, acho que estás só fazendo de conta 
Te dei meus olhos pra tomares conta 
Agora conta como hei de partir




Carolina
                
Carolina 
Nos seus olhos fundos 
Guarda tanta dor 
A dor de todo esse mundo 
Eu já lhe expliquei que não vai dar 
Seu pranto não vai nada mudar 
Eu já convidei para dançar 
É hora, já sei, de aproveitar 
Lá fora, amor 
Uma rosa nasceu 
Todo mundo sambou 
Uma estrela caiu 
Eu bem que mostrei sorrindo 
Pela janela, ói que lindo 
Mas Carolina não viu
Carolina 
Nos seus olhos tristes 
Guarda tanto amor 
O amor que já não existe 
Eu bem que avisei, vai acabar 
De tudo lhe dei para aceitar 
Mil versos cantei pra lhe agradar 
Agora não sei como explicar 
Lá fora, amor 
Uma rosa morreu 
Uma festa acabou 
Nosso barco partiu 
Eu bem que mostrei a ela 
O tempo passou na janela 
Só Carolina não viu

                                                                


Desalento
                
Sim, vai e diz 
Diz assim 
Que eu chorei 
Que eu morri 
De arrependimento 
Que o meu desalento 
Já não tem mais fim 
Vai e diz 
Diz assim 
Como sou  
Infeliz 
No meu descaminho 
Diz que estou sozinho 
E sem saber de mim
Diz que eu estive por pouco 
Diz a ela que estou louco 
Pra perdoar 
Que seja lá como for 
Por amor 
Por favor 
É pra ela voltar

Sim, vai e diz 
Diz assim 
Que eu rodei 
Que eu bebi 
Que eu caí 
Que eu não sei 
Que eu só sei 
Que cansei, enfim 
Dos meus desencontros 
Corre e diz a ela 
Que eu entrego os pontos

                                                                 


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SILVIO RODRÍGUEZ [17.241]

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Silvio Rodríguez

Silvio Rodríguez Domínguez (San Antonio de los Baños, 29 de noviembre de 1946) es un cantautor, guitarrista y poeta cubano, exponente característico de la música de su país surgida con la Revolución cubana, conocida como la Nueva Trova Cubana, que comparte con otros reconocidos cantautores tales como Pablo Milanés, Noel Nicola y Vicente Feliú.

Su infancia la vivió en la época de la transición del gobierno de Fulgencio Batista y el inicio de la Revolución cubana. Colaboró para esta última desde sus inicios, como educador, dibujante, escritor, compositor, militar y político. Su carrera musical la inició ejerciendo como conductor de televisión, para luego integrarse al Grupo de Experimentación Sonora, entidad dirigida por Leo Brouwer, y finalmente consolidándose como solista.

Con más de cuatro décadas de carrera musical, ha escrito al menos quinientas cuarenta y ocho canciones y publicado una veintena de álbumes, siendo uno de los cantautores de mayor trascendencia internacional de habla hispana. Acabando el siglo XX, fue elegido en su país junto a Ernesto Lecuona como el mejor compositor cubano del siglo, mientras que a nivel internacional fue galardonado, junto a Joan Manuel Serrat, como el mejor cantautor hispanoamericano de la segunda mitad de siglo4 y en 1997 como Artista Unesco por la Paz. En el siglo XXI, por su parte, recibió el premio ALBA de 2010, además de recibir el grado de doctor Honoris Causa en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos del Perú, la Universidad Veracruzana de México y la Universidad Nacional de Córdoba de Argentina.

Desde 1952 reside en La Habana. En 1955 recibió clases de piano de Margarita Pérez Picó. En 1961 fue uno de los 100 mil jóvenes que integraron las brigadas “Conrado Benítez” y se fueron al campo a alfabetizar. El 15 de abril de ese año, tras el bombardeo a los aeropuertos, preludio del ataque por Bahía de Cochinos, se inscribió en las milicias estudiantiles.

En 1962 Silvio Rodríguez se inició como aprendiz y dibujante en el semanario Mella, donde tuvo como maestro a Virgilio Martínez. Allí, jugando, compuso su primera canción: “El rock de los fantasmas”. En 1963 recibió clases de piano de Amelia Frades y matriculó en la Academia de Artes Plásticas “San Alejandro”.

En marzo de 1964 fue llamado a filas por el Servicio Militar Obligatorio. Allí, en sus momentos libres, empezó a tocar la guitarra y a componer canciones con regularidad; entonces también se presentó en los Festivales de Aficionados de las FAR. Fue dado de baja el 12 de junio de 1967. Semanas antes había conocido a Mario Romeu, pianista y director de orquesta, quien el martes 13 de junio lo presentó en el programa televisivo “Música y Estrellas”, cantando “Sueño del colgado y la tierra” y “Quédate”. Poco después, a propuesta de Juan Vilar, se vio inaugurando y conduciendo un programa llamado “Mientras Tanto”, como otra de sus canciones.

En julio de 1967 fue invitado por los poetas de El Caimán Barbudo, amigos desde el semanario Mella, a un recital en homenaje a la trovadora Teresita Fernández. En febrero de 1968, Haydee Santamaría lo invitó a cantar en la Casa de las Américas, donde compartió con Noel Nicola, Pablo Milanés, Martín Rojas, Eduardo Ramos y Vicente Feliú el concierto fundacional de la nueva trova, de la que fue uno de sus guías. Entre 1969 y 1970 viajó por las costas de África en varios barcos de pesca, en los que compuso 62 canciones. A su regreso hizo tres recitales en la sala de teatro Hubert D’ Blanck, colmada de jóvenes. A propuesta de Alfredo Guevara, fue uno de los fundadores del Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC, que se especializó en la banda sonora del cine y recibió clases de Leo Brouwer, Juan Elósegui y Federico Smith.

En 1974 comenzó a grabar su primer disco en solitario, “Días y flores”, producido por Frank Fernández, que vio la luz en 1975. En 1976, cuando la Sudáfrica del apartheid invadió a Angola, recorrió dos veces los frentes de combate, cantándoles a las tropas cubanas y angoleñas.

A partir de 1977 viajó intensamente por toda América y Europa. Hizo giras y grabó con los grupos Afrocuba, Irakere y Diákara. Colaboró con la Camerata Brindis de Salas y con la Orquesta Sinfónica Nacional.

Silvio Rodríguez ha compuesto música y letra de cientos de canciones. Posee una amplia discografía. Ha musicalizado filmes, teleseries y piezas de teatro. Ha recibido numerosos premios y condecoraciones. Sus canciones han sido traducidas al francés, italiano, alemán, inglés, portugués, guaraní, ruso, chino, japonés, coreano, sueco y catalán. Ha publicado dos libros: “Canciones del mar” (Ojalá ediciones, 1996) y “Cancionero” (Ojalá ediciones, 2008).

En la década de los 90 alentó y contribuyó a la construcción de los estudios de grabación “Abdala” y “Ojalá”, en La Habana, y el “Eusebio Delfín”, en Cienfuegos. En 1993 fue elegido Diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular, de la que se retiró en 2008. En 1997 fue nombrado Artista UNESCO por la Paz. En 2004 recibió el Premio Nacional de Música; en 2006 el Premio Latino por toda una vida, de la Academia de las Artes y las Ciencias de la Música de España.

En 2007 la Universidad Mayor de San Marcos de Lima, Perú ―la más antigua de América― le confirió el título de Doctor Honoris Causa. En 2008, al frente de un grupo de artistas y escritores cubanos recorrió 16 prisiones, actuando ante más de 40,000 reclusos. En 2010, luego de 30 años de exclusión, puede volver a los Estados Unidos y realiza un memorable recorrido. Poco después hace un concierto en las calles de Medellín (Colombia), otro en Ciudad Juárez, y recibe el doctorado Honoris Causa de la Universidad Veracruzana, con sede en Xalapa, México.

Desde finales de 2010 encabeza un grupo de músicos, escritores y artistas que hacen una extensa gira por los barrios más necesitados de la ciudad de La Habana.




Ala de colibrí

A Cintio Vitier y a Fina García Marruz
                                             A Luly

Hoy me propongo fundar un partido de sueños,
talleres donde reparar alas de colibríes.
Se admiten tarados, enfermos, gordos sin amor,
tullidos, enanos, vampiros y días sin sol.

Hoy quiero patrocinar el candor desahuciado,
esa crítica masa de Dios que no es pos ni moderna.
Se admiten proscritos, rabiosos, pueblos sin hogar,
desaparecidos, deudores del banco mundial.

Por una calle descascarada,
por una mano bien apretada.

Hoy voy a hacer asamblea de flores marchitas,
de desechos de fiesta infantil, de piñatas usadas,
de sombras en pena del reino de lo natural
que otorgan licencia a cualquier artefacto de amar.

Por el Levante, por el Poniente,
por un deseo, por la simiente.

Por tanta noche, por el sol diario.
En compañía y en solitario.

Ala de colibrí,
liviana y pura.
Ala de colibrí
para la cura.



PLAYA GIRÓN

Compañeros poetas, Querida
tomando en cuenta 
los últimos sucesos en la poesía,
quisiera preguntar --me urge--
qué tipo de adjetivo se debe usar
para hacer la canción de este barco
sin que se haga sentimental,
fuera de la vanguardia o evidente panfleto,
si debo usar palabras
como Flota Cubana de Pesca
y Playa Girón.

Compañeros de música,
tomando en cuenta  esas politonales 
y audaces canciones,
quisiera preguntar --me urge--
qué tipo de armonía se debe usar
para hacer la canción de este barco
con hombres de poca niñez,
hombres y solamente hombres sobre cubierta,
hombres negros y rojos y azules,
los hombres que pueblan el Playa Girón.

Compañeros de Historia,
tomando en cuenta lo implacable 
que debe ser la verdad,
quisiera preguntar --me urge tanto--
qué debiera decir, qué fronteras debo respetar.
Si alguien roba comida y después da la vida, 
¿qué hacer?
¿Hasta dónde debemos practicar las verdades?
¿Hasta dónde sabemos?
Que escriban, pues, la historia, su historia, 
los hombres del Playa Girón.




Del sueño a la poesía

A Fabelo y Suyú 
                                    A Belkis

Un mundo de contrahechos
se esparce en la cartulina,
bordado con punta fina
como los pelos del pecho.
País en que los deshechos
son amados todavía
es la comarca sombría
donde la luz se perdona,
porque allí van las personas
del sueño a la poesía.

En un sofá diminuto
posa minúscula gente.
Unos sonríen al lente,
otros cuentan los minutos.
Bichejos de rostro enjuto
se asoman a celosías
y carroñeras harpías
prestan garras al retablo,
mientras hace ronda el diablo
del sueño a la poesía.

Un pavorreal se pasea
por un desván en penumbras
y a su paso, que deslumbra,
la oscuridad se voltea.
¿Qué transformó pluma en tea
de apariciones umbrías?
¿Qué pasión, qué melodía
tocó el corazón humano
para conducir la mano
del sueño a la poesía?




¿Adónde van?

¿Adónde van las palabras que no se quedaron?
¿Adónde van las miradas que un día partieron?
¿Acaso flotan eternas,
como prisioneras de un ventarrón,
o se acurrucan entre las hendijas,
buscando calor?
¿Acaso ruedan sobre los cristales,
cual gotas de lluvia que quieren pasar?
¿Acaso nunca vuelven a ser algo?
¿Acaso se van?
¿Y adónde van…?
¿Adónde van?

¿En qué estarán convertidos mis viejos zapatos?
¿Adónde fueron a dar tantas hojas de un árbol?
¿Por dónde están las angustias
que desde tus ojos saltaron por mí?
¿Adónde fueron mis palabras sucias
de sangre de abril?
¿Adónde van ahora mismo estos cuerpos
que no puedo nunca dejar de alumbrar?
¿Acaso nunca vuelven a ser algo?
¿Acaso se van?
¿Y adónde van…?
¿Adónde van?

¿Adónde va lo común, lo de todos los días:
el descalzarse en la puerta, la mano amiga?
¿Adónde va la sorpresa
casi cotidiana del atardecer?
¿Adónde va el mantel de la mesa,
el café de ayer?
¿Adónde van los pequeños terribles encantos
que tiene el hogar?
¿Acaso nunca vuelven a ser algo?
¿Acaso se van?
¿Y adónde van…?
¿Adónde van?




EL NECIO

Para no hacer de mi icono pedazos,
para salvarme entre únicos e impares,
para cederme lugar en su Parnaso,
para darme un rinconcito en sus altares
me vienen a convidar a arrepentirme,
me vienen a convidar a que no pierda,
me vienen a convidar a indefinirme,
me vienen a convidar a tanta mierda.

Yo no sé lo que es el destino:
caminando fui lo que fui.
Allá Dios, que será divino:
yo me muero como viví.

Yo quiero seguir jugando a lo perdido,
yo quiero ser a la zurda más que diestro,
yo quiero hacer un congreso del Unido,
yo quiero rezar a fondo un hijonuestro.
Dirán que pasó de moda la locura,
dirán que la gente es mala y no merece,
mas yo partiré soñando travesuras
(acaso multiplicar panes y peces).

Yo no sé lo que es el destino:
caminando fui lo que fui.
Allá Dios, que será divino:
yo me muero como viví.

Dicen que me arrastrarán por sobre rocas
cuando la Revolución se venga abajo,
que machacarán mis manos y mi boca,
que me arrancarán los ojos y el badajo.
Será que la necedad parió conmigo,
la necedad de lo que hoy resulta necio:
la necedad de asumir al enemigo,
la necedad de vivir sin tener precio.

Yo no sé lo que es el destino:
caminando fui lo que fui.
Allá Dios, que será divino:
yo me muero como viví.



EN BUSCA DE UN SUEÑO

En busca de un sueño
se acerca este joven.
En busca de un sueño
van generaciones.

En busca de un sueño
hermoso y rebelde.
En busca de un sueño
que gana y que pierde.

En busca de un sueño
de bella locura.
En busca de un sueño
que mata y que cura.

En busca de un sueño
desatan ciclones.
En busca de un sueño
cuántas ilusiones.

En busca de un sueño
transcurren los ríos.
En busca de un sueño
se salta al vacío.

En busca de un sueño
abrasa el amante.
En busca de un sueño
simula el tunante.

En busca de un sueño
tallaron la piedra.
En busca de un sueño
Dios vino a la Tierra.

En busca de un sueño
partí con mi día.
En busca de un sueño
que no hay todavía.



Sueño con serpientes

Sueño con serpientes, con serpientes de mar,
con cierto mar, ay, de serpientes sueño yo.
Largas, transparentes, y en sus barrigas llevan
lo que puedan arrebatarle al amor.

Oh, la mato y aparece una mayor,
oh, con mucho más infierno en digestión.

No quepo en su boca. Me trata de tragar
pero se atora con un trébol de mi sien.
Creo que está loca. Le doy de masticar
una paloma y la enveneno de mi bien.

Oh, la mato y aparece una mayor,
oh, con mucho más infierno en digestión.

Esta, al fin, me engulle. Y mientras por su esófago
paseo, voy pensando en qué vendrá.
Pero se destruye cuando llego a su estómago
y planteo con un verso una verdad.

Oh, la mato y aparece una mayor,
oh, con mucho más infierno en digestión.



ODA A MI GENERACIÓN

A los veintisiete días de mayo del año setenta
un hombre se sube sobre sus derrotas, 
pide la palabra 
momentos antes de volverse loco.
No es un hombre, 
es un malabarista de una generación.
No es un hombre, 
es quizás un objeto de la diversión;
un juguete común de la Historia
con un monograma que dice: “bufón”.
Ese hombre soy yo.

Pero debo decir que me tocó nacer 
en el pasado y que no volveré.
Es por eso que un día me vi en el presente,
con un pie allá donde vive la muerte
y otro pie suspendido en el aire, 
buscando lugar,
reclamando tierra del futuro para descansar.
Así estamos yo y mis hermanos,
con un precipicio en el equilibrio
y con ojos de vidrio.

Ahora quiero hablar de poetas,
de poetas muertos y poetas vivos,
de tantos muchachos hijos de esta fiesta
y de la tortura de ser ellos mismos.
Porque hay que decir que hay quien muere 
sobre su papel,
pues vivirle a la vida su talla tiene que doler.
Nuestra vida es tan alta --tan alta--
que para tocarla casi hay que morir,
para luego vivir.

Yo no reniego de lo que me toca,
yo no me arrepiento pues no tengo culpa,
pero hubiera querido poderme jugar
toda la muerte allá, en el pasado,
o toda la vida en el porvenir que no puedo alcanzar.
Y con esto no quiero decir que me pongo a llorar.
Sé que hay que seguir navegando.
Sigan exigiéndome cada vez más,
hasta poder seguir 
o reventar.






ALFONSO OREJEL [17.242] Poeta de México

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Alfonso Orejel

Nació en Los Mochis, Sinaloa, en 1961. Licenciado en Ciencias Políticas. Fundador de la hoja literaria y posteriormente revista Manchas de tinta. Desde pequeño se acostumbró a las historias de ánimas y muertos que le contaba su mamá mientras tomaban café negro y se asomaba, temeroso, al fondo de la taza.

Una mañana que murió su perro Boris se dio cuenta, al abrir los ojos, que ya no era más un niño. Y a partir de entonces su gran tarea consistiría en recordar. Recordar aquella estación que cada día se iba alejando más de su vista, y, por otra parte, ser capaz de desenterrar sus tesoros innombrables.

Además de los poemarios  Las bellas bestias y Palabras en Sepia, Orejel ha publicado los cuentos “Caldo de perico”, “El árbol de las muñecas tristes”, “El sendero de los gatos apachurrados”, ” Matangaguangalachanga” y “El cucharacho”, y los libros La venganza de la mano amarilla y La niña del vestido antiguo, ambos en la colección El Barco de Vapor, de la editorial SM.

Orejel también se desempeña como promotor cultural, y junto con los grupos de lectura que coordina, promueve el hábito de leer en el estado de Sinaloa visitando poblaciones y lugares de difícil acceso. En 2006 ganó el premio de cuento Inés Arredondo y en 2008 hizo lo mismo con el de poesía Gilberto Owen; ambos son reconocimientos nacionales entregados en Sinaloa.





Eugenio

La abuela
cerró la ventanas
y decidió no esperar más
al abuelo Eugenio.
Frente a la hornilla
amasó lentamente
un callado rencor
hacia los hombres.
Cada mirada que partía 
de sus ojos 
se desplomaba convertida 
en piedra. 
Cortaba las hebras de la carne 
para hacer machaca 
y el silencio se hacía polvo 
entre sus dedos. 
Con sus manos tapaba 
los hoyos de las paredes 
para impedirle al viento 
se asomara. 
Las tijeras aguardaron 
siempre 
debajo de su almohada. 
Después de muchos años 
sólo pudo querer a mi padre 
que le decía: 
- Doña Gueya, 
hágame unas albóndigas. 
- ¡Qué ricos están 
sus frijoles caldudos! 
Y mi hermano Lupe 
pudo darle un poco de dulzura 
a su mirada de Medusa. 
Mi mamá, que desde niña 
guardó silencio, 
me puso Eugenio 
para dejar de despreciarlo. 
Porque el abuelo no tuvo 
la gentileza 
de volver a casa 
a acariciar su cabello. 

Espero que mi abuela, 
al morir, haya podido, 
al fin, 
cerrar los ojos. 





Tía Pina 

Mi mamá siempre admiró 
su elegancia, 
su sed de aristocracia 
y su destreza 
para ponerse rubor 
en las mejillas. 
Tenía un peinado ostentoso 
y una mirada que jamás 
se arrastraba por el suelo. 
En julio o agosto 
la visitábamos en Guadalajara. 
Su casa estaba llena de plantas 
y flores despojadas de fragancia. 
Sólo había pájaros 
dentro de las jaulas. 
En sus camas impecables 
era imposible soñar. 
Yo detestaba sus sábanas tan limpias, 
la blanca crueldad de sus manteles, 
aquellos muros tan altos 
por donde el sol nunca bajaba. 
Nos exigía comer con cubiertos, 
cerrar la boca al masticar 
y quería cosernos los labios 
con silencio. 
Mi mamá le permitía imponer sus reglas 
pues creía que así nos educaba. 
Sembró buenos modales y temores 
en mi niñez poblada de fantasmas.   
Tenía una tienda  
de ropa para damas       
en cuyo almacén se hacinaban 
zapatillas desahuciadas 
y recuerdos, 
maniquíes sonrientes 
y vestidos hermosos 
que nunca lucieron 
las muchachas. 
Tía Pina 
amaba la perfección 
y el orden 
que no tenía su vida.
En aras de la belleza sugería 
que me arrancaran los colmillos. 
¡Qué horroroso! 
Le diré a tu mamá 
que te lleve con el dentista, 
Yo la odiaba 
con ese odio tan puro y tan ingenuo 
que uno posee a los 8 años. 
Mis hermanos mayores 
lograron quererla, 
a pesar de todo. 
Por fortuna 
crecí lejos de su mirada. 
Trabajó con frenesí 
para alejar la miseria y prometió nunca volver 
a sentir el hambre 
que le mordió la entraña 
cuando era niña. 
Trató de amar a un hombre 
y de ser amada 
mientras la lluvia 
que salpicaba la ventana 
la convertía en aquella niña 
solitaria. 
Se quebró la espalda 
subiendo escaleras   
pero la muerte 
no quiso acompañarla. 
Largas noches 
sufrió sobre su cama 
mientras la soledad 
la miraba con lástima. 
Mi tía Pina, 
enternecida por la edad, 
ahora es otra 
y su voz se desmorona 
mojada por el llanto 
al recordar la vida 
que no quiso vivir. 
Mi pobre Tía Pina, 
esa niña todavía desamparada, 
que al morir 
quisiera al menos 
cubrirse 
con las lágrimas 
de los pocos 
que la aman. 




Principio 

Nunca puse un barco de papel  
sobre la piel de un río. 
No colgué del viento 
un papalote. 
Vi pasar el tercer strike 
con el bat al hombro. 
Jamás pude jinetear 
una bicicleta. 
Lo mío fue la imaginación: 
las épicas batallas medievales, 
los duelos en el viejo Oeste, 
la ruidosa carcajada de los muertos. 
Hice un refugio en el tapanco 
y lo atrincheré con colchas, 
cartones y un gran muro 
de silencio. 
Las tardes más felices 
transcurrieron ahí, 
aislado del mundo, 
no pensado por nadie. 
Con la lengua mojaba mi dedo 
para hojear el Kalimán 
o Ben Hur ilustrado. 
Aquella isla me permitía 
estar a solas 
con ese desconocido 
que era yo mismo. 
Quería ser veterinario 
para sentir la húmeda 
ternura de los perros, 
comer chocolates 
hasta la saciedad 
y más allá, 
no ser el último en llegar 
en la carrera, 
no morir a los ocho años 
como mi hermano Juan, 
sólo eso. 
Pero esa eternidad 
era interrumpida 
por los gritos 
de mi madre. 
Escribí sobre el polvo 
que cubría la enciclopedia 
las primeras palabras 
que verdaderamente 
me pertenecieron. 
Nunca tuve nostalgia 
del porvenir 
ni quería ser feliz, 
sólo ser niño. 
Luego me apuraron a crecer 
mis profesores de Moral. 
Alguien me condenó 
por seguir siendo niño 
a los trece años 
y mi escondite se llenó 
de maniquíes mutilados 
que nunca perdieron 
la sonrisa. 
A veces tengo la certeza 
de que escribo, 
como un loco, 
a solas. 
Miro hacia atrás, 
y  me estremezco 
con mi única certeza: 
durante toda mi vida 
he tratado de ser fiel 
a los sueños 
de ese niño.






Palabras en sepia
Alfonso Orejel 
Instituto Sinaloense de Cultura,
Culiacán, 2010.

Premio Nacional de Literatura Gilberto Owen 2008

Por Francisco Meza


La evocación es ajuste de cuentas con los sucesos del pasado y, a su vez, reconstrucción de dicho tiempo. Palabras en sepia, libro de poemas de Alfonso Orejel, es precisamente un ajuste de cuentas con las figuras y los muertos de una infancia a la cual se le rinde una lealtad adulta, cocinada con el tiempo. Sin embargo, no estamos frente a la versión de un paraíso perdido, ni de un infierno soñado, aunque, es necesario decirlo, los recuerdos se fraguan entre lo edénico y lo infernal. Estamos frente a una escritura que con su fuerza y honestidad, limpia, escampa en el cementerio familiar para dejar en las lápidas, a razón de la fuerza de la voz, los epitafios que en su conjunto forman la versión de una temporada recuperada. La casa de Orejel, la casa en sepia, se encuentra llena de fantasmas, no sólo de los que han abandonado esta vida sino también los otros, es decir, lo niños que ya no lo son, los seres que el tiempo ha transformado en otros individuos.

¿Pero de qué manera construye su yo poético Orejel? Pongámonos un poco sesudos. Dentro de la enunciación poética existe el constructor de un yo quien es el que habla dentro del poema. Ese yo, llevará los poderes de la enunciación en su propio núcleo. En Palabras en sepia escuchamos la voz de un hombre que ve de frente al infante. Sin embargo, queda en claro que ese hombre es la consecuencia de la imaginación de aquel niño; tan es así que la puesta en escena de referencias de un época concreta: Kaliman, Ben Hur Ilustrado, Cisco Kid, Serrat, por mencionar algunas, son los indicios textuales de una primera educación sentimental. Dicha educación será una constante subterránea en los ya mencionados poderes del enunciador. Existen, a su vez, expresiones muy personales como apodos y modismos que nutrirán ese mundo recuperado a través de la palabra. No es propiamente una escritura conversacional sino una escritura confesional. Es como si Orejel hubiese enfrentado la página con la actitud de quien entra a un confesionario o se recuesta en un diván. 

Palabras en sepia es un libro de poemas con absoluta voluntad narrativa. Son poemas que cuentan historias y que, en su conjunto, forman un universo de correspondencias, reclamos, nostalgias y dolores. Pero a diferencia de su primer libro de poemas que estaba notoriamente influenciado por otras voces, en éste es evidente la búsqueda frontal por la cimentación de una voz propia.

Orejel practica su caligrafía en la ceniza. Su libro es censo y diálogo de fantasma; genera una atmosfera mortuoria, en él existe el reclamo como cuña permanente entre sus habitantes y la arquitectura de un mundo particular. Pero, ¿la muerte es el tema principal en Palabras en sepia? A manera de oxímoron puedo asegurar que es la presencia más viva. Sin embargo, con temor a equivocarme, considero que el dolor de la ausencia, como las ausencias presentes en Rulfo, sería la vena emocional con mayor presencia. Lo que sí me resulta totalmente claro es que la excursión, el viaje a adentro es entre tumbas. Infancia es destino, reza un refrán, quizá sería más puntual decir: infancia es presente. Este libro es precisamente el itinerario del infante por los abatimientos de la parca, una hoz constante va apuntalando la serie de poemas. Pero aún en sus mayores momentos litúrgicos, Orejel recuerda, a razón de la carcajada de un espectro, que esta vida vale la pena vivirla. 

Vale mencionar, discursivamente hablando, que de pronto el verso de Orejel tiende a hacer consecuencia de una suerte de fragmentación de la prosa. Sobre todo al momento de la descripción; por ello me atrevo a pensar que la utilización de la rima sirve para darle cohesión musical a sus poemas. De pronto, dicha rima funciona como un murmullo. Un acierto es cuando Orejel más allá de describir los paisajes domésticos, e incluso urbanos, tiende a la descripción de los rostros de ese álbum de estirpe, es decir, a los gestos, a las miradas, al tic del rencor o a los movimientos de la tristeza en una espalda que se inclina. Allí es donde lo descriptivo encuentra su mayor profundidad, su mayor singularidad para esos seres que pueblan estas páginas.

Desde mi lectura, no estamos frente al canto de un sepulturero sino frente al de un hombre que voltea a sus tumbas y decide los epitafios que no les han sido concedidos, frente al canto del infante que se dice, cuando está sólo y nadie lo ve, “Aún siendo polvo,  sueña”.


***

Hasta ahí podría haber llegado la efímera vida de Palabras en sepia, volumen en el que aparecen poemas como el de “Certeza”, que en su inicio menciona: 

“Certeza”

“No debí volver a esta casa.
Demasiadas cosas me interrogan:
las grietas en la pared
que pronuncian mi nombre,
el silencio que enloqueció
al quedarse solo tantos años,
las ventanas que no albergan 
ya más nubes ni pájaros.
Aquí está el cuaderno
de poemas balbuceantes
que no me atreví a romper,
la gran camisa de papá
que usé como una bandera,
el pañuelo todavía húmedo
donde mi madre lloró
su dolor hace cuarenta años.
No debí volver. Es demasiado
el peso de estos recuerdos”. 



Para el caso de Orejel y su libro, ese “mundo histórico cerrado” y ese “hombre” es el de su familia, y más que su familia, los muertos que ha habido en ella, y el propio poeta que enfrenta su ausencia y sus recuerdos: 



“Miro un retrato de Lucina 
sonriéndole al futuro
que le sería amargo,
a Juan, inmaculado,
en su traje de Primera Comunión, 
a mi abuela Gueya que no cabe
en la vida ni en la muerte,
a Alicia que volvió
para abrazar a nuestra madre, 
a Lola deshojando
sus miradas hacia el sur
por el hombre que nunca regresó.
Descubro en un cajón el espejo
donde mi madre se asomaba
y se miraba aún hermosa,
el carmín que usó Virginia
para colorear sus primeros besos,
el ángel astillado de la sala
que milagrosamente 
se sostiene en un pie, 
las revistas prohibidas 
que enterré bajo el colchón
y todo de algún modo
se comporta
como mi camisa de niño 
que desde el tendedero,
levanta la manga
y me dice adiós”.


[Por Enrique Aguilar R.]




Archivo muerto: Ciudad en medio de la noche

Por: Alfonso Orejel

Con la cabeza sumergida en otro mundo este hombre camina sobre el filo de la acera, mientras sus pasos desfilan ante su mirada reflexiva. Las manos, duras y pobladas de venas a punto de reventar, se balancean por los costados. Respira sin pausas arrojando sorbos de aire caliente. Lo persigue una sombra sigilosa Cisco 646-230 que por momentos se le unta al cuerpo. La camisa, a cuadros, cubre un par de hombros huesudos y elevados que amenazan con romperla, y se le ciñe con el sudor a las vértebras centrales de la espalda. El pantalón cada vez más pálido, hace sonar la mezclilla. Sus zapatos lustrados pero cubiertos de polvo repiten su golpeteo sobre el asfalto hasta detenerlo en una esquina. 

Sus manos parecen reparar en algo, con ansiedad esculcan los bolsillos y se deslizan angustiadas hacia las bolsas abiertas de la camisa. Cuando los dedos sacan el cigarrillo de la caja la angustia vuelve a su sitio. Sin despegar los ojos de la calle profunda e interminable raspa un cerillo. Lo enciende. Sus pulmones despiden el humo con gran placer. Mira hacia ambos lados. Vacila antes de continuar. La pared registra voces diversas: únete a la gente pep función magna los rudos villanos vs somos pocos pero locos lienzo char o mingo 7 de j líticos libertad su auto no funciona 

La mirada amarilla de un camión se acerca tornándose insoportable. Las llantas rebotan en los baches y el eje emite un gemido lastimoso. Desde el interior de una ventana alguien lo observa detenidamente. El camión solitario se desvanece en la penumbra. El silencio desespera.

Vuelve a exhalar uniendo los labios hacia arriba. El copete, inmóvil por la brillantina, exhibe una frente rasgada por una cicatriz que sutura el pómulo derecho y desaparece entre los vellos de la barba. Con las uñas rastrea la nuca y emprende de nuevo la marcha. A veces su figura se esfuma en la oscuridad y resurge más adelante. Los postes apagados se elevan como imponentes árboles muertos. El cielo –bajo y cerrado- no da señales de vida. Absorto, avanza, sin percatarse de la presencia de los pájaros negros que picotean su cráneo. Su duro rostro estalla en una sonrisa dolorosa. Mira el suelo y descarga un seco puntapié sobre una lata de cerveza. El eco se pierde en la humedad de las calles.

Apura el paso, dobla la esquina… una palabra lo detiene: “-Presta un tabaco, carnal”. La frase es directa. Sorprendido, intenta negarse pero las piernas no obedecen. Baja un poco los párpados haciendo un alarde fingido de seguridad. Le extiende una colilla aún viva y, por un instante, desea hundírsela en la cara. Gira hacia atrás para despejar aquella idea y eludir aquel rostro repugnante. No termina aún de pensarlo sale cuando escucha la voz amenazando:- ¿Por qué tanta prisa?...”. El aliento hediondo y espeso forma una nube entre ambos. Es la bocanada que derrama y le endurece el gesto. Sus ojos recelosos se mueven hacia los costados. La respiración disminuye. El tipo habla con sinceridad: “- ¡La feria, la feria, hijo de la chingada!”. Sus nervios se estiran. Flotan las palabras todavía en la atmósfera, cuando siente que algo lo estremece. Se percata, efectivamente, de que el arma está empuñada y dispuesta a ir hasta donde su dueño la conduzca. Toda su atención está ahora en sus costillas. Da un paso atrás para evitar el contacto pero la pared se lo impide. Todo ha sucedido de un modo tan repentino que parece irreal.

No habla, espera, y alcanza a escuchar como late cada segundo. Tal vez el peligro lo elimine un parpadeo. ¿No estamos permanentemente soñando? Se atreve a cerrar los ojos procurando borrar aquella imagen y el temor que lo asaltan. Sabe que al momento de parpadear la daga podría enterrarse en su abdomen.Los perros ladran a lo lejos. La luna ilumina la noche. De los botes de basura se descuelgan huesos de pescado, latas oxidadas, residuos de cartón. Baja el mentón y advierte que la daga ha desaparecido. Levanta la barba y escucha al viento silbando en los resquicios de las puertas. Aturdido empieza a deslizar los pies sin darse cuenta. Los arrastra penosamente, se tambalea, avanza un poco más y cae de bruces sobre su propia sangre

Este relato apareció en la revista Manchas de tinta. Núm. 1 Segunda época. Junio 1987. Cisco 650-177 Los Mochis, Sianloa.







CARLOS ROJAS CAMACHO [17.243] Poeta de Perú

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Carlos Enrique Rojas Camacho

Carlos Enrique Rojas Camacho (Lima, 1992) le hubiese gustado no nacer en Lima. Lee a Marx y se disfraza de él durante las navidades para devolver al Pueblo lo que le pertenece a él. Tiene una voz madura y concisa. 





PARQUE NOCTURNO

deberías tomar
alguna avenida
caminar como nunca
hasta gastar las suelas de tus zapatos
correr si tienes miedo
no hay nada de malo
en observar las nubes hacer sombra
sobre el suelo
en disfrutar la garúa
en fumar un cigarrillo

una cajetilla es demasiado tiempo

si toda la música
fuera sólo bocinazos
y derrapes
no se podría vivir

de nuevo otra cajetilla
y su tiempo

mañana iré a un parque
donde solía
guarecerme bajo un árbol
solo
náufrago citadino
no habrán cajetillas
un rayo de sol calentará mi cabeza




AL PRINCIPIO TENÍA MIEDO

luego me dejé llevar
como en bicicleta supongo
como en todo
‘fue tan bonito estar drogado en la madrugada’
y tener un amigo, sí
mi amigo era la universidad
washedout
luego, cuando veíamos la vía láctea desde la puerta de un ascensor,
me hizo falta la soledad
era un hueco donde metía el dedo
justo como un hisopo
en un oído con cerilla u otros cuerpos
mis orejas se quedaron en el 5to piso
de donde bajábamos
luego tuve que subir a recoger mis pertenencias
habían estado hablando de mi
y los odié
y los amé, que da lo mismo
mi carta de renuncia está firmada con semen
mi jefe ama morder su bolígrafo
le facilité el trabajo y dejé abiertas las ventanas
quise hubiera una barra para retirarme como un bombero
en su ausencia, en medio del fuego
me fui caminando bajo
como un caracol tarareando…





1

qué pasó
pequeña
veo tu fuego alumbrar
tras las cortinas me parece que fuera la tarde
o que ha llegado el juicio final
es decir: mirada de estrella, paso de cometa
sobre que está pensando tu padre celeste
tu madre centella
adónde has venido
te irás a apagar?
los peatones no suelen ser tan discretos
salvo cuando los pájaros vuelan a casa
o buscan en las miserias para sustentarse
ese es el porqué de tanto silencio
el tráfico construye su argumento de la misma manera
este tiempo se ha gastado murmurando





Asaltemos un banco

querida
que no es lo mismo
a pasar la tarde bajo el sol
destrozándonos los ojos
yo leo a Eielson
o digo tu nombre
en forma de Haiku
mientras otros pregonan
que huímos de la tarde
porque es peligroso tenerse
al sol
un respeto mutuo
los ojos enrojecen
de 5 a 6
no entiendo nada de esto
y siento que tú tampoco
por eso debemos
asaltar un banco
quiero el tomo
con pasta de cuero y grabados
aunque por el momento
me conforme con tu cuello.





8

Muy a propósito de los viajes
De la luz
O de los hombres
Dijiste que todo cuanto viene a nuestros ojos
No es más
La hoja se movió, la estrella se apagó
Todo fue
Cuánto durará este fuego
Este camino
Esta roca inamovible
El sueño se agota
Y no hay más hilación en la vida que en él
Pues esto que gozo el día de hoy
Será despojos mañana
También luz
Bruma o alimento
O vida
Máquina sencilla
Sin adorno ni lustre
Que se diga esto cuando pase
El cuerpo:
Bajo los árboles todavía cantan las gentes
Buscando primaveras.




SARTRE
TIMONEL

- ¿A dónde vamos, hijo?
- Hacia la vida, siempre,
hacia la muerte, nunca.
La noche ya cerraba
sobre los corazones
y me pregunté ansioso:
- ¿A dónde vamos, hijo?
- Hacia la vida, siempre,
hacia la muerte, nunca.
Adilio Gutiérrez


Cumple,
afirma tu palabra con tu acción,
di mañana y que mañana sea el día que pensaste,
no te inmutes, no satanices, no te auto proclames,
antes reúne y escucha,
porque el tiempo es tan pobre como la carne y
los años devoran a los solitarios.
Practica-estudia-practica,
en todo momento tenemos noticias de lo externo,
a través de nuestros sentidos
pero pon atención e identifica lo que sucede;
transforma y no destruyas
porque eso ahí estuvo antes que tú,
y sabes que tu voluntad puede volverse tu tumba,
es decir, la de tu especie.
Renuncia a las religiones pues ellas solo te dicen
que calles las preguntas.
Dirígete al resto como a ti mismo, pues tú mismo
eres de los otros.
Y recuerda que cuando los oprimidos dan la
vuelta a su conciencia, las cosas se arreglan no
justamente de las forma más afable, porque la
ira es honda y la fuerza de la comunión infinita.
Sé que estás angustiado, que te invade la incertidumbre
de cara al futuro,
el vértigo es inevitable,
no desmayes,
no caigas
en la propaganda que corroe tu humanidad.Aquí
estoy, aquí estamos,
para ayudarte, para que nos ayudes.




***



fantasma que recorre
la madrugada
mítica imagen
dulce, embriagadora
colmada de penas simples

o cariño
oyes la música sobre los tejados?
acaso te arrepientes de los pasos dados
sobre el precipicio?
no es tiempo para un cambio de rumbo?
pero permíteme esta pieza
antes que la luz
vulnere el paisaje
antes que abramos los ojos
como flores salvajes
hace frío
son las cinco
las seis, siete
el sol ya no hace su trabajo
ni lo hará nunca.




EDUARDO PUCHO [17.244] Poeta de Perú

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Eduardo Pucho

Eduardo Felix Pucho Verdura (Lima, Perú 1971) Escritor, Actor, Pintor, Antropólogo, Músico, Traductor, Astrofísico y Vidente. Ha escrito cientos de miles de millones de poemas en papeles, en papelitos que no los vería nadie hasta el día de la ascención final, y esos papelitos se han convertido en grandes libros con tirajes mínimos que nadie ha podido encontrar hasta ahora. Ganó con su primer libro publicado Nargova & Zorgona el premio José Watanabe.

soy un pedazo de cemento de un edificio destruido por un terremoto

Eduardo Pucho es la vida no reconocida de la generación de los 90s. Es una especie de Saicos que espera que lo descubras mientras escuchas Demoler, Demoler y sientes como las hormigas te suben por la espalda para convertirse en tus nuevas compañeras de vida. Le gusta el gato Pusheen. Leamos su poema Río Hudson mientras miramos el río Rímac.



Río Hudson

extraño tardo se posa sobre este lado
del puente
cigarro inacabado que fumo
muchacha que paga todas sus deudas
ideario del ángel entregado a estos menesteres
hombre trepado a lo alto del monte inhóspito
observa que lo único limpio es lo nuevo
lo único nuevo es lo limpio
curador traficante del sentido
yace en la puerta sostenido un muchacho
que parece ya se ha ido / no sé a dónde
hace frío y la noche también se  hace
mis zapatos grandes que ya no hablan
mochila que nunca dejo
todos salen alguna vez deste infierno
clínica de tus afectos


*

Río Hudson quieto
por qué esperas
el downtown quieto que se va
la montaña más ensimismada
que se queda
el camino hecho cada vez más camino
que no encuentro y que no busco
tren de sombras
all things must pass
desierto del gran viento
escancia la tristeza


*

Río Hudson
reapareces
en esta ribera izquierda del abismo
abrazo esta hora no pactada
te escucho hablar
nada puedo decir
sólo caer en este marasmo que sueño
emocional que evade
si pudiera río Hudson
saltando tres ahogaría estas plantas
frío que llega transverso de la ribera
respiración de tu cauce
Hudson atisba
este puente sin luciérnagas en Baltimore
frontera del bar
palabra ya sin la muchacha que tanto he amado
canto palicorde desta soledad
ya no quiero hablar
ojo atar esta lengua
perdida como última cena
Hudson testimonio último queda en este papel


*

sales tú
en un sueño
rompes el muro
de frescos
chacchas el adobe y la quincha
dejas quieto
a los petroglifos
ya no me amas
tus ojos me ven en el espejo
y aunque yo tengo tantos
no puedo ver más allá
porque estoy ensimismado
en la cantidad
tu miras serena
el horizonte
ciego yo
lo que va a venir
no hacer /
tu piel oculta en anís y manzanilla


*


sensación terca y torcida del vacío
de esta nada con disfrute soso
seco el silencio
parca la palabra
en un-no-siempre
todo el tiempo es hoy
papel pastilla para la tarde
cadillo
oscuridad aplastante
no siempre la palabra entra en la palabra
tedio
un caballo afortunado
mal domado por cierto
que deja entre papeles escapar el amor
discreto en su caminar y orinar
hasta que el ojo lo juzga
quién es este bulto que yace sobre mi
cama


*


sueño como segunda realidad
la realidad como segundo sueño / entonces
alterno de consciencia para volverme real
consciente deseo de lo no-real
olvidarse del origen
de la casa
del suceso de la partida
del te veo cuando me veas
del por lo que veo
que tu inacabado amor
es un perfecto creador
de monstruos como yo
del amar todo lo que me destruye
de destruir todo lo que me cura





Salbutamol

Gracias
Por ti he podido vivir estos años
Me quedé sentado y quieto
Mamá ya no dijo que era un perro
ni mi padre fue más a mi casa a poner
periódicos sobre mí
como si fuese un cadáver
ni mi hermano mayor me amarraría más al árbol
de la casa
y me bañaría en alguna helada agua
cuando mis padres se fueran a las 7 de la mañana.

Cuando no te conocía
conocí a una muchacha
que hablaba como los gatos
vivía en los árboles
y hacía entelequia en el mullido maullido
hasta que un día ella me frotó contra el
kerosene
pensé que me quería incendiar
y dije qué
y me alejé de ella y de todos

Alguna vez quise ser como mis amiguitos
malditos drogadictos
poetas malditos
morirme a los 27 como algún iconoclasta
por ahí
todos se murieron poco a poco
al final solo me quede contigo
quedándome sentado y quieto
como dijo la profesora
sin salir al recreo
odiando a mis eventuales amiguitos
que comían de todo
rechazando a cualquiera antes de que éste
me rechazase
a mí
porque después sería como el zorrito
llorando por el principito que se iría luego de
haberme domesticado
-Deja tu miserable cáscara en tierra para poder
adorarladecían
que esta especie de tristeza
se curaría algún día
pero ellos me mintieron

todos en su verborrea parsimonaria
inclusive los doctores
hasta ese que me dijo “naciste maricón
morirás maricón”
claro que se refería a que si había nacido
con este ‘algo’ en el cuerpo viviría
con ese ‘algo este’ hasta morir
Oxigeno faltaba en su cerebro joven
por eso la pereza
por eso la tristeza
me dijo la señora de la coca
rebelado contra el destino anduve
haciendo de todo hasta lo que no debía
negando todo lo que me habían dicho
no cruces la pista en bicicleta a toda prisa y sin
mirar a los lados
me dijo la última chica que se mató
dicen que por mí
Mentira
tomó demasiados anti sicóticos
ahora todas las noches antes de acostarme
y de persignarme 3 veces
como vieja beata y de pedir por ustedes
me aplico tres veces esta maravilla
ya no son los alprazolam/ fluoxetinas
teroleim’s/ dorvan 25
nervocanes/ dilocaínas psicotrópicas
ningunadicloxacilina/ ni dipironas
menos efedrinas febriles

Tú tan solo que me dejas respirar
un rato para dormir
un rato para soñar
un rato para amar
escribir otro rato

aunque he visto que a la larga el galgo a la
liebre alcanza
he sonreído un rato queriendo romper la chapa
de la puerta para
recoger algunas cosas que olvide leer
que en las letras pequeñas decía
‘taquicardías, cardiopatías,
fatiga,
males coronarios’ etc
está bien seré la liebre está bien
pero este puto galgo quedará muy lejos todavía
gracias san judas por el milagro concedido
y por haber conseguido tres soles más
para este bendito / salbutamol.






Ensayo

Quieto estoy / en el aquí y en el ahora
pensando que debo terminar este ensayo
divagando estoy / entre un eco que viene y que va
y el sofá virtuoso de la calle
silencio en el tiempo / desorden natural
no había que plantearse la realidad en términos metódicos
el elogio del desorden es asuficiente
qué palabras hay entre el ‘ya fue y ya fuiste’
ella se peinaba y se volvía a despeinar
vaguedad consciente – diferencia alguna
caos de bolsillo – canción secreta
para mí era más fácil el ser / que el pensar / sin embargo
el animal estaba herido – crucigrama poético
té jazmín y viaje a ninguna parte
demasiado tarde para el golfo
buscando cosas inmateriales en cosas materiales
abstraído en el vacío conducente / qué puede reclamar un golfo
sumergido en abstracciones inocuas / a una golfa
sin lugar ni tiempo
yendo o viniendo de ninguna parte – sin ritual o tiempo
su vocación lo aleja inexorablemente de su destino
me dijo la doctora
‘padre, si tu vida es difícil te puedes ir a vivir en el papel
y personaje serás y en el libro habitarás’ me dijo mi hija
este hijo prodigo que vuelve a las fauces del sonido
sonido irracional de la palabra
quieta
lo poético que no llega
error de cálculo marcado por la costumbre
atrapado en el espacio interior ando
y me doy cuenta que no puedo escribir de ti
tu carro ya se fue
la bondad no da para comer
dejé la música por sordera
señor de la noche ya no soy
ni arrepentido de nada
ni culpable de algo
abnegado a veces quizá
veo tu foto, repaso tu llegada
drogas verbales
cuando te conocí cruzabas el aeropuerto de aquella zona de la
universidad / donde el educando abre sus alas a los psicotrópicos
había sido invitado a un recital, leí me miraste, luego al final
entraste al baño de hombres, me pediste mi correo, nos escribimos
y en similar ritual lo hiciste ‘N’ veces con cualquier poeta maldito
yo sólo era un poetastre por aquel entonces / hasta que gané eso
y me fuiste / a buscar, a ver
luego me fui a mochilear y un día apareciste en medio de la nada
sin nada, sólo una bolsita y tu risa
otra risa dividida en el humo y las cucharitas de dosis reservadas
ibas y venias
en honor a la verdad debo decir
que lo único que adoré de ti fue el estupendo perro que tenías
un original callejero / empachado del amanecer
errante consciente de su estado y gracia
un día lo mataron y ya no reíste tanto
tu carro ya se fue
el té jazmín reina en lo inoperante de mi soledad
amo este sofá que no tengo /
ceniza en cruz
amo este caos de bolsillo que habita en mí
demasiado tarde creo, ya se acaba la página no llego a ensayar
nada, supongo que eso será / el ya fuiste o el ya fue

mujer, duérmete.                                                Piter Pan.




***



aquí estoy luna
parado a la hora de la melodía del gato
mirando el cielo rascándose los zapatos
sobre este planeta sobre esta tierra
duermen los gentiles y despiertan los inexpertos hablantes
vestidos estamos deshonestamente mirando al cielo o nos
pintamos un cielo al cual acudir a verte
verte bailar en la noche abierta bocarriba desierta de
palabras / y llego a casa / a alguna casa
y repito la contemplación de hoy
la luna parece aparearse con el lado sur de la casa
de esta casa de alguna casa
salta por los postes / danza de arriba hacia abajo
entre el pentagrama de los cables de la calle
acordes llegan a mí / me acompañas luna en la melodía
solitaria e imagino cuantos como yo en el aquí y en el ahora
te miramos evitando el desfase vivencial en tus vocablos de
luna / canción de potenciales evocados
un gato cruza la calle vacía y te digo que ya no salgo del
personaje y guardas silencio
y te imagino en ella con sus palabritas de luna
luna en la laguna donde marchan los ancestros
alguna vez te regalamos y otras te compramos
y algunos te imaginaron en ella luna
que me acompañas ahora con tu silencio magistral
tendemos un hilo mágico parlante disidente y hablante
sacando tacitas de té sobre mantelito raído ella con sus
lentecitos oscuros que me dice si la quiero.
y yo no quiero más que a mis zapatos y a los gatos le
digo que te mire.
cielo en obras quiero perderme
echarme al olvido de tu luz  de luna.





Enajenación de la máscara

“Éste es un vano ejercicio de futilidad/ en la que no ha habido una sola mención del amor/ porque es imposible medirlo/ y sin medidas no puede haber ciencia”

durante un tiempo quise ser traductor

durante otro intérprete / con los años deduje que ninguna de esas
dos formas habitaría en mi camino / quizá una tercera: aprender
otra germanía / y aunque ello se aparecía improbable
ninguno de estos procesos me ha sido lógico y ninguno creo que
resuelto / porque yo era de un andar atropellado
y de gramática deductiva / de la pausa campestre pasaba
al silencio oblicuo / obligado a la certeza de lo errado
de una corpulenta carcajada pasar a un silencio pasmoso que caía
impertinente / de maciza mirada y dentro
llena la pereza por esa tristeza / atiborrado el vacío,
pidiendo oquedad / aficionado más a la ópera y a los panes en
forma de tortuga / ese era el impenitente frente a su espejo
que hacía varias voces y representaba personajes
perdido ya en alguna máscara de su máscara / engreído en su
enajenación / perdido por buscarse y en ese buscarse encontrarse
y en ese encontrarse odiarse y amarse y volverse a odiar
melosamente amado.

en cambio Ella era menuda / cabello negro ondeado al viento
sonrisa serena con dientes algo chuecos con cuerpo de tabla sin
nada atrás y caderas caídas / coronaban su tórax unas tetas
enormes y solventes a punto de reventar el pequeño brasier /
estas lácteas providencias miraban al este portentosas y
porcentualmente ajenas a su cuerpo. Pensaba yo que ella era como la
armónica / un instrumento pequeño y hermoso
brillante en la noche más hosca pasar de una melodía imperceptible
a un ronco blues y a un furioso acople
me miraba como diciéndome tradúceme por favor
intentaba aprender a tocarla pero tan sólo era
funesto aprendiz Y demás referencias criptográficas en algún
capítulo que perdí.

creaba desafinada melodía que encajaba en doblez psíquico
y no entendía su lenguaje / ella sólo necesitaba del aire
y de los espacios en blanco para pintar su casa
o de los elementos que ella convocaba.
creo que por eso cuando uno habla con ella
debe leer entre líneas su sonrisa e inducirse a la metáfora
porque con ella era del siempre jamás un mundo habitado en el
nunca y el quizá ella pernoctada y yo ya captado a las líneas del
sueño / es decir
adoctrinado en lo onírico
sin embargo si es el cuadro un tabaco y la soledad indescifrable
debemos quedarnos callados mirarla de tal forma que parezca que
todo lo entendemos que algo más aún sabemos / llegando a la gran
verdad
tampoco se separa lo que nunca se junta

luego de ello
El Dr. saca de su gaveta el boletín de mes Agosto 2010 de la
parroquia nuestra señora de la caridad, en Pueblo Libre y busca
en una de las secciones y lee así:
“aprovecha tu enfermedad para cambiar tu manera de vivir y,
descubrirás que ella, más allá del síntoma y el dolor, es una
oportunidad”
levanta la mirada, cambia de tono de voz y reza:
dos puntos

DIAGNOSTICO:

Tu vida es la suma del remanente de una ecuación desequilibrada,
inherente a la programación de la Matriz.
Eres la eventualidad de una anomalía que a pesar de mis más
sinceros esfuerzos y pastillas me han sido imposibles eliminar, de
lo que de otra manera sería una armonía de precisión matemática.
Aunque sigue siendo una carga asiduamente evitada no es
inesperada ni está más allá de ser controlada lo cual te trajo
inexorablemente aquí.
La negación es la más predecible de las respuestas humanas,
una afirmación contingente que apuntaba a crear un profundo
desapego del resto de tu especie. Facilitando así la función del
elegido.
Mientras los demás experimentaron eso de una manera muy general,
tu experiencia es mucho más específica. Es decir el amor.
Lo cual nos trae por fin al momento de la verdad, donde se
expresa la falla fundamental y se revela la anomalía tanto como
principio como final.

Cierra los ojos y observa:
Hay dos puertas. La que está a tu derecha te lleva a la fuente y a la
salvación, y la que está a tu izquierda te lleva de regreso a la
matriz y al final de tu especie.
Como bien has dicho antes, el problema es la selección.
Pero ya sabemos que es lo que harás no?
Ya puedo ver la reacción en cadena.
Los recursos químicos ocasionan la creación de una emoción
diseñada específicamente para aplastar la lógica y la razón.
Una emoción que ya te está cegando de la simple y obvia verdad:
esperanza. El más refinado engaño de los humanos. Fuente
simultanea de tu mayor poder y de tu mayor debilidad.

Querido Dr. por ello te respondo
ELIGE UNA vida / un empleo / Elige una carrera / Una familia /
Una TV inmensa / Elige lavarropas / Autos /
Y abrelatas eléctricos / Elige la buena salud y el colesterol
bajo / Elige las hipotecas a plazo fijo / Elige una primera casa /
Elige a tus amigos / Elige la ropa informal / Elige un traje de 3
piezas comprado en cuotas / elige preguntar quién eres un
domingo por la mañana.
Elige sentarte en el sofá o mirar programas ESTUPIDIZANTES
Mientras comes comida chatarra / Elige pudrirte en un hogar
miserable / Siendo una vergüenza para los malcriados que has
creado para reemplazarte / Elige tu futuro / Elige la vida / Por
qué querría eso? / Elijo no elegir / ELIJO la nada /
Elijo ser nada / Elijo otra cosa / Las razones / No las hay /
uno nunca tiene tantas posibilidades, como cuando se encuentra
extraviado.

Dr. si fuera tú, mi esperanza sería que no nos encontremos otra
vez.
Porque mientras más tengo más deseo y mientras más deseo menos
tengo. Está bien al final diré, estoy de acuerdo tienes razón.
El Dr. hace un carraspeo y me pide que deje de grabar nuestra
conversación
Luego la muchacha sale del cuadro me mira y responde: claro iré
a verte, sé que pronto sales mi nombre es Lucía tengo 17 años,
soltera y no busco pareja a veces me drogo pero
recién empiezo.

Concluyo que he recaído en la sensata idea que soy la familia
compuesta por uno solo donde mucho no es suficiente hay que
morir para poder vivir / desfallecer por abstinencia no hay fin
en ninguno de los extremos ni causa ni efecto Ud. / es su
perseguidor / comida de ese montón / así sobreviven los animales
como nosotros y aun así me pregunto por qué es tan ancho el
olvido / tan larga la soledad / endiosada nada esto de hablar
tanto de la nada convirtiéndola en algo / Y nosotros siempre
apostando por este último tramo / por personas perdidas buscando
no sabemos qué o a quién / No me importa el fuego cuando todo
esto me persigue / el extraviarse bajo estas circunstancias
representa una ventaja / saber que no hay ese camino a algo como a
casa / brinda        certeza.



GABRIELA PODESTÁ SÁNCHEZ [17.245] Poeta de Perú

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Gabriela Podestá Sánchez 

(Arequipa, Perú 1991).
Promesa de las nuevas letras peruanas. A temprana edad (16 años) alcanza el título de Poeta Precoz de Arequipa, felicitada y reconocida por la crítica regional y nacional. Su sorprendente genialidad decanta en la temática social, poética y mística de la realidad regional, nacional y global. Su obra se encuentra dentro de los estudios de la cátedra de Literatura Regional (UNSA). Se ubica dentro de estudios históricos de la década del 2000.

Obra Poética.

Convivencias y Dientes Rotos (2007). Poesía y Urbe (parir entre ácida lluvia) (2008). Sillar y otras Banderas (2010). Sed como males sociales (2011a). Espejos & Maniquíes (2011b). Dios Ingresó a mi hogar (2012a) [Co-autora]. Muro (2012a). Memoria de Cascajo (2012b). Avenida Urbana (2012c). La Guerra del Verso (2013). Prosa Cortada-Ambedue”, 2013.



NOTICIAS

Centro Histórico

Eso sí, tú eres esa loca
que a las cuatro de la madrugada trae la hora
punta
(recreo de infantes)

Una que otra manía sorprendía de ti
camino, punto, apuro
(una estructura de X en tu cuerpo)

Es un gusto ver cómo pierdes la conciencia
y me dejas volar entre tus manos

Tu cerebro era una cocina de resbalosas cáscaras
de plátanos
pecosos, sólo mías

En eso llegaron: tu madurez, tus ganas de vivir
la vida, tu responsabilidad

¿cuánto tiempo nos quedaba?
¿dos milésimas?

entonces te forrabas de ideas, jaulas
para encerrarte entre duchas hasta evaporarte
era la cita
…ahora, un bostezo y a dormir.





VERSO

Podría guardar en mí cada pieza
podría poner cajas en mis zapatos
podría contener el aire sobre los lápices

y luego ahogarme en ellos
como muñeca o punto

pero el cine del dolor
hincha mis venas de serpientes
que suben y bajan
y otra vez la vanguardia me calza

luego un útero
la voz como gato
y me pican las uñas en los tejados insolentes

así llegan los zumbidos
el aleteo de los partos y la guerra sobre el
blanco.





[Fragmento]

Hoy, desperté cuadrúpedo y arrugado. Todo me
hace pensar que soy reptil.

Desaparecer, desaparecer…; nada he soñado
contigo, aunque me has susurrado Champion.
Poco lo soy. Me doy cuenta que soy un marica. Sí,
mariquita.

Traigo un listón en los testículos de impotencia.
Pero es metáfora. Entonces me obsesiono más.
Cojo vuelo.

La hermana que tengo en el hemisferio izquierdo
viene abucheada. Ya le expliqué que el mun- do es para bestias salvajes. Pero, ella necia, ha
traído un monstruo consigo. Ahora este último,
también, habita acá.





La Guerra del Verso
Gabriela Podestá Sanchez
2013
Editorial Ambedue (Arequipa)

 

La Guerra del Verso es el último poemario de Gabriela Podestá, cuya prolífica carrera está sorprendentemente llena de títulos en pocos años, recordemos que Gabriela comenzó a publicar cuando solo tenía dieciséis  y que desde ese entonces lo ha hecho con algunos aciertos.

La Guerra del Verso aborda el uso de la poesía como un frente de batalla de cara a una sociedad poco humanizada, o pseudo- humanizada. Además es una larga oda al valor y la fuerza de la poesía ya sea como un arma contra el mundo o una herramienta de catarsis por la cual los dolores se derriten para convertirse en fuerza.

Ahora bien, si consideramos los riesgos formales que la autora ha tomado desde sus inicios      ( Muro, su poemario de 2012, fue un análisis del espíritu joven alienado en las páginas de facebook) este volumen no escapa de esa postura, aunque lamentablemente solo con algunos contados brillos. Creo que a pesar de tener una autora con una fuerza de voz potente, que generalmente (no en todos los casos) logra armar imágenes igual de fuertes, que por cierto se adhieren más a una retórica neo-surrealista de lección rimbaudariana “contra el mundo” que a la retórica de contar cosas, esta se deshace durante el manejo de grandes estructuras. Haciendo una breve analogía con la música, Podestá es más una poeta de “singles” que de “álbumes”. Puede el lector tomar un poema del conjunto , de los logrados que son alrededor de 14 de los 27 poemas enumerados y sin título, (uno solo) leerlo y encontrarlo redondo.


De  prontos entre las aldeas
Vale buscarte entre mitos
A hurtadillas
Sorteando inquietudes
Tratando de soldar el mundo
Que quisiera que vivieras

 
Poemas pequeños como haikus en un estilo contundente y en algunos casos irónicos. Cuando Podestá conjuga estos elementos logra los mejores momentos del poemario, aunque como ya lo he mencionado, es más placentera la lectura de los poemas por separado, a diferencia de la lectura del poemario de corrido que resulta por momentos monótona y muy previsible.

La Guerra del Verso, a pesar de tener aciertos formales y una voz fuerte que indague en los límites del mundo de los Otros y el mundo que abre el verso, no acaba nunca por cuajar. El lector no siente una explosión a pesar de estar aparentemente frente a un cubículo de dinamita. Lo cual es raro y explico por una falla en la estructuración general del poemario. De ningún modo pienso que Podestá sea una poeta descartable y prueba de eso son los versos del poema 22

 

         Decido seguir más allá de las orillas
         Del invierno que los dioses
         De la ciencia que traga y concede

         Me arranco del presente
         Y de las grandes explosiones

 
Esta yuxtaposición de imágenes logra una densidad y una retórica alejada del cánon con singular brillo. A diferencia de poemas de puro ingenio que pululan entre las partes destacables del poemario


          Hoy después
          De la bruma
          No sonreíste

 

En este caso el sentido del poema es más plano y las imágenes son totalmente flojas y poco efectivas.

Gabriela Podestá es sin duda poseedora de una voz potente y una capacidad en crecimiento, cuando las luces se encienden frente al papel donde escribe salen chispazos de una futura poeta que nos sorprendería. Pero cuando no; patina. Y se rompen piernas al caer. Creo que las estructuras que maneja o propone a la hora de escribir deberían ser revisadas con mayor lentitud y autocrítica. Para este momento, y especialmente para los años venideros, la promesa de la poesía joven, como los editores la presentan, no debe conformarse con poemarios cumplidores, y debe dar el gran salto dándonos un poemario logrado totalmente, no solo a medias. Al menos sus movimientos estéticos no se concentran en el armazón de la lección inglesa que traga la movida limeña, sin embargo, de seguir dándonos poemarios como el presente la gran promesa de la poesía arquipeña podría empañarse para siempre en una inesperada decepción.

 







MÓNICA ROSENBLUM [17.246] Poeta de Argentina

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Mónica Rosenblum 

(1960, Argentina)
Es psicoterapeuta y consteladora familiar. En poesía, publicó Ultima Piedra (Editorial Tierra Firme, 2002), Umbral (Pájarosló Editora, 2008) y Verde va con fucsia (2012).Textos suyos fueron publicados por: Zapatos Rojos, Color Pastel, Poesía Manuscrita; Poesía en el Subte, Revista Feminaria, Revista ADAMAR (España), Diario La Jornada (México), Revista Plebella (2009); y en diversas antologías independientes . Su poema Hexafluoruro de Uranio fue musicalizado por Cecilia Gauna para el CD Non-Stop. A partir de diciembre de 2008 forma parte del grupo de poesía ENJAMBRE.





no digo lo que quisiera
no hago lo que siento
digo ok, siento vení
es esperar los tiempos
es el puto orgullo
es saber que es propicio cruzar las grandes aguas
es dudar si es propicio
es plantar la semilla
y no estar indagándola a cada rato

el juego de la indiferencia
es escalar la montaña más empinada
y resbalar cada tanto para ver
si seguimos jugando
y decir
sí, ok, chau, ah, qué tal, che



*



al pan con manteca
al aire acondicionado
a frenar las gracias
si no estoy agradecida
a preguntar eso
que me muero de ganas
al café con leche
a ser un monosílabo cuando me levanto
a pasarte a buscar porque sí
a las sorpresas
a confiar porque sí
a dejar que sea
a saltear hojas de un libro
a empezar por el final
a deshacer un programa
a que el programa sea nada
a decir me aburro
a intentarlo otro día
a intentarlo menos
a comer por colores
a ver amanecer
a ver anochecer
a quedarme en casa
aunque el día esté lindo
a decir pavadas
a leer pavadas
a inventar pavadas
a disfrutar las pavadas
a reir hasta que duelen
los cachetes
la panza
a estar tentada
a olvidar
a romper papeles
a romper distancias
a abrir la puerta
a saber que fue necesario
perder las llaves
perder la agenda
a decir me lo hacés vos
a desafinar más
que la vecina
y cantar fuerte igual
a bailar sola
a bailar con vos
a sostener mi extremo
del hilo
de nuestra mirada
un sostén firme
y a la vez flojo
que hace su parte




*



a veces es propicio
cruzar las grandes aguas
y entrar en el juego
de la diferencia
fui tan lejos
a buscar la contraseña
probé palabras,
fechas
datos
números
di vuelta nuestros nombres
nuestros apodos
nuestros susurros
tomé mi sombra
por los tobillos
sacudiéndola
me fijé en el dorso
de nuestras miradas
di vuelta los bolsillos
del camino viejo
busqué en los predicados
en la mejilla del beso
y en la otra
desanduve secuencias
busqué en los zócalos
en el perímetro del laberinto
revolví las bisagras
de la distancia
me di vuelta
hice search
en las profundidades
desatornillé alcantarillas
di tantas vueltas
buscando la clave
la palabra mágica
que abra
cadabra
el password
que destrabe
la montaña de hielo
y sólo en la quietud
en el silencio de todos los oráculos
en el off de todas las imágenes
me fue revelada:
la contraseña es sí



*



alguien dijo que todas las grandes cosas
han sido precedidas por un gran silencio

en el patio de mi casa
trina un pajarito
grita
se escucha el ruido de los autos

cierro los ojos

excluyo

los pasos apurados
de los que llevan
a sus hijos al colegio
y les cargan
piadosos
las mochilas como piedras

los pasos aferrados
de los que tuvieron
la mejor de las noches

los pasos azorados
de los que llevan
la pesadilla
estrellada en la cara

mis propios pasos
excluyo

mis ideas caen
a dónde?
caen de regreso?
caen de cansadas?

vuelven al gran sol central
transmutadas?

el aire entra y sale en mí
a mí, de mí, para mí

el silencio entra en ritmo

es esto lo que precedía?

mis latidos?

acaso es poco grande?



*


wu wei
el sabio practica
el no-hacer
y así todo se arregla
Tao Te King


no es que tenga algo sórdido la alegría
es que hay que ir pelando capas
lo solemne, lo formal, lo lógico, lo
que corresponde
y ahí, en lo inesperado
el regalo del no hacer
sentarme en la mecedora
y saber que todo se hace
se va delineando
cuando yo ya no hago
cuando sueño
cuando dejo de invocar
cuando aflojo todos los hilos
cuando canto una nueva canción
cuando se me canta
sin saber el principio
sólo una estrofa
ésa que me da alegría


primero de enero de dos mil

nadie pierde su historia, a lo sumo la lleva en la sien, 
alojada dentro de una bala. Susana Silvestre


hay que dragar
este siglo nuevo
hacerle tajos
para que drene

hay que extirparle
los manifiestos
la sintaxis
de los desgarros
intervenirlo
en los silencios
en el desvío
de las miradas

ah, cuando emerjan
las canciones rotas
los juguetes huérfanos
las burbujeantes
buenas razones
la furia muda
de todas las casas
con sus manteles
azorados
y sus fotos
desoladas
sin las sonrisas
sin los abrazos
los vestiditos
interrumpidos


once de septiembre de dos mil uno

mi nena no sabe
qué ponerse
para la fiesta
ni su ropa
ni la mía
logran hospedarla

¿cómo apaciguar
la tiranía
de sus espejos?

y de pronto
el hilo de nuestra mirada
se estrella contra el televisor
porque la gente
se tira de las torres
y la fiesta
se arruga sobre la cama

y todavía envueltas
en el humo
y con los colores
a punto de extinguirse
su mirada me devuelve la voz
una voz que ahora dice que sí:

que verde va con fucsia.


EL CASO PERALTA O POR HACHE Y POR BÉ. MÓNICA ROSENBLUM

Los protagonistas del libro son justamente letras – h y b- que se desdoblan en la oralidad, dan cuenta de una distinción esquizofrénica, esa operación esquizo que produce sentido en todas direcciones, ya sin raíz. De una letra podemos partir todas las diferencias en nuestra cultura (¿cromosoma xx o xy?). De tal menudencia puede depender el destino del pensamiento, y desde ya, la literatura (Nathaniel Hawthorne también escribió una novela en torno al sentido de una letra).

A esta altura es claro que uno de los conflictos de este libro es, no solo la dialéctica entre lengua y habla, o entre escritura y oralidad, ni siquiera el lenguaje en sí, sino sobre todo ello: la posibilidad de un código, cualquier código, en la babel rota, pegoteada, que heredamos.

Es que código es no solo lenguaje y su operatoria comunicacional. El código implica una ética, una posibilidad del comportamiento. El código, hecho también de otro código, debe definirse cada vez que se presenta. Esto es, debe redefinirse para poder representarse. El resultado de esto es volver todo código a su zona de indefinición, de temblor constante, una zona en la que cada cosa debe ser redefinida en el mismísimo temblor que invade, como un llanto. Así se redefine el llanto también.

“hache lloró. mucho. llorar mucho también es llorar sin lágrimas sin ruido y sin palabras. y
mucho tiempo.”

La escritura es entonces un espacio, no de fijación, sino de interpretación. A cada suceso, la escritura propone una definición que intenta adecuarse a la situación, y no al revés, una situación que se adecúe al lenguaje que la cubre. Quién sabe si en otra ocasión, los sentidos se mantendrán iguales. Si en la fábula (ese habla fabulosa) de cada interacción solo podemos reaccionar temblando, en el espacio de la literatura (ese habla escrita) se da lugar a la interpretación anotada.

En principio – pues veremos que hay algunos más – se plantean dos planos gráficos que dividen el espacio de la hoja literaria entre arriba y abajo, con las connotaciones que eso puede acarrear.
En la superficie, aquello que pasa por arriba, transcurre una historia, una fábula, cuya protagonista es hache. Por debajo, se la interpreta, a través de notas al pie.

Entramos en una nueva coctelera de vacilación ¿Cómo se lee este texto? ¿Acaso primero todo lo de arriba y luego con las notas? ¿Es posible leerlo sin las notas? ¿Es el mismo texto?

Saber es otro de los temas de este libro. Si creíamos que sabíamos cómo se lee un libro, la primera negación está al comienzo. Saber no nos sirve de nada. Cada vez que vamos a leer, debemos someter la vacilación a una interpretación posible, y desde allí, avanzar.

Si el recuerdo va y viene como el olor a sopa, dice Rosenblum, el pensamiento entonces es lo único que nos lleva y nos trae. Es esa lógica- la del abrir y cerrar de ojos de las fábulas – la que nos ayudará a conectar en este texto una cosa con la otra.

Fragmento del prólogo de Romina Freschi.


durante mucho tiempo fueron juntos por el mismo camino. a veces juntosjuntos y a veces juntos cada uno. no es que estuvieran pegados como, por ejemplo, tenemos pegados los brazos al cuerpo. no era así. les gustaba aquel camino y les gustaba transitarlo juntos.

a veces hache iba más rápido y bé se quedaba haciendo alguna otra cosa y luego alcanzaba a hache y a veces vice-versa. cuando no se veían por un rato y luego se encontraban, generalmente se alegraban mucho.

algunas veces, como es natural, tenían desacuerdos. no siempre pensaban igual y no siempre querían lo mismo en el mismo momento. sin embargo, tarde o temprano, alguno de los dos cedía, y seguían caminando por ese mismo camino que habían elegido. y así transcurría su vida: sin grandes sobresaltos, con algunos momentos apasionados y otros más aquietados; y, generalmente, en armonía.

hasta que un día llegaron a un gran portón y se les presentaron dos opciones: tomar el sendero que se abría a la derecha, o entrar por el portón. hache quería entrar. bé dudaba y dudaba. dudaba y dudaba. hasta que -según parece- respiró hondo, y, palabras menos, se fue por el sendero que se abría a la derecha.

hache lloró. mucho. llorar mucho también es llorar sin lágrimas sin ruido y sin palabras. y mucho tiempo. en estos casos el tiempo no es el mismo que el tiempo de cuando se vive y se llora un poco. también pensó bastante. y miró incontables veces el sendero aquel que se abría a la derecha. como si al mirarlo pudiera comprender. o como si mirándolo pudiera ver su espalda otra vez.

§ a lo mejor bé tuvo miedo de que le pasara lo que a la señora de Lot, que quedó convertida en estatua de sal por mirar atrás. y…es un riesgo. por eso algunas personas piensan que es mejor sólo mirar para adelante.

“Qué desgracia saber tu nombre aunque ya no conozca tu rostro mañana, el rostro que dejamos de ver un día se dedicará a traicionarse y a traicionarnos en el tiempo que le pertenece y le queda, irá apartándose de la imagen en que lo fijamos para llevar su propia vida en nuestra voluntaria o desdichada ausencia. El de aquellos que se fueron del todo porque no los retuvimos o porque han muerto se irá nublando en nuestra memoria que no es una facultad visiva, aunque a veces nos engañemos y creamos ver todavía lo que ya no tenemos delante y sólo evocamos envuelto en brumas, el ojo interior de la mente se llama esa figura borrosa de nuestros espejismos o nuestra añoranza o de nuestra maldición a veces”.

Javier Marías, Mañana en la batalla piensa en mí, Editorial Alfaguara, 1998, pp. 223, 24.

sí, mirar atrás es un riesgo, pero no mirar atrás debe ser otro; seguramente, porque, quién sabe, ¿no? quizás irse corriendo para adelante y sólo para adelante va construyendo otra estatua de sal, que un día, vaya uno a saber cómo cuándo dónde y por qué, se derrite, y ahí sí, tendremos que vérnoslas con una inundación mayor, una especie de autotsunami, que tampoco sabemos a dónde nos puede llevar:

“Ojo con las lágrimas porque derramadas a destiempo y deshora te pueden hacer convertir en estatua de sal como le ocurrió a la señora de Lot, que está paralizada en alguna parte de nosotros mismos. Es sabido que la sal constituye la materia prima, incorruptible, de las lágrimas”.
Luisa Futoransky, Reflexiones en torno al atentado a la Amia, artículo Peso sobre los hombros, París, 1995, www.literatura.org.

por eso sería interesante que quien sale corriendo sin mirar atrás no cante victoria, porque no siempre Dios le ordena no mirar atrás como a la señora salificada en cuestión; y porque muchas veces, no siempre, pero muchas veces, algo o alguien, más adelante, puede, voluntariamente o no, llevarnos de un monumental codazo (eso que después llamamos golpe del destino, y no llamamos codazo ni zancadilla del ídem) a mirar lo que no quisimos (y por ahí llamamos no pudimos) mirar en su momento, ¿no?
sin embargo, de a poco, comenzó a saber lo que, finalmente, termina por saberse: tendría que levantarse y seguir. tendría que hacerlo. cuando se empieza a saber algo, al principio se puede borrar, pero sólo al principio, después ya no se puede dejar de saberlo. aunque uno quiera. y hache quería. quería no saber.

era más lindo no ver
borragia de no saber
Oh, aquellos banquetes avestrúsicos!
corsettes y vestidos lamé
lamer verdadcitas empalagosas
acaramelados idilios
cegueritas de pochoclo
pegadas a la manzana
manzanas mordidas
que no desterraban
de ningún paraíso
manzanas (sana-sana)
de la feria de versiones
manzanas sostenidas por el palo
palomas guerreras de la paz
mansas
y a la vez
astutas como serpientes
espadas de escarbadiente
que se rompían al momento
de penetrar
pechos latientes
Oh, los banquetes!
o no…
Oh, no!
  ¿y si lo real
era todo aquello
que podía
y ya no puedo con los ojos cerrados?
¿cuándo perdí lo real avestrúsico?
cuando perdí lo real avestrúsico
todo
  lo perdí

Mónica Rosenblum (1960).
El caso Peralta o por Hace y por Bé. Zindo & Gafuri, 2015.



PAOLA LLAMAS DINERO [17.247] Poeta de México

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Paola Llamas Dinero 

[Guadalajara, Jalisco, México 1992] 
Estudiante de Letras hispánicas en la Universidad de Guadalajara. Ha colaborado en diversas publicaciones nacionales e internacionales como el blog Tenían veinte años y estaban locos, revista Órfico, Hysteria, entre otras. Amante de la poesía, el punk, internet y la comida vegetariana. Está por publicar su primer libro“Bestia y fuego” (Mono ediciones, 2015) Actualmente tiene una gatita llamada Georgina y quiere aprender a escupir fuego.






De cómo ser joven está de la mierda, 
en un país de mierda,
por un presidente de mierda.

                          No voy a la iglesia
                          porque Dios está en los dólares.

                                          Foyone

Pánico.

Resido en la ventana 
entre el caos y la distracción.
Te odio, 
pero no importa.

Tutorial en YouTube: Cómo ser feliz.
Paso número 1: Olvidar.
¿Olvidar?

La muerte del chavo del 8.
Tutorial para olvidar.
¿Perdonar?

5 millones de pesos.
Tutorial para perdonar.
¿Solapar?

43,
42,
41,
40.
¿Qué número soy yo?
Tutorial para…

Dios está muerto
siglo XX.

Lo busco.
Buscar,
buscar, 
buscar,
buscar.
Tutorial para buscar.
¿En qué siglo estamos?

Quiero matar al presidente.

Rezo: ayúdanos.

La ventana está en llamas,
mi cuerpo en llamas,
mis ojos mudos en llamas,
su cuerpo en llamas.
Video de un descuartizado,
quemado vivo.
Vivo.

La sangre ya no es roja, 
es negra.
Como una noche negra 
de silencio y caos,
como un luto eterno.
Quiero poner un hashtag que diga:
nochenegra
#muerte
#mipaísmeodia.

Quiero matar al presidente.

Dónde está…

Tutorial para encontrar a Dios,
enviarle un correo,
un emoticón,
un whatsapp que diga: 
Dios, si ves esto ayúdanos plis, urge (cara triste).



Depresión post-todo

Saber que los cuerpos huelen a tumba,
después del viaje
regresar a casa nunca fue un eco tan grande
un llanto detrás de la puerta.
Dormir en camas de agua
con tijera en la mano derecha,
tanta agua acumulada 
tenía que dejar manchas.
La voz después de cien cajetillas de cigarro
se quiebra como yo
la espalda sangrada 
no dejes que nadie te vea
la sangre
no dejes que nadie te vea.
Tener a quien morderle un brazo
me hace más humano,
tener a quien decirle tengo frío
debe quitarme el frío,
me siento querida cuando sangro
el ardor de las cosas,
alguien deme un abrazo 
mientras muero
estoy muriendo,
luego se irá 
a morder otro brazo
y otro
y otro
y otro.
Nunca hay suficiente lucidez 
en los espasmos.
Llorar 
llorar en una banqueta
llorar en el hotel de una ciudad que no conozco 
las habitaciones
bodegas húmedas
llorar en el estómago.
Es difícil ser siempre yo
si dejo pedazos regados por todas partes
en cada sitio un dedo o una pierna
en cada sitio
mis cabellos azules y verdes 
en la coladera de cualquier cosa
soy una serpiente con piel muerta
me estoy regando por el piso
a ras del piso
llorando de risa en el piso
antes de irme para siempre.
El viaje hacia afuera no sirve
Regreso.
El regreso como nosotros
huele a tumba
a muerto tirado en el suelo,
muerto de risa como yo
y a nadie
¿le importa retirarse 
y llorar en otro sitio?
qué vergüenza
no quiero irme
morirme de tristeza lejos
donde no pueda verte
donde no pueda escucharte
los trayectos,
guardarme en una mochila
y no quepo estoy rota,
subir una escalera
y bajarla rodando
sin que nadie te lance 
la cara primero
       fuerza de voluntad
                tenga fe.
Llegar a casa
llorar en casa
ser el eco principal de la casa
un ruido, 
el ruido de una gata
llorando detrás de la puerta.
Esta ciudad está vacía.




Consumación

Tlacoyo
tlacoyito rico,
chiquitito de mi amor.
Desearía tenerte sobre el vientre ahora
inspeccionando el territorio
donde caerás muerto,
desecho en mi deseo mortal
y animal,
al mismo tiempo.
Tu cuerpecito azulado
como de otro planeta
tendría que tener 
una nave espacial consigo,
y no tiene nada.
Tlacoyito rico,
mis manos lejanas imaginan el blanco sobre ti,
y la humedad
como un estanque verde y lamoso debajo tuyo;
dentro de ti,
la tierra negra como una joya sucia y
preciosísima que guardas,
caliente el cuerpo
caliente,
me quemas.
Prometo buscarte en un caballo blanco
cual princesa idiota en un cuento de hadas,
o en el metro
o en el tren
que no es lo mismo.
Tlacoyo,
mi boca y tú sufren lo mismo,
mi boca amarilla y tapatía 
lejos del ardor de tu comal refugio
te desea,
y sin preguntarte de cerca
ni mi aliento sobre ti
ni mi estómago vacío,
ni tu suavidad entre mis fauces,
imagino que me dices palabras cachondas
de bestia salvaje y azul.
Chiquitito de mi amor
no lo niegues,
también me deseas.
Pobres de nosotros.



El halcón negro

Me duele la piocha del rodillazo que me diste anoche,
cuando me lancé de la tercera cuerda y descendí 
volando por metros y metros en caída libre
topeme con tu rígida, firme y durísima rodilla en mi piocha cartílago.
¡Crac, crac! 
Se oyeron dos crujidos en el universo
uno de la mandíbula y
otro del impacto, 
¡crac! Y el eco en las paredes resonó en el edificio,
todos debieron enterarse,
todos debieron haber pensado que el mundo se partió en dos,
o que dos estrellas chocaron allá en lo alto.
“¿Te rompiste un diente?” preguntaste con casual asombro,
levanté el rostro y secándome los ojos en silencio 
te miré a la cara,
y yo atónita, 
con la boca llena de tierra,
llena de noséenquémomento,
llena de mequivoqué, debí lanzarme de la segunda cuerda,
llena de teamo, pero te haré una llave “cavernaria” como venganza.

Mi herencia es el vuelo del halcón negro,
mi herencia es saber dónde y saber cuándo volará el halcón,
cuándo y a qué altura efectuar la caída,
a qué distancia,
cómo desplegar las alas,
cómo.
y me repito: la luchita es la luchita y nos quedan dos caídas más.
Me tenté con la punta de la lengua todos y cada uno de los dientes
albergados con seguridad en mi boca,
por fortuna,
ningún pedazo suelto 
que mereciera la chimuela tentación de los chismosos,
ningún diente, hueso o pedazo de lengua naufragaba en mi garganta,
no había asunto de derrota,
no ríos de sangre,
no,
tampoco el trompo ni la náusea,
no el miedo.
Sonreí como muestra de triunfo ante la caída
y mirándome con ojos de amor preguntaste: “¿jugamos otra vez a las luchitas?”.



Tlayudame a olvidarte 
mientras estoy lejos de tu planeta
Para mis amigos del planeta
Juchitown, Oaxaca llenos de mezcal y bupu
Nacida de las fauces de Godzilla
te encontré
peligrosamente y hacía calor,
petróleo sobre la mesa
mantel de plástico y sudor,
Doña Tere mandil engrasado,
cenaduría de noche
casa de empeño de día.
Ardías.
Sobre las llamas ardías 
y el carbón sin piedad
y sin calma.
Negra,
negrísima noche
hoyo infinito en el abismo 
que cae
y se rompe.
Máiz prieto
gigante alimenta monstruos, 
las flores dijeron otra vez
y el viento nos volvía locos,
una fiesta de punks juchitecos
mezcal y agua de jamaica.
Los poetas hablaban de viajes
los poetas comían frijoles y maíz
los poetas vagando en la calle
los poetas
los poetas se llenaban las tripas de ti
insaciablemente,
eres demasiado grande para alimentarnos
y la oscuridad te besa el rostro
no le temes al fuego.
Tlayuda,
tu piel es morena 
doradísima y caliente,
nos salvaste de la muerte de hambre
esa noche,
luego fuimos a bailar salsa
pensé en ti hasta las 3 de la mañana
y luego me fui a mi hotel.
Y luego volví a mi planeta
y te pensé 
y te pensé más
y alguien me dijo
“esperamos el poema”
y aquí estoy de lejos
esperando volver a verte.


Me dio miedo que te murieras una noche 
porque tienes el tabique desviado 

Mi respiración es igual
a la de un animal enfermo,
mi respiración mi cama y tú suenan a lo mismo
me estoy convirtiendo en una tumba
que tiene varios muertos dentro.

Vas a mirar mi habitación
y pensarás en el hoyo que se me hace entre las piernas
vas a mirar el hueco que falta en mi pared
y pensarás que es un túnel a tu casa.

Te miraré a través de mi espejo
para ver que sigas respirando
tu cuerpo es un globo blanco
con un listoncito colgado.

Mi madre no sabrá que me pasó
cuando no me reconozca
de tanta tristeza.

No podré explicar a tus amigos
porque mi cara estará destrozada
de tanto llorar
por los helados que no comimos.

No dejaré que mi gata se coma tu rostro.
Si dejas de moverte
seguro esperaría antes de gritar
porque nunca he gritado junto a un cadáver
y no tengo experiencia ni práctica en hacerlo.

Me dio miedo amanecer sin tus ojos
pero así es la vida.
No te rías.

Cuando mi cama rechine
pensaré en tu cabello enredado entre mis dedos antes de morirte.
Quizá te besaré en los labios
y a eso le llamarán necrofilia.

¿Sigues respirando?

No te mueras.
Y si te mueres
no dejaré que mi gata se coma tu rostro.
Lo prometo.


Sentencia

Mi cuerpo es un camino hacia el infierno,
no es cierto
exagero.
Mi cuerpo es un camino
​​hacia alguna parte
​​​​que no sé.

Mi cuerpo es un hoyo negro en el espacio
que no conozco
y quiero saber qué hacer con él.

Lo llamo
mirar al espejo y no reconocerme,
lo llamo mujer,
lo llamo nos están matando con un picahielo infectado,
49 kilogramos 1.53
gastritis,
dolor de pezón por el frío
variz de la pierna izquierda
y me da miedo ser madre
aunque tengan que crucificarme
me da miedo ser madre.

Tengo los pies congelados.
Lo llamo Godzilla
y el mar se oye bonito en un audio de whatsapp,
la basura no
la basura no, solo el mar,
lo llamo rugido de una roca golpeada por agua,
porosa y tengo salada la cara, así nací,
papá y mamá se aman viviendo en mis rodillas que crujen
cru-jen. 

Lo llamo fuego
fuego
fuego
fuego
ayúdame
no quiero morir quemada,
hecha ceniza y mi cuerpo.
Nadie la reconoce.

El Dinero habitó en mí desde antes,
parece fortuna
no sé,
si después
quizá nunca.

Mi cuerpo es un vegetal del planeta vegetariano de la muerte
la muerte
y me llamo a veces yo
me llamo ridículacomepasto
no hace tanto frío
y la carne de perro es mala,
me llamo cuenta en Instagram y
no sé usar Twitter
qué vergüenza,
debería darte vergüenza
y qué importa.

Me llamo tengo derecho porque nací en 1992
y estoy a la moda
me llamo vintage
me llamo pop
me llamo colores pastel y twister candente
me llamo tamagotchi
y en China me llamaron usuario desde entonces.

Mi cuerpo nació en 1992
y me daba vergüenza
no sé desde cuándo,
y la sentencia
y el fuego
y no sé si mi cuerpo resista.  

Mi cuerpo es
mi cuerpo es
mi cuerpo es
un hoyo negro en el espacio
que no conozco
y quiero saber qué hacer con él.



Yo no nací loca, culpo al mundo y al internet.

Nací a las 3 de la mañana,
cuando las brujas hablan
y mueven sus manos
en el desierto único
del vientre estrecho.

Nací de madrugada
como los perros con lagañas,
del vientre inundado de una ballena
en medio de un mar seco,
espuma evaporada
aullido del mar en las rocas.

Mi vocación no existe
culpo al cielo y al internet,
mi cachondeo adolescente 
la juventud y el internet,
hay un pájaro estampado en la pantalla,
cosmosatómicotípicolírico.

Nací un miércoles porque
google me lo dijo: 
“calendario 1992 México”
no culpo al internet.

Pienso
que la locura no es mía
sino de alguien más a quien debo culpar porque no soy yo
ni debo serlo,
la habitación del tiempo,
la locura no es mía.

Nací y ellos temieron al grito
golondrina púrpura en llamas
nos dio miedo la vida,
como el dolor en un pecho que se asfixia muriendo
el parpadeo último o primero.

La vida es dolorosa 
como un apretón de huevos,
aunque yo 
no conozca el dolor un apretón de huevos,
pero me imagino.

Mi madre le teme a mi vida,
me borra de los ojos sus ojos y me dice
alguna grosería con ternura y coraje
ella culpa al padre y a internet
no hay otro camino,
y me odia a veces 
y me da comida a veces 
y me extraña a veces
y me exige a Dios a veces,
y me dice que nací con otro rostro que no es este,
enterregado y seco
como un cactus vivo,
sangre de salvia caliente,
ella me llamaba “cebollita” 
en el poema perpetuo.

Nací un miércoles a las 3 de la mañana
y no culpo a nadie
porque así es la vida,
como un apretón de huevos que duele
pero no sé cuánto,
como una canción de 0:30 segundos 
con doble pedal
y golpes,
como saber que el punk no ha muerto y es la vida 
y la verdad,
como duele nacer en 1992
o en cualquiera.

Como culpar la imagen de mi madre en mi rostro
y llorar de histeria,
como saber que son las 3 de la mañana
y escribo este poema
y no pasa nada,
y la culpa no es de nadie.



Creímos en ti Ángel de Oro

Para Los perros románticos
y Guadalajara en noviembre del 2014 
Nosotros creímos en ti,
desde las sillas,
comiendo palomitas con chile
y cerveza Tecate caliente.
Gritamos “pendejo”
y “tu mamá es mi novia”
mientras se les iba el camión en domingo.
No pueden tomar fotos,
nos dijeron.
Los cuerpos flácidos y gordos
volaban sobre un gato de hule
y los calzones
y las viejitas
y la música de los 
chiflidos mentado madres al mundo.
Creímos en ti Ángel de Oro.
Cuando la señora del elote con crema dijo
que no eras puto de San Juan,
entonces supimos que eras bueno
y creímos.
Creímos en ti Ángel de Oro.
Cuando no eras tan feo
ni tan prieto
ni tan gordo
ni tan ridículamente licra.
Eras blanco de oro
como algo bueno
y en lo que alguien debía creer.
Creímos en ti Ángel de Oro,
antes de ir a cenar tacos 
y elotes al templo
y hablar de poesía
y extrañarnos sin habernos ido todavía.
Creímos en ti
sin tener tu máscara
ni el aceite de tu cuerpo,
pero creímos en ti.
Y al tercer golpe y el suelo,
Euforia se rio de nosotros
luego fuimos a los tacos
y elotes al templo
y hablar de poesía.
Mientras tú eras ángel
y eras oro
derrotado,
y nos extrañábamos sin habernos ido todavía.



Sueño #1

A Jesús Carmona Robles

Sobre la cama el tieso cuerpo
y afuera el sol
y la vida.
Soñé que el día
soñé que 15 segundos
Instagram
y Freezer contra Goku,
soñé que je ne sais pas
y oui oui oui,
otra vez no,
mi comida parece un pokemónvegano
ya no te rías,
bueno, ríete otra vez.
Un lonche de pierna y Chihuahua,
en Guadalajara decimos lon-che,
la pierna y Chihuahua
allá la carne,
carne, 
mucha carne,
y los amigos.
“Sembraste tu propio fracaso
en esta pelea”
tuviste este final por eso, dijeron.
Compartimos el destino con este planeta
seremos destruidos, 
abiertos de la panza al menos,
partidos-en-dos.
Pienso en 15 segundos,
y no cabe el musgo en un solo pecho
ni la luz en un solo planeta,
pienso, que los ojos están lejos,
y el destino del mundo está dentro,
ser destruidos.
Los reptilianos y el mezcal de a 10 varitos
tan románticos ellos.
La pelea y el sueño
la distancia a 18,500  horas
incrucificable
y me escribe y le respondo:
soñé muy raro. No quiero volverme loca.




Entre las piernas

Para mi vecina de 14 años 
que ya va para su segundo hijo.


Tengo en la entrepierna
4 mil millones de años girando,
el pecado orivirginal de la lujuria y
un alacrán hembra-becido, 
grito y ambulancia
un llanto TNT, 
grito de vida madriada y loca
cholos de  mi barrio.

Agua entre las piernas, 
un pulque curado y aguamiel,
la bestia,
el escarabajo verde metálico,
un sillón roto.

Tengo en la entrepierna una boca muda
la discapacidad extenuante,
el baile, cadera y lengua, 
el ritmo de una catacumbia
en muros de mantequilla o manteca.

Tengo a una chola sin tregua,
una chora, un chamaco que llora
la calle de noche,
(porqué es diferente la calle de noche)
y aun estrellada en la esquina
banqueta rota,
entre  piedras mojadas,
entre  sueño y ensueño en la vida,
la perra coja, 
la perra tuerta,
el envase con importe.
Veneno entre las piernas,
un valle
una luz roja,
el llanto y abandono.

Pobre vida, 
mi vidita, 
cariñito mío,
dale vuelo a la hilacha,
date cuerpo, hilacha
no vida. 





ANDRÉ LAUDE [17.248] Poeta de Francia

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ANDRÉ LAUDE

André Laude (París, Francia. 1936 – 1995)
Anarquista. Participa en el recordado mayo del 68. Poeta underground que a fines de los setenta conoce a los horazerianos Enrique Verástegui y José Carlos Rodríguez. Tulio Mora comenta sobre este hecho: “Estaban en París cuando se redactó el manifiesto "Mensaje desde lejos" (Message d'ailleurs) por un conjunto de poetas de diversos países europeos, incluso africanos, bajo el nombre de Hora Zero Internacional. Uno de ellos fue André Laude”. Además, Tulio lo integra en su antología sobre Hora Zero llamado “Los broches mayores del sonido”.

Poesía 

La Couleur végétale, présentation de Marc Alyn, édition Terre de Feu, collection "Poussière de soleils", 1954
Nomades du soleil, frontispice de Germaine Normand, édition Paragraphes, Paris, 1955
Pétales du chant, Les Cahiers de l'Orphéon, Aulnay-sous-Bois, 1956
Entre le vide et l'illumination, Les Nouveaux Cahiers de Jeunesse, Bordeaux, 1960 (prix Découverte Poésie)
Dans ces ruines campe un homme blanc, Guy Chambelland, Paris, 1969 (prix Pont-de-l'Épée-Saint-Germain 1968)
Occitanie, premier cahier de revendications, itinéraire pour une libération, P.J. Oswald, 1972
L'Assassinat de Baltard, Solo de clairon pour Baltard, préface de Marc Pellerin, en vis-à-vis de photographies de Jean-Claude Gautrand (destruction des anciennes Halles de Paris), Formule 13 éditeur, 1972
Rythme cardiaque, dessins de Fassianos, plaquette hors commerce, 1973
Le Bleu de la nuit crie au secours, image de Corneille, Subervie, Rodez, 1975 (prix Ilarie Voronca)
Testament de Ravachol suivi de Corps interdit et de Bannière de colère, image de Corneille, Plasma, 1975
Free People, poèmes accompagnant les photographies de Bernard Gille, Bourg–Bourger, Luxembourg, 1976
Vers le matin des cerises, dessins originaux de Corneille, éditions Saint-Germain-des-Prés, 1976
Ticket de quai, Ivry, 1977
Mandeville illustré par quarante-deux poètes, préface de Luc Berimont (Danemark: Éditions J.C. Sorensen). 1978 (Il fait partie des 42 poètes ayant collaboré)
19 lettres brèves à Nora Nord, illustration de Marc Pessin, éd. le Verbe et l'empreinte, 1979
Un temps à s'ouvrir les veines, Les Éditeurs français réunis, collection "Petite Sirène", Paris, 1979
Comme une blessure rapprochée du soleil (« Anthologie première » d'André Laude : poèmes suivis entre autres de « Je suis un vieux peau-rouge qui ne marchera jamais dans une fille indienne » et de « Almanach »), cinq encres de Corneille, La Pensée Sauvage, collection "La Peau des mots", 1979
«La fleur parmi les ruines» in Liberté couleur d'homme, édition Encre, collection "Brèches", Paris, 1980
Riverains de la douleur, avec une peinture et des dessins de Corneille, Verdier, Paris, 1981
53 Polonaises, avec une illustration de Roman Cieslewicz et une quatrième de couverture d'Hubert Nyssen, Actes Sud, 1982
Roi nu roi mort, avec trois illustrations d'Alain Bourbonnais, La Table rase, Cesson-la-forêt, 1983
L’Œuvre de chair, couverture de Roland Topor, Arcantère / Écrits des forges, 1988
Mémoires fixes 1977–1987, éd. Jean-Philippe Jourdrin (photographe), Créteil, 1989
Rituels 22, frontispice de Serge Hanesse, La Table Rase / Le Noroït, 1989
Journaux de voyage, Albatroz, collection Poésie palmipède, 1990
Feux Cris et diamants, avec deux encres de Fassianos, Albatroz, collection Poésie palmipède, 1993
Journal d'un voyage au Maroc, édition Fragments, Paris, 1993

Obras Completas

Œuvre poétique, avant-dire d'Abdellatif Laâbi, préface de Yann Orveillon, La Différence, 2008

Historias 

Joyeuse apocalypse, Stock, 1973
Rue des Merguez, Plasma, 1979
Liberté couleur d'homme, essai d'autobiographie fantasmée sur la terre et au ciel avec figures et masques, Encre, 1980, collection Brèches

Ensayos

Le Petit livre rouge de la révolution sexuelle, avec Max Chaleil, Nouvelles éditions Debresse, 1969
Corneille, le roi-image, éditions S.M.I., 1973, collection L'Art se raconte
Le Surréalisme en cartes, Nathan, Paris, 1976
Corneille d'aujourd'hui, édition Bergström (Suède), 1978
Irina Ionesco, Bernard Letu, 1979

Obras para la juventud

Éléfantaisies, comptines, illustrations de Béatrice Tanaka, L'École des loisirs, 1974, collection Chanterime
Luli, phoque fugueur, La Télédition, 1975
Les Aventures de Planti l'Ourson, La Télédition, 1975
Fééries pour figurines et théière, La Télédition, 1975
Le Brave Homme et l'arc-en-ciel, La Télédition, 1975
Tato tête d'œuf, La Télédition, 1975
Ronge-Tout et Pelucheux, La Télédition, 1975
Rhinocéros, La Télédition, 1975
Ivan, Natacha et le samovar magique, La Télédition, 1975
Animalphabet, couverture et illustrations de J. Ghin, éditions Saint-Germain-des-Prés, 1977
Joe Davila l'aigle, Casterman, 1980



Me llamo nadie

Me odio y quiero morir. Me odio
 y quiero morir.
Cierre los ojos. Sueñe una última vez
con mi perfil de poeta griego,
en la más piojosa isla.
Seré, a partir de este día, cielo, cielo y cielo.
Cielo más allá de sus locuras asesinas.
 Seré cielo. Seré eterno.


Tinta y sangre

Hago de mi vida de noche en noche un montón de basura.
Hago de mi vida una brumosa crónica.
Hago de mi noche el encuentro de los fantasmas.
Hago de mi sangre un río largo
que golpea en mis sienes.
Hago de mi miedo un ave negra y blanca.
Hago de un ave muerta, podrida,
el niño que yo habría podido ser.
Hago de un niño un loco difunto, un bloque de cenizas.
Hago de mi muerte que viene un festín de serpientes.
Hago de una serpiente la cuerda para colgarme.
Hago de un largo, encarnizado silencio el testamento
de todo lo que fue desastres, horrores, aburrimientos,
rupturas y alaridos interminables.
Meo tinta y sangre.
Meo tinta y sangre.
Canto sobre la hoguera de los castigos.



Corrida

Me adhiero a mi muerte como el astro al cielo.
La vida cruel
mató en mí mucho oro
y niños que lloraron al borde de los labios.
El tiempo vino
para devolver los péndulos a la hora.
Adiós hora de verano, Adiós hora de invierno
es ahora la hora del exilio blanco y de los remordimientos.
Ya me hundo en tierra
candela apagada.
En matador bueno y fogoso
esbozo un fingimiento.
Para qué sirve desafiar capa roja y capa negra.
La poesía es simple como el adiós
____________________________________________

Traducciones de Miguel Urbizagástegui
Miguel Urbizagástegui (Lima, Perú. 1991)
Profesor de inglés, francés, lenguaje y literatura. El año 2013 publicó su primer poemario titulado “Escombros” (noviembre, 2013). Es integrante del grupo – revista TAJO. También se desempeña como traductor de poetas franceses y anglosajones. Ha ganado concursos de poesía pero eso es lo de menos. Le encanta la música y toca guitarra.
http://transtierros.blogspot.com.es/




Je m’appelle personne

Je me hais et je veux mourir. Je me hais
et je veux mourir.
Fermez les yeux. Songez une dernière fois
à mon profil de poète grec,
dans la plus pouilleuse île.
Je serai, à partir de ce jour, ciel, ciel et ciel.
Ciel au-delà de vos folies meurtrières.
Je serai ciel. Je serai éternel.





Encre et sang

Je fais de ma vie de nuit en nuit un tas d’ordures.
Je fais de ma vie une brumeuse chronique.
Je fais de ma nuit le carrefour des fantômes.
Je fais de mon sang un long fleuve
qui tape à mes tempes.
Je fais de ma peur un oiseau noir et blanc
Je fais d’un oiseau mort, pourri,
l’enfant que j’aurais pu être.
Je fais d’un enfant un feu fou, un bloc de cendres.
Je fais de ma mort à venir un festin de serpents.
Je fais d’un serpent la corde pour me pendre.
Je fais d’un long, acharné silence le testament
de tout ce qui fut désastres, horreurs, ennuis,
ruptures et interminables hurlements.
Je pisse de l’encre et du sang.
Je pisse de l’encre et du sang.
Je chante sur le bûcher des châtiments.



Corrida

J’adhère à ma mort comme l’astre au ciel.
La vie cruelle
a tué en moi beaucoup d’or
et d’enfants qui ont pleuré au bord des lèvres.
Le temps est venu
de remettre les pendules à l’heure.
Adieu heure d’été, Adieu heure d’hiver
c’est maintenant l’heure de l’exil blanc et des remords.
Déjà je m’enfonce en terre
chandelle éteinte.
En bon et fougueux matador
j’esquisse une feinte.
A quoi sert de défier cape rouge et cape noire.
La poésie est simple comme bonsoir
au milieu d’une arène de sable et de sang. Décapité.







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VIOLETA NIEBLA [17.249]

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Violeta Niebla

Violeta Niebla (Málaga, 1981) Obtuvo una mención de honor en poesía en la Universidad de Málaga en 2005. Primer premio de Microrrelatos MálagaCrea 2012. Ha publicado sus poemas en la revista literaria Mitad Doble. Ha traducido a un poeta norteamericano para la antología titulada NEW VOMIT de la editorial El Gaviero Ediciones. Ha participado en el proyecto LocativeAudio 2013 con un poema. Y desde 2012 participa activamente en los ciclos de poesía de la ciudad de Málaga junto a la violinista Luz Prado. Ha coordinado la misa poética de La Térmica y el karaoke poético para el Festival Internacional de poesía de Málaga. Recientemente ha publicado No serás mi baby (Kriller71 Ediciones).






NO SERÁS MI BABY
(Kriller71 Ediciones)

De aquella etapa de nuestras vidas en que la pasión mueve cada uno de nuestros actos.

 “Todos hemos experimentado eso en nuestra juventud, y es algo que te marca”, nos asegura la autora.

No serás mi baby nos abre las entrañas de la sociedad posmoderna, de la plaga que resulta y de cómo la mayoría de las cosas nos parecen una efeméride.

Pero Violeta también navega por los estereotipos de nuestro día a día, por ese afán de exponernos continuamente al mundo que bien podría llamarse narcisismo.

Y al final de todo está el amor.

El que duele y sangra de tanto rasgarlo hasta desvanecerse. Pero al que luego regresamos para encontrarnos con nosotros mismos.




Spinning

paseo contigo en bicicleta estática
el manillar no gira
y por más que corra
la bicicleta estática
a la fuerza
los bultos de mi cuerpo
se hacen más pequeños
el deporte será entonces
que pasen los años
y pierdas peso
mientras yo sudo
                           



Una planta que se mueve

el deseo que se cumple
no es el que yo había pedido



El caso es

viajo en un enjambre de vespas
me adelantas siempre
y me pasas ese olor
que me duele como el mundo
un mundo cada vez
más evitable
me adelantas siempre




NOS HEMOS VISTO EN UN BAR
Y NO NOS HEMOS SALUDADO

tú y yo cacareando
por separado
eso sí que es underground










CRISTINA SÁNCHEZ VICARIA [17.250]

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Cristina Sánchez Vicaria 

Nació en 1985 en Andújar, Jaén, España.
Reside en Málaga, España. Es licenciada en Comunicación Audiovisual y Técnico Superior en Fotografía Artística y en Ilustración, ha tenido diversos reconocimientos tanto en el campo audiovisual como literario, ha expuesto en Málaga, Cáceres y Gerona y su primer libro de poemas Kamicaze aparecerá en breve.

Finalista MálagaCrea Poesía 2015, Ayuntamiento de Málaga. Publicación en el libro de "Obituario" 2015. Participación en recital poético "Los 14 del 14", Málaga. Accésit Combocarte 2008, Unviersidad de Málaga.




Rigor Mortis

El día que me explotó la cara eran las cuatro y cincuenta.
Las arcadas semipermeables de un borracho se colaron por la ventana.
El nuevo piso me gusta pero todas las macetas están muertas.
El día que me explotó la cara eran las seis y cuarto.
Los pasos de casa al trabajo rígidos, verticales, puntiagudos.
El día que me explotó la cara eran las siete y cuarenta.
Quemarme con el horno mi única garantía de realidad.
El día que me explotó la cara eran las ocho de la mañana
y a los buenos días del primero que entró a por pan respondí:

Todas las macetas de mi casa están muertas. 


Autorretrato



Envases e inertes.

Despertar
lavarse la boca
hundirse la cara
llamarse monstruo
al menos un par de
veces antes del
desatino

y mientras

la poesía sin carne no es poesía
sólo letras que se escupen al aire
como se escupe un mosquito intruso
entre lengua y paladar

Despertar
larga y calva
cruces en el pecho
y las montañas 
demasiado lejos
demasiado quietas
demasiado curvas
mi líquido pierde 
el horizonte y me 
mareo - siempre - 

Mirar texto - fotos -
nunca saber
a qué contenedor 
arrojar

sólo letras que se escupen
(lengua y paladar) 

Voy a fabricar uno
que diga:

Envases e inertes




Luz



Desgarro.

Los amores imposibles.
Los músicos incomprensibles.
Las heridas que se convierten en cicatrices.
El descompás desacertado de mi silencio.

Las palabras mudas.
Las escritoras ciegas.
Los momentos que se transforman en cera.
El sinsabor de estar tan cerca, lejos, invisible.

El arranque desconsolado.
La sacudida eléctrica.
El querer ser tu guitarra
y sólo sentirme sola en una maraña.

La insensatez del deseo.
La idiotización que me sigue.
La sensación insensata de quererte
entre mis letras, entre mis piernas.

El alma, el sexo, y porqué no…el corazón.

A los músicos en general, a ti, en particular.



Gala. Pequeña aproximación a Salvador Dalí.



País

cualquier frontera geográfica
meta generacional
cualquier discurso político
tendencia religiosa

un límite y volver a casa
un límite y un nombre nuestro

o dejar el amor, 
serena y fiera,
y fría

o dejar el país
¿qué es un país?





Hendiduras.

Las grietas.
El tiempo,
que pasa sin pedir permiso.
Y las abre.
A veces,
pican.

Pero siguen,
aunque disimulando...
creen que me olvidé de ellas...

La amenaza de ruptura.
El mapa   
El fotograma preferido
en pausa para siempre.



Autorretrato, Agosto 2012



En esta casa llena

En esta casa de domingo se come arroz 
se engaña diciendo que el conejo no es
carne de conejo se dice que es carne de
pollo
porque a mi prima le da mucha pena la
carne de conejo pero no
la carne de
pollo en esta casa de domingo es verano
julio se confiesa antes del postre las seis
después de la digestión cruzar el camino
oler a cloro a plástico caliente a
piscina agua en esta casa de domingo todo
lo llena
mi abuela,
todas las nietas son más nietas
todos los nietos son más nietos todos los
hijos son más hijos y los muertos están
más muertos porque es domingo en esta
casa de domingo nada es real se hace teatro
y nos gusta - que rico está el pollo tito  -
en esta casa llena




Por ese momento en que seguir creando significa dejar de hacerlo. 




Yo quiero carne, amor.

Cogerte de la mano
llevarte al abismo
en cualquiera
de sus significados
posibles
tender la ropa sufragar
gastos en común pensar
qué tipo de sofá es
más bonito mejor barato
que mira si luego
cambiamos de casa
toca ir al super mañana
me voy a patinar vente
después de cervezas el
domingo vemos una peli
dice mi madre que nos
invita a comer que he
pensado que las paredes
podemos de blanco y
he descubierto un cham-
pú ecológico la alfombra
del baño regar las plantas
mira ten cuidado porque
las de allí son de secano
y las de aquí necesitan
mucha agua fertilizante
y nada
de fiesta entre semana
el menú vegano pero
yo quiero carne, amor.



campo de batalla


Sobre la orografía.

Un tipo normal,
en un trayecto rutinario 
de autobús de línea habitual, 
un día cualquiera
con unas condiciones metereológicas estables. 
Y entonces,
lo inapropiado,
que por imprevisto,
escuece y gusta,
lo convierte en una
terrible superfície 
llena de imperfección.







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